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APRENDIENDO Y ACTUANDO EN
DEFENSA DE NUESTRO ESPACIO
DE VIDA. HACIA UNA
PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN
LA GESTIÓN DEL ÁREA
NATURAL PROTEGIDA
ARCHIPIÉLAGO DE BOSQUES Y
SELVAS DE XALAPA
Loni Hensler Anaid Lobato Juliana Merçon
Eje Temático:EAS, ciudadanía y construcción social
Noviembre2016
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APRENDIENDO Y ACTUANDO EN DEFENSA DE NUESTRO ESPACIO DE VIDA. HACIA UNA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LA GESTIÓN DEL ÁREA NATURAL
PROTEGIDA ARCHIPIÉLAGO DE BOSQUES Y SELVAS DE XALAPA Autoras:
Loni Hensler (Red de Custodios del Archipiélago de Bosques y Selvas de Xalapa) Anaid
Lobato (Instituto de Investigaciones en Educación, Universidad Veracruzana)
Juliana Merçon (Instituto de Investigaciones en Educación, Universidad Veracruzana)
Eje 1: EAS, ciudadanía y construcción social
RESUMEN (210 palabras)
La Red de Custodios del Archipiélago de Bosques y Selvas es un movimiento
ciudadano que resguarda un Área Natural Protegida (ANP) decretada en Xalapa,
Veracruz, como cinturón verde fragmentado en islas. Sus principales objetivos son
defender el entorno del cual depende nuestra calidad de vida de los problemas
generados por el crecimiento urbano caótico y construir colectivamente alternativas
sustentables en la región. Con base en una participación plural y una organización
horizontal, la red impulsa un manejo cuidadoso y participativo del territorio fungiendo
como observatorio ciudadano, informando y sensibilizando y, a la vez, abriendo
espacios de diálogo crítico para la planeación y ejecución de diversas acciones
orientadas al cuidado de nuestros ecosistemas. Argumentamos que por medio de su
praxis la red se constituye como un espacio privilegiado para el aprendizaje social y la
educación popular ambiental. Estos procesos se fortalecen y amplían a partir de
metodologías participativas orientadas a la autogestión y la creatividad colectiva como
el mapeo participativo, el análisis participativo de problemáticas socio-ecológicos y la
construcción de escenarios a futuro. En esta ponencia presentamos los conceptos de
aprendizaje social y educación popular ambiental, vinculándolos con los diversos
espacios de reflexión y acción colectivas que constituyen la Red de Custodios.
Palabras Clave: Red ciudadana, defensa del territorio, aprendizaje social, educación
popular ambiental
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Aprendiendo y actuando en defensa de nuestro espacio de vida. Hacia una
participación ciudadana en la gestión del Área Natural Protegida Archipiélago de Bosques y Selvas de Xalapa (2979 palabras) Introducción: El Área Natural Protegida como oportunidad
En México, una de las estrategias de política ambiental que el gobierno utiliza para
proteger espacios naturales donde aún existe una gran variedad de especies de flora y
fauna es la institucionalización de estos sitios como Áreas Naturales Protegidas (ANP).
Estas áreas son utilizadas como instrumentos para resguardar los manchones de
bosques, selvas, manglares y áreas que por su alto valor ambiental y servicios
benéficos deben ser conservados (Vásquez, M., Carvajal, C. & Aquino, A.M.; s.f.). En el
caso del Bosque Mesófilo de Montaña (BMM) o bosque de niebla, se debe al ambiente
favorable que provee para la coexistencia de una diversidad de especies de plantas y
animales, que son exclusivas de este ecosistema (Rzedowski, 1996; Challenger, 1998).
Pese a ocupar menos del 1% de la superficie total de México, se estima que el BBM
componen de 2,500 a 3,000 especies de plantas (Rzedowski, 1996). A pesar de la
importancia de su biodiversidad y los servicios ambientales que presta, el bosque de
niebla está sumamente amenazado y presenta la tasa de deforestación más alta entre
los bosques de tipo tropical (Aldrich et al., 2000). Se estima que en México, más del
50% de los bosques de niebla han desaparecido (Challenger, 1998).
El estado de Veracruz históricamente ha sido el cuarto estado del país con mayor
proporción de este ecosistema, pero gran parte de este y otros tipos de bosque han
sido convertidos a otros usos de suelo (Williams-Linera, 1992). En lo que respecta a
Xalapa, capital del estado, la mayor parte del BMM que caracterizaba su ecosistema, ha
sido destruido o está en peligro de desaparecer si la ciudad continúa creciendo
desordenadamente.
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En este contexto y ante la amenaza que vive el BMM en la región de Xalapa, el 5 de
enero de 2015, por decreto del gobierno veracruzano, se crea un Área Natural
Protegida (ANP) bajo la categoría de Corredor Biológico Multifuncional en siete
fragmentos con valor socioambiental, localizados en los municipios de Xalapa,
Banderilla, Coatepec, Emiliano Zapata y Tlalnelhuayocan (Figura 1), bajo el nombre de
“Archipiélago de Bosques y Selvas de la Región Capital del Estado de Veracruz”. Su
superficie total es de 5,580 hectáreas. Se caracteriza por la presencia de BMM, zonas
de selva baja caducifolia y cafetales de sombra, con una amplia biodiversidad.
Las islas de BMM incluidas en el ANP son parte o colindan con el relicto de bosque más
importante del centro de Veracruz (CONABIO 2010). Estos fragmentos de bosque
juegan un papel importante en el abasto del agua de la zona conurbada de Xalapa,
pues se encuentran dentro de la subcuenca del río Pixquiac, que abastece el 38.3% del
agua de la ciudad (Vidriales et al., 2012).
El ANP enfrenta fuertes amenazas vinculadas a tres grupos de factores principales: 1.
el crecimiento urbano no regulado; 2. el uso no sustentable de recursos naturales
(extracción de madera, recursos forestales no maderables, caza, tiraderos,
contaminación de cuerpos de agua); y 3. las actividades agropecuarias de alto impacto
por la aplicación indiscriminada de agrotóxicos como ocurre con los cultivos de papa y
caña de azúcar. Estos cultivos se están expandiendo, generando la destrucción de
cafetales de sombra y remanentes de BMM y contaminando suelos y agua. Por otro
lado, la falta de mecanismos de gestión territorial presenta uno de los mayores retos.
Como acción concreta y en respuesta al decreto del ANP, a principios del 2015 se
forma una red ciudadana denominada Red de Custodios del Archipiélago. Esta
iniciativa busca fortalecer la participación ciudadana a favor de la conservación del
ANP, partiendo del reconocimiento de que solamente la acción conjunta entre distintos
miembros y sectores de la sociedad hará operativo el decreto, puesto que las prácticas
de los habitantes al interior de las islas que integran el archipiélago, el desconocimiento
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o la falta de conciencia sobre el valor socio-ambiental de estas áreas, sumados a los
intereses económicos ligados a la especulación inmobiliaria son sumamente poderosos
y podrían poner en riesgo la permanencia de este cinturón verde.
Sobre esta iniciativa ciudadana que cobija al ANP, presentamos esta ponencia,
centrando nuestra atención en los espacios de aprendizaje social y de educación
popular ambiental que se generan en la Red de Custodios del Archipiélago.
La Red de Custodios, un movimiento ciudadano en defensa del territorio
La Red de Custodios (RdC) surge a partir del decreto del ANP Archipiélago de Bosques
y Selvas de Xalapa. Esta iniciativa propició que un grupo de ciudadanos conscientes de
la importancia de la conservación de los ecosistemas de la región (bosque mesófilo de
montaña y selva baja caducifolia) decidieran constituirse como una red ciudadana
integrada por diversos grupos (sociedad civil, colectivos de artistas, estudiantes,
académicos, pobladores/as) interesados en la protección del ambiente a través de una
participación plural en el manejo cuidadoso del territorio, así como para hacer efectivo el
decreto del área.
La RdC comenzó con el objetivo de conformarse como un Observatorio Ciudadano
encargado de realizar acciones de vigilancia, denuncia y protección de las áreas
incluidas en el decreto. A partir de un proyecto de fortalecimiento de la apropiación
ciudadana del ANP, financiado por el Fondo Ambiental Veracruzano, se construye un
grupo articulador que impulsa la elaboración de materiales, la difusión y la organización
de actividades. Una de ellas fue el Primer Encuentro Ciudadano sobre el Archipiélago, a
partir del cual la red pudo ampliar el número de participantes y conformar grupos
motores (Figura 2). Actualmente, la RdC cuenta con la participación de más de 200
miembros de diferentes localidades, edades, ocupaciones y sectores sociales.
La forma de trabajar de la RdC ha sido a base de reuniones mensuales de convocatoria
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abierta en las que se discute un plan de acción general para el archipiélago y se
planean estrategias para la ampliación y difusión del trabajo de la red. En estas
reuniones se escuchan las demandas y los sentires de la gente que participa, se
informa sobre el estado en el que se encuentran las acciones emprendidas y se
acuerdan los siguientes pasos a seguir.
La identificación de actores clave al interior de cada una de las islas, es otra de las
tareas que ha asumido la RdC, para la conformación de grupos motores que atiendan
las problemáticas particulares en cada una de las islas. Hasta el momento se ha
logrado que en 4 de las 7 islas que comprenden el archipiélago se hayan iniciado
procesos con pobladores locales preocupados por mejorar sus espacios de vida.
La RdC ha realizado también recorridos temáticos y de exploración que han servido
para la identificación de problemas en las islas, para la construcción de un sentido de
comunidad y de apropiación de los sitios por parte de la gente. La RdC también ha
tomado como parte de su agenda de trabajo la vigilancia y denuncia ciudadana, debido
a la demanda que existe de tener procesos y mecanismos claros para atender
situaciones que van en contra de lo establecido por el decreto.
Los diversos espacios de aprendizaje y educación ambiental popular en la Red de Custodios
La Red de Custodios se configura como un espacio de aprendizaje social y de
educación popular ambiental por todos los procesos reflexivos y de acción colectiva que
impulsa. En seguida se presentan los dos conceptos clave de aprendizaje social y
educación popular, para así identificar los espacios de aprendizaje de la Red de
Custodios. Se discutirán posteriormente los límites y oportunidades que constituyen la
RdC en su etapa actual.
Mientras que la educación ambiental se considera muchas veces como un instrumento
que se diseña e implementa estratégicamente, el aprendizaje social, según Wals et al.
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(2009), emerge casi inevitablemente de un fenómeno de interacción entre las personas
sin que estos aprendizajes sean intencionados. El aprendizaje social contribuye a crear
un sistema de aprendizaje en el que las personas aprenden colectivamente de la
interacción de unos con otros, teniendo como resultado el ser más capaces de soportar
retrocesos, de hacer frente a la inseguridad, la complejidad y los riesgos. De ahí su
importancia como marco para tratar problemas socio-ambientales complejos, donde las
capacidades que permite desarrollar el aprendizaje social resultan esenciales.
El aprendizaje social constituye un tipo de aprendizaje que emerge esencialmente del
intercambio entre personas de diversos orígenes y con diferentes valores, perspectivas,
conocimientos y experiencias, tanto dentro como fuera del grupo u organización, para
participar colectivamente en una búsqueda creativa de respuestas a preguntas para las
cuales no hay soluciones disponibles prefabricadas, pero en cambio pueden crearse re-
soluciones tentativas que cambien conforme se vaya teniendo información nueva
disponible (Rittel y Webber, 1973; Wals et al., 2009). Por tanto, el aprendizaje social es
un proceso en el que las personas son estimuladas a reflexionar sobre supuestos y
marcos de referencia implícitos, con el fin de crear un espacio para nuevas perspectivas
y acciones comunes (Wals et al., 2009).
En síntesis, las características del aprendizaje social, siguiendo a Wals et al. (2009),
son:
• aprender unos de otros en conjunto;
• asumir que sabemos más en grupos heterogéneos que en grupos homogéneos,
ya que hay mayor posibilidad de aprender de cada uno;
• crear confianza y cohesión social, con el fin de que haya más aceptación y se
haga uso de las diferentes formas en las que la gente ve el mundo;
• crear "propiedad" con respecto al proceso de aprendizaje, así como las
soluciones que se encuentran, lo que aumenta la probabilidad de que las cosas
realmente se llevarán a cabo; y
• crear sentido de manera colectiva.
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El aprendizaje social encuentra por lo tanto en una red ciudadana un espacio potente
para su emergencia y desarrollo, dado que se trata de un contexto organizado de
manera horizontal, con intercambios frecuentes entre una gran diversidad de actores
interesados en la gestión ambiental participativa y la defensa del territorio.
Por otro lado, la educación popular ambiental corresponde a una tradición político-
pedagógica de corte crítico configurada histórica y contextualmente en América Latina.
Esa propuesta surge a partir de la educación popular, que tiene tres ejes centrales
según Rigal (2011): el diálogo como negociación cultural, la constitución de una
subjetividad rebelde y una educación problematizadora. Está orientada hacia el fomento
de una conciencia ambiental crítica que cuestione los parámetros dominantes de una
educación ambiental de orientación ecológica-cientificista y analiza críticamente el
discurso de la globalización y el “desarrollo sustentable”. Se centra a favor de quienes
se encuentran marginados y excluidos, como alternativa para los países
latinoamericanos y del Caribe (Calixto Flores, 2010).
Algunas características de la educación popular ambiental según Calixto Flores (2010)
son:
• asume una posición crítica de carácter local y da lugar a nuevas formas de
participación social;
• fomenta una conciencia ambiental crítica que cuestiona los parámetros
dominantes de una educación ambiental de carácter ecológico;
• propone desarrollar un propio concepto con potencial transformador que pueda
nutrir los sistemas educativos como alternativa viable para la construcción de una
sociedad solidaria;
• propicia que los propios sujetos puedan realizar una lectura crítica de la realidad
en que se encuentran, que les posibilita identificar problemas, seleccionar
alternativas de acción y construir o reconstruir propuestas factibles de solución;
• se basa en la praxis, la práctica colectiva y la reflexión crítica.
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Por su énfasis en la construcción de aprendizajes a través de la praxis, el
reconocimiento de una realidad compleja que entreteje diversas problemáticas y la
posición crítica de carácter local, la Red de Custodios se expresa igualmente como un
campo de y para la Educación Popular Ambiental.
Identificamos siete diferentes contextos de aprendizaje en la Red de Custodios que en
conjunto representan “espacios” de aprendizaje social y de educación popular
ambiental:
i. Los espacios de difusión se centran en informar sobre el ANP y sensibilizar sobre la
complejidad de problemáticas socio-ecológicas relacionadas con el crecimiento urbano
destructivo, el abandono del campo y la producción de café de sombra y la
modernización de la agricultura, entre otras, tanto como motivar a la participación en las
diversas actividades de la Red de Custodios. Estos espacios muchas veces incluyen la
participación y el diálogo en eventos informativos, pláticas informales y en mesas de
diálogo. Es una forma de comunicación ambiental que busca diferentes vías para ser
inclusiva y estrategias que permiten conocer el ANP como una oportunidad para
defender nuestro espacio de vida.
Por otro lado, en los ii) espacios de diagnóstico participativo se asume que los expertos
son las personas que viven dentro del territorio, se identifican y se relacionan las
problemáticas de una manera participativa en la reflexión conjunta. Un ejemplo es el
mapeo participativo que se realizó con las diferentes islas como parte del Primer
Encuentro Ciudadano y mesas de diálogo para la construcción de escenarios a futuro
que se van a realizar. Estas metodologías contribuyen a que se forme una identificación
con el territorio y que se impulse la reflexión colectiva sobre las problemáticas
complejas y propuestas de acción.
También están los iii) espacios de gestión y de reflexión ya que en las reuniones
generales de la red, en las comisiones y en cada uno de los grupos motores se
reflexiona colectivamente en diferentes escalas sobre las problemáticas y actividades
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realizadas, se negocia y dialoga, se intercambian experiencias y conocimientos, y se
toman acuerdos y se organizan las actividades. Una forma de estos encuentros más
orientada de manera explícita a la educación ambiental son los iv) espacios de
intercambio y construcción de conocimientos que son talleres acerca de temáticas
específicas, como un taller sobre defensa del territorio o un taller de intercambio de
experiencias en las denuncias.
A partir de estos espacios se plantean colectivamente acciones concretas en general
(elaboración de procedimientos, cartas a actores políticos, organización de eventos
integradores, etc.) y en cada isla – dependiendo de las problemáticas y características
específicas – se constituyen los v) espacios de práctica colectiva. Estos espacios
permiten relacionarse de una manera directa con su territorio y por lo mismo construir
una identidad territorial y como comunidad (Kudryavtsev et al., 2011) además de
aprender ciertas capacidades prácticas. Una forma específica son la organización de
recorridos que tienen una metodología específica en cada isla para conocer y vincularse
con el territorio. Otra forma de las actividades colectivas de la Red que resalta son los
vi) espacios de expresión artística que buscan de una manera creativa que se incluyan
todos los sentidos y se explore la diversidad, riqueza socio-ecológica y cultural del ANP
invitando a otros a conocerla por medio de experiencias sensitivas en talleres y
festivales.
Finalmente, otro elemento importante de la red son los vii) espacios de investigación
que permiten la meta-reflexión sobe el proceso y a la vez impulsar modificaciones,
cambios y otras acciones en el proceso. En la Red de Custodios la presencia de
académicos que trabajan con investigación-acción ha sido fundamental para el diseño y
aplicación de metodologías participativas, para la comunicación y difusión, tanto como
para fortalecer y visibilizar los procesos de aprendizaje. Se busca incluir a una
diversidad de actores en estos procesos, aunque en este momento la participación en
los espacios de investigación queda muy limitada.
En su conjunto, estos espacios de la Red de Custodios permiten la participación
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reflexiva y la acción colectiva de una diversidad de actores involucrados, experiencias,
valores y conocimientos, configurándose de esta manera como un contexto amplio y
complejo para el aprendizaje social y la educación popular ambiental.
Conclusión
Por lo presentado anteriormente podemos concluir que los participantes de la Red de
Custodios cuentan con una gran diversidad de espacios de aprendizaje social y
educación popular ambiental, los cuales ofrecen una base esencial para el
conocimiento, apropiación y gestión participativa de las áreas naturales en defensa de
su espacio de vida. De esta manera, la Red ilustra el potencial de la educación no
formal y del aprendizaje significativo que ocurren por medio de la organización
ciudadana con sus procesos inherentes de reflexión y acción colectiva.
Referencias
• Aldrich, M.; P. Bubb; S. Hostettler y H. van de Wiel. 2000. Bosques nublados
tropicales montanos. Tiempo para la acción. WWF International/IUCN The World
Conservation Union. Cambridge. Inglaterra.
• Calixto Flores, R. 2010. Educación popular ambiental. Trayectorias , 12 (30), 24-
39.
• Challenger, A. 1998. Utilización y conservación de los ecosistemas terrestres de
México. Pasado, presente y futuro. Comisión Nacional para el Conocimiento y
uso de la Biodiversidad. UNAM Agrupación Sierra Madre, S. C. México, D.F.
• CONABIO. 2010. El Bosque Mesófilo de Montaña en México: Amenazas y
12
Oportunidades para su Conservación y Manejo Sostenible. Comisión Nacional
para el Conocimiento y Uso de la Bio-diversidad. 197 pp. México D.F., México.
• Kudryavtsev et al. 2011. Sense of place in environmental education.
Environmental Education Research. Vol. 18, No. 2, April 2012, pp. 229-259.
• Rigal, L. 2011. Lo implícito y lo explicito en los componentes pedagógicos de las
teorías críticas en educación. In F. A. Hillert, La mirada pedagógica para el siglo
XXI: teorías, temas y prácticas en cuestión. Reflexiones de un encuentro. Buenos
Aires, Argentina: UBA. FFyL/CLACSO.
• Rzedowski, J. 1993. Diversity and origins of the fanerogamic flora of Mexico. pp.
139-144. In: T.P. Ramamoorthy, R. Bye, A. Lot y J. Fa, eds. Biological Diversity
of Mexico: Origins and distribution. Oxford University Press. Nueva York.
• Vidriales, G; Fuentes, T; García, C.; Paré, L. & Gerez, P. 2012. Hacia la Gestión
Integral de la Cuenca del Río Pixquiac. Disponible en: http://fmcn.org/wp-
content/uploads/2012/02/Historia_cuencas_8.pdf
• Wals, A; Hoeven, Noor & Blanken, H. (2009). The acoustics of social learning
designing learning processes that contribute to a more sustainable world. ISBN
978-90-8832-009-5
• Williams-Linera, G. 1992. Ecología del paisaje y el bosque mesófilo de montaña
en el centro de Veracruz. Ciencia y Desarrollo XVIII (105):132-138.
13
Figura 1: Mapa del Corredor Multifuncional Archipiélago de Bosques y Selvas de
la Región de Xalapa. Fuente: elaboración propia en colaboración con el instituto de geografía de la UAM.
14
Figura 1: Organigrama de la Red de Custodios del Archipiélago de Bosques y Selvas de Xalapa. Fuente: elaboración propia.
Red de Custodios del Archipiélago
(RdC)
Comisión Difusión
Comisión Artística y Cultural
Comisión Recorridos
Comisión Plan de Manejo
Comisión Denuncias
Comisión Convocatorias
Grupo Articulador
de Custodios (GAC)
Grupo Motor Isla
Banderilla
Grupo Motor Isla
Miradores /Pinoltepec
Grupo Motor Isla
Chiltoyac
Grupo Motor Isla
Coapexpan / Luz del Barrio
Grupo Motor Isla
El Castillo
Grupo Motor Isla
Riberas delPixquiac
Grupo Motor Isla
Bosques de Pacho