Araceli Fuentes - James Joyce _ Lacan

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Araceli Fuentes James Joyce y Lacan (Seminario XXII sigue la pista del escritor irlandés) Lacán encuentra en la lectura de Joyce la solución al problema de la psicosis ordinaria (= no desencadenada, i. e. sin alucinaciones ni delirio, pero en la que la función del padre no ha operado en su configuración típica). ¿Estaba loco Joyce? “¿Se tomaba por un redentor James Joyce?”, le pregunta Lacán a Jacques Aubert (un especialista en Joyce). En Retrato del Artista Adolescente, al final su obra realiza una llamada al padre, en forma de plegaria: “Abril, 26. (…) Salgo a buscar por millonésima vez la realidad de la experiencia y a forjar en la fragua de mi espíritu la conciencia increada de mi raza. Abril, 27. Antepasado mío, antiguo artífice, ampárame ahora y siempre con tu ayuda”. Este es un llamado al padre que Joyce hace en el momento en el cual debe afrontar su destino de artista. Esas palabras hacen que Lacán se preguntara si se lo tomaba a Joyce como un redentor, dado que se desprende de “forjar en la fragua de mi espíritu la conciencia increada de mi raza” que se daba una misión. “Espíritu increado de su raza” Joyce evoca la genealogía y la transmisión paterna, pero a su vez, reniega de su padre al decir que ese espíritu está “increado”. Misión crear la consciencia increada de su raza Redentor Joyce había asumido la misión de mostrarle a su raza lo que su padre no había hecho Otro dato autobiográfico es la paliza que le dan al protagonista de Retrato del Artista Adolescente un grupo de compañeros del colegio, encabezado por Heron. Dédalus es castigado por su herejía, quien manifiesta falta de reacción ante ese hecho, no siente cólera, o la poca que siente se desvanice rápidamente. Lo que sí siente es indiferencia ante este incidente. Lacán dice que esa indiferencia es un llamado de atención: una clara desvinculación de ser humano con su cuerpo (característico de la psicosis).

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Araceli Fuentes James Joyce y Lacan (Seminario XXII sigue la pista del escritor irlandés)

Lacán encuentra en la lectura de Joyce la solución al problema de la psicosis ordinaria (= no desencadenada, i. e. sin alucinaciones ni delirio, pero en la que la función del padre no ha operado en su configuración típica).

¿Estaba loco Joyce?

“¿Se tomaba por un redentor James Joyce?”, le pregunta Lacán a Jacques Aubert (un especialista en Joyce).

En Retrato del Artista Adolescente, al final su obra realiza una llamada al padre, en forma de plegaria: “Abril, 26. (…) Salgo a buscar por millonésima vez la realidad de la experiencia y a forjar en la fragua de mi espíritu la conciencia increada de mi raza. Abril, 27. Antepasado mío, antiguo artífice, ampárame ahora y siempre con tu ayuda”. Este es un llamado al padre que Joyce hace en el momento en el cual debe afrontar su destino de artista.

Esas palabras hacen que Lacán se preguntara si se lo tomaba a Joyce como un redentor, dado que se desprende de “forjar en la fragua de mi espíritu la conciencia increada de mi raza” que se daba una misión.

“Espíritu increado de su raza” Joyce evoca la genealogía y la transmisión paterna, pero a su vez, reniega de su padre al decir que ese espíritu está “increado”.Misión crear la consciencia increada de su razaRedentor Joyce había asumido la misión de mostrarle a su raza lo que su padre no había hecho

Otro dato autobiográfico es la paliza que le dan al protagonista de Retrato del Artista Adolescente un grupo de compañeros del colegio, encabezado por Heron. Dédalus es castigado por su herejía, quien manifiesta falta de reacción ante ese hecho, no siente cólera, o la poca que siente se desvanice rápidamente. Lo que sí siente es indiferencia ante este incidente.

Lacán dice que esa indiferencia es un llamado de atención: una clara desvinculación de ser humano con su cuerpo (característico de la psicosis).