Artaud - Esa Cruel Salud de La Esquizofrenia

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    ARTAUD, ESA CRUEL SALUD DE LA ESQUIZOFRENIA

    Juan Manuel Spinelli

    ...y se irguieron reencarnados en las fantasmagricas

    vestiduras del jazz en la sombra del cuerno dorado de la

    banda y con l interpretaron el sufrimiento de la

    mente desnuda de Amrica por amor hasta transformarlo

    en un grito de saxofn el el lamma sabacthan que

    estremeci y derrib hasta la ltima radio de las

    ciudades... (Allen Ginsberg,Aullido)

    Ya no soporto mi mente (Allen Ginsberg,Amrica)

    Acabar con el espritu como con la literatura1: esa manifestacin, esa sublevacin

    incontenible de fuerzas extraas, esa irrupcin abrupta de un magma asignificante en el cual el yo,

    sorprendido, zozobra y se hunde, es el acontecimiento que cabe designar bajo el nombre de Artaud.

    O a la inversa: Artaudes el nombre propio de lo Otro, el apellido de un Extranjero que carece por

    completo de identidad, el devenir-otro de m mismo que solo merece el nombre de esquizofrenia

    en cuanto experiencia de un abatimiento, una cada, una separacin, una destruccin todas

    vivencias que Artaud le comunica, desafiante, a un doctor imaginario 2; aspectos o ngulos de una

    serie de fenmenos que la ciencia, al servicio de la normalidad, ha de empearse en clasificar y

    tratar como sntomas inequvocos de enfermedad mental, es decir, como signos sombros de la

    locura. La ciencia pretende curara Artaud, y este le hace frente no ocultndose en algn rincn de

    una supuesta interioridad -ni replegndose sobre s, ni procurando sustraerse a su mirada- sino ms

    bien exponindose, volcndose una y otra vez en pginas-tmpanos, mostrndose3. Y el mostrarse

    es un proyectarse, un hacerse carne en elsentido deun aflorar o un emerger en el que se suprimetoda distincin abstracta entre la vida y la obra o, en otras palabras, en el que el cuerpo llega a ser

    obra a la vez que la obra se transforma en cuerpo.

    La conexin material entre la obra y el cuerpo, la continuidad entre ambos, es algo que

    podemos hallar ya en cierto modo formulado en la brillante caracterizacin del yo [self]efectuada

    por James en susPrinciples of Psychology:

    1 Artaud, A. All donde otros..., en:El ombligo de los limbos (2008). En:Revista Katharsis, Editora Rosario

    Ramos, p. 4.2 Artaud, A. Doctor, hay un asunto..., en: Ob. cit., p. 6.3 All donde otros exponen su obra yo slo pretendo mostrar mi espritu (Artaud, A. All donde otros..., en: Ob.

    cit., p. 4).

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    El cuerpo es la parte ms recndita del Yo material[material Self]en cada

    uno de nosotros, y algunas partes del cuerpo parecen ms ntimamente nuestras

    que el resto. Luego viene la ropa. El viejo dicho de que la persona humana est

    compuesta de tres partes -alma, cuerpo y ropa- es ms que una broma ()

    Luego, nuestra familia inmediata es una parte de nosotros mismos () A

    continuacin viene nuestro hogar () Un impulso igualmente instintivo [enreferencia a aquel otro, ciego, que nos lleva a cuidar de nuestro cuerpo, a

    engalanarlo, a querer a nuestros familiares y a tener un hogar en el que

    desarrollar nuestra vida] nos conduce a coleccionar propiedades, y las

    colecciones as hechas se convierten, con diferentes grados de intimidad, en

    partes de nuestros yoes [selves]empricos. Las partes de nuestra riqueza ms

    ntimamente nuestras son aquellas que estn saturadas de nuestro trabajo. Hay

    pocos hombres que no se sentiran personalmente destruidos si una

    construccin de toda la vida, de sus manos o su cerebro -sea una coleccin

    entomolgica o una extensa obra manuscrita- fuese sbitamente barrida4.

    Aquello que yo me apropio o creo, aquello que es el producto de mi esfuerzo o trabajo,

    forma emprica y no metafricamente parte de m. Desde un punto de vista rigurosamente

    material yo estoy constituido tanto por mi cuerpo mi cuerpo siempre situado, instalado, puesto en

    relacin con otros que le son familiares y queribles como por mi obra ese manuscrito, por

    ejemplo, esa hoja de papel en la que se han inscripto unos signos en los que me he ido objetivando y

    en los que, por ende, estoy presente. Soy la mano que ha escrito, que ha empuado una pluma o una

    lapicera, que sostiene ms o menos firme, ms o menos trmula la obra finalizada o en vas de

    serlo, el poema recin concluido o la novela en gestacin; pero soy, tambin, esas palabras que me

    expresan y me contienen, esa plasmacin irrepetible y singular de un estado de nimo, de una

    vivencia desbordante, de una manifestacin corporal o, incluso Nietzsche lo tena muy en claro

    cuando sealaba que lo nico que lo motivaba a la lectura y al estudio de los fragmentos de los

    presocrticos era su carcter de testimonio de lo que haban sido aquellosgrandes hombres5, de un

    tipo fisiolgico. Soy mi cuerpo, soy mi obra. Pero hacamos la aclaracin de que solo en cierto

    modo encontrbamos en James la formulacin de aquello de lo cual nos habla Artaud, por el simple

    motivo de que el cuerpo y la obra a los que se refiere James no son, en ltima instancia, el cuerpo y

    la obra que nos desvela Artaud. En la teora psicolgica de James, el cuerpo y la obra se vinculan

    entre s y participan en la conformacin de nuestro yo [self] en el marco de la normalidaddistintiva

    de nuestro mundo de la vida. Se trata del cuerpo y de la obra que inmediatamente reconocemos

    4 James, W. The principles of Psychology ( 1890). Edicin virtual disponible en:http://www.des.emory.edu/mfp/james.html#principles, La traduccin es nuestra.

    5 Cfr. Nietzsche, F.La filosofa en la poca trgica de los griegos (1994). Buenos Aires, Los Libros de Orfeo.

    http://www.des.emory.edu/mfp/james.html#principleshttp://www.des.emory.edu/mfp/james.html#principleshttp://www.des.emory.edu/mfp/james.html#principles
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    como tales segn la lgica del sentido comn -la cual es ya siempre imprescindible como condicin

    de posibilidad de la accin y la comprensin a travs de la cuales se desenvuelve nuestra vida

    cotidiana. La concepcin jamesiana del yo [self]no ataca -lo cual no ha de serle imputable, dado

    que escapa al horizonte mismo de su proyecto- sino ms bien supone la idea de lo que podramos

    llamar un cuerpo social, esto es, una materialidad o, ms bien, un todo material organizado6como

    tal a partir de los efectos generados por ciertos mecanismos de poder7

    y susceptible, sobre esa base,de ser unsujeto en el doble sentido de la palabra.

    En Artaud, en cambio, como iremos viendo, cuerpo y organismo se enfrentan; y en ese

    enfrentamiento hay mucho, sin duda, de una rebelin hecha por medio del lenguaje ms

    estictamente, por medio del ejercicio de lo que se conviene en llamar una contraliteraturacontra

    el orden social y el rgimen desptico del establishment en general: Dice [Artaud] que las

    instituciones como la patria, la familia, la sociedad; pero tambin los conceptos de ciencia, ley,

    justicia o lenguaje que se reduce al verbo, al adjetivo, etc., ya no hacen otra cosa que oprimirnos

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    .Pero la lucha no se lleva a cabo a partir de una reivindicacin sin ms de la esfera sometida de la

    interioridadfrente al mbito, opresor, de la exterioridad. Es, al contrario, la interioridad misma la

    que ha sido colonizada o la que, en la lnea de El Anti-Edipo, ha pasado a ser el reino del Dspota.

    En este sentido, el planteo que efecta Aguilar Rocha tiene el mrito de proporcionarnos una

    descripcin en lneas generales acertada y completa de lo que es el proyecto o, ms bien, el plan

    de batalla artaudiano: animado por la desesperacin en cuanto energa ambivalente generada por el

    circuito de la autoconciencia, carga, a travs de una palabra que no porta otro sentido que el de la

    propia escisin, contra las estructurasfraudulentas del mundo moderno. La esquizofrenia, por ende,

    6 En: El devenir artaudiano. Lectura de Deleuze sobre Artaud, Fernndez Gonzalo, al ocuparse de la cuestin delteatro, explicita notablemente el hecho de que es a travs de las convenciones burguesas como se sujeta a un cuerpo-en este caso, el cuerpo teatral- y se lo constrie, normalizndolo, a una unidad orgnica: En el teatro de lacrueldad, entonces, todo vale, porque la escena ya no reproduce el espacio pequeo-burgus, no establece la relacinfamiliar del padre que dirige la actividad deseante del nio hacia la norma. Se trata, por decirlo desde laterminologa freudiana, de un teatro del Ello, un teatro sin bordes definidos, sin limitaciones espaciales, que no estdirigido desde un rgano-cerebro-director, sino que en l todo habla, todo es acto; una suerte de teatro sin rganosen donde actores, iluminadores, guionistas, directores, escengrafos y dems participaran de la obra desde unaradical falta de unidad, ms all de los convencionalismos que restrigen y limitan la experiencia escnica, queutilizan su poder para hacer de la obra un todo, un organismo en lugar de rganos y ms rganos que no alcanzana formar un cuerpo (2011,A parte rei, v. 75, p. 7, en:http://serbal.pntic.m ec.es/~cmunoz11/gonzalo75.pdf).

    7 En un artculo de sumo inters sobre Regina Jos Galindo, una controversial artista de origen guatemalteco, MarinaReyes Franco introduce, en oposicin a la de cuerpo individual, la nocin de cuerpo colectivo que seconstituye, segn la autora, en reflejo de las experiencias de otros. La prctica artstica de Galindo se encontrara,as, inextricablemente ligada al pensamiento filosfico de Foucault, en cuanto sus performances consistiran en laexperimentacin, en su propio cuerpo, de aquellos efectos de poder de los que resulta la creacin/objetivacin de unsujeto; lo que permitira mostrarque el cuerpo no es en modo alguna una mera entidad biolgica sino socialen elms estricto sentido foucaultiano, a saber, el de la materialidad del poder sobre los cuerpos mismos de los

    individuos (Reyes Franco, M. El cuerpo social por/en/de R. J. Galindo. Estudios de poder en el performance, en:http://www.revistasauna.com.ar/01_09/09.html).8 Aguilar Rocha, S. Artaud y la desesperacin. (Artaud y Kierkegaard), en:A parte Rei, 43, enero de 2006 p. 2

    (disponible en: http://serbal.pnt ic.mec.es/~cmunoz11/artaud43.pdf).

    http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/gonzalo75.pdfhttp://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/gonzalo75.pdfhttp://www.revistasauna.com.ar/01_09/09.htmlhttp://www.revistasauna.com.ar/01_09/09.htmlhttp://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/artaud43.pdfhttp://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/gonzalo75.pdfhttp://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/gonzalo75.pdfhttp://www.revistasauna.com.ar/01_09/09.htmlhttp://www.revistasauna.com.ar/01_09/09.htmlhttp://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/artaud43.pdfhttp://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/artaud43.pdf
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    no consistira en una enfermedad9 sino ms bien en una cura10, o, en otros trminos, en una

    estrategia a la hora de librar el combate contra el organismo con el objetivo de ...conquistar un

    cuerpo, y un lenguaje propio liberndose de la automatizacin11. Y es por esto que la experiencia

    de la ruptura, del desfondamiento de la propia identidad, de su fragmentacin incomponible

    (esquizofrenia) va de la mano de una escritura que no hace ms que comunicar con abismos y

    socavar el suelo discursivo de la palabra (contraliteratura). Ya Nietzsche nos enseaba que Diosvive en la gramtica; que las cadenas del idealismo son, en principio y tambin en ltima instancia,

    de ndole lingstica; que no hay otra forma de convertirse en un espritu libre que deshacerse de

    sus vnculos; que, en fin, liberarse de estos, deshacerse de su yugo y ello en la medida en que, por

    un lado, la enfermedad es ya siempre la enfermedad de las cadenas12, mientras que, por otro lado,

    las cadenas mismas son ya siempre, en cuanto tales, cadenas de falsos valores y de palabras

    ilusas13 constituye el principio bsico de esa curacin de s mismo que solo es posible enunciar

    aos despus de efectuada

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    . Y as es que, en consonancia con la experiencia nietzscheana, es decir,con ese proceso de liberacin que bordea las angustias de la locura, de lo que se trata para Artaud es

    de destruir la argolla del ser15, o, lo que es su equivalente, de poner fin a la tirana de la

    representacin y, por ende, al reinado del Yo, a esa teocracia que, al servicio de un Dios vido de

    sangre y ambicioso de materia, se apodera de un cuerpo al que, bajo su frula, pasa a organizar

    hasta su ltima celula volvindolo extrao a s: ...es sabido presume Derrida que Artaud viva al

    da siguiente de una desposesin: su cuerpo propio, la propiedad y la propia limpieza de su cuerpo

    le haban sido sustrados en su nacimiento por ese dios ladrn que, a su vez, haba nacido de

    hacerse pasar / por m mismo16.

    Pero no hay en todo esto ni un pice tan solo de existencialismo ni nada que se le parezca.

    Artaud detesta la existencia aun ms que el famoso Sileno pero se cuida muy bien de caer en un

    quietismo pesimista y autodestructivo, o en la vorgine nihilista de un no future condenado desde el

    vamos a la contradiccin y la inconsecuencia. El hombre, nos revela, ha aceptado mansamente la

    9 De hecho, la contraliteratura artaudiana, como seala Aguilar Rocha, se vuelve contra la enfermedad en su sentidoms profundo u ontolgico. Romper con la esfera de la representacin, en este sentido, es la nica cura que l cree

    posible; la nica forma de detener la infeccin que afecta al alma, de contrarrestar la expansin del veneno del ser,de superar una parlisis que torna imposible el pensamiento mismo. La representacin nossujeta mientras se nosinocula como sealan Deleuze y Guattari enEl Anti-Edipo y como puede apreciarse en The Wallelfascismo que

    se hace carne y nos instala en la realidad.10 Yo no estaba enfermo, yo reconquistaba la salud siempre por un retorno hacia atrs del cuerpo. (Artaud, A. Yo

    estaba vivo. Edicin virtual disponible en:http://gonzalo423tenerifeyahooes.blogspot.com/2011/01 /antonin-artaud.html).

    11 Aguilar Rocha, S. Art. cit., p. 2.12 Cfr. La palabra urea, en: Nietzsche, F. El viajero y su sombra (2006) Madrid, Edaf.13 Nietzsche, F. De los sacerdotes, en:As habl Zaratustra (2005) Madrid, Alianza.14 Cfr. Cf. Nietzsche, F. Prefacio de 1886, a:Humano, demasiado humano (1980) Madrid, Edaf.15 Cfr. Morey, M. Psiquemquinas (1990)Barcelona, Montesinos, p. 140. La destruccin de esta argolla implica,

    bsicamente, la liberacin del sistema de coherencias y de renuncias que se organizan en torno al yo soy, sus

    preguntas (quin soy) y sus problemas (identidad, autoestima, representacin...) (GARCS, M. Mi vida que no esma, en:Archipilago (2005), nro. 68, Barcelona,. En: http://nomadant.wordpress.com/biblioteca/textos/mi-vida/.)16 Derrida, J. El teatro de la crueldad y la clausura de la representacin (trad. Patricio Pealver), en:La escritura y

    la diferencia (1989) Barcelona, Anthropos, pp. 318-343. En: http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/artaud_1.htm.

    http://gonzalo423tenerifeyahooes.blogspot.com/2011/01/antonin-artaud.htmlhttp://gonzalo423tenerifeyahooes.blogspot.com/2011/01/antonin-artaud.htmlhttp://gonzalo423tenerifeyahooes.blogspot.com/2011/01/antonin-artaud.htmlhttp://nomadant.wordpress.com/biblioteca/textos/mi-vida/http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/artaud_1.htmhttp://gonzalo423tenerifeyahooes.blogspot.com/2011/01/antonin-artaud.htmlhttp://gonzalo423tenerifeyahooes.blogspot.com/2011/01/antonin-artaud.htmlhttp://gonzalo423tenerifeyahooes.blogspot.com/2011/01/antonin-artaud.htmlhttp://nomadant.wordpress.com/biblioteca/textos/mi-vida/http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/artaud_1.htm
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    existencia por el nico motivo de que ha sucumbido a la tentacin de la mierda; as, prefiere morir

    viviendono otra cosa, por cierto, es lo que se conviene en llamar existencia a vivir muerto: en

    vez de vivir en este sentido sealado, simplemente no ha querido renunciar al ser y, con l, a la

    mierda. El ser huele a mierda, as como la mierda nunca es una simple mierda sino ya siempre y en

    s misma la mierda del ser. Hacer del ser el objeto mayor de la existencia, querer ser, es

    precisamente lo que Artaud expresamente condena bsqueda del ser, bsqueda de la fecalidad17

    ...Es por esto que, a nuestro juicio, yerra Aguirre Rocha al hacer de l, al igual que Kierkegaard, un

    explorador de s mismo, alguien que, adentrndose en su mundo interior, va en bsqueda de su

    secreto ms insondable, de su identidad ltima, de lo ms recondito y secreto que habra de

    sustraerse a la opresin de los poderes y al rgimen del Fraude por medio de una accin de

    repliegue de las propias fuerzas en la esfera de la intimidad: Delante de un mundo donde la vida es

    simulada afirma, Artaud busca en su interior para poder hablar desde la realidad de un ser()

    As ocurre para Artaud la bsqueda existencial del hombre por encontrarse a s mismo, quiereencontrarse en el devenir que le produce dolor y que forma parte de l18. Una empresa semejante

    no hara ms que conducirnos al corazn ptreo de aquellas profundidades de las cuales, por el

    contrario, nos exhorta Artaud a emerger: Abandonen las cavernas del ser. Vengan, el espritu

    alienta fuera del espritu. Ya es hora que dejen sus viviendas. De ceder al Omni-Pensamiento. Lo

    maravilloso est en la raz del espritu19. Ms que exhortacin, en verdad, y ms que un llamado, lo

    que repercute en ese grito que, nunca ms oportuno, es el clamor visceral de una hartura llevada al

    hasto que pone en marcha la resistencia es una orden que, al menos en principio, no est dirigida

    sino a esa multiplicidad de fuerzas que han sido esclavizadas y sometidas a la produccin de sentido

    y de plusvala. La orden, en calidad de transmandamiento y, por ende, de instancia transmoral, es

    dada por Artaud a s mismo o, mejor dicho, es el ya basta! de un cuerpo que se niega a seguir

    organizado y, por ello mismo, pasa a irrumpiry a manifestarse con inesperada violencia en todos

    aquellos rdenes en que se crea haberlo neutralizado. La orden expresa, por cierto, un Deber pero

    sobre este, como le seala Artaud al doctor Ferdire, sera muy factible que nos engasemos20, en

    17 All donde huele a mierda / huele a ser. / El hombre hubiera podido muy bien no cagar, / no abrir el bolsillo anal, /pero eligi cagar / como hubiera elegido vivir / en vez de aceptar vivir muerto. / Para no hacer caca, / tendra quehaber consentido / no ser, / sin embargo, no se decidi a perder / el ser, / es decir, a morir viviendo. / Hay en laexistencia / algo particularmente tentador / para el hombre / y ese algo es / LA CACA (aqu, rugido). / Para existir

    basta con dejarse ser, / pero para vivir / hay que ser alguien, / hay que tener un HUESO, / hay que atreverse amostrar el hueso / y a olvidar el alimento. (Artaud, A. La bsqueda de la fecalidad, en:Para acabar con el juiciode Dios y otros poemas (1975)Buenos Aires, Caldn, p. 11.

    18 Aguilar Rocha, S. Art. cit., p. 1.19 Artaud, A. A la mesa, en: Carta a los poderes. Edicin virtual: http://bilboquet.es/documentos/Artaud%20-

    %20Carta%20a%20los%20poderes.pdf.20 Yo creo Sr. Ferdire que se ha hecho todo para separarle de m por los medios de la peor villana oculta y que al no

    conseguirlo se han servido de su misma honradez que no puede advertir que una perversidad semejante est en la

    base de todas las cosas para hacerle rechazar con horror todas las ideas que yo le manifestaba acerca de las accionesmalficas subterrneas del Mal completamente alrededor de usted, y de ello ha sacado respecto a m la idea de unDeber que en realidad no existe de esa forma (Artaud, A. Cartas desde Rodez, III(1980)Madrid, Fundamentos, p.58).

    http://bilboquet.es/documentos/Artaud%20-%20Carta%20a%20los%20poderes.pdfhttp://bilboquet.es/documentos/Artaud%20-%20Carta%20a%20los%20poderes.pdfhttp://bilboquet.es/documentos/Artaud%20-%20Carta%20a%20los%20poderes.pdfhttp://bilboquet.es/documentos/Artaud%20-%20Carta%20a%20los%20poderes.pdf
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    la medida en que visemos en l la hipstasis, la inversin, o apenas un simple caso de lo que es la

    concepcin social del deber; es, ciertamente, lo que l entiende porel deber del poeta: El deber

    / digo bien / EL DEBER / del escritor, del poeta, no es ir a encerrarse cobardemente en / un texto,

    un libro, una revista de los que ya nunca ms / saldr, sino al contrario salir afuera / para atacar al

    espritu pblico / si no / para qu sirve? / Y para qu naci?21. Ese Deber, intrnsecamente

    sacrlego22

    , es el que Artaud anuncia, bajo la forma de mensaje radiofnico, como el mandato deacabar con el juicio de Dios. Escribir es expresar pero debe ser salir salir de la interioridad, de

    la cabeza, de la tumba orgnica del espritu, as como de la exterioridad, es decir, de los

    productos culturales en los que el espritu encierra al espritu. El Afuera artaudiano suprime de

    plano la dupla del adentro y el afuera del mismo modo en que, por un lado, el acceso a la superficie

    nietzscheana vuelve ya irrelevante la distincin entre verdad y apariencia23, y, por otro lado, la

    experimentacin de la Naturaleza como proceso de produccin torna insignificante la oposicin

    entre el hombre y la naturaleza

    24

    .En otras palabras: el Afuera es el afuera del organismo pero tambin, y por ello mismo, el

    afuera de la cultura. Solo hay Afuera cuando por fin el pensamiento logra escapar tanto de esa

    mala construccin que es hoy el hombre25 como de las tumbas en que ese hombre-orgnico suele

    enterrar lo que l llama sus pensamientos26, esto es, cuando estalla de una vez esa trampa del

    adentro / afuera que contrapona lo interior a lo exterior y, al mismo tiempo, el yo al no-

    yo, la subjetividad a la objetividad, lo inmanente a lo trascendente. El Afuera es el all

    donde hay otro orden,que ignoramos27; es ese infinito exterior que la humanidad ha desechado en

    21 Artaud, Antonin Al Seor Ren Guilly, en:Para acabar con el juicio de Dios y otros poemas Ob. cit, p. 55.22 Cfr. Guerrero, T. Artaud, el sagrado deber del sacrilegio (2000). Edicin virtual disponible en:

    http://www.dramared.com/ArtaudTeofiloGuerrero.pdf.23 La supresin del mundo verdadero, afirma Nietzsche en la Historia de un error, conlleva necesariamente la

    supresin del mundo aparente. Se instaura as unasuperficialidadque, muy lejos de constituir la reivindicacin delo superficial (aparente) frente a lo profundo (verdadero), se presenta como la dimensin profunda porexcelencia. Cragnolini lo expresa admirablemente en un artculo sobre la experiencia del caminante y el nomadismo:EnMs all del bien y del malse hace presente una de las cuestiones paradojales en la temtica de la mscara: larelacin entre profundidad y superficialidad. Los griegos fueron profundos por ser superficiales..., seala, por su

    parte, el Prlogo aLa ciencia jovial. Si lo profundo es la superficie, que todo lo que es profundo, ama lamscara no implica que un rostro fundante necesita de una apariencia de superficie, sino que el hombre ms

    profundo es el que tiene ms mscaras: el ms profundo, es el ms superficial. En elZarathustra aparece ms de unavez la imagen de los que quieren ser profundos, aquellos que estn sentados en el pantano y que slo logran pescarsapos, bestias del pantano, y viejos dioses. La imagen del profundo, del que se cree profundo, es la del que piensaque capta el fondo verdadero, cazando grandes verdades, cuando en realidad slo encuentra criaturas del pantano. Elque quiere hacerse el profundo suele ser oscuro como dice Nietzsche-, suele preferir la oscuridad como efecto desu supuesta profundidad, es aquel que est buscando fondos ltimos, un rostro verdadero. Esos, dice Nietzsche, nologran otra cosa, cuando echan el anzuelo a su supuesta profundidad, que pescar sapos. En cambio, el profundo ensentido nietzscheano es el que se mantiene en la superficie. Por eso los griegos supieron ser profundos: cuando seenfrentaron con el abismo de la existencia no buscaron un fondo, supieron sostenerse en el mbito de la superficie,de los pliegues, de la piel. (Cragnolini, Mnica La metfora del caminante en Nietzsche. De Ulises al lectornmade de las mltiples mscaras, en:Ideas y valores (2000), Universidad Nacional de Bogot, Colombia, Nmero114, pp. 51-64. En:http://www.nietzscheana.com.ar/comentarios/nietzsche_viajero.htm.

    24 Cfr. Deleuze, G.; Guattari, F.El Antiedipo. Capitalismo y esquizofrenia (1973). Barcelona, Barral Editores.25

    Cfr. Artaud, A. Conclusin, en:Para acabar con el juicio de Dios y otros poemas Ob. cit., pp. 23-24.26 Los libros, los textos, las revistas son / tumbas, Sr. Ren Guilly, tumbas como para / vomitar (Ob. cit., p. 45).27 Es grave advertir / que despus del orden / de este mundo / hay otro orden. / Cul es? / No lo sabemos. / El

    nmero y el orden de las suposiciones posibles / en ese mbito / es justamente / el infinito! / Y qu es el infinito? /

    http://www.dramared.com/ArtaudTeofiloGuerrero.pdfhttp://www.dramared.com/ArtaudTeofiloGuerrero.pdfhttp://www.nietzscheana.com.ar/comentarios/nietzsche_viajero.htmhttp://www.nietzscheana.com.ar/comentarios/nietzsche_viajero.htmhttp://www.dramared.com/ArtaudTeofiloGuerrero.pdfhttp://www.dramared.com/ArtaudTeofiloGuerrero.pdfhttp://www.nietzscheana.com.ar/comentarios/nietzsche_viajero.htm
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    organismo, en ltima instancia,no es ms que referir a una organizacin sombra que, por un lado,

    se monta a partir de la encarnacin de Dios y, por otro lado, se instituye sobre la base de un acuerdo

    metafsico entre Dios y el yo33. Dios es el que organiza la maquinaria, esto es, el que ordena,

    coacciona y explota, a travs de su Ley, el trabajo de las mquinas y la produccin de sus flujos; el

    yo, en cambio, siempre subordinado al Seor, siempre su virrey y servidor, siempre el fiel

    administrador de la propiedad del Altsimo, es esa nada con que la religin afecta al ser y, por lotanto, a la mierda se propone sodomizarnos: Los sacerdotes son culos sin yo que hablan sin cesar

    en el culo de los otros para implantar en ellos su yo34

    Singular acto de sodoma, desde ya, mas no violacin35, que se lleva a cabo exclusivamente

    por medio de la palabra. Discreta y pudorosa forma que encuentra Artaud de decir que la religin es

    una mentira, de sumarse a la cruzada nietzscheana contra el cristianismo que nos corrompe, que

    nos invade, que se expande en nuestra sangre, que nos enferma: Si es lcito definir al ser

    corrompido como aquel que hace lo que es desventajoso afirma Lefbvre en sus palabrasintroductorias al Anticristo, el cristianismo representa la corrupcin esencial. Ha erigido en tipo

    ideal al hombre dbil, la bestezuela de rebao, al animal humano domesticado y enfermo, que

    practica sistemticamente el autocastigo36. El culo sacerdotal no tiene yo, pero lo implanta,

    verbalmente, en otro culo en el nuestro. Qu quiere decir esto? Transcribmoslo, por lo pronto, en

    cdigo nietzscheano:

    Para justificar esta moral de esclavos prosigue Lefbvre los telogos han construido

    un inmenso sistema de piadosas mentiras, de interpretaciones prfidas. Se ha

    mejor dicho, de los rganos en su conjunto esto es, del organismo. Puesto el organismo aflotar, la intuicin esautointuicin del cuerpo sin rganos y, al ir hasta sus ltimas consecuencias, no solo epoj del organismo sinoadems del alma (en su carcter de principio de operacin de un cuerpo organizado, sealado por Lpez Farjeaten su artculo: Avicena) y, por consiguiente, del yo (desde el momento en que: La centralidad del alma es tal segn observa Lpez Farjeat que Avicena llega a afirmar que el yo es el alma). Damos de esta manera un pasoms all con respecto a Avicena: la suspensin del organismo conlleva la suspensin de la actividad del alma, lasupresin del yo (Pero, qu pasara si nos dejramos romper y arrasar? se pregunta Alberto Drazul en elApndice aPara acabar con el juicio de Dios y otros poemas, Ob. cit., p. 99. Seamos simples: esa es laimposibilidad delyo (ese gendarme, ese general, ese capitalista investido con todos los atributos del sistema),

    porque si suprimimos elyo qu queda? El lenguaje hablando solo, la risa rindose sola, el cuerpo devastado condescargas elctricas hasta pulverizarlo, Artaud loco). A esa pura habla y esa pura risa hay que aadirles o ellas loson, en definitiva el puro pensar que ya no piensa mediante representaciones, pensar hurfano y absolutamentevuelto sobre s que tiene lugar en una oquedad incolmable en la cual el pensar es pensado por el pensar (Drazul,A., Ob. cit.), y al que, gracias al levantamiento de la escisin entre el yo y el no-yo, o, si cabe expresarlo as, entre loMismo y lo Otro, todo se acerca tanto que ya no hay nada que no pueda ser pensado: Ansi un abismo confiesaSpinetta / y todo, todo, todo se acerc () ya no hay algo que no pueda pensar (Ob. cit.) En suma: se hace posibleelpensar absoluto, que, tal como observa Cacciari con respecto a la msica, solo adviene tal en la medida en querenuncia a serde lo absoluto es decir, en la medida en que se deshace de la carne y, con ella, de toda la

    podredumbre, de toda la mierda de la metafsica. Pensamiento absoluto como pensamiento descarnado.33 Pues Dios bram la metafsica, y yo me aferr, yo, al meta de lo fsico, del cuerpo fsico de mi yo. (Artaud, A.

    Ob. cit.., p. 87).34 Artaud, A.Fragmentaciones, en: Ob. cit,, p. 82.35

    No fue una violacin, / Se prest a la obscena comida. / Le encontr sabor, / aprendi por s mismo / a hacerse eltonto / y a comer carroa / delicadamente (Artaud, A. La bsqueda de la fecalidad, en: Ob. cit., p. 12).36 Lefbvre, H. Sobre el asesinato de Dios. Introduccin a: Nietzsche, F. El Anticristo (1999). Edicin virtual de

    www.elaleph.com, p. 5.

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    emponzoado el corazn de los hombres con el resentimiento y la idea del pecado; y

    despus se les ha explicado por el pecado original o actual su decadencia. Abominable

    crculo vicioso. Apenas si se elevan por encima de este odioso rebao algunos tipos,

    odiosos ellos mismos, pero seleccionados y despus de todo superiores: el prelado

    maquiavlico, el contemplativo, el santo37.

    La relacin entre veneno y pecado o, ms exactamente, entre veneno y sexualidad est

    presente tambin en Artaud, en sugerente proximidad a la perspectiva de Nietzsche. En principio, da

    la receta de la tortilla venenosa que acabara con l, que lo desarticulara; y la cual,

    convenientemente elaborada, bien batida, vendra a constituir una especie de punto gelatinoso que

    habra tratado de evitar y que, por ese acto, se restablecera en l 38. Pero lo interesante es que la

    cuestin del veneno parece girar siempre en torno de un punto como de su centro de gravedaden

    ello reside, puede decirse, la clave metafsica (o ponzoosa, en la estela de Nietzsche) de la

    decadencia humana. Punto gelatinoso de la tortilla csmica, punto negro de la sexualidad humana39.

    De uno a otro, as como de Artaud a la humanidad, hay una continuidad. Porque lo que Artaud

    experimenta, de algn modo, nos recuerda la suprema declaracin de Nietzsche el colmo de la

    esquizofrenia, la deser todos los nombres de la historia40. Lo que lsientey procura verbalizar en37 Ob. cit., p. 5.38 El detalle es el que sigue: ustedes no saban / que el estado / HUEVO / era el estado / anti-artaud / por excelencia /

    y que envenenar a Artaud / no hay nada / mejor que batir / una buena tortilla / en los espacios / persiguiendo / elpunto / gelatinoso / que Artaud / mientras buscaba el hombre por hacer evit / como a una peste horrible / y es esepunto / el que restablecen en l, / nada mejor que una buena tortilla / rellena de veneno, cianuro, alcaparra /transmitida por el aire a su catastro, / para desarticular a Artaud / en el anatema de sus huesos / COLGADO SOBREEL CADVER / INTERNO (Artaud, A. Aqu yace, en:Para acabar con el juicio de dios y otros poemas Ob. cit.,

    p. 61).39 Cfr. Ob. cit., p. 75.40 Sobre este, considerado como el pensamiento ms abismal de Nietzsche, cuyo centellear se produce,

    precisamente, bajo la apariencia de un hundimiento o una prdida de la razn, O. Barragn observa que es elperspectivismo en modo alguno la adopcin de diferentespuntos de vista por parte de un mismo individuo, encuanto consecuencia directa e inmediata del eterno retorno, el que genera esa multiplicidad de individuos quealguien llamado Nietzsche dice ser: El crculo sin centro del eterno retorno al girar como tiovivo csmico engendraun perspectivismo del que nacen los individuos. El crculo es vicioso por su recirculacin, no sera esta viciosidadla que entrega un mundo con todos sus individuos conformados por el entrechoque de las fuerzas? (Barragn, O.Nietzsche y las fuerzas telricas (2002), en:Economa y desarrollo, Vol. 1, Nro. 1, p. 218. Edicin virtualdisponible en: http://www.fuac.edu.co/revista/M/once.pdf). Deleuze, por su parte, pone nfasis en la nocin deintensidad; y, al hacerlo, abre una puerta terica que permite comunicar los procesos delirantes de Nietzsche yArtaud: los estados vividos que no deben ser reducidos ni a la esfera de lo subjetivo ni al orden de lo individualno son ms que los flujos y cortes de flujos que los nombres propios, precisamente, designan. En este sentido, laintensidad o la vivencia de la intensidad, inseparable de unsufrimiento que la torna a la vez gloriosa einsoportable es el principio mismo de lo trgico en cuanto tal. Hay un nomadismo de esas cargas intensas quetienen, cada una de ellas, su nombre propio, y cuyo desplazamiento no es ms que una sucesin o alternacin demscaras: no se es ms que (en) el pasaje deser este a aquel, no se es ms que (en) el devenirque, en ltimainstancia, se define como la bsqueda de una salida (recurdese la tematizacin efectuada por Deleuze y Guattari deldevenir-animal en Kafka) o, en clave artaudiana, como la fuga hacia eseAfuera que alucinamos en trminos de uninfinito exterior: Esos estados vividos de los que hablaba hace un momento -puntualiza Deleuze-, cuando decaque no es necesario traducirlos en representaciones o en fantasas, que no hay que someterlos a los cdigos de la ley,del contrato o de la institucin, que no hay que canjearlos sino, al contrario, hacer de ellos fluidos que nos lleven

    siempre un poco ms lejos, ms al exterior, eso es exactamente la intensidad, las intensidades (Deleuze, G.Pensamiento nmada (Sobre Nietzsche), en:La isla desierta y otros textos (2005) Barcelona, PreTextos, pp. 321-332. Edicin virtual en: http://filosofianews.blogspot.com/2011/09/gilles-deleuze-pensamiento-nomada-sobre.html).Esquizofrenia y tragedia se identifican en el nomadismo. La esquizofrenia como sustitucin de una mscara por otra,

    http://www.fuac.edu.co/revista/M/once.pdfhttp://filosofianews.blogspot.com/2011/09/gilles-deleuze-pensamiento-nomada-sobre.htmlhttp://www.fuac.edu.co/revista/M/once.pdfhttp://filosofianews.blogspot.com/2011/09/gilles-deleuze-pensamiento-nomada-sobre.html
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    ese lenguaje roto, que va despedazndose y fragmentndose, como cogulos o ideas-tmpanos en

    las que ya no hay un significante y un significado, una materia y una forma, sino el abrupto

    desprendimiento de pedazos de ser, o ms bien, la materialidad de unas palabras que salen

    violentamente disparadas como proyectiles de un cuerpo a otro, lo que l ha devorado y lo envena,

    es esepunto negro o, quiz con mayor exactitud, agujero negro de la sexualidad humana. Paradoja

    central de la esquizofrenia: lo que Artaud engulle lo que es en cierto modo forzado a engullir, latortilla csmica cual punto gelatinoso es ese mismo punto que a su vez engulle el deseo sexual y,

    con l, la condicin de posibilidad de toda metamorfosis o, en clave material aunque no dialctica,

    de toda revolucin41.

    Restablecer la salud, entonces, al igual que en Nietzsche, es aquello que tiene lugar en la

    como reemplazo de un nombre por otro, como pasaje de una vivencia a otra, es elpathos nmade que pugna yainfructuosa y frustradamente, ya fugazmente exitoso por irrumpirall, en la Exterioridad absoluta. Pero, adems,

    otro punto de contacto entre Nietzsche y Artaud es que la esquizofrenia no es un fenmeno meramente psicolgicosino sea cual fuere la interpretacin o la maquinacin lectora al respecto cosmolgico. La conciencia, como laentiende Artaud, no nos remite a la actividad de aprehensin / apropiacin de sensaciones o percepciones por partedel yo ni al conjunto o sistema de ellas sobre la base de unyo pienso fundante; todo eso se transforma en una nadaal producirse esa apertura, a la que ya nos hemos referido, entre el yo y el no-yo, o, ms exactamente, laexperimentacin alucinante de la disolucin de ambos polos en su mutua remisin o enfrentamiento. Elyo y laconcienciaa saber: la vida del yo se anulan o se disuelven en cuanto tales. No hay adentro ni afuera. Y este era elefecto que Artaud esperaba, de acuerdo con su carta a Wladimir Porch, que su mensaje radiofnico contribuyera adesencadenar: quera una obra nueva, que apresara / algunos puntos orgnicos de vida, / una obra / en la que unosienta todo el sistema nervioso / iluminado como en el fotforo / con vibraciones / consonancias / que inviten / alhombre / a salir/ con /su cuerpo / para perseguir en el cielo a esta nueva, inslita / y radiante / Epifana (Artaud,A.Al seor Wladimir Porch, en:Para acabar con el juicio de Dios y otros poemas, Ob. cit., p. 39). Epifanamaterial, en absoluto espiritual, que tiene lugar bajo la forma de una cancelacin del espacio y un contacto real, ms

    prximo que cualquier proximidad imaginable, con los otros: Al que le duelen los huesos como a m / solo tieneque pensar en m / no me alcanzar en espritu por el camino / de los espacios / de qu sirve unirse con un ser enespritu / si no nos unimos en el cuerpo? / Reunirse con un ser en espritu / es alejarse an ms de alcanzarlo encuerpo / algn da. / Pero al que le duelen los huesos como a m /y que piensa en m intensamente /no ve / qu casacae, / qu arbol arde / en su camino / sin embargo la casa cae, / y el rbol arde / y un da l se dar cuenta; / al que leduelen las encas como a m / y que piensa en m / pulveriza el espacio que nos separaba, / este adelgaza y se vuelvems pequeo, / y es l / el espacio / quien se vuelve ciego / y no yo... (Artaud, A. Primer proyecto, en: Ob. cit ., p.26). Esta reunin en cuerpo de la que habla Artaud, en caso de que les demos crdito a Enguita y Quesada, guardaraestrecha relacin con la experiencia dionisaca nietzscheana tal como se la concibe desdeEl nacimiento de latragedia hasta la precipitacin en la locura: La tragedia es incomprensible sin la entrega al cosmos, en el cual, el yose funde con los otros. Esta fusin es, asimismo, el punto de partida que permite a Nietzsche afirmar mucho mstarde yo soy todos los nombres de la historia... (Enguita, J. E. E.; Quesada, J.Poltica, historia y verdad en laobra de F. Nietzsche (2000) Madrid, Huerga y Fierro, p. 130). La esquizofrenia como hecho trasciende la esfera

    psicolgica; es el acontecimiento inefablemente trgico que rompe, literalmente, con las barreras espaciotemporales,y genera, a travs de lafuga intensa a la que Artaud y Nietzsche, cada uno a su manera y en su lenguaje, nosremiten, un contacto ofusin realen un cuerpo material infinito elAfuera, el cosmos... Por nuestra parte, aunquelejana y bretonianamente ms prximos a Merleau-Ponty que a Artaud en lo que respecta a la concepcin de lacarne, alguna vez escribimos:La carne es una, una y sola, y nos une de hecho, sin que lo advirtamos, a la distancia,

    gracias a secretas prolongaciones, cables, hilos de luz sintticos, especiales, aptos para resistir el peso de los

    ngeles y el roce de la escoria, ltimos, acaso nuevos en un universo que, para los dioses, entre bostezo y bostezo,

    se estira rodendonos.41 Si en algunos sitios y para algunas razas la sexualidad humana / humana ha llegado al punto negro, / y si esta

    sexualidad destila influencias infectas, / aterradores venenos corporales, que actualmente paralizan / todo esfuerzode voluntad y de sensibilidad, / y vuelven imposible toda tentativa de metamorfosis / y de revolucin definitiva / e /integral. / Es que desde hace ya siglos / fue abandonada cierta operacin de transmutacin fisiolgica, / y de

    metamorfosis orgnica verdadera del cuerpo humano / la cual por su atrocidad, / por su ferocidad material / y suamplitud / arroja a las tinieblas de una noche psquica tibia / todos los dramas psicolgicos, lgicos o dialcticos delcorazn humano (Artaud, A. El teatro y la ciencia, en:Para acabar con el juicio de dios y otros poemas Ob. cit.,

    p. 75.

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    medida en que sea posible deshacerse de Dios42, esto es, en la medida en que se ponga fin a su

    reinado en ese cuerpo que cada uno de nosotros es. La salud sin Dios de Artaud es algo as como un

    avatar de la gran salud nietzscheana, la cual, en su carcter de presupuesto fisiolgico del

    superhombre, es un pleno estado fisiolgico resultante de la supresin de ese ideal asctico que

    habita en cada organismo gobernando sus rganos, vampirizando sus flujos, socavndolo y

    carcomindolo43

    . Esa supresin bajo la forma de un aborto de los rganos y una barrida de losmicrobios es el acontecimiento que tiene lugar en lo que Artaud entiende por teatro de la

    crueldad44; en cuyo marco dionisaco de baile y de gritos se produce, en un sentido mucho ms

    hipocrtico que aristotlico, la catarsis esto es, la expulsin de los humores nocivos, la

    purificacin del espritu, la curacin. En palabras de Derrida: La teatralidad tiene que atravesar y

    restaurar de parte a parte la existencia y la carne. Habr que decir, pues, del teatro lo que se dice

    del cuerpo45. Oficiando de medium, invocndolos y acogindolos en su propia letra, el padre de la

    gramatologa logra poner en conexin a Nietzsche y a Artaud; y ello, estableciendo una articulacinentre el carcter afirmador y futuro de la crueldad artaudiana con el acontecimiento siempre

    demorado, siempre por venir46 de la muerte de Dios en cuanto expulsin de lo Absoluto de la

    escena.

    Solo hay, en suma, un nico problema: que Dios se vaya o se quede 47 es decir, el

    problema de la partida de Dios / o de su permanencia48. El teatro de la crueldad aporta la solucin,42 Cfr. Artaud, A. Fragmentaciones, en: Ob. cit. , p. 78.43 Del fracaso de esta lucha por abrirse paso hacia unAfuera absoluto, y de la consiguiente condena a permanecer

    encerrado en el crculo ptreo de una interioridad en cuyo seno el yo, tras rebelarse, no hace ms que sucumbir y, enltima instancia, devenir fascista, trata The Wall(1979, Harvest Records), la obra maestra de Pink Floyd. En Heyyou se lo afirma de manera explcita: But it was only fantasy / The wall was too high, as you can see. / No matterhow he tried, he could not break free / and the worms ate into his brain.

    44 entonze pens en un teatro de la / crueldad que baile y que grite / para abortar rganos / y barrer con todos losmicrobios / y en la anatoma sin grietas del hombre / donde se abort todo lo que est cuarteado / hacer reinar lasalud sin dios (Artaud, A.Para acabar con el juicio de Dios y otros poemas, Ob. cit., p. 40). Artaud bosqueja unasuerte degenealoga de Dios que establece una lnea de continuidad o de filiacin entre la representacin mitolgicade los indios americanos (el espritu) y el estudio cientfico de las enfermedades (que gira en torno de losmicrobios. Esa genealoga que va de lo irracional a lo racional acaba con uno y otro en cuanto tales:naturaleza microbiana del espritu; naturaleza espiritual de los microbios.

    45 DERRIDA, Jacques El teatro de la crueldad y la clausura de la representacin, en: Ob. cit.46 El hecho de que, como observa Derrida, esa cruel afirmacin en que consiste el teatro de la crueldad an est por

    nacer, constituye la contracara de que la noticia de la muerte del Emperador (Kafka) o de la muerte de Dios(Nietzsche) est por llegarinminente y, a la vez, indefinidamente demorada. Primera paradoja: la muerte de Diosno termina de producirse porque el teatro de la crueldad , que ser quien lo expulse o eche de la escena, an no hanacido; pero este an no ha nacido porque la muerte de Dios an no es, y quiz nunca lo sea, un hecho. Segunda

    paradoja: el teatro de la crueldad no naceporque est naciendo, del mismo modo que Dios no muereporque estmuriendo y el mensaje no llegaporque est llegando. Tercera paradoja: mientras que la muerte es la condicin de lavida o, ms exactamente, del acceso ...a una vida anterior al nacimiento y posterior a la muerte (Ob. cit.); lademora infinita del mensajero de Kafka, por un lado, constituye la condicin misma de la llegada del mensaje; y elanuncio de la muerte de Dios efectuado por el loco nietzscheano, por otro lado, constituye la condicin de quealguna vez ese anuncio sea posible. Cuarta paradoja: para que haya teatro de la crueldad, en Artaud, es preciso queno haya pblico; anlogamente, para que haya mensaje, en Kafka, es necesario que no haya nunca un receptor, y

    para que haya anuncio, en Nietzsche, es imprescindible que no haya an un oyente (el mensajero kafkiano y el loconietzscheano se cruzan, estn cruzndose una y otra vez, en esepunto opuerta que comunica al pasado con el futuro

    y al futuro con el pasado; futuro, el anuncio del loco lo es en cuanto ya ha sido, demasiado pronto, anunciado;consumada, la misin del mensajero imperial lo es en cuanto todava, no lo ha sido).47 Artaud, A.Para acabar con el juicio de Dios y otros poemas Ob. cit.,p. 37.48 Artaud, A. Ob. cit., p. 38.

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    y esta consiste en una desespiritualizacin radical del cuerpo que ponga fin al asedio de Dios 49, es

    decir, en una fisiologa de la liberacin de los rganos o, ms radicalmente, en una liberacin del

    cuerpo de los rganos mismos y, por consiguiente, en una des-organizacin del cuerpo. Si los

    rganos, intiles, son ya siempre de Dios50; si el imperio de Dios se da necesariamente bajo la forma

    de esa nauseabunda / coagulacin de la vida / infecciosa del ser / que el cuerpopuro / rechaza51 y

    que llamamos organismo; si el organismo, por ltimo, es esa mala construccin que constituyela causa de la enfermedad en sentido ontolgico52, entonces es preciso proceder a la extirpacin de

    Dios53a fin de que efectivamente solo haya cuerpo y no espritu54o, en otras palabras, a fin de que

    el cuerpo curado de su enfermedad espiritual sea un hecho55. Que el cuerpo sea un hecho

    significa, bsicamente, que se trata de un cuerpo sin Dios o como se pone claramente de

    manifiesto sobre la base de lo antedicho de un cuerpo sin rganos; y la afirmacin de que es un

    hecho no apunta a una positividad en el sentido comtiano sino a su condicin de cuerpo pleno,

    vale decir, en la medida en que elimina al vaco pues Dios, si existe, solo existe / como el vacoque avanza con todas / sus formas56 y, con l, la condicin de posibilidad de toda distincin entre

    el Adentro y el Afuera57.

    Crueldad, en definitiva, es el nombre artaudiano de la saludo, ms bien, de la operacin

    que hace posible la salud, del proceso mismo de la curacin, del reestablecimiento del cuerpo.

    Sanar deshacerse de Dios y el Estado-organismo, doblegar a sus esbirros significa tambin y ante

    todo poner fin al yo poder ser todos los yo58, y, por ende, poder ser todos los nombres de la

    historia. El camino que Artaud abriera por y en s mismo, condujo, tiempo despus, a Deleuze y a

    Guattari, a la exploracin de esa singular regin donde donde no hay fronteras que separen la

    historia de la naturaleza ni el yo del no-yo, esto es, al descubrimiento del universo de las

    mquinas deseantes productoras y reproductoras, la universal produccin primaria como 'realidad

    esencial del hombre y de la naturaleza'59. No estoy loco deca, gritaba, difunda a los cuatro

    vientos Artaud, en un parlamento tan lcido como sincero; pero una sociedad insalvablemente

    enferma de cordura, suicidante, signada por la alianza entre el capitalismo y el estircol60, distaba

    mucho de escucharlo. Y, en efecto, no lo estaba. Hara falta volverse contra la maquinaria edpica,

    contra el Dspota interior, en el marco de una praxis esquizoanaltica liberadora de los flujos49 Sobre el asedio de Dios el espritu cfr. Artaud, A. Ob. cit.., p. 98.50 Artaud, A. Ob. cit.., p. 31.51 Artaud, A. Ob. cit., p. 61.52 El hombre est enfermo porque est mal / construido (Artaud, A. Ob. cit., p. 23).53 La crueldad consiste en extirpar por la / sangre y hasta la sangre a Dios... (Artaud, A. Ob. cit., p. 22).54 As, Artaud se refiere a s mismo en los siguientes trminos: Artaud / que saba que no hay espritu / sino un cuerpo

    / que se rehace como el engranaje del / cadver con dientes... (Ob. cit., p. 74).55 Cfr. Artaud, A. Ob. cit., p. 98.56 Artaud, A. Ob. cit.., p. 20.57 No hay un interior, no hay espritu, afuera o conciencia, nada ms que el cuerpo tal como se lo ve, un cuerpo que

    no deja de ser, ni siquiera cuando cae el ojo que lo ve (Artaud, A. Ob. cit., p. 98).58 Cfr. Artaud, A. Ob. cit., p. 83.59 Deleuze, G.; Guattari, F. Ob. cit., p. 14.60 Artaud, A. Para acabar con el juicio de Dios y otros poemas Ob. cit.., p. 54.

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    deseantes, para comprender lo quepara nosotros ha de significar lo mismo que experimentar que

    solo de la esquizofrenia, tal como haba sido vivida y sufrida pero al mismo tiempo gozada por

    Artaud, era posible esperar la reconstruccin del ser humano y la supresin de la enfermedad.

    Estaba en manos de ellos, los cuerdos, atarlo o seguir sus consejos.

    Y, ya lo sabemos, decidieron atarlo.

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  • 7/29/2019 Artaud - Esa Cruel Salud de La Esquizofrenia

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