Asesinatos de Periodistas

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    2008

    RELATORA ESPECIAL PARA LA LIBERTAD DE EXPRESINCOMISIN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOSORGANIZACIN DE LOS ESTADOS AMERICANOS1889 F St. N.W.WASHINGTON, D. C. 20006www.cidh.oas.org/relatoria/

    [email protected]:Atico Publicidadwww.aticopub.com

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    OAS Cataloging-in-Publication Data

    Inter-American Commission on Human Rights.Estudio especial sobre la situacin de las investigaciones

    respecto a los periodistas asesinados en la regin durante elperodo 1995-2005 / [por la Relatora Especial para la Libertadde Expresin].

    p. ; cm. (OEA Documentos Ociales; OEA Ser.L) (OASOcial Records Series; OEA Ser.L)

    ISBN 978-0-8270-5196-6

    1. Freedom o the press. 2. Freedom o expression. 3.Freedom o inormation. I. Special Rapporteur or Freedomo Expression. II. Title. III. Series.

    OEA/Ser.L/V/II.131

    Aprobado por la Comisin en su 131 perodo ordinario de sesiones

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    indicePresentacin 9

    Introduccin 11

    Captulo I 21La obligacin de los Estados de investigar las violaciones de los derechos humanos y de combatir la impunidad

    A. La obligacin de investigar: una obligacin positiva de los Estados en el marco delSistema Interamericano de Proteccin de los Derechos Humanos 23

    B. Principios de seriedad y eicacia y estndar de debida diligencia 26

    C. La obligacin de investigar las violaciones del derecho a la vida 32D. La obligacin de investigar la violacin del derecho a la vida de periodistas y comunicadoressociales como garanta del derecho a la libertad de expresin 37

    E. Incumplimiento de la obligacin de investigar e impunidad. Implicaciones de la impunidad 40

    Captulo II 43Situacin de las Investigaciones sobre el Asesinato de Periodistas en la Regin por Motivos que pudieran estarrelacionados con el Ejercicio de la Actividad Periodstica -Perodo de 1995 a 2005-

    A. Los periodistas y comunicadores sociales asesinados en la regin durante el perodo 1995-2005,por motivos que pudieran estar relacionados con el ejercicio de la actividad periodstica 46

    B. El estado de las investigaciones 50

    1. Tiempo de duracin de las investigaciones 51

    2. Identiicacin de autores y de mviles de los crmenes 553. Desarrollo de las investigaciones: prctica de pruebas y lneas lgicas de i nvestigacin.Obstculos y obstrucciones 57

    4. Sentencias condenatorias 59

    5. Cuadro de impunidad 63

    6. Avances en las investigaciones 65

    Captulo III 67Conclusiones y recomendaciones

    A. Conclusiones 69

    B. Recomendaciones 70

    Cuadro 73Los periodistas y comunicadores sociales asesinados en la regin durante el perodo 1995-2005,

    por motivos que pudieran estar relacionados con el ejercicio de la actividad periodstica

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    PresentacinEl asesinato de periodistas y comunicadores sociales es la orma ms violentade vulnerar el derecho a la libertad de expresin, ya que no solamente anulael derecho a la vida de la vctima, sino que aecta el derecho a la integridadpsquica y moral de su amilia y priva a la sociedad de una uente de opinine inormacin. La carencia de investigaciones adecuadas y la impunidad quese genera en relacin con los asesinatos de periodistas motivados por sulabor periodstica, pueden tener el eecto de propiciar que otros reporterossean asesinados y de omentar la autocensura, lo cual restringe la libertad deexpresin.

    Los Estados tienen la obligacin de investigar estos asesinatos con eectividad,determinar sus causas y sancionar a los responsables. Incumplir esta obligacin

    y la impunidad en la que deriva, genera la responsabilidad internacional de losEstados, tanto cuando se trata de crmenes cometidos por agentes del Estadocomo cuando han sido cometidos por particulares.

    El objetivo del presente Estudio Especial sobre la Situacin de las Investigacionessobre el Asesinato de Periodistas en el Perodo 1995-2005, por Motivos quepudieran estar relacionados con la Actividad Periodstica es hacer un anlisisde la situacin de las investigaciones de los asesinatos de comunicadoressociales en la regin. El panorama que revela este inorme no es alentador:en las Amricas se sigue matando a los periodistas, y la gran mayora de esosasesinatos quedan en la impunidad.

    De esta preocupacin surge la idea de hacer un estudio que sea un llamadoa la concientizacin sobre la existencia de un problema extremadamentegrave. Aun cuando muchos de estos asesinatos pueden provenir de ormas delcrimen organizado y no estn involucrados directamente agentes del Estadocomo autores materiales o intelectuales de estos crmenes, la investigacin ysancin de los casos es una obligacin internacional a los Estados, a travs desus tribunales y dems rganos competentes. La impunidad es responsabilidadde los Estados. Es undamental que existan avances en estas investigaciones,que se logre determinar la autora tanto material como intelectual de estoscrmenes, y que se sancionen a los responsables. Ese es el mensaje que esperay debe recibir una sociedad democrtica, cuando se silencian de esta manera asus uentes de inormacin y se limita as su derecho a la libertad de expresin.

    En ese sentido, la Relatora Especial espera que este estudio pueda ser utilizadopor los Estados como una uente a tomar en cuenta a la hora de modicary reorzar sus prcticas en materia de investigaciones judiciales los casosde asesinatos de periodistas, as como tambin para crear condiciones queaseguren la integridad sica de aquellos comunicadores sociales amenazadospor motivos vinculados a su trabajo periodstico.

    Hago constar mi agradecimiento al comprometido personal de la RelatoraEspecial que colabor en la realizacin del presente trabajo. En particular, deseoagradecer al Dr. Daniel Cerqueira, y a la Dra. Tatiana Rincn Covelli, consultorade la Relatora.

    Ignacio J. lvarezRelator Especial para la Libertad de ExpresinMarzo de 2008

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    Introduccin1. El asesinato de periodistas y comunicadores sociales, pormotivos relacionados con su trabajo periodstico, constituye lams grave violacin del derecho a la libertad de expresin. Elasesinato de un periodista no solo vulnera en orma grave suderecho a la vida, sino que suprime en orma radical su derechoa expresarse libremente y vulnera el derecho de las sociedades yde sus ciudadanos y ciudadanas a buscar y recibir inormacionese ideas de toda ndole. La vulneracin de la dimensin socialy colectiva del derecho a la libertad de expresin se hace anms grave por el eecto de autocensura que tiene, sobre losdems trabajadores de la comunicacin social, el asesinato de

    un periodista cometido en razn de su labor. La impunidad deestos crmenes acenta la autocensura y constituye, tambin,una seria vulneracin del derecho a la libertad de expresin ensu dimensin individual y en su dimensin colectiva.

    2. Desde su primer inorme anual en el ao 1998, la RelatoraEspecial para la Libertad de Expresin (en adelante, laRelatora) ha seguido con especial atencin y preocupacinla situacin de la vulneracin del derecho a la vida de losperiodistas en los pases de la regin, en particular, los asesinatosde que han sido vctimas, y la situacin de las investigaciones

    relacionadas con estos hechos.

    3. En el ao 1998, la Relatora maniest expresamente que[l]os asesinatos de periodistas son una amenaza grave para elejercicio de la libertad de expresin y la orma ms directa deatacarla1, y seal ya, en ese momento, que

    El Relator ha recibido inormacin de que lamayora de los casos de asesinatos y amenazas deperiodistas han quedado impunes y no estn siendoinvestigados por las autoridades judiciales con laeectividad, proundidad y dedicacin que ameritan.Sobre el particular, el Relator expresa que cadaEstado tiene el deber de investigar eectivamentelos hechos donde existan asesinatos o amenazas aperiodistas y sancionar a sus responsables.2

    1 Inorme Especial del Relator sobre la Libertad de Expresin, 1998. Captulo III. Evaluacinsobre el estado de la libertad de expresin en el Hemiserio, versin pd. pg 25, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=134&lID=2

    2 Inorme Especial del Relator sobre la Libertad de Expresin, 1998. Captulo III. Evaluacinsobre el estado de la libertad de expresin en el Hemiserio, versin pd. pg 26, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=134&lID=2

    "El asesinato suprime enforma radical su derechoa expresarse libremente

    y vulnera el derecho delas sociedades y de susciudadanos y ciudadanasa buscar y rec ib i rinformaciones e ideas detoda ndole."

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    4. La Relatora ha seguido considerando como su mayorpreocupacin el asesinato de periodistas debido principalmente

    al valor de la vida humana que se vulnera y al eectoamedrentador que siembra sobre los periodistas, en especial, ytambin sobre toda la sociedad.3

    5. En su monitoreo diario de la situacin de la libertad deexpresin en la regin, la Relatora ha podido constatar perodosde grave deterioro de la misma y de una mayor vulnerabilidadde los periodistas. En estos perodos se ha registrado unaumento en las amenazas y en la violencia sica que en suorma ms brutal se ha expresado en el asesinato de periodistasy comunicadores sociales.4

    6. En varios de estos perodos, el agravamiento de la situacin seha debido a las condiciones particularmente crticas de algunospases. Por ejemplo, en los aos 1998, y 2000 a 2003, la situacinde Colombia ue especialmente alarmante. En el ao 1998 ueronasesinados, en este pas, 10 periodistas, en el ao 2000 ueronasesinados 9 periodistas, en el 2001 ueron asesinados otros 10periodistas, en el ao 2002 ueron asesinados 14 periodistas y enel ao 2003, de nuevo, 9 periodistas. Igualmente, entre junio de2004 y junio de 2005, la situacin ue especialmente crtica enMxico, en donde ueron asesinados 7 periodistas, inicindoseeste perodo con el asesinato del periodista Francisco Javier Ortiz

    Franco, coundador y editorialista del semanario Zeta.5 En el

    3 Al respecto, Inorme Anual de la Relatora Especial para la Libertad de Expresin, 2006.Captulo IV. Conclusiones y recomendaciones, conclusin 2, versin en pd, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=691&lID=2; Inorme de la Relatora para la Libertadde Expresin, 2005. Captulo VII. Consideraciones y recomendaciones inales, consideracin 2,versin en pd, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=662&lID=2; InormeAnual de la Relatora para la Libertad de Expresin, 2004. Captulo VII. Consideraciones yRecomendaciones Finales, consideracin 3, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=445&lID=2; Inorme Anual de la Relatora para la Libertad de Expresin, 2003. CaptuloVII. Consideraciones y recomendaciones inales, consideracin y recomendacin 4, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=273&lID=2; Inorme Anual de la Relatorapara la Libertad de Expresin, 2002. Captulo VI. Consideraciones inales y recomendaciones,consideracin y recomendacin 2, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=331&lID=2; Inorme Anual de la Relatora Especial para la Libertad de Expresin,2001. Captulo VI. Consideraciones inales y recomendaciones, consideracin y recomendacin

    2, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=391&lID=2; Inorme Anualdel Relator Especial para la Libertad de Expresin, 2000. Captulo VI. Consideraciones inalesy recomendaciones, consideracin y recomendacin 2, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=607&lID=2; Inorme Anual del Relator Especial para la Libertad deExpresin, 1999. Captulo III. Consideraciones inales y recomendaciones, versin pd, pg. xv,en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=135&lID=2

    4 C., entre otros, Relatora Especial para la Libertad de Expresin. Comunicado de Prensa154/06, 12 de octubre de 2006, perodo en el que se registraron numerosos hechos de amenazasy agresiones y siete homicidios de periodistas, en: http://www.cidh.org/relatoria/showarticle.asp?artID=680&IID=2; Comunicado de Prensa 119/05, 19 de abril 2005, destacando en su InormeAnual el aumento de la violencia en el 2004, y el nmero de periodistas asesinados en eseao, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=498&lID=2: Inorme Anual dela Relatora Especial para la Libertad de Expresin, 2001. Captulo II. Evaluacin sobre el estadode la Libertad de Expresin en la Regin. B. Evaluacin, prr. 6, en el que se seala que [e]lasesinato a periodistas sigue representando el problema ms grave en materia de libertad deexpresin e inormacin en las Amricas.

    5 El seor Ortiz Franco ue asesinado el 22 de junio de 2004, en Tijuana. Ver: Reporterossin Fronteras. Autoridad, impunidad y autocensura: las duras condiciones de los periodistasronterizos, junio 2005 en: http://www.rs.org/IMG/pd/rapport_mexique_esp.pd Los otrosperiodistas asesinados, en Mxico, entre junio de 2004 y junio de 2005, son: Francisco ArratiaSaldierna, Roberto Javier Mora Garca, Leodegario Aguilar Lucas, Gregorio Rodrguez Hernndez,Dolores Guadalupe Garca Escamilla y Ral Giba Guerrero. Ver: cuadro anexo al presente estudio:Estudio especial sobre la situacin de las investigaciones sobre el asesinato de periodistas en elperodo 1995-2005 (en adelante, tambin, cuadro anexo al presente estudio).

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    ao 2006, la Relatora registr como perodo de especial alarmael comprendido entre el 1 de octubre y el 31 de diciembre, en el

    que ueron asesinados 6 periodistas en Mxico y se produjeronnumerosos actos de agresiones sicas y amenazas contraperiodistas en otros pases, entre ellos, Argentina, Bolivia, Brasil,Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Hait, Honduras, Mxico,Paraguay, Per, Uruguay y Venezuela.6

    7. La Relatora ha observado, igualmente, que una constantede las investigaciones iniciadas una vez ocurridos los asesinatosde los periodistas es la alta de esclarecimiento de los hechos yla impunidad. En ese sentido, la Relatora ha registrado, en lacasi totalidad de los casos, la alta de investigaciones adecuadas,y en su mayora, la alta de identicacin de los autores de loscrmenes o de la totalidad de ellos, la ausencia de capturas, y lainexistencia de juicios y sanciones.

    8. En relacin con esta situacin, la Relatora ha llamadoconstantemente la atencin sobre las amenazas y agresionescontra los periodistas y trabajadores de la comunicacin socialocurridas en varios pases7 y ha expresado sistemticamente

    6 C. Relatora Especial para la Libertad de Expresin. Comunicado de Prensa 162/07, 29 deenero de 2007, sobre el alto nmero de amenazas y agresiones contra periodistas en el cuatrotrimestre del 2006 en: http://www.cidh.org/relatoria/showarticle.asp?artID=689&IID=2

    7 C., entre otros, Relatora Especial para la Libertad de Expresin. Comunicado de Prensa162/07, 29 de enero de 2007, sobre el alto nmero de amenazas y agresiones contra periodistasen el cuatro trimestre del 2006; Comunicado de Prensa 154/06, 12 de octubre de 2006, sobrelas amenazas a varios periodistas y directivos de medios de comunicacin en Argentina, sobreamenazas contra comunicadores en Brasil, Colombia, Guatemala y Paraguay, sobre amenazasy atentados contra periodistas en Mxico y Per; Comunicado de Prensa 144/06, 7 de julio de2006, respecto de Mxico en: http: //www.cidh.org/relatoria/showarticle.asp?artID=669&IID=2

    "...una constante de lasinvestigaciones [sobre]los asesinatos de los

    periodistas es la falta deesclarecimiento de loshechos y la impunidad."

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    su condena por los asesinatos8, instando, en cada uno de suspronunciamientos, a las autoridades de los respectivos Estados,

    a investigar de manera rpida, exhaustiva, diligente y ecazlos hechos, con el n de lograr su esclarecimiento, as como elenjuiciamiento y sancin de todos sus autores, y evitar, de estemodo, que hechos similares se repitan.

    9. El asesinato de periodistas, cuando se produce en razndel ejercicio de su labor, congura, como se seal antes, unagrave violacin del derecho a la libertad de expresin, ensu dimensin tanto individual como colectiva. El asesinatode un periodista o de un comunicador social, undado en sutrabajo, no slo silencia la voz del periodista, vulnerando suderecho a expresarse libremente, sino que vulnera el derechode las sociedades, como un todo, a recibir y buscar, tranquila ylibremente, inormaciones e ideas de toda ndole. El asesinato

    8 C. Relatora Especial para la Libertad de Expresin. Comunicado de Prensa 154/06, 12 deoctubre de 2006, sobre los asesinatos de los periodistas Manoel Paulino da Silva y AjuricabaMonassa de Paula en Brasil, los periodistas Milton Fabin Snchez y Atilano Prez Barriosen Colombia, el periodista Eduardo Heriberto Maas Bol en Guatemala, el periodista EnriquePerea Quintanilla en Mxico, el periodista y dirigente poltico Jess Flores Rojas en Venezuela;Comunicado de Prensa 144/06, 7 de julio de 2006, en relacin con el asesinato de los periodistasJorge Aguirre y Jos Joaqun Tovar en Venezuela; Comunicado de Prensa 146/06, 19 de juniode 2006, sobre el asesinato del periodista Jos Joaqun Tovar en Venezuela, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=667&lID=2; Comunicado de Prensa 134/06 (Rev.1),6 de abril de 2006, sobre el asesinato del otgrao Jorge Aguirre en Venezuela, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=656&lID=2; Comunicado de Prensa 115/05,14 de enero de 2005, sobre el asesinato del periodista colombiano Julio Hernando Palacios

    Snchez en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=353&lID=2; Comunicadode Prensa 112/04, sobre asesinato de la periodista Mara Jos Bravo en Nicaragua, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=187&lID=2; Comunicado de Prensa 109/04,sobre el asesinato del periodista Francisco Arratia Saldierna en Mxico en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=187&lID=2; Comunicado de Prensa 103/04,sobre el asesinato del periodista Jos Carlos Arajo en Brasil, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=125&lID=2; Comunicado de Prensa 99/04, sobre el asesinatodel periodista Carlos Jos Guadamuz en Nicaragua, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/artListCat.asp?year=2004&countryID=1&lID=2&catID=1; Comunicado de Prensa 96/03, sobreel asesinato del periodista Germn Antonio Rivas en Honduras, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=119&lID=2; Comunicado de Prensa 82/03, sobre el asesinato delperiodista Nicanor Lihnares Batista en Brasil, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=103&lID=2; Comunicado de Prensa 76/03, sobre el asesinato de los periodistasGuillermo Bravo Vega y Jaime Rengio Rebelo en Colombia, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=97&lID=2; Comunicado de Prensa 71/03, sobre el asesinato del periodistaLuis Eduardo Alonso Parada en Colombia, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=92&lID=2; Comunicado de Prensa 63/02, sobre el asesinato del periodista DomingosSvio Brando de Lima Jnior en Brasil, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.

    asp?artID=82&lID=2; Comunicado de Prensa 59/02, sobre el asesinato del periodista Eran VarelaNoriega en Colombia, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=77&lID=2;Comunicado de Prensa 48/01, sobre el asesinato del periodista Brignol Lindor en Haiti, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=66&lID=2; Comunicado de Prensa 43/01, sobreel asesinato de los periodistas Pablo Emilio Parra Castaeda, Arqumedes Arias Henao, Jos UbielVsquez y Jorge Enrique Urbano en Colombia, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=58&lID=2; Comunicado de Prensa 44/01, sobre asesinato del periodista ParmenioMedina en Costa Rica, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=59&lID=2;Comunicado de Prensa 42/01, sobre el asesinato del periodista Flavio Bedoya en Colombia, en:http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=57&lID=2; Comunicado de Prensa 36/00.Los tres Deensores de la Libertad de Expresin del Mundo Expresaron su Preocupacin por losAsesinatos a Periodistas y por la Existencia de Leyes Restrictivas a la Libertad de Expresin,en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=43&lID=2; Comunicado de Prensa25/00, sobre el asesinato del periodista Roberto Martnez y la agresin a otros dos periodista enGuatemala, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=31&lID=2; Comunicadode Prensa 22/00, sobre el asesinato del periodista haitiano Jean Lopold Dominique, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=28&lID=2; Comunicado de Prensa 20/99,sobre el asesinato del periodista Pablo Emilio Medina en Colombia, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=9&lID=2; Comunicado de Prensa 18/99, sobre asesinato delos comunicadores sociales Luis Alberto Rincn y Alberto Snchez en Colombia, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=23&lID=2; Comunicado de Prensa 14/99, sobre elasesinato de los periodistas Rodolo Luis Torres y Guzmn Quintero Torres en Colombia, en:http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=21&lID=2; Comunicado de Prensa12/99, sobre el asesinato del humorista Jaime Garzn en Colombia en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=20&lID=2

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    de periodistas, en razn de su trabajo, tiene tambin eleecto de amedrentar a otros periodistas y a los ciudadanos y

    ciudadanas que desean denunciar determinados hechos o dar aconocer pblicamente sus opiniones sobre los mismos. En estesentido, el asesinato de periodistas o comunicadores sociales,en razn de su labor, es un hecho que aecta proundamente laexistencia y consolidacin de sociedades democrticas, establesy participativas, en las que resulta esencial la participacin deuna ciudadana bien inormada en la toma de decisiones.

    10. La Relatora considera necesario recordar, al respecto, quelos Estados tienen la obligacin de respetar el derecho a la vidade todas las personas sujetas a su jurisdiccin y de prevenir lasviolaciones del mismo, y, en consecuencia, tienen la obligacin derespetar el derecho a la vida de los periodistas y comunicadoressociales y de prevenir su violacin. Los Estados tienen, en estesentido, el deber de adoptar las medidas necesarias y adecuadaspara proteger este derecho y para evitar que tanto sus agentescomo los particulares atenten contra l.

    11. La Relatora considera, asimismo, que la carencia deadecuadas investigaciones y la impunidad, en relacin conlos asesinatos de periodistas cometidos en razn de su labor,conguran una violacin del derecho a la libertad de expresinen su dimensin individual y en su dimensin social, y tienen el

    grave eecto de propiciar la repeticin de los mismos.

    12. Por tanto, la obligacin de investigar y de combatir laimpunidad de los asesinatos de periodistas es, igualmente,una obligacin undamental y prioritaria de los Estados paragarantizar no slo el derecho a la vida sino, tambin, y en ormaesencial, el libre y pleno ejercicio del derecho de las personasbajo su jurisdiccin a la libertad de expresin. El cumplimientodel deber de investigar constituye, adems, una de las msimportantes medidas para prevenir y evitar los atentados contrala vida de los periodistas y comunicadores sociales.

    13. Atendiendo a todo lo anterior, la Relatora ha consideradode suma importancia hacer un estudio de la situacin de lasinvestigaciones de los asesinatos de periodistas y comunicadoressociales en la regin. Para el eecto, ha denido el perodo queva del ao 1995 al ao 2005.9

    14. En la determinacin de este perodo la Relatora ha tenidoen cuenta varios criterios. En primer lugar, la identicacin de

    9 Al respecto, Inorme Anual de la Relatora Especial para la Libertad de Expresin, 2006.Captulo I. Inormacin general. B. Principales actividades de la Relatora. 5. Estudios y

    publicaciones, Estudio especial sobre impunidad, prr. 22, versin en pd, en: http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=691&lID=2 Aun cuando el presente estudio est centradoen la situacin de las investigaciones por los asesinatos de periodistas cometidos por motivosque podran estar relacionados con la actividad periodstica, la Relatora considera tambincomo un hecho de suma gravedad que vulnera, entre otros derechos, el derecho a la libertad deexpresin en su doble dimensin, la desaparicin orzada de periodistas en razn de su labor yla impunidad en relacin con estos crmenes.

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    un perodo sucientemente representativo de la situacina ser analizada, que le permitiera a la Relatora hacer un

    estudio no slo de hechos sino, sobre todo, de tendencias. Ensegundo lugar, la Relatora consider pertinente denir unao de inicio que le garantizara la cercana temporal necesariapara recoger adecuadamente la inormacin que el estudiorequera. Y, en tercer lugar, la Relatora consider que, dado elobjeto del estudio, era pertinente dar un tiempo prudencial,en relacin con los hechos ocurridos en el ltimo ao que ueseseleccionado para el estudio, a n de que los Estados avanzaranen las respectivas investigaciones.

    15. Aplicando estos criterios, la Relatora consider que elestudio de un perodo de diez aos le permita hacer unseguimiento adecuado de los hechos, con el n de establecertendencias. Asimismo, y teniendo en cuenta que la Relatorainici su trabajo en el ao 1998, consider que el ao 1995,como ao de inicio del periodo a ser estudiado, era un ao losucientemente cercano para recoger la inormacin que elestudio demandaba. Y, nalmente, el ao 2005, como ao decierre del periodo de diez aos, permita cumplir, a su vez, conel requerimiento de dar a los Estados un tiempo prudencial paraavanzar adecuadamente en las investigaciones y en la obtencinde resultados en las mismas.

    16. Igualmente, en la identicacin de los casos a serconsiderados en el estudio, la Relatora tuvo en cuenta,para denir el criterio respectivo, el enorme impacto que laimpunidad tiene para establecer, oportuna y plenamente, si elasesinato de un periodista estuvo o no motivado en su laborperiodstica, en contextos a menudo caracterizados por lainseguridad ciudadana y la violencia. En algunos casos, graciasa la inormacin que circula pblicamente en los propiosmedios de los trabajadores de la comunicacin social, se hapodido descartar el mvil proesional. En otros casos, con baseen la inormacin recibida de distintas uentes, entre ellas, los

    inormes de los Estados, la Relatora ha podido asumir que elmvil del asesinato ue la actividad periodstica. Sin embargo,en la mayora de los casos la impunidad que existe respectodel asesinato, inserta, adems, en un contexto complejo deviolencia y/o inseguridad, hace muy dicil establecer si el crimenestuvo o no motivado por el trabajo periodstico de la vctima.La Relatora ha considerado que en estos casos no se puedeni conrmar ni descartar el mvil del asesinato undado en lalabor proesional del periodista. En esta medida, la Relatora haadoptado como criterio para registrar los asesinatos objeto delpresente estudio, el de asesinatos cometidos por motivos que

    pudieran estar relacionados con la actividad periodstica.

    17. Adicional a los anteriores criterios, la Relatora denitambin una metodologa para la realizacin del estudio,que se desarroll de la siguiente orma: i) Elaboracin de

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    un cuadro preliminar que contena inormacin sobre lossiguientes aspectos, reeridos a los periodistas asesinados

    durante el perodo 1995-2005, por motivos que pudieran estarrelacionados con el ejercicio de la actividad periodstica: elnombre del periodista o comunicador social asesinado; la echay el pas en que ocurrieron los hechos; y una descripcin sucintade los mismos. Este cuadro preliminar se elabor con base enlos inormes anuales de la Relatora, en el monitoreo diario querealiza a la situacin de la libertad de expresin en la regin,en sus comunicados trimestrales, en los inormes recibidos delos Estados y en la inormacin pblica de organizaciones nogubernamentales internacionales y nacionales. ii) Envo, en juliode 2006, de este cuadro preliminar a los Estados, a organizacionesno gubernamentales y a otras instituciones, solicitandoinormacin sobre la situacin de las investigaciones de dichoscrmenes, con base en una serie de preguntas ormuladas porla Relatora. Esta solicitud de inormacin ue reiterada, conposterioridad, a los Estados. iii) Elaboracin de un proyectode cuadro nal, con base en la inormacin recibida tanto delos Estados como de las organizaciones no gubernamentales yde otras instituciones, en el que se actualizaba la inormacinpreliminar sistematizada por la Relatora en el primer cuadro yse reduca, consecuente con la nueva inormacin, el nmerode casos inicialmente registrados; iv) Envo, en el mes de enerode 2008, de este proyecto de cuadro nal a los Estados, con el

    n de recibir de ellos las observaciones y la actualizacin deinormacin que pudieran considerar pertinente, respecto delmencionado proyecto de cuadro nal; v) Elaboracin del cuadronal sobre la situacin de las investigaciones de los asesinatosde periodistas y comunicadores sociales cometidos en la regindurante el perodo 1995-2005, por motivos que pudieran estarrelacionados con el ejercicio de la actividad periodstica; vi)Estudio analtico de la inormacin sistematizada en el cuadronal, teniendo como pautas para el anlisis las preguntasinicialmente enviadas a los Estados, a las organizaciones nogubernamentales y a otras instituciones, y privilegiando la

    identicacin de tendencias; y vii) Sometimiento a la ComisinInteramericana de Derechos Humanos, quien aprob el presenteestudio especial en echa 8 de marzo de 2008, en el marco de su131 Perodo Ordinario de Sesiones.

    18. Las preguntas ormuladas a los Estados, a las organizacionesno gubernamentales y a otras instituciones ueron las siguientes:1) Inormacin dierente sobre la ocurrencia de los asesinatosmencionados en el cuadro [preliminar]; 2) En qu etapaprocesal se encuentran los respectivos procesos relacionadoscon dichos asesinatos?; 3) Se ha determinado si los asesinatos

    tuvieron relacin con el ejercicio de la actividad periodstica delas vctimas?; 4) Existen actualmente personas procesadas comoautores materiales, intelectuales, cmplices o encubridoresrespecto a tales asesinatos?; 5) Existen actualmente personas

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    condenadas como autores materiales, intelectuales, cmpliceso encubridores respecto a tales asesinatos?; 6) Existen

    actualmente personas privadas de libertad en relacin con talesasesinatos? Cuntas?; 7) De haber existido dicultades paraavanzar en las respectivas investigaciones, cules seran, enresumen, las principales?.10

    19. Atendiendo tanto a la inormacin inicialmentesistematizada como a la inormacin recibida con posterioridad,la Relatora ha hecho especial nasis, en este estudio, en lasituacin de impunidad que ha encontrado en el seguimientorealizado. Igualmente, la Relatora ha querido destacar laconexin intrnseca que existe entre, de una parte, la ausenciade investigaciones adecuadas y ecaces de los asesinatos deperiodistas y comunicadores sociales y, de otra, la vulneracindel derecho a la libertad de expresin. Esta aproximacin a lasituacin se desarrolla en el captulo segundo del estudio.

    20. Para hacer este anlisis, la Relatora ha encontradopertinente tratar de sistematizar, previamente, los estndaressobre la obligacin que tienen los Estados, en el marco dela Convencin Americana sobre Derechos Humanos y de laDeclaracin Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, deinvestigar las violaciones de los derechos humanos reconocidosy protegidos en estos instrumentos y de combatir la impunidad.

    Dado el inters que la Relatora tiene en llamar la atencinsobre la impunidad respecto de los asesinatos de periodistasy comunicadores sociales, el captulo del estudio dedicado ala sistematizacin de estos estndares recoge tambin lo quelos rganos de proteccin del Sistema Interamericano handicho sobre la orma en que los Estados deben adelantar lasinvestigaciones cuando se viola el derecho a la vida.

    21. La Relatora considera, como ha sido dicho, reiteradamente,por la Corte Interamericana de Derechos Humanos y porla Comisin Interamericana de Derechos Humanos, que la

    obligacin de investigar es una obligacin positiva de los Estadosque materializa, en uno de sus aspectos, la obligacin generalde garantizar dichos derechos. En este sentido, la Relatoraconsidera undamental que los Estados puedan adelantar,respecto de los asesinatos de periodistas, investigacionesajustadas a los estndares establecidos por los rganos deproteccin del Sistema Interamericano. El seguimiento de estosestndares puede permitir a los Estados avanzar, de un modosustancial, en la superacin de la impunidad. En esta perspectiva,la Relatora espera contribuir, con esta sistematizacin, al mejorconocimiento, diusin y respeto de los mismos. La Relatora ha

    tenido en cuenta tambin estos estndares en el momento deanalizar, en este estudio, la inormacin recibida sobre el estado

    10 Ver: Contenido de las cartas enviadas por el Relator Especial para la Libertad de Expresina los Estados, las Organizaciones no Gubernamentales y otras instituciones, el 28 de julio de2006.

    "...la Relatora considera

    f u n d a m e n t a l q u elos Estados puedanadelantar, respecto de losasesinatos de periodistas,investigaciones ajustadas alos estndares establecidospor los rganos deproteccin del SistemaInteramericano..."

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    de las investigaciones.

    22. El estudio contempla, tambin, un captulo de conclusionesy recomendaciones. La Relatora tiene entre sus objetivos losde estimular la conciencia por el pleno respeto a la libertad deexpresin en el hemiserio, considerando el papel undamentalque sta juega en la consolidacin y desarrollo de los sistemasdemocrticos y en la denuncia y proteccin de los dems derechoshumanos, y ormular recomendaciones a los Estados miembrossobre materias relacionadas con la libertad de expresin, a n deque se adopten las medidas pertinentes y necesarias a su avor.En este sentido, la Relatora espera que las recomendacioneshechas en este estudio contribuyan a mejorar la situacin de lalibertad de expresin en la regin.

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    Captulo I

    La obligacin de los Estados de investigar lasviolaciones de los derechos humanos y de combatirla impunidad

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    La obligacin de los Estados de

    investigar las violaciones de losderechos humanos y de combatirla impunidad

    A. La obligacin de investigar: una obligacin positivade los Estados en el marco del Sistema Interamericanode Proteccin de los Derechos Humanos

    23. Los rganos de proteccin de derechos humanos del SistemaInteramericano han desarrollado un conjunto amplio y completode principios y estndares que establecen el sentido y alcancedel deber de investigar, como una obligacin positiva quelos Estados Partes deben cumplir conorme a las obligacionesgenerales establecidas en la Convencin Americana sobreDerechos Humanos (en adelante, la Convencin Americana ola Convencin) y, en el caso de los Estados que no son Partesde la Convencin, conorme a los compromisos atribuidos por laDeclaracin Americana de los Derechos y Deberes del Hombre(en adelante, la Declaracin Americana o la Declaracin).

    24. De acuerdo con la Convencin Americana los Estadospartes tienen la obligacin general de respetar y garantizarlos derechos reconocidos en la misma. El artculo 1.1 de laConvencin establece, al respecto, lo siguiente:

    Los Estados partes en esta Convencin secomprometen a respetar los derechos y libertadesreconocidos en ella y a garantizar su libre y plenoejercicio a toda persona que est sujeta a su jurisdiccin, sin discriminacin alguna por motivosde raza, color, sexo, idioma, religin, opiniones

    polticas o de cualquier otra ndole, origen nacionalo social, posicin econmica, nacimiento o cualquierotra condicin social.

    25. En la medida en que esta disposicin de carcter generalcontiene la obligacin contrada por los Estados partes enrelacin con cada uno de los derechos protegidos en laConvencin Americana, la pretensin de violacin de algunoestos derechos implica necesariamente la pretensin deinraccin del artculo 1.1 de la Convencin.11 Existe, por tanto,una conexin intrnseca entre la obligacin general de respeto

    y de garanta sealada en el artculo 1.1 de la Convencin y

    11 C. Corte IDH, Caso Neira Alegra y otros, Fondo, Sentencia de 19 de enero de 1995, SerieC No. 20, prr. 85; Caso Godnez Cruz, Fondo, Sentencia de 20 de enero de 1989, Serie C No. 5,prr. 171; Caso Velsquez Rodrguez, Fondo, Sentencia de 29 de julio de 1988, Serie C No.4, prr.162.

    "Los rganos de proteccinde derechos humanos delSistema Interamericano

    han desarrollado uncon junto ampl io ycompleto de principios yestndares que establecenel sentido y alcance deldeber de investigar, comouna obligacin positiva..."

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    los derechos especcos protegidos por este instrumento. Alrespecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en

    adelante, la Corte Interamericana o la Corte) ha sealado,desde su ms temprana jurisprudencia, que

    [e]l artculo 1.1 es undamental para determinarsi una violacin de los derechos humanosreconocidos por la Convencin puede seratribuida a un Estado Parte. En eecto, dichoartculo pone a cargo de los Estados Partes losdeberes undamentales de respeto y de garanta,de tal modo que todo menoscabo a los derechoshumanos reconocidos en la Convencin quepueda ser atribuido, segn las reglas del Derechointernacional, a la accin u omisin de cualquierautoridad pblica, constituye un hecho imputableal Estado que compromete su responsabilidad enlos trminos previstos por la misma Convencin.12

    26. La primera obligacin establecida en el artculo 1.1de la Convencin, la de respetar los derechos y libertadesreconocidos en ella, establece, segn la Corte, lmites yrestricciones al ejercicio del poder de los Estados partes, queimpiden la vulneracin de eseras especialmente valiosas delos seres humanos o que permiten una penetracin limitada

    a esas eseras.13 En este sentido, en toda circunstancia en laque un rgano o uncionario del Estado o de una institucin decarcter pblico lesione indebidamente uno de dichos derechosy libertades, se est ante un supuesto de inobservancia de laobligacin de respeto consagrada en el artculo 1.1 de laConvencin.14

    27. Por su parte, la obligacin general de garantizar ellibre y pleno ejercicio de dichos derechos y libertades alas personas sometidas a su jurisdiccin implica, para losEstados, la obligacin positiva de organizar todo el aparato

    gubernamental y, en general, todas las estructuras a travsde las cuales se maniesta el ejercicio del poder pblico, demanera tal que sean capaces de asegurar jurdicamente el librey pleno ejercicio de los derechos humanos.15

    Esto signica no slo la necesidad de un orden normativodirigido a hacer posible el cumplimiento de la obligacin, sinotambin la necesidad de una conducta gubernamental que

    12 Corte IDH, Caso Velsquez Rodrguez, supra nota 11, prr. 164. Citado por la Corte IDH,igualmente, en: Caso Cinco Pensionistas, Sentencia de 28 de ebrero de 2003, Serie C No.98, prr.163; Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni, Sentencia de 31 de agosto de 2001,Serie C No. 79, prr. 154; Caso Baena Ricardo y otros, Sentencia de 2 de ebrero de 2001, SerieC No. 72, prr. 178; y Caso Caballero Delgado y Santana, Fondo, Sentencia de 8 de diciembre de1995, Serie C No. 22, prr. 56.

    13 C. Corte IDH, Caso Godnez Cruz, supra nota 11, prr. 174; Caso Velsquez Rodrguez,supra nota 11, prr. 165.

    14 C. Corte IDH, Caso Godnez Cruz, supra nota 11, prr. 178; Caso Velsquez Rodrguez,supra nota 11, prr. 169.

    15 Corte IDH, Caso Velsquez Rodrguez, supra nota 11, prr. 166.

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    asegure, en la realidad, una ecaz garanta del ejercicio de losderechos.16

    28. La Corte Interamericana ha entendido, a su vez, que, comoconsecuencia de la obligacin de garantizar los derechos ylibertades, los Estados deben prevenir, investigar y sancionartoda violacin de los derechos reconocidos por la Convencin yprocurar, adems, el restablecimiento, si es posible, del derechoconculcado y, en su caso, la reparacin de los daos producidospor la violacin de los derechos humanos.17

    29. Asimismo, en relacin con la Declaracin Americana, laComisin Interamericana de Derechos Humanos (en adelante,la Comisin Interamericana o la CIDH) ha sealado que,de conormidad con la Carta de la OEA, todos los Estadosmiembros se comprometen a respetar los derechos humanosde los individuos que, en el caso de los Estados que no sonparte de la Convencin, son los establecidos en la DeclaracinAmericana.18

    30. La Comisin Interamericana ha sealado, igualmente, que,de acuerdo con la jurisprudencia del sistema interamericanode derechos humanos, las disposiciones de sus instrumentosrectores, entre ellos, la Declaracin Americana, deben serinterpretadas y aplicadas en el contexto de los sistemas

    interamericano e internacional de derechos humanos y enel sentido ms amplio a la luz de la evolucin del derechointernacional en materia de derechos humanos19 En relacincon la aplicacin e interpretacin de la Declaracin Americana,la CIDH ha dicho tambin:

    En particular, los rganos del sistema interamericanohan sostenido que la evolucin del cuerpo delderecho internacional en materia de derechoshumanos pertinente a la interpretacin y aplicacinde la Declaracin Americana puede extraerse de las

    disposiciones de otros instrumentos internacionalesy regionales de derechos humanos. Ello incluyela Convencin Americana que, en muchasinstancias, puede ser considerada representativade los principios undamentales establecidos en laDeclaracin Americana.20

    16 C. Corte IDH, Caso Godnez Cruz, supra nota 11, prr. 176; Caso Velsquez Rodrguez, supranota 11, prr. 167.

    17 Corte IDH, Caso Velsquez Rodrguez, supra nota 11, prr. 166.

    18 C. CIDH, Inorme Anual 2006, Inorme No.67/06, Caso 12.476, Fondo, Oscar Elas Biscet yOtros, Cuba, 21 de octubre de 2006, prr. 36.

    19 CIDH, Inorme Anual 2006, Inorme No.67/06, Caso 12.476, Fondo, Oscar Elas Biscet y Otros,Cuba, 21 de octubre de 2006, prr. 41.

    20 C. CIDH, Inorme Anual 2006, Inorme No.67/06, Caso 12.476, Fondo, Oscar Elas Biscety Otros, Cuba, 21 de octubre de 2006, prr. 42; Inorme Anual 2004, Inorme No.40/04, Caso12.053, Fondo, Comunidades Indgenas Mayas del Distrito de Toledo, Belice, 12 d octubre de2004, prr. 87.

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    31. En el marco de la Declaracin Americana, la CIDH hasealado, respecto del deber de investigar que [] es

    uncin del Estado preservar el orden pblico y, por ende, essu obligacin actuar la ley penal promoviendo o impulsandoel proceso hasta el nal. Esto es, la obligacin de investigar,procesar y sancionar a los responsables de violaciones a losderechos humanos es un deber indelegable del Estado.21

    32. En esta medida, el deber de investigar las violacionesde derechos humanos es, conorme a la Convencin y a laDeclaracin Americana y a las decisiones de los rganosde proteccin del Sistema Interamericana, una obligacinpositiva en cabeza de los Estados22, que subsiste hasta su totalcumplimiento.23

    B. Principios de seriedad y efcacia y estndar de debidadiligencia

    33. La obligacin de investigar es una obligacin decomportamiento y no de resultado. Como ha sealado laComisin Interamericana, [l]a jurisprudencia consistentedel sistema interamericano ha indicado que la obligacin deinvestigar no se incumple solamente porque no exista unapersona condenada en la causa o por la circunstancia de quepese a los esuerzos realizados, sea imposible la acreditacin de

    los hechos.24 Sin embargo, para ser adecuadamente satisecha,conorme a los estndares que emergen de los artculos 1.1, 8.125

    21 CIDH, Inorme Anual 1999, Inorme No. 86/99, Caso No. 11.589, Armando Alejandre Jr.,Carlos Costa, Mario de la Pea y Pablo Morales, Repblica de Cuba, 29 de septiembre de 1999,prr. 47.

    22 Al respecto, inter alia, Corte IDH, Caso Castillo Pez, Fondo, Sentencia de 3 de noviembrede 1997, Serie C No.34, prr. 86. En igual sentido, Corte IDH, Caso Vargas Areco, Sentencia de26 de septiembre de 2006, Serie C No.155, prr. 74.

    23 Al respecto, inter alia, Corte IDH, Caso Surez Rosero, Reparaciones y Costas, Sentenciade 20 de enero de 1999, Serie C No. 44, prr. 79. En igual sentido: CIDH, Inorme Anual 2003,Inorme No 40/03, Caso 10.301, Fondo, 42 Distrito Policial Parque Sao Lucas, Sao Paolo, Brasil,8 de octubre de 2003, prr 59.

    24 CIDH, Inorme Anual 2006, Inorme 69/06, Caso 11. 171, Fondo, Toms Lares Cipriano,

    Guatemala, 21 de octubre de 2006, prr. 106.25 El artculo 8.1 de la Convencin Americana dispone que:Toda persona tiene derecho a ser oda, con las debidas garantas y dentro de un plazorazonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido conanterioridad por la ley, en la sustanciacin de cualquier acusacin penal ormulada contraella, o para la determinacin de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, iscal o decualquier otro carcter.

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    y 25.126 de la Convencin27 y XVIII y XXVI de la Declaracin28, yde la exigencia, en consecuencia, de un recurso judicial eectivo,

    la obligacin de investigar debe emprenderse con seriedad yno como una mera ormalidad condenada a ser inructuosa.29Los Estados estn, igualmente, en el deber de adoptar lasdisposiciones de derecho interno que sean necesarias paraasegurar su cumplimiento.30

    34. Lo anterior signica que la obligacin de investigar debetener un sentido y debe ser asumida por los Estados como undeber jurdico propio y no como una mera gestin de interesesparticulares, que dependa de la iniciativa procesal de la vctimao de sus amiliares o de la aportacin privada de elementosprobatorios, sin que la autoridad pblica busque eectivamentela verdad,31 todo ello sin perjuicio del derecho de las victimaso sus amiliares de ser escuchados y participar en los procesosde investigacin. Signica tambin, como han dicho la Corte yla CIDH, que la investigacin de las violaciones, adems de seradelantada en un tiempo razonable por tribunales competentes,independientes e imparciales32, debe ser exhaustiva, seria yeectiva, garantizando, de este modo, que se establece laverdad de lo sucedido, que se sigue un proceso contra losresponsables de los mismos, que se les imponen, cuando sea elcaso, las sanciones pertinentes, que las penas se ejecutan y quese reparan adecuadamente los daos y perjuicios suridos por

    26 El artculo 25.1 de la Convencin Americana establece que:Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rpido o a cualquier otro recurso eectivoante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechosundamentales reconocidos por la Constitucin, la ley o la presente Convencin, aun cuando talviolacin sea cometida por personas que acten en ejercicio de sus unciones oiciales.

    27 Al respecto, Corte IDH, Caso de los Nios de la Calle (Villagrn Morales y otros), Fondo,Sentencia de 19 de noviembre de 1999, Serie C No.63, prr. 224; CIDH, Inorme Anual 2006,Inorme 2/06, Caso 12.130, Fondo, Miguel Orlando Muoz Guzmn, Mxico, 28 de ebrero de2006, prr.80.

    28 El Artculo XVIII de la Declaracin Americana dispone que:Toda persona puede ocurrir a los tribunales para hacer valer sus derechos. Asimismo, debedisponer de un procedimiento sencillo y breve por el cual la justicia lo ampare contra actos dela autoridad que violen, en perjuicio suyo, alguno de los derechos undamentales consagradosconstitucionalmente.El artculo XXVI de la Declaracin dispone, a su vez:Se presume que todo acusado es inocente hasta que se pruebe lo contrario.Toda persona acusada de delito tiene derecho a ser oda en orma imparcial y pblica, a ser

    juzgada por tribunales anteriormente establecidos de acuerdo con leyes preexistentes y a que nose le imponga penas crueles, inamantes o inusitadas.

    29 C. CIDH, Inorme Anual 2004, Inorme No.32/04, Caso 11.556, Fondo, Corumbiara, Brasil,11 de marzo de 2004, prr. 255; CIDH, Inorme Anual 1997, Inorme N 55/97, Caso 11.137, JuanCarlos Abella y otros, Argentina, 18 de noviembre de 1997, prr. 412; CIDH, Inorme Anual 1997,Inorme N 52/97, Caso 11.218, Arges Sequeira Mangas, Nicaragua, 18 de ebrero de 1998, prr.96 y 97.

    30 Al respecto, inter alia, Corte IDH, Caso Loayza Tamayo, Reparaciones y Costas, Sentencia de27 de noviembre de 1998. Serie C No. 42, prr. 171.

    31 C. Corte IDH, Caso Godnez Cruz, supra nota 11, prr. 188; Caso Velsquez Rodrguez, supranota 11, prr. 177.

    32 Al respecto, inter alia, Corte IDH, Caso de la Panel Blanca (Paniagua Morales y otros),Fondo, Sentencia de 8 de marzo de 1998, Serie C No. 37, prr. 155; CIDH, Inorme Anual 2006,Inorme No.2/06, Caso 12.130, Fondo, Miguel Orlando Muoz Guzmn, Mxico, 28 de ebrero de2006, prr. 81; CIDH, Inorme Anual 2004, Inorme No.40/04, Caso 12.053, Fondo, ComunidadesIndgenas Mayas del Distrito de Toledo, Belice, 12 de octubre de 2004, prr. 174 a 176.

    ". . . la obl igac in deinvestigar debe tener unsentido y debe ser asumida

    por los Estados como undeber jurdico propio y nocomo una mera gestin deintereses particulares..."

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    las vctimas y sus amiliares.33 Esto con independencia de quelos responsables de las violaciones de los derechos sean agentes

    del poder pblico, particulares, o grupos de ellos. Como ha sidosealado por la Corte Interamericana:

    []un hecho ilcito violatorio de los derechoshumanos que inicialmente no resulte imputabledirectamente a un Estado, por ejemplo, por serobra de un particular o por no haberse identicadoal autor de la transgresin, puede acarrear laresponsabilidad internacional del Estado, no porese hecho en s mismo, sino por alta de la debidadiligencia para prevenir la violacin o para tratarlaen los trminos requeridos por la Convencin.34

    35. Conorme a lo anterior, la obligacin de investigar imponea los Estados la realizacin, de parte de sus autoridades, de unaconducta investigativa ajustada al estndar de debida diligencia,para que sea eectiva. Esto implica, como ha dicho la Corte,que el rgano que investiga debe llevar a cabo, dentro de unplazo razonable, todas aquellas diligencias y averiguacionesque sean necesarias con el n de intentar obtener el resultadoque se busca.35 Lo anterior supone, a su vez, varias exigencias,que deben ser adecuadamente satisechas, en relacin con elesclarecimiento de los hechos y con la identicacin y sancin

    de los responsables de los mismos.

    36. En relacin con los hechos, las autoridades estn en eldeber de investigar, en orma real, ecaz y exhaustiva, todaslas violaciones de derechos cometidas, adoptando, a su vez,las medidas necesarias para no omitir el seguimiento de lneaslgicas de investigacin y para ordenar, practicar, preservaro valorar, en orma oportuna y eectiva, las pruebas quesean pertinentes y relevantes para el pleno esclarecimiento

    33 Al respecto, inter alia, Corte IDH, Caso del Penal Miguel Castro Castro, Sentencia de 25 denoviembre de 2006, Serie C No. 160, prr. 382; Caso Vargas Areco, supra nota 22, prr, 74 y 101;Caso Ximenes Lopes, Sentencia de 4 de julio de 2006, Serie C No. 149, prr. 246; Caso BaldenGarca, Sentencia de 6 de abril de 2006, Serie C No. 147, prr. 167 y 197; Caso Gmez Palomino,Sentencia de 22 de noviembre de 2005, prr. 79; Caso de la Masacre de Mapiripn, Sentenciade 15 de septiembre de 2005, Serie C No. 134, prr. 222; Caso Huilca Tecse, Sentencia de 3 demarzo de 2005, Serie C No. 121, prr, 105; Caso Hermanas Serrano Cruz, Sentencia de 1 de marzode 2005, Serie C No. 120, prr. 64; Caso 19 Comerciantes, Sentencia de 5 de julio de 2004, SerieC No. 109, prr. 18; Caso Las Palmeras, Fondo, Sentencia de 6 de diciembre de 2001. Serie C No.90, prr. 65; Caso Durand y Ugarte, Fondo, Sentencia de 16 de agosto de 2000, Serie C No. 68,prr. 130; Caso Garrido y Baigorria, Reparaciones y Costas, Sentencia de 27 de agosto de 1998,Serie C No. 39, prr. 73; Corte IDH, Caso Blake, Fondo, Sentencia de 24 de enero de 1998, SerieC No.36, prr. 97; CIDH, Inorme Anual 2006, Inorme 69/06, Caso 11.171, Fondo, Toms LaresCipriano, Guatemala, 21 de octubre de 2006, prr. 97. En igual sentido, inter alia, CIDH, InormeAnual 2005, Inorme 74/05, Caso 11.887, Ernst Otto Stalinski, Honduras, 15 de octubre de 2005,prr. 55; e Inorme Anual 1999, Inorme 36/00, Caso 11.101, Masacre Caloto, 13 de abril de

    2000, prr. 53.

    34 Corte IDH, Caso 19 Comerciantes, supra nota 33, prr. 140, Caso Caballero Delgado ySantana, supra nota 12, prr. 56; Caso Godnez Cruz, supra nota 11, prr. 182; y Caso VelsquezRodrguez, supra nota 11, prr. 172.

    35 C. Corte IDH, Caso de la Masacre de La Rochela, Sentencia de 11 de mayo de 2007, Serie CNo. 163, prr. 156; Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 26, prr. 65 y 83.

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    de los hechos.36 En este sentido, las investigaciones debenrealizarse, si bien en un tiempo razonable y sin dilaciones

    injusticadas -conorme las disposiciones del artculo 8.1 y25.1 de la Convencin y XVIII de la Declaracin-, en un tiempoque garantice que la investigacin se realiza con seriedad,permitiendo el esclarecimiento de los hechos37. Al respecto, laCorte Interamericana ha dicho que slo si se esclarecen todaslas circunstancias de las violaciones de que se trata se podrconsiderar que el Estado ha proporcionado a la vctima y a susamiliares un recurso eectivo y ha cumplido con su obligacingeneral de investigar.38

    37. Cuando los hechos conguran el delito de desaparicinorzada de personas, las investigaciones, adems de realizarseex ocio y sin dilacin, y de ser serias, imparciales y eectivas,deben adelantarse con la diligencia debida para identicary establecer el paradero de las vctimas.39 En estos casos, auncuando dicultades del orden interno impidiesen identicar alos individuos responsables de estas violaciones, subsiste, comoha sealado tambin la Corte Interamericana, el derecho de losamiliares de la vctima de conocer cul ue el destino de stay, en su caso, dnde se encuentran sus restos. Corresponde portanto al Estado, satisacer esas justas expectativas por los mediosa su alcance.40

    38. Asimismo, cuando se trata de casos en los cuales se hanproducido ejecuciones extrajudiciales, los Estados debenadelantar, ex ocio y con la debida prontitud, una investigacinexhaustiva, seria, diligente, imparcial y eectiva de lo acaecido.La Corte Interamericana, ha considerado, en este sentido que

    []en casos de ejecuciones extrajudiciales esundamental que las autoridades competentesdeban realizar un exhaustiva investigacin de laescena, examinar el cuerpo de la vctima y llevara cabo, por expertos proesionales, una autopsia

    36 Al respecto, inter alia, Corte IDH, Caso de la Masacre de La Rochela, supra nota 35, prr.158; Caso Juan Humberto Snchez. Sentencia de 7 de junio de 2003, Serie C No. 99, prr. 126 y128; Caso del Tribunal Constitucional, Sentencia de 31 de enero de 2001, Serie C No. 71, prr.124; Caso de los Nios de la Calle (Villagrn Morales y otros), supra nota 27.

    37 Al respecto, inter alia, Corte IDH, Caso Las Palmeras, supra nota 33, prr. 49. Igualmente,inter alia, CIDH, Inorme Anual 2006, Inorme No. 68/06, Caso 12.477, Lorenzo Enrique CopelloCastillo y otros, Cuba, 21 de octubre de 2006, prr. 96.

    38 C. Corte IDH. Caso Bmaca Velsquez. Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de ebrerode 2002, Serie C No. 91, prr. 75; Caso Caballero Delgado y Santana, supra nota 12, parr. 58.

    39 Al respecto, inter alia, Corte IDH, Caso Durand y Ugarte, Sentencia de 16 de agosto de 2000,supra nota 33, prr. 122

    40 C. Corte IDH, Caso Durand y Ugarte, supra nota 33, prr. 143; Caso Castillo Pez, supranota 22, prr. 86.

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    para determinar las causas del deceso cuando estosea posible o llevar a cabo una prueba igualmente

    rigurosa, dentro de las circunstancias del caso.41

    39. En otros casos de graves violaciones de derechos humanos,como la tortura, los Estados estn tambin en el deber deadelantar investigaciones que tomen en consideracin lasnormas internacionales de documentacin e interpretacinde los elementos de prueba respecto de la comisin de losactos que conguran la violacin, entre ellas, el Manual parala investigacin y documentacin ecaces de la tortura y otrostratos o penas crueles, inhumanos o degradantes (Protocolo deEstambul).42

    40. En relacin con los responsables de los hechos, los Estadostienen el deber de investigar, identicar, juzgar y sancionar atodos los autores, incluidos los autores materiales, intelectuales,partcipes, colaboradores y los eventuales encubridores de lasviolaciones de los derechos humanos cometidas, investigandoasimismo las estructuras de ejecucin de los crmenes oestructuras criminales a las que pertenezcan.43

    41. Igualmente, los Estados deben garantizar que las vctimas deviolaciones de derechos humanos o sus amiliares tengan plenoacceso y capacidad de actuar en todas las etapas e instancias de

    la investigacin y en el juicio correspondiente, de acuerdo conla ley interna y las normas de la Convencin Americana,44 conamplias oportunidades para participar y ser escuchados, tanto enel esclarecimiento de los hechos y la sancin de los responsables,como en la bsqueda de una justa compensacin.45 Debengarantizar, asimismo, que las vctimas y sus amiliares conozcan

    41 Corte IDH, Caso Juan Humberto Snchez, supra nota 36, prr. 128. En igual sentido, entreotros, CIDH, Inorme Anual 1984-1985, Resolucin No.4/85, Caso 9474, Chile, 24 de julio de 1985,Resolutivos 2 y 3.

    42 C. Corte IDH, Caso Vargas Areco, supra nota 22, prr 93; Caso Balden Garca, supra nota33, prr. 200; Caso Gutirrez Soler, Sentencia de 12 de septiembre de 2005, Serie C No. 132, prr.100.

    43 Al respecto, inter alia, Corte IDH, Caso de la Masacre de La Rochela, supra nota 35, prr.158; Caso de la Masacre de Mapiripn, supra nota 33, prr. 298; Caso de las Hermanas SerranoCruz, supra nota 33, prr. 175; Caso 19 Comerciantes, supra nota 33, prr. 163; Caso MolinaTheissen, Reparaciones y Costas, Sentencia de 3 de julio de 2004, Serie C No. 108, prr. 82; CasoMaritza Urrutia, Sentencia de 27 de noviembre de 2003, Serie C No. 103, prr. 177; Caso MyrnaMack Chang, Sentencia de 25 de noviembre de 2003, Serie C No. 101, prr. 217; Caso JuanHumberto Snchez, supra nota 36, prr. 184 y 186; Caso Las Palmeras. Reparaciones, Sentenciade 26 de noviembre de 2002, Serie C No. 96, prr. 67; Caso El Caracazo. Reparaciones, Sentenciade 29 de agosto de 2002, Serie C No. 95, prr. 118. Tambin: CIDH, Inorme Anual 2004, InormeNo.32/04, Caso 11.556, Fondo, Corumbiara, Brasil, 11 de marzo de 2004, prr. 256.

    44 C. Corte IDH, Caso Vargas Areco, supra nota 22, prr. 155; Caso Almonacid Arellano y otros,Sentencia de 26 de septiembre de 2006, Serie C No. 154, prr. 157; Caso Servelln Garca y otros,Sentencia de 21 de septiembre de 2006, Serie C No. 152, prr. 196; Caso Montero Aranguren yotros (Retn de Catia), Sentencia de 5 de julio de 2006, Serie C No. 150, prr. 139; Caso GmezPalomino, supra nota 33, prr. 139; Caso Huilca Tecse, supra nota 33, prr. 107; Caso MasacrePlan de Snchez. Reparaciones y Costas, Sentencia de 19 de noviembre de 2004, Serie C No. 116,

    prr. 98; Caso Tibi, Sentencia de 7 de septiembre de 2004, Serie C No. 114, prr. 258; y Caso de losHermanos Gmez Paquiyauri, Sentencia de 8 de julio de 2004, Serie C No.110, prr. 231.

    45 C. Corte IDH, Caso Masacre de Pueblo Bello, Sentencia de 31 de enero de 2006, Serie CNo. 140, prr. 144; Caso de la Masacre de Mapiripn, supra nota 33, prr. 219; Caso de laComunidad Moiwana, Sentencia de 15 de junio de 2005, Serie C No.124, prr.147; Caso de lasHermanas Serrano Cruz, supra nota 33, prr 63; Caso de los 19 Comerciantes, supra nota 33, prr.186; y Caso Las Palmeras, Reparaciones, supra nota 43, prr. 59.

    "...los Estados tienenel deber de investigar,identificar, juzgar ysancionar a todos losautores, incluidos losa u to re s m a te r ia le s ,

    intelectuales, partcipes,colaboradores..."

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    la verdad con respecto a esas violaciones46, y que el resultado delos procesos sea pblicamente divulgado para que las sociedades

    conozcan tambin la verdad de lo ocurrido.47

    42. Los Estados no pueden ampararse en la alta de actividadprocesal de las victimas o sus amiliares, para dejar de cumplircon su obligacin de investigar, esclarecer los hechos y sancionarlas violaciones de derechos humanos.48 En igual sentido, lascondiciones del pas, por diciles que estas sean, no constituyenuna justicacin para que los Estados puedan sustraerse a suobligacin general de investigar.49

    43. Los Estados no podran tampoco invocar, justicadamente,como eximente de su obligacin de investigar y sancionar,las sentencias emanadas en procesos que no cumplieron losestndares de la Convencin Americana, porque, como ha dichola Corte, no hacen trnsito a cosa juzgada decisiones judicialesoriginadas en tales hechos internacionalmente ilcitos.50

    44. Asimismo, la invocacin de actos, normas o disposicionesexistentes en su derecho interno no sustrae a los Estadosde su deber de dar cumplimiento a estas obligacionesinternacionales ni constituye una justicacin para excusarsede su incumplimiento.51 Especcamente, los Estados no puedenalegar justicadamente la existencia de disposiciones o institutos

    de derecho interno que impidan u obstaculicen la investigaciny la sancin de los autores de graves violaciones de derechoshumanos, para incumplir sus obligaciones internacionales. Alrespecto, la Corte Interamericana ha sido entica y reiterativaen sealar que

    46 C. Corte IDH, Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 45, prr. 147; Caso de lasHermanas Serrano Cruz, supra nota 33, prr 62; Caso Carpio Nicolle y otros. Sentencia de 22 denoviembre de 2004. Serie C No. 117, prr. 128; y Caso Masacre Plan de Snchez, Reparaciones,supra nota 44, prr. 97.

    47 C. Corte IDH, inter alia, Caso Almonacid Arellano y otros, supra nota 44, prr. 157; CasoServelln Garca y otros, supra nota 44, prr. 196; Caso Montero Aranguren y otros (Retn deCatia), supra nota 44, prr. 139; Caso de las Masacres de Ituango, Sentencia de 1 de julio de 2006,Serie C No. 148, prr. 399; Caso Masacre de Pueblo Bello, supra nota 45, prr. 267; Caso BlancoRomero y otros, Sentencia de 28 de noviembre de 2005, Serie C No. 138, prr. 97; Caso GmezPalomino, supra nota 33, prr. 139; Caso de la Masacre de Mapiripn, supra nota 33, prr. 298;Caso Gutirrez Soler, supra nota 42, prr. 96; Caso Huilca Tecse, supra nota 33, prr. 107; CasoMasacre Plan de Snchez, Reparaciones, supra nota 44, prr. 98; Caso Tibi, supra nota 44, prr.258; y Caso de los Hermanos Gmez Paquiyauri, supra nota 44, prr. 231. En un sentido similar,tambin, CIDH, Inorme Anual 1992-1993, Inorme 28/92, Casos 10.147, 10.181, 10.240, 10.262,10.309 y 10.311, Argentina, 2 de octubre de 1992, prr.36-37 y 40-41.

    48 C. Corte IDH, Caso Juan Humberto Snchez, supra nota 36, prr. 132; Caso Las Palmeras,Reparaciones, supra nota 43, prr. 68.

    49 C. Corte IDH, Caso de las Masacres de Ituango, supra nota 47, prr. 300; Caso Masacre dePueblo Bello, supra nota 45, prr. 146; Caso de la Masacre de Mapiripn, supra nota 33, prr.238; Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 45, prr. 153; Caso de las Hermanas SerranoCruz. Excepciones Preliminares, Sentencia de 23 de noviembre de 2004, Serie C No.118, prr 118;y Caso Bmaca Velsquez, Fondo, Sentencia de 25 de noviembre de 2000, Serie C No. 70, parr.207

    50 C. Corte IDH, Caso Gutirrez Soler, supra nota 42, prr. 98.

    51 C. Corte IDH, Caso Vargas Areco, supra nota 22, prr. 81 y 156; Caso Cantos, Sentencia de28 de noviembre de 2002, Serie C No. 97, prr. 54; Caso El Caracazo, Reparaciones, supra nota 43,prr. 77; Caso Hilaire, Constantine y Benjamin y otros, Sentencia de 21 de junio de 2002, Serie CNo.94, prr. 203; Caso Trujillo Oroza, Reparaciones y Costas, Sentencia de 27 de ebrero de 2002,Serie C No. 92, prr. 61; Caso Loayza Tamayo, Reparaciones, supra nota 30, prr. 168.

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    [] son inadmisibles las disposiciones deamnista, las disposiciones de prescripcin y el

    establecimiento de excluyentes de responsabilidadque pretendan impedir la investigacin y sancinde los responsables de las violaciones graves delos derechos humanos tales como la tortura, lasejecuciones sumarias, extralegales o arbitrarias ylas desapariciones orzadas, todas ellas prohibidaspor contravenir derechos inderogables reconocidospor el Derecho Internacional de los DerechosHumanos.52

    45. En esta medida, la responsabilidad internacional de un

    Estado se compromete cuando, rente a violaciones de losderechos humanos, ste no realiza las actividades necesariaspara investigar pronta, adecuada y eectivamente los hechos,identicar, juzgar y, en su caso, sancionar a todos los autoresde las violaciones.53 Esta responsabilidad se compromete,igualmente, cuando el Estado, mediante actos o disposicionesde derecho interno, impide u obstaculiza la investigacin,persecucin, captura, enjuiciamiento y sancin de losresponsables de los hechos u obstruye el esclarecimiento de losmismos.54

    C. La obligacin de investigar las violaciones del

    derecho a la vida

    46. El artculo 4 (1) de la Convencin establece que

    Toda persona tiene derecho a que se respetesu vida. Este derecho estar protegido por laley y, en general, a partir del momento de laconcepcin. Nadie puede ser privado de la vidaarbitrariamente.

    52 Corte IDH. Caso Barrios Altos, Fondo, Sentencia de 14 de marzo de 2001, Serie C No. 75,prr. 41. En igual sentido: Corte IDH, Caso de la Masacre de La Rochela, supra nota 35, prr.294; Caso La Cantuta, Sentencia de 29 de noviembre de 2006, Serie C No. 162, prr. 226; CasoAlmonacid Arellano y otros, supra nota 44, prr. 151; Caso Montero Aranguren y otros (Retnde Catia), supra nota 44, prr. 141; Caso de las Masacres de Ituango, supra nota 47, prr. 402;Caso Balden Garca, supra nota 33, prr. 201; Caso Blanco Romero y otros, supra nota 47, prr.98; Caso de la Masacre de Mapirin, supra nota 33, prr. 304; Caso Gutirrez Soler, supra nota42, prr. 97; Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 45, prr. 206; Caso Huilca Tecse, supranota 33, prr. 108; Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 33, prr. 172: Caso CarpioNicolle y otros, supra nota 46, prr. 130; Caso Masacre Plan de Snchez, Reparaciones, supra 44,prr. 99; Caso Tibi, supra nota 44, prr. 259; Caso de los Hermanos Gmez Paquiyauri, supra nota44, prr. 150 y 232-233; Caso 19 Comerciantes, supra nota 33, prr. 262; Caso Molina Theissen,Reparaciones, supra nota 43, prr. 83 y 84; Caso Myrna Mack Chang, supra nota 43, prr. 276;

    Caso Bulacio, Sentencia de 18 de septiembre de 2003. Serie C No. 100, prr. 116; Caso TrujilloOroza, Reparaciones, supra nota 51, prr. 106.

    53 Al respecto, inter alia, Corte IDH, Caso de la Panel Blanca (Paniagua Morales y otros),supra nota 32, prr. 91

    54 Al respecto, inter alia, Corte IDH, Caso de la Masacre de La Rochela, supra nota 35, prr.155; Caso Barrios Altos, supra nota 52, prr. 42.

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    47. Igualmente, el Artculo I de la Declaracin Americanadispone que, [t]odo ser humano tiene derecho a la vida, a la

    libertad y a la seguridad de su persona.

    48. La Corte ha sealado que el derecho a la vida es un derechohumano undamental, cuya salvaguarda es un prerrequisitoesencial para la realizacin de todos los dems derechoshumanos. Al no ser respetado el derecho a la vida, ha dicho laCorte, todos los derechos carecen de sentido. En razn de estecarcter undamental, no son admisibles enoques restrictivosdel derecho. El derecho a la vida comprende tanto el derecho detodo ser humano de no ser privado de la vida arbitrariamentecomo el derecho a que no se le impida el acceso a las condicionesque le garanticen una existencia digna.55

    49. Tambin la CIDH ha dicho que:

    El ms undamental de los derechos humanosestablecido en los instrumentos del sistemainteramericano de derechos humanos y en otrossistemas de derechos humanos es el derecho a lavida, pues sin el pleno respeto por este derechoes imposible garantizar o gozar eectivamentede ninguno de los otros derechos humanos olibertades.56

    50. Dado el papel undamental que se le asigna al derecho a lavida, los Estados tienen la obligacin de garantizar la creacinde las condiciones que se requieran para que no se produzcanviolaciones de este derecho, y, en particular, tienen el deber deimpedir que sus agentes, o particulares, atenten contra l.57 LaCorte Interamericana ha sealado, al respecto:

    El cumplimiento del artculo 4, relacionado con elartculo 1.1 de la Convencin Americana, no slopresupone que ninguna persona sea privada de

    su vida arbitrariamente (obligacin negativa), sino

    55 C. Corte IDH, Caso Ximenes Lopes, supra nota 33, prr. 124; Caso Balden Garca, supra nota33, prr. 82; Caso de la Comunidad Indgena Yakey Axa, Sentencia de 17 de junio de 2005, Serie CNo. 125, prr. 161; Caso Huilca Tecse, supra nota 33, prr. 65; Caso Instituto de Reeducacin delMenor, Sentencia de 2 de septiembre de 2004, Serie C No. 112, prr. 156; Caso de los HermanosGmez Paquiyauri, supra nota 44, prr. 128; Caso 19 Comerciantes, supra nota 33, prr. 153;Caso Juan Humberto Snchez, supra nota 36, prr. 110; Caso de los Nios de la Calle (VillagrnMorales y otros), supra nota 27, prr. 144; CIDH, Inorme Anual 2006, Inorme No.69/06, Caso11.171, Fondo, Toms Lares Cipriano, Guatemala, 21 de octubre de 2006, prr.73.

    56 CIDH, Inorme Anual 2006, Inorme No.68/06, Caso 12.477, Lorenzo Enrique Copello Castilloy Otros, Cuba, 21 de octubre de 2006, prr. 116.

    57 C. Corte IDH, inter alia, Caso Zambrano Vlez y Otros, Sentencia de 4 de julio de 2007,Serie C No. 166, prr. 79; Caso del Penal Miguel Castro Castro, supra nota 33, prr. 237; CasoXimenes Lopes, supra nota 33, prr. 125; Caso de las Masacres de Ituango, supra nota 47, prr.129; Caso de la Comunidad Indgena Sawhoyamaxa, Sentencia de 29 de marzo de 2006, SerieC No. 146, prr 151; Caso de la Masacre de Pueblo Bello, supra nota 45, prr. 120; Caso HuilcaTecse, supra nota 33, prr. 65; Caso Instituto de Reeducacin del Menor, supra nota 55, prr.156; Caso de los Hermanos Gmez Paquiyauri, supra nota 44, prr. 128; Caso 19 Comerciantes,supra nota 33, prr. 153; Caso Myrna Mack Chang, supra nota 43, prr. 152; Caso Juan HumbertoSnchez, supra nota 36, prr. 110; y Caso de los Nios de la Calle (Villagrn Morales y otros),supra nota 27, prr. 144.

    "Al no ser respetado elderecho a la vida todoslos derechos carecen de

    sentido."

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    que adems requiere que los Estados tomen todaslas medidas apropiadas para proteger y preservar

    el derecho a la vida (obligacin positiva), bajosu deber de garantizar el pleno y libre ejerciciode los derechos de todas las personas bajo su jurisdiccin. Esta proteccin activa del derechoa la vida por parte del Estado no slo involucra asus legisladores, sino a toda institucin estatal, y aquienes deben resguardar la seguridad, sean stassus uerzas de polica y a sus uerzas armadas. Enrazn de lo anterior, los Estados deben tomar lasmedidas necesarias, no slo para prevenir y castigarla privacin de la vida como consecuencia de actoscriminales, sino tambin prevenir las ejecucionesarbitrarias por parte de sus propias uerzas deseguridad. 58

    51. La salvaguarda del derecho a la vida impone, igualmente,a los Estados la obligacin de investigar seriamente y aproundidad las circunstancias en las que pudo darse laviolacin del derecho. De no hacerlo, los Estados comprometensu responsabilidad internacional. La Corte ha sealado, eneste sentido, que una de las condiciones para garantizareectivamente el derecho a la vida se refeja necesariamenteen el deber de investigar las aectaciones a ese derecho. De tal

    manera, la obligacin de investigar los casos de violaciones alderecho a la vida constituye un elemento central al momentode determinar la responsabilidad estatal.59 Esta obligacin sederiva de la obligacin general establecida en el artculo 1.1 dela Convencin en conjunto con el derecho sustantivo que debiser amparado, protegido o garantizado.60

    52. En los casos de ejecuciones extrajudiciales, dada lagravedad que reviste este tipo de delitos, una vez que tenganconocimiento del hecho las autoridades deben actuar de ocioy sin dilacin e impulsar la investigacin en orma imparcial,

    seria, diligente y eectiva61. El incumplimiento de esta obligacinimplica el incumplimiento de la obligacin general que tienenlos Estados de respetar y garantizar los derechos y libertades

    58 C. Corte IDH, Caso Zambrano Vlez y Otros, supra nota 57, prr. 80 y 81; Caso del PenalMiguel Castro Castro, supra nota 33, prr. 237; Caso Vargas Areco, supra nota 22, prr. 75; CasoMontero Aranguren y otros (Retn de Catia), supra nota 44, prr. 65 y 66; Caso de las Masacresde Ituango, supra nota 47, prr. 130 y 131; Caso Balden Garca, supra nota 33, prr. 84; Caso dela Comunidad Indgena Sawhoyamaxa, supra nota 57, prr. 152; Caso Masacre de Pueblo Bello,supra nota 45, prr. 120; Caso Huilca Tecse, supra nota 33, prr. 66; Caso de los Hermanos GmezPaquiyauri, supra nota 44, prr.129; Caso 19 Comerciantes, supra nota 33, prr. 153; Caso MyrnaMack Chang, supra nota 43, prr. 153; Caso Juan Humberto Snchez, supra nota 36, prr. 110.

    59 C. Corte IDH, Caso de la Masacre de Mapiripn, supra nota 33, prr. 137.

    60 C. Corte IDH, Caso La Cantuta, supra nota 52, prr. 110; Caso del Penal Miguel Castro

    Castro, supra nota 33, prr. 253; Caso Goibur y otros, Sentencia de 22 de septiembre de 2006,Serie C No.153, prr. 88; Caso de las Masacres de Ituango, supra nota 47, prr. 297.

    61 Al respecto, Corte IDH, Caso Vargas Areco, supra nota 22, prr. 77; Caso Servelln Garcay otros, supra nota 44, prr. 119; Caso Balden Garca, supra nota 33, prr. 92; Caso Masacre dePueblo Bello, supra nota 45, prr. 143; Caso de la Masacre de Mapiripn, supra nota 33, prr.219; Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 45, prr. 145; Caso Juan Humberto Snchez,supra nota 36, prr. 127 y 132.

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    protegidos en la Convencin y en la Declaracin. La Corte se haexpresado, sobre el particular, sealando que

    [e]n casos de ejecuciones extrajudiciales esundamental que los Estados investigueneectivamente la privacin del derecho a la vida ycastiguen a todos sus responsables, especialmentecuando estn involucrados agentes estatales, yaque de no ser as, se estaran creando, dentro deun ambiente de impunidad, las condiciones paraque este tipo de hechos vuelva a repetirse, lo quees contrario al deber de respetar y garantizar elderecho a la vida62.

    53. Adicionalmente, como ha sealado tambin la Corte, elincumplimiento del deber de investigar las violaciones delderecho a la vida constituye asimismo un elemento central almomento de determinar la responsabilidad del Estado por lavulneracin de las garantas judiciales y la proteccin judicial.63

    54. La no investigacin de las violaciones del derecho a lavida, y, en particular, de las ejecuciones extrajudiciales, generaimpunidad y propicia la repeticin de este tipo de violaciones.

    55. Al respecto, se puede armar que la carencia de mecanismos

    eectivos para investigar las violaciones del derecho a la vida,y la debilidad de los sistemas de justicia para arontar estasviolaciones, pueden propiciar, en los Estados, un clima deimpunidad respecto de las mismas, y, en ciertos contextosy circunstancias, pueden llegar a congurar situacionesgeneralizadas o graves esquemas de impunidad, estimulandoy perpetuando, as, la repeticin de las violaciones. Todas estassituaciones son contrarias al deber que tienen los Estados derespetar y garantizar el derecho a la vida, en cumplimiento dela obligacin establecida en el artculo 1.1 de la Convencin, yen el artculo I de la Declaracin Americana.

    56. En consecuencia, la salvaguarda del derecho a la vidarequiere, como ha sealado la Corte Interamericana, quese remuevan todos los obstculos y mecanismos de hecho yderecho que mantienen la impunidad y que, en aquellos casosen los que hay personas que pierden la vida como resultado deluso de la uerza por parte de agentes del Estado, se realice unainvestigacin ocial seria, imparcial y eectiva.64

    62 Corte IDH, Caso Myrna Mack Chang, supra nota 43, prr. 156.

    63 C. Corte IDH, Caso de las Masacres de Ituango, supra nota 47, prr. 297; Caso de la Masacrede Mapiripn, supra nota 33, prr. 233.

    64 C. Corte IDH, Caso de los Hermanos Gmez Paquiyauri, supra nota 44, prr. 131; CasoMyrna Mack Chang, supra nota 43, prr. 157 y 277; Caso Juan Humberto Snchez, supra nota36, prr. 112.

    " . . . l a s a l v a g u a r d adel derecho a la vidarequiereque se remuevan

    todos los obstculos ymecanismos de hecho yderecho que mantienen laimpunidad..."

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    57. Los Estados deben estar atentos a que cualquier carenciao deecto en la investigacin que perjudique la ecacia para

    establecer la causa de la muerte o identicar a los responsablesmateriales o intelectuales, implicar que no se cumple con laobligacin de proteger el derecho a la vida.65

    58. En este sentido, los Estados deben garantizar la autonomay la independencia tanto jerrquica o institucional como real delas autoridades responsables de adelantar las investigaciones.66Deben asimismo garantizar la seguridad de dichas autoridadesy adoptar las medidas y mecanismos necesarios para evitar laobstruccin del desarrollo adecuado de las investigaciones, ascomo las medidas necesarias para garantizar la seguridad delos testigos, las victimas, sus amiliares y de otros operadores judiciales, rente a amenazas, intimidaciones o agresiones quepretendan entorpecer los procesos67. Igualmente, como hasealado la Corte Interamericana, los Estados deben

    [] dotar a las entidades encargadas de laprevencin e investigacin de las ejecucionesextrajudiciales de sucientes recursos humanos,econmicos, logsticos y cientcos para quepuedan realizar el procesamiento adecuadode toda prueba, cientca y de otra ndole, conla nalidad de esclarecer los hechos delictivos.

    Dicho procesamiento debe contemplar las normasinternacionales pertinentes en la materia, talescomo las previstas en el Manual de las NacionesUnidas sobre la prevencin e investigacin ecacesde las ejecuciones extralegales, arbitrarias osumarias.68

    59. A su vez, las autoridades responsables de las investigacionesdeben garantizar, conorme al estndar de debida diligencia,la rigurosidad y competencia en la prctica de diligenciasindispensables para el pleno esclarecimiento de los hechos y en

    la identicacin, orden, recoleccin y custodia de las pruebas.69En este sentido, la Corte Interamericana ha dicho, en relacincon las investigaciones sobre una muerte que puede deberse auna ejecucin extrajudicial, lo siguiente:

    Las autoridades estatales que conducen unainvestigacin deben intentar como mnimo,

    65 C. Corte IDH, Caso Balden Garca, supra nota 33, prr. 97.

    66 C. Corte IDH, Caso Balden Garca, supra nota 33, prr. 95. En igual sentido, inter alia,CIDH, Inorme Anual 1999, Inorme 57/96, Caso 11. 139, William Andrews, Estados Unidos, 6 dediciembre de 1996, prr.159-172.

    67 C. Corte IDH, Caso Masacre de Pueblo Bello, supra nota 45, prr. 268; Caso de la Masacrede Mapiripn, supra nota 33, prr. 299; Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 45, prr.207; Caso Carpio Nicolle y otros, supra nota 46, prr. 134.

    68 Corte IDH, Caso Carpio Nicolle y otros, supra nota 46, prr. 135.

    69 C. CIDH, Inorme Anual 2006, Inorme 69/06, Caso 11. 171, Fondo, Toms Lares Cipriano,Guatemala, 21 de octubre de 2006, prr. 92.

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    inter alia: a) identicar a la vctima; b) recuperary preservar el material probatorio relacionado

    con la muerte, con el n de ayudar en cualquierpotencial investigacin penal de los responsables;c) identicar posibles testigos y obtener susdeclaraciones en relacin con la muerte que seinvestiga; d) determinar la causa, orma, lugar ymomento de la muerte, as como cualquier patrno prctica que pueda haber causado la muerte; y e)distinguir entre muerte natural, muerte accidental,suicidio y homicidio. Adems, la Corte hace notarque: a) se debe investigar exhaustivamente laescena del crimen, y b) proesionales competentesdeben llevar a cabo autopsias rigurosamente, ascomo anlisis de restos humanos, empleando losprocedimientos ms apropiados.70

    60. Las autoridades responsables de la investigacin deben,igualmente, conducir las actuaciones en orma expedita,evitando dilaciones o entorpecimientos injusticados de losprocesos que conduzcan a la impunidad y vulneren la debidaproteccin judicial del derecho.71 Al respecto, la CIDH hasealado que como regla general, una investigacin penal,debe realizarse prontamente para proteger los intereses de lasvctimas, preservar la prueba e incluso salvaguardar los derechos

    de toda persona que en el contexto de la investigacin seaconsiderada sospechosa.72

    D. La obligacin de investigar la violacin del derechoa la vida de periodistas y comunicadores sociales comogaranta del derecho a la libertad de expresin

    61. La Convencin Americana seala, en su artculo 13.1, quetoda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y deexpresin, la cual puede ser ejercida por todos los medos. LaConvencin textualmente dispone que:

    Toda persona tiene derecho a la libertad depensamiento y de expresin. Este derechocomprende la libertad de buscar, recibir ydiundir inormaciones e ideas de toda ndole,sin consideracin de ronteras, ya sea oralmente,por escrito o en orma impresa o artstica, o porcualquier otro procedimiento de su eleccin.

    70 C. Corte IDH, inter alia, Caso del Penal Miguel Castro Castro, supra nota 33, prr. 383; CasoVargas Areco, supra nota 22, prr. 91; Caso Servelln Garca y otros, supra nota 44, prr. 120;

    Caso de las Masacres de Ituango, supra nota 47, prr. 298; Caso de la Masacre de Mapiripn,supra nota 33, prr. 224; Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 45, prr. 149.

    71 Al respecto, inter alia, Corte IDH, Caso Servelln Garca y otros, supra nota 44, prr. 151;Caso Myrna Mack Chang, supra nota 43, prr. 166 a 211.

    72 CIDH, Inorme 45/07, Peticin 1268-05, Admisibilidad, Masacre de Chengue, Colombia, 23de julio de 2007, prr. 48.

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    62. Asimismo, el Artculo IV de la Declaracin Americanaestablece lo siguiente:

    Toda persona tiene derecho a la libertad deinvestigacin, de opinin y de expresin y diusindel pensamiento por cualquier medio.

    63. De acuerdo con las disposiciones del artculo 13 dela Convencin, los titulares del derecho a la libertad depensamiento y de expresin tienen no slo el derecho y lalibertad de expresar su propio pensamiento, sino tambin elderecho y la libertad de buscar, recibir y diundir inormacionese ideas de toda ndole. El derecho a la libertad de pensamientoy de expresin tiene, en este sentido, una dimensin individualy una dimensin social.73 Ambas dimensiones poseen igualimportancia y deben ser garantizadas en orma simultnea paradar eectividad total al derecho.74 La Corte Interamericana hasealado, al respecto, que la libertad de expresin

    [] requiere, por un lado, que nadie seaarbitrariamente menoscabado o impedido demaniestar su propio pensamiento y representa, portanto, un derecho de cada individuo; pero implicatambin, por otro lado, un derecho colectivoa recibir cualquier inormacin y a conocer la

    expresin del pensamiento ajeno.75

    64. La libertad de expresin es un elemento undamental sobreel cual se basa la existencia de una sociedad democrtica76 y esesencial para la consolidacin de los regmenes democrticos.Entre dos extremos, se puede decir que la libre circulacin deideas y opiniones es a la democracia lo que su restriccin ycensura es a los regmenes dictatoriales. Como ha dicho la Corte

    73 C. Corte IDH, Caso La ltima Tentacin de Cristo (Olmedo Bustos y otros). Sentencia de5 de ebrero de 2001, Serie C No. 73, prr. 64.

    74 C. Corte IDH, Caso Ricardo Canese, Sentencia de 31 de agosto de 2004, Serie C No. 111,prr. 80; Caso Herrera Ulloa, Sentencia de 2 de julio de 2004, Serie C No. 107, prr. 111; CasoIvcher Bronstein, Sentencia de 6 de ebrero de 2001, Serie C No.74, prr. 149; Caso La ltimaTentacin de Cristo (Olmedo Bustos y otros), supra nota 73, prr. 67.

    75 Corte IDH, Caso Ricardo Canese, supra nota 74, prr. 77; Caso Herrera Ulloa, supra nota74, prr. 108; Caso Ivcher Bronstein, supra nota 74, prr. 146; Caso La ltima Tentacin de

    Cristo (Olmedo Bustos y otros), supra nota 73, prr. 64; La colegiacin obligatoria de periodistas(arts.13 y 29 Convencin Americana sobre Derechos Humanos), Opinin Consultiva OC-5/85 del13 de noviembre de 1985, Serie A No. 5, prr. 30.

    76 C. Corte IDH, Caso Claude Reyes y otros, Sentencia de 19 de septiembre de 2006, Serie CNo. 151, prr. 85; Caso Ricardo Canese, supra nota 74, prr. 82; Caso Herrera Ulloa, supra nota 74,prr. 112; La Colegiacin Obligatoria de Periodistas (arts. 13 y 29 Convencin Americana sobreDerechos Humanos), Opinin Consultiva OC-5/85, supra nota 75, prr. 70.

    "...la libre circulacin deideas y opiniones es ala democracia lo que surestriccin y censura es alos regmenes dictatoriales..."

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