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***************************** T.H.E. TALLER DE HISTORIA ECONÓMICA Facultad de Economía - PUCE BOLETÍN ELECTRÓNICO Quito, Noviembre 26 de 2001 - Año III - No. 02 ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: ::::::::::::::::::::::::::::::::: Incluye archivo adjunto (word), con el “Boletín Electrónico del T.H.E.”. En este número: 1. EDUCACIÓN: EL IDEAL INALCANZABLE. Juan J. Paz y Miño Cepeda. 2. A TRES ESTUDIOSOS AMERICANOS EL NOBEL DE ECONOMÍA. Giuseppina Da Ros. 3. MANIFIESTO de “HISTORIA A DEBATE” – www.h-debate.com 4. THE-Monografías / Archivo electrónico del T.H.E. HISTORIA ECONÓMICA GUBERNAMENTAL: Juan José Flores (1830-1835). 5. NUEVA DIRECTIVA DE ADHILAC. ***************************** T.H.E. TALLER DE HISTORIA ECONÓMICA Facultad de Economía - PUCE BOLETÍN ELECTRÓNICO Coordinador: Dr. Juan J. Paz y Miño Cepeda [email protected] Quito, Noviembre 26 de 2001 - Año III - No. 02 ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: :::: El BOLETÍN ELECTRÓNICO del T.H.E. (mensual) es un sistema de información preferentemente orientado a la economía y la historia económica del Ecuador en el contexto Latinoamericano. Tiene el objetivo de contribuir al conocimiento y a la discusión académica universitaria. En ese marco serán apreciadas las sugerencias y difundidas las colaboraciones. (Queda autorizada la difusión del Boletín, citando la fuente). ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: :::: Sumario:

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T.H.E.TALLER DE HISTORIA ECONÓMICAFacultad de Economía - PUCE

BOLETÍN ELECTRÓNICOQuito, Noviembre 26 de 2001 - Año III - No. 02::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::Incluye archivo adjunto (word), con el “Boletín Electrónico del T.H.E.”.

En este número: 1. EDUCACIÓN: EL IDEAL INALCANZABLE. Juan J. Paz y Miño Cepeda.2. A TRES ESTUDIOSOS AMERICANOS EL NOBEL DE ECONOMÍA. Giuseppina Da Ros.3. MANIFIESTO de “HISTORIA A DEBATE” – www.h-debate.com 4. THE-Monografías / Archivo electrónico del T.H.E.

HISTORIA ECONÓMICA GUBERNAMENTAL: Juan José Flores (1830-1835).5. NUEVA DIRECTIVA DE ADHILAC.

***************************** T.H.E.

TALLER DE HISTORIA ECONÓMICAFacultad de Economía - PUCE

BOLETÍN ELECTRÓNICOCoordinador: Dr. Juan J. Paz y Miño [email protected], Noviembre 26 de 2001 - Año III - No. 02

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: El BOLETÍN ELECTRÓNICO del T.H.E. (mensual) es un sistema de información preferentemente orientado a la economía y la historia económica del Ecuador en el contexto Latinoamericano. Tiene el objetivo de contribuir al conocimiento y a la discusión académica universitaria. En ese marco serán apreciadas las sugerencias y difundidas las colaboraciones. (Queda autorizada la difusión del Boletín, citando la fuente). :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::Sumario: 1. EDUCACIÓN: EL IDEAL INALCANZABLE. Juan J. Paz y Miño Cepeda.2. A TRES ESTUDIOSOS AMERICANOS EL NOBEL DE ECONOMÍA. Giuseppina Da Ros.3. MANIFIESTO de “HISTORIA A DEBATE”. www.h-debate.com 4. THE-Monografías / Archivo electrónico del T.H.E.

HISTORIA ECONÓMICA GUBERNAMENTAL. Juan José Flores (1830-1835).5. NUEVA DIRECTIVA DE ADHILAC.

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1. EDUCACIÓN: EL IDEAL INALCANZABLE. Juan J. Paz y Miño Cepeda. Revista GESTIÓN, Octubre 2001, No. 88

El inicio de la vida republicana, una vez fundado el Estado del Ecuador (1830), debió afrontar una pesada herencia colonial: la educación estaba orientada únicamente para las elites, la enorme mayoría de población nacional (principalmente indígena)

continuaba excluida y las oligarquías dominantes no daban muestras de interesarse en la promoción del bienestar social ni de la educación. Construir las instituciones del naciente estado (proclamado como "democrático") también demandó de los gobernantes atender las penosas condiciones de la educación en el país. Pero ampliar la cobertura de la educación y potenciar su calidad en provecho del progreso nacional fue una tarea titánica, en la que solo unos cuantos gobiernos lograron destacarse.Educación confesional y educación laica.-

El pensamiento ilustrado quiteño del siglo XVIII, promocionado por el célebre Eugenio Espejo, aunque fue capaz de inspirar una precaria conciencia nacional, no logró mantenerse después de fundada la república. Durante la Gran Colombia (1822-1830) solo Simón Bolívar, inspirado también en los ideales ilustrados, trató de convertir a la educación en uno de los ejes de la transformación social. Pero Juan José Flores, el primer Presidente del Ecuador (1830-35), careció de capacidades estadistas para fomentar la educación ilustrada. Más de la mitad del presupuesto nacional era consumido por el Ejército. El civilizador Vicente Rocafuerte (1835-39) fue el primero en fomentar la educación para el pueblo, pero también sus esfuerzos se vieron truncados. Los gobiernos sucesores, incluidos los del "marcismo" y sus caudillos, los generales José María Urbina y Francisco Robles, no se destacaron por las preocupaciones educativas.

Como lo ha señalado el investigador Carlos Paladines, los debates pedagógicos se concentraron en torno a las ideas de educación social (Simón Rodríguez), educación nacional (Juan León Mera) o educación cosmopolita (Juan Montalvo). Pero quien definió el carácter de la educación nacional en el siglo XIX fue el presidente Gabriel García Moreno (político determinante entre 1860-1875), que ejecutó un formidable plan basado en las inversiones estatales, la promoción de la educación científico técnica (Escuela Politécnica), artística y musical (Conservatorio), la extensión de la educación en oficios para los sectores populares, el ingreso de profesores extranjeros (sobre todo los jesuitas alemanes), la entrega del control de la educación a la Iglesia Católica (Hermanos Cristianos en la primaria y Jesuitas en la secundaria) y la promoción de la cultura católica (sujeta al Concordato de 1862), como elemento de la identidad nacional. Ese nacionalismo confesional, sin precedentes en el país, pero visto como "retrógado" en toda Latinoamérica por contradecir el movimiento ascendente de las ideas liberales en el mundo, ocasionó, precisamente, la reacción de los liberales ecuatorianos.

Cuando el liberalismo "machetero", acaudillado por Eloy Alfaro logró tomar el poder (1895), enfiló contra el "modelo" educativo del garcianismo e introdujo los principios de separación entre Iglesia y Estado, libertad de cultos e instrucción pública general basada en el laicismo, consagrados por las Constituciones de 1897 y, sobre todo, la de 1906 (la "Carta Magna" liberal). Después de los importantes esfuerzos del conservadorismo garciano, el liberalismo ecuatoriano se convirtió en un formidable impulsador del esfuerzo histórico-estatal por invertir en la educación, al mismo tiempo que por ampliarla a los sectores populares en igualdad de condiciones como “ciudadanos”. El nacionalismo laico dio origen al magisterio público (los Institutos Normales: Mejía, Juan Montalvo, Manuela Cañizárez), al ingreso de las primeras misiones pedagógicas alemanas, a la introducción de los principios de la "escuela activa" (herbartiana) y a la ampliación del número de establecimientos educativos en todo el país. La Constitución de 1906 consagró a la educación oficial como “seglar y laica”, continuando con proclamarla gratuita y obligatoria para la primaria (la Constitución de 1878 fue la primera en disponer la educación primaria, obligatoria, gratuita y costeada por fondos públicos). Tales principios revolucionaron la vida del país y se mantuvieron por décadas.

Sin embargo, durante el primer siglo de vida republicana (hasta 1930) los gastos gubernamentales en educación representaron apenas un promedio del 6.4% anual, mientras los gastos militares promediaron un 30%, los de obras públicas un 8%, un 2.5% para bienestar social y un 24% a la deuda pública. Los “gastos sociales” (educación y bienestar) nunca representaron un promedio anual mayor al 10% de los gastos gubernamentales, por lo que resultaron totalmente insuficientes para atender a la población nacional.

El interés estatal durante el siglo XX.-

El “siglo XX histórico”, abierto con la Revolución Juliana (1925), consolidó la educación laica, realizando renovados esfuerzos por el financiamiento público en la formación de maestros normalistas y la fundación de planteles educativos gratuitos, especialmente inclinados al fomento de la instrucción primaria. Pero la crisis educativa acompañó a la crisis económica y política del Ecuador durante los años 30. Sólo hubo episódicos momentos de interés por la “educación social”, tratando de extenderla a los ámbitos rurales y especialmente a los indios. Bajo las condiciones de inestabilidad política y autoritarismo gubernamental (entre 1925-1948 unos 27 gobiernos) creció la formación de maestros en las Facultades y también su activismo. Y tras la “Revolución de Mayo” de 1944, que derrocó a Carlos Alberto Arroyo del Río (1940-44), la nueva Constitución de 1945 enmarcó a la educación y la cultura en un claro proyecto nacional de promoción de las masas y desarrollo del país.

En efecto, la progresista Constitución del 45 dispuso que la educación constituye una “función del Estado”, que la educación oficial y la particular “tienen por objeto hacer del educando un elemento socialmente útil”, y que debe inspirarse “en un espíritu democrático de ecuatorianidad y de solidaridad humana”. Por primera vez estableció que la educación oficial es laica y gratuita “en todos sus grados”, que “el Estado proporcionará, sin costo alguno, los materiales escolares necesarios”, que el Estado y las Municipalidades “cuidarán de eliminar el analfabetismo”, introdujo el uso del quechua o la lengua aborigen respectiva (además del castellano) en las escuelas con predominio de población india, el reconocimiento a la autonomía universitaria y que “se invertirá en educación pública cuando menos el veinte por ciento de los ingresos ordinarios”, que la Constitución de 1967 elevó al treinta por ciento.

El papel del Estado continuó como determinante de la educación nacional en las décadas posteriores, y particularmente en los años 60 y 70, cuando la educación se “masificó”. Y si bien la “era del petróleo” fortaleció aún más a la educación pública, a partir de los 70 también creció progresivamente la educación particular, que en las décadas de los 80 y 90 proliferó.

La “privatización” de la educación.-

El problema de los “costos” de la educación apareció, cada vez con mayor agudeza, durante las tres últimas décadas del siglo XX. Desde mediados de los años 80, respondió claramente a un doble proceso: el de la ruina del “modelo estatal” para una política de educación pública sostenible y el del ascenso de la educación privada, orientada generalmente tanto con fines de negocio como por nuevos valores de elitismo social. La crisis económica arrastró a las inversiones públicas en la educación, mientras las preocupaciones políticas derivaron hacia las orientaciones “privatizadoras” y “neoliberales”. Pero la crisis económica también devaluó los ingresos de la mayoría de ecuatorianos y encareció los servicios educativos. De manera que resultó paradójico

que, bajo los supuestos de la “modernización”, perdiera asidero la educación “laica y gratuita” y crecieran los “costos” de la educación, a tal punto de llegar a una situación actual de reversión educacional, pues no sólo aumentó el número de quienes abandonan la escolaridad, sino que se ha incrementado el analfabetismo y se cuestionan seriamente los logros de la enseñanza, tanto pública como privada.::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::2. A TRES ESTUDIOSOS AMERICANOS EL NOBEL DE ECONOMÍA1.

Giuseppina Da Ros

La Real Academia sueca de Ciencias concedió, el miércoles 10 de octubre 2001, el premio Nobel de economía a tres profesores norteamericanos: Joseph E. Stiglitz, de la Universidad de Columbia, George A. Akerlof, de la Universidad de Berkeley, y Michael A. Spence, de la Universidad de Stanford, por sus estudios sobre “mercados con información asimétrica."

En su vida profesional, George Akerlof se ha dedicado sobre todo a actividades académicas en el ámbito universitario y Michael Spence ha incursionado en el sector empresarial de la new economy. Por su parte, Joseph Stiglitz ha asumido altas posiciones en organismos internacionales desde donde ha criticado duramente los supuestos básicos neoclásicos y las políticas neoliberales de las propias entidades multilaterales de crédito, lo que lo ha caracterizado como uno de los economistas norteamericanos más controvertidos.

Las investigaciones relativas a la información asimétrica han contribuido, en los últimos veinte años, al desarrollo teórico y su aplicación práctica en diferentes campos de la economía, desde el análisis de las organizaciones industriales hasta el de los mercados de seguros. Pero es sobre todo en el ámbito macroeconómico que la información asimétrica ha tenido sus mejores resultados, permitiendo superar la interpretación neoclásica de la teoría keynesiana (síntesis hicksiana), según la cual el desempleo no constituía el estado “normal” del capitalismo sino el resultado de la rigidez de los precios, de los salarios y de la tasa de interés que existe en el mundo real. En efecto, Akerlof y Stiglitz, en pleno auge neoliberal de los años ochenta, demostraron que la mencionada rigidez de los precios correspondía a comportamientos racionales de los individuos en presencia de una distribución no homogénea de información.

El concepto de información asimétrica permitió entonces a los representantes de la nueva economía keynesiana rehabilitar el enunciado de equilibrio de mercado sin pleno empleo y de reafirmar la necesidad de la intervención pública como elemento regulador.

Breve reseña biográfica de los galardonados

George A. Akerlof, 61 años, obtuvo su doctorado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) en 1966. Enseño en la Universidad de Berkeley, en la London School of Economics (aspectos monetarios y bancarios) y desarrolló actividades de investigación en la Federal American Reserve. Son conocidos sus ensayos sobre la importancia de los problemas de información. Ha aplicado los principios de la “información asimétrica“ a la deuda de los países del tercer mundo y las discriminaciones en el mercado del trabajo de la que son víctimas las minorías. Su análisis se basa en conceptos y conocimientos proporcionados por la sociología, la 1 Este artículo, en su versión anterior, fue publicado en la Revista Gestión n. 89, de noviembre del 2001.

psicología, la antropología y otros campos para determinar influencias y resultados económicos. Su investigación rompió con la teoría económica establecida en ilustrar cómo funcionan incorrectamente los mercados cuándo los compradores y los vendedores disponen de información en diferente grado. Su trabajo ha tenido usos de gran envergadura en áreas tales como seguro médico, mercados financieros y contratos de empleo.

Michael A. Spence, 58 años, estudió en Harvard y en la Graduate School of Business de Stanford. De 1973 a 1975 enseñó en Stanford como profesor asociado de economía; sucesivamente, fue nombrado profesor de economía y administración de negocios en Harvard. A partir de 1984 y hasta 1990 fue decano en la Facultad de Artes y Ciencias de Harvard; después volvió a Stanford, donde se desempeñó como decano de la Graduate School of Business hasta 1999. Actualmente vive en el campus de Stanford y es profesor emérito en dicha escuela de negocios. En 1978 recibió el premio Galbraith por la calidad de su enseñanza y en 1981 la condecoración John Bates Clark, otorgada cada dos años, por la American Economic Association, a los mejores jóvenes economistas americanos. Planea seguir investigando sobre los temas que le permitieron ganar el premio Nobel y, en particular, sobre el impacto del Internet en el campo de la información asimétrica.

Joseph E. Stiglitz, 58 años, obtuvo su doctorado en 1967 en el Massachusetts Institute of Technology (MIT); sucesivamente fue profesor de economía en Yale, Princeton, Oxford y Stanford. En 1979 obtuvo la prestigiosa condecoración John Bates Clark de la American Economic Association por su contribución científica. En 1993 trabajó en Washington como miembro del grupo de asesores económicos del presidente Bill Clinton y asumió la presidencia del mismo en 1995. A partir de 1997 y hasta finales de 1999, fue vicepresidente del Departamento de Desarrollo y economista jefe del Banco Mundial. Desde enero del 2000 es profesor de economía, negocios y asuntos internacionales en la Columbia University de Nueva York. Es miembro de la Sociedad de Econometría y de la National Academy of Sciences. Sus contribuciones fundamentales incluyen aspectos relacionados con la economía de la información e incertidumbre; la estabilización de los precios agrícolas; las finanzas corporativas; los impuestos; la intervención pública; la distribución del ingreso; el crecimiento y la teoría del capital; los recursos naturales; la economía del desarrollo; la teoría macroeconómica y la competencia monopolística. Ha publicado más de 300 ensayos y una docena de libros en 35 años de carrera profesional.

Sus actuales iniciativas apuntan a proporcionar alternativas de política económica a las recomendadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en los países en desarrollo. En efecto, Stiglitz es un crítico abierto del "Consenso de Washington”2 por los efectos que las políticas de ajuste estructural, sugeridas por dichos organismos multilaterales de crédito han tenido en términos de reducción del gasto social, aumento del desempleo, pobreza y marginación, así como de inestabilidad democrática (en los países que reciben préstamos). Sugiere que “los programas a aplicarse por estos organismos sean más humanos” y permitan que los países “lleguen a un consenso nacional para crear sus propias estrategias de desarrollo".

Considera que el actual sistema globalizado se caracteriza por la iniquidad, por lo que “es cada vez más importante intentar reparar esas injusticias". En una de sus

2 Expresión de la filosofía neo-liberal llevada al extremo y según la cual los países periféricos que enfrentan problemas de estabilidad económica deben poner en práctica programas de austeridad fiscal e incrementar las tasas de interés para controlar la inflación. Esas medidas, impuestas por el Banco Mundial, el FMI y los bancos de desarrollo regional en los años 80, favorecieron el surgimiento de grandes masas de capital especulativo que cruzaba vertiginosamente las fronteras de los países del tercer mundo en búsqueda de rendimientos elevados , lo que a la larga terminó por desestabilizarlos todavía más.

intervenciones contra el FMI y el Banco Mundial, escribió: “Dirán que el FMI es arrogante. Dirán que no escucha a los países en desarrollo que, se supone, ayuda. Dirán que el FMI no es transparente y no rinde cuentas de sus actos. Dirán que los “remedios” del FMI muchas veces empeoran las cosas ... y no se equivocan. Exactamente lo mismo dirán del Banco Mundial y tampoco se equivocan. Entonces, el Presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, que es un ‘incomprendido’ dirá: “Despecha ver tantas movilizaciones en favor de la justicia social, cuando nosotros la ponemos en practica cada día. Nadie está haciendo tanto para los pobres como nosotros”. Pero, ¿cómo expresa el Banco Mundial su amor por los pobres?. Al igual que su gemelo [el FMI]: multiplicándolos”3.

Como funcionario del Banco Mundial, Stiglitz centró sus esfuerzos en determinar cómo los países pueden crecer y desarrollarse, especialmente los más pobres o los que están intentando establecer economías de mercado después de años de sistemas centralizados. Para el recientemente galardonado premio Nobel, "el desafío es entender cuáles son las políticas apropiadas y cómo focalizar la ayuda para promover el crecimiento y mitigar la pobreza de manera eficiente”.

Denuncia la modernización forzada impuesta por el FMI y el Banco Mundial a todos los países postulando al mercado como único esquema de relación social. Critica también la imposición de la liberalización de los movimientos de capital de corto plazo que han tenido serias repercusiones sobre la situación de países como Tailandia, Corea e Indonesia, provocando graves crisis económicas y financieras, así como lo acontecido en países como Rusia, Brasil, Argentina y Turquía donde la misma “receta” ha tenido resultados aún más desestabilizadores.

Información asimétrica

Akerlof fue el primero de los galardonados en introducir la noción de "información asimétrica" como factor esencial en el funcionamiento de algunos mercados, hace más de 30 años. Su trabajo fue caracterizado por la Real Academia sueca de Ciencias como fundamental en el campo de la economía, pues cimentó el desarrollo de teorías actuales como la economía del comportamiento.

En su estudio, The Market for Lemons: Quality Uncertainty and the Market Mechanism” (publicado en 1970), Akerlof muestra como la información asimétrica puede dar lugar al fenómeno de “la selección adversa”. En una situación en la cual el vendedor tiene más información que el comprador, por ejemplo, el vendedor tendrá mayor capacidad de sesgar en su favor el resultado de la venta. Para ilustrar la idea, Akerlof analiza una transacción económica familiar: la compra y la venta de un auto usado. En este mercado, observa, el vendedor tiene más información que el comprador sobre la condición del vehículo. El comprador, por lo tanto, sospecha del producto y hace inferencias sobre su calidad basándose en una información limitada y puede no estar dispuesto a pagarlo tanto como vale (puesto que no hay elementos que permitan establecer un precio preciso) asumiendo que no es un “lemon4“ y su calidad es mal definida (vehículo de ocasión). La venta tendrá entonces que realizarse a un precio promedio. En tal caso, los vendedores de autos de mejor calidad rehusarán aceptar ese precio y se retirarán del mercado. Resultado de ese proceso será una baja de la calidad media del producto, un nuevo retiro de ciertos vendedores y, al final, el mercado desaparecerá. Entonces, la presencia de información asimétrica en varios mercados

3 Il Manifesto, “I misteri del Santissimo Duo”, 12 de octubre del 2001, p. 2.4 Es un término familiar usado para indicar vehículos defectuosos.

puede traer efectos nocivos tales como una reducción de la calidad de los productos (como en el caso de los autos usados) para todos los consumidores.

Los resultados de ese trabajo pionero de Akerlof han sido aplicados a una amplia gama de mercados de bienes y servicios, incluyendo el seguro médico5 y el mercado del trabajo; sin embargo, es sobre todo en la economía financiera donde la hipótesis de la información asimétrica ha tenido mayor relevancia.

Las otras contribuciones

Michael Spence y Joseph Stiglitz ampliaron las premisas de Akerlof introduciendo nuevos aportes al principio de base.

Spence examina, en particular, la manera mediante la cual los agentes económicos que operan en un mercado, cualquiera que este sea, se seleccionan los unos a los otros en función de atributos cuyas características son inciertas. Algunos de esos atributos son calificados de "signos del mercado," y se refieren a las acciones que llevan a cabo los agentes económicos para convencer a la contraparte sobre el valor o calidad de sus productos. Este tipo de análisis se utiliza en particular para examinar el funcionamiento del mercado laboral y sus vínculos con la educación. Spence, con su “teoría del señalamiento”, ha buscado mostrar que, bajo ciertas hipótesis, el nivel de educación podía ser un indicador de la productividad de los asalariados. En efecto, si un empleador no puede distinguir entre alta o baja productividad laboral cuando contrata nuevos trabajadores, el mercado del trabajo podría colapsar y solamente serían empleados los de baja productividad y con bajos salarios; se trata del mismo fenómeno de “selección adversa” señalado por Akerlof en el caso de los vehículos usados. De ahí la importancia de considerar el nivel de educación; éste se mide en una escala continua y los costos necesarios -en términos de esfuerzo, gastos y tiempo- para pasar de un nivel al otro son menores en el caso de individuos de más alta productividad. Si se admite que el costo de la educación es más reducido para los asalariados más productivos, ellos tendrán interés en invertir en su formación para destacarse. Será entonces posible encontrar un escalafón diferenciado de remuneraciones.

Ese razonamiento puede ser aplicado, de manera más convincente, a las políticas financieras de las empresas. Las decisiones relativas a los dividendos o a la estructura financiera que asumen las empresas puede servirles para proporcionar información sobre su rentabilidad o nivel de riesgo. Esas opciones, desigualmente costosas según las empresas, les permiten diferenciarse de manera fiable. Las políticas financieras influenciarán el valor o el costo del capital de las empresas, lo que constituye una crítica al “teorema de la indiferencia” de Modigliani y Miller, cuyos trabajos muestran que el valor de una empresa es independiente de su estructura financiera y de los dividendos distribuidos.

Stiglitz se distingue como uno de los principales teóricos de la nueva economía keynesiana6, definida como un esfuerzo por “adaptar la micro-teoría a la macro-teoría”, mientras que las otras corrientes de pensamiento económico intentan adaptar la macro-5 En la industria de seguro médico, un análisis de la información asimétrica puede explicar cómo los consumidores elegibles y deseables pueden ser tasados fuera de la cobertura. Los asegurados disponen de una mayor información, pues en este caso saben si están o no sanos, mientras las compañías de seguros no tienen la certeza de su estado de salud. Los aseguradores entonces pueden subir sus precios porque deducen que algunos, quizás muchos, de los asegurados a que atraen pueden estar enfermos. Pero en levantar los costos de cobertura, tasarán a algunos de los clientes potenciales sanos y deseables fuera del mercado.6 La nueva economía keynesiana, aunque parte de los postulados básico de Keynes, reconoce la necesidad de alejarse radicalmente de los principios neoclásicos y de analizar las consecuencias de las imperfecciones en el mercado de capitales, que pueden explicarse en términos de costos de información. Beaud Michel, Dostaler Gilles; La pensée économique depuis Keynes. Historique et Dictionnaire des principaux auteurs, Collection Économie & Société, Éditions du SEUIL, France, 1993, pp. 536-537.

teoría a una micro-teoría walrasiana irrealista. En efecto, demuestra que las criticas de John Maynard Keynes sobre la capacidad del sistema capitalista de autoregularse se justifican a nivel microeconómico, es decir, a partir del comportamiento de cada individuo y de cada empresa. Al respecto, pone en evidencia que la información no es gratuita para todos los agentes económicos y, por tanto, es un recurso escaso y costoso, distribuido generalmente de manera desigual entre los agentes que realizan transacciones en el mercado.

Esa distribución asimétrica de la información limita considerablemente la expansión de los mercados pues puede darse el caso que el precio de venta sea igual para todos los productos que aparentan ser iguales, pero que realmente no lo son. En el caso del mercado de vehículos usados, por ejemplo, existen comerciantes/ revendedores a los que acuden las personas cuyo conocimiento en la materia es escaso o nulo. Puesto que no disponen de información, dichos compradores operan en función del grado de confianza que tienen hacia el comerciante / revendedor por anteriores transacciones realizadas o por sugerencia de amistades (experiencias ajenas). El eje de la relación de compraventa se fundamenta entonces en elementos pocos tangibles (como la confianza y la presunción); dicha situación dista mucho de la preconizada por la teoría neoclásica tradicional que entre sus postulados principales señala la existencia de información perfecta por parte de todos los agentes.

La asimetría de información determina que la mayoría de agentes económicos experimente un estado de permanente incertidumbre; la transparencia de los procesos económicos y la difusión de información son entonces esenciales para ampliar la gama de transacciones en el mercado y para reducir la renta de aquellos que conocen los procedimientos desde adentro frente a aquellos que no los conocen.

A diferencia de Keynes, Stiglitz no considera que el Estado deba intervenir directamente en el mercado para superar sus deficiencias (por ejemplo, invirtiendo para impulsar la demanda), sino más bien para crear un ambiente de certidumbre mediante diferentes incentivos a fin de que los agentes privados operen con visión de largo plazo.

Para Stiglitz, ni el Estado ni la economía están en el centro de un dispositivo de equilibrio general de mercados del cual serían “los guardianes y garantes providenciales”. Desde su perspectiva, la incertidumbre se administra a través de los contratos que los agentes negocian entre ellos (en el mercado del trabajo, del crédito, de la explotación de la tierra, etc.). Entre los agentes, además de existir asimetría de información, se presenta también otra desigualdad: uno de los dos es el agente principal y obviamente es quien ejerce los derechos de propiedad, concibiendo estrategias basadas en incentivos para persuadir a la contraparte.

Para corregir la asimetría de información es necesario ofrecer a los agentes económicos mejor informados una gama de opciones, para una transacción especifica, que les inducirá a manifestarse en función de las alternativas. Un ejemplo es el de las compañías de seguros; éstas, ofertando una gama de pólizas en las que se combinan niveles diferentes de primas de seguro y deducibles, inducen a sus clientes a autoclasificarse según su situación y su percepción de riesgo. Los clientes más arriesgados preferirán contratos que asocien deducibles menos elevados y primas más altas; por el contrario, los clientes más conservadores optarán por un deducible más elevado en caso de accidente, y una prima más baja. La existencia de esas opciones permitirá fijar tarifas eficaces y contribuirá a superar el problema de la “selección adversa”.

Stiglitz analiza también mecanismos similares para otros tipos de mercado, por ejemplo, los contratos de crédito. El haber introducido en el análisis económico la información asimétrica le permite considerar el papel que juegan las instituciones,

sobre todo aquellas de intermediación -que no tienen ningún importancia en la teoría de los mercados perfectos- en la coordinación de las decisiones individuales, dada la insuficiencia de los mecanismos de mercado. Cabe recordar que para este economista, la información asimétrica y la incertidumbre que la caracteriza generan movimientos financieros especulativos y rápidos, fáciles enriquecimientos, volatilidad de los mercados y creación de sistemas institucionalizados que se premian las inversiones de corto y cortísimo plazo en desmedro de las de largo plazo.

En síntesis, y utilizando sus propias palabras “las economías de mercado se caracterizan por un alto grado de imperfecciones; los antiguos modelos asumen la existencia de información perfecta, pero incluso grados pequeños de imperfección de la información pueden tener graves consecuencias económicas”. Hablar de asimetrías de la información no es otra cosa que afirmar que “alguna gente sabe más que otra”.

Referencias bibliográficas

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- Assidon Elsa, “Les théories économiques du développement”, Collection Repères n.108, Éditions La Découverte & Syros, Paris, 2000.

- Beaud Michel - Dostaler Gilles, “La pensée économique depuis Keynes. Historique et Dictionnaire des principaux auteurs”, Collection Économie & Société, Éditions du SEUIL, France, 1993.

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- Il Manifesto, “I misteri del Santissimo Duo”, 12 de octubre del 2001, Italia.- Marti Serge, “Le Prix Nobel d’économie attribué à trois américains pour leur

travaux sur l’asymétrie d’information”, Le Monde, 11.10.2001.- Pollin Jean-Paul, “Un Prix Nobel d’économie pour comprendre les défaillances des

marchés”, Le Monde, 15.10.2001. - Stiglitz Joseph, “The Insider: What I learned at the World Economic Crisis”, The

New Republic, April 17, 2000. - The 2001 Bank of Sweeden Prize in Economic Sciences, “Markets with

Asymmetric Information”, Advanced Information, en:http://www.nobel.se/economics/laureates/2001/ecoadv.pdf .

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::3. MANIFIESTO de “HISTORIA A DEBATE”www.h-debate.com

Después de ocho años de contactos, reflexiones y debates, a través de congresos, encuestas y últimamente Internet, hemos sentido la urgencia de explicitar y actualizar nuestra posición en diálogo crítico con otras corrientes historiográficas, asimismo

desarrolladas en la última década del siglo XX: (1) el continuismo de los años 60-70, (2) el posmodernismo, y (3) el retorno a la vieja historia, la última "novedad" historiográfica. Estamos viviendo una transición histórica e historiográfica de resultados todavía inciertos. Historia a Debate como tendencia historiográfica quiere contribuir a la configuración de un paradigma común y plural de los historiadores del siglo XXI que asegure para la historia y su escritura una nueva primavera. A tal fin hemos elaborado 18 propuestas metodológicas, historiográficas y epistemológicas, que presentamos a los historiadores y a las historiadoras del mundo para su debate y, en su caso, adhesión crítica y posterior desarrollo.

METODOLOGÍAI

Ciencia con sujetoNi la historia objetivista de Ranke, ni la historia subjetivista de la posmodernidad: una ciencia con sujeto humano que descubre el pasado conforme lo construye.Tomar en consideración las dos subjetividades que influyen en nuestro proceso de conocimiento, agentes históricos e historiadores, es la mejor garantía de la objetividad de sus resultados, necesariamente relativos y plurales, por lo tanto rigurosos.Ha llegado la hora de que la historia ponga al día su concepto de ciencia, abandonando el objetivismo ingenuo heredado del positivismo del siglo XIX, sin caer en el radical subjetivismo resucitado por la corriente posmoderna a finales del siglo XX.La creciente confluencia entre las "dos culturas", científica y humanística, facilitará en el siglo que comienza la doble redefinición de la historia, como ciencia social y como parte de las humanidades, que necesitamos.

IINueva erudición

Somos partidarios de una nueva erudición que amplíe el concepto de fuente histórica a la documentación no estatal, a los restos no escritos de tipo material, oral o iconográfico, a las no-fuentes: silencios, errores y lagunas que el historiador y la historiadora ha de valorar procurando también la objetividad en la pluralidad de las fuentes.Una nueva erudición que se apoye con decisión en el conocimiento no basado en fuentes que aporta el investigador. La historia se hace con ideas, hipótesis, explicaciones e interpretaciones, que nos ayudan además a construir/descubrir las fuentes.Una nueva erudición que vaya más allá de la historiografia renovadora de los años 60 y 70 incorporando la nueva relación con las fuentes aportada por la historia de las mujeres, la historia oral, la historia ecológica, la historia mundial/global y otras novedades productivas surgidas o desarrolladas en los años 80 y 90, así como la "nueva historiografía" que está naciendo en Internet y de la cual formamos parte.Una nueva erudición que, reconociendo que el necesario trabajo empírico no decide la verdad histórica más que a través de las comunidades de historiadores, desenvuelva el debate y el consenso en ámbitos colectivos.Una nueva erudición, en suma, que nos permita vencer el "giro positivista" y conservador a que nos ha conducido, recientemente, la crisis de las grandes escuelas historiográficas del pasado siglo, y que amenaza con devolver a nuestra disciplina al siglo XIX.

IIIRecuperar la innovación

Urge un nuevo paradigma que recobre el prestigio académico y social de la innovación en los métodos y de los temas, en las preguntas y en las respuestas, en resumen, en la originalidad de las investigaciones históricas. Una nueva historiografía que mire hacia adelante y que devuelva al oficio de historiador el entusiasmo por la renovación y por los compromisos historiográficos.Brotarán nuevas líneas de investigación si pensamos con nuestra propia cabeza: considerando que nada histórico nos es ajeno; avanzando mediante el mestizaje y la convergencia de los métodos y de los géneros; llenando los odres viejos con vino nuevo, desde la biografía hasta microhistoria; prestando atención a las necesidades científicas y culturales, sociales y políticas, de una sociedad sujeta a una profunda transformación.La historiografía del siglo XXI precisa de la ilusión y de la realidad de enfoques auténticamente innovadores si no quiere quedar convertida, como la mujer de Lot, en una estatua de sal.

IVInterdisciplina

La nueva historiografía que proponemos ha de acrecentar la interdisciplinariedad de la historia, pero de manera equilibrada: hacia adentro de la amplia y diversa comunidad de historiadores, reforzando la unidad disciplinar y científica de la historia profesional; y hacia afuera, extendiendo el campo de las alianzas más acá y más allá de las ciencias sociales clásicas.Es menester tender puentes que comuniquen el vasto archipiélago en que se ha convertido nuestra disciplina en las últimas décadas. Al mismo tiempo, la historia ha de intercambiar métodos, técnicas y enfoques, además de con las ciencias sociales, con la literatura y con la filosofía (de la historia y de la ciencia, sobre todo), por el lado de las humanidades, y con las ciencias de la naturaleza, por el lado de las ciencias. Sin olvidar las disciplinas emergentes que tratan de las nuevas tecnologías y de su impacto transformador en la sociedad, la cultura, la política y la comunicación.Aprendiendo de experiencias pasadas, tres son los caminos que hay que eludir, en nuestra opinión, para que la interdisciplinariedad enriquezca a la historia: 1) perseguir una imposible "ciencia social unificada" alrededor de cualquiera otra disciplina, sin menoscabo del máximo desarrollo interdisciplinar tanto individual como colectivo; 2) hacer del diálogo historia-ciencias sociales la receta mágica de la "crisis de la historia", que nosotros entendemos como cambio de paradigmas; 3) diluir la historia en tal o cual disciplina exitosa, como nos proponen hoy en día los narrativistas extremos en relación con la literatura.

VContra la fragmentación

El fracaso de la "historia total" de los años 60 y 70 abrió la vía a una fulgurante fragmentación de temas, métodos y escuelas, acompañada de crecimiento y caos epistemológico, que pareció detenerse en los años 90 y resulta cada vez más anacrónica en el mundo que viene, basado en la interrelación y la comunicación global.Nuestra alternativa es avanzar, en la práctica historiográfica, nuevas formas de globalidad que hagan converger la investigación histórica atravesando espacios, géneros y niveles de análisis.Para hacer posible una historia a secas, integral, hay que experimentar, pues, iniciativas de investigación que adopten lo global como punto de partida, y no como "horizonte utópico": líneas mixtas de estudio en cuanto a fuentes y temas, métodos y especialidades; incorporación a la historia general de los paradigmas especializados más innovadores; combinar enfoques cualitativos y cuantitativos; articular temporalidades

(que engloben presente y futuro) y escalas diversas; escrutar la globalidad a través de conceptos y métodos, aún potencialmente abarcantes, como mentalidad y civilización, sociedad, red y cambio social, narración y comparación, y crear otros nuevos; indagar la historia mundial como un nuevo frente de la historia global; servirse de las nuevas tecnologías para trabajar a la vez con escritos, voces e imágenes, juntando investigación y divulgación; impulsar la reflexión y el debate, la metodología y la historiografía, como terreno común a todas las especialidades históricas y punto de contacto con otras disciplinas.

HISTORIOGRAFÍA VI

Tarea historiográficaSabiendo como sabemos que el sujeto influye en los resultados de la investigación, se plantea la necesidad de indagar al propio historiador en aras de la objetividad histórica. ¿Cómo? Procurando integrar los individuos en grupos, escuelas y tendencias historiográficas, implícitas y explícitas, que condicionan, se quiera o no, la evolución interna de la historia escrita. Estudiando a los historiadores y a las historiadores por lo que hacen, no sólo por lo que dicen; por su producción, no sólo por su discurso. Aplicando, con matices, tres conceptos clave de la historia de la ciencia pospositivista: el ‘paradigma’ como conjunto de valores compartidos; la "revolución científica" como ruptura y continuidad disciplinar; la ‘comunidad de especialistas’ por su poder decisorio, a su vez condicionada por el entorno social, mental y político. Practicando, en conclusión, una historiografía inmediata que procure ir por delante de los acontecimientos históricos que inciden en los cambios historiográficos que estamos viviendo.

VIIHistoriografía global

El agotamiento de los focos nacionales de renovación del siglo XX ha dado paso a una descentralización historiográfica inédita, impulsada por la globalización de la información y del saber académico y superadora del viejo eurocentrismo. La iniciativa historiográfica está hoy más al alcance de todos. El auge, por ejemplo, de una historiografía latina crítica y de una historiografía poscolonial, lo demuestran. Las comunidades transnacionales de historiadores, organizadas en Internet, juegan ya un papel importante en la formación de nuevos consensos en detrimento del anterior sistema de dependencia de unas historiografías nacionales de otras y de intercambios académicos elitistas, jerárquicos y lentos.No entendemos la globalización historiográfica como un proceso uniformador, pensamos y ejercemos la historia, y la historia de la historia, como docentes e investigadores, en diferentes ámbitos superpuestos e interrelacionados: local, regional, nacional, continental e internacional/global.

VIIIAutonomía del historiador

Conforme los proyectos colectivos del siglo XX fueron entrando en decadencia, sin ser todavía reemplazados por un nuevo paradigma común, ha crecido de manera exagerada la influencia del mercado editorial, de los grandes medios de comunicación y de las instituciones políticas, en la escritura de la historia, en la elección de temas y métodos, en la formulación de hipótesis y conclusiones, con un sentido cada vez más evidente de promoción de la vieja historia de los "grandes hombres".

Recuperar la autonomía crítica de los historiadores y de las historiadoras respecto de los poderes establecidos para decidir el cómo, el qué y el por qué de la investigación histórica nos exige: reconstruir tendencias, asociaciones y comunidades que giren sobre proyectos historiográficos, más allá de las convencionales áreas académicas; utilizar Internet como medio democrático y alternativo de comunicación, publicación y difusión de propuestas e investigaciones; observar la evolución de la historia inmediata, sin caer en el presentismo, para captar las necesidades historiográficas, presentes y futuras, de la sociedad civil local y global.

IXReconocer tendencias

La vía más nociva para imponer la propia tendencia historiográfica, normalmente conservadora, es negar que existan o que deban existir tendencias historiográficas. El imaginario individualista, los compartimentos académicos y las fronteras nacionales, ocultan lo que tenemos de común, muchas veces sin saberlo o sin decirlo: por formación, lecturas, filiaciones y actitudes. Somos partidarios y partidarias, en consecuencia, de sacar a la luz las tendencias actuantes, más o menos latentes, más o menos organizadas, para clarificar posiciones, delimitar debates y facilitar consensos. Una disciplina académica sin tendencias, discusión y autoreflexión, está sujeta a presiones extra-académicas, con frecuencia negativas para su desarrollo. El compromiso historiográfico consciente nos hace, por lo tanto, libres frente a terceros, rompe el aislamiento personal, corporativo y local, favorece el reconocimiento público y la utilidad científica y social de nuestro trabajo profesional.

XHerencia recibida

Nos oponemos a hacer tabla rasa de la historia y de la historiografía del siglo XX. El reciente retorno de la historia del siglo XIX hace útil y conveniente rememorar la crítica de que fue objeto por parte de Annales, el marxismo y el neopositivismo, aunque justo es reconocer también que dicho "gran retorno" pone en evidencia el fracaso parcial de la revolución historiográfica del siglo XX que dichas tendencias protagonizaron. El imprescindible balance, crítico y autocrítico, de las vanguardias historiográficas no anula, por consiguiente, su actualidad como tradiciones necesarias para la construcción del nuevo paradigma. Porque simbolizan el "espíritu de escuela" y la militancia historiográfica, así como el ejemplo de una historia profesional abierta a lo nuevo y al compromiso social, rasgos primordiales que habremos de recuperar ahora en otro contexto académico, social y político, con unos medios de comunicación muy superiores a los existentes en los años 60 y 70 del ya pasado siglo.

XIHistoriografía digital

Las nuevas tecnologías están revolucionando el acceso a la bibliografía y a las fuentes de la historia; desbordando las limitaciones del papel para la investigación y la publicación; posibilitando nuevas comunidades globales de historiadores. Internet es una poderosa herramienta contra la fragmentación del saber histórico si se utiliza de acuerdo con su identidad y posibilidades, esto es, como un forma interactiva de transmitir información instantánea de manera horizontal a una gran parte del mundo.Según nuestro criterio, la historiografía digital ha de seguir siendo complementada con libros y demás formas convencionales de investigación, difusión e intercambio académicos, y viceversa. Este nuevo paradigma de la comunicación social no va a reemplazar, en consecuencia, las actividades presenciales y sus instituciones seculares, pero formará parte de una manera creciente de la vida académica y social real.

La generalización de Internet en el mundo universitario, y en el conjunto de la sociedad, así como la educación informática de los más jóvenes irán imponiendo esta nueva historiografía como factor relevante de la inacabada transición paradigmática entre el siglo XX y el siglo XXI.

XIIRelevo generacional

En la segunda década de este siglo tendrá lugar un considerable relevo generacional en el cuadro de profesores e investigadores a causa de la jubilación de los nacidos después de la II Guerra Mundial. ¿Supondrá esta transición demográfica la consolidación de un cambio avanzado de paradigmas? No lo podemos asegurar.La generación del 68 fue más bien una excepción. Entre los estudiantes universitarios actuales contemplamos parecida heterogeneidad historiográfica e ideológica que el resto de la academia y de la sociedad. Podemos encontrarnos con historiadores e historiadoras mayores que siguen siendo renovadores, y jóvenes con conceptos decimonónicos del oficio de historiador y de su relación con la sociedad. Nuestra responsabilidad como formadores de estudiantes que serán mañana profesores e investigadores es, a este respecto, capital. Nunca fue tan crucial continuar explicando la historia con enfoques avanzados -también por su autocrítica- desde la enseñanza primaria y secundaria hasta los cursos de posgrado. La historia futura estará condicionada por la educación que reciben aquí y ahora los historiadores futuros: nuestros alumnos.

TEORÍAXIII

Historia pensadaEs esencial para el historiador pensar el tema, las fuentes y los métodos, las preguntas y las respuestas, el interés social y las implicaciones teóricas, las conclusiones y las consecuencias, de una investigación.Somos contrarios a una "división del trabajo" según la cual la historia provee de datos y otras disciplinas reflexionan sobre ellos (o escriben relatos de amplia difusión). Las comunidades de historiadores profesionales tienen que asumir su responsabilidad intelectual tratando de completar el ciclo de los estudios históricos, desde el trabajo de archivo hasta la valoración y reivindicación de su impacto en las ciencias sociales y humanas, en la sociedad y en la política.El aprendizaje de los estudiantes universitarios de historia en cuestiones de metodología, historiografía, filosofía de la historia y otras disciplinas con base teórica, es el camino para elevar la creatividad futura de las investigaciones históricas, subrayar el lugar de la historia en el sistema científico y cultural y fomentar nuevas y buenas vocaciones historiográficas.Nuestra meta es que el historiador que reflexione intelectualmente haga trabajo empírico, y que el historiador que investiga con datos concretos piense con alguna profundidad sobre lo que hace, obviando así la fatal disyuntiva de una práctica (positivista) sin teoría o de una teoría (especulativa) sin práctica. Una mayor unidad de la teoría y la práctica hará factible, por lo demás, una mayor coherencia de los historiadores y de las historiadoras, individual y colectivamente, entre lo se dice, historiográficamente, y lo que se hace, empíricamente.

XIVFines de la historia

La aceleración histórica de la última década ha reemplazado el debate sobre el "fin de la historia" por el debate sobre los "fines de la historia".

Asumiendo que la historia no tiene metas pre-establecidas y que, en 1989, dio comienzo un profundo viraje histórico, cabe preguntarse, también desde la historia académica, adónde nos lleva éste, quién lo conduce, en favor de qué intereses y cuáles son las alternativas.El futuro está abierto. Es responsabilidad de los historiadores y de las historiadoras ayudar a que los sujetos de la historia construyan mundos futuros que garanticen una vida libre y pacífica, plena y creativa, a los hombres y mujeres de todas las razas y naciones.Las comunidades de historiadores han de contribuir pues a construir una "nueva Ilustración" que, aprendiendo de los errores de la historia y de la filosofía, piense teóricamente sobre el sentido del progreso que hoy demanda la sociedad, asegurando a las grandes mayorías del Norte y del Sur, del Este y Oeste, el disfrute humano y ecológico de los avances revolucionarios de la medicina, la biología, la tecnología y las comunicaciones.

SOCIEDADXV

Reivindicar la historiaEl primer compromiso político de los historiadores debería ser reivindicar, ante la sociedad y el poder, la función ética de la historia, de las humanidades y de las ciencias sociales, en la educación de los ciudadanos y en la formación de las conciencias comunitarias.La historia profesional ha de combatir aquellas concepciones provincianas y neoliberales que todavía pretenden confrontar técnica con cultura, economía con sociedad, presente con pasado, pasado con futuro.Los efectos más notorios de las políticas públicas de desvaloración social de la historia son la falta de salidas profesionales, el descenso de las vocaciones y los obstáculos a la continuidad generacional. Las comunidades de historiadores debemos aceptar como propios los problemas laborales de los jóvenes que estudian y quieren ser historiadores, cooperando en la búsqueda de unas soluciones que pasan por la revalorización del oficio de historiador y de sus condiciones de trabajo y de vida, en el marco de la defensa y desarrollo de la función pública de la educación, la universidad y la investigación.

XVICompromiso

En tiempos de paradójicos "retornos", queremos constatar y alentar la "vuelta al compromiso" de numerosos académicos, también historiadores, en diversos lugares del mundo con las causas sociales y políticas vinculadas a la defensa de valores universales de educación y salud, justicia e igualdad, paz y democracia. Actitudes solidarias indispensables para contrarrestar otros compromisos académicos con los grandes poderes económicos y políticos, mediáticos y editoriales. Contrapeso vital, por lo tanto, para conjurar una virtual escisión de la escritura académica de la historia respecto de las mayorías sociales que financian con sus impuestos nuestra actividad docente e investigadora.El nuevo compromiso que preconizamos es diverso, crítico y con anhelos de futuro. El historiador y la historiadora han de combatir, desde la verdad que conocemos, aquellos mitos que manipulan la historia y fomentan el racismo, la intolerancia y la explotación de clase, género, etnia. Resistiendo, desde el conocimiento del pasado, los futuros indeseables. Cooperando, y rivalizando, con otros científicos sociales y humanistas, en la construcción de mundos históricamente mejores, como profesionales de la historia, pero también como ciudadanos.

La relación del historiador con la realidad que nos rodea pasa por su análisis en un contexto temporal continuo. Si se acepta que la objetividad de la ciencia de la historia es inseparable de la subjetividad (plural) del historiador, debemos concluir que no existen grandes diferencias cualitativas entre una historia inmediata y una historia mediata, entre una historia más contemporánea y una historia más antigua. Todo es historia, si bien cuando más nos distanciamos de lo actual mayor es la carga que recae sobre nosotros, historiadores, por ausencia de las disciplinas más presentistas.

XVIIPresente y futuro

Nuestro objeto de estudio (hombres, mujeres y medio natural humanizado) está evidentemente en el pasado, pero nosotros estamos en el presente, y estos presentes están preñados de futuros. El historiador no puede escribir con rigor la historia al margen del tiempo vivido, y de su fluir permanente.Contemplamos varios niveles en la relación del historiador con la inmediatez histórica: compromiso social y político, tema de investigación, historiografía de intervención o criterio metodológico general para la investigación. Hace medio siglo que los fundadores de la escuela de Annales lo formularon: "comprender el pasado por el presente, comprender el presente por el pasado". Hoy es preciso, además, poner el mismo énfasis en la interrelación pasado/futuro.La caída de la filosofías finalistas de la historia, sean socialistas sean capitalistas, ha puesto de relieve un futuro más abierto que nunca. El historiador ha de asumir un papel en su definición con sus experiencias y argumentos históricos, con hipótesis y apuestas desde la historia. Edificar el futuro sin contar con la historia nos condenaría a repetir sus errores, a resignarnos con el mal menor o a edificar castillos en el aire.

XVIIINuevo paradigma

La historiografía depende de los historiadores y de la historia inmediata. El cambio de paradigmas historiográficos que venimos proponiendo, desde 1993, cabalga sobre los cambios históricos acelerados iniciados en 1989. Entre diciembre de 1999 (Seattle) y julio de 2001 (Génova) hemos observado los comienzos de un movimiento global sin precedentes, contra los estragos de la globalización, que busca ya alternativas de sociedad: el pensamiento único es ahora menos único. Son muchos los que califican de cambio de civilización la globalización y sus críticos, la sociedad de la información, la nueva revolución científico-tecnológica y el movimiento social global: no es fácil entrever lo que nos depara el mañana pero hay razones para la esperanza. Todos debemos colaborar.Historia a Debate es parte activa de este proceso transformador: queremos cambiar la historia que se escribe y coadyuvar a cambiar la historia humana. Según evolucione el debate historiográfico, y la historia más inmediata, nuestras propuestas recibirán más o menos consenso académico, las variaremos o no según interese, si bien hay planteamientos que, aun siendo por el momento minoritarios, nos parecen ineludibles para condicionar críticamente el nuevo paradigma en formación: el conjunto plural de valores y creencias que va a regular nuestra profesión de historiador en el nuevo siglo. Por todo ello, la historia nos absolverá, esperemos.En la Red a 11 de setiembre de 2001

Composición inicial del GRUPO que ha elaborado el MANIFIESTO

Carlos Barros, Universidad de Santiago de Compostela, España (Coordinador)

Israel Sanmartín, Instituto Padre Sarmiento, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Santiago, España (Secretario).

Jérôme Baschet, École des Hautes Études en Sciences Sociales, París, Francia, y Universidad Autónoma de Chiapas, San Cristóbal de las Casas, México.

Boris Berenzon, Universidad Nacional Autónoma de México, México D. F. Micheline Cariño, Universidad Autónoma de Baja California Sur La Paz, México. Francisca Colomer, Centro de Profesores y Recursos, Murcia, España. Amelia Galetti, Instituto de Enseñanza Superior, Paraná, Argentina. Sergio Guerra, Universidad de La Habana, Cuba. Elpidio Laguna, University of Rutgers, Newark, New Jersey, USA Germán Navarro, Universidad de Zaragoza, España. Gonzalo Pasamar, Universidad de Zaragoza, España. Juan Paz y Miño Cepeda, Pontificia Universidad Católica, Quito, Ecuador. Eugenio Piñero, University of Wisconsin, Eau Claire, USA. Norma de los Ríos, Universidad Nacional Autónoma de México, Mexico D. F. Reinaldo Rojas, Universidad Pedagógica Experimental Libertador Barquisimento,

Venezuela. José Javier Ruiz Ibáñez, Universidad de Murcia, España. Juan Manuel Santana, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, España. Cristina Segura, Universidad Complutense, Madrid, España. Miguel Somoza, Universidad Nacional de Educación a Distancia Madrid, España. Guillermo Turner, Dirección de Estudios Históricos, Instituto Nacional de

Antropología e Historia, México D. F. Luz Varela, Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela. Francisco Vázquez, Universidad de Cádiz, España. Jose Giraldo Vinci de Moraes, Universidade Estadual Paulista Sâo Paulo, Brasil. :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: 4. THE-Monografías / Archivo electrónico del T.H.E.

HISTORIA ECONÓMICA GUBERNAMENTAL. Juan José Flores (1830-1835).

I) LA ECONOMÍA EN EL GOBIERNO DE JUAN JOSÉ FLORES (1830-1835)Por: Ma. Fernanda Acosta, Pablo Jiménez, Juan Carlos López, Richard Martínez, Nicole Pérez

1. Datos GeneralesPresidente: Juan José FloresVicepresidente: José Joaquín OlmedoMinistros de Gobierno: Víctor Félix de San Miguel 1830; 1833; 1834

José Félix Valdivieso 1830- 1832 José Miguel González 1833; 1835 José Ignacio Jurado 1834

Constitución Vigente: La Constitución promulgada el 23 de septiembre de 1830, en la Primera Convención Nacional de Riobamba.Población: 526.000 a 536.000 habitantes, de los cuales el 80.5% se encontraba en la Sierra, la Costa albergaba al 16.5% y el Oriente tenía al 3% de la población2. Orientación EconómicaCondiciones Económicas: Juan José Flores encontró una nación en bancarrota, problemas estructurales, falta de consenso político, actitudes regionalistas, ambiente caótico, territorio dividido e incomunicado. La agricultura y el comercio estaban en la ruina; muchas importaciones de bienes golpeaban las arcas fiscales.Orientación económica: Juan José Flores no se preocupó del manejo correcto de la hacienda pública, el presupuesto nacional se dedicaba en su mayor parte a cubrir gastos

militares. Todo en él fue vago en cuanto a doctrina; quiso ser liberal y lo proclamó pero fue vencido por la circunstancia objetiva de su nueva familia, de su riqueza, de su condición inestable, y cayó en una madurez excesivamente ambiciosa, al punto que los liberales vieron en él a su mayor enemigo.3. Política EconómicaHacienda pública y Presupuesto: Los ingresos del naciente Estado radicaban especialmente en las aduanas que cobraban el 3% sobre las importaciones. También en los tributos de los productos estancados como el aguardiente, la pólvora y el tabaco. El presupuesto del Estado en 1831, alcanzaba a la suma de 387.973 pesos, de los cuales aproximadamente 200.000 pesos se destinaban para gastos militares y del Ejército, el resto servía para gastos de administración y la realización de pequeñas y contadas obras públicas.El sueldo asignado para el presidente era de 12.000 pesos anuales, es decir 3.09% del total; el de los ministros de Estado de 3.000 pesos anuales. Asuntos monetarios y financieros: La Asamblea Constituyente no dispuso nada respecto al problema monetario, esta imprevisión de los asambleístas ocasionó la proliferación de los falsificadores de nuestra moneda y la introducción de moneda de mala calidad.Ante la falta de circulante, el gobierno de Flores dispuso a fines de 1830 la emisión de “Billetes de Crédito”, de un peso cada uno, dividido en ocho reales. Estos billetes eran notas de crédito del Tesoro Nacional y podían ser canjeados como pago de hasta un 50% de los derechos de importación en la Aduana de Guayaquil, se imprimieron solo 100000 billetes, ya que retornaban pronto a la caja fiscal. El 26 de octubre de 1831 Flores envió al Congreso una comunicación con el fin de establecer La Casa de Moneda de Quito, en la misma también constaban las características de las monedas. El 9 de noviembre de 1831 se dictaminó la primera ley de monedas del Ecuador, en la que decía que se acuñen doblones de a cuatro, escudos y medios escudos de oro, pesetas, reales, medios y cuartillos de plata; además el tipo, peso y ley de estas monedas serían exactamente iguales a las monedas de Popayán. Tenían una relación legal de 16 a 1. Esta ley no designó características propias para nuestra moneda. Se empezaron a acuñar monedas de plata en junio de 1832 y las de oro en mayo de 1833. El 26 de diciembre de 1832 Flores mediante un decreto autorizó en el país la circulación de monedas españolas o de los nuevos estados americanos a excepción de las acuñadas en Popayán; ya que los reales fabricados allí eran elaborados con plata de ocho dineros; en otro artículo del decreto estableció que la moneda granadina debe ser evaluada en Quito y si es de buena ley se le establecerá en el reverso el signo MDQ ( seguramente Moneda de Quito). La primera ley de monedas, tenía un error; se permitió la acuñación de monedas de ocho dineros cuando las fabricadas en otros países eran de once dineros, es decir la moneda ecuatoriana nació devaluada lo cual convirtió al país en el “basurero” de monedas de baja calidad de otros países.La dotación dada a la Casa de Moneda no era apta para la elaboración de monedas suficientemente perfectas como para no ser falsificadas con facilidad; tampoco existían fondos necesarios para comprar los metales; además el gobierno disponía de los pocos recursos de la Casa para solventar sus gastos.Obras públicas:- Se funda en Quito la Casa de Moneda en 1831.- Incorporación del Archipiélago de Galápagos el 12 de febrero de 1832.- Inauguración de la Iglesia de la Recolección de la Merced en Quito el 12 de agosto de 1832.- Se funda en Portoviejo la Escuela de Santa Teresa de Jesús en 1832.

- Se pone en servicio público el Hospital de Loja el 1 de noviembre de 1834.- Se establece en el Beaterio de Quito, la Escuela de Niños en 1834. - Se reparó los puentes del Pisque y de Guápulo, y se construyó uno de hierro en Perucho (quizá el primero en su género); el Congreso de 1832 facultó al Ejecutivo para que concediera a Vicente Flor la construcción del puente de Socavón en el río Ambato, con derecho a cobrar medio real de pontazgo, durante 15 años, a los jinetes, bestias cargadas y ganados, aplicando ese producto a la educación primaria del cantón.- Se trató de mantener en buen estado los caminos, pero como los recursos eran escasos se imponía una antigua ley sobre conscripción vial, según la cual, los vecinos de cada lugar estaban obligados a la “minga” personal o a pagar un suplente (se mantenían por éste medio especialmente la vía a Guayaquil y la frontera Norte). - Se ayudó con medicinas y vacunas a los hospitales, Bancos - Comercio Exterior: El 10 de junio de 1831 se autorizó el establecimiento de un banco, cuya finalidad era ser un agente emisor del gobierno, pero este propósito no se cristalizó.En 1830 los ingresos ascendieron a 708.461 pesos contra egresos de alrededor 900.000 pesos. Un año más tarde, en 1831, la cifra fue de 742.975 pesos y los egresos 1.034.750, haciendo que el déficit aumentara. En 1832 los ingresos disminuyeron a 553.671 pesos y durante el resto de la década las recaudaciones nunca superaron los 900.000 pesos. Como consecuencia de los permanentes déficits la tesorería se mantuvo en mora en el pago de los salarios de los soldados. El saldo negativo del presupuesto se cubrió con préstamos internos hechos por el Ejecutivo a los acaudalados empresarios de la Costa. Sin fondos el Gobierno ecuatoriano no se encontró en condiciones de amortizar la deuda externa inglesa de 1.424.579 libras esterlinas adquirida para financiar las guerras de la independencia. La deuda interna, es decir aquella que se originó en préstamos hechos por comerciantes de Guayaquil al Estado ecuatoriano, también corrió igual suerte.La valorización de la carga de importaciones fue otro de los obstáculos que el fisco tuvo que afrontar para poder cobrar los impuestos. Los vistaforadores de la aduana se encontraron discapacitados de aforar a los productos nuevos que continuamente llegaron al país desde Europa y de los Estados Unidos, por cuanto no existieron partidas en el arancel para dichos productos.A los problemas ya anotados se sumó el contrabando; el comercio ilícito fue una herencia que nos dejó el comercio colonial debido al monopolio que ejerció la colonia española y las prohibiciones de exportar el cacao, los comerciantes de cacao se vieron obligados a sacar ilícitamente al grano fuera del país para poder sobrevivir.El contrabando mermó aún más, las ya exiguas rentas del Estado ecuatoriano, particularmente porque perjudicó a la principal fuente de recaudación de impuestos. Año a año los ingresos por lis impuestos a las importaciones y a las exportaciones continuaron diminuyendo. Le penuria fiscal produjo molestar en las tropas y en los ciudadanos en general y entre 1833 y 1834 ocasionó un levantamiento militar que se lo conoció como la Revolución de los Chihuahuas. Durante dicho periodo, el comercio exterior fue afectado por cuanto el líder de la revolución, el Comandante Pedro Mata estableció un bloqueo desde la Isla de Puná y paralizó el flujo normal del comercio de entrada y salida de los navíos extranjeros y nacionales. A propósito del problema presentado, el Ministro de Hacienda informó que la Aduana estaba paralizada ya que ningún comerciante se atrevía a hacer introducciones de mercaderías y ningún buque a transportarlas.Educación: Lo que hizo el Gobierno floreano en este aspecto es crear una Dirección General de Estudios el 30 de octubre de 1831. El Colegio San Ignacio de Guayaquil

fundado por Bolívar en 1822 fue reorganizado por Flores el 1 de junio de 1831 (en el mismo existía un internado con la pensión de 125 pesos anuales por mantención y enseñanza, los seminternos pagaban 8 pesos mensuales y los externos 3 pesos). En la ciudad de Riobamba que carecía de colegios, se encargó a los conventos de San Agustín y la Merced para que funden cursos de gramática y filosofía. El Gobierno devolvió las rentas a los conventos franciscanos de Ibarra y Otavalo, con la condición de que en ambas ciudades funden clases de gramática. Se estableció el Colegio Seminario “Sánchez y Cifuentes” en el año de 1832, (en remplazo del San Basilio). Se instalaron academias de Historia y Matemáticas de acuerdo a las bases fijadas por el Congreso a 7 de noviembre de 1832. En cuanto a las escuelas primarias, aún hacían falta en muchos pueblos para lo cual el Ministro pidió al Congreso a nombre del Ejecutivo, una ley que obligara a los padres a mandar a sus hijos a la escuela También se dictó una ley el 16 de enero de 1833 para que en todas las parroquias existieran escuelas de primeras letras para los niños indígenas.Política Social: En lo que se refiere al Concertaje, la legislatura suavizó la disposición ejecutiva del 18 de noviembre de 1831. Pues se dispuso que los conciertos de los indios -mayores de 18 años- no pasen de un año; porque sujetarlos de un modo indefinido a cumplir con los conciertos era reducirlos indirectamente a la más cruel servidumbre. Y se les permitió anular legalmente sus conciertos. Bibliografía: Acosta, Alberto, “Breve Historia Económica el Ecuador”, Quito, Corporación Editora Nacional, 1999 / Ayala, Enrique, “Breves rasgos de la Historia Económica del Ecuador”, Quito, Corporación Editora Nacional, 1996 / Banco Central del Ecuador, Varios autores, “Pensamiento Monetario y Financiero (Primera Parte), Quito, Banco Central del Ecuador / Cevallos, Gabriel, “Pensamiento Monetario del Ecuador” / Lara, Salvador, “La República del Ecuador y el Gral. Juan José Flores”/ Laso, Elías, “Biografía del Gral. Juan José Flores”/ Molestina, María del Carmen, “Historia del Ecuador” / Pareja, Alfredo, “Ecuador, Historia de la República Volumen Y”, Quito, El Conejo, 1986 / Rolando, Carlos, “Obras Publicas ecuatorianas” / Rosero, Rocío, “Biografía de Olmedo: Situación Social, Política y Económica de su época y las relaciones con el Presidente Juan José Flores. y Vicente Rocafuerte (1830 –

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II) LA ECONOMÍA EN EL GOBIERNO DE JUAN JOSÉ FLORES (1830-1834)Por: Gabriela Baca, Verónica Escudero, Carmenza Sevilla, Carlos Romero, Diego Gruber

1.- Datos GeneralesPRESIDENTE: General Juan José Flores

PERIODO: 11 de Septiembre de 1830 al 10 de Septiembre de 1834

MIEMBROS DEL GOBIERNO: - Vicepresidente: - José Joaquín de Olmedo (hasta junio 7 de 1831)- Ministro secretario general: - Dr. Félix Valdivieso/ Félix de San Miguel Ministro de hacienda7: - Antonio Fernández Salvador/Juan García del Río

Ministro de Guerra: - General Antonio Martínez Pallares (Colombiano)- Constitución vigente: Primera Constitución del Ecuador del 23 de Septiembre de

1830, Convención Nacional en RiobambaPOBLACIÓN TOTAL: 526.000 – 536.000 habitantes2.- Orientación económicaa) Condiciones económicas: Flores accedió al poder en 1830. Quito se encontraba en

una extrema pobreza debido a la mala administración española hasta la Independencia, y por los gastos y problemas de la Gran Colombia, que le obligaban a tomar prestados de Guayaquil 16.000 pesos8 mensuales para cubrir gastos de

7 El Ministerio de Hacienda fue creado recién en el Congreso del 11 de Abril de 18318 Para el año de 1829 una onza de oro equivalía a 17 pesos

30.0009. Guayaquil en cambio, estaba en un auge gracias al primer boom cacaotero (1780-1842), y al hábil manejo de la hacienda pública. La bonanza guayaquileña motivó a exigirle sacrificios, como empréstitos que sumaron 939.109 pesos utilizados para transporte de tropas. De 1822 a 1826, la sangría económica continuó, al financiar la campaña colombiana en el Perú, en la que el departamento del Ecuador contribuyó con 1’669.202 pesos, hombres, y recursos. La pobreza de Quito impedía el pago de los sueldos militares, lo que provocó motines como los del batallón Araure. Así, al posesionarse de la Presidencia, las condiciones no eran favorables, el país estaba en la miseria, se inició un período de depresión de la exportación cacaotera y de los ingresos aduaneros; el ejército era desproporcionado, implicaba gastos que el Estado no podía cubrir. Grupos localistas estaban resentidos contra Flores, causa de sublevaciones futuras; el Ecuador seguía formando legalmente parte de Colombia, el reconocimiento internacional sería una gran preocupación del gobierno. Los linderos nacionales no estaban bien definidos, era necesario arreglar el asunto fronterizo con Perú, así como la integración de territorios del Cauca, causa de un importante conflicto al iniciar su administración.

b) Orientación económica: No se podría decir que la política económica del Gral. Flores estuvo orientada por una línea de pensamiento ideológica. El y sus colaboradores representaron el militarismo extranjero apoderado del país. El Ecuador de ese entonces era una reunión de fragmentos localistas que a la postre causarían una serie de conflictos, por lo que el gasto estatal estuvo dirigido principalmente al financiamiento de las campañas contra los insurrectos. El producto y los hombres de los campos fueron destinados mayormente a la alimentación y reclutamiento de tropas. Se heredó una serie de elementos de la época independentista: caudillismo y el militarismo, indios y esclavos siguieron siendo fuente de riqueza de los latifundios. En esencia, la estructura económica no cambió, y siguieron siendo clases adineradas las que junto con clases militares dominaron la República, pues para ser ciudadano u ocupar algún alto cargo público se necesitaba, legalmente, tener rentas o bienes raíces10, y por tanto, se fortaleció el poder de terratenientes y hacendados.

3.- Política económicaa) Hacienda pública: - El presupuesto del Estado estaba fijado alrededor de los 400.000 pesos.- Ingresos: provenían de las recaudaciones de impuestos de los tres departamentos de

la República, y de las aduanas de la ciudad de Guayaquil. En cuanto a entradas del fisco, la más fuerte, en Quito y en el Azuay, era la contribución indígena, en el Guayas, lo fuerte era la aduana, las contribuciones indígenas eran pequeñas.

- Estructura fiscal: Departamento de Quito: contribución indígena, diezmo, alcabalas e impuesto a la renta (“antipático”, por no registrar entrada alguna).Departamento de Guayaquil : estanco de aguardiente (ineficiente por el contrabando generalizado), diezmos, estanco de tabacos, contribución de indígenas y recaudaciones aduaneras.Departamento del Azuay: contribución indígena, aguardiente, diezmos, temporalidades (producto de los bienes de los jesuitas desterrados en 1767), alcabala, papel sellado.

9 Los datos cuantitativos de esta parte del trabajo tomados de Enciclopedia Historia del Ecuador, Quito, Salvat Editores Ecuatoriana, S.A., 1988, tomo 5, pag. 240. 10 Art. 33, sección 1, del Poder Ejecutivo de la Constitución de 1830: “Para ser Presidente o Vicepresidente se requiere: 1) Ser ecuatoriano de nacimiento. Esta disposición no excluye a los colombianos que hubieran estado en actual servicio del país al tiempo de declararse en estado independiente, y que hayan prestado al Estado del Ecuador, servicios eminentes, y que estén casados con una ecuatoriana de nacimiento, y que tengan una propiedad raíz valor de 30000 pesos...”. Como se puede apreciar, sólo faltaba que el artículo decretara que el Presidente debía ser Flores.

- Gastos: los ingresos del Estado eran utilizados principalmente en el pago de sueldos, sobre todo militares, equivalentes a alrededor del 70% del presupuesto. El resto se destinó a la obra pública y a la educación, que detallaremos más adelante.

- Deuda interna: No existe una contabilidad precisa de la deuda a los ciudadanos ya que unas se adquirieron durante la época española, otras en la época colombiana y también en la republicana (para gastos de guerra). Aunque todavía no se dividía la deuda grancolombiana y los intereses a los acreedores eran diferentes para cada caso, se llegó a estimar que la deuda doméstica ascendía a 1.500.000 pesos hacia 1833. “De la época republicana se debían a 42.722 a los empleados militares, civiles y de hacienda; por honorarios hasta julio del 33 = 56.478; por suplemento al tesoro en el curso del año 33, 74.438. Todo esto sólo en el Departamento de Quito”11

- Deuda externa: los esfuerzos independentistas en el ocaso de la colonia, dejaron a la Gran Colombia con una gran deuda frente a acreedores europeos. Al quebrantarse la Gran Colombia era necesario repartir esta deuda entre los países que la formaban. Se convocó en varias ocasiones a reuniones entre delegados de los gobiernos de Venezuela, Colombia y Ecuador. Sin embargo, el Gral. Flores no se preocupó de enviar un representante durante varios llamados, así que venezolanos y colombianos decidieron hacer el reparto por su cuenta, uno de los errores más terribles de Flores para los intereses nacionales. Sin embargo, en la reunión se decidió que la deuda se repartiría equitativamente de acuerdo a la población de cada país. El total ascendía a £ 1’424.579 y 5 chelines12, un 21.5 % del total de la deuda grancolombiana. Los activos provenientes de esa deuda que le fueron legados al Ecuador fueron mayormente chatarra y otros inservibles. Para algunos historiadores, la repartición de la deuda fue justa en los términos poblacionales en que se hizo. Sin embargo, otros opinan que al Ecuador le debió haber correspondido un porcentaje menor dada la capacidad económica de cada república, dadas las contribuciones que hizo el Ecuador sobre todo a la liberación del Distrito del Sur, y dados los pocos beneficios que obtuvo de la adquisición de estas deudas. Tras la repartición, Flores no se ocupó del servicio de la deuda, lo que sucedería recién diez años más tarde.

b) Política monetaria: Para los comienzos de la República, circulaban monedas de casi toda América, y España también. Las monedas eran metálicas y básicamente acuñadas en oro y plata, a una relación 1:15. La unidad monetaria era el peso feble de ocho reales; la falsificación era grande, y existían problemas como el de las monedas “faciadas”13. Otro problema era el de la exportación de monedas debido a relaciones más ventajosas de cambio en otros países, ocasionando una escasez de las mismas. Tras la penuria monetaria de la Audiencia de Quito, el Estado ecuatoriano, quien carecía de moneda legal suficiente, se propuso medios para subsanarla, así se estableció una Casa de la Moneda, cuyo fin fue aumentar el circulante, imprimiendo moneda ecuatoriana. En 1831, el Ejecutivo autorizó esta propuesta, resolviendo que se acuñaran doblones y escudos de oro, pesetas y reales de plata. La Casa entró en funcionamiento en diciembre de 1832, como un negocio estatal, con el Sr. Alberto Salazza como director. Existen en la actualidad juicios dispares sobre el personal que allí trabajaba y sobre la eficiencia de las monedas acuñadas. La falta de numerario incitó la falsificación de la moneda, especialmente de la plata, ante lo cual se dictaron medidas y leyes para remediar el trastorno económico. Estas medidas consistían en la persecución a la moneda falsificada que venía del norte, castigando con la confiscación, y el arbitrio tomado por el gobierno fue el de

11 Villalva F, Jorge.12 Swett, Francisco, Biblioteca básica del pensamiento ecuatoriano, Quito, Banco Central del Ecuador – Corporación Editora Nacional, número 12, introducción, pag. 2213 Raspadas o manipuladas de manera en que se les quitaba valor real en peso, sin desproveerlas de su valor nominal.

recoger la moneda falsa y trocarla con plata legal, método que resultó bastante costoso. Los guayaquileños, respaldados por Olmedo rechazaron las nuevas monedas acuñadas ya que alegaron que en vez de ser de plata eran realmente de cobre o estaño. Luego circularon rumores de que el director de la Casa de la Moneda estaba cometiendo fraude, de lo que fue advertido Flores, pero gracias a la defensa del ministro de Hacienda no se pudo descubrir nada.

c) Educación: Flores siguió a Bolívar en su afán por la educación. Sus obras fueron:1) Dirección General de Estudios (Oct/30, 1831), con un director y dos adjuntos.2) Colegio San Ignacio de Guayaquil, fundado por Bolívar y reorganizado por

Flores, en el sentido de dar la primera enseñanza de la juventud. Las clases de primeras letras eran gratuitas, el Rector era el encargado de las clases de Catecismo, Lógica, Filosofía Moral, Política y de Economía. Se comenzó a dictar clases de Gramática latina y castellana, Matemáticas puras y Astronomía. La pensión era de 125 pesos para lo internados, 8 pesos para los seminternos y 3 pesos para los externos. El presupuesto para este colegio era de 4064 pesos.

3) En Riobamba, que carecía de colegios, se encarga a los conventos de san Agustín y la Merced para que funden cursos de gramática y filosofía.

4) En Ibarra, el gobierno devuelve las rentas a los conventos franciscanos de Ibarra y Otavalo, con la condición de que ambas ciudades funden clases de gramática.

5) Escuelas para indígenas: Se creó la ley del 16 de enero de 1833 que decía que en toda parroquia habrá una escuela de primeras letras para los niños indígenas. Se enseñarán los fundamentos de la religión y de la moral.

d) Obra pública:- La obra pública fue reducida debido al poco presupuesto que se le destinaba.- Se compensó la pérdida de los territorios del norte con la toma del Archipiélago de

Galápagos, muy valioso para el Ecuador.- Por el congreso de 1832 se reduce a la mitad los efectivos de infantería del ejército- La vialidad, también sujeta al bajo presupuesto, salió adelante (incipientemente)

gracias a mingas vecinales.e) Comercio exterior: con el declive del cacao a inicios de la República, el comercio

exterior del país, que estaba principalmente dirigido a España, se va a pique, es casi nulo. Más tarde el Ecuador recuperaría sus anteriores niveles de exportación, pero durante este período poco contó este rubro en las finanzas públicas. Varias conjeturas se han hecho respecto a este hecho; el ministro García del Río, no juzgaba posible esta súbita desaparición de las exportaciones, acusaba a los terratenientes de Guayaquil de haber presentado una farsa para evadir tributos y aranceles. Los exportadores fueron defendidos por Olmedo, quien entre estas discrepancias con el ministro decidió renunciar. El comercio con otras regiones era incipiente. Con Colombia y Perú se realizaron ciertos intercambios, muchas veces ilegales; las condiciones ventajosas en estos países respecto del mercado ecuatoriano estaban causando un desabastecimiento en el interior. Caso concreto del ganado, se trató de transportar miles de cabezas al Perú, cosa que el gobierno intentó prohibir.

4.- Conclusiones.- El Ecuador inició su vida republicana bajo circunstancias difíciles: miseria, endeudamiento, un ejército costosísimo (en cierta medida necesario. Y lo más grave, un país dividido e incomunicado. La Independencia se gestó desde un inicio más que con un sentimiento patriótico, con un interés mercantil; los gestores de esa lucha se dividieron otra vez conseguido el objetivo. Los indios no cambiaron su posición, siguieron siendo explotados para las faenas domésticas y de la tierra. Oligarcas cacaoteros de la costa despilfarraron sus fortunas, no invirtieron. La inestabilidad política y el regionalismo se manifestaban en insurrecciones contra el gobierno y en una

Constitución donde no pudimos ni conservar nuestro nombre histórico. En estas condiciones, la administración floreana fue desastrosa en lo económico, pero nos podemos preguntar si tuvo fue debido a la incapacidad de Flores o la difícil coyuntura. Quizás a ambas, pues Flores bien fue parte de dicha coyuntura. No se frenó enérgicamente la falsificación, y el gobierno fue acusado de participar en este hecho. La evasión de impuestos y el contrabando fueron comunes durante este período; los ingresos del Estado provinieron más que nada de los tributos indígenas que, eso sí, no se dejaron de cobrar; su “olvido” de enviar un representante a la repartición de la deuda fue imperdonable. En las pugnas territoriales fuimos siempre perdedores, las pugnas internas fueron baños de sangre. Sin embargo, es de rescatar de este primer período republicano, el que se dio el paso fundamental para la formación de nuestra República, con o sin nombre histórico, para iniciar una nueva era, y la dureza y habilidad política de Flores para mantenerse en el poder le permitió culminar su período de cuatro años en circunstancias totalmente adversas, cosa importante para mantener la cohesión del Ecuador. Para los liberales fue el mayor mérito de Flores el haber entregado la batuta a Rocafuerte, sin embargo, otros historiadores al comparar sus gestiones hacen muestras de que los resultados de Rocafuerte no fueron necesariamente mejores que los de Flores, quien fue reelegido por dos ocasiones más. Sin la participación de Flores en la formación de nuestra República, bien podríamos ser hoy una provincia más de algún país vecino.5.- Bibliografía.-Acosta, Alberto, Breve historia económica del Ecuador, Quito, Corporación Editora Nacional, 1995/ Rosero Jácome, Rocío, Biografía de Olmedo. Situación socio-política-económica de su época y relaciones con sus presidentes Juan José Flores y Vicente Rocafuerte (1830 – 1845), Quito, Tesis de Doctorado, Tomo 1 y 2, 1993, pag. 443 – 451/ Stacey Larrea, Eduardo, Pensamiento Monetario y Financiero, Quito, Banco Central del Ecuador, 1986/ Vásconez Hurtado, Gustavo, El General Juan José Flores, Primer Presidente del Ecuador, Quito, Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1981/Villalva, Jorge, El General Juan José Flores fundador de la República del Ecuador, Quito, Biblioteca del Ejército Ecuatoriano, 1994/V.V.A.A., Enciclopedia Historia del Ecuador, Quito, Salvat Editores, S.A., Tomos V y VI, 1980, pag. 239-240 y 10-23.1835)” / Vásconez, Hurtado, “El Gral. Juan José Flores primer Presidente del Ecuador” / Villacís, Jorge, “El Gral. Juan José Flores Fundador de la República del Ecuador” .

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::. 5. NUEVA DIRECTIVA DE ADHILAC.En el marco del III Encuentro de Historiadores Latinoamericanistas realizado en Pontevedra y Santiago de Compostela, España, entre el 22 y el 26 de octubre de 2001 y contando con la presencia de Enrique Semo, Presidente de ADHILAC y del núcleo central de la directiva de esta entidad, se realizó la elección de la nueva directiva internacional de la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC), que quedó integrada de la siguiente forma:

PRESIDENTE: Arístides Medina Rubio, Venezuela.

VICEPRESIDENTES:

Juan Paz y Miño Cepeda, Ecuador.

Roberto González Arana, Colombia.

Alejo Maldonado Gallardo, México.

José Luis Bendicho Beired, Brasil.

VICEPRESIDENTES ALTERNOS:

Teresa Aguirre, México.

Belín Vásquez, Venezuela.

SECRETARIO EJECUTIVO: Sergio Guerra Vilaboy, Cuba.

VOCALES DE LA SECRETARÍA EJECUTIVA:

Norma de los Ríos, México.

Beatriz Carolina Crisorio, Argentina.

Pedro Pablo Rodríguez, Cuba.