Bate 1998 El método científico en arqueología

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El método científico en arqueología

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    realmente la informacin emprica disponible. De ah la necesidad de ocu-parse de la sistematizacin terica de una historia de la produccin de infor-macin arqueolgica.

    b) Por otra parte, se requiere del conocimiento especfico de la gama detcnicas y mtodos utilizados y potencialmente disponibles para el desarro-llo de estas fases de una investigacin. Desde luego no recogeremos ac unrecetario de tcnicas y mtodos adecuados, ya que para ello hay muchas pu-blicaciones disponibles que difcilmente podramos mejorar y que no valdrala pena repetir y compendiar, pues se trata del arsenal del que la mayora delos arquelogos sabe que dispone, a partir de su formacin profesional.

    Se trata de disponer de los elementos de juicio para poder descartar los pro-cedimientos que conducen a prdidas o distorsiones indeseadas de la informa-cin o al deterioro innecesario de sitios y materiales, as como para recuperaraquellos que han resultado ms adecuados en determinadas condiciones, per-mitiendo la evaluacin de las opciones preferibles en situaciones diversas.

    Lo que nos interesa, ms bien, es apuntar algunos de los problemas queesta instancia debera resolver. Para ello deberemos formular un par de con-ceptos que tambin sern tiles en las dems instancias metodolgicas.

    Como no lo hemos hecho antes, aunque se habr advertido la connotacinque damos a los conceptos, sera conveniente explicitar la diferencia entredatos e informacin emprica. Entiendo como datos los hechos o aspectosde la realidad objetiva que, en su dimensin fenomnica, son accesibles a laexperiencia sensible de los sujetos humanos, pero cuya existencia no depen-de de esa posible relacin." Me atengo estrictamente a la raz etimolgica deltrmino como lo dado a la experiencia del sujeto, concibiendo su existen-cia en trminos materialistas. Entiendo como informacin emprica el co-nocimiento de determinados aspectos de la realidad, representada a partir dela observacin directa y formalizada en trminos de lenguaje. '5

    La aclaracin es necesaria porque hay muchos autores que, aun acep-tando la existencia objetiva de los aspectos de la realidad, otorgan al con-cepto de dato el significado de un conocimiento emprico, ya elaborado comoinformacin cientfica. Es, por ejemplo, el caso de Mario Bunge, quien dis-tingue entre hechos objetivos y datos." Aclara que ". no queremos negar laexistencia de hechos objetivos. Los hechos -al menos la mayora de ellos-existen por s mismos (Bunge, 1975, p. 744). Pero entiende por datos lasideas que expresan el resultado de una fase de observaciones (ibid., p. 742);de manera que los datos cientficos ... pese a la etimologa de la palabra"dato", no son nada dado, sino que hay que producirlos, y muchas veces la-boriosamente (ibid., p. 743).

    Ocurre que, sobre este punto, no hay acuerdo entre los diversos autores,y adems el cmo se conciben las identidades o diferencias entre hechos,datos y conocimiento emprico depende de las posiciones asumidas frente a lateora del conocimiento. Como se seala en el texto del colectivo de las Aca-

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    demias de Ciencias de Cuba y la URSS: Se han propuesto muchas inter-pretaciones del concepto "hecho". Todas ellas las podemos dividir en tresgrupos. Se interpreta como: 1) elemento de la realidad, 2) elemento del cono-cimiento. y 3) resultado del reflejo sensoria]" (1981, p. 226). En el entendi-do de que ... cuando se habla de datos empricos, como tales se entienden,precisamente. hechos (ibid .. p. 222).

    Queda dicho que ac se conciben los datos como elementos de la reali-dad. y la informacin emprica como el registro del conocimiento produ-cido y elaborado a partir de la experiencia sensible y su representacin in-mediata." El registro es. desde luego -como lo es ya la representacin delobservador- selectivo y, aun en este nivel, interpretativo. Seleccin e inter-pretacin que dependen, al menos, de los objetivos del conocimiento y delbagaje de informacin emprica y terica del sujeto investigador.

    Ahora. con respecto a la clase de datos que es necesario localizar, observary muestrear para producir 12. informacin arqueolgica necesaria. sta no selimita a los objetos y contextos arqueolgicos. sino que deben ser considera-dos, en el mismo proceso, los datos relativos al entorno ambiental y los ob-jetos datables. Por ello, como hemos sealado. para este efecto tomaremos ladefinicin de materiales arqueolgicos que propone Lull, que incluye:

    Los artefactos o productos artificiales que constituyen el medio fsico ins-trumental de las sociedades. Los sistemas artefactuales pueden conformar tantotecnocomplejos como asentamientos.

    Los arteusos o productos naturales cuya presencia en los lugares arqueo-lgicos es antropognica y su beneficio es social. Es el caso de las materiasprimas, los elementos biolgicos aprovechados y los residuos de cualquier claseque proceden de mecanismos productivos. La presencia de arteusos cobra ex-plicacin en el proceso productivo.

    Los circunda/os o segmentos de la naturaleza que interactan con el mediosocial limitndolo, enmarcndolo, posibilitndolo o, simplemente, procurndolo;las muestras para determinar el marco ecolgico de un territorio arqueolgi-co son un buen ejemplo de esta tercera clase de materiales arqueolgicos (Lull,1988b, p. 64).

    Dado que el objetivo de esta instancia es el de generar las condicionespara la observacin de los datos que permitan la elaboracin de informacin,consideraremos un par de aspectos del problema: que la tarea se despliega,lgicamente, en diversas fases y que stas deben estar organizadas a partir deun proyecto.

    1.1. El proyecto: definiciones previas

    Para comenzar, partiremos del supuesto de que, si se trata de la pro-duccin sistemtica de informacin arqueolgica, toda investigacin -auntratndose de trabajos de salvamento o rescate --> se inicia con la for-

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    mulacin de un proyecto. Parecera del todo superfluo mencionarlo, si nofuese porque, en la realidad, son demasiado abundantes las situacionesen que esto no ocurre, o en que los denominados proyectos dejan absolu-tamente todo que desear. '8

    La existencia de un proyecto debera implicar que, en el momento deabordar la bsqueda de datos para producir informacin, se conocen los ob-jetivos de la investigacin, que se sabe qu clase de informacin se necesitapara responder a las preguntas planteadas y cules son las clases de datoscuya observacin podra proporcionarla. A partir de lo cual pueden definirselos criterios para su bsqueda y, con ello, delimitar el rango de los proce-dimientos probablemente ms adecuados para hacerlo.

    Conceptos identifica torios

    El primer problema consiste en saber qu es -aproximadamente, cmoes- lo que se busca. Lo cual depende de cules son las preguntas a que lainvestigacin espera responder.

    Esto es una perogrullada que resultara igualmente superflua. si no fueraporque se encuentra demasiado difundida entre los colegas la idea de que uncientfico objetivo se enfrenta a la realidad sin prejuicios, puesto questos contaminaran la observacin y los datos no se presentaran en todasu pureza. Hasta hay maestros que previenen conmovedoramente a sus dis-cpulos, futuros cientficos objetivos, contra la adopcin de teoras e hiptesisque cargaran a la observacin de los datos con los indeseables prejuicios.Tal postura es, sin embargo, una impostura falsificadora e insostenible, tantoms lamentable cuando quienes as opinan lo creen sinceramente. Para co-menzar, es del todo imposible carecer de prejuicios, esto es, de juiciosprevios, a menos que se tenga la cabeza absolutamente vaca." Se trata msbien de una posicin ideolgicamente falsificadora, bastante tpica del viejopositivismo culturalista y difusionista, que, a travs de una maniobra de dis-traccin, y dando por slidamente asentados y establecidos en la tradicinarqueolgica una serie de principios y juicios que le resultan cmodosmientras no se sometan a reflexin crtica, trata de prevenir contra la adop-cin de otras posiciones tericas, ajenas o contrarias a las suyas.

    El planteamiento es, adems, insostenible, puesto que si no se tiene al-guna idea acerca de cmo es aquello que se busca, resultara imposible deci-dir, dnde. cundo y cmo buscarlo ni cmo proceder a su observacin yregistre." De lo cual ya no habra que preocuparse demasiado, porque si nose sabe cmo es lo que se busca, aun bajo el supuesto absurdo de que se hu-biera tomado alguna sabia decisin acerca de los procedimientos de bsque-da y registro, nunca se podra saber si se encontr o no, debido a que si ca-recemos de algn concepto aproximado o juicio previo, jams podremosidentificarlo. Este punto est perfectamente expresado por Bunge en los si-guientes trminos:

    I.OS PROJlI.F.MAS METOJ)()I.r; I(,OS 153

    Los empiristas. como Bacon y Cornte, y los intuicionistas. como Bergson yHusserl, han postulado la recoleccin de datos sin previa formulacin de hip-tesis o supuestos: de este modo se recogeran datos puros y duros, sobrelos cuales no habran desteido las ideas y que, por esa razn. seran de com-pleta garanta. Pero el hecho es que nadie se pone a buscar nada =-datos, eneste caso- sin tener presente un abanico de posibilidades sobre las propieda-des de lo que se est buscando. Hasta los animales subhurnanos buscan en basea un trasfondo de expectativas. Si no fuera as, (i) no se reconocera la cosabuscada al encontrarla (lo que quiere decir que no se encontrara nunca), y (ii)no sabramos cmo practicar esa operacin de bsqueda. Cuanto ms ignorauno el aspecto del objeto buscado, tanto ms tiene que ejercitar la imaginacin;y cuanto ms sabe uno acerca de dicho objeto, de tantas ms hiptesis dispo-ne en principio para orientar la bsqueda (Bunge, 1975, p. 744).

    Podemos apreciar claramente que los conceptos juegan un papel relevan-te en la identificacin de los datos que pueden proporcionar la informacintil a una investigacin. Pero se nos plantea ac un problema bsico para laarqueologa, dada la particularidad de los datos que procesa. El problemano es. en realidad. exclusivo de la arqueologa. En cualquier investigacin,saber qu se busca y tener sobre ello un concepto general tan claro comosea posible son requisitos para organizar su bsqueda. Sin embargo, no hayuna lectura directa de los materiales y contextos arqueolgicos, y no cual-quier concepto permite una clara identificacin de sus referentes empricosen la inmediatez de la observacin de los datos. Debemos tomar en conside-racin que:

    a) Los conceptos acerca de lo que se busca a travs de la investigacinemprica pueden referirse a problemas o a preguntas planteadas en lasdiferentes instancias metodolgicas, en distintos niveles de integracin delconocimiento, desarrollados en diversos momentos del proceso general de in-ferencias.

    b) Los datos, no obstante, tienen la particularidad de que aparecen antela experiencia sensible bajo la singular dimensin fenomnica de lo concre-to. Por lo tanto, los aspectos generales y de diversos grados de esencialidadconnotados en buena parte de los conceptos no se presentan as a la obser-vacin, sino que deben ser inferidos a partir de ella.

    De manera que las propiedades y relaciones expresadas en conceptos devariables niveles de abstraccin no son identificables de manera ms o menosinmediata o automtica en la observacin directa de los datos. No se observadirectamente un intercambio asimtrico, un tributo en trabajo, una descenden-cia matrilineal, ni siquiera un rea de actividad." sino algunas manifestacio-nes fenomnicas de su existeneia.

    Esto nos llevar a la necesidad de formular conceptos, o secuencias deconceptos, que vinculen las propiedades esenciales o regularidades generalesque aqullos expresan con sus diversas manifestaciones concretas posibles,

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    accesibles a la observacin emprica; tomando en cuenta que los objetos queconstituyen los datos han podido ser afectados por diversos factores, desdeque se constituyeron en materiales arqueolgicos.

    Para ello, en primer lugar, habra que distinguir qu clase de informacines la que se procura, con el fin de definir los conceptos que posibiliten laidentificacin de los datos a partir de los cuales aqulla puede ser producida.Al respecto distinguiremos, por lo menos:

    a) Informacin requerida desde la segunda instancia metodolgica, quese ocupa de la definicin de culturas arqueolgicas, y que est orientada aldiagnstico y pertenencia de los materiales, contextos e informacin relativosa la transformacin material del medio efectuada por un grupo social deter-minado en un rango temporal delirnitable. En este caso, una buena parte dela informacin utilizable se refiere a diversos rasgos o formas que son efec-to de la dimensin cultural de la existencia del grupo o los grupos socialesque los produjeron y que, dado su carcter fenomnico, consisten en asocia-ciones de atributos fsico-qumicos, espaciales, formales, magnitudes o dis-tribuciones directamente observables y empricamente identificables con ba-jos mrgenes de error.

    A la formalizacin de un concepto orientado a la identi ficacin de estaclase de informacin, la denominaremos descripcin de configuraciones apa-rentes (DCA).

    stas pueden referirse desde una serie de atributos asociados en determina-dos objetos, a la asociacin de determinados objetos en un espacio delimi-tado, hasta estructuras distribuidas en espacios mayores. Ejemplo del primercaso: pieza de piedra tallada bifacialmente, en forma de tringulo issceles,de base recta o convexa -pero nunca cncava- y extremo distal aguzado,con bordes ligeramente aserrados y dimensiones en un rango aproximadode 3 a 7 cm. Del segundo, podra ser la asociacin de punta ltica tipo"cola de pescado" con litos discoidales de piedra martillada y alisados enambas caras o sitios en cuevas o abrigos con arte rupestre en que predo-minan negativos de manos y restos de ocupaciones con puntas lticas trian-gulares, etc. En el tercer caso, por ejemplo, casas habitacin de plantacuadrangular con puerta principal abierta hacia el oriente, en patrn rural dis-perso.

    b) Informacin requerida desde la tercera instancia metodolgica," que seocupa de inferir las actividades de la vida cotidiana, constitutiva de la culturaviva de una sociedad, hasta aquella que permite inferir las caractersticas delos modos de vida y las formaciones sociales. Desde luego que, con excep-cin de los etnoarquelogos, los arquelogos no observan la produccin yuso de los artefactos ni las actividades en que stos se emplean. Ni los etno-arquelogos, antroplogos o socilogos observan directamente las relacionessociales de diverso orden a travs de las cuales se organizan las distintas ac-tividades humanas. De manera que, adems de los conceptos propios de lateora sustantiva y de sus conexiones internas, la identificacin de materiales

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    o datos arqueolgicos requerir de definiciones que vinculen las caractersti-cas esenciales y generales de determinados componentes materiales, activida-des humanas como contextos-momento, procesos o relaciones sociales, condiversos atributos potencialmente observables en el registro arqueolgico."

    A la formalizacin de estos conceptos, que es una tarea para desarrollaren las correspondientes instancias metodolgicas, la denominaremos defini-cin de contenido probable (DCP). Se refiere a los contenidos sociales ma-nifiestos bajo formas culturales.

    Estos conceptos pueden referirse desde la funcionalidad de un artefactoo de un sitio, a las actividades realizadas en un contexto, la existencia pasadade determinados procesos econmicos (por ejemplo, productivos, de inter-cambio o de consumo), de determinadas relaciones sociales o contenidos yprocesos superestructurales.

    Para la organizacin e interpretacin del material ltico hemos planteadola necesidad de formular definiciones de funcionalidad probable, que nospermiten caracterizar como instrumentos dedicados a funciones determinadasa las piezas que cumplen con determinadas correlaciones de atributos. As,por ejemplo, la DCP de un raspador para sobar pieles sera: instrumentosobre lasca o lmina, con un borde astillado unifacialmente en forma conti-nua y pareja, en ngulo oblicuo o abrupto. Este borde es generalmente con-vexo y la eara opuesta al borde activo, por lo general, es plana. Se suponeque cada uno de los atributos mencionados ha sido previamente definido. Ladefinicin significa que una pieza que cumpla con todos los atributos men-cionados tiene probabilidades (potencialmente estimables) de haber sido usa-da o producida para sobar pieles.

    Una DCP referida a intercambio considerar la diferencia entre los luga-res de produccin y los lugares de consumo de determinados bienes, sin ol-vidar que un intercambio supondra el desplazamiento de valores de usodiferentes en ambas direcciones del movimiento de los productos. Una DCPrelativa a la existencia de clases deber aludir: a) a la existencia de grupossociales diferenciados culturalmente, h) a la produccin sistemtica de plus-productos o plustrabajo, y c) a su transferencia de un grupo social a otro, ma-nifiesta en consumo desigual, donde un grupo consume sistemticamentemenos de lo que produce o contribuye a producir y otro consume regu-larmente ms trabajo vivo o pasado que el que aporta a la produccin.

    Como se puede apreciar, la formulacin de conceptos identificadoressiempre implica alguna hiptesis explicativa que busca conectar la formulacinde regularidades de orden general con sus manifestaciones empri camentereconocibles en los materiales y contextos arqueolgicos. Se trata, pues, deformalizar un planteamiento adecuado del viejo problema de los indicado-res. Para comenzar, como observa Lull, hemos errado al querer definirlos indicadores, pues stos slo pueden ser "reconocidos" (1988b, p. 65).De hecho, de lo que se trata es de definir los conceptos que explicaran la pre-sencia de los diversos elementos observables en el registro arqueolgico, en

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    trminos de su conexin con las regularidades que se busca inferir. De ten-der los puentes necesarios entre la instancia emprica y terica de la investi-gacin, sin lo cual no podr haber algo que se parezca a una explicacincientfica de procesos sociohistricos a partir de la evidencia arqueolgica.Los llamados indicadores no son otra cosa que propiedades observables yreconocibles de los materiales arqueolgicos, que slo adquieren sentidocomo tales en la medida en que se definen los conceptos que explican su pre-sencia all.

    Antes de continuar con las diferencias y conexiones entre los eonceptosy las propiedades de los datos observables, queremos sealar que los con-ceptos identificadores, esto es, las DCA (descripciones de configuracionesaparentes) y las DCP (definiciones de contenido probable), deberan intentarexplicitar:

    a) Propiedades esenciales; aquellas que necesariamente deben presen-tarse en correspondencia con los aspectos que se busca inferir. Dado el ca-rcter general de lo esencial, muchos conceptos identificadores, en particularlas DCP, requerirn a su vez de la definicin de sus trminos, hasta estable-cer vnculos posibles con los atributos observables de los datos.

    b) Rango de variabilidad posible de las manifestaciones fenomnicasde las propiedades consideradas esenciales, dentro del cual se mantiene lacorrespondencia con sus contenidos, cuando son stos lo que se busca enel registro arqueolgico. La cuantificacin del grado de posibilidad es la pro-babilidad que, en algunos casos, puede ser estimada."

    c) Propiedades imposibles o antagnicas son aquellos atributos y re-laciones que, al presentarse, permiten una identificacin negativa de losdatos encontrados. Es decir, eliminan la posibilidad de que los materialeso contextos observados correspondan a los datos que se buscan y que estndefinidos en los conceptos identificadores correspondientes. Este componen-te de las definiciones no slo permitira saber que lo que se ha encontrado noes lo que se busca. sino que cumple tambin un papel importante en la po-sibilidad de falsar hiptesis.

    d) Propiedades contextuales, que tambin pueden ser necesarias, posi-bles o antagnicas.

    Plantearse la bsqueda de referentes empricos para contestar a pregun-tas formuladas desde distintos niveles de la teora a travs de definicionesidentificadoras, no es otra cosa que una forma de orientar el desarrollo dehiptesis bajo un procedimiento general de formato nomolgico deductivo.Por lo tanto, hay que tener en cuenta que una regularidad de orden general,conceptuada en diferentes grados de abstraccin, puede existir, en concreto,de maneras muy diversas y manifestarse en distintos aspectos o dimensio-nes del fenmeno real. De ah que, cuando se trata de obtener informacinpara contrastar regularidades generales, no es prudente hacerlo a travs deun solo indicador o conjunto de indicadores interrelacionados, lo cual res-

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    tringe las posibilidades de identificacin de posibles evidencias, tanto paracorroborar como para falsar las hiptesis sometidas a contrastacin.

    Debido precisamente a que el rango de variabilidad de las manifestacio-nes fenomnicas concretas de una regularidad tericamente conceptual izadapuede ser bastante amplio y diferenciado, cuando se busca identificar sus re-ferentes empricamente observables, es necesario proponer diversas confi-guraciones alternativas de datos a buscar en el registro arqueolgico.

    Las configuraciones alternativas posibles (CAP) expresan las diversasposibilidades de existencia concreta -de realizacin- de regularidades so-ciales, de variables niveles de generalidad, capaces de generar efectos observa-bles en los contextos y materiales arqueolgicos. La formulacin hipotticade configuraciones alternativas se orienta por los antecedentes de la infor-macin ya disponible para cada caso y predice las combinaciones de datosque sera posible esperar.

    Las configuraciones alternativas posibles se formulan como un conjuntode DCA y deben ser compatibles con la DCP de mayor nivel de generalidad.

    Un aspecto importante de la investigacin emprica, tericamente orien-tada, que es previsible y debe ser considerada en la sistematizacin de pro-cedimientos, es el hecho de que, por muy bien planificada que est la bs-queda ele datos y por afortunada que esta actividad resulte, nunca habr unacoincidencia total entre la informacin esperada y la informacin obtenida.Ms bien suele haber grandes di ferencias y muchas sorpresas.

    De hecho, el conocimiento de la realidad concreta no se deduce de lateora general pues, en ese caso, no habra necesidad de recurrir a la bsque-da de datos y produccin de informacin. Tampoco se trata de encajar a lafuerza la informacin en los esquemas tericos. La realidad y, consiguien-temente, la informacin que cualquier investigacin puede obtener a partir deella, siempre presentar un despliegue mucho ms rico y complejo de deter-minaciones que aquellas formalizadas en los conceptos operacionales que po-demos deducir de la teora para acercarnos a la realidad. Tratndose de ma-teriales y contextos arqueolgicos hay que contar, por lo dems, con que lastransformaciones que sufren como efecto de los procesos posdeposicionalespodran ser considerables.

    La dinmica de la investigacin emprica obedece precisamente a la di-ferencia entre las configuraciones alternativas esperadas y las cO/1figuracio-nes realmente dadas (CRD) que aqulla descubre.

    De este modo, la confrontacin de la informacin producida a partir de laconfiguracin real de los datos obtenidos, con las hiptesis en que se ha funda-do la formulacin de configuraciones alternativas posibles -esto es, de larealidad emprica con la posibilidad racional-, siempre presenta, al menos,las siguientes posibilidades:

    1) la informacin corrobora las hiptesis;2) la informacin rechaza las hiptesis;

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    3) la informacin es insuficiente o inconcluyente para optar por unade las anteriores, o

    4) la informacin abre alternativas no contempladas previamente.

    Cualquiera de estas situaciones llevar a la necesidad de formular nuevashiptesis o preguntas y, eventualmente, de buscar nueva informacin. As,cuando se rechazan las hiptesis, deben formularse otras. La falsacin dehiptesis puede llegar a poner en cuestionamiento o entrar en contradiccinaun con asertos altamente corroborados de la teora. Si bien la prudencia queaconseja la experieneia del quehacer cientfico -una especie de jurispruden-cia metodolgica- sugiere comenzar por revisar los procedimientos, desde lasdeducciones de hiptesis o las posibles deficiencias en la bsqueda de datos yproduccin de informacin, hasta los diversos procesos inferenciales, dondesuele ocurrir gran parte de los errores. Luego existe la posibilidad de plantearhiptesis explicativas diferentes para la informacin producida, que no seanincompatibles con la teora. Y, si no es posible, habr que corregir o cambiarla teora.

    Por otro lado, aun en el caso de que la informacin corrobore las hip-tesis planteadas, o cuando es insuficiente para corroborarlas o falsarias, lainvestigacin permite obtener ms informacin que la que se busca, puesla existencia fenomnica de la realidad concreta presenta una riqueza msamplia en determinaciones que cualquier hiptesis que, como sea, es una for-malizacin necesariamente de mayor nivel de generalidad. Esa informacinexcedente no debe descartarse ni descuidarse. Lo mismo que cuando se abrenalternativas no contempladas, que pueden o no ser pertinentes al problemaque se investiga. En algn momento habr que formular hiptesis genera-lizadoras para dar cuenta de esos aspectos de la realidad, bajo un formatogeneral predominantemente inductivo. De cualquier modo, no se perder devista considerar si dichas generalizaciones por contrastar son o no compati-bles con la teora general que orienta la investigacin.

    Unidades de anlisis y muestras significativas

    Otro punto que ha ocupado la atencin de los arquelogos, y que es nor-malmente parte de las decisiones que asume la formulacin de un proyec-to, ha sido la definicin de las unidades arqueolgicas bsicas o primarias.Se trata de la delimitacin conceptual de unidades que presenten al menos lassiguientes caractersticas:

    1) corresponder a una realidad empricamente identificable entre losmateriales y contextos arqueolgicos;en trminos metodolgicos, constituir la referencia central para elanlisis (son, bsicamente, unidades de anlisis), yque tengan significacin interpretativa.

    2)

    3)

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    Como anota Chang, ... la cuestin primordial parece ser la siguiente:Cul es la unidad arqueolgica primaria que regula la conceptualizacin yla operatividad del mtodo arqueolgico? (1976, p. 25).

    Es obvio que la discusin sobre estas unidades bsicas ha girado en tornoa los objetivos de las distintas orientaciones tericas de cada autor, y las pro-puestas van desde considerar como tales al artefacto," o la fase (Willeyy Phillips, 1958), hasta el asentamiento (Chang, 1976).

    Igualmente comentaremos otro tema, tambin de inters metodolgico,que ha sido tratado de manera anloga al de las unidades de anlisis, quees el de las muestras estadsticamente significativas.

    No cabe duda acerca de que el manejo de los procedimientos estadsticosadecuadamente empleados constituye un importante apoyo a la investiga-cin. Sin embargo, antes del advenimiento de la generacin de los ordena-dores personales, una de las maneras de aparentar respetabilidad cientficalleg a ser el abuso de la pirotecnia estadstica, independientemente de quemuchas veces la relevancia de los resultados no guardara ninguna relacincon los desproporcionados esfuerzos (no neeesariamente luminosos ni crea-tivos) desplegados en la aplicacin de tales recursos, que muchas vecesrequeran del uso institucional de aparatosos procesadores. Actualmente, laostentacin de cientificidad aparente ha sido desplazada hacia los diversosrecursos de alta tecnologa," siendo el ms comn el uso de ordenadorespersonales, si es posible, porttiles. Esto, en algunos casos, cuando realmentelas mquinas solamente han proporcionado medios mejores e infinitamen-te ms rpidos para el logro de antiguos objetivos (Adams y Adams, 1991,p. 274), ha permitido un empleo muchsimo ms efectivo y decorosamentediscreto de los procedimientos estadsticos. Mientras, en el otro extremo, lasaplicaciones computacionales -entre ellas las estadsticas- han llegado aconvertirse prcticamente en el objetivo de muchos proyectos, que a veces notienen otra finalidad que la de justificar la adquisicin de los equipos. Comoobservan con acierto los citados autores:

    Para las ciencias sociales probabilsticas el advenimiento de las com-putadoras lleg como un don del cielo. En estas disciplinas, la prueba cien-tfica es necesariamente una prueba estadstica y las computadoras permiten eluso de estadsticas de lejos mejor y ms rpido que lo que se soaba en la erapre-electrnica ... Los antroplogos ... se precipitaron a incorporarse a la nuevatecnologa, tan rpidamente como lo hicieron los socilogos y economistas. enparte quiz, porque la inclusin de un programa de computadora otorga a cual-quier proyecto un aura inmediata de respetabilidad cientfica (Adams y Adams.1991, p. 274).

    El hecho es que, aun al margen de las obsesiones tecnologistas que sue-len servir para disimular la ausencia de ideas interesantes, lleg a convertir-se en un manido tema de discusin el de la significacin estadstica de lasmuestras de los datos procesados por las investigaciones empricas.

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    A diferencia de la preocupacin por encontrar la ms adecuada unidadbsica de anlisis, que estara llamada a tener una funcin estructuradorageneral de la metodologa arqueolgica, la discusin de las muestras signi-ficativas ha actuado ms bien como un caballito de batalla en la crtica delsustento emprico de las conclusiones de diversas investigaciones concretas.Tambin hay una diferencia en cuanto a que, acerca del primer tema, la ma-yor parte de los autores tiene conciencia de que el problema se plantea entorno a los objetivos cognitivos y las orientaciones tericas de las diversaspropuestas. En tanto es mucho ms usual que esas referencias estn lejos demotivar conscientemente las preocupaciones por la significacin de las mues-tras, frecuentemente perdidas en las minucias de los procedimientos.

    Lo que tienen en comn estos temas es que su tratamiento ha partido delsupuesto de que al preguntarse: unidades de anlisis de qu?, o muestrassignificativas de qu?, habra una nica respuesta acertada. La bsqueda dela unidad bsica o primaria de anlisis supone que habra una que es la mejory que constituira la piedra angular del mtodo arqueolgico. Los trminosmismos de la muestra significativa implican que se trata de significacinestadstica, asumida como garanta de correccin cientfica.

    No obstante, incluso desde una misma posicin terica, puede haberdiferentes unidades adecuadas para el anlisis de los distintos aspectos de larealidad estudiada, y una misma muestra de datos puede tener diferentes gra-dos y calidades de significacin en relacin con distintas preguntas. As escomo, evidenciando que es posible plantear el problema de las unidades deanlisis desde concepciones de la arqueologa distintas de las tradicionales,Estvez et al. (1984) proponen una serie de unidades orientadas a la inferen-cia de aspectos socialmente relevantes, equivalentes a lo que Lumbreras de-nominaba unidades socialmente significativas."

    As, por ejemplo, si buscamos la identificacin cultural de determinadoscontextos de una sociedad tribal, las unidades de anlisis podran ser losartefactos en su aspecto formal, sus asociaciones y distribuciones espaciales;donde las configuraciones alternativas podran referirse a su presencia ensitios habitacionales o en cementerios. Pero si nos interesa conocer losaspectos econmicos de su modo de vida, la unidad de anlisis ms idneapodra ser la unidad domstica (cf. Sarmiento, 1986; Sanoja, 1987). Para in-ferir las caractersticas de la estructura social en una sociedad clasista inicial,dado que se trata de relaciones fundamentales, stas se manifiestan, mso menos claramente, en todas las esferas de la vida social. De modo quepodran operacionalizarse diferentes configuraciones alternativas, tomandocomo unidades de anlisis diferentes aspectos manifiestos en el registro ar-queolgico, como la forma, contenido y distribucin de los enterramientos(Lull y Estvez, 1986), o la tipologa, distribucin espacial y localizacin geo-morfolgica de los asentamientos (Nocete, 1994). Lo cual no significa que sedescuiden los dems aspectos de la evidencia arqueolgica. Es decir, que, aunpara estudiar un mismo tpico, para el mismo tipo de sociedades, puedenusarse alternativa o simultneamente distintas unidades de anlisis. En suma,

    LOS PROBLEMAS METODOLGICOS 161

    no se puede afirmar que haya una unidad bsica de anlisis que sea privile-giada sobre las dems, como referencia estructuradora del mtodo general delas investigaciones arqueolgicas.

    En relacin a la significacin de las muestras, stas slo pueden ser signi-ficativas o no en relacin a preguntas determinadas y en situaciones concre-tas. Una excavacin con buen registro estratigrfico de un par de metros cua-drados en Cueva Fell, a comienzos de los aos treinta, fue concluyentementesignificativa para responder afirmativamente a la pregunta sobre si hubo o nocoexistencia del hombre con fauna pleistocnica extinta en Suramrica. Peroel muestreo era poco significativo si hubiramos preguntado por la distribucinde reas de actividad en el sitio. Para lo cual la excavacin posterior de todala cueva habra sido sobradamente significativa si el registro de los materialeshubiera sido tridimensional y no slo por estratos. Pero, aun as, la muestrahabra tenido baja significacin si nos preguntramos por los sistemas de com-plementacin econmica de los distintos pueblos que ocuparon el sitio."

    Medios materiales y lgicos de trabajo

    Lo dicho no significa en absoluto desestimar los invaluables y muchasveces insustituibles recursos del manejo de procedimientos estadsticos ni eluso de ordenadores. Dos medios de trabajo que, aunque pueden vincularse,son de distinto orden.

    Los ltimos son estrictamente instrumentos de trabajo que multiplieanen proporciones antes inimaginables la velocidad y precisin de algunas delas capacidades lgicas del pensamiento humano." Adems de las mltiplesformas de almacenaje y procesamiento de informacin, de su representacina travs de nuevos lenguajes y de estrueturacin de cdigos de operacin.Asistimos al surgimiento de una nueva generacin que, en breve, dominareste recurso con la fluidez con que antes se manejaba un lpiz. Esperamosque quienes superen la enajenacin consumista, que hace sentir a los equi-pos y aplicaciones de cmputo personal como un fin en s, dispondrn de po-derossimos instrumentos que posibilitarn el procesamiento de informaciny contrastacin de ideas a escalas sin precedentes. Tal vez permitirn salvaren parte la actual dificultad de acceder al manejo de los considerables vo-lmenes de la produccin cientfica que eirculan en los diversos campos,incluyendo la arqueologa. Es importante que los usuarios asuman real-mente la condicin instrumental de las nuevas tecnologas y no se olviden deprocesar ideas que valgan la pena.

    En relacin a los procedimientos estadsticos, me sumo a las palabras deLull y Estvcz:

    Es necesario en este momento valorar el papel de las tcnicas estadsticasantes de continuar.

    La estadstica no ofrece resultados histricos. En su vertiente descriptivaslo nos puede servir para resumir, simplificar y ordenar la apariencia de las

  • 162 EL PROCESO DE INVESTIGACIN EN ARQUEOLOGA

    evidencias observadas. Con ello nos puede hacer ms fcilmente aprehensibleuna realidad-situacin determinada ...

    La otra vertiente de la estadstica, la inferencial, no es en realidad msque la contrastacin de la descripcin de un fenmeno aparente con un mo-delo de funcionamiento probabilstico mecnico. Su virtud principal es para-djicamente su mayor defecto. La definicin de los dinteles de significacinse establece por convencin y la teora de su adaptacin a la arqueologa noest ni mucho menos verificada. En definitiva no nos acerca a las causas delfenmeno.

    Aun reconociendo estas limitaciones la estadstica nos permite reconocerdiferencias, semejanzas, tendencias entre elementos, unidades, conjuntos y has-ta poblaciones. No es demostrativa pero sirve como referente de contrastacin.Con su uso podemos describir ms objetivamente el nivel al que se establecenlas asociacioncs-disociucioncx de Ins distintos complejo ..; de una poblacinen estudio (1986, p. 441).

    Creo, sin embargo, que el uso de las estadsticas puede contribuir a acer-carnos a la explicacin de los fenmenos en un sentido similar al de lasinferencias analgicas. De hecho, no son demostrativas, pero pueden orien-tarnos de manera importante al planteamiento de las hiptesis que nos con-duzcan a las explicaciones ms plausibles. Desde luego que la seleccin delas variables o atributos y posibles relaciones que se considere pertinentesometer a evaluacin son opciones que se le deben ocurrir al investigador,quien debe, adems, buscar una explicacin para los resultados.")

    Las estadsticas nos ayudan a realizar con mucha mayor eficiencia yprecisin una serie de operaciones que realizamos de manera ms o me-nos intuitiva e imprecisa cuando intentamos formular o contrastar hiptesisexplicativas, al permitirnos evaluar el grado de similitudes y diferencias entreconjuntos de datos y la probabilidad de que ello obedezca a alguna regulari-dad o a la casualidad.

    Igualmente, si podemos medir la posibilidad de que determinadas varia-bles cualitativas (en escalas de atributos nominales) o cuantitativas (ordina-les, de intervalos o de razn) guarden entre s alguna conexin no debida alazar, ello nos permite evaluar hiptesis sobre la posible correspondenciadeterminada entre calidades y magnitudes. Importa tener claro que esta leygeneral de la dialctica no implica que una calidad se corresponda a cual-quier magnitud o viceversa. Por ello es importante conocer exactamente aqu magnitudes corresponden determinadas calidades."

    Desde luego que la utilidad de los procedimientos estadsticos no se limi-ta a la instancia de produccin sistemtica de informacin, sino que permitesu manejo en diversos momentos del desarrollo de los procesos inferencia-les; no slo de la informacin en sus manifestaciones culturales, sino tam-bin en cuanto a sus diversos contenidos socioeconmicos. Sern de granayuda en la instancia de definicin de culturas arqueolgicas, cuando se bus-ca descubrir conexiones y recurrencias de las manifestaciones culturales,pero tambin para agrupar o distinguir clases de actividades sociales basadas

    LOS PROBLEMAS METODOLGICOS 163

    en la funcionalidad inferida de los materiales, contrastar hiptesis sobre laexistencia de grupos sociales diferenciados Ymuchas otras aplicaciones quedependern de la creatividad del investigador que sepa usarlos como procedi-mientos lgicos auxiliares de la investigacin.

    1.2. El proceso de produccin de informacin

    La produccin de informacin arqueolgica se desarrolla, al menos, encuatro fases que, si bien pueden exponerse en una secuencia lgica ideal,en la realidad no se dan necesariamente en una linealidad temporal. Adems,las investigaciones concretas no cubrirn ms que aquellas actividades quesean requeridas por sus objetivos. No nos detendremos mayormente en ellas,limitndonos a apuntar las tareas bsicas, salvo para anotar algunas observa-ciones sobre la clasificacin tipolgica. Sobre la mayora de estos temas existeuna abundante bibliografa disponible. Estas fases son las de: preparacin, tra-bajos de campo. trabajos de laboratorio Yelaboracin de la informacin.

    Fase preparatoria

    Por lo que se refiere a la bsqueda y obtencin de datos, toda investigacinrequiere de una serie de actividades preparatorias para adecuarse a las con-diciones concretas en que se realiza. Entre ellas, pueden mencionarse:

    a) El acopio de informacin previa. La cual se refiere, cuando se tratade trabajos de campo, a cuestiones como la obtencin de bibliografa e in-formacin histrica, geogrfica (incluyendo mapas), geolgica, sobre floray fauna o climtica, relativas a las localidades, zonas o regin que se estudia.Tambin a los estudios de fotografa area, as como los de accesibilidad alterreno.Otro aspecto importante es ocuparse expresamente de conocer el mediosocial de los habitantes de las localidades urbanas o rurales en que se tra-bajar: de las relaciones de propiedad sobre los terrenos, de las relacionessociopolticas Y las estructuras de poder locales, de sus tradiciones y formasculturales. Siempre ser necesario prever actitudes ticas y formas de com-portamiento en relacin a la gente con que se entrar en contacto, si bien engran parte se conformarn y modificarn en el curso mismo de esas relacio-nes. Parte indispensable de la preparacin del trabajo de campo es el esta-blecimiento adecuado de los contactos y cumplimiento de las formalidadesnecesarias para integrarse al espacio fsico y social en que se desenvolvernlas actividades.

    Una tarea que puede ser muy importante es el procesamiento de infor-macin orientada a la localizacin de datos. Si tomamos en cuenta la grancantidad de informacin informalmente producida, deberamos ocuparnos dedesarrollar procedimientos sistemticos orientados a su obtencin. Se trata

  • II, 166 EL PROCESO DE INVESTIGACIN EN ARQUEOLOGAinvestigador tiene la oportunidad de observar y registrar personalmente unsegmento de las evidencias de actividades de las sociedades que estudia.

    Si bien es cierto que, para determinados objetivos de observacin, pre-viamente definidos -o, eventualmente, redefinidos en el terreno frente acircunstancias no previstas-e, sern preferibles determinadas opciones tcni-cas, los trabajos de campo deben proporcionar la informacin bsica que seprocesar desde cualquier posicin terica. La orientacin particular de lostrabajos, al menos desde nuestro punto de vista, imprime el sello de sus prefe-rencias orientadas a propsitos determinados en el proceso previo de evalua-cin y planificacin de opciones y en los procesos posteriores de procesa-miento de la informacin.

    Los trabajos bsicos a realizar son:

    a) Recorridos de prospeccin.b) Levantamientos de superficie.c) Excavaciones.d) Relevamiento (arte rupestre).e) Empaquetamiento y transporte de materiales.

    Sobre las variadsimas actividades que implica esta fase de las investi-gaciones y las mltiples opciones tcnicas para llevarlas a cabo, existe unaabundante literatura. Cada tema ha sido objeto de tratamiento, desde algunostiles manuales hasta sofisticadas evaluaciones de opciones o discusin delos planteamientos terico-metodolgicos implicados.

    Por ello, y porque, como hemos insistido reiteradamente, no pretende sereste un recetario de procedimientos, sino un planteamiento general que mues-tre una forma de articular coherentemente las diversas problemticas de la in-vestigacin arqueolgica, remitiremos al lector a la literatura existente."

    Trabajos de laboratorio

    Diversas son las actividades que se desarrollan en laboratorios con el finde ordenar y procesar las informaciones, muestras y materiales obtenidos enel campo. Algunas de ellas tienen la finalidad de generar las informacionesnecesarias para ajustar las tcticas de trabajo a seguir en el campo mismo o,en algunos casos, se tratar de analizar materiales que no han sido obtenidosdirectamente, sino que provienen de colecciones particulares o depositadasen museos, con desiguales calidades de registros de proveniencia, si es quelos tienen.

    Pero cuando se trata de una investigacin programada desde antes de saliral campo, ser necesario trabajar en el gabinete en la organizacin de los di-versos registros, en el anlisis y representacin de las interconexiones espa-ciales, asociaciones, superposiciones o recurrencias de los materiales entre so con sus matrices.

    Se tendrn que procesar muestras destinadas a dataciones o al conoci-

    LOS PROBLEMAS METODOL.GICOS 167

    miento de la geografa y ecologa del entorno en que vivieron los grupos hu-manos que estudiamos o de sus aspectos biolgicos. O para identificar losrestos animales, vegetales o minerales que consumieron como alimentos ocomo materias primas para la elaboracin de todo tipo de productos. Y, enestos casos, se trata de que sepamos qu clase de informacin esperamos ob-tener de los especialistas en otras disciplinas cientficas. Tambin hay traba-jos de laboratorio que constituyen especialidades desarrolladas dentro de laarqueologa, como puede ser el anlisis de pastas cermicas o de las huellasde uso en instrumentos lticos o de hueso.

    Aqu nos detendremos un poco slo para hacer algunas anotaciones entorno a una de las actividades probablemente ms distintivas del oficio ar-queolgico en el laboratorio, como es la de la clasificacin. Chang ha dichoal respecto:

    Si se me permitiera centrar la atencin en un nico tema, y tratarlo comopunto de gr;i\'cdacl de todo el complejo y complicado campo de 1;1 rcona ar-queolgica y su desarrollo, eligira el concepto y la operacin de la clasifi-cacin. Creo que el desarrollo metodolgico de la arqueologa se centra en elreplanteamiento de los problemas clasificatorios (Chang, 1976, p. 17).

    De hecho, el tema de los procedimientos clasificatorios constituye unaproblemtica particular para todas las disciplinas de investigacin que requie-ren de la obtencin y ordenacin de la informacin emprica. Es decir, de casitodas las disciplinas cientficas, si bien la clasificacin no es slo un proce-dimiento necesario para el anlisis y ordenacin de la informacin producidaa partir de la experiencia sensible en la observacin de datos.

    No discutiremos si Chang exagera al considerar la clasificacin como elpunto central de la teora arqueolgica. Nos interesa el hecho de que suoperacin como procedimiento metodolgico es, sin duda, crucial para eldesarrollo de cualquier investigacin. Lo cual no es ajeno a los requisitosde cada posicin terica impuestos, por lo menos, por sus objetivos cogni-tivos, ni a los supuestos ontolgicos acerca de cmo es la realidad que seestudia y a la cual debe adecuarse.

    Es neeesario comenzar con algunas distinciones conceptuales bsicas."El trmino clasificacin puede referirse, en espaol, tanto a la actividad oproceso de clasificar como a su resultado W y, en ambos casos, puede tenertambin dos acepciones. Por ello es recomendable explicitar el sentido deltrmino cuando ste no es aclarado por el contexto en que se utiliza.

    La clasificacin como proceso puede referirse a la ereacin conceptual delas categoras que, como conjunto, integrarn la clasificacin como resulta-do. Y tambin a la actividad de asignar las entidades reales sometidas a cla-sificacin a dichas categoras.

    La clasificacin como resultado es, en primer lugar, un sistema estruc-turado de categoras que, como conjunto, incluye conceptualmente a todas lasentidades o fenmenos (objetos) existentes dentro de un determinado campo

  • 168 EL PROCESO DE INVESTIGACIN E:'-J ARQUEOLOG;\

    de la realidad bajo estudio, debidamente delimitado. Tambin puede referir-se al resultado de la asignacin de un conjunto determinado de objetos o deentidades reales a dichas categoras. En el primer sentido, puede hablarsede un sistema clasificatorio.

    Por lo que se refiere a la instancia de produccin de informacin arqueo-lgica, es cuando cobra especial importancia la clasificacin tipolgica. En lafase de laboratorio se busca el anlisis y ordenacin de los materiales arqueo-lgicos, que concluye en una sntesis descriptiva de los mismos. As, los ma-teriales arqueolgicos que alguna vez estuvieron en el campo -es decir, enalgn lugar del mbito de vida de un pueblo- se convierten, en el laboratorio,en datos objeto de estudio, el cual conduce a la produccin sistematizada deinformacin elaborada a partir de esta actividad.

    La tipologa, siguiendo a Adams y Adarns, es un modo particular de clasi-ficacin destinado especficamente a ordenar entidades u objetos en categorasmutuamente excluyentes, que seran los tipos (1991, pp. 47 Y 370). Asimismo:

    Una tipologa es un sistema conceptual elaborado por la particin de uncampo especificado de entidades, en un conjunto comprehensivo de tipos mu-tuamente excluyentes, de acuerdo a un conjunto de criterios comunes dictadospor el propsito del tiplogo tibid., p. 91 l.

    Una tipologa debera, segn los autores citados, poseer algunas caractertst-cas estructurales como:

    al claridad en cuanto a lo que se ordenar y lo que no, por lo que el sis-tema tipolgico debe tener lmites claramente especificados,

    b) cada uno de los objetos a clasificar debe tener su lugar, por lo que elsistema de categoras debe ser comprensivo, y

    c) cada entidad u objeto debe asignarse slo a un determinado lugar, a loque se refiere el carcter mutuamente excluyente de las categoras o tipostibid.; p. 47).

    Existen diversos procedimientos y sistemas de clasificacin tipolgicay, normalmente, necesitamos optar entre diversas alternativas. Sugerimosque, entre los criterios bsicos que nos permitiran definir las opciones msadecuadas a la investigacin que llevemos a cabo, habra que considerar, almenos, qu clasificamos (objetos de estudio), para qu clasificamos (obje-tivos), y luego cmo lo hacemos (procedimientos). Donde nos regiremospor el precepto lgico y prctico de subordinacin de los procedimientos alos objetivos. Despus, ser necesario considerar las caractersticas de losresultados de la aplicacin de tales procedimientos (unidades de descripcino tipos).

    1. Objetos de clasificacin. Los procedimientos clasificatorios operanbsicamente separando determinadas entidades (objetos o fenmenos) deacuerdo con sus diferencias y agrupndolas de acuerdo con sus similitu-

    WS PROIlL.EMAS METODOLGICOS 169

    des. En la arqueologa, tradicionalmente se ha operado separando los hete-rogneos materiales e informaciones obtenidas en el eampo segn ciertasvariables generales, cuya particularidad determinada define el campo de ca-ractersticas comunes que un grupo de entidades a ordenar comparten entres, definiendo el campo de aplicacin del procedimiento y sistema tipolgicoa aplicar. ste se delimita distinguindolo de otros conjuntos de entidadesque sern ordenadas segn otros sistemas tipolgicos especficos. Esto cons-tituye una primera distincin analtica y ordenadora del acervo, generalmen-te abigarrado, de materiales e informaciones a procesar.

    En esta primera clasificacin general pueden separarse los objetos o en-tidades a ordenar de acuerdo a diversas variables que no son necesariamenteexcluyentes entre s. Por lo cual, cada objeto o entidad podra pertenecer adistintos conjuntos, segn las variables de acuerdo a las cuales haya sido se-parado. De modo que, si bien cada entidad debe tener una y slo una posi-cin dentro de una determinada tipologa, puede ser ordenada en distintastipologas. Por lo que tendra una posicin en cada conjunto tipolgico:"

    Una distincin bsica podra ser entre elementos u objetos muebles(cermica, huesos, tejidos) e inmuebles (hogares, sepulturas, construcciones,arte rupestre).

    Tambin podran distinguirse las unidades a clasificar en diversos nivelesde integridad, realizando clasificaciones por componentes y por contextos. Locual implicara una seeuencia lgico-temporal, en cuanto la definicin dela calidad de los contextos supone, al menos, una interpretacin de la funcio-nalidad de sus componentes.

    En este sentido, una clasificacin tradicional que toma como unidad alartefacto,' distingue industrias, definidas por las materias primas y tcni-cas de produccin, que nos permiten separar las industrias de piedra tallada,de cermica, sea, de conchas, de maderas, lapidaria y otras. Pero se puedenclasificar tambin los contextos que integran materiales heterogneos encuanto a sus materias primas, tcnicas productivas o formas de consumo, yque comprenden tanto elementos muebles como inmuebles. Pueden ir desdelas reas de actividad hasta los asentamientos.

    Los ejemplos anteriores nos hacen advertir que los elementos que cla-sifieamos en el laboratorio pueden ser los objetos materiales o sus represen-taciones. En el caso de los materiales de piedra tallada, de las cermicasenteras o quebradas o de los objetos de concha, es posible y convenientemanipular los objetos fsicos mismos. Lo cual no es posible cuando se tratade sepulturas. recintos habiracionales, bloques con petroglifos, apostaderos decaza o aldeas. En estos casos operamos con los planos, fotografas, croquis,calcos, mapas de distribucin e inventarios y dems formas de registro queslo son representaciones de los objetos reales sometidos a clasificaci n.

    2. Objetivos. Un requisito central a tener en cuenta al definir el proce-dimiento para formular una tipologa u optar por un sistema tipolgico decategoras ya establecidas para ordenar los materiales o contextos arqueol-

  • 170 El. PROCESO DE INVESTICACIN EN ARQLJFOI.()cA

    gicos, es haber definido con claridad los objetivos de la clasificacin. No hayclasificaciones tipolgicas que sean mejores o peores en s, ya que slopueden ser evaluadas segn su adecuacin a los propsitos para los cuales selas utiliza.

    Bajo el mito cientificista de que la objetividad implica no hacer juiciosprevios, se ha pretendido desarrollar procedimientos clasificatorios sin ob-jetivos preconcebidos o, por el contrario, lo suficientemente democrticoscomo para servir a cualquiera de los mltiples propsitos posibles. Lo cualorigina procedimientos altamente impracticables y sistemas de categorasbastante intiles. Como observan Adams y Adams: Cuando una tipologase formula sin referencia a ningn propsito especfico, casi siempre gene-ra demasiados Lrar too many 1 tipos como para ser ti les o significativos(1991, p. 68).

    Esto se debe, como los mismos autores explican, a lo siguiente:

    El proceso de dividir un corpus de material en subdivisiones ms y ms fi-nas puede continuar, tericamente, hasta que cada entidad del corpus sea untipo. De esta manera, cada sistema tipolgico es capaz de generar bastantesms tipos de los que realmente incluye (ibid.).

    Para que una tipologa pueda operar es necesario tomar una decisin encuanto al nivel de detalle que realmente se requiere y sobre qu unidadesde descripcin tienen realmente relevancia. Para lo cual, el nico criterio dedecisin est dado por los objetivos del trabajo de ordenacin.

    Por razones similares, la creencia en que el uso de ordenadores hara mscientficos y objetivos los procedimientos de clasificacin y ordenacin tipo-lgica resulta, en buena medida, ilusoria. Por lo pronto, la alimentacin delbanco de datos suele requerir de una buena dosis de trabajo superfluo. Por lodems:

    En los ltimos veinte aos. los escritos tericos sobre el tema de la clasi-ficacin arqueolgica se han ocupado muy vastamente de los programas com-putarizados de una y otra clase. Esos programas son entretenidos para jugarcon ellos son metodolgicamente mucho ms fascinantes que los anticua-dos mtodos de clasificacin semi-intuitivos. Tambin son invaluables paraproducir seriacioncs de frecuencias y taxonomas informativas ... (i/)id., p. XVII).

    Pero aparte de que, hasta ahora, no pueden producir tipologas abiertas,

    la presente generacin de ordenadores tampoco puede cumplir dos funcionesque son esenciales en todas las tipologas prcticas: no pueden hacer distincio-nes puramente cualitativas ni pueden hacer juicios puramente arbitrarios iibid.,p. XVIII).

    Estos son los inconvenientes que presentan las taxonomas numricas 42 yla clasificacin automtica. Aunque tienen la ventaja de que son un recur-

    1.0S PROBLEMAS METODOLGICOS 171

    so til para salir del paso cuando el investigador no tiene objetivos claros niideas previas interesantes. A veces los resultados pueden. incluso, contribuira su iluminacin. Desde luego no se trata de descartar estos procedimientos,pues quien s tiene propsitos definidos puede sacarles bastante provecho;puesto que, tambin en estos casos, la arbitrariedad de los juicios que esnecesario hacer para tomar decisiones estar condicionada por los objetivosde la clasificacin.

    De hecho, una tipologa operacional y til a los fines de una investiga-cin ser aquella que limite sus objetivos principales y, si define como tal ams de uno, la que establezca una jerarquizacin de los mismos.

    Como hemos visto, los objetivos de la ordenacin tipolgica estn orien-tados, en ltima instancia, a responder a los objetivos cognitivos generalesque define cada posicin terica. Pero una misma posicin terica puederequerir di ferentes clases de informacin y clasificar y ordenar los materia-les con diversos propsitos. Tambin ocurre que una misma tipologa puedeservir a los propsitos de posiciones distintas, tal vez con algunas pondera-ciones.

    Para nosotros, los objetivos de la clasificacin y la ordenacin tipolgicade los materiales y contextos arqueolgicos pueden ser definidos por los re-querimientos de distintas instancias metodolgicas, siendo los principales:

    1) La identificacin cultural, referida a las culturas arqueolgicas queson efecto de las culturas de las sociedades investigadas. Para este fin se re-quiere de tipologas que satisfagan objetivos descriptivos y comparativos.

    2) La inferencia de las culturas y contenidos sociales de distinto orden,como las tecnologas de produccin o la funcionalidad, tanto de los artefac-tos como de los contextos de los que formaron parte." Para lo cual sirven lastipologas orientadas a propsitos analticos, donde las inferencias se basen,primeramente, en las propiedades o atributos intrnsecos de los materialeso contextos clasificados. Luego, las relaciones contextuales de los materia-les clasificados pueden permitir que stos sirvan de apoyo para otras in-ferencias acerca de los mismos o de sus contextos."

    Tambin se ordenan los materiales con el fin de establecer cronologas delos contextos en que se encuentran. Ciertamente, todo resto arqueolgicotiene una cronologa de origen, existencia y desvinculacin respecto a lasactividades humanas que los produjeron, usaron y descartaron. No obstante,en la gran mayora de los casos, la atribucin cronolgica no es un atributointrnseco de los materiales arqueolgicos, sino que slo puede establecersea travs de probadas asociaciones recurrentes con elementos o contextos de-bidamente datados. Slo en estas condiciones, la tipologa puede tener el ob-jetivo de servir como referencia para estimar la posible cronologa de otrosmateriales o contextos asociados. Igualmente, la seriacin de frecuenciasde tipos requiere de cronologas bien ancladas en asociaciones confiablescon dataciones externas, puesto que uno de los supuestos en que se basa

  • 172 EL PROCESO DE INVESTIGACIN EN ARQUEOLOGA

    el procedimiento asume que los artefactos evolucionan con un incrementoy un decremento graduales de popularidad, lo cual no es siempre necesaria-mente cierto.

    Desde luego que, aun dentro de los parmetros generales de una posicinterica, sin ser incompatibles con ella, pueden desarrollarse estudios espec-ficos o puntuales que requieran de una particular definicin o jerarquizacinde objetivos. Se trata de una cuestin de escala o de la particularidad de lasdimensiones de los problemas investigados.

    3. Procedimientos. En el procedimiento de clasifieacin tipolgica sedesarrolla, como dice Bartra, .. la forma caracterstica y peeuliar que tieneel arquelogo para utilizar el mtodo analtico durante el proceso de estudiode la sociedad concreta (1964, p. 15).

    El anlisis se lleva a cabo por el hecho de que cada divisin o agru-pamiento de conjuntos, o subconjunto de entidades sometidas a ordenacin,se realiza de acuerdo al mismo conjunto de variables. De manera que, al cabode una serie de divisiones o agrupamientos, han sido distinguidos de manerasistemtica los atributos concretos de los objetos, correspondientes a lasvariables aplicadas

    Existen, en general, diversos procedimientos clasificatorios y, en parti-cular, distintas maneras de formular tipologas arqueolgicas (cf. Malina yVasicek, 1990, pp. 193-206). Tal vez cabe insistir en que, cuando hablamosde un mtodo tipolgico, nos estamos refiriendo a la sistematizacin del pro-cedimiento de formulacin de tipologas y no a la tipologa eomo resultadode dicho proceso."

    La evaluacin de opciones debera considerar como ms adecuados losprocedimientos que optimicen la relacin entre, por lo menos, los siguientesrequisitos:

    1) Responder satisfactoriamente a los objetivos del trabajo de ordena-cin. Es decir, tener capacidad de definir categoras relevantes a la investiga-cin planteada.

    2) Permitir una fcil identificacin de los materiales que correspondana determinadas categoras.

    3) Permitir la creacin de categoras de distintos grados de generalidad-singularidad, segn las necesidades de cada investigacin.

    4) Permitir, dentro del mismo sistema, la elaboracin de nuevas cate-goras o subcategoras en la medida en que se obtienen nuevos materiales.

    5) Ligado al punto anterior, poseer la capacidad de elaborar sistemassuficientemente comprensivos como para ordenar conjuntos de caracters-ticas muy diversas eon el mismo procedimiento, de manera que sean com-parables.

    6) Desarrollar los procedimientos operativamente ms practicables y demayor rendimiento, respetando los dems requisitos.

    LOS PROBLEMAS METODOLGICOS 173

    7) Facilitar una comunicacin suficientemente clara de la informacinproducida a partir de los materiales ordenados.

    El primer requisito se satisface por la va de evaluar y seleccionar quatributos o combinaciones de atributos, correspondientes a qu variables, sonlos que ponen en evidencia las caractersticas relevantes respecto a los obje-tivos de la clasificacin. Luego, estas variables se aplican en un determinadoorden, en el proceso de agrupar o dividir los conjuntos que llevarn a la de-finicin de las categoras integrantes de la tipologa. De la cual habra queexcluir aquellas a las cuales no pertenezca ningn objeto real.

    Dado que ya son conocidas algunas de las variables significativas en ladefinicin de categoras relevantes respecto a los objetivos generales quehemos propuesto, es usual en las clasificaciones arqueolgicas la distincinentre variables morfolgicas, tecnolgicas y funcionales." Aunque, de hecho,lo que realmente se observa son propiedades morfolgicas y de los materia-les (materias primas transformadas). Las llamadas variables tecnolgicasy funcionales remiten a atributos que son efecto del empleo de determina-das tcnicas o condiciones necesarias o suficientes para su uso en determi-nadas actividades. Por lo dicho, las variables relacionadas con las materiasconstituyentes de los objetos a ordenar no deberan estar ausentes de un buenmtodo tipolgico.

    Cuando, como es nuestro caso, se plantea ms de un objetivo bsico, con-viene un procedimiento de clasificacin taxonmica: ". la ordenacin ta-xonmica es, probablemente, la manera ms efectiva de introducir mltiplesagendas en una clasificacin, sin implicar un conflicto de objetivos [purpo-ses l- (Adams y Adams, 1991, p. 167).47

    De hecho, cuando los objetivos inferenciales se cumplen con base en laconsideracin de los atributos bsicos de morfologa y material, no se creaun conflicto entre un objetivo descriptivo y otro inferencia). Sin embargo, unexceso de objetivos inferenciales exigira la introduecin de muchas varia-bles, elevando exponencialmente la combinatoria de atributos posibles queresultara de cada subdivisin. Adems, la secuencia adecuada de la aplica-cin de las diversas variables no es la misma para cada objetivo. Finalmente,dado que la combinacin de atributos relevantes para un determinado prop-sito difcilmente coincidir con las que son relevantes para otros objetivos, ladescripcin de las categoras resultantes resultara bastante poco manejable.En resumen, tendramos un procedimiento poco operaeional, excesivamentelargo y de resultados poco tiles. Cuando este es el caso, resulta mucho mseficiente, en trminos de tiempo y comunicabilidad de los resultados, reali-zar una clasificacin diferente para objetivos inferenciales distintos."

    Pero es posible, por ejemplo, cumplir con el objetivo de identificacincultural dividiendo un conjunto de artefactos de acuerdo con variables des-criptivas (ctecnolgicas, morfolgicas y de materiales) y, al final, jerarqui-zar reorganizando las categoras resultantes de aeuerdo con definiciones defuncionalidad probable (DCP); con lo cual se cumple el objetivo de propor-

  • 174 EL PROCESO DE INVESTIGACIN EN ARQUEOLOGA

    cionar las bases para la inferencia de funcionalidad, hasta donde una tipolo-ga macroscpica lo permite. Posteriormente se buscar correlacionar estosresultados con los de otros estudios, como los anlisis de los contextos o, enalgunos materiales (ltica, huesos, concha), comparando la tipologa macros-cpica de funcionalidad probable con una tipologa de huellas de uso obser-vables al microscopio (vase Semenov, 1964; Mansur, 1983).

    Tambin habr investigaciones especficas cuyos objetivos slo requierande la aplicacin de algunas de las variables de los mtodos ms complejos,utilizados con fines descriptivos o inferenciales ms comprensivos."

    Por lo que se refiere a los requisitos de flexibilidad indicados en los pun-tos 3 al 5, resultarn preferibles clasificaciones abiertas y politticas, las cua-les son, por lo general, ms operativas en la prctica.

    Respecto a la posibilidad de comparacin de conjuntos heterogneos, enla medida en que un procedimiento flexible permite ordenar materiales en ca-tegoras de diversos grados de generalidad-singularidad, hay que tener pre-sente que slo son comparables los materiales ordenados en el mayor nivel degeneralidad. Ms precisamente, slo son comparables en cuanto a los atribu-tos correspondientes a un mismo conjunto de variables, aun cuando algunosconjuntos de materiales pudieran estar descritos con ms detalle que otros."

    Otra observacin general en cuanto al procedimiento de clasificacin esque ste debe aplicarse separadamente para materiales procedentes de di-ferentes unidades espaciales, asignables a rangos temporales sincrnicos.Cualquier estudio sobre la distribucin espacial y cambios en la tipologadebe tener como referencia los conjuntos delimitados espacial y cronolgi-camente con mayor precisin. Para los materiales provenientes de una exca-vacin, deben ordenarse separadamente los materiales correspondientes acada unidad estratigrfica. 5' Las tipologas de palirnpsestos, bastante comu-nes, deben poderse diferenciar internamente en cuanto a sus atributos espacio-temporales.

    4. Sistemas tipolgicos y categoras. Como se ha dicho, una tipolo-ga es el resultado de la clasificacin tipolgica, esto es, un sistema decategoras a las cuales pueden ser asignados los materiales o contextos ar-queolgicos en el proceso de su ordenacin. Habiendo trabajado en un temay una regin (cazadores-recolectores en Suramrica) donde no existen ti-pologas comnmente aceptadas por la mayora de los arquelogos y, antela dificultad de acuerdo en torno al significado del concepto de tipo, heoptado por denominar las categoras resultantes de la clasificacin por loque, ms llanamente, son: unidades de descripcin (UdD). stas se refie-ren a la combinacin especfica de atributos que permiten identificar ungrupo de artefactos -o, en general, de entidades ordenadas- distinguin-dolo de otros grupos. Aunque puedan suponerse o inferirse algunas calida-des no directamente observables (como la funcionalidad) a partir de lacombinacin dada de atributos, la formalizacin de tales categoras es, b-sicamente, descriptiva.

    I,nS I'RORI,EMAS MF.TODOI.()GICOS175

    No tenemos inconveniente, desde luego, en que se les denomine tiposo subtipos, a condicin de que se explicite de qu se trata y qu relevan-cia se les atribuye. Nuevamente nos parece adecuada la sntesis del conceptoque hacen Adams y Adams, bien fundamentada en su ya citado trabajo:

    ... cada tipo es una categora creada por el tiplogo, dentro de la cual puedeubicar entidades discretas que tienen caractersticas identificatorias especficas,como para distinguirlas de entidades que tienen otras caractersticas, de maneraque es significativa para los propsitos de la tipologa (1991, p. 91).

    Consideran estos autores, acertadamente en mi opinin, que un tipo tila la investigacin debe poseer dos propiedades esenciales: identidad y signi-ficado. Un tipo (o UdD) posee identidad cuando puede ser eonsistentementeidentificado a travs de sus propiedades sensorial mente perceptibles. Lo cualdepende de una adecuada definicin o descripcin del mismo. El significadose refiere a la significacin Y la relevancia. La significacin puede ser intui-tiva, emprica y estadstica. Un tipo es relevante cuando tiene un significadoconocido en relacin a determinados propsitos (ibid., pp. 35-37).

    Respecto a la clasificacin tipolgica en cuanto actividad de la instanciade produccin de informacin, slo diremos finalmente que, habiendo per-mitido el estudio analtico de materiales y contextos, la ordenacin concluyeen una sntesis descriptiva, constituida por un conjunto de unidades de des-cripcin. De hecho la tipologa resultante es, por una parte, una sntesis ge-neralizadora en que se ponen en evidencia las caractersticas comunes al con-junto de los materiales ordenados. A la vez, permite evidenciar los aspectosen que ste se diferencia de otros conjuntos de materiales, por lo que permi-te reconocer su singularidad distintiva. Simultneamente se ha podido orga-nizar la informacin para facilitar la inferencia de algunas caractersticas delos datos que se requerirn en otras instancias metodolgicas.

    Presentacin

    Cuando uno mismo tiene la posibilidad de producir informacin a par-tir de la observacin, generalmente representa una pequea parte de aquellaque se requerir para la definicin de las culturas arqueolgicas a las quedeber ser asignada. A menos que se trate de vestigios de sociedades -o deregiones geogrficas- para las cuales existan muy pocos trabajos de campo.De cualquier modo, los resultados de los anlisis de materiales, y la organi-zacin de la informacin recabada y procesada, podrn organizarse bajo elmismo esquema por el que optemos para ordenar el conjunto de informacina procesar en la siguiente instancia, de definicin de culturas arqueolgicas.

    Al elaborar los productos del proceso de produccin de informacin, sernecesario decidir acerca de las formas adecuadas para hacerlo. Lo cual de-pender de con qu fin lo hacemos Y quines son los destinatarios. Ac nos

  • 176 EL PROCESO DE INVESTIGACiN EN ARQUEOLOGA

    I,1!I

    11!I:1'1

    I!

    interesa principalmente la informacin destinada a la comunicacin cient-fica, sea para ser procesada por nosotros o por otros investigadores.

    Podemos considerar algunas de las formas de estos productos como:

    a) Informacin para archivos. que pueden tener la forma de informesde campo, archivos de fichas diversas. inventarios (de objetos. de sitios uotros), mapas de localizacin. topografas. planos. fotografas. dibujos, gra-baciones, etc. Hay que partir del principio de que el patrimonio histrico ocultural es un patrimonio social y que. quien modifica los materiales o con-textos arqueolgicos, tiene la obligacin, por lo menos. de hacer disponible lainformacin producida; al menos a travs de las instituciones estatales en-cargadas de cautelar el patrimonio nacional, que pueden establecer regula-ciones para el acceso o consulta de la misma.

    b) Publicaciones, sean catlogos. artculos cientficos o monografas.c) Colecciones, que pueden ser almacenadas o exhibidas.d) Sitios o contextos. Suele ser importante para los investigadores visi-

    tar los sitios o contextos, o lo que qued de ellos despus de ser levantadoslos materiales o de haber sido excavados. A veces. algunos de stos puedenser acondicionados para ser visitados por el pblico.

    1.3. Produccin de informacin referencial

    La arqueologa, como toda disciplina cientfica, puede echar mano de co-nocimientos generados en diversos mbitos. como referencias para orientar lasinvestigaciones, para plantearse problemas, para establecer comparaciones opara apoyar la formulacin de hiptesis. En las ltimas dcadas han experi-mentado un importante desarrollo interesanres campos de invcst igacionesllevadas a eabo por arquelogos. orientadas a la produccin sistemtica de in-formacin no arqueolgica, pero cuyo objetivo es el de producir informa-ciones y, en general, conocimientos tiles a la investigacin arqueolgica.

    Decimos, arbitrariamente, que la informacin producida no es arqueol-gica por cuanto se trata de investigaciones de campo y laboratorio cuya tina-lidad es observar los componentes materiales de contextos-momento. dondeaqullos estn ligados a actividades humanas. O de observar las aetividadesque los convierten en elementos de contextos arqueolgicos. El objetivoes intentar identificar los atributos o combinaciones de atributos de los com-ponentes o contextos arqueolgicos que podran permitir inferir las carac-tersticas de las actividades humanas especficas que los generan.

    Estos campos de investigacin constituyen. principalmente, la llamadaetnoarqueologa y la arqueologa experimental. En ambos casos, la informa-cin que se produce puede ser altamente til a las investigaciones arqueol-gicas sobre sociedades del pasado que ya no pueden ser observadas direc-tamente. La funcin de dichos conocimientos es la de servir de base para elplanteamiento de hiptesis, por la va de la transduccin analgica. Como es

    LOS PROBLEMAS METODOl,GICOS 177

    sabido, el razonamiento analgico no es concluyente. pero es clave para laformulacin de hiptesis que, en nuestro caso, deberan ser contrastadas conel registro arqueolgico.

    Segn Patrieia Fournier.

    puede redcfinirse la etnoarqueologa como la arqucologa realizada en so-ciedades vivas sin que de ninguna manera sea un subcampo, subdisciplinay mcnos al,n una ciencia fiel' se, ya que constituye una tcnica () heurstica en-rocada a la produccin y evaluacin de inferencias (Fournier, 1996, p. 6).

    Agregando que

    en cuanto a su prctica. se caracteriza por la observacin de las accionesde agentes sociales, las relaciones que entablan entre s y con los elemen-tos materiales requeridos en la consecucin de diferentes actividades para lasatisf'accin de neccsidades productivas. sociales e individuales. Con los datosobtenidos. se posihilita la generacin de modelos e hiptesis para comprender.infcri. y ('~plicar procesos sociales a partir de la evidencia material (ilnd.:

    La etnoarqueologa produce informacin a partir de la observacin deactividades de la vida cotidiana real de nuestros contemporneos, supues-tamente primitivos o no. La arqueologa experimental y la simulacin, encambio. crean artificialmente situaciones que permiten desarrollar y repro-ducir a voluntad determinadas actividades. para poder controlar las condicio-nes de observacin de tales contextos-momento, Y donde interesa igualmen-te formular hiptesis para explicar la relacin entre los componentes mate-riales y las actividades que los generan.

    La experimentacin resulta un excelente apoyo auxiliar para descubrir yentender muchos aspectos relativos a las tcnicas de produccin y formas deuso de diversas clases de bienes materiales. Es el caso de los experimentosde talla de piedras, maderas o huesos, la produccin de instrumentos y su uti-lizacin para diversas actividades. Los cuales, adems de eontribuir a enten-der las tecnologas de produccin, permiten, posteriormente, realizar estudioscomo los de huellas de uso o tipos de fracturas y formar, con ellos, mues-tras de comparacin.

    Los estudios por simulacin se han llevado incluso a intentar reproducirsituaciones complejas, como las condiciones de vida cotidiana de algunasunidades domsticas de comunidades neolticas. En estos casos, muchas delas condiciones mismas del experimento son hipotticas y se basan en infor-maciones provenientes de registros arqueolgicos. No obstante. bien orienta-das, estas investigaciones pueden ayudar a formular algunos modelos hipot-ticos sobre conductas del pasado. Desde luego, no tendran sentido si, en arasde la objetividad. se desperdiciaran hipcritamente las vivencias del inex-cluible componente ldico de tales experimentos. Como tampoco seran fruc-tferas para la arqueologa cuando tales motivaciones hicieran descuidar laadecuada planificacin. observacin y registro de su desarrollo y resultados.

  • 178 EL PROCESO DE INVESTIGACIN EN ARQUEOLOGiA

    2. LA IDENTIFICACIN DE LAS CULTURAS ARQUEOLGICAS

    La cultura arqueolgica es la categora que se refiere al conjunto de con-textos y materiales arqueolgicos que son efecto -entre otros factores- dela transformacin material del medio natural llevada a cabo por una sociedaden un rango temporal definido. Desde luego, todo grupo humano se desarro-lla en un segmento determinado de la geografa, a la que transforma, de ma-nera que la cultura arqueolgica posee tambin una distribucin espacial que,en esta instancia, se busca delimitar.

    Esta instancia metodolgica es, bsicamente, una fase de acopio de in-formacin emprica y de anlisis de confiabilidad de la misma. Aun cuandotodas las descripciones y cuerpos de informacin que procesamos -inclu-yendo los que hayamos producido nosotros- se presentan ya con diversosniveles de interpretacin, puede decirse, en general, que el resultado es la reu-nin de la informacin en una sntesis descriptiva. La cual implica tambinuna clasificacin, en este caso, de conjuntos heterogneos de informacin.

    En trminos ms generales, la operacin consiste, primero, en distinguiry separar el cuerpo de informacin correspondiente a cada una de las cultu-ras arqueolgicas, definiendo sus lmites espacio-temporales. Y, luego, iden-tificar los indicadores de los posibles vnculos histricos entre las sociedadesque originaron las distintas culturas arqueolgicas.

    De alguna manera, la tarea a cumplir ac coincide con lo que ha sidoel objetivo central de la arqueologa tradicional de corte culturalista o difu-sionista: concluir con una definicin de secuencias cronolgico-culturales.Aparte de la concepcin misma sobre este punto, nuestra di ferencia condicha tradicin consiste en que, para nosotros, se trata slo de una fase ini-cial del proceso de investigacin y explicacin del desarrollo histrico.

    No obstante, esta fase de la investigacin -particularmente en lo quese refiere al anlisis de confiabilidad de la informacin- es imprescindiblepuesto que, independientemente de la instancia metodolgica desde la cualse planteen las preguntas de la investigacin, o de su complejidad, las pro-piedades bsicas a partir de las cuales se realizan todas las inferencias estnpresentes en los contextos y materiales arqueolgicos. De ah que, en la deli-mitacin de las culturas arqueolgicas, deban quedar comprendidas todas lasinformaciones bsicas.

    l. Conviene especificar qu clases de informacion son las que se aco-pian. Se trata, en principio, de reunir toda la informacin bsica que pudieraser asignada o significativamente vinculada a cada cultura arqueolgica. Comohemos dicho, la tarea es juntar, analizar y ordenar conjuntos heterogneos deinformacin sobre los diversos fenmenos que se consideren pertinentes a lainvestigacin. Las categoras ms generales en que pueden agruparse los an-tecedentes, seran:

    LOS PROBLEMAS METODOLGICOS 179

    a) Culturales, donde se busca reunir toda clase de informacin relativaa los materiales, contextos y objetos arqueolgicos, de los cuales, para efec-tos de 'esta instancia, se destaca principalmente el aspecto eulturalmente dis-tintivo de los mismos. No obstante se trata de una dimensin inseparable desus contenidos sociales, por lo que quedar comprendida toda la informacinarqueolgica necesaria para la inferencia de los aspectos socioeconmicosdel desarrollo histrico.

    b) Medio ambiente: se refiere al espacio geogrfico en que se desarrolluna sociedad, a las caractersticas particulares del entorno fsico, a los recur-sos potenciales y las condiciones climticas vigentes para la poca en que vi-vieron los grupos sociales que originaron las culturas arqueolgicas que nosinteresen.

    Adecuado es el concepto de hbitat manejado por Lull, quien, frente a lanocin de rea cultural. que es un concepto vago, nunca explcito y bsica-mente descriptivo, seala:

    Mucho ms dialctico y sugerente es el concepto de hbitat, trmino queentendernos desde su perspectiva ecolgica. como espacio donde se establecenI,IS correlaciones econmico-sociales y polticas entre la geografa y el grupoy las especificas de cada uno de estos agentes (Lull. 19R3, p. 24).

    Distinguiendo dos aspectos del hbitat que son

    ... el medio, con sus caractersticas y recursos potenciales por un lado y, porotro, los lugares de ocupacin, produccin y captacin de las diversas comu-nidades. La correlacin entre ambos nos ofrecer los datos para el estudio delos asentamientos, distribucin y comunicaciones y la existencia o no de terri-torios, etc. (ibid. J.

    Como se puede apreciar, en esta instancia de objetivos bsicamente des-eriptivos nos interesa inicialmente el primero de ambos aspectos. No obstan-te, tal vez resulte una economa de esfuerzos considerar desde ahora lascorrelaciones entre los diferentes aspectos del medio y los datos culturales,las cuales constituirn informacin requerida para las inferencias sobre lacultura de los grupos que habitaron un determinado espacio, en la siguienteinstancia metodolgica.

    c) Caractersticas bioculturoles, que comprenden los diversos aspectosdel fenotipo de los grupos humanos, debidos tanto a condiciones genticasparticulares, como a la interaccin de los individuos con un determinadomedio ambiente o a condicionamientos de las actividades y relaciones socia-les. Los efectos observables en los restos de los individuos son resultadode las interrelaciones entre todos esos factores.

    d) Cronometras: se trata de la informacin obtenida por procedimientosde las ciencias fsicas o naturales que, sin constituir necesariamente informa-cin directa sobre el medio ambiente, contribuye a acotar o precisar los ran-

  • 180 EL PROCESO DE INVESTIGACIN EN ARQUEOLOGA

    gos temporales del desarrollo de las sociedades que generaron cada culturaarqueolgica. Se refiere a las dataciones radiocarbnicas, coeficientes de hi-dratacin de obsidianas, por terrnolurniniscencia, paleomagnticas, dendrocro-nolgicas, malacolgicas, estudios de varvas, sistemas de terrazas, etc.

    e) Complementarias: todas las dems clases de informacin que puedancontribuir a la definicin de las culturas arqueolgicas, as como a inferir dis-tintos aspectos de la vida social de quienes las produjeron. Es el caso, cuan-do los hay, de los documentos escritos, que pueden resultar una ayuda rele-vante. Sea de registros dejados por miembros de los mismos grupos socialesestudiados, () por cronistas o viajeros. como es comn en cl estudio de lassociedades americanas.

    2. El proceso de identificacin de las culturas arqueolgicas. A me-nos que nos encontremos frente a alguna de las cada vez ms escasas zonaso regiones poco exploradas del planeta, por lo que a prospecciones arqueo-lgicas se refiere, generalmente nos encontraremos con que ya existen algu-nas secuencias cronolgico-culturales o, al menos, algunas culturas endiversos grados de elaboracin o identificacin. De cualquier modo, la iden-tificacin de las culturas arqueolgicas y la formalizacin de secuencias cro-nolgico-culturales es un proceso de retroalimentacin entre la produccincreciente de informacin proveniente principalmente del campo, su orde-nacin interpretativa y la formulacin de hiptesis generalizadoras. El pro-ceso, por lo general, se inicia de manera intuitiva en torno a los elementosculturales aparentes que, por diversos motivos, llaman la atencin de los es-tudiosos. En este sentido, la delimitacin de cada cultura o secuencia tie-ne una historia particular.

    La lgica bsica de este proceso -que no implica una correspondenciacon su secuencia real- consiste, ms o menos, en:

    a) La identificacin de algunos elementos arqueolgicos a travs de susformas culturales fenomnicas que se distinguen por su singularidad.

    b) El reconocimiento de su inclusin en diversas asociaciones recurren-tes con otros elementos en diversos contextos.

    c) La bsqueda de otras asociaciones, recurrentes o no, de los materia-les asociados a los elementos culturales referenciales. Se establece as unacadena o red de asociaciones.

    d) La redefinicin de la configuracin de formas culturales distintivasque caracterizan los materiales y contextos de una cultura arqueolgica, porla va de su ordenacin como conjunto, a partir de su red de asociaciones deelementos recurrentes y nicos. Esta red de asociaciones contextua/es cons-tituye la base emprica en que se fundamenta la identificacin y representa-cin conceptual de la cultura arqueolgica.

    Generalmente, en este punto, se requiere:- Anclar las asociaciones del conjunto con elementos que permitan da-

    taciones, con el fin de precisar su cronologa general. Tambin se realizan

    LOS PROBLEMAS METODOLGICOS 181

    distinciones relativas, discriminando materiales y contextos a travs del re-curso a principios como el de superposicin.

    _ Mapear la dispersin y concentraciones geogrficas de los elementosculturales distintivos con el fin de acotar su localizacin y distribucion espa-cial. Esta ser la base para el estudio de su hbitat o mbito de vida.

    e) Identificacin de los vnculos y diferencias con otros conjuntos quepueden poseer:

    _ distintos rangos cronolgicos en secuencia ms o menos continua yque comparten, al menos parcialmente, una similar distribucin espacial;

    _ una distribucin espacial diferenciada siendo, al menos parcialmente,contemporneos.

    Nuevamente, los vnculos se establecen a travs del reconocimiento de ma-nifestaciones culturales comunes. En el primer caso se tratara de vnculosgenticos y, en el segundo, de alguna forma de difusin o aculturacin.Estos trminos entrecomillados no hacen ms que describir la apariencia defenmenos que presuponen la existencia de algn vnculo y conforman elpunto de partida emprico para su estudio, pero no explican, por s mismos,su contenido social. Las diferencias tambin se establecen a partir de la com-paracin de las formas culturales.

    .f) Una vez expresamente superado el supuesto implcito de la arqueo-loga tradicional orientada por un concepto normativo de cultura, que la en-tiende como un sistema homogneo de ideas compartidas," se imponela tarea de discriminar subconjuntos, delimitando sus mbitos espaciales deocurrencia y su temporalidad. Donde, igualmente, los vnculos y diferenciasde los subconjuntos o subculturas entre s, como partes de un todo, se esta-blecen con el auxilio principal de los indicadores eulturales. Es lo ms comnque la evidencia cultural de los vnculos en torno a los cuales se establece launidad e interdependencia de grupos sociales se manifieste, arqueolgica-mente, en el registro de interpenetraciones espaciales debidas a su interaccino en la presencia de elementos trasladados debido al desplazamiento de agen-tes en interaccin social.

    En la gran mayora de los casos, la mayor parte de las investigacionesarqueolgicas se ha realizado y se realiza hasta hoy bajo enfoques partcula-ristas histricos =-a lo ms, de orientacin evolucionista-, a pesar de las no-tables revoluciones tericas y metodolgicas que se han planteado en losltimos treinta aos por los enfoques procesual es y posprocesuales. De ahque, en la prctica, nos encontraremos con que los puntos sealados han sidolos principales tpicos desarrollados por la mayora de los programas de in-vestigacin, que escasamente sobrepasan los objetivos de las arqueologastradicionales. De manera que, dependiendo de la cantidad de trabajos acu-mulados en cada regin, el monto de la informacin disponible puede servariable y el proceso de identificacin de culturas arqueolgicas y definicinde secuencias cronolgico-culturales se encuentra en diversos grados de ela-boracin, ajustes y precisin. Los trabajos orientados a las tareas que hemos

  • 182 EL PROCESO DE INVESTIGACiN EN ARQUEOLOC,A

    mencionado pueden haber alcanzado. en algunos casos. notables niveles decomplejidad y sofisticacin, apoyados en considerables volmenes de infor-macin.

    Esto, sin embargo, no siempre garantiza que las conclusiones mayorita-riamente aceptadas por las comunidades acadmicas locales o regionales seanacertadas. Paradjicamente. no es extrao que las investigaciones orientadaspor posiciones tradicionales, cuyo objetivo final y central es la elaboracinde acabadas secuencias cronolgico-culturales, yerren precisamente en eseobjetivo.

    La arqueologa tradicional se ha orientado por las concepciones tericasde alcance ms limitado, como el difusionismo, el culturalismo o las versio-nes ms llanas del evolucionismo. Su baja potencialidad heurstica significaque las preguntas que se hacen a los datos son, comparativamente, escasas,por lo cua