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  • Luz del Rocio Bermdez H. El sueo y el esryo. Proyeccin urbana y representacin social en el cementerio. 227WX Convegno Intemztonale di Americqnistica - pemgia 2, 3, l, 5, 6, e 7 maggio 2007

    El sueo y el espejo. Proyeccin urbana y representacinsocial en el cementerio de San Cristbal de Las Casas(Chiapas, Mxico)L:uz del Roco Bermdez H.cole des Hautes tudes en Sciences Sociales (EHESS), France

    - Universidad Autnoma de Chiapas(UNACII), Mxico

    IntroduccinEl sueo y el espejo. La primera vez que recurimos a las analogas "la vida es un sueo" y "la muerte es elespejo de la vida", fue igualmente como metforas de anlisis del cementerio de la ciudad de San Cristbal deLas Casas, en el estado mexicano de Chiapas, armque dirigidas principalmente a sus aspectos arquitectnicos,estilsticos y omamentales@l:,maouz H.L. 2006X1). En esta breve ocasin, persigo la ptotlemtica demanera genetal con dos obietivos complementarios: 1) Bajo la tnetfora del "sueo", observai de qu mneraes posible encoritrar en este lugar de inhumcin las agitaciones de la poca que le dio origen y, 2), en alusinal "espejo", para ver cmo est tepresentada la integracin social en este espacio actualmente.Nuestra insistencia en tales frases

    - adems de aquella evidente que seala la complementariedad entre da y

    muerte -

    se debe a que ambas son un vehculo que nos permiten acercamos a este cementerio para, a parde su particularidad, ponedo en relacin con la ciudad y la sociedad que Ie han creado. De esta manera esteespacio se flos revela en dos dimensiones: como la matca tangible de un proceso histrico de mayortrascendencia

    , y a la vez como un producto que cambia constantemente de acuerdo a las evoluciones urbanasy culturales de sus usuarios.Para situar brevemente el contexto del cementerio de San Cristbal de Las Casas, nos es preciso comenzarpor explicar el nombre que le hemos asignado desde el inicio de las pesquisas que hasta ahora nos ocupan:panten colen @r.xlirDEZH.L.2005a,2005b). Conforme

    ^y^ttz^ fluestra investigacin dicha expresin, ieios

    de ser tan slo una referencia coloquial, se impone cada vez como su mejor punto de partida. Qu significa"panten" y qu significa "coleto"?Cuando se llama al cementerio que aqu nos ocupa "panten", qtttz ahon resulte inadvertida unacaracterstica fi.mdamental que defina a los espacios de defuncin creados por el Estado mexicano a lo largodel siglo XIX: su ra t:oraleza secular. En este cofltexto especfico, es importante adverti que la palabia"panten" denotaba algo distinto de "camposanto", si bien ambas son sinnimo de cementerio .r, q,*otpases de habla hispana como l\fxico (Cuadro 1: Dicotoma entre "camposantos" y "panten" en SanCristbal de Las Casas). Con el nuevo trmino de etimologa clasicista, las autoridades polticas no slomarcaban una diferencia nominal en materia de dehnciones, sino que relegaban o pretendari excluir eldominio absoluto que sobre el particular se haba adjudicado la Iglesia durante el perodo colonial y gr t p^rtedel siglo XIX (amn de su preeminencia posterior y a.n actualmeote). ,{I mismo tiempo, con esta sustitucininstitucional se pretenda que el Mxico independiente se consolidara socialmente como nacin; aplicndosede maneta directa a sus habitntes como control poblacional. De esta forma, la palabru "panten" es unaalusin directa a la lucha que sostuvieron la Iglesia y el Estado mexicanos desde la primera mitad del sigloXIX y hasta las primeras dcadas del siguiente.Por otro lado, si este comn denominador 1o relaciona con rul perodo nacional y por ende con otroscementedos del pas, al llamade "coleto" se le adjudica el controvertido gentilicio dado a los habitantes de SanCristbal, lo cual define su singularidad. La polmica que conlleva dicho apelativo actualmente (cuyo origendedva, segn la versin popular, dela colefa de los primeros conquistadores espaoles) se debe a que mientraspara algunos aludidos esto es smbolo de orgullo y genuina perteneflcia al lugar, para otros o cuando seemplea desde el exterior denota despectivamente a los miembros de una sociedad racista, desconhada yexplotadora. Dichas caractersticas parecen pefilar a la ciudad desde sus primeros aos e incluso actualmente.La actual ciudad de San Cristbal de Las Casas fue establecida como fundacin espaola er 1528, en el vallede Jouel de la regin montaosa de los Altos de Chiapas. Bajo el tlo de Ciudad Reat de Chiapa, concedido porla Corona espaola en 153, en ella se erigieron los poderes civil y religioso de Chiapas durante el perodo

    Immaginario e memoria: studi culturali

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    colonial y gran parte del siglo XIX. La coflsolidacin de la ciudad en rura zon tarr remota e improductiva sedebi a la cercaia de los sometidos "pueblos de Indios", lo cual fzctlltaba el control y dominio de la sede dela zlcala mayor de Chiapa sobre la numerosa poblacin indgena en ellos concentrada. La "real" ciudad, sinembargo, debi luchar por conservar su centralidad poltica y e! acapanmrento que ejerca sobre una eflofinefwenalabora] desde la consumacin de Ia Independencia de Espaa. Dicha ameraza se acentu despus de laadhesin de Chiapas a Mxico e. 1824 (durante el efmero Imperio de Iturbide), e incluso se acelei al ftnatde la victoria liberal del pas en 1867. No fueron suficientes los discursos que ptetenda aftrrr,ar ltadecuacin modema de Sao Cristbal de Las Casas durante las dcadas que eflmarcan el cambio de los siglosXIX y XX. Por el contrario, sta se encontr efl rula cruzada histrica que la llev a sucumbir ante su antiguacontrincante: Tuxtla Gutiuez. La rivalidad entre ambas ciudades inici con Ia divisin de Chiapa en dosalcalas mayores ettre 1768-7769. Si Ia hegemona de Ciudad Real se restableci con Ia creacin de IaIntendencia de Chiapa e 7787 (configurando al actual estdo con Ia anexin de Soconusco), Tuxtla lesustituy progresivamente como cenfto poltico en auge

    ^ p^rljLt de la formacin del Mxico independiente.

    As, Tuxtla Gutirrez se instaur definitivamente como capital del estado desde 7892,y an el pasado 12 deenero de 2007 firc elevado su obispado (de 1965) en la silla del Azobispado de Chiapas.En qu medida la historia del cementerio de San Cristbal es constitutiva de esas transformaciones? De qurn ea se refleja eri este espacio la pluradad de una poblacin mucho menos homognea que sus grupos depoder? A continuacin trataremos de delinear aspectos que, si bien vistos localmette, car cteizaron a Mxicoen el siglo XIX y las primeras dcadas del siglo . Dentro de los principales cambios, cabe destacar latransicin del orden colonial a la formacin nacional; la rcorgatizacin de los centros de poblacin conprincipios ilustrados y con ello el gradual y parcial desplazamiento de la religiosidad a la esfen privada.Pueden mencionarse tambin la legislacin de polticas encaminadas a m)nar el podet econmico e ideolgicode la Iglesia, y la exaltacin del individuo en detrimento de la tradicional identidad comunitaria, entre otros.

    I-,a yida es un sueD).De la ensoadn a la somnolencia, sobresaltos de ,na ldrga noche: E l siglo XIX

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    nuevo reglamento), la extrema humedad del suelo en que se encontraba o el crecimiento de la ciudad haciasus cercanas, fueron algunos de los factores que le cofldenarofl a su extincin.Y es que el aft de "despertar" a Chiapas y a su capital vena postergndose desde tiempos coloniales. Dehecho, las medidas de renovacin iniciaron desde la aplicacin de las reformas borbnicas, entre las que seincluan las concernientes a Ia organzacit del espacio pblico y la higienizacin de los centros de poblacin.En esta mateia, una real cdula de 1787 iruci la sustitucin formal de los camposantos coloniales adyacentesa edificios teligiosos, pues decretaba la creacir de cementerios "comunes",

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    El crecimiento urbaflo de Ias primeras dcadas del siglo XVIII desplazlapimacaconcntrica del recinto dela ciudad hacia un amplio eie transversl de norte a sur O{apa 3. Cronologa de templos y cementedosreliS'iosos en San Ctistbal G. XVI-XIX). En consecuencia, se crearon paulatinamente noevs iglesias quecontaron con su propio cementerio, como es el caso del templo de las monjas de la Encamacin (1010) y deSan Nicols (fundado por el obispo ftay }uan Zapata y Sandoval, entre 1613 y 7620); la ermita de Santa Luca(1635) y las capillas de Caridad y del hospital de SanJuan de Dios (ambos de 1709). En otras iglesias, como ladel barrio del Cerillo (s. XVII), de San Agustn (1,675) y del Calvario (1748), no existe una reierencia precisasobre inhumaciones, siendo posible que stas se hayan realizado en el camposanto que resultara ms cercanoal domicilio de quienes fallecia. La creacir de templos y conjuntos religiosos con sus camposantoscontiguos, a pesar de la pobreza matedal de algunos de ellos, siryi como precedente panla definicin de losdiferentes barios de la ciudad. Los barrios de San Antonio y San Diego, cuyos templos debieron consrruirsedurante la primera mitad del siglo XVII, fueron los que coflcentraron el mayor nmero de inhumacionesdesde 1760 y hasta 1852, qutz como consecuencia de la aplicacin de las primeras reformas al respecto. porotra parte, la Iglesia deci establecer hacia 1833 la versin eclesistica de los primeros "panteones" de laciudad, extemos a sta y arlexos a las capillas odginales de Mexicanos y Cuxtitali (de finales del siglo XVII!.De esta forma los habitantes del centro y de cada bario, no obstante fluevas migraciones o eventualesdivisiones teritoriales, se identificaban en vecindad en relacin a una iglesia que confortara su espiritualidaden vida y al morir. En una sociedad dividida entre urr pequeo centro domiflrrri" y ,rm barrios circundantes, elfuerte influio de la Iglesia hizo de los cementerios un eje referencial de identificacin colectiva "con" y"desde" cada seccin de Ciudad Real; como un derecho asignado por procedeaita trica o calidad social ennn principio, y otorgado ms tarde por nacimiento o perodo de asentamiento. Sin deiar de ratczroposiciones econmicas y culturales, e incluso acentundolas, los camposantos intemos fueron un elementode cohesin del tejido social, en correspondencia con la paulatina fotmacin de la ciudad. Con el cambio desiglo, y una vez obtenida la independencia de Espaa, el lento declive del antiguo orden colonial penett enlas distintas esferas de la vida humana, sin faltar lo relacionado con muertes y defunciones . La r/Lila firncinde los camposantos coloniales, as como la consolidacin que haban logrado respecto a una identificacincolectiva (an si pandJtcamente integrada y a la vez diferenciada dentro de una misma unidad urbana)llegaban tambin a su fin. Entre una larga sede de aspectos de mayot notodedad, tambin se encontraron laspetturbadotas repercusiones hacia los preceptos e ntimas convicciones que conllevaba un rito mortuodoae1o y esicto.La alteracir. del estado de cosas previo pudo ser vivida, por algunos y en ms de un sentido, como unapesadilla de la realidad que se va.La extincin de camposantos que inici el gobiemo civil fue puesta en marcha en San Cristbal con el pesar yrenuencia de Ia Iglesia. Opuestos a toda iajerencia |unca sobre inhumaciones, los religiosos debieron sinembargo ceder a su postura z raa dela gran epidemia de clera morbo de 1833. Como hemos mencionado, apartit de ese ao se consolidaton los "panteones" de N{exicanos y Cuxtitali, situados en el margen exterior delos ros que circundaban la ciudad, al noreste y al noroeste respectivamente. La aphcacin de la ley det 31 deenero de 1859, aunque lenta, ocurd implacable y concentr los entieros de Ia poblacin en amboscementerios y en el camposanto de San Diego, ubicado favorablemente al sur de la ciudad. Pot mucho el demayor ocupacin y "contratio al viento predominante del norte" (que perjudicaba a la poblacin), elcamposaflto de San Diego se convirti gtadualmente en el "panten general" de San Cristbal; es decir, en elprimer cementerio administrado por la municipalidad. La secularizacin de defunciones (unto con el controlde nacimientos y mattimonios) no fue nicamente la "exptoptaci" que hizo el Estado de una importantefi'rncin de control social tenida celosamente por la lglesia. Tena que ver tambin corla"laiclzacin" de loscementerios, qenes dejaron de set considerados como centros sagrados de reunin y recogimientocolectivos. La extincin de los antiguos camposantos coloniales dei un vaco urbano en el que sepromovieron plazas cvicas, jardines, calles o edifrcios destinados al servicio pblico. San Cristbal, entre elasombro y Ia cautela, ceda as a los encantos de otro aspecto que iluminaba los beneficios seculares: la"modemizacin" urbana del espacio pblico.Tal poca de renovacin pudo representar, por otro lado, el anhelado despertar tras iargos siglos de"aletargamiento" colonial.Para 1,897, cuando el cementerio municipal fue reubicado al lugat que ocupa actualmente, la, matchaurbana sehaba ensanchado absorbiendo y transformando lo que antes habiar sido terrenos baldos y semeoteras. Conel cambio de siglo, la euforia de la ciudad logta prolongarse hasta sus primeras dcadas, cediendo de nuevo aldesnimo y a la somnolencia despus de reforma agraria promovida por Lzaro Ctdenas erte 7934 y 1940.

    Immaginario e memoria: studi culturali

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    "

    7 ."ggi" 20

    Durante dcadas dificiles de guerras, epidemias y empobrecimiento generalizado, Ios diferentes momeltosque se vieron en San Cristbal se altemaban entre el entusiasmo y la melancola. Dichas caractersticasromnticas, plasmadas l-ibre e ntimamente en el panten de la ciudad, otorgan a este recinto n dobleproceso en que quedaron manifestados tanto el jbilo como la protesta de una ciudad abatida. El sueo, yasea corno pesadill2 o como ilusin, se ref,ere asi a la paradoja de cambio que pudieron haber vivido quienesdieron vida al cementerio de San Cristbal hace ms de un srglo. Cules son las pautas que an poi.rrro,encontrar en este lugar, que nos hablen de aquellos tiempos y del desarrollo de su sociedad hasta nuestrosdas?

    l maerte es e/ espelo de la uida.De imaginacin, pertepcin1t reflexin: los reJtg'os del "panten coleto',

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    Desde el perodo colonial, y bajo una expresin principalmente catlica, Ciudad Real se sirvi de lamonumentalidad arquitectnica como parmetro visual de superioddad provincial y rcgional. Bajo laaprobacin y conveniencia de las autoridades polticas (o ante Ia ausencia e las mismas), la arquitecrurareligiosa fue el lenguaje sensorial que conftibuy a la aculturacin de las sociedades coloniales; como uriapuesta en escena desde la que se dir,rrlgaban las ideas y las prcticas dirigidas a una poblacin en su mayoriailetrada. Con el silencioso lenguaje arqtectnico se procuraba, a travs de la emotividad plstica, latransmisin de un mensaje de dominacin y de poder, reforzado por la evatgelizacin de los .orqrrirtrdo. ypor su introduccin al orden colonial espaol desde diferentes prcticas laborales, religiosas y cultuales.Desde ias fachadas de las iglesias,teqlizadas por mnos indias, se emita un doble mensaie: de la capacidad dela sociedad colonial para"ejeaar" y, ms an, de "apreciar" ala maen europea. En este doble rol, se creaque la irnitacin estilstica eta el primer paso de una transferencia cultural de mayores dimensiones.En las ultimas tres dcadas del siglo XIX, las autoridades polticas y religiosas de San Cristbal intentaroneliminar la imagen barroca geteraltzada en la ciudad, pues consideraban que dicho estilo (en franco desuso enEuopa y en otros pases tenidos por "civizados") expona en demasa su antigua asociacin colonial. Laparadoia pata la antigua capital de Chiapas, sin embargo, fue que cho estilo arquitectnico impregnaba laimagen urbana y, ms an, el carcter de su gente. Al mismo tiempo, las construcciones eclesistiias y civilesde la ciudad se "modernizaban" con un estilo predominantemente neoclsico, mientras en contraste uflaarquitechra de evocacin gtica se coosolidaba en la esfera ntima y casi privada del cementerio de SanCristbal. El barroquismo de la poblacin, entendido como su apego cultural a la tradicin legada desde lapoca colonial espaola, enconft en los panteones civiles (el "panten general" y el actual iementerio o"panten coleto") un espacio autnomo para expresarse ntimamente. Lo antedor aunado a que, por primeravez, se promovi la facultad de personazar 1o que dio en llamarse la "ltima morada" (a diferencia de la fattade sigros particulares de ostentacin de la mayoa de sepulturas durante la poca colonial). Algunos usuarioscon recursos suficientes, fascinados por la posibilidad de hacer trascender su memoria

    - y como si se tratase

    de un espejo efloffne -,reahzarort en sus tumbas el doble principio constructor que exista en la ciudad: El

    propietario de un sepulcro (o quien ordenaba la construccin tumbal) se converta en el orgulloso emisor deuna imagen monumental de auto-reconocimiento, siendo a su vez l mismo o sus deuds los principalesespectadores de la obra concluida entre aquellos que traflsitaban el lugar. As, mediante una aplicacinarquitectnica y omamental de reducidas dimensiones, los usuarios del panten coleto prosiguieron el mediottadicional de proyeccin, identificacin y exaltacin cultural que se manifestaba a cielo abierto en SanCristbal. Este cementedo municipal se consolid por tanto como rm pott^voz social, plstico y cifrado, en elque se han plasmado continuamente los mensajes de etemidad de quienes ah reposan.As, Ios reflejos de este particular espejo fnebre pueden folr:rrar una tipologa especial de acuerdo a laubicacin de las sepulturas, los materiales utilizados y Ia decoracin de las tumbas. De tales factores, el primerreflejo que surge en el cementedo es, lo mismo que en la ciudad, la presencia catlica. Cruces,

    "..rrltoru.religiosas y mausoleos famiares en forma de pequeas iglesias estn stribuidos por doquier a lo largo delcementerio demostrando que, a pesar de la lati:u,aitn promovida por el Estado, ha sido la Iglesia caflicaquien contina eierciendo la influencia moral y espiritual predominante en la ciudad.Despus de dicho teln de fondo general, el segundo reflejo estara formado por los grandes mausoleos delsiglo XIX, pertenecientes a las principales familias de la poca. Esos grupos de poder en San Cristbal (en sumayoia conservadores aunque tambin se contaban algunos liberales) fueron qenes promovieron con sussimilares por todo el estado de Chiapas lo que llamaban efltonces convenientemente "la modemidad".Aterrados por lo que calificaban como "barbarie indgena" y, en el caso de los liberales, contrarios alfanatismo religioso, su manera de entender la modemizacin se trat en readad de la adaptacin de prcticasde explotacin de tipo colonial; es decir; de continuar la dominacin de la poblacin mayoritariamenteindgena a pesar del cambio institucional que en principio buscaba la emancipacin de todo ciudadano. Larnayona de estas tumbas se encuentran hoy en da en ruinas, erosionadas por el tiempo y denunciando as elabandono o la ruina de quienes algurravez las adquirieron durante las pdmeras dcadas del siglo )O< (Fig. 2).Los refleios anteriores de nuestro espejo son seguidos por los sepulcros de las mayoras de Sir Cristbal, esasque encararon an con mayor dificultadla ameaza de sus tradiciones y valores ante la lucha de sepatacinentre la Iglesia y ei Estado. Este gran sector de la poblacin, mestizo y de diferentes oficios pzra gatir el pande cada da, corresponde a aquellos que padecieron las consecuencias econmicas que sufri la ciudad ante sudetrota poltica conservadora. Sus capillas funerarias, de factura ms humilde y de mayor evolucin hasta elpresente, se convirtietorl eo una especie de refugio para aquellos que permanecieron en la desolada ciudad deprincipios del siglo XX, en su mayota mujeres. An hoy, en ellas puede constatarse el cuidado y la

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    conservacin que les conceden quienes, conservando el recuerdo de sus difrmtos, se permiten un espacio decreatidad y modesto esmero, en el cual la presencia y evocacio religiosa otorga especiales tintes demelancola y esper^frz" hacia este mr'utdo y el "rrrs all" .Hacia la periferia del cementerio se encuentran los destellos dados por los entierros de los sectores mshumildes de San Cristbal. Quienes reposan en tales mrgenes, como reflejo fiel de la desigual ierarqua socialde los vivos, no casualmente son de notoria procedencia idgena. A pesar de set opacados tras los mausoleosy sepulturas que se imponen en el pdmer y segundo planos del cementerio, estos sepulcros se erigen comouna revelacin que denuncia la actitud que histricamente ha considerado a "lo indgena" como uno de losmayotes "obstculos" hacia la modemidad, desdeando con ello r:na importante coritraparte social, fsica ycultural del mbito urbano. No obstante lafalta de construcciofles en lamayotiade esas^tumbas, en ellas sepercibe otro tipo de inmortalidad fomentada por Ia constancia del ritual y Ia decoracin efmera (Fig. 3). Encontraste con el estado de detedoro de los mausoleos a los q,re he*, hecho alusin anteriormente, lapersistencia y alavezla ftgSl sencillez de las ofrendas perecederas de estas tumbas sori tambifl un llamado aIa belTezz y a la conmocin creativa. A pesar de los cambios que se observan aceleradamente desde losultimos diez aios efl este lugar, este tipo de entierros son una manifestacin centenaria de permanen ca

    - y

    casi resistencia -

    social. Son la evidencia histrica y tangible de sectores poco reconocios como parteestructural de la ciudad desde su origen (bsica contraparte del consecuente mestizaje posterior, biolgico ycultural), adems de ser actores sociales que desde entonces ttabaja4 construyen, demandan e interactan enpos del bien propio y comn.Parafraseando a lX/alter Beniamn, la "imagen dialctica" es el recuerdo obligado de una humanidad redimida.Por ser a La vez negada y preservada histricamente, esta contradiccin la convierte en el detonadorrevolucionario de la modemidad; de ah que tambin soliera considerada como "imagen de sueo"(5)(BaNlaldN \J7. 2000: 60). El peculiar espejo que aqu sugerimos, el panten coleto, oftece tra visin de losdiferentes "reflejos" que constituyen a esa sociedad. Observar la relacin que existe entre ellos quiz otorguenuevas luces sobre su proceso histrico y despierte acciones a tomar en los anhelos de "modernidad" queahora se Presefltan. Por ello, mientras la ultima ptesencia social que aqu hemos referido contine siendodesdeada, rcchazada o escondida en los lmites urbanos de la ciudad (y, por e"tensin, en el plano nacional),Ia imagen qu'e ofrezca este espejo colectivo continuar siendo incompleta o superficial. El espeio es slo uninstrumento de consciencia. Son quienes observan y se observan a s mismos a travs de 1, quienes puedeflmodificar esa percepcin maniquea que opone incompatiblemente vida y muerte, ilusin y .""fara y, potqu no?, una herencia "dual" ireconciliable con la idea abstracta y estrecha que represeota toda identidadunificada y homognea.

    Notas(1) Las reflexiones del presente artculo dedvan de la'I'esis de Doctorado en curso, tinrlada Citdad t| muertos, ciudad tleuiao. Modrnidadl tradicin dude el strute de Mxico.(2) Fue hasta 1908 que "The Pan-Amedcan Railway" logt conectar finalmente 'Iapachula con el Istmo de'I'chuantepec(\Tnssonstnonr R. 1983: 159)(3) Un nuevo reglamento de Administtacin de Panteones fue expedido en 1897 por Francisco I-en, gobernador

  • Luz dcl Rocio BemdezH. El sueo y el espejo. Proleccih utbono y represehtacin soaal eh el cementertoXLY Convegno Intemazionale di Amecanistica

    - Perugia 2, 3, 1, 5, 6. e 7 maggio

    lmmaginaio e mcmoria: studi culturali

    Cuadro 1. DICOTOMIA ENTRE'CAMPOSANTOS" Y "PANTEON"SAN CRISTBAL DE LAS CASAS

    Tipo decementerio

    Alusivo a Naturaleza Objetivossecundrios

    Finalidadpoltica

    Relacin con laMuerte

    Tejido Social

    (Hasta 12)

    Interior de laciudad

    Culto catlico(Iglesia, comorepresentafitede Dios, nica

    gestora dedefunciones)

    Jspacio sagrad Agrupamientcde

    vivos ymuertos

    (cementerioscomo

    elemento depertenencia ylerritorialidad'

    Coercin:vangelizadora I

    control socialcolonial

    Unidadcomunitaria antela muerte, en el

    seno de la Iglesiacatlica

    Diferenciacinen Sociedad de

    Castas(fuerte jerarqua;ocial por origen

    status y/otuncin)

    Panten(unico)

    lxterio de lciudad

    Pensamientoclsico yliberal

    secularizacirde muertes,reactivacineconmica ylibertad de

    cultos)

    Jircunscripciradministrativa

    Separacin devivos demuertos

    (cementeriocomo

    elementosustitutivo degobierno y de

    higienenriblica)

    Consolidacinnacional,

    institucionalidardel Estado

    Pluralidad decreencias e

    individualizaciante la muerte

    Homogenizacinante una nueva

    sociedad(aparente

    igualdad legalcomo

    "ciudadanos")

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    a Chamula y Ziasantn

    a Tuxtla Gutirez

    N'

    lnsklaciones previ$as para el"Fenocaril Mexicano del Pacifico"

    escda aprox en metros

    Mapa 1: San Cristbal de las Casas. r'Panten generalt' y cementerio municipal (.,panten coletorr).(Fuente: Achivo Municipal de San Cristbal de Las Casas, Secretara Municipal, 1890, .*p. 31, ff5).

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    Mapa 2z distribucion cronolgica del "recinto espaol" y los barrios de San Cristbal (s. xvixix)Plano base: Mapoteca Orozco y Berra, Cuerpo de Ingenieros (segunda mitad x. XD().

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    Mapa 3: cronologa de templos y cementerios regiosos en San Cristbal (s. xvi-xix).Plano base: Mapoteca Oozco y Berra, Plano de Juan Orozco, el ms antiguo conocido de la ciudad, 1844(detalle).

    Fig. 1: Arco de entrada con epitafio.Panten Municipal de San Cristbal de Las Casas.

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    Fig.2: Mausoleo de finales del siglo XIX,Panten Municipal de San Cristbal de La*s Casas.

    Fig' 3: Lo efimero y lo trascendente. Panten Municipal de San Cristbal de Las Casas.

    lmmaginario e memora: studi culturali

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    " Z moggio 2007

    FotografasHAR-PELED N[isgav, 2006, Cementeio nlilnicipal de San Cistbal d I Caus, Cbtapas,X{xico D.F.

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    lmmaginario e memoria: studi culturali