Bernardo González Koppmannedicionesinubicalistas.cl/wp-content/uploads/2015/07/4... ·...
Transcript of Bernardo González Koppmannedicionesinubicalistas.cl/wp-content/uploads/2015/07/4... ·...
Bernardo González Koppmann
MEMORIAS DEL
BARDO CIEGO
«Todo era verdad bajo los árboles, todo era verdad. Yo comprendía todas las cosas como se comprende
un fruto con la boca, una luz con los ojos»
Antonio Gamoneda
I
LA HERMOSURA DE SER
Soledad de los tercos: la íntima hermosurade ser, de estar, de ir de palabra en palabra
7
9
Paseo en bicicleta
«El Nómada no se ha movido Es el tiempo el que pasa» Tomás Segovia
Atravieso la niebla en bicicletay llego a un pueblo arrebozadopor las costumbres de sus lanasdonde todavía la luna llenaamasa churrascas bajo los árbolesdonde silban los carreterosromances de hace quinientos añosdonde las totoras se trenzanpara sillas que encargan forasterosy se respeta el vuelo de las garzasporque se comen los ratonesCreo que pasaré de largotoda la vida de las cosas que amocomo este pueblo sin nombreque me abre sus puertasigual que las alas de un gallocuando el sueño de los amantesapaga las últimas estrellasDejo atrás la memoria, la nostalgiay ya, parado, en los pedalesrespiro el horizonte
10
Las hormigas
Mejor mirar cómo suben y bajan las hormigasdesde la fruta pudriéndose al oscuro refugiodonde el ciruelo almacena sus días de sol
mejor irse en el aire, en las nubes, en las hojasque regresan a la lenta humedad del huertocomo una golondrina a su viejo verano
Mejor traquetear la soledad de los caminos
Alguien se alegrará con verte pasar, con saludartecon preguntarte cómo andan las cosas en el pueblo
alguien que creíamos lejos hace ya tantos añosy que todavía anda cojeando entre las cañasquebrando choclos, arrancando correhuelaalguien que no olvidó tu terca costumbre deemboscarte detrás de las ovejas, y que esperale cantes como entonces «Gorrioncillo pechoamarillo»; alguien que nos protege o nospena al vadear un recodo, al atizar el fuegoal oír sus recados cuando cae la tarde, aunquesabemos bien que los muertos no hablan
Mejor volver a casa, al cuarto abandonadoy dormir sin temores, y leer y soñar con
11
montañas azules que alguna vez trepamos- conejito espantado, caiquén, zorro, lagarto -
Mejor andar silbando de zanjón en zanjón
Quizá encuentre ahora lo que había perdido:la manera que tienen de afanar las hormigas
12
Lamento con trompe
a Benjamín Ñancul
Lejos andode todo lo que hice
botecito sin remospámpano de los riscosbalido en el zanjón
Ahora esperoigual que los capullosque la fruta en el techoo abeja en una flor
que me apaguen los vientosy que me seque el sol
Mientras, iré lentitode tanteo en tanteode silencio en silencio
traqueteando cenizasque perdí mi canción
En un gancho de peumohe colgado los ojos
- tucúqueres cansados -
13
por si aparece Orión
por si salta la liebrepor si cruza una sombrasilbando un airecitoy se lleva la herida
como el humo a la leñay el día al arrebol:sones viejos que andanpor la huella perdida
ánimas que me penande rincón en rincón
Quizá entre las piedrasme dé por olvidarte
y al doblar la lomitarecupere la voz
14
El tacho
Una llovizna cae sobre las cenizashumeantes aún, lentas, fraganteslamiendo las piedras del fogóndonde por última vez ardió la herida
Una llovizna ahora humedece las manerasde tantear la yerba, los pellones, la churrascaasándose en los rescoldos del día, juntoal viejo tacho hirviendo en las chamizasque entibia los huesos, los compone, paraasí poder hallar las marcas en la brumay vadear el monte mojado cuando aclarelos chilcos que cuelgan del silencio
Una terca llovizna empaña la miradala palabra que ya no dice nada, el filo delcuchillo brillando bajo el agua, la huellaperdida que se aleja del puesto, del silbode este momento que ocupa todo el tiempo
15
Lanchón de mañío
Mientras arman un lanchónal amparo de un árbol milenariovolvemos a creer en el cantode los muelles, en los aromas delmusgo húmedo y floridoel río surcará eternamentepor el silencio de los gestospor largas miradas que no quierenirse de las cosas, de las formasMientras arman un lanchóngolpe a golpe, a orillas del tiempocruzan por el cielo gaviotas ebriastras recados olvidados en la nieblavagan lentos presagios verdeaguabuscando una costumbre que se fuesin el cuerpo. Mientras armanun lanchón la luna empuja la marealas manos tantean los remos yviejas sombras separan las espumaspara que zarpe mi esqueleto
16
Carta al silencio
«Yo soy vieja como las piedras para oírte» G. Mistral
Insisto en las palabras que alguna vez usamoscuando todo cabía en un simple refránen la estación del pueblo aguardaba a la lunaaquella muchachita que sabía soñar
Hace ya tanto tiempo que venimos hablandode las cosas que un día quisimos conservarmas, se fueron en polvo por el aire, en cenizaen óxido, en hollín, en escombros, en sal
para dejarnos otros, distintos, en un crucepor si acaso pasaba un bus o un alazán…Así vamos temblando detrás de las ausenciaspor las grandes ciudades con un simple morral
No volverán los astros que nos robó la nieblani el candor invisible del fugaz amancay?No volverán los labios para leer el salmode una botella en celo oculta en el desván?
Ni los ojos que andan por lentos horizontesbuscando algún recuerdo que nos haga silbarni las chalas que se iban de madrugada al montea recoger quireñes, a olisquear soledad:
17
soledad del sendero, soledad de los bosquessoledad de los cielos y soledad del mar?Las sombras esta noche tantean las costumbresse sientan en el suelo y empiezan a cantar
Para conversar con los árboles
a Pedro
Me han contado que vagaste varios díasde café en café, meditando los Cantosmarcando algunos versosextrañado por este lento decira la siga del tiempo, de la luz, del aireque deja el silencio entre palabra y palabraen fin, que te alegró encontrarme después de tantos añosoculto en los rincones del Maule profundoahora que no existe la generación del roneosobreviviente clandestinode la máquina de escribirmas, entero en la breve exposición de las nostalgiasHermano, para eso escribopara ángeles cansados como túrelegados de la forma perfectade la belleza extraviada en los andenespara poder conservar intacto en la distanciaese ademán de jinete cruzando las neblinasmientras Venus copula detrás de los cuartelesEstás solo, me dicen, rodeado de transeúntes y palomasleyendo en otro idioma la condición humanaestás solo, solo, con un libro raro entre tus manosy yo, acá, conversando con los árboles
18
La nieta
a Mikay
Gota de luzen este otoño
el senderoespera tu canción:
silenciocon trenzas
que cortas floressilvestres
- siemprevivas -
para alumbrarla casa
19
La hermosura de ser
a El Kalevala
Ahí, en el lento rincón de un nuevo olvidotú nunca dejarás de ser asombrocomo el resplandor que guardan los secretos
Pétalos de una flor que perfuma el senderoson tus páginas surcadas de costumbresde hachas, de nidos, de huertas, de arpegios:
leyendas anidan en campanarios vacíosigual que el canto de las piedras en el fondo del lagointemperies amparan el silencio de tus ojospresagios que no cesan de huir de los fogonesporque la luz de los espejos encandila, ciegamancilla el gesto humilde de las cosas
Numen, antiguo silabario lleno de humanidadsin ti estos paisajes serían cicatricesy la plaza del pueblo un inmenso cementeriohasta que el aire pase hojeando tus recuerdosy los abedules cobijen el vuelo de las ánimasy la historia semille horizontes, poesía…
Soledad de los tercos: la íntima hermosurade ser, de estar, de ir de palabra en palabra
20
II
INTEMPERIES
Quién, ahora queanochece, cruzael horizonte azullleno de tiempo?
21
Piedras, mis amantes
Piedras, mis amantessiempre fieles al caminoal rocío, a la intemperieruedan y ruedan hacia el polvohacia el lecho de los ríoshacia el fondo de las tumbasdonde nos abrazamos para siempre
23
La carpa
Intemperies que vienenintemperies que vany el suelo, siempre el sueloesperando ser huella
Fogatas, arroyuelosárboles y algún pájaroque viene de otro cieloa cosechar mi tarde
Estrellas que galopanmás allá de mis sueñosque se acurrucan, duermenentre flores de viento
Intemperies que vienenintemperies que vanandar y andar silbandocon el paisaje al hombro
24
Mochila
Se me arranca el almahacia los cerros cuandoel viento trae salmos:
Cargo otro cielo, azul nuevoen las mismas espaldas
25
Solo de pájaro
a un fiofío
Azul que rodeaslas cosas, llenaesta soledad demis huesos, eldolor de viejascicatrices, yhazme bosqueala, viento
26
Laguna Encantada
a Lúa
Aguas duermensu tiempo acumuladopaleolíticas avesempollan cantos nuevosmientras, el almabalbucea en la cenizaa orillas del cieloazules reflejosdel silencio
27
Ánimas cargando/ el atardecer
«Hemos a peso bruto caminado, y de un solo desafío blanqueó nuestra pureza de animales» César Vallejo
IContigo, hermosaoigo pájarossabiendo que lavida es corta
IIA veces somosen el aire lentasvértebras, salánimas cargandoel atardecer
IIIQuién, ahora queanochece, cruzael horizonte azullleno de tiempo?
IVSolo en las escoriascontemplo las estrellas:senderos y fogatasse hunden en el agua
28
VAlguien bajade la montañasudando enotro cuerpo
VIEl cantonos esperasentado enuna piel
29
Manifiesto
Los que han visto y calladolos que huelen y palpanlas formas del misterioy el sabor de la tierra
en una brizna secalos que raspan el huesopara que alma gimala única palabra
los que cogen, al finsilencio de las cosascomo una cicatrizacaso sean poetas
30
Huerquén
a Pocoa
Cuando la tierra tarareacon sus espigas y rebañossurgen del fondo de los añosviejas costumbres, jarras llenas
andan silbando los arrierostejen soñando las abuelasmiran de lejos las estrellascomo se pintan los pañuelos
Cuando la tierra se enamorael sol perfuma los sembradosnadie reniega del pasadoríe el estero, la flor llora
zumban abejas y chicharrasentre sandías y ciruelashasta los muertos zapateancuando suspiran las guitarras
Canta la luz, canta el pidénbala el cordero, muge el bueyhuele la rosa y el laurelcanta la tierra: es Huerquén
31
Versos del jardinero
«Amábamos oír las frases quebradas del viento»
Wole Soyinka
Desde temprano en la huertaescarbo los pensamientoscon la poruña mojadasilbando airecitos viejos
Estuve de sol a soldesmalezando las melgasaguardando que brotaranazulillos en mis penas
Estuve lunas enterasarrancando correhuelaspor ver si acaso prendíannomeolvides en las piedras
Estuve ya no sé cuántosentado en el paraderosoplando dientes de león…Y todavía te espero
Te quiero, dice la rosaTe quiero, el nardo respondey yo no sé qué decircuando abotona tu nombre
Mujer carita de lunacintura de teatina
32
raleando varas de juncosme duelen hasta las rimas
Hizo el pájaro en la ramasu canastito de trinosy usted en mi pecho hizoun manojo de suspiros
(Encima de esta mesitapaso la vida escribiendolas verdades que me calloy las mentiras que invento)
Si regresaras al pueblocon tu vestido celestelas toscas se harían liriosy los terrones, claveles
Estuve toda la vidamirando hacia la ciudadtrajinando los atajoscon un ramito de azahar
Adiós me dicen las nubeslas hojas secas, el soly yo le digo a las huellasde tus sandalias, adiós
33
Rari
a una bruja
Quién tejeun galopea puro peloentre el silencioy las mariposas?
34
Wancu
a Juana Gueichatureo
Esta madera sentadafrente al tacho del atardeceraún masculla los refranesdel que partió primero
35
37
III
LA HIJA DE UKKI
Luego, sentada alrededor del silencio, oíasla lluvia en los tejados como quien siente
en la piel, en los huesos, en la llagaabrirse el mar, verter la roca, cantar la yesca
a Sanna Jääskeläinen
(La hija de Ukki)
Cuando la hija de Ukki inició su viajeechó en la mochila las leyendas campesinasde Laponia, los crepúsculos borealeslas manos enormes de sus antepasadosremando en los lagos de Keitele, herramientasmitológicas echó, canciones nórdicastrozando abedules para el sauna del sábadoademanes fraternos cubiertos de nievebordando el aroma de las astromelias
Sólo dejó silencio en torno a los carpinterosy un candil encendido en la casa natal
41
(En lejanas intemperies habitaban tus ojos)
En lejanas intemperies habitaban tus ojosesa luz que se enciende detrás de los follajesesa larga y pausada manera de posarseen las formas que huelen, en las sombras que balan
Los atardeceres y sus travesías tranqueabande álamo en álamo, de lucero en lucerohasta que reparabas en un búho, en un perroblanco ladrándole a los treiles, a la lunaa las almas en pena silbando entre las viñasentre las tumbas del cementerio de Corinto
Luego, sentada alrededor del silencio, oíasla lluvia en los tejados como quien sienteen la piel, en los huesos, en la llagaabrirse el mar, verter la roca, cantar la piedra
En lejanas intemperies habitaba el asombro
Mañana, acaso, no duelan las palabras
42
(Cuando se llega a un lugar desconocido)
Cuando se llega a un lugar desconocidoy no se sabe el nombre de las cosaslos terrones te hablan, y los pájaroslas correhuelas, las melosas, los cardoscon sus espinas moradas: ésas son lasque más te hablan Cuando pisasun lugar que emerge de la nieblagredoso, tosco, y detrás de los chamicosmuge un buey, te hablan los cerrosy las nubes que se encienden sobre el cerroy el sol que no se ve
Y el viento….
Entonces surge alguien que te mira de lejos
43
(Se nace sin palabras y sin gestos)
Se nace sin palabras y sin gestosa la intemperie, con el pecho desnudoquizá dentro de una termadespués de una larga caminatacon los ojos cerrados, olisqueandolos riscos, los follajes
Se nacecon las manos apretadas, tercoscon la impaciencia de la hierbacon la fragilidad del rocío quenos bautiza; apenas en el vagidoque inaugura las cosas, el tiempo
Se nace después del sufrimientode la ceniza que dejó el silenciodespués del golpe inesperado delas pupilas sobre los coloresdel calostro sobre la salivadel azul sobre la fogata
Se naceen otra tierra con las raíces en loshuesos, con el día en la piel
44
(Pensamientos de Laponia)
a Liisa
Estos colores que nos amparanen los pedregales más insospechadosque nos hincan, que nos tumbanacaso conduzcan el curso de los pecesel rumbo de los pájaros, al cóndorhuyendo de las nieves risco abajo
estas membranitas tiritando, ínfimascuando el día en las arenas se deshacepétalos de ceniza son, polen, airedeshojando el tiempo, el sueño
estaluz bailando contra la dura soledaddel cuarzo, del pedernal tan en su alturaestos pensamientos tan fugaces, contienenel canto azul de las estrellas…
Mientrasarmo la carpa y prendo mi fueguito, lentasombra tantea el aroma, el resplandor
45
(Las cosas importantes se dicen en voz baja)
El viento habla cuando cae la tarde en los senderosy hablan los árboles y las zarzas y los cercosen esta larga hora poblada de pájaros
Hablan las cenizas después del díahablan los muroshabla el pan…
(Lentas pasan las sombras detrás de una canción)
46
(Leches de girasol)
La hija de Ukki llegó entre las nubesbajó del firmamento sin mirar hacia atráscon su falda fragante, con su pelo tomadotraía las maneras que fecundan los riscoshace saltar las aguas, amansa las tormentaspinta las frutas verdes, dibuja caracoleshuele a polen, a luna, a rocío en la piel
Los caminos del polvo cruzaban las galegascomo guías de parra cargadas de gorjeoscuando iba descalza del estero al corrallas sandías miraban sus manos en el airey el hacha en la madera espantaba al chonchón
Levantó su jardín con silencios de toscay bebió en la huerta leches de girasol
47
(La casa azul)
La hija de Ukki ordenó su nueva casacon tablas perfumadas y luz de los gladiolostrajo piedras del río y nidos de golondrinasdonde empolló el vagido de las cosas sin nombre
Sus manos se llenaban de caquis y mareas
Crió tantos cachorros con la miel de los astroscon calostro de higos y aguas de toronjilque celebró en su mesa la liturgia heredadadel mundo más antiguo Enterró el horizontedebajo del rescoldo - venados de los bosquesarenas del estero, cóndores del volcán -
y mientras bebían rocío los chamicoshacia los cuatro vientos balbuceó una oración
48
(Ventana con vista al aroma del huerto)
Dibujaste una ventana con el dulce maquide los montes, una ventana abriéndoseen la dura superficie de lo que se abandonaesa niebla que emerge del lucerode las horas que se van quedando atrás
La luz se cobijó entre tus manosdelineando algún gesto que ya se había marchadobocetos de otros días donde la flor olíaa rocío temprano, a caracol meciéndosea pregón desmalezando los sembradosdonde los espantapájaros, lentos tranqueabanla polvorienta calle de Las Tizaspreñando la ceniza de amasijopreñando la huella de recadospreñando el tiempo de herramientas
Dibujaste una ventana con plumas de loicaspor donde entró la brisa, el aroma del huerto
49
(La costumbre)
Me acostumbré a mirarte afanando ensilencio detrás del vaho de las floressiempre cerca de un parche o un mugidobuscando las huellas ocultas en la niebla
Me acostumbré a sentir tu respiracióninclinada sobre cachorros dormidossobre mapas, sobre fotos, sobre cachureossacando las cosas de su lugar para quecobren vida Me acostumbré a tu aromaparecido a la sombra de un roblecuando enciendes el fueguito y pelasmanzanas o limpias lentejas lentamentepara los días de eclipses o relámpagos
A tu voz me acostumbré, puro aireque conoce de almácigos y lejaníasporque hablas sin palabras y cantascon los ojos cuando se pone el sol…
Entonces te iluminas, resplandecesluciérnaga de los matorrales, y volandoatraviesas la hora, los contornosla suavidad que espera tras la espinatan misteriosa como una astromeliabailando descalza entre las cortinas
50
(Pájara empollando el silencio)
La lentitud, acasosea el respeto por las cosasese ir decantando los sonidoslos aromas, el canto
palpar la suave nervadurade la piedra, la ocultasombra, el chagual de los montesla vieja forma del tiempoincrustada en el aire
La lentitud nos absorberaíz de verde vueloperdurable follaje pájaraempollando el silencio
Lentitud de la huellael mismo polvo de siempreel mismo paso Así vamosvida adentro; hueso, alacargando cicatrices, soles ciegoshasta encontrar el agua
51
(El kantele)
a Jean Sibelius
La música que pasa por el vallecomo abejas que zumban en los arrayanesfecunda los huertos, el horizonte y la memoriaarroyito de luz saltando entre los riscos
La música que pasa por el valletrae la edad azul de la montañala insobornable alegría del sol de la mañanadel gallo colorado con sombrero y espuelay sin embargo es de aire su cintura de flautasu piel donde se asilan mariposas errantesgarzas, loicas, chiriguas, tórtolas, golondrinas
Así, el rumor del agua refresca las heridasy el puelche en su caballo se lleva los presagiosque llegan de tan lejos a las pobres aldeas
La música que pasa por el vallemece las teatinas que bordean las melgasdonde se echa el cielo a empollar amapolaslentos giran los astros alrededor de un cantovuelan los pensamientos sobre las herramientassecretos tan sencillos como bailar descalzaalrededor del fuego que hicimos con chamizaspara tostar el pan y entibiar los aperos
52
La música que pasa por el valleperfuma los conjuros del poleo y la mentatocatas siempre en fuga tantean la intemperiebrincan en los almácigos, se abrazan en los bajosen sus huesos se posan chinitas y sanjuanes
La música que pasa por el vallees la voz del silencio que se hace leyendacual varitas de junco rozando una capilladonde conversan las ánimas con el tiempo
53
(Por ti soñó la piedra en el estero)
Nadie podría quitarte este cielo azul de otoñoeste camino de tierra cargado de mugidosque se arrima cojeando donde aguarda un fogónuna sombra de espino, el lucero del alba…
(Creo que ya no podemos seguir trajinandoen un mundo sin aromas de infancia, sin niñezaunque los grillos anuncien la novenaen los rústicos escaños de una capilla abandonada)
Nadie podría robarte los terrones floridosque maman tu cansancio en las melgas del bajo
Ni los caracoles ni las luciérnagas se irán de tus pupilasporque el aire aún conversa con la luz de los higoscon alguna herramienta que en la huerta escarbó
Por ti soñó la piedra en el esteropor ti el gallo aleteó en la estaca más alta de la cerca- aquella que separa los sueños de la realidad -por ti salió la luna cuando todos cerraban los portonespor ti el sendero nunca se cubrió de maleza
Nadie sabe de tus cicatrices, de tu soledadfrente a un marco de ventana lleno de ciruelaslleno de silbos de pastores errantes
54
de almas en pena, de costumbresdonde se posa, callado, el nombre de tu pueblo:
Te cubres con la niebla que surge del esteroy vuelas en la noche más allá del dolor
55
(Los últimos pájaros)
«Avanzamos, ¿no sería mejor retroceder?»
A. Rimbaud
Si te pido que detengas el furgónen un camino de tierra que huye del fríosólo para ver morir la tarde en un día de otoñoy así poder decir que atrapamos el cielo
mientras los últimos pájaros se acurrucan en los espinosmientras brindamos por mi padre muertoy por la flor de la perdizmientras relees un poema de Eino Leinoaunque no esté de moda la nostalgiani la rústica cosecha de los lentos medierosmientras surgen las primeras estrellascomo luciérnagas que bailan en la pisada de un buey- vieja cicatriz en la memoria del barro -mientras se divisan la luces opacas de una ciudadque insiste en olvidar el nombre de las cosasmientras el parabrisas y los espejos se cubren de rocíoy del sábado ya no queda sino un sabor a caquiun leve resoplido de caballos que pastan
entonces, podría creer que trajinamos para algoparecido al silencio cuando se pone el sol
56
(Memorias del bardo ciego)
Recuerdo un sendero entre cipresesel aleteo de codornices tras las zarzamorasabejas en los estambres, liebres en los zanjonesuna melga desmalezada por la escarchala capilla esperando tu ramo de azulillos
Recuerdo las nubes escarlatas de un atardecercuando perdí mi boina en los batros del tranqueentonces dibujaste un mapa sobre el agua
Recuerdo a Orión cazando en los rastrojos- el sueño, me dijiste, de algún antepasado -los rumores del mar que traía la brisa
recuerdobarqueros remolcando un falucho, el pitodel carguero dejando en los andenesencomiendas, recados, damajuanas, canastosmiradas que se fueron trinando río abajo
Recuerdo al rebaño volviendo de los yuyosun silbo de afuerino cruzando la neblinalas herramientas sucias apoyadas al murogrillos en los dinteles, cortinas de totora…
(Cuando llega la hora de atizar las cenizaslas ánimas en pena regresan al fogón)
57
(Fucsia)
La niñade mis ojosse ponesu vestidode aire
58
(Luna llena)
Todos duermen: elviolín del grillo brillajunto a un cántaro
59
(Pequeña muerte)
Ahí está la vida:
en dejarse ircomo salto al vacío
para caer caer
caer
en el ojo del sol
60
IV
EL LENTO TRAJINAR DE LO QUE AMAMOS
A veces surge de la brumala sonrisa de un amigo muerto:
cae tan lento el cielo sobre mi paletó
61
La celda
«Yo no sé que pueda ser la locura. Tal vez una defensa para seguir soñando» Leopoldo María Panero
Hay una alegría que no vemoscuando las manos heladas, yertasescarban el nombre de las cosasy sólo paredes blancas impidenel lento trajinar de lo que amamos
Hay una alegría parecidaal fruto que encontramos en el sueloal potrero abandonado para nuestro cariño:conejos que cruzan los rastrojostras largos aullidos de perros azuzados
Hay una alegría en seren estar sentado a la intemperieque ni sospechan los que nos encierrany marcan la cuchara y el silencioque alguna vez usamos
Regresan de noche las siluetasa los ojos cansados
63
Pichanga
«Fui despertado a tiros de la infancia más pura»
E. de Nora
Todos jugamos fútbol en la callecon amigos que parecían pájarosy que alguna vez volvimos a encontraren la feria, en la estación, en un barde las afueras, incluso en un nichoabandonado, donde conversamosde aquellas bicicletas en el áreade aquella pared con el Quireñede aquella adrenalina que durabahasta el próximo gol de tole toleTodos pichangueamos con vecinosque hoy nos faltan más que las costumbresahora que esperamos el momentoque despierte el ciego de la esquinacantando igual que ayer, en la memoriade lentos días, de tiempos de arrumacoscuando en la Uno Sur había zarzamorasy se podía chapotear en el Piducoy retozar bajo una manta. Todoscorrimos raudos detrás de la victoriapero aún nos duele la derrota:al mejor del barrio sur (*) lo fusilaron…Ni la pelota nos devolvió la infancia
(*) Germán Castro, Intendente de la Región del Maule ejecutado enseptiembre de 1973.
64
Otros superarán este momento
«Para otra vez será» J. A. Cuevas
Bueno, bueno; en verdad, ya es tardePoco a poco he ido a tropezonesdescifrando esta rosa marchitaque nos han tirado como piedra encimade los sueños, del lento oficio que sabíamoshacer, del gesto y su hermosuraEn verdad, no quedan ni recuerdoscuando vuelvo a los antiguos brezos yencuentro alambrado el río; unsombrero nos grita que salgamos al tiroNo queda ni el camino ni la noche; laapretan contra el cerro. No quedanni mis pasos errabundos. Ahoratodo tiene precio: el silencio, el árbolla palabra, el trueno. Bueno, buenoen verdad, los hijos han crecidopronto, de golpe casi, descontentos, tristes…Y cómo vamos a criarlos, dime, sin quedejemos de correr, de irnoscada mañana del primer asombrodel encanto viejo de gorriones nuevoscómo vamos a contar la historiaque traía al anca un pequeño pueblocosas simples: mate, horizonte, versosque decían junco por decir lucero?Bueno, bueno; en verdad, ya es tarde
65
Verso libre
a Felipe Moncada
Sí; cada palabracada letra, cada tildecarga una despiadada cicatrizuna máscara triste: el canon
Pero, en las alas de una moscaencuentro la libertad; ese oroque, a veces, brilla sobre los anaqueles
66
Esquina con niebla
a M.
Esta bruma que ahora me abrazacon su sonrisa de vieja nostalgiano sé si me conduce a mi casa o a la tuya:se apoya en paredes invisiblescuando no zurean las torcazasEs la sombra de una palabra no dichapero brilla con los reflejos de los astrosy nunca pareciera estar cansadaSólo ella me invita a un cafécuando estornudan las sandalias
67
68
Chicle
«Me voy animal adentro babeando vacíos sueños»
E. V.
Rumia la tarde inútilmentepasto de goma, sin memoriahace globos de nada, sueño fofoque se va por la vidaaire en el aireRumia estupideces la vitrinala estatua, el colesterolla bella, el hipo…Sombra mamíferafe domesticadatrastabilla cuando no se caeEl mundo ahora es sólo una burbuja:beso sin labiopuro olvido
69
Biblioteca Nacional
Mientras leemos a los muertosse me olvida el nombre de los pájaros
70
Mariposa de nailon
«Tiempo detenido construye una ciudad con otra ciudad dentro de sí» Eeva-Liisa Manner
ILas bolsas de nailon eructanarrebatadas de vacíoy se pasean del brazo de cualquierade la caja a la casade la casa a la cajaen un ir y venir predestinadodesde antes del trueque en los zanjonesdesde antes del beso en la mejillacuando el primate negociócon un deseo irresistibleAsí las cosas, hasta hoy, las bolsasse llenan de aire tibio, viciosque aspiramos en los colectivospara llegar salvos a nada
IIVitrinas con alarmasvigilan el pesebre:las muchachas se arriendanpara ser cultas, dijes
que entiendan de pinturade ópera, de danzaque no venga nadiey las encuentre huasas
71
Tan giles, mis paisanosgastan todo su sueldopor ver a un trovadorque le canta a los pobres
Becerros mugen preciosque garantizan ansias:todavía de excretasse alimenta el gusano
Mariposa de nailonprimavera sin floresalfileres sostienensueños de silicona
Las muñecas ebrias
a Chinaski
Qué hacer con las canciones queolvidamos? Nada. Respirar, acasoolfatear un poco el aire de las callesquizá mirar palomas, nubes altas:muchachas que emergen de la brumaSuspirar, suspirar… Qué hacercon las ganas de marcharse, de ir porlos caminos? Tal vez oír una balizaun motor oxidado que araña el trébolo rastrear en los bolsillos las monedasrastrear en la memoria tu miradapara enviar un telegrama a los recuerdosy esperar en el espejo un guiño, un gestoNada. Se pide en voz baja una cervezael diario, una revista; se pide un cigarrillofuego, tratando simular indiferencia… Asísentado en un rincón, cerrar los ojossoñar; volar; pensar, y volver de nuevoa preguntarse: Qué hacer con las cancionesque olvidamos, ahora que no tengoprisa y justo sobran las muñecas ebriasque de poesía lo han leído todo? Orinarabrazado a otra cintura; orinar, orinarque en el charco florecen las estrellas
72
Liquidámbar
a Naín Nómez
De dónde sacas lejaníasque inventan el otoño?Aquí esperaré lunas y lunashasta que, por única vezme amortaje tu sombraHermosa criaturaque atraviesas la tardepor sendero granate:asalta este secretode los muros de barroy recoge, en silencioel vuelo de un gorriónque ha extraviado su canto
73
Garuga
a Claudio Zúñiga +2008
Mientras garuga en mi ciudadlas calles van quedandoíntimas, desnudasreflejando letreros luminososfocos de autospedales diminutos como ojos de gatocomo luciérnagassemáforosque los boleros no respetanporque el alma transita en otra vozMientras garugael pito de la fábricase cubre de intemperiese mojan los techos de las casaslas paredes, las costumbresy las micros pasan llenasde rostros desconocidosde rostros desfigurados por el vahotras la ventanillaEn Talca, sin embargola garuga es hermosalas palabras se refugianbajo los aleros desclavados de los restaurantesen busca de un aroma, de un saborMientras la tarde gotea de los cables eléctricosde los árbolesde las alas del último murciélago
74
haciendo bailar la forma de los charcoslas sombras deshechas regresan al silenciosobre los adoquinesgastados por las carretelas…A veces surge de la brumala sonrisa de un amigo muerto:cae tan lento el cielo sobre mi paletó
75
Los vecinos
«No pensemos en los años que vendrán; sentémonos y dejemos correr nuestra alegría.» Han Yu
No tienen estudios superioresni trabajo bien remuneradohan criado a sus hijos con dolorpero andan tomados de la mano
No tienen celular ni TV cablerara vez van al supermercadobuscan su ropa en los baratillospero andan tomados de la mano
No compran salud en las farmaciasporque beben toronjil cuyanolas monedas se las lleva el vientoellos andan tomados de la mano
Sólo sueñan con llegar a viejosescuchando tangos en la radiono desean sino vivir en pazy pasear tomados de la mano
No guardan rencores en el almacomparten con Dios en un asadoun vaso de vino, un poco de airey bailan tomados de la mano
76
Por toda propiedad tienen el solun libro, un pan, una higuera, un gatono les alcanza la jubilaciónpero andan tomados de la mano
Como el tiempo sabe cuando llamadesmalezan lentamente el patioes la dicha que no tiene precio:descansar con flores en las manos
77
Mis amigos
a Tito Monreal
Al final mis amigosterminaron pedaleando contra el tránsitosoldando rejascortando el pastocambiando la gomitacapeando el hambre, la soledad, el fríocon un gorro, un trapo, un alambritoSiempre atentos al llamado del jefede terno y corbata, otros terminaronpero con los calcetines rotosvendiendo cachivachesen cualquier bodegón cursialfombrado y con músicapor la comisión, sólo por la comisióny nada para los pasajesAl final mis amigosse especializaron en lugares comuneslimpiar parabrisascargar bolsas en los supermercadoscantar en las microssacar a pasear al perro, al abuelo, a la nana(Ah, las nanas, honor y gloriaa sus pechos fraternosdonde los pobres huérfanos rubiosencontraron el hada de los cuentos:cuánta historia, leyendas, mitos y verdadesen su aroma de campo
78
en sus rotos vestidosen sus ojitos tristesen sus manos que lavanel ocio de la dama)Al final mis amigosmis mejores amigosterminaron cesantes, ebrios o rayadosmirando las estrellasesperando la carrozapeinando la muñecaleyendo poesía
79
Celular
Usé todos los planes/ que ofrecía el catálogoy nunca, nunca pude/ conversar con mis ánimas
80 81
V
LA LUZ QUE NO ENCENDI
Pareciera que la primera sombra que encontramosnos contara el secreto que no queríamos saber:
se envejece
Se envejece
En la cuesta, cuando el sol reseca los senderosy gotas de cansancio caen sobre el polvopareciera que la primera sombra que encontramosnos contara el secreto que no queríamos saber:
se envejece… Arden las plantas de los pieslos ojos apenas distinguen el vuelo de las águilasde un cóndor, de una bandurria que ha perdidosu nido entre los hualos… Se envejece…
Jadeamos junto a la agüita que nos lamelos chilcos se ahorcan de un puente de maderapor donde alguna vez pasaron los recados
La estrella de la tarde encendió su fueguito
Las manos lentamente soltaron las amarrasy el alma se fue al trote a las verduras
Algoque no existía se prendió en la memoria:
se envejece… Se envejece para callar con las
costumbres - más sinceros, más lerdos - la tercahumanidad que se duerme en la pirca
83
Monólogo del jardinero
«Bien sé que no voy a ver ese día» Pentti Saaritsa
Qué busca el llanto entre los árbolesqué la herida boca abajo cubierta dehormigas; qué anhelan estas uñasestos ojos, este lento silabear, estosmuñones escarbando en el suelo?Qué persigue mi afán sino tu rostrooculto otra vez en las viejas palabrasque repiten los pájaros, las nubes, laspiedras del río o la leve cintura del aromaque aún huelo a pesar de la escarcha?Has pasado como las constelacionessobre un puente, sobre la maderapero cada vez que tiembla o truenatu nombre emerge de las sombrascomo el fruto o la semilla despuésdel viento de la tarde, después del solCuándo dejará de arder esta fogatacuándo tendré acaso tu silencio, tusonrisa disolviendo los muros, tu pisadaen la hierba, tu silueta en las brumasy el silbo se alce en vuelo más allá del doloryéndose, alejándose, sin mirar hacia atráshacia donde dejamos en paz las herramientas?Bajo tierra respiran azules las violetas
84
Voz quebrada
Hundo la mano en lo profundo del sueñoamorfo aún, sin vaso, en el airepor escoger algo que esfume la parodiay nada me responde, ni el silenciode lo ido, de lo que se insinúade las piedras sonámbulasempozadas en la memoriaCanto por espantar el vacío de la nocheel ansia que ahógame, el dolory sólo consigo beber polvoCómo me encuentro si quedé repartidono sé dónde? Ay, voz quebrada…Y tú qué tramabas, viejo amor?Pensar que mañana seremos pastizales
85
El regreso
a Elías Lönnrot
Algún día, cansado, necesitaré refranesque me lleven de regreso al viejo hogarcomo esas fogatas que la luna enciendeen los secretos refugios de la oscuridadespacios en blanco, horas lentas, quecompensan el vacío de tanto traquetear
Algún día me apoyaré en barandas, puenteque se tiende en la niebla sobre la soledadEl aire se detiene a esperar mis rengueostercos huesos, tullidos que no quieren andarcon ellos atravesé el gran silencio, nombresde aldeas que las ánimas aún suelen tarareararrastro herramientas llenas de cicatrices:aromas de semillas que brotan del lugar
Algún día me ovillaré en húmedos legajospalabras arrumbadas en el galpón de atrásintemperies que vuelven a soñar piel adentrocon un sorbo de agua cuando la luz se va
86
Lirio
a Thomas Merton
Ahora, parado en mitad del caminono sé si seguir, no sé si regresary en honda incertidumbre atisbola poesía elemental, efímerade lo que no sirve para nada
- como humo arañando las heladascomo barro mordiendo las sandalias -
Sombra soy que recuerda su cuerpocuerpo, creo, que ha olvidado su sombra
Ando cual simple monje a la intemperietraspasado por el silencio de las cosasmasticando algún salmo entre las piedrassin nombre ni fecha, sin memoriahasta desaparecer, niebla en la nieblaen los brazos abiertos del olvido
Creo que las palabras ya no alcanzana decir esta manera de ser lirio
87
La luz que no encendí
«Desgraciado aquel que no tiene una sombra en su interior»
Arto Melleri
Sombras llegan silbando de silencio en silenciosombras de un horizonte meciéndose en las brumascomo ramas quebradas, hijas de la tormenta
Sombras de los senderos por donde andan sombrasque se mueven sin rostros alrededor del hambreque cavan hondas fosas en una vieja iglesiacon golpes que se oyen hasta que llega el día
Sombra, desnuda herida, espera a otra sombray solas cruzan la noche, una noche sin luna
Sombras andan, cojean, de costumbre en costumbreson ánimas en pena tanteando las neblinasen busca de una sombra oculta en el candil
Nidos pasan volando detrás de los gorjeospor si un pájaro negro regresa derrotado
Sombra he ido, cijo - rincón de los rincones –bajo tierra, sobre el agua, dentro de los huesosbordeando los presagios, oscuro, terco, ciego
y desde allí he visto la luz que no encendí
88
Terminal
«Deja la vida volar» Víctor Jara
Andén solitario a medianocheme cuenta secretos en mapuchemientras dormito una cerveza, espumas:bufanda roja de las aldeas viejasesperando el tour bus Talca-Santiago
(Qué parecido a un pabellón de partosla soledad brumosa del amanecer)
Andén se disuelve en la memoriaciudad que ya no existes- asados, briscas, bicicleta cojaapoyada en el canto del Zorzal -salvo una palabra entre los dientesque no se escucha bien: Adiós...
(Lenta lágrima que seca el vientoen qué otra parte podría doler más?)
89
Ulises
Quemé los mapas…Ahora mi caminoes la tempestad
90
ÍNDICE
I. LA HERMOSURA DE SER ...........................................Paseo en bicicleta .....................................................................Las hormigas ............................................................................Lamento con trompe ...............................................................El tacho ....................................................................................Lanchón de mañío ...................................................................Carta al silencio ........................................................................Para conversar con los árboles ..................................................La nieta ....................................................................................La hermosura de ser .................................................................
II. INTEMPERIES ..............................................................Piedras, mis amantes ................................................................La carpa ....................................................................................Mochila ....................................................................................Solo de pájaro ..........................................................................Laguna Encantada ...................................................................Ánimas cargando/ el atardecer .................................................Manifiesto ................................................................................Huerquén ................................................................................Versos del jardinero .................................................................Rari ...........................................................................................Wancu ......................................................................................
III. LA HIJA DE UKKI .......................................................(La hija de Ukki) ......................................................................(En lejanas intemperies habitaban tus ojos) ...........................(Cuando se llega a un lugar desconocido) ..............................(Se nace sin palabras y sin gestos) ............................................(Pensamientos de Laponia) .....................................................(Las cosas importantes se dicen en voz baja)............................(Leches de girasol) (La casa azul) .............................................(Ventana con vista al aroma del huerto) .................................(La costumbre) ........................................................................
79
1012141516181920
212324252627283031323435
37414243444546474849
(Pájara empollando el silencio) ................................................(El kantele) ..............................................................................(Por ti soñó la piedra en el estero) ............................................(Los últimos pájaros) ...............................................................(Memorias del bardo ciego) .....................................................(Fucsia) ....................................................................................(Luna llena) .............................................................................(Pequeña muerte).....................................................................
IV. EL LENTO TRAJINAR DE LO QUE AMAMOS .....La celda ....................................................................................Pichanga ..................................................................................Otros superarán este momento ...............................................Verso libre ................................................................................Esquina con niebla ..................................................................Chicle .......................................................................................Biblioteca Nacional .................................................................Mariposa de nailon ..................................................................Las muñecas ebrias ..................................................................Liquidámbar ............................................................................Garuga .....................................................................................Los vecinos ...............................................................................Mis amigos ...............................................................................Celular .....................................................................................
V. LA LUZ QUE NO ENCENDI........................................
Se envejece ...............................................................................Voz quebrada ...........................................................................El regreso .................................................................................Lirio ..........................................................................................La luz que no encendí .............................................................Terminal ...................................................................................Ulises ........................................................................................
5152545657585960
616263646566676869717374767880
81
83848586878889
Bernardo González © 121.037. Este librose imprimió en Valparaíso, en noviembre
del año 2009. Para su composiciónutilizaron las tipografías Courier
New, Garamond y AdobeGaramond Pro. Se
utilizó papelBond ahuesado
para el interior y la portadaestá confeccionada con cartulina
española. Se realizaron 150 ejemplares, encua-dernados en los talleres inubicalistas de Cerro Alegre.
I N U B I C A L I S T A S
E D I C I O N E S
Colofón