Binomio - Claudia Tapia-Ruano

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LA MARIQUITA Y EL SOL De: Claudia Tapia- Ruano

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Una alumna de 5º de Primara del colegio Zola Las Rozas ha escrito esta pequeña historia partiendo del binomio "la mariposa y el sol"

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LA MARIQUITA Y EL SOL

De: Claudia Tapia- Ruano

INTRODUCCIÓN

v Rita era una bella mariquita pequeña, tenía un caparazón rojo muy

brillante adornado con solo tres lunares negros en forma de cruz, lo

que la hacía diferente a todas las demás. El resto de sus amiguitas la

envidiaban por ello; sin embargo, ella estaba triste porque las demás

tenían ya sus alitas y a ella aún no le habían salido.

CAPÍTULOS

v Estoy triste.

v ¿Qué es eso?

v Me escapo

v ¡Por fin!

ESTOY TRISTE.

v Rita era tan pequeña, que su mamá no la dejaba salir al campo, así que sus

amigos tenían que ir a su casa para poder jugar con ella.

v Siempre que llegaban les hacía montones de preguntas sobre cómo era el

prado, cómo estaba el cielo y qué colores tenían, así como el resto de animales

que lo habitaban. Su mamá la veía muy triste pero sabía que no podía dejarla

salir sola, cuando se iban sus amigos, Rita no dejaba de preguntarle a su madre

que cuándo podría salir, y esta le respondía siempre lo mismo: -Cuando te

crezcan las alitas y aprendas a volar y defenderte de los peligros del exterior.

¿QUÉ ES ESO?

v Rita se acostaba cada noche llorando, ella no quería su feo caparazón, quería sus

alitas y las quería ya.

v Un día, mientras su padre limpiaba el polvo, vio un libro con la portada roja y

negra, y le preguntó qué era. –Es la historia de nuestra especie, ¿quieres verla con

migo? – Sí –exclamó Rita entusiasmada. Se sentaron en el sofá preferido de su papá

y se sentó entre sus piernas. Empezaron a ver el libro, a Rita le gustaban mucho las

fotos, de pronto vio una y le dijo a su padre :- ¿Papá qué es eso? - dijo señalando

una esquina de la página. El padre sonrió y le dijo: - Es el sol hija, cuando seas

mayor podrás salir a verlo.

ME ESCAPO v Terminó de leer el libro justo cuando su madre la llamó para cenar, y Rita le contó lo que había visto en el libro.

Aquella noche apenas pudo dormir, imaginando cómo sería el color brillante del sol. Estaba ansiosa de salir para poder verlo con

sus propios ojos, para ver si era igual de bonito como le había contado su papá. A la mañana siguiente, mientras se estiraba en la

cama para levantarse, oyó como sus padres hablaban de la fiesta que iban a dar todos los habitantes del prado para celebrar la

llegada de la primavera, y que por lo tanto tendrían que contratar una canguro para que se quedase con ella. Rita salió corriendo

hacia el salón y les dijo que ella quería ir, pero sus padres insistieron en que no. Rita se fue a su cuarto muy enfadada y se tumbó en

la cama a llorar. Cuando llegó la hora de que sus padres se fueran, y llegó la canguro, ni siquiera quiso despedirse de ellos.

La Srta. Araña era muy estricta y apenas le dejaba hacer nada, tenía que comer pronto y echarse la siesta, cosa que Rita pensaba que

era de bebés, y ella ya era grande. La Srta. Araña entró a su habitación para decirle que la comida ya estaba echa, y aunque Rita le

dijo que no tenía hambre, esta la obligó a salir. Mientras estaban comiendo, Rita no hacía más que darle vueltas al plato de sopa y la

Srta. le dijo que dejara de jugar y comiera, que tenía mucha suerte porque ella estaba comiendo fresquita y los demás se estaban

asando de calor al sol.

Cuando Rita oyó aquella palabra, los ojos se le pusieron como platos, y de pronto tuvo una idea. Hoy sí tendría ganas de echarse la

siesta y cuando la Srta. Araña la acostara, ella saldría por la ventana y por fin vería el sol.

¡POR FIN!

v Comió la sopa lo más rápido que pudo, y le dijo a la Araña que quería irse a la cama. Esta la acompañó a la

habitación y la arropó. En cuanto cerró la puerta, Rita cogió la sábana y la lanzó por la ventana como había visto en un

cuento. Bajó despacito para no caerse, e intentó abrirse paso entre las hojas y pequeños arbolitos que había delante de su

casa, tuvo miedo y estuvo a punto de darse la vuelta, pero pensó que llevaba mucho tiempo soñando con aquel momento

y ahora no podía echarse atrás.

v Cuando hubo andado un poco , aunque a ella le pareció una eternidad debido a sus pequeñas patitas, pudo oír la

música de la fiesta, así que decidió dirigirse allí donde pensó que estaría a salvo de todo, ya que sus padres podrían

protegerla. Mientras avanzaba miraba el cielo y no podía ver nada que no fuera oscuridad, así que pensó que la habían

engañado con respecto al sol. De repente, vio un montón de gente alrededor de un fuego, cantando y bailando, y pudo

ver a sus padres entre ellos. Se acercó corriendo a llamarles y estos se aterrorizaron cuando la vieron llegar..- ¡-No Rita,

saldrá el sol y te quemarás, porque no puedes volar, y tus patitas son pequeñas para poder correr lo suficiente y ponerte a

salvo, pero casi no habían terminado la frase cuando los calientes y amarillos rayos del sol, comenzaron a caer sobre ellos,

entonces Rita se asustó y al mirarlo fijamente creyó quedarse ciega, y entonces por si solas y como si de un milagro se

tratara, le salieron sus alitas y con un solo esfuerzo, elevó el vuelo y pudo esconderse entre las flores.

v Entonces, se puso muy contenta y corrió a decirles a sus padres.- ¡Ya tengo mis alitas-!