Biopolitica y Sociedad de Control. Una Mirada Cotidiana - Juan Salas

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paralelo de su utilidad y su docilidad,

su integración en sistemas de control

eficaces y económicos, todo ello

quedó asegurado por procedimientos

de poder característicos de las

disciplinas: anatomopolticad el cuerpo

humano. El segundo, formado algo

más tarde, hacia mediados del siglo

XVIII, fue centrado en el cuerpo-

especie, en el cuerpo transido por la

mecánica de lo viviente y que sirve de

soporte a los procesos biológicos: la

proliferación, los nacimientos y la

mortalidad, el nivel de salud, la

duración de la vida y la longevidad,

con todas las condiciones que pueden

hacerlos variar; todos esos

problemas los toma a su cargo una

serie de intervenciones y controles

reguladores: una biopolítica de la

Biopolitica y sociedad de control

Una mirada cotidiana

Juan L. Salas

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Índice

1. INTRODUCCION…………………………………………………………………………. 3

2. GENESIS DE LA BIOPOLITICA……..………………………………………………… 4

3. SOCIEDAD DE CONTROL……………………………………………………………… 7

4. CONCLUSION.………………………………………………………………………….. 10

5. ANEXO

6. BIBLIOGRAFIA

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3

1. Introducción

El presente trabajo tiene como objetivo retomar y analizar el concepto de biopolitica

presentado por Michel Foucault y articularlo con la noción de sociedad de control presentada

por Gilles Deleuze. Considerare la estrecha ligazón entre ambas nociones y tratare de

demostrar como todo el bagaje de saber-poder elaborado por la biopolitica es el soporte de

esta nueva sociedad en pleno desarrollo. Retomando la estrategia de Foucault, intentare

rescatar ese “saber sometido” viendo la capilaridad misma del poder en cuestión. Para esto me

focalizare en dos políticas públicas de alcance local y nacional, me refiero a la seguridad y a la

salud.

Como precaución de método y en pos de alertar al lector, debemos señalar que la

noción de biopolitica es un concepto en pleno desarrollo. Es por esto, que me atendré a

analizarlo bajo una única óptica: la de Michel Foucault. Pese a mi recorte –necesitado- del

campo; sabemos que el mismo, es objeto de los más variados enfoques disciplinarios por una

gran cantidad de autores, los cuales diferirán o enfatizaran algunos aspectos más que otros de

la biopolitica foucaultiana.1

Establecido esto, nuestro enfoque metodológico retomara centralmente el capitulo

Derecho de muerte y poder sobre la vida del primer tomo de Historia de la Sexualidad (1976).

Esta obra de Foucault será trabajada paralelamente a dos clases impartidas por el mismo autor

en el Collège de France en la década del `70. Me refiero a la clase del 17 de Marzo de 1976 y

la clase del 10 de Enero de 1979. Es importante señalar también el aporte valioso de

entrevistas periodísticas dadas por el mismo Foucault sobre el tema. Con respecto a la

sociedad de control, analizare el artículo que da origen al término: Posdata sobre las

sociedades de control (1991) de Deleuze. A su vez ahondare en los programas e

intervenciones públicas concernientes a seguridad y salud, suministradas por las páginas

gubernamentales de Nación y GCBA y a una serie de fuentes hemerograficas de actualidad.

2. Génesis de la biopolitica

En 1976 nace la biopolitica. Durante este año se producirá por un lado la conferencia

del 17 de Marzo, enmarcada dentro de los cursos del Collège de France y por el otro lado se

publica el primer tomo de Historia de la Sexualidad - la Voluntad de Saber.

En el capítulo titulado derecho de muerte y poder sobre la vida, Foucault nos describe

el pasaje durante la edad clásica de un tipo de poder soberano, el cual actúa como derecho de

hacer morir o dejar vivir, hacia un nuevo tipo de poder, un biopoder el cual como el mismo nos

1 Entre estos autores podemos encontrar a A. Heller y Feher que analizan el entrecruzamiento entre vida

y política en la sociedad norteamericana. Por otro lado, Virno analiza la biopolitica en consonancia con una de las dimensiones analizadas por Foucault: conexión y el apoyo determinado que mantiene con un orden económico determinado. Agamben y Esposito, figuras centrales de la corriente de filosofía política italiana también serán exponentes centrales y actuales en estos análisis.

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dice es un “(…) poder que se ejerce positivamente sobre la vida, que procura administrarla,

aumentarla, multiplicarla, ejercer sobre ella controles precisos y regulaciones generales.” 2 Es

así, como el antiguo derecho de hacer morir o dejar vivir, se transformara en un poder de hacer

vivir y dejar morir. Este biopoder, que emerge durante el siglo XVII tendrá dos formas

principales: las disciplinas y la biopolitica de la población.

Antes de dedicarnos de lleno al concepto de biopolitica, debemos retomar una

precaución que realiza el mismo Foucault para entender estas dos formas/polos. Si bien ambas

se constituyen en etapas distintas (las disciplinas en el siglo XVII y la biopolitica en el siglo

XVIII), ambas se superponen y actúan en conjunto dentro de este biopoder. Como bien señala

Foucault se produce un establecimiento “(…) durante la edad clásica, de esa gran tecnología

de doble faz –anatómica y biológica, individualizante y especificante, vuelta hacia las

realizaciones del cuerpo y atenta a los procesos de vida- caracteriza un poder cuya más alta

función no es ya matar sino invadir la vida enteramente.”3 Los siglos XVIII y XIX serán testigos

de una transformación masiva de derecho político donde como señala el autor se lograra “(…)

completar ese viejo derecho de soberanía -hacer morir o dejar vivir- con un nuevo derecho, que

no borraría el primero pero lo penetraría, lo atravesaría, lo modificaría y sería un derecho o,

mejor, un poder exactamente inverso: poder de hacer vivir y dejar morir.”4 De esta manera

antiguos elementos conviven con nuevos elementos, dando lugar así a un proceso de

estatización de lo biológico.

3. Características de la biopolitica

Para entender los aspectos centrales de la biopolitica de la población, retomamos una

característica central del trabajo de Foucault. Nos sumergimos en una genealogía misma de la

historia; acoplando así ese saber institucional “erudito” con el “material plebeyo” que es objetivo

mismo de la biopolitica. De esta manera podemos entender y ver de manera practica la

biopolitica. El interés de Foucault no estaba en el ámbito de las grandes teorías políticas, ni

tampoco en los sistemas. Su búsqueda residía, como el mismo señalaba en esa dinámica

microfísica - llana (institucional y local). Es por esto que la transformación desarrollada entre los

siglos XVII y XIX se ve en los mismos mecanismos, técnicas y dispositivos de poder aplicados.

Si la disciplina tenía como objeto al cuerpo, la biopolitica actúa en un nivel macro: su

objeto es la población. Como bien señala Edgardo Castro la biopolitica “(…) hay que

entenderla, como la manera en que a partir del siglo XVIII, se busco racionalizar los problemas

planteados a la práctica gubernamental por los fenómenos propios de un conjunto de vivientes

2 Foucault, M, “Derecho de muerte poder sobre la vida”, Historia de la Sexualidad – La voluntad de

saber, 2003, págs. 165. 3Ibídem, págs. 169.

4 Foucault, M, “clase del 17 de Enero de 1976” en Defender la Sociedad, pág. 218.

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en cuanto a población: salud, higiene, natalidad, longevidad, raza”.5 Durante la edad clásica

aparece la necesidad del Estado de dar cuenta de una serie de problemas y hechos que

impactan de manera variada en la evolución misma de la sociedad; y por consiguiente en el

mismo Estado. Surge así la transformación hacia un Estado distinto: interventor y presente. La

transformación opera a su vez, en la misma razón de Estado, explicada dentro del ámbito de la

gobernabilidad y de sus mismas prácticas o políticas. En este Estado moderno, nos dice

Foucault, la política interna implicaría “(…) una serie de objetivos que podríamos calificar de

ilimitados, en cuanto las cuestiones, para quienes gobiernan ese Estado, pasa por tomar en

cuenta y hacerse cargo de la actividad no solo de los grupos (…) sino de la actividad de las

personas hasta en el más tenue de sus detalles.”6 Ante este nuevo Estado, presente en cada

una de las distintas dimensiones, se desarrollan objetivos y prácticas específicas. Para una

eficiente y correcta intervención sobre la población se desarrollan nuevos instrumentos de

medición, tales como la estadística, las medidas globales, la previsión, la encuesta, etc. Esta

nueva forma de biopoder pone foco en problemas tales como la natalidad, longevidad,

vivienda, migración, entre otros y desarrolla una política pública que intervenga sobre ellos. El

nacimiento de la biopolitica, también genera la emergencia de un poder de larga duración a

diferencia del disciplinario. Un poder planificador que mediante toda su información empírica y

los datos, puede regular y equilibrar a la población en pos de un tipo de sociedad que sea útil

económicamente. Toda esta transformación en el seno mismo del Estado nos remite a un

cambio mismo en la razón gubernamental moderna. Este se dará con la introducción de un

principio de limitación; una limitación de hecho. El gobierno que no entienda o que no respeta

esta limitación, no será un gobierno de facto; sino simplemente un gobierno que no hace lo que

le conviene; un Estado no racional. La limitación de hecho; es una limitación que se internaliza

de tal manera en el Estado y en las practicas publicas que mide cualquier acción en términos

de eficiencia o no eficiencia. Ahora bien, la pregunta central que surge sobre el porqué del

desarrollo de esta nueva forma de poder está íntimamente ligada a un tipo de necesidad y de

abordaje sobre la economía política. Foucault, nos explica que la instrumentación de ambos

polos del bio-poder fue central para el desarrollo del capitalismo, realizando un ajuste de los

mecanismos de la población al mismo proceso económico; pero a su vez implico un creciente

control sobre la misma vida de los individuos.

Pero, ¿Cómo vemos esta nueva forma de Estado? Esta aproximación nos la acerca el

autor cuando nos dice que “(…) el Estado no es eso, no es un monstruo frio-, es el correlato de

una manera determinada de gobernar”7. Ante esto vemos que en la actualidad los mismos

dispositivos y prácticas de la biopolitica han alcanzado un perfeccionamiento cada vez mayor

dentro del proceso de globalización en esta era de cada vez mayor dinamismo de la

información. En nuestra vida cotidiana convivimos con ejemplos de biopolitica que nos

5 Castro, E, “Biopolitica” en El vocabulario de Michel Foucault un recorrido por sus temas, conceptos y

autores. 6 Foucault, M, “clase del 10 de Enero de 1979” en Nacimiento de la Biopolitica, 2003, pág. 22.

7 Ibídem, pág. 21.

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atraviesan y nos hacen pasivos de sometimiento y control frente a ella. Es así que las mismas

prácticas determinan a este nuevo Estado.

Dentro del campo del saber-poder medico encontramos un ejemplo bastante elocuente.

Nos referimos a la aplicación del Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales

(DSM IV). El DSM IV es un manual, realizado en base a un saber estadístico, por el cual los

profesionales de la salud pueden categorizar los desordenes mentales y a quienes los

padecen. En base a una serie de entrevistas, el profesional de la salud ubica el padecer del

paciente en torno a alguna de las categorías de trastornos que presenta el manual, logrando

así un diagnostico y pudiendo de esta manera dar cuenta de una derivación adecuada o un

tratamiento especifico. El manual presenta una cantidad de familias de patologías, dentro de la

cual se encuentra cada uno de los trastornos específicos con un código establecido. El código

nos remite a una descripción del trastorno, a un posible curso de desarrollo del mismo, y en

algunos casos a un pronóstico. De esta manera la presencia o no de ciertos criterios le

permiten al profesional de la salud identificar de manera rápida el trastorno. 8 El uso del DSM IV

a su vez, genera la posibilidad de una interrelación de los distintos campos del saber clínico,

generando una estandarización del saber que permita formar una comunidad interdisciplinaria

entre por ejemplo biólogos, psiquiatras, psicólogos, médicos, etc.

Siguiendo con la misma línea de enfoques y ópticas biopolitica vemos un ejemplo de

investigación que nos remite de manera sustancial al objetivo mismo de la biopolitica. En un

estudio9 realizado por Dra. Patricia Aguirre, antropóloga alimentaria del IDAES, se trabaja en

torno a la idea de que la pobreza en la Argentina está en plena articulación con los cambios del

ciclo económico. La pregunta que resume su trabajo es: ¿Cómo frente a la crisis de acceso

alimentario, que vivió la población argentina durante la década del `90, no encontremos

secuelas de desnutrición aguda? La respuesta de Aguirre, se valdrá de una serie de estudios y

estadísticas antropométricas, estableciendo una diferencia entre la desnutrición aguda y la

desnutrición crónica. La desnutrición aguda “(…) se produce cuando el cuerpo ha gastado sus

propias reservas energéticas. El cuerpo empieza a consumir su propia carne en busca de los

nutrientes y la energía que necesita para sobrevivir. Los músculos y las reservas de grasa

corporal empiezan a desintegrarse.”10

Mientras que la crónica “(…) retrasa el desarrollo. En

niños y adolescentes en fase de crecimiento, el cuerpo responde retrasando el crecimiento en

lo que respecta al peso y la talla. La desnutrición crónica puede ser moderada o severa, en

función del nivel de retraso. Así pues, el indicador más específico es el tamaño en relación con

8 Frances, A, y otros. Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 2008.

Ver anexo. Pág. 11. Fig. 1 y 2. 9 Aguirre, P. (s.f.). Facultad de Economía - UBA. Recuperado el 18 de Junio de 2009, de

http://www.econ.uba.ar/planfenix/docnews/III/Politicas%20alimentarias/Aguirre.pdf 10

fronteras, M. s. (s.f.). Medicos sin fronteras. Recuperado el 18 de Junio de 2009, de http://www.msf.es/images/Cinco_preguntas_desnutricion_tcm3-4076.pdf

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la edad.”11

La respuesta a la pregunta central del trabajo es contestado estableciendo que la

desnutrición aguda estadísticamente se encuentra “dentro de niveles por debajo de la media”;

es decir que sigue existiendo pero dentro de la perspectiva biopolitica alcanza niveles regulares

y estadísticamente aceptados. Allende a esto, nos dice Aguirre, hay una creciente epidemia de

desnutrición crónica. En palabras propias de ella: “En la Argentina, los pobres son gordos y los

ricos son flacos porque sostener una alimentación adecuada depende de los ingresos.”12

Ante

tal cuadro de situación vemos que una política pública cambia mediante un saber-diagnostico;

que obliga a cambiar el eje focalizándose de manera central en el aspecto nutricional,

buscando regular y establecer un acceso de mejor calidad a alimentos que cambien la dieta de

la población. La centralidad se halla en la calidad alimentaria. Aquí vemos, como las mismas

prácticas gubernamentales no operan a nivel de cuerpo (anatomo-politica); sino a niveles de

regularidades poblacionales (bio-política).

De esta manera vemos, como para un estudio de antropología alimentaria la

estadística da la pauta de intervención; así como un manual estadístico como el DSM IV

produce un corte en el espacio-tiempo del sujeto, ya que el interés no se centrara en su historia

(será cuestión de otros saberes indagar sobre eso: por ej. el psicoanálisis); sino en la

codificación de la individualidad. Estos dos ejemplos buscan mostrar que el ojo biopolitico es

amplio y llega a todos los rincones de la sociedad. Pero a su vez no puede indagar o producir

saberes remita a individualidades. Si la finalidad es establecer lo normal y lo patológico, lo

regular e irregular, no podemos entonces buscar especifidad en su accionar. De esta manera

asistimos a la era de la que Deleuze nos alertaba en su posdata cuando decía: “(…) la nueva

medicina sin medico, ni enfermo que diferencia a los enfermos potenciales y las personas en

riegos, que no muestra, como se suele decir, un progreso hacia la individualización, sino que

sustituye el cuerpo individual o numérico por la cifra de una materia dividual que debe ser

controlada.”13

Un paciente con retraso mental dejo de serlo para convertirse en un F70.9; de la

misma manera en que un sector de la población con poder adquisitivo alto ser convierte en un

público ABC1.

4. La sociedad de control

Uno de los interrogantes que nos genera la biopolitica se da en torno a su valoración.

Al fin y al cabo, ¿la biopolitica es buena o mala?, ¿Nos sujeta o nos libera? Estas preguntas

podríamos tildarlas de simplistas, pero pueden ser contestadas viendo sencillamente la

sociedad misma en la que vivimos.

11

Ibídem. 12

Aguirre, P. Foros del Bicentenario. Recuperado el 15 de Junio de 2009, de http://www.bicentenario.gov.ar/vertema.php?idtema=229 13

Deleuze, G. “Posdata sobre las sociedad de control” en Ferrer, C. (Comp.) El lenguaje literario, tomo 2, 1991.

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8

Señalamos anteriormente la dependencia intrínseca que poseen biopolitica y

capitalismo en torno a la aplicación de este biopoder. Estos descubrimientos biológicos son el

fundamento para la aplicación de políticas en torno a los seres vivos, generando ordenen y

acrecentando su número y sus capacidades (o viceversa). Desde esta visión, podemos

entender en parte el rol de políticas específicas tales como las políticas de educación sexual o

la implementación o no de una política de reparto gratuito de anticonceptivos. Cada una de

estas decisiones enmarcadas dentro de una lógica biopolitica, busca un fin específico. Ahora

bien, una serie de medidas, dispositivos o índices: herramientas clásicas del poder biopolitico,

pueden ayudar de manera positiva y directa en casos por ejemplo de epidemias o pandemias.

Es el caso del establecimiento de decisiones y de estrategias políticas de acción en cuestiones

tan actuales como el dengue o la influenza H1N1. Sin embargo, la misma batería de datos e

informaciones estadísticas sobre la población tiene necesariamente un impacto central en el

control de la misma y por consiguiente una limitación de los derechos civiles y las libertades de

los individuos.

Utilizando un ejemplo concreto en la seguridad, vemos un avance cada vez mayor de

políticas que utilizan la tecnología en pos de la prevención. Este es el caso del Plan de

Seguridad Pública del GCBA, el cual recientemente ha inaugurado un Centro de Monitoreo

Urbano14

. Este “(…) tiene la capacidad de monitorear las 24 horas con las cámaras instaladas

en 14 parques y plazas porteñas, en las calles aledañas a la Jefatura de Gobierno y la

Legislatura, el Distrito Tecnológico, los alrededores de Plaza de Mayo y la plaza Naciones

Unidas en las cercanías de la Facultad de Derecho.”15

La aplicación masiva de cámaras de

vigilancia reaviva el debate en torno a la primacía dos elementos: por un lado la prevención y

seguridad y por el otro las libertades individuales y la privacidad. A su vez, el debate cala más

profundo cuando se sostiene que toda la tecnología de control se encuentra al servicio mismo

de una paranoia de seguridad, en la cual sobran los casos de una criminalización por portación

de rasgos que puede llevar incluso a la muerte.16

Es así, como vemos crearse el concepto de seguridad ciudadana, el cual busca poner

eje en el enfoque preventivo y de seguridad sobre la población. El mismo término, nos remite,

nuevamente, a un poder asistido por todo el bagaje y los dispositivos biopoliticos: la seguridad

ciudadana “refiere a políticas públicas encaminadas a acercar la situación real a la situación

14

Ver anexo. Pág. 12, nota 1. Pág. 14, fig. 3. 15

Ministerio de Justicia y Seguridad, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. (s.f.). Gobierno de la Ciudad

de Buenos Aires. Recuperado el 17 de Junio de 2009, de http://www.buenosaires.gov.ar/areas/gobierno/centro_monitoreo_urbano.php 16

Nos referimos al caso de un joven brasileño que al ingresar al subte sin pagar, fue captado por las cámaras de seguridad. Ante esto, se confundió al joven con un terrorista y las fuerzas de seguridad le dispararon hasta matarlo para reducirlo. El Mundo. (22 de Julio de 2005). La Policía británica mata a un sospechoso en el metro de Londres. Recuperado de http://www.elmundo.es/elmundo/2005/07/22/internacional/1122025693.html

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ideal, es decir, se refiere a políticas que apuntan hacia la eliminación de las amenazas de

seguridad o hacia la protección de la población ante esas amenazas.” 17

La noción de “acercar”

es prueba de las limitaciones y el tipo de aproximación que se propone la biopolitica. Ahora

bien, volviendo al control mismo, esta nueva noción de seguridad ciudadana se vale de

elementos y de los mismos agentes sociales para el control social en una doble faz de control:

externo e interno. La prueba central de la participación ciudadana en los dispositivos de control

externo, lo vemos con la aplicación del Plan 911 y el llamado Mapa de la Inseguridad18

. Ambos

dispositivos de control, se sostienen de manera central por la respuesta e intervención

ciudadana ante un hecho delictivo posible o consumado, dando alerta a las fuerzas de

seguridad. Ante este fenómeno, vemos una descentralización de la responsabilidad estatal de

antaño. La antigua noción de seguridad nacional que tenia al Estado como figura central,

cambia por la noción de seguridad ciudadana que no posee una figura única, ya que busca

involucrarnos a todos. Este fenómeno llega incluso al punto en que sectores “útiles”, -pero no

especializados en materia de seguridad y prevención- buscan desempeñar una

contraprestación del servicio a cambio de un salario.19

Por el otro lado, cuando nos referimos a

una faz de control interno, estamos hablando de una internalización en la población de normas

de control a ser respetadas. La figura contralora es sustituida por una propia conciencia de

contralor. Este elemento, está íntimamente ligado con una de las consecuencia mismas del bio-

poder que señala Foucault en Historia de la Sexualidad, nos referimos a “(…) la creciente

importancia adquirida por el juego de la norma a expensas del sistema jurídico de la ley.”20

Aquí Foucault no sugiere la desaparición de la ley a merced de la norma; sino que la ley

funciona cada vez más como norma y que “(…) la institución judicial se integra cada vez más

en un continuum de aparatos (…) cuyas funciones son sobre todo reguladoras.”21

La ley actual

24.788 (Ley Nacional de lucha contra el alcoholismo) prohíbe la conducción de medios de

transporte bajo el efecto de estupefacientes y entre otras cosas se vale de los llamados

“controles de alcoholemia”. Esta ley deviene en norma internalizada cuando vemos el

fenómenos de compra-venta de alcoholímetros por los mismas personas. Es ahora, el

consumidor (y no el ciudadano) quien con un dispositivo dividual compra herramientas y

dispositivos para su propio control y limitación. El mismo consumidor es quien puede

someterse al control de su graduación alcohólica en sangre y así autolimitarse frente a la ley

emanada por el Estado. El consumidor saltea la instancia de una autoridad de aplicación de la

ley y se convierte en su propia autoridad de aplicación. Asistimos nuevamente a la

17

Wikipedia. (s.f.). Wikipedia. Recuperado el 2009 de Junio de 18, de http://es.wikipedia.org/wiki/Seguridad_ciudadana 18

Ver Anexo. Pág. 14, Fig. 4. 19

Ver anexo. Pág. 13, Nota 2. 20

Foucault, M, Óp. Cit., 2003, pág. 174. 21

Ibídem.

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descentralización de funciones gubernamentales que posee el Estado y a un régimen en donde

cualquier ámbito de la sociedad puede llegar a ser mercantilizado.22

5. Conclusión

El proceso de formación del biopoder iniciado en el siglo XVIII y la creación, evolución y

perfeccionamiento de sistematización formal que engloba los mecanismos, dispositivos y

prácticas de la biopolitica a lo largo de estos siglos, ha generado una masa crítica de saber. El

mismo, en su doble condición de saber-poder permite la apropiación misma y la delineación de

formas cada vez más complejas de intervenir en la sociedad. En el siglo XXI, asistimos a la

conformación de una sociedad de control que se vale fuertemente de este poder-saber

biopolitico, buscando regular y orientar la sociedad en pos de funcionalidades económicas.

Pero no debemos olvidar la noción misma de historia de Foucault, la cual nos lleva a entender

que también esta sociedad se vale de una amalgama de diversos dispositivos que creíamos

olvidados. Los dispositivos de castigo y disciplina mutan y se perfeccionan con el avance cada

vez mayor de la tecnología y el dinamismo del capital.

Ante la pregunta que nos hacíamos sobre la valoración de la sociedad de control, vemos

que es imperativo abandonar un enfoque dualista en su análisis. Debemos retomar la

precaución deleuziana e intentar modificar en nosotros mismos el pensamiento “binario”, el cual

ordena el mundo en torno a pares opuestos. Intentando apartarnos de esta lógica, vemos que

no se posee una respuesta única a la valoración de las sociedades de control. La

racionalización y eficiencia inherente a la biopolitica enmarcada dentro de un tipo de sociedad

de control posee, como hemos visto, una disimilitud de dimensiones. Cada vez es más

interesante los horizontes que se abren a la ciencia y a la técnica para la intervención en

problemas gravísimos de la población. Pero también la ética de la ciencia se pone en duda

ante la creciente puesta en jaque de los derechos y las libertades inherentes del hombre. Es

cada vez más pertinente la afirmación que Deleuze realizaba: “No se trata de preguntar cual

régimen es más duro, o más tolerable, ya que cada uno de ellos se enfrentan liberaciones y las

servidumbres.” De esta manera, queda pendiente para el análisis político-social el reflexionar

gravitando sobre estos dos polos. Nuestra tarea deberá enmarcarse en la búsqueda de

potenciar las libertades y actuar para minimizar las servidumbres. Otra pregunta que queda

latente, nos lleva a la práctica misma del hombre en este tipo de sociedad. ¿Qué lugar queda

para una acción anti-control?; ¿cómo lograr una deconstrucción de las mismas formaciones

discursivas que sustentan el control? Tal vez más que nunca, cobre relevancia la idea de que

“(…) transformar la sociedad no equivale a tomar el control de los aparatos de Estado, pues el

22

La misma dinámica puede aplicarse a lo que Deleuze denomina como “penas de sustitución”. El delincuente “beneficiado” por la pulsera de monitoreo electrónico en algunos países es el responsable del pago de la misma.

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poder no se halla localizado ahí, sino diseminado por todas partes y arraigado en nuestros

actos…”.23

23

Abbate, F. Deleuze para principiantes, 2001, pág. 128

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6. Anexo

Figura 1. DSM IV. Ejemplos de familia patológica y trastornos específicos dentro de la

misma, con respectivos códigos para su búsqueda en el manual.24

Retraso mental PATOLOGIA

F70.9 Retraso mental leve [317]

F71.9 Retraso mental moderado [318.0]

F72.9 Retraso mental grave [318.1]

F73.9 Retraso mental profundo [318.2] TRASTORNO

F79.9 Retraso mental, de gravedad no especificada [319]

CODIGO

Trastornos del aprendizaje

F81.0 Trastorno de la lectura [315.00]

F81.2 Trastorno del cálculo [315.1]

F81.8 Trastorno de la expresión escrita [315.2]

F81.9 Trastorno del aprendizaje no especificado [315.9]

Figura 2. Descripción, características y criterios para el diagnostico un trastorno

particular. Ejemplo: Trastorno de la lectura. 25

F81.0 Trastorno de la lectura [315.00]

Características diagnósticas

La característica esencial del trastorno de la lectura es un rendimiento en lectura (esto es, precisión, velocidad o

Comprensión de la lectura evaluadas mediante pruebas normalizadas administradas.

Criterios para el diagnóstico de F81.0 Trastorno de la lectura [315.00]

A. El rendimiento en lectura, medido mediante pruebas de precisión o comprensión normalizadas y administradas

individualmente, se sitúa sustancialmente por debajo de lo esperado dados la edad cronológica del sujeto, su

coeficiente de inteligencia y la escolaridad propia de su edad.

B. La alteración del Criterio A interfiere significativamente el rendimiento académico o las actividades de la vida

cotidiana que exigen habilidades para la lectura.

C. Si hay un déficit sensorial, las dificultades para la lectura exceden de las habitualmente asociadas a él.

El profesional de la salud, debe indagar en busca de cualquiera de estos criterios. En caso de identificación de los mismos con alguno establecerá un diagnostico que dé cuenta de un paciente con trastorno de la lectura.

24

Frances, A, y otros. Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 2008. Pág. 14 25

Ibídem. págs. 31,32.

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Nota 1. Centro de Monitoreo Urbano – GCBA. Nota del diario digital La Política Online del

27 de Mayo de 2009.

Centro de Monitoreo

Mauricio Macri, junto a Gabriela Michetti y el Ministro de Seguridad Guillermo Montenegro, dejó inaugurado el Centro de Monitoreo Urbano de la Ciudad en La Boca. Servirá para prevenir delitos y a fin de año habrá 300 cámaras. Mauricio Macri inauguró el "Centro de Monitoreo Urbano", acompañado

por la candidata Gabriela Michetti y el ministro Guillermo Montenegro. Fue en un acto que se realizó en el sexto piso del Ministerio de Justicia y Seguridad, en Avenida Regimiento Patricios 1142. En las instalaciones inauguradas "se controlará durante las 24 horas imágenes captadas en distintas zonas estratégicas de la ciudad", instaladas en cumplimiento del "Plan de Seguridad Pública" y tendrá como objetivo afianzar el control urbano y los planes de seguridad en la Ciudad. El nuevo centro de control, que iba a inaugurarse la semana pasada, estará bajo la órbita del Ministerio de Seguridad y Justicia de la Ciudad, que encabeza Guillermo Montenegro. Gabriela Michetti, señaló que en la primera etapa habrá 170 cámaras y se estima que antes de fin de año, serán 300 las que estén en funcionamiento.

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Nota 2. Seguridad ciudadana y descentralización de la prevención. Nota del diario Critica (ed. Digital) del 28 de Noviembre de 2008.

El país EN LA PLATA

Taxistas proponen cobrar $ 800 por avisar delitos

La propuesta la realizó el sindicato de choferes y la semana próxima se la presentarán a Scioli.

Los taxistas de La Plata propusieron equiparse con un handy para denunciar los hechos de inseguridad que presencien en sus viajes, a cambio de un sueldo de “800 o 900 pesos”. La inusual iniciativa, aseguran, tiene consenso en la mayoría de los sectores de la ciudad y será planteada oficialmente al gobernador de la provincia, Daniel Scioli, la semana próxima. La Unión Conductores de Taxis elevó el pedido al Ejecutivo bonaerense y a la cartera de Seguridad. “Hablamos con mucha gente que se mostró de acuerdo, incluyendo a policías amigos, a quienes les pareció bien. Un patrullero da vueltas pero al final estaciona. El taxista está doce horas en la calle. No paramos nunca, vemos todo lo que pasa dentro y fuera de la ciudad”, dijo a Crítica de la Argentina Juan Carlos Berón, secretario del gremio. El espíritu del pedido, aseguran los choferes, es institucionalizar una práctica habitual entre ellos. “El taxista ya de por sí colabora y llama al 911 cuando ve algo. Ahora queremos hacerlo oficial, con un sueldo y un handy”, expresó Berón, quien reconoció la necesidad de que los choferes reciban “un curso leve” para manejar el aparato, detecten situaciones de riesgo y distingan cuándo es necesario avisar a las fuerzas de seguridad y cuándo no. “No va a haber ningún riesgo: el taxista pasa, informa y sigue”, aseguró el dirigente. Berón considera que el proyecto tiene varias ventajas, como el hecho de que la Policía Bonaerense “evitaría gastos en vehículos y combustibles”. Además, señaló, el sistema ya funciona con éxito en ciudades como Nueva York. El plan del gremio platense también contempla avisar cuando los conductores detecten accidentes. La adhesión al programa –por ahora llamado “Guardianes del volante”– sería voluntaria. Pero “si se concreta va a haber muchos interesados”, pronosticó Berón, quien además reconoció una motivación económica en el pedido. “¿Quién no va a querer tener un ingreso fijo adicional de 800 o 900 pesos como estamos viviendo ahora? Si en una jornada nos va mal y a la siguiente no tenemos para comer”. La iniciativa, que será propuesta a Scioli el 4 de diciembre, podría ponerse en marcha con una prueba piloto de 500 autos. Alarmados por los episodios de inseguridad, los taxistas platenses propusieron en los últimos tres años otras medidas heterodoxas, como cambiar multas por trabajos comunitarios, instalar kioscos a bordo o portar uniformes. A fines de 2005 habían hecho otro polémico pedido: trabajar armados para defenderse. Aunque prometieron no hacerlo “alocadamente”, el gobierno bonaerense vetó la idea, al argumentar que “el solo hecho de portar armas cuadruplica las posibilidades de que la persona sea víctima de un disparo”. Esta vez Berón confía en el éxito de su propuesta: “Si son un poquito inteligentes nos van a dar la posibilidad de colaborar. ¿Quién mejor que nosotros para hacerlo?”.

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Figura 3. Material Grafico sobre el programa de instalación de cámaras

Figura 4. Mapa de la Inseguridad. Pagina de Francisco de Narváez.

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