Bobbio,senador yfilósofo A t' - ddd.uab.cat · campo de operaciones absur- ... nista llamada Adele...

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"22 LA VANGUARDIA JOSÉ AGUSTíN GOYTlSOLO Bobbio, senador y filósofo A caba de leer en "Cua- dernos Noventa" u.na larguísima y ~pa- sionante entrevista que dos escritores socialde- mócratas alemanes, Glotz y Kallschener, hicieron a Nor- berto Bobbio. Confieso que me he emocionado, tanto por re- cordar un hecho de mi ya muy lejana juventud como por su postura ética y crítica sobre al- gunos acontecimientos que he- mos vivido estos años pasados. Yo conocí a Norberto Bob- bio hace ya mucho tiempo en Turín, en su ciudad natal, y en cuya universidad enseñaba Fi- losofía de la Política, especiali- dad que por primera vez supe que existía, pues en Milán, mi campo de operaciones absur- das de un absurdo compañero de viaje, me habían dicho que su magisterio real era la Filoso- fía del Derecho. Yo iba a pedir- le que firmase uno de los miles de escritos antifranquistas que se produjeron bajo la dictadu- ra. Me llevó en un coche hasta Turín una traductora e hispa- nista llamada Adele Faccio, que era de lo más anarquista y feminista que yo he conocido; me había regalado un libro de Norberto Bobbio, que acababa de aparecer, titulado "De Hob- bes a Marx", para que fuese algo preparado; y yo lo leí de un tirón. Fuimos a verle en donde nos citó, en una bi- blioteca especializada en temas políticos, a la que nos dijo que solía asistir, pues casi no ha- bía nadie y se trabajaba bien. Su aspecto era el de una persona activa, estaba rodeado de apuntes y notas; era muy directo al preguntar y muy sosegado al responder, y debía rondar los sesenta años. Se le consideraba un socialista liberal, ami- go y seguidor de Piero Gobetti, un escritor an- tifascista que fue encarcelado y tórturado por la policía de Mussolini, que al salir de la cárcel pasó la frontera y llegó a París, justo a tiempo para morir a causa de los malos tratos sufri- dos. Le entregué el escrito, lo leyó y me dijo que - lo firmaba, por supuesto, pero que por expe- riencia sabía que tal tipo de escritos no ser- vían para nada, como no fuera para calmar la conciencia moral y política de los que lo ha- bían escrito y firmado, como él, aunque per- sonalmente su conciencia estaba en paz; era antifranquista. Bien, pues luego nos condujo a un bar cer- cano y se puso a hacernos preguntas sobre t' ha levantado en Italia una gran "<, polémica. Bobbio no está satis- fecho con la apertura del antes PCI y ahora PDS: dice que no sólo hay que cambiar de nom- bre, sino de tendencia, que hay que "empujar" a los viejos co- munistas hacia una mayor coherencia intelectual que les lleve a una auténtica democra- cia; cree que la izquierda italia- na, toda la izquierda, ha de as- pirar a una unidad política de corte socialdemócrata; piensa que Craxi es un buen político; asegura que la democracia no" se basa en el consenso espontá- neo, en el voto de los electores, siha que se asienta sobre las promesas de los diferentes par- tidos políticos, en programas que, muchas veces, jamás se cumplen, pero que por ahora no se ha descubierto un méto- do mejor que una campaña electoral; se pregunta si la auténtica democracia sólo puede existir en una sociedad de libre mercado, pues piensa en los húngaros, los checos y los polacos después del de- rrurnbamiento de sus regíme- nes comunistas; sabe que, aun- que no de un modo perfecto, ni mucho menos, el capitalismo ha sostenido o soportado a la democracia, pero augura que, en el futuro que ya ha comen- ASTROMUJOFF zado, el capitalismo puede lle- var a la democracia a la peor degeneración y corrupción; está convencido . de que los nacionalismos ejercen una enorme resistencia a la unificación europea, en la que él cree; explica que no entiende a algunos de los intelectuales europeos, a los que él llama posmodernos, entre otras razones porque es- tán resucitando a Heidegger, que afirma que fue "un auténtico nazi"; que asegura que algo muy importante en este siglo ha sido el co- mienzo de la emancipación de la mujer; está desasosegado, pues cree que, a partir de la profanación del cementerio judío de Carpen- tras, el neonazismo se ha presentado en todo su horror y que la persecución racista está rea- pareciendo, que el fuego racista no se ha apa- gado... " En fin, éste es el hombre: se declara "ligera- mente pesimista" ante la situación del mundo en el siglo XXI: "Soy pesimista porque quie- ro, porque así no pasaré tantos desengaños". Señor Norberto Bobbio: que sus temores ante el futuro no se cumplan y que, por el con- trario, su hipótesis positivas sobre la política y sobre los logros del hombre sean pronto una realidad. Que su saber y su experiencia no se pierdan, senador vitalicio de la república de Italia, honorable señor. e QUE SU SABER y su expenencia no se pierdan, senador vitalicio de la república de Italia, honorable señor cuál era nuestra ideología. Rápidamente Ade- le Facciole hizo ver, con pocas palabras, que ella era anarquista, cosa que Bobbio ya sabía, como dijo; Conmigo anduvo dando rodeos, pero al fin dijo algo que, además de ser cierto, me sorprendió: dijo que una persona que ha-- blase corno yo no podía ser un militante co- munista. "Usted es, simplemente, un socialis- ta utópico no afiliado." Desde entonces no le he vuelto a ver, pero siempre he asociado su nombre con elpensa- miento socialista liberal, no sectario. Vuelvo a la entrevistade Glotz y Kallsche- ner, y procurará resumir el pensamiento ac- tualísimo de Norberto Bobbio, entrevista que JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO, escritor

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"22 LA VANGUARDIA

JOSÉ AGUSTíN GOYTlSOLO

Bobbio, senador y filósofoAcaba de leer en "Cua-

dernos Noventa"u.na larguísima y ~pa-sionante entrevista

que dos escritores socialde-mócratas alemanes, Glotz yKallschener, hicieron a Nor-berto Bobbio. Confieso que mehe emocionado, tanto por re-cordar un hecho de mi ya muylejana juventud como por supostura ética y crítica sobre al-gunos acontecimientos que he-mos vivido estos años pasados.Yo conocí a Norberto Bob-

bio hace ya mucho tiempo enTurín, en su ciudad natal, y encuya universidad enseñaba Fi-losofía de la Política, especiali-dad que por primera vez supeque existía, pues en Milán, micampo de operaciones absur-das de un absurdo compañerode viaje, me habían dicho quesu magisterio real era la Filoso-fía del Derecho. Yo iba a pedir-le que firmase uno de los milesde escritos antifranquistas quese produjeron bajo la dictadu-ra. Me llevó en un coche hastaTurín una traductora e hispa-nista llamada Adele Faccio,que era de lo más anarquista yfeminista que yo he conocido;me había regalado un libro deNorberto Bobbio, que acababade aparecer, titulado "De Hob-bes a Marx", para que fuesealgo preparado; y yo lo leí de untirón.

Fuimos a verle en donde nos citó, en una bi-blioteca especializada en temas políticos, a laque nos dijo que solía asistir, pues casi no ha-bía nadie y se trabajaba bien. Su aspecto era elde una persona activa, estaba rodeado deapuntes y notas; era muy directo al preguntary muy sosegado al responder, y debía rondarlos sesenta años.Se le consideraba un socialista liberal, ami-

go y seguidor de Piero Gobetti, un escritor an-tifascista que fue encarcelado y tórturado porla policía de Mussolini, que al salir de la cárcelpasó la frontera y llegó a París, justo a tiempopara morir a causa de los malos tratos sufri-dos.Le entregué el escrito, lo leyó y me dijo que

- lo firmaba, por supuesto, pero que por expe-riencia sabía que tal tipo de escritos no ser-vían para nada, como no fuera para calmar laconciencia moral y política de los que lo ha-bían escrito y firmado, como él, aunque per-sonalmente su conciencia estaba en paz; eraantifranquista.Bien, pues luego nos condujo a un bar cer-

cano y se puso a hacernos preguntas sobre

t' ha levantado en Italia una gran" <, polémica. Bobbio no está satis-

fecho con la apertura del antesPCI y ahora PDS: dice que nosólo hay que cambiar de nom-bre, sino de tendencia, que hayque "empujar" a los viejos co-munistas hacia una mayorcoherencia intelectual que leslleve a una auténtica democra-cia; cree que la izquierda italia-na, toda la izquierda, ha de as-pirar a una unidad política decorte socialdemócrata; piensaque Craxi es un buen político;asegura que la democracia no"se basa en el consenso espontá-neo, en el voto de los electores,siha que se asienta sobre laspromesas de los diferentes par-tidos políticos, en programasque, muchas veces, jamás secumplen, pero que por ahorano se ha descubierto un méto-do mejor que una campañaelectoral; se pregunta si laauténtica democracia sólopuede existir en una sociedadde libre mercado, pues piensaen los húngaros, los checos ylos polacos después del de-rrurnbamiento de sus regíme-nes comunistas; sabe que, aun-que no de un modo perfecto, nimucho menos, el capitalismoha sostenido o soportado a lademocracia, pero augura que,en el futuro que ya ha comen-

ASTROMUJOFF zado, el capitalismo puede lle-var a la democracia a la peor

degeneración y corrupción; está convencido. de que los nacionalismos ejercen una enormeresistencia a la unificación europea, en la queél cree; explica que no entiende a algunos delos intelectuales europeos, a los que él llamaposmodernos, entre otras razones porque es-tán resucitando a Heidegger, que afirma quefue "un auténtico nazi"; que asegura que algomuy importante en este siglo ha sido el co-mienzo de la emancipación de la mujer; estádesasosegado, pues cree que, a partir de laprofanación del cementerio judío de Carpen-tras, el neonazismo se ha presentado en todosu horror y que la persecución racista está rea-pareciendo, que el fuego racista no se ha apa-gado... "En fin, éste es el hombre: se declara "ligera-

mente pesimista" ante la situación del mundoen el siglo XXI: "Soy pesimista porque quie-ro, porque así no pasaré tantos desengaños".Señor Norberto Bobbio: que sus temores

ante el futuro no se cumplan y que, por el con-trario, su hipótesis positivas sobre la política ysobre los logros del hombre sean pronto unarealidad. Que su saber y su experiencia no sepierdan, senador vitalicio de la república deItalia, honorable señor. e

QUE SU SABERy su expenencia no se

pierdan, senador vitaliciode la república de Italia,

honorable señor

cuál era nuestra ideología. Rápidamente Ade-le Facciole hizo ver, con pocas palabras, queella era anarquista, cosa que Bobbio ya sabía,como dijo; Conmigo anduvo dando rodeos,pero al fin dijo algo que, además de ser cierto,me sorprendió: dijo que una persona que ha--blase corno yo no podía ser un militante co-munista. "Usted es, simplemente, un socialis-ta utópico no afiliado."Desde entonces no le he vuelto a ver, pero

siempre he asociado su nombre con elpensa-miento socialista liberal, no sectario.Vuelvo a la entrevistade Glotz y Kallsche-

ner, y procurará resumir el pensamiento ac-tualísimo de Norberto Bobbio, entrevista queJOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO, escritor