Boletin 156...
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EDICION NUMERO 156 FAVOR NO TRANSPORTAR EN SHABAT
EL DÍA DESPUÉS
Resumen de la Parashá Éxodo 27:20-30:10 Di-s dice a Moshe que reciba de los Hijos de Israel aceite de oliva puro para la “llama eterna” de la Menorá que Aarón deberá encender todos los días, “desde la tarde hasta la mañana”. Son descriptas las ropas sacerdotales que deberán ser vestidas por los Cohaním (sacerdotes) mientras realizan su servicio en el Santuario. Todos los Cohaním vestían: 1) ketonet – una túnica larga de lino; 2) mijnasaim – pantalones de lino; 3) mitznefet o migbaat – un turbante de lino; 4) avnet – un cinturón largo alrededor de las caderas. Además, el Cohen Gadol (Sumo sacerdote) vestía: 5) efod – una especie de delantal hecho de lana teñida de colores azul, púrpura y rojo, lino e hilo de oro; 6) joshen – una placa que iba pegada al pecho, donde había incrustadas doce piedras preciosas grabadas con los nombres de las doce tribus de Israel; 7) meil – una túnica de lana azul con campanas y granadas de oro en su borde inferior; 8) tzitz – una placa de oro que se colocaba en la frente, con la inscripción “Santo para Di-s”. Esta sección también incluye las instrucciones detalladas de Di-s para los siete días de iniciación de Aarón y sus cuatro hijos – Nadav, Avihú, Elazar e Itamar – en el sacerdocio, y para la confección del Altar de Oro donde el ketoret (incienso) era quemado.
Cortesía: es.chabad
ESHET JAIL SEFARDI
Un espacio de mujeres y para mujeres… Proyecto de la Yeshiva Virtual Latino-Americana.
Escríbenos al mail: [email protected]
AHAVAT ISRAEL
Horarios de Sinagoga Derej Torah
Rezo:
Tefilah Shajarit de Lunes a viernes: 6:00 AM. Shajarit Shabat: 8:30 AM. Shajarit Domingo: 8:30 AM. Minja: 5:00 PM Arvit: Al concluir la clase. Kabalat Shabat: 6:30 PM.
Estudios:
Guemara de Yevamot:
Domingo luego de la Tefilah.
Hebreo
Lunes: 6:30 PM y 7:30 PM.
Halaja
Martes: 7:00 PM.
Shiur para mujeres
Miercoles: 7:00 PM
Jueves se dictaran clase vía Skype para todos nuestros
amigos de los diferentes países de nuestra mayúscula
América.
Grupo Juvenil Koaj
Les recordamos a los jóvenes de la kehilá que ya
dimos inicio al taller de fotografía creativa, este
domingo los esperamos para continuar con la
segunda sesión. Recuerden que la próxima
semana tenemos Purim preparen sus disfraces y
estaremos confirmando una conferencia de
Astronomía.
Te Esperamos!
Dedicado a la memoria y elevación del alma de:
Delfina hija de Ermelina
Dedicado a la memoria y elevación del alma de:
Julia Arenas hija de Elvira
IMPORTANTE
Este Boletín es publicado de manera gratuita, y se logra su publicación gracias al apoyo de los comunitarios de la Sinagoga Derej
Torah y los estudiantes del Centro De Estudios Judíos Rabí Moshé Ben Maimon en la ciudad de Medellin.
El poder de la alegría
Mitzvot y milagros (purim)
Hace varios años, para Purím, mi esposo trajo del servicio sinagogal a
casa una versión infantil de la Meguilá (el Rollo de Ester) para leérsela a
su tristemente inculta esposa judía. Me sentí fascinada por la historia de
Ester y su primo y sus claros héroes y heroínas. Me trajo a la mente mis
fugaces dos años de paso por la Escuela Dominical Hebrea y me recordé
como una niña de nueve o diez años con un disfraz de Reina Ester y una
matraca para ahogar el nombre de Hamán. Cuando terminó de leer,
pregunté a mi esposo: "¿Por qué ya no suceden más milagros como
ése?" Ahora bien, soy una persona mínimamente sofisticada, y ni siquiera
sé de dónde surgió esta pregunta o por qué la formulé en ese momento.
Pero quizás, simplemente quizás, era un presagio del futuro. Mi esposo
contestó rápidamente. "Quizás todavía sucedan y ya nadie escribe acerca de ellos". Pues bien, tenía razón y
estaba equivocado. Y les contaré por qué.
Era una fría noche de viernes. Purím había sido el día anterior y estaba nevando copiosamente mientras mi esposo
y yo hacíamos el camino a nuestro hogar. Aunque mi esposo no asistía regularmente a los servicios religiosos del
viernes por la noche, era el aniversario de la muerte de su padre y estaba decidido a recitar el kadísh en su
memoria. Pensaba dejarme en casa, para que pudiera preparar la cena entretanto. El tránsito era sumamente
lento, avanzado centímetro a centímetro por el tortuoso camino. En treinta minutos, apenas habíamos recorrido
menos de una milla. Yo podía ver a mi marido mirando el reloj del automóvil y calculando el tiempo necesario para
llevarme a casa. Finalmente, observando su rostro preocupado, le dije: "Iré al servicio contigo, no precisas
llevarme a casa". Soltó un suspiro de alivio y continuamos lentamente el avance hacia nuestra sinagoga
"tradicional" en esa nevada, fría y oscura tarde. Cuando finalmente ingresamos al parque de estacionamiento, el
Rabino lo cruzaba con sus pies hundidos en la nieve. Esta tenía al menos 15 centímetros de altura y los vientos la
arremolinaban en rápidas ráfagas. Mi esposo tuvo que despejar un sendero para mí para llegar hasta la puerta de
la sinagoga, de tan profunda que era. Cuando entramos al santuario, sólo estábamos nosotros cuatro: el Rabino, mi
esposo y yo, y el bedel que había llegado rápidamente. Un par de minutos después dos feligreses más salieron de
la cegadora nieve. Aunque no había minián (el quórum mínimo para las plegarias comunales), el Rabino dijo que
Dedicado a la memoria y elevación del alma de:
Alfredo hijo de Blanca.
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no podíamos esperar más y que comenzaría con el servicio. Apenas había comenzado cuando pareció tener lugar
algún tipo de conmoción en el vestíbulo. El Rabino escudriñó afuera y airadamente comentó a sus feligreses que el
"shéitl" (peluca que usan las mujeres judías observantes) y los "sombreros" que ahora se veían en el vestíbulo
estaban interrumpiendo su servicio. Lo que yo vi era una joven mujer judía y seis o siete muchachos de entre trece
y catorce años vestidos en sus tradicionales trajes jasídicos negros. El rostro de mi esposo se iluminó y dijo:
"Rabino, pidamos a los muchachos que recen con nosotros y formemos un minián". "No rezarán con
nosotros", replicó el Rabino. "Se creen demasiado buenos, pero haz como quieras".
Mi esposo fue al vestíbulo y preguntó a la mujer si los jóvenes rezarían con los hombres. Ella se acercó a la puerta
del templo y dijo: "Sí, podrían rezar si la señora pasa a otra sala". Yo recogí rápidamente mis pertenencias y me
uní a ella y al bedel en el vestíbulo mientras los muchachos entraban al servicio. Me dijo sosegadamente: "Fue
muy amable de tu parte salir. Muchas mujeres hubieran estado enojadas". "¿Enojadas?", respondí, "es mi
placer hacer esta mitzvá de ayudar a obtener el minián. Mi esposo quiere decir el kadísh por su padre".
Nos sentamos amigablemente y conversamos durante todo el servicio religioso. Me contó que se llamaba Leah, y
que había estado conduciendo su furgón desde otro suburbio para traer a los muchachos para pasar el Shabat en
una Bar Mitzvá. Había partido dos horas y media antes. Como el tránsito avanzado muy lentamente y el sol ya
bajaba sobre el horizonte, se sintió aterrada. ¿Dónde encender las velas, dónde encontrar velas, dónde estacionar
el furgón ahora que el Shabat estaba tan cerca? Rápidamente bajó la ventana de su automóvil mientras la tormenta
rugía y preguntó a la mujer del automóvil en el carril próximo al suyo: "¿Eres judía?" Cuando la mujer contestó
afirmativamente, le dijo: "¿Puedo ir a tu casa y encender las velas allí?". La mujer contestó: "Mi sinagoga está
muy cerca, ve allí, ellos se ocuparán de ti". Y así había conducido frenéticamente la siguiente milla tratando de
vencer al reloj -- con un ojo puesto en el traicionero camino y un ojo en el traicionero reloj que con su tic-tac se
acercaba a la puesta del sol. Aunque no estaba familiarizada con el vecindario y el camino, las luces de nuestra
sinagoga la había guiado y acogido.
Cuando llegó allí, el bedel de la sinagoga encontró inmediatamente velas para encender y le ayudó a llamar a su
casa para informar a su esposo de su paradero, no sea que se preocupara por ella y los muchachos. Además dijo
que era demasiado tarde para llamar a la casa del Rabino donde los muchachos debían haber bajado. De modo
que el bedel mismo llamó y habló con un joven miembro del hogar y obtuvo instrucciones para llegar a su casa.
Leah, por supuesto, con calma y deliberación, planeaba caminar con los muchachos la milla o más hasta la casa de
la Bar Mitzvá una vez concluido el servicio. Habló de ello estoicamente, aceptando con valor su responsabilidad de
llevar a los muchachos a su destino, sin nerviosismo ni fanfarria. Yo habría tenido reservas si caminar hasta mi
buzón de correo esa noche, y Leah estaba decidida y sin miedo a la travesía que le esperaba. No preguntó por
qué, ni se quejó del clima o su tarea. Simplemente aceptó su obligación. Claramente en su mente no había duda en
que caminarían; nada de conducir un automóvil en Shabat.
Ella y yo pasamos un sereno momento ameno esa noche. El bedel caminaba por el vestíbulo murmurando:
"Mitzvot y milagros -- Di-s dice que donde hay un problema, siempre hay una solución". Y así pareció que la
había. Observé la bonita y orgullosa cara de Leah; las velas titilaban y nos brindaron calor. En mi mente vi a mi
abuela con su pañuelo encendiendo las velas de mi niñez hace tantos años. Vi las muchas generaciones de
mujeres encendiendo esos símbolos de nuestra fe y tradición remontándonos por siglos. Supe que nunca olvidaría
de nuevo encender esas velas de Shabat. Si era lo máximo que podía hacer, era también lo mínimo que podía
hacer para portar el mensaje de fe para todas las generaciones, tanto anteriores como siguientes a mí. Leah
preguntó: "¿Dónde están todos los miembros de tu congregación para el servicio de Shabat? En mi
sinagoga, el clima no nos detendría y la sinagoga estaría llena; los hombres se calzarían botas y
caminarían toda distancia necesaria". El bedel contestó risueño: "Si ofrecieras una cena, la sinagoga estaría
llena". Leah me describió sus invitados de Shabat, sus cinco hijos, su vecina, y también una mujer cuyo esposo
estaba en la cárcel. Me dijo, "es fréilaj". Yo me imaginé el cálido resplandor, las caras de los niños, la jalá (pan
sabático trenzado), la sopa de pollo, el vino kasher. Pensé en mi propia familia fragmentada, mis costumbres
asimilacionistas y cómo había abrazado otros hábitos más fáciles. No me culpo, ni miro hacia abajo a los ortodoxos
por su vestimenta, su estilo de vida, o sus valores y tradiciones. Su mundo es blanco y negro, correcto y errado --
no lleno de las concesiones diarias que hacemos nosotros. Que se vistan como les gusta y practiquen las
tradiciones que escogen y nos ofrecen un ejemplo de su compromiso con la religión judía que todos amamos.
Respetémonos unos a otros. Una mujer ortodoxa no es un "shéitl" y los jóvenes no son "sombreros". Ellos son
nuestros hermanos -- tenemos mucho más en común que lo que nos damos cuenta.
Cuando terminó el servicio sabático, Leah y los muchachos trataron de vestirse tan abrigadamente como fuera
posible para la larga caminata en la profunda nieve. Yo le di una bufanda, mi esposo les dio guantes y botas y el
bedel también. Les dimos nuestros buenos deseos mientras comenzaban a caminar en esa noche tormentosa. "No
se preocupen", dijo Leah, "estaremos bien", y yo supe que de algún modo lo estarían, en esa noche brutal.
Volví al vestíbulo, donde las velas seguían derramando su cálido resplandor, pero la sala estaba súbitamente vacía
ahora que Leah se había ido. "Mitzvot y milagros", murmuró el bedel, quien habían sobrevivido el Holocausto y los
campos de concentración. Y me pareció que cada uno de nosotros había ganado esa noche una mitzvá y sido
testigo de un pequeño milagro. No, no la partición del Mar Rojo, sino la partición del malentendido que nos
mantiene separados. Y los pequeños milagros nos habían traído a cada uno de nosotros aquello por lo que
habíamos venido a la sinagoga en esa noche nevada. Leah había encendido sus velas bendecidas, los muchachos
habían hallado un asilo judío seguro para rezar, el bedel había logrado su mitzvá mediante su asistencia y los actos
de bien para con Leah, el Rabino había visto a los jóvenes muchachos ortodoxos entrando a su santuario y leyendo
las mismas antiguas palabras que sus escasos feligreses, y rezaron juntos a nuestro Unico Di-s, y mi esposo tuvo
un minián de modo que pudiera decir el kadísh para honrar la memoria de su padre. Y yo -- tuve la renovación de
mi fe -- pues siempre encenderé las velas por mi abuela, mis hijas, yo misma, y todas las mujeres de mi fe. Sí, ¿lo
ven? Mi esposo, por lo tanto, estaba a la vez en lo cierto como equivocado.
Los milagros aún suceden, y a veces alguien todavía escribe sobre ellos.
de "Neshei Chabad Newsletter" (NY)
LA CONEXIÓN LASHÓN HARÁ
Moshé Goldberger
Alguien perdió un caso en el bet din (tribunal de justicia).
Esta persona informa que tiene razón y que el bet din fue
corrupto. Por supuesto, él alega que tiene pruebas. Le
muestra a usted el p´sak (la conclusión del bet din)) y le
explica por qué hay un error. ¡Cuidado! No se deje
engañar.
Incluso si usted fuera un gran sabio y pareciera que esta
persona tuviera una justificación, considere el hecho de
que puede no haber presentado el caso de la misma
manera ante el bet din.
La regla es que siempre hay muchas perspectivas
favorables con las cuales exonerar al bet din. Pero
incluso si uno no viera soluciones meritorias, aún así
existiría la obligación de acercarse primero al Rab o
al bet din e informarse sobre sus razones (Jafetz Jaim,
Hiljot Lashón Hará 6:8, nota al pie de página).
Si le han robado algo y tiene la firme sospecha de que
sabe quién es el culpable, le está prohibido a usted,
como individuo, castigar o penalizar a esa persona de
cualquier forma para intentar extraerle una confesión
(Jafetz Jaim, Hiljot Lashón Hará 7:13-14).
LEYES DE LASHON HARA
EL QUE NO HABLA MAL DE OTROS NO
PECARÁ CON RESPECTO A SU PRÓJIMO
¿Qué pasa con un mendigo del barrio de quién
se pensaba que era un individuo respetable
que necesitaba mi apoyo pero alguien informa
que es un impostor?
La halajá exige que usted continúe dándole
sus asignaciones de caridad en forma regular
hasta tanto investigar y verificar la situación
(Jafetz Jaim 6:11, nota al pie de página).
No juzgue a su semejante hasta no estar
en su lugar.
Pirké Avot 2: 4
ESTUDIANDO 3 PESUKIM (VERSÍCULOS) SOBRESALIENTES
"Y tú ordenarás a los hijos de Israel" (27:20)
PREGUNTA: ¿Por qué el nombre de Moshé no es mencionado en Parshat Tetzavé?
RESPUESTA: Moshé murió el séptimo día del mes de Adar, que usualmente cae durante la semana en que se lee Parshat Tetzavé. Dado que su deceso tuvo lugar durante esta semana, su nombre no es mencionado. Aún en un año bisiesto (de trece meses lunares), el Maguen Abraham (580:8) dice que aquellos que ayunan el siete de Adar deben ayunar en el primer Adar porque hay opiniones que dicen que el año en que murió Moshé fue un año bisiesto y que él murió en el primer Adar. De acuerdo con Rabí Janina Bar Papa, Moshé nació en un año bisiesto en el primer Adar (Sotá 13 b). Por ello, dado que su nacimiento y su muerte ocurrieron exactamente el mismo día, podemos concluir que murió en el primer mes de Adar. Alternativamente, cuando Hashem consideró aniquilar al pueblo judío por haber pecado con el becerro de oro, Moshé intercedió y dijo "Mejeini na misifreja asher katavta" --"Bórrame de Tu libro que has escrito" (32:32). Hashem respondió "Quienquiera haya pecado contra Mí lo borraré de Mi libro" y por ello no hubo razón para que Moshé fuera borrado. No obstante, un tzadik debe ser extremadamente cauteloso con cada palabra que pronuncia (ver Berajot 56 a). Alternativamente, cuando los judíos pecaron con el eguel (becerro de oro), Hashem contempló la posibilidad de no seguir acompañando a los Bnei Israel y le dijo a Moshé: "Hine malaji ielej lefaneja" --"Mi ángel irá delante de ustedes" (32:34). Hashem quería que el ángel Mijael guiara al pueblo judío junto con Moshé. Moshé se rehusó a aceptar al ángel Mijael e insistió que Hashem mismo acompañara al pueblo judío (Rashi 33:15). En Parshat Tetzavé hay 101 versículos y el siman (señal) para recordar esto es la palabra Mijael, que equivale numéricamente a 101. La Parshá en la que hay un remez (indicio) para Mijael no menciona el nombre de Moshé porque éste se rehusó a ir junto con Mijael.
"Aceite puro de oliva, prensado para iluminación" (27:20)
PREGUNTA: Rashi explica que la primera gota de aceite prensada es la más fina, y ese aceite se usaba para encender la menorá. El aceite restante de la aceituna (que no era tan puro), era usado para menajot (ofrendas de alimentos) Normalmente uno usa el mejor aceite para cocinar y el más barato para quemar o iluminar. ¿Por qué en el Mishkan era al revés?
RESPUESTA: La menorá es el prototipo de la espiritualidad. Representa Torá y mitzvot, como declara el Rey Shlomó, "Ner mitzvá veTorá or" --"Una luminaria es una mitzvá y la Torá es luz" (Proverbios 6:23). Un Korbán Minjá(sacrificio) es comido, y representa las necesidades materiales y físicas de una persona. Desgraciadamente hay personas que proclaman pobreza cuando tienen que gastar dinero para Torá y mitzvot, pero tienen abundancia de dinero cuando es para placeres personales. De la manera en que las cosas eran hechas en el Mishkan, podemos aprender las verdaderas prioridades. Para Torá y mitzvotuno debe gastar dinero y usar lo mejor y más puro. Para el placer personal, un judío debe practicar la restricción y aprender a conformarse con menos.
"Y tú pondrás en el pectoral los Urim y los Tumim" (28:30)
PREGUNTA: ¿Qué eran los Urim y los Tumim y como operaban?
RESPUESTA: Los Urim y los Tumim eran dos inscripciones del Nombre Divino. Cuando Moshé estaba en el cielo estudiando la Torá, Hashem le reveló el secreto de cómo hacer los Urim y los Tumim. Sólo Moshé, a quien el secreto le fuera revelado, podía hacerlos y ponerlos en el pliegue del pectoral. Por lo tanto, en ningún lugar está escrito que nadie haya contribuido en hacer los Urim y los Tumim o alguna instrucción a los trabajadores sobre como hacerlos. Sobre las 12 piedras del pectoral estaban escritos los nombres de las 12 tribus, los nombres de los patriarcas Abraham, Itzjak y Iaacov, y también las palabras (shivtei Ieshurún --tribus de Ieshurún (uno de los nombres dados al pueblo de Israel)). En cada piedra había seis letras, incluyendo el nombre de la tribu, por lo tanto, había 72 letras en total. Cuando se traía un interrogante ante el Cohen Gadol, él meditaba en el Santo Nombre de los Urim. Esto provocaba que las letras sobre las piedras del pectoral se iluminaran o resaltaran. Estas letras formaban la respuesta a la pregunta. Sin embargo, dado que no estaban especialmente ordenadas, nuevamente el Cohen Gadol (Sumo Sacerdote) tenía que meditar en el Santo Nombre de los Tumim y entonces se le daba Ruaj Hakodesh --inspiración Divina --un nivel de profecía menor que aquel llamado "nevua" para ordenar las letras apropiadamente y transmitir la respuesta correcta.
Cortesía: tora.org.ar
¿POR QUÉ NOS DISFRAZAMOS?
Extraido de Nosotros y el tiempo. Rab Eliahu Kitov
En Purím es costumbre disfrazarse incluso como no judíos para no ser reconocidos. Las costumbres judías tienen su
base en la Torá, y no seguiríamos una a menos que existan razones valederas para hacerlo. Uno de los motivos que
avala esta costumbre es que de esta forma demostramos que aunque a veces cometamos pecados y nos
comportemos como lo hace gente de otras naciones, esto no es más que una manifestación externa; en nuestro
interior, sin embargo, permanecemos fieles a Di-s. Esto fue lo que ocurrió con los judíos de aquella generación;
veneraron al ídolo de Nabucodonosor, pero ello no fue más que una simulación, ya que se mantenían fieles a Di-s
en sus corazones.
Nuestros Sabios nos enseñan: Los estudiantes de Rabí Shimón bar Iojái le preguntaron: "¿Por qué fueron
condenados a la destrucción `los enemigos de Israel´ [un eufemismo talmúdico para hacer referencia a los propios
judíos al hablar de algo malo] de aquella generación?". Les contestó el Sabio: "¡Respondedme vosotros!". "Porque
ellos gozaron del banquete ofrecido por ese malvado [Ajashverosh]". Entonces él les dijo: "Si ésa es la razón,
solamente aquellos que vivían en Shushán deberían haber sido exterminados, mas no los que vivían en otros
lugares".
Ellos le dijeron: "¡Dinos tú, entonces!". Les contestó: "Porque se prosternaron ante el ídolo". Ellos le preguntaron:
"¿Acaso Di-s concede gracia en un caso así [es decir, si se prosternaron ante el ídolo, por qué fueron
perdonados]?". El respondió: "¡Lo hicieron sólo por apariencia; y también Di-s obró así [es decir, permitiendo a
Hamán que los amenazara] por apariencia!" (Meguilá 12a).
* * *
Algunos encuentran en la Torá una alusión a esta costumbre, basándose en la explicación del versículo que
expresa: Y Yo he de ocultar Mi rostro en aquel día (Deuteronomio 31:18). La raíz de las palabras hebreas que se
utilizan en la expresión "Haster astir" -"he de ocultar"- se encuentra fonéticamente relacionada con Ester. Así, los
Sabios explicaron que dicho versículo constituye una alusión a Ester en la Torá, y asimismo refleja la costumbre de
"ocultar" nuestros rostros en Purím, el día de Ester.
* * *
Israel y Amalék representan dos polos diametralmente opuestos en la historia de las naciones del mundo. Pero
como ocurre a menudo con los extremos, estos suelen compartir ciertas características. Eisav -el progenitor de
Amalék, tanto en términos de parentesco como de personalidad- tendía a ocultar su verdadera personalidad. Se
vestía con ropas finas, actuaba piadosamente y hablaba con soltura; todo el tiempo ocultaba su perversidad detrás
de una máscara de engaño y astucia. La Torá declara: Una trampa en su boca (Génesis 25:28); nuestros Sabios
explicaron: Su boca era una trampa; es decir, su discurso y su intención no eran una misma cosa.
El atributo diametralmente opuesto se puede observar en los justos del pueblo de Israel. Así, el Rey David parecía
un pecador, mientras en realidad se destacó por su devoción personal. La rectitud de Iaacov estaba tan bien oculta
que hasta su padre Itzjak no logró conocer su verdadera personalidad. Fue sólo cuando Rivká reveló las cualidades
internas de Iaacov que Itzjak le otorgó las bendiciones que sólo él era verdaderamente digno de recibir.
Cortesia: tora.org.ar
Cuidemos cada una de nuestras palabras.
“Lashon Hara equivale a asesinato”.
IMPORTANTE
Saludos a todos.
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Pronto con la ayuda de HaShem el Director General de la Yeshiva Virtual
Latino-Americana Boaz Fariñas dictara conferencias en diferentes lugares
de Colombia y de otros países de américa latina.
Temas a tratar en la conferencia:
-. Los Benei Anusim realidades y mitos. -. Las 13 cualidades de Rabí Israel Salanter. -. Somos un pueblo.
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