Boletín del Archivo General de la Nación - agn.gob.mx · María José Rhi Sousi UAM...
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Boletín del Archivo General de la Nación7a época, año 2, núm. 7, enero-marzo 2011
San Ángel, Tlacopaque y Tetelpa, D.F., 1709AGN, Catálogo de mapas, planos e ilustraciones, Tierras, vol. 2919, exp. 4, f. 130.
Boletín del Archivo General de la Nación
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Armando PreciadoUniversidad de [email protected]
Gabriela [email protected]
María José Rhi [email protected]
Alicia SalmerónInstituto [email protected]
Coordinador editorialMiguel Ángel [email protected]
Índice
EDITORIAL
GALERÍAS
Los archivos españoles como modelos y antecedentes del Archivo General de la Nación de MéxicoMa. Teresa Jarquín Ortega
El panorama acuático e hidráulico en la cartografía colonial del México centralElia Rocío Hernández Andón
PORTALES
Los secretos de la hacienda henequeneraPiedad Peniche Rivero
Transparencia, archivo y derechos humanosClaves para el proceso democráticoGabriela Mendoza Correa
El acceso a los archivos: entre lo público y lo privado, entre la apertura y la opacidadGustavo Villanueva Bazán
RESEÑAS
Inquisición de Veracruz. Catálogo de documentos novohispanos en el AGNPor Idalia González Castillo
Julieta Ortiz Gaitán, Mensajeros del México Moderno: Timbres postales y fiscales de Francisco Eppens en los Talleres de Impresión de Estampillas y ValoresPor José Guillermo Tovar Jiménez
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Alfonso Reyes, Raimundo Lida y María Rosa Lida de Malkiel: correspondenciaPor Marco Antonio Silva Martínez
DOCUMENTOS DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN
Comunicaciones y transportes
Proyecto de la Dirección General de Telégrafos para la instalación de un sistema de comunicación secreta, entre Presidencia, las secretarías de Estado y el palacio de Chapultepec
ÍNDICES Inventario de la segunda parte del Fondo Instrucción Pública y Bellas Artes (primera de dos entregas)
Librería
Visitas guiadas
Normas para la entrega de originales
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9Legajos, número 7, enero-marzo 2011
EDITORIAL
En esta edición, la sección Galerías inicia con un texto de María Teresa Jarquín Ortega, quien explica la importancia de los archivos y reseña el origen de los repositorios españoles que sirvieron como modelo en México del actual AGN; Elia Rocío Hernández Andón hace un estudio de varios acervos cartográfi cos, entre ellos el del AGN para referirse y analizar las imágenes en que fue representada el agua durante el periodo colonial en la zona central mexicana.
En la sección Portales, Piedad Peniche Rivero comparte con los lectores los cinco secretos de la hacienda henequenera de Yucatán, que prosperó a fi nes del siglo XIX y principios del XX merced a la expansión del mercado internacional de ese agave; también se incluyen aquí dos textos que partici-pan de la discusión en temas archivísticos, en uno se establece la relación de los archivos con la transparencia y los derechos humanos, bajo la consider-ación de que el acceso a la información y la protección de datos son garantía del ejercicio ciudadano; en el otro artículo se particulariza sobre el acceso a los archivos como bienes culturales de México donde hace falta que entre en vigor la Ley Federal de Archivos.
Dentro de la sección Reseñas se comentan tres libros de índole diversa, el primero es un catálogo de documentos inquisitoriales referidos a Vera-cruz; otro revisa la aportación del artista mexicano Francisco Eppens en la fi latelia nacional y el tercero da cuenta de la correspondencia sostenida por Alfonso Reyes con los intelectuales de origen argentino Raimundo y Rosa María Lida.
GALERÍAS
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El presente trabajo intenta explicar la importancia de los archivos, su origen y perfeccionamiento como patrimonio histórico y pieza angular para la elaboración y desarrollo de la historia. Si partimos de la defi nición de que un archivo es un conjunto orgánico de documentos producidos por una persona, sociedad o institución en el desarrollo de su actividad, para fi nes de la administración o de la cultura, llegamos a la conclusión de que el archivo es el refl ejo de la acción de una sociedad. El archivo, como todo objeto temporal tiene su propia historia, se hace al ritmo que el propio devenir le impone.
Los hechos históricos crean la institución y ésta a su vez genera el archivo, en justa correspondencia éste devuelve en imagen documental la historia de la institución que lo produjo y todo lo que sucedió durante su existencia. Así, el archivo es un repositorio que podemos comparar con una cámara fotográfi ca, donde el rollo conserva las imágenes captadas de la realidad, y a través de los documentos la historia imprime sus instantáneas. Partiendo del origen del archivo, de las instituciones y las ideas que lo fundamentaron podremos conocer lo que contiene.
LOS ARCHIVOS ESPAÑOLES COMO MODELOS Y ANTECEDENTES DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN DE MÉXICO
Ma. Teresa Jarquín Ortega*
No se concibe una administración moderna sin archivo. Por eso, en cuanto esa administración empieza a dibujarse como parte esencial de una nueva forma de Estado, la función de archivar se considera necesaria.
José Antonio Maravall
* El Colegio Mexiquense, A. C.; [email protected]
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El Archivo General de la Nación, como la mayoría de las instituciones que tenemos en México, es un refl ejo de la obra colonizadora de España en Hispanoamérica y no se puede entenderla si no conocemos el origen de los archivos españoles y su refl ejo claro y preciso en lo que fue la Nueva España, ahora México.
Los archivos en la corona de Aragón
El rey Alfonso el Casto le pidió al deán de la iglesia de Barcelona, Ramón de Caldes, que escribiera la introducción al Liber feudorum mayor, a fi nales del siglo XIII. Al cumplir el deseo del rey el deán aseguró: “Personalmente expresasteis el deseo de que todos los documentos de vuestro reinado y de vuestros antecesores se reunieran en un volumen tanto para utilidad de los súbditos y guardas de sus derechos como para eterno recuerdo de los acontecimientos más memorables”.1
Esta frase sirvió de modelo a los legisladores de fi nales del siglo XX para defi nir al archivo como un conjunto orgánico de documentos reunidos por personas jurídicas en el ejercicio de sus actividades para su utilización con fi nes de investigación o gestión administrativa. Así de inalterables han permanecido a lo largo del tiempo las dos fi nalidades que toda guarda de documentos, con intención o sin ella, persigue: servicio de la propia administración y de la historia, garantía del presente y del pasado, conjugación simultánea del futuro y del pretérito. Nada de extraño tiene que la fi gura mitológica de Jano bifronte haya sido adoptada por los archiveros de todo el mundo como símbolo de su profesión.
Simultáneamente a las primeras manifestaciones de reformas jurídicas y administrativas (obra legislativa de Alfonso X, el Ordenamiento de Alcalá de 1348, la actividad institucional de los Trastámara) aparecen las primeras menciones al archivo real bajo los nombres de cámara y tesoro. Los libros-registros debían de ser entregados anualmente al camarero con el objeto de que los guardara en el tesoro, para que estén bien guardados y el Libro Becerro de las Behetrías se conserva en la cámara del rey. Se aprecia ya una
1 José Luis Rodríguez de Diego y Francisco Javier Álvarez Pinedo, Los archivos españoles. Simancas, p. 11
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diferenciación de funciones gubernativas, recogidas en los libros-registro, y hacendísticas, simbolizadas en los libros de cámara, verdaderos asientos de ingresos y gastos del fi sco, entre los que sobresalían las mercedes concedidas por el rey.
La creación del Archivo General de Simancas
[El archivo de Simancas] No es un castillo habilitado para archivo sino un archivo en forma de castillo. Lo arquitectónico se somete a lo archivístico y no al contrario.2
El primer archivo de la época moderna en España, fue el de Simancas, hasta mediados del siglo XIX fue considerado como un archivo predominantemente administrativo, es hoy uno de los más ricos depósitos documentales para la historia de Hispanoamérica. Fundamentalmente para el conocimiento no sólo de nuestro pasado, sino de buena parte de Europa. Es bien conocido de investigadores y especialistas. Pero poco consultado por los historiadores regionales de América. La creación del Archivo General de Simancas es la consecuencia del nacimiento del Estado moderno, instaurado en la corona de Castilla en el primer tercio del siglo XVI, y de la burocracia resultante de la organización administrativa del nuevo Estado.3
La guarda de documentos es connatural a cualquier institución. Y aunque la monarquía castellana no ha conservado toda la documentación debido a su azarosa trayectoria (reconquista, itinerancia, lucha contra la nobleza...) custodió celosamente en la “cámara” del rey los documentos referidos a compromisos internacionales (relaciones con el vecino país: Portugal) o a mercedes económicas (privilegios desde Alfonso VIII y Becerro de las Behetrías). Esa es la razón de su conservación en Simancas.4
Su creación se debió a Carlos V, pero su hijo Felipe II fue quien lo consolidó como Archivo de la Corona. Siempre expresó que era un pilar fundamental en el entramado del aparato institucional que se había originado en el período de los reyes católicos y defi nitivamente establecido por la
2 Ibidem, p. 24.3 Ibid., p. 1.4 Ibid., p. 11.
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dinastía de los Austrias, otorgándole una doble consideración: la de guardián de los derechos de la Corona y de los vasallos, y la de ser “memoria de la antigüedad”.5
No existe un archivo de la corona de Castilla anterior a los reyes católicos a semejanza del existente en la corona de Aragón. La documentación castellana ha corrido la suerte del nomadismo de la corte, de la inestabilidad de sus instituciones y, sobre todo, de la turbulencia del período bajomedieval recorrido por continuas luchas dinásticas y nobiliarias. La ausencia de un depósito documental es el más claro signo de la anarquía de la época y, por el contrario, la conservación de algún retazo, la señal evidente de la importancia que se le atribuía.
Con los reyes católicos se abre una nueva etapa histórica. Y al igual que en épocas pasadas (instauración de la casa de Trastámara en la guerra civil 1366-1369), se inaugura con otro confl icto castellano, el último, entre nobleza y monarquía, saldado en 1476. Se reafi rma defi nitivamente el poder supremo del rey y se desarrolla un aparato central de gobierno. Se sientan las bases del llamado Estado moderno.
Este nuevo período histórico acompañado de un naciente organismo institucional, delineado en sus elementos más sustanciales (creación de algunos consejos: Órdenes, Aragón, Inquisición, y de Audiencias: Valladolid y Granada), no podía por menos de manifestarse en el archivo. Y una vez más éste corre parejo a las modalidades histórico-institucionales del reinado. Los reyes católicos crearon la unidad territorial sin que conociesen la expansión imperial. Diversifi caron las tareas de gobierno sin que llegasen a una estructuración globalizadora. Intentaron crear un archivo central sin que cuajase defi nitivamente el proyecto.
Se tiene conciencia de que “los privillegios e escripturas tocantes a la corona real e al bien e pro común destos reynos… han estado siempre e están muy derramados e cuando son menester… no se pueden haber ni hallar”,6 se nombra al bachiller Diego Salmerón primer archivero para que los recoja, y se le ordena los deposite “en un archivo e lugar público que yo mando hacer en la villa de Valladolid en la casa de Audiencia e Chancillería”,7 según se dice en la real provisión de 23 de junio de 1509, pero no existen
5 Idem.6 Ibid, p. 16.7 Idem.
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vestigios de que tales fi nes se consiguieran en los años posteriores. La inestabilidad del poder central con los gobiernos provisionales de Felipe el Hermoso, regencia de Fernando y regencia de Cisneros no favorecían un proyecto que exigía duración y permanencia.
No obstante, en el archivo como en otras muchas realidades los reyes católicos habían puesto los más sólidos cimientos. Esta carencia de aparato institucional defi nido, refl ejado en la ausencia de archivos, justifi ca el diferente método empleado en la exposición del reinado de los reyes católicos y de los Austrias y Borbones. En el primero se sigue un esquema exclusivamente histórico sin mediaciones institucionales, mientras que en los segundos primará un orden institucional-histórico.
Va a ser el triunfo en una nueva guerra civil, las comunidades, el que proporcione al nieto de los reyes católicos, Carlos V, la defi nitiva supremacía del poder real y la instauración de la monarquía absoluto-señorial. Entre 1523 y 1525 alcanza su desarrollo último el denominado “régimen polisinodial”, un modo de gobierno pluripersonal sustentado por tantos consejos u organismos centrales cuantas áreas de actuación se consideraban necesarias de ser administradas. Organismos encargados de los negocios correspondientes a otros reinos (Aragón, Italia, Flandes, Portugal, Nueva España…) como de las tareas relativas al régimen interno de los reinos peninsulares (Inquisición, Guerra, Hacienda…) componían la gigantesca maquinaría administrativa de los Austrias.
El concepto y realidad del Estado moderno, instaurado en el primer tercio del siglo XVI, exigirá una organización administrativa con su compañera inseparable, la burocracia, y con su correlato necesario, el archivo. Si el embrión de estructura institucional ideada por los reyes católicos hizo sentir la necesidad de crear un archivo, la existencia de éste se considera imperiosa en una administración plenamente realizada. Aquí radica la razón fundamental del archivo de Simancas. El 16 de septiembre de 1540, por cédula real fi rmada por Carlos V en Bruselas, se daba la primera orden del envió de documentos a Simancas. Comenzaba su andadura el archivo de la corona de Castilla.
La elección del castillo de Simancas estuvo motivada por su proximidad a la corte (la villa dista 10 kilómetros de Valladolid), por la seguridad que su carácter defensivo ofrecía y, en especial, por sugerencias del infl uyente
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secretario, Francisco de los Cobos, alcalde de la fortaleza. Antes de que el castillo de Simancas fuera designado para archivo tuvo dos funciones principales: depósito de armas y dinero y, sobre todo, prisión de Estado; entre sus presos famosos fi gura el comunero Acuña, obispo de Zamora.
Si a Carlos V le cabe el honor de ser el fundador del archivo de Simancas, a Felipe II hay que atribuirle el mérito de culminar el intento y darle resolución defi nitiva. No es casual que así sucediese. En el reinado de Felipe II se consolida y aún se amplía (Consejo de Portugal, de Flandes, el de Indias…) el organigrama polisinodial implantado por su padre, con el correspondiente aumento de burocracia y producción de escrituras. Bajo su reinado también se resuelve, por fi n, el problema de la localización externa del centro de poder acabando con la secular condición itinerante de la monarquía castellana.
Estas dos realidades traducían, a su vez, una nueva manera de gobierno, un estilo nuevo en el despacho de negocios, muy personal del monarca, que atendía y seguía personalmente la tramitación y resolución de todos los asuntos. Su biógrafo Luis Cabrera de Córdoba, escribió que por medio de los papeles meneaba el mundo desde su real asiento. Tales realidades no podían por menos de refl ejarse en el archivo recién fundado.
Se aprecia un cambio muy signifi cativo en el lenguaje empleado por Felipe II para referirse a los documentos del archivo, se añade una dimensión más amplia, posiblemente por más absolutista, abarcadora tanto de los derechos de la corona, como de los ciudadanos. Era evidente, según esta concepción, la insufi ciencia espacial asignada al archivo por Carlos V en el cubo de la fortaleza.
La sedentarización de la corte también tuvo su correlato en el archivo. En la cédula de nombramiento de Diego de Ayala como “tenedor de las escripturas” se exige por primera vez que resida en Simancas. Anotemos que la cédula está fechada en 1561, año del traslado de la corte a Madrid y de su fi jación en ésta. No podía haber elegido Felipe II persona más capacitada. La tarea llevada a cabo por Diego de Ayala fue de tal magnitud que ha pasado por ser el fundador del archivo. Sus largos treinta años de dedicación efi caz y entusiasta se ocuparon en dos afanes principales: la recogida de escrituras y las obras de ampliación del archivo.
El siglo de la ilustración, el siglo de las reformas borbónicas, inaugurado
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por otra guerra civil, la de sucesión, comienza para el archivo con la visita del primero de los Borbones: Felipe V. Como en períodos anteriores, la actuación se bifurcará en la reiterativa atención de las obras y en la metódica organización de los fondos, tamizada una y otra por las circunstancias concurrentes en el siglo de las luces.
Como no podía ser menos, la infl uencia de la ilustración es de índole interna. El predominio de la razón y de la crítica, aplicados a las fuentes documentales cristaliza en una búsqueda y sistematización de las mismas. En 1750 Pedro Burriel, hermano del erudito Marco Burriel, presenta un proyecto para organizar el archivo con criterios científi cos (no olvidemos que la Academia de la Historia se había fundado en 1736. Aunque el propósito no pasó de ahí, es claro exponente del espíritu ilustrado. Y en este marco hay que encuadrar y explicar la primera sangría (en 1850 se sacaría la documentación del Consejo de Aragón y en 1914 la de la Inquisición) de los fondos simanquinos.
Con el fi n de reunir todos los documentos relativos a Indias y preparar así los materiales para elaborar con sólidos fundamentos una historia de América que contrarrestase la calculada tendenciosidad de otras historias escritas por extranjeros, en especial ingleses, visita el archivo el conde de Floridablanca en 1773 y tantea la viabilidad del proyecto. Comprobada ésta, se designa a Juan Bautista Muñoz responsable del mismo, ayudado de un equipo de colaboradores que preparan el bloque documental indiano, constituido fundamentalmente por las escrituras emanadas y recibidas por el Consejo de Indias.
En agosto de 1785 salían de Simancas 24 carros de documentos con destino a Sevilla. Junto con los producidos por la Casa de Contratación y el Consulado formaría desde esa fecha el Archivo General de Indias. Coincidencias de la historia: el edifi cio donde se iban a albergar, la Casa Lonja de Sevilla, había sido trazado por Juan de Herrera, al igual que el Monasterio de El Escorial, La Catedral de Valladolid y el Palacio de Aranjuez, entre otros.
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La fundación del Archivo General de Indias
Consta que no existe edifi cio que albergue archivo más hermoso, que el Archivo General de Indias en Sevilla. Por lo menos no, de entre
las varias docenas de archivos que conozco tanto en el Nuevo Mundo como en el Viejo Mundo. Uno nunca deja de sentir una fuerte emoción
al subir su magnífi ca escalera, mezcla singular de humildad y de una sensación de aventura (,,,) Además, el archivo más hermoso del mundo,
para colmo, se encuentra en una de las ciudades más fascinantes y encantadoras que tuve el privilegio de conocer.
Magnus Mörner
El 14 de octubre de 1785, llegaban a la Lonja del Comercio de Sevilla 24 ca-rretas, conducidas por mulos, desde Simancas (Valladolid) por Despeñape-rros, La Carolina, Córdoba y Écija, con un peso de 1909 arrobas de papeles históricos y en 257 cajones bien recubiertos de hule. El rey Carlos III, su ministro el malagueño José de Gálvez y el valenciano historiador, cosmó-grafo de Indias, Juan Bautista Muñoz, eran los promotores del traslado de los documentos, con estos papeles llenaban uno de los mejores graneros del mundo con testimonios e información sobre el pasado histórico de las Indias, descubiertas por Cristóbal Colón. Información precisa y objetiva para gobernarlas, entonces, y para historiarlas, siempre, o como ellos expre-saron rotundamente, sin nuestras actuales disquisiciones administrativas e historicistas, para producir la “mayor utilidad posible”.8
José de Gálvez, uno de los grandes protagonistas de esta empresa del Archivo de Indias, se hallaba desde 1772 en Madrid tras ejercer el cargo de visitador e intendente de Nueva España. Gálvez había puesto mucho empeño en el desarrollo del IV Concilio Mexicano, año de 1771, presidido por el cardenal Lorenzana, en el cual, debido a su cuidado, se había aprobado por el clero la expulsión de los jesuitas y se solicitó, además, al papa la beatifi cación del venerable obispo Juan de Palafox. Ahora, el que fue ejecutor de la expulsión de los regulares jesuitas en México, Gálvez,
8 González García, Pedro, et al, Archivo General de Indias, p.33.
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ejercía de fi scal, era el hombre de las leyes y del derecho que defendía con tales armas el patrimonio real y todo lo que le podía pertenecer. Y entonces hasta la memoria de una nación, la historia, se consideraba patrimonio del rey, personalización del honor de la nación.
El malagueño fi scal del Consejo fue enviado a la blanca fortaleza de Simancas, en el mismo corazón de Castilla y archivo general de la corona, para la busca de documentos que autorizasen la labor diplomática del embajador en Roma, don José Moñino, futuro conde de Floridablanca, ante el papa Clemente XIV, en el proceso de beatifi cación en los dicasterios romanos del obispo antijesuita.
En esa primavera de 1773, Gálvez, conoció la verdadera situación de los papeles añejos, procedentes del Consejo de Indias, que según él eran “los más preciosos e importantes de la Corona”. Estaban “apretados” en “desorden y confusión” por faltos de espacio, por tanto eran difícilmente asequibles.9
En 1779 José de Gálvez encarga al cosmógrafo mayor de Indias, Juan Bautista Muñoz (1745-1799), natural de Museros, Valencia, la confección de una “Historia del Nuevo Mundo”. Era el hombre adecuado del momento por ser un humanista ingenioso, antiescolástico, ecléctico y amante de la ciencia experimental y la comprobación racional. Fue un protegido del ministro Gálvez, tras una carrera estelar en la corte madrileña. En la fi guración del pasado español, Muñoz, bajo los auspicios de la corona, debía dar al público “la verdadera historia de nuestros establecimientos en América desde su llegada hasta nuestros días, donde constase a todos, el recto proceder y las sanas intenciones del Gobierno español en vista de mil auténticos documentos que aún no se han disfrutado”.10
Esta historia, por declararse entonces tan ofi cial, nos escandaliza en nuestro siglo actual porque vislumbramos en ella un obligado silencio de las noticias de los documentos que testimoniasen un mal proceder, y ruido de los del bueno, que de aquéllos y éstos hay muchos en el archivo.
Y para construir esta historia nada mejor que urgir con apremio imperioso la concentración, concierto, arreglo y organización de los dispersos papeles
9 Ibidem, p. 36.10 Ibid, p. 38.
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indianos más inmediatos a la corona. Para ello, dentro de esa urgencia sentida, en 1778 se comisionó hacia Simancas a Echeverría y a Ortiz de Solórzano, y hacia Sevilla y Cádiz, a Martínez de Huete, para conocer y describir los papeles de la Casa de la Contratación, los Consulados, los de la catedral de Sevilla y otros. Y, además, para que examinasen “menudamente si la Casa Lonja de Sevilla era a propósito para colocar el Archivo General de Indias”,11 11 de septiembre de 1778.
Juan Bautista Muñoz, al realizar esta historia que debía de ser objetiva y ofi cial, pidió la concentración en un solo lugar de los documentos indianos dispersos en varios puntos de la metrópoli (Madrid, Simancas, Cádiz y Sevilla), para fundamentar una historia hecha por la corona y para la corona, para el bien de la nación, en la más clara expresión de lo que se ha venido llamando despotismo ilustrado.
“[…] El 2 de febrero de 1785 se da la orden a Juan Bautista Muñoz para que comiencen las obras mayores de remodelación de la Lonja hasta conseguir un “establecimiento con solidez, magnifi cencia y gusto”,12 como lo defi nirán las ordenanzas del Archivo de 1790. Estas obras terminarían en 1787. Mientras la documentación iba llenando las estanterías, se redactaron las instrucciones provisionales para el funcionamiento del Archivo, promulgándose las defi nitivas “Ordenanzas para el Archivo General de Indias” el 10 de enero de 1790.13
Éstas establecieron que debía haber personas prácticas en el manejo de papeles, pues “sin conocimiento práctico ni noticia de su estado, no es fácil proponer reglas fi jas para el orden que debe llevarse en la colocación de los papeles remitidos al Archivo de Sevilla”.14 En la gestación de capítulos esta Ordenanza del Archivo General de Indias guarda un precioso equilibrio entre, lo que con muchas cautelas podríamos llamar, el archivero historiador y el archivero administrativista. Se perfi la al archivero neto, como fi gura autónoma de solución entre la práctica administrativa y la práctica historiográfi ca.
El 10 de enero de 1790 el rey fi rma la Real Cédula en cuyo expositivo
11 Ibid, pp. 39-40.12 Ibid, p. 42.13 Ibid, p. 68.14 Ibid, p. 45.
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se extienden 90 capítulos, y se ordena su cumplimiento. Esta ordenanza con su largo articulado y su proclamación del principio del respeto a la procedencia y estructura de los fondos documentales, constituye un cuerpo doctrinal reconocido por la comunidad archivística española y americana del siglo de las luces, y cada vez más puesto en evidencia en el nuestro, en esa relectura de la archivística tradicional.
Y es que, sin duda alguna, en los casi diez kilómetros de estanterías de este gran archivo universal se encuentra una de las memorias sociales más objetivas, más coherentes y más organizadas de los hombres del descubrimiento y sus cosas, en el encuentro, en la colonización y de la aculturación entre España y América. Comienza el acceso de investigadores, y quizás el primer americano que lo hizo fue Washington Irwing, en los años 1828-1829 para trabajar sobre los viajes de Colón. Siguen luego autorizaciones a brasileños, costarriqueños, chilenos, mexicanos y muchos más de todo el mundo interesados en ver la historia de España y sus colonias.
Años más tarde, se manifestó la trascendencia técnica de las ordenanzas del Archivo de Indias, cuando el virrey de México, Revillagigedo II, remite a don Pedro de Acuña, sucesor de don Antonio Porlier en la Secretaría de Estado y del Despacho Universal de Gracia y Justicia de Indias, las “Ordenanzas para el Archivo General” que ha de establecerse en el palacio de Chapultepec con arreglo a la Real Orden de 28 de abril de 1792. Para redactarlas Porlier en ese mismo documento había enviado como modelo, patrón y arquetipo seis ejemplares de las sevillanas.15
La fundación del Archivo General de la Nación en México
[El Archivo General de la Nación es] “el más importante de América por la cantidad de manuscritos coloniales que contiene, sólo comparable
a los acervos existentes en Madrid y Sevilla.Rafael López, Informe anual de 1937.
El 27 de marzo de 1790, Juan Vicente Güemes Pacheco y Padilla, segundo
15 Ibid, pp. 46-47.
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conde de Revillagigedo, envió al Ministerio de Gracia y Justicia de España el proyecto para crear el Archivo General de la Nueva España. Ese mismo año el virrey había elaborado un “plan necesario y urgente” para la reorgani-zación administrativa de la Secretaría de Cámara del Virreinato, a la que Revi-llagigedo consideraba el “eje, el tallo de la dirección de todo lo que conduce el gobierno”. Ambas propuestas, la creación de un Archivo General y la reestructuración de la Secretaría de Cámara, estaban en armonía con el ex-pansivo movimiento renovador ilustrado de la segunda mitad del siglo XVIII novohispano, que buscaba, por igual, hacer más efi ciente el despacho de los asuntos de gobierno, y el progreso espiritual y científi co general.16
Asimismo, el segundo conde de Revillagigedo aseguró en esos años que los papeles en las ofi cinas y tribunales, según su propio diagnóstico, formaban un “archivo sumamente confuso por impericia o desorden en su colocación y en todos crecidos volúmenes de papeles antiguos”.17 La propuesta para la creación del Archivo General, planteaba con claridad las tareas que debían emprenderse, así como los resultados que se alcanzarían en provecho de las ofi cinas y de los propios documentos antiguos, que “separados de los más modernos y depositados por orden y con índices de lo que en ellos se conserva, sería más fácil el hallazgo de antecedentes que se necesitasen, no serviría de estorbo a los que cada año se producen, y quedarían más libres de extracciones”, pues “se han perdido –señalaba Revillagigedo- por esta incuria o abandono muchos que no se encuentran y podrían rendir útiles noticias de lo obrado y sucedido”.18
El conservar con esmero y cuidado los documentos antiguos en un edifi cio donde se depositaran “a imitación de lo que se practica en algunas naciones cultas”, tendría, así, un doble benefi cio: “desahogarán piezas y estantes que ocupan con perjuicio de las ofi cinas y de su conservación propia, porque se les trata como inútiles, sin considerar que muchos encierran y guardan resoluciones y providencias exquisitas que hacen la veneración de las leyes y de los legisladores que han precedido y tal vez los motivos originales que ilustrarían la ignorancia de ellos y su época”. Todo
16 Juan Manuel Herrera Huerta y Victoria San Vicente Tello (coord.) Archivo General de la Nación. México. Guía General, p. 24.17 Ibídem, p. 25.18 Idem, p. 25.
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ello se resolvería subrayaba Revillagigedo, formando un Archivo General bien ordenado y asistido, a donde pueda acudirse y hallar fácilmente el documento que se requiere.19
Revillagigedo presentó la solicitud y obtuvo la autorización para formar el Archivo en la Nueva España. Él gestionó que el palacio nuevo de Chapultepec fuera el edifi cio donde se depositaran y conservaran los papeles antiguos, lo que no se logró pese a lo avanzado de los proyectos, y redactó las ordenanzas para el Archivo General en las que indicaba con una perspectiva que rebasaba el proyecto inmediato que eran “imponderables las ventajas de un archivo general bien ordenado, asistido y manejado por personas inteligentes, (sólo el tiempo, decía,) podrá hacer conocer toda la utilidad que resulta […] de la erección de este común depósito de reales cédulas, órdenes, providencias, ordenanzas, instrucciones, procesos, instrumentos públicos, cuentas, padrones, y demás papeles antiguos, que sepultados en diversas ofi cinas y cubiertos de polvo, ocultan bajo de sí, las noticias más preciosas e interesantes”.20
Teniendo en cuenta las penosas difi cultades que enfrentaban los ofi ciales cuando se requerían noticias, las ordenanzas de Revillagigedo, redactadas en 1792, indicaban que contando con un archivo general, ya no sería “preciso andar vagueando, ni solicitarlas en diversos lugares, sino ocurrir al centro común de todas ellas, donde con el buen orden que debe establecerse y los puntuales índices que han de formarse, hallará cada uno cuanto necesite”.21
Al igual que Muñoz en Sevilla, José Antonio Bonilla realizó algunas actividades preparatorias, orientadas a la inminente formación del Archivo General de la Nueva España. De tal suerte, ordenó e inventarió el archivo de la Secretaría de Cámara del Virreinato, y presumiblemente, organizó los materiales reunidos en una de las salas del palacio virreinal, al cancelarse la posibilidad de ocupar el palacio nuevo de Chapultepec.
A principios del siglo XIX cuando el barón Humboldt visitó la Nueva España, los documentos reunidos en la Secretaría de Cámara, los vastos proyectos para contar con noticias fi eles, el censo de 1790, los detallados
19 Idem. 20 Idem.21 Idem.
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informes de los intendentes, los registros de viajes y diversos papeles ofi ciales, le serían de gran utilidad para la confección de su importante obra.
Así la primera sede del Archivo General de la Nación, sería el Palacio Virreinal, hoy Palacio Nacional de México. La segunda sede del AGN, fue el Palacio de las Comunicaciones en el centro histórico de México en 1973 y posteriormente se trasladaría a la sede actual, el Palacio de Lecumberri en 1982. Este último lugar inaugurado el 29 de septiembre de 1900, fue edifi cado por el arquitecto Antonio Torres Torija y los ingenieros Antonio M. Anza y Miguel Quintana, con base en el proyecto del arquitecto Lorenzo de la Hidalga y su propuesta teórica “Paralelo de las Penitenciarías”, en la que el autor hace un estudio comparativo entre los diferentes tipos de panópticos, retomando la idea original del fi lósofo inglés Jeremías Bentham.22
Durante sus primeros setenta y cinco años de vida, Lecumberri fungió como la Penitenciaría del Distrito Federal —conocida como “El Palacio Negro”—, convirtiéndose, por decreto presidencial del 26 de mayo de 1977, en la sede del Archivo General de la Nación. Las labores básicas de remodelación duraron cinco años y estuvieron a cargo del arquitecto Jorge L. Medellín. El patrimonio documental se trasladó en 1982.23 Se dividió en 9 áreas de consulta:
I. Documentos de las instituciones colonialesII. Documentación de la Administración Pública: 1821-1910III. Documentación de la Administración Pública: 1910-1988IV. Archivos de particularesV. Colecciones y documentos VI. Ilustraciones y cartografíaVII. Archivos y colecciones fotográfi cosVIII. Archivos y documentos audiovisuales IX. Microfi lm y fotocopiado de archivos
22 María Elena Ruiz Cruz, et al, Catálogo de servicios. Archivo General de la Nación México, p. 13.23 Idem.
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ApéndiceAdministración colonial
Habsburgo
Carlos I (1517-1556) 1521-1524 Hernán Cortés, gobernador y capitán general1524-1528 Alonso Zouza y otros gobernadores1528-1531 Audiencia (1ª)1531-1535 Audiencia (2ª)1535-1550 Antonio de Mendoza, conde de Tendilla (1er virrey de la Nueva España)
Felipe II (1556-1598)1550-1564 Luis de Velasco (padre)1564-1566 Audiencia (3ª)1566-1567 Gastón de Peralta, marqués de Falces.1567-1568 Audiencia1568-1580 Martín Enríquez de Almanza1580-1583 Lorenzo Suárez de Mendoza, conde de la Coruña1583-1584 Audiencia1584-1585 Pedro Moya de Contreras (arzobispo de México)1585-1590 Álvaro Manrique de Zúñiga, marqués de Villamanrique1590-1595 Luis de Velasco (hijo)
Felipe III (1598-1621) 1595-1603 Gaspar de Zúñiga y Acevedo, conde de Monterrey1603-1607 Juan de Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros1607-1611 Luis de Velasco (hijo)1611-1612 Fray García Guerra (arzobispo de México)1612 Audiencia1612-1621 Diego Fernández de Córdoba, marqués de Guadalcázar.1621 Audiencia
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Felipe IV (1621-1665)1621-1624 Diego Carrillo de Mendoza y Pimentel, marqués de Gelves1624 Audiencia1624-1635 Rodrigo Pacheco de Osorio, marqués de Cerralvo1635-1640 Lope Díaz de Armendáriz, marqués de Cadereyta1640-1642 Diego López Pacheco Cabrera y Bobadilla, duque de
Escalona y marqués de Villena1642 Juan de Palafox y Mendoza (obispo de Puebla)1642-1648 García Sarmiento de Sotomayor, conde de Salvatierra1648-1649 Marcos de Torres y Rueda (obispo de Yucatán)1649-1650 Audiencia1650-1653 Luis Enríquez de Guzmán, conde de Alba de Liste,
marqués de Villafl or1653-1660 Francisco Fernández de la Cueva, duque de Albuquerque1660-1664 Juan de Leyva y de la Cerda, marqués de Leyva y conde de Baños1664 Diego Osorio de Escobar y Llamas (obispo de Puebla)
Carlos II (1665-1700)1664-1673 Antonio Sebastián de Toledo, marqués de Mancera1673 Pedro Nuño Colón de Portugal, duque de Veragua1673-1680 Payo Enríquez de Rivera (arzobispo de México)1680-1686 Tomás Antonio de la Cerda y Aragón, marqués de la
Laguna, conde de Paredes1686-1688 Melchor Portocarrero Lasso de la Vega, conde de la Monclova1688-1696 Gaspar de la Cerda Sandoval, Silva y Mendoza, conde de Gálvez1696 Juan de Ortega y Montañés (obispo de Michoacán)
Borbones
Felipe V (1700-1746) 1696-1701 José Sarmiento y Valladares, conde de Moctezuma y de Tula1701-1702 Juan de Ortega y Montañés (arzobispo de México)
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1702-1711 Francisco Fernández de la Cueva Enríquez, duque de Albuquerque1711-1716 Fernando de Alencastre Noroña y Silva, duque de Linares1716-1722 Baltasar de Zúñiga y Guzmán Sotomayor y Mendoza,
marqués de Valero1722-1734 Juan de Acuña, marqués de Casafuerte1734-1740 Juan Antonio de Vizarrón y Eguiarreta (arzobispo de México)1740-17 41 Pedro de Castro y Figueroa, duque de la Conquista1741-1742 Audiencia1742-17 46 Pedro de Cebrián y Agustín, conde de Fuenclara
Fernando VI (1746-1759) 1746-1755 Juan Francisco de Güemes y Horcasitas, conde de Revillagigedo1755-1760 Agustín de Ahumada y Villalón, marqués de las Amarillas
Carlos III (1759-1788)1760 Audiencia1760-1766 Joaquín de Montserrat, marqués de Cruillas1766-1771 Carlos Francisco de Croix, marqués de Croix1771-1779 Antonio María de Bucareli y Ursúa1779 Audiencia1779-1783 Martín de Mayorga1783-1784 Matías de Gálvez1784-1785 Audiencia1785-1786 Bernardo de Gálvez, conde de Gálvez1786-1787 Audiencia1787 Alonso Núñez de Haro y Peralta (arzobispo de México)
Carlos IV (1788-1808) 1787 -1789 Manuel Antonio Flores1789-1794 Juan Vicente de Güemes Pacheco y Padilla, 2dº conde de
Revillagigedo
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1794-1798 Miguel de la Grúa Talamanca y Branciforte, marqués de Branciforte
1798-1800 Miguel José de Azanza1800-1803 Félix Berenguer de Marquina1803-1808 José de Iturrigaray
Fernando VII (1808) 1808-1809 Pedro de Garibay1809-1810 Francisco Javier Lizana y Beaumont (arzobispo de México)
[José Bonaparte (1808-1813)] 1810 Audiencia1810-1813 Francisco Javier Venegas de SaavedraFernando VII (1814-1833) 1813-1816 Félix María Calleja del Rey1816-1821 Juan Ruiz de Apodaca, conde del Venadito1821 Francisco Novella1821 Juan O’Donojú
Fuente: Herrera Huerta, Juan Manuel y Victoria San Vicente Tello (coord.) Archivo General de la Nación. México. Guía General, Secretaría de Gobernación, México, 1990, pp. 472-473.
Bibliografía citadaMaría Elena Ruiz Cruz, et al, Catálogo de servicios. Archivo General de la
Nación México, Secretaria de Gobernación, México, 1995.
González García, Pedro, et al, Archivo General de Indias, Ministerio de Cultura, Dirección General de Bellas Artes y Archivos, Madrid, 1995.
Herrera Huerta, Juan Manuel y Victoria San Vicente Tello (coord.) Archivo General de la Nación. México. Guía General, Secretaría de Gobernación, México, 1990.
Jarquín Ortega Ma. Teresa y Carlos Herrejón Peredo. Breve Historia del Estado de México, Fondo de Cultura Económica / El Colegio de México, México, 1995.
Rodríguez de Diego, José Luis y Francisco Javier Álvarez Pinedo, Los archivos españoles. Simancas, Ministerio de Cultura, Dirección General de Bellas Artes y Archivos, Madrid, 1993.
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Un tipo de fuente histórica de gran riqueza lo constituyen los acervos car-tográfi cos albergados en distintos repositorios de nuestro país. Los mapas del periodo novohispano contienen un sinnúmero de elementos de agua, que fueron incluidos junto con diversos componentes tanto naturales como elaborados por la mano del hombre. Un recurso ambiental como es el agua cobra importancia a través de la imagen, y su expresión es ahora motivo de estudio. En términos pictográfi cos los mapas coloniales del centro de México muestran una combinación de la tradición indígena mesoamericana con la europea, tanto en lo conceptual como en sus diseños; esta mezcla presenta diversos grados de variabilidad, de permanencia, de cambio y de pérdida de las manifestaciones culturales involucradas.
El estudio de las formas de representar el agua en estos documentos ha implicado observar y analizar asimismo las incluidas en los códices prehis-pánicos, lo que respalda el entendimiento de las expresiones del periodo novohispano. Dentro de la gama de líneas de investigación que han surgido en este trabajo, un aspecto que me interesa resaltar es el hecho de que en los mapas no sólo está expresada el agua sino también su abundancia, lo que da pie a la refl exión para recordar que el territorio mexicano poseía y posee diversos caudales tanto en forma superfi cial como subterránea.
En un amplio trabajo anterior mostré la diversidad de cuerpos de agua expresados en términos pictográfi cos, donde se pudo comprobar, entre otras cuestiones, que las formas correspondientes a todas las etapas del ciclo hidro-lógico y estados físicos del agua fueron representados. Asimismo, he podido abordar su manejo en actividades cotidianas, productivas y sociales, por me-dio de la construcción y empleo de una gran variedad de obras hidráulicas.1
EL PANORAMA ACUÁTICO E HIDRÁULICO EN LA CARTOGRAFÍA COLONIAL DEL MÉXICO CENTRAL
Elia Rocío Hernández Andón*
* Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo; [email protected]
1 Los resultados de la investigación se conforman por dos obras principales: Elia Rocío
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En estas áreas he trabajado el conocimiento acuático de la antigüedad en territorio mexicano, del que muchos rasgos culturales se observan como parte de una tradición hídrica, apreciable en distintos ámbitos de la vida de los pueblos.
Los espacios cartográfi cos y el agua
Los territorios que los mapas muestran son espacios de labor y de vivien-da, con las confi guraciones gráfi cas que les son propias y que también se combinan. Los trazados cartográfi cos evidencian diversos preceptos sobre el espacio: en la tradición indígena se privilegia un punto central y cuatro lados que lo rodean, la circularidad, las orientaciones rituales, el sentido de lo simbólico y la concordancia con la naturaleza. En la tradición europea se aprecia la inclusión de puntos cardinales, el trazado a partir de un punto central y otros esquemas, la dimensión de las fi guras utilizando el volumen y los sombreados, la perspectiva y el plasmado naturalista de las imágenes.
En estos espacios, los cuerpos de agua fueron incluidos teniendo a su vez su propio diseño particular. El estilo prehispánico del glifo de agua se conformaba por diversos componentes que a su vez eran glifos: un cuer-po central con tres variaciones (corriente larga, circular y contenida), color azul turquesa principalmente con diversifi caciones en otros colores y to-nalidades, con o sin puntas a los lados de la corriente, con o sin caracoles y conchas, chalchihuites y ojos en esos remates, con o sin líneas internas de diversos grosores, con o sin espuma en la orilla, con o sin trazos concéntri-cos en espiral alternados en círculo y cuadro, y un punto central a manera de ombligo del que se deriva una espiral en el caso de los cuerpos circulares.
En el estilo europeo, el agua fue ilustrada como corrientes y cuerpos cir-culares, con un estilo naturalista a base del modelado con pinceladas azules en combinación con el negro y el blanco que realzan el volumen y el brillo,
Hernández Andón, “La representación pictográfica de elementos hidrológicos e hidráulicos en las Relaciones Geográficas del siglo XVI”, tesis de maestría en estudios mesoamericanos, 2004 y “Aspectos sociales y económicos de la representación pictográfica de elementos hidrológicos e hidráulicos en mapas coloniales”, 2 vols., tesis de doctorado en estudios mesoamericanos, 2009a (en prensa). Se estudiaron mapas del Estado de México, D.F., Puebla, Tlaxcala, Oaxaca, Guerrero, Morelos, Hidalgo y Querétaro. El presente artículo está sustentado en estas obras, sobre todo en la de 2009.
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o bien con una saturación de líneas longitudinales y sin color, cuyos cau-ces pueden contener algunos remolinos. Ambos diseños contaron con sus propias expresiones y convenciones para manifestar la idea del movimiento del agua: las rotaciones, la circulación, el descenso, las salpicaduras y otras formas, así como la profundidad y el volumen.2
Potencial acuático
Un mismo mapa llega a mostrar en ocasiones más de un cuerpo de agua, lo que evidencia no sólo la abundancia del recurso sino también la impor-tancia que se le daba al ser representada. Se enfatizaron algunos aspectos geográfi cos al exhibirse los sitios de donde provenía el líquido, ya fuera descendiendo de las montañas, al pie de los cerros o surgiendo de la tierra y de las cuevas. Los antiguos tlacuilos o dibujantes la plasmaron en diversos contextos sociales, dentro de los que resaltan el uso y encauzamiento del lí-quido por medio de implementos tecnológicos, los cuales pueden presentar asimismo un esbozo sencillo o esquemático, hasta tener un diseño de mayor complejidad. Dentro de la gama de tendencias pictográfi cas observadas, resalta una que es relevante y se refi ere a la apreciación de si hay agua o no en un espacio o región determinada: en la tradición mesoamericana se con-trastaron pictográfi camente la existencia y la ausencia del líquido por medio de la inclusión y la desaparición de varios de los trazos indígenas mencio-nados líneas arriba, en tanto en la tradición europea se realizó retomando el contraste del color.3
En este panorama acuático e hidráulico que se aprecia a través de las imáge-nes cartográfi cas, presento aquí la información histórica de algunas regiones.
2 Hernández, op. cit., 2004, p. 177 y 2009a, vol. 1, pp. 4-12. Hernández, “La representación pictográfica del agua: análisis comparativo de imágenes”, en Quaderni di Thule VI. Italia, Argo editore, 2006 (CD-ROM), pp. 160-163; “La representación pictográfica del agua en mapas coloniales”, en Ciudades núm. 73, p. 5.3 Ibid, 2004, pp. 145-147 y 180; ibid, 2006, pp. 163; ibid,, 2007a, pp. 10-12; ibid,, 2009a, vol. 1, pp. 214-217, vol. 2, pp. 115-119 y “Arquetipos acuáticos en la cartografía colonial”, en Cambios y continuidades en la escritura: códices y documentos, 2009b.
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Zonas chinamperas
Los lagos, las chinampas, los canales, los tulares y las viviendas tipifi can a estos lugares de trabajo. Se trata de un tipo de sistema agrícola intensivo que fue implementado desde tiempos muy antiguos en algunas regiones del México central. Las chinampas fueron representadas como rectángulos de color verde oscuro o bien negras, rodeadas por canales en trazo recto que contienen el agua en azul turquesa o cielo, o acompañada de los trazos par-ticulares de las espirales circulares y cuadradas. Fueron espacios de habita-ción y de labor agrícola en los que la producción fue de notoria importancia comercial en la cuenca de México. Los tulares se presentan como plantas acuáticas propias de estas zonas, con sus altos tallos verdes, vegetación que ha sido siempre aprovechada en diversas tareas como la elaboración de pro-ductos de cestería (canastas, petates, asientos, morrales, sombreros).
Figura 1. Cuitlahuac (actual Tlahuac), Chalco, 1579
AGN, Tierras, vol. 2681, exp. 6, f. 2
El mapa de Tlahuac de 1579 (fi g. 1) tiene una orientación basada en la ubicación y forma de las casas y los árboles. Se realizó durante el proceso para evaluar la conveniencia de otorgar como merced un solar en el barrio de Santa María Magdalena, solicitado por el español Bernaldino Arias, peti-
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ción que le fue negada por haber afectación a los indios. El espacio de agri-cultura chinampera tiene una alineación bastante ordenada y está delimitado por una gran acequia en forma de franja azul turquesa, que en su perímetro tiene doce árboles o ahuejotes, que son los que le dan soporte y fi rmeza al rectángulo de tierra, césped, varas y lodo que conforman una chinampa. Se hallan algunas islas con elementos productivos: Tequixquipan como “lugar del tequixquitl” o efl orescencia salina natural. El lugar Tepetlapan (“en la tierra bronca o áspera”), que debió ser un terreno de textura tepetatosa o dura. El sitio denominado Michcalco (“lugar de la casa del pescado”), que pudo tratarse de un lugar donde se expendía este producto, de abundancia en la región. El documento incluye medidas indígenas tradicionales como maitl o braza, pantli o hileras, y unidades marcadas con puntos.4
Figura 2. Xochimilco, 1568
AGN, Tierras, vol. 1525, exp. 5, f. 3.
El mapa de Xochimilco de 1568 (fi g. 2) muestra algunas parcelas o te-rrenos divididos y rodeados de tres grandes canales, que fue elaborado por problemas de posesión de tierras y camellones entre Martín Yzotle y María de Mendoza. Las chinampas presentan varios colores: durazno o café cla-ro, verde olivo y púrpura,5 y contienen rostros de personas como posibles
4 Ibid,, 2009a, 1: 82-84 y 2: 8 (mapa 2).5 Fray Juan de Torquemada se refirió a algunos de los colores de tierras observados en mapas antiguos, y mencionó al amarillo claro como significativo de las tierras del calpulli, al “encarnado” como tierras de los principales, y al “colorado muy encendido” como tierras del rey (Monarquía indiana, II, p. 546). Francisco Xavier Clavigero hizo referencia al primer tipo como
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propietarios o usufructuarios. Una de las tendencias pictográfi cas halladas en los mapas coloniales se aprecia bastante bien en este documento, y es la referente a que los canales tienen como característica propia el trazo recto, a diferencia de los caudales naturales, que por lo general presentan ondulacio-nes y ramifi caciones en sus orillas. El interior de las acequias presenta dos de los rasgos indígenas del glifo de agua, que son las espirales y las líneas internas de diversos grosores. Se puede apreciar, además, la distinción de anchura entre los canales principales y los angostos (o secundarios).6
Un mapa más que muestra una porción chinampera es el del barrio de San Juan Zihuateocaltitlan de 1593 (fi g. 3) cuyos trazos son netamente indígenas (con excepción de los puntos cardinales que están con glosas en español), constituido por los cuadrángulos de cultivo, los canales y un sitio habitacional, e incluye glifos de medidas indígenas y glosas en lengua ná-huatl. El conjunto hidráulico se halla delimitado por estacas en las esquinas y se indican algunas medidas en el exterior y el interior de las chinampas y de la casa, como maitl (mano), yollotli (corazón) y omitl (hueso). La parte habitacional está seccionada en cuatro viviendas cuyas entradas dan hacia el interior del terreno y comparten patios y solares comunes; la primera vivienda está señalada como zihuacalli amilpanpa ytzticac, que quiere decir: casa de las mujeres, se yergue hacia el cultivo de riego, hacia el sur (y su puerta mira hacia allá).7 La segunda vivienda es el tepancalli (literalmente “la casa de gobierno o palacio”), y su puerta mira hacia el norte, la tercera vivienda expresa ycalaquianpa ytzticac in tonatiuh (se yergue hacia donde se mete el sol), y hacia el poniente se dirige su entrada, mientras que la cuarta expresa tonatiuyh yquisayanpa itzticac (se erige hacia donde sale el sol), y la puerta mira hacia el oriente. La orientación se basó en esta distribución de los cuartos, dependiendo de hacia dónde se dirigía la puerta. Esto obedece al esquema de los cuatro rumbos y un centro, constituido éste por el patio, cuyas puertas miran hacia él. Este arquetipo (observado en otros mapas in-
altepetlalli en amarillo claro, “tierras con cochinilla” a las pertenecientes a los principales, y “púrpura” a las del rey (Historia antigua de México,). Es muy posible que los colores en este mapa de Xochimilco constituyan una continuidad de la distinción de clase entre los personajes, aunque pudiera tratarse de una mera diferenciación para delimitar los terrenos adyacentes.6 Hernández, op. cit., 2009a, vol. 1, pp. 95-96 y vol. 2, p. 18 (mapa 10).7 Amilpanpa se encuentra traducido en algunos documentos coloniales como el “sur”.
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dígenas) podría rememorar una de las versiones de lo que se ha considerado que era el Tlalocan, siendo una de ellas “una construcción de cuatro cuartos alrededor de un patio, con cuatro tinas de agua. Una de ellas era buena y las otras traían heladas, esterilidad y sequía”.8 Por su parte el Códice Florentino ubica al Tlalocan en el punto del oriente como “el lugar de la salida del sol, donde se llama Tlalocan”, haciendo referencia a la proveniencia de los cua-tro vientos.9 Por lo tanto, el esquema de los cuatro cuartos en el plano de Zihuateocaltitlan termina su recorrido mirando hacia el oriente, es decir hacia el Tlalocan. El topónimo mismo nos indica una simbología especial (“en el templo de las mujeres sagradas”): las cihuateteo eran las mujeres muertas en parto que acompañaban al sol en su recorrido desde el mediodía hasta que se ocultaba, y ésa es la explicación del porqué el poniente es el cihuatlampa. De este modo, el plano reproduce el espacio ritual en el que ellas esperaban al sol.10
Figura 3. San Juan Zihuateocaltitlan, barrio, 1593
AGN, Tierras, vol. 2728, exp. 3, f. 15
8 Linda Manzanilla, “El inframundo en Teotihuacan”, en Chalchihuite: homenaje a Doris, p. 77.9 Alfredo López Austin, Tamoanchan y Tlalocan, pp. 189, 190.10 Hernández, op. cit., 2009a, vol.1, pp. 110, 286, 287 y vol. 2, p. 29 (mapa 21).
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Los canales en este documento son de dos tipos: la “zanja de los ca-mellones” y el “acalotli. Acequia” expresados en glosa. El agua del primer tipo de canal tenía un uso agrícola, mientras que el segundo literalmente se refi ere a un camino de las canoas o trajineras.11
Agua y abasto
Un ejemplo de cómo el agua era distribuida hacia diversos lugares se aprecia en el mapa de San Ángel y Tlacopaque del año 1709 (fi g. 4), cuyo líquido brotaba como manantial en una gran cueva formando el río de San Bartolo-mé, que era posteriormente aprovechado: en la hacienda de doña Ana Pérez de la Barreda, en los pueblos de Tetelpa y Tlacopaque, así como en el con-vento de San Ángel. Este reparto fue logrado por medio de un implemento tecnológico muy sencillo como es la represa, formada con la colocación de simples piedras que permitían la desviación del agua en varias tomas (indicadas con las letras A, B y C en el mapa), en el punto en donde sería di-rigida y repartida por tandas hacia los sitios mencionados. Estos poblados, la hacienda y el convento se reclamaron mutuamente el uso del agua, por las tandas de día y de noche, que en términos generales, no se respetaron. La hacienda presentaba como defensa el hecho de carecer del líquido para regar sus trigos, los indígenas enfatizaron la antigüedad del uso de los caudales para sus maíces y huertas, mientras que el colegio del convento argumenta-ba no tener otra agua limpia para el servicio religioso, para beber y cocinar –además de regar sus olivares–, más que la del río de San Bartolomé, ya que aunque contaba con el río Magdalena, se decía que su agua estaba “viciada y sucia” por los residuos de los obrajes y batanes de la zona.12 Cuando el
11 Acalotli, palabra formada por acalli: canoa o casa en el agua (de atl: agua, calli: casa), otli: camino. Jorge González registra este tipo de zanjas como “caminos de agua” por la presencia de huellas de pies adentro de los caudales, y su interpretación es que probablemente se trataba de los canales por los que circulaban las canoas (La urbanización indígena de la ciudad de México. El caso del plano en papel maguey, México, UAM-X, 1993, pp. 32, 44, 52-58, 70). En el mapa que ahora presento no hay huellas de pies, pero es importante el detalle de la palabra nahua, precisamente para señalar el tránsito de las embarcaciones por un espacio que era considerado como “camino”. Marcos Matías corrobora la definición de los acalotli como “camino sobre el agua, trayecto en canoa” (Medidas indígenas de longitud, p. 99).12 AGN, Tierras, vol. 2919, exp. 4, fs. 55v-59 Ésta es una de las referencias más tempranas que he hallado con respecto a lo que sería la idea de contaminación del agua. Resulta importante, ya que en primera instancia podría pensarse que es hasta la industrialización del siglo XIX cuando las aguas comenzaron a ser contaminadas.
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cauce llegaba al convento, el líquido caía en un tanque de agua de mam-postería, ubicado a la izquierda de la cúpula. Un aprovechamiento más del líquido era una pequeña desviación que se dirigía a Tetelpa, representada por unas líneas paralelas que conducían el agua en un hilillo bordeado por árboles (con la letra H) que indicaba que era un “ladrón para hacer adobes”, es decir una derivación del líquido para formar ladrillos. Este mapa contiene la encomienda expresa de una vista de ojos de las aguas, que fue conferida al relator de la Real Audiencia, el Lic. Miguel Espinosa.13
Figura 4. San Ángel Tlacopaque y Tetelpa, 1709
AGN, Tierras, vol. 2919, exp. 4, f. 130
13 Hernández, op. cit., 2009a, vol. 1, pp. 96, 97 y vol. 2, p. 12 (mapa 20).
En otra región, en Chalchicomula, Puebla, un mapa de 1764 (fi g. 5) pre-senta una impresionante vista panorámica y en perspectiva de la región. Es un documento muy afortunado por mostrar varios elementos de agua, desde su brote hasta el encauzamiento y diversos usos en el campo y en los po-blados. Se inscribe en un expediente sobre solicitud de una merced de los remanentes del agua que surtía al pueblo por parte de José Bretón, dueño de las haciendas de Santa Ana y Guadalupe. En la vista de ojos o revisión de campo se describe el deterioro de las obras hidráulicas por el paso del tiem-
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Figura 5. San Andrés Chalchicomula, 1764
AGN, Tierras, vol. 888, exp. 4, f. 26.
po y por el descuido, ya que el ganado y el paso de carretas las habían daña-do, provocando el derrame del líquido en prácticamente todo el curso, de manera que una parte de la población y la hacienda de Santa Ana, –ubicados hacia el poniente– no recibían agua, por lo que se dispuso el arreglo de las obras, lo sufi ciente para que entrara agua en cantidad de un buey (medida equivalente a 9831.2 litros por minuto).
Una de las corrientes provenientes del volcán de Orizaba llegaba hasta un cerrillo donde se hallaba un ojo de agua resguardado por una construc-ción o barda de cal y canto. El cuerpo de agua alcanza a percibirse como
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un círculo de color azul grisáceo sobre la tierra, que deriva una corriente y se encauza dentro de un canal que se conecta a un acueducto.14 El líquido continuaba luego sobre canales o “canoas” de madera15 hasta una caja de agua, cuya construcción era de mampostería y tenía dos aberturas en la par-te inferior para la salida del líquido. Esta obra a su vez lo repartía hacia dos secciones de la cabecera, en las que se hallaban varias fuentes, pilas, aljibes y jagüeyes que lo almacenaban para el reparto y suministro a la población urbana y rural.
Este mapa muestra el abasto y desabasto, ya que como el acueducto y las cañerías se hallaban deterioradas por el transcurrir del tiempo y el pastoreo de animales, no llegaba sufi ciente líquido al centro del poblado. Ante esta situación, se implementaron políticas de reparación, mantenimiento e inno-vación tecnológica de las obras hidráulicas, pues el gobierno local decidió cambiar el material de los cauces por la mampostería, lo que garantizaría la preservación de las estructuras por un periodo mayor.16
Agua y molinos
Una región que muestra varios mapas con la presencia de acequias inter-conectadas y molinos es la que comprende Texcoco y Teotihuacan. Aquí el agua era verdaderamente abundante pues había manantiales grandes y pequeños por doquier, que se conectaban con otros caudales y obras hi-dráulicas. Esta profusión de agua puede apreciarse, por ejemplo, en un mapa de 1585 (fi g. 6): son numerosos los círculos que representan los ma-
14 En el expediente se explica que el manantial se componía de varios veneros “en un hoyo al pie de unos peñascos” y que desde tiempos antiguos se manejaba “bajo de puerta y llave para conservarlo aseado”. Aunque el mapa muestra que estaba rodeado de paredes, el documento detalla que se encontraba caída y arruinada la del lado norte, lo que ocasionaba que entrara el ganado para comer la hierba crecida y que había disminuído el caudal, y al limpiarse éste, aumentó hasta en una tercera parte (AGN, Tierras, vol. 888, exp. 4, f. 27r-v).15 Las canoas en este contexto son un implemento tecnológico equivalente de un cauce o canal, que puede estar formado como tal o bien estar improvisado con materiales como carrizo o pencas de maguey haciendo las veces de conducto. El expediente señala que en las partes donde había barrancas pequeñas, las canoas de madera estaban extendidas en forma de puente.16 Hernández, “Los cuerpos de agua representados en códices y mapas prehispánicos y coloniales mexicanos”, ponencia en el taller “El Agua”, 2007b, y op. cit.. 2009a, vol. 1, pp. 173-178, 219-231, 268, 269, y vol. 2, pp. 75, 121-144 (mapa 67).
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nantiales y la alimentación del río San Juan y de las ciénegas. El líqui-do era encauzado desde el inicio de su brote por medio de acequias que recorrían una gran zona desde Teotihuacan hasta desembocar en el lago de Texcoco, como lo mues-tran varios mapas, de 1580 (fi g. 7), de 1593 (fi g. 8) y de 1700 (fi g. 9).17 En su trayecto el agua fue utilizada en los molinos de granos y plantas, cuyas construcciones pueden apre-ciarse en estos cuatro mapas como casas con arcos, torres o almenas, situadas –como una tendencia pic-tográfi ca– sobre las corrientes para plasmar la idea y política virreinal de
Figura 6. San Juan Teotihuacan, 1585
Tierras, vol. 1649, exp. 1, f. 12
aprovechar el agua y regresarla al cauce original o “madre”, y así permitir su paso hacia otros sitios de trabajo y vivienda. En estos lugares también se realizaban inspecciones complejas y detalladas para ver si el agua era reteni-da indebidamente: se examinaban las entradas y salidas del agua, los lugares donde se atajaba con céspedes, tablas y piedras, y los actos llevados a cabo para remediar su encauzamiento, como el hecho de quitar esos implemen-tos para que el líquido corriera libremente. Asimismo, las tareas de limpieza y deshierbe del fondo de las acequias formaron parte de estos cuidados.18 Independientemente de la función legislativa de estas verifi caciones, estos hechos evidencian la preocupación por la planeación hidráulica en términos locales.
17 Ibid,, 2004: 74-83 y 2009a, vol. 1, pp. 113-121 y vol. 2, pp. 32, 34, 36. Particularmente, el mapa de la fig. 8 presenta otros elementos como las albarradas o diques-caminos, y fue incluido en un proceso de reclamo de tierras por los descendientes del quinto tlatoani texcocano Nezahualpilli: sus nietos, bisnietos y tataranietos, quienes presentaron reclamos desde inicios de la década de 1590 hasta avanzado el siglo XVII, pues hacia 1685 continuaba este problema. Uno de los litigantes y descendiente de Nezahualpilli fue Juan de Pomar (autor y redactor de la Relación de Texcoco de 1582).18 AGN, Tierras, vol. 1837, exp. 3, 23 ff.
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En Teotihuacan se realizaron mediciones del agua en surcos, por medio del uso de las varas de medir y los niveles, en diversas etapas de los tres si-glos coloniales. Los primeros peritajes fueron retomados en litigios posterio-res, y entre otras cosas nos permiten apreciar la preservación de las prácticas de medición y la aplicación de conocimiento tecnológico en las obras; por ejemplo, una de las causas de que el volumen de agua disminuyera o no corriera bien, era porque debajo de un puente había manantiales que tenían
Figura 8. San Francisco Tepetzinco, Transfi guración, San Francisco, San Cristóbal Nexquipayac, Los Reyes, 1593
AGN, Tierras, vol. 1740, exp. 1, f. 199
Figura 7. Relación Geográfi ca de Tequisistlan, 1580
Acuña, 1986, vol. II
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tanta fuerza, que no podían salir debido a que la obra había sido construida con poca curvatura y funcionaba como un obstáculo para la fl uidez del agua.19
Figura 9. Teotihuacan y Tepexpan, 1700
AGN, Tierras, vol. 1837, exp. 3, f. 10.
Figura 10. Temascaltepeque y Xilotepeque, 1579
AGN, Tierras, vol. 2723, exp. 18, f. 206
19 Idem.
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Abundancia del agua
Temazcaltepec (Estado de México) fue otra zona de gran profusión del recurso. El río de Temazcaltepec muestra su trayectoria y fue aprovechado para realizar labores agrícolas y ganaderas, tanto en el siglo XVI como en el XVIII. El mapa de 1579 (fi g. 10) expone algunos de los rasgos de tradición india en el estilo del agua, además de hallarse una unidad productiva casa-troje-magueyal como elementos en hilera, asociados a un manantial azul en la serranía de Xilotepeque. De manera contrastiva, uno de los cinco mapas contenidos en las Relaciones Geográfi cas de 1580 (fi g. 11) ostenta otro estilo, ya que es de infl uencia renacentista por la presencia de líneas ne-gras longitudinales que colman los fl ujos, y exhiben una buena cantidad de arroyos y ríos que provienen de las zonas montañosas rodeadas de árboles y recorren la región; particularmente el de Temazcaltepec presenta una ver-dadera saturación de corrientes de agua, situándose como un mapa singular pues hay pocos documentos en donde se llegan a ver tantos ríos en una sola
Figura 11. Relación Geográfi ca de Temazcaltepec. 1580
Acuña, 1986, vol. II
20 René Acuña, Relaciones Geográficas del siglo XVI: México (7), pp. 147-152. Hernández, op. cit., 2004, pp. 69-73 y “Las pinturas de las Relaciones Geográficas del siglo XVI”, en Códices y documentos de tradición indígena del Estado de México, 2009c (en prensa).
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vista. Algunos de éstos eran abundantes todo el año y regaban las huertas de cacao y otros frutos, además de que se obtenía una buena cantidad de pescados como el bagre, truchas y mojarras.20
En tanto, en el mapa de 1725 (fi g. 12) el río es alimentado desde el elemento central que es la sierra que forma una cascada, y se dirige hacia varios elementos de producción como un rancho y una hacienda, la crianza de animales y unas huertas. El estilo de este mapa posibilita la apreciación de que el agua está descendiendo de la montaña, de modo distinto de como se observa en los anteriores, al visualizarse como un documento en tercera dimensión, con volumen y sombreados.21
Otra región que exhibe de manera plena la existencia de grandes cauda-les y su utilización en diversas labores, lo fue Oaxtepec (Morelos). Se puede observar la ubicación de los diversos manantiales: en el siglo XVI la Relación Geográfi ca muestra el nacimiento de los ojos del bosque de Atliquipac y Te-coaque, por medio del glifo prehispánico de la espiral (uno circular y el otro
Figura 12. San Martín Tequezquipa, 1725
AGN, Tierras, vol. 1849, exp. 2, cuad. 5, f. 44
21 Hernández, op. cit., 2009a, vol. 1, pp. 133-135 y vol. 2, p. 49 (mapa 41).
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cuadrado), y uno más asociado al espacio del tianguiz o mercado indígena, cuyas aguas forman varias corrientes (fi g. 13). Esta misma distribución se percibe en un mapa del siglo XVIII (fi g. 14): los manantiales presentan el diseño de infl uencia europea por medio de cuerpos azules con volumen; los ojos de agua del bosque están confi gurados como vistos desde arriba (como círculos azules), otro cuerpo de gran tamaño se halla atrás de la iglesia y pa-rece corresponder al ubicado en el tianguiz del mapa anterior,22 mientras que un tercer manantial se encuentra resguardado en una estructura hidráulica cerca de la zona del ingenio de Pantitlan.23
Figura 13. Relación geográfi ca de Huaxtepec, 1580
Acuña, 1985, vol. I
22 En el mapa de la fig. 15 la plaza del tianguiz se localiza a un lado del templo; la configuración y asociación del manantial y la plaza fueron representados de manera distinta. Si bien la ubicación del tianquiztli puede no ser la misma del mapa del siglo XVI, cabe recordar que un mercado podía colocarse en lugares cambiantes, independientemente de que originalmente había sitios destinados para ello. Encontré una relación simbólica entre los espacios de los tianguiz y los manantiales (Hernández, op. cit., 2004, pp. 172, 187-192).23 Ibid,, 2009a, vol.1, pp. 146-152 y vol. 2, p. 59 (mapa 51).
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El líquido se empleaba en el riego de las huertas conventuales, en las tierras de caña de las haciendas y los sembradíos de maíz de los indígenas, así como en la conducción por medio de presas, tomas, canales superfi cia-les y cubiertos, un acueducto y una noria hacia varias haciendas, pueblos e ingenios. En el periodo colonial los tres conjuntos de manantiales fueron motivos de pleitos por su uso y control entre la marquesa de Valle Ameno, doña María Petra Pablo Fernández, quien era dueña del ingenio de Panti-tlan, y los indígenas de Oaxtepec. Se reclamaba básicamente contar con el agua sufi ciente para que la rueda de la noria del ingenio tuviera la velocidad necesaria para moler. Los dueños del ingenio se quejaban de que los indios la atajaban: en esta época las presas para encañonar el líquido eran elabora-das por medio de piedras sueltas apretadas con céspedes y zacate. Los indí-genas decían que sí permitían el paso de bastante agua, pero que Pantitlan la invertía “con su mal apantle y rueda”.24
En los peritajes que se realizaron para evaluar los canales se detectó su condición material, deterioro, dirección de las aguas, rasgos diversos que indicaban su antigüedad, y la evidencia de cuáles personas los utilizaban. Se dictaminó que algunas de las más antiguas obras habían sido construidas y
24 AGN, Tierras, vol. 1937, exp. 1, ff. 30-32.25 De hecho un canal era tan antiguo, que la iglesia fue construida prácticamente sobre él (ibid, f. 31r-v). Al no percibirse obras hidráulicas de los españoles, se diagnosticó que en esta
Figura 14. Oaxtepec, 1795
AGN, Tierras, vol. 1937, exp. 1, cuad. 3, f. 31.
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utilizadas por los indios, convirtiéndose así en un factor determinante del derecho al uso de las aguas, mientras que en otra sección lo había sido la presencia del ingenio perteneciente a los españoles.25
La evaluación estipuló que el agua de la rueda de Pantitlan no podía ser movida, a pesar de tantos intentos, y esto parecía deberse a un problema de nivelación; en sus propias palabras:
[...] hay muchos vestigios de que han querido usar de dichas aguas en el Inge-nio, y no lo han conseguido, como se advierte, ni pudiera mover la rueda con la fuerza que necesita, si el arte no les ayuda, no creo que hasta ahora se hayan conseguido [...] no lo conseguirán, pues casi el agua se halla horizontal con el pie de la rueda, lo que registré con la exactitud que me permitió el visual.26
En las indagaciones de ofi cio se notifi có que la concesión original al inge-nio había sido de 48 surcos de agua. El defensor de los indios pidió que la dueña del ingenio tomara de los manantiales que nacían en el bosque de Atliquipac y Tecoaque (ya que así había sido estipulado en un compromiso establecido anteriormente, en 1775), y no de los ojos que brotaban atrás de la iglesia, y solicitó que lo hiciera por medio de la toma antigua, que para esas fechas era una obra que ya estaba inservible.27
Finalmente, presentó otro sistema de riego muy utilizado en Morelos, que es el de inundación de los campos de cultivo, a la manera en que se produce por ejemplo el arroz. Se puede apreciar en el mapa de Tepecingo del siglo XVI (fi g. 15) en el que se muestra el surcado de los terrenos con el agua azul encima de ellos, cuyo líquido proviene del manantial de Quau-nacazco, asociado aquí con un árbol. Estos terrenos pertenecían a la nobleza, y su compra-venta fue documentada en un expediente del AGN asociado al mapa.28
área los indígenas eran quienes tenían derecho al uso del agua, mientras que en la zona del manantial de Ahuelican sí había restos de construcciones hispanas, por lo que a su vez en esa área se dio la preferencia a los españoles.26 Informe de Francisco Guerrero y Torres, agrimensor, medidor de tierras, maestro de obras del Real Palacio y del Santo Oficio de la Inquisición (ibid, f. 37).27 Ibid, ff. 79-82.28 AGN, Tierras, vol. 1535, exp. 3. Hernández, op. cit., 2009a, vol. 1, pp. 139-140 y vol. 2, p. 53 (mapa 45).
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Conclusiones
Este recorrido histórico por diversas regiones retomando la cartografía lo-cal nos permite apreciar la abundancia del agua y las tradiciones hidráulicas provenientes de tiempos antiguos, cuya preservación era motivo de defensa en los pueblos originarios. La llegada de los españoles a territorio mexicano implicó la combinación de las percepciones que sobre el agua se tenía, lo que incidió en las políticas prácticas y legislativas aplicadas al uso y control tecnológico, así como al empleo y ocupación de las tierras. Se pudo apreciar asimismo que había interés en la conservación tanto de los caudales como de las obras hidráulicas de antaño, su mantenimiento e innovación.
Figura 15. Tepecingo, 1592
Tierras, vol. 1535, exp. 3, f. 1
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PORTALES
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Una vez que me he identifi cado y señalado la raíz de mi trabajo –y el sen-tido de mis simpatías– presentaré los secretos de la hacienda henequenera, que es el tema de mi libro, al que di un tratamiento pluridisciplinario, com-binando antropología económica, estructuralismo, materialismo histórico y un toque de posmodernismo.
Introducción mínima
Como sabemos, la hacienda henequenera fl oreció a fi nes del siglo XIX y principios del XX gracias a la expansión sin precedentes del mercado in-ternacional del henequén, agave que se utiliza para la fabricación de hilos, cuerdas, sogas, tapetes, bolsas, etc. Previamente, se habían sucedido dos hechos tecnológicos: la invención en 1868, de la “Rueda Solís” por un yu-cateco que revolucionó el proceso del desfi brado de la hoja de ese agave, y la invención, en 1878, de la engavilladora Mc.Cormick, que adaptó nuestro henequén a su funcionamiento, haciéndolo indispensable para las cosechas de trigo en los Estados Unidos.
He aquí la entrada de Yucatán al capitalismo. En el marco de la propie-dad privada de la hacienda, cuyos propietarios eran citadinos, con base en una materia prima cuyo cultivo pronto se volvió el monocultivo de 85 mu-nicipios yucatecos, dependiente del mercado internacional y sin asalariados ni revolución industrial. No obstante, gracias al henequén, a la vuelta del
LOS SECRETOS DE LA HACIENDA HENEQUENERA*
Piedad Peniche Rivero**
* Una versión de este trabajo se presentó como ponencia dentro del ciclo Conversando con nuestros investigadores el 30 de septiembre de 2010 en el AGN, cuando la autora presentó su libro La historia secreta de la hacienda henequenera de Yucatán. Deudas, migración y resistencia maya (1879-1915)
**Directora del Archivo General del Estado de Yucatán; [email protected]
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siglo XX, Mérida, capital del estado y corazón de la “zona henequenera”, disfrutó de una “época dorada” con gran incremento de población, del co-mercio, las comunicaciones y obras públicas, aunque sin mercado interno. En una palabra: “crecimiento sin desarrollo”.
A principios del siglo XX cientos de haciendas cultivaban furiosamente el henequén gracias al trabajo de más de 85,000 operarios, llamados sirvien-tes, peones o acasillados, todos analfabetas y de habla maya-yucateco en su mayoría. Entre las características de la hacienda hay que mencionar la necesidad crónica de fuerza de trabajo mientras duró el gran auge (1918), los exiguos jornales que pagaban los hacendados (llamados “amos” en los documentos ofi ciales), la dureza de las distintas operaciones del cultivo henequenero, incluyendo el transporte “a lomo de hombre” de las hojas recién cortadas, y su atroz disciplina, con castigos corporales y la fajina, es decir, tareas sin pago efectuadas de madrugada, antes del trabajo en los planteles de henequén, y que incluían la limpieza del casco de la hacienda, de su huerta, y otras. Pero, sin duda, la principal característica de la hacienda era la residencia forzada por deudas de su fuerza de trabajo.
Secreto número 1
Se han escrito cientos de páginas sobre las haciendas henequeneras sin ver que funcionaban como sistema. Un sistema hacienda con seis actores en dos niveles de la realidad:
1) Dos, que estaban en el proceso del trabajo, los sirvientes, mayas en su inmensa mayoría pero no exclusivamente, y hacendados (normalmente a través de sus mayordomos) y
2) Cuatro, que estaban en el proceso de producción:- La Iglesia, que ya no cobraba obvenciones mayores como a media-dos del siglo XIX, pero sí las menores (“derechos de estola”) que eran los aranceles parroquiales por matrimonios, bautizos y funerales que representaban buena parte de las deudas acumuladas de los sirvien-tes. Esto sin mencionar la enorme ascendencia del clero sobre todos los yucatecos y yucatecas sin distinción de clase. - El Estado, cuyo papel era actualizar y aplicar leyes de deudas que castigaban penalmente los delitos (civiles) de los deudores prófugos.
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- Los comerciantes locales, incluyendo a - Los agentes de fi nancieros e industriales extranjeros, en particular de la International Harvester, cuyo monopolio del comercio henequenero en colaboración con el gobernador Olegario Molina, construyeron un “imperio informal” en Yucatán, entre 1902-1915.
Secreto número 2
También se ha escrito mucho sobre las deudas de los sirvientes de hacien-da como medio de control social. Pero la revisión que presentamos en la introducción del libro muestra que los distintos autores han percibido el endeudamiento como parte de la relación amo-sirviente, es decir, de trabajo cargado de paternalismo, precisamente. Ya fuese el llamado “peonaje por deudas”, extendido por todo el país y caracterizado por la apropiación del trabajo de los sirvientes, pero no de sus personas, o la llamada “esclavitud por deudas”, propia de Yucatán y cuya característica era precisamente la apropiación de las personas de los sirvientes, no sólo de su trabajo. Luego entonces, hay que buscar el endeudamiento de los sirvientes yucatecos no
CORTADORES DE HOJAS DE HENEQUÉN, HACIENDA HUMPICDZÍN
Foto del AGEY
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sólo en la relación con sus patrones sino también con comerciantes, el clero y el Estado, es decir, en la relación de (re) producción del sistema. Tal como sucedía en el sistema de esclavitud del sur de los EE UU donde los esclavos estaban relacionados con captores, transportistas y comerciantes del tráfi co, así como con los señores esclavistas de las plantaciones norteamericanas. Esto no quiere decir que estemos comparando a mayas con esclavos afri-canos pues los mayas no eran esclavizables porque estaban en el mismo universo político de sus amos y por su cultura milenaria.
De ese modo la hacienda tenía que legitimarse y para tal efecto presen-taba como un servicio las tierras de milpa y la casita con solar que ofrecía a sus sirvientes, y en particular, el fi nanciamiento de su matrimonio y la reproducción de sus relaciones de parentesco. Así, el joven casadero recibía idealmente 100 pesos para pagar los aranceles parroquiales y civiles de su matrimonio y, como todo maya que se respetara, para pagar el cortejo de la novia, luego su vestido y alhajas, y fi nalmente el banquete. Este fi nancia-miento inicial por 100 pesos iba a registrarse en una cuenta especial llamada nohoch-cuenta (“cuenta grande”), donde en lo sucesivo iba a registrarse tam-bién el fi nanciamiento de los eventos religiosos y sociales que marcarían el ciclo de vida de la pareja: aranceles civiles y parroquiales de bautizos, funerales, misas, responsos, etc.). En una palabra, la nohoch cuenta repre-sentaba el fi nanciamiento de la reproducción social de los sirvientes y no era reembolsable a menos que quisieran abandonar el servicio. Es decir, se esperaba que, en contrapartida, el joven casadero fuera fi el a su patrón.
Mas, para que el sistema henequenero pudiese funcionar con base en el matrimonio y la reproducción de las relaciones de parentesco de los sirvien-tes apuntamos que era necesario un mercado regional de mujeres casaderas integrando a pueblos y haciendas. Y como quien dice mercado dice también precios, era necesario asimismo que la circulación de dichas mujeres estu-viese normalizada, socializada, mediante un equivalente de su valor repro-ductivo: los mencionados 100 pesos que se entregaban al joven casadero, y que hemos llamado “dote”.
Ahora bien, en el capítulo 3 que describe la economía de la hacienda, mostramos que los hacendados tenían que promover el matrimonio entre los jóvenes casaderos de sus propiedades e inclusive forzarlo, como mues-tran los casos de historia oral que presentamos. Por ejemplo, doña Victoria
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Catzín, de Telchac, aseguró que “en la hacienda no había eso de “enamo-rar”; viene el amo y te dice este señor va a ser tu marido; y ten dan tus cosas para trabajar”. Mostramos aún más: que la hacienda funcionaba como una comunidad pues organizaba el trabajo en función del sexo, la edad y el es-tado civil del sirviente, no de la productividad del trabajo. El ejemplo más bello es el de Emeterio Tún, dispensado de sus fajinas ¡por haber tenido hijos gemelos! (Cabe preguntarse: la esposa de Emeterio ¿habrá recibido algún tipo de compensación?)
Sin embargo, hasta entrado el siglo XX, la relación de deuda de las ha-ciendas henequeneras era una realidad percibida en forma diferente: para los sirvientes el fi nanciamiento de su matrimonio y de su reproducción so-cial más largamente, era una obligación del patrón, es decir, un derecho a la subsistencia que tradicionalmente caracterizaba a las comunidades, y que ellos creían conservar. Para los patrones, dicho fi nanciamiento era la manera de mantener estable a su fuerza de trabajo. Esto no quiere decir que los sirvientes no sabían que si querían abandonar el servicio el amo iba a convertirse en su acreedor. Lo que quiere decir es que se necesitaban
LLEGANDO A LA CASA DE MÁQUINAS
AGN, Centro de Información Gráfi ca, Hermanos Mayo Concentrado, sobre 1295 1-A
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condiciones muy específi cas para que ellos tomaran conciencia de que la explotación de sus personas producía la riqueza de sus patrones, les impedía fi nanciar sus obligaciones sociales y los retenía de generación en generación a la hacienda mediante el fi nanciamiento del matrimonio. En otras palabras, siguiendo a Maurice Godelier, se necesitaba que pudiesen ver la ilegitimi-dad del régimen de la hacienda para que su consentimiento se agotara y se dispusieran a liquidar el régimen, para lo cual también era necesario que supieran cómo y con qué iban a reemplazarlo y, todavía más, que sus ideas pudiesen hacerse realidad.1
Todo lo anterior lleva implícita la existencia de un pacto de consenti-miento apoyado en representaciones compartidas del cristianismo que se materializaban en el compadrazgo o parentesco ritual entre amos y sirvien-tes y fi estas en honor del santo patrón de la hacienda en la que todos partici-paban alegremente, como puede verse en fotografías de principios de siglo. Se trata del “discurso público” de amos y sirvientes, para usar la conocida terminología del politólogo James Scott, que para los sirvientes tenían sig-nifi cación en términos de su “cristianismo mayanizado”, como llama Nancy Farriss a los intereses particulares de los mayas.2 Éstos incluían ofrendas y súplicas por la supervivencia de su sociedad como tal a deidades corpora-tivas, no a un Dios universal a quien uno se acercaría por cuenta propia, como hacían sus patronos. Así, el cristianismo era el “fi ltro normativo” que evitando hasta cierto punto el confl icto daba legitimidad a la hacienda, lo que exploramos en el capítulo 7.
Digamos, pues, que el régimen de la hacienda era legítimo a los ojos de los sirvientes (no a los nuestros) a menos que hubiese un exceso de violencia opresiva, lo que habría suscitado violencia rebelde: motines, tan desorgani-zados como esporádicos, atentados personalizados en el mayordomo, etc., y que la durísima disciplina de la hacienda era resistida con actos cotidianos como “tortuguismo”, quema intencional de planteles de henequén, desaca-tos y, en particular, con el “discurso oculto” de la emigración, con efectos sobre todo en el sistema hacienda, que estudiamos en el capítulo 6.
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Secreto número 3
La resistencia cotidiana de los sirvientes a la disciplina de la hacienda se disimulaba de muchas maneras, incluyendo el “discurso oculto” de la mi-gración. Discurso que tiene sus orígenes en la época colonial pues, como escribió Nancy Farriss, emigrar era la manera maya de “declararse en ban-carrota”, o también, de “votar con sus pies contra el régimen”, de la ha-cienda, en nuestro caso.3 Discurso continuado a mediados del siglo XIX, cuando las llamadas “poblaciones ocultas” resistían el pago de los tributos con disfraz, que eran los impuestos que cobraban la Iglesia y el Estado in-dependiente, es decir, las obvenciones parroquiales y la contribución civil, respectivamente. De modo eventual, esas “poblaciones” fueron acosadas y llevadas a estallar la guerra de castas bajo el liderazgo de Jacinto Pat y Cecilio Chí, en 1847.4
El “discurso oculto” de los mayas en general, y de los de la hacienda, en particular, aparece en fi ligrana en la demografía de las haciendas del munici-pio de Umán, estudiada a partir de dos padrones, fechados en 1879 y 1886, respectivamente, en el capítulo 4. El análisis comparado de los mismos mostró un increíble movimiento de población con un patrón de relevos dentro del municipio y sus 26 haciendas. En efecto, mientras que 2,363 residentes de 1879 ya no estaban en 1886, a pesar de que no murieron en el municipio, (según datos del Registro Civil), en 1886 había allí 2,068 nuevos residentes: una diferencia de 295 almas menos, que en el caso específi co de las haciendas fue de menos 178.
A partir de la misma información demográfi ca acerca de Umán, destaca-mos el défi cit relativo de varones de 16-20 años que podría explicarse como el movimiento de jóvenes casaderos que escapaban del matrimonio forzado y el endeudamiento consiguiente. También mostramos el desplazamiento de los “transferidos”, es decir, sirvientes en relación de nohoch cuenta quie-nes portando el registro de su deuda en papel (carta-cuenta) pasaron de un amo a otro, el que compró su deuda, dentro del municipio. Asimismo,
3 Farriss, op. cit, pp. 199-214.4 Piedad Peniche Rivero, “Oponiéndose al capitalismo en Yucatán. La causa de los rebeldes de la Guerra de Castas y las poblaciones ocultas de la región del conflicto, 1847-1850”, en Desacatos, 9, México, 2003, pp. 148-160.
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la migración de los “libres” que, habiendo liquidado milagrosamente sus adeudos, buscaron un nuevo comienzo en los pueblos de Umán. A estos movimientos de población hay que añadir el de “huida” que no tenía otro destino que el de la inhospitalidad del llamado “despoblado”, las selvas del sur y oriente del estado, lugar de los prófugos de las haciendas y de los des-terrados por el régimen de Porfi rio Díaz.
Secreto número 4
Un pequeño gran secreto de la hacienda henequenera es su vapuleada he-gemonía patriarcal a la que hace referencia el capítulo 5. Aquí presentamos una galería de retratos de mujeres rebeldes conocidas gracias a casos docu-mentados en los archivos judiciales del estado yucateco. Eran mujeres que resistieron la triple violencia de género que el régimen de las haciendas les podía dispensar: de sus maridos, de los mayordomos y de los propietarios. Encontramos incluso casos de mujeres que desafi aron la ideología de género pues, como dice Scott, cada ideología engendra su manera de ser socavada.5
HILO DE HENEQUÉN RECIÉN DESFIBRADO (SOSQUIL) Y YA TRENZADO (SOGA)
AGN, Centro de Información Gráfica, Hermanos Mayo Concentrado, sobre 1295 1-A
5 James C. Scott, Los dominados y el arte de la resistencia. Discursos ocultos. Editorial Era, México, 2000, pp. 140-145.
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Por ejemplo, el caso de María Victoriana Tuz, vecina de Chocholá, quien en 1879 se daba el gusto de cultivar una milpa. Mayúsculo escándalo causó entre sus paisanos mayas pues, eran consumados patriarcas que legitimaban su dominación sobre las mujeres con base en su papel de proveedores del maíz de sus milpas; el cultivo era neta y tradicionalmente masculino.
AGN, Centro de Información Gráfi ca, Hermanos Mayo Concentrado, sobre 1295 1-A
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Secreto número 5
Este secreto desborda ampliamente a la hacienda y es que la deuda fue una estructura con signifi cación también dentro del sistema ejidal que integró a campesinos y ex sirvientes de hacienda gracias a la reforma agraria carde-nista de 1935-1937 y que llegó a su fi n en 1991. Lo anterior da a la estructura deuda (es decir, a la relación entre las distintas apariencias históricas de la relación de deuda) un vigencia documentada de casi 200 años.
El caso es, pues, que la relación de deuda en Yucatán tiene su propia his-toria secreta que se puede leer como variaciones del mismo tema: el control de la reproducción de un sistema. Control social para reproducir el sistema de hacienda, control político para reproducir el sistema ejidal.
Develamos este secreto en el epílogo del libro donde se narran los úl-timos 50 años de historia henequenera, después de haber repasado, en el capítulo 8, la crisis del sistema de hacienda y del estado más ampliamente a efectos del llamado “pánico fi nanciero” de 1907, que arruinó a muchos hacendados (no a los del clan molinista, por supuesto) e hizo más difíci-les las condiciones de vida de los sirvientes, pues perdieron elementos de consentimiento, cuando no bajaron sus jornales. A consecuencia también de las “revueltas maderistas” de 1909-1913 que no se generalizaron como en el norte y centro del país, sino que desembocaron en un “porfi riato alargado” representado por los negros años del huertismo, hasta 1915. Fue entonces cuando la Revolución Mexicana y su ilustre comandante, el general Salvador Alvarado, desmantelaron sin miramientos el sistema de hacienda. Una nueva era comenzó en Yucatán, siempre dependiente del mercado in-ternacional.
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Los archivos que contienen información relacionada con el ámbito de los derechos humanos son hoy de importancia indiscutible. El impulso expe-rimentado en la vinculación de la información contenida en los archivos con la defensa de los derechos humanos es un hecho trascendental; en la medida en que reafi rma y eleva el valor tradicional testimonial y probatorio de los documentos y los emplaza en una dimensión plenamente democrá-tica. En consecuencia, los derechos a la información y protección de datos se perciben como derechos profundamente democráticos que demandan su presencia en la agenda política nacional. En un régimen democrático como el nuestro, los conceptos de transparencia, archivo y derechos humanos están entrelazados por defi nición. Es así que en la práctica, más que nunca, los derechos de acceso a la información y protección de datos representan una garantía más para el ejercicio de la ciudadanía plena.
La refl exión sobre la importancia social de la preservación y protección de los archivos en el sistema democrático de nuestro país, vinculados a su vez a la protección y defensa de los derechos humanos, es hoy un tema obligado en la agenda nacional.
Indudablemente, los archivos infl uyen en la vida de los pueblos y de las personas. El mismo proceso histórico nos ha demostrado que los archivos son el fi el refl ejo de la trayectoria de los pueblos y constituyen, por tanto, la más explícita memoria de las naciones. De ahí el valor de los archiveros y de la documentación como garantes de los derechos humanos y de la pre-servación de la memoria colectiva.
Los archivos que contienen información relacionada con el ámbito de los derechos humanos son hoy de importancia indiscutible. El impulso experi-mentado en la vinculación de la información contenida en los archivos con
TRANSPARENCIA, ARCHIVO Y DERECHOS HUMANOS
CLAVES PARA EL PROCESO DEMOCRÁTICO
Gabriela Mendoza Correa*
* IFAI; [email protected]
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la defensa de los derechos humanos es un hecho trascendental; en la medida en que reafi rma y eleva el valor tradicional, testimonial y probatorio de los documentos y los emplaza en una dimensión plenamente democrática.
En consecuencia, el acceso a la información y la protección de los datos personales se perciben como derechos profundamente democráticos que demandan su presencia en la agenda política nacional.
Recordemos que durante mucho tiempo los archivos fueron concebidos como un instrumento de poder por parte de las clases dominantes. Aún hoy el poder demoledor de la información ha llevado a los gobiernos a limitar su acceso –el caso de China, es un buen ejemplo– y, en momentos políticos confl ictivos, a esconder los documentos e, incluso, a destruirlos.1
Ahora bien, lo que entendemos actualmente por derecho a la informa-ción encuentra sus raíces más inmediatas en el siglo XX, fundamentalmente después de la segunda guerra mundial, con la consolidación de un potente bloque de países con regímenes democráticos. Es entonces cuando aparece y se desarrolla la noción de derecho a la información entendida como la cuarta gran oleada de derechos humanos, equivalente a los derechos civiles, políticos y sociales.
La creciente regulación del derecho a la información mediante leyes de acceso “se orienta a aumentar la transparencia de la administración pública, con objeto de mejorar el control democrático y la rendición de cuentas a la sociedad por parte del Gobierno”.2 En defi nitiva, el ejercicio del derecho a la información en el marco de los principios básicos de la democracia, garantiza un buen gobierno y motiva la participación ciudadana. Por su parte, la protección de los datos da certeza ciudadana de que la información personal será resguardada y utilizada para fi nes lícitos.
En este sentido, los archivos resultan esenciales, dado que contribuyen a la construcción de nuestra identidad colectiva. Asimismo, son fundamen-tales para acciones de reparación o para enjuiciar a los responsables de los crímenes cometidos, como fuentes primarias para la investigación histórica o periodística –con fi nes de difusión o pedagógicos–, así como para produ-cir políticas de la memoria.
Las sinergias que necesariamente deben producirse en un desafío de
1 Fundación A. Tàpies, Culturas de archivo, pp. 171-181.2 John Ackerman M. e Irma E. Sandoval, Leyes de acceso a la información en el mundo, p. 14.
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tanta centralidad como los de-rechos humanos propician que sectores multidisciplinarios y de la Administración Pública Federal converjan y perciban la utilidad de los archivos y su necesaria seguridad para hacer frente al reclamo colectivo y la justicia social.
El derecho a la información, la protección de los derechos humanos y la importancia de los archivos
Paralelamente, los archivos son un elemento esencial en la lucha contra la impunidad, el establecimiento de responsabilidades y la preservación de la memoria. La seguridad de la información contenida en esos archivos es de valor primordial, en virtud de que éstos son elementos esenciales de la memoria colectiva; son medios importantes para determinar las res-ponsabilidades en las violaciones de los derechos humanos y sirven como fundamento para la justicia y la reconciliación, elementos necesarios para la transición democrática.
De ahí que la gestión de archivos, la clasifi cación y la seguridad de la información son esenciales para el buen gobierno, para el funcionamiento del estado de derecho, para la transparencia administrativa, para la con-servación de la memoria colectiva de la humanidad y, evidentemente, para garantizar el libre acceso a la información y la protección de los datos de carácter personal.
Partiendo de la idea de que los archivos registran decisiones, acciones y memoria podemos afi rmar que constituyen, en sí mismos, un patrimonio único e irremplazable. Juegan un papel esencial en el desarrollo de la socie-dad contribuyendo a la constitución y salvaguarda de la memoria individual y colectiva.
El libre acceso a la información y la protección de los datos personales enriquecen nuestro conocimiento de la sociedad, promueven la democracia, protegen los derechos de la ciudadanía y, por ende, mejoran la calidad de
En suma, la información contenida en los archivos y su correcta
seguridad son de vital importancia para la salvaguarda de los derechos humanos, además de coadyuvar a
la transparencia administrativa y a la democracia en general.
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vida. En suma, la información contenida en los archivos y su correcta segu-ridad son de vital importancia para la salvaguarda de los derechos humanos, además de coadyuvar a la transparencia administrativa y a la democracia en general.
Los documentos y archivos que han sido guardados para servir como evidencia y memoria, tanto en papel como en formato digital, son base para la investigación histórica, la certifi cación legal y la memoria colectiva. En mu-chos casos, representan los soportes de los derechos de las víctimas y de sus familias a la verdad, a la justicia y a la reparación del daño. Los archivos, re-presentan nuestra memoria como nación, y ésta no es “producto de una ilu-minación repentina sino de un lento y paciente trabajo de reconstrucción”.3
Ningún ejemplo ilustra mejor la importancia de los archivos en la vida de los pueblos que el de los documentos al servicio de la represión. La imagen de los archivos de los servicios de seguridad del Estado en los re-gímenes represivos es una manera contundente de la dimensión de su tras-cendencia. Consecuentemente, cuando la democracia llega y los archivos de los órganos represivos son abiertos, la ciudadanía toma conciencia absoluta de la infl uencia que tuvieron sobre la vida de las personas. Sin lugar a duda, se puede afi rmar que de ahí emana el derecho a la verdad como garante de la paz social.
En materia de derechos humanos, es menester recordar que México se ha incorporado al sistema internacional de protección de los derechos humanos mediante la fi rma y ratifi cación de diversos pactos y convenios suscitados principalmente de la Declaración Universal de los Derechos Hu-manos.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, suscrita y ratifi ca-da por nuestro país, fue un hito en la conceptualización de la persona como ser con prerrogativas y libertades inherentes a su naturaleza, y constituye un punto de referencia histórico que marca el inicio de una profunda transfor-mación respecto a la relación del individuo con el Estado, y por lo tanto, con el poder.
Más allá de los frecuentemente citados artículos 12 y 19 de la Declara-
3 Ramón Alberch F., Archivos y derechos humanos, p. 15.
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ción,4 que se evocan para confi gurar las pautas de comportamiento ético en lo referente a la transparencia y protección de los datos (el primero obligán-donos a proteger la intimidad de las personas y el segundo obligándonos a favorecer el ejercicio de la libertad de expresión facilitando la obtención de información), la información tanto física como automatizada está vinculada con el ejercicio de los derechos ciudadanos.
De esta forma, los archivos, bien organizados, gestionados y salvaguar-dados propiamente, son un elemento sustancial en la garantía de los dere-chos ciudadanos.
El discurso gubernamental de los derechos ciudadanos y de forma muy particular de los derechos humanos en el ámbito de la protección de la in-formación, deja en claro que cualquier violación a los derechos de la perso-na repercute, inicialmente, en las víctimas, pero también incide en la imagen democrática del Estado.
En efecto, en el caso de países envueltos en procesos de transición de regímenes totalitarios a sistemas políticos democráticos, el binomio archi-vos-derechos humanos adquiere una dimensión especial.
Los archivos, fundamentalmente los de las instituciones protagonistas en la represión o en la violación de los derechos humanos, como fi el refl ejo de las realidades sociales en las que se produjeron, aportan, o deben aportar, informaciones de extraordinario valor social en los procesos de transición a la democracia. La preservación o no, no está sujeta a discusión. La exis-tencia de estos archivos garantiza la continuidad de la memoria histórica, primordial para la vida democrática.
Así, las consecuencias que tan frecuentemente se derivan de la demo-cratización, como la amnistía y la reparación del daño para las víctimas de la represión, la exigencia de penalizar a los responsables de la violación de los derechos humanos, o la elaboración, en una catarsis colectiva, de un infor-
4 Los artículos 12 y 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establecen, a la letra, lo siguiente:
Artículo 12.- Nadie será objeto de injerencias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.Artículo 19.- Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
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me objetivo sobre las atrocidades derivadas de la ausencia de libertades; dependen directamente de la existencia y disponibilidad de los documentos custodiados en estos archivos.
La conservación de los archivos como testimonios insustituibles son esenciales para el ejercicio de derechos individuales como la amnistía, in-demnizaciones, “habeas data”, reparación y compensación de daños a las víctimas, restitución de bienes confi scados, y derechos civiles generales (herencia, propiedad, entre otros). Asimismo, para hacer valer derechos colectivos, me refi ero al derecho de pueblos y naciones a elegir su propia transición democrática, el derecho a la integridad de la memoria escrita de los pueblos, el derecho a la verdad y el derecho a conocer a los responsables de crímenes contra los derechos humanos.
Hacer valer estos derechos (individuales y colectivos) es de suma impor-tancia; sin embargo, es importante subrayar que los derechos individuales de las víctimas de la represión política tienen preferencia sobre cualquier tipo de investigación histórica. También importa mencionar el extraordina-rio volumen y la gran riqueza informativa de los archivos, por el amplísimo espectro social que suelen abarcar, allí donde se han conservado. Además, claro es, el valor sociológico que brindan, al poder explicar a partir de ellos las construcciones sociales y su evolución a través del tiempo.
La frecuente destrucción de archivos en el contexto de las guerras ha sido un motivo de preocupación por parte de diferentes organismos in-ternacionales, concretamente el Consejo Internacional de Archivos, y ha propiciado la formulación de una doctrina internacional en la materia.
La legislación más completa es la Convención de la Haya de 1954, en par-ticular la “Convención para la protección de los bienes culturales en caso de confl icto armado”.5 Cabe también señalar la Resolución 4212 adoptada por la Conferencia General de la UNESCO en 1974 relativa al retorno de los archivos en los países colonizados y la resolución del Parlamento Europeo
5 La Convención de 1954 incluye entre los bienes merecedores de protección a los archivos y los edificios en que se conservan, e insiste en la necesidad de salvaguardarlos y respetarlos. La Convención se preocupa especialmente de los monumentos, los edificios históricos, los museos y los objetos de arte, y su referencia a los archivos es correcta pero insuficiente. El limitado número de países signatarios de este documento, su escasa difusión y observancia en los conflictos armados más recientes –guerra de los Balcanes– aconsejan proceder a una revisión de sus contenidos.
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de enero de 1991 relativa al derecho de los pueblos a ser informados de su historia y a obtener la restitución de sus archivos nacionales.
Asimismo, es importante subrayar que el Consejo Internacional de Ar-chivos ha reiterado llamamientos a la protección y restitución de los archi-vos en el marco de guerras y ocupaciones coloniales en las resoluciones de diferentes conferencias de la Mesa Redonda de los Archivos.6
Sin embargo, es la “Recomendación del Consejo de Europa relativa a medidas prioritarias para aumentar la cooperación en el ámbito de los archi-vos” del 14 de noviembre del 2005, la que dedica una especial atención a la conservación y a la prevención de daños en los archivos de Europa.
Por su parte, los ejemplos de la experiencia chilena y alemana son ilus-trativos, y ya de todos conocidas, en relación a la conservación y uso de los fondos documentales de las instituciones represivas. En estos dos casos, podemos apreciar la disyuntiva entre el perdón o las políticas de la respon-sabilidad, a partir de la preservación de los archivos o su destrucción.
En el caso de Chile no se conocen indicios sobre la existencia de archi-vos de las principales instituciones represivas de la dictadura militar, cuyo principal exponente lo constituyen la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA) y su sucesor, el Centro Nacional de Información (CNI),7 quizás por la impunidad que le rodea. Recordemos que la DINA fue el aparato represor de la dictadura chilena, el que jugó tal vez, el papel más importante en la reestructuración del nuevo Estado que hoy rige la sociedad chilena. La pe-culiaridad de tal transición es que a diferencia de otros procesos de cambio en del continente, los aparatos de represión formaron parte de la misma transición.
El Decreto de Ley número 521, documento que le dio origen, le asig-naba a la DINA amplias funciones para reunir toda la información a nivel nacional proveniente de los distintos campos de acción, con el propósito de producir la inteligencia para la formulación de políticas, planifi cación y para la adopción de medidas que procuraran el resguardo de la seguridad nacional y el desarrollo del país.8 Además de tres artículos secretos que la
6 Concretamente en los años: 1961 (Varsovia), 1977 (Cagliari), 1994 (Salónica) y 1995 (Washington). Véase Alberch F., Ramón, Los archivos, entre la memoria histórica y la sociedad del conocimiento, pp. 197-202. 7 Disponible en el vínculo siguiente: http://www.namebase.org/foia/ch02.html
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facultaban para el allanamiento de casas habitación y la aplicación de técni-cas de tortura.
Lo cierto es que, bien por destrucción de los archivos o por incapacidad de acceder a ellos, todo estudio sobre las violaciones de derechos humanos durante la dictadura chilena nacida en 1973 se ha basado en testimonios orales, principalmente recogidos por la Vicaría de la Solidaridad, destacan-do la labor de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, institución pionera en su género.
Al iniciar su proceso de transición, la necesidad manifi esta de conocer la verdad sobre la violencia política, las desapariciones y asesinatos del ré-gimen de Pinochet, se encontró con el obstáculo de carecer de soportes documentales. De esta forma, la Comisión para la Verdad y la Reconcilia-ción, creada en 1990, tuvo que reconstruir 15 años de historia a partir, en su mayoría, de testimonios personales con la ayuda de la memoria oral o escri-ta de los protagonistas. Sin embargo, y dada la carencia de los testimonios documentales, el gobierno chileno no ha sido capaz de aclarar el destino de muchos de los desaparecidos ni las responsabilidades de las atrocidades.
El caso chileno es muy esclarecedor en lo relativo a la importancia de la preservación y protección de los archivos. De tal forma que la posibilidad de exigir responsabilidades ha escapado, en gran medida, por la falta de so-portes documentales. Paralelamente, resulta difícil lograr la reparación del daño y aplicar políticas del perdón, entre muchas otras.
Los archivos produjeron un informe rico y amplio,9 de enorme valor histórico y social que, no obstante, carece de la contundencia de los datos avalados por los testimonios escritos generados por los propios órganos de la represión.
Por otro lado, en el caso alemán, se destacan los enormes archivos de la antigua Statsi, tras la caída del muro y la reunifi cación donde, a diferencia del caso chileno, los documentos se han conservado casi íntegramente y, desde el primer momento de la transición, han estado bajo el control de las
8 Información disponible en el Archivo Chile, del Centro de Estudios “Miguel Enríquez”. Visible en el siguiente vínculo:http://www.archivochile.com/Dictadura_militar/org_repre/DMorgrepre0003.pdf9 El informe fue elaborado en 1991 por la Comisión Nacional para la Verdad y la Reconciliación (Chile), y se denomina Informe de la Comisión Nacional Chilena para la Verdad y la Reconciliación.
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nuevas instituciones emanadas del proceso democrático. Los ciudadanos de la desaparecida Alemania Oriental, a través de la institución del Comi-sionado Federal para la Administración de los Archivos de la extinguida Statsi, han podido conocer en detalle las consecuencias que sobre sus vidas concretas y sobre el conjunto de la población tuvieron los servicios secretos del Ministerio del Interior de la República Democrática Alemana.
En esta coyuntura se ha incluido la capacidad de obtener datos sobre los responsables de estos servicios y de sus actuaciones concretas.10 Esto fue posible, gracias al empeño de los ciudadanos alemanes, conscientes de la importancia de su preservación. Los archivos de la desaparecida Stasi han podido ser usados para la depuración de responsabilidades, tanto o más que para la compensación a las víctimas de la represión.
La actuación legal paralela ha sido ejemplar. Dos leyes, una primera en la propia DDR antes de la unifi cación y la defi nitiva en la Alemania unifi cada, son el colofón a un uso elegido democráticamente, donde los ciudadanos han sido los protagonistas.
Quizás los alemanes tienen más presente el empleo que se hizo de los archivos del régimen nazi al fi nalizar la guerra mundial. Su uso primordial, recordémoslo, fue para la celebración de los juicios de Nuremberg. Em-pero, en aquella ocasión los protagonistas del proceso fueron las fuerzas militares de los países aliados.
En España se planteó la destrucción de los expedientes que refl ejaban en los archivos policiales los antecedentes políticos, sindicales o ideológicos de personas consideradas desafectas por el régimen de Franco. En lugar de la destrucción, en este caso se planteó la anulación en los registros infor-máticos de la policía de datos sobre actividades político-sociales existentes desde el régimen anterior y, a la vez, fueron transferidos al Archivo Histó-rico Nacional todos los expedientes de naturaleza política conservados en el archivo de la policía.
Para ello, existió la colaboración del Ministerio del Interior y el Minis-terio de Cultura, al suscribir el acuerdo correspondiente;11 de este modo,
10 Second Joint Working Session of the 63rd German Archives Congress, “The archival situation in the New States of the Federal Republic of Germany: a view from the Archive of the Federal Agent for the documents of the State Security Service of the former DDR”, citado en Antonio Gonzalez Q., Archives of the Security Services of former repressive regimes: Report prepared for UNESCO, pp. 6-8.
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se ha conservado un conjunto documental insustituible para estudiar los movimientos sociales de oposición al régimen franquista durante más de cuarenta años.
Finalmente, en este caso se promulgó la Ley de la Memoria Histórica de 2007, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecuciones o violencia durante la guerra civil y la dictadura. El espíritu de la Memoria Histórica recoge la experiencia del pasado donde la violencia era legítima para imponer convicciones polí-ticas y establecer regímenes totalitarios contrarios a la libertad y dignidad de todos los ciudadanos, mereciendo la repulsa y condena de la actual sociedad democrática española.12
Es importante mencionar que el artículo 2 de esta ley contempla un procedimiento específi co para obtener una declaración personal, de con-tenido rehabilitador y reparador, que se abre como un derecho a todos los perjudicados, y que pueden ejercer ellos mismos o sus familiares.
En defi nitiva, la Ley de la Memoria Histórica contribuye a cerrar heridas todavía abiertas en los españoles y a dar satisfacción a los ciudadanos que sufrieron, directamente o en la persona de sus familiares, las consecuencias de la tragedia de la guerra civil o de la represión de la dictadura. Busca contribuir a ello desde el pleno convencimiento de que, profundizando de este modo en el espíritu del reencuentro y de la concordia de la transición, no son sólo esos ciudadanos los que resultan reconocidos y honrados, sino también la democracia española en su conjunto.
El caso de Guatemala es un ejemplo más cercano. El 17 de marzo de 2009, después de casi 25 años del terror político acaecido en aquel país, el Archivo de Seguridad Nacional (en inglés, National Security Archive) de los Estados Unidos,13 publicó documentos desclasifi cados relacionados con la desaparición de Edgar Fernando García, líder estudiantil y activista sindical capturado por fuerzas de seguridad guatemaltecas en 1984.
11 Acuerdo interministerial entre en Ministerio del Interior y el Ministerio de Cultural del 3 de diciembre de 1986 sobre remisión de fondos documentales al Archivo Histórico Nacional.12 La presente ley condena el franquismo y recoge el contenido del Informe de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, firmado en París el 17 de marzo de 2006 en el que se denunciaron las graves violaciones de derechos humanos cometidas en España entre los años 1939 y 1975. 13 Disponible en el vínculo siguiente: http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB273/index2.htm
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Los documentos muestran que la captura de García fue un secuestro po-lítico bien organizado y orquestado desde los niveles más altos del gobierno guatemalteco. Su desaparición, formó parte de una campaña de terror del Estado diseñada para destruir los movimientos sociales urbanos y rurales durante los años ochentas. El 18 de febrero de 1984, el joven líder estudian-til fue capturado en las afueras de un mercado cerca de su casa en la ciudad de Guatemala. Nunca más fue visto.
Tras el secuestro de García, su esposa, Nineth Montenegro fundó el Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), una organización de derechos humanos que ha presionado al gobierno para obtener información sobre familiares desaparecidos. Co-fundado con otras familias de desaparecidos, el GAM se consolidó en junio de 1984, organizando demostraciones, reuniéndose con ofi ciales de gobierno y liderando una larga campaña con el objetivo de en-contrar la verdad detrás de miles de desapariciones en Guatemala.14
Documentos desclasifi cados obtenidos por el Archivo de Seguridad Na-cional a través de la Ley de Libertad de Información (Freedom of Information Act –FOIA) indican que los Estados Unidos, a través de su embajada en Guatemala,15 estaban conscientes de la campaña gubernamental para se-cuestrar, torturar y asesinar a líderes sindicales, que se realizaba cuando García desapareció,16 y que alcanzó su apogeo durante el gobierno de Óscar Mejía Víctores.
En consecuencia, el Archivo de Seguridad Nacional emitió una serie de recomendaciones especializadas sobre el rescate del archivo y publicó foto-grafías y análisis sobre el mismo en su página ofi cial de internet.
Con ayuda de los archivos y del acceso a estos en un nuevo Estado de-mocrático, se produjeron arrestos de ofi ciales de la policía en Guatemala,
14 Aquí podemos observar la importante vinculación que existe entre derechos humanos y sociedad civil. Hoy por hoy no se puede explicar la evolución de los derechos humanos sin la labor crucial de una sociedad civil, cada vez más participativa, involucrada y comprometida.15 Embajada de EE.UU. en Guatemala, Informe al Departamento de Estado, p. 5.16 El Buró de Inteligencia e Investigación del Departamento de Estado Norteamericano escribió cuatro días después de la desaparición de García, que: “Fuerzas de seguridad del gobierno han empleado el asesinato para eliminar a personas sospechosas por estar involucradas con la guerrilla o que tienen orientaciones izquierdistas […] quienes tradicionalmente han considerado que los líderes sindicales son comunistas”.Véase también Guatemala: Memoria del Silencio, caso Ilustrativo núm. 48. Ambos disponibles en los siguientes vínculos: http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB273/index.htmhttp://shr.aaas.org/guatemala/ceh/mds/spanish/anexo1/vol1/no48.html
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esto fue un paso sin precedentes en la lucha contra de la impunidad y es testimonio de los esfuerzos de investigación que se llevaron a cabo en el histórico archivo de la Policía Nacional.
Consecuentemente, con la fi rma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera en diciembre de 1996, el gobierno del presidente Álvaro Arzú y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) pusieron fi n a 36 años de guerra civil. Los acuerdos constituyen el marco para comenzar a tratar las causas y consecuencias de ese confl icto y una guía para las reformas necesa-rias para construir un sistema basado en el respeto a los derechos humanos, la participación democrática y el régimen de derecho.17
Sin ánimo de exhaustividad, otros casos relevantes a nivel internacional como ya sabemos han sido las experiencias del Tribunal Penal Internacio-nal para la ex Yugoslavia, el Tribunal Internacional para Ruanda, y de más reciente creación, el Tribunal Especial para Sierra Leona. Cada uno con
17 El Acuerdo de Paz Firme y Duradera fue suscrito y entró en vigencia el 29 de diciembre de
1996, UN Doc. A/51/796S/1997/114, 7 de febrero de 1997, Anexo II. Otros diez acuerdos forman parte integral de ese acuerdo final: el Acuerdo Global sobre Derechos Humanos, suscrito en la ciudad de México el 19 de marzo de 1994, UN Doc. A/48/928S/1994/448, 19 de abril de 1994, Anexo 1; Acuerdo para el Reasentamiento de las Poblaciones Desarraigadas por el Enfrentamiento Armado, suscrito en Oslo, 17 de junio de 1994, UN Doc. A/48/954S/1994/751, 1º de julio de 1994, Anexo 1; Acuerdo sobre el Establecimiento de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico de las Violaciones a los Derechos Humanos y los Hechos de Violencia que han Causado Sufrimiento a la Población Guatemalteca, suscrito en Oslo, 23 de junio de 1994, UN Doc. A/48/954S/1994/751, 1º de julio de 1994, Anexo II; Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, suscrito en la ciudad de México, 31 de marzo de 1995, UN Doc. A/49/882S/1995/256, 10 de abril de 1995, Anexo; Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria, suscrito en la ciudad de México, 6 de mayo de 1996, UN Doc. A/50/956, 6 de junio de 1996, Anexo; Acuerdo de Fortalecimiento del Poder Civil y Función del Ejército en una Sociedad Democrática, suscrito en la ciudad de México, 19 de septiembre de 1996, UN Doc. A/51/410S//1996853, 16 de octubre de 1996, Anexo; Acuerdo sobre un Cese de Fuego Definitivo, suscrito en Oslo, 4 de diciembre de 1996, UN Doc. S/1995/1045, 17 de diciembre de 1996, Anexo; Acuerdo sobre Reformas Constitucionales y Régimen Electoral, suscrito en Estocolmo, 7 de diciembre de 1996, UN Doc.A/51/776S/1997/51, 20 de enero de 1997, Anexo I; Acuerdo sobre la Incorporación de la URNG a la Legalidad, suscrito en Madrid, 12 de diciembre de 1996, UN Doc. A/51/776S/1997/51, 20 de enero de 1997, Anexo II; Acuerdo sobre Cronograma para la Implementación, Cumplimiento y Verificación de los Acuerdos de Paz, suscrito en la ciudad de Guatemala, 29 de diciembre de 1996, UN Doc. A/51/796S/1997/114, 7 de febrero de 1997, Anexo I. Los acuerdos precedentes entraron formalmente en vigencia en el momento de la firma de la paz firme y duradera en 1996, con excepción de aquel concerniente a derechos humanos, que entró en vigencia cuando se lo firmó en 1994. Las secciones pertinentes del presente informe contienen referencias más detalladas sobre estos acuerdos. Para más información, véase: OEA/Ser.L/V/II.111, Doc. 21 rev., 6 abril 2001, Original: Español/Inglés. También disponible en el vínculo siguiente: http://www.cidh.org/countryrep/Guatemala01sp/cap.1.htm#_ftnref1
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sus especifi cidades han contribuido a la justicia y paz social, y están más vinculados con las disposiciones contenidas en la Convención para la Pre-vención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948. En las sentencias de estos tribunales el recurso a los documentos ha sido recurrente y ha apor-tado elementos informativos decisivos. Las deliberaciones de los tribunales y la compilación de pruebas documentales han propiciado la creación de archivos de gran relieve, además de que a nivel normativo internacional, han sentado precedentes signifi cativos.
Versiones públicas en el AGN
Ahora bien, en el caso mexicano, y solo por mencionar uno de tantos ejem-plos, es ilustrativo pensar en las solicitudes de acceso a la información efec-tuadas al Archivo General de la Nación (AGN) en 2006 sobre documentos del ensayista y poeta Octavio Paz y Elena Garro del periodo de la llamada “guerra sucia”.
Cabe recordar que durante enero de 2006 se presentaron dos solicitudes de acceso a la información, a través del Sistema de Solicitudes de Infor-mación –hoy conocido como INFOMEX–, mediante las cuales se solicitaba al AGN información relativa a las dos personas mencionadas, información recibida del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) entre 1962 y 1970.18
Finalmente, el 12 de julio de 2006, el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) instruyó al AGN para elaborar la versión pública de la documentación solicitada, omitiendo las partes o secciones clasifi cadas y señalando aquéllas que fueran omitidas, en térmi-nos de los artículos 43 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental (LFTAIPG), 30 y 41 de su Reglamento y el Séptimo de los Lineamientos Generales para la clasifi cación y desclasi-fi cación de la información de las dependencias y entidades de la Adminis-tración Pública Federal.19
18 Número de folio de las solicitudes 0495000000306 y 0495000000406. Número de expedientes: 0412/06 y 0413/06 Acumulados. Disponibles en el sitio oficial de internet del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI), apartado “Resoluciones”.19 El artículo 43 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
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Es importante destacar que previo a su entrega al recurrente, y en tér-minos del artículo 56, párrafo segundo de la Ley, el IFAI verifi có la versión pública que el Archivo General de la Nación entregó posteriormente al recurrente. Lo anterior, en virtud de que esta documentación con datos per-
Gubernamental (LFTAIPG) prevé lo que se indica a continuación: Artículo 43. La unidad de enlace turnará la solicitud a la unidad administrativa que tenga o pueda tener la información, con objeto de que ésta la localice, verifique su clasificación y le comunique a la primera la procedencia del acceso y la manera en que se encuentra disponible, a efecto de que se determine el costo, en su caso.Las unidades administrativas podrán entregar documentos que contengan información clasificada como reservada o confidencial, siempre y cuando los documentos en que conste la información permitan eliminar las partes o secciones clasificadas. En tales casos, deberán señalarse las partes o secciones que fueron eliminadas.
Disponible para su consulta en el vínculo siguiente: http://www.cddhcu.gob.mx/LeyesBiblio/doc/244.doc
Por su parte los artículos 30 y 41 de su Reglamento, establecen lo siguiente: Artículo 30. Los expedientes y documentos clasificados como reservados deberán llevar una leyenda que indique su carácter de reservado, la fecha de la clasificación, su fundamento legal, el periodo de reserva y la rúbrica del titular de la unidad administrativa.
Cuando un expediente contenga documentos públicos y reservados, se deberán entregar aquellos que no estén clasificados. Tratándose de un documento que contenga partes o secciones reservadas, se deberá entregar una versión en la que se omitan estas últimas. Las reproducciones de los expedientes o documentos que se entreguen constituirán las versiones públicas correspondientes.Artículo 41. Cuando una dependencia o entidad reciba una solicitud de acceso a un expediente o documentos que contengan información confidencial y el Comité lo considere pertinente, podrá requerir al particular titular de la información su autorización para entregarla, quien tendrá diez días hábiles para responder a partir de la notificación correspondiente. El silencio del particular será considerado como una negativa.
El Comité deberá dar acceso a las versiones públicas de los expedientes o documentos a que se refiere el párrafo que antecede, en las que se omitan los documentos o las partes o secciones de éstos que contengan información confidencial, aun en los casos en que no se haya requerido al particular titular de la información para que otorgue su consentimiento, o bien se obtenga una negativa expresa o tácita del mismo.
Disponible en el vínculo: http://www.cddhcu.gob.mx/LeyesBiblio/regley/Reg_LFTAIPG.doc
Finalmente, el séptimo de los Lineamientos Generales para la Clasificación y Desclasificación de la información de las Dependencias y Entidades de la Administración Pública Federal, indica a la letra lo siguiente:
Séptimo.- De conformidad con lo dispuesto por el segundo párrafo del artículo 43 de la Ley, en los expedientes y documentos que contengan partes o secciones reservadas o confidenciales, los titulares de las unidades administrativas deberán señalar aquéllas que para su publicidad deban omitirse a efecto de identificarlas. Asimismo, deberán reproducir la versión pública de los expedientes o documentos en caso de recibir una solicitud respecto de los mismos, sin perjuicio de que la dependencia o entidad determine elaborar versiones públicas en cualquier momento, o bien, al organizar sus archivos.
Disponible en el vínculo siguiente: http://www.ifai.org.mx/descargar.php?r=/pdf/ciudadanos/marco_normativo/lineamientos/&a=lineamientos.pdf
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sonales, está tutelada por el artículo 40 del Reglamento de la LFTAIPG y, en conse-cuencia el recurrente debe contar con la autorización de los Trigésimo y Trigési-mo cuarto, párrafo primero de los Lineamientos Gene-rales para la clasifi cación y desclasifi cación de la infor-mación de las dependencias
y entidades de la Administración Pública Federal en los cuales se establece que “son confi denciales los datos personales referidos a una persona que ha fallecido, a los cuales únicamente podrán tener acceso y derecho a pedir corrección, el cónyuge si persiste y/o los parientes en línea directa ascen-dente y descendente sin limitación de grado, y en línea transversal hasta el segundo grado”. Cabe mencionar que, la consulta de estos documentos se efectuó in situ en el AGN. De esta forma se garantizó el acceso a la informa-ción al tiempo que se veló por la protección de los datos personales.
Dicho lo anterior, resulta fundamental ser conscientes de la importan-cia que ha representado la preservación, custodia y transparencia de los archivos, que son un refl ejo de nuestra historia e instrumentos irreductibles de la conciencia colectiva de nuestro país. Hay que dar una respuesta a esta exigencia con todas las garantías legales para no interferir con la actuación judicial y, a la vez, para salvaguardar la intimidad de las víctimas de la repre-sión, de la violencia intrafamiliar, entre muchos otros casos.
Ahora bien, es cierto que cada país y cada coyuntura determinan una vía de transición política concreta, sin embargo, no hay duda de que la di-mensión histórica es enorme, y la repercusión social que el acceso a estos archivos produce los convierte en servicios públicos de primera magnitud.
De esta forma, la jurisprudencia y la realidad social convierten estos archivos en objeto de interés por encima de prescripciones y fronteras. La consolidación del reconocimiento público de las atrocidades cometidas por los responsables de estos regímenes como crímenes contra la humani-dad plantea, en la era de la globalización, la responsabilidad colectiva. Con
Legislación y archivos son conceptos que, en la teoría y en la práctica,
van de la mano. El legislador debe tener en cuenta los archivos y su
papel instrumental para hacer que las medidas legislativas sean efectivas,
dado que el libre acceso a los archivos y a los documentos es un derecho democrático reconocido en leyes
internacionales y nacionales.
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los avances tecnológicos, todos somos testigos de las violacio-nes a derechos humanos que se cometen día a día, por lo que somos también responsables en cierta medida.
Los archivos de la seguridad del Estado de los desaparecidos regímenes represivos, y en general los archi-vos creados a lo largo del proceso histórico por las naciones deben ser con-servados y protegidos, considerándolos patrimonio de la humanidad. Estos conjuntos documentales, físicos y automatizados, deben quedar a disposi-ción de los pueblos, para no cercenar parte de nuestra memoria colectiva y, con las garantías pertinentes, para ser puestos al servicio de la causa de los derechos humanos, purgando de este modo el papel atroz que han jugado en momentos históricos precedentes.
Legislación y archivos son conceptos que, en la teoría y en la práctica, van de la mano. El legislador debe tener en cuenta los archivos y su papel instrumental para hacer que las medidas legislativas sean efectivas, dado que el libre acceso a los archivos y a los documentos es un derecho democrático reconocido en leyes internacionales y nacionales.
No es tarea del legislador implantar una determinada memoria colectiva. Pero sí es su deber, y un cometido de la ley, reparar a las víctimas, consagrar y proteger, con el máximo vigor normativo, el derecho a la memoria personal y familiar como expresión de plena ciudadanía democrática, fomentar los valores constitucionales y promover el conocimiento y la refl exión sobre el pasado, para evitar que se repitan situaciones de intolerancia y violación de derechos humanos.
Es importante que el acceso a los archivos no dependa de voluntarismo sino de políticas claras. Al mismo tiempo, brindar información es un deber y una obligación del Estado y no un gesto de voluntarismo. Ya, la Ley Fe-deral de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental en su artículo 32,20 prevé el manejo de los archivos para su catalogación, clasifi cación y conservación de forma conjunta con el AGN.
20 El artículo 32 de la LFTAIPG, establece lo siguiente:Artículo 32. Corresponderá al Archivo General de la Nación elaborar, en coordinación con
Ya la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental en su artículo 32 prevé el manejo de los archivos
para su catalogación, clasifi cación y conservación de forma conjunta con
el AGN
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Es evidente, pues, que el éxito no reside sólo en la redacción de una buena ley de acceso a la informa-ción, o bien de protección de datos, sino también, en la capacidad real de hacer-la efectiva y, en este aspec-to, el papel de los archivos públicos deviene crucial
en la medida en que constituyen los depositarios de un capital informativo de gran volumen y de una trascendencia pública incontrovertible. Por este motivo, su efi ciente organización, descripción, preservación y facilidad de acceso son determinantes en todos los casos, pero muy especialmente cuan-do afectan al amplio espectro de los derechos humanos.
Consecuentemente, los archivos de los sectores con información más sensible –defensa, justicia e interior– suelen ser lo más opacos a causa de su escaso nivel de organización archivística y por la afectación que supone la legislación de protección de datos personales y de secretos del Estado.
El derecho de acceso a la documentación generada por las administra-ciones públicas es inalienable, y no puede reducirse sólo a aquello que no es confl ictivo para los gobiernos. Se ha de abogar por una sociedad abierta en la que las decisiones y políticas, así como los errores, están abiertas al escrutinio público.
El acceso a la información pública se debe entender como un derecho democrático más que contribuye a fomentar la participación ciudadana, permite un control democrático de la actividad administrativa, facilita una circulación equitativa de la información y, al mismo tiempo, garantiza que el derecho a la intimidad de las personas no pueda ser vulnerado.
El acceso a la información pública se debe entender como un derecho democrático más que contribuye a
fomentar la participación ciudadana, permite un control democrático de la
actividad administrativa, facilita una circulación equitativa de la información
y, al mismo tiempo, garantiza que el derecho a la intimidad de las personas no
pueda ser vulnerado.
el Instituto, los criterios para la catalogación, clasificación y conservación de los documentos administrativos, así como la organización de archivos de las dependencias y entidades. Dichos criterios tomarán en cuenta los estándares y mejores prácticas internacionales en la materia.Los titulares de las dependencias y entidades, de conformidad con las disposiciones aplicables, deberán asegurar el adecuado funcionamiento de los archivos. Asimismo, deberán elaborar y poner a disposición del público una guía simple de sus sistemas de clasificación y catalogación, así como de la organización del archivo.Disponible en el siguiente vínculo: http://www.cddhcu.gob.mx/LeyesBiblio/doc/244.doc
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De esta forma, podemos comprender que la desmemoria y el olvido son frecuentemente aliados de la impunidad, a veces revestida con el indudable atractivo ciudadano que suponen los discursos que llaman a la reconcilia-ción. Por esta razón, la memoria, en la medida en que devine conocimiento, se convierte en una poderosa herramienta de recuperación de los derechos del ciudadano y, en este marco general, debe ligarse de manera inseparable a los conceptos de verdad y justicia.21
Los derechos de acceso y protección de datos personales en muchas ocasiones aparecen recogidos en leyes genéricas, pero posteriormente en la práctica pueden quedar en una proclamación vacía de contenido, mediante una serie de reglamentos y textos legales inferiores que difi cultan estos de-rechos. Éste, afortunadamente, no es el caso de nuestro país.
Derecho de acceso a la información pública gubernamental
En este sentido, resulta importante señalar que el 20 de julio de 2007, fue publicada en el Diario Ofi cial de la Federación, la reforma al artículo 6º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, fundamental-mente, con el objeto de homologar el derecho de acceso a la información pública gubernamental, en cualquier punto del territorio nacional y en los tres niveles de gobierno. Al respecto, en el dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de la Función Pública de la Cámara de Diputados, se señaló que
[L]a iniciativa que se dictamina, surge de un análisis pormenorizado y exhaus-tivo de una problemática nacional que no debemos aceptar; luego de cuatro años de marcha de las leyes de transparencia y acceso a la información, se ha cristalizado una heterogeneidad manifi esta y perjudicial de los cimientos para el ejercicio del derecho, que contienen diversas leyes, tanto federal como estatales [...]22
21 Ramón Alberch F., Archivos y derechos…, op. cit., p. 17.22 Disponible en vinculo siguiente: http://www.ctainl.org.mx/descargas/dictame_AudicionConst%5B1%5D.pdf
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La reforma al artículo 6º de la Constitución Federal planteó nuevos retos a la transparencia gubernamental en nuestro país, que se materializaron en siete fracciones. En las tres primeras se establecieron los principios funda-mentales que dan contenido básico al derecho, mientras que en las fraccio-nes cuarta, quinta y sexta se plantearon las bases operativas que deberán contener las leyes en la materia para hacer del derecho una realidad viable, efectiva y vigente, según el ya citado dictamen de la Cámara de Diputados.
El reformado artículo, establece como parte de los principios en materia de acceso, que la información que se refi ere a la vida privada y los datos personales será protegida en los términos y con las excepciones que fi jen las leyes.
Al respecto, en el dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos Cons-titucionales y de la Función Pública, de la Cámara de Diputados, en el apar-tado en el que se hace el análisis de la iniciativa, se indicó lo siguiente:
En ella se establece una segunda limitación al derecho de acceso a la informa-ción, misma que se refi ere a la protección de la vida privada y de los datos per-sonales. Esta información no puede ser sujeta al principio de publicidad, pues pondría en grave riesgo otro derecho fundamental, que es el de la intimidad y la vida privada.
Es fundamental esclarecer que aunque íntimamente vinculados, no debe confundirse la vida privada con los datos personales […]
La fracción segunda establece también una reserva de ley en el sentido que corresponderá a ésta, determinar los términos de la protección y las excepciones a este derecho.23
Este artículo, en particular en su fracción II, tiene la virtud de ser la primera disposición en la historia de nuestro país que hace mención expresa al dere-cho a la protección de datos personales en la cúspide normativa, dando con-tinuidad a la labor iniciada por el legislador ordinario a través de la Ley Fede-ral de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental.
Sin embargo, es hasta el 1º de junio de 2009 que se adiciona un párrafo al artículo 16 constitucional, donde se reconoce el derecho de protección de
23 Ibid.
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datos personales, como fundamental y autónomo y le provee de contenido. Esta reforma reconoce a nivel constitucional la autodeterminación in-
formativa de las personas, más que el dato en sí mismo, resaltando así la importancia de la subjetividad necesaria para el reconocimiento de los de-rechos y, en particular, de los derechos humanos.24 En consecuencia el 5 de julio de 2010 se publicó en el Diario Ofi cial de la Federación la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares, entran-do en vigor al día siguiente.
En suma, estás reformas contribuyen a asegurar el necesario equilibrio entre la protección de los datos y la memoria histórica, que es pública por defi nición.
Los retos no son pocos en este tema, por su complejidad y su íntima vinculación con otros derechos. De esta forma, la democracia de nuestro país demanda una transformación social profunda, antes de concretarse en las instituciones políticas; por lo que habrá que enfocarse en la construcción de una cultura de respecto a los derechos humanos que atienda a la subjeti-vidad, y en este sentido, que tenga como centro al individuo y la protección de su información como un derecho autónomo y legítimo.
En un régimen democrático como el nuestro, los conceptos de transpa-rencia, archivo y derechos humanos están entrelazados por defi nición. Es así que en la práctica, más que nunca, los derechos de acceso a la informa-ción y protección de datos representan una garantía más para el ejercicio de la ciudadanía plena.
BibliografíaAckerman M., John e Irma E. Sandoval, Leyes de acceso a la información en el
mundo, México, IFAI, 2005.
24 En términos generales, los derechos humanos están saturados de lo que Habermas (1971: 112-13) ha llamado “consciencia tecnócrata”, que se relaciona con el desplazamiento de los valores y normas y -lo que en sus términos ha llamado-, “significados motivados por acción”. En este sentido, afirma que la conciencia tecnócrata refleja la represión de la ética como categoría de vida. La asimilación de los valores éticos en términos científicos, legales y tecnológicos, descontextualiza y erradica la subjetividad. Para más información respecto a la construcción de subjetividades desde el lenguaje de los derechos humanos y plasmado en normatividades varias véase, Wilson, Richard (ed.), Human Rights, Culture and Context, pp. 134-160.
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Reporte del FBI sobre la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) del 21 de enero de 1982. Disponible en el vínculo: http://www.namebase.org/foia/ch02.html
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Consideraciones preliminares
El tema del acceso a los archivos y su evolución a lo largo del tiempo tie-ne una actualidad muy impactante en nuestro país; es un tema que si bien, desde hace ya algunos años está anotado en las leyes fundamentales como derecho a la información, hasta años recientes se ha hecho una realidad gracias a la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información (LFTAI) que, como sabemos, ha impactado el ámbito archivístico de manera tal que, podríamos afi rmar, la historia de los archivos y de las prácticas archivísticas en México se podría dividir en antes y después de la LFTAI.
Sin embargo, este impacto de la LFTAI en los archivos no se debe necesa-riamente a una preocupación directa sobre los mismos, más bien se refi ere a ellos de manera tangencial, abordando su utilidad en la medida en que son un instrumento fundamental para obtener la información requerida en el proceso de la transparencia y acceso que las sociedades requieren para fundamentar su ser y esencia democráticos.
Así arribamos al tema del acceso a los archivos. Un acceso no como desarrollo de la actividad archivística en sí y para sí, sino como el reque-rimiento de una sociedad urgida de información y que, por lo mismo y ante la evidente carencia de una cultura archivística, requiere de una aten-ción especial por parte de los archivistas, quienes deberán asumir el reto que representa el no sacrifi car los principios y los métodos en aras de las urgencias informativas, por muy importantes que éstas pudieran ser. La metodología archivística no sólo aporta elementos para resolver cualquier cuestionamiento que surja por la aplicación de la Ley, además, la organiza-ción y la descripción archivísticas, desarrolladas de manera acorde con los
EL ACCESO A LOS ARCHIVOS: ENTRE LO PÚBLICO Y LO PRIVADO, ENTRE LA APERTURA Y LA OPACIDAD
Gustavo Villanueva Bazán*
* Coordinador General del Archivo Histórico de la UNAM; [email protected]
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principios que se marcan como universales, otorgan elementos contextuales extras e información más completa sobre la documentación, la institución o las personas.
La utilización, el servicio que el archivo proporciona a los usuarios, sean funcionarios, investigadores o ciudadanos interesados, es uno de los prin-cipales sustentos del archivo, lo que le da su razón de ser como institución cultural en el entorno de una sociedad cada vez más urgida de información. De hecho, la mencionada normatividad que impacta los últimos años en nuestro país y que atañe a los archivos, surge a partir de las necesidades de información pública, de transparencia y de acceso a la información, es de-cir, la normatividad y la normalización que se ha intentado en los archivos desde 2002 a la fecha no se da por las necesidades propias de la profesión archivística ni para regular las formas de tratamiento interno y establecer las bases a partir de las cuales debe funcionar el archivo, sino a partir de la forma en que éste debe organizarse para responder a los requerimientos de la sociedad “de la información”, “del conocimiento” y ahora también “de la transparencia”. Esto pareciera no tener implicación en el tratamiento de los archivos; sin embargo, de manera casi podríamos decir tradicional esta capacidad de servicio, de utilidad, va marcando el sentido mismo del archivo y su ubicación dentro de la sociedad no como un aporte cultural per se, sino como una forma de aportar información, datos para que otros profesionales tengan los elementos necesarios a fi n de sustentar sus pes-quisas e investigaciones sobre diversos aspectos del devenir histórico y el desarrollo social.
Es decir, los archivos pueden ser concebidos como fuente para la inves-tigación, para que otros profesionales tengan elementos que les permitan construir y sustentar el conocimiento en sus diversos aspectos y momentos. Sin embargo, la archivística, independientemente de esa connotación, es ca-paz de sustentar el conocimiento de su productor, sea institución o persona particular, a partir de una construcción que permite dar su lugar correspon-diente a los documentos y expedientes que lo integran, y que tienen en ese sentido una vinculación capaz de dar organicidad al conjunto y concebirlo como una totalidad que por sí misma puede dar testimonio de la institución que lo concibe como tal.
Considero pues que si bien el tema de la accesibilidad a los archivos es
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de suma importancia y actualidad debe ir unido, necesariamente, con el de la archivística como ciencia o disciplina que produce, además de un servicio a la sociedad en cuanto a la información, un conocimiento de sus instituciones a través de los documentos que se producen como parte de su desarrollo normal y cotidiano en tanto los vincula de manera tal que constituyen un refl ejo de quien los provoca y los reúne, como parte de un proceso de acu-mulación natural para formar un conjunto orgánico que se entiende a partir, precisamente de esa vinculación, de esos nexos que le dan el lugar que le corresponde a cada una de las unidades documentales y ningún otro.
El acceso a los archivos
Para hablar del acceso a los archivos debemos retomar un tema por demás socorrido y tratado, el de la intencionalidad y valor del documento. Como sabemos, los documentos nacen con una intención administrativa es decir, nacen para gestionar, administrar, solucionar y dar cauce a los asuntos coti-dianos de las instituciones. Es un valor, conocido como primario, que al fe-necer, presenta dos opciones para el documento, un nuevo valor, (cultural, histórico, científi co) o su destrucción. Los documentos que alcanzan ese valor histórico por lo mismo, resultan accesibles de manera total.
Por supuesto que cuando planteamos el acceso absoluto a los docu-mentos de carácter histórico conservados en su correspondiente archivo, pensamos necesariamente que el ciclo vital del documento ha permitido re-gular su fl ujo a través de sus respectivas etapas y se han cumplido de manera correcta los plazos señalados por los calendarios o catálogos de vigencia y disposición documental.
Aurelio Tanodi ya hace algunos años señalaba la disposición abierta de los archivos históricos en tanto afi rmaba que, “es una realidad basada en las costumbres y, en muchos casos, confi rmadas por normas legales, que a to-dos los documentos conservados en estos archivos (se refi ere a los archivos históricos, nacionales, generales) tiene acceso todo el público, salvo a los que por alguna razón fundamental revisten carácter de secretos o reservados”.1
Entonces, la accesibilidad de los documentos se plantea realmente como
1 Aurelio Tanodi, “La Consulta archivística” en Gutiérrez Muñoz, César, Archivística, p. 169.
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una cuestión a resolver solamen-te cuando éstos se encuentran en esa fase primaria, administrativa, de gestión, es decir, cuando ha-blamos de los archivos activos y
acaso en los semiactivos, que son los de trámite y de concentración siguien-do la nomenclatura adoptada en nuestro país.
La categoría de los documentos administrativos varía según la intencio-nalidad, es decir, el para qué se han producido. Si bien todos ellos son de gestión, algunos requieren de una cierta confi dencialidad o reserva y, por lo mismo, de plazos más o menos largos de guarda administrativa o precau-cional (expedientes de seguridad, investigaciones ministeriales, expedientes personales, clínicos, etc.).
En cambio otros de la misma índole administrativa, práctica, jurídica, al referirse a ordenamientos, normatividad, al bien público, gozan de un libre acceso y consulta y aun más, en algunos de ellos su publicidad resulta obli-gada en tanto es fundamental para el cumplimiento de su cometido (leyes, reglamentos, edictos, acuerdos).
Con base en este razonamiento conviene también hacer una acotación en el sentido de que el problema de acceso en los archivos se presenta sólo para aquéllos que mantienen esa primera categoría, pues nacen con ciertas reservas o, en su caso, como confi denciales, o simplemente no nacen para ser comunicados de manera pública.2
Ésta ha sido una constante a lo largo de la historia, aunque los criterios para el acceso a los documentos han ido variando a partir de ciertas con-diciones específi cas en el tiempo y el espacio, y esto ha tenido que ver con aspectos tan fundamentales como el poder, la participación ciudadana, las concepciones democráticas, etcétera.
De hecho podríamos afi rmar junto con Pedro López que la evolución del concepto de archivo público se ha aliado a una mayor democratización del concepto de archivo como bien cultural, lo que a su vez incide sobre una mayor apertura en el acceso a la documentación, no sólo para el estu-dioso investigador sino para el ciudadano en general. La apertura es conse-
2 Elio Lodolini, Archivística: principios y problemas, pp. 245-246.
La apertura es consecuencia de la democratización y por supuesto una condición para que ésta se
afi ance y arraigue en la sociedad.
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cuencia de la democratización y por supuesto una condición para que ésta se afi ance y arraigue en la sociedad.3
Un breve recorrido por la historia del acceso a los archivos
Podría plantearse como un principio general que los documentos de hecho son objeto de celosa guarda por parte de quienes los producen; es la socie-dad misma la que busca y logra a través de los años que ese concepto se vaya transformando y de privados, de secretos, los archivos se conviertan en públicos, sobre todo, aquéllos que tienen un carácter administrativo y que dentro de esa categoría se señalan como poco sensibles a la luz pública.
Sin tomar esta cuestión como algo generalizado, podríamos plantear que es en Grecia donde se abren propiamente los archivos a la consulta, a la idea de participación ciudadana, de democratización, ejemplifi cando con ello esa noción de que la apertura de los archivos depende directamente del mayor o menor grado de democratización y de las necesidades sociales de una participación más o menos activa en la vida pública y de que, por tanto, la consultabilidad y apertura de los archivos podría ser un termómetro social que marque las tendencias represivas o democráticas.
Sin embargo, los documentos son también una garantía de los dere-chos del individuo, de su fe, de su hacienda y de su persona, por lo que, en ocasiones, requieren de tiempos prudenciales para lograr de manera sana, socialmente hablando, una consulta pública para fi nes distintos a los de su creación. Tal es el caso de los documentos que regulan los actos privados de los individuos y que se concretan con actos de sumo protocolo como los documentos notariales, avalados por la fe pública que ostentaban los notarios.
La fe pública, (fi des pública) –señala Antonia Heredia– en el periodo im-perial romano fue el elemento que determinó la normalidad de la consulta con fi nes jurídicos4 y que llevó necesariamente a una concepción más cerra-da, más privilegiada de los documentos y por tanto de los archivos; surgió
3 Pedro López Gómez, “Los archivos públicos y el ciudadano”, en César Gutiérrez Muñoz, Archivística, pp. 173-174.4 Antonia Heredia Herrera, Archivística General , Teoría y práctica Sevilla, p. 373.
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de ese modo la necesidad de equilibrar entre la publicidad de los documen-tos en aras de una mejor visión por parte de la sociedad y su restricción en benefi cio de la privacidad necesaria de algunos asuntos individuales.
Es así como se va formando una doble visión de los archivos como “privilegio de pocos”, de “los documentos públicos como instrumento para el ejercicio del poder”, tal y como se dio en Roma5 y de los archivos con un carácter público muy unido a la noción de democracia que, según se dice practicaba Grecia.6
La idea de consultabilidad abierta y menos reservada se desarrolla de manera más amplia –según Lodolini– en los archivos de todas las comunas libres italianas hacia principios del siglo XIV.7 En este mismo sentido, la formación de los principados, (hasta el año 234) por ejemplo, dio origen a la noción del archivo del príncipe, que por supuesto, cerró la consulta y restringió su acceso a algunos cuantos privilegiados que pudieron con ello fortalecer la visión histórica hecha a modo del señor y su proyecto. Creo que esta visión en realidad convivió muchos años, en la mayor parte de las sociedades con otras nociones digámoslo así, más democráticas.
Insisto en que la cerrazón política conlleva a una cerrazón informativa y necesariamente, esta última, a una limitación del uso de los archivos y por tanto, de los documentos que en ellos se contienen.
La noción de acceso, tomando este caso específi co, está ligada de ma-nera íntima al concepto de poder, al ejercicio del mismo y a la forma de estructura política que se desarrolla en la sociedad. De hecho esta idea nos lleva a una refl exión tomando en cuenta el concepto de archivo como refl e-jo del quehacer y desarrollo institucional.
Si constantemente afi rmamos que el archivo es el conjunto de docu-mentos que emanan de las actividades administrativas que se suceden en una institución y que por eso mismo son su refl ejo en el tiempo y en el es-pacio, cuando pensamos en los archivos de la sociedad, igualmente habrá de refl ejar las estructuras no sólo administrativas sino también de poder y las relaciones que en el ejercicio del mismo se desarrollan en esa sociedad. Con-sidero que el archivo asimismo es un refl ejo de la apertura u opacidad de las
5 José Ramón Cruz Mundet, Manual de Archivística, p. 30.6 Ma. Estela Islas Pérez, La archivística en México, p. 30.7 Lodolini, op. cit., p. 248.
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sociedades que se muestra a par-tir de sus necesidades y posibili-dades de información específi ca y su capacidad para resolverlas. Es así también como un régimen busca y utiliza la información no sólo para agrandar sus expectati-vas de permanencia en el poder
sino para desarrollar una visión específi ca y acorde con sus propósitos y muchas veces con la idea de trascender más allá de su propia época.
Esta situación del archivo como herramienta del poder se desarrolla y consolida durante el antiguo régimen con el concepto de archivo del Es-tado como instrumento jurídico, de poder y por supuesto, de información reservada.
Ha sido muy discutida la afi rmación común de que una consecuencia de la Revolución francesa y por tanto de la caída del antiguo régimen fue la sustitución del carácter secreto de los archivos por el de los archivos públi-cos, retomándose, según Jean Favier, “la idea griega de los archivos para el ciudadano”, una especie de democracia también en la información.
Fue durante la Revolución francesa cuando el concepto de acceso pú-blico a los documentos del Estado obtuvo un carácter legal y si bien puede ser discutible la repercusión de la Ley del 7 Messidor año II (sobre la organi-zación de los archivos de la República) [25 de junio de 1794]8 en un ámbito práctico del desarrollo archivístico, es claro que hubo una transformación y que a partir de ese momento se produjeron serios cambios, no sólo en la concepción de los archivos como nacionales y no ya del Estado (con la consecuente estructuración de los mismos), sino también en la necesidad de marcar de manera precisa la división de los archivos, para la historia y para la administración, una vez que la administración del antiguo régimen queda obsoleta y los documentos administrativos pierden su valor de gestión en breve tiempo.
En efecto, con la mencionada ley se formó la institución para centralizar
8 Denominada Declaración de los derechos del hombre en materia de archivos. Véase Wagner, “De las restricciones a la liberalización”, citado por Islas Pérez,op. cit., p. 36.
Ha sido muy discutida la afi rmación común de que una consecuencia de la Revolución francesa y por tanto de la caída
del antiguo régimen fue la sustitución del carácter secreto de los archivos por el de los archivos
públicos...
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los archivos incluidos los provinciales, la Agence Temporaire des Titres, encar-gada de la eliminación de los documentos sin valor, instancia que aun cuan-do fue reemplazada por otra al poco tiempo, con ésta y con la declaración hecha en el artículo 37 en el sentido de que todo ciudadano tiene derecho a solicitar en cualquier archivo la consulta de todo tipo de documentos, se inicia lo que Possner describió como “el inicio de una nueva era en la administración de los archivos”, ampliando así los márgenes de acción y de intereses del archivista.9
También, como apunta Schellenberg, por esa misma ley se reconoce la responsabilidad del Estado sobre el cuidado de los documentos valiosos del pasado. Siguiendo con Edward Higgs, la apertura de los archivos a partir de la Revolución francesa, tiene que ver, de igual manera, con la visión re-volucionaria al permitir jugar a los ciudadanos un papel más activo dentro de una nueva sociedad basada en las leyes del mercado y con posibilidad de enajenar las propiedades de manera más abierta y libre.10 Durante el siglo XIX en Europa, y muy específi camente en Inglaterra, la administración de los archivos y su consecuente utilización se propagó en múltiples institucio-nes que tienen como objetivo fundamental, la posibilidad para el ciudada-no de demostrar sus derechos legales de propiedad, registrar otra clase de derechos y de actos por parte de los individuos. Muchas son las instancias que se creaon para conservar y registrar esos actos materializados en docu-mentos.
Todo esto es de suma importancia para el conocimiento archivístico pues, entre otras cosas, con la Ley del Messidor se esboza el germen de lo que posteriormente se habrá de diferenciar como gestión de documen-tos para lo administrativo y la archivística referida a lo histórico. Además, con la gran diversifi cación de instancias que se encargan de conservar los documentos de los ciudadanos, podríamos aventurar que se inicia el desa-rrollo de lo que posteriormente se convertirá en el principal sustento de la archivística moderna, el principio de procedencia, en tanto la misión era no
9 Ernst Possner, Archives and the public interest, citado por Edward Higgs en “De la erudición medieval a la gestión de la información: la evolución de la profesión archivística”, 1er. Informe complementario II sesión plenaria XIII Congreso Internacional de Archivos, Beijing 1996, p. 2.10 Higgs, op. cit., p. 2.
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sólo conservar sino recuperar esa identidad del documento, lo cual daba al archivista un objeto más amplio que el de la simple consulta con fi nes específi cos de administración.
Es así como, según puede apreciarse, el desarrollo mismo de la archivís-tica está profundamente ligado con la visión y la práctica que se desarrolló para hacer accesibles los documentos al ciudadano y, en su caso, al investi-gador del pasado.
No obstante, el concepto de accesibilidad en los archivos se consolidó realmente después de la segunda guerra mundial, sobre todo por la urgencia de información que surgió acerca de la necesidad de documentar los críme-nes nazis contra la humanidad, lo que llevó a la reproducción en microfi lm de grandes volúmenes de documentos aún sin organizar ni describir, y a dar una gran dimensión a la investigación basada en los archivos. Por su par-te, los estudiosos de la situación mundial no podían conformarse con una visión parcial por lo que, analizados los archivos de los países derrotados, urgieron y presionaron a las demás naciones para que abrieran sus archivos a la investigación, lo que provocó durante el resto del siglo pasado una serie de medidas que estiraban y afl ojaban la transparencia y la opacidad en la información.
Pero sobre todo la expansión de la democracia, como modelo social con la consecuente necesidad de transparentar la función pública en todos los órdenes de actuación, ha venido dando la pauta para que los archivos abran sus puertas a nuevos usuarios, no necesariamente acostumbrados a visitar-los. Ya no sólo es el investigador en los archivos históricos, que resultaba ser el “cliente” tradicional; ya no el funcionario en los administrativos que fundamentaba con ellos su capacidad de gestión; se trataba ahora del ciu-dadano, interesado, tal vez preocupado, por la forma en que los recursos se gestionan, por la forma en que las gestiones se realizan, por las necesidades de buscar la transparencia en el ámbito de la administración pública y hacer de esa manera más efectiva la democracia y sobre todo mediante su partici-pación en ella como ciudadano. Si bien para los Estados estas prerrogativas inherentes al concepto de ciudadanía signifi can la aceptación de los meca-nismos que ha fi jado a sus gobernados, en ese mismo aspecto seguimos hablando de los archivos y su relación con las estructuras del poder.
Faltaría espacio para hablar de la creación en 1948, del Consejo Interna-
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cional de Archivos y su objetivo de apoyar la apertura de los archivos, de los Acuerdos de Washington en 1966, del Congreso Internacional en Madrid de 1968 y sus resoluciones en busca de la transparencia en la información y en los archivos, de los proyectos de la UNESCO para abrir los archivos en plazos de 25 años, en fi n, ésta ha sido una búsqueda continua y constante que a la larga parece haber rendido frutos aunque a veces éstos no parezcan sufi cientes.
Actualmente la transparencia es, sin duda, uno de los mecanismos im-prescindibles de las sociedades democráticas, ya que activa la efi ciencia de la gestión gubernamental a partir de la aplicación efectiva del derecho a la información que los ciudadanos tienen como parte misma de su ser social.
El acceso a los archivos en México
La publicación de los actos del gobierno, de sus normas, de sus gestiones, de sus cuentas, representa un principio indisoluble de la seguridad jurídica que, por otra parte, ha sido un postulado de los pueblos democráticos des-de hace ya algunos siglos y que ahora en México es una realidad a partir de la actualización del marco jurídico que debería permitir la consolidación democrática en nuestro país.
Sin embargo, para que en México se arribara a La Ley Federal de Transpa-rencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental publicada el 11 de junio del 200211 hubo de recorrerse mucho camino. Esta ley debe mucho a las discusiones sobre el derecho a la información desde ámbitos más generales como el de la reforma del Estado mexicano, la obligación de los partidos políticos en función de los ciudadanos que representan, el papel de los medios masivos de comunicación e, incluso, a los añejos debates sobre el asunto de la libertad de expresión y de prensa.12 Por más de 30 años la cues-tión del acceso a la información en México como un derecho irrenunciable y condición fundamental para el progreso democrático fue y sigue siendo, foco de atención de gobernantes y sociedad; desde el discurso de José Ló-pez Portillo, como candidato a la presidencia de la República en que afi rma-
11 Diario Oficial de la Federación.12 Véase, Flores Preciado, Evangelina, La Evolución del Derecho a la Información en México, Universidad Autónoma de Baja California, México, 2004.
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ba que “el derecho a la información constituye un patrimonio del pueblo”,13 hasta su inserción, dos años más tarde, en el artículo 6° constitucional como un derecho “... garantizado por el Estado”.14
Distintos foros también se generaron en torno de la discusión del tema; instancias como la Convención Americana de Derechos Humanos,15 la Co-misión Especial de Comunicación Social de la LVI Legislatura de la Cámara de Diputados, la Comisión de Radio Televisión y Cinematografía de la LVII Legislatura de la Cámara de Diputados, y por supuesto el Seminario Nacio-nal de Derecho de la Información y Reforma Democrática, realizado en la ciudad de Oaxaca en 2001.16
Este último es sin lugar a dudas uno de los espacios más importantes que allanan el camino a la transparencia y acceso a la información en Méxi-co pues en él se logra conjugar el fruto del trabajo de todas las instancias involucradas en este proceso y ahí se reconocen, entre otros aspectos, el carácter de derecho universal al acceso a la información pública, la necesi-dad de que el Estado justifi que debidamente la negación de información y, fi nalmente, se aseguró el principio de rendición de cuentas y transparencia por parte del Estado, sus órganos, entidades de interés público y organismos privados que ejerzan funciones públicas.17
Son pues varios momentos que permiten arribar a esa Ley que si bien, como hemos dicho, ha marcado un parte aguas en el desarrollo de los archi-vos en nuestro país y en lo que se refiere a la evolución de su acceso, no es una ley que surja de la necesidad administrativa ni histórica de los archivos, sino que los toca de manera indirecta en tanto son los repositorios que con-tienen la información útil para hacer efectiva la transparencia.
Cabe aquí una reflexión sobre el impacto que ha causado en el aspecto archivístico esta ley pues, aun con esas características que no hacen de ésta una norma adecuada para el tratamiento de los archivos en México, sino una forma de buscar su tratamiento a fin de arribar al verdadero objetivo que
13 Se trata del discurso pronunciado en la ciudad de Guanajuato el 18 de octubre de 1975, en plena campaña por la candidatura a la Presidencia de la República. Citado por Luis Torres, “La Ley de Transparencia. Lo público frente a lo reservado, privado y confidencial”, pp. 33-3914 6 de diciembre de 1977.15 9 de enero de 1981.16 Véase, Declaración de Oaxaca, 24 de mayo de 2001.17 Torres Monroy, op. cit. p. 33.
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es la información contenida en los mismos, no es posible negar que a partir de la Ley de Trans-parencia se les otorga a los archi-vos una importancia generalizada nunca antes vista. Es a partir de la ley que se intentan homologar los instrumentos archivísticos como el cuadro de clasificación, los catálogos de disposición do-cumental y en general los criterios para el tratamiento archivístico mediante los Lineamientos Generales
para la organización y conservación de los archivos de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal que,18 si bien podemos estar o no de acuerdo con algunos de sus postulados, es un intento por demás serio por establecer criterios comunes al respecto.
Ha habido otros momentos posteriores a la mencionada ley, uno de ellos de suma importancia es la reforma al artículo 6 constitucional del 20 de junio de 2007 que establece que toda información en manos de órganos guberna-mentales será pública y sólo en ciertos casos reservada de manera temporal. Dispone también la creación de mecanismos y procedimientos que hagan ex-pedito ese acceso, que ha de ser garantizado por órganos dotados de autono-mía operativa, de gestión y decisión, al tiempo que se ordena la preservación de la información pública a través de archivos, se dispone la publicación de los indicadores de gestión y el ejercicio de recursos públicos, de cuya asigna-ción a particulares debe también darse cuenta.
Mas reciente es la promulgación de la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares el 27 de abril de 2010, cuyo objetivo es “proteger los datos personales en posesión de los particulares y regular su tratamiento legítimo, controlado e informado, a efecto de garantizar la pri-vacidad y el derecho a la autodeterminación informativa de las personas”. Es decir, a través de esta ley, el ciudadano podrá ejercer los derechos de
“Este tránsito entre lo público y lo privado, entre lo que se puede
pedir de información como parte de un derecho inalienable
a la información por parte del ciudadano y lo que está
restringido como parte también de un derecho a la privacidad y a la reserva de la información, seguramente seguirá vertiendo muchas opiniones y haciendo
correr mucha tinta”
18 Diario Oficial de la Federación, febrero 20, 2004.
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acceso, rectifi cación, cancelación y oposición de sus datos cuando están en manos de terceros.19
La ley aprobada establece como datos personales los que afecten “a la esfera más íntima de su titular o cuya utilización pue-da dar origen a discriminación o conlleve a un riesgo grave para éste”. Entre estos datos que en adelante quedan catalogados de esa manera, destacan el origen racial o étnico, el es-tado de salud presente y futuro, información genética, creencias, afi liación sindical, opiniones políticas y preferencia sexual.
Considero que las dos últimas leyes mencionadas, las más recientes en cuanto al tema que nos atañe, son un intento por establecer un equilibrio entre la apertura y la opacidad, entre la posibilidad y la pertinencia de lo que se puede y se debe consultar; de ahí la preocupación porque no se caiga en extremos de apertura ni de opacidad total, sino en lo que realmente vayan dictando los lineamientos de una convivencia democrática sana y una ges-tión efi caz por parte de la sociedad.
Este tránsito entre lo público y lo privado, entre lo que se puede pedir de información como parte de un derecho inalienable a la información por parte del ciudadano y lo que está restringido como parte también de un de-recho a la privacidad y a la reserva de la información, seguramente seguirá vertiendo muchas opiniones y haciendo correr mucha tinta. De hecho, en los archivos ya se aprecian tendencias, inclinadas a la opacidad o la apertura y en tanto no se defi nan de manera adecuada y lo más claro posible los conceptos de público y privado en cuanto a documentos se refi ere, los ciu-dadanos, los investigadores de la historia y hasta los mismos funcionarios, podrán ser víctimas de la subjetividad y de la discrecionalidad sobre lo que se puede y no, poner al servicio del usuario.
Éste es sin duda alguna uno de los retos más difíciles para los archivos y por supuesto para quienes sustentan su conocimiento, el defi nir con claridad en una sociedad como la nuestra lo que corresponde a cada una de las esferas
19 Diario Oficial de la Federación del 5 de julio de 2010.
“…hace falta la multianunciada Ley General (federal o nacional)
de Archivos que permita delimitar el campo real que
corresponde al archivista y su participación en la transparencia, en la búsqueda de información y
del acceso a la misma...”
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del poder público en contraposición del derecho individual, a la reserva y confi dencialidad. En la medida que la comunidad archivística pueda resolver esa situación, estará contribuyendo en la construcción de una sociedad justa y democrática que, si bien ha dado sus primeros pasos, no ha consolidado un Estado que garantice el respeto a los intereses de sus ciudadanos.
Conclusiones
Como hemos visto, la evolución del acceso a los archivos es la his-toria misma de la archivística y su relación con las estructuras que los producen; es la visión, como buen refl ejo, de las manifestaciones del poder para buscar su manteni-miento y su trascendencia más allá de la realidad misma; es además, la
lucha e interacción por parte de los sectores ciudadanos en busca de un sustento a los procesos democráticos de tal manera que la apertura de los archivos, el concepto de archivo público, está ligado necesariamente con la apertura democrática y es además un sustento y un aval de la democratiza-ción de los pueblos.
Es por eso que los archivos, como parte de los bienes culturales de una nación, han de trabajar en la defi nición de lo que es público y de lo que es privado en materia de documentos para no caer en la tentación de ocultar información o de mostrar más de la que el derecho y la situación particular de las personas obliga.
En este contexto, hace falta la multianunciada Ley General (federal o na-cional) de Archivos que permita delimitar el campo real que corresponde al archivista y su participación en la transparencia, en la búsqueda de informa-ción y del acceso a la misma. Se extraña también un contexto donde la cul-tura del cuidado y tratamiento de los archivos permita defi nir claramente el objeto y la identidad de la disciplina, así como su relación –que planteamos desde ya como de total contribución pero con obligada independencia– con las llamadas ciencias de la información.
Es por eso que los archivos, como parte de los bienes culturales de una nación, han de trabajar en
la defi nición de lo que es público y de lo que es privado en materia de documentos para no caer en la tentación de ocultar información
o de mostrar más de la que el derecho y la situación particular
de las personas obliga.
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El archivista, sea cual sea el reto que se plantee, deberá acercarse siempre a la teoría, a la práctica, a las técnicas y buscar en todo eso la identidad que requiere como profesional para aportar a la sociedad no sólo ese servicio de acceso a los archivos que, está por demás decirlo, es parte de la obligación profesional, sino ese extra del conocimiento institucional, del contexto en el que se crean y conforman los archivos y los documentos, y, sobre todo, el contexto de las relaciones que se dan entre los documentos de archivo y la manera en que con ello crean un conjunto orgánico que es el objeto y el sentido mismo del archivo y por tanto del archivista.
Bibliografía
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RESEÑAS
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El Tribunal del Santo Ofi cio de la Inquisición fue creado por los reyes cató-licos, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla para perseguir y castigar los actos contra la fe cometidos por apóstatas, herejes y judaizantes; las ac-ciones contrarias a las buenas costumbres y a la moral cristiana: blasfemia, bigamia, concubinato y solicitación (acto en el que incurrían los confesores al solicitar carnalmente a la mujer que acudía al sacramento de la peniten-cia), etc.; en la Nueva España se estableció mediante la cédula emitida el 25 de enero de 1569, por mandato de Felipe II. Una segunda cédula del 16 de agosto de 1570 determinó la jurisdicción del tribunal (que inició for-malmente en 1571) y permaneció en funciones hasta 1820, ejerciendo una fuerte vigilancia en la población e imponiendo en la mayoría de los casos castigos severos, incluso la muerte.
El trabajo de investigación documental realizado por José Manuel Ló-
INQUISICIÓN DE VERACRUZ. CATÁLOGO DE DOCUMENTOS NOVOHISPANOS EN EL AGN
Idalia González Castillo
Inquisición de Veracruz. Catálogo de documentos novohispanos en el AGN, Estudio preliminar, recopi-lación y notas de José López Mora, Xalapa, Universidad Veracruzana, 2009 (Colección Res-cate).
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pez Mora en el Archivo General de la Nación durante poco más de un año dio origen a este libro, cuyo objetivo primordial es dar a conocer diferentes aspectos de la vida veracruzana.
En primer lugar, el autor trata de familiarizar a los lectores con la forma en la que ha sido clasifi cado el ramo de Inquisición, posteriormente elabora un análisis sobre el estado de los documentos, es decir, si están encuaderna-dos o no, o si han sufrido algún daño. Después de esa revisión física hace advertencias sobre las características genéricas de los documentos, es decir, se refi ere al tipo de caligrafía con la que fueron elaborados, así como a cier-tas cláusulas, locuciones o formas diplomáticas que se incluían.
En seguida, el autor expone las referencias que podemos encontrar en el catálogo sobre las actividades desarrolladas por la Inquisición en Veracruz en relación con las que se realizaban en la ciudad de México, así como su vínculo con otras poblaciones con las que se conectaba; nos muestra tam-bién un panorama sobre los registros de denuncia y trámites administrativos al dar seguimiento a las actividades que componían las causas inquisitoriales que los califi cadores del Santo Ofi cio presentaran ante el tribunal, mismo que supervisó en territorio veracruzano lo relativo a impresos, solicitudes y permisos de posesión de libros u objetos, visita de naos, nombramientos de funcionarios, familiares o auxiliares de la Inquisición —con su correspon-diente limpieza de sangre— y autorizaciones para leer libros que en su época pudieron haber sido prohibidos.
En la mayoría de los expedientes revisados el autor encontró desde la denuncia y las declaraciones de los testigos y del acusado, con su respectiva ratifi cación o reconvención, hasta la califi cación por parte de los señores inquisidores y la sentencia; están además los procesos o causas sin con-cluir, que pueden diferenciarse fácilmente porque en algunos casos resulta evidente que no se dictó la sentencia o porque en la secuencia del proceso falta algún elemento.
Este material ofrece al lector una perspectiva sobre las denuncias y tes-tifi caciones que tuvieron lugar tanto en la ciudad de Veracruz como en Orizaba, Córdoba, Perote y Xalapa. Su contenido resulta útil para el análisis regional y local sobre la historia, lengua, literatura, geografía y sociedad, de acuerdo con los intereses de cada investigador, y permitirá incrementar los estudios veracruzanos basados en archivos históricos.
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El contexto geográfi co y religioso de esta documentación permite deli-mitar el ámbito donde actuó la Inquisición por medio de sus representantes: los comisarios. Por ello, los documentos novohispanos muestran no sólo la importancia de una sucesión sociopolítica; sino también una herencia lin-güística tanto de la región colonial veracruzana como de la Nueva España en general, pues el lector puede percatarse a través de los testimonios tanto del devenir y asimilación de la lengua, como de la expansión territorial y la clasifi cación social en castas.
La Inquisición en Veracruz. Catálogo de documentos novohispanos en el Archivo General de la Nación es una obra que promueve y fomenta nuevas investiga-ciones; también propicia el conocimiento de aspectos poco difundidos so-bre el legado histórico, lingüístico y social que conforma el actual territorio veracruzano.
El timbre postal –ese pequeño trozo de papel engomado cuya imagen combina técnica y plás-tica para difundir mensajes que llegan a conver-tirse en referentes sociales– fungió principal-mente, dice Ortiz Gaitán como “mensajero que comunica la cultura de una nación al mundo exterior”. Bajo esta premisa está planeado el li-bro Mensajeros del México Moderno: Timbres postales y fi scales de Francisco Eppens en los Talleres de Im-presión de Estampillas y Valores, donde se mues-tra la obra en fi latelia de este destacado artista mexicano.
Eppens, nacido en San Luis Potosí, se trasladó a la ciudad de México,
MENSAJEROS DEL MÉXICO MODERNO: TIMBRES POSTALES Y FISCALES DE FRANCISCO EPPENS
EN LOS TALLERES DE IMPRESIÓN DE ESTAMPILLAS Y VALORES
José Guillermo Tovar Jiménez
Julieta Ortiz Gaitán, Mensajeros del México Moderno: Timbres postales y fi scales de Francisco Eppens en los Talleres de Impresión de Estampillas y Valores, México, SHCP, 2009.
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donde estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes –actual Academia de San Carlos– y posteriormente laboró en la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas; participó en el diseño publicitario de las empresas Ericsson y Cervecería Modelo, entre otras; diseñó e ilustró la revista Lux del Sindica-to Mexicano de Electricistas y, como sus colegas “incursionó en el diseño de escenografías, rótulos y carteles para el cine nacional”, durante la llamada época de oro.
En el ámbito publicitario, señala Ortiz Gaitán, un pintor humanista como Eppens encontró una “gran síntesis formal y economía de líneas que empleó posteriormente” en los diseños desarrollados en los Talleres de Im-presión de Estampillas y Valores (TIEV) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público donde trabajó de 1935 a 1952; “sobre todo captó la impor-tancia de la efectividad del diseño gráfi co al desarrollar un gran peso visual en esquemas sintéticos y en composiciones áureas y equilibradas”.
El artista, infl uido por los muralistas y otros connotados pintores, reali-zó su propia “crónica visual” de un México gobernado sucesivamente por los generales Lázaro Cárdenas del Río y Manuel Ávila Camacho, y el licen-ciado Miguel Alemán Valdés. Sus imágenes dan cuenta del exilio español, la segunda guerra mundial y los avances industriales de Norteamérica, reto-mando algunos de sus distintivos progresistas.
Su iconografía está resuelta con base en el retrato de campesinos y obre-ros en sus ámbitos de trabajo, en movilizaciones sociales como huelgas o manifestaciones. La industrialización del mundo progresista se refl eja mediante trasatlánticos, locomotoras, automóviles, motocicletas y aviones, “recursos que animaban a diseñadores y artistas de la época decididos a captar los dictados del mundo moderno”.
En los diseños desarrollados en los TIEV, Eppens se concentró en la elaboración de emblemas signados por la fuerza del trabajo, fi guras de sol-dados, deportistas, ingenieros, madres protectoras, carteros, protagonistas todos de un nuevo orden social Sus atributos devienen en símbolos fácil-mente identifi cables: arados, palas, herramienta, máquinas y engranes tra-zados tratados con economía de líneas y recursos, a decir de Ortiz Gatán “muy cercana a la abstracción formal”. Aparecen con frecuencia la hoz y el martillo, los puños en alto, los carteles rojinegros, “la exaltación del trabajo humano en la fi gura del obrero y campesino”.
109Legajos, número 7, enero-marzo 2011
La obra de Eppens rebasa el reducido marco de las estampillas y se aproxima a la ilustración de mayor formato como el cartel y el mural; de modo que el artista concibe los dibujos de los timbres como si trabajara un cartel y éste comos si fuera un mural, “es decir, con un concepto integra-dor moderno de la comunicación visual”, dice Ortiz Gaitán para quien las formas puras, estáticas, o vibrantes, “con marcado énfasis en el volumen y una línea fl uida y expresiva, constituye la principal propuesta de Francisco Eppens”.
El artista diseña con encuadres dramáticos, empela los brillos lumino-sos de metales y acabados industriales, categorías ligadas al lenguaje cine-matográfi co y al fotorreportaje. También recoge en las estampillas formas clásicas y equilibradas para expresar un sentido integral frente a la visión fragmentada y yuxtapuesta prevaleciente, sumando además monumentos prehispánicos y motivos folclóricos, además de la modernidad y el augurio progresista.
El legado de Eppens está presente en más de cien emisiones de tim-bres, tanto postales como fi scales, gestados en los TIEV. El trabajo en gran formato más relevante del también muralista, se puede ver aún en los recubrimientos en azulejos de vidrio que realizó en los muros de las Facul-tades de Medicina y Odontología de la Ciudad Universitaria, entre otros espacios. Aunque no se menciona en el libro, la obra del artista mexicano también comprende un diseño del águila que forma parte del escudo nacio-nal empleado a partir de 1968 en banderas, sellos, monedas y documentos ofi ciales.
110 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
De vivir en esta época, Alfonso Reyes sería un usuario puntual del correo electrónico y las redes sociales. Su disciplina para establecer y mantener contacto con un gran número de corresponsales (fundamentalmente con sus pares, los intelectuales) da idea de que la comunicación por escrito ocu-paba una parte signifi cativa de su tiempo. De modo que aquellas herramien-tas que ahora forman parte de nuestra vida cotidiana sin duda le habrían sido de gran ayuda para ahorrárselo, obteniendo información más inmedia-ta sobre las personas, los libros y las instituciones académicas que eran de gran interés para él.
Sin embargo, durante la primera mitad del siglo XX, cuando el destacado polígrafo mexicano vivió su vida más productiva sólo tenía a la mano el correo postal y el servicio telegráfi co, y los empleó con suma frecuencia como queda demostrado por el trabajo de recopilación epistolar
ALFONSO REYES, RAIMUNDO LIDA Y MARÍA ROSA LIDA DE MALKIEL: CORRESPONDENCIA
Marco Antonio Silva Martínez
Alfonso Reyes, Raimundo Lida y María Rosa Lida de Malkiel: correspondencia, Serge I. Zaïtzeff (ed.), México, El Colegio de México, 2009.
111Legajos, número 7, enero-marzo 2011
emprendido por varios investigadores que buscan de ese modo analizar y entender el conjunto de la obra reyista.
La correspondencia que Reyes sostuvo durante más de un cuarto de siglo con los hermanos Lida nos es presentada en este libro en una edición de Serge I. Zaïtzeff, investigador acucioso de la literatura mexicana y lati-noamericana, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y especialista en el estudio de los integrantes del Ateneo de la Juventud en el que Reyes comulgó con Antonio Caso, Pedro Henríquez Ureña, José Vasconcelos, Erasmo Castellanos Quinto, entre otros, en las primeras dos décadas del siglo pasado.
El prólogo sirve al editor para ofrecer una breve semblanza de los her-manos Lida, estudiantes y trabajadores en el Instituto de Filología de Bue-nos Aires donde Reyes los conoció como discípulos de Henríquez Ureña y Amado Alonso. Invitado por el diplomático y escritor mexicano, Raimundo Lida pasaría por El Colegio de México y posteriormente se establecería en Harvard. Maria Rosa se iría a Berkeley, California, desde donde le enviaría sus misivas.
En las cartas que le escribe a Raimundo Lida, se percibe al principio a un Reyes interesado en saber acerca de las novedades bibliográfi cas. A dife-rencia de las de su corresponsal, a quien le demanda que le cuente “noticias de su vida y trabajos”, la mayoría de sus cartas son breves, por lo general de uno a tres párrafos, anotan lo esencial: agradece los favores solicitados y los comentarios a sus escritos,
Lida se muestra cauto, pero siempre afectuoso, reverente con la obra de su corresponsal y, cuando la amistad ha tejido lazos resistentes, se atreve también a hacerle recomendaciones y peticiones a Reyes; por ejemplo, para atender una colaboración al YearbooK of Comparative and General Literatura, donde Lida hablará de la obra reyista: “Dígale por favor a Arellano que me mande datos bibliográfi cos. ¿Por qué no me sugiere usted el plan de ese breve artículo? O escríbamelo, telegráfi camente, puros huesos, para que yo lo revuelva, lo desfi gure, le agregue un poco de mi mala música y lo fi rme”; sobre las penurias económicas del matrimonio Margit Frenk-Antonio Ala-torre, los arquitectos de la Nueva Revista de Filología Hispánica fundada por Lida en el Colmex: “¡Defi éndamelos don Alfonso!”.
El escritor mexicano demuestra en todo momento su calidad humana
112 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
atendiendo los asuntos que le plantea su no menos sensible y compasivo corresponsal, como ocurre al enterarse por éste de que Amado Alonso está en agonía; o que un colaborador de El Colegio de México “necesita medici-nas y no puede pagárselas”, a lo que responde Reyes: “Ya hemos puesto en tratamiento al pobre de Tomás Acosta, descuide“. En agosto de 1959, hacia los últimos días de Reyes, un perceptivo Lida le confi esa: “Me llenaron de alarma los primeros renglones de su Boletín (6-7), pero me tranquilicé muy pronto porque esos mismos renglones, y todos los que siguen, son un alar-de de salud y pulso seguro”.
En las cartas que comunican a Reyes y María Rosa Lida se abordan más los temas librescos; hay un intercambio de datos eruditos intercalados con expresiones de afecto recíproco. La actitud de ella es, en relación con la obra reyista, la de una seguidora devota de la prosa y la poesía del que junto a Henríquez Ureña y Borges considera como gran maestro de la lengua es-pañola y a quien le escribe como “la menor de sus admiradoras”.
Sobre el libro de Reyes, Homero en Cuernavaca dialogan sobre las correc-ciones posibles a los sonetos; con la aparición del Catálogo de los índices de los libros de Alfonso Reyes, publicado por la Universidad de Nuevo León en 1955, ella le comenta: “¿Y yo que creía conocerla! ¡Qué lejos –alabado sea Dios estoy de haber leído todos los libros de Vd., y qué contenta se pone la carne! Yo, chapada a la antigua,/Perniquebrada,/Leo, escribo y remiendo/Desde mi sala/Pero ¡qué gusto/Con los ojos de Alfonso/Mirar el mundo!!/ Rele-yendo encantada Vísperas de España, Calendario y Visión de Anáhuac”.
Con plausible discreción, los apuntes de Zaïtzeff a pie de página no desbordan información o comentarios irrelevantes, se limitan al registro de datos biobibliográfi cos mínimos de las personas, organismos e instituciones mencionadas para informar al lector y ponerlo en contexto acerca de los asuntos tratados por los corresponsales de este epistolario triangular cuyo vértice es Alfonso Reyes.
DOCUMENTOS DELARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN
115Legajos, número 7, enero-marzo 2011
COMUNICACIONES Y TRANSPORTES
Durante la etapa independentista mexicana la comunicación se vio afec-tada debido a los movimientos armados que se realizaban en el territorio novohispano; en muchas ocasiones los convoyes que transportaban el co-rreo fueron atacados por grupos de insurgentes que pretendían cortar la comunicación entre las autoridades virreinales. Para evitar intercepciones se remitía la correspondencia a través de uno o varios mensajeros que pro-curaban eludir al bando enemigo.
En el porfi riato, el 13 de mayo de 1891, se promulgó una ley expedida por el Congreso que establecía la distribución de los quehaceres públicos del Poder Ejecutivo en siete secretarías de Estado, entre ellas fi guraba por prime-ra vez la de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP), que asumió entre otras funciones: correos internos; vías marítimas de comunicación; Unión Postal Universal; telégrafos federales; ferrocarriles; faros, puertos y obras portuarias; monumentos públicos y obras de ornato; calzadas, carreteras y puentes.
La Ley de Secretarías y Departamentos de Estado de 1917 incorporó a la SCOP los asuntos relativos a: costas, marina mercante; límites de la repú-blica y de los estados; obras realizadas en terrenos nacionales; construcción y reconstrucción de edifi cios públicos; giros postales nacionales e inter-nacionales; jurisdicción sobre el sistema hidrográfi co del valle de México; concesiones para establecer líneas telegráfi cas y telefónicas, así como es-taciones inalámbricas (radio-telegrafía y radio-telefonía; cables; giros tele-gráfi cos; correspondencia con naciones extranjeras para el intercambio de mensajes y señales de las estaciones inalámbricas; contratos con compañías telegráfi cas, telefónicas y cablegráfi cas internacionales).
Los documentos que presentamos en las siguientes páginas son, el pri-mero, un informe fechado en abril de 1813 por el comandante del desta-camento de Tulancingo, Francisco de las Piedras, quien lo dirigió al virrey Félix Maria Calleja para señalar que los “rebeldes” interceptaron la corres-pondencia que conducía el paisano Mauricio Antonio, quien fue herido de gravedad; en seguida publicamos un expediente relativo al proyecto pre-sentado en 1912 por la Dirección General de Telégrafos para la instalación de un sistema de comunicación secreta entre la presidencia, las secretarias de Estado y el castillo de Chapultepec. Idalia González
116 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
117Legajos, número 7, enero-marzo 2011
f. 211v
Excelentísimo Señor
La correspondencia queinterceptaron los rebeldes, yconducía a esa capital elpaisano Mauricio Antonio,que se le presentó gravementeherido al comandante deldestacamento de San Juan Teo-tihuacán Don José María Co-bián, no fue remitida por mísino por el Alférez de Dragonesde Tulancingo Don Martín Ca-suso al comandante se su cuerpocon cargos del mismo.En consecuencia he prevenido a dicho Alférez
118 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
119Legajos, número 7, enero-marzo 2011
f. 211v
los duplique; quedando yo entendido de haber llegadoa las superiores manosde vuestra excelencia los últimos pliegosque remití.Dios guarde a vuestra excelencia muchos años. Tulancingo.Abril 14 de 1819.
Excelentísimo señor
Francisco de las Piedras
Excelentísimo señor virreyDon Félix María Calleja.
AGN, Operaciones de Guerra, vol. 646, exp. 46, f.211
120 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
PROYECTO DE LA DIRECCIÓN GENERAL DE TELÉGRAFOS PARA LA INSTALACIÓN DE UN SISTEMA DE COMUNICACIÓN SECRETA, ENTRE
PRESIDENCIA, LAS SECRETARÍAS DE ESTADO Y EL PALACIO DE CHAPULTEPEC
121Legajos, número 7, enero-marzo 2011
122 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
123Legajos, número 7, enero-marzo 2011
124 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
AGN, Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, exp. 525
125Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Índices
El fondo documental 125, Instrucción Pública y Bellas Artes (IPyBA), se originó en 1821, cuando la Secretaría de Justicia y Negocios Eclesiásticos nació con la encomienda de administrar entre otros asuntos los relaciona-dos con la educación; tal dependencia se convertiría en 1861 en Ministerio de Justicia e Instrucción Pública y en 1921 en la Secretaría de Educación Pública (SEP).
El fondo IPyBA está dividido en dos grandes apartados de acuerdo con la estructura orgánica de la institución, en función de las dependencias que la constituían y por asuntos. La primera parte está contenida en 393 cajas y la segunda se compone de 59 cajas. Los expedientes de la primera parte se pueden consultar en fi cheros ubicados en la galería 5 y a través de la Guía General de la página web del Archivo General de la Nación (www.agn.gob.mx/guiageneral/). El contenido de las fi chas de la segunda parte puede consultarse en el catálogo respectivo localizable tanto en Centro de Refe-rencias como en la Biblioteca-hemeroteca “Ignacio Cubas” del AGN.
El presente inventario –que se publicará por entregas, en dos ediciones de Legajos. Boletín del Archivo General de la Nación– se refi ere la segunda parte del fondo IPyBA y tiene como fi nalidad facilitar el acceso a la documenta-ción de manera inmediata, precisa y organizada, mediante la aplicación de procesos archivísticos metodológicos como el principio de procedencia. Asimismo, en función de la historia de las instituciones que generaron los documentos, éstos se clasifi caron en secciones y series, con un orden alfa-bético y una secuencia cronológica.
La segunda parte del fondo IPyBA se divide en 7 Secciones: Administra-ción, Instrucción Primeras Letras (primaria), Instrucción Media Superior (secundaria y preparatoria), Instrucción Superior, Artes y Ofi cios, Bellas Artes y Colonia; con sus respectivas Series: Academias, Administraciones, Aduanas, Ayuntamiento, Biblioteca-Librería, Bienes, Capellanías, Casas,
INVENTARIO DE LA SEGUNDA PARTE DEL FONDO INSTRUCCIÓN PÚBLICA Y BELLAS ARTES (PRIMERA DE DOS ENTREGAS)
126 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Colegios, Compañías, Cultos Religiosos, Departamentos y Secretarías, Es-cuelas, Fondos, Haciendas, Hospitales, Institutos, Juntas, Justicia, Leyes, Liceos, Lotería, Ministerio, Museos, Nombramiento, Observatorio, Ofi ci-nas Recaudadoras, Prensa, Sociedades, Universidades.
El rescate, la organización (clasifi cación y ordenación) y la descripción documental, que buscan refl ejarse por medio de este inventario, ofrece al mismo tiempo la oportunidad de difundir los documentos del fondo IPyBA para preservar nuestra memoria histórica y fomentar la investigación de la historia de la educación en México.
Los extractos o resúmenes que dan cuenta da cada expediente fueron respetados en su escritura original, con el propósito de que pueda verse el lenguaje y la mentalidad de la época en que fueron concebidos. A continua-ción publicamos la primera de dos entregas. Coralia Bustos Morales
127Legajos, número 7, enero-marzo 2011
SECCIÓN: 1 ADMINISTRACIÓN GeneralidadesNúm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
1 1 Data del Ramo de Arca Sin fecha Incompleto
2 Contaduría General de Propios 1831-1844 Incompleto
3 Carátula sin título 1842-1843 Maltratado, sin asunto
4 Recibo de pago 1854 Incompleto 5 Juntas Subalternas 1864-1865 Carátula6 Expediente núm. 72 1866 Incompleto
7 Relación de Secretarias 1965
Libreta, letra de molde y manuscrita, tinta roja y
negra
8 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos Sin fecha Incompleto,
sin asunto
9 Relación de personas 1844 Incompleto, roto
10 Geometría Sin fecha Incompleto, roto
Serie: Administraciones
11 Administración Fondo del Arca. México 1848 Incompleto
12 Administración General de Correos. República Mexicana 1867
13 Administración General de Correos. República Mexicana 1867 Incompleto
14 Administración General de Correos. Toluca. 1867 Incompleto,
roto
15 Administración General de Correos.República Mexicana 1867
16 Administración General de Correos. Veracruz. 1867
17 Administración General de Correos. República Mexicana 1867
18 Administración General de Correos. Veracruz. 1867 Incompleto,
roto
19 Administración General de Correos. México. 1867 Incompleto,
roto
INVENTARIO FONDO INSTRUCCIÓN PÚBLICA Y BELLAS ARTES
128 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
1 20Administración General de la Fábrica de Tabaco. Querétaro
1846 Polilla, recibos
21Administración General de la Fábrica de Tabaco. Querétaro
1845-1846 Inicio polilla, maltratado,
impreso
22Administración General del Fondo de Instrucción Pública. México
1835 Maltratado,
roto, incompleto
23Administración General del Fondo de Instrucción Pública. Morelia
1835-1839 Manchado, incompleto
24
Administración General del Fondo de Instrucción Pública. Bienes del ex convento del Espíritu Santo. México
1833-1834 Impreso, recibos
25
Administración General del Fondo de Instrucción Pública. Bienes del ex hospicio de Santo Tomás. México
1833-1834Relaciones,
cuadros, recibos
26
Administración General del Fondo de Instrucción Pública Bellas Artes. Bienes ocupados a Monteleone. México
1833-1834 Relaciones,
cuadros, recibos, impreso
27Administración. Presidencia de la República. Secretaría Particular. México
1930-1932 Libreta
impresa y mecanuscrita
28 Administración Principal. Aguascalientes-Tabasco 1853 Incompleto
29 Administración Principal. Renta de Papel Sellado 1866
Incompleto, impreso y
manuscrito30 Administración Principal.
Renta de Papel Sellado 1849
Cuadro
2 1 Administración Principal. Renta de Papel Sellado
1852 Libreta
2 Administración Principal. Renta de Papel Sellado 1854-1860 Libreta, sello
de cera
3
Administración Principal Renta de Papel Sellado, Ramo Naipes. Juzgado de Distrito del Estado de Chihuahua.
1848-1851Impreso,
cuadro, sello de cera
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
129Legajos, número 7, enero-marzo 2011
3 1 Administración de Rentas de Apam. 1865
2Administración Principal de Rentas México-Durango
1844 Incompelto
3Administración. Secretaría Privada del Emperador. México
1866 Incompleto
Serie: Aduanas
4 Aduana Niña. Belice, Mérida, N. Orleáns 1855
Cuadro, relaciones,
rotoSerie: Ayuntamientos
5 Ayuntamiento, Mazatlán 1865 Cuadro, roto6 Ayuntamiento, México 1867 Relaciones
Serie: Bienes
7Desamortización. Ministerio de Instrucción Pública. México
1853-1866
8 Desamortización y Nacionalización. Yucatán Sin fecha Incompleto
9 Bienes Enajenados. Tehuantepec 1865
10Bienes Enajenados. Ministerio Instrucción Pública y Cultos. Guadalajara
1865-1866
11 Fondo Instrucción Judicial 1855
12Hipotecados. Agencia del Fondo de Instrucción Pública y del Fondo Judicial. Monterrey, México
1789-1855
13 Hipotecados. Instituto Nacional Guanajuato 1855
14 Ministerio de Instrucción Pública, México 1862
15 Ministerio de Instrucción Pública. México 1862
16 Bienes Nacionalizados. México 1865
17Bienes Nacionalizados y Corporaciones Civiles. Guanajuato, México
1866
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
130 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
3 18Bienes Nacionalizados. Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México
1866 Incompleto
19 Bienes. República Mexicana Sin fecha Libreta
20 Bienes. Escritura de Adjudicación 1865 Cuadro,
maltratadoSerie: Capellanías
21 Extinguida Compañía de Jesús 1837 Incompleto,
roto
22 Capellanía Loreto 1861-1862 Inicio de hongos
23 Capellanía 1849 IncompletoSerie: Casas
24 Casa Emperatriz. México 1866 Francés, español
25 Casa Imperial. México. Solicitud 1861
Impreso y manuscrito, incompleto
26 Casa imperial. México. Carta 1865
27 Casa Imperial. México. Arreglo 1865
28 Casa Imperial. México. Ceremonia 1866 Impresos
29 Casa Imperial. México. Ofi cio 1866 Incompleto
30 Casa Imperial. México. Comunicado 1866
31 Casa Imperial. México. Instrucción 1866
32 Casa Imperial. México. Relación 1866
33 Casa Imperial. México. Informe 1865 Incompleto
34 Casa Imperial. México. Pago 1866 Imperso y manuscrito
35 Casa Imperial. México. Ofi cio 1866
36 Casa Imperial Sin fecha Incompleto37 Casa de Moneda, México 185438 Casa de Moneda, México 1879 Incompleto
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
131Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Serie: Cultos ReligiososGeneralidades
3 39Diario Político, Religioso y Mercantil “El pájaro Verde”. México
1865-1866 Impresos
40 Arzobispado de México 1851 Inicio hongos
41 Arzobispado de México. República Mexicana 1865 Impreso y
manuscrito42 Canónigos de Guadalupe 1834 Impreso
43 Cementerio. San Francisco Toluca 1866
44 Convento Corpus Cristo. México 1863 Incompleto
45 Convento Nuestra Señora de la Encarnación Sin fecha Incompleto
46 Convento San Diego, Taxco 1865
47 Convento San Felipe de Jesús y Pobres Capuchinos 1819 Incompleto
48 Curato Almoloya 1851 Incompleto
49 Curato Celaya 1848 Roto, incompleto
50 Curato Ciudad Valles 1850 Incompleto
51 Diócesis Veracruz 1865 Maltratado, inicio polilla
52 Exclaustración Religiosas 1863
53 Ex convento San Agustín, San Luis Potosí 1866 Incompleto
54 Iglesia Santa Catarina. México 1856
Hongos, maltratado,
impreso
55 Secretaría Arzobispal. República Mexicana 1850
56 Templo Orizaba 1865 Impreso57 Templo Tepetlaxco, Córdoba 1866 Incompleto
58 Templo Tepetlaxco, Veracruz 1866
Serie: Departamento y Secretarías de EstadoGeneralidades
4 1Establecimientos de Enseñanza. Alcázar de Chapultepec
1865 Sello AGN, incompleto
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
132 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
4 2 Establecimientos. Ramo Instrucción Pública. México 1867
3Departamento Aguascalientes. Instrucción Pública
1855
4 Departamento Tamaulipas. Instrucción Pública 1854-1855
Maltratado, manchado,
roto5 Departamento Yucatán 1855
6 Secretarías. Dirección General de Estudios 1843-1853
7Secretaría. Dirección General de Estudios. Instrucción Pública
1843-1850Maltratado, manchado,
roto
8 Secretaría de Educación Pública. Revista 1937
Roto, manchado,
impreso
5 1 Secretaría de Educación Pública. Revista 1937 Impreso,
manchado
2 Secretaría de Educación Pública 1865
3 Secretaría de Educación Pública Sin fecha Incompleto
4 S.E.P. Registro Derecho Autor, México 1947-1948
Impreso, copia,
mecanuscrito
5 S.E.P. Registro Derecho Autor, México 1856
Ejemplar impreso, sello
de ceraSerie: Fondos
6 1 Fondo Arca 1841-1852Libreta en
piel, sello de cera
2 Fondo Arca 1855-1860Libreta en
piel, sello de cera
3 Fondo Arca. Censualista 1821-1831Libreta en
piel, sello de cera
4 Fondo Instrucción Pública 1844 Libreta
5 Fondo Instrucción Pública. México 1855 Impreso
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
133Legajos, número 7, enero-marzo 2011
6 6 Fondo Instrucción Pública. México, Morelia 1855 Cuadro
7 1 Fondo Instrucción Pública. Colima, México 1855
2 Fondo Instrucción Pública. México 1856-1859 Libreta
3 Fondo Instrucción Pública. Mixcoac, México 1858-1859 Libreta, sello
de cera
4 Fondo Instrucción Pública. México, Toluca 1855
5 Fondo Instrucción Pública. México 1859 Impresos
6 Fondo Instrucción Pública.México 1862 Manchado
7 Fondo Instrucción Pública.México 1862 Manchado
8 Fondo Instrucción Pública. Secretaría de Guerra 1862 Manchado
9 Fondo Instrucción Pública. San Luis Potosí 1864 Roto
10 Fondo Instrucción Pública. Reglamento (1866) Roto
11 Fondo Instrucción Pública Sin fecha12 Fondo Instrucción Pública Sin fecha
13 Fondo Secretaría de Hacienda 1862
Serie: Haciendas
8 1 Hacienda Tehuantepec, Oaxaca 1864 Roto
2 Haciendas de Labor Hidalgo y México 1826-1840 Libreta sin
pastas3 Jefatura Superior de
Hacienda, Guanajuato 1853 Recibos
Serie: Hospitales
4 Hospital San Andrés 1862 Roto
5 Hospital San Juan de Dios, Toluca 1864 Roto,
incompleto
6 Hospital San Juan de Dios, Zacatecas 1864-1865
7 Hospital San Juan del Río, Querétaro 1855
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
134 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Serie: Juntas
8 8 Junta Directiva General de Estudios. México 1850-1851
9 Junta Directiva General de Estudios. Guadalajara 1850
10 Junta Directiva General de Estudios. México 1850
11 Junta Directiva General de Estudios. México 1850-1851
12 Junta Directiva General de Estudios. México 1852
13 Junta Directiva General de Estudios. México 1852
14 Junta Directiva de Guadalajara 1866 Mutilado
15 Junta Inspectora de Morelia. Cuentas junio 1864
16 Junta Inspectora de Morelia. Cuentas julio 1864 Recibos
17 Junta Inspectora de Morelia. Cuentas agt. 1864 Recibos
18 Junta Inspectora de Morelia. Cuentas sep. 1864 Recibos
19 Junta Inspectora de Morelia. Cuentas oct. 1864 Recibos
20 Junta Inspectora de Morelia. Cuentes dic. 1864-1865 Recibos
21 Junta Inspectora de Morelia. Cuentes nov. 1864 Recibos
22 Junta Inspectora. Noticias mensuales 1866
Serie: Justicia
23 Congreso de la Unión. México, Jalisco. Reforma 1865 Incompleto
24 Congreso de la Unión. México. Expedientes 1868
25 Congreso de la Unión. México. Magistrados 1868-1869
26Congreso de la Unión. México. Tribunal Superior del Distrito.
1868
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
135Legajos, número 7, enero-marzo 2011
8 27 Congreso de la Unión. México. Iniciativa 1868 Quemado por
un costado
28 Congreso de la Unión. México. Prisioneros 1868
29Congreso de la Unión. México, S.L.P. Nombramiento Jueces Federales. Informe
1868
30 Congreso de la Unión. México. Art. 29 1868
31 Congreso de la Unión. México. Comunicado 1868
32 Congreso de la Unión. México. Informe 1868
33 Congreso de la Unión. México. Acuerdo 1868
34 Congreso de la Unión. México. Informe 1868
35 Congreso de la Unión. Proyecto de Ley 1868
36Congreso de la Unión. México. Juez de Distrito Sonora
1868-1869
37Congreso de la Unión. México. Juez de Distrito Morelia
1868
38 Congreso de la Unión. México. Informe 1868
39Congreso de la Unión. México. Comisión de Indultos
1868
40Congreso de la Unión. México, Jalisco. Sección del Gran Jurado
1868
41 Congreso de la Unión. México, Chiapas. Memoria 1868
42 Juzgado. México. 1853
43 Juzgado. República Mexicana 1855 Maltratado
44 Juzgado. México, Aguascalientes 1855
45 Juzgado. México 1855
46 Juzgado. República Mexicana 1865
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
136 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
8 47 Juzgado. Guanajuato 186648 Juzgado. México 187049 Juzgado (64)50 Suprema Corte de Justicia 1853 Maltratado
Serie: Leyes-Acuerdos, Bandos, Circulares, Decretos, ReglamentosGeneralidades
Leyes
9 1 Ley en 36 artículos Sin fecha Impreso mutilado
Acuerdos
2 Ministerio de Instrucción Pública 1864 Incompleto
3 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos 1865
4 Ministerio de Justicia e Instrucción Pública 1879 Impresos
5 Mitras en la República 1845
6 Secretaría Congreso de la Unión 1868
Circulares
7 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. Puebla 1866 Incompleto
8 Ministerio de Justicia e Instrucción Pública 1881 Impresos
9 Ministerio Relaciones y Gobernación 1862
Decretos
10 Congreso e la Unión. México 1851
11 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1866
12 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. Guanajuato 1866 Impresos
13Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. México. Hacienda. Atenco
1845 Incompleto
14 Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. México 1871 Impreso
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
137Legajos, número 7, enero-marzo 2011
9 15Ministerio de Justicia y Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública
1854 Impreso
16 Secretaría Cámara de Diputados 1852 Maltratado
17Secretaría de Estado. Departamento del Interior. México
1834 Impreso
18Secretaría de Estado y del Despacho de Justicia y Negocios Eclesiásticas e Instrucción Pública
1863 Impreso
19Secretaría de Estado y del Despacho de Justicia y Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública
1864 Incompleto
20Secretaría de Estado y del Despacho de Justicia y Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública
1964 Incompleto
21Secretaría de Estado y del Despacho de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública
1864 Impreso
22 Secretaría de Justicia e Instrucción Pública 1864 Impreso
23 Secretarías 1820 Impreso, incompleto
Leyes24 Gobierno de Guanajuato 1884 Impresos25 Gobierno de Guanajuato 1884 Impresos
26 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos 1866
27 Ministerio de Instrucción Pública 1868
28 Secretaría de Justicia e Instrucción Pública. México 1868
29 Secretaría de Justicia e Instrucción Pública. México 1868
Reglamento
30Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. México
1854-1858
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
138 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
9 31Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. México
1855
Serie: Lotería
32 Lotería Nacional. México 1862Periódico Monitor
Republicano
33Lotería Nacional. Administración General. México
1862-1863
Serie: Ministerio
34 Ministerio de Guerra 1862 Maltratado
35 Ministerio de Guerra. Guardias Nacionales 1862
36 Ministerio de Hacienda. México 1841
37 Ministerio de Hacienda. México 1866 Cuadro
38 Ministerio de Hacienda. México 1867 Incompleto
39 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1866
40 Ministerio de Instrucción Pública. México 1862
41 Ministerio de Instrucción Pública. México 1862 Maltratado
42 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1865 Polilla
43 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. Querétaro 1865 Manchado
10 1 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1865 Manchado,
incompleto
2 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1865 Incompleto
3 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1865
4 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1865
5 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos 1864-1865
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
139Legajos, número 7, enero-marzo 2011
10 6Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. Matehuala, S.L.P.
1865 Manchado, maltratado
7 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1865 Impreso y
manuscrito
8Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México, Puebla
1865
9 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1865
10Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. Republica Mexicana
1865
11 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1865 Incompleto
12 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1865 Incompleto
13Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. Republica Mexicana
1864-1866 Libreta
14Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México, Toluca
1865-1866 Impreso y mansucrito
15Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México, Puebla
1865-1866 Cuadro
16 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. 1866 Incompleto
17 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1866 Relación
18 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1866
11 1 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1866 Incompleto
2 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1866
3 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1866
4 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1866
5 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. Puebla 1866 Incompleto
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
140 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
11 6 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1866
7 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1866 Cuadro
8 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1866 Impreso
9 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1866 Cuadro
10 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos 1866
11 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1866 Polilla
12 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1867 Incompleto
13 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1867
14 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1867 Cuadro,
maltratado
15 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1867
16 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. Sin fecha Cuadro
17 Ministerio de lo Interior. México 1821-1838
18 Ministerio de Justicia 1865 Incompleto
19 Ministerio de Justicia. México, Jalapa 1865 Incompleto
20 Ministerio de Justicia. México 1866 Relación
21 Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. México 1845 Incompleto
22 Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. México 1845 Incompleto
23 Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. México 1846 Incompleto
24 Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. México 1868
25Ministerio de Justicia y Negocios Eclesiásticos. México
1843-1846 Incompleto
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
141Legajos, número 7, enero-marzo 2011
11 26Ministerio de Justicia y Negocios Eclesiásticos. México
1845-1846 Incompleto
27Ministerio de Justicia y Negocios Eclesiásticos. México
1852
28Ministerio de Justicia y Negocios Eclesiásticos. México
1855
29Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. México
1853
30Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. México
1859
31Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. México
1853
32Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. México
1853 Impreso
33Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. México
1859
34Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. México
1859
35Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. México
1859
36Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. México
1859
37Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. México
1859
38Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. México
1859
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
142 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
11 39Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. México
1859
40Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. México
1865-1866Cuadro,
maltratado, mutilado
41Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. México
Sin fecha
42 Ministerio de Negocios Extranjeros y Marina 1867
43 Ministerio de Relaciones 1867 Incompleto44 Ministerio de Gobernación Sin fecha Cuadro
Serie: Nombramientos, Títulos-Renuncias
Nombramiento
45 Departamento Baja California 1855 Manchado
46 Departamento de Guanajuato 1865 Maltratado,
roto
47 Departamento de Michoacán 1855 Roto
48 Departamento Oaxaca 186549 Fondo Instrucción Pública 1862
50 Instituto Literario Toluca 1866-1867 Maltratado, incompleto
51 Ministerio Justicia e Instrucción Pública. México 1866 Incompleto
52Ministerio Negocios Extranjeros y Marina. México
1866
53Secretaria Estado y del Despacho de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. México
1864 Impreso
Título54 Ministerio Justicia. México 1857
Serie: Observatorios
55 Observatorio Nacional. México 1865 Impreso y
manuscrito
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
143Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Serie: Ofi cinas Recaudadoras
11 56 Tesorería General 1844-1845 Incompleto57 Tesorería General 1850 Incompleto
58 Tesorería General. Coyoacán 1857
Serie: Prensa
59 Liberalismo Puebla Sin fecha Recorte de
periódico en francés L’ere
nouvelleSerie: Sociedades
60 Sociedad de Geografía. México 1865
SECCIÓN: 2 INSTRUCCIÓN PRIMERAS LETRAS (PRIMARIA)
Serie: Academias
12 1 Academia Preceptores. México 1866
2 Academia Preceptores. México 1866
Serie: Colegios
3 Colegio Francés de niños. México 1866 Impresos,
cuadros
4 Colegio Hispano Mexicano, Guanajuato 1864-1865
5 Colegio de niñas de la Caridad. México 1862 Maltratado
6 Colegio de niñas de la Caridad. México 1862 Cuadro
7 Colegio de niñas de Córdoba, Veracruz 1865
8 Colegio de niñas y niños de Tecpan, Santiago 1865
9 Colegio de niñas y niños de Tecpan, Santiago
1865
10 Colegio de niños de Nuestra Señora de Guadalupe. Ayotla 1865 Impresos
11 Colegio de niñas. México 1862-1866
12 Colegio de niñas de la Paz. México 1862-1863 Relaciones
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
144 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
12 13 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1825
14 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1825
15 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1825
16 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México. 1825
17 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México. 1825
18 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1825
19 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1825
20Colegio de niñas de San Miguel de Belén.México
1825
21 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1825
22 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1825
23 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1825
24 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1825
25 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1825
26 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1825
27Colegio de niñas de San Miguel de Belén.México
1825
28 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1825
29 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1825
30 Colegio de niñas de San Miguel de Belén 1840-1841 Incompleto
31 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1844 Relación,
incompleto
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
145Legajos, número 7, enero-marzo 2011
12 32 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1846
Roto, quemado por un costado
33 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1860
34 Colegio de niñas de San Miguel de Belén. México 1861-1862
35 Colegio Nuestra Señora de la Luz Sin fecha Impresos
36 Colegio de Saltillo, Coahuila 1854-1855 Roto, maltratado
37 Colegio de San Fernando, Puebla 1866-1867 Relación,
impreso
38Colegio de San Gregorio. Niños Educandos de la Escuela de Internos y Externos. México
1867
39 Colegio de San Ildefonso. México 1850
40 Colegio de San Ildefonso. Veracruz 1865
41 Colegio de San Ildefonso. México 1865-1866
42 Colegios. México 1816 Incompleto
43 Colegios. México 1864-1865 Cuadro, maltratado
44 Colegios. México 1865
45 Colegios. México 1865 Impreso y manuscrito
46 Colegios. México 1866 Impreso y manuscrito
Serie: Compañías
13 1 Compañía Lancasteriana. México 1839-1846
2 Compañía Lancasteriana. México 1847-1849
Sello de cera, recibos,
cuadros
3 Compañía Lancasteriana. México 1866
4 Compañía Lancasteriana. México 1863-1864 Cuadros
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
146 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
13 5 Compañía Lancasteriana México 1871 Manchado,
incompletoSerie: Escuelas
6 Escuela Alta California. México 1837-1838
7 Escuela Amiga de México. 1854 Relación
8 Escuela Amiga de Oaxaca 1864 Relación9 Escuela Amiga de Veracruz 1866
10 Escuela Especial de Agricultura 1866
11 Escuela Fabrica de Tabaco, Querétaro 1845-1846 Recibos
12 Escuelas Gratuitas. Querétaro, Quero. 1859-1860
Relación, manchado,
roto
13 Escuela Gratuita Primaria. México 1865 Impreso y
manuscrito
14 Escuela de Guadalajara 1856 Manchado
15 Escuela de Guanajuato 1864 Cuadros, relación
16 Escuela de Guanajuato 186417 Escuela de Guanajuato, Silao 1865
18 Escuela Jesús Nazareno. México 1866
Roto, cuadernillo,
impreso, manuscrito
19 Escuela de Jesús Nazareno. México 1866 Impreso y
manuscrito
14 1 Escuela Nacional de niños 1873 Cuadernillo, exámenes
2 Escuela de niños Acámbaro 18653 Escuela de niños de Morelia 1865 Recibos
4 Escuelas niños de la Cuidad de México Sin fecha Relación
5Escuela de niñas Lancasteriana de la Purísima Concepción de la Fábrica del Tabaco. Querétaro
1846 Recibos
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
147Legajos, número 7, enero-marzo 2011
14 6 Escuela niñas Doña Loreto Guerra, Querétaro 1846 Carátula
7 Escuela de niñas Educadas de San Luis Potosí 1831 Incompleto
8 Escuela de niñas de Monterrey 1865
15 1 Escuela de niñas de Morelia 1865-18662 Escuela de niños de Morelia 1864-1866 Relación
3 Escuela de niñas y niños de Coyoacán 1857-1858 Libreta
4 Escuela de niñas y niños de Coyoacán 1857 Recibos
5 Escuela de niñas y niños de Coyoacán 1858 Libretas,
inicio hongos6 Escuela de niñas. Pátzcuaro 1865
7 Escuela de niñas. Pátzcuaro 1865 Relación, recibos
8 Escuela de niñas. Pátzcuaro 1865 Relación, recibos
9 Escuela de niños. Pátzcuaro 1864-1865 Relación, recibos
10 Escuela de niños. Pátzcuaro 1865
11 Escuela de niñas y niños de Pátzcuaro 1865-1866 Libreta,
recibos
12 Escuela de niñas Salamanca, Guanajuato 1853
13 Escuela de niñas de San Luis Potosí 1830-1831 Incompleto
14 Escuela de niñas Teretan, Michoacán 1865-1866
15 Escuela de niñas Taretan, Michoacán 1865
16Escuela de niños Compañía Lancasteriana. Nuestra Señora de Guadalupe, Querétaro
1846 Recibos
17 Escuela de niños de Indaparapeo, Michoacán 1865 Relación,
recibos
18 Escuela de niños de Indaparapeo. Michoacán 1865 Relación
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
148 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
15 19 Escuela de niños de Indaparapeo. Michoacán 1865-1866 Recibos
20 Escuela de niños y niñas, Querétaro 1865-1866
Periódico de Querétaro La
Esperanza
21 Escuela de niños y niñas de Zamora 1864-1865 Recibos,
relación
22 Escuela de niños y niñas de Zamora 1865-1866 Mutilado,
recibos
23 Escuela de niños y niñas de Zamora 1865 Relación,
recibos
24 Escuela de niños y niñas de Zamora 1865-1866 Relación,
recibos
25 Escuela de niños y niñas de Zamora 1865
Relación, recibos,
maltradado, manchado
26 Escuela de niños y niñas de Zamora 1865 Relación
27 Escuela de niños y niñas de Zamora 1865 Relación,
recibos
28 Escuela de niños y niñas de Zamora 1864-1865 Relación,
recibos
29 Escuela de niños. La Piedad, Michoacán 1864-1865 Relación,
recibos
30 Escuela de niños. La Piedad, Michoacán 1865-1866 Relación,
recibos
31 Escuela de niños. La Piedad, Michoacán 1864-1866 Relación,
recibos
32 Escuela de niños. La Piedad, Michoacán 1865-1866 Relación,
recibos
33 Escuela de niños de Purépero 1865-1866 Relación,
recibos
34 Escuela Nocturna. Adultos, León de los Aldama 1853 Relación,
recibos
35 Escuela Normal de niñas Morelia 1836 Relación,
recibos
36 Escuela Normal de niñas Morelia 1864 Relación,
recibos
37 Escuela Normal de niñas Morelia 1864 Relación,
recibos
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
149Legajos, número 7, enero-marzo 2011
15 38 Escuela Normal de niñas Morelia 1864 Relación,
recibos
39 Escuela Normal de niñas Morelia 1864 Relación,
recibos40 Escuelas 1866
16 1 Escuela del Portillo, San Diego, México 1865
2 Escuela Primaria Tenancingo, Toluca 1866 Impreso y
manuscrito
3 Escuela Primeras Letras, Colima 1854
4 Escuela Primeras Letras, Cuernavaca 1866
5 Escuela Primeras Letras, Guadalajara 1865 Cuadro
6 Escuela Primeras Letras, Guadalajara 1866
7 Escuela Primeras Letras, Guaymas, Sonora 1866 Cuadro
8 Escuela Primeras Letras, Izúcar de Matamoros 1863 Incompleto
9 Escuela Primeras Letras, México 1843
Cuadros, maltratado, manchado
10 Escuela Primeras Letras, México 1865
11 Escuela Primeras Letras, México 1866 Cuadro
12 Escuela Primeras Letras, México 1866 Incompleto
13 Escuela Primeras Letras, México 1867
14 Escuela Primeras Letras, México 1867 Impreso y
manuscrito
15 Escuela Primeras Letras, México Sin fecha Mutilado,
incompleto
16 Escuela Primeras Letras, Morelia 1864 Relación
17 Escuela Primeras Letras, Salvatierra Querétaro 1865 Cuadro
estadístico
18 Escuela Primeras Letras, Tepeji, Hidalgo 1863-1864
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
150 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
16 19 Escuela Primeras Letras, Tlalpan. México 1866 Mutilado
20 Escuela Pública de niñas, San Luis Potosí 1831 Incompleto
21 Escuela San Ángel, México 1853-1857 Manchado, cuadro
22 Escuela San Ángel, México 1855-1857Manchado,
recibo, relaciones
23 Escuela San Ángel 1857-1859 Inicio hongos24 Escuela San Ángel 1856-1857 Libreta25 Escuela San Luis Potosí 1865 Cuadro
26 Escuela Santa Cruz y Soledad 1867
27 Escuela Santa Cruz y Soledad 1867
28 Escuelas Carmen 1866 Cuadro29 Escuelas Guanajuato 1853 Recibos30 Escuelas, México 1845-1849 Inicio hongos31 Escuelas, México 1861 Incompleto32 Escuelas México 1865-1866
33 Escuelas, México 1865 Impreso y manuscrito
34 Escuelas, Morelia. Comprobantes núms. 47-55 1806-1836 Recibos
35 Escuelas Morelia. Noviembre 1835
36 Escuelas Morelia. Nov-Oct. 1835 Recibos, relación
37 Escuelas Morelia. Dic. 1835 Recibos
38 Escuelas Morelia. Dic. Núms. 2 y 3 1835 Recibos,
relaciones39 Escuelas Morelia. Nov. 1835-1836 Libreta de piel
40 Escuelas Morelia. Febrero 1835-1836 Relaciones, recibos
17 1 Escuelas Morelia. Marzo Núm. 5 1836
Relación, recibos, sello
de cera
2 Escuelas Morelia. Marzo. Núms. 38-46 1836 Recibos
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
151Legajos, número 7, enero-marzo 2011
17 3 Escuelas Morelia. Abril. Núm. 6 1836 Relación,
recibos
4 Escuelas Morelia. Mayo. Núms. 56-60 1836 Recibos
5 Escuelas Morelia. Mayo. Núm. 7 1836 Recibos,
relaciones
6 Escuelas Morelia. Junio, Núm. 8 1836 Recibos,
relaciones
7 Escuelas Morelia. Junio, Núms. 61-70 1836 Recibos,
relaciones
8 Escuelas Morelia. Julio. Núms. 1-5 1836 Recibos,
relaciones
9 Escuelas Morelia. Julio, Núm. 1 1836 Recibos,
relaciones
10 Escuelas Morelia. Agosto, Núm. 2 1836 Recibos,
relaciones
11 Escuelas Morelia. Agosto. Núms. 6-13 1836 Recibos,
relaciones
12 Escuelas Morelia. Sep. Núm. 3 1836 Recibos,
relaciones
13 Escuelas Morelia. Sep. Núms. 14-21 1836 Recibos,
relaciones
14 Escuelas Morelia. Octubre. Núm. 4 1836 Recibos,
relaciones
15 Escuelas Morelia. Octubre. Núms. 22-28 1836 Recibos,
relaciones
16 Escuelas Morelia. Octubre. Núm. 9 1836 Recibos,
relaciones
17 Escuelas Morelia. Nov. Núms. 29-40 1836 Recibos,
relaciones
18 Escuelas Morelia. Diciembre. Núm. 6 1836 Recibos,
relaciones
19 Escuelas Morelia. Diciembre. Núms. 45-49 1836 Recibos,
relaciones
20 Escuelas Morelia. Febrero. Núms. 20-37 1836 Recibos,
relaciones
21 Escuelas Morelia. Enero. Núm. 7 1837-1838 Recibos,
relaciones
22 Escuelas Morelia. Núms. 41-45 1838 Recibos,
relaciones
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
152 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
17 23 Escuelas Morelia. Núm. 8 1838 Recibos, relaciones
24 Escuelas Morelia. Febrero Núms. 46-53 1838 Recibos,
relaciones
25 Escuelas Morelia. Marzo. Núm. 9 1838 Recibos,
relaciones
26 Escuelas Morelia. Marzo. Núms. 54-56 1838 Recibos,
relaciones
27 Escuelas Morelia. Abril. Núm. 10 1838 Recibos,
relaciones
28 Escuelas Morelia. Abril. Núms. 57-60 1838 Recibos,
relaciones
29 Escuelas Morelia. Núms. 11-12 1838 Recibos,
relaciones
30 Escuelas Morelia. Mayo. Núms. 61 al 63 1838 Recibos,
relaciones
31 Escuelas Morelia. Junio. Núm. 13 1838 Recibos,
relaciones
32 Escuelas Morelia. Junio. Núms. 64-66 1838 Recibos,
relaciones
33 Escuelas Morelia. Julio. Núm. 14 1838 Recibos,
relaciones
34 Escuelas Morelia. Núms. 67-68 1838 Recibos,
relaciones
35 Escuelas Morelia. Agosto. Núm. 15 1838 Recibos,
relaciones
36 Escuelas Morelia. Agosto. Núms. 69-72 1838 Recibos,
relaciones
37 Escuelas Morelia. Septiembre. Núm. 16 1838 Recibos,
relaciones
38 Escuelas Morelia. Septiembre. Núm. 73 1838 Recibos,
relaciones
39 Escuelas Morelia. Diciembre. Núm. 17 1838 Recibos,
relaciones
40 Escuelas Morelia. Diciembre. Núm. 19 1838 Recibos,
relaciones
41 Escuelas Morelia. Octubre. Núms. 74-76 1838 Recibos,
relaciones
42 Escuelas Morelia. Noviembre. Núms. 77-80 1838 Recibos,
relaciones
43 Escuelas Morelia. Noviembre. Núm. 18 1838 Recibos,
relaciones
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
153Legajos, número 7, enero-marzo 2011
17 44 Escuelas Morelia. Diciembre. Núm. 81-82 1838 Recibos,
relaciones
45 Escuelas Morelia. Enero. Núm. 2 1840-1841 Recibos,
relaciones
46 Escuelas Morelia. Febrero. Núm. 3 1841 Recibos,
relaciones
47 Escuelas Morelia. Marzo. Núm. 4 1841 Recibos,
relaciones
48 Escuelas Morelia. Abril. Núm. 5 1841 Recibos,
relaciones
49 Escuelas Morelia. Mayo. Núm. 6 1841 Recibos,
relaciones
50 Escuelas Morelia. Junio. Núm. 7 1841 Recibos,
relaciones
51 Escuelas Morelia. Julio. Núm. 8 1841 Recibos,
relaciones
52 Escuelas Morelia. Agosto. Núm. 9 1841 Recibos,
relaciones
53 Escuelas Morelia. Septiembre. Núm. 10 1841 Recibos,
relaciones
54 Escuelas Morelia. Noviembre. Núm. 13 1841 Recibos,
relaciones
55 Escuelas Morelia. Libro Manual 1840-1841 Libreta de
piel, recibos56 Escuela Morelia. Tesorería 1840-1841 Recibos
57 Escuelas Morelia. Diciembre. Núm. 14 1841-1842 Relación,
recibos
58 Escuelas Morelia. Octubre. Núm. 12 1841 Relación,
recibos
59 Escuelas Morelia. Tesorería 1864-1865Relación, recibos, cuadros
60 Escuelas Morelia. Circular 186561 Escuelas Puebla. Circular 1863 Cuadro62 Escuelas Puebla. Ofi cio 1864 Cuadro63 Escuelas Texcoco. Gastos 1865
64 Escuelas Toluca, México. Informe 1850-1865 Impreso,
bando, cuadro
65 Escuelas Toluca, México. Solicitud 1864
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
154 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
17 66 Escuelas Toluca, México. Certifi cación 1864-1865 Libreta,
relación
67 Escuelas Toluca, México. Solicitud 1865
68 Escuelas Toluca, México. Libro de Caja 1865 Recibos
69 Escuelas Tulancingo. Informe 1864 Cuadro
estadístico
70 Escuelas Yucatán. Títulos de Maestros 1827 Cuaderno
Serie: Institutos
71 Instituto de niñas Balbaneda 1851Serie: Juntas
72 Junta Instructora de Texcoco 1863Serie: Liceos
73 Liceo de niñas. Antiguo Colegio de San Diego 1866
74 Liceo de niñas. Antiguo Colegio de San Diego 1866
Serie: Nombramientos y Renuncias
75 Fondos Instrucción Pública 1862Serie: Sociedades Benefi cencia Pública
76 Sociedad de Benefi cencia 186477 Sociedad de Benefi cencia 186478 Sociedad de Benefi cencia 1865
SECCIÓN: 3 INSTRUCCIÓN MEDIA SUPERIOR (Secundaria y preparatoria)Generalidades
18 1 Instrucción Secundaria Sin fecha Revista impresa
Serie: Ayuntamientos
2 Ayuntamiento de San Juan del Río 1864-1866 Plano a color,
bando, cuadroSerie: Colegios
3 Colegio Ateneo Hidalgo. Mazatlán 1865
4 Colegio Compañía Lancasteriana 1867
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
155Legajos, número 7, enero-marzo 2011
18 5Colegios. Institutos Literarios. Departamento de México
1842-1846
6Dirección de Estudios del Ramo de Instrucción Publica
1852 Incompleto
Serie: Escuelas
7 Escuela Departamento Educación Física 1938
Invitaciones impresas,
manchadas8 Escuela Medicina 1866
9 Escuela Nacional de Agricultura 1861 Incompleto
10 Escuela Nacional de Agricultura 1865
11 Escuela Preparatoria 1854 Manchado, incompleto
12 Escuela Preparatoria 1897-1913 Mecanuscrito, timbre
13 Escuela Preparatoria 1910 Propaganda, maltratado
Serie: Institutos
14 Instituto Nacional de Zacatecas 1855
15 Instituto Nacional Zacatecas 1855Serie: LeyesDecretos
16Primera Secretaría de Estado. Departamento del Interior
1833 Impresos
17 Reglamento Escuela Nacional Preparatoria 1878 Impresos
Serie: Ministerios
18 Ministerio de Fomento. México 1857
19 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1865
20 Ministerio de Instrucción Pública y Cultos. México 1867 Cuadros
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
156 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
18 21Ministerio Justicia y Negocios Eclesiásticos. República Mexicana
1839-1843
22Ministerio Justicia y Negocios Eclesiásticos. México
1841-1846
Serie: Nombramientos
23 Instrucción Secundaria 1865SECCIÓN: 4 INSTRUCCIÓN SUPERIORGeneralidades
19 1 Libros e instrumentos científi cos. Veracruz, Ver. 1866
Serie: Academias
2 Academia de Ciencias. México 1865 Sello AGN,
incompleto3 Academia de Ciencias 1865 Impreso
4 Academia de Comercio Sin Lugar Invitaciones impresas
5 Academia de Derecho, Oaxaca 1866
6Academia Imperial de Ciencias y Literatura. República Mexicana
1865-1866 Impreso
7 Academia Imperial de Ciencias y Literatura 1865-1866 Libreta, hojas
limpias
20 1Academia Imperial de Ciencias y Literatura. México
1865-1867 Libreta, hojas limpias
2Academia Imperial de Ciencias y Literatura. México
1865
3Academia Imperial de Ciencias y Literatura. México
1865
4Academia Imperial de Ciencias y Literatura. México
1865 Impreso
5Academias Imperial de Ciencias y Literatura. Comunicado
1866
6Academia Imperial de Ciencias y Literatura. Comunicado
1866 Incompleto
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
157Legajos, número 7, enero-marzo 2011
20 7Academia Imperial de Ciencias y Literatura. Informe
1866 Impresos
8Academia Imperial de Ciencias y Literatura. Extravío.
1866
21 1 Academia de Medicina. Estadística 1880 Impresos
2 Academia Nacional de San Carlos. Catedráticos. 1846 Incompleto
3Academia Nacional de San Carlos. Lotería de la Academia Nacional.
1846
4 Academia Nacional de San Carlos. Suscripción. 1850 Impresos,
incompleto
5 Academia Nacional de San Carlos. Solicitud. 1858 Mutilado
6 Academia Nacional de San Carlos. Inconformidad 1865 Sello AGN,
incompleto
7 Academia Nacional de San Carlos. Quejas 1865 Sello AGN,
incompleto
8 Academia Nacional de San Carlos. Empleados. 1866 Cuadro
9 Academia Nacional de San Carlos. Compra. 1866 Incompleto
10 Academia Nacional de San Carlos. Autorización 1866 Incompleto
11 Academia Nacional de San Carlos. Gratifi cación 1866 Incompleto
12 Academia Nacional de San Carlos. Cátedra 1866
13 Academia Nacional de San Carlos. Solicitud. 1866
14 Academia Nacional de San Carlos. Licencia 1867 Incompleto
15 Academia Nacional de San Carlos. Informe 1867
16 Academia Nacional de San Carlos. Comunicado 1867
17 Academia Nacional de San Carlos. Comunicado 1867
18 Academia Nacional de San Carlos. Comunicado 1867
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
158 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
21 19 Academia Nacional de San Carlos. Título 1867
20 Academia Teórico Práctico de Derecho 1864-1865
21 Academias. Índice expediente 1822-1837
22 Academias 1865 Carta en francés
Serie: Bibliotecas
23 Biblioteca Nacional. Zacatecas 1855 Relación
24 Biblioteca Nacional. México 1855
25 Biblioteca Nacional. México 1865 Sello AGN, incompleto
26 Biblioteca Nacional 186627 Biblioteca Nacional. México 1866
28 Biblioteca Nacional. México, Veracruz 1866 Impreso
29 Biblioteca Nacional. México. Nombramiento 1866
30 Biblioteca Nacional. México. Comunicado 1866 Cuadro
31 Biblioteca Nacional. México. Invitación 1884 Impreso
32 Bibliotecas Públicas. México, Inglaterra 1851-1852
33 Bibliotecas Públicas. Zacatecas 1855
34 Librería Católica. Mérida 1878-1910 Tinta azul, incompleto
35 Libros Sin fechaSerie: Casas
36 Casa de Educación Política y Cristiana, San Luis Potosí 1831
Serie: Colegios
37 Colegio de Abogados, Guadalajara. Título 1854
38 Colegio de Abogados, Guanajuato. Título 1854
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
159Legajos, número 7, enero-marzo 2011
21 39 Colegio de Abogados, Guanajuato. Título 1854
40 Colegio de Abogados, Guanajuato. Título 1854
41 Colegio de Abogados, Guanajuato. Título 1854
42 Colegio de Abogados, Guanajuato. Título 1854
43 Colegio de Abogados, Guanajuato. Título 1854
44 Colegio de Abogados, Guanajuato. Título 1854
45 Colegio de Abogados, Guanajuato. Título 1854 Maltratado
46 Colegio de Abogados, Guanajuato. Título 1854
47 Colegio de Abogados, Jalapa. Título 1854
48 Colegio de Abogados, Jalapa. Título 1854
49 Colegio de Abogados, Jalapa. Título 1854
50 Colegio de Abogados, Jalapa. Título 1854
51 Colegio de Abogados, México. Certifi cación 1816 Incompleto
52 Colegio de Abogados, México. Certifi cación 1826-827 Incompleto
53 Colegio de Abogados, México. Certifi cación 1829 Incompleto
54 Colegio de Abogados, México. Certifi cación 1845-1848 Impreso
55 Colegio de Abogados, México. Exentar 1850
56 Colegio de Abogados, México. Exentar 1851
57 Colegio de Abogados, México. Exentar 1851
58 Colegio de Abogados. México. Exentar 1852
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
160 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
21 59 Colegio de Abogados. México. Exentar 1852
60 Colegio de Abogados. México. Art. 298 1853-1854
61 Colegio de Abogados. México. Auto 1854
62 Colegio de Abogados. México. Título 1854
63 Colegio de Abogados. México. Auto 1854
64 Colegio de Abogados. México. Título 1854
65 Colegio de Abogados .México. Auto 1854
66 Colegio de Abogados de México. Acta 1854
67 Colegio de Abogados de México. Acta 1854
68 Colegio de Abogados de México. Acta 1854
69 Colegio de Abogados de México. Recepción 1854
70 Colegio de Abogados de México. Título 1854
71 Colegio de Abogados de México. Título 1854
22 1 Colegio de Abogados de México. Título 1854
2 Colegio de Abogados de México. Título 1854
3 Colegio de Abogados de México. Título 1854
4 Colegio de Abogados de México. Título 1854
5 Colegio de Abogados de México. Título 1854
6 Colegio de Abogados de México. Título 1854
7 Colegio de Abogados de México. Título 1854
8 Colegio de Abogados de México. Título 1854
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
161Legajos, número 7, enero-marzo 2011
22 9 Colegio de Abogados de México. Título 1854
10 Colegio de Abogados de México. Título 1854
11 Colegio de Abogados de México. Título 1854
12 Colegio de Abogados de México. Título 1854
13 Colegio de Abogados de México. Título 1854
14 Colegio de Abogados de México. Título 1854
15 Colegio de Abogados de México. Título 1854
16 Colegio de Abogados de México. Título 1854
17 Colegio de Abogados de México. Título 1854
18 Colegio de Abogados de México. Título 1854
19 Colegio de Abogados de México. Título 1854
20 Colegio de Abogados de México. Título 1854-1855
21 Colegio de Abogados de México. Bibliotecas Públicas 1856
22 Colegio de Abogados de México. Exentar 1856
23 Colegio de Abogados de México. Exentar 1863 Impreso
24 Colegio de Abogados de México. Título 1863 Impreso
25 Colegio de Abogados de México. Exentar 1863-1864
26 Colegio de Abogados de México. Renovación 1864
27 Colegio de Abogados de México. Título 1864 Impreso
28 Colegio de Abogados de México. Título 1860-1864
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
162 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
22 29 Colegio de Abogados de México. Decreto 1864 Incompleto
30 Colegio de Abogados de México. Concesión 1864-1865
31 Colegio de Abogados de México. Exentar 1865
32 Colegio de Abogados de México. Solicitud 1865
33 Colegio de Abogados de México. Solicitud 1865 Incompleto
34 Colegio de Abogados de México. Recepción 1865
35 Colegio de Abogados de México. Concesión 1865
36 Colegio de Abogados de México. Libro 1865-1867
Español, francés, impreso
37 Colegio de Abogados de México. Concesión 1866
38 Colegio de Abogados de México. Concesión 1867 Incompleto
39 Colegio de Abogados de México. Concesión 1867
40 Colegio de Abogados de México. Concesión 1867
41 Colegio de Abogados de México. Solicitud 1868
42 Colegio de Abogados de México. Petición 1868
43 Colegio de Abogados de San Luis Potosí. 1854
44 Colegio de Abogados-Tribunal Zacatecas 1854
45 Colegio Apostólico San Fernando de México 1829
46 Colegio Apostólico San Fernando de México 1831
47 Colegio Apostólico San Fernando de México 1833 Folletería
48 Colegio Apostólico San Fernando de México 1841 Sello de cera
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
163Legajos, número 7, enero-marzo 2011
22 49 Colegio Apostólico San Fernando de México 1849-1860 Libreta, hojas
limpias
50 Colegio Apostólico San Fernando de México 1849
51 Colegio Apostólico San Fernando de México 1852
52 Colegio Apostólico San Fernando de México 1852
53 Colegio Apostólico San Fernando de México 1851
54Colegio Apostólico San Fernando de México y Convento de Capuchinos
1845 Sello de cera
23 1 Colegio de Aspirantes. Republica Mexicana 1834
2 Colegio de Aspirantes. Veracruz. Vestuario 1834 Incompleto
3 Colegio de Aspirantes. Veracruz. Certifi cación 1834 Incompleto
4 Colegio de Aspirantes. Veracruz. Hacienda 1834
5 Colegio de Aspirantes. Veracruz. Vestuario 1834
6 Colegio de Aspirantes. Veracruz. Certifi cación 1834
7 Colegio Científi co Hispano-Mexicano de Jesús 1860 Impreso
8 Colegio Civil, Querétaro 1895-1897 Estadística9 Colegio Escribanos 1831 Incompleto10 Colegio de Escribanos 1857 Sello de cera
11 Colegio Espíritu Santo, Puebla. Petición 1855
12 Colegio Espíritu Santo, Puebla. Informe 1864
13 Colegio Espíritu Santo, Puebla. Informe 1864-1865
14 Colegio Espíritu Santo, Puebla. Queja 1864-1865
15 Colegio Espíritu Santo, Puebla. Orden 1866 Incompleto
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
164 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
23 16 Colegio Espíritu Santo, Puebla. Presupuesto 1866 Incompleto
17 Colegio Espíritu Santo, Puebla. Acuerdo 1866 Incompleto
18 Colegio Espíritu Santo, Puebla. Solicitud 1866 Incompleto
19 Colegio Guadalupano Josefi no. Pago del Rector 1828 Incompleto
20Colegio Guadalupano Josefi no. San Luis Potosí. Pago de empleados
1831
21 Colegio Guadalupe de Orizaba. 1843 Maltratado,
roto
22 Colegio Guadalupe, Zacatecas 1829 Inicio de
hongos23 Colegio Guanajuato 1845-185624 Colegio Guanajuato 1866-1867 Incompleto25 Colegio Imperial Carolino 1865 Incompleto
26 Colegio Imperial Espíritu Santo Puebla. Circular 1-19 1865 Incompleto
27 Colegio Imperial Espíritu Santo, Puebla. Tesorero 1865 Incompleto
28 Colegio Imperial Espíritu Santo, Puebla. Corte de Caja 1865 Impresos
29Colegio Imperial Espíritu Santo, Puebla. Cuenta Núm. 12
1865
30Colegio Imperial Espíritu Santo, Puebla. Cuenta Núm. 13
1865
31 Colegio Imperial Espíritu Santo, Puebla. Cuentas 1866
32 Colegio Imperial Espíritu Santo, Puebla. Informe 1866 Incompleto
33 Colegio Imperial Espíritu Santo, Puebla. Tesorería 1866 Incompleto
34 Colegio Imperial Espíritu Santo, Puebla. Cuentas 1866 Cuadros
35 Colegio Imperial Espíritu Santo, Puebla. Tesorería 1866 Cuadros
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
165Legajos, número 7, enero-marzo 2011
23 36 Colegio Imperial de Minas. Admisión 1866
37 Colegio Imperial Orizaba 1866 Relaciones, recibos
38 Colegio Imperial de San Ildefonso 1865 Incompleto
39Colegio de María Santísima del Pilar y Antigua Enseñanza
1847 Incompleto
40 Colegio Medicina México 1843 Recibos41 Colegio de Medicina, Puebla 1866 Incompleto42 Colegio Militar 1850 Incompleto43 Colegio Militar 1866 Incompleto44 Colegio Nacional, Córdoba 1855
45 Colegio Nacional, Jalapa. Alumno Internos 1855
46 Colegio Nacional, Jalapa. Secundaria 1855
47 Colegio Nacional, Jalapa. Cuentas 1859
48 Colegio Nacional, Jalapa. Gastos 1864 Cuadro
49 Colegio Nacional, Jalapa. Informe 1864 Cuadro
50 Colegio Nacional, Jalapa 1866
51 Colegio Nacional de Minería. Gastos 1834 Recibos
52 Colegio Nacional de Minería. Índice 1840-1846
53 Colegio Nacional de Minería. Cuentas 1848
Recibos, relaciones, impresos
54 Colegio Nacional de Minería. Cuentas 1848
Recibos, relaciones, impresos, cuadros
55Colegio Nacional de Minería. Cargo y Data. Diciembre
1848 Relaciones, recibos
56 Colegio Nacional de Minería. Cargo y Data. Junio 1848 Relaciones,
recibos
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
166 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
23 57 Colegio Nacional de Minería. Cargo y Data. Julio 1848 Relaciones,
recibos
58Colegio Nacional de Minería. Cargo y Data. Agosto
1848 Relaciones, recibos
59Colegio Nacional de Minería. Cargo y Data. Septiembre
1848Relaciones,
recibos, impresos
60Colegio Nacional de Minería. Cargo y Data. Octubre
1848Relaciones,
recibos, impresos
61Colegio Nacional de Minería. Cargo y Data. Noviembre
1848Relaciones,
recibos, impresos
62 Colegio Nacional de Minería. Premios 1852
63 Colegio Nacional de Minería. Alumnos 1852
64Colegio Nacional de Minería. Cargo y Data. Noviembre
1856Relaciones,
recibos, impresos, hongos
65Colegio Nacional de Minería. Cargo y Data. Diciembre
1856
66 Colegio Nacional de Minería. Ofi cio 1861 Incompleto
67 Colegio Nacional de Minería. Beca 1861
68Colegio Nacional de Minería. Antonio García Cubas
1862
24 1 Colegio Nacional Orizaba. Cátedras 1855 Impreso
2 Colegio Nacional, Orizaba. Comprobantes 1863-1864 Recibos
3 Colegio Nacional, Orizaba. Comprobantes 1864-1865 Recibos
4 Colegio Nacional, Orizaba. Caja Chica 1864-1866 Roto,
manchado5 Colegio Nacional, Orizaba.
Plaza de Escribiente 1865
6 Colegio Nacional, Orizaba. Circular 19 1865 Cuadro,
relaciones7 Colegio Nacional, Orizaba.
Comprobantes 1865-1866 Maltratado, relaciones
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
167Legajos, número 7, enero-marzo 2011
24 8 Colegio Nacional, Orizaba Cuentas 1865
9 Colegio Nacional, Orizaba. Cuentas 1865-1866 Cuadro
10 Colegio Nuestra Señora de Guadalupe 1844 Incompleto
11 Colegio Purísima Concepción de Guanajuato. 1845-1846
12 Colegio de la Purísima Concepción de Guanajuato. 1853
13 Colegio de la Purísima Concepción de Guanajuato. 1865
14 Colegio Querétaro 1865 Impreso, cuadro
15 Colegio de San Buena Ventura de Tlatelolco 1859 Recibos
16 Colegio de San Buena Ventura de Tlatelolco Sin fecha
17 Colegio San Gregorio. Visita 1815-1816 Impreso
18 Colegio San Gregorio. Cuenta 1816-1817
19 Colegio San Gregorio. Contaduría 1821 Incompleto
20 Colegio San Gregorio. Cuenta General 1826 Cuadro,
relaciones21 Colegio San Gregorio.
Cuentas. Agosto 1826 Impreso
22 Colegio San Gregorio. Cuentas. Septiembre 1826 Cuadro,
relaciones23 Colegio San Gregorio.
Cuentas. Octubre 1826 Cuadro, relaciones
24 Colegio San Gregorio. Cuentas. Noviembre 1826 Cuadro,
relaciones25 Colegio San Gregorio.
Cuentas. Diciembre 1826 Cuadro, relaciones
26 Colegio San Gregorio. Pliego observaciones 1826 Incompleto
27 Colegio San Gregorio. Cuenta General 1827 Incompleto
28 Colegio San Gregorio. Cuentas 1842-1846 Cuadro
25 1 Colegio San Gregorio. Juzgado 1826-1853 Roto,
maltratado2 Colegio San Gregorio.
Cuentas. Enero 1826-1827 Cuadro, relaciones
3 Colegio San Gregorio. Contaduría General 1826-1843 Manchado
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
168 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
25 4 Colegio San Gregorio. Cuentas. Febrero 1826-1827
Cuadro, recibos,
relaciones
5 Colegio San Gregorio. Cuentas. Marzo 1827
Cuadro, recibos,
relaciones
6 Colegio San Gregorio. Cuentas. Abril 1827
Cuadro, recibos,
relaciones
7 Colegio San Gregorio. Cuentas. Junio 1827
Cuadro, recibos,
relaciones
8 Colegio San Gregorio. Cuentas. Nov-Dic. 1827
Cuadro, recibos,
relaciones
9 Colegio San Gregorio. Cuentas. Julio 1827
Cuadro, recibos,
relaciones
10 Colegio San Gregorio. Cuentas. Septiembre 1827
Cuadro, recibos,
relaciones
11 Colegio San Gregorio. Cuentas. Octubre 1827 Recibos
12 Colegio San Gregorio. Cuentas. Octubre 1827 Cuadro,
relaciones
13 Colegio San Gregorio. Ingresos y Egresos 1828-1831 Incompleto
14 Colegio San Gregorio. Cargo y Data 1829-1831 Cuaderno sin
pasta
15 Colegio San Gregorio. Fincas y casa núm. 7 1830 Cuaderno sin
pasta
16 Colegio San Gregorio. Cuentas. Mayo 1831-1835
Cuadro, recibos,
relaciones
17 Colegio San Gregorio. Cuentas. Junio 1831
Cuadro, recibos,
relaciones
18 Colegio San Gregorio. Cuentas. Julio 1831
Cuadro, recibos,
relaciones
19 Colegio San Gregorio. Cuentas. Agosto 1831
Cuadro, recibos,
relaciones
169Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
25 20 Colegio San Gregorio. Cuentas. Septiembre 1831
Cuadro, recibos,
relaciones
26 1 Colegio San Gregorio. Cuentas. Octubre 1831
Cuadro, recibos,
relaciones
2 Colegio San Gregorio. Cuentas. Noviembre 1831
Cuadro, recibos,
relaciones
3 Colegio San Gregorio. Cuentas. Diciembre 1831
Cuadro, recibos,
relaciones
4 Colegio San Gregorio. Productos de fi ncas 1831 Libro sin
pasta
5 Colegio San Gregorio. Cuentas. Enero 1831-1832 Cuadro,
recibos
6 Colegio San Gregorio. Cuentas. Febrero 1832
Cuadro, recibos,
relaciones
7 Colegio San Gregorio. Cuentas. Marzo 1832 Relaciones
8 Colegio San Gregorio. Cuentas. Abril 1832
Cuadro, recibos,
relaciones
9 Colegio San Gregorio. Cuentas. Mayo 1832
Cuadro, recibos,
relaciones
10 Colegio San Gregorio. Cuentas. Junio 1832
Cuadro, recibos,
relaciones
11 Colegio San Gregorio. Cuentas. Julio 1832
Cuadro, recibos,
relaciones
12 Colegio San Gregorio. Cuentas. Agosto 1832
Cuadro, recibos,
relaciones
13 Colegio San Gregorio. Cuentas. Septiembre 1832
Cuadro, recibos,
relaciones
14 Colegio San Gregorio. Cuentas. Octubre 1832
Cuadro, recibos,
relaciones
15 Colegio San Gregorio. Cuentas. Noviembre 1832
Cuadro, recibos,
relaciones
170 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
26 16 Colegio San Gregorio. Cuentas. Diciembre 1832
Cuadro, recibos,
relaciones
17 Colegio San Gregorio. Producto de fi ncas 1832 Libro sin
pasta
18 Colegio San Gregorio. Cargo y Data 1832-1833 Carátula
19 Colegio San Gregorio. Cuentas. Agosto 1833
Cuadro, recibos,
relaciones
20 Colegio San Gregorio. Cuentas. Septiembre 1833
Cuadro, recibos,
relaciones
21 Colegio San Gregorio. Cuentas. Octubre 1833
Cuadro, recibos,
relaciones
22 Colegio San Gregorio. Cuentas. Noviembre 1833
Cuadro, recibos,
relaciones
23 Colegio San Gregorio. Cuentas. Remisiones 1833
27 1 Colegio San Gregorio. Cuentas. Noviembre 1835-1854
Hongos, polilla,
impreso
2 Colegio San Gregorio. Cuentas. Enero 1836-1837
Cuadro, recibo,
maltratado
3 Colegio San Gregorio. Cuentas. Febrero 1837
Cuadro, recibo,
maltratado
4 Colegio San Gregorio. Cuentas. Marzo 1837
Cuadro, recibo,
maltratado
5 Colegio San Gregorio. Cuentas. Nov-Dic. 1837
Cuadro, recibo,
maltratado
6 Colegio San Gregorio. Cuentas. Diciembre 1840-1841
Cuadro, recibo,
maltratado
7 Colegio San Gregorio. Comprobantes 1841 Carátula
8 Colegio San Gregorio. Cuentas. Febrero 1841
Cuadro, recibo, relación
171Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
27 9 Colegio San Gregorio. Cuentas. Marzo 1841
Cuadro, recibo, relación
10 Colegio San Gregorio. Cuentas. Abril 1841
Cuadro, recibo, relación
11 Colegio San Gregorio. Cuentas. Mayo 1841
Cuadro, recibo,
relación, roto
12 Colegio San Gregorio. Cuentas. Enero-Dic 1841 Libreta
28 1 Colegio San Gregorio. Índice expedientes 1841-1846
2 Colegio San Gregorio. Correspondencia 1842 Roto,
incompleto
3 Colegio San Gregorio. Cuentas. Enero-Dic. 1842-1844 Mutilado
4 Colegio San Gregorio. Cuentas. Enero-Dic 1843-1845
5 Colegio San Gregorio. Cuentas. Junio 1844
Cuadro, recibo, relación
6 Colegio San Gregorio. Cuentas. Julio 1844
Cuadro, recibo, relación
7 Colegio San Gregorio. Cuentas. Agosto 1844
Cuadro, recibo, relación
8 Colegio San Gregorio. Cuentas. Septiembre 1844
Cuadro, recibo, relación
9 Colegio San Gregorio. Cuentas. Noviembre 1844
Cuadro, recibo, relación
10 Colegio San Gregorio. Cuentas. Diciembre 1844-1845 Roto, recibo,
relación
11 Colegio San Gregorio. Cobrado en fi ncas 1844-1845 Libreta sin
pasta
12 Colegio San Gregorio. 1844-1845 Incompleto, carátula
13 Colegio San Gregorio. Cargo y Data 1844-1845 Libreta sin
pasta
172 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
28 14 Colegio San Gregorio. Cuentas. Enero 1845
Cuadro, recibos, relación
15 Colegio San Gregorio. Cuentas. Febrero 1845
Cuadro, recibos, relación
16 Colegio San Gregorio. Cuentas. Junio 1845
Cuadro, recibos, relación
17 Colegio San Gregorio. Cuentas. Julio 1845
Cuadro, recibos, relación
18 Colegio San Gregorio. Cuentas. Noviembre 1845
Impreso, cuadros, recibos, relación
19 Colegio San Gregorio. Certifi cación 1845 Incompleto
20 Colegio San Gregorio. Cuentas 1845-1846
21 Colegio San Gregorio. Examen 1845-1854 Impreso
29 1 Colegio San Gregorio. Cuentas. Enero 1845-1847 Cuadro,
recibos
2 Colegio San Gregorio. Cuentas. Marzo 1847 Cuadro,
recibos
3 Colegio San Gregorio. Cuentas. Abril 1847 Cuadro,
recibos
4 Colegio San Gregorio. Cuentas. Mayo 1847
Cuadro, recibos, impreso
5 Colegio San Gregorio. Cuentas. Junio 1847
Cuadro, recibos, impreso
6 Colegio San Gregorio. Cuentas. Julio 1847
Cuadro, recibos, impreso
7 Colegio San Gregorio. Cuentas. Agosto 1847
Cuadro, recibos, impreso
8 Colegio San Gregorio. Cuentas. Septiembre 1847
Cuadro, recibos, impreso
173Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
29 9 Colegio San Gregorio. Cuentas. Octubre 1847
Cuadro, recibos, impreso
10 Colegio San Gregorio. Cuentas. Noviembre 1847
Cuadro, recibos, impreso
11 Colegio San Gregorio. Cuentas. Diciembre 1847-1848
Cuadro, recibos, impreso
12 Colegio San Gregorio. Cuentas. Diciembre 1847-1849 Cuadro,
recibos
13 Colegio San Gregorio. Cuentas. Febrero 1847-1848 Cuadro,
recibos
14 Colegio San Gregorio. Cuentas. Enero 1848 Cuadro,
recibos
30 1 Colegio San Gregorio. Cuentas. Marzo 1848 Cuadro,
recibos, relación
2 Colegio San Gregorio. Cuentas. Abril 1847-1848 Cuadro,
recibos, relación
3 Colegio San Gregorio. Cuentas. Mayo 1842-1848 Cuadro,
recibos, relación
4 Colegio San Gregorio. Cuentas. Junio 1848 Mutilado,
cuadros, recibos
5 Colegio San Gregorio. Cuentas. Julio 1848 Cuadro,
recibos, relación
6 Colegio San Gregorio. Recaudado 1848 Libreta
7 Colegio San Gregorio. Egresos e Ingresos 1848 Libreta
8 Colegio San Gregorio. Cuentas. Agosto 1848 Cuadro,
recibos, relación
9 Colegio San Gregorio. Cuentas. Septiembre 1848 Cuadro,
recibos, relación
10 Colegio San Gregorio. Cuentas. Octubre 1848 Cuadro,
recibos, relación
11 Colegio San Gregorio. Cuentas. Noviembre 1848 Cuadro,
recibos, relación
31 1 Colegio San Gregorio. Cargo y Data 1848 Libreta
2 Colegio San Gregorio. Revisión de cuentas 1848-1853 Cuadros,
relación
174 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
31 3 Colegio San Gregorio. Cuentas 1848-1850
Cuadro, recibos,
relación e impresos
4 Colegio San Gregorio. Cuentas. Agosto 1849
Cuadro, recibos,
relación e impresos
5 Colegio San Gregorio. Cuentas. Septiembre 1849 Cuadro y
recibos
6 Colegio San Gregorio. Cuentas. Octubre 1849
Cuadro, recibos,
relación e impresos
7 Colegio San Gregorio. Cuentas. Enero-Dic. 1849 Libreta
8 Colegio San Gregorio. Borradores de Glosa 1849-1855
9 Colegio San Gregorio. Plan de Estudios 1850
10 Colegio San Gregorio. Cátedra de moral 1850 Incompleto
11 Colegio San Gregorio. Cuentas. Enero 1850-1851
Impreso, cuadro, relación
12 Colegio San Gregorio. Matrícula 1850-1851
13 Colegio San Gregorio. Glosa de cuentas 1850-1854
32 1 Colegio San Gregorio. Cuenta. Febrero 1851
Cuadro, impreso, recibo, relación
2 Colegio San Gregorio. Cuenta. Marzo 1851
Cuadro, impreso, recibo, relación
3 Colegio San Gregorio. Cuenta. Abril 1851
Cuadro, impreso, recibo, relación
4 Colegio San Gregorio. Cuenta. Mayo 1851
Cuadro, impreso, recibo
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
175Legajos, número 7, enero-marzo 2011
32 5 Colegio San Gregorio. Cuenta. Junio 1851
Cuadro, impreso, recibo, relación
6 Colegio San Gregorio. Cuenta. Julio 1851
Cuadro, impreso, recibo, relación
7 Colegio San Gregorio. Cuenta. Agosto 1851
Cuadro, impreso, recibo, relación
8 Colegio San Gregorio. Cuenta. Septiembre 1851
Cuadro, impreso, recibo, relación
9 Colegio San Gregorio. Cuenta. Octubre 1851
Cuadro, impreso, recibo, relación
10 Colegio San Gregorio. Cuenta. Noviembre 1851
Cuadro, impreso, recibo, relación
11 Colegio San Gregorio. Cuenta. Diciembre 1851-1852
Cuadro, impreso, recibo, relación
33 1 Colegio San Gregorio. Cuenta. Enero-Dic 1851-1852 Libreta
2 Colegio San Gregorio. Cuenta. Enero 1851-1852
Cuadro, impreso, recibo, relación
3 Colegio San Gregorio. Cargo y Data 1852 Libreta
4 Colegio San Gregorio. Cuenta. Febrero 1852
Cuadro, impreso, recibo, relación
5 Colegio San Gregorio. Nombramiento 1852
6 Colegio San Gregorio. Cuenta. Marzo 1852
Cuadro, impreso, recibo, relación
7 Colegio San Gregorio. Cuenta. Abril 1852
Cuadro, impreso, recibo, relación
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
176 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
33 8 Colegio San Gregorio. Cuenta. Mayo 1852
Cuadro, impreso, recibo, relación
9 Colegio San Gregorio. Cuenta. Junio 1852
Cuadro, impreso, recibo, relación
10 Colegio San Gregorio. Cuenta. Julio 1852
Cuadro, impreso, recibo, relación
11 Colegio San Gregorio. Cuenta. Agosto 1852
Cuadro, impreso, recibo, relación
12 Colegio San Gregorio. Cuenta. Septiembre 1852
Cuadro, impreso, recibo, relación
13 Colegio San Gregorio. Cuenta. Octubre 1852
Cuadro, impreso, recibo, relación
34 1 Colegio San Gregorio. Cuenta. Noviembre 1852
Cuadro, impreso, recibo, relación
2 Colegio San Gregorio. Cuenta. Diciembre 1852
Cuadro, impreso, recibo, relación
3 Colegio San Gregorio. Lo cobrado 1852-1853 Libreta
4 Colegio San Gregorio. Cuenta. Enero 1852-1853
Cuadro, relación, recibos
5 Colegio San Gregorio. Cuenta. Febrero 1853
Cuadro, relación, recibos
6 Colegio San Gregorio. Cuenta. Marzo 1853
Cuadro, relación, recibos
7 Colegio San Gregorio. Cuenta. Abril 1853
Cuadro, relación, recibos
8 Colegio San Gregorio. Cuenta. Mayo 1853
Cuadro, relación, recibos
177Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
34 9 Colegio San Gregorio. Cuenta. Junio 1853
Cuadro, relación, recibos
10 Colegio San Gregorio. Cuenta. Julio 1853
Cuadro, relación, recibos
11 Colegio San Gregorio. Cuenta. Agosto 1853
Cuadro, relación, recibos
12 Colegio San Gregorio. Cuenta Septiembre 1853
35 1 Colegio San Gregorio. Cuenta. Octubre 1853
Cuadro, impreso, recibo, relación
2 Colegio San Gregorio. Cuenta. Noviembre 1853
Cuadro, impreso, recibo, relación
3 Colegio San Gregorio. Cuentas 1853 Carátula
4 Colegio San Gregorio. Cuentas. Enero-Nov. 1853 Libro
5 Colegio San Gregorio. Cuenta. Enero-Nov. 1853 Libro
6 Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales 1803-1863 Carátula
7Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Fincas
1825-1826 Libro en piel
8Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Mayo
1826Recibo, relación, cuadro
9Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Junio
1826Recibo, relación, cuadro
10Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Julio
1826Recibo, relación, cuadro
11Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Agosto
1826Recibo, relación, cuadro
12Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuentas. Mayo-Diciembre
1826-1842
178 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
35 13Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Mayo-Diciembre
1826-1845 Manchado
14Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuentas. Enero
1826-1827 Recibo, relación
15Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuentas. Octubre
1827 Cuadro, recibos
16Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuentas. Enero-Diciembre
1827-1845 Mutilado, manchado
17Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuentas
1828
18Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Enero-Diciembre
1828-1845 Manchado
36 1Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Enero
1832 Cuadro, recibos
2Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Febrero
1832 Cuadro, recibos
3Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Marzo
1832 Cuadro, recibos
4Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Abril
1832 Cuadro, recibos
5Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Mayo
1832 Cuadro, recibos
6Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Mayo-Junio
1832 Cuadro, recibos
7Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Julio
1832 Cuadro, recibos
8Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Agosto
1832 Cuadro, recibos
9Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Septiembre
1832 Cuadro, recibos
179Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
36 10Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Octubre
1832 Cuadro, recibos
11Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Noviembre
1832 Cuadro, recibos
12Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Diciembre
1832Cuadro, recibos, impresos
13Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cargo y Data
1839 Carátula
14Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta
1841 Carátula
15Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Enero-Diciembre
1841 Carátula
16Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Enero
1844 Cuadro, recibos
17Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Febrero
1844 Cuadro, recibos
18Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Marzo
1844 Cuadro, recibos
19Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Mayo
1844Cuadro, recibos,
maltratado
20Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Junio
1844 Cuadro, recibos
21Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Julio
1844 Cuadro, recibos
22Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Agosto
1844 Cuadro, recibos
23Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Septiembre
1844 Cuadro, recibos
24Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Noviembre
1844 Cuadro, recibos
180 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
36 25Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Diciembre
1844 Cuadro, recibos
26Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Enero
1845Cuadro, recibos, impreso
27Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta .Febrero
1845 Cuadro, recibos
28Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Marzo
1845 Cuadro, recibos
29 Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Abril 1845 Cuadro,
recibos
30Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Mayo
1845 Cuadro, recibos
31 Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Junio 1845 Cuadro,
recibos
32Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Julio
1845 Cuadro, recibos
33Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Agosto
1845 Cuadro, recibos
34Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Septiembre
1845 Cuadro, recibos
35Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Octubre
1845 Cuadro, recibos
36Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Noviembre
1845 Cuadro, recibos
37Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Diciembre
1845 Cuadro, recibos
38Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Enero
1848 Cuadro, recibos
39Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Febrero
1848 Cuadro, recibos
181Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
37 1Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Marzo
1848 Cuadro, recibos
2Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Abril
1848 Cuadro, recibos
3Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta . Mayo
1848 Cuadro, recibos
4Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuentas. Junio
1848 Cuadro, recibos
5Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuenta. Julio
1848 Cuadro, recibos
6Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuentas. Agosto
1848 Cuadro, recibos
7Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuentas. Septiembre
1848 Cuadro, recibos
8Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuentas. Octubre
1848 Cuadro, recibos
9Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuentas. Noviembre
1848 Cuadro, recibos
10Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuentas. Diciembre
1848 Cuadro, recibos, impreso
11Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuentas. Enero-Diciembre
1849-1853
12Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuentas. Enero-Diciembre
1850-1854 Foja escrita a lápiz
13Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuentas
1851-1855
14Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Cuentas de lo cobrado
1852-1853 Libreta
182 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
37 15Colegio San Gregorio y Hospital de Naturales. Honorarios
1854 Incompleto
16 Colegio San Gregorio e Iglesia. Egresos 1834 Incompleto,
roto
17 Colegio San Gregorio e Iglesia. Cuentas. Octubre 1853 Cuadro,
recibos
18 Colegio San Ignacio. México 1865-1866
19Colegio San Ignacio y San Francisco Javier. México. Querétaro
1867
20Colegio San Ildefonso. México, Actopan. Permiso por 11 meses
1816-1818
21 Colegio San Ildefonso. México. Mesa de Glosa 1827-1843 Roto
22 Colegio San Ildefonso. Ponencia 1829
Latín, cuadernillo
impreso
23 Colegio San Ildefonso. Cuentas 1831-1840
24 Colegio San Ildefonso. Cuentas 1831-1840
25 Colegio San Ildefonso. Auditoría 1832
26 Colegio San Ildefonso. Contaduría 1832-1841
27 Colegio San Ildefonso. Cuentas. Enero 1833-1840
28 Colegio San Ildefonso. Lista inquilinos 1834
38 1 Colegio San Ildefonso. Cuentas. Septiembre 1834-1840
2 Colegio San Ildefonso. Cuentas 1836-1843 Recibos,
cuadros
3 Colegio San Ildefonso. Mayordomía 1838-1847 Impreso
4 Colegio San Ildefonso. Lista de Vocales 1843
183Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
38 5 Colegio San Ildefonso. Admisión 1846
6 Colegio San Ildefonso. Admisión 1846-1847
7 Colegio San Ildefonso. Cuentas de Mayordomía 1848-1853
8 Colegio San Ildefonso. Admisión 1849-1850
9 Colegio San Ildefonso. Reglamento 1850
10 Colegio San Ildefonso. Matriculas 1850
11 Colegio San Ildefonso. Ponencia 1850
Latín y español,
cuadernillo impreso
12 Colegio San Ildefonso. Excepción de tiempo 1851
13 Colegio San Ildefonso. Cátedras 1851-1852
14 Colegio San Ildefonso. Invitación 1851 Impreso
15 Colegio San Ildefonso. Comisión 1852
16 Colegio San Ildefonso. Matriculas 1852
17 Colegio San Ildefonso. Nombramiento 1852
18 Colegio San Ildefonso. Comisiones 1852-1853
19 Colegio San Ildefonso. Nueva Cátedra 1852-1853 Impreso
20 Colegio San Ildefonso. Alumnos 1853-1864 Impreso
21 Colegio San Ildefonso. Ponencia 1854
Impreso, incompleto,
mutilado
22 Colegio San Ildefonso. Presupuesto 1854
23 Colegio San Ildefonso. Gastos 1855
184 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
38 24 Colegio San Ildefonso. Informe 1855
25 Colegio San Ildefonso. Informe 1854-1858
26 Colegio San Ildefonso. Beca 1855-1859
27 Colegio San Ildefonso. Informes 1858
28 Colegio San Ildefonso. Beca 1859
29 Colegio San Ildefonso. Beca 1859
30 Colegio San Ildefonso. Escrituras 1862
31 Colegio San Ildefonso. Nómina 1863-1864
32 Colegio San Ildefonso. Pago 1863-1864
33 Colegio San Ildefonso. Informe 1863-1865 Cuadros
34 Colegio San Ildefonso. Beca 1863-1864
35 Colegio San Ildefonso. Beca 1863-1865
36 Colegio San Ildefonso. Informe 1864
36 Colegio San Ildefonso. Excepción de tiempo 1864
37 Colegio San Ildefonso. Sueldo 1864
38 Colegio San Ildefonso. Sueldo 1864
39 Colegio San Ildefonso. Comisión 1864
40 Colegio San Ildefonso. Admisión 1864
41 Colegio San Ildefonso. Beca 1864
42 Colegio San Ildefonso. Factura 1864
43 Colegio San Ildefonso. Beca 1864
185Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
39 1 Colegio San Ildefonso. Nombramiento 1864
2 Colegio San Ildefonso. Sueldo
3 Colegio San Ildefonso. Beca 1864 Incompleto
4 Colegio San Ildefonso. Presupuesto 1864
5 Colegio San Ildefonso. Beca 1865 Impreso
6 Colegio San Ildefonso. Beca 1865
7 Colegio San Ildefonso. Beca 1865
8 Colegio San Ildefonso. Pérdidas de capital 1865
9 Colegio San Ildefonso. Jubilación 1865
10 Colegio San Ildefonso. Curso 1866
11 Colegio San Ildefonso. Beca 1866-1867
12 Colegio San Ildefonso. Matrículas 1867
13 Colegio San Ildefonso. Testamento 1867
14 Colegio San Ildefonso. Excepción, Matrícula 1867
15 Colegio San Juan de Letrán. Ofi cio 1818
16 Colegio San Juan de Letrán. Becas 1834
17Colegio San Juan de Letrán. Índice becas, Cátedras
1841-1846
18 Colegio San Juan de Letrán. Índice exp. 1841-1846
19 Colegio San Juan de Letrán. Cuentas 1842-1845
20 Colegio San Juan de Letrán. Acuerdo 1846
186 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
39 21 Colegio San Juan de Letrán. Contestación 1846
22 Colegio San Juan de Letrán. Certifi cación 1846-1847
23 Colegio San Juan de Letrán. Colegiaturas 1847 Libreta
24 Colegio San Juan de Letrán. Cuentas 1847-1848
25Colegio San Juan de Letrán. Extravío de documentos. Ejército Estados Unidos
1847-1848
26Colegio San Juan de Letrán. Documentos Extraviados. Ejército Estados Unidos
1848
27 Colegio San Juan de Letrán. Cuentas 1848 Carátula
28 Colegio San Juan de Letrán. Pagos 1848 Incompleto
29Colegio San Juan de Letrán. Cuentas. Estados Unidos
1848
30 Colegio San Juan de Letrán. Cuentas 1848-1852
31 Colegio San Juan de Letrán. Colegiaturas 1849 Libreta
32 Colegio San Juan de Letrán. Constancia 1849 Incompleto
33 Colegio San Juan de Letrán. Cuentas 1846-1850 Manchado
34 Colegio San Juan de Letrán. Informe 1849 Incompleto
35 Colegio San Juan de Letrán. Revisión 1850 Manchado
36 Colegio San Juan de Letrán. Revisión 1850
37 Colegio San Juan de Letrán. Cuentas 1850
38 Colegio San Juan de Letrán. Exención 1851
39 Colegio San Juan de Letrán. Presupuesto 1852
187Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
39 40 Colegio San Juan de Letrán. Pensión 1853
41 Colegio San Juan de Letrán. Misas 1854
42 Colegio San Juan de Letrán. Exención 1854
43 Colegio San Juan de Letrán. Licencia 1855
44 Colegio San Juan de Letrán. Pago nómina 1855
45 Colegio San Juan de Letrán. Comunicacion 1857
46 Colegio San Juan de Letrán. Recibos 1860
47 Colegio San Juan de Letrán. Corte de Caja 1862
48 Colegio San Juan de Letrán. Carta 1864
49 Colegio San Juan de Letrán. Solicitud 1864
50 Colegio San Juan de Letrán. Exención 1864-1865
51 Colegio San Juan de Letrán. Beca 1865
52 Colegio San Juan de Letrán. Examen 1865
53 Colegio San Juan de Letrán. Presupuesto 1865
54 Colegio San Juan de Letrán. Prof.-cátedras 1866
55 Colegio San Juan de Letrán. Beca 1866
56 Colegio San Juan de Letrán. Licencia 1866-1867
40 1Colegio San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Productos fi ncas
1845-1846 Libreta
2Colegio San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Productos fi ncas
1846-1847 Libreta
188 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
40 3Colegio San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Cuentas
1848-1849 Impreso, recibos
4Colegio de San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Productos fi ncas
1848-1849 Libreta
5Colegio de San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Productos fi ncas
1848-1849 Libreta
6Colegio de San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Cuentas
1850-1851 Libreta
7Colegio de San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Colegiaturas
1850-1851 Libreta
41 1Colegio de San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Cuentas
1851 Libreta
2Colegio de San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Catedrático interino
1852
3Colegio de San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Colegiaturas
1851-1852 Libreta
4Colegio de San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Colegiaturas
1852 Libreta
5Colegio de San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Cuentas
1853 Libreta
6Colegio de San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Cuentas
1854-1855 Libreta
189Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
42 1Colegio de San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Cuentas
1854 Libreta
2Colegio de San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Examen. Grado Filosofía
1859-1860
3
Colegio de San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Examen. Grado Bachiller Filosofía
1860
4Colegio de San Juan de Letrán y Comendadores Juristas de San Ramón. Obra de Ingenieros
1865
5Colegio San Juan de Letrán y Escuela de Medicina. Traslado libros
1855
6Colegio San Juan de Letrán y San Ildefonso. Decreto
1852
7Colegio de San Juan de Letrán y San Ildefonso. Circular
1865
8 Colegio de San Pedro y San Ildefonso. Pensión 1853
9Colegio de San Pedro, San Pablo y San Ildefonso. Cuentas fi ncas
1843-1844
Impresos, relaciones,
recibos, cuadros.
Libreta sin pasta
10Colegio de San Pedro, San Pablo y San Ildefonso. Cobro colegiaturas
1846Impreso, cuadros, recibos,
relaciones
11Colegio San Pedro y San Pablo y San Ildefonso. Relación cuentas
1846Libreta
sin pasta, mutilada
43 1Colegio San Pedro, San Pablo y San Ildefonso. Cuentas Fincas
1847-1849Libreta en
piel, impreso, recibos,
relaciones
190 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
43 2Colegio San Pedro, San Pablo y San Ildefonso. Cuentas
1848 Libreta en piel
3Colegio San Pedro, San Pablo y San Ildefonso. Cuentas Cargo y Data
1849 Libreta en piel
4Colegio San Pedro. Comprobante arrendamiento
1858 Incompleto
5 Colegio San Pedro, San Pablo. Cuentas [57] Incompleto
44 1 Colegio Santiago Tlatelolco. Servidumbre 1826-1827
2 Colegio Santiago Tlatelolco. Recibos [1857] Incompleto
3 Colegio Santiago Tlatelolco. Honorarios 1858
4 Colegio Santiago Tlatelolco. Certifi cación 1859 Impresos
5 Colegio Santiago Tlatelolco. Honorarios 1860
6 Colegio de Santos. Cuentas 1833-1834
Relación, cuadro, recibos
7 Colegio Seminario Conciliar. Beca 1822
8Colegio Seminario Conciliar de México. Guerra 47
1848
9 Colegio Seminario de México. Ofi cio 1848
10Colegio Seminario Conciliar de México. Nota 28 abril
1848
11 Colegio Seminario. Adeudo pensión 1848
12 Colegio Seminario de México. Pensión 1848
13 Colegio Seminario. Réditos vencidos 1848
191Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
44 14Colegio Seminario Conciliar de México. Defunción
1848
15 Colegio Seminario de México. Pensión 1848
16 Colegio Seminario de México. Adeudo pensión 1848
17Colegio Seminario de México. Adeudo pensiones
1848
18Colegio Seminario Conciliar de México. Mensualidades
1848
19 Colegio Seminario. Numerarios 1848-1849 Libreta
20 Colegio Seminario. Capital 1851
21Colegio Seminario Conciliar de México. Venta
1851
22Colegio Seminario Conciliar de México. Deudas
1851 Libreta
23 Colegio Seminario. Decreto 1852
24Colegio Seminario Conciliar de México. Libro de caja
1852-1853 Libreta con hojas limpias
25 Colegio Seminario Conciliar. Gravamen 1853
26 Colegio Seminario. Becas 185327 Colegio Seminario. Pagos 1854
28 Colegio Seminario. Mensualidades 1857
29Colegio Seminario Conciliar de Puebla. Escritura
1857
30 Colegio Seminario. Cuentas 1857-1858 Libreta
192 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
44 31Colegio Seminario Conciliar de México. Exención
1858
32 Colegio Seminario. Merced aguas 1858
33Colegio Seminario Tridentino de México. Eximir
1858
34 Colegio Seminario. Escritura 1858-1860
35 Colegio Seminario. Beca 1859
36 Colegio Seminario. Pensión 1859
37Colegio Seminario. Contrato de arrendamiento
1860
38 Colegio Seminario.Cuentas 1859-1860 Libreta
39 Colegio Seminario Conciliar. Prórroga 1860
40 Colegio Seminario. Adeudo 1860
41 Colegio Seminario. Pensión 1860
42 Colegio Seminario. Adeudo 1860
43 Colegio Seminario. Pago colegiatura 1860
44Colegio Seminario Conciliar de México. Exención tiempo
1860 Manchado
45 Colegio Seminario. Adeudo 1860
46 Colegio Seminario. Bienes Nacionalizados 1865
193Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
44 47Colegio Seminario Conciliar de México. Material. Clases
1865
48 Colegio Seminario. Licencia 1867
49 Colegio Seminario. Beca Sin fecha
45 1 Colegio Seminario Conciliar de México. Beca Sin fecha
2 Colegio Seminario Conciliar de México. Beca Sin fecha
3 Colegio Seminario Pontifi cio. Beca Sin fecha
4 Colegio Seminario Pontifi cio. Beca Sin fecha
5 Colegio Seminario Pontifi cio. Academia Sin fecha
6 Colegio Seminario. Epidemia sarampión 1825-1826
7 Colegio Tepozotlán. Laboral 1835
8 Colegio Tepozotlán. Abusos autoridad 1845 Mutilado
9 Colegio Tepozotlán. Arzobispo de México 1866
10 Colegio Tridentino. Fundación en Sonora 1837 Polilla
11 Colegio Tridentino. Pensión 1848
12 Colegio Seminario Tridentino. Libro Data 1851
Libreta, recibos,
impresos, cuadros,
relaciones
46 1 Colegio Tridentino. Libro Data 1852
Libreta, recibos,
impresos, cuadros,
relaciones
2 Colegio Tridentino. Libro Data 1856-1857 Libreta
194 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
46 3 Colegio Tridentino. Adeudo réditos 1860
4 Colegio Tridentino. Beca Sin fecha5 Colegio Tridentino. Beca Sin fecha
47 1 Colegio Nacional, Jalapa. Rentas 1866
2 Colegio Nacional, Jalapa. Cuentas 1866 Cuadros
3 Colegio Imperial Orizaba. Administración Rentas 1866 Cuadros,
relaciones4 Colegios. Certifi cación 1831 Incompleto
5 Colegios. Pagos mensuales 1835
6 Colegios. Egresos 1837 Incompleto, mutilado
7 Colegios. Egresos Coliseo 1837 Incompleto, mutilado
8 Colegios. Circular Banco Nacional 1837-1840
9 Colegios. Ramo Indiferente 1841-1846
10 Colegios. Egresos de colegiaturas 1842 Libreta sin
pasta
11Colegios. Memoria del Ministerio de Justicia de Instrucción Pública e Industria
1844-1845 Impreso
12 Colegios. Dirección General de Estudios 1844-1846
13 Colegios. Colegios Nacionales 1845
Cuadro estadístico, maltratado
impreso
14 Colegios. Republica Mexicana
Cuadros estadísticos, maltratado impreso, mutilado
15 Colegios. Exención materia 1846-1847
16 Colegios. Secretaría Dirección de Estudios 1843-1853 Libreta sin
pasta
195Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Núm. caja
Núm. exp. Nombre del expediente Periodo Observaciones
47 17 Colegios. Empleados de Instrucción Pública 1849 Libreta
18 Colegios. Epidemia 1850
19Colegios. Dirección de Estudios del Distrito Federal
1850-1851 Cuadro, relaciones
20 Colegios. Índice expedientes 1850-1853 Incompleto,
maltratado
21 Colegios. Libro Texto 1852-1855
22 Colegios. Comisión 1852
23 Colegios. Rectores de los Colegios Nacionales, 1852
24 Colegios. Tesorería 1853
48 1 Colegios. Práctica foránea 1851
2 Colegios. Agente San Luis Potosí 1851-1855
3 Colegios. Circular núm. 8 1855 Impresos
4 Colegios. Rep. Mexicana. Circula núm. 9 1855
5 Colegios. Nombramiento 1855
6 Colegios. Rep. Mexicana. Rectores 1855-1856 Folleto
impreso
7 Colegios. Pidiendo lista alumnos 1860 Relación
8 Colegios. Beca 1861-18649 Colegios. Actas Sesiones 1863
10 Colegios. Ordenes de pago 1864
11 Colegios. Beca 1865 Impreso12 Colegios. Ley 1865
13 Colegios. Cuentas 1865-1866Impreso, cuadro, relación, recibos
14 Colegios. Medallas de premios 1865
15Colegios. Establecimientos enseñanza
1865
196 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
197Legajos, número 7, enero-marzo 2011
Visitas guiadas en el AGN
CONOCE EL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN
Las visitas están dirigidas a diversos grupos a través de un recorrido en el que se explica la arquitectura e historia del edifi cio; la historia del Archivo, los docu-mentos que resguarda y los servicios que proporciona
la institución.
¡Maestro, agenda tu visita!¡Comunícate con nosotros!
51 33 99 00 ext. 19329Fax: 57 89 52 96
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198 Legajos, número 7, enero-marzo 2011
NORMAS PARA LA ENTREGA DE ORIGINALES
1. Sólo se recibirán materiales inéditos
2. El envío de colaboraciones deberá hacerse cumpliendo debidamente cada uno de los siguientes puntos:
a. Los trabajos deberán presentarse a doble espacio, con fuente ARIAL de 12 puntos, en versión word para windows, sin sobrepasar las 30 cuartillas incluyendo notas, cuadros, gráfi cos, mapas, apéndices y bi-bliografía.
b. Sólo se aceptarán trabajos escritos en español.c. Las ilustraciones, gráfi cas, cuadros y tablas se numerarán de modo
consecutivo. Se indicará su lugar de ubicación en el texto. Deberán incluirse en archivo por separado en formato “imagen” (tiff o jpg a 300 dpi).
d. El manuscrito irá precedido de una página con los datos del autor(es), fi liación académica, dirección profesional, teléfono de contacto y di-rección de correo electrónico.
e. Deberá incluirse un resumen no mayor a 150 palabras.f. Deberá enviarse en forma electrónica a la dirección: [email protected]
3. Notas al pie de página
a. Las referencias aparecerán de manera resumida.b. Para libros deberá seguirse el siguiente modelo: Apellidos seguidos por una coma, título resumido en itálica seguido
por una coma, p. o pp. seguido por el número(s) de página(s). Ejemplo: Sierra, Evolución política, p. 34.c. Para artículos o capítulos de libros deberá seguirse el siguiente mo-
delo: Apellidos seguidos por una coma, título resumido entre comi-
llas seguido por una coma, p. o pp. seguido por el número(s) de página(s).
Ejemplo: John Tutino, “Soberanía quebrada”, p. 34.d. Las referencias de diferentes autores se separarán con un punto y
coma.
199Legajos, número 7, enero-marzo 2011
4. Siglas y bibliografía
a. Se incluirán sólo los libros o artículos citados en el texto, así como las siglas a los archivos a los que se hace referencia.
b. Las referencias bibliográfi cas se presentarán después de las siglas, en orden alfabético.
c. Deberá seguirse el siguiente modelo:
Libros Apellidos, nombre(s), título en itálica, lugar de edición, editorial, año
de edición. Capítulo en libro Apellidos, “título”, en autor(es) compilación o edición nombre y
apellido, título resumido en itálica, páginas del capítulo. Artículo Apellido, nombre(s), “título artículo”, en nombre de revista en itáli-
ca, vol., número, año, páginas.
5. Citas
Las transcripciones de más de seis líneas de texto se incluirán en párrafo aparte, con un margen igual al de la sangría izquierda, sin comillas, a es-pacio sencillo.
6. No se aceptarán contribuciones que no cumplan con los requisitos.
7. En un plazo no mayor de 15 días Legajos confi rmará la recepción de la colaboración. Todos los artículos serán sometidos a una evaluación de dos dictaminadores anónimos y la aprobación del Comité Editorial, quien además se reserva el derecho de solicitar modifi caciones o de re-chazar las contribuciones. En un plazo no mayor a seis meses se notifi -cará a los autores la decisión de publicación.
8. El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva de los autores y no re fl ejan en modo alguno el punto de vista de Legajos o del Archivo General de la Nación.
Legajos Boletín del Archivo General de la Nación, 7a época, núm. 7,se terminó de imprimir en diciembre de 2010
en Letra Impresa, S.A. de C.V.Se tiraron 1000 ejemplares.