Buena Sangre y Hábitos Españoles Repensando a Alonso de Silva y Diego de Torres

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    Buena sangre y hbitos

    espaoles: repensando aAlonso de Silva y Diego de Torres*

    Good Blood and Spanish Habits: Rethinking

    Alonso de Silva and Diego de Torres

    **Georgetown University

    Washington, Estados Unidos

    * Traduccin de Mercedes Lpez.

    ** [email protected]

    Artculo de investigacin.

    Recepcin: de enero de . Aprobacin: de marzo de .

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    Este artculo explora la frontera porosa entre mestizos e indgenas en el Nuevo

    Reino de Granada durante el siglo , interrogndose sobre cmo los mestizos

    aspirantes a los cacicazgos muiscas se presentaron a s mismos y cmo fueroncaracterizados por sus adversarios en la negociacin de sus relaciones con la

    corona espaola, los encomenderos locales y sus propios vasallos. La reflexin

    se centrar, en particular, en dos hombres: don Alonso de Silva, cacique de

    Tibasosa, y don Diego de Torres, cacique de Turmequ; ambos hijos de mujeres

    pertenecientes a lneas de sucesin de los cacicazgos muiscas, pero que fueron

    criados en hogares paternos espaoles. Las pretensiones de estos dos personajes

    sobre los cacicazgos contradecan las aspiraciones de otros mestizos de lite

    de su tiempo, quienes buscaban aceptacin en la sociedad espaola de Santafy Tunja. En contraste, los dos se describan sistemticamente a s mismos

    como candidatos privilegiados para lograr el estatus de miembros de la lite

    indgena, recurriendo a marcadores de identidad cristianos e ibricos.

    Palabras clave: mestizaje, cacicazgos muiscas, Colonia temprana, Santaf, Tunja.

    Tis article explores the porous border between mestizos and indigenous

    people in the sixteenth-century New Kingdom of Granada by inquiring intohow mestizo aspirants to Muisca cacicazgos presented themselves and were

    characterized by their adversaries in their negotiation of relationships with

    the Spanish Crown, local encomenderos, and their own subjects. Te reflection

    focuses particularly on two men: don Alonso de Silva, cacique of ibasosa

    and don Diego de orres, cacique of urmequ, both of whom were sons of

    women belonging to Muisca succession lines, but were raised in their Spanish

    paternal households, received an education befitting that of elite mestizos, and

    used their extensive command of legal literacy to achieve chiefly status. Teir

    aspirations ran counter to those of other elite mestizos of the time, who sought

    social acceptance in the Spanish society of Santaf and unja. In contrast,

    these two consistently described themselves as privileged candidates for elite

    indigenous status by resorting to markers of Christian and Iberian identity.

    Key words:mestizaje,Muisca cacicazgos,early Colonial period,Santaf, unja.

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    lo que significa ser mestizo en eltemprano periodo colonial? Ser mestizo otorgaba un deslumbranterango de diversas posibilidades, que dependan del gnero, el esta-

    tus social y el lugar de residencia, as como tambin de si uno haba sido re-conocido por un padre espaol. En la mayora de los casos, la documentacinhistrica disponible nos brinda rutas de acceso para entender cmo otros,particularmente las autoridades judiciales y los testigos de elite, juzgaban ellugar de los mestizos en la sociedad; pocos mestizos lograron hablar por smismos en el registro histrico del temprano periodo colonial en el NuevoReino de Granada. Por esta razn, el caso de don Diego de Torres, caciquede Turmequ, y don Alonso de Silva, cacique de Tibasosa, hombres que en

    la dcada de aspiraron a puestos dentro de la jerarqua poltica indge-na, abre una importante ventana hacia la naturaleza del mestizaje colonial.Sabemos sobre ellos a travs de los voluminosos registros que dejaron enBogot y Sevilla, como consecuencia de su lucha en defensa de sus cacicazgoscontra los encomenderos que efectivamente les impidieron asumir el cargo.Ambos hombres tenan padres conquistadores y ambos descendan de lneasde sucesin a los cacicazgos por parte de sus madres, lo que les permiticompetir por posiciones de mando que entre los muiscas se heredaban porla lnea materna. Los dos hombres compitieron contra otros postulantes

    nativos, algunos de los cuales haban servido como regentes antes de queSilva y Torres alcanzaran la edad legal requerida, y que disfrutaban del apoyode los encomenderos locales.

    Precisamente por su estatus de mestizos, Torres y Silva sistemticamentese imaginaron a s mismos como candidatos excepcionales para ocupar loscacicazgos. De manera repetida, ellos acentuaban la propicia convergenciaentre sus ancestros cristianos e ibricos y sus nobles linajes nativos. Se pro-yectaron conscientemente a s mismos como un muy privilegiado tipo deactor poltico que podra servir mejor a su comunidad nativa por ser letradoy cosmopolita, a la vez que versado en las complejidades del sistema legalcolonial, con fluidez tanto en espaol como en muisca; un sucesor legtimode los caciques que lo antecedieron, y un ferviente y piadoso catlico. En

    . Archivo General de la Nacin (), Bogot. Seccin Colonia, Fondo Caciquese Indios, legajo , doc. , ff. r.-r.; , Bogot. S. Colonia, F. Caciques eIndios, leg. , doc. y ; , Bogot. S. Colonia, F. Encomiendas, leg. , doc.; ver tambin Archivo General de Indias (), Sevilla. Escribana A-B,

    A-B, A-B, C y A-B.

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    otras palabras, defendieron fervientemente su condicin de mestizos comoalgo deseable y de ese modo desafiaron los estereotipos comunes sobre elmestizaje, tanto en el periodo colonial como entre los historiadores de hoy.

    La mayor parte de la investigacin acadmica sobre estos dos hombresacenta el lado indgena de su linaje, su estatus como caciques que defen-dieron a sus sbditos nativos. A pesar de que Ulises Rojas y Jorge Palaciosreconocen la descendencia mixta de Silva y Torres, estos historiadores tien-den a privilegiar su estatus y actividades como caciques sobre su condicinde mestizos, a pesar del hecho de que las dos caractersticas estaban nti-mamente entretejidas en las declaraciones hechas tanto por sus detractorescomo por ellos mismos. Otros autores, por ejemplo el crtico literario Luis

    Fernando Restrepo, van ms lejos al poner en primer plano su naturalezaindgena, como se discutir ms adelante.Pero tambin podemos ver a Silvay a Torres a travs de un lente diferente, como actores que buscaban ampliarlas posibilidades abiertas a los mestizos en la sociedad colonial, como hom-bres que vean la condicin de mestizo bajo una luz positiva. Lograron esteobjetivo a travs de la voluminosa documentacin emergida como fruto desus demandas, parte de ella narrada con su propia voz, y otra con la voz detestigos cuyo testimonio modelaron astutamente.

    Una cuidadosa atencin a las batallas legales libradas por estos dos caci-

    ques mestizos ofrece un saludable antdoto para la historiografa del mestiza-je en la Hispanoamrica colonial. En Mxico, categoras tales como indio,mulato y mestizo eran llamadas castas, lo que daba una cierta fijezaconceptual y denotaba un sistema cuyas bases se sustentaban en algo seme-jante a la clasificacin tnica o racial (a pesar de que se trataba de un sistemaque permita formas especficas de movilidad a travs de sus categoras).Sin

    . Jorge Palacios Preciado, El cacique de Tibasosa: Don Alonso de Silva, Revista

    Memoria(jul.-dic., ): -. Luis Fernando Restrepo, Narrating ColonialInterventions: Don Diego de Torres, Caciqueof Turmequ in the New Kingdomof Granada, Colonialism Past and Present: Reading and Writing about ColonialLatin America oday, eds. lvaro Flix Bolaos y Gustavo Verdesio (Albany: Press, ) -. Ulises Rojas, El cacique de urmequ y su poca(Tunja: Imprenta Departamental de Boyac, ).

    . Robert Douglas Cope, Te Limits of Racial Domination: Plebeian Society inColonial Mexico City, -(Madison: University of Wisconsin Press,). En este texto, R. Douglas Cope define el sistema de castas como unaorganizacin jerrquica de grupos raciales clasificados de acuerdo a su

    proporcin de sangre espaola.

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    embargo, casta no fue empleada como una categora general para nombrartales grupos en la documentacin que ha sido consultada, para la presenteinvestigacin, sobre el Nuevo Reino durante el primer siglo de dominacin

    espaola, aunque el trmino haga su aparicin en el siglo .En su lu-gar, vemos un conjunto flexible de designaciones socio-raciales usadas en lacolonia temprana, cuya aplicacin es enormemente fluida, y que no llegarona juntarse en lo que pudiramos llamar un sistema.

    No debemos asumir que los habitantes del Nuevo Reino en el siglo negociaban su mundo social a travs de desde la perspectiva de la casta.En su lugar, ellos cuestionaban lo que constitua un mestizo o un mulato,no solo porque el estatus individual de una persona estaba en juego sino

    tambin porque las categoras no eran totalmente claras para nadie. Lo quenos dicen sus experiencias es que el resultado final del proceso de clasifi-cacin etiquetar a alguien como mestizo es quizs menos interesanteque el proceso mismo de clasificacin. Los caciques mestizos de Tibasosa yTurmequ nos ofrecen una imagen particularmente vvida de este proceso.

    Presentacin de Alonso de Silva y Diego de Torres

    Don Alonso de Silva fue el hijo ilegtimo de Francisco Gonzlez deSilva, un conquistador portugus, y doa Juana Sirita, la hermana mayor

    del cacique de Tibasosa.Alonso de Silva fue descrito por un observadorcomo muy llano e noble () manebo muy ynclinado e allegado a muchavirtud, una serie de adjetivos que los espaoles del periodo raramenteusaban para describir a los mestizos.El testigo visit la casa de Silva, unaresidencia donde se deca que el cacique frecuentemente reciba invitadosy donde guardaba dos caballos y un clavicordio.A una edad temprana, elheredero del cacicazgo de Tibasosa fue enviado por su padre a Santaf, lasede administrativa de la Audiencia, donde sirvi como secretario de losnotarios Diego de Robles, Juan de Albiz y Francisco lvarez de Villareal, yas entr en contacto con una amplia franja de la elite colonial que llegaraa serle til en su cruzada legal.Silva fue miembro de la ciudad letrada

    . Jaime Jaramillo Uribe, Ensayos sobre historia social colombiana(Bogot:Universidad Nacional de Colombia, ) -.

    . Raimundo Rivas, Los fundadores de Bogot, vol. (Bogot: Editorial Selecta /Juan Casis, ) -.

    . , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , doc. , f. r.. , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , doc. , f. v.

    . , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , doc. , f. r.

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    santaferea, caracterizada por ngel Rama como un edificio barroco de-dicado a una misin civilizadora en la cual las prcticas arquitectnicas,administrativas, polticas y sociales se consolidaron y organizaron en rela-

    cin con una ideologa fundamentada en la primaca de la palabra escritay el poder de la pluma ejercido al servicio del imperio.El asediado caciquede Tibasosa permaneci en la burocracia colonial durante todo el tiempoque dur la disputa sobre su cacicazgo, ya que de all provena su sustento.A pesar de que su trabajo diario interfera con la continua gestin de la do-cumentacin proveniente del proceso judicial, hay ms de mil folios solo enlos archivos bogotanos. En , Silva intent sin xito comprar el oficio deuno de los notarios para quien haba trabajado, probablemente porque no

    tuvo evidencia para demostrar que su nacimiento haba sido legitimado.

    El compaero de lucha de Silva, don Diego de Torres, era el hijo del con-quistador y miembro de la nobleza menor Juan de Torres y de doa Catalinade Moyachoque, la hermana mayor del cacique de Turmequ.Fue criadopor sus progenitores en su hogar paterno en Tunja, donde luego estudi enuna escuela para los hijos mestizos de los espaoles bien posicionados, paraluego tomar clases de religin, moral y gramtica en el convento dominicode la ciudad.Este ltimo no era nada que se pareciera a las escuelas orga-nizadas para los hijos de los caciques; ofreca entrenamiento en ejercicios

    devocionales, hbitos de buena lectura, doctrina cristina, aritmtica y m-sica.Sus estudios de moral y gramtica fueron ms de la esfera de la eliteespaola que de la nobleza indgena: a esta ltima pertenecan las reasde estudio que la administracin colonial tema que condujeran a la gentenativa hacia la hereja.

    . ngel Rama, La ciudad letrada(Montevideo: Comisin Uruguaya ProFundacin Internacional ngel Rama, ).

    . , Sevilla. Santaf , r. , n. -. , Bogot. S. Colonia, F. Empleados

    Pblicos de Cundinamarca, leg. , ff. -. , Bogot. S. Colonia, F.Empleados Pblicos de Cundinamarca, leg. , ff. -. , Bogot. S.Notaras, F. Notara Primera, vol. , f. v. , Bogot. S. Notaras, F. NotaraPrimera, vol. a, f. v. , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. ,doc. , ff. r.-v.

    . Rivas -.. Rojas -.. Robert D. Wood, S.M., each Tem Good Customs: Colonial Indian Education

    and Acculturation in the Andes(Culver City, California: Labyrinthos, ).. Renn Silva, Saber, cultura y sociedad en el Nuevo Reino de Granada, siglos y

    (Bogot: Centro de Investigaciones, Universidad Pedaggica Nacional, ).

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    Como su contraparte peruana, el Inca Garcilaso de la Vega, se dice queTorres hablaba con fluidez la lengua de su madre, en este caso la lenguamuisca.Mantena una residencia en Turmequ, aunque no es claro qu

    tan frecuentemente viva all, dado que los pleitos empezaron poco despusde recibir el ttulo del cacicazgo, por lo que finalmente se le prohibi visitarTurmequ y sus aposentos fueron desmantelados. Torres, experimentadoarquero, paladn de justas y jinete un verdadero caballero, estaba qui-zs ms familiarizado con las mesas de la elite de Santaf que con la vidacotidiana en un pueblo muisca. Era un hombre que sin duda pasaba mstiempo escribiendo en espaol educado y leyendo los libros ms influyentesde su tiempo que conversando en su lengua materna.El registro legal hace

    un vvido retrato de don Diego como un europeizado miembro de la elitecolonial. Apenas en sus veintes, cuando viaj a Espaa para presionar enfavor de sus demandas despus de perder su batalla legal en Santaf, donDiego se mova en un selecto crculo de nobles indgenas expatriados re-sidentes en Madrid.Durante su segundo viaje a la Pennsula, se cas conJuana de Oropesa, una espaola, y muri en , dejando tres hijos (decuyo destino nada sabemos).

    Actores mestizos en un sistema colonial

    Torres y Silva fueron enrgicos oponentes del sistema de encomien-das y denunciaron los numerosos abusos cometidos por los encomenderosde Tunja, que extraan pagos exorbitantes de una poblacin cuya base ha-ba sido diezmada por la viruelas, y que mantena un cuerpo de mestizos,mulatos y ladinos que intimidaba a los tributarios indgenas. Los caciquesdenunciaban la continua explotacin de los nativos como mano de obrapara los encomenderos de Santaf y Tunja, la falta de instruccin doctrinalefectiva en las comunidades indgenas, la presencia continua e inquietantede capataces no indgenas y de esclavos en los pueblos nativos, y la inva-sin de los encomenderos a tierras indgenas con el objetivo de ampliar sushaciendas. Denunciaban los fraudes masivos en la recoleccin de tributosque beneficiaban a los encomenderos, que forzaban a los caciques a pagartributos por sbditos que ya no vivan en sus comunidades. Se quejaban

    . , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , ff. v.-r.. , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , f. r.. Rojas .

    . , Sevilla. Indiferente , L. , f. v.

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    de la alianza entre espaoles e indios ladinos, asociados en el saqueo de losindgenas. Alertaban al Rey acerca del reclutamiento forzoso de mujeresindgenas como amas de leche, obligndolas a dejar sin cuidado maternal

    a sus propios infantes.

    En el curso de sus dos dcadas de lucha, los dos caciques se enfrentarona un doble desafo. Por una parte, se esforzaron por exponer los abusosdesmedidos de los encomenderos de Tunja. Por otra, como resultado deestas denuncias, se vieron obligados a defender su legalidad como seoreshereditarios en contra de los cargos formulados por los encomenderos, quealegaban su ilegitimidad por ser de descendencia mixta. El reto legal plan-teado por Torres y Silva fue respondido por el encomendero de Turmequ,

    Pedro de Torres (medio hermano de don Diego, nacido en Espaa antes deque su padre se uniera a Jimnez de Quesada en la conquista de Santa Martay el Nuevo Reino), y por el encomendero de Tibasosa, Miguel Holgun (aquien haba pasado la encomienda de Tibasosa despus de haber quedadovacante a la muerte de don Francisco Gonzlez de Silva, padre de don Alon-so). Los dos espaoles unieron fuerzas, convocando una serie de testigoseuropeos e indgenas para exponer los peligros de permitir a los mestizosocupar posiciones de mando en las comunidades nativas. Es decir, esperabansilenciar a los dos caciques enfatizando que eran forasteros traicioneros, que

    por su condicin de mestizos letrados presentaban una doble amenaza a laintegridad de la comunidad nativa. Juan de Leuro, un vecino de la ciudadde Ibagu, ofreci el siguiente argumento contra Silva y Torres: A su juiziode este testigo no conbiene que aya caiques mestizos en este reino () Dixoque ser los caiques yndios entenderan mejor lo que conbiene los yndios leobedeseran mejor que no a ningun mestizo e tanvien por que los trataranmejor e no ternan tantas letras como los mestizos.Lo que resultaba pe-ligroso de los mestizos letrados era el hecho de que tenan un gran accesoa la ley y podan defenderse mejor a s mismos, que es precisamente lo queSilva y Torres hicieron.

    Los dos aspirantes al mando no fueron los nicos caciques mestizos enlas comunidades nativas en las provincias de Santaf y Tunja. He encontradoalgunos otros en los documentos de archivo, aunque hubo sin duda muchos

    . , Sevi lla. Patronato , r. .

    . , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , doc. , ff. r.-v.

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    ms.Estos hombres podan ser elegidos para ocupar posiciones de mandoy eran generalmente aceptados, tanto por sus sbditos como por las auto-ridades espaolas, porque los cacicazgos se heredaban matrilinealmente y

    la posicin pasaba de un oficial en ejercicio al hijo de su hermana mayor.Muchos de los casos de descendencia mezclada involucraban un padre es-paol y una madre indgena, as que, como consecuencia, la mayora de loscaciques mestizos pudo establecer una clara lnea de sucesin al mando atravs de la lnea materna. Esta fue la reivindicacin genealgica hecha pordon Alonso y don Diego. Sin embargo, no fue su condicin mestiza en s, sinosus estridentes condenas a los abusos cometidos por los encomenderos lasque condujeron a los grandes de Tunja a oponerse a su asenso como caciques,

    a pesar del hecho de que ambos haban recibido confirmacin de su estatusa travs de decretos reales emanados de Espaa. Ser de descendencia mixta(y el estatus de ilegitimidad del nacimiento que frecuentemente acompaabaesa condicin) ofreca un ventajoso argumento en contra de los dos caciques,cuya presin sobre los encomenderos era pblica, vigorosa y exasperante.

    Las historias de don Diego y don Alonso son sumamente atractivas enparte porque hay mucha informacin sobre estos dos hombres, mucha de lacual est en sus propias palabras, gracias a su educacin y a la experiencianotarial de Silva. Al igual que otros mestizos en Mxico y Per, que pudieron

    reclamar su estatus de elite, tanto por el lado materno como por el paterno,Torres y Silva efectivamente se movan entre identidades, dependiendo delcontexto en el cual se encontraran. El crtico literario peruano AntonioCornejo afirma lo mismo sobre el autor e hijo de la realeza inca, GarcilasoInca de la Vega:

    Hasta me atrevera a afirmar que el mismo Garcilaso vivi su mes-tizaje de muy diversas formas: a veces como legitimacin doblementenobiliaria y a veces como marginacin social compartida colectivamentecon los indios, los mestizos y los criollos despreciados por los espaolespeninsulares; a veces como realizacin casi hmnica del armonismoneoplatnico y a veces como tragedia incurable.

    . , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , doc. , ff. -. ,Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , doc. , ff. -. , Bogot.S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , doc. , ff. -. , Bogot. S. Colonia,F. Caciques e Indios, leg. , doc. , ff. -.

    . Antonio Cornejo Polar et l., Cinco preguntas en torno a Garcilaso, Literaturas

    Andinas (): .

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    Cuando encontramos a don Alonso de Silva sentado en su escritoriosecretarial, su ascendencia mixta pasa inadvertida en la documentacin,mientras que su doble reivindicacin de nobleza pasa a primer plano en la

    disputa sobre la legitimidad de su ttulo de cacicazgo. Silva rechazaba hacerde su mestizaje un asunto pblico en su vida cotidiana, no mostrando losmarcadores conversacionales que iran contra la premisa hegemnica deque l era espaol, a pesar de que nunca se identific a s mismo como tal.Silva parece haberse cuidado en contextos profesionales de no presentar suascendencia mixta en el registro legal, y su clasificacin como mestizo fuecortsmente ignorada en la documentacin a pesar de que no sabemossi fue igualmente ignorada en las interacciones sociales cotidianas propias

    del oficio de notario.Sin embargo, la disyuntiva que enfrentaron los dos caciques no fuesimplemente entre ser mestizo versus ser sin marca. Esto es lo que hacetan fascinante al mestizaje colonial. Existan mltiples maneras en que Silva,Torres y sus oponentes emplearon la etiqueta de mestizo, y as confundieronnuestras interpretaciones del trmino en el siglo . En los registros delcaso de los caciques se despliegan los descalificativos usuales usados porlos encomenderos: los mestizos son descritos como deshonestos y como elproducto de uniones ilegtimas. Pero estos insultos tuvieron que enfren-

    tarse con las novedosas reivindicaciones hechas por los dos pretendientesa caciques, que nunca accedieron a utilizar la etiqueta de mestizo, sinoque encontraron otras maneras de describir su ascendencia mixta. En susescritos, distraen la atencin de sus madres indgenas y la atraen hacia sulinaje espaol, identificndose como hijos de espaoles y comprometin-dose activamente con la sincdoque de una lnea de sangre cristiana, parareposicionar sus antecedentes mixtos en su propia ventaja. Sus oponentesencomenderos tambin emplearon smbolos cristianos para denigrar de losaspirantes a caciques, utilizando referencias (claramente ficticias) a su usode trajes rituales indgenas y formas de adornos corporales ceremoniales,en un esfuerzo por pintar a don Diego y don Alonso como idlatras.

    Qu defina a un mestizo en el temprano periodo colonial? Linaje,color, atuendo, prcticas culturales y lenguaje, todo entra en juego en laauto-representacin y en las representaciones hechas por los otros. En elcontexto rural del siglo , la vasta mayora de la poblacin era de indios

    . Judith Butler, Bodies that Matter: On the Discursive Limits of Sex(New York:

    Routledge, ) .

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    chontales, gente que no hablaba o comprenda espaol; en tiempos de Silvay Torres, muchos de ellos an no se haban convertido al cristianismo. Enmedio de ellos, vivan los indios ladinos indios hablantes del espaol,

    algunos de ellos miembros de comunidades, pero muchos forasteros al ser-vicio de los encomenderos que provenan de otros pueblos en la regin, oincluso de lugares tan lejanos como Nicaragua o Per. En la periferia delrepartimiento, haba manos mestizas y mulatas contratadas trabajadores,vaqueros, capataces, y esclavos africanos trabajando en estancias espa-olas. Durante el transcurso de una disputa, Torres y Silva entraron endesacuerdo con los indios ladinos, sealndolos como culpables de robar,abusar fsicamente y hacer trabajar en exceso a la mano de obra nativa.

    Ciertamente, los dos caciques, urbanos y hablantes de espaol, corran unriesgo al sealar a los hispanohablantes de bajo estatus que compartan elpaisaje con los tributarios indgenas de Tibasosa y Turmequ, ya que era supropia condicin de bilingismo y adherencia a las costumbres europeaslo que, segn ellos mismos argumentaban, los haca candidatos perfectospara el puesto de cacique.

    Tomando prestadas (y parafraseando) las recomendaciones de JudithButler sobre cmo aproximarse al proceso de salir del armario, podramospreguntarnos lo siguiente acerca de Diego de Torres y Alonso de Silva:

    Para quin es [la etiqueta de mestizo] una opcin histricamentedisponible y quin puede costearla? Existe un carcter de clase queno est marcado [con el cul identificarse uno mismo como mestizo]?Quin es representado por cul trmino y quin es excluido? Paraquin [ser mestizo] presenta un conflicto imposible entre afiliacin ra-cial, tnica o religiosa, y polticas sexuales? Qu tipo de polticas sonposibilitadas por qu tipos de usos y cules son escondidas o borradasde la vista?

    Las ambivalencias e ironas del estatus de mestizo de lite en el tempranoperiodo colonial se cristalizan en las vidas de Silva y Torres. Como muchosde sus hermanos, son figuras difciles de ubicar. Dada su crianza espaolay su clasificacin como mestizos, sus acciones no pueden interpretarse dela misma manera que aquellas realizadas por actores indgenas, a pesar deque ciertamente hablaban en nombre de la poblacin nativa y estaban fami-liarizados con la cultura muisca. Aunque pertenecan al prspero mundo

    . Butler .

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    de los encomenderos, como hijos de un linaje mixto no eran totalmentebienvenidos all tampoco. Luis Fernando Restrepo insiste en que el mismodon Diego con frecuencia se distanciaba de sus sbditos, al mismo tiempo

    que buscaba protegerlos, refirindose a ellos en tercera persona como in-dios miserables. Pero algunas veces, observa Restrepo, Torres se incluaa s mismo como uno de los miserables, usando la forma de la primerapersona del plural nosotros, lo que hara de l mismo un indio. Esnotorio que el uso de la primera persona del plural citada por Restrepoaparezca solo en la documentacin producida a finales de la dcada de y de , cuando Torres estaba en Espaa, alejado de los encomenderos, laAudiencia y de sus sbditos indgenas. El registro de Bogot, que data de

    la temprana dcada de , se desenvuelve en una escala ms local, en unentorno en el cual los caciques pasaban dificultades para distinguirse de losdiversos actores, lo cual los condujo a distanciarse ms meticulosamente delas masas indgenas.La ambivalencia del mestizaje actu de manera dife-rente en diferentes etapas, as como tambin entre aquellos que pertenecana diferentes estratos sociales.

    El reto que enfrentaban los dos caciques era cmo negociar el estadoambiguo que ocupaban, cmo podran atraer la atencin hacia aquellascualidades ms deseables mientras alentaban a aquellos que los rodeaban a

    olvidar los estereotipos ms comunes asociados con los mestizos. Se vieronobligados a ubicarse aparte de sus sbditos, haciendo nfasis en su estatusde nobleza, pero, simultneamente, fueron forzados a distanciarse delicada-mente de aquellos plebeyos no indgenas, ya se tratara de mestizos o espao-les. As, terminaron haciendo de s mismos, esencialmente, sbditos sin unlugar en el mundo colonial, ya que su reivindicacin de ser a la vez europeosy muiscas nobles era bastante precaria. Su desarraigo los convirti en otrosinapropiados que no podan situarse claramente en ningn campo tnico;eran cruza-fronteras que se negaban a limitarse a una identidad nica, demodo que ponan en riesgo su autenticidad cuando sus cacicazgos fueronamenazados.Sin embargo, esta estrategia camalenica haca necesario que

    . Restrepo -.. Juan Felipe Hoyos Garca y Joanne Rappaport, El mestizaje en la poca

    colonial: un experimento documental a travs de los documentos de Diego deTorres y Alonso de Silva, caciques mestizos del siglo , Boletn de Historia yAntigedades. (): -.

    . T. Minh-ha Trinh,When the Moon Waxes Red: Representation, Gender and

    Cultural Politics(London: Routledge, ).

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    los dos hombres se aliaran firmemente con ponderosas facciones polticas,tanto en los crculos espaoles como indgenas.

    El lugar de los caciques mestizos: luchaspor reformar el Nuevo Reino de Granada

    Las batallas legales de Alonso de Silva y Diego de Torres tuvieron lugaren un contexto de intensas luchas de facciones en el Nuevo Reino, que esta-llaron justo despus de las Leyes Nuevas de , que trataron de reformarlos peores abusos del sistema de encomiendas, intentando ponerlas bajo elcontrol de la Corona. Mientras el poder de la Corona se introdujo efectiva-mente en Lima y Nueva Espaa, este proceso tom bastante ms tiempo en

    el Nuevo Reino.

    Cuando Andrs Venero de Leiva, el primer presidente dela Audiencia de Santaf, asumi su cargo en , confisc las encomiendasde los encomenderos abusivos, redistribuy las concesiones de tributos ylegisl sobre el uso justo de la mano de obra indgena. Sin embargo, no fuehasta que estas medidas tuvieron efecto.

    Venero encontr una estridente oposicin entre los grandes de Santaf yTunja, que enviaban a Madrid una constante corriente de quejas calumnio-sas. Esto provoc una serie de visitas que documentaron el abuso de la manode obra indgena en las minas de oro, los maltratos hacia los tributarios en

    Tunja y la enseanza aptica de la doctrina cristiana en los repartimientos.Venero fue, a su vez, sealado y acusado de una amplia gama de irregu-laridades que incluan transacciones econmicas sospechosas, procesosincompletos seguidos contra los mestizos rebeldes y la persecucin de suscrticos. Finalmente, fue removido de su cargo en sin haber logrado lasreformas que haba intentado implementar.

    Los caciques mestizos, cuya propia condenacin del sistema de enco-miendas haca eco de aquella de Venero, fueron ntimamente asociadoscon algunos de los amigos ms cercanos del presidente. Ms notablemente,fueron aliados de Aranza, miembro de la nobleza menor de Guipzcoa y

    . Diana Bonnett Vlez, Entre el inters personal y el establecimiento colonial:Factores de confrontacin y de conflicto en el Nuevo Reino de Granada entre y , Historia Crtica, edicin especial (): -. Juan Friede, Laconquista del territorio y el poblamiento, Nueva Historia de Colombia, vol. ,ed. Jaime Jaramillo Uribe (Bogot: Editorial Planeta, ) -.

    . Jess Mara Porro Gutirrez, Venero de Leiva. Gobernador y primer presidentede la Audiencia del Nuevo Reino de Granada(Valladolid: Universidad de

    Valladolid, ).

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    candidato para el cargo de notario despus de que Diego de Robles, el su-pervisor de Silva, dej vacante el cargo. Aranza represent a Silva duranteel proceso para asegurar su ttulo de cacique.Silva tambin vivi en la casa

    de Aranza en Santaf por un tiempo.El noble vasco tambin intercedipor el cacique de Turmequ, presionando a la Corona para cubrir los costosdel funeral y entierro de Torres cuando este muri en Espaa, en .

    El nombramiento del oidor de Lima, Juan Bautista de Monzn, parallevar a cabo una inspeccin de largo alcance en Santaf y Tunja, resucit laoposicin local de una dcada atrs hacia el infortunado Venero de Leiva.En su empresa, Monzn goz de limitada colaboracin de la Audiencia,que lo forz a despedir a algunos oidores. Sus investigaciones sobre las

    manipulaciones de los fondos del tesoro provocaron una rebelin de losencomenderos de Tunja y Mariquita. Fue acusado de complicidad con pro-minentes mestizos, tales como don Diego de Torres, que haba sido acusadode organizar un levantamiento armado. El visitador fue finalmente puestoen prisin en , junto con el cacique de Turmequ. Un segundo visitador,Juan Prieto de Orellana, asumi los deberes de Monzn y descubri el robode objetos y maltratos a los caciques durante la campaa de la Audienciapara extirpar idolatras, institucin que haba intentado erradicar santuariosque contenan ofrendas de oro. Prieto de Orellana concluy que las rdenes

    contenidas en visitas previas nunca haban sido implementadas, especial-mente aquellas concernientes a los pagos a los indgenas por sus servicios.Orden que los encomenderos cesaran de ocupar las tierras indgenas, abogpor la reduccin de la presencia de espaoles en las comunidades indgenasy prohibi que los sacerdotes cargaran tarifas exorbitantes por administrarlos sacramentos.Diego de Torres se hallaba en el ojo del huracn: el insti-gador de la inspeccin de Monzn, un aliado crucial y un co-conspiradorcontra la Audiencia.

    La presidencia interrumpida de Venero de Leiva y la cacera de brujascontra Monzn no son simplemente el teln de fondo de la historia de los doscaciques. Torres y Silva estaban ntimamente involucrados en las luchas defacciones que tenan lugar en Santaf. No eran espectadores inocentes sino

    . , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , doc. , f. r.. , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , doc. , ff. r.-v.. Rojas .. Esperanza Glvez Pial, La visita de Monzn y Prieto de Orellana al Nuevo

    Reino de Granada, vol. (Sevilla: Escuela de Estudios Hispano-Americanos

    de Sevilla, ).

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    actores polticos en toda regla, cuyas actividades tenan impacto directo en elejercicio de la autoridad y la administracin de las comunidades nativas en elNuevo Reino, as como tambin exacerbaban la problemtica relacin entre

    la Audiencia y la Corona. En este sentido, no podemos retratarlos dentro deltrillado marco de una lucha icnica entre vctimas indgenas y seoresespaoles. Tampoco podemos tomar sus alegatos como simplemente unaheroica defensa nativa contra malvolos colonialistas que buscaban privarlosde sus derechos de nacimiento. Por el contrario, Torres y Silva deben serentendidos como consumados insiders.La pregunta entonces se convierteen qu clase de insiderseran? Una mirada a las transformaciones crucialesa que fueron sometidos los cacicazgos muiscas en el tardo siglo ofrece

    una respuesta parcial a esta pregunta.

    Los cacicazgos muiscas del siglo

    Al tiempo de la invasin espaola, los cacicazgos muiscas eran estruc-turas piramidales, con territorios locales y grupos de parentesco llamadosutas, anidados en unidades polticas ms grandes, llamadas sybynen muisca(ms comnmente referidas en la documentacin con el trmino espaolcapitana) y dirigidas por un capitn, que heredaba su posicin matrili-nealmente del hermano de su madre.Las capitanas, a su vez, se reunan

    bajo la autoridad de los gobernantes que los espaoles llamaron caciques.Los seores hereditarios, dentro de cualquier unidad dada, estaban orga-nizados jerrquicamente, siguiendo un modelo en el cual los hermanosmayores ocupaban posiciones superiores a los hermanos menores. Al tiempode la llegada de los espaoles, algunos caciques haban consolidado su podersobre grupos de cacicazgos, incluyendo a los caciques de Bogot y Tunja,pero tambin a los caciques de Duitama y Sogamoso. Todas las unidadespolticas, desde las utaslocales a los cacicazgos regionales, estaban ancladasen ancestros comunes y santuarios.

    . Una persona que es reconocida y aceptada como un miembro del grupo. Notade la traductora.

    . Sylvia M. Broadbent, Los chibchas: organizacin socio-poltica (Bogot:Universidad Nacional de Colombia, ). Franois Correa Rubio, El sol delpoder: simbologa y poltica entre los muiscas del norte de los Andes (Bogot:Universidad Nacional de Colombia, ) cap. .

    . Carl Henrik Langebaek Rueda, Noticias de caciques muy mayores: origen ydesarrollo de sociedades complejas en el nororiente de Colombia y norte de

    Venezuela(Bogot / Medelln: Ediciones Uniandes / Editorial Universidad de

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    Despus de caer bajo el dominio espaol, los ms poderosos caciquescedieron parte del control sobre sus vastos territorios y su autoridad seredujo a las capitanas y cacicazgos, a pesar de que continuaban ejerciendo

    cierta influencia sobre los extensos territorios que una vez gobernaron. Estoes evidente en la disputa sobre el cacicazgo de Tibasosa, cuya designacindebera ser aprobada por el cacique de Sogamoso.A pesar de que las ca-pitanas fueron distribuidas entre los encomenderos, los administradorescoloniales no comprendan completamente lo que constitua un cacicazgo, ocmo funcionaban las jerarquas polticas muiscas, o qu capitanas estabansujetas a un cacique dado. Como resultado, las capitanas coloniales queda-ron sueltas de sus cacicazgos, lo que condujo a numerosas disputas sobre la

    afiliacin de los tributarios, una dificultad que se agrav con la prdida dehabitantes, debido a la enfermedad y a la inmensa movilidad de la poblacinindgena.Con el tiempo, muchos caciques se convirtieron al cristianismoy el culto a los ancestros centrado en la lite no fue ms la base principalpara gobernar. Sin embargo, no fue hasta la etapa tarda del siglo , quelos frailes lograron algn xito en la conversin de los indgenas del comn;esto es evidente en afirmaciones de en las afirmaciones de todos los testigosde los casos de Torres y Silva, muchos de los cuales no eran bautizados.

    En su reciente tesis de maestra, Santiago Muoz crea un argumento

    novedoso que expande nuestra comprensin de cmo el cacicazgo cambien el curso del siglo . Muoz sostiene que interpretaramos mejor la

    Antioquia, ). Marcela Quiroga, Las unidades sociopolticas muiscas en elsiglo , Los muiscas en los siglos y . Miradas desde la arqueologa, laantropologa y la historia,ed.Jorge Augusto Gamboa (Bogot: Universidad delos Andes, ) -. Juan A. Villamarn y Judith E. Villamarn, Kinshipand Inheritance among the Sabana de Bogot Chibcha at the Time of theSpanish Conquest, Ethnology. (): -.

    . , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , f. r.. J. Michael Francis, Poblacin, enfermedad y cambio demogrfico, -:

    demografa histrica de Tunja: Una mirada crtica, Fronteras de la Historia(): -.

    . Carl Henrik Langebaek Rueda, Resistencia indgena y transformacionesideolgicas entre los muiscas de los siglos y ,Concepciones de laConquista. Aproximaciones interdisciplinarias,ed. Felipe Castaeda andMatthias Vollet (Bogot: Editorial Uniandes, ) -. Mercedes LpezRodrguez, iempos para rezar y tiempos para trabajar: la cristianizacin delas comunidades indgenas muiscas durante el siglo (Bogot: Instituto

    Colombiano de Antropologa e Historia, ).

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    temprana encomienda colonial si la entendiramos no simplemente comoun vehculo para la explotacin europea de los indgenas, sino adems comoun arreglo simblico a travs del cual caciques y encomenderos entraron en

    relaciones recprocas de produccin e intercambio que no estaban totalmenteembebidas dentro del sistema monetario colonial, sino que tambin estabanlegitimadas por la ejecucin de rituales autctonos de reconocimiento de laautoridad cacical por parte del encomendero.Muoz basa su interpretacinen el juicio, en , al cacique de Ubaque, que haba convocado a los seoreshereditarios desde todas partes para acompaarlo prematuramente en susritos funerarios. El encomendero de Ubaque, Juan de Cspedes, presenciesta ceremonia, llamada un biohote, que se deca ofreca una oportunidad

    para recordar la historia y mirar hacia el futuro.

    Muoz razona que elbiohotefue un escenario en el cual el poder del cacique se legitimaba atravs de un rechazo ritualizado del cristianismo que tuvo lugar bajo el ojoaquiescente del encomendero.

    Para la dcada de , sin embargo, estos rituales eran duramente repri-midos y una creciente poblacin indgena empezaba a abrazar el cristianismoo, al menos, daba su consentimiento a las aguas y aceites del bautismo. Unnuevo cacique apareca en Ubaque en este momento, don Francisco, unbuen cristiano, casado con una mestiza (llamada en los documentos una

    hija de espaol). Don Francisco habla con fluidez el espaol y sabe leer yescribir, vive en una casa decorada a la usanza europea, duerme en unacama europea, come en una mesa europea y se viste en bito de espaol.Este personaje redefini la naturaleza del cacicazgo, destruyendo santuariosindgenas en vez de albergar biohotesy vendiendo las tierras comunales.Muoz nota un uso particular que aparece repetidamente en el testimoniodel testigo: El dicho don Franisco caique de Vbaque es avnque yndiohombre que tiene mucho punto y su tratto es al husso de xpiano espanl conmucha puleia (orden).Muoz lo compara con una marca de mimetismocolonial por parte de un sujeto que ya no es ms indgena, pero que, sin

    . Santiago Muoz Arbelez, Espacio y autoridad en el valle de Ubaque,- , tesis de maestra, Bogot: Universidad de los Andes, , cap. .

    . Clara Ins Casilimas y Eduardo Londoo L., El proceso contra el cacique deUbaque en , Boletn del Museo de Oro (): -.

    . , Sevilla. Santaf , n. , f. r.-v.. Muoz Arbelez y .

    . , Sevilla. Santaf , n. , f. r.

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    embargo, no es an espaol.Don Alonso de Silva y don Diego de Torresfueron tambin parte de un valiente nuevo mundo de caciques cosmopo-litas, hispanizados y vigorosamente cristianos, y su esfuerzo por lograr el

    reconocimiento de sus sbditos recibi el impacto de las reacciones localesnativas a estas transformaciones en la naturaleza de sus cargos.

    Elaboracin de una narrativa

    de la sucesin de los cacicazgos

    Urbanos, educados, hispanizados. Sin embargo, nuestros caciques mes-tizos pasaron dificultades, primero que todo, para legalizarse como here-deros del cacicazgo. Llegar a ser un cacique significaba tener que verificar

    y legitimar su posicin en un linaje matrilineal. Tanto Torres como Silvaeran demasiado jvenes para ocupar la jefatura cuando sus tos maternosmurieron, entonces sus responsabilidades en el cacicazgo fueron asumidaspor regentes que, en los dos casos, tenan el apoyo de los encomenderos. Enconsecuencia, el objetivo fundamental de Silva era probar que su regente,don Martn Cuyqui, el hermano menor de su madre, no tena un derecholegtimo para reclamar el cargo. Para lograr este objetivo, Silva proporcionuna historia del cacicazgo desde la invasin espaola, poniendo de relievecules lderes haban sido caciques y cules regentes.

    Silva sustent su narrativa de sucesin apelando tanto a la ley muiscacomo a la espaola. Se bas en su conocimiento de la lengua muisca paraexplorar las categoras de parentesco entre la nobleza de Tibasosa, enfo-cndose en la diferencia entre capitanes y pregoneros. Estos ltimos noeran, como su nombre en espaol lo indicara, anunciadores de pregones,sino ms bien se trataba de un cargo llamadoguaysiga, desempeado porhombres que posean un extenso conocimiento genealgico y que podanservir como regentes en ausencia de un portador del ttulo de cacique.Silvahaca estas distinciones en un esfuerzo por contradecir a sus oponentes: noa don Martn, aunque s a los otros, que permanecan an en silencio en elregistro legal. Estaba adems documentando su propia legitimidad comomiembro de la nobleza al usar conocimiento local.

    . Muoz Arbelez -.. , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , doc. , f. r.-v.. , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , doc. , f. r., v.

    Jorge Augusto Gamboa Mendoza, El cacicazgo muisca en los aos posterioresa la Conquista: del sihipkuaal cacique colonial, -(Bogot: Instituto

    Colombiano de Antropologa e Historia, ) -.

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    Silva era tambin consciente de que el hecho de ser hijo ilegtimo deun soldado portugus interferira con su reclamo en el espacio ambiguo enque la ley muisca y la espaola se intersecaban; por eso, cuidadosamente,

    deline las diferencias entre los dos sistemas, cuestionando la relevancia delas nociones espaolas de legitimidad cuando se trata de entender los usosy costumbres prehispnicos:

    para heredar el caicazgo no se a tenido ni tiene quenta mas de() ser y que sea hijo de hermana del caique avnque sea de travesia yavnque no sea ligitimo porque entre los yndios ninguno se puede llamarligitimo ni lo ay porque no se casan ni tienen matrimonio porque asymismo los yndios toman muchas mugeres y las dexan quando se les

    antojan digan lo que saben.

    Silva explicaba por qu la legitimidad no era un problema en una so-ciedad que nunca haba tenido la institucin del matrimonio cristiano. Sinembargo, al final del interrogatorio, afirmaba que su padre, Francisco Gon-zlez de Silva, lo haba legitimado oficialmente, a pesar de que los papeles queautenticaban este cambio de estatus se haban perdido.Es decir, luchabapor reconciliar su apelacin simultnea a las leyes muisca y europea.

    Silva era un operario astuto, como corresponda a un secretario notarial

    al servicio de los abogados vinculados a la Audiencia. Tanto l como Torresexaminaban cuidadosamente a sus testigos en el refugio seguro de Santaf,distante del remolino de Tunja, donde tantos intereses en conflicto estabanen juego. Eran selectivos al escoger los testigos a quienes iban a entrevistar,eligiendo solo aquellos pertenecientes a sus propias facciones polticas.Esta estrategia result contraproducente para Silva cuando una corriente detestimonios antagnicos, provenientes de un sector de la nobleza indgenahasta ahora ignorada, fluy hacia el expediente, justificando una narrativaalternativa de sucesin que lo exclua totalmente del cacicazgo.

    Uno de los pretendientes, don Laureano, irrumpi en escena y comenza ofrecer testimonio en muisca, hablando a travs de intrpretes, ya quetanto l como sus partidarios eran chontales. En una serie de afirmacionessorprendentes, arga que durante la poca de la conquista el cacique deTibasosa haba sido sucedido por una serie de regentes, al no haber un

    . , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , doc. , f. r.-v.. , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , doc. , f. r.

    . , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , doc. , f. r.

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    sucesor claro hacia la jefatura. En el nterin, la hermana del cacique muertodio a luz a un hijo, don Laureano, que haba ahora aparecido para desafiara Alonso de Silva.

    Nunca sabremos cul de los tres pretendientes don Martn Cuyqui,don Laureano, o don Alonso de Silva era el heredero legtimo del caci-cazgo de Tibasosa. La genealoga que Silva presenta esquiva el problemticolapso entre el cacique de la poca de la conquista y su sucesor, una brechaque don Laureano llena perfectamente. Tampoco podremos descifrar lasparticularidades de la intensa lucha entre facciones que anim estos acalo-rados conflictos, que muy probablemente emergieron como producto de lastransformaciones masivas en los cacicazgos muiscas en la dcada de .

    Podramos imaginar que don Laureano representa una rama temprana decaciques no familiarizados con la lengua y las costumbres espaolas, queejercan una autoridad basada en un tipo de rituales coloniales hbridos,registrados para el caso de Ubaque, llevados a cabo en confabulacin con losencomenderos. Podramos tambin especular acerca del miedo que pudieronhaber sentido caciques chontales como don Laureano ante caciques mestizos,devotamente cristianos que podran potencialmente promover la polticade extirpacin de idolatras de la Audiencia, tal como lo haba hecho donFrancisco en Ubaque. Don Martn l mismo un cristiano por conversin,

    aunque no un hijo de cristianos declaraba que la gente de Tibasosa temaque don Alonso de Silva les tratara mal por ser como es cristiano.Loque es claro aqu es que esta no es simplemente la historia de un hombrehablando por sus sbditos, sino una lucha intestina acerca del modelo deautoridad cacical que debera prevalecer en Tibasosa. En este sentido, qui-zs la pregunta ms pertinente que surge de la documentacin no es quinera el cacique legtimo de Tibasosa, sino quin era el ms apropiado, y paraquin. Este es el punto que Silva y Torres intentaban probar en sus alegatos,construyendo lo que para los espaoles era un argumento poco convincente:que su linaje mixto el atributo mismo que los encomenderos citaban comoinaceptable los haca los mejores candidatos posibles para la jefatura.

    Buena sangre

    Lo que resulta verdaderamente extraordinario acerca de los documen-tos escritos por Silva y Torres es cmo lucharon para legitimarse como

    . , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , ff. r-v.

    . , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , f. r.

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    mestizos, an si sus oponentes denigraban su condicin mixta. Estos doshombres emplearon simultneamente sus dobles derechos de nacimiento,como hijos de conquistadores y como sobrinos de caciques, para establecer

    su legitimidad (tal como lo hizo Garcilaso). Reclamaban que su idoneidadpara el cargo se originaba no solo en su condicin de descendientes delos caciques anteriores, sino tambin en sus genealogas ibricas. Diego deTorres es explcito acerca de la conexin entre su condicin de mestizo y sucapacidad para gobernar Turmequ:

    Entenderian que por ser hijo de espaol y crisptiano los dichos vues-tro presidente y oydores me quitan el dicho mi caicazgo y que me uvieravalido mas ser hijo de yndio ydolatra y no de crisptiano entendiendo

    ellos que en ser hijo de espaol y crisptiano como lo soy abia de ser mejoranparado por ser de tan buena sangre proedida de espaoles y crisp-tianos por lo qualtodos los caciques deste rreyno me quieren y aman.

    Esta es una clara afirmacin de la conviccin sostenida por muchospensadores coloniales, que consideraban el mestizaje como un proceso atravs del cual la sangre espaola redima la sangre nativa.

    A pesar de que Torres, cuando glorifica sus lneas de sangre muestrasu ascendencia muisca junto con sus races europeas, traza sus genealogas

    paralelas de maneras diferentes y desiguales. Ser descendiente de su tomaterno, el anterior cacique de Turmequ, le otorga la legitimidad legal quenecesita para ocupar el cacicazgo, que de otra manera no podra heredar.No obstante, Torres apoya su reivindicacin genealgica dentro de un mar-co moral cristiano que justifica por qu l, un mestizo, era preferible a losotros varios pretendientes indgenas al mismo ttulo de jefatura. Se tratabade una apelacin a su naturaleza esencialmente cristiana, que no estabasimplemente constituida por su profesin de fe en la doctrina cristiana, sinopor la sangrecristianaque corra por sus venas. Por ms que apelaba a susnobles antepasados muiscas, don Diego de Torres no tena otra opcin queprivilegiar sus races europeas.

    Jean-Paul Ziga explica cmo en el mundo de la temprana modernidadespaola los principios heredados tanto de la nocin de pureza de sangre

    . , Bogot. S. Colonia, F. Encomiendas, leg. , f. r.. Mara Elena Martnez, e Black Blood of New Spain: Limpieza de Sangre,

    Racial Violence, and Gendered Power in Early Colonial Mexico, TeWilliam

    and Mary Quarterly. (): -.

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    como del concepto de mestizaje descansan en lo que l llama una economamoral de la sangre que distingue a la gente del comn de los aristcratasy a los linajes de la nobleza menor de los superiores. Se crea que la mezcla

    manchaba inexorablemente la reputacin de las lneas de descendencia. Nose trataba de que alguien se volviera medio judo o medio indio comoresultado de un matrimonio mixto, sino que el estatuto del linaje en suconjunto se vea alterado.Potencialmente, las mezclas podan manchar loslinajes y condenar a sus miembros a la ignominia, tal como ocurra cuandose descubran judos, musulmanes o ancestros herticos en las lneas desangre. Pero Ziga nota que los textos de la poca tambin equiparabanla sangre noble con el mercurio: esta purificaba las sangres ms bajas, de la

    misma manera que el mercurio purifica la plata.

    Torres, entonces, pisabaen tierra firme cuando ensalzaba cmo sus ancestros espaoles mejorabansus lneas de sangre muisca. No obstante, en la combativa visin del mundode los encomenderos de Tunja, su noble rbol familiar ibrico poda juzgarsecomo manchado por la sangre de su madre muisca.

    Un cacique inapropiado

    Los mestizos tenan legalmente prohibido vivir en los repartimientospor el dao moral y econmico que presumiblemente causaban all. Esto

    forzaba a los caciques mestizos a distanciarse de los mestizos del comn ariesgo de descender de la posicin de nobleza indgena. No obstante, ser desangre de seores no protegi a Silva y Torres de la acusacin hecha contratodos los mestizos: que provenan de un nacimiento ilegtimo. Alonso deSilva fue acusado de ser bastardo: No solo es natural pero avn spurio adul-terino nasido de hombre que al tiempo de su procreaion e nasimiento eracasado en los reynos de Espaa como esta aberiguado.A diferencia de unhijo natural, un bastardo naca de una relacin ilcita en la cual alguna de

    . Jean-Paul Ziga, La voix du sang: Du mtis lide de mtissage en Amriqueespagnole,Annales . (): -.

    . Ziga . Sobre limpieza de sangre ver tambin: Max S. Hering Torres,Color, pureza, raza: La calidad de los sujetos coloniales, La cuestin colonial,ed.Heraclio Bonilla (Bogot: Universidad Nacional de Colombia, ) -.Mara Elena Martnez, Genealogical Fictions. Limpieza de Sangre, Religion andGender in Colonial Mexico (Stanford: Stanford University Press, ). AlbertA. Sicroff, Los estatutos de limpieza de sangre: controversias entre los siglos y(Madrid: Taurus, ).

    . , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , doc. , f. r.

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    las partes estaba ya casada.La evidencia de que Silva era un bastardo, nosolo un hijo natural, era condenatoria. El argumento que l tan convincente-mente articul, que la legitimidad no era un problema en el sistema muisca

    de sucesin del cacicazgo porque no exista an el matrimonio cristiano,empezaba a deshacerse con esta afirmacin, pues si Silva esperaba apelarsimultneamente a sus races nobles muiscas y espaolas, su legitimidadestara tambin sujeta al sistema europeo. Lo que Silva y Torres necesitabanentonces era alejarse de la etiqueta de mestizo y de las peligrosas manchasque esta conllevaba.

    Juan Felipe Hoyos observa que, en las primeras etapas de su litigio, Die-go de Torres evitaba cuidadosamente usar el apelativo mestizo y hablaba

    en cambio de hijo de espaol y cristiano trmino que tambin se uspara describir a la esposa mestiza de don Francisco de Ubaque.Hijosde espaoles eran comnmente los mestizos que adoptaban la culturaespaola y que se contraponan a los mestizos rurales, quienes eran vistoscomo ilegtimos.De hecho, fray Francisco de Gaviria, un franciscano deTunja, dijo de los caciques mestizos: son mas espaoles que yndios.Alemplear hijo de espaol en lugar de mestizo, los dos caciques efectiva-mente sesgaron sus genealogas hacia el lado de su padre, ignorando el desu madre. Al tomar este enfoque, tambin debilitaron su reivindicacin de

    un linaje noble muisca. A la larga, Silva y Torres estaban de alguna maneraimpedidos por [su] propia ambigedad.

    Mestizos cristianos y nativos idlatras

    Diego de Torres era calumniado cuando se le acusaba desubversivo por-que fcilmente poda ser tomado como espaol. Pero a la vez, era criticado

    . Ann Twinam, Public Lives, Private Secrets: Gender, Honor, Sexuality, and

    Illegitimacy in Colonial Spanish America(Stanford: Stanford University Press,) .

    . Juan Felipe Hoyos Garca, El lenguaje y la escritura como herramientascoloniales: El caso de Santaf y Tunja, durante el siglo , tesis de pregrado,Bogot: Universidad Nacional de Colombia, , .

    . Nancy E. Van Deusen, Between the Sacred and the Worldly: Te Institutionaland Cultural Practice of Recogimientoin Colonial Lima(Stanford: StanfordUniversity Press, ) .

    . , Bogot. S. Colonia, F. Caciques e Indios, leg. , doc. , f. v.. James H. Merrell, Into the American Woods: Negotiators on the Pennsylvania

    Frontier(New York: W.W. Norton and Company, ) .

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    como pagano. Su hermano encomendero lo identific como lder de desa-gradables ritos y ceremonias que aparentemente tenan lugar en Turmequ:Agravando mas su yniquidad se a depojado de ordinario en las dichas

    borracheras e bayles de los habitos de espaol que trae e se a vestido e vistemantas de yndios e haze estando en el dicho habito vengan ante el los yn-dios del dicho repartimiento e los embixa el por su mesma mano en ofensade dios.

    Parece asombroso que el encomendero equiparara al hispanizado y de-votamente cristiano cacique mestizo con tales actividades, pero, de hecho,era un tropo comn de su tiempo.

    Pedro de Torres describa a su hermano como mestizo en hbito de

    indio. Las mestizas en hbito de india eran comunes en las calles de Santafy Tunja en tiempos de Torres. Muchas de ellas haban sido criadas por susmadres en comunidades indgenas y no conocan otro atuendo. Resultabanconfusas para los espaoles, pues no encajaban en la categora de indiaaunque tampoco en la de mestiza.Pero cuando Pedro de Torres revistimetafricamente a su hermano con un traje nativo, lo acus de ser msamenazador que sus hermanas mestizas. Casi no hay mestizosvestidos conmantas muiscas en el registro documental de Santaf y Tunja, solamentehay mestizas. De hecho, a lo largo del mundo colonial espaol, los hombres

    indgenas vestidos en traje europeoeran considerados ms amenazadoresque los mestizos en hbito de indio, porque privaban a la Corona y a losencomenderos locales de una fuente de ingreso y de trabajo.

    Afuera de los repartimientos, la eleccin de llevar vestiduras indgenasestaba hondamente atravesada por el gnero. Las mestizas en hbito deindio ocuparon un estatus extremadamente bajo. Por tanto podemos decirque Pedro de Torres equipara a su cosmopolita hermano con las clases bajasde sirvientes como una forma de rebajarlo un grado en la escala social. Alrevestir a su medio hermano en hbito de indio, Pedro de Torres no buscabatransformarlo en un indio (de la misma manera en que una mestiza enhbito de india no se converta en una india). En cambio, propongo, Pedrode Torres jugaba con el estereotipo comn de los mestizos como reincidentesque solo haban adoptado el cristianismo parcialmente. Es decir, Pedro de

    . , Bogot. S. Colonia, F. Encomiendas, leg. , f. r.. Joanne Rappaport, Mischievous Lovers, Hidden Moors, and Cross-Dressers:

    Passing in Colonial Bogot,Journal of Spanish Cultural Studies. (): -.

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    Torres acus a Don Diego de travestismo en un contexto ritual indgena.El encomendero no quera implicar que el cacique se haba vestido comoun indio, sino que haba actuado como uno, tal como muchos de los indios

    ladinos y mestizos que agobiaban a los tributarios de Turmequ. Lo quePedro de Torres pretenda, acusando a su hermano de vestirse en hbitode indio, era re-presentar a don Diego como un mestizo comn, quizs elretrato ms reprobatorio que poda hacer de su oponente.

    La acusacin de travestismo hecha por Pedro de Torres contra su opo-nente abre caminos inesperados al anlisis de la representacin que haceDiego de Torres de su identidad, complicando an ms nuestro entendi-miento de las complejidades de su disyuntiva. Como mencion antes, Torres

    era un experimentado campen de torneos. Durante uno de los periodosen que estuvo bajo arresto, varios oficiales de la Audiencia: le soltaron notan solamente de la prision en que estaua mas () le dauan sus cauallosque se pasease y hiziese mal y le mandauan diese liion a sus hijos deudos yallegados de lana y adarga y de a cauallo y le persuadieron que jugase comojugo de lana y adarga y caas a las puertas de las casas reales.

    El juego de caas, una forma distintiva de los torneos espaoles, pro-vena originalmente del norte de frica. Sus jugadores cabalgaban sobremonturas con estribos cortos y sillas altas, y usaban escudos redondos lla-

    mados adargas y caas livianas diferentes de las que comnmente se usabanen los torneos del norte de Europa. Caractersticamente, los participantesvestan trajes moriscos, incluyendo una tela que se envolva alrededor desus cabezas en un estilo que sugera un turbante. Barbara Fuchs argumentaconvincentemente que este prstamo de la cultura morisca en un contextoceremonial y caballeresco era parte de un hbito andalus, una apropiacinde los modos de vida del norte de frica que no era consciente, pero que sehaba fusionado tan ntimamente con la cultura cristiana ibrica que ya noera considerada extica por los espaoles.

    . Cross-dressing, en el original. Adems de su connotacin de gnero, eldiccionario de la define travestismo con un sentido figurado como:Prctica consistente en la ocultacin de la verdadera apariencia de alguiende alguien o algo. Diccionario de la Real Academia de la lengua espaola.Consultado en: http://lema.rae.es/drae/?val=travestismo. Nota de la traductora.

    . , Sevilla. Santaf , r. , n. , f. r.. Barbara Fuchs, Exotic Nation: Maurophilia and the Construction of Early

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    Imaginemos entonces a un joven mestizo, que pretenda el cacicazgo deTurmequ, hijo de un padre hijodalgo, sacado de la prisin en donde ha estadoconsumindose, acusado de ser un peligroso rebelde, depositado en una plaza

    transformada en un campo de juego ante una multitud que lo aplaude. Esmuy posible que haya estado vestido con una capa de estilo morisco, quizscon su cabeza cubierta con un turbante, cargando un escudo redondo y di-virtiendo a los espectadores con sus proezas ecuestres. Ya no es un mestizoen hbito de indio, ahora Diego de Torres se ha transformado en un mestizoen hbito morisco. A primera vista, podramos sospechar que, vestido deeste modo, Torres es igualmente amenazador, llevando sobre s un similartinte no cristiano. No obstante, Torres en hbito de morisco encarna todo lo

    que es ibrico en su cuerpo mestizo: un travestido, que puede ser tomado porun moro o un noble ibrico. Por el momento, el peligroso rebelde, armado ya caballo, ya no es ms una amenaza para su audiencia espaola.

    Es notable que este no fuera uno de los escenarios escogidos por losenemigos de Torres, ya que, viviendo en el Nuevo Mundo, ellos no perci-ban ningn peligro en un atuendo morisco. A pesar del miedo sembradopor los conversos del Islam en las rebeliones moriscas de la pennsula enel tardo siglo , en el contexto americano, Torres podra asociarse mscon la Rebelin de las Alpujarras, en su rol de un mestizo idlatra en hbito

    de indio, que cuando vesta un respetable traje moro (respetable al menosen el contexto del juego de caas). Don Diego es ms ibrico cuando esta caballo. Es en este momento cuando lo mestizo abre paso a lo espaol yvemos la completa imposibilidad de pintarlo con un nico pincel de indioo de incluso de mestizo. Don Diego de Torres es claramente una figuramucho ms complicada.

    Conclusin

    Antonio Cornejo Polar escribe sobre Garcilaso Inca de la Vega que esdifcil separar lo inca de lo espaol en su experiencia, porque cada unoconstituye la base sobre lo cual lo otro estaba fundado:

    Lo que quiero decir es que necesitara saber con mayores certezasy precisiones hasta qu punto Garcilaso pudo articular la concienciaindgena, o ms precisamente incaica, con la conciencia clsica y rena-centista; o cmo la instrumentaliz para resolver problemas propios; ode qu manera su insercin en la cultura occidental borr la memoria,por muchas razones indecisa, de aquella conciencia indgena. En otras

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    palabras, ahora ya no s si Garcilaso se apropi de la cultura europea ola cultura europea se apropi de l.

    Me parece que el dilema de Cornejo Polar se refleja en la historia de losdos caciques mestizos de Tunja. Diego de Torres y Alonso de Silva fueroninsiders-afueraen el lenguaje de la terica feminista afroamericana Patri-cia Hill Collins.Pero, como mestizos, es difcil determinar qu constituyeel adentro para ellos: estaban adentro porque sus madres indgenaseran hermanas de caciques, o porque sus padres espaoles estaban entrelos primeros conquistadores del Nuevo Reino de Granada, o posiblementepor las dos cosas a la vez? Estaban afuera porque defendan su sangre

    cristiana con el propsito de liderar una comunidad que era en su mayorano cristiana? Es que su descendencia de cristianos viejos solo confirma sucarcter (in)apropiado como caciques en el tardo siglo ? Qu com-partan con sus hermanos mestizos del comn, o con sus medio hermanosespaoles, que ocupaban ambos posiciones evidentes en la sociedad colonial?El dilema que los dos caciques mestizos enfrentaban ejemplifica los retos alintentar definir qu significa ser mestizo en las tempranas Tunja y Santaf.

    I. Fuentes primarias

    Archivos

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    Seccin Colonia

    Fondos Caciques e Indios, Empleados Pblicos de Cundinamarca y Encomiendas

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