Cabo de Palos Revista Fototurismo.org Magazine Mensual Num 13 - Mayo 2014

□ Edita: Gabinete de Prensa y Comunicación de Fototurismo.org

□ Director Editorial: Vicente Cepeda Celdrán Lugar de edición: Punta Casablanca 30370 Cabo de Palos (España)

□ ISSN: 2255-0984 □ Depósito Legal: MU 998-2012 © Fototurismo.org – Printed in Spain

© Los derechos de cada colaboración corresponden a cada autor.

Fototurismo.org Magazine MensualAño MMXIII - Número 13 - Mayo de 2014

Fotografía, cultura y sociedad

►Fototurismo.org MAGAZINE MENSUAL trata de ser un oasis para el solaz, la inteligencia y el buen gusto. La revista que más y mejor hace mención y difusión de los valores históricos, plásticos y literarios del mundo del Mar, Cabo de Palos y otros enclaves marítimos en el marco de sus raíces, naturaleza, tradiciones y cultura. ►Fototurismo.org MAGAZINE MENSUAL impulsa las excelencias del mar y el conocimiento, fomenta las oportunidades culturales y brinda un espacio privilegiado para reflexionar.

Colaboran en ésta Revista: - Ángela Marcet Llinares - Azucena Carmen Nicolás Sánchez - Carlo de Verona, duque de Toscana - Cristina Roda Alcantud - Domingo Pedreño y Ros - Francisco Conesa López - Javier Gómez Bueno - Javier Sánchez Páramo - Jero Crespí Matas - Jesús Andrés López Bayardo - Jesús Rodríguez Rubio - José Antonio Fernández Palazón - José Sánchez Conesa - Juan Antonio Carreras Espallardo - Juan Antonio Pellicer Nicolás - Juan Mediano Durán - Juan Tomás Frutos - Lola Gutiérrez Sánchez - Marcelino Menéndez González - María José Valenzuela Cánovas - María Teresa Cervantes Gutiérrez - Teo Revilla Bravo y Karym Huberman - Vicente Cepeda Celdrán

Portada: Fotografía de Vicente Cepeda Celdrán, Cabo de Palos. Primavera sobre el azul del mar.

Consejo de Redacción: Caridad Maciá Heredia Blanca Benedetti Harrington Marta Sofía Cepeda Maciá Director Editorial: Vicente Cepeda Celdrán

Fototurismo.org Magazine Mensual –Nº 13-Mayo 2014 - ISSN 2255-0984 /DL MU-998-2012




Jesús Rodríguez Rubio Académico Numerario de la Real Academia de

Bellas Artes

Juan Tomás Frutos Doctor en Periodismo y

Profesor de la Universidad de Murcia

Cristina Roda Alcantud Doctora en Historia y

Profesora de la Universidad de Murcia

Domingo Pedreño y Ros Pedagogo, Profesor e

Investigador, DEA de la Universidad de Murcia.

José Sánchez Conesa Doctor en Antropología

Social y Cultural, Presidente de la Liga Rural del Campo de Cartagena

Javier Gómez Bueno Doctor en Periodismo por la Universidad de

Murcia; Profesor e Historiador



Juan Mediano Durán Escritor y Poeta

Jero Crespí Matas Lda en Criminología,

Máster en Seguridad

Carlo de Verona, duque de Toscana.

María Teresa Cervantes Gutiérrez

Escritora, Poeta y Pintora

Francisco Conesa López Ldo. en Periodismo y Médico

titular del Centro de Salud Cabezo de Torres

Juan Antonio Carreras Espallardo, Policía Local, Ldo en Periodismo y

Criminólogo, Ciencias Forenses

Marcelino Menéndez González Escritor y Presidente (H) de la Asociación de Escritores de la

Región de Murcia

Lola Gutiérrez Sánchez Escritora

Azucena Carmen Nicolás Sánchez, Profesora de

Música y escritora

Jesús Andrés López Bayardo Ldo en Historia, DEA en Historia Contemporánea Policía Local de Cartagena

María José Valenzuela Cánovas

Escritora y Poeta

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Juan Antonio Pellicer Escritor, Poeta, Fotógrafo

Teo Revilla Bravo Poeta, Pintor y Escritor

Karyn Huberman R. Fotógrafa, Escritora y

Pintora

Vicente Cepeda Celdrán Ldo en Periodismo, DEA en Documentación, Profesor de la Universidad a Distancia de Madrid

© Los derechos de autor corresponden al de cada colaboración, así como la responsabilidad sobre sus opiniones.

ISSN: 2255-0984Depósito Legal: MU 998-2012

©: Fototurismo.org - Printed in Spain

Ángela Marcet Llinares Estudiante del Grado de

Historia del Arte

Javier Sánchez Páramo Estudiante del Grado de

Historia del Arte

José Antonio Fernández Palazón Doctor en Historia, Guía oficial de la CARM, relator de pueblo

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ISSN: 2255-0984Depósito Legal: MU 998-2012

©: Fototurismo.org - Printed in Spain

© Los derechos de autor corresponden al de cada colaboración, así como la responsabilidad sobre sus opiniones.

Vicente Cepeda Celdrán Director editorial

Marta Sofía Cepeda Maciá Consejo editorial

Caridad Maciá Heredia Consejo editorial

Blanca Benedetti Harrington Consejo editorial

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Revista “Fototurismo.org Magazine Mensual” Número 13, Mayo de 2014 ISSN 2255-0984 /Depósito Legal MU-998-2012

◘ Brotes de Primavera. Por Vicente Cepeda Celdrán Pág. 07

◘ Cartagena: gentes, hechos y fechas.- Nicomedes Gómez, exilio y campos de concentración. Por Jesús Rodríguez Rubio Pág. 11

◘ Próxima conferencia: Actividad Física, salud y bienestar. Por Miguel Campos Muñoz. Librería Alfonso XIII Editorial Pág. 15

◘ Carcharodon Megalodon, el más grande depredador sobre la mar. Por Vicente Cepeda Celdrán Pág. 17

◘ La Fiesta del escudo de Cieza y su origen. Por Javier Gómez Bueno Pág. 23

◘ Alegres por la Primera Verdad. Por Juan Tomás Frutos Pág. 29

◘ El gran escritor García Márquez ha muerto. Por Vicente Cepeda Celdrán Pág. 31

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◘ Jueves Santo en Cabo de Palos, alegría del alma. Por Vicente Cepeda Celdrán Pág. 33

◘ Viaje y cocina del Barroco. Por Domingo Pedreño y Ros Pág. 60

◘ Cuéntame. Por Lola Gutiérrez Sánchez Pág. 65

◘ Las cenizas en el mar (cuento para niños). Por Azucena Carmen Nicolás Sánchez Pág. 67

◘ El arte y los vehículos. La mecánica se convierte en arte. Por Javier Sánchez Páramo Pág. 71

◘ Turner y el Mar. Por Ángela Marcet Llinares Pág. 75

◘ Nuevos tratamientos para la epilepsia. Por Francisco Conesa López Pág. 80

◘ Cándido (poema). Por María Teresa Cervantes Gutiérrez Pág. 83

◘ Día Internacional del Libro. La noche de los Libros. Por Vicente Cepeda Celdrán Pág. 84

◘ Toca volar (poema). Por Juan Tomás Frutos Pág. 89

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◘ Siempre te recordaré. Por Juan Tomás Frutos Pág. 90

◘ Los sueños los marcan las estrellas. Por María José Valenzuela Cánovas Pág. 91

◘ Las golondrinas (poema). Por Marcelino Menéndez González Pág. 92

◘ Almadraba (poema). Por Juan Mediano Durán Pág. 93

◘ La música que había en tí (poema). Por Juan Antonio Pellicer Nicolás Pág. 94

◘ Pasos Perdidos. Por Teo Revilla y Karym Huberman Pág. 95

◘ Mi estrella. Por Jose Antonio Carreras Espallardo Pág. 96

◘ La sanidad móvil. Redacción Pág. 97

◘ Un año con el mar, la historia y la cultura. Redacción Pág. 98

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Brotes de Primavera.- Por Vicente Cepeda Celdrán

ste número de Primavera aparece con unos soberbios artículos, el primero a cargo del especialista y

académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, explicando de forma clara, concisa y completa, algo inédito: los avatares del inefable Nico-medes Gómez por la Armada del primer cuarto de siglo de 1900, trabajos artísti-cos y anécdotas que no quiero adelantar porque tendrán que leerlo no una sino varias veces, tal es su interés. Le siguen relatos e historias que les darán que pen-sar y que les entusiasmaran, seguro que tanto como nos ha gustado a nosotros leer a Javier Gómez Bueno en una pro-funda crónica morisca de nuestra Re-gión, a Domingo en sus incursiones por la Murcia mágica, a Francisco Conesa con sus lecciones y recomendaciones, en la cresta de la ola; como lo están siempre Lola Gutiérrez, Azucena, Maria José y cuantos colaboradores dan su brillantez a este nuevo número de Fototurismo.org Magazine Mensual, donde Ángela Mar-cet trata también a un pintor que admi-ramos: William Turner.

Como una vez dijo Kandinsky el color es un medio para ejercer una influencia

directa sobre el alma, y en ese aspecto Turner representa y eleva hasta lo admi-rable la sensación de melancolía porque, al margen de admirar también su obra naval más minuciosa y detallista, que asimismo deberíamos conocer (sólo en dibujos vendidos por carpetas hizo más de diecinueve mil láminas, tras las que hizo más y vendió desde su propia gale-ría), sus veladuras de cielo y agua o sus composiciones cromáticas son de un vir-tuosismo excepcional, trazos de una pa-leta que comparo con un piano de mu-chas cuerdas donde, según la parte que pulsemos, traslada un sentimiento dife-rente hacia nuestra alma; todo esto al nivel de que algunas de sus más famosas obras no las pintó para ser entendido si-no precisamente para hacernos vibrar,

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para mostrar ese espectáculo sensible donde asoma lo etéreo, lo que fluye e inspira, lo inalcanzable... cuanto se muestra a esa altura del alma en la que situamos su atmósfera marina, donde es capaz de pintar cielo y agua en un mis-mo color siendo envolvente, atractivo, poderoso, indefinido pero a la vez parte de un auténtico y completo poema vi-sual.

Tal es el virtuosismo de unos pocos, per-sonas muy válidas, afortunadas en su suerte, recatadas en el obrar y en el decir, dignas y honestas en el sentir,....un poco quijotes, como hace poco escuché decir que somos los españoles; y nos gusta pensar que es así. En calidad poética no podemos dejar de citar a figuras como María Teresa Cer-vantes, la dama de las palabras como se le llama ahora, quien envía un poeta iné-dito, palabra sobre palabra en ese proce-dimiento narrativo que siempre sor-prende y domina a la perfección. Unos y otros son el camino de cada individuo, el sendero que sigue la Historia porque estos dos conceptos, individuo e historia, dan a conocer al autor y además hacen que él sea también capaz de conocer y entender al resto del mundo.

En ese cosmos quedan desde ahora estos trabajos, no como un eco sino como una huella fuerte, como la realidad de algo ocurrido que se expresa y queda para el mundo. Muchas gracias, felicidades a todos por el excelente trabajo desarrolla-do, ahora puede decirse que tenéis la Primavera asida por sus pétalos, cuando la movéis nos acercáis su aroma.

□ Vicente Cepeda Celdrán Fototurismo.org Asesor

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Fototurismo.org Magazine Mensual –Nº 13 Mayo 2014 - ISSN 2255-0984 /DL MU-998-2012

CARTAGENA: GENTES, HECHOS Y FECHAS.-

Nicomedes Gómez: exilio y campos de concentración.- Por Jesús Rodríguez Rubio

a vida del cartagenero Nicomedes Gómez, sin duda el mejor pintor y dibujante nacido en toda la his-

toria en nuestra ciudad, es un continuo devenir cuyo estudio me viene ocupando largos años. Su vinculación con la Ar-mada comienza con su participación en las oposiciones al Cuerpo de Escri-bientes.

Por Orden Ministe-rial de 11 de julio de 1925, y después de una reñida oposición, se le nombraba Escribiente del Cuerpo de Auxiliares de Oficinas de la Marina. Poco tiempo des-pués, en 1927, presenta al Concurso Nacional celebrado en Madrid un retra-to a la pluma de Alfonso XIII, obtenien-do el Primer Premio.

Destinado en el Servicio Histórico del Estado Mayor de la Armada en Madrid, asiste como alumno en la Escuela Supe-rior de Bellas Artes de San Fernando.

Poco después seria dibujante oficial de la Revista General de Marina.

Con el titulo “Flotas de combate”, edi-tado por el Servicio Histórico de la Ar-mada en 1928, publica un interesante trabajo con el que inicia una estrecha colaboración con la revista “Vida Naval” de la que llego a ser Redactor Jefe.

Su obra “Honores, divisas y distintivos de la Marina” fue declarada en 1930 de “muy reconocida utilidad para la Mari-na”. En 1931 realizó en colaboración con José Luís Balcázar el “Calendario Efemérico del Ejercito y Armada”, obra

que contiene 365 relatos entre biografías y hechos básicos de famosas bata-llas. Se pretendía que fueran lectura obligada para la marinería, una para cada día del año. La

crítica dio a esta obra la categoría de in-terés excepcional.

Fue fundador de las revistas “Aeronáuti-ca” y “Marina”. Posteriormente sería trasladado a los Servicios de Comunica-ción del Ministerio de Marina. Final-mente su carrera militar terminaría con el pase a la Aviación Naval, donde alcan-zaría el grado de capitán de aviación.

Durante un tiempo fue Asesor Cultural del Presidente de la Republica Española.

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A Nicomedes debe España, en par-te, que las obras de arte del Museo del Prado que estaban embarcadas en tren camino de Francia se quedaran en nues-tro País.

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A Nicomedes debe España, en parte, que las obras de arte del Museo del Pra-do que estaban embarcadas en tren ca-mino de Francia se quedaran en España.

Al terminar la Guerra Civil fue designa-do por el mando para organizar la reti-rada del Arma de Aviación del territorio español. En correcta formación pasaba al suelo francés el 9 de febrero de 1939, entregando las armas a las fuerzas de la gendarmería francesa.

Un largo y difícil periodo de exilio y campos de concentración comenzaba para Nicomedes Gómez.

Contaba Nicomedes como fue su paso al territorio francés con la siguiente anéc-dota:

“Al poco de pasar la frontera, derrotado moral y físicamente, al frente de mis hombres desde un coche que pasaba me

dieron un pequeño paquete. Pensé que se trataba de chocolate por lo que lo abrí rápidamente para repartirlo entre mis compañeros.

Cual no seria mi sorpresa al descubrir que se trataba de una caja de pinturas para pintar acuarelas. Parecía como si Dios quisiera reafirmar que mi destino era continuar como pintor”.

Fruto de esta caja fueron unas acuarelas que realizó sobre escenas del campo de concentración, dos de ellas las conservó con cariño durante toda su vida. Una de ellas es la siguiente:

Autor: Nicomedes Gómez Titulo: La carta Fecha: Argelés –sur- Mer 3-3-39 Técnica: Acuarela sobre papel Medidas: 26 x 17 cm. Estado de conservación: Muy bueno

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Difícil fue la situación del exiliado Ni-comedes, tanto más por las característi-cas de la ideología política que le acom-pañaron. Algunos datos nos ayudaran a conocer su situación.

Cuando se terminó la caja de pinturas y al tener solo tinta negra para pintar, rea-lizó Nicomedes la denominada “pintura negra nicomediana”.

Son un claro reflejo del ambiente que se vivía en el campo de concentración. Con rudimentarios trozos de papel blanco que se facilitaban a los refugiados para escribir a sus familiares realizó unos su-gerentes dibujos, fiel reflejo de su entor-no.

Autor: Nicomedes Gómez Título: Tiendas en campo de concentra-ción Técnica: Dibujo a la tinta Fecha: Argeles – sur- Mer 4-39 Medidas: 17,5 x 11,5 cm

Estado de conservación: Bueno Autor: Nicomedes Gómez Título: Cocinando en campo de concen-tración Técnica: Dibujo a la tinta Fecha: Argeles –sur- Mer 10-3-39 Medidas: 19,5 x 14 cm. Estado de conservación: Bueno

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Un documento de fecha 25 de enero de 1940, expedido por el comandante de la compañía de trabajadores españoles 1/114 de Dun-sur-Auron, pocos meses después de su llegada, le concedía un permiso para circular desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde por la Villa de Bourges. Podría así pintar li-bremente. Era sin duda una gracia espe-cial en razón a su fama como pintor. Ni-comedes podría hacer amigos y sobre todo recoger alimentos para ayudar a sus compañeros.

Después de intensas negociaciones de sus nuevos amigos conseguiría dos certi-ficados de la Legación de los Estados Unidos Mexicanos en Vichy, recono-ciendo que Nicomedes Gómez recibía ayuda económica de su familia para so-brevivir y que se le reconocía, así mismo, como emigrante de México.

La ayuda del gran mecenas del arte Dr. Pasturel, jefe de la sanidad local del dis-trito francés y Caballero de la Legión de Honor, seria fundamental para Nicome-des Gómez. Le organizó exposiciones e incluso compró varias de sus obras. Años después a la muerte de este contrajo Ni-comedes matrimonio con su viuda Ma-tilde, eterna dulcinea del pintor.

Los duros años continuarían hasta fina-les de la Segunda Guerra Mundial. Los alemanes lo persiguieron por tener ideas de izquierdas. Ingresó en otros varios de concentración considerado por los nazis como “peligroso comunista”. Solo por la protección de sus amigos consiguió sobrevivir.

En esta época se le encargó el retrato ofi-cial del mariscal Pétain, Jefe del Estado

de Francia con residencia en Vichy. Al ser Nicomedes un exiliado político espa-ñol no pudo firmar este retrato ya que reproducciones del mismo iban a colo-carse en todos los centros oficiales. Afor-tunadamente consiguió un documento reconociendo su autoría. Pocos años después realizaría, firmándolo, el retrato oficial del general Charles de Gaulle.

El esfuerzo excepcional de este numero-so grupo de hombres exiliados de su pa-tria quedará como símbolo de una tra-gedia que nunca más debe repetirse. La gran ventaja con la que contó Nicome-des fue el reconocimiento casi inmediato de su valía como artista por parte de la intelectualidad francesa. Amigo de An-tonio Machado recordaría durante toda su vida el emotivo entierro del poeta en Collioure.

Cartagena 1 de mayo de 2014

□ Jesús Rodríguez Rubio

Académico Numerario de Bellas Artes. Director Técnico (E) de la Biblioteca Naval de Cartagena. Platino Arts Sciences Lettres de París.

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“LOS JUEVES DE ALFONSO XIII” Librería-Papelería Alfonso XIII, en colaboración con la Revista Fototurismo.org Magazine Mensual

Ofrece sus selectos ciclos de Conferencias

“Actividad física, salud y bienestar”

Cualquier persona necesita para vivir una alimentación saludable que le dará energía, una actividad física por la que conservarse en buen estado y una actitud positiva ante la vida.

En la presente charla se darán una serie de consejos, recomendaciones sencillas y prácticas útiles que podrán introducir con facilidad en su rutina diaria, sean las de un bibliotecario, un ama de casa o un deportista de alto nivel.

Siguiendo estos consejos y sin necesidad de que tengan que modificar muchas cosas en su vida, podrán gozar de una mejor salud y de un mejor estado físico y psíquico en general, pues la conferencia se dirige a un público amplio y particularmente a los adultos porque son quienes mejor pueden tomarlo para sí mismos y para su familia, en beneficio de la sociedad en su conjunto.

Miguel CAMPOS MUÑOZ

Librería-Papelería Alfonso XIII, 30 de ABRIL de 2014 7,30 de la tarde. Libre acceso hasta completar aforo

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Carcharodon megalodon, el más grande depredador sobre la mar.- Por Vicente Cepeda Celdrán

urante el Mioceno y Plioceno existió un tiburón gigantesco, el Carcharodon megalodon o

diente gigante, el animal más grande y fiero que ha existido en la mar, resultado de la evolución un conjunto de tiburo-nes menores hace 28 millones de años, en una distribución tan amplia que al-canza la totalidad del Planeta1.

1 Agassiz, Louis. Recherches Sur Les Poissons Fos-siles. Primary Source Edition Gloucester. United Kingdom, 1923

Para la ciencia este animal se extinguió, posiblemente por un periodo de enfria-miento del agua que fue unido a una puntual escasez de recursos alimenticios que no pudo soportar, como más ade-lante explicaré, aunque hay quien duda que dejara totalmente de existir en ese periodo, todavía más, hay quien se cues-tiona que haya desaparecido totalmen-te2. Lo indudable es que este tiburón de hasta 20 metros de largo y 60 toneladas de peso deja pequeño al tiburón blanco gigante y en un tamaño minúsculo a un ser humano adulto, como les mostramos en el dibujo comparativo de la página siguiente.

2 En el imaginario popular perviven las historias que cuentan de que aquí o allá encontraron un diente que no tenía millones, ni miles, sólo unos pocos cientos de años; algo que mueve a la fascinación porque también se ha recreado mucho en la ficción cuando un monstruo ma-rino, un animal inteligente y sanguinario, logra dar la vuelta a la inteligencia humana y enfren-tarse a ella desde su sorprendente instinto caza-dor.

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Lo que nos ha llegado de su existencia son restos fósiles, de dientes principal-mente, como pudimos ver en la exposi-ción organizada en el antiguo Mercado de La Unión, donde tomé las fotografías y pude admirar la reconstrucción de una mandíbula de megalodon, no a la escala de las que existen en el Museo America-no de Historia Natural o en el Museo de Historia Natural de Londres, pero di-dáctica al fin y al cabo, pues permite ver por ejemplo que aún en los ejemplares de menor tamaño por su boca abierta entra fácilmente una persona erguida completamente de pie.

Los dientes que muestro tienen 11 mi-llones de años de antigüedad y estaban a la venta, como otras muchas piezas que aglutinaban cangrejos prehistóricos, una curiosa cigala, diferentes estrellas de mar, caracolas, calamares y otros muchos fósi-les que suscitaron nuestro interés, si bien la mayor parte del mercado se dedicaba a restos fósiles de grandes saurios, minera-les, meteoritos y piedras semipreciosas.

Parece lógico que los dientes sean los restos fósiles más abundantes del mega-lodon porque corresponden a la parte más dura del animal. En su dieta cabían

hasta ballenas, en cuyas vértebras fósiles podemos observar las dentelladas.

En la reproducción mandibular del me-galodon podemos observar que tenían cuatro filas de dientes que crecían a par-tir de una estructura espiral, de forma que a medida que perdieran dientes, normalmente a causa de sus constantes y feroces cacerías incluso contra sí mis-mos, le crecieran otros nuevos que los reemplazaban3. Aunque montaban en permanencia una cifra cercana a los 300 dientes, estos grandes depredadores ma-

3 VVAA. Historia Universal. Los orígenes. Ed. Salvat. Barcelona, 2004.

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rinos posiblemen-te llegaron a dis-poner de un nú-mero no inferior a los 2000 dientes a lo largo de toda su vida, lo que explica también su relativa abun-dancia en hallaz-gos.

Cualquiera de los dientes de este animal puede medir entre 17 y 20 centímetros de largo y pesar cer-cano al medio ki-lo de peso, aun-que los he visto realmente grandes, del tamaño de los antiguos listines telefónicos, sin faltar quienes afirman haber llegado a estudiar y demostrar empíricamente que los pu-dieron tener cercanos al metro y medio de longitud. En todo caso, como pode-mos entender, el apelativo de diente gi-gante le encajaba bastante bien.

El megalodon dominó a las criaturas del mar durante más de 70 millones de años por su tamaño pero además y sobre todo por sus habilidades cazadoras, para las que estaba dotado de una serie de cavi-dades sensoriales capaces de detectar los movimientos de sus presas y los cambios en el agua a varias millas de distancia4. Tal vez esta extraordinaria capacidad

4 Alten, Steve. MEG Carcharodon Megalodon. Ediciones B. Barcelona, 1997.

sensitiva en vida contribuyó también a su pena cuando le llegó la muerte, in-capaces de conseguir la tonelada de carne diaria que tomaba por una dieta basada en cetáceos y gran-des peces.

Es sabido que la es-casez de alimento en las aguas por donde el megalodon se po-día mover hizo que tuviera que recurrir al canibalismo, y comiendo entre los de su propia especie los ejemplares más

jóvenes tuvieron que sucumbir, cerrán-dose cada vez más la esperanza de vida para toda la especie5.

5 El cierre natural de lugares como el istmo de Panamá hizo cambiar la circulación oceánica global, facilitó la glaciación del Hemisferio Norte y finalmente el enfriamiento del Planeta entero. Además, el desarrollo de la glaciación durante el Plioceno retuvo grandes volúmenes de agua en forma de capas de hielo e hizo variar los niveles de la composición del mar, llegándo-se a sostener varias edades del hielo que enfria-ron los océanos a escala planetaria. El megalo-don necesitaba para sus apareamientos y la re-producción de las costas con aguas cálidas, y aunque sus crías nacían con más de dos metros de envergadura estas circunstancias y posible-mente la escasez de alimento la convirtieron en una especie cada vez más rara, suponiéndose desapareció durante el Pleistoceno mientras que los cetáceos reaccionaron al contrario, hacién-dose cada vez más diferentes y versátiles, al ni-vel de que muchas especies de ballena comen-

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En su estrategia de ataque, según la han podido inferir los paleontólogos, el me-galodon atacaba con fuerza y desde aba-jo, eligiendo para hacerlo las partes con más hueso y cartílago como son por ejemplo las costillas y la co-lumna vertebral de un cetáceo, tratan-do con esto de des-trozarle los huesos y dejar sin cubierta los delicados órga-nos como corazón y pulmones, nor-malmente protegi-dos por una caja torácica o estructu-ra semejante. La presa inmovilizada y herida en sus órganos vitales moría rápi-damente, pudiendo ser fácilmente devo-rada. Otras evidencias indican que los ataques se dirigían también a las estruc-turas cartilaginosas de propulsión como la cola, para una vez detenida devorarla y alimentarse.

A sus habilidades genéticas el megalodon podía sumar una de las más poderosas fuerzas de mordida de la historia, pues según estudios de Stephen Wroe (2008) un megalodon de 20,3 metros de largo sería virtualmente capaz de ejercer una mordida estimada en 182201 néwtones, esto es, la capacidad de mordida del ti-burón blanco multiplica por 10 dentro de su tamaño. Además, se ha señalado zaron su tendencia a dirigirse a las regiones po-lares.

que muy posiblemente se sacudieran a lado y lado cuando se alimentan, como lo hacen muchos tiburones, amplifican-

do así las fuerzas que se generan desde detrás del cráneo y arrojando un resultado mucho mayor del indicado, tan extraordinario que sólo puede entenderse en su necesidad para morder y matar a las grandes ballenas6.

Cualquier diente de megalodon guarda una estructura bastante común: estructura ro-busta y forma triangu-lar, cuello o raíz en forma de letra V, pieza

de un tamaño desde los 15-17 centíme-tros de altura en adelante, bordes denta-dos en sierra para facilitar el corte de la carne, si se han conservado, y colores que van desde el beige al azabache.

Cartílagos y huesos en condiciones am-bientales normales no pueden aguantar una preservación larga, tal vez hubiera tenido más éxito la conservación en condiciones de desierto de algún centro vertebral altamente calcificado, como la vértebra de ballena que les mostramos y con la que nos obsequiaron, aunque en el caso del megalodon y hasta el mo-mento sólo conocemos casos de diferen-tes piezas dentales.

6 Palmer, Sarah. Biblioteca de descubrimiento de tiburones. Mishawaka Worl Books. EUA, 1992.

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Es curioso también señalar que durante el Renacimiento, estos dientes triangula-res fósiles que se encontraban en tierra y entre rocas otrora sumergidas bajo el mar, se consideraron lenguas petrificadas de dragones y serpientes gigantes. Una teoría que desmontó el naturalista Nico-lás Steno en 1667 cuando los reconoció como dientes de tiburones antiguos, una vez hubo estudiado en profundidad la disección de la cabeza de un tiburón de su tiempo. Los resultados fueron publi-cados en el libro del mismo nombre: Di-sección de la cabeza de un tiburón, es-quematizando y comparando los de su tiempo con todos aquellos hallazgos. En opinión de muchos estudiosos, la lámina de Steno es la primera interpretación fó-sil conocida del carcharodon megalodon y la primera interpretación certera sobre el origen de los fósiles, aunque el nom-bre científico que ahora utilizamos no fue empleado en aquella ocasión sino unos 200 años más tarde.

El mayor tiburón carnívoro viviente en la actualidad es el tiburón blanco, que no es blanco sino de color gris azulado, sólo la zona de su panza es blanca y se le conoce por jaquetón o Carcharodon car-charias. El jaquetón podría sobrepasar los siete metros de longitud y pesar más de tres toneladas, y en Cartagena da su apelativo también a la mujer jaquetona, a la mujer bien formada y de medidas contundentes, que no necesito describir porque supongo se la imaginan.

Los tiburones jaquetones a veces son atraídos por el reflejo de las hélices de algunos barcos, esporádicamente y en la década de los 70 se han descrito ataques tan violentos que han traído a la memo-

ria la posibilidad de aquellos animales extintos, tras haber dejado el eje de la máquina torcido y dientes de buen ta-maño incrustados en la quilla de made-ra, formando un semicírculo de casi dos metros de diámetro. La explicación más plausible es que podrían ser jaquetones grandes y de avanzada edad,...aunque quienes dicen haberlos visto aseguran que estos eran... completamente blancos.

Como contaba al comienzo el carcharo-don megalodon es un animal marino gi-gante extinguido, que vivió durante épo-cas prehistóricas. Afortunadamente tam-bién, al menos para nosotros, humanos y megalodones no vivimos en la misma era geológica, aunque de aquel nos queda uno de sus cercanos parientes pequeños ...el gran tiburón blanco.

Como resumen podemos decir que el megalodon fue una máquina altamente especializada, la más grande, la más fuer-te, la número uno en la técnica de devo-rar ballenas y grandes peces. Pero, como mucho después señaló el genial Darwin, en la Naturaleza no sobreviven los que son más fuertes sino los que mejor se adaptan, y ese fue el caso de su alimento la ballena, que se hizo flexible, se diversi-ficó en diferentes especies y colonizó in-cluso las aguas árticas, mostrando que tal vez no sean las número uno en nada, pe-ro podrían ser las número dos en todo.

□ Vicente Cepeda Celdrán

Fototurismo.org - asesor.

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La fiesta del escudo de Cieza y su origen.- Por Javier Gómez Bueno

or pasar la puente nos dieron la muerte, así reza, de forma cate-górica, el escudo de Cieza. Tal

fue el trauma para este municipio de los sucesos acaecidos en 1477 que lo eternizaron en el emblema municipal. Como un recordatorio indeleble de la tragedia que asoló la villa. El Domingo de Resurrección de aquel año resultó totalmente paradójico para la pobla-ción cristiana de la antigua Çieça, pues les trajo muerte, destrucción y esclavi-tud. El 6 de abril de 1477 ha pasado a la posteridad para Cieza como la fecha en que ésta fue destruida. Aquel día la ciudad fue pasto de las llamas y sus habitantes fueron asesinados o hechos esclavos. Nadie quedó tras el saqueo de las tropas nazaríes del Reino de Grana-da. Si algún visitante hubiera pasado por allí ese día sólo podría ver las calles llenas de cadáveres y las cortinas de humo de una ciudad devastada. Este hecho se conmemora actualmente con una festividad muy joven, pues comenzó a celebrarse hace una década. Este es el acontecimiento que está más

impregnado en el imaginario colectivo ciezano, y que se ha transmitido oral-mente de generación en generación. Un suceso típico de las zonas de fronte-ra, como era la comarca en el siglo XV, y que, aunque no lo fuera, puede to-marse como una venganza por la expul-sión de la población musulmana de la comarca durante las revueltas mudéja-res que se produjeron en el Reino de Murcia a mediados del siglo XIII y es-pecialmente la de Medina Siyasa, la le-gendaria urbe musulmana de Cieza. Y todo ello acaeció solamente quince años antes de que los Reyes Católicos unificaran España y decretaran la con-versión forzosa de toda la población árabe.

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El hecho histórico.- Aquel fatídico día terminaba la Semana Santa y la población fue sorprendida durante la madrugada. Las tropas del rey de Granada, Muley Hacén, entra-ron en la villa sin que los ciezanos se percataran de su presencia hasta que el desenlace se veía inevitable. Siguiendo las Actas Capitulares de Murcia y la propia carta que el Adelantado de Murcia envió al Rey Católico, Fernan-do de Aragón, las tropas nazaríes esta-ban compuestas por 4000 soldados a caballo y 30000 a pie, con el propio con Abu-l-Hasán a la cabeza. La entra-da en la ciudad no les supuso gran es-fuerzo, ya que los habitantes estaban confiados al existir una tregua firmada entre los Reyes Católicos y el Rey de Granada, además de encontrarse en una época propia de recogimiento para los cristianos como es la Semana Santa.

Si a estas circunstancias añadimos que Cieza carecía de fortificación y muros se puede comprender la facilidad con la que los nazaríes camparon por la villa. A pesar de la resistencia de la población ciezana la tragedia se consumó. El nú-mero de fuerzas estaba totalmente des-equilibrado, además se debe tener pre-sente que los aldeanos carecían de dis-ciplina militar. Los documentos histó-ricos que se conservan enumeran las muertes de los ciezanos entre sesenta y ochenta personas. Aunque lo más grave fue el apresamiento de la totalidad de la población que, entre hombres, muje-res y niños, ascendía a más de 500 per-sonas incluido el Comendador, Gonza-lo Talón, y el alcalde de Murcia, Pedro Riquelme, que se encontraba en aque-lla fecha en la villa pues se había refu-giado allí con su familia debido a la epidemia de peste que asolaba la capital

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del reino. En base a las investigaciones de la Dra. Isabel García Díaz, que ha elaborado un interesantísimo libro titulado “El saqueo de Cieza de 1477: Historia y Leyenda”, el ataque se pudo producir, de manera involuntaria, por culpa del Adelantado del Reino de Murcia, Pe-dro Fajardo, ya que éste solía hacer in-cursiones en las zonas de la frontera aprovechando la incapacidad defensiva de las poblaciones musulmanas; incluso apresó a los viajeros de un barco que atracó en Cartagena buscando refugio porque los perseguía otro noble caste-llano. Probablemente la razia granadina se produjo como represalia por alguna de las realizadas por el Adelantado Fa-jardo, como el mismo reconoce en la misiva que el envía al Rey Fernando: “e embiele decir [al rey granadino] con dos moros mudexáres que me maravi-llaba de un tal Rey como él entrar assí en tiempo de paz, estando la gente se-gura , e quebrantar lo capitulado e asentado con el Rey e Reyna, nuestros senyores, e que si lo facían por enojo que de mí tenía, que dexasse Çieça, que era de la Orden de Santiago e so ampa-ro de los dichos Rey e Reina, e que se viniesse a Molina, a do yo lo esperaba”. Sin embargo, la respuesta de los Reyes Católicos no fue, quizás, la esperada por los habitantes del Reino de Mur-cia, pues mandaron negociadores y prohibieron expresamente las represa-lias y el rescate de los cautivos hasta que no se resolvieran las negociaciones. Los Reyes no querían se iniciara una espiral de violencia en la frontera gra-nadina y precisaban apaciguar la zona

mientras solucionaban los conflictos que mantenían con Portugal y el mar-quesado de Villena. Es por ello por lo que la población ciezana permaneció cautiva, prácticamente en su totalidad, en las mazmorras de La Alhambra de-nominadas “El Corral de Cieza la Des-dichada” situadas entre las torres Ber-mejas y Los Mártires. De esto tenemos conocimiento, merced a los documen-tos históricos y a su compilación por parte de la Dra. García Díaz, sobre la fuga y rescate de alguno de ellos e, in-cluso, del medramiento de otros como es el caso de Pedro López, “El Escude-ro”, quien sirvió primero en el ejército nazarí y, posteriormente, en el de los Reyes Católicos. La leyenda.- Un acontecimiento de estas caracterís-ticas en aquellas fechas es proclive de exaltarse mediante leyendas, como fue el caso. Surgieron dos de estas leyendas en los municipios vecinos de Caravaca de la Cruz y Jumilla, ambas con el ánimo de enardecer, por un lado, a la Vera Cruz de Caravaca y, por otro, a las familias de linaje de Jumilla. En la primera de ellas, el bachiller Juan de Robles Corvalán cuenta que las tro-pas nazaríes fueron interceptadas en su huida por supervivientes de Cieza que llamaron en su auxilio a tropas de Lor-ca. Una vez en batalla la Vera Cruz se les apareció, y les otorgó la victoria a los cristianos que mataron a los mu-sulmanes y liberaron a los cautivos. La segunda de ellas, narrada por el canó-nigo Lozano, asegura que Andrés Mat-heo Guardiola y Aragón, capitán jumi-

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llano, auxiliado por tropas del Marque-sado de Villena, masacraron a los gra-nadinos cuando se disponían a aban-donar la villa, con lo que la nobleza jumillana quedaba en muy buen lugar, como los salvadores de las afrentas in-fieles. Sin embargo, ninguna de estas leyendas están documentadas y son completamente falsas, ya que no coin-ciden con las fuentes auténticas y veri-ficables de la época, como son las Actas Capitulares de Murcia y la carta de Pe-dro de Fajardo al Rey Católico. Incluso en el caso de la leyenda jumillana se falsificó una carta del capitán que pos-teriormente se hizo desaparecer. Pero la más curiosa y de mayor arraigo en Cieza es la conocida como “La Le-yenda de la Muda”. Fray Pascual de Salmerón relata que aquel Domingo de Resurrección se encontraba la mayor parte de la villa en la Ermita de San Bartolomé en Misa de Pascua. Enton-ces irrumpe una habitante de la locali-dad que era muda y trata de hacer en-tender, mediante gestos, a la población de la llegada del ejército musulmán, pero no logra que la entiendan, así que se produce el milagro y es capaz de hablar, y grita: “Moros vienen”. Una vez escuchada la noticia por los cieza-nos, éstos salen en masa y acuden al encuentro con los nazaríes en la entra-da de la población, sobre el Puente de Hierro, donde mueren en la batalla. Este también es un hecho inventado con el ánimo de magnificar la tragedia otorgándole un carácter épico y rela-cionándolo con el escudo de la locali-dad.

Desarrollo de la fiesta.- La Hermandad de San Bartolomé es la encargada de dirigir y coordinar la Fiesta del Escudo que se celebra como conmemoración de este hecho históri-co. Se viene desarrollando el último fin de semana del mes de abril desde la úl-tima década. Esta joven fiesta vio la luz debido al interés de los vecinos de Cie-za de perpetuar su historia, y transcurre con bastante similitud a las tradiciona-les fiestas de Moros y Cristianos del Levante español; aunque con impor-tantes matices y rasgos diferenciadores. En ella participan multitud de kábilas musulmanas como son Abencerrajes, Alamines de Abu-l-Hassán, Al-Arifas, Alfaquíes, Nazaríes de Siyasa, Halcones de Al-Sabika, Galzules y Andelma y mesnadas cristianas como Caballeros y Damas de la Villa de Çieça, Caballeros y Damas del Mayorajo, Caballeros Fronteros y la del Maestre Pedro Fer-nández. La fiesta consta de tres días con diver-sos actos que los conforman de la si-guiente manera: Viernes.- Se traspasan los poderes municipales al Comendador de la Villa, en la figura histórica de D. Gonzalo Talón, por parte del Alcalde Presidente de la Cor-poración Ciezana, siendo el primero un personaje elegido entre los miembros de las mesnadas cristianas. Además, se inauguran los campamentos cristiano y moro y el mercadillo medieval, y co-mienza la arenga de a las tropas moras a cargo del embajador moro, que es elegido entre los personajes ciezanos

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que triunfan fuera de la localidad o en-tre las personas que destacan por favo-recer el engrandecimiento de la fiesta. Sábado.- Primero se reúnen todos los festeros en la Plaza de San Bartolomé y realizan unos pasacalles, engalanados con sus trajes oficiales, hasta la Plaza de España donde se lleva a cabo “La Tronaera”, con el lanzamiento de fuegos artificia-les. Después, por la tarde, se produce el evento estrella de la fiesta con la repre-sentación histórica del acto de “La In-vasión. En ella, mientras los cristianos se encuentran en misa en la Ermita de San Bartolomé, las tropas nazaríes lle-gan al Puente de Hierro. La muda da aviso de la llegada de éstos y los cristia-nos salen a su encuentro donde co-mienza la batalla. Finalmente, los gra-nadinos violentan La Ermita y hacen cautivos a todos los cristianos que han sobrevivido para llevarlos a Granada. Domingo.- Por la mañana se realiza la entrega de los rehenes a cargo de Muley Hacén y por la tarde finaliza la conmemoración con un gran desfile de todas las mesna-das y kábilas que componen la Fiesta del Escudo. A MODO DE CONCLUSIÓN Este hecho histórico ha marcado la his-toria de Cieza y la prueba de ello es que sus habitantes lo plasmaron hace cua-tro siglos en el lema del escudo de la villa, y ya en la época moderna se con-memora con la Fiesta del Escudo “La Invasión”. Además, pervivió en el ima-

ginario colectivo ciezano convirtiéndo-se en el único suceso que es conocido por la práctica totalidad de sus habitan-tes, magnificándose épicamente con leyendas como la de La Muda. Sin duda las incursiones y los saqueos eran típicos en las zonas de frontera en el siglo XV, pero lo que otorga una es-pecial importancia al hecho es que su-puso la momentánea desaparición de la villa y puso en entredicho y peligro las relaciones, por entonces pacificas, del recién nacido Reino de España con el de Granada. Sin embargo, la villa se repuso con extremada prontitud al sa-queo, pues, según consta en las Actas Capitulares de Murcia, los nuevos re-pobladores solicitan al Reino de Mur-cia, en 1479, la construcción de una fortaleza para la villa. Ello indica que en apenas dos años la zona fue nueva-mente repoblada. Aún así, la tragedia trajo consigo la muerte de ochenta personas y la escla-vitud de más de quinientas, muchas de las cuales permanecieron cautivas en las mazmorras de La Alhambra hasta la caída del reino nazarí en 1492. A pesar de ser un acontecimiento doloroso para la población ciezana, la Fiesta del Es-cudo ha conseguido albergar una cele-bración que sirve de unión y festividad para el pueblo ciezano, además de en-señar parte de la historia a todos los ciezanos y visitantes. A través de esta festividad se puede realizar un apasio-nante recorrido histórico por el maravi-lloso patrimonio de la Región de Mur-cia y trasladarnos, aunque sea por unos

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breves momentos, a aquella tenebrosa, a la vez que maravillosa, época.

□ Javier Gómez Bueno

Doctor en Periodismo por la Universidad de Murcia. Profesor de Geografía e Historia.

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Alegres por la Primera Ver-dad.- Por Juan Tomás Frutos

magino que siempre hay una opor-tunidad para dar con aquellas cla-ves que nos podrían hacer perpe-

tuar una amistad sin condiciones, que es la auténtica, la verdadera. Pienso que la primavera, con su primera verdad, con su inteligencia divina, por su aper-tura calurosa de nuevos frentes objeti-vos y subjetivos, bien puede ser el momen-to. ¿Por qué no? Hay un océano de sensa-ciones que podemos experimentar, cien-tos de opciones para curar heridas y apro-vechar el ritmo coti-diano que, a veces por repetido, no lo vemos como un ad-mirable milagro exis-tencial. Llega una estación (con trenes, con ocasiones) que nos hace menos previso-res. Vivir el momento es, en realidad, eso, vivir. No hay que dar más explica-ciones, y en ello los meses actuales pueden ayudar. El movimiento, y más

cuando nos sentimos libres, se demues-tra andando. Giremos las manillas de reloj para que esté a nuestro favor, para que no demoremos esas medidas de comunicación bondadosa que nos po-drían regalar lo que nos viene otorgado en porciones de felicidad cada día, aunque no lo veamos. Cada segundo es un cimiento para ese aprendizaje que nos ha de armar de valor y de coraje para propagar los mejores sentimientos. Optimicemos lo escaso. El tiempo lo es. El horizonte que divisamos, aunque

lejano en ocasiones, nos ha de servir pa-ra brindarnos ese afán de superación que nos invitará a tomar las cosas con calma, tal y como vienen. Mejoremos teniendo en cuenta los errores. Debe-mos convenir que es posible ir con menos prisas. Des-

pejemos esas incógnitas que llevan de-masiados años ahí sin que nos atreva-mos a deshojarlas. Admitamos que el diálogo, que la conversación quieta y con sosiego, puede contribuir a mejo-rar los fines.

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El divertimento es también propio de la primavera, si bien debería ser eterno. Los días son más largos, y las tempera-turas ayudan a que salgamos más a la calle a contarnos lo que sentimos y cómo lo sentimos. La aventura existen-cial adquiere más tintes y reflejos en esta etapa, en la que parece que salimos de una cierta ensoñación. Introduzca-mos, por favor, otros pronósticos. No olvidemos que las nuevas perspectivas solventan los equívocos y las carencias de antaño. Busquemos también la alegría que es consustancial a la era con más horas de luz del sol. Acatemos las normas no es-critas de la convivencia placentera y jo-vial. Nos hemos de animar para explo-rar nuevos territorios, o los mismos de siempre, que no rentabilizamos, pre-sumiblemente, como deberíamos. Es la primavera, y en ella somos más nosotros, o lo parecemos, y, si lo pare-cemos, hemos de serlo. Sin duda, po-demos clausurar el ciclo de manera oportuna. Conviene que nos armemos con esos instrumentos pacíficos que son los buenos propósitos y los afanes de convivencia y de solidaridad, amén de la determinación de fomentar y de compartir la dicha y el contento por estar vivos, fundamentalmente en este espléndido y magnífico presente. ¡Qué suerte! ¡Sobre todo reconocerlo!

□ Juan Tomás Frutos

Profesor Doctor en Periodismo de la Universidad de Murcia y Escritor.

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El gran escritor García Márquez ha muerto.- Por Vicente Cepeda Celdrán

onocí a Gabriel García Márquez en Cartagena de Indias, había estudiado en aquella universi-

dad y me dijo tenía de España un grato recuerdo, recuerdos por ejemplo de una Cataluña que para mí era desconocida, y eso es algo para lo que había que tener la cultura, la medida y hasta la altura de miras suficiente porque para muchos de aquellos nuestro país representaba a quienes se llevaron su oro. Creo que es-tas son es las únicas fotografías que ten-go del escritor.

Estar con García Márquez parece algo grande pero se encargaba rápidamente de que fuera algo menudo, impalpable, sugestivo,...enriquecedor por su profun-do conocimiento de las miserias huma-nas. Escuché a alguien decir que la humanidad se divide en dos grandes conjuntos de personas: los que dan gaso-lina y los que te la quitan; si esta clasifi-cación fuera factible Márquez sería sin duda del primer grupo. Le gustaba la música, la narrativa y naturalmente los temas que afectaban al Periodismo, en el que era especialista.

Su obra Cien años de soledad ha quedado como representante del realismo mágico

en su punto álgido, la novela que todo el mundo conoce o ha leído porque se han lanzado miles y miles de ediciones que hace mucho formaron lo que se ha dado en llamar la biblioteca básica, ya no del lector interesado sino de cualquier per-sona que habite en este mundo, hable en el idioma que hable; aunque el genial escritor renegaba de ésta y de su éxito si así se puede decir porque se sentía más a gusto en obras como El amor en los tiempos del cólera, donde retrata nuestras veleidades y la naturaleza humana sin que se la haya llegado a comprender por

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completo, recreando retazos de la vida de sus propios padres, tras haber escrito antes inspirándose en su abuela, una mujer singular con costumbres que se entienden mejor cuando se vive y siente a pie de calle el ambiente de la santería y superstición caribeña.

Tras su largo conjunto de enfermedades me consta que ha tenido más problemas y menos tiempo que nunca, al nivel de casi haber desconectado de un mundo al que ahora parece haber vuelto sólo para comunicarnos que ha pasado al que le guardará Dios en cielo, eso si, todo muy sencillo y en familia, como lo fue casi todo en su vida.

Gabriel José de la Concordia García Márquez, Gabito, ha muerto en su pos-trer Méjico Distrito Federal, la tierra que también pude conocer y me impre-sionó profundamente por su forma de vida, por su religiosidad, por su honra-dez y su generosidad pese a lo que nos

muestran en el cine o en las películas de cuño estadounidense.

Aunque lo que más me ha impresionado es que esta muerte, tan lejana como inoportuna, se haya producido mientras a esta orilla del mar, en el cabo geográfi-co de Palos, la noche de Cristo traía bri-sas de todos los confines; vientos que no escuchábamos cuando nos decían que harán falta mil años de literatura para volver a tener otros cien años de soledad.

Separado de los saraos públicos, discreto, sumergido en sus pensamientos, casi en silencio, ha muerto quien posiblemente sea el mejor escritor de nuestro tiem-po...y de los venideros. Descanse en paz.


Fototurismo.org - Asesor

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Jueves Santo en Cabo de Palos, alegría del alma.- Por Vicente Cepeda Celdrán

ste año Cabo de Palos está regis-trando una enorme afluencia de turistas, tal vez por el sol y el

buen tiempo, haciendo que hasta la má-quina de retirada de algas en las playas haya comenzado a funcionar. Estas tem-peraturas, tan buenas dentro como fuera del agua, han hecho que algunos se co-miencen a dar el primer chapuzón, el primer baño de 2014 ahora que todo por aquí invita a relajarse y disfrutar.

Disfrutando también de la tradición re-ligiosa, vecinos y turistas, gentes venidas de toda España y del extranjero, siguie-ron la Semana Santa de Cabo de Palos con la procesión del Cristo de los Pesca-

dores, la mítica procesión del Jueves Santo marinero donde el aire huele a mar y los espacios se llenan de esa Mari-nería angelical, de la chiquillería que con ilusión porta las ropas de agua del pes-cador y el farol o candil de la mano, pa-seando el ensueño de compartir con los mayores la jornada del Jueves Santo, empapada del estilo y de los símbolos que la relacionan con la mar.

La procesión de Jueves Santo siguió la ruta marcada por el Paseo del Puerto, calle Aurelio Méndez, Cirio, Marín, Su-bida al Faro y Paseo de la Barra, en una noche de temperatura casi estival; tan agradable para pasear que invitaba a eso mismo: al procesionar lento y suave que

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imperó en la noche, haciendo que los tiempos de la pasión en el cortejo se alargaran incluso un poco más allá de lo previsto, tal fueron las ganas de disfrutar de ese momento, del inigualable Jueves Santo de Cabo de Palos, que acompaño con algunas fotografías realizadas en el mismo lugar.


Fototurismo.org, Asesor.

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Viaje y cocina del Barroco.- Por Domingo Pedreño y Ros

stimados que disfrutáis con la lectura y de ésta hacéis vuestro entretenimiento y ocio, os acon-

sejo ir más allá, aprovechar el conoci-miento adquirido con la lectura, para saciar vuestro ocio y entretenimiento, aunque sea caro, si os lo podéis permitir, y salir a la naturaleza y el disfrute de su aire, sabor y olor, y estirar los pies de vez en cuando, pero como mínimo una excursión al mes. Esto debe-ría prescribirse por los médicos, para acabar con muchos pesares, amachuelamien-tos, etc., porque regenera el espí-ritu y ahorra en costosas enfer-medades a la sanidad pública. Además tiene la ventaja de que cuantos más va-yan mejor; pues se discute, se ponen es orden ideas y se llegan a compromisos con los que nos rodean; pues cada cosa uno la pensamos a nuestra manera y pa-

ra socializarla hay se llegar al entendi-miento con el amigo.

Pues resulta que el otro día me perdí, con mi amigo Antonio Teruel de Cehe-gín, por allá de las sierras frontera de Murcia con Albacete, en un pueblecito, que si sabía que existía. Dando con nuestros huesos y hambre por Otos (Ca-lasparra). Y comimos. Pero comimos al estilo antiguo.

Nos sentamos en la terraza, con el aire del monte silbándonos: “pedir algo fuer-

te”. Así que lla-mamos al man-cebo del mesón, y le pedimos “al-go pa´matar el hambre”.

Trajo, el buen hombre, una “cazuela de cara-coles”, en salsa de tomate con tropezones de jamón en su cal-

dete mojadero. Unas rebanadas de pan moreno, de horno de leña, hecho el día anterior en el horno público de la plaza del pueblo, por lo que estaba en su pun-to de durez. Acompañado de un tomate partido recién cosechado, con su punto de sal y aceite de oliva, y sus olivas de

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cuquillo partidas y aliñadas de cosas del monte.

Se degustó el manjar, como se hace en los pueblos de antes, sin cubiertos y con los dedos. Se coge el caracol con los de-dos de una mano y con la otra un palillo con el que se le pincha la cabeza y se saca de su casa, y se come y se sorbe el caldete que rebosa. Tras lo cual de chupa una los dedos para que no chorreen. Así uno tras otros hasta que no queden. Tras lo cual, se coge el pan con la mano y se tro-cean sopas que se meten en la cazuela para que se empapen y al sacarlas, con los mismos dedos se arrastra algún trozo de jamón. Así hasta que quede. Entre tanto y tanto, se chu-pan los dedos para sopar el tomate con su aceite y coger olivas. Sin prisa y mi-rando al monte. Y mucho cuidado con los dedos que no chorreen. Sin faltar un vino clarete de la tierra y agua, mucha agua.

Después en el interior del mesón pedi-mos algo típico de allí. Nos trajeron un plato de “conejo al ajillo” y un par de “codornices grandes a la brasa”, que co-mimos entre mi amigo Antonio Teruel y yo; también a lo antiguo, cogiendo con los dedos, que es como se come la carne de caza, sopando más ensalada, y cuida-do con los dedos que no chorreen. Car-nes tiernas hechas a la antigua usanza, a la brasa o con ajos y vinagre en sofrito de aceite con unas patatas a la pobre, que ya querrían algunos ricos, y más vino tinto,

con más cuerpo que el anterior y más agua, mucha agua. Agua de la fuente que mana en la entrada del pueblo, no tonte-rías de agua mineral.

¿Y de postre, jefe? Cosa fina, “leche fri-ta”. Sin comentarios. Para ésta si cogi-mos el tenedor, que no somos animales. Y por supuesto unos orujitos blancos, para rebajar un poco. Ni que decir, que salimos como descosidos, para hacernos una siesta de un par de horas, para reba-

jar un poco.

Después, ya en mi casa y bajo mi pa-rra estuve acor-dándome del mal día pasado: natu-raleza, comida sa-na, descanso y buena compañía, con Antonio, Ma-

ravillas y Milagritos, que prefirieron de-gustar las viandas al estilo actual.

Honorio Salas (1978) en su obra La Es-paña Barroca nos ofrece apuntes de có-mo se comía en la España barroca del 1600 que más adelante comentaré, in-troduciendo también y desde ahora la pregunta que yo mismo me hago de por-qué no se potencia más ese tipo concreto de turismo.

Comer en la España barroca del 1600.

La cocina española es de gran sobriedad, al levantarse un vaso de agua y un poco de chocolate, y si se espera un día fuerte, unos trozos de cerdo entripado. (Salas, H. 1978, p. 62 y siguientes)

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Aunque en este siglo se introdujeron al-gunos platos, que hoy llamaríamos de diseño, su renovación fue lenta y yo diría que aún perduran estos modos de vida en algunos lugares de nuestra geografía murciana de frontera, Gracias a Dios, por ser la base de nuestra cocina popular tan denostada hoy por las incorporacio-nes, gringas, italianas, chinas etc., en bo-ga.

La Tortilla (bautizada como a la Cartu-ja), o después por su poca aceptación del nombre, “tortilla a la francesa”, fue di-vulgada por primera vez en 1637 por Martínez Montiño como una receta de su invención. En poco tiempo el plato cruza los Pirineos y se extiende y adopta por toda Europa. Otra de sus invencio-nes es la “pasta de hojaldre”, que tam-bién encuentra gran aceptación en Fran-cia, con el nombre de “pâte feuilletée”.

Sin embargo la base de la comida popu-lar en España era con una comida prin-cipal a las 12, y después una siesta, como si fuera de noche, en la cama y desnudo, aunque Camilo José Cela, infante en el regimiento de Bailen de guarnición en Cartagena, prefería el pijama y jarro de orines bajo la cama. Por ello los viajeros, recién llegados, no encuentran por la ca-lle persona alguna en cualquier ciudad española a esas horas.

Al levantarse de la siesta, se toma agua helada y algo de dulce o chocolate.

Por la noche el matrimonio se acuesta y sobre la cama extienden un mantel para un bocado rápido y frugal.

Todos los alimentos se toman con los dedos, ya que la generalización del tene-

dor no ocurrirá hasta finales del S. XVIII.

Una notable costumbre característica de las comidas españolas, es que el único que se sienta a la mesa es el señor de la casa, acompañado de sus parientes o in-vitados varones.

“ni las mujeres ni los hijos les acompañan, se asombraba Madame D´Aulnoy, en su viaje a España; el marido come solo, y la esposa y los hijos se arreglan como pueden sentados en el suelo, sobre un tapiz sobre un tablado, siguiendo los usos moriscos, incrustados en nuestra cultura”.

Es de hacer notar que aún no se utilizan habitaciones para comer (comedores), y que la mesa se coloca en el mismo salón que se utiliza para la tertulia, y una vez que se termina se retira, según la cos-tumbre española de “poner la mesa”. Es-to que parece raro y extraño a alguien que llega de Francia es normal aquí en España, donde la mujer no tiene la cos-tumbre de utilizar las sillas y si por cual-quier motivo tienen que hacerlo se sien-tes incomodas; lo normal es que es las casas se aderece comida solo para los amos y sus hijos; dicen los cronistas de la época.

Los criados comen en el exterior de la casa en zonas habituadas para ello o es-quinas en las ciudades, donde consiguen habas, cebollas y un poco de cocida en cuyo caldo mojan el pan.

Se comen solo dos platos, y muy condi-mentados, Julio Camba sostiene que “nuestra comida está hecha de ajo y de preocupaciones religiosas”. Están com-puestas de mayoritariamente por carne. Carne de cordero y caza es la comida del

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caballero, aunque en época de Alfonso El Sabio, les está prohibido el ajo.

Se come poco pan, una media libra. Las verduras a las que en la época se llaman hierbas, no tienen lugar en la mesa bien servida, y las aceitunas y frutas se consi-deran sólo en calidad de entremés.

Entre las justificaciones que esgrime Pe-dro Aznar en un libro fechado en 1612, para justificar la expulsión de los moris-cos, puntualiza:

“comían cosas viles como son las fresas de diversas harinas de legumbres, lentejas, panizo, habas, mijo y pan de lo mismo. Con este pan, los que podían, juntaban pasas higos, miel, arrope, leche y frutas a su tiempo, como son los melones, aunque fue-sen verdes y no mayores de un puño, pepi-nos, duraznos y otras cualesquiera, por muy mal sazonadas que estuvieran, sólo fuese fruta, tras lo cual bebían los aires y no dejaban barba al huerto de la vida”.

Castillo Bobadilla, coloca al queso y la cebolla entre los “manjares viles” que no debe de consumir un corregidor o per-sonaje de estima.

La mejor comida son los pichones, las gallinas y el cocido y el huevo aprovecha más que el pollo.

Se come mucha sopa, con trozos de car-ne y unas verduras y dos rebanadas de pan, condimentada con pimienta y aza-frán.

En general se considera que una buena comida para un hidalgo, su mujer y un criado, es un cuarto de un cabrito, fruta, pan y vino que para los hombres es de un cuartillo diario y para las mujeres se considera prudente que no lo beban.

Esta alimentación monótona, carnívora de manera excluyente, rica en grasas y pobre en vitaminas, justifica la gota y otras enfermedades de tipo congestivo, que causaba estragos entre las clases acomodadas.

Entre los pobres, el exceso de picantes adormece los reflejos peristálticos pro-pios del hambre, lo que explica el exceso de especias en la cocina popular españo-la, que tanto llama la atención y rechazo de os extranjeros.

Los pastores, arrieros y peregrinos, dis-ponen de tasajos de cabra, huesos de ja-món, aceitunas, frutas y vino en bota. A estos hay que agregar los gazpachos en la Mancha, migas, leche, natas, requesones, y ajos.

El campesino cena olla, y es feliz si con-sigue accederle huevos. El pan escasea por la carestía del grano.

Los labradores se sustentan almorzando unas migas o sopas con un poco de toci-no. A medio día comen un pedazo de pan con cebollas ajo o queso, y así pasan hasta la noche, en que tiene olla de ber-zas o nabos, o, cuando más, un poco de embutido seco o cecina.

Se come poco o nada de pescado. Acaso en la costa sardinas, atún o abadejos sa-lados y medio podridos.

Manuel Espadas Burgos, resalta:

“cereales y legumbres son las bases ali-mentarias de del pueblo granadino. El pan el diversas formas de gachas o de ce-reales cocidos son sustento principal de las clases populares, por ejemplo, la “asi-da”: harina de trigo cocida en una sopa de hierbas del tiempo, o el famoso “ros-

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cus” o “coscus”: sémola de trigo cocida al vapor y rociada después con caldo, cuya presencia en la mesa hispanomu-sulmana es conocida desde el S. XIII”; base de las migas y nuestras tortas de gazpachos manchegos.

En fin, podría seguir contando más co-sas, pero eso será en el siguiente mes, si Dios quiere, si no, pues no.

□ Domingo Pedreño y Ros.

Profesor, Pedagogo, investigador histórico del ám-bito local.

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Cuéntame- Por Lola Gutiérrez Sánchez

uéntame un cuento, uno que sea bonito, uno que no hable de monstruos, de dragones,

uno que no mencione tristezas ni llan-tos amargos. Cuéntame un cuento que no hable de amores a medias, de me-dias tintas o de medias verdades. Cuén-tame una historia hermosa, una donde todas las personas se den la mano sin importar el color que los vista. Cuén-

tame un cuento, uno cualquiera, háblame de caminos, de hermosas ve-redas, de frondosos árboles con cantos de aves. Cuéntame un cuento, uno donde yo ría, ría y ría sin parar, hasta llorar de toda esa risa junta.

Cuéntame un cuento, uno que me haga volar. Cuéntame como sueña la luna con el mar, háblame de cómo se acarician, dime que siente el agua cuando ella la roza desde su cielo. Di-me que el sol ya no sonríe con el cora-zón encogido, ese mismo sol que para

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no lastimar a su luna ni se atreve a mi-rarla. Cuéntame que ese sol no renun-cia a todo ese amor que siente, por eso, como premio, el universo le concede que sea siempre como es, redondo, grande, brillante, lleno de calor. A la luna, en cambio, la cambia, nunca está igual.

Cuéntame de África, cuéntame que to-dos esos niños ya no necesitan comida ni medicinas de otros países. Cuéntame como están los polos. Dime que ya no matan a esas crías de foca. Dime por fin que todas esas ballenas surcan sin miedo los océanos. Cuéntame que la gente se abriga el cuerpo sin necesidad de sacrificar a ningún animal. Cuén-tame que hay dinero para todos, que todos los seres del planeta disponen de un techo donde cobijarse así como de varios platos de comida al día. Cuén-tame que las personas se abrazan entre ellas sólo porque si.

Cuéntame que las cárceles están vacías, que los hospitales están siendo derrui-dos, dime que ya no existen los hogares de acogida, tampoco los reformatorios, no olvides añadir en ese maravilloso cuento que los geriátricos y los hospi-cios se están convirtiendo en hoteles con cine.

Cuéntame que viajamos de un conti-nente a otro en completa libertad, sin registros ni pasaportes. Cuéntame que los candados, los cerrojos, las rejas, las llaves, han pasado a ser algo innecesa-rio, algo que sólo se puede contemplar en los museos.

Cuéntame que todo el armamento del mundo ha desaparecido, qué ya no

existen las bombas, que ya no hay ni rifles ni pistolas, que las minas enterra-das bajo tierra han dado paso a un sin-fín de plantas muy bellas.

Háblame de las palabras, de esas pala-bras sinceras que nunca se rompen.

Cuéntame que la palabra respeto se lle-va a la práctica.

Añade que la palabra extinción se ha extinguido del todo. Háblame de gozo, de placer, de ayudar, de pensar, pero de pensar en los demás siempre dando las gracias. Cuéntame que la educación es tan primordial como el respirar. Dime que el significado amigo va mucho más allá de lo que en verdad significa.

Cuéntame que los gritos y los repro-ches sólo son bellas notas de música.

Cuéntame que el amor es el sentimien-to más maravilloso que existe, el más noble, el más desinteresado y sincero, ¿Te atreves a contarlo?

� Lola Gutiérrez Sánchez. Escritora.

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Las cenizas en el mar.- Por Azucena Carmen Nicolás Sánchez

rase una vez, un matrimonio que pasaban más de seis meses vi-viendo en un pueblo costero por

sus cálidas aguas, ella era rubia y tenía los ojos de color miel, su carácter era muy alegre, risueña, con todo el mundo tenía conversación, él era rubio de ojos azules, más serio pero sensible y amable. A lo largo de su vida siempre habían teni-do animales. No habían podido tener hijos.

Estando un día de principios de verano en la playa, vieron a unas niñas en la are-na jugando con un cristal, Toñi que así la llamaban estaba fijamente mirando intentando descubrir que era lo que tra-maban, cuando vio que estaban encandi-lando a un grupo de señoras mayores que se estaban bañan-do, no pudo parar de reírse. Las niñas que estaban más cerca escucharon las

suaves risas de esta mujer, se miraron y terminaron las tres riéndose.

Las niñas le explicaron que cada vez que ellas y su grupo de amigos estaban ba-ñándose en el agua, jugando con la pelo-ta, este grupo de personas mayores ter-minaban echándoles porque las molesta-ban, y así estuvieron hablando durante toda la mañana hasta que se despidieron hasta el día siguiente.

Pero una de las niñas, llamada Alba, congenió muy bien con Toñi. Alba tenía trece años, era alta y delgadita con una melena larga de cas-taño claro y ojos ma-rrones, era la mayor de tres hermanos, sus padres estaban sepa-rados y en verano les tocaba estar con su abuela, pero ella se sentía sola porque no podía contar nunca con sus padres ni hermanos pequeños para contarles sus cosas, así que día tras día se hizo la amiga y

confidente de Toñi. Más tarde conoció a Nacho, el marido de Toñi, y Alba se

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quedaba embelesada con las historias de su vida que le contaba.

Pasaban los días y Toñi y Nacho invita-ron a Alba a su casa a merendar y cuan-do su abuela y sus hermanos se marcha-ban a la ciudad, Alba pedía permiso para quedarse con ellos.

Nacho la enseñó a montar en la tabla de windsurfing, hacían excursiones en bici-cleta o simplemente paseaban por el pa-seo marítimo y se tomaban algún hela-do. Alba era feliz con ellos, les contaba todas sus cosas, les pedía consejos… y también era muy feliz porque al igual que ellos estaba enamorada de ese pue-blo costero, tranquilo de aguas cálidas y serenas.

En invierno se llamaban o mandaban cartas, y así fueron transcurriendo los años. Alba se echó novio, terminó su ca-rrera, empezó a trabajar y de todas estas noticias los hacía partícipes.

Cuando llegó el día de la boda de Alba, Toni y Nacho fueron muy contentos, les hacía mucha ilusión compartir este día con ellos. Alba aún recuerda las palabras de Toñi, diciendo: -¡Que guapa!

Por motivos de trabajo, Alba y su mari-do esperaron un mes para irse de viaje de novios, y aprovecharon ese fin de sema-na para volver a su pueblo pesquero, pe-ro Alba, Toñi y Nacho tenían ilusión por hacerse fotos vestida de novia, en el patio de la casa donde tantos momentos inolvidables habían compartido. Y así lo hicieron, Toñi y Nacho colocaron aque-lla fotografía en el salón de su casa, una casa situada en la ciudad que tenía puer-to y pasaban el invierno, porque aunque querían esta ciudad natal ellos preferían

pasar la mayor parte del año en este pueblo pesquero de cálidas aguas.

Al mes de la boda de Alba y Daniel, To-ñi y Nacho los llamaron para comuni-carles que vendían la casa donde tantos años habían estado veraneando y pasan-do aquellos años de su vida; les explica-ron que se sentían ya un poco mayores para hacer un viaje tan largo, y la familia les había pedido que se quedasen en su ciudad natal con ellos, Alba podía com-prenderlo pero las lágrimas salían de sus ojos sin pedir permiso, un sentimiento de tristeza se apoderó de su corazón por-que sentía que una etapa de la vida se terminaba.

El día que se marcharon Alba los ayudó a recoger y colocar las maletas, los abra-zó sin poder dejar de llorar, a medida que el coche se alejaba Alba sentía que un pedazo de su corazón se iba con ellos.

Estuvieron carteándose y llamándose. Alba tuvo tres hijos, les mandaba foto-grafías y ellos les seguían contando sus cosas; siempre se decían que un día iría Alba con su marido e hijos a verlos, pero el día a día, la rutina y las obligaciones absorbían su vida. No obstante Alba y Toñi seguían llamándose, y le contaba sus cosas a su gran amiga.

Un día de primavera, Alba llamó a Toñi como otras tantas veces para hablar con ellos, y Toñi con tristeza pero la entereza que siempre había tenido le comunicó que Nacho había fallecido, de repente. Alba no pudo dejar de llorar al escuchar aquellas palabras, y sintió pena por no haber podido ir a verlo antes.

Toñi siguió su vida, saliendo a comer con sus amigas, con su familia… porque

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siempre había transmitido a Alba una alegría y fortaleza para afrontar la vida, y esto Alba lo había cogido de ella, al Igual que otras muchas cosas de Nacho. Sin embargo Alba notaba la añoranza, sole-dad y tristeza que Toñi tenía cuando hablaba con ella, se sentía sola y echaba de menos a Nacho. Habían pasado mu-chos años sin haberse visto, Alba sentía una necesidad inmensa de ir a verla. To-ñi se lo había pedido muchas veces, pero siempre, por unas cosas u otras, se pos-ponía el viaje.

Así que un buen día, Alba junto su ma-rido y sus tres hijos viajaron a Málaga la ciudad natal de Toñi, durante el viaje los recuerdos del mar junto a ellos iban y venían en la cabeza de Alba, una inmen-sa alegría estallaba en su corazón pen-sando que iba a volver a verla después de tantos años.

Llegaron, dejaron las maletas en el hotel y lo primero que hicieron fue ir a verla. Encontraron la calle enseguida. Alba se sabía la dirección de memoria, les había escrito tantas cartas a lo largo de los años, que enseguida dieron con el por-tón; llamaron y cuando la puerta se abrió todos se miraron, el primer abrazo fue el de Alba y Toñi, era una sensación de emoción y alegría que las dos siempre recordarían.

Entraron a la casa, y estuvieron toda la tarde charlando y contándose sus vidas, más tarde Daniel se fue con sus tres hijas y las dejaron solas, fueron las dos a una confitería cerca de casa y siguieron char-lando, Toñi pidió que viniese algún que otro fin de semana Alba sola para estar con ella, allí Alba se dio cuenta de la so-

ledad de Toñi, y le dijo que lo intenta-ría. Aquella tarde sus miradas eran como si estuviesen soñando, ninguna de las dos podía creerse que estaban juntas. Al-ba guardaría esa tarde como una de las más especiales.

Ese fin de semana, fue el último que Al-ba vio a Toñi, cuando se despidió de ella abrazándola fuertemente, la vio mayor y se dio cuenta que quizás era la última vez que la volvería a ver.

Alba intentó volver, pero su vida con su marido, hijos, trabajo… se le hacía cues-ta arriba, así que un día de verano llamó a la sobrina de Toñi sospechando lo peor porque llevaba varios días llamando y no la localizaba.

Le dijo que su tía había muerto. Alba no pudo ni contestar, sólo dio un suspiro, se despidió entre lágrimas y le pidió que por favor le mandara aquella foto del sa-lón en la que estaba ella vestida de novia con ellos.

Fue entonces cuando Alba se dio cuenta de que la vida a veces te arrastra con su vorágine de prisas y obligaciones, sin pa-rarnos ni darnos cuenta que muchas ve-ces dejamos de lado lo más importante: el tiempo para disfrutar de nuestras vidas y dedicar a nuestros seres queridos.

La mitad de las cenizas de Toñi y Nacho fueron echadas en un acantilado de Má-laga, el lugar donde se conocieron, la otra mitad fueron echadas en el mar Menor de aquel pueblo costero donde tanto disfrutaron.

Alba pasea muchas veces por los lugares donde estuvieron juntos, y cuando se sienta tranquilamente en la orilla del

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mar cierra los ojos y los puede ver. En ese mar que un día los unió a todos.

□ Azucena Carmen Nicolás Sánchez.

Profesora de Música y escritora de cuentos para niños.

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El arte y los vehículos. La me-cánica se convierte en arte.- Por Javier Sánchez Páramo

a industria de la automoción cre-ció a un ritmo vertiginoso, al igual que los vehículos que pro-

porcionaba aumentaban su velocidad, sus prestaciones, su tecnología... hasta llegar a nuestros días en que esos vehícu-los se han convertido en algo más que objetos mecánicos que facilitan, y en ocasiones complican, nuestras vidas.

Son muchos los que pregonan que estamos en la “Era de las Co-municaciones”, no lo pongo en duda, pero tal vez sea demasiado pronto para hablar de una "Era", sin embar-go, de lo que no me ca

be ninguna duda es de que hemos vivido y vi-vimos la "Era del Au-tomóvil". Hemos evolucionado y pro-gresado gracias a los vehículos, toda clase de vehículos que han hecho crecer las ciudades, acortar las distancias, transpor-tar mercancías y personas casi a cual-

quier parte del mundo. Coches, trenes, motos, aviones, barcos...incluso naves espaciales que nos han hecho ir más allá de nuestro planeta.

Y como no podía ser de otra manera, algo tan presente en nuestras vidas, irrumpió en la publicidad, en el cine, en la televisión...en el arte. Solo tenemos que estar un rato ante el televisor, cual-quier día a cualquier hora, para que cualquier automóvil aparque en nuestro salón mostrándonos sus "inigualables" cualidades a base de guiones, modelos y

efectos especiales dignos de las mejo-res producciones de Hollywood. Y ¿qué decir del cine?; Mar-lon Brando en su Triumph Thunder-bird 6T en Salvaje, Dennis Hopper en Easy Rider, Susan Sarandon despendo-lada en un descapo-table en Thelma y Louise, Cars, Trans-

porter, ¿qué sería de 007 sin sus co-ches?,…la lista sería inacabable.

Llegados a este punto, se hace necesario hablar del “Futurismo”, un movimiento artístico creado en Italia, curiosamente cuna de las más prestigiosas marcas de

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automóviles, a comienzos del siglo XX. Para este movimiento, impulsado por Filippo Tomasso Marinetti, la tecnolo-gía nos llevaría a romper con la tradición política y artística y el medio para el triunfo del progreso sobre la naturaleza1. Las manifestaciones de dicha tecnología, serían el maquinismo, el vértigo de la velocidad e incluso la guerra, ya que, desgraciadamente, no conviene olvidar que todo progreso lleva consigo sus in-convenientes y es obvio que los vehícu-los también fueron y son protagonistas indiscutibles de las guerras. Por otra par-te, tampoco es menos cierto que cuando no existían vehículos de ninguna clase también andábamos por ahí matándonos tan ricamente.

Sin duda, los vehículos se han converti-do en objetos de culto, en obras de arte en sí mismas. En el final del pasado siglo en el que se certificó tanto la muerte del arte (Arthur C. Danto), como la muerte del autor (Roland Barthes) y todo que-daba en manos de un nuevo espectador que debía acercarse al arte de una forma activa y no meramente contemplativa, se daban todos los ingredientes para que objetos aparentemente alejados de lo ar-tístico como un coche o una moto, pasa-ran a ser objeto de coleccionismo, de ta-sas millonarias en subastas, de exposi-ciones; bien por el "fetichismo" de su antiguo poseedor, con un ejemplo para-digmático en el famoso Cadillac rosa de Elvis, por su historia, o bien plenamente por su diseño, pongamos por ejemplo cualquier Ferrari. 1 Filippo Tommaso MARINETTI. Primer Manifiesto Futurista. 1909

Si una caja de detergente, las Brillo Box de Warhol, o el célebre urinario de Du-champ se tenían en consideración como obras de arte, ¿qué impedía que lo fuera un vehículo?, nada. Prueba de la impor-tancia de la parte "artística" de cualquier vehículo, aunque sea un mero utilitario de precio razonable, es el notable incre-mento de los departamentos de diseño de cualquier marca. Solo en dicho de-partamento de la fábrica de SEAT en Martorell, trabajan un total de 120 per-sonas, eso nos puede dar una idea de la importancia del arte aplicado al vehícu-lo, de cómo es fundamental la estética de un vehículo a la hora de atraer a un fu-turo comprador.

Pero la evolución de artilugio mecánico a obra de arte no se para ahí y va un pa-so más allá, convirtiéndose, no diré en un caso único, pero sí cuando menos cu-rioso. El vehículo se transforma en so-porte para el arte. En los últimos tiem-pos han aparecido dos movimientos ar-tísticos (vamos a llamarlos así) que difie-ren solo en sus nombres y en el soporte empleado ya que en esencia son lo mis-mo; el “tunning” y el “custom”. En am-bos casos, se trata de personalizar tu ve-hículo, coche o moto respectivamente, a base de modificaciones artísticas que en-globan la pintura, la escultura, la elec-trónica o la mecánica.

Me he referido a estos movimientos co-mo artísticos puesto que la intención úl-tima de su creador es el impacto visual, impresionar incluso al tan denostado "espectador pasivo", la intención es la estética. Hasta retrocediendo al concepto más primigenio de estética, aquel que estableció Baumgarten de: doctrina del

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conocimiento sensitivo, de las cosas perci-bidas en oposición a los hechos del enten-dimiento, las cosas cuadran. Tal vez no entendamos porque alguien gasta tiem-po, dinero y esfuerzo en pintar y modifi-car el aspecto externo de su vehículo, en trucar sus motores en ocasiones solo para modificar el sonido del mismo, etc. Pero nuestros sentidos lo perciben, ¡vaya que si lo perciben! Con ellos el autor, o auto-res, pretenden lo que cualquier mecenas o artista de épocas remotas, al menos una de sus pretensiones, poseer una obra, un "objeto" único y exclusivo con el que impresionar al resto de los morta-les.

Pero... ¿de verdad son bellos?

Limitarnos a emplear el argumento de las últimas décadas del pasado siglo se-gún el cual se decidió que cualquier cosa podía ser arte y que todo dependía del sujeto y no del objeto, sería, sin dejar de ser válido, demasiado fácil. Así que echemos mano de los que de verdad sa-ben de esto para buscar una respuesta.

Platón, aplicaría al concepto de belleza la misma teoría que aplicaría a todo. Existe una belleza abstracta, absoluta, plena, una belleza ideal y así, todo lo que nos parezca bello será una copia, una imita-ción (mímesis) nunca perfecta de dicha belleza. También opina que lo bello es un poder que ilumina las cosas, un baño de oro que han recibido algunos objetos y por tanto la belleza seria objetiva, no subjetiva. Indudablemente hay algunos vehículos que a la mayoría, nunca se puede generalizar pues de todo hay, nos parecen bellos. Aristóteles, alumno re-voltosillo de Platón, se decanta más por

creer que lo importante en una obra es el proceso creativo, el conocimiento previo para crear algo bello. No es precisamente de conocimientos de lo que carecen los ingenieros, dibujantes, informáticos y técnicos que pueblan hoy a decenas las divisiones de diseño de cualquier empre-sa automovilística. Tomás de Aquino se subió al carro de Platón: la belleza es aquello cuya contemplación agrada o pla-ce. Baumgarten une lo objetivo y lo sub-jetivo para dar con la belleza. Ésta tiene un componente subjetivo, el juicio que cada cual se cree respecto a la obra según sus ideas, conocimientos, predisposición, y un componente objetivo relacionado con el arte clásico, unas características de unidad, orden y simetría. Kant, en co-ntra de las tendencias actuales, cree en el espectador pasivo, ...no ha de tenerse el mínimo interés en la existencia de la co-sa, se ha de estar en contemplación completamente indiferente.

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En conclusión, este mínimo recorrido por opiniones históricas sobre el arte y la belleza nos lleva a concluir que no hay ninguna conclusión. Todo depende de quién y cómo lo vea, y en el caso que nos ocupa, de qué vehículo concreto es-temos hablando. No es lo mismo un Lamborghini que un Twingo, y redun-dando en el mismo concepto de subjeti-vidad, ello no quiere decir que a muchos no les parezca más bello un Twingo. Ci-tando a T. W. Adorno en su Teoría Es-tética, creo que podríamos dar por ¿ce-rrada? la discusión: ha llegado a ser obvio que ya no es obvio nada que tenga que ver con el arte2.

No obstante me gustaría dejar aquí un curioso paralelismo para la reflexión propia y ajena. Como ya sabemos todos, las características de la belleza, tan ansia-da y buscada en el arte clásico, eran las de: proporción, simetría y equilibrio. ¿Acaso no son esas condiciones indis-pensables para el correcto funcionamien-to de cualquier tipo de vehículo?, ¿Será eso lo que los dota de esa aura de belle-za?

□ Javier Sánchez Páramo

Estudiante del Grado de Historia del Arte.

2 T.W. ADORNO. Teoría Estética. 1970

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Turner y el Mar.- Por Ángela Marcet Llinares

iendo la nuestra una revista dedi-cada al mar y yo una estudiante de Historia del Arte es prácticamente

obligado que mi primer artículo relacio-nado con la pintura sea sobre Turner, el artista del romanticismo inglés que, para mi gusto, mejor supo pintar el mar en todo su esplendor y bravura.

Joseph Mallord William Turner se espe-cializó en pintar paisajes. En su tiempo fue considerado una figura controverti-da, pero hoy en día se le observa como el artista que elevó el arte del paisaje a la altura de la pintura de Historia. Aunque es renombrado por sus pinturas al óleo, Turner también es uno de los grandes maestros de la pintura paisajista británi-ca en acuarela.

La fuerza de atracción que el romántico Turner ejerce sobre el espectador con-temporáneo reside esencialmente en su modernidad, que encontramos en el uso que hace del color y en la utilización de la acuarela para estudios, bocetos inaca-bados y obras terminadas. Con ambos, color y acuarela, sus obras se hacen más libres, personales y radicalmente pione-ras de lo mental y lo abstracto. Esto po-demos apreciarlo sobre todo en su pin-tura del mar, ese lugar sublime por su amplitud inabarcable, que hace referen-cia al vacío y a la representación de lo etéreo e ingrávido, así como al desbor-dado movimiento vertiginoso y amena-zador que se representa en los torbellinos de aire y agua.

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El mar, los cielos y el fuego son tres constantes en su obra, justamente famo-sa por cuadros como El incendio de las Casas del Parlamento (1835) o El Teme-rario remolcado para el desguace (1839). Turner, como un reportero gráfico ade-lantado a su tiempo, pintó El incendio del Parlamento, un gigantesco siniestro presenciado por miles de personas en Londres, que consumió la Cámara de los Lores y los Comunes y destruyó la ma-yor parte del Palacio de Westminster en 1834, un hecho que él mismo presen-ció.Tumer era un amante del mar en una cultura que estaba volcada al mismo y en un momento en el que el dominio del mar había marcado su imperio. Hijo de barbero, Turner hizo algunos viajes por mar, y aunque no destacó como animoso marino tenía esa admiración

por el mar que posee la gente de tierra, bien por la idea de la magnificación del naufragio o bien -algo que no se dice mucho de Turner- por su intención de meter historias en sus obras. Sólo al final de su vida se libera de este intento de dar un carácter literario a sus cuadros y utili-za el agua como un espejo, como una prolongación que luego utilizarían con profusión los impresionistas. Otro tema que a Turner le interesó mucho fue la evolución de los barcos, un mundo en constante cambio, un cosmos que tanto pareció interesarle que cuenta una le-yenda se ató al mástil de un barco para experimentar, en toda su intensidad, el fragor de una tormenta en el mar; tal como hiciera Ulises para escuchar el can-to de las sirenas durante su viaje a Ítaca.

Incendio de las Casas del Parlamento

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Turner evoca continuamente ese poder natural, mayor que el de todos los hom-bres, en decenas de lienzos donde el mar es el protagonista principal. Pero sus cuadros no son los típicos paisajes des-criptivos de escenas marítimas, sino la síntesis de un instante sobrecogedor: la aparición de un poder ultraterreno, de-vastador e implacable, retratado con una pavorosa belleza.

El Temerario por su parte se refiere al buque de la marina inglesa HMS Teme-raire, que participó en la famosa Batalla de Trafalgar —que también pintó—, y donde pereció el almirante Horacio Nel-son. El cuadro de Turner, parte de la co-lección de la National Gallery de Lon-dres, rinde honor al citado navío y la-

menta su destino, que simboliza tam-bién el comienzo del fin del imperio bri-tánico. El propio Turner fue testigo del evento. Como el lienzo del incendio, es un cuadro apocalíptico que señala el fin de una era, si bien de una manera más triste y resignada. No hay aquí grandes olas que azoten el navío, sólo un ocaso, con el sol bajo y a punto de desaparecer por la línea del el horizonte. Por su par-

te, el buque conocido popularmente como El luchador temerario, es sólo una gran silueta blanca, espectral, arrastrada o humillada por un pequeño remolcador que le llevaría hasta el desguace, poco después, en la desembocadura del Táme-sis. Las grandes glorias de Inglaterra pa-recen desaparecer como la silueta náutica

El Temerario, remolcado hacia el desguace

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en este cuadro de Turner, que algunos equiparan con la impetuosa llegada de la era industrial y con una reflexión del pintor sobre su propia vejez. Curiosa-mente, no hace mucho, en 2005, los bri-tánicos eligieron El Temerario como el mejor cuadro inglés de todos los tiempos en una votación pública.

La obra de Turner permite ver porqué el llamado pintor de la luz fue un claro pre-cursor de los impresionistas: desde muy temprano, sus obras destacan por su agresiva paleta y por su dominio de la iluminación, centrando la mirada del espectador en detalles del cuadro como el sol u otras fuentes de luz. De hecho, a pesar que haber realizado la mayor parte de su obra un siglo antes, las vanguardias del siglo XX siempre han proclamado su grandeza.

Como en esta Tormenta de nieve donde

se cree que quiso plasmar sus recuerdos de un incómodo y peligroso viaje por mar realizado en enero de 1842. El bu-que que aparece en la cresta de la ola de-batiéndose en la marejada es un vapor de ruedas. Las masas grisáceas que se arre-molinan en torno a él dan un toque dramático a la situación, siendo proba-blemente una de las más atrevidas de Turner ya que todo lo que nos muestra es la impresión del sombrío casco y del gallardete ondeando bravamente en la punta del mástil. O la impresión de una lucha con el mar furioso y la amenaza-dora tempestad. Casi percibimos el im-pulso del viento y el golpe de las olas. No podemos detenernos en los porme-nores, ya que todos ellos han quedado absorbidos por la luz y la sombría oscu-ridad de la tormenta. Hubiese visto o no el autor este tipo de tormenta, fuera o

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no real, sabemos que es una tormenta sobrecogedora y terrible, como la que imaginamos al leer un poema romántico o al escuchar música del mismo género. Es difícil percibir el motivo real con una composición helicoidal que parte de un barco mostrándonos una tempestad y creando una sensación de confusión. El color va desde el blanco más puro al ne-gro y pasa por transiciones del ocre al rojo del humo, así como una serie de plateados muy propios de la paleta de Turner.

En muchas obras tardías los objetos principales de sus cuadros son difícil-mente reconocibles, enmascarados por los gruesos trazos con los que pinta los elementos, como por ejemplo en Tor-menta de nieve, Naufragio con botes de pesca donde se aprecia un estilo similar al que más tarde desarrollarían impresio-nistas franceses como Claude Monet, Camille Pissarro o August Renoir. El Premio Turner, el principal galardón de la pintura británica, fue creado en 1984 en su honor.

□ Ángela Marcet Llinares

Estudiante del Grado de Historia del Arte.

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Nuevos tratamientos para la epilepsia.- Por Francisco Conesa López

a Epilepsia es una enfermedad crónica del cerebro que se mani-fiesta en forma de crisis paroxísti-

cas espontáneas recidivantes con sinto-

matología motora, psíquica, sensorial y sensitiva, como consecuencia de una descarga excesiva en las células de una zona de la corteza cerebral. La frecuencia es del 1 % de la población. En España tenemos unos 400.000 enfermos.

El profesor Antonio Gil-Nager Rein, Je-fe de Servicio de Neurología de la Clíni-ca Ruber de Madrid, pronunció una

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Dr. don Antonio Gil-Nager Rein

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conferencia en el Colegio Paseo Rosales de Molina de Segura el pasado día 18, organizada por la Fundación de Estudios Médicos, el Ayuntamiento y el Hospital de Molina, con el patrocinio de La Caixa.

¿Cuál es la causa de la Epilepsia?

La Epilepsia está formada por muchas enfermedades, y podríamos decir que la Epilepsia es en realidad el síntoma de distintas lesiones de la corteza cerebral. En algunos casos el factor genético es predominante, cuya base genética está ligada a un grupo de genes que deben de confluir, y eso depende en gran medida del medio ambiente en el que se desarro-lla la persona. En la mayoría de los casos la epilepsia se debe a malformaciones congénitas del cerebro, a lesiones cere-brales durante el parto, y a factores postnatales como las meningitis, los traumatismos craneoencefálicos, los tu-mores intracraneales, malformaciones vasculares o por sustancias tóxicas.

¿La convulsión febril de la infancia es Epilepsia?

Las crisis febriles se deben a alteraciones de los canales del calcio en la neurona. La mayoría de las veces se trata de una convulsión aislada que dura menos de 15 minutos, en cuyo caso son benignas y no causan epilepsia. Cuando las crisis febriles presentan focalidad hacia un la-do del cuerpo, se repiten con frecuencia y duran más de 15 minutos, entonces estamos ante crisis febriles atípicas como

es el caso de la Epilepsia Mioclónica Se-vera del Lactante.

¿Cómo se realiza el diagnóstico?

Además del E.E.G. o Electroencefalo-grama clásico contamos hoy con el E.E.G. de 24 horas, el Scanner, la Eco-grafía craneal transfontanelar para niños pequeños, la Resonancia Magnética Nu-clear (R.M.N.) y la Monitorización Ví-deo - E.E.G. Con esta última técnica vemos en la mitad de una pantalla el tra-zado del E.E.G. y en la otra mitad la imagen del paciente, con las alteraciones físicas correspondientes a un trazado anómalo, y esa grabación podemos estu-diarla cuantas veces sea necesario para concretar el diagnóstico.

¿Cuál es el tratamiento?

Hasta 1980 disponíamos de siete fárma-cos para el tratamiento de la Epilepsia y a día de hoy tenemos veinte. Los avances consisten en mejorar los efectos secunda-rios (somnolencia, sedación, inestabili-dad), que eran los que llevaban a mu-chos pacientes a dejar el tratamiento. Los primeros tratamientos, como el Te-gretol, han dado paso a la Rufinamida y la Lacosamida. Por otra parte, cada pa-ciente necesita un tratamiento particu-lar, y la pauta consiste en cambiar de medicamento hasta encontrar el que consiga frenar las crisis. En situaciones especiales como el embarazo, hay fárma-cos que están contraindicados y otros que son muy seguros. En casos resisten-tes a los fármacos empleamos la radiote-rapia, la estimulación eléctrica y la ciru-

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gía, pero siempre se mantiene el medi-camento.

¿Cuál es el pronóstico?

El pronóstico depende en gran medida de la causa que produzca las crisis epi-lépticas. Si la causa es un tumor benigno y se puede extirpara, las crisis cederán. En general podemos afirmar que la epi-lepsia no se cura, que en el 75 % de los casos se controlan bien las crisis con los tratamientos actuales y que el otro 25 % continúan presentando crisis a pesar del tratamiento. En casos severos como las crisis febriles en niños con lesión en el hipocampo se controlan menos del 15 % de los pacientes.

¿Afecta la Epilepsia al desempeño de al-gunas profesiones?

Tan solo está contraindicada de forma absoluta la profesión de piloto de avio-nes. En los trabajadores de la construc-ción, si el paciente está dentro del 75 % que está bien controlado con el trata-miento, pueden realizar su trabajo con normalidad. Respecto a la conducción de vehículos, la legislación española permite la conducción cuando el enfer-mo lleva un año libre de crisis. Este pe-ríodo de tiempo está en revisión y podrá reducirse a seis meses, como ocurre en otros países de nuestro entorno.

□ Francisco Conesa López

Licenciado en Periodismo y Médico titular del Centro de Salud Las Torres.

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Cándido - Por María Teresa Cervantes Gutiérrez

� María Teresa Cervantes Gutiérrez. Escritora y Poeta.

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Día Internacional del Libro. La Noche de los Libros.- Por Vicente Cepeda Celdrán

ras la idea pionera de Madrid con La noche de los libros, ciuda-des como Cartagena se han su-mado a la iniciativa de la capital

con actividades como la de un libro en busca y captura 2014, entre las que des-tacamos la de nuestra colaboradora la escritora Lola Gutiérrez, quien junto a mi antiguo profesor en la Universidad de Murcia el inefable Antonio Parra, Manuel Cañavate Ibarra, Ignacio Bor-goñós, Simón Hernández y Manuel Mo-

ta, propiciaron debates sobre distintos temas y desde diferentes establecimien-tos de la ciudad.

Otras actividades fueron la firma de li-bros, la lectura encadenada que conme-moraba los cien años de Platero y yo, y en especial la oferta del Museo del Tea-tro Romano: Scripta Manent, un taller de libros y bibliotecas en la antigüedad clási-ca, como más adelante veremos.

La interesante apuesta del Teatro Ro-mano de Cartagena fue una inmersión en la antigüedad conducida por la pro-pia Directora del Museo Elena Ruiz Valderas y por el también arqueólogo Antonio Murcia Muñoz. Un viaje en el tiempo por el que se pudo comprender, a través de una conferencia con apoyo visual y reproducciones perfectamente logradas, los diferentes tipos de libros e instrumentos de escritura del mundo grecolatino, desde Alejandría hasta Ro-ma.

La visita se completó por las diferentes bibliotecas y salas del Museo, donde se pudo conocer el papel de Augusto en la promoción de aquellas primeras biblio-tecas y la importancia de los biblioteca-rios en la formación cultural de la élite romana, e inclusive leer de textos clási-cos con los que la admirable Elena Ruiz, erudita en ciencia pero experta también en conectar con el personal nos hizo sonreír, pongo por caso cuando refirió aquello de un célebre romano que pre-guntaba: “¿Cuándo se come en este lugar? Si eres rico cuando quieras, si eres po-bre....cuando puedas”.

En fin, una jornada y taller muy, muy interesante. Un acontecimiento al nivel

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Antonio Murcia Muñoz – Nuestro conferenciante favorito en el Teatro Romano

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de un césar porque doña Elena Ruiz Valderas y don Antonio Murcia Muñoz, trabajando mano a mano, nos llevaron a un conocimiento profundo pero natural que se alargó desde las 7,30 hasta las 10,15 horas de la noche sin resultar pe-sado; porque pusieron todo su empeño, toda su capacidad de ser anfitriones, su excepcional conocimiento científico y hasta su simpatía personal al servicio de esta ciudad, abanderada desde ese buque insignia que es el Teatro Romano de Cartagena. Muchas gracias a quienes lo hicieron posible. Ponemos unas fotogra-fías.


Fototurismo.org - Asesor

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Toca volar - Por Juan Tomás Frutos

Nos damos visibilidad en este día de amor. No hay nada más importante que vernos, que compartirnos, que regalarnos las emociones con las que crecimos de algún modo, de manera exquisita. Continuaremos. Nos brindamos querencias que aumentan los volúmenes de unas caricias hacia el mejor desti-no, que nos preña de besos y de abrazos extensibles a aquello que aún está por realizarse, por conocerse. Hemos tenido de nuestro lado el azar que mueve las montañas de la magia, que ahora fomentan espacios y presencias renovadas. Nos conjugamos con visiones que nos prepararán para estar y vivir en la quietud de antaño,

de siempre, con una afirmación de tenencias lícitas, nuestras para siempre. Hemos ayudado a fraguar esta relación de genialidad: ahora toca volar bien alto. Seguro que sientes el viento.


Doctor en Periodismo, Profesor de la Universidad de Murcia y escritor.

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Siempre te recordaré - Por Juan Tomás Frutos

odría decir que te amé de mil maneras diferentes,

como a tus historias, que hice mías. Padecí contigo, y viajé contigo, y contigo fui el más devoto de lo humano, que me hiciste experimentar como nadie, de manera sencilla. Me aficioné a ti, a tu tono, a tus formas, a esas miradas limpias que me contaban algunos porqués y que me llenaban de interrogantes. Aprendí mucho, y gané y perdí, y empaticé, y sentí, y viví. Fuiste, eres, un ejemplo

de existencia, de dinamismo, de avisos, de superación del lenguaje de derrotas en una generación hallada por gentes como tú. Los grises y los negros enturbian ahora mis recuerdos, que también son vida, y trato de avanzar con naturalidad, desde el hechizo que me enseñaste, mientras pienso en tus ojos y en lo que nos contaron. Has sido un maestro: lo sé por tu inteligencia, por ese don para plasmarla, y porque siempre te recordaré como una buena persona. Gracias, Gabo.


Doctor en Periodismo, Profesor de la Universidad de Murcia y escritor.

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Los sueños los marcan las es-trellas. Por María José Valenzuela Cánovas

iempre soñó con tener una peque-ña parcela en la que construir una modesta casa, fabricarse un corral

donde criar gallinas y conejos, unos ban-cales en los que sembrar verduras y hor-talizas y un hilo de agua para regarlas. En realidad pretendía volver a los oríge-nes, buscar la autosuficiencia de consu-mo en pequeñas cantidades, pensando más en entretener sus ocios de fin de semana que en el hecho de cultivar a al-tos niveles. Sus pretensiones no iban más allá de divertirse haciendo lo que otros sudaban por necesidad, y también pasar a ser parte de la tierra, sentir su tacto, su calor. Además, con aquel modesto capri-cho, pretendía eliminar el estrés de su agitada vida profesional y para todo ello

ahorraba. Ya tenía ahorrado una cifra que podía ser suficiente, así que pregun-tó a personas que pudieran informarle de algún terreno que se adaptara a lo que él iba buscando, una extensión que fuera suficiente para llevar a cabo aquel capri-cho que él consideraba una necesidad.

Había contagiado a su esposa con la idea y ahora ella también estaba ilusionada. A los ahorros le sumarían un crédito ban-cario y primero comprarían el terreno, la construcción de la casa la harían con posterioridad.

Pero el hombre propone, Dios dispone y otros hombres descomponen las cosas y la misma vida. Cierto día, al salir de la oficina, un coche desbocado o con un conductor idiota subió a la acera a toda velocidad y acabó con las ilusiones de este hombre.

Horas después, la esposa lloraba mien-tras decía a una amiga:

-Sólo me consuela pensar que, aunque de forma distinta a como él lo tenía pre-visto, su sueño de pasar a formar parte de la tierra se ha cumplido. Solamente que no tendrá en ella conejos, ni galli-nas, ni verduras, pero sí estará a salvo del estrés por toda la eternidad.

□ María José Valenzuela Cánovas

Escritora.

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Las golondrinas - Por Marcelino Menéndez González

Aparecen en primavera y al final del verano se alejan, matizando de movimiento el paisaje y el aire con sus mágicos vuelos, en los que vienen y van sin detenerse, porque quietas no están. Con su ropaje negro y blanco y una pincelada roja en el pico, alas veloces y puntiagudas para vuelos vertiginosos y únicos, aparejadas de vital fidelidad.

No existen para ellas jaulas carcelarias, ni cementerios; unas emigran a sus orígenes y otras mueren peregrinas, pero todas, dueñas de su libertad. Poseen un significado especial y así algunas no pudieron evitar quedar presas en las rimas de Bécquer, y otras, plasmadas en una bella canción mexicana, que significa la despedida de un adiós para aquellos que quizá, ¡jamás volverán!, pero ellas, ellas llenándonos de su encanto...sí que lo harán.

□ Marcelino Menéndez González

Poeta y escritor.

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Fototurismo.org Magazine Mensual – Nº 13 - Mayo 2014 - ISSN 2255-0984 /DL MU-998-2012

Fototurismo.org Magazine Mensual – Nº 13 - Mayo 2014 - ISSN 2255-0984 /DL MU-998-2012

Almadraba.- Por Juan Mediano Durán

arece que el mar no acaba, y abajo se ven flotando los corchos que van marcando

el perfil de la almadraba. Y unos hombres que en sus botes, a los remos agarrados, vienen bogando afanados, como nuevos galeotes. Y en el muelle unas mujeres, del sol curtida su piel con el color de la miel, preparando los enseres donde, con curioso tino, irán dejando los peces que les deparó con creces el caprichoso destino. □ Juan Mediano Durán Escritor y poeta.

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La música que había en tí1 - Por Juan Antonio Pellicer Nicolás

Arrasado por la ceguera que deja la belleza en su huida queda sin vida la hoja pegada a la rama que la llora; arrasado por la ceguera el tronco arranca de la tierra un queji-do sin una lágrima, sin un reproche, solo y desnudo en pie sigue muriendo. La noche esconde tu tristeza en su negrura compasiva, y sigues en pie y solo soñando con tus prados y tus verdes,

1 Pintura de Irene Gomis Galán (óleo sobre lienzo 100x81) y poema de Juan A. Pellicer. Exposición “Manifiesto sostenible”, Sala Municipal de Expo-siciones de Barakaldo/Giri Iraunkorra

casa de trinos entre millones de escale-ras imaginadas por el pintor que te vivió, que se mezclan buscando otro día y otro cielo, que te inventan vivo y no muerto. Será mañana que ya no estaré, que tu dolor dejará un recuerdo dibujado en tu tronco –bellísimo por-te- sin cara ni cuerpo; será mañana que volverá el color pegado a tus hojas, tus ramas y tus prados; será mañana que no estaré, que junto a ti me sentirás brotando de la tierra buscando entre el silencio roto la música de la vida que había en ti.

□ Juan Antonio Pellicer Nicolás

Poeta, escritor y fotógrafo

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Pasos Perdidos- Por Teo Revilla Bravo

y Karym Huberman R.

□ Teo Revilla Bravo

Poeta, pintor y escritor.

□ Karym Huberman R.

Fotógrafa, pintora y escritora.

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Mi estrella - Por Juan Antonio Carreras Espallardo

Si cierro los ojos concentro mi mente te tengo presente y trepo en embojos. Me siento seguro proteges mi karma enfundo mi arma y aguardo en tu muro. Eres mi estrella mi protectora lunar la Diosa del Mar y la compañía más bella. Cómo pueden haber miles de estrellas en el firmamento más lejano pero asirme de tu mano y olvidarlas todas ellas. La única estrella que me guía

mi confidente más sincera mi fiel compañía hasta el día en que me muera. Debe ser amor o más que eso, protección, confianza, respeto y evolución en tiempos tan difíciles, donde los sentimientos están en huel-ga. Pero me basta que exista ella para darme su calor y poder sentirme el mejor porque ella es MI ESTRELLA.

□ Juan Antonio Carreras Espallardo

Periodista y criminólogo

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La sanidad móvil.- Redacción.-

n 2017, 3400 millones de per-sonas en el mundo tendrán un teléfono inteligente, y la mitad

de ellas utilizará aplicaciones de sani-dad móvil. Si se desplegara todo su po-tencial, la sanidad móvil podría recor-tar los costes sanitarios de la UE por un importe de 99 000 millones de euros de aquí a 2017.

Casi 100 000 aplicaciones de sanidad móvil están ya disponibles en numero-sas plataformas, tales como iTunes, Google play, Windows Marketplace o BlackBerry World. Las veinte aplica-ciones gratuitas más populares de de-porte, mantenimiento físico y salud re-gistran ya 231 millones de descargas a nivel mundial.

La comisión europea ha lanzado su consulta sobre sanidad móvil (#mHealth) en la que pide colabora-ción para encontrar vías de mejorar la salud y el bienestar de los europeos mediante el uso de dispositivos móvi-les, tales como teléfonos móviles, table-tas, dispositivos de monitorización de pacientes y otros aparatos inalámbricos.

Posibles ventajas de estas modalidades:

• Dan al paciente el control sobre su salud, lo que le otorga más indepen-dencia y contribuye a prevenir proble-mas de salud,

• Aumentan la eficiencia del sistema sanitario y, por tanto, presentan un enorme potencial de ahorro de costes,

• Ofrecen magníficas oportunidades a los servicios innovadores, la creación de empresas y el mercado de las aplicacio-nes.

Algunos ejemplos de sanidad móvil

• Una aplicación que mide sus cons-tantes vitales, como la presión arterial,

• Una aplicación que ayuda a adminis-trar insulina a los diabéticos transmi-tiendo señales de control a la bomba desde una plataforma móvil,

• Una aplicación que recuerda al pa-ciente que debe tomar su medicación,

• Una aplicación que recomienda ejer-cicios de mantenimiento o dietas para mejorar el estado general de salud y bienestar de los usuarios.

Aún quedan flecos pendientes como la seguridad de las aplicaciones de sani-dad móvil, los problemas ligados a la utilización de sus datos, la falta de in-teroperabilidad entre las soluciones

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disponibles y el desconocimiento, por parte de los interesados, de los requisi-tos legales de las aplicaciones sobre esti-lo de vida y bienestar, tales como el cumplimiento de las normas sobre pro-tección de datos y la obligación de ob-tener el marcado CE si tales aplicacio-nes se consideran dispositivos médicos. Asimismo, es importante que instau-remos un clima de confianza entre los profesionales de la salud y los ciudada-nos y ayudemos a la gente a utilizar con eficacia los servicios de sanidad móvil.

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