Carta a STJ, MTA, FT.

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1 Compañía de Santa Teresa de Jesús Dirección General Via Val Cannuta 134 00166 ROMA A las hermanas de la Compañía de Santa Teresa, miembros del MTA, Familia Teresiana, FET y FundEO, en el día del nacimiento de la santa en Ávila, año de 1515 Roma, 28 de marzo de 2015 Querida Familia Teresiana: Hace sólo dos años me dirigía a la Familia Teresiana, en un día como hoy, citando las mismas palabras que utilizó Enrique de Ossó en la revista teresiana en el mes de marzo de 1873. Las quiero volver a escribir porque hoy, 28 de marzo de 2015, resuenan de un modo especial: Creemos verán con gusto nuestros lectores la nota del nacimiento de nuestra Santa, escrita por su mismo padre, cuyo original hallábase en el convento de Pastrana, según testimonio del P. Antonio de san Joaquín, el año 1808. Dice así: En miércoles veinte y ocho días del mes de marzo de quinientos y quince años, nació Teresa mi hija, a las cinco horas de la mañana, media hora más o menos (que fue el dicho miércoles casi amaneciendo). Fueron su compadre Vela Nuñez, y la madrina doña María del Águila, fija de Francisco de Pajares.(…) Fue bautizada el mismo día en la parroquia de San Juan de dicha ciudad, con el nombre español de Teresa” 1 Por fin llegó el gran día de fiesta. En muchas partes del mundo, y en diferentes Familias religiosas, celebraremos los 500 años que han transcurrido desde aquel acontecimiento. Cuando una persona cumple años, decimos a veces: “Doy gracias a Dios por tu vida”. Y así lo vivimos hoy, como un día de ACCIÓN DE GRACIAS continua por la vida de Teresa de Jesús, por su empeño en arriesgarse a vivir su propia vida y por su obediencia en acoger la vida de Dios en ella: Es otro libro nuevo de aquí adelante, digo otra vida nueva. La de hasta aquí era mía. La que he vivido desde que comencé a declarar estas cosas de oración, es que vivía Dios en mí, a lo que me parecía. 2 Celebrar la vida de Teresa, si tenemos presentes sus palabras, significa, por tanto, celebrar la vida de Dios en ella, su gran bondad y misericordia, su derroche, su modo de mirarla y su empeño en posibilitarle ser quien fue: una mujer auténtica, realista y enamorada, una orante, una buscadora, inquieta y andariega, una reformadora y una maestra, una gran amiga de Dios y amiga de sus amigos… Le damos la palabra para unirnos a lo que ella reconoció y celebró en verdad: Muchas veces he pensado, espantada de la gran bondad de Dios, y regaládose mi alma de ver su gran magnificencia y misericordia. Sea bendito por todo, que he visto claro no dejar sin pagarme, aun en esta vida, ningún deseo bueno. Por ruines e imperfectas que fuesen mis obras, este Señor mío las iba mejorando y perfeccionando y dando valor, y los males y pecados luego los escondía; aun en los ojos de quien los ha visto, permite Su Majestad se cieguen, y los quita de su memoria. Dora las culpas; hace que resplandezca una virtud que el mismo Señor pone en mí, casi haciéndome fuerza para que la tenga 3 . Hoy reconocemos con agradecimiento el camino recorrido a lo largo de este tiempo desde que en el 2013 tuvo lugar aquel CIT de animadores de un centenario. Hemos vivido en las diferentes partes del mundo 1 RT Año I núm.6, marzo 1873 2 V 23, 1 3 V 4, 10

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Compañía de Santa Teresa de Jesús

Dirección General

Via Val Cannuta 134 – 00166 ROMA

A las hermanas de la Compañía de Santa Teresa,

miembros del MTA, Familia Teresiana, FET y FundEO,

en el día del nacimiento de la santa en Ávila, año de 1515

Roma, 28 de marzo de 2015

Querida Familia Teresiana:

Hace sólo dos años me dirigía a la Familia Teresiana, en un día como hoy, citando las mismas palabras

que utilizó Enrique de Ossó en la revista teresiana en el mes de marzo de 1873. Las quiero volver a escribir

porque hoy, 28 de marzo de 2015, resuenan de un modo especial:

Creemos verán con gusto nuestros lectores la nota del nacimiento de nuestra Santa, escrita por su mismo

padre, cuyo original hallábase en el convento de Pastrana, según testimonio del P. Antonio de san

Joaquín, el año 1808. Dice así: En miércoles veinte y ocho días del mes de marzo de quinientos y quince

años, nació Teresa mi hija, a las cinco horas de la mañana, media hora más o menos (que fue el dicho

miércoles casi amaneciendo). Fueron su compadre Vela Nuñez, y la madrina doña María del Águila, fija

de Francisco de Pajares.(…) Fue bautizada el mismo día en la parroquia de San Juan de dicha ciudad,

con el nombre español de Teresa” 1

Por fin llegó el gran día de fiesta. En muchas partes del mundo, y en diferentes Familias religiosas,

celebraremos los 500 años que han transcurrido desde aquel acontecimiento. Cuando una persona cumple años,

decimos a veces: “Doy gracias a Dios por tu vida”. Y así lo vivimos hoy, como un día de ACCIÓN DE

GRACIAS continua por la vida de Teresa de Jesús, por su empeño en arriesgarse a vivir su propia vida y por su

obediencia en acoger la vida de Dios en ella:

Es otro libro nuevo de aquí adelante, digo otra vida nueva. La de hasta aquí era mía. La que he vivido

desde que comencé a declarar estas cosas de oración, es que vivía Dios en mí, a lo que me parecía.2

Celebrar la vida de Teresa, si tenemos presentes sus palabras, significa, por tanto, celebrar la vida de

Dios en ella, su gran bondad y misericordia, su derroche, su modo de mirarla y su empeño en posibilitarle ser

quien fue: una mujer auténtica, realista y enamorada, una orante, una buscadora, inquieta y andariega, una

reformadora y una maestra, una gran amiga de Dios y amiga de sus amigos… Le damos la palabra para unirnos

a lo que ella reconoció y celebró en verdad:

Muchas veces he pensado, espantada de la gran bondad de Dios, y regaládose mi alma de ver su gran

magnificencia y misericordia. Sea bendito por todo, que he visto claro no dejar sin pagarme, aun en esta

vida, ningún deseo bueno. Por ruines e imperfectas que fuesen mis obras, este Señor mío las iba

mejorando y perfeccionando y dando valor, y los males y pecados luego los escondía; aun en los ojos de

quien los ha visto, permite Su Majestad se cieguen, y los quita de su memoria. Dora las culpas; hace que

resplandezca una virtud que el mismo Señor pone en mí, casi haciéndome fuerza para que la tenga3.

Hoy reconocemos con agradecimiento el camino recorrido a lo largo de este tiempo desde que en el

2013 tuvo lugar aquel CIT de animadores de un centenario. Hemos vivido en las diferentes partes del mundo

1 RT Año I núm.6, marzo 1873

2 V 23, 1

3 V 4, 10

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una gran oportunidad para la Familia Teresiana, un tiempo de gracia que muchos hemos aprovechado para

conocer mejor la vida y los escritos de Teresa, para compartir su propuesta con otras Familias religiosas y

laicos, y para comprometernos a experimentar la aventura personal que ella nos propone.

Constatamos la fuerza que van teniendo los sueños de Teresa y de Enrique de Ossó, dos “espirituales de

veras” que entran en diálogo a pesar de la distancia de siglos que los separa y nos contagian su pasión por Jesús

y por la humanidad. De ellos recibimos la llamada a realizar y concretar nuestros sueños hoy. Y vemos cómo se

encienden esas brasas que arden en el corazón y en el mundo. Algo de esto fue la experiencia que vivimos en el

Congreso teresiano celebrado en Tortosa: “Enrique y Teresa, cara a cara”. Y todavía damos gracias por ello.

Reconocemos que cuando se da a conocer su experiencia, a través del arte, de la música, de talleres o

exposiciones, o tocando aquel bastón que recorrió muchos caminos, tanto jóvenes como adultos conectan con la

verdad profunda y esencial de su mensaje: “Alma, buscarte has en Mí, y a Mí, buscarme has en ti”. Jesús es el

camino y la vida verdadera. No son tiempos de tratar negocios de poca importancia…¡Es tiempo de caminar!

Niños-as, jóvenes, familias; comunidades de la STJ y teresianas vinculadas al carisma, que han

pertenecido a la Compañía; comunidades educativas; exalumnas/os; miembros del MTA; Hermanos/as de

Compañía; Fundación Escuela Teresiana (FET); voluntarios y colaboradores de FundEO…, van recibiendo y

aportando su genialidad y esfuerzo para que el carisma teresiano se convierta en una especie de música de fondo

que recorre los espacios, armoniza los instrumentos diversos, y llena el corazón de una alegría serena, verdadera

y familiar que nos pone en pie, fortalece los corazones y nos hace decidir a favor de quién vamos a poner

nuestras mejores energías. Algo de esto significan los grandes eventos y encuentros nacionales e internacionales

que se celebrarán a lo largo del 2015.

Aún nos quedan por vivir experiencias fuertes que generarán sin duda lazos de familia y decisiones

comprometidas para recorrer el camino de la fe. Todos/as estamos invitados a recrear la FUERZA DEL

SUEÑO de Enrique de Ossó y hacer una experiencia espiritual, personal y compartida, que sea contagiosa,

vivificadora, germen de una humanidad nueva. Es un tiempo propicio para descubrir y experimentar la fuerza

apostólica de la AMISTAD, con Dios, entre nosotros y con los santos y santas, amigos y amigas fuertes de Dios.

Quiero terminar dejando la palabra a S. Enrique de Ossó refiriéndose, como no, a la santa de su corazón

como una mujer luchadora que estará siempre en la memoria viva de esta Familia Teresiana:

“Los Santos no mueren jamás… Sus obras, su espíritu viven en su familia, y desde la gloria del cielo

velan con solicitud paternal por sus hijos que dejaron acá. Tres siglos ha que Teresa de Jesús está en la

gloria … Tres siglos ha que esta nueva Débora fundó un ejército de los fuertes, y a pesar de su ausencia

sigue su marcha gloriosa y triunfal por este desierto de la vida, animado del mismo espíritu y fortaleza

de que le dotó su Madre y Capitana invencible.

¡Ojalá siguiendo las huellas de tan ilustre heroína, militemos siempre bajo su invencible y gloriosa

bandera, para acompañarla en su eterno triunfo en la gloria! ¿Cómo alcanzar tan grande premio?.

Creyendo, esperando, amando, orando y obrando como Teresa, pues nadie será coronado sino el que

peleare varonilmente hasta el fin.4

¡Feliz 28 de marzo, hermanas! Nos felicitamos y nos ponemos en camino hacia esa “vida nueva” que

experimentó Teresa de Jesús, y que el Jesús de Teresa quiere regalarnos hoy. Pedimos para cada uno la fidelidad

y respuesta generosa a tantos dones recibidos a través de esta gran Amiga de Dios. Y bendecimos al apóstol

teresiano del siglo XIX, S. Enrique de Ossó, que se dejó inspirar y conducir para realizar las obras teresianas en

aquel siglo.

De parte de todas las hermanas de la Dirección General os envío a toda la Familia Teresiana de Enrique

de Ossó un gran abrazo, lleno de alegría, ternura y gratitud.

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ASUNCIÓN CODES. Coordinadora General

4 Revista Teresiana. Núm. 179 Agosto 1887