Carta de Sarmiento a Rugendas 1849

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 CARTA   DE SARMIENTO A RUGE ND AS E l 28 de nov ie mb re de 1849, Sa rmiento le escribe a su am ig o el pintor Rug enda s, radica do entonces en Baviera, desde Santiago de  Chile.  La carta original se conserva en el Museo Histórico de l a Ciudad de Buenos Aires "Brigadier General Cornelio de Saa- vedra"  de la Municipalid ad de la Ciudad de Buenos Aires, ms. 16162,  y consta de dos folios, el  primero escrito recto y verso 1 . Entre  muchas otras cosas, l a carta es testimonio de un mo mento particular de la vida política de Sar mien to en el exilio chi leno, y revela, especialmente, algunos rasgos destacados de su per sonalidad  y de l estilo episto lar qu e l o cara cteriza. Sarmiento acaba de publicar dos obras: Viajes en  Europa, Áfri ca i América, 1845-1847  2  ,  y De la Educación  Popular, c o n igual l u gar, editor y fecha. Se las envía a Rugendas  junto con algunos números de La Crónica,  el periódico que redacta en Santiago 3 . Precisamente  en los Viajes, Sa rmi ento había recordado y ala- 1  Debo a la gentileza del Dr. Carlos María Gelly y Obes, director del M u seo, el con oci mie nto de la existenc ia de esta car ta y un a copia fotostática que he cotejado con el original. Apro vech o l a ocasión pa ra agradecérselo pr of un damente. Sobre Johann Moritz Rugendas pueden consultarse GERTRUD R I - CHERT, Johann Moritz Rugendas, ein Deutscher Malerdes xix  Jahrhundert, Munich, 1952;  BONIFACIO D EL CARRIL, Artistas extranjeros en la Argentina.  Mauricio Rugen das, Buenos Aires, 1966; y para una síntesis informativa VICENTE OSVALDO CUTOLO,  Nuevo diccionario biográfico argentino (1750-1939),  t. 6, Elche, Buenos  A i res, 19 83. 2  Imprenta de  Julio Belin y Cía., Santiago, 184 9 , 2 ts. Ci to por el vol . 5 de sus Obras, Imprenta Gutenberg, Santiago de Chile, 1886. La edición ori ginal dice Viajes en. .  . ; el vo l. 5, en camb io , ya di vu lg a el títul o con la preposi ción por, que es la que triunfó. En adelante se incluirán en el texto las  r páginas citadas.  3  La Crónica, Santiago de Chile, Imprenta de  Julio Belin y Cía., comen zó su publicación el 2 8 de ju nio de  1849, y aparecen artículos de Sarmiento desde el pr im er número hasta el núm . 5 2 , del 2 0 de enero de 18 5 0 .  NRFH,  XXXVI (1988), núm. 1, 407-416

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Carta de Domingo Faustino Sarmiento al pintor Mauricio Rugendas.

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  • C A R T A D E S A R M I E N T O A R U G E N D A S

    E l 28 de nov iembre de 1849, Sarmiento le escribe a su amigo el p i n t o r Rugendas , radicado entonces en Bav iera , desde Santiago de C h i l e . L a carta o r i g i n a l se conserva en el Museo Histrico de la C i u d a d de Buenos Aires " B r i g a d i e r Genera l Corne l i o de Saa-v e d r a " de la M u n i c i p a l i d a d de la C i u d a d de Buenos Aires , ms. 16162, y consta de dos folios, el p r i m e r o escrito recto y verso 1 .

    E n t r e muchas otras cosas, la carta es test imonio de u n m o -m e n t o par t i cu lar de la v i d a poltica de Sarmiento en el exil io c h i -leno, y revela, especialmente, algunos rasgos destacados de su per-sonal idad y del estilo epistolar que lo caracteriza.

    Sarmiento acaba de pub l i car dos obras: Viajes en Europa, fri-ca i Amrica, 1845-18472, y De la Educacin Popular, con igual l u -gar, ed i tor y fecha. Se las enva a Rugendas j u n t o con algunos nmeros de La Crnica, el peridico que redacta en Sant iago 3 .

    Precisamente en los Viajes, Sarmiento haba recordado y ala-

    1 Debo a la gentileza del Dr . Carlos Mara Gelly y Obes, director del M u -seo, el conocimiento de la existencia de esta carta y una copia fotosttica que he cotejado con el or iginal . Aprovecho la ocasin para agradecrselo profun-damente. Sobre Johann M o r i t z Rugendas pueden consultarse GERTRUD R I -CHERT, Johann Moritz Rugendas, ein Deutscher Malerdes xix Jahrhundert, M u n i c h , 1 9 5 2 ; BONIFACIO DEL CARRIL, Artistas extranjeros en la Argentina. Mauricio Rugen-das, Buenos Aires, 1 9 6 6 ; y para una sntesis informativa VICENTE OSVALDO CUTOLO, Nuevo diccionario biogrfico argentino (1750-1939), t . 6 , Elche, Buenos Aires , 1 9 8 3 .

    2 Imprenta de Jul io Belin y Ca., Santiago, 1 8 4 9 , 2 ts. Cito por el vol . 5 de sus Obras, Imprenta Gutenberg, Santiago de Chi le , 1 8 8 6 . L a edicin o r i -ginal dice Viajes en. . . ; el vol . 5 , en cambio, ya divulga el ttulo con la preposi-cin por, que es la que triunf. En adelante se incluirn en el texto las rpginas citadas.

    3 La Crnica, Santiago de Chi le , Imprenta de Jul io Belin y Ca., comen-z su publicacin el 2 8 de jun io de 1 8 4 9 , y aparecen artculos de Sarmiento desde el pr imer nmero hasta el nm. 5 2 , del 2 0 de enero de 1 8 5 0 .

    NRFH, X X X V I (1988), nm. 1, 407-416

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    bado la obra de su dest inatar io j u n t o con la de otros artistas que con la p l u m a h ic ieron famosa la v i d a de las campaas. All lo c i ta asociado a u n grupo de escritores que exalta y entre los cuales se enorgullece de inc lu irse , habiendo n o m b r a d o largamente a A s -casubi :

    A m me retozan las fibras cuando leo las inmortales plticas de Chano el cantor, que andan por aqu en boca de todos. Echeverra descri-biendo las escenas de la pampa, Maldonado 4 imitando el llano len-guaje, lleno de imjenes campestres del cantor, qu diablos! por-qu no he de decirlo, yo, intentando describir en Quiroga la vida, los instintos del pastor arjentino, i Rugendas, pintando con verdad las costumbres americanas; h aqu los comienzos de aquella l itera-tura fantstica, homrica, de la vida brbara del gaucho que como aquellos antiguos hicsos en el Ejipto, hse apoderado del gobierno de un pueblo culto, i paseado sus caballos i hecho sus yerras, sus festines y sus laceaduras en las plazas de las ciudades (p. 61).

    M s adelante dedica el final de la car ta 5 al elogio de R u g e n -das a l cual encontr en R o de J a n e i r o y pondera l a r g a m e n -te su capacidad de p i n t o r costumbrista para perc ib ir las d i f e ren -cias humanas que, en cada regin de Amrica que visit, sufri el t i p o espaol, dejndolas plasmadas en sus cuadros. C o m o es n a t u r a l Sarmiento se i n c l i n a por sus estudios del gaucho:

    Cunto ha estudiado este tipo americano! Los artistas europeos no acertaran a apreciar el mrito de sus composiciones. El gaucho ha pasado al lienzo con sus hbitos, su traje, su carcter moral ; la de-sembarazada ^ inclinacin de su espalda, la contraccin de los ms-culos de su fisonoma, que le es tan peculiar, corresponden con el talante reposado i como equilibrndose, del que vive a caballo (p. 87).

    A l mismo t iempo que le enva a su amigo sus dos ltimas obras le anunc ia : " . . . pienso pub l i car o tro l i b r o que puede ser i n t e r e -

    4 Sarmiento corrigi este y otros errores en carta a Echeverra del 12 de diciembre de 1849, donde aclara que quera referirse a Hidalgo y no a Mado-nado; cit. por A . PALCOS, Historia de Echeverra, Buenos Aires, 1960, pp. 254-255.

    5 Los Viajes fueron redactados por Sarmiento, por eleccin meditada de la forma que ms les convena, segn el gnero epistolar. Seleccion para cada pas el destinatario que le pareca ms adecuado segn los temas que trataba. L a carta de Ro de Janeiro, donde encontr a Mrmol y a Rugendas, se la dedica a M i g u e l Pinero.

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    sante . ' ' A cul de los dos que edit en 1850 se ref iere, a Recuerdos de provincia o a Argirpolis?

    C u a l q u i e r a de ellos revela que Sarmiento se prepara para en-t r a r en el escenario poltico argent ino cuando o curra la cada de Rosas, que considera i n m i n e n t e . E n efecto, Argirpolis lo escribi pensando en U r q u i z a como el hombre fuerte que haba que atraer para dar el golpe final a la tirana rosista. Recuerdos de provincia fue in terpre tado desfavorablemente por sus contemporneos, por a l -gunos como u n gran paso en falso, y por otros como u n a grotesca mues t ra de egolatra de qu ien se postulaba por adelantado a la presidencia de la repblica.

    Pinsese en la carta de Flix Fras a J u a n Mar a Gutirrez:

    He ledo algunas pginas de los Recuerdos de Provincia de Sarmiento y sus cartas publicadas en la Gaceta Mercant i l . Si tuviera los ttulos de predicador habra escrito una bien larga carta a ese amigo y si contara adems bastante con la acogida que l hara a los consejos inspirados por una amistad sincera. Todo eso no est bien y le da-a, a los ojos, sobre todo, de los que no saben apreciar la bondad de su carcter como sus amigos inmediatos 6 .

    Es indudab le que en la carta que comento se destaca c lara-mente la finalidad que Sarmiento busca. I n t e n t a organizar por la mediacin de Rugendas u n a campaa de promocin de su fi-g u r a como escritor, publ i c is ta y conocedor de los problemas del R o de la P lata , para conseguir que se reconozcan sus condicio-nes de h o m b r e poltico que se prepara a entrar como personaje de p r i m e r a lnea cuando Rosas sea e l i m i n a d o .

    Esa ac t i tud no es nueva , sin d u d a . Y a se revela desde Mi de-fensa en 1843, pero se agudiza hacia los aos 1849-1850, y la car-ta la condensa en pocas pginas en f o r m a notable . D i g o que no es nueva porque Sarmiento , desde t e m p r a n o , concibi su v ida co-m o la de escritor-poltico que llegara a i n f l u i r en la v i d a de su p a t r i a , y v i o como paralelas su p r o p i a h i s tor ia y la de su pas en

    6 Archivo del Dr. Juan Mara Gutirrez. Epistolario, eds. Ral J . Mogl ia y M i -guel O. Garca, Biblioteca del Congreso de la Nacin, Buenos Aires, 1981, vol . 2, nm. 395, p. 112. Echeverra, molesto por los juicios de Sarmiento sobre l en los Viajes ( t . 5, p. 64), le escribe en carta a A l b e r d i : "Sarmiento camina a loco. Rosas ha logrado su objeto: ha inflado su vanidad hasta el pun -to de hacerle creer que es su enemigo ms formidable en el exterior, y adems su r iva l en candidatura para el gobierno" (12 de j u n i o de 1850), en Escritos postumos de J . B . Alberdi, Buenos Aires, 1900, t . 15, p. 790. Cf. tambin la ter-cera de las Cartas quillotanas (1853) de JUAN BAUTISTA ALBERDI.

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    l a fusin de la escena de la escr i tura y de la escena de la accin pblica, en u n a sola construccin 7 .

    E n la base de esa construccin est siempre el enfrentamiento civilizacin y barbar ie , personificadas por l m i s m o y por Rosas. E n la carta a Rugendas, al anunc io del envo de los dos l i b ros , Viajes y Educacin popular, le sigue inmediatamente la mencin de l a lucha sin cuartel . Los nmeros de La Crnica le darn cuenta a Rugendas , no del ataque de Rosas a los exiliados argent inos , sino del ataque personalizado, como si no hub iera otro proscr ipto que l: " . . . lo instruirn de la nueva persecucin entablada por Rosas contra m i . " (f. 1). Luego ligar la situacin con el asesina-to de Florencio Vrela en el U r u g u a y , para reforzar el pel igro que puede amenazarlo .

    As jus t i f i ca la campaa que est l m i s m o promov iendo en F r a n c i a entre intelectuales amigos. Ellos hablarn de " m i s t r a b a -jos en beneficio de la civilizacin i de la l i be r tad de la A m e r i c a del S u r " para apoyarme " c o n t r a m i formidable e n e m i g o . " (f. 1).

    D e ah en adelante prepara u n curioso operat ivo que deber c u m p l i r su amigo Rugendas en E u r o p a , basado en argumentos generales y a veces ambiguos . E l operat ivo deber dar por resul -tado u n conocimiento m a y o r de su personal idad a travs de la d i -fusin de sus escritos, escritos que son garanta de su v i r t u a l (y seguro) destino poltico an no b i en del ineado. E l p r i m e r paso deber c u m p l i r l o Rugendas in te rpon iendo sus buenos oficios a n -te Mr ime , al que otro amigo " p o d e r o s o " escribir para que re -see sus ltimas obras 8 .

    Si V . pudiera apoyar esta solicitud para con M r Merime me ha-ra un grande servicio. Necesito que los hombres de corazn apo-yen en Europa mi nombre, que puede un dia hacerse el representante en

    7 Vase m i artculo "Sobre la modalidad autobiogrfica en Sarmiento " , NRFH, 29 (1980), 509-519, esp. 516-519.

    8 Sarmiento conoci quizs a Prospere Mrime en Barcelona durante su viaje a Espaa, aunque el texto referido a l es algo ambiguo. En Viajes ( t . 5, p. 194) dice: " E l Facundo habia caido en manos de Merime, el acadmico francs, que estaba all; la Revista de Ambos Mundos acaba de hacer su compla-ciente compte-rendu del librte, i heme aqu que sabiendo m i llegada a Barcelo-na, M r . Lesseps, el clebre cnsul jeneral que se haba ilustrado al resplandor de los bombardeos de aquella c iudad, andaba a caza del bicho raro que tan raro l ibro haba escrito". Entusiasmado con el encuentro con Cobden que Les-seps le organiza, corta la referencia a Mrime para hablar de Cobden y no sabemos si conoci a aqul personalmente, y e n tal caso qu efecto le pro-dujo . N o he recogido ninguna referencia a reseas de Mrime sobre los dos

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    America, de las ideas de progreso, libertad i civilizacin, por las cua-les he combatido hasta hoi. Mi nombre ha ganado inmensamente te-rreno desde que he regresado de mis viajes. . . " (f. 1 ; el subrayado es mo).

    Sarmiento comunica a Rugendas que se afianza en Chi l e en la opinin pblica de amigos y enemigos. Pero no slo all, t a m -bin en la A r g e n t i n a dice gozar de p o p u l a r i d a d con todos, y f a n -tasea: " . . .mi nombre es quer ido h o i en todas las provinc ias i en B(uenos) A i r e s , de federales i un i tar i os , i los gobernadores m i s -mos hablan de mi con entusiasmo. . . " . M i e n t r a s tanto no descuida la persecucin de que es objeto con la ' 'poderosa i m p r e n t a " que ha montado Rosas en Mendoza para atacarlo. L a palabra mi nombre se repite cuatro veces en corto espacio j u n t o con otras como ' 'es-pectable" para calificar a La Crnica, el peridico que l edita, j u n t o con frases como " h a b l a n de m con e n t u s i a s m o " en diversas olas que expanden el consenso hasta hacerlo, si no un iversa l , por lo menos abarcador del rea en que se desenvuelve en el Sur de Amrica .

    Pero eso no basta y necesita a m p l i a r la resonancia de su obra en otros escenarios ms espectaculares, especialmente el continente europeo. U n largo pasaje sobre la i m p o r t a n c i a de la inmigracin y sus antecedentes personales en el t e m a 9 introduce la imagen que Sarmiento est e laborando de s m i s m o , ofreciendo y t ra tando de p r o m o v e r en el exter ior .

    L o hace con miras a crearse u n espacio poltico en la A r g e n t i -na , cuando ese per f i l c u l t u r a l viaje de vuelta desde E u r o p a a A m -r i ca , con el doble prest igio del que vendr cargado, para as a l -canzar u n a posicin que an no v i s l u m b r a con c lar idad .

    libros sarmientinos de 1849. Su nieto Augusto Belin public traducida la rese-a annima sobre De la educacin popular aparecida en La Libert de Pense cuan-do la reedit en Obras, t . 11, pp. 5-16. Sarmiento valor especialmente los co-mentarios de sus libros escritos en el extranjero. E n la 2 a ed. como l i b r o de Civilizacin y barbarie, vida de Facundo Quiroga, I m p r . de J . Belin y Ca., San-tiago de Chi le , 1851, incluy la t rad . espaola del trabajo de Charles de M a -zade, aparecido en la Revue des Deux Mondes el 1 de septiembre de 1846, 625-659, que puede consultarse en la ed. crtica y documentada de Alberto Palcos, L a Plata, 1938, pp. 328-363.

    9 Sarmiento destaca su poder de vaticinar el futuro en el Facundo, lo que subraya su perspicacia de estadista. Tambin la paradoja del aumento de i n -migrantes que llegan a Buenos Aires a despecho de Rosas, lo cual har que pronto los extranjeros superen a los nativos, disminuidos a su vez por las gue-rras, especialmente entre las clases pobres (foja 1 vuelta) .

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    Partiendo de la lucha Rosas-Sarmiento, por el momento la me-ta es conseguir que, e l iminado Rosas, quede Sarmiento como el estadista capaz de moldear los destinos del pas para u n f u t u r o de fe l ic idad en la p l e n i t u d del i m p e r i o de la civilizacin. Pero las posiciones intermedias que ir ocupando en ese proceso histrico an no estn c laramente definidas quiz n i para l m i s m o (o q u i -z s pero no se anima a manifestarlas pblicamente). Por eso los trminos en que se maneja para convencer a Rugendas de que i n -tervenga en la t rama que teje, se mueven en reas semnticas vagas.

    Resul ta interesante ver que en esa estrategia, Sarmiento da en esta carta p r i m o r d i a l i m p o r t a n c i a a la inmigracin, centrn-dose en ella y en la imagen que los extranjeros , especialmente los alemanes, se formarn de su personal idad .

    H a vuel to a Chi l e despus de sus viajes por E u r o p a , frica y los Estados U n i d o s . Su paso p o r A l e m a n i a (Berln, M u n i c h , Dresde , L e i p z i g , Postdam, G o t i n g a ) fue breve y estuvo dedicado a estudiar problemas de educacin y de inmigracin. All conoci al D r . Wappus , profesor de geografa y estadstica de la U n i v e r -s idad de Gttingen; " . . . donde debamos con m i amigo W a p -pus i otros, ponernos de acuerdo para t raba jar de consuno en A l e m a n i a i Amrica sobre el asunto de la emigracin. ' ' (p .329) 1 0 .

    Resul ta claro que Sarmiento quiere mover con Rugendas los mot ivos de la inmigracin alemana, que piensa pueden interesarle. Es verdad que el t ema atrajo sus cavilaciones desde siempre co-m o u n m o d o de curar , j u n t o con la educacin, los males de la A r g e n t i n a y de Amrica hispana. Pero en esta carta se ve que tam-bin piensa que los presuntos i n m i g r a n t e s que llegarn al R o de la P lata podrn ser en el f u t u r o u n caudal poltico de peso para sus planes electorales. S in fijar a qu puesto aspira como cand i -dato , marca u n rea lo bastante elstica pero que j u z g a atrayente p a r a los ex t ran jeros 1 1 .

    1 0 E l viaje por Suiza, M u n i c h y Berln est relatado en carta dir igida a D . M a n u e l M o n t t , que, como ministro del presidente Bulnes, le haba conse-guido u n viaje para estudiar el desarrollo de la educacin, tema que se exten-di al de la inmigracin. En la "Bibliografa" de Obras, 1, nm. 46, p. xxv , figura: "Emigracin alemana al Ro de la Plata, memoria escrita en Alema-nia por D . F . Sarmiento, i enriquecida con notas sobre el Chaco i los paises adyacentes a los rios interiores de la Amrica del Sud, por el doctor Wappaus (sic), profesor de estadstica y jeografia en la Universidad de Gotinga. T r a d u -cida del alemn, por don Gui l lermo Hil leger. I seguida de Ar j i ropo l i s . - San-tiago, Imprenta de Jul io Beiin i C a . 1 8 5 1 " . Para otros datos sobre J . E . W a p -pus vase C U T O LO, op. cit., t . 7.

    1 1 An no se haba fijado para la organizacin del pas la poltica sobre

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    As se presenta como o t ra a l ternat iva a Rosas, que sea ms favorable que el d i c tador para los inmigrantes , en la busca de t i e -rras donde desarrol lar su v i d a f u t u r a .

    . . .me interesa que los alemanes emigrantes, que vienen a A m e r i -ca me conozcan i me consideren como su protector, porque un dia lle-gar en que esta palabra pueda ser efectiva. Tambin me interesa por cuanto en las diversas complicaciones de la Europa con Rosas necesitarn un dia entenderse con un arjentino que les d garantas de que los intereses euro-peos sern respetados en A m e r i c a , i desaparesca ese antagonismo que ha suscitado Rosas, (ff. l v t a . - 2 ; las cursivas son mas).

    C o m o se ve, los trminos d a n por sentada la existencia de u n a poca en que va l legando la inmigracin a Buenos Aires a pesar del t i r a n o que la gobierna entre conflictos con las potencias euro -peas. De u n m o d o no precisado, la muestra evolucionando hacia o t r a etapa ms favorable que se v i s l u m b r a en el f u t u r o , sin las fobias rosistas hacia los extranjeros . Pero esto sucede sin fijar qu signif ica la posicin de " p r o t e c t o r " con cierto poder de resolu-cin por su pa labra , el cual dar "garant as " no se sabe desde qu cargo poltico.

    N o es sin d u d a la p r i m e r a vez que Sarmiento busca alianzas p a r a promover su imagen de escritor y estadista. Su correspon-dencia abunda en estos pedidos que lanza a los amigos para que lo apoyen como intermediar ios en la difusin de sus escritos y de sus proyectos polticos. Las cartas a J u a n Mara Gutirrez en 1845 le sol ic i tan que resee el Facundo y que intervenga act ivamente en la distribucin de la obra en M o n t e v i d e o y en E u r o p a , i n -terponiendo sus buenos oficios e influencias en el campo i n t e -l e c t u a l 1 2 .

    el otorgamiento de la ciudadana que luego prevaleci y que dej a los extran-jeros al margen del manejo del Estado.

    1 2 Vase Archivo, op. cit., t . 2, nm. 294, p. 5, donde le pide a J . M . G u -tirrez que lo resee para E l Mercurio, resea que se public annima, y le en-carga la salida de ejemplares para Europa: la nm. 296, p. 7, donde agradece el comentario de Gutirrez y prepara salida de ejemplares para Montevideo y Francia, que encarga a Pea y Fras ( "hub iera querido mandar al Times"); la nm. 297, p. 8, donde insiste en el envo de 170 ejemplares a Montevideo por su intermedio a travs de amigos responsables, aconseja la introduccin furt iva en Buenos Aires y da la lista de destinatarios fijos en U r u g u a y (Paz, Vrela, Echeverra, Rivera Indarte , Deffaudis, etc.), incitndolo a colocarlo entre "sus amigos de Francia, al Nat ional , la Democracia Pacfica, Revistas de Pars, i de Ambos Mundos , etc., e t c . " ; la nm. 336, pp. 48-49, con nota al pie en la que se queja de la distribucin del Facundo.

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    E n este recorr ido de lectura de la carta quedan varios cabos sueltos e l inters por la traduccin del Facundo, entre o t ros pero lo dicho basta para mostrar u n a faceta de la accin incansa-ble de Sarmiento . L o presenta en pleno t raba jo de tejer redes pa-r a i r construyendo la base del f u t u r o h o m b r e pblico que v i s l u m -b r a con seguridad. Esta carta puede ser p r i m o r d i a l para u n a teo-ra de la recepcin; tambin ofrece u n e jemplo extremo de las modal idades que alcanzaba en el siglo x i x con el empleo de los medios de p u b l i c i d a d que permitan la correspondencia y el pe-r i o d i s m o , y por ltimo, constituye u n a manifestacin del func io -n a m i e n t o del estilo epistolar de Sarmiento , condic ionado por el gnero que i m p o n e la estrategia de la adaptacin al dest inatar io .

    A N A M A R A BARRENECHEA Inst i tuto de Filologa y Literaturas

    Hispnicas D r . Amado Alonso

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    APNDICE

    Texto de la carta

    ( f . l ) Santiago N o v e . 28 de 1849. M i querido Rugendas. No tenido (sic) hasta hoi el placer de adqui -r i r noticias directas de V . Por Guiteke* he sabido que estaba en Baviera i gozaba de la consideracin de sus compatriotas. Le envi a V . mis dos ultimas obras mis viajes i Educacin popular. E n la primera he consignado algunos recuerdos de Viajes relativos a V . Los nmeros adjuntos de la Crnica, peridico que redacto en San-tiago le instruirn de la nueva persecucin entablada por Rosas con-tra m i . Despus del asesinato de Vrela V sabe lo que me aguarda, si este malvado no halla otro medio de vengarse. He escrito a Fran -cia, interesando a muchos amigos para que dando cuenta por la prensa de mis trabajos en beneficio de la civilizacin i de la l ibertad de la America del Sur me apoyen en el concepto publico contra m i formidable enemigo. U n amigo poderoso en Francia debe solicitar a M r . Merime para que escriba sobre las dos obras citadas, i la posicin poltica del autor en la cuestin del Rio de la Plata. Si V . pudiera apoyar esta solicitud para con M r . Merimee me hara u n grande servicio. Necesito que los hombres de corazn apoyen en Europa m i nombre, que puede u n dia hacerse el representante en America de las ideas de progreso, l ibertad i civilizacin por las cua-les he combatido hasta ho i . M i nombre ha ganado inmensamente terreno desde que he regresado de mis viajes. En Chile la prensa de todos colores me respeta. Y a no me atacan como estranjero i

    (f. 1 vta) la / Crnica es considerada hoi en Chi le , como el diario mas espec-table que existe. He puesto m i p luma en ella al servicio de la emi -gracin europea a estos paises i a la promocin de todas las mejoras que puedan contr ibuir a la rejeneracion de estos. L a circulacin de mis escritos esta prohibida en la Repblica arjentina i Rosas ha en-viado a Mendoza una poderosa imprenta para que me ataque i per-siga, en u n diario o peridico mensual que se t i tu la la Ilustracin ar-

    jentina. Pero m i nombre es querido hoi en todas las provincias i en B Aires, de federales i unitarios, i los gobernadores mismos hablan de m i con entusiasmo. Este estado de cosas tiene a Rosas asustado, i mete una bul la del diablo con mis ataques; pidiendo al gobierno de Chile me aleje del pais.

    E n estas circunstancias me interesa que m i nombre sea conoci-do en Europa i exite simpatas en los hombres que aman la l iber-tad . M e interesa por una previsin poltica que debo confiar a V .

    * Guiteke (en foja 2 Witiker), teniente coronel prusiano, con cuya esposa, Car-men Arriaga, tuvo Rugendas relaciones amorosas consideradas "platnicas" por los bigrafos entre 1835 y 1851, reflejadas en su epistolario. Ella lo cuid en su casa en Chile, durante la convalecencia del accidente que sufri en San Luis en 1838 (vase CUTOLO, t. 6, pp. 476-477, Guticke en la entrada de Rugendas).

  • 416 A N A MARA BARRENECHEA NRFH, X X X V I

    E n Buenos Aires en despecho del sistema de Rosas, la emigracin europea aumenta todos los dias, i lo que habia yo previsto en el Facundo, bien pronto ser mayor en numero que la de los naciona-les, sobre todo entre las masas, pues Rosas las aniquila en las gue-rras que tiene siempre pendientes. Ahora pues, me interesa que los alemanes emigrantes, que vienen a America me conozcan i me con-

    (f.2) sideren como / su protector, porque u n dia llegar en que esta pa-labra pueda ser efectiva. Tambin me interesa por cuanto en las diversas complicaciones de la Europa con Rosas necesitarn u n dia entenderse con u n arjentino que les d garantias de que los intere-ses europeos sern respetados en America, i desaparesca ese anta-gonismo que ha suscitado Rosas.

    Si se ha publicado Civilizacin i Barbarie en alemn como me lo ha dicho W i t i k e r , mndele u n ejemplar a Mer imee , i otros a al -gunos escritores capaces de apreciarlo.

    Yo encargu una edicin de laminas de 1000 ejemplares, por conducto de M r . Jules Belin l ibraire 9 Ru Christine a Paris, para hacer una nueva i lujosa edicin en America.

    Pienso publicar todavia otro l ibro , que puede ser interesante, de que le mandare u n ejemplar.

    Ayudememe (sic) pues a salir de m i oscuridad americana; intere-se a los escritores alemanes que den noticia de mis trabajos i mnde-me por conducto de M r . Belin que le indico, o por el de M r . Otho Hude de Valparaiso**, o el D r . Wappaus de Gotinga las cartas de V . i las noticias i papeles que me interese ver. A q u i tengo amigos alemanes que me traducen a su idioma cuanto me interesa conocer.

    Deseo recibir noticias de V . i espero que no se hagan aguardar mucho tiempo. Sabe V . que me he casado con Benita Mart inez , v iuda de D n Domingo Castro? (ilegible), j od ido de pobre en Co-piap, J u a n Godoi*** el mismo que V . dej aqui . De V . affrno amigo.

    D . F. Sarmiento

    ** Otho Hude: no he podido identificarlo ni tener informacin sobre l. .*** Juan Gualberto Godoy, poeta mendocino (1793 -1864 ) . Viaj varias veces a

    Buenos Aires, donde se conect con Juan Crisstomo Lafinur. Se exili en Chile desde 1832 hasta 1856, ao en que volvi a Mendoza, donde muri. Juan Mara Gutirrez lo incluy en su Amrica potica (vase Archivo, t. 2 , nm. 303 , pp. 14-15) . Se le conside-ra por sus composiciones satrico-burlescas y de inspiracin popular, que suelen conec-tarse con la poesa gauchesca. Pueden consultarse al respecto RICARDO ROJAS, Historia de la literatura argentina, Buenos Aires, 1917-1922 ; RAFAEL A. ARRIETA (ed.), Historia de la literatura argentina, Peuser, Buenos Aires, 1958-1960 , 6 ts.; y FLIX WEINBERG, Juan Gualberto Godoy: literatura y poltica. Poesa popular y poesa gauchesca, Buenos Aires, 1970.