Castillo de Arcos de Jalón

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La fortaleza de Arcos de Jalón, en el extremo suro- riental de la actual provincia de Soria, fue uno de los castillos construidos o reutilizados durante la Baja Edad Media como defensa del territorio castellano en el límite con el aragonés. La raya de Aragón fue for- tificada con un sistema de castillos y ciudades amu- ralladas que tuvieron su utilidad durante los diversos conflictos acaecidos en esa época. El castillo que es objeto de nuestro estudio defendía el valle del Jalón, vía importantísima de comunicación entre el valle del Ebro y los valles del Tajo y del Duero. En la co- municación se expondrán los fundamentos construc- tivos de la fortaleza atendiendo principalmente a las técnicas y los procesos constructivos desarrollados desde la interpretación de los indicios constructivos legibles en sus muros, atendiendo especialmente, por su singularidad, a los muros de mampostería con ver- dugadas de ladrillo. 1 Como método de definición y defensa de la fronte- ra bajomedieval entre Castilla y Aragón se procedió a su fortificación; se repararon antiguos castillos y fortificaciones musulmanas y se levantaron nuevas edificaciones defensivas. El objetivo de la Tesis es conocer las técnicas constructivas de una selección de estos castillos para interpretar la actividad edilicia de ese momento histórico, analizando la sistematiza- ción de estas técnicas constructivas dentro del con- texto histórico, geográfico y arquitectónico que antes se ha establecido. El método de investigación consis- te en un trabajo de campo en el que se documentan una serie de elementos previamente seleccionados tras un análisis del estado de la cuestión de la caste- llología medieval soriana. Se ha elaborado una ex- tensa tabla con todos los elementos fortificados de la provincia en la que se incluyen los datos históricos, tipológicos, constructivos y bibliográficos básicos. Con los datos recogidos in situ se desarrolla el análi- sis de la construcción de cada elemento, apoyado en recursos gráficos. En esta comunicación se expone el estudio de los fundamentos constructivos de la fortaleza de Arcos de Jalón. Este castillo es uno de los más singulares constructivamente, por el material y la técnica: es uno de los escasos casos en los que se emplea el la- drillo combinado con una fábrica de mampostería de piedra. LA FORTIFICACIÓN DE LA FRONTERA Los límites administrativos provinciales actuales, de- bido a su arbitrariedad y en ocasiones falta de corres- pondencia con los límites históricos, no se suelen presentar como los idóneos para realizar una investi- gación de naturaleza histórica. Sin embargo, la franja de territorio que forma el marco geográfico de la in- vestigación ha sido una frontera histórica de la que ha habido un afán de definir desde la Reconquista. Una de las preocupaciones de los monarcas castella- nos fue la definición y defensa de la frontera con Aragón debido a las continuas guerras entre ambas Coronas a lo largo de la Baja Edad Media. Fundamentos constructivos de las fortificaciones bajomedievales en la provincia de Soria: fábrica de mampostería con verdugadas de ladrillo en el castillo de Arcos de Jalón Ignacio Javier Gil Crespo

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Castillo de Arcos de Jalón

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  • La fortaleza de Arcos de Jaln, en el extremo suro-riental de la actual provincia de Soria, fue uno de loscastillos construidos o reutilizados durante la BajaEdad Media como defensa del territorio castellano enel lmite con el aragons. La raya de Aragn fue for-tificada con un sistema de castillos y ciudades amu-ralladas que tuvieron su utilidad durante los diversosconflictos acaecidos en esa poca. El castillo que esobjeto de nuestro estudio defenda el valle del Jaln,va importantsima de comunicacin entre el valledel Ebro y los valles del Tajo y del Duero. En la co-municacin se expondrn los fundamentos construc-tivos de la fortaleza atendiendo principalmente a lastcnicas y los procesos constructivos desarrolladosdesde la interpretacin de los indicios constructivoslegibles en sus muros, atendiendo especialmente, porsu singularidad, a los muros de mampostera con ver-dugadas de ladrillo.1

    Como mtodo de definicin y defensa de la fronte-ra bajomedieval entre Castilla y Aragn se procedia su fortificacin; se repararon antiguos castillos yfortificaciones musulmanas y se levantaron nuevasedificaciones defensivas. El objetivo de la Tesis esconocer las tcnicas constructivas de una seleccinde estos castillos para interpretar la actividad ediliciade ese momento histrico, analizando la sistematiza-cin de estas tcnicas constructivas dentro del con-texto histrico, geogrfico y arquitectnico que antesse ha establecido. El mtodo de investigacin consis-te en un trabajo de campo en el que se documentanuna serie de elementos previamente seleccionados

    tras un anlisis del estado de la cuestin de la caste-llologa medieval soriana. Se ha elaborado una ex-tensa tabla con todos los elementos fortificados de laprovincia en la que se incluyen los datos histricos,tipolgicos, constructivos y bibliogrficos bsicos.Con los datos recogidos in situ se desarrolla el anli-sis de la construccin de cada elemento, apoyado enrecursos grficos.

    En esta comunicacin se expone el estudio de losfundamentos constructivos de la fortaleza de Arcosde Jaln. Este castillo es uno de los ms singularesconstructivamente, por el material y la tcnica: esuno de los escasos casos en los que se emplea el la-drillo combinado con una fbrica de mampostera depiedra.

    LA FORTIFICACIN DE LA FRONTERA

    Los lmites administrativos provinciales actuales, de-bido a su arbitrariedad y en ocasiones falta de corres-pondencia con los lmites histricos, no se suelenpresentar como los idneos para realizar una investi-gacin de naturaleza histrica. Sin embargo, la franjade territorio que forma el marco geogrfico de la in-vestigacin ha sido una frontera histrica de la queha habido un afn de definir desde la Reconquista.Una de las preocupaciones de los monarcas castella-nos fue la definicin y defensa de la frontera conAragn debido a las continuas guerras entre ambasCoronas a lo largo de la Baja Edad Media.

    Fundamentos constructivos de las fortificacionesbajomedievales en la provincia de Soria:

    fbrica de mampostera con verdugadas de ladrillo en el castillo de Arcos de Jaln

    Ignacio Javier Gil Crespo

    AdministradorTexto escrito a mquinaActas del Sptimo Congreso Nacional de Historia de la Construccin, Santiago 26-29 octubre 2011,eds. S. Huerta, I. Gil Crespo, S. Garca, M. Tan. Madrid: Instituto Juan de Herrera, 2011

  • El territorio que ocupa administrativamente desde1833 la actual y mermada provincia de Soria ha sidodesde la antigedad un territorio de paso y de fronte-ra. La cultura celtbera tuvo aqu su mayor desarro-llo. La conquista romana integr el territorio dentrode la provincia Tarraconensis, tras la reforma de Dio-cleciano. El afn de Roma por dominar el territorioes clebre el dilatado sitio de Numancia respon-da a la necesidad de controlar tan importante pasoentre el valle del Ebro y la Meseta.2 La estratgica si-tuacin de Arcos de Jaln, cerrando el can por elque discurre desde Medinaceli y dominando el vallecuando se abre al descender los Altos de las Pasade-ras, justifica la importancia histrica que ha tenidodesde la antigedad. La Arcbriga romana era un im-portante lugar de paso, junto con Ocilis (Medinaceli),de la Va XXV, que una Emrita y Caesaraugusta.3

    La estructura de comunicacin territorial romana,que perdura durante el periodo visigtico, es utiliza-da por los rabes durante el Califato. As, se utilizaresta calzada para comunicar la capital de la MarcaInferior, Mrida, con la de la Marca Media, Toledo,hasta la cabeza de la Marca Superior, Zaragoza.

    Sin embargo, este carcter de paso y comunica-cin entre estas grandes unidades geogrficas valledel Ebro y los valles del Duero y el Tajo se tornade frontera a medida que avanza la Reconquista. LaReconquista del valle del Duero se desarrolla a lolargo del siglo X, cuando se toma la parte occidentalde la provincia. La Marca Media islmica estableceen el Duero su frontera y para su vigilancia levantatoda una red de torres vigas o atalayas. En 946 Abdal-Rahman III reconstruye y fortifica Medinaceli, adonde se traslada la capitalidad de la Marca Mediaante el avance de los cristianos y con el fin de con-trolar la va de comunicacin tan importante entresus principales ciudades que era el ro Jaln, comocentinela frente a Castilla (Rubio Semper 1990,115-116). Castilla avanza hacia el sur y en 1104 sehace con la plaza de Medinaceli. La ciudad de Arcosera la primera poblacin importante de la Marca Su-perior.

    Por su parte, Alfonso I de Aragn conquista Zara-goza, todo el territorio oriental soriano y el valle delJaln a principios del siglo XII. En 1124 se hace conel Alto Jaln hasta Medinaceli. La preocupacin delBatallador tras conquistar estos territorios fue la decontrolarlos. Su accin poltica consisti en repoblary organizar las nuevas tierras conquistadas. Para la

    repoblacin mantuvo los musulmanes que ya las po-blaban y trajo mozrabes levantinos. A lo largo delvalle del ro Jaln se erigi un sistema defensivo quecontrolaba el paso natural entre el valle del Ebro y eldel Tajo, as como del Duero a travs de Medinaceliy el valle del Bordecrex-Torete-Escalote (CarrinMatamoros 1998, 91102).4

    Alfonso I el Batallador, rey de Aragn, haba to-mado por esposa a doa Urraca, que sucedi en laCorona de Castilla a su padre Alfonso VI de Castillay Len entre 1109 y 1126. Bajo su reinado, Aragnavanza hasta el valle del Ebro con la conquista deZaragoza en 1118. Un ao ms tarde llega a Soria,hacindose con el poder de la zona oriental de la pro-vincia. El aragons, repuebla las tierras de Soria, lasVicaras, Morn, Almazn, Sern, Ciria y greda.Cuando ms tarde repudia a su esposa, mantiene es-tas tierras bajo gobierno aragons. En seguida son re-clamadas por Alfonso VII rey de Castilla y empe-rador de Len que rein desde 1126 hasta 1157, hijode doa Urraca e hijastro del rey aragons, apode-rndose del Regnum Caesaraugustanum (Zaragoza,Tarazona, Calatayud y Daroca) que devolvi, tras eltratado de Carrin de 1140, a la recin formada Co-rona de Aragn a cambio de que Ramn BerenguerIV le rindiese vasallaje. Ms adelante, en 1296, Al-fonso de la Cerda entra por tierras de Soria con laayuda de Enrique de Aragn y se autoproclama reyde Castilla tras apoderarse de Sern, Soria, Osma,Almazn y Deza. Con el tratado de Tarazona y deHuerta son devueltas en 1328 (Zamora Lucas 1969,3031 y Torres Fontes 1987).

    Con estas disputas y roces fronterizos comienzauna serie de luchas entre ambas Coronas que no ce-saran mantenidas ya por otros motivos hasta fi-nales de la Edad Media, siendo la ms importante lallamada Guerra de los dos Pedros en el siglo XIV,5

    tras la cual entra en Castilla la Dinasta de los Trast-mara.

    En toda la zona oriental de la actual provincia, an-tigua Raya de Aragn, hubo una importante pobla-cin morisca debida a las repoblaciones aragonesas.Cuando Castilla se hace, a mediados del siglo XII,con este territorio, expulsa a la poblacin musulmanadesde Calatayud a Sigenza estableciendo Comuni-dades de Villa y Tierra y repoblando con gentes tra-das del Alfoz de Lara: de Vizcaya y Burgos. Sin em-bargo, la poblacin morisca en Arcos no slo semantiene sino que parece ser que lleg a ser total.6

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  • Estas comunidades de Villa y Tierra se van trans-formando en tierras de seoro como medio de vigi-lancia de las tierras fronterizas. Las Coronas debennombrar seores fronteros en las villas cercanas a lafrontera para vigilar esta regin en disputa, que seencargarn de levantar y reformar fortalezas y cons-trucciones castrenses localizadas por el oriente de laactual provincia de Soria, en las comarcas ya citadasque constituyen el mbito territorial de la investi-gacin.

    LA FORTALEZA DE ARCOS DE JALN

    Las primeras noticias del castillo de Arcos son del si-glo XIV, cuando, segn narra la Crnica de Pedro I,ste asedi la villa y su castillo, junto con el de Miode Medinaceli, cuando el conde Ferrn Gmez deAlbornoz se rebel como partidario del conde deTrastmara en 1358 (Bernad Remn 1994, 12 yvila Seoane 2005, 467).7 Finalizada la Guerra delos Dos Pedros, Enrique II de Trastmara otorgaagradecido el seoro de Arcos a Juan Duque, here-dndolo despus su segunda mujer, Sancha de Rojas,entroncada ms tarde con la familia Manrique alunirse en segundas nupcias con el adelantado mayorde Castilla, Gmez Manrique (vila Seoane 2005,468). La hija de stos, Mara Manrique, casada conGmez de Benavides, vendi en 1440 al tercer condede Medinaceli, Luis de la Cerda, el logar de arcoscon su castillo e fortaleza e con su jurediin e Jus-tiia euil e criminal, alta e baxa, mero e mixto inpe-rio e con todos sus trminos e territorios,8 pertene-ciendo hasta el siglo XIX al seoro del Conde deMedinaceli (vila Seoane 2005, 473).

    El castillo de Arcos se asienta sobre el vrtice deun promontorio que domina la ciudad, en la divisoriaentre el barranco del Pueblo y el valle del Jaln, yque es el extremo del Alto de las Pasaderas. Este cas-tillo, como casi todos, se asienta sobre anterioresconstrucciones defensivas. Sin embargo, del estudiode su construccin no se desprende que haya restosde estas posibles construcciones previas. Posible-mente sus materiales fueron reaprovechados en losmuros. Una exploracin arqueolgica podra mostrarestructuras ocultas.

    Las trazas de las murallas del castillo dibujan unaplanta sensiblemente rectangular con orientacinNE-SW. El lienzo SE, que es el nico que se conser-

    va, dibuja una curva convexa para adaptarse al relie-ve. El lienzo occidental se ha perdido, si bien se pue-de aventurar su trazado por los bancales que sostie-nen la explanada del recinto interior. Quedan restosde dos torreones en las murallas. Hacia la mitad dellienzo SE, en el punto donde se produce el cambio dedireccin, se observa el encuentro de un torren de-saparecido, seguramente rectangular, manifestadopor el enjarje de los sillares del encuentro. En el ex-tremo septentrional del lienzo de muralla se conservaotro torren, mejor conservado aunque en avanzadaruina. En el lado suroccidental, y fuera del recintoamurallado y cerrndolo por ese lado, se levanta laslida torre del homenaje, a cuyos pies se abra lapuerta de entrada al recinto castrense. La torre, deplanta cuadrangular, de unos 13 13 metros de ladoy unos 17 a 20 de altura dependiendo del lado,presenta unos muros de unos 2 metros de espesor.9

    La torre debi tener una planta baja inaccesibledesde el exterior ya que la puerta de entrada se si-tuaba en la planta primera. Un forjado de vigas demadera apoyadas en los muros y en una posibleestructura lgnea vertical en el interior de la to-rre formaba la segunda planta. A esta alturaarranca un arco paralelo a los muros suroriental ynoroccidental sobre el que apoyaba el ltimo forja-

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    Figura 1Emplazamiento del castillo de Arcos de Jaln y su relacincon el casco urbano y la defensa del valle

  • do, cubierta y azotea desde la que vigilar y defen-der la fortaleza.

    Los castillos cercanos de Soman y de Montuengade Soria tienen una disposicin tipolgica similar,tanto en su ubicacin en lo alto de un cerro que do-mina el valle, como en tener o haber tenido dostorres en los extremos del recinto amurallado. En Ar-cos se conserva la torre ms alejada de la proa del ce-rro sobre el que se asienta el castillo; es posible queen este extremo el que vigilara el valle del Ja-ln tambin tuviese una torre de la que no quedanrestos visibles.

    FUNDAMENTOS CONSTRUCTIVOS: FBRICA DEMAMPOSTERA CON VERDUGADAS DE LADRILLO

    En los distintos elementos arquitectnicos de la for-taleza muralla y torre se encuentran dos tcnicasconstructivas. En la muralla conservada y la base deltorren, los hilos constructivos de mampostera depiedra caliza se encintan con verdugadas de dos hila-das ladrillo sobre las que, cada cierta distancia, seabren unos mechinales tambin formados algunosde ellos con piezas de ladrillo que sirvieron para elapoyo de los medios auxiliares de construccin. Lasesquinas se forman con grandes sillares careados. Lasegunda tcnica constructiva es la simple mamposte-ra algunos mampuestos colocados a sardinel o ti-zones inclinados con esquinas de sillera, aunquecon sillares de menor tamao que los de la parte baja.

    En los muros del castillo de Arcos de Jaln seaprecian diversas huellas de los medios auxiliaresempleados durante la elevacin de sus muros. El an-lisis dimensional y constructivo de estas improntaspermite comprender el proceso y entender la tcnicaconstructiva, as como compararla con otras impron-tas de otras construcciones coetneas para conocer lasistematizacin a nivel arquitectnico, poliorcti-co, poltico y econmico de las fortificacionesfronterizas entre Castilla y Aragn en la Baja EdadMedia. A continuacin se estudia la tcnica construc-tiva de los muros de mampostera con verdugadas deladrillo presentes en la parte baja de la torre y en lamuralla del castillo de Arcos de Jaln y se analiza suproceso constructivo.

    Este tipo de fbrica tiene su origen en el aparejoromano denominado opus mixtum (Adam 1996, 151-156), si bien pertenece al llamado aparejo toledano.10

    El aparejo toledano emplea el ladrillo para formarunos cajones que se rellenan con mampostera o ta-pia de tierra, a la vez que define las esquinas, huecosy la forma de la construccin siendo la mamposteraun relleno aunque con funcin estructural tambin.Los cajones o hiladas de mampostera en los distin-tos aparejos toledanos clasificados por otros autores(Miranda Snchez 1995, Rojas Rodrguez-Malo yVilla Gonzlez 1999) suelen tener una altura equiva-lente a unos seis o siete hiladas de ladrillo (unos4550 cm), aunque se han encontrado al menos doscasos bside de San Romn y muros de San Cle-mente en Toledo, en los que la altura de la mam-postera es similar a la de la fortaleza arcobriguen-se.11 La fbrica de la cabecera del convento de SanClemente levantada en el siglo XVI por Covarrubiaspresenta los ochavos labrados de berroquea e bienasentados a plomo e cordel12 en lugar de la tradicio-nal esquina de ladrillo.

    Las fbricas con verdugadas de ladrillo fueron em-pleadas en la Espaa bajomedieval, tanto en el terri-torio cristiano como en el musulmn, y no son msque la conservacin de la tradicin constructiva man-tenida desde la antigedad romana. En la arquitectu-ra militar musulmana y en la mudjar andaluza seaparejaban los muros mixtos con verdugadas de la-drillo entre cajones de tapial o de mampostera. Esteaparejo aprovecha el grosor de la verdugada de ladri-llo para albergar los mechinales de las agujas del ta-pial o de las almojayas, que se rematan superiormen-te tambin con ladrillos (Graciani Garca y Tabales

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    Figura 2Vista general del castillo de Arcos de Jaln desde el sureste

  • Rodrguez 2008, 135158). En los aparejos andalu-ces no se da el caso de que el mechinal se site sobrela verdugada y se forme con piezas latericias, comoen la fbrica toledana.

    La influencia mudjar en la construccin de estecastillo es ms palpable que en otros de la mismarea de estudio. Ms avanzado el valle del Jaln, ascomo en el Ebro Medio se encuentran fortalezas enlas que se tambin se emplea el ladrillo y el ladrillocombinado con otros materiales.13 En la comunidadde Daroca, en la provincia de Zaragoza, es comn lafbrica de mampostera con verdugadas y aristas deladrillo, como en el caso de Cariena, Encinacorba,Almonacid o la torre de la Lisalta en Cosuenda.14 Asmismo, hay fortalezas almohades construidas en lamisma poca con mampostera alternada con verdu-gadas de ladrillo, como los castillos de vora y Pa-derne en Portugal, la fortaleza del Almendro enConstantina (Sevilla) o el castillo de Peas Negras enMora o el de Escalona, ambos en Toledo (PavnMaldonado 1999, 208209).15 El empleo del ladrilloen este castillo de Arcos de Jaln se ha querido vercomo una muestra de la influencia morisca, dado quela poblacin en el Arcos medieval fue en su mayoramorisca. Sin embargo, en todos estos ejemplos, lasesquinas se realizan con ladrillo, mientras que en lafbrica de este castillo, stas son de grandes sillaresde piedra. Difiere adems la formacin de los mechi-nales para apoyo de los andamiajes durante su cons-truccin.

    El mudejarismo en la zona del Bajo Aragn, con laque se relacionaba por motivos geogrficos el valle delJaln, puede arrancar de las incursiones por el territoriomusulmn realizadas por Alfonso I para hacerse conpoblacin para repoblar los territorios que iba conquis-tando.16 La repoblacin con musulmanes fue una prc-tica habitual en los monarcas aragoneses.17

    A la luz de estos datos, se puede razonar que laconstruccin mudjar de este castillo es de influenciatoledana y no aragonesa: los moriscos de Arcos ten-an una estrecha relacin no slo con Aragn por ra-zones geogrficas, sino que haba importantes con-tactos con Toledo por mor de los vnculoscomerciales.18 Precisamente Toledo es el gran focode propagacin de la construccin mudjar en Casti-lla durante la Baja Edad Media.19 El anlisis de susfbricas puede explicar la manifestacin constructivade estas influencias y contactos culturales, sociales ycomerciales.

    Dimensiones de la pieza de ladrillo y los hilosconstructivos

    Es precisamente el empleo del ladrillo en la cons-truccin de este castillo lo que le hace singular den-tro del conjunto de la arquitectura militar bajomedie-val soriana, si bien no es el nico caso.20 Lasdimensiones medias de los ladrillos empleados en lafbrica, tomadas en varias muestras, son de unos 253 14 3 4,5 cm,21 de manera que los huecos dejadospor el cajeado en ladrillo para los mechinales viene aser de unos 15 3 15, aproximadamente. La verdugadade ladrillo consta de dos hiladas de un pie de espesor,la primera a testa y la segunda a soga. El espesor deun pie se ha podido comprobar en una parte del murosuroccidental, donde se ha producido la cada de al-gn mampuesto y el desgaste en el arranque delmuro. La finalidad de esta verdugada parece ser la

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    Figura 3Vista oriental de la torre y la entrada al castillo

  • regularizacin en horizontal de los hilos constructi-vos.22 En algunos puntos se observa la presencia deuna hilada bajo las otras dos que no es ms que unmero relleno para enrasar y conseguir la horizontali-dad sobre la mampostera del hilo constructivo. Elnivel horizontal de las verdugadas de ladrillo es con-tinuo a lo largo de las distintas fachadas e incluso enla muralla, lo que muestra la continuidad en la cons-truccin.

    A pesar de su carcter principalmente constructi-vo, estas verdugadas adquieren una categora estticaaadida. En efecto, cuando el muro se revoca, stasse dejan vistas y constituyen un distintivo o rasgo ca-racterstico de este castillo respecto a otros de lazona.

    En las figuras 4 y 5 se han numerado las verduga-das conservadas. Entre parntesis aparece la ltimaverdugada que se conserva incompleta. En el muroNO se conservan cinco hilos de mampostera com-pletos. La verdugada nmero seis est incompleta.En el muro SO, debido a la diferencia de nivel, laconstruccin de los hilos de mampostera comienzaen el equivalente al tercero del muro anterior y alcan-za hasta la sexta verdugada se conserva completa,percibindose parte de la sptima. Por su parte, elmuro SE, arranca igualmente en el hilo nmero tresaunque es un poco ms alto que el nivel del terce-ro de las otras dos fachadas, si bien en el siguientetajo ya se igualan los niveles y se conserva com-pleta hasta el quinto nivel. Al igual que su muroopuesto, la sexta verdugada slo se conserva en unapequea parte. Por ltimo, el muro interior de la for-taleza, orientado al noreste, no conserva este tipo defbrica, sino que est levantado con mampostera or-dinaria.

    Por encima del ltimo nivel de verdugadas de la-drillo que se conserva incompleto se ha cambia-do la tcnica constructiva, quiz debido a una repara-cin o ampliacin posterior: la construccin continucon un aparejo simple de mampostera con sillares enlas esquinas.23 Todo parece indicar que la torre fuedesmochada o sufri importantes daos en su coro-nacin, por lo que hubo de ser reparada a partir de laruina que qued. Esto explica que el ltimo nivel deverdugadas de ladrillo est incompleto y que no seael mismo en los distintos muros de la torre. En estepunto tambin se observa un cambio dimensional delos sillares de las esquinas. No se puede aventurar laaltura que tuvo la torre original.

    Hacia los 15 metros de altura, una imposta o bocelde piedra separa la coronacin de la torre y el grosordel muro superior se reduce. No se sabe la altura to-tal de la torre, ya que se encuentra muy deterioradaen su cabeza. Se sospecha que alcanz algo ms dealtura, si se atiende a que el arco apuntado que seconserva en el interior sobresale muy poco sobre lacabeza de los muros. Sobre este arco se tendera elltimo forjado y la cubierta de la torre. Con toda se-guridad, este ltimo forjado y cubierta fue plano, tipoazotea. La presencia del potente arco indica que lascargas que tuvo que soportar el forjado fueron im-portantes y que no haba una estructura interna demadera para apoyo del ltimo forjado. As mismo, lafalta de huecos en el muro suroriental el ms vul-nerable por hallarse fuera del recinto y estar ms ade-lantado a la loma sobre la que se asienta el castillorevela que la vigilancia y defensa de este flanco sehubo de realizar desde una azotea, en la que se aco-piasen mquinas de guerra y su municin.

    La altura de estos hilos es de unos 110-115 cent-metros, aproximadamente. Las dos hiladas de ladrilloque definen la verdugada estn separadas por unagruesa capa de mortero. El espesor total de la verdu-gada es de unos 15-20 cm dos piezas de ladrilloms dos tendeles de mortero de unos 4 cm de espe-sor, por lo que el mdulo constructivo en alturaronda los 130 cm. Sobre la ltima hilada de ladrillose tiende una capa de mortero y horizontalmentecada cierto intervalo unos 130 cm, sensiblementeigual que la altura de cada hilo se abren unos me-chinales para el apoyo del andamiaje auxiliar.

    Mechinales de ladrillo

    Los mechinales de los muros suroriental y norocci-dental se forman con piezas de ladrillo. Cada uno delos dos laterales se forma con dos ladrillos sobre losque apoyan otros tres o cuatro ladrillos en horizontal,todos tomados con mortero de cal. Tienen una pro-fundidad equivalente a la longitud de los dos ladri-llos: unos 50 cm. En algn caso el mechinal es msprofundo, pero entonces se forma por el vaco de laaguja o viga de madera dentro de la propia mampos-tera del muro.24

    La constancia dimensional parece indicar la apa-rente presencia de una ordenacin modular en la or-ganizacin de la obra. Al ser similares las distancias

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  • entre mechinales y las alturas entre hilos, se podanaprovechar las mismas piezas del andamiaje a medi-da que iba avanzando la obra, tajo tras tajo, sin tenerque fabricar piezas nuevas o alterar las ya utilizadas.

    Este tipo de mechinal indica la influencia toledanaen la construccin del castillo, ya que es una tcnicamuy extendida por las fbricas mudjares de la ciu-dad y en otras localidades castellanas en las que senota el peso toledano.

    La preocupacin por elaborar unos mechinales ca-jeados por piezas de ladrillo indica la necesidad derecuperar y reutilizar las almojayas o piezas auxilia-

    res de madera que formaran el andamiaje, ademsde imprimirles un carcter esttico. Los mechinalesno son pasantes, al contrario que en otras fortifica-ciones de la poca (Pealczar, Sern de Ngima oMagaa). Referido a los mechinales que alojaron lasagujas para la tcnica del tapial de tierra, GracianiGarca (2009, 684685) expone que en esta poca,las agujas seran pasantes en las construcciones cris-tianas militares en tapial mientras que las almohadesy nazares utilizaran medias agujas. En efecto, lafortaleza de Sern de Ngima, no muy lejana de la deArcos de Jaln y construida completamente en tapialy aproximadamente en la misma poca, presentaunos mechinales de agujas pasantes a pesar del gro-sor del muro de 2,40 metros (Gil Crespo 2010,6569).

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    Figura 4Alzado noroeste del torren. En la parte inferior izquierdaquedan restos del encuentro de la muralla con la torre. Eneste punto se ubicaba la puerta de entrada al recinto. Seconservan cinco niveles completos de hilos de mamposteraentre verdugadas de ladrillo y parte del sexto nivel. En estafachada se abran dos saeteras en la vertical de la puertacomo medio de vigilancia y defensa de la puerta

    Figura 5Alzado suroeste del torren. Se conservan cuatro hilos com-pletos y parte del quinto

  • Proceso constructivo

    En el muro suroeste no se utiliz esta tcnica paraformar los mechinales, quiz por ser el flanco msexpuesto de la fortaleza o quiz porque, al igual queocurre con el muro opuesto, se puede apoyar un an-damiaje desde el suelo. Sin embargo, a partir delcuarto y sobre todo en el quinto, sexto y lo que seconserva del sptimo niveles constructivos, se apre-cian algunos mechinales circulares. Los ms cerca-nos a las esquinas penetran oblicuamente en el muro:en ellos apoyaron los andamiajes en voladizo parapasar la esquina. Estos mechinales son las improntasde las almojayas de madera embebidos en el muro,sin que exista una preparacin previa del huecocomo en los muros antes explicados.

    La mampostera del muro es de grandes piedrascalizas y arenisca tomadas con mortero de cal y concierta labra en la cara visible para garantizar la pla-neidad en el paramento vertical. La colocacin paraformar el muro es la habitual: dos caras de estosgrandes bloques para formar los paramentos y un re-lleno de piezas ms menudas, cantos y cascotes paraformar el grosor del muro, tal y como se puede apre-ciar al observar dentro de los mechinales y en algnpunto donde se ha desprendido esta primera capa.

    Se ha realizado un anlisis grfico de este tipo de

    construccin en los muros del castillo de Arcos deJaln, recogido en la figura 8. Se pueden apreciar to-das las capas y los encuentros entre materiales, ascomo el apoyo de los andamiajes en los mechinales.

    La muralla conservada tambin fue levantada conesta tcnica constructiva. No obstante, como se apre-cia en la fotografa de la figura 2, el encuentro uti-lizando sillera que lo traba entre la muralla y latorre muestra que su construccin fue simultnea.Sin embargo, en el torren septentrional de la mura-lla, parece que el relleno es de tapial de tierra para elque se ha utilizado como encofrado una hoja demampostera. Este torren parece ser una adicin, yaque no hay continuidad de la fbrica en el encuentro.La cabeza del torren con una planta de unos 3 9m est ms deteriorada y ha perdido tanto la coro-nacin como parte de la hoja exterior, dejando a lavista el relleno de tapial. Se observa que las impron-tas constructivas se adentran en el muro no se hapodido comprobar la profundidad por ser inaccesi-ble, as como que estn formadas con un ladrilloque se coloca sobre la aguja, sin tabicas lateralescomo en el resto de la fbrica de la muralla. La colo-racin distinta de esta torre, aspecto llamativo de pri-mera impresin, se debe a la escorrenta superficialdel desgaste del relleno de tierra arcillosa por el para-mento. El tamao de la piedra y las dimensiones de

    556 I. J. Gil Crespo

    Figura 6Mechinal en ladrillo en el muro NO de la torre

    Figura 7La torre durante su construccin. En el terreno plano quehay delante de la fachada suroeste se poda apoyar un anda-miaje, acopiar los materiales, preparar los sillares y organi-zar la obra. Por el contrario, debido al desnivel y a la difi-cultad de apoyo, en los muros laterales hubo que volar elandamiaje. Esto explica la falta de mechinales en los murosSO y NE y la necesidad de fabricar unos mechinales de losque se pudiese extraer con facilidad las almojayas una vezterminado el tajo de obra

  • los ladrillos son similares a las del resto de la fbrica,lo que cabe suponer que, aunque no se construyerona la vez, son de la misma poca. Quiz se aadipara reforzar poliorcticamente y estructuralmen-te la esquina nororiental de la muralla.

    Marcas de cantero

    Aunque no se han documentado de manera integral,se han observado una serie de marcas de cantero queaparecen slo en los sillares correspondientes al pri-mer tipo de construccin, es decir: a los sillares quedefinen las aristas entre los hilos de mampostera se-parados por verdugadas de ladrillo. A partir del nivelen que se cambia la tcnica, los sillares son ms pe-

    queos y en ellos no se aprecian estos signos distinti-vos. En la figura 11 se detallan estas cinco marcas di-ferentes.25

    Revocos

    En los tres arranques de muros con verdugadas deladrillo, as como en el lienzo de la muralla, se con-serva un revestimiento de cal singular, principal-mente en la fachada SE y casi perdido en la SW yNW. Los mampuestos se rejuntan con motivos cir-culares resaltados y tangentes entre s, cuyo dime-tro vara en funcin del tamao de la pieza. Estetipo de revestimiento se encuentra en algunas de lasfbricas toledanas (Miranda Snchez 1995, 169),

    Fortificaciones bajomedievales en la provincia de Soria 557

    Figura 8Anlisis grfico de la construccin de los muros de mampostera con verdugadas de ladrillo del castillo de Arcos de Jaln

  • aunque desafortunadamente cada vez menos debidoa las intervenciones que limpian cualquier resto derevestimiento.

    Entre estos motivos circulares que rellenan todoel paramento de la mampostera, se encuentran algu-nos motivos diferentes: en la fachada suroriental hayuna pequea cruz latina y en la noroccidental seconserva el escudo de armas de los Albornoz dentrode una estrella de ocho puntas y, dos hilos ms arri-ba, otros dos escudos dentro de sendas estrellas deocho puntas.

    CONCLUSIONES

    A travs del anlisis de las improntas constructivasse ha podido establecer una hiptesis de cmo se de-sarroll la construccin de la fortaleza de Arcos deJaln. Este anlisis, apoyado en mtodos grficos,explica los fundamentos constructivos y las singula-ridades de la fbrica de mampostera con verdugadasde ladrillo.

    Del estudio constructivo de sus muros se despren-de que se observan claramente dos etapas de cons-truccin. Un estudio histrico ms exhaustivo puederevelar datos de archivo sobre los daos sufridos du-rante el asedio de Pedro I y las guerras de la Raya ascomo de las reparaciones que hubieron de efectuarseen el castillo.

    La singularidad de este castillo dentro de su con-texto geogrfico y temporal est en el empleo delladrillo en verdugadas con relleno de mamposteray con las esquinas de sillera. El hecho de que lasesquinas se realicen con grandes sillares hace dife-rir del tradicional aparejo toledano presente enconstrucciones tanto castellanas como aragonesas,las cuales presentan las esquinas de ladrillo. Esms: la presencia de marcas de cantero denota la

    558 I. J. Gil Crespo

    Figura 9Torren de la muralla con relleno de tapial

    Figura 10Marcas de cantero en los sillares de la parte inferior delmuro

    Figura 11Restos del revoco con motivos geomtricos en el muro no-roccidental de la torre. Se observa el escudo de los Albor-noz en la parte superior

  • profesionalizacin y divisin de los distintos traba-jos de la obra.

    El cuidado prestado a la construccin de los me-chinales de ladrillo le convierte en un caso nico eneste contexto. Este tipo de mechinales se emplearonen el mudjar castellano desde el siglo XII en Toledoy el rea castellana de su influencia, como mtodoconstructivo del llamado aparejo toledano. Sin em-bargo, esta rea de influencia vila, Segovia, Va-lladolid es lejana de la comarca del Jaln. Las re-laciones sociales y comerciales de Arcos con Toledopueden explicar la eleccin del procedimiento cons-tructivo de su fortaleza. Aunque se ha intentado rela-cionar dimensionalmente las piezas de ladrillo conlas empleadas durante el mudjar toledano no se hallegado a ninguna deduccin concluyente, abrindoseuna lnea de investigacin que busque y compare lasposibles equivalencias dimensionales con otras pie-zas de ladrillo de uso contemporneo.

    El empleo del ladrillo puede ser un testimonio delmudejarismo imperante en la Baja Edad Media, ascomo una respuesta constructiva del contexto socialla poblacin mayoritariamente morisca de Ar-cos y geogrfico la relacin directa con Aragna travs del valle del Jaln y comercial con Toledoen que se encuentra la construccin del castillo. Sinembargo, esta tcnica era comn en tierras aragone-sas y en la construccin mudjar en general. No obs-tante, es significativo que en otras fortalezas cerca-nas, como Soman, Montuenga, Santa Mara deHuerta o Deza, no se emplee el ladrillo, habiendo ha-bido tambin una importante poblacin morisca.

    Las conclusiones a las que se llega tras el anlisisconstructivo de la fortaleza de Arcos de Jaln tienenun carcter provisional ya que se pretende conocer elconjunto de la construccin castrense bajomedievalsoriana a travs del conocimiento general de las tc-nicas presentes en los edificios conservados y razo-nada desde su estudio y comparacin de los casosparticulares.

    NOTAS

    1. La comunicacin desarrolla una parte de la investiga-cin conducente a la realizacin de la Tesis Doctoraldel autor, titulada Fundamentos constructivos de lasfortificaciones fronterizas entre las Coronas de Casti-lla y Aragn de los siglos XII a XV en la actual provin-

    cia de Soria, dirigida por los profesores Luis Maldona-do Ramos, Santiago Huerta Fernndez y FernandoVela Cosso, dentro del programa de doctorado del De-partamento de Construccin y Tecnologa Arquitect-nicas de la Escuela Tcnica Superior de Arquitecturade la Universidad Politcnica de Madrid.

    2. El territorio estudiado ha representado desde antiguouna regin fronteriza, tanto desde el punto de vista geo-grfico como desde el histrico y social. La divisoriaentre las aguas que se lleva el Duero y las que recoge elEbro atraviesa la provincia. Es, as mismo, el lmite en-tre la meseta central y la depresin del Ebro, as comoel encuentro entre los sistemas Ibrico y Central. En loque respecta a los elementos histricos, desde antiguosignific la concurrencia entre las culturas bera y cel-ta... Durante la Reconquista fue territorio limtrofe en-tre el avance cristiano y el califato islmico, y de elloquedan multitud de fortalezas y atalayas emplazadaspor toda la provincia. Ms tarde, con la consolidacinde las Coronas, volvi a ser una tierra lmite entre Cas-tilla y Aragn (Gil Crespo 2010, 6)

    3. La desinencia briga (fortaleza) del nombre de Arc-briga, indican claramente un sustrato celta anterior a suromanizacin (Espinosa de los Monteros y Martn Ar-tajo-Saracho 1974, 421).

    4. El curso alto del ro Jaln est organizado a travs deun sistema de castillos: Medinaceli, Jubera, Soman,Arcos, Aguilar, Montuenga, Belimbre (Santa Mara deHuerta), Monteagudo de las Vicaras, Castillo de laRaya y, ya en Aragn, Monreal de Ariza, Ariza... hastaCalatayud.

    5. Rubio Semper (1990, 120-130) presenta un resumen delos acontecimientos blicos y las relaciones entre Casti-lla y Aragn en el valle del Jaln. Sobre la guerra delos Dos Pedros que enfrent a las dos Coronas entre1356 y 1369 existe un extenso repertorio bibliogrfico.Quiz el documento ms importante sea la Tesis Doc-toral de Antonio Gutirrez de Velasco titulada La Gue-rra de los Dos Pedros y la frontera castellano-arago-nesa en el siglo XIV, 1947. El mismo autor escribidiversos artculos desarrollando aspectos ms concretosde esta guerra. El investigador Mximo Diago Hernan-do, a su vez, expone los efectos de dicha guerra sobrelos territorios sorianos (Diago Hernando 1998,125156).

    6. En ms de una ocasin el vicario de Arcos acude alsanto Oficio para pedir que se aplique algn remedioen su pueblo, ya que todos son manifiestamente mo-ros. l, por lo pronto, se niega a darles el SantsimoSacramento por miedo perpetrar un sacrilegio. El p-rroco de esta misma localidad testifica en otra ocasinque todos los moriscos vecinos desta villa son maloscristianos y nunca van a oyr misa los domingos o fies-tas a derechas (Garca Arenal 1978, 3031).

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  • 7. Ferrn Gmez de Albornoz fue adems comendadormayor de Montalbn (Teruel) por la Orden de Santiagoy seor de Torrecilla del Pinar en el concejo de Molinade Aragn. El lvar Garca de Albornoz el Viejo quefigura como hermano suyo es el padre de Urraca G-mez de Albornoz, madre a su vez del tambin cardenalAlonso Carrillo de Albornoz, fundador del mayorazgode Ocentejo (vila Seoane 2005, 468).

    8. Autorizacin que dio Gmez de Benavides el 30 deagosto de 1440 a su mujer Mara Manrique... para quevendiera el pueblo a Luis de la Cerda, III conde de Me-dinaceli (vila Seoane 2005, 468469).

    9. Las dimensiones en planta de la torre, que dibujan unafigura sensiblemente cuadrangular, son las siguientes:muro NO, 12,85 m; muro SO, 12,30 m; muro SE,12,25 m; muro NE, 12,65; segn la toma de datos reali-zada por el autor.

    10. Las fbricas que combinan la obra de mampostera y deladrillo reciben el nombre latino genrico de opus mix-tum o listatum. El conocido como toledano es untipo de este aparejo (Rojas Rodrguez-Malo y VillaGonzlez 1999).

    11. Con el fin de comparar la fbrica del castillo de Arcosde Jaln con los aparejos mudjares de la ciudad deToledo, se realiz en septiembre de 2011 un breve tra-bajo de campo en el que se estudiaron y documentaron,desde el punto de vista constructivo dimensiones dela pieza de ladrillo, dimensiones del aparejo y relacincon la mampostera, nmero de hiladas y disposicinde las piezas latericias, forma, tamao y situacin delos mechinales, 13 fbricas correspondientes a 10edificios comprendidos entre los siglos XII y XVI de laciudad. Las fbricas estudiadas son: Santiago del Arra-bal, San Lucas, San Lorenzo, San Andrs, San Sebas-tin, Santa rsula, Santo Tom, San Clemente y SanRomn. Adems, se han tomado datos del muro exte-rior oriental de la puerta vieja de Bisagra, de origenmusulmn.

    12. Contrato de Covarrubias transcrito en parte por Miran-da Snchez (1995, 139140).

    13. En las comarcas tradicionalmente mudejarizantes delEbro medio y Jaln [los castillos] suelen ser de ladrilloo tapial: Calatorao, Pinseque, Cetina (Guitart Aparicio1976a, 3435).

    14. Su pieza ms interesante es una airosa torre llamada laLisalta, cuadrada de 5 m de lado, con un curioso apa-rejo de tableros de mampostera con verdugadas de la-drillo y reforzada en las aristas con ladrillos. Es la ver-sin aragonesa del llamado aparejo toledano, que serepite en los cercanos castillos de Encinacorba y Almo-nacid. Su cuerpo alto es de ladrillo mudjar con huecosde campanas, por lo que pudo servir a la desaparecidaiglesia. No parece anterior al siglo XV (Guitart Apari-cio 1976b, 60).

    15. Lgicamente los materiales predominantes en cada re-gin durante la dominacin islmica marcarn el rum-bo a seguir por la arquitectura cristiana o la mudjar:tapial en Levante; ladrillo y mamposteras de verduga-das de ladrillo en la comarca toledana y en las provin-cias de Mlaga y Granada; en Almera y en las provin-cias occidentales, incluida Sevilla, tapiales. Tan sloAragn y Extremadura-Portugal parecen olvidar losmateriales y procedimientos preferentes islmicos, em-plendose el ladrillo en la primera y mampostera en elbloque Extremadura-Portugal (Pavn Maldonado1999, 569).

    16. En 1125, Alfonso I el Batallador, rey de Aragn, seatrevi a realizar una incursin por tierras de al-nda-lus. Entrando por Valencia, recorri toda Andalucaoriental (Mlaga, Crdoba, Granada) sin oposicin nidel pueblo ni de las escasas guarniciones militares, re-tornando con 10.000 mozrabes que instal en el BajoAragn (Lpez Guzmn 2000, 16).

    17. Pedro III de Aragn, en 1285, beneficiaba econmica-mente a los repobladores musulmanes que conforma-rn, por ejemplo, la morera de Teruel (Lpez Guz-mn 2000, 16).

    18. Los moriscos de Arcos tenan adems contactos conlos de Toledo, donde iban a vender el azafrn que com-praban en Aragn, en la zona de Urrea (Garca Arenal1978, 82).

    19. Se puede suponer que los grupos mudjares que apa-recen en Segovia, vila, Valladolid, Burgos y otrasciudades de la cuenca del Duero desde finales del sigloXII son de procedencia toledana, y acudiran a ellas enbusca de lugares ms alejados de la frontera, donde supresencia no despertara sospechas de colaboracin po-ltica con el mundo islmico (Laredo Quesada 1984,78). Por su parte, Torres Balbs sealaba, respecto dela arquitectura militar mudjar, que otro foco de grandifusin fue el toledano, pujante sobre todo en los si-glos XIV y XV. Influyeron en l tradiciones almohadesdel siglo XIII al XV, ms directamente derivadas stasde las musulmanas... Las [fbricas] toledanas estn he-chas de mampostera con verdugadas de ladrillo (To-rres Balbs 1949, 338).

    20. La fortaleza de Gormaz, tambin en la provincia de So-ria, de origen califal, fue reformada en el siglo XIV yse le aadieron unas torres con fbrica similar a la deArcos de Jaln (Lorenzo Celorrio 2003, 113114), sibien en Gormaz el ladrillo se emplea tambin en las es-quinas. El ladrillo tambin se ha empleado en los casti-llos de Castillejo de Robledo o San Leonardo de Ya-ge, lejanos geogrficamente y temporalmente.

    21. Estas dimensiones no coinciden con ninguna de lasque ofrece Pavn Maldonado (1999, 637-640) paralos ladrillos hispanomusulmanes. As mismo, se hantomado medidas de los ladrillos de la arquitectura

    560 I. J. Gil Crespo

  • mudjar de la ciudad de Toledo y no se encuentra unacorrespondencia dimensional con los de esta fortale-za de Arcos. Por su parte, Phillipe Araguas (1987,179) examina la proporcin longitud/anchura de laspiezas de ladrillo determinando dos grandes tipos: eltoledano y aragons, en el que predomina la relacin2/3, y el andaluz, en el que la proporcin ms habi-tual es la de 1/2. En el caso de los ladrillos emplea-dos en la fbrica del castillo de Arcos, la proporcines aproximadamente 5/3, sin poder incluirse en nin-guno de los dos grandes grupos. Se abre aqu una l-nea de investigacin que consiste en comparar las di-mensiones de estos ladrillos con los ladrillosempleados en otros castillos aragoneses y en otrasconstrucciones de la poca.

    22. No se trata, por lo tanto, de una verdugada pasaderaque enrase el muro en todo su grosor, como lo pudo serel opus mixtum romano: si bien en las construccionesen opus mixtum de Italia las verdugadas de ladrillo noson ms que elementos de paramentos utilizados quizpara controlar los niveles, los constructores galorroma-nos, al contrario, van a aprovechar este material regulary de mayores dimensiones para realizar verdaderosapeos horizontales que unan los paramentos de los mu-ros (Adam 1996, 155).

    23. Ya se ha sealado que algunas hiladas de esta mampos-tera son tizones inclinados, sin ser perpiaos. Este apa-rejo aparece en otras fortalezas de la zona. No es objetode la presente comunicacin, por lo que se pasa poralto no sin sealar la importancia que pueda tener pararelacionar los aparejos de distintas fbricas coetneas ycercanas.

    24. Se encuentran precedentes y soluciones similares enlos mechinales para apoyo de las vigas de forjados dela arquitectura domstica romana y en la tradicionalmallorquina: en muchos casos, incluso, estas verdu-gadas correspondan a una altura de bancada o de jor-nada de trabajo y su intervalo segua las distancias en-tre los niveles sucesivos del andamio, comoatestiguan entonces las ubicaciones de los mechina-les... Se aprovechan con frecuencia las verdugadas deladrillos para alinear los agujeros de las almojayas(Adam 1996, 155). El mtodo tradicional era liberarlas vigas de la sujecin de los muros colocando unafunda compuesta de cuatro finas placas de madera obaldosas de barro: la viga quedaba sujeta pero podadeslizarse como una espada dentro de su vaina (Ra-mis 2005, 934).

    25. Con el avance de la investigacin y cuando se hayandocumentado el resto de las fbricas de los castillos ob-jeto de estudio en la Tesis se podr establecer una rela-cin entre las distintas marcas de cantero conservadasen otras fortificaciones para comprobar si en algn casoson coincidentes.

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