CEID ANUARIO 2017 - aespadaeoescudo.files.wordpress.com · exclusiva de los autores y no reflejan...

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1 ISSN 2422-667X ANUARIO 2017 Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo CEID, un análisis del mundo desde el sur

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    ISSN 2422-667X

    ANUARIO 2017 Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo

    CEID, un anlisis del mundo desde el sur

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    ANUARIO 2017

    Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo Buenos Aires, Argentina www.ceid.edu.ar [email protected] Direccin: Marcelo Javier de los Reyes. Redaccin y administracin: Av. Juan Bautista Alberdi 6043 Piso 8 1440 Buenos Aires Repblica Argentina [email protected] [email protected] Equipo colaborador: Mara Elena lvarez Acosta, Eugenia Arduino, F. Javier Blasco, Francisco Carranza Romero, Miguel ngel Cneo, Adria Espinosa Escobar, Rodrigo Fernndez Ortiz, Ruvislei Gonzlez Sez, Yaima Iser Crespo, Daro Lpez Estvez, Roberto Mansilla Blanco, Juan Cruz Margueliche, Dayma Prez Daz, Xulio Ros, Agustn Saavedra Weise, Juan Jos Santander, Rolando Santos, Isabel Stanganelli Frankenberg y Marcelo Javier de los Reyes.

    ISSN 2422-667X

    La responsabilidad por las opiniones expresadas en las colaboraciones es de pertenencia exclusiva de los autores y no reflejan necesariamente el pensamiento del Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo.

    Se autoriza su reproduccin total o parcial citando la fuente.

    Las imgenes que acompaan al presente nmero fueron incorporadas a modo ilustrativo. Artculo 19 de la Declaracin Universal de Derechos Humanos Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinin y de expresin; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitacin de fronteras, por cualquier medio de expresin. Diciembre de 2017

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    Sumario Presentacin 5 frica La primera gran batalla africana por el agua 7

    Daro Lpez Estvez

    Afroislam. Perspectivas de escala local - regional para su entendimiento 14

    Juan Cruz Margueliche

    Amrica

    Tendencias en Sudamrica hasta 2022 19 Agustn Saavedra Weise

    Protestantismo 500 aos despus. Identidad Reformada: 21 beres sudafricanos en la Argentina Eugenia Arduino

    Argentina: algunos aportes histricos para la comprensin 28 de la cuestin mapuche Marcelo Javier de los Reyes

    Bolivia en el contexto vecinal y multilateral 38 Rodrigo Fernndez Ortiz

    Brasil y Bolivia a lo largo del tiempo 45 Agustn Saavedra Weise

    Venezuela: Maduro sobrevive a un crtico 2017 48 Roberto Mansilla Blanco

    Per no se libera de los Fujimori 53 Francisco Carranza Romero

    Asia

    China y los BRICS tras la cumbre de Xiamen 56 Xulio Ros

    La nueva Ruta de la Seda: un camino de desarrollo pacfico 60 Adria Espinosa Escobar

    El avance del Estado Islmico en el Sudeste Asitico 73 Ruvislei Gonzlez Saez

    Europa

    El estado de cumplimiento de los acuerdos de Minsk 78 Miguel ngel Cneo

    Londres: ni Gibraltar ni Escocia 86 Agustn Saavedra Weise

    Los atentados en Catalua, sus mentiras, falacias y desviaciones 88 F. Javier Blasco

    Espaa: la historia de Catalua y unos secesionistas recluidos en la irracionalidad 97 Marcelo Javier de los Reyes

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    Medio Oriente

    Siria en sus actuales circunstancias 109 Juan Jos Santander

    Presente y futuro del Estado Islmico 114 F. Javier Blasco

    Defensa y seguridad internacional

    El terrorismo: espejo de dos caras? (El mundo que nos toc vivir) 120 Mara Elena lvarez Acosta

    Los efectos del terrorismo 127 F. Javier Blasco

    El pivote americano para Europa 133 Rolando Santos

    Las sanciones contra Rusia: la cuestin de los portahelicpteros franceses clase Mistral 142 Isabel Stanganelli Frankenberg

    Desarrollo

    Acercamiento al escenario de las dimensiones internacionales de la ciencia: internacionalizacin, conocimiento y cooperacin internacional para el desarrollo 148 Yaima Iser Crespo - Dayma Prez Daz

    Cultura

    En la guerra y en la paz. Ser mujer en Rusia contempornea 160 Eugenia Arduino

    La comunicacin y valoracin de la medicina tradicional en centros de salud de zonas bilinges quechua y espaol 166 Francisco Carranza Romero

    Conmemorativa

    Hiplito Bouchard, la fragata La Argentina y las banderas Centroamericanas 173 Marcelo Javier de los Reyes

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    Durante 2017 se han conmemorado varios hechos importantes para la humanidad. Por un lado, los quinientos aos de La Reforma impulsada por Martn Lutero, la que es abordada en nuestro Anuario a partir de la inmigracin de los boers quienes, desde abandonando frica del Sur, trajeron sus costumbres y su fe a la Patagonia. Del mismo modo, diversas actividades acadmicas se centraron en el centenario de la Revolucin Rusa. No obstante, hemos decidido recordar un episodio de la historia argentina que es bastante desconocida y del que se han cumplido doscientos aos: en 1817 Hiplito Bouchard parti al comando de la fragata La Argentina, convirtindose en el primer buque argentino en circunnavegar el globo, enfrentando a las fuerzas espaolas en los lugares ms recnditos del planeta y logrando el reconocimiento de nuestra soberana.

    Con respecto a frica, se analizan las particularidades del Islam en el continente y las circunstancias que llevan a la emergencia de lo que se ha dado en denominar Afroislam. Un tema relevante en el norte de frica es el conflicto por el control del agua, cada vez ms frecuente en el mundo. En este caso involucra principalmente a Egipto, Etiopa y Sudn y permitira explicar el porqu de que Egipto haya adquirido los portahelicpteros franceses clase Mistral, situacin que tens las relaciones entre Francia y Rusia cuando Pars, bajo extrema presin, decidi no entregar las naves ya pagadas a Mosc. Ambos buques sern destinados por el gobierno egipcio a su Flota del mar Rojo. Podr considerarse este hecho como la preparacin para un enfrentamiento en la regin?

    Amrica, por su parte, muestra una tendencia hacia la inestabilidad y hacia un incremento de la violencia en la medida que sus instituciones pierden en calidad, no se resuelve la cuestin de la pobreza, no se logran erradicar ciertas amenazas como la del narcotrfico, todo lo cual deriva en un preocupante aumento de la violencia. La situacin en Venezuela se agrav considerablemente, al punto que unas 150 personas fueron asesinadas en el marco de las protestas contra el gobierno de Maduro, lo que sumado a otros hechos provoc la huida de la fiscal general Luisa Ortega Daz y del alcalde de Caracas Antonio Ledezma.

    Por su parte, Chile y Argentina enfrentan un problema comn, la cuestin mapuche, la que se aborda aqu desde la perspectiva histrica argentina. Para complementar el panorama regional se analiza la situacin vecinal y multilateral de Bolivia y, en particular, su relacin con Brasil. La inestabilidad poltica tambin alcanz a Per, pas en el que la familia Fujimori sigue proyectando su sombra en el escenario nacional.

    Con referencia a Asia, se destaca la cumbre de los BRICS, celebrada en Xiamen, China, pas que sigue apostando al desarrollo de la Ruta de la Seda.

    Nuevamente asistimos a un ao signado por el terrorismo, tema que es abordado en varios artculos. Si bien el autodenominado Estado Islmico pareciera retroceder en Siria e Iraq, se observa que est teniendo una mayor presencia en el sudeste asitico. Los atentados se multiplican en todas partes principalmente en Asia pero tambin en Europa, continente que, asimismo, est siendo atravesado por el separatismo. El conflicto de Ucrania se mantiene presente aunque en 2017 el caso de Catalua ha concentrado la atencin de las agencias de medios. Sin embargo, otros parecen pasar ms desapercibidos como el de la regin de Sd Tirol, que involucra a Italia y a Austria.

    Presentacin

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    Ucrania, precisamente, al igual que Siria, pone en evidencia que la Guerra Fra no ha cesado. El mencionado caso de los Mistral tambin lo demuestra as como la injerencia de los Estados Unidos en materia de defensa en Europa.

    Este panorama internacional, de por s bastante sesgado, a pesar de ello nos permite avizorar una mayor complejidad tanto en los escenarios regionales como en el global.

    Como siempre, el CEID agradece profundamente a todos los autores que, en forma desinteresada, han colaborado con nuestro objetivo de editar este Anuario, con el que deseamos contribuir a una mayor comprensin de la compleja realidad mundial.

    Marcelo Javier de los Reyes Presidente del CEID

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    RICA FRICA

    LA PRIMERA GRAN BATALLA AFRICANA POR EL AGUA

    Daro Lpez Estvez

    Desde hace ya ms de un lustro, a lo largo de la cuenca del Nilo tiene lugar una de las primeras grandes batallas del nuevo milenio por el agua. Etiopa, Sudn y Egipto estn enzarzados en una trifulca diplomtica por el momento que no tiene visos de resolverse en el corto plazo. La razn? Los derechos sobre el agua del Nilo ya no le corresponden exclusivamente a Egipto. Tras ms de cinco dcadas en las que el pas de los faraones se haba adueado pseudolegalmente del preciado lquido, Etiopa ha osado reclamar su parte. Y no ha esperado la respuesta egipcia para actuar. Desde 2013 est construyendo una gigantesca presa en el Nilo Azul que pone en riesgo el abastecimiento de agua de Egipto. Toda una declaracin de guerra para un pas para el que, como recientemente ha declarado su presidente, Abd al-Fatah al-Sisi, el agua (del Nilo) es cuestin de vida o muerte.

    He aqu lo que se podra definir como una de las primeras, y sin duda, ms largas crnicas del agua del Sahel y del mundo rabe.

    Como un jarro de agua fra

    As sent en Egipto el marco de cooperacin suscrito en 2010 por Uganda, Kenia, Tanzania, Etiopa y Ruanda1 por el que se acordaba la modificacin de las cuotas nacionales sobre las aguas del Nilo sin voz ni voto de Egipto.

    Por lgica natural, Etiopa est en su pleno derecho de llevar a cabo proyectos hidrulicos en ros que se hallen dentro de sus fronteras, pero Egipto se aferra a un tratado de 1959 promovido por las potencias colonizadoras en el que los derechos del agua del Nilo se reparten entre Sudn y Egipto. Segn tal entente, aqul dispone de 18,5 mil millones de metros cbicos, mientras que a Egipto le corresponden 55,5 mil

    1 Al ao siguiente, en 2011, Burundi tambin se aadi al pacto.

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    Las dimensiones de la Gran Presa del Renacimiento Etope arrojan algunos datos que dejaran estupefacto a cualquier entendido en la materia. De ellos se comprende la histeria que su construccin est causando en el delta del Nilo:

    1) Ser la mayor presa de todo el continente africano.

    2) Ocupar una extensin total de 1800 km2.

    3) Tendr 170 metros de altura. 4) Costar unos US$ 4.7 mil millones

    que sern financiados en su mayora por el gobierno etope.

    5) Su capacidad ser de 74 billones de metros cbicos, justamente la cantidad de agua que le correspondera a Egipto y Sudn segn el tratado de 1959.

    6) Emplear a 8.500 personas que trabajarn por turnos las 24 horas del da durante 3 aos.

    7) La produccin de electricidad superar los 7.000 megavatios, lo que equivale a tres veces la energa generada por la presa de Asun.

    CIFRAS QUE DAN VRTIGO

    millones. Ante el excedente de agua del que goz Sudn durante algunos aos, ste convino cederle a Egipto 1.500 millones de metros cbicos de su cuota hasta 1977 y, posteriormente, ante la merma de la capacidad de la presa de Asun debido al depsito de sedimentos en su fondo, le cedi otros cinco billones adicionales.

    La pregunta es obvia. Y Etiopa? Pues no se le consult. El Nilo Azul nace en su territorio y, sin embargo, ha quedado excluida del tratado durante estas ms de cinco dcadas. Mucho haba tardado en resollar. Y resoll en el momento ms adecuado para sus intereses.

    El marco de cooperacin firmado en 2010 no tena otro objetivo que allanar el terreno para construir la mayor presa del continente africano. Nada ms y nada menos. El anuncio oficial del proyecto de construccin de la conocida como Gran Presa del Renacimiento Etope se produjo en el mes de marzo de 2011. Haca tres meses que la primavera rabe haba desembarcado en el gigante del Nilo. S, era el mejor momento que los etopes habran podido elegir para anunciar que se disponan a levantar una presa en el mismsimo curso del Nilo Azul.

    En la situacin tremendamente convulsa en la que se encontraba Egipto en 2011, poco podra haber hecho el pas del delta del Nilo para impedirle a Etiopa realizar sus planes. No slo eso, sino que la magnitud del descalabro social y poltico egipcio aseguraba que el faran permanecera postrado durante algunos aos. Era el momento. No haba tiempo que perder.

    Las aguas se revuelven

    Antes de la firma del marco de cooperacin de 2010, ya haban circulado serios rumores de que Etiopa tena la intencin de llevar a cabo un proyecto de tal envergadura. Ya se sabe Cuando el ro suena Las autoridades egipcias no tardaron en poner manos a la obra para dar al traste con cualquier iniciativa que pudiera poner en peligro el abastecimiento de agua en Egipto, lo cual comprometera todos los sectores de produccin clave del pas, desde la agricultura hasta la generacin de energa. La amenaza era, por retomar las palabras de al-Sisi, de vida o muerte.

    La confirmacin de hasta qu punto las autoridades egipcias se tomaron en serio la amenaza de la Gran Presa lleg con la filtracin, por parte de Wikileaks, de una serie de correos intercambiados entre las cpulas sudanesa y egipcia en 2010. En dicha correspondencia, el presidente sudans, Omar al-Bashir, habra dado su visto bueno para la instalacin de una base area en la regin de Kursi, en Darfur, cuyo principal

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    objetivo habra sido el lanzamiento de un ataque areo que destruyera el proyecto hidrulico en caso de que los esfuerzos diplomticos fracasaran2.

    Las autoridades egipcias no tardaron en negar todo lo filtrado. Pero los desmentidos del gobierno egipcio seran contradichos ms adelante por los mismos miembros del gobierno al ser pillados in fraganti en una acalorada discusin acerca de cmo sabotear la Gran Presa, pero eso vendr ms tarde.

    El hecho es que en el mismo 2011, a pesar de los disturbios que azotaban internamente a Egipto, los tres pases afectados por el gran sueo etope pudieron ponerse manos a la obra. En septiembre acordaron constituir una comisin internacional encargada de estudiar los efectos del proyecto hidrulico en los pases de la cuenca: Sudn y Egipto.

    La comisin comenzara su labor en mayo de 2012 pero se vio salpicada, en septiembre, por las filtraciones de Wikileaks. Para colmo, el presidente sudans, Omar al-Bashir, en una visita a su vecino septentrional declar que la posicin de Sudn era idntica a la egipcia3. Pero que no cunda el pnico. El presidente sudans ha demostrado con creces que su opinin puede cambiar varias veces el mismo da, lo cual no supone ningn alivio.

    Se desata la tempestad

    Ante un Egipto que saca los dientes y un Sudn que, para compensar su parcial reconocimiento internacional4 se arrima al mejor postor, a Addis Abeba no le quedaba otra opcin que acelerar la locomotora. Aprovechando la inestabilidad interna de Egipto y Sudn, cuyo mandatario se preparaba para renovar su mandato en las elecciones de abril 20155, las obras de la Gran Presa del Renacimiento Etope comenzaron en mayo de 2013.

    En el mismo mes haba sido publicado el primer informe de la comisin de estudio. En l se haca hincapi en la necesidad de profundizar el anlisis de los impactos de la presa. Sin embargo, la decisin ya estaba tomada. Las obras no se pararan. Alea iacta est.

    La noticia cay como una bomba en Egipto, donde el ambiente ya estaba ms que caldeado por la gestin que los Hermanos Musulmanes, liderados por Mohamed Mursi, estaban haciendo del poder. Lejos de buscar el dilogo, el gobierno egipcio en pleno sac garras y dientes con una saa ciega. Tan ciega que ni se dieron cuenta de que los micrfonos estaban encendidos mientras hacan una lluvia de ideas acerca de cmo sabotear la Gran Presa. Ocurri en junio de 2013, apenas un mes despus del incio de las obras. Se confimaron las sospechas. Wikileaks no andaba muy desatinado

    La tensin lleg a su culmen a finales de mes con el bloqueo de las tmidas negociaciones que haban tenido lugar hasta el momento. Ante la constitucin de una comisin de estudio tripartita, Egipto impona como condicin sine qua non la intervencin de expertos internacionales, algo hacia lo que las otras partes no se mostraban muy favorables. 2 La Gran Presa del Renacimiento Etope se encuentra a tan solo unos 30 km de la frontera sudanesa. 3 Tales declaraciones hay que interpretarlas en un contexto en el que Egipto estaba gobernado por los Hermanos Musulmanes, que tienen un gran poder en el gobierno sudans. La comn matriz ideolgica de los dos regmenes facilit, en un primer momento, su total entendimiento. 4 Estados Unidos mantiene un embargo sobre Sudn desde 1997. Se ha ido aligerando en los ltimos aos, pero est an muy lejos de levantarse por completo. 5 Para ms informacin sobre las ltimas elecciones sudanesas, consltese el artculo de este mismo autor en el enlace .

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    El impasse se prolongara mientras durase el gobierno de los Hermanos Musulmanes. La lejana de las posiciones jug un rol fundamental en este bloqueo, pero tambin es cierto que el gobierno ijuan6 no daba avo a ms. Presionado por la comunidad internacional y los sectores progresistas, los islamistas egipcios se dirigan hacia la zozobra y al-Sisi comenzaba a preparar el terreno para su ms que asegurada vuelta al poder. Ms sabe el diablo por viejo que por diablo. Al-Sisi era plenamente consciente que el favor de la comunidad internacional, especialmente la ms prxima, sera clave para que su retorno no se viera truncado.

    Ya lo dice el refrn. Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar. La primavera rabe amenazaba tambin a Sudn. Septiembre de 2013 fue un mes teido de sangre en este ltimo Estado. Populosas manifestaciones fueron reprimidas violentamente por las Fuerzas de Seguridad Sudanesas, lo que estuvo a punto de provocar otra vuelta de tuerca por parte de la comunidad internacional sobre el rgimen de al-Bashir, pero las aguas no tardaron en volver a su cauce Slo en Sudn. En Egipto todava haba marejada para rato.

    Despus de la tormenta llega la calma

    En mayo de 2014, poco antes de las elecciones que lo catapultaran de nuevo a la cabeza del estado egipcio, y en lnea con su estrategia de ganarse el beneplcito de la comunidad internacional, al-Sisi declaraba tener la intencin de resolver pacficamente la cuestin de la Gran Presa. Congratulados de su postura dialogante, tras su entronamiento en junio de 2014, los etopes volvieron a tender su mano. Ese mismo mes se retom el dilogo.

    Que no hubiera habido negociaciones tripartitas no quiere decir que no haya habido accin. La hubo, y mucha, por parte de Etiopa. Qu mejor oportunidad para preparar sus defensas que durante ese ao en el que Egipto se encontraba a la deriva? Un mes despus de que se retomaran las negociaciones tripartitas, Etiopa y Sudn anunciaron la firma de un acuerdo militar para vigilar su frontera comn. No hace falta ahondar mucho en la verdadera finalidad de tal acto. Ntese que la Gran Presa dista slo 30 kilmetros de la frontera con Sudn y que slo dos meses despus de la firma de tal acuerdo, Etiopa complet la conexin de su red elctrica con las de Kenia, Yibuti y qu casualidad! Sudn. Blanco y en botella.

    A la vista est que el ao de inaccin de Egipto tuvo consecuencias irreversibles en el equilibrio de poderes en la cuenca del Nilo. Lejos quedaban los das en los que al-Bashir declaraba que la visin de Sudn era idntica a la egipcia. Los etopes haban conseguido hacerle ver a los sudaneses los beneficios de la Gran Presa. Tanto, que un ao despus, en julio de 2015, los dos pases firmaran un acuerdo para la compra de electricidad por parte de Sudn a Etiopa una vez que la presa estuviera en pleno funcionamiento.

    A Egipto no le quedaba otra que entrar por el aro. En septiembre de 2014 se formaron diversos comits tripartitos de expertos para estudiar el impacto del proyecto y en octubre, las partes eligieron conjuntamente dos consultoras, una holandesa y otra francesa, para asistir a las partes en la evaluacin del impacto de la Gran Presa.

    El clima de entendimiento y los esfuerzos dipomticos dieron sus resultados en marzo de 2015, cuando las partes llegaron a un primer acuerdo de principios. Si ya, en el derecho internacional, los acuerdos de principios despiertan muchsimas dudas acerca de su efectividad, en estas latitudes, su ineficacia se da por supuesta incluso antes de

    6 Adjetivo que proviene del rabe ikhwan, adjetivo denominal derivado de ikhwn, que significa hermanos, en alusin a los Hermanos Musulmanes.

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    firmarse. No obstante, supuso la primera materializacin del entendimiento entre las tres naciones.

    En junio del mismo ao, tuvo lugar una cumbre entre los tres Estados en la ciudad egipcia de Sharm el-Sheikh en la que se avanz en el desarrollo de las acciones de las comisiones de estudio tripartitas. El comit tcnico celebr su sptima reunin en Jartum en julio de 2015. En ella, las partes alcanzaron un acuerdo acerca del marco y las condiciones en que los consultores deberan desarrollar su labor. No se sabe an si tal acuerdo se firm con anterioridad o posterioridad al surgimiento de tensiones y favoritismos que dificultaron el trabajo de los asesores. Aquellos que conozcan los entresijos polticos en el mundo rabe y africano en general se decantarn por la ltima hiptesis, pero el hecho es que slo dos meses despus de la firma del acuerdo marco, los dos despachos de asesores se retiraron debido a la falta de garantas para desarrollar su trabajo con neutralidad. Agua va.

    A pesar de ello, la cordialidad entre las partes permiti la celebracin de otra reunin del comit tcnico en El Cairo en el mes de noviembre. La prxima tendra lugar en Jartum al mes siguiente. En esta, las partes suscribieron el segundo gran acuerdo tripartito, por el que se comprometan a consensuar unos principios de accin principios, de nuevo y a compartir el coste de otros dos nuevos despachos de asesores, esta vez ambos franceses: el grupo BRL y Artelia. Ambas firmas retomaron la evaluacin del impacto de la Gran Presa.

    Las aguas vuelven a enturbiarse

    Sin embargo, la implicacin de un cuarto actor extranjero, y por ello, en teora, neutral, responsable de evaluar las consecuencias de la construccin de la Gran Presa, no garantiz, para variar, que todo discurriera en un ambiente ms tranquilo. Las declaraciones lanzadas por el presidente egipcio a finales de 2015 en las que dejaba bien claro que el agua (del Nilo) es una cuestin de vida o muerte volvieron a hacer temblar los cimientos de la mesa de negociaciones.

    El gobierno etope, ante tanto virulento vaivn, en febrero volvi a despejar cualquier duda sobre su intencin de no parar la construccin de la Gran Presa bajo ningn concepto. En mayo de 2017 anunci que ya se haba completado cerca del 70% del proyecto, como si la finalizacin de la presa fuera a calmar los nimos cuenca abajo Ni cuenca abajo, ni cuenca arriba. A lo largo de la primavera del 2017 fue quedando claro que los etopes estaban decididos a seguir adelante con las obras. Pasara lo que pasara y le pesara a quien le pesara.

    En junio, los esfuerzos de Etiopa por hacer frente comn con los pases de la cuenca del Nilo Azul y el Nilo Blanco dieron sus frutos. En la cumbre de presidentes de los pases de la cuenca del Nilo, celebrada en Uganda, la propuesta de Egipto para acoger la siguiente cumbre fue rechazada en bloque. La impotencia de Egipto por controlar el desarrollo del proyecto hidrulico creca cada das ms, sobre todo tras correrse la voz de que Etiopa comenzara a llenar la presa en 2018 Y no esperara los resutados de los consultores. Pesara a quien le pesara.

    Tanto le pes a Egipto que, el pasado mes de agosto, tras ms de un ao sin apenas avances en las negociaciones, el ministro de exteriores egipcio, Sameh Shoukry, visit Etiopa para asistir a una cumbre de la Unin Africana. Aprovechara la ocasin para tratar la gran problemtica niltica. Las noticias de las que tuvo conocimineto no debieron de ser muy alageas. Parece que la diplomacia egipcia se dio cuenta de que para llegar a un acuerdo y, por consiguiente, en su caso, para no morir de sed, es necesario dejar atrs el orgulloy moverse.

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    El 2 de agosto de 2017, Sameh Shoukry realiz una visita a Khartoum que estaba prevista para el 22 de julio. La versin oficial atribuye el atraso a cuestiones de emergencia que haban surgido en la agenda del ministro. Vistas las ltimas novedades en la escena internacional, no hay razn para dudar de tal versin. Ante el teln de acerdo tejido por Etiopa, Uganda, Burundi, Ruanda, Tanzania y Kenia en el tratado de 2010, la nica opcin para hacer de contrapeso en la balanza de poder es alejar a Sudn de sus vecinos meridionales. Sin embargo, hace ya tiempo que Sudn sabe a quin tiene que arrimarse en esta trifulca. Lo que algunos diplomticos egipcios han calificado de desafortunada posicin de Sudn acerca de la Gran Presa es comprensiva, pero inamovible7.

    Solos en la intemperie

    Si no puedes con tu enemigo, nete a l. Recientemente, en octubre, los ministros de aguas de los tres Estados visitaron el lugar donde se estn llevando a cabo las obras de la Gran Presa, ocasin en la cual el minsitro egipcio expres su preocupacin por el atraso de los estudios tcnicos. Ya era la segunda vez que Egipto se quejaba del atraso de dichos resultados. Anteriormente, en septiembre, tras los bastidores de la 72 Asamblea General de la ONU, y tras un encuentro con su homlogo etope, Sameh Sooukry, ministro egipcio de Exteriores, haba expresado su malestar con la demora de los resultados.

    No tuvo que esperar mucho. Ese mismo mes de octubre, las partes recibieron el informe inicial de las asesoras Y no hubo acuerdo. El 13 de noviembre, Egipto confes que tanto Etiopa como Sudn no aceptaban las conclusiones del informe y que, ante tal dilema, de nuevo, Egipto hara lo que fuera para defender sus derechos sobre las aguas del Nilo.

    Se volvi a abrir la caja de Pandora. Esta vez, a Sudn no le pill el fuego cruzado en medio, sino en uno de los frentes. El 20 de noviembre, el ministro sudans de Exteriores, Ibrahim Gandur, comprensiblemente hastiado de tanta declaracin polticamente correcta, confes pblicamente que la posicin de Egipto respecto a la Gran Presa entra en conflicto con los intereses de Sudn, y record que a lo largo de los ltimos aos, Egipto ha hecho uso de la cuota que le corresponde a Sudn sobre las aguas del Nilo. No contento con soltar tales perlas, el ministro sudans culp a Egipto de su incapacidad para llegar a acuerdos:

    Hacemos continuas propuestas a nuestros hermanos en Egipto acerca de proyectos agrcolas comunes centrados en el beneficio mutuo, pero siempre nos encontramos con un rechazo frontal.

    Nadie duda de que Egipto se encuentra inmerso en una crisis abierta tanto con Sudn como con Etiopa a cuenta de las consecuencias de la construccin de la mayor presa de frica. No se habla de otra cosa en los medios egipcios.

    Recientemente, el gobierno etope, en boca de su ministro de Aguas, Irrigacin y Electricidad, Seleshi Bekele, reiter que la falta de acuerdo con Egipto no obstruir la construccin de la Gran Presa:

    La construccin no se parar ni un solo minuto. La posicin de nuestro pas es firme, por considerar que es un derecho fundamental de Etiopa aprovechar sus recursos hdricos para la produccin de energa que ayude al desarrollo y el combate a la pobreza.

    7 Para consultar la posicin oficial al respecto del Gobierno Sudans, vistese el Ministerio Sudans de Asuntos Exteriores en el enlace: .

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    Egipto navega contra corriente

    Tras, por las razones aqu expuestas, haberse enajenado a todos los pases de la cuenca del Nilo y de sus tributarios, a Egipto le queda poco por lo que luchar y nadie quien lo sostenga.

    Ahora, todas las esperanzas del pas del delta estn puestas en alargar los ms posible el llenado de la Gran Presa. Etiopa pretende hacerlo en cinco aos, algo que los egipcios consideran ms que insuficiente. Proponen, como mnimo, que se prolongue durante siete aos. Hace siete que llevan buscando un acuerdo y les queda menos de uno para que lo encuentren. Difcilmente se conseguir una entente entre todos los actores implicados vista la divergencia de posturas y los intereses contrapuestos.

    Mientras las diplomacias africanas se deciden ya de una vez a sentarse a hablar con seriedad y palabra, el llenado de la Gran Presa sigue previsto para verano de 2018. A partir de entonces veremos en qu deviene esta primera gran guerra por el agua en frica.

    Bibliografa ABC. (04/06/2013). Egyptian politicians caught discussing plan to sabotage Ethiopian dam.

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    Gandour, I. (20/11/2017). wazir kharijiya al-sudan: la nu'adi iran wa la nadkhul fi tahalufat al-mwajaha. (S. Musafir, Entrevistador)

    Mada Masr. (01/08/2017). Shukri fi al-sudan li-ltahdi'a wa-l-tahdir. Obtenido de https://www.madamasr.com/

    Sudan Tribune. (24/09/2012). Egypt denies deal with Sudan to strike Ethiopian dam. Obtenido de http://www.sudantribune.com/spip.php?article44005

    Sudan Tribune. (16/09/2012). Sudans Bashir visits Egypt, confirms identical position on Nile Water dispute. Obtenido de http://www.sudantribune.com/spip.php?article43915

    Daro Lpez Estvez Espaa

    Estudi mediacin lingstico-cultural en Roma y posteriormente realiz un mster en Anlisis de Inteligencia en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Arabista, especializado en la realidad sudanesa, colabora con diversas instituciones de estudios estratgicos.

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    FRICA

    AFROISLAM. PERSPECTIVAS DE ESCALA LOCAL REGIONAL PARA SU ENTENDIMIENTO.

    Juan Cruz Margueliche

    La Gran Mezquita de Djenn, Mal, es el mayor edificio sagrado hecho de adobe del mundo.

    Introduccin

    Segn Jess Diez Alcalde1 frica (especialmente el norte) no ha podido escapar a la nueva deriva internacional del yihadismo. El yihadismo salafista, es un islamismo radical que se destaca por su carcter ortodoxo sun, por su bsqueda radical de las races ms tradicionales. Combaten con ahnco a los denominados infieles, en donde se enmarcan los cristianos, los judos, los budistas, animistas, ateos como as los llamados falsos musulmanes. Buscan un mundo gobernado por un califato universal que agrupe bajo su mando no slo a todo el orbe islmico, sino tambin al resto de la comunidad internacional. Pero a pesar de ello, la progresin e incidencia del terrorismo islmico sigue siendo superior en Medio Oriente. Lo distintivo de este fenmeno en el continente africano es que se ha convertido en la regin del mundo donde ms rpido ha proliferado el yihadismo tomando los particularismos regionales en su plano histrico y medio ambiental.

    Sin embargo, y aunque los movimientos radicalizados en ambas regiones (frica y Medio Oriente) comparten la pretensin maximalista de imponer la sharia (Ley Islmica) los particularismos de escala loca-regional permiten entender que los

    1 Diez Alcalde, Jess. Yihadismo en frica: amenaza, contexto y respuesta. En: Instituto Espaol de Estudios Estratgicos. Documento Anlisis ieee.es, 2015.

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    movimientos yihadistas no operan de manera homognea a escala global. Pero si destacan los especialistas que de manera formal e informal de la mano de diferentes redes (fuertes y/o dbiles) la mayora de estos movimientos extremistas mantienen cierta relacin o canal de dilogo. Por otro lado la mirada panislamista de los medios hegemnicos de comunicacin, fuertemente apuntalados por la geopoltica unipolar y multi-escalar que vienen propiciando los EE.UU. en relacin con la guerra global, conlleva indefectiblemente a caer en una mirada generalista que tambin opera en las interpretaciones de las estrategias territoriales llevadas a cabo por los movimientos yihadistas, sin poner en consideracin el anlisis de otras variables en relacin con el tema.

    Mibuyi Kabunda sostiene que en frica Subsahariana ha predominado la visin suf del Islam a diferencia de Medio Oriente y el Magreb que han sido escenario de interpretaciones extremistas como el salafismo. Pero lo cierto es que el Islam como religin forma parte del mundo africano desde ya mucho tiempo y comporta miradas desencontradas o al menos antagnicas. Por un lado, existen pases como Senegal que profesan mayoritariamente el Islam y de ningn modo lo practican desde una lgica violenta radicalizada. Pero por otro lado en los ltimos aos, han aparecido movimientos radicalizados que en su discurso religioso actan de manera exacerbada en un sentido similar a lo que observamos en otros grupos extremistas de Medio Oriente. El objetivo de este trabajo, es contextualizar lo que Kabunda define como Afroislam y entender cmo se manifiestan estos grupos extremistas en el continente africano, tratando de identificar sus estrategias en base a las caractersticas histricas, polticas, econmicas y territoriales del continente africano.

    Afroislam: un Islam a lo africano

    Es importante descomponer en algunas variables las caractersticas regionales y nacionales del continente africano son para poder contextualizar cualquier proceso (preexistente o emergente) que se est gestando en sus territorios. Es importante identificar ciertos particularismos que presenta la regin como las fronteras africanas (las heredadas y las actuales), las condiciones poltico-ambientales (Franja Sahelina) y la construccin de territorialidades internas que configuran un escenario particular para el yihadismo.

    El Islam, busca extenderse de norte a sur del continente. Desde los ataques producidos en la regin norte: Egipto, Tnez y Argelia, podemos empezar a pensar e identificar instancias o focos de conflicto que amenazan la estabilidad no slo de los pases afectados, sino de la regin.

    El mundo ha sufrido ataques terroristas en diferentes escenarios del planeta pero se puede visualizar un desplazamiento de los asaltos terroristas hacia otros lugares que en el plano internacional nos presentan escenarios de gran inestabilidad. Los ataques en el corazn Europa se han desplazado tambin a los territorios africanos y, de esta manera, estn tomando particularismos regionales2.

    Segn Mara Victoria de la Torre, los principales movimientos terroristas en frica seran tres. Se tratara de Boko Haram en Nigeria, Al-Shabab en Somala y Al Qaeda en el Magreb islmico (AQMI). Podemos sumar a Ansaru en Nigeria como una escisin de Boko Haram y Ansar Dine en Mal. Estos dos ltimos movimientos, tienen en comn que se gestaron en un proceso de descomposicin y recomposicin de fuerzas de otros actores. La variable temporal (tiempo de los conflictos), la intervencin

    2 De La Torre, Mara Victoria. Informe trimestral N 1: frica. El origen de los ncleos terroristas africanos. En: Observatorio de Poltica Internacional UCSF, 2015. Disponible en: .

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    externa (fuerzas militares europeas con claro inters en la regin por la presencia de algn recurso estratgico) y la inestabilidad local-regional generan cambios en estos movimientos, ya sea para debilitarlos, diezmarlos o fortalecerlos.

    En un informe denominado El origen de los ncleos terroristas africanos3, de la Torre realiza una breve caracterizacin de estos movimientos. En el caso de Boko Haram, cuya traduccin sera La educacin occidental est prohibida, es un grupo que como parte del yihad religioso puede atentar fuera de sus fronteras y cuenta con milicianos de pases vecinos, adems de relacionarse y contar con el aval de organizaciones de nivel global como el Estado Islmico (EI). En el ao 2009, intensific su presencia en las localidades del norte y se enfoc mayoritariamente en atacar a poblaciones cristianas. En el ao 2014, cobraron escena meditica internacional al secuestrar a 276 adolescentes de una escuela de la localidad de Chibok.

    En cuanto a Al-Shabab, emergi del colapso del gobierno central de Somalia en el ao 1991, cuando fue derrotado el dictador Mohamed Siad Barr. Desde entonces ningn Gobierno ha logrado imponer su autoridad en Somalia. De esta manera este territorio vive en medio de las disputas permanentes entre los diferentes clanes, la anarqua regional y el creciente podero de Al-Shabab como posible figura de poder central. En la actualidad, Al-Shabab, cuenta con ms poder que el gobierno Somal que no controla ms que una pequea zona en torno a la capital. La geometra fronteriza en frica, en vez de servir de marco de separacin y de proteccin que permita al Estado regular sus actividades, para muchas reas se ha vuelto un escenario desprotegido.

    En el ao 2013, Al-Shabab asalt el centro comercial Westgate en Nairobi (Kenia) dejando ms de 60 vctimas fatales. Al-Shabab se adjudic este atentado en el territorio keniano en represalia por el apoyo del gobierno de Kenia a las tropas de la Unin Africana en Somala. Este movimiento tiene una estrecha vinculacin con Al-Qaeda, de all su despliegue extra-territorial. Otro atentado, fue la toma de rehenes en la universidad de Garissa en Kenia, que culmin con el asesinato de ms de 140 estudiantes (focalizando su ataque en los de religin cristiana).

    El caso de Ansar Dine en el norte de Mal es interesante porque consideramos que si bien bebe de la misma lgica del Islam radicalizado al querer imponer la sharia, cuando iniciamos el recorrido para construir su gnesis a travs de un anlisis histrico-formativo podemos reconocer elementos distintivos en relacin con los otros dos movimientos antes descriptos. El origen de Ansar Dine est directamente asociado a la situacin de crisis que vive Mal. La mayora de los especialistas y analistas internacionales coinciden que la crisis de Mal se ha producido como consecuencia indirecta de la desintegracin del Estado libio tras el asesinato de Muhamar el Gadafi el 20 de octubre de 2011, tras 42 aos en el poder. Desde la fecha de su deceso hasta la actualidad la intervencin militar extranjera (EE.UU., Francia y la OTAN) sigue intentando estabilizar el pas combatiendo a una milicia terrorista cada vez ms fuertemente anclada al territorio y, a su vez, profundizan an ms crisis Libia y por defecto a la franja sahelina propiciando un escenario de reclutamiento del yihadismo. Este acontecimiento gener una crisis regional, expulsando grupos de tuaregs que haban formado parte de las filas militares del antiguo rgimen de Gadafi y se reinstalaron en Mal trayendo armas y tcticas blicas. Cabe decir, que los tuareg son una poblacin nmade bereber que ha sufrido en los ltimos tiempos grandes presiones territoriales siendo afectado su estilo de vida cultural y econmica producto de la imposicin de nuevas fronteras, controles, nuevos emprendimientos productivos, etc. imponiendo nuevas conductas como el sedentarismo forzado o desplazamientos.

    Los diferentes grupos yihadistas que operan en el norte de Mali y los pases vecinos del Sahel han conformado un nuevo grupo dirigido por Iyad Ag Ghali, ex militante

    3 dem.

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    independentista tuareg que se convirti al yihadismo, organizando en el ao 2012 el grupo denominado Ansar Dine, conocido como Defensores de la Fe. Lo distintivo de este grupo, es que est abierto a constituir alianzas con otros grupos laicos e islmicos y, a diferencia de otros grupos en Mal, su objetivo central es tomar el poder y control de todo el territorio de Mal y no slo lograr la independencia de territorios aislados.

    La breve descripcin de estos movimientos terroristas en frica, nos permite entender el contexto de emergencia en que se produce Boko Haram, Al-Shabab y Ansar Dine. Podemos destacar la relacin de escalas y territorialidades que se suscitan en ambos casos. Si bien los movimientos toman instrumentos del yihadismo internacional (hoy representado por el EI), no podemos dejar de soslayar los particularismos regionales y locales de frica. Boko Haram, actuando en una escala ms local, pero siendo atravesado por las caractersticas de la franja sahelina (al igual que Ansar Dine), y Al-Shabab, operando en una escala local-regional-internacional, donde su accionar se enmarca en una estrategia multi-escalar, nutrindose de aportes de las redes yihadistas internacionales y accionando fuera de sus fronteras.

    En los ltimos aos, el yihadismo se ha expandido por el continente africano. El Estado islmico extiende sus tentculos hasta el frica negra. Pero para algunos autores (como es el caso de Mibuyi Kabunda Badi4), los grupos terroristas que se encuentran funcionando en frica, todava no forman parte de un yihadismo global, pero si se puede hablar de una yihadismo de escala regional, porque puede atentar fuera de sus fronteras y cuenta con milicianos de pases vecinos que a su vez reciben apoyo y financiacin externa.

    Reflexiones

    Para Kabunda el conflicto que trae aparejado el afroislam en el continente necesita dejar de leerse en relacin con los binomios entre islam y terrorismo. Para el autor, slo se trata de simplificaciones y generalizaciones abusivas (apoyados por los medios y sectores de poder), que pasan por alto los aspectos histricos y estructurales acercando un anlisis que no pretende exponer el conflicto en su totalidad. Por ello, Kabunda propone trabajar desde un anlisis histrico, destacando consecuencias internas y externas, causas lejanas (conflictos precoloniales y coloniales), inmediatas (crisis guerra civil argelina y muerte de Gadafi en Libia) e intermedias (Programas de Ajustes Estructurales). Como as tambin, analizar los diferentes actores (locales y externos) como los Estados africanos (Simulacro de Democracia) y la intervencin extranjera (neocolonialismo o lucha anti-terrorista).

    Por otro lado, es importante destacar que el Islam no es sinnimo de terrorismo. El concepto de fundamentalismo islmico que es habitual escuchar en la mayora de los medios, nos lleva inmediatamente a homologar el Islam con violencia y atentados. Por lo cual es importante diferenciar el concepto de islamismo poltico y fundamentalismo islmico. El primero se refiere a aquellas organizaciones que proponen un modelo poltico y social basado en los principios islmicos; en su definicin, agrupan dentro de este fenmeno a sectores islamistas con metodologas y objetivos diferentes, o incluso enfrentados. El segundo trmino, surge en EE.UU. y hace referencia a las corrientes de pensamiento anti-moderno que se oponen a la secularizacin, al avance cientfico y a los valores de la modernidad. A partir de ello, el fundamentalismo design a las variantes ms conservadoras y extremistas de diferentes grupos religiosos. Pero en Occidente, se aplic dicho trmino a los militantes islamistas de la dcada de los 70s y luego al triunfo de la Revolucin Islmica iran en el ao 1979. 4 Conferencia frica hoy: el yihadismo y la seguridad en la franja sahelo-sudanesa dictada en la Fahce de la UNLP, junio de 2016.

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    Por lo tanto, el tema de afroislam nos invita a reflexionar en el plano conceptual en donde la obra de Said Orientalismo nos puede ayudar a reposicionarnos en el tema y por otro lado, necesitamos contextualizar a estos movimientos en sus tramas de emergencia, en su devenir histrico y a diferentes escalas territoriales (local, regional y global), para evitar las generalizaciones y perspectivas acrticas.

    Bibliografa

    De La Torre, Mara Victoria. Informe trimestral N 1: frica. El origen de los ncleos terroristas africanos. En: Observatorio de Poltica Internacional UCSF, 2015. Disponible en: .

    Diez Alcalde, Jess. Yihadismo en frica: amenaza, contexto y respuesta. En: Instituto Espaol de Estudios Estratgicos. Documento Anlisis ieee.es, 2015.

    Kabunda Badi, Mibuyi. El conflicto de Mal: retrospectivas, introspectivas y perspectivas. En: Revista Pueblos, 2017.

    Kabunda Badi, Mibuyi. frica: Otra mirada. En: Blog acadmico Fundacin Sur-Departamento de frica, 2008. Disponible en: http://www.africafundacion.org/IMG/pdf/Africaotramirada1.pdf

    Mesa, Beatriz. Transformaciones del yihadismo en el norte de Mal: de causa poltica o economa criminal. En: Unisci Discussin Papers, N 34, 2014.

    Mires, Fernando. El Islamismo. La ltima guerra mundial. Buenos Aires: LOM Ediciones, Libros de la Araucaria S.A., 2005.

    Saborido, Mercedes y Borrelli, Marcelo. Historia del Fundamentalismo Islmico desde sus orgenes hasta el ISIS. Buenos Aires: Biblos, 2016.

    Juan Cruz Margueliche - Argentina

    Docente de Geografa de Asia, frica y Oceana. Centro de Investigaciones Geogrficas / Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (UNLP - CONICET). Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin (FaHCE), Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Argentina

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    AMRICA

    TENDENCIAS EN SUDAMRICA HASTA 2022

    Agustn Saavedra Weise

    Segn la Direccin Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos (https://www.dni.gov), en los prximos cinco aos Sudamrica ver cambios ms frecuentes de gobiernos como resultado de la insatisfaccin pblica generalizada por el dbil desempeo econmico, la corrupcin y las tensiones sociales asociadas con la falta de empleo. He aqu un breve resumen del documento para el amigo lector.

    Se seala el retroceso de las tendencias populistas y el reporte menciona que algunos lderes de izquierda han buscado aferrarse al poder procurando inditas piruetas legales. Se remarca que ello podra implicar un posible retroceso democrtico en varios pases. El informe expresa que sube el atractivo de las ideas favorables al mercado, al estado de derecho y la gestin econmica y social. Un estudio reciente de la Organizacin de las Naciones Unidas (ONU) estima que la pobreza aument de 168 millones de pobres en 2014 a 175 millones en 2015, debido a la cada del precio de las materias primas. Un crecimiento dbil probablemente forzar los presupuestos estatales y deprimir las ya bajas tasas de inversin.

    La delincuencia y la corrupcin seguirn siendo factores de preocupacin, sumando el trfico de drogas y el crimen organizado que continan en auge. La inseguridad alimentar la insatisfaccin popular ante gobiernos percibidos como ineficaces o que permiten actividades criminales y de alta corrupcin. Debe tenerse presente que Amrica del Sur es una de las regiones ms violentas del mundo en trminos de delincuencia. La regin es responsable de casi un tercio de los homicidios en el mundo; Brasil y Venezuela tienen las tasas de asesinatos ms altas del planeta. No en vano numerosas encuestas identifican la delincuencia como el problema regional ms grave, pero se estima que las preocupaciones econmicas probablemente ganarn prominencia por causa de la desaceleracin econmica.

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    El informe expresa adems que los pases afectados por el trfico de drogas vern aumentada la violencia. Ello ir en paralelo con la erosin de la calidad de sus an precarias instituciones, lo que podra motivar la prdida de autoridad y legitimidad de varios gobiernos. La falta de reformas estructurales slidas hace que la regin comience a tropezar, particularmente ahora que el entorno econmico externo es desfavorable. Como podr apreciarse, las perspectivas para el prximo quinquenio no son muy halageas

    Agustn Saavedra Weise Bolivia

    Ex Canciller, economista y politlogo. Miembro honorario del Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo (CEID) - www.agustinsaavedraweise.com

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    AMRICA

    PROTESTANTISMO 500 AOS DESPUS. IDENTIDAD REFORMADA: BERES SUDAFRICANOS EN LA ARGENTINA

    Eugenia Arduino

    Afrikneres ayer y hoy

    Introduccin

    En el sur de frica, integrantes de la comunidad afrikner holandeses emigrados al sur de frica en el siglo XVII y sus descendientes que, con el tiempo, se constituyeron en una comunidad local que se autodefini como africana decidieron emigrar ante el resultado adverso de la guerra anglo ber, hacia un territorio lejano como la Patagonia, para reterritorializar tanto sus granjas como los principios de libertad y autonoma que consideraban que Dios les haba asignado.

    Dicha migracin, impulsada por fundamentos rectores derivados de una fe protestante reformada contextualizada en frica del sur, lleg a la Argentina como a una escala ms de sus trnsitos migratorios previos, guiada por un sentido constitutivo de pueblo elegido en busca de la tierra prometida.

    Un pueblo en trnsito

    A partir del movimiento de Reforma liderado por Lutero desde 1517, los templos protestantes se multiplicaron de la mano de predicadores que difundieron en ellos los principios de fe. Su primera expresin en los Pases Bajos tuvo lugar en la ciudad de

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    Doornik en 1544, momento a partir del cual comenz la consolidacin de Iglesias denominadas reformadas en la regin1.

    Durante los dos siglos siguientes aqullas protagonizaron sucesivas escisiones por desacuerdos teolgicos, a la vez que resistieron intentos de persecucin religiosa (Korstanje 2006)2. Esas circunstancias, unidas a los prolongados conflictos blicos contra el dominio de la rama espaola de los Habsburgo, impulsaron a algunos holandeses a emigrar durante el siglo XVII hacia otras reas de Europa y hacia frica.

    As, en 1652 un grupo se asent en el Cabo de Buena Esperanza, enclave administrado por la Compaa Holandesa de las Indias Orientales o Verenigde Oostindische Compagnie (VOC). Ms tarde arribaron emigrados de distintos orgenes: alemanes, franceses, portugueses, entre otros, quienes pluralizaron la etnicidad local, que ya era diversa por la multiplicidad de pueblos africanos habitantes de la regin.

    Desde 1795 se produjo el establecimiento de britnicos que rpidamente controlaron amplios territorios e impusieron el uso del ingls como idioma y la igualdad ante la ley como norma general. Esas medidas generaron rivalidades con la mayora de los descendientes de holandeses o afrikner3 que, para entonces, haban desarrollado un fuerte sentimiento de arraigo al continente y una autoconciencia etnocultural diferenciada. Cuando entre 1835 y 1838 la expansin britnica profundiz la tensin en las reas histricamente ocupadas por beres, estos se desplazaron en lo que se denomin Grote Trek, la gran migracin4. Esa instancia constituy una nueva territorializacin de los voortrekkers o pioneros en su bsqueda de autonoma y libertad, tal como haba sucedido casi dos siglos antes al partir desde Europa, y como lo haran cada vez que el contexto les resultara hostil por alguna causa.

    Dicha comunidad, que hablaba afrikaans5, profesaba la religin holandesa reformada, y mantena un alto grado de endogamia tnica, por la cual sostuvieron un intenso rechazo hacia las poblaciones no blancas del territorio, con quienes mantuvieron relaciones hostiles a lo largo del tiempo6.

    En su devenir histrico debieron superar diversos desafos: divisiones internas, individualismos, crisis econmicas y desacuerdos sobre cuestiones teolgicas. En ese ltimo aspecto, la Iglesia Reformada (Nederduits Afrikaner Gereformeerde Kerk), establecida localmente a mediados del siglo XIX, se escindi como consecuencia de diferencias de opinin ante cambios en cuestiones formales del culto producidos en los Pases Bajos.

    1 Floreal Forni - Fortunato Mallimaci - Luis A. Crdenas. Gua de la diversidad religiosa de Buenos Aires (Tomo 2). Buenos Aires: Biblos, 2008. 2 Korstanje, Maximiliano E. La bsqueda. La inmigracin holandesa (1880 1930). En: Revista de Antropologa Experimental, Universidad de Jan (Espaa), N 6, 2006, . 3 La designacin afrikaner / africano alude a los descendientes de holandeses instalados en el siglo XVII en la regin de El Cabo. Una parte de ellos se ocup de actividades agrcolas y cra de ganado para satisfacer la necesidad local de alimentos. Ubicados en reas perifricas del ncleo poblacional, fueron denominados boers, palabra derivaba del neerlands que significa campesino / agricultor / granjero. En cuanto a la acepcin de la palabra afrikaner, se destaca el hecho de que fue objeto de connotaciones cambiantes en Sudfrica durante el siglo XX, pero finalmente constituy una alusin abarcadora tanto de los tanto de los descendientes de holandeses en frica como de los granjeros Boers. Giliomee, Hermann. The Afrikaners. Biography of a people. Charlottesville: University of Virginia Press, 2003. 4 Anna Mara Gentili. El len y el cazador. Historia de frica Subsahariana. Buenos Aires: Clacso, 2013. 5El afrikaans es una lengua germnica occidental, derivada del neerlands, hablada principalmente en Sudfrica y Namibia. Resultado de la que hablaban los colonos holandeses que habitaban la Colonia de El Cabo y sus transformaciones locales posteriores, constituye el nico idioma europeo desarrollado fuera de ese continente, que a lo largo de los siglos adquiri caractersticas propias, al asimilar vocablos del ingls, malayo, portugus, bant y zul. 6 Elphick, Richard Davenport, Rodney (eds.). Christianity in South Africa. A political, social, and cultural History. Cape Town: David Philip Publishers Ltd, 1997.

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    El descubrimiento de yacimientos aurferos en Witwatersrand, en 1886 condujo a la toma de control britnico sobre territorios contiguos del oeste y norte de la regin, hecho que fue visto por los beres como un atropello que, junto con otras variables, deriv en las guerras anglo beres7. Luego de la segunda, ocurrida entre 1899 1902, los britnicos se consolidaron en el rea hasta que, en 1910, con la creacin de la Unin Sudafricana, la unidad espacial qued delimitada8.

    La crisis econmica, producto de tales eventos, y la nueva situacin poltica constituyeron acicates para la planificacin de un nuevo trek del pueblo ber, en un momento en el cual, desde el consulado argentino en Ciudad del Cabo, dependiente del consulado general de Londres, se propiciaba el incremento de intercambio comercial entre ambas regiones.

    De ese modo, en el inicio del siglo XX una comunidad que ya tena registro en su historia de un trnsito migratorio intercontinental, protagoniz una relocalizacin hacia la Argentina, como respuesta a desafos locales y a un momento histrico en el cual el inters de dar comienzo a una renovada vida libre de condicionamientos polticos y econmicos result coincidente con el proyecto argentino de incorporacin de inmigrantes que quisieran habitar la nacin, propiciado a partir de la Ley Avellaneda de 1876.

    Una misin y un destino

    Los beres tuvieron una particular concepcin de su origen y presencia en el continente africano. A partir de la fundamentacin bblica, consideraban que el sentido de su existencia se basaba en la lucha por la libertad y la independencia como comunidad establecida en frica, la tierra prometida por Dios, para cumplir con un designio por l determinado9.

    As, autodefinidos a travs de tres elementos indisociables: la lengua, la historia y la religin, basaron en ellos su identidad de pueblo elegido para liderar en el extremo sur una misin divina, cuya idea directriz era extender la civilizacin a todo el continente africano segn un sentido teleolgico predestinado10.

    A tales aspectos, se le sum otro conjunto de valores: la idea de una sociedad estratificada segn jerarquizacin racial y mantenimiento de la pureza de sangre, sobre todo expresada en la presuncin de inferioridad de los africanos negros; el amor a la libertad como reaccin a los controles minuciosos que tanto la Compaa Holandesa como los britnicos haban ejercido sobre ellos; el deseo de separacin espacial y aislamiento ante la presencia de otros pueblos; la ambicin de posesin de tierras para el desarrollo de sus actividades agroganaderas; la decisin de emigrar ante situaciones hostiles en el lugar de residencia, y una mentalidad de laager11.

    7 El mandato cultural boer se bas en la conviccin reformada afrikaner de que los sudafricanos tenan un llamado especial de Dios, para cumplir una misin: librar una guerra intelectual contra la cultura outlander (los no boers). As, las guerras anglo-boers habran forjado a los afriakaners en un sentido de fuerza y unidad inquebrantables, sobre todo luego de la trgica muerte de 29.000 mujeres y nios en campos de concentracin britnicos, y la destruccin masiva de sus hogares. 8 FreemontBarnes, Gregory. The boer war. 1899 1902. United Kingdom: Osprey Publishing, 2003. 9 Giliomee, Hermann, Los comienzos de la conciencia tnica afrikaner, 18501915. En: Vail, Leroy. The Creation of Tribalism in Southern Africa. Berkeley: University of California Press, 1989. 10

    OMeara, Dan. Volkskapitalisme: Class, Capital and Ideology in the Development of Afrikaner Nationalism, 1934-1948. Cambridge: Cambridge University Press, 1983. 11 Las circunstancias histricas vivenciadas por los boers en el sur de frica, potenciadas por su concepcin etno cultural y religiosa, habran conducido a la consolidacin de una mentalidad laager, a partir de la comparacin con la formacin defensiva en crculo de las carretas para resistir los ataques de enemigos, transformndose en un ideal: la necesidad de una unidad compacta para hacerse fuertes,

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    Dado que la imagen que posean de su pasado se apoyaba en valores polticos nacionales construidos ad hoc y a partir de escritos bblicos, su historia estaba teida de un sesgo moralizante, y la consideraban como la expresin de una lucha por la libertad y la independencia, afn a la de otros pueblos elegidos.

    Se argumentaba as que la conduccin del pueblo afrikner era realizada por Dios, y que ste era el soberano de la historia y su tema central12. El devenir de los hechos revelaba una precisin tal que el conjunto de la nacin, la afrikanerdom, no poda ser una obra humana sino que deba constituir una manifestacin grandiosa de aqul dada la justificacin divina que se posea de su existencia13.

    Tanto las Iglesias como las escuelas y los hogares difundan tales principios. En las primeras, la historia general emanaba de la Biblia, y en las segundas, de libros como el publicado en 1877 por el pastor Jacob Du Toit, Die Geskiedenis van ons Land in die Taal van ons Volk o Historia de nuestro pas en la lengua de nuestro pueblo, donde el tema principal era la lucha sostenida por el pueblo elegido para defender su libertad contra los opresores y perseguidores, personificando en el britnico al peor enemigo, seguido de los dems pueblos africanos.

    En el mbito privado, las madres deban contar a sus hijos las hazaas de generaciones pasadas, asocindolas con relatos bblicos. Frases como somos los instrumentos de la Providencia, o de la historia, que bien puede ser el sustituto de la Providencia marcan una especie de mito fundacional que, a partir de una concepcin propia de la historia, delineaba un camino rector para la comunidad14.

    En relacin con la religin, tanto las sucesivas crisis y divisiones de las Iglesias Reformadas en Holanda como el surgimiento de dificultades para contener las diferenciaciones teolgicas internas tambin se hicieron presentes en territorio africano. En tal sentido, la reterritorializacin produjo caractersticas diferenciales que condujeron a expresiones propiciadoras de un estilo de vida patriarcal y riguroso, similar al descripto por el Antiguo Testamento15.

    De ese modo, entre los beres habran visto intensificados tanto el sentimiento de devocin y de fervor bblico, como la adaptacin del culto a sus ideales. El servicio religioso pas a estar a cargo de los ms ancianos, que todos los domingos reunan a la comunidad y realizaban lecturas de la Biblia, hecho que facilit el mantenimiento del ideario en circunstancias de traslado y aislamiento, pero como contrapartida, profundiz el sentido mstico teleolgico y de predestinacin.

    La fe original haba quedado modificada, y entre los beres se consolid una especie de calvinismo de frontera, encabezado por un pueblo que, por medio de la prctica de un cristianismo rigorista, sustentaba la austeridad, reflejada tanto en el atuendo cotidiano de sus miembros como en el culto, y un sentido misional: servir como punta de lanza de la cristiandad y a la civilizacin occidental en el sur de frica.

    Todas las caractersticas descriptas acompaaron a aquellas familias que decidieron a principios del siglo XX protagonizar una migracin desde frica del sur hacia la Argentina signada por el deseo de libertad, autodeterminacin y progreso econmico.

    soportar los embates del exterior, y preservarse a s mismos y a su forma de vida ante el Imperio Britnico y de cualquier otro externo / uitlander / no boer. 12 Du Toit, Andr. No chosen people: the myth of the calvinist origins of afrikaner nationalism and racial ideology. En: The American Historical Review, Indiana University, vol. 88, N 4, october 19, 1983. 13 Van Jaarsveld, Floris Albertus. The afrikaners interpretations of South African history. Cape Town: Simondium publishers, 1964. 14 OMeara, Dan. Op. cit. 15 Giliomee, Hermann, Los comienzos de la conciencia tnica afrikaner, 18501915. En: Vail, Leroy. The Creation of Tribalism in Southern Africa. Berkeley: University of California Press, 1989.

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    La marcha hacia una nueva tierra de esperanza fue posible y constituy un eslabn ms en la cadena de trnsitos migratorios protagonizados previamente.

    La tierra prometida

    El presidente Roca promovi procesos de colonizacin en tierras del sur argentino incorporadas poco antes al dominio legal del Estado. All fueron otorgadas parcelas para la instalacin de colonos, entre los cuales, familias de origen ber arribaron al pas para asentarse en la zona de Comodoro Rivadavia a principios del siglo XX.

    La meseta semidesrtica patagnica, similar a la sudafricana, a la cual se denominaba karoo, con suelo rido y clima ventoso, era apta para la cra de ganado ovino y el cultivo de avena, cebada y alfalfa. El gobierno nacional entreg por decreto del 28 de abril de 1902, sesenta leguas cuadradas de campo donde se fund La Colonia Escalante, receptora del primer contingente llegado a Buenos Aires en el barco argentino Pampa, y luego, en el buque de la Armada 1 de Mayo, que los llev a Comodoro Rivadavia, donde fueron recibidos por su fundador, Francisco Pietrobelli.

    Cuando en 1903 lleg un nuevo contingente, se organiz la Nederduitsch Geref Kerk, una comunidad religiosa protestante reformada. Un tercer grupo arrib 1905, y en 1908 lo hizo el ltimo, momento en el que la poblacin total de la zona ascenda a unas 800 personas.

    Inicialmente, la vida result hostil por la carencia de infraestructura, pero con el tiempo fueron consolidndose a pesar de las contingencias meteorolgicas y geogrficas, como la falta de agua. Tales factores acrecentaron el desafo de permanencia en la regin, a la que apodaron lugar para morir de sed.

    No obstante, el espritu de lucha y el deseo de crecimiento econmico, sumados a la obtencin de la libertad tan deseada, fueron decisivos para que los colonos sintiesen que haban arribado a un lugar en el cual podan proyectar su futuro, obtener contencin institucional y dar continuidad a sus prcticas etnoculturales y religiosas. As, entonces, la relocalizacin protagonizada constituy el cumplimiento de un nuevo designio divino.

    Los granjeros permanecieron unidos, en su nuevo destino, por medio de la idea de laager y de aislamiento vigentes. Los principios de solidaridad y progreso econmico persistieron como premisa hacia el interior del grupo. De ese modo, estaban repitiendo lo que sus antepasados haban realizado haca siglos: comenzar una nueva vida en un lugar que les brindara seguridad cada vez que el contexto se tornara hostil; afrontar los desafos de la supervivencia por medio de sus actividades agroganaderas, con la ayuda de la comunidad de pares; y sostener la fe y las prcticas religiosas, elemento que constituy el soporte emocional estructurante de su identidad.

    En 1912, fue instituida la Iglesia Reformada de Comodoro Rivadavia, Gereformeerde Kerk, a la que se incorpor ms tarde el Pt. Sonneveldt, quien visitaba la colonia dos veces al ao hasta que, en 1926 fue nombrado pastor de las Iglesias Reformadas Holandesas en la Argentina: la de Buenos Aires, la de Tres Arroyos y la de Comodoro Rivadavia. El 18 de marzo de 1932 se inaugur el actual edificio de la Iglesia Reformada, hoy llamada Iglesia Evanglica Reformada, fundada por los colonos sudafricanos16.

    La lengua, la religin y la historia, por su parte, continuaron siendo elementos a partir de los cuales se propici la unidad intratnica, a modo de refugio de etnicidad, aunados al ejercicio de labores agropecuarias, el desafo de la supervivencia en regiones aisladas 16 Oberman, Gerardo. Antiquum peractum sit: la historia de la inmigracin holandesa en la Argentina y los orgenes del movimiento reformado (1888-1910), Buenos Aires: Edigraf, 1993.

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    espacialmente y la mentalidad laager ante las situaciones adversas. Hasta el presente, los descendientes de aquellos colonos continan con su vida en la regin, a la cual se han integrado, aportando su cultura y su devenir.

    Consideraciones finales

    En el sur de frica, descendientes de una comunidad de holandeses emigrados a ese territorio en el siglo XVII decidieron desplazarse para reterritorializar y resguardar tanto sus granjas como los principios de libertad y autonoma que consideraban que Dios les haba asignado. Ese sentido misional de pueblo elegido condicion su recorrido histrico hasta el presente, an relocalizados en la Argentina desde 1903. Las familias boers que provenan en su mayora del Transvaal y del Estado Libre de Orange, asentadas en Comodoro Rivadavia y sus alrededores, continuaron con la particular concepcin de su origen, considerando que el sentido de su existencia se basaba en la lucha por la libertad en la tierra prometida.

    Autodefinidos a travs de tres elementos indisociables: la lengua, la historia y la religin, basaron en ellos su identidad de pueblo elegido para liderar lo que consideraron que era una misin divina, cuya idea directriz consista en extender la civilizacin a todo sitio en el que estuvieran segn un sentido teleolgico predestinado.

    Su religin, adems de actuar como base espiritual, fue modelo de accin, contribuyendo con la preservacin de valores e ideales forjados por sus antepasados. As, los boers, continuaron con los elementos derivados de una fe reformada contextualizada en frica del sur, y llegaron a la Argentina como a una escala ms de sus trnsitos migratorios previos, en busca de una nueva tierra en la cual desarrollar sus designios.

    Referencias bibliogrficas Arduino, Eugenia Identidades afroasiticas translocalizadas. Buenos Aires: Mnemosyne, 2014. Chidester, David, et al. Christianity in South Africa: An Annotated Bibliography. Westport:

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  • 27

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    Van Jaarsveld, Floris Albertus. The afrikaners interpretations of South African history. Cape Town: Simondium publishers, 1964.

    Eugenia Arduino Argentina

    Investigadora Docente en Estudios Afroasiticos, UNLu UBA. Directora del Grupo de Estudios Afroasiticos Contemporneos (GEAC), Departamento de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Lujn.

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    AMRICA

    ARGENTINA: ALGUNOS APORTES HISTRICOS PARA LA COMPRENSIN DE LA

    CUESTIN MAPUCHE

    Marcelo Javier de los Reyes

    Introduccin

    El 1 de agosto de 2017 la Gendarmera Nacional Argentina realiz un operativo para desalojar un corte de ruta realizado por la comunidad mapuche del lof1 de Cushamen en la Provincia del Chubut. De ese piquete participaba el joven artesano Santiago Maldonado, quien fue dado por desaparecido desde ese da, generando diversas hiptesis interesadas en responsabilizar a la fuerza mencionada sobre el destino de su vida. Durante la investigacin judicial lleg a caratularse como desaparicin forzada de persona. Durante la bsqueda hubo varios testigos mapuches que hicieron su parte para torcer la investigacin y que podran afrontar juicios por falso testimonio.

    Inmediatamente el caso fue politizado y tomaron parte las organizaciones de derechos humanos, la ONU y personajes del mundo del espectculo como el lder de la banda U2, Bono quienes muchas veces adhieren desde su ideologa a causas que desconocen comenzaron a preguntar por el paradero de Maldonado y su foto circul fuertemente por las redes sociales llegando a abarcar todo el mundo.

    Finalmente, el 17 de octubre, durante un nuevo rastrillaje, buzos de la Prefectura Naval encontraron un cuerpo en el ro Chubut que luego fuera identificado como de Santiago Maldonado. La junta mdica que realiz la autopsia al cuerpo de Maldonado, realizada en la Morgue Judicial concluy que la causa de la muerte fue asfixia por inmersin coadyuvada por hipotermia. Los 55 peritos que participaron de los anlisis coincidieron sin disidencias y el resultado fue confirmado por el juez del caso, Guillermo Gustavo Lleral2.

    Durante esos das los medios comenzaron a informar acerca de una problemtica desconocida para buena parte de la sociedad argentina. Fue as como se difundieron los actos terroristas que eran llevados a cabo por la autodenominada Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) que, segn un documento del gobierno, cometi 96 hechos delictivos judicializados desde 2010, divididos en dos homicidios y 94 atentados, de los cuales el 62% ocurrieron durante 20173. El grupo se adjudic la autora de varios atentados, entre ellos la agresin con petardos y pintadas contra la fachada del Consulado de Chile en Bariloche en septiembre de 2013, el ataque contra la Iglesia

    1 El lof es una organizacin social araucana (mapuche) que integra en un territorio a varias familias vinculadas por compartir un ancestro comn, bajo la autoridad de un lonko (cacique). 2 La autopsia confirm que Santiago Maldonado muri ahogado. En: Infobae, 24/11/2017, , [consulta: 25/11/2017]. 3 Federico Fahsbender. El Gobierno le atribuy dos asesinatos y 94 atentados a la RAM en un nuevo informe oficial. En: Infobae, 27/12/2017, , [consulta: 27/12/2017].

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    Catedral de Bariloche en 2013 y el incendio del refugio Neumeyer en octubre de 20144. En esa oportunidad difundieron una proclama en la que expresaban ni argentinos ni chilenos, somos Nacin Mapuche. Todo el Territorio Libre y Recuperado para todo Nuestro Pueblo.

    La detencin de su lder Facundo Jones Huala, quien se encuentra a la espera de su juicio de extradicin a Chile donde se lo acusa de haber participado del incendio de una propiedad al interior del fundo Pisu Pisu, en cercanas de Valdivia, el 9 de enero del 2013, en el marco de una serie de atentados en el sur chileno en memoria del joven Matas Catrileo, muerto por parte de Carabineros en 2008 durante una ocupacin ilegal, favoreci el recrudecimiento de los atentados.

    Grupos de izquierda y anarquistas, entre otros, respaldan la causa mapuche, lo cual ha dividido a la sociedad argentina, si bien la mayora de la sociedad se manifiesta en contra de esas reivindicaciones.

    No es intencin de este trabajo abordar esta arista del problema sino echar luz a un tema poco conocido, apelando a la historia y aclarando el origen de los autodenominados mapuches. Su objetivo es realizar un reconocimiento no slo a la obra de Estanislao S. Zeballos sino a los hombres que se propusieron seriamente forjar un pas que ocupara un espacio de consideracin en la comunidad de naciones. Estimo que es oportuno hacer este reconocimiento en un tiempo en que la memoria de muchos de ellos tal el caso del general Julio Argentino Roca y del mismo Estanislao Zeballos es cuestionada desde ciertos sectores ideologizados y con una absoluta incomprensin de que la historia no se juzga a partir de los valores actuales sino que debemos situarnos en el contexto de la poca que vamos a analizar5.

    La historia

    La situacin actual, tal como nos la revela la informacin de los medios, nos demuestra que las diferentes campaas al desierto han dejado espacios para la discusin y que hoy, nuevamente, constituyen otro elemento ms que divide a la sociedad argentina.

    Para comprender el proceso histrico se hace necesario recurrir a la obra de Estanislao S. Zeballos (1854-1923), quien apoy la expedicin de Francisco Pascasio Moreno para explorar las cuencas de los ros Negro y Limay. Aos despus recogi las informaciones obtenidas, proponiendo el traslado de la frontera sur hasta el ro Negro en su obra La conquista de quince mil leguas, publicada en 1878. Escribi el libro en pocas semanas, a pedido del general Roca a la sazn ministro de Guerra y Marina, con la finalidad de convencer a los miembros del Congreso Nacional de financiar la campaa expedicionaria al Desierto que ya se estaba organizando desde el mencionado ministerio.

    Zeballos, quien en 1874 a los 20 aos obtuvo el ttulo de Abogado, fue el primer presidente del Instituto Geogrfico Argentino, fundado en 1879, y luego de la campaa de Roca viaj por el norte de la Patagonia y procedi a dejar por escrito sus observaciones en Viaje al pas de los araucanos, publicado en 1881, el que sera el primer tomo de una triloga, de la que formara parte La Regin del Trigo, del ao 1883, y A travs de las cabaas, de 1888. Luego escribi unas crnicas sobre los

    4 Grupo mapuche se adjudic incendios en Bariloche y declar "la guerra" a Chile y Argentina. En: Infobae, 13/11/2014, , [consulta: 15/11/2014]. 5 Este enfrentamiento hacia nuestra historia ha llevado a que alguno escribiera un grafiti sobre una pared en la Av. Julio Argentino Roca (Diagonal Norte) de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires, con la leyenda: es preferible un mayo francs a un julio argentino.

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    caciques Callvucur y Pain y Relmu: reina de los pinares. Cabe agregar que fue ministro de Relaciones Exteriores de los presidentes Jurez Celman (18861890) y Carlos Pellegrini (1890-1892) y de Figueroa Alcorta (1906).

    En Viaje al pas de los araucanos (1881), cuyo ttulo es ya sugestivo, Zeballos nos habla de un pas denominado Raullco por los nativos, de co agua y Raull detenida estancada lo que significa regin empapada o pantanosa. Con este es el nombre se designa a la regin sur de Chile, el cual luego fue desfigurado y dio lugar a otro ms conocido por nosotros: Arauco6. Zeballos nos habla de que los pobladores de Arauco toman dimensin histrica ante la expedicin de Pedro Valdivia, lanzada desde el Per quien llev a cabo las primeras fundaciones espaolas en esa regin pero en la que tanto l como su hueste encontraron la muerte en la batalla de Tucapel, el 26 de diciembre de 1553. Este sera el primer lanzamiento araucano contra la dominacin extranjera.

    Dice Zeballos:

    A los trescientos aos, los araucanos continan en armas, con virilidad asombrosa, diezmados, cubiertos sus campos innumerables cadveres, cautivas por millares sus familias, incendiados mil veces sus aduares y abrumados por todos los recursos que el arte de la guerra ha desplegado prodigiosamente en los tiempos modernos, a los cuales oponen sus pechos indomables, las lanzas primitivas y las piedras de los Andes.

    El telgrafo anuncia, en efecto, que no repuestos aun de los sangrientos combates sufridos al Oriente de los Andes, en lucha con las armas argentinas durante los aos corridos de 1879 a 1881, acaban de confederarse levantndose de nuevo en pavoroso son de venganza y reconquista a los trescientos veintinueve aos de su famosa victoria de Tucapel, y las ciudades chilenas de Imperial, Angol, Concepcin y tantas otras, sobre cuyos muros blandieron los ejrcitos de Caupolicn y de Lautaro los endebles arcos, acaban de ver por la centsima vez sus campias invadidas por el indmito Araucano y arrasadas entre el fragor de la muerte y el incendio.7

    Respecto de La conquista de quince mil leguas, escrito en 1878, el historiador Flix Luna, en su libro Soy Roca una biografa escrita en primera persona, le hace decir al protagonista:

    El plan era tambin poltico. Para llevarlo a cabo era necesario, previamente, persuadir a la opinin pblica y convencer al Congreso. Se trataba de que los legisladores sancionaran una ley autorizando la inversin necesaria para llevar la frontera hasta los ros Negro y Neuqun, cumpliendo as la ley 215 que se haba sancionado durante la presidencia de Sarmiento, en plena guerra del Paraguay, que ordenaba fijar all la frontera. El Congreso autorizara a disponer de los medios para llevarla a cabo si una corriente importante de opinin se manifestaba a favor de mi plan. Necesitaba un vocero, alguien que pudiera difundir mi pensamiento, y me hablaron de un joven abogado rosarino que poda escribir algo. Era el doctor Estanislao Zeballos, que a los 24 aos era tan inteligente y activo como ahora. Conversamos, qued seducido por la idea, y en un tiempo increblemente corto redact uno de esos libros que hacen poca. Reseaba antecedentes histricos, daba noticias geogrficas y presentaba todo el asunto como una apuesta histrica a la que los argentinos no podan negarse. Su ttulo fue todo un hallazgo, atractivo como el de una novela de aventuras: La Conquista de Quince Mil Leguas. Yo agregu una carta introductoria para dejar en claro que el libro de Zeballos no haca otra cosa que

    6 Estanislao S. Zeballos. Viaje al pas de los araucanos. Buenos Aires: El Elefante Blanco, 2005, p. 487-488. 7 Ibd., p. 491-492.

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    exponer mis propias ideas y consegu, adems, hacerlo imprimir por cuenta del gobierno nacional.8

    En 1878 fue publicada la segunda edicin de la obra de Estanislao Zeballos titulada La conquista de quince mil leguas. Estudio sobre la traslacin de la frontera sud de la repblica al Ro Negro dedicado los gefes y oficiales del ejrcito expedicionario, con una tirada de 500 ejemplares por cuenta del Tesoro Nacional para que fueran distribuidos, en parte, entre los jefes y oficiales que integraran la expedicin que llevara la presencia nacional hasta el ro Negro9.

    El general Roca valoraba los territorios que se incorporaran por su importancia econmica y como lugar de residencia de la inmigracin europea que por entonces arribaba al pas10. En una carta que le dirigi a Zeballos le expres la necesidad de realizar estudios hidrogrficos sobre las innumerables corrientes que se desprenden de los Andes desde San Rafael a Nahuel Huapi y se precipitan al mar por los ros Colorado y Negro. La intencin de Roca era que la produccin agrcola y minera de la provincia de Mendoza fuera transportada a travs del ro Colorado hacia Baha Blanca, localidad que se constituira en un gran centro comercial y un polo de desarrollo para la regin11.

    La primera edicin se agot en una semana, segn expresa el autor en la Advertencia de la segunda edicin que es a la que he tenido acceso y en la cual el autor seala que la realiza

    [] para satisfacer el inters despertado por la obra, y con el fin de llevar adelante mi propsito patritico de prestijiar l ocupacin de la lnea estratjica del rio Negro, demostrando la practicabilidad de la operacin fundado en la doble autoridad de la Historia y de la Ciencia.12

    En esa edicin reforz la parte histrica luego de haber revisado ms de mil cuatrocientos manuscritos sobre el ro Negro, coleccionados y clasificados laboriosamente por el Jefe del Archivo General de la Provincia, entre los que se encontraba la correspondencia original entre el virrey Juan Jos Vrtiz quien desempe esa funcin entre el 26 de junio de 1778 y el 6 de marzo de 1784 y Francisco de Biedma y Narvez o Francisco de Viedma, quien form parte de la expedicin organizada por el virrey Vrtiz y dirigida por Juan de la Piedra, cuyo objetivo era la construccin de fuertes y colonias en el sector de las costas patagnicas.

    En la parte histrica describe las exploraciones y ocupaciones del ro Negro llevadas a cabo por los espaoles, utilizando para ello los documentos del archivo general de la Provincia, como as tambin la expedicin de 1833, ya durante el gobierno del General Juan Ramn Gonzlez Balcarce (17 de diciembre de 1832 - 4 de noviembre de 1833).

    Del mismo modo, en la anticipacin de los temas que aborda en su obra, observo un prrafo que entiendo que es relevante para la comprensin de algunas cuestiones que an hoy forman parte del debate:

    Consecuencias diplomticas de un error del padre Falkner sobre el ro Negro. Refutacin de las interpretaciones arbitrarias, con que los diplomticos chilenos explotan dicho error en contra de los evidentes y clarsimos derechos de la

    8 Flix Luna. Soy Roca. Buenos Aires: Sudamericana, 1991, p. 136-137. 9 Estanislao Zeballos. La conquista quince mil leguas. Buenos Aires: Establecimiento tipogrfico a vapor de La Prensa, 1878, Versin digitalizada en 2010 por la Fundacin Instituto Internacional de la Lengua Espaola con fondos de la University of Toronto . 10 Ibd., p. 8. 11 Ibd., p. 8-9. 12 Ibd., p. 11.

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    Repblica Argentina las tierras australes, desde el rio Negro al cabo de Hornos.13

    Agrega en esa segunda advertencia:

    Del punto de vista de la descripcin del territorio, cuyo extracto he tomado del diario de Bejarano, el croquis adelanta tambin todas las cartas publicadas hasta ahora, designando los principales paraderos, con sus nombres araucanos y situndolos en distancias aproximadas calculadas en leguas.

    En este prrafo ntese que mantendr los nombres araucanos, siendo sta la primera vez que menciona algo relativo a ese pueblo en esta obra. Para comprender la dimensin que Zeballos le da a la ocupacin del territorio, vale citar el siguiente prrafo:

    Entonces al canal de Suez, al ferrocarril americano interocenico, la perforacin de las grandes montaas para dar paso la locomotora, y la red del telgrafo que cie los contornos del planeta, la Repblica Arjentina habr aadido como obra fecunda del progreso sur-americano, la conquista de sus quince mil leguas de lozana tierra.14

    A su juicio, en el futuro, esta empresa ser recordada entre las grandes campaas de la civilizacin, que ilustran el siglo XIX. Zeballos perciba que el territorio por conquistar era mucho mayor que el que la Argentina ya controlaba15. Nos describe que en 1768, al concluir el virreinato de Bucarelli en realidad Francisco de Paula Bucarelli no fue virrey sino gobernador de Buenos Aires entre los aos 1766 y 1770, la ciudad de Buenos Aires yaca en un rincn de las pampas, rodeada de pocos fuertes que formaban como una lnea de circunvalacin menos de treinta leguas de sus arrabales.

    Es a partir del virreinato de Vrtiz que se comienza a avanzar sobre la frontera sur, pues la orden era dominar el ro Salado, en ese entonces en poder de los aborgenes. El autor nos recuerda que en 1780 los indios llevaron a cabo una cruenta invasin al poblado de Lujn que les demostr a los pobladores la fragilidad de la lnea de frontera y de sus medios de defensa.

    La corona espaola intent avanzar hacia el sur con el propsito de llegar al ro Negro y llevar a cabo estudios para fundar establecimientos en la costa patagnica, para defenderse de la poltica britnica16. Zeballos menciona que, en 1774, apareci la obra histrica, descriptiva, geogrfica y etnogrfica del misionero jesuita Thomas Falkner, quien vivi cuarenta aos en las reducciones de indios de las sierras del Volcn y del ro Colorado y recorriendo los campos desde la Patagonia hasta Tucumn y el Chaco. Su obra fue editada en ingls, con el propsito de servir los intereses de la Corona Britnica contra los de Espaa, cuyo servicio se hallaba Falkner, segn escribe el autor17.

    Falkner cometi el error de suponer que el ro argentino Negro y el ro chileno Tolten, cuyos cursos siguen casi por la misma latitud, eran una misma corriente de agua, lo que hubiese permitido unir el Atlntico con el Pacfico a travs de los Andes18. Esto llev a que en 1778 la corona espaola ordenase el establecimiento de fuertes y poblaciones en la costa del Ro de la Plata hasta el estrecho de Magallanes, ms an

    13 Ibd., p. 11. 14 Ibd., p. 17. 15 Dice Zeballos: Estamos en la cuestin fronteras como en el da de la partida: con un inmenso territorio al frente para conquistar y con otro ms pequeo retaguardia para defender, por medio de un sistema dbil y desacreditado. 16 Estanislao Zeballos. Op. cit., p. 22. 17 Ibd., p. 22-23. 18 Ibd., p. 24.

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    en vista de las ambiciones britnicas sobre la regin19. Esta fue la empresa que debi llevar adelante Francisco de Biedma por instrucciones de la corona impartidas al virrey Vrtiz. Fue as como se procedi a la fundacin de Carmen de Patagones. En esa oportunidad tambin el alfrez de la Real Armada, Basilio Villarino, el piloto al frente de la expedicin exploratoria del ro Negro, sugiri la idea de ocupar Choele-Choel y la confluencia de los rios Neuquen y Negro, arrebatando as a los salvages dos pasos indispensables, que les sirven para realizar sus saqueos en las pampas de Buenos Aires.

    A partir de la frase de Falkner en la que expresa que el rio Negro se interna por cerca de trescientas leguas del reino de Chile y de las instrucciones dadas por el ministro de la corona espaola, Galvez, el 8 de junio de 1778 para establecer fuertes y poblaciones en la costa del Ro de la Plata hasta el estrecho de Magallanes, el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Adolfo Ibaez Gutirrez, en una nota del 28 de enero de 1874, pretenda que el reino de Chile era la Patagonia20.

    Es as como las regiones pampeana y patagnica ofrecen dos serias amenazas a la