certamen literatura

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Guillermo Escobar Montecinos Primer año pedagogía en castellano y comunicación oral Universidad de la Frontera La obra Robinson Crusoe, de Daniel Defoe, perteneciente al género clásico de la literatura inglesa del siglo XVIII, cuando el romanticismo empezaba en la literatura europea, en pleno siglo de las luces, apunta principalmente el paradigma de la relación entre el dominio de la adversidad y la naturaleza. La personalidad de Robinson Crusoe, desarrollaba un manifiesto sentido de la aventura, representaba un movimiento clásico de la época que era el descubrir, conquistar, conocer, no tenía ningún reparo en satisfacer sus ganas de navegar aunque esto le costara la indignación principalmente de su padre, quien no le dio su bendición para su primer viaje, esto le peso durante toda la obra, en la cual nunca dejo de pensar en él, sintiendo que su mayor pecado era la desobediencia, por la cual había de ser castigado; era un hombre esforzado, dio muestra de eso, en cada una de sus aventuras, principalmente en la isla, donde para satisfacer sus necesidades hizo de todo, desde su casa, hasta su propio pan, se transformo en un agricultor a pequeña escala, tuvo que aprender a cosechar el grano, aprendió a domesticar a los animales, que se transformarían en su alimento, esto para no gastar municiones, los años y la soledad le permitieron aprender cosas que nunca imagino que podría hacer, de su forma de vivir en algo más placentero a pesar de lo primitivo, en lo cual estaba sumergido, esto no le impedía demostrar su lado civilizado, esto ejemplificado de muchas maneras, su necesidad de tener ropa para poder cambiarse, a pesar de que nadie lo podría ver, aun así ansiaba tener calcetines, calzoncillos, zapatos, camisas, eran sus prioridades ejemplos claros de la civilización, gran exponente de la sociedad inglesa lo demostró al construir sus viviendas todo pensado para el mayor confort posible, todo tenía que

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Guillermo Escobar Montecinos

Primer año pedagogía en castellano y comunicación oral

Universidad de la Frontera

La obra Robinson Crusoe, de Daniel Defoe, perteneciente al género clásico de la literatura inglesa del siglo XVIII, cuando el romanticismo empezaba en la literatura europea, en pleno siglo de las luces, apunta principalmente el paradigma de la relación entre el dominio de la adversidad y la naturaleza. La personalidad de Robinson Crusoe, desarrollaba un manifiesto sentido de la aventura, representaba un movimiento clásico de la época que era el descubrir, conquistar, conocer, no tenía ningún reparo en satisfacer sus ganas de navegar aunque esto le costara la indignación principalmente de su padre, quien no le dio su bendición para su primer viaje, esto le peso durante toda la obra, en la cual nunca dejo de pensar en él, sintiendo que su mayor pecado era la desobediencia, por la cual había de ser castigado; era un hombre esforzado, dio muestra de eso, en cada una de sus aventuras, principalmente en la isla, donde para satisfacer sus necesidades hizo de todo, desde su casa, hasta su propio pan, se transformo en un agricultor a pequeña escala, tuvo que aprender a cosechar el grano, aprendió a domesticar a los animales, que se transformarían en su alimento, esto para no gastar municiones, los años y la soledad le permitieron aprender cosas que nunca imagino que podría hacer, de su forma de vivir en algo más placentero a pesar de lo primitivo, en lo cual estaba sumergido, esto no le impedía demostrar su lado civilizado, esto ejemplificado de muchas maneras, su necesidad de tener ropa para poder cambiarse, a pesar de que nadie lo podría ver, aun así ansiaba tener calcetines, calzoncillos, zapatos, camisas, eran sus prioridades ejemplos claros de la civilización, gran exponente de la sociedad inglesa lo demostró al construir sus viviendas todo pensado para el mayor confort posible, todo tenía que estar en su lugar y ordenado, supo planificarse de tal manera que pudo guardar y administrar su provisiones de tal forma que estando tantos años en la isla jamás paso hambre, ni le falto nada, cuando tuvo su encuentro con su sirviente, a quien llamaría viernes, le atribuía características y rasgos europeos como para poder tener algún tipo de relación con él, le enseño su lenguaje para comunicarse, poseía una casa en el campo, una casa para habitar, su residencia y una en donde guardaba sus rebaños, era un hombre sumamente desconfiado, inseguro lleno de temores, por lo mismo planificaba cada uno de sus movimientos, siempre pensaba que tenía que esconderse, que nadie pudiera percibir que existía, esto podría ser contario a su mayor deseo que era salir de esa isla, conocer a alguien que le pueda ayudar a salir de ahí, con quien poder conversar, obstinado a pesar de las señales que recibía para no seguir con su proyecto, continuo de igual manera, no se daba por vencido fácilmente, sobre todo en las labores cotidianas, se empeño siempre en cumplir su deseo de estar en el mar, a pesar de no conocer mayormente de la navegación en un principio, se consideraba representante del cristianismo, a pesar que confiaba más en la divina Providencia, pero conocer al verdadero Dios le entregaba la chapa de hombre civilizado y representante de una sociedad superior.

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Por su parte viernes, representaba principalmente lo incivilizado, lo salvaje, la brutalidad, la degeneración de la naturaleza humana expresada en el canibalismo, una raza que era vista como barbaros, miserables, despreciables y salvajes, animales o criaturas que no conocían la nobleza, no conocían a Dios no conocían la razón, por lo tanto, era necesario que fueran domesticadas y sometidas como una manera de justificar el colonialismo y esto era, que se convirtieran al cristianismo, sus rituales y sus costumbres alejadas de todo atisbo de la civilización, cabe recordar que Crusoe lo rescata de los mismos caníbales que se lo iban a comer, pero también viernes había estado en la isla un tiempo antes, como se lo confesara posteriormente, haciendo lo mismo devorándose a otro humano; además es fiel reflejo de la sumisión, puesto que el haber salvado su vida, si era un hecho importante , también lo era el temor que le tenía a Robinson esto genera que se entregue a su servicio de por vida, es un ser, hasta cierta manera inocente e ingenuo es tratado como a un niño por Robinson, es también representante de un desprecio generalizado, ya que en ningún momento de la obra Robinson se interés por saber algo sobre viernes ni siquiera cual es su verdadero nombre solo le interesa poder salir de la isla y no ser comido por otros salvajes, le enseña su lenguaje, su forma de vestir, le enseña que le diga amo para establecer de inmediato una diferencia y supremacía del europeo por sobre el nativo americano

La obra adiós Robinson, de Julio Cortázar, se desarrolla en la isla de Juan Fernández, es una de las tantas versiones de Robinson Crusoe, pero a diferencia de otras, nace de un radio teatro, por lo mismo pertenece al género dramatúrgico, situada en el siglo XX, en un momento revolucionario de las artes literarias en Latinoamérica. En esta obra podemos apreciar aun Robinson en un primer momento contento, feliz, de regresar a la isla que lo hizo famoso a nivel mundial, maravillado con los adelantos y progresos que esta manifiesta; propios de la Europa civilizada, y moderna que él conoce; pero que en el transcurso de la obra ya no le es tan acogedora y familiar. Con el correr del tiempo y de su estadía en la isla, se aprecia a un Robinson nostálgico, melancólico, ansioso por reconocimiento, sin la personalidad propia de los europeos, disconforme con la isla que ve, esta ya no es la misma que el dejo atrás, en donde podría volver a sentirse importante, no quedaba nada de lo que con tanto esfuerzo y sacrificio construyó, nada que le recordara la gran historia y el legado que pensó aun estaba vivo, y además nadie lo recordaba, esto le causo una tremenda frustración, un Robinson lleno tristeza y que además siente no tener el domino que poseía sobre viernes, por lo mismo se encuentra en una búsqueda de lo pasado, añora esos años , necesita de ese protagonismo que le arrebata viernes, es un hombre civilizado que en su afán de civilizar al nativo, lo pone casi en una paridad cultural y de dominio de la relación entre ambos, e incluso inferior de cierta manera con relación a viernes, lo cual lo desconcierta.

Viernes por su parte es un hombre ya civilizado, que ha ido desarrollando una evolución importante a pesar de su condición de nativo, su contacto con distintas culturas lo hacen ya no ser estrictamente sometido, como en la obra de Daniel Defoe, si no muestra a un viernes con mas personalidad, más racional, dueño de sus propias decisiones, dispuesto a disfrutar este viaje, y no demuestra para nada algún tipo de nostalgia por aquella isla, es un ser totalmente opuesto al viernes salvaje, primitivo y básico que vemos en la

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anterior obra de Defoe, posee una sensación de cierto poder por sobre Robinson, a quien ya no ve como su amo, se encuentra dispuesto a disfrutar de su libertad, se ve desafiante con Robinson, y pierde todo tipo de temor que podría haber tenido en un momento, ve como la isla aun en cierta manera, le es familiar, a pesar de que es prácticamente una pequeña Europa, por lo que no le es tan desconocida, se ve liberado de su condición de esclavo, ya no siente esas cadenas que le atan, y se permite llamar a Robinson por su nombre lo cual es un claro ejemplo de su rebelión, incluso se ve un lado intelectual superior al de Crusoe en algunos momentos, claramente viernes, sufre una transformación drástica en comparación a la obra de Daniel Defoe