César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

20
CÉSAR VALLEJO: NUEVOS TEXTOS (PARTE I) Carlos Fernández University College London Valentino Gianuzzi Pontificia Universidad Católica del Perú E ste artículo quiere presentar, comentar y dar a conocer algunos textos hasta ahora desconocidos del poeta peruano César Vallejo (1892- 1938) descubiertos a raíz de una serie de investigaciones llevadas a cabo durante los meses de febrero y marzo de 2007 en las ciudades de Lima y Trujillo. 1 Estos textos —algunas versiones de poemas incluidos en Los heraldos negros y publicadas con anterioridad en la prensa, reimpresiones de la narrativa de Vallejo y un artículo desconocido— ayudarán a establecer una cronología más exacta de la obra del poeta y a resolver algunas cuestiones textuales que no estaban muy claras a causa de testimonios divergentes entre sus contemporáneos. También se recogen aquí nuevos artículos que pertenecen a una polémica en torno a la poesía de Vallejo surgida en Trujillo en 1917. Los nuevos textos nos permiten formarnos una idea más precisa de lo acontecido y especular sobre el papel que estos sucesos desempeñaron en el traslado de Vallejo a Lima. 1 Los autores quieren agradecer por su ayuda a Josefina Espejo Luque, Jorge Kishimoto, Ricardo Silva-Santisteban, Jorge Puccinelli, Teodoro Rivero-Ayllón, Isabel Cerro, Luis Miguel González, a los empleados de La Industria, a Angélica Domínguez y al personal de la Biblioteca Nacional del Perú. Asimismo, Carlos Fernández quiere dejar constancia de su gratitud a UCL y University of London por las becas que le permitieron llevar a cabo esta investigación. Las imágenes 2 y 4 fueron tomadas del archivo del periódico La Industria (Trujillo). La imagen 7 procede del archivo familiar de Juan Espejo Asturrizaga. Las imágenes 9 y 10 se reproducen con el permiso de Rare Books and Manuscripts, Special Collections Library, the Pennsylvania State University Libraries. El resto de las imágenes aparecen por cortesía de la Biblioteca Nacional del Perú.

description

Carlos FernándezUniversity College LondonValentino GianuzziPontificia Universidad Católica del PerúEste artículo quiere presentar, comentar y dar a conocer algunos textos hasta ahora desconocidos del poeta peruano César Vallejo (1892-1938) descubiertos a raíz de una serie de investigaciones llevadas a cabo durante los meses de febrero y marzo de 2007 en las ciudades de Lima y Trujillo.1

Transcript of César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

Page 1: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

CÉSAR VALLEJO: NUEVOS TEXTOS (PARTE I)

Carlos FernándezUniversity College London

Valentino GianuzziPontif icia Universidad Católica del Perú

Este artículo quiere presentar, comentar y dar a conocer algunos textos hasta ahora desconocidos del poeta peruano César Vallejo (1892-1938) descubiertos a raíz de una serie de investigaciones llevadas a

cabo durante los meses de febrero y marzo de 2007 en las ciudades de Lima y Trujillo.1 Estos textos —algunas versiones de poemas incluidos en Los heraldos negros y publicadas con anterioridad en la prensa, reimpresiones de la narrativa de Vallejo y un artículo desconocido— ayudarán a establecer una cronología más exacta de la obra del poeta y a resolver algunas cuestiones textuales que no estaban muy claras a causa de testimonios divergentes entre sus contemporáneos. También se recogen aquí nuevos artículos que pertenecen a una polémica en torno a la poesía de Vallejo surgida en Trujillo en 1917. Los nuevos textos nos permiten formarnos una idea más precisa de lo acontecido y especular sobre el papel que estos sucesos desempeñaron en el traslado de Vallejo a Lima.

1 Los autores quieren agradecer por su ayuda a Josefina Espejo Luque, Jorge Kishimoto, Ricardo Silva-Santisteban, Jorge Puccinelli, Teodoro Rivero-Ayllón, Isabel Cerro, Luis Miguel González, a los empleados de La Industria, a Angélica Domínguez y al personal de la Biblioteca Nacional del Perú. Asimismo, Carlos Fernández quiere dejar constancia de su gratitud a UCL y University of London por las becas que le permitieron llevar a cabo esta investigación. Las imágenes 2 y 4 fueron tomadas del archivo del periódico La Industria (Trujillo). La imagen 7 procede del archivo familiar de Juan Espejo Asturrizaga. Las imágenes 9 y 10 se reproducen con el permiso de Rare Books and Manuscripts, Special Collections Library, the Pennsylvania State University Libraries. El resto de las imágenes aparecen por cortesía de la Biblioteca Nacional del Perú.

Page 2: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

2 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 3

Este artículo se publicará en tres partes: las dos primeras se centran en la poesía y en la prosa de Vallejo, la tercera presenta y comenta la polémica tal como apareció en tres periódicos trujillanos. Con él, esperamos estimular a otros vallejistas a llevar a cabo nuevos trabajos de archivo. Los materiales publicados aquí demuestran que, a pesar de la fortuna literaria de Vallejo, todavía existe información de gran interés sepultada en revistas y periódicos, información que es vital para llenar los vacíos de la vida y evolución literaria de Vallejo, incluso cuando ya casi han transcurrido 70 años de su muerte.

POESÍA

HASTA DONDE SE SABE, «Aldeana» es el primer poema incluido en Los heraldos negros (1919) que apareció previamente en la prensa. La versión presentada aquí difiere muy poco del texto publicado en el libro. De acuerdo con las palabras de Antenor Orrego en el prólogo a Trilce «Aldeana» fue «el “sésamo ábrete” que me franqueó la abismática riqueza del artista» (1922: XI). Treinta y siete años más tarde, en agosto de 1959, en el simposio celebrado en la Universidad Nacional de Córdoba, Alcides Spelucín narró cómo los amigos escritores de Vallejo conocieron este texto:

[...] Vallejo visitó a Orrego en la redacción del diario LA REFORMA, con el objeto de hacerle entrega del manuscrito de Aldeana. El joven crítico, que había venido incitando al poeta a dejar la imitación de otros modelos para emprender la búsqueda recóndita de la propia expresión, saltó de gozo al intuir, mediante la lectura de los primeros versos de Aldeana, que Vallejo comenzaba a abandonar las andaderas líricas y a caminar por sí mismo. En el curso de la tertulia vespertina, Orrego informó a sus demás amigos acerca de lo que él consideraba como un verdadero «acontecimiento literario» en la vida de la naciente agrupación. El poemita fue leído y releído

ávidamente por todos los concurrentes y, luego, comentado en forma ruidosa y

ditirámbica. (1962 [1959]: 47) Spelucín, que no parece haber tenido la versión publicada en La Reforma

a mano, estaba en lo cierto cuando afirmó que el poema se imprimió acompañado de una nota escrita por Orrego y que, cuando fue incluido en Los heraldos negros, el poema se mantuvo prácticamente inalterado. Además, Spelucín no estaba muy lejos de la verdad al creer que el poema había

Page 3: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

2 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 3

1. «Aldeana». La Reforma. Trujillo, 1 de enero de 1916, p. 6.

Page 4: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

4 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 5

aparecido «hacia diciembre»: el texto fue publicado, en realidad, el primer día de enero de 1916.

Debemos señalar que la narración de Spelucín acerca de las circunstancias en que se publicó «Aldeana» fue precedida por la versión de Antenor Orrego sobre estos mismos hechos que apareció en La Tribuna el 30 de marzo de 1958. Sin embargo, la narración de Spelucín es, en nuestra opinión, la más fiable. El texto de Orrego, basado en sus recuerdos, presenta inexactitudes notorias, entre las cuales destacan la datación de «Aldeana» como un texto que él había hecho publicar en La Reforma en 1914 y la reconstrucción de la nota encomiástica que acompañaba al poema: «Saludemos la aparición de un gran poeta en América. Esta pequeña y original composición es como la partida de bautismo de un creador de calidades excepcionales. Por su voz, comienza a expresarse auténticamente el Continente». La verdadera nota (véase la imagen 1), que no está exenta de provocación hacia la escena literaria local, no es tan entusiasta como la memoria de Orrego nos podría hacer pensar, pero, sin embargo, sigue siendo un testimonio importante de uno de los primeros valedores de Vallejo.2

A pesar de que el texto de La Reforma apenas ofrece variantes respecto a la reimpresión aparecida en Balnearios el 9 de enero de 1916, redescubierta en 1949 (cf. Coyné 1949: 59), esta publicación resulta importante porque nos ayuda a mejorar la cronología de Los heraldos negros, inclinando la balanza hacia la versión de Spelucín. A juzgar por el número de veces que el poema fue reimpreso en publicaciones periódicas y por el hecho de que este se mantuvo casi intacto por cerca de tres años, no resulta aventurado proponer que Vallejo estaba satisfecho con esta composición y que también fue una de las más apreciadas por sus amigos. Las reimpresiones en Nuestra Época, un periódico dirigido por José Carlos Mariátegui,3 y en La Industria, que estaba a cargo de José Eulogio Garrido (véase la imagen 2), son una prueba de que «Aldeana» tenía cierta popularidad entre aquellos particularmente interesados en el nuevo nacionalismo literario o lo que otros han dado en llamar la literatura «nativista» o «indigenista» (Monguió 1950: 47-49).

2 En un futuro trabajo estudiaremos los escritos de Antenor Orrego sobre Vallejo y su influencia en la vallejística. 3 «Aldeana» se publicó en Nuestra Época el 6 de julio de 1918, junto con «La de a mil» y «Heces». Una edición facsimilar de este periódico, del que solo se imprimieron dos números, apareció en 1986, publicado por la Editorial Amauta en Lima.

Page 5: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

4 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 5

2. Una reimpresión no conocida de «Aldeana». La Industria. Trujillo, 29 de diciembre de 1920, p. 15.

Page 6: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

6 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 7

Algunos meses después de «Aldeana», otra versión de un poema de Los heraldos negros, previamente publicada y no localizada hasta la fecha, apareció en La Reforma: «Sauce».4 Alcides Spelucín aludió también a este poema como aparecido en La Industria, bajo el título de «Adiós» o «Despedida», sin embargo fue incapaz de proporcionar el texto ya que, como él mismo menciona, no contaba con él. Curiosamente, Spelucín recordaba que la referencia al «éter» en el segundo cuarteto —«donde a precio de éter se pierda la vida»— no figuraba en la versión publicada, porque el uso de esa droga anestésica no fue introducido en Trujillo hasta meses más tarde (1962 [1959]: 51). Esta versión reza, de hecho, «donde acaso un día se pierda la vida».

Juan Espejo Asturrizaga, por otra parte, afirmó que esta versión de «Sauce» se titulaba «Despedida», y que fue publicada en La Industria (1965: 38, 40

3. «Sauce». La Reforma. Trujillo, 5 de mayo de 1916, p. [3].

4 Probablemente, «Sauce» no había sido localizado hasta ahora porque no se imprimió en el lugar usualmente dedicado a la poesía en La Reforma: la mitad superior de la página. El poema está prácticamente escondido entre anuncios publicitarios al calce de la hoja y se compuso en un tipo de letra que no lo hacía evidente (véase la imagen 3).

Page 7: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

6 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 7

y 175). Aunque se podría pensar que Espejo estaba refinando la información de Spelucín, reduciendo dos de los posibles títulos a uno, la información que hemos sido capaces de recabar acerca de las circunstancias de la investigación de Espejo, el hecho de que «Sauce» apareciese en La Reforma y que no hayamos podido encontrar ningún poema titulado «Despedida» o «Adiós» en La Industria, nos inclinan a pensar que Espejo estaba en realidad elucubrando sobre la base de la afirmación de Spelucín, ya que su especulación no está apoyada por ningún recuerdo personal o alguna otra evidencia explícita.

Espejo procedió de manera similar en relación con otra versión previamente publicada que Spelucín fue el primero en recordar:

Mayo [...] que, al parecer, había sufrido ya algunas correcciones antes de su primera publicación, acabó por perder, a la postre, buena parte de su frescura original, al aceptar ciertos innecesarios elementos de orden cultural. En efecto: Esa mano que no ha bizantinado aún el guante, ese Aquiles incaico del trabajo, esa Venus pobre, ese himno de Virgilio en su cencerro, ese aroma de broncíneos lotos, en fin, sólo alcanzaron a complicar y perturbar la simplicidad cuasi edénica de la vida serrana a que alude

el poema. (1962 [1959]: 49)

Spelucín ofreció un marco temporal aproximado para la aparición del poema: el primer trimestre de 1916. Sin embargo, Espejo corrigió el título y proporcionó una presunta fecha de publicación: «“Mayo azul” publicado el 27 de mayo de 1916. También reformado» (1965: 174). Puesto que no transcribió esta versión ni ofreció las variantes, tal y como lo hizo en el caso del resto de poemas previamente publicados que él redescubrió, es posible argüir que Espejo no dispuso del texto. Su datación del poema no debería conducirnos a creer lo contrario, puesto que él parece haber conjeturado sobre la base de un vacío documental. Así, al peinar la colección de La Reforma conservada en la Biblioteca Nacional de Perú, y que Espejo debió haber consultado,5 uno se da cuenta de que faltan dos páginas

5 Por lo que sabemos, la única colección que se conserva de La Reforma se encuentra en la Biblioteca Nacional del Perú. La falta de registros hace imposible saber si las fechas de los sellos que figuran en los periódicos corresponden con la fecha de adquisición o con la de puesta a disposición de los lectores. Todos estos periódicos, que se conservan en volúmenes encuadernados, tienen un sello que reza “Oct 1950”, y sus fechas varían entre «00 Oct 1950» [sic], para el año 1913, y «24 Oct” 1950», para el año 1921, del que solo se conserva el primer semestre. En cualquier caso, Espejo habría tenido tiempo para peinar esta publicación antes de 1965. Hoy, se puede consultar otra colección menos completa de La Reforma (ejemplar

Page 8: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

8 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 9

4. «Mayo». La Industria. Trujillo, 28 de julio de 1921, p. 10.

Page 9: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

8 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 9

en el ejemplar del sábado 27 de mayo de 1916 (n.o 1361). Aunque parte de la deducción de Espejo parece ser correcta —es muy probable que un texto literario hubiese aparecido en esas páginas, como ocurre en otras dos ocasiones en el mes de abril, y en varias ocasiones en mayo, junio y julio— nada garantiza que aquí apareciese la versión anterior de «Mayo». De hecho, siguiendo este mismo razonamiento, el poema pudo haber aparecido en la edición del sábado 13 de mayo de 1916 (n.º 1349) que también cumple con los requisitos del patrón por el que parece guiarse Espejo. La razón por la que Espejo podría haber preferido la primera opción sobre la segunda es porque no conservamos ninguna página del número correspondiente al 13 de mayo, mientras que el número correspondiente al 27 de mayo está solo parcialmente incompleto, como si alguien hubiese querido preservar el poema que Vallejo, presuntamente, publicó allí. Aunque no nos ha sido posible encontrar la primera versión de «Mayo», sí localizamos una reimpresión del poema, tomada de Los heraldos negros, en la página literaria de La Industria en julio de 1921 (véase la imagen 4).

El último poema de Los heraldos negros publicado con anterioridad en la prensa hallada durante nuestra investigación6 es «Dios», aparecido en la

2); según Jorge Kishimoto (comunicación personal) esta colección no estaba disponible cuando él llevó a cabo su investigación a finales de los años 80. El ejemplar 2, que no tiene sellos, aunque muy incompleto, nos ha ayudado a llenar algunos vacíos importantes, ya que contiene números del periódico que no figuran en el ejemplar 1. La reproducción de estos vacíos en la narración de Espejo sugiere que el ejemplar 1 fue la colección que él peinó y que le proporcionó la mayoría de los datos nuevos de su biografía para el periodo que va de 1916 a 1921. Entre estos vacíos, podemos mencionar la versión de «Aldeana» arriba reproducida, y dos textos relacionados con los sucesos de Santiago de Chuco, que faltan en la detallada lista de Espejo (1965: 237-243): José Martínez Céspedes, «Los sucesos de Santiago de Chuco», La Reforma, 16 de septiembre de 1920, p. [3]; José Santos Vásquez, «Comunicado», La Reforma, 17 de septiembre de 1920, p. [3].6 Debemos subrayar, sin embargo, que una reimpresión de «Ausente», publicada por primera vez en el número 18 de Mundo Limeño (diciembre de 1917), apareció en La Industria (el 27 de julio de 1918, p. [3]) y fue encontrada por Jorge Kishimoto en el año 2005 (comunicación personal). El poema también se reimprimió en el libro de Alberto Hidalgo, Hombres y bestias (publicado a comienzos de 1918). A Hidalgo parece haberle gustado ese texto tanto que en Tu libro, una obra suya publicada en 1922, tituló uno de sus poemas con parte de su segundo verso: «Más lejos de lo lejos». El facsímil de un autógrafo datado de «Ausente» («23/7/1917»), que presenta solo leves variantes con la versión final en el verso 13 y en su puntuación, fue publicado por primera vez en un libro-homenaje impreso por la Asociación de Escritores, Artistas e Intelectuales del Perú (1938). Este es el único autógrafo de Los heraldos negros que, hasta el día de hoy, se conoce.

Page 10: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

10 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 11

6. «Dios». El Tiempo. Lima, 1 de abril de 1918, p. 6.

5. «Para el alma imposible de mi amada». El Tiempo. Lima, 11 de agosto de 1917, p. [4]. El poema apareció sin el nombre de Vallejo.

Page 11: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

10 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 11

página literaria de El Tiempo el 1 de abril de 1918. Antes de esta fecha, tres poemas de Vallejo habían aparecido en este periódico, entre julio y agosto de 1917, todos reimpresiones de La Reforma: «Nostalgias imperiales», «El tálamo eterno» y «Para el alma imposible de mi amada» (véase la imagen 5).7 «Dios», sin embargo, podría haber sido proporcionado por el mismo poeta, ya que se publicó cuando Vallejo vivía en la capital.

Es interesante observar que, antes de que este texto se publicara, Abraham Valdelomar citó un fragmento del poema, pero en una versión ligeramente diferente a esta y también a la que aparece en Los heraldos negros.8 Todo hace pensar que Vallejo escribió este poema en Lima, tal y como él mismo dice a sus amigos trujillanos en una carta cuando comenta una reunión con Clemente Palma: «Me dice [Clemente Palma] que publique en el día mi libro que ya conoce. Versos para Variedades. La mar. Casi se aloca con una composición que he escrito aquí y que se titula “Dios”».

Esta versión previamente publicada de «Dios» (véase la imagen 6) plantea el problema de una posible anomalía textual en la primera edición de Los heraldos negros. En esta última, el verso 16 está sangrado, y este es el motivo por el que algunos editores consideran los últimos tres versos como una estrofa independiente (Vallejo 1997, I: 225 y 2005: 275-276). La versión publicada en El Tiempo plantea la posibilidad de que tal vez el problema de la edición príncipe no sea una separación entre estrofas ausente, sino el de una sangría

7 Dos de estos poemas los encontró Jorge Kishimoto y su referencia bibliográfica exacta fue proporcionada en la edición de Silva-Santisteban (Vallejo 1997, I: 117 y 120). La reimpresión de «Para el alma imposible de mi amada» se publicó el 11 de agosto, pero el nombre de Vallejo aparece omitido. Kishimoto seguía información de Espejo Asturrizaga, que afirmaba: «El Tiempo de Lima reprodujo en varias oportunidades versos de César Vallejo en sus páginas literarias. Recordamos “Nostalgias imperiales” (cuatro sonetos), 1917; “Para el alma imposible de mi amada” y “El tálamo eterno”» (1965: 177). Sin embargo, una información similar proporcionada por Espejo, según la que Vallejo había publicado sus versos más de una vez en La Prensa de Lima en 1917 (1965: 177), no ha sido tan productiva, puesto que no hemos encontrado poemas de Vallejo en este periódico durante ese año.8 El famoso elogio que Valdelomar hizo de la poesía de Vallejo, «La génesis de un gran poeta: César Vallejo, el poeta de la ternura», se publicó en la revista Sud-América, n.o 11, Lima, 2 de marzo de 1918, p. 10. Se reprodujo luego en la revista La Semana, n.o 1, Trujillo, 23 de marzo de 1918, p. 21. En el artículo de Valdelomar, «Dios» ofrece algunas variantes mínimas en la puntuación, y la palabra «muestra» en el verso 9, en lugar de «tiene» en El Tiempo y «mustia» en Los heraldos negros.

Page 12: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

12 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 13

7. «Los dados eternos». La Semana, n.o 1. Trujillo, 23 de marzo de 1918, p. 9.

Page 13: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

12 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 13

innecesaria. Esta última opción haría al poema visualmente más simétrico (puesto que los versos están distribuidos en dos cuartetos y dos quintetos).

Aparte de las versiones arriba mencionadas, nos gustaría ofrecer imágenes de dos textos que se conocen solo a través de transcripciones inexactas, y completar y corregir la información bibliográfica de las versiones de «Avestruz» y de «Los heraldos negros» publicadas con anterioridad.

Una versión de «Los dados eternos» se publicó en 1918 en La Semana, la revista dirigida por Antenor Orrego que actuó como medio de difusión para la obra de muchos de los miembros de la Bohemia.9 Juan Espejo Asturrizaga fue el primero en referirse a ella, sin llegar a transcribir el texto íntegro, del que solo ofreció las variantes sustanciales (1965: 188). Aunque la lista de variantes de Espejo está casi completa, no menciona una diferencia clave entre ambas versiones: en La Semana no figura la dedicatoria a Manuel González Prada.

El segundo poema se ha republicado recientemente, aunque no ha recibido aún la atención crítica que merece por solo haber aparecido en la biografía del poeta vanguardista Carlos Oquendo de Amat, escrita por Rodolfo Milla (2006: 346).10 El poema, que es un soneto titulado «Fiesta», fue compuesto por Vallejo junto con otros tres poetas: Federico Bolaños, Francisco Sandoval [sic] y Abraham Rinaldi. Es muy poco lo que se sabe acerca de la relación que Vallejo tuvo con ellos. El contacto de Vallejo con Francisco Sandóval

9 Tuvimos acceso a los primeros cuatro números de La Semana (el 10 de marzo de 2007) gracias a Josefina Espejo Luque, quien ha conservado la colección parcial de su padre en el archivo familiar. Varias notas aparecidas en La Reforma (22 de marzo, 5, 12, 19 y 26 de abril de 1918), algunas de las cuales dan un sumario de la revista, sugieren que se publicaron, por lo menos, siete números. Una nota sobre el atraso de la publicación del número 8 apareció el 11 de mayo, pero puesto que no se publicó ningún otro anuncio la semana siguiente, y ya que todos los números anteriores recibieron publicidad, podemos conjeturar que este último número no llegó a aparecer. No nos ha sido posible encontrar los números 5-7, pero gracias a una de las notas de La Reforma sabemos que el número 5 no parece incluir ningún trabajo de Vallejo; más bien, él parece haber actuado como enlace con algunos escritores de la capital, puesto que este número contiene poemas de Manuel González Prada, Carlos Mariátegui [sic] y Ernesto More. 10 De acuerdo con los agradecimientos de Rodolfo Milla, fue Guillermo Gutiérrez Lhyma quien ubicó el poema en El Tiempo. Aparte de leves errores, la transcripción de Milla toma como título del soneto «Disparate poético», guiándose por el epígrafe del poema, aunque parece tratarse solo de una descripción. El título correcto, si lo hay, sería «Fiesta». «Ecos del carnaval» era un encabezamiento común que se les daba a las noticias sobre el carnaval y que aparecía en muchas publicaciones los primeros días de marzo.

Page 14: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

14 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 15

podría datar de su estancia en Trujillo,11 pero su acercamiento parece haberse producido ya en Lima en 1922.12 Federico Bolaños era un colaborador habitual de El Tiempo en 1922 y su libro de poemas Atalaya apareció más tarde ese mismo año. Vallejo menciona tanto a Sandóval como a Bolaños en su artículo sobre la última generación de escritores peruanos publicado en El Norte el 12 de marzo de 1924. Por otra parte, no se conserva mucha información acerca de Abraham Rinaldi, aunque es posible que Vallejo lo haya conocido en 1918, pues parece que Rinaldi era parte entonces de los círculos literarios de la capital.13

11 Francisco Arturo Sandóval (1900-1960), comenzó a estar activo en los círculos literarios de Trujillo a finales de 1917, cuando empezó a publicar, como «F. A. Sandóval», poemas en El Federal y La Libertad, periódicos asociados con Víctor Alejandro Hernández y Santiago R. Vallejo, que eran los miembros más prominentes del otro grupo literario de Trujillo contemporáneo a la Bohemia. Aparte de ellos, y de acuerdo con Espejo Asturrizaga, otros miembros de este grupo eran Daniel Hoyle, Pedro Abraham del Solar Miró Quesada, Luis Herrera, Carmen Rosa Rivadeneyra y Enrique Echevarría, entre otros (1965: 39). Según un recorte fechado a mano por Sandóval y conservado por Teodoro Rivero-Ayllón (comunicación personal; cf. 1997: 96), el poema de Sandóval «Miserere» apareció en abril de 1918 en La Semana. De ser cierto, este sería el primer indicio de un contacto de Sandóval con el grupo liderado por Antenor Orrego y José Eulogio Garrido; a pesar de ello, él continuó publicando regularmente en El Federal y La Libertad ese año. Su poesía parece haber aparecido por primera vez en La Reforma el 28 de julio de 1919, p. 21, junto a «La copa negra» de Vallejo. Tenemos constancia de otra colaboración ese mismo año y de cuatro el año siguiente. En 1921, Sandóval se convirtió en uno de los redactores de La Reforma, donde publicó poemas y también artículos bajo el título «Tramas de mi telar». Muy poco se sabe sobre su vida y actividades literarias entre la segunda mitad de 1921 y febrero de 1923. En 1925 comenzó a firmar sus trabajos como “Francis Xandóval”. Hoy es recordado como Francisco Xandóval, que fue el modo en que firmó Canciones de Maya (Piura, 1941), su único libro de poemas publicado en vida. 12 Nótese, sin embargo, que Vallejo no le incluye en la nómina de amigos trujillanos que, como él, residieron en Lima en 1921 y 1922, y que aparece en la carta dirigida a Manuel Vásquez Díaz, fechada el 26 de abril de 1926 (Vallejo 2002: 169-170). 13 Así lo atestigua una breve polémica ocasionada por una antología de la poesía peruana contemporánea que fue muy publicitada durante 1918, pero que aparentemente nunca se publicó. Preparaba la antología el periodista y escritor Carlos Pérez Cánepa y aparecieron notas anticipatorias en su revista Sud-América. Incluso una lista de los autores que iban a ser incluidos se publicó en La Crónica (31 de agosto de 1918, p. 5). En ella, aparece Vallejo junto a otros poetas famosos de la época: José Santos Chocano, José María Eguren, Juan Parra del Riego, Leonidas Yerovi y Percy Gibson. En septiembre, varias cartas abiertas publicadas en

Page 15: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

14 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 15

Aunque Rodolfo Milla afirma que el primer cuarteto es sin duda obra de Vallejo, no hay indicación alguna de que cada poeta haya sido responsable de una estrofa. La nota que precede al poema no explica qué parte escribió cada uno, y hace referencia únicamente al lugar y a la fecha de composición del texto: «el segundo día de carnaval», en un café. Aceptando que cada poeta fuese responsable de una estrofa, y que el orden en el que los nombres aparecen

Sud-América (n.o 38, 7 de septiembre de 1918) sugieren la existencia de una controversia en torno a este libro todavía inédito. Algunos poetas (Hernán C. Bellido y Alberto Ureta) pedían humildemente ser retirados de la antología, mientras otra carta escrita por «los amigos» de algunos poetas, solicitaban la inclusión, sobre la base de su mérito literario, de Juan del Carpio, Luis A. Loayza, Luis Berninzone, Francisco Carvajal Seminario, Carlos Meza Vélez, Ernesto More, Renato Morales de Rivera, Ramón Rivero Falconí, Juan F. Valega (Máximo Fortis) y Abraham Rinaldi. Un poema de Rinaldi, titulado «El supremo», apareció en Variedades, n.o 750, el 15 de julio de 1922. Este texto, dedicado «a las sombras inmensas de Verlaine, Mallarmé, Villiers y Darío», es una de las escasas muestras de su obra que conservamos de la época en que se escribió el soneto colectivo.

8. «Fiesta». El Tiempo. Lima, 3 de marzo de 1922, p. 4.

Page 16: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

16 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 17

9. «Los heraldos negros». Mundo Limeño, n.o 19. Lima, enero de 1918, s. p.

10. «Avestruz». Mundo Limeño, n.o 20. Lima, febrero de 1918, s. p.

Page 17: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

16 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 17

es una indicación de la autoría —lo que no se indica explícitamente—Vallejo habría escrito la última y no la primera estrofa.

Este soneto colectivo recuerda al lector familiarizado con la literatura peruana a otro escrito por Abraham Valdelomar, Alberto Hidalgo y José Carlos Mariátegui. El poema compuesto en honor de Tórtola Valencia se publicó también en El Tiempo el 21 de diciembre de 1916.14

Para concluir la primera parte de este artículo, queremos ofrecer la información bibliográfica exacta sobre los poemas que Vallejo publicó en la revista Mundo Limeño,15 y que solo recientemente (octubre de 2007) hemos podido verificar. Tres poemas de Vallejo aparecieron en esta publicación, en versiones distintas a las que publicó en su primer libro de versos: «Ausente», «Avestruz» y «Los heraldos negros».16 Los dos últimos solo se conocen por las transcripciones que brinda Juan Espejo Asturrizaga, y que él muy probablemente tomó de un libro de recortes, ya que no menciona las fechas específicas de publicación (1965: 179, 182). Con la ayuda de los catálogos en línea, hemos podido ubicar una colección más completa de Mundo Limeño que guarda la biblioteca de Penn State University, y que incluye los números 1-20.17 Gracias a ella, ahora somos capaces de completar las fichas bibliográficas

14 Más detalles sobre las circunstancias en las que se escribió este soneto, en Hidalgo 1918: 178.15 Dirigida por Fabio Camacho, esta revista tuvo una primera época en 1914. La Biblioteca Nacional del Perú guarda los números 1-13, 15-16 y 18 de la segunda época, que datan de marzo a diciembre de 1917, en su Colección Raúl Porras Barrenechea. Por un aviso en el semanario Don Lunes, sabemos que la revista se seguía publicando en mayo de 1918. Alcides Spelucín también recuerda que Valdelomar escribió sobre Vallejo en su columna de Mundo Limeño, «Decoraciones de ánfora» (1962 [1959]: 86). Este comentario aún no ha sido localizado. 16 Jorge Kishimoto encontró la versión de «Ausente» en el número 18 de la revista y Ricardo González Vigil reseñó por primera vez sus pocas variantes (Vallejo 1991: 82). Kishimoto también ha proporcionado la fecha de publicación de la versión previa de «Los heraldos negros», 30 de enero (Vallejo 1991: 63), siguiendo una nota de La Reforma (18 de febrero de 1918, p. [2]) que reza: «Mundo Limeño. En el número correspondiente al 30 de enero último de este magazine que, por su lujosa presentación y su selecto contenido gráfico y literario, es la más importante revista que se edita en la capital de la República, encontramos en su galería fotográfica, entre los retratos de aristócratas damas limeñas de Lima, los de las señoritas Elsa Pinillos Goicochea y María González Orbegoso, de nuestros altos círculos sociales. También trae en su página de poesía, unos bellísimos versos, titulados “Los heraldos negros” del poeta, señor César A. Vallejo».17 Aunque el catálogo en línea no trae la información completa, es probable que esta colección perteneciera a Luis Alberto Sánchez, cuya biblioteca y papeles personales se guardan en Penn State University.

Page 18: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

18 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 19

de estos poemas: «Avestruz» se publicó en Mundo Limeño, n.o 20, febrero de 1918; «Los heraldos negros» apareció un mes antes, en el número 19 (en ambos casos la revista no tenía paginación). Por lo que respecta a este último poema, si fue publicado también en La Reforma, como afirma Espejo Asturrizaga (1965: 179), solo pudo haber aparecido después de marzo de 1917 cuando, según el mismo Espejo, Vallejo compuso el poema conmovido por «[u]n hecho de carácter estrictamente íntimo y familiar» (1965: 82n.). Ninguno de los que hemos peinado el ejemplar 1 de este periódico (véase la nota 5), incluyendo a Espejo, ha encontrado este poema.18 Por otro lado, Alcides Spelucín fue el primero en recordar que Vallejo recitó «Los heraldos negros» en una reunión artística organizada por Macedonio de la Torre y que se celebró el 10 de junio de 1917.19 Al decir esto corregía a Macedonio, quien, en su entrevista con Ernesto More, afirmaba que el poema que leyó Vallejo fue «Los dados eternos» (1949: 22, pie de foto). Spelucín también recordaba que Vallejo recitó «Ascuas» (1962 [1959]: 71). La única información escrita de esa época que conservamos, una nota aparecida en La Reforma (11 de junio de 1917, p. [3]), no especifica qué poemas se recitaron. La nota reza como sigue:

Anoche se realizó la fiesta artística organizada por el señor Eduardo de la Torre á la que invitó á un grupo de sus amigos.

Presidió la reunión un espíritu de noble fraternidad, de compañerismo, de fervor juvenil y de entusiasmo por el acto. Los jóvenes poetas Oscar Imaña, César Vallejo y Alcides Spelucín declamaron sus más hermosas poesías arrancando entusiastas aplausos. El señor José Eulogio Garrido recitó algunas composiciones de José Asun-ción Silva, siendo también muy aplaudido.

Los señores Pedro A. Pacheco, Carlos Valderrama y Gustavo Romero Lozada tocaron al piano tres producciones suyas, que revelan altos y exquisitos tempera-

18 De hecho, y a pesar de su nota en la página 179, Espejo Asturrizaga no incluye «Los heraldos negros» en su lista de poemas publicados en La Reforma (1965: 174-175). En la Biblioteca Nacional del Perú, el ejemplar 1 de este periódico está completo desde el 23 de febrero de 1917 hasta el 17 de enero de 1918. Si la narración de Espejo sobre la génesis de este poema es cronológicamente exacta, «Los heraldos negros» solo pudo haberse publicado en los números que faltan posteriores a esta última fecha (es decir: 19-23 de enero, 5-8 de febrero, 15-16 de marzo, 4 de abril y 5-18 de julio de 1918). El aviso en La Reforma (véase la nota 16), que no hace referencia a una publicación previa de «Los heraldos negros» en el periódico, puede tomarse como un indicio de que el poema apareció por primera vez en Mundo Limeño.19 Macedonio de la Torre proporcionó una foto de esta reunión que se publicó por primera vez en More 1949: 22.

Page 19: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

18 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 19

mentos artísticos. Al final de cada recitación el auditorio prorrumpió en fervorosas ovaciones, felicitando enseguida efusivamente á los autores.

El señor Eduardo de la Torre que domina magistralmente el violín, tocó algunas composiciones, acompañado en el piano por los señores Carlos Valderrama y Gus-tavo Romero Lozada, obteniendo calurosos aplausos.

En suma, la fiesta ha sido un digno exponente de la cultura de Trujillo, y en ella han estado representados los elementos de mayor valía.

Los concurrentes tuvieron ocasión de admirar las sorprendentes obras escultóri-cas del señor M. Eduardo de la Torre, que se revela como un fuerte y original tem-peramento artístico. Llamaron sobre todo la atención las obras tituladas «La lujuria» «El Dolor» y «Una cabeza de tísico», cuyo espíritu está informado en los modernos conocimientos estéticos.

Las personas que asistieron á esta reunión son las siguientes:Dr. José R. Ottone, Pedro A. Pacheco, Santiago Martin Ayllón, Carlos F. Roose,

Antenor Orrego E., Jorge Meave Seminario, Máximo Espinoza, Felipe de la Rosa, Santiago Martin Lynch, Dr. Gonzalo Saenz Sumarán, Federico Esquerre Cedrón, J. Agustín Haya de la Torre, Amaro Machiavello, Oswaldo Melendez, Germán Condemarin, Eloy B. Espinosa, Luis Sanches Ferrer, José Felix de la Puente, N. Ortiz y Luis Armas.

Esta nota y la fotografía de la reunión son testimonio de la presencia de Spelucín y también de la aparente ausencia de Espejo Asturrizaga. Lo que convertiría a la narración de Spelucín en un testimonio de primera mano sobre el evento.

En cualquier caso, ya sea que el poema haya sido publicado antes en Trujillo o no, es posible sostener que fue Vallejo mismo quien lo hizo publicar en Mundo Limeño, puesto que sabemos que visitó las oficinas de la revista a comienzos de 1918, como narra en su crónica sobre Abraham Valdelomar, publicada en La Reforma el 18 de enero: «Salimos de las oficinas de redacción de Mundo Limeño». «Los heraldos negros», el poema que Vallejo escogió como pórtico a su primer libro de poemas, se convirtió así en una suerte de carta de presentación para el mundo literario limeño.

OBRAS CITADAS

COYNÉ, André 1949 «Apuntes biográficos de César Vallejo». Mar del Sur, n.o 8, noviembre-

diciembre, pp. 45-70.

ESPEJO ASTURRIZAGA, Juan 1965 César Vallejo. Itinerario del hombre (1892-1923). Lima: Mejía Baca.

Page 20: César Vallejo: Nuevos textos (Parte I)

20 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007)

ASOCIACIÓN DE ESCRITORES, ARTISTAS E INTELECTUALES DEL PERÚ

1938 Homenaje a César Vallejo. Lima: PBC Impresor.

HIDALGO, Alberto1918 Hombres y bestias. Arequipa: [Tip. Artística].

MILLA, Rodolfo 2006 Oquendo. Tomo 1. Lima: Hipocampo.

MONGUIÓ, Luis1950 «César Vallejo, vida y obra». Revista Hispánica Moderna, año XVI, n.os

1-4, pp. 1-82.

ORREGO, Antenor 1922 «Palabras prologales». En César Vallejo. Trilce. Lima: Talleres

Tipográficos de la Penitenciaría, pp. [III]-XVI.

SPELUCÍN, Alcides 1962 [1959] «Contribución al conocimiento de César Vallejo y de las

primeras etapas de su evolución poética». Aula Vallejo, n.os 2-3-4. Córdoba [Argentina]. pp. 29-104. [Esta ponencia fue leída en el simposio sobre César Vallejo celebrado en la Universidad Nacional de Córdoba, que tuvo lugar entre el 12 y el 15 de agosto de 1959. De acuerdo con el colofón, este número de la revista se terminó de imprimir el 15 de mayo de 1963.]

VALLEJO, César 1991 Obras completas. Tomo I. Obra poética. Edición de Ricardo González

Vigil. Lima: Banco de Crédito del Perú. 1997 Poesía completa. Edición de Ricardo Silva-Santisteban. Lima: Pontificia

Universidad Católica del Perú. 4 vols. 2002 Correspondencia completa. Edición de Jesús Cabel. Lima: Pontificia

Universidad Católica del Perú. 2005 Poesía completa. Tomo I. Los heraldos negros y otros poemas juveniles.

Edición de Ricardo González Vigil. Trujillo: INC.