Civil II 2pp (Base - Lecardilla,Silu) Actualizado 2014-2015 Por Felicidad Paz Amor

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    Derecho

    Civil II. 2ppDERECHO CIVIL DE LOS

    CONTRATOS

    Actualizado de los apuntes de Lecardilla y Silu

    Por:

    Felicidad Paz Amor

    2014-2015

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    CAPTULO 1: EL CONTRATO

    1. CONCEPTO DE CONTRATO

    1.1 Desenvolvimiento histrico de la idea de contratoLa idea de contrato responde al acuerdo o pacto que, mediante la prestacin delcorrespondiente consentimiento, vincula o liga a dos o ms- personas respecto de una

    determinada conducta de carcter patrimonial. As lo expresa el Art. 1254 CC al establecerque

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    moral y la buena fe. No obstante, la mayora de las normas legales referentes al contratotiene carcter dispositivo, y por lo tanto, son disponibles y sustituibles por las partes. Aunquetambin hay normas contractuales de derecho imperativo que tienen primaca sobre laautonoma privada.

    2) De otra parte, en trminos tericos, parece claro que no se debe llevar a unahipervaloracin conceptual de la voluntad de las partes que concluya en afirmar sencillamenteque el contrato es un acuerdo de voluntades, con el olvido del substrato econmico del mismo

    y, en particular, de la nota de patrimonialidad.2.3 Autonoma privada y fuerza vinculante de los contratos.

    La consagracin normativa de la autonoma privada en nuestro CC se encuentra formulada enel art. 1.255: los contratantes pueden establecer los pactos, clusulas y condiciones quetengan por conveniente, siempre que no sean contrarios a las leyes, a la moral, ni al ordenpblico. Esto es, una vez respetados los lmites institucionales de la autonom a privada, elcontenido de los contratos depende en exclusiva de la propia voluntad de las partes.

    Hay que tener en cuenta otras consideraciones:

    1. Las prescripciones legales pueden dotar al acuerdo contractual de un significado y

    alcance distintos al establecido por las partes en el clausulado contractual. As elordenamiento jurdico despliega tambin un papel de carcter positivo en relacin con elcontrato, incluso contradictorio con la voluntad de las partes, acreditando que la voluntad destas no es omnmoda y todopoderosa.

    2. El ordenamiento jurdico constituye precisamente el fundamento ltimode la relevanciade la voluntad de las partes, y otorga al contrato una fuerza vinculantey unas posibilidadesde actuacin de las que podra carecer tcnicamente hablando. La fuerza vinculante de loscontratos se encuentra sancionada en el artculo 1.911 CC, conforme al cual: las obligacionesque nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes contratantes, y debencumplirse al tenor de los mismos. Dicho precepto, fundamental en nuestro sistema, atribuye

    a las obligaciones fuerza de ley en las relaciones entre los contratantes.

    3. LAS CLASIFICACIONES DE LOS CONTRATOS [HOT]

    3.1. Cuadro sinpico sobre la clasificacin de los contratos1. Elemento determinante en el proceso formativo

    Consentimiento CONSENSUALES Entrega de la cosa REALES Forma solemne FORMALES

    2. Finalidad perseguida Liberalidad o altruismo GRATUITOS Intercambio econmico recproco y equivalente ONEROSOS

    3. Regulacin del tipo contractual por el Derecho Positivo S TPICOS No ATPICOS

    4. Momento o perodo nico INSTANTNEOS Continuado no peridicoDURADEROS Peridico DE EJECUCIN PERIDICA

    5. Nacimiento de obligaciones a cumplir por Una sola parte UNILATERALES Ambas partes BILATERALES

    3.2. Contratos consensuales, reales y formales [HOT5]Atendiendo a la primaca del mero consentimiento como elemento gentico de los contratos,la mayor parte de los contratos tiene carcter consensual. Hablar, por tanto, de contratosconsensuales significa sencillamente que el contrato se perfecciona (esto es, genera

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    derechos y obligaciones para las partes por entenderse vlidamente celebrado) por el meroconsentimiento contractual (arts. 1.254 y 1.258 CC, y normas concordantes).Tienen carcter consensual en nuestro Derecho los contratos de compraventa, permuta,arrendamientos, sociedades, mandato, seguro, fianza y, en general, todos los contratos queno sean calificables como formales, de una parte, o reales, de otra.Con la categora de contratos realesse hace referencia a una limitada relacin de contratospara cuya perfeccin el Cdigo Civil requiere, adems del mero consentimiento, la entrega de

    una cosa. Se tratara de los siguientes: prstamo (en sus dos vertientes: mutuo y comodato),depsito y prenda. En ellos no habra propiamente contrato sin la entrega de la cosa, sino unmero precontrato que permitira a las partes instar la ejecucin del mismo para llegar alverdadero contrato, previa entrega de la cosa.Con la expresin de contratos formalesno se pretende indicar que unos contratos tienenforma y otros no, pues todo contrato tiene que asumir necesariamente una formadeterminada. Lo que ocurre es que slo en algunos contratos la forma asume carcter deelemento esencial o estructural del propio contrato a efectos de determinacin de la validezdel mismo: sin la forma solemne, cuando sta es requerida, no se puede decir que el contratohaya sido perfeccionado o celebrado.

    PERFECCI N CLASES

    CONTRATOSCONSENSUALES Mero consentimiento

    compraventa, permuta,arrendamientos, sociedades,mandato, seguro, fianza

    CONTRATOS REALESConsentimiento + Entrega deuna cosa

    prstamo (mutuo ycomodato), depsito y prenda

    CONTRATOSFORMALES

    Forma - carcter deelemento esencial oestructural

    3.3. Contratos gratuitos y contratos onerosos

    Se habla de contrato gratuito (o lucrativo) cuando una de las partes contratantes seenriquece u obtiene un beneficio a consecuencia del contrato, sin asumir carga ocontraprestacin alguna. El ejemplo paradigmtico es la donacin o regalo. Para el CC sonigualmente gratuitos los contratos de mandato, prstamo y depsito; que tambin seencuentran transidos por la idea de altruismo: beneficiar a alguien sin exigir nada a cambio.Por el contrario, en los contratos onerososla prestacin de una parte encuentra su razn deser en la contraprestacin de la otra (ej.: un arrendamiento). El calificativo oneroso viene dellatn onus-oneris(que significa carga) y expresa que se trata de conseguir algo mediante latransferencia a la otra parte de un valor equivalente que, como sabemos, ser objeto de unavaloracin subjetiva por parte de los contratantes y que a veces se llevar a cabo conabsoluto alejamiento del valor de mercado u objetivo de la prestacin contractual (ej.: valorde un cuadro por razones sentimentales).La relacin de equivalencia entre las prestaciones de las partes suele quedar fijada, deantemano y de forma cierta y segura, al celebrar el contrato. En tal caso, se habla de contratoconmutativo.En el caso de que la ejecucin de las prestaciones, o su concreta cuanta, dependa de unacontecimiento incierto (la cosecha de trigo, el nmero de la ruleta) se habla de contratoaleatorio.

    3.4. Contratos tpicos y atpicos (HOT)Bajo la calificacin de contratos tpicosse agrupan aquellos esquemas contractuales queestn legalmente contemplados y a los que el Derecho objetivo proporciona una regulacin decarcter general. As pues, los diversos tipos de contratos recogidos en el Cdigo Civil(compraventa, arrendamiento, etc.) o en cualquier otra disposicin legal (contrato de edicin,etc.) seran calificables como tpicos. Por lo general, la regulacin legal de los mismos sueleser tributaria de una larga tradicin histrica, y su regulacin objetiva se limita a ofrecer elmarco bsico del contrato de que se trate.

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    Reciben el nombre de contratos atpicosaquellos que, aun careciendo de reconocimientolegal y de regulacin positiva, renen los requisitos esenciales de la figura contractual. Suadmisibilidad es indiscutible, y la jurisprudencia, en base al art. 1.255 y otros preceptosconcordantes, tiene suficientemente declarado que la libertad contractual derivada de lainiciativa econmica privada conlleva que las personas puedan estructurar libremente figurascontractuales no consagradas aun legalmente (por lo comn, transcurrido algn tiempo detipicidad social o generalizacin en la prctica, acaban siendo reguladas legalmente;

    aunque hay excepciones gloriosas, como el contrato de mediacin o corretaje). Porconsiguiente, la celebracin de un contrato atpico supone estructurar un modelo contractualque, en concreto, no cuenta con una regulacin supletoria ad hocy es conveniente perfilarmuy cuidadosamente las reglas o clusulas contractuales para evitar imprevisiones en laejecucin efectiva del contrato.

    3.5. Contratos instantneos, duraderos y de ejecucin peridica [HOT]La distincin entre contrato instantneo y duradero atiende al perodo temporal propio deejecucin del contrato.Son contratos instantneos aquellos cuya completa ejecucin se realiza en un actotemporal nico o en un breve lapso temporal.Son contratos duraderos aquellos que conllevan cierta continuidad temporal en su vigenciay ejecucin, estableciendo un vnculo entre las partes contratantes que se prolonga duranteun determinado plazo temporal. Durante dicho plazo las partes, de forma continuada o no,segn la naturaleza del contrato, debern llevar a cabo la ejecucin de las prestaciones. En elcaso de que al menos una de las partes contratantes deba realizar alguna/s prestaciones conuna determinada regularidad temporal, se habla de contratos de ejecucin peridica(ej.:pagar mensualmente la renta del arrendamiento).

    3.6. Contratos bilaterales y unilaterales [HOT]Evidentemente, el contrato se caracteriza porque ha de haber, al menos, dos partes. La razndistintiva entre contratos bilaterales y unilaterales se fundamenta en el nacimiento deobligaciones a cargo de una o de ambas partes.A) Contratos bilaterales (o sinalagmticos) son aquellos contratos que generanobligaciones para ambas partes, de forma recproca y correspondiente (el comprador debepagar el precio y el vendedor entregar el bien objeto de la venta).B)Seran contratos unilaterales, pues, los que generan obligaciones para una sola de laspartes contratantes (presto a un amigo 30 : solamente l queda obligado por mor delcontrato de prstamo).

    La razn fundamental de la contraposicin entre ambos tipos contractuales viene dada porqueen los contratos unilaterales no es de aplicacin la facultad resolutoria por incumplimiento,contemplada por el art. 1.124, como causa de ineficacia del contrato.Finalmente, convendra observar que las dos contraposiciones de categoras contractuales

    entre gratuitos y onerosos, de una parte, y bilaterales frente a unilaterales, de otra, no soncoincidentes, ya que:

    Si bien es cierto que todos los contratos bilaterales son simultneamente de carcteroneroso,

    Pueden existir contratos unilaterales que no tengan carcter gratuito (como ocurrira,como regla, en la donacin), sino oneroso: por ejemplo, el prstamo con inters.

    CAPTULO 2: LOS ELEMENTOS DEL CONTRATO

    1. LOS ELEMENTOS DEL CONTRATO

    1.1. Elementos esenciales y elementos accidentales del contrato [HOT2]

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    El mnimumde elementos que acredita la existencia de un contrato vlido viene representadopor el consentimiento de las partes, el objeto y la causa.Pero, dado el reconocimientode la autonoma privada, es obvio que las partes pueden introducir en el contrato previsionescomplementarias (no requeridas legalmente) de las que dependa la propia eficacia delcontrato celebrado. Ello obliga a distinguir entre:

    a) Elementos esenciales del contrato.b) Elementos accidentales del contrato.

    Los elementos esencialesdeben estar presentes en todo contrato para que, vlidamente,se pueda hablar de tal. Por ello es tajante e imperativo el art. 1.261 CC, que formula lanecesidad de concurrencia de todos (o de los tres) los elementos esenciales del contrato: Nohay contrato sino cuando concurren los requisitos siguientes:

    1. Consentimientode los contratantes.2. Objeto ciertoque sea materia del contrato.3. Causade la obligacin que se establezca.

    Los elementos accidentales pueden estar presentes por voluntad de las partes en undeterminado contrato, pese a que su presencia no es esencial (conforme al art. 1.261), nideterminante, para que pueda hablarse de contrato vlido.Fundamentalmente, tales elementos accidentales son la condicin y el trmino. Una vezintegrados en un acuerdo contractual asumen una extraordinaria importancia, por lo quedifcilmente pueden ser calificados como meros accidentes del mismo. En menor medida,respecto de los contratos gratuitos, asume cierta relevancia el modo. El rechazo de la referidaaccidentalidad ha hecho que no pocos autores hablen de determinaciones o estipulacionesaccesorias, en vez de elementos accidentales del contrato.La tradicional biparticin de los elementos del contrato tiene la ventaja de aclarar que slo loselementos esenciales son requisitos legales e ineludibles de la vlida formacin del contrato,al tiempo que permite precisar el carcter contingente o accesorio de los elementosaccidentales. Estos ltimos son contingentes en relacin con la vlida celebracin delcontrato; pero, si real y concretamente se incorporan al acuerdo contractual por la voluntadde las partes, los elementos accidentales acaban por convertirse en requisitos determinantesde la eficacia del contrato, pese a que ste sea vlido desde que concurran el consentimiento,el objeto y la causa.Finalmente aadir que la enumeracin de los requisitos del art. 1.261, siendo exacta conreferencia a todo tipo de contratos, no es completa respecto de algunas categorascontractuales: en los contratos formales o solemnes constituye un requisito estructural laforma, en s misma considerada; los contratos reales, por su parte, requieren que de manerainexcusable se haya producido la entrega de la cosa para que se pueda hablar de laperfeccin del contrato.

    1.2. Los denominados elementos naturales del contrato

    Los elementos naturales son ciertas notas caractersticas de algunos contratos que laregulacin legal de los mismos considera implcitas en los correspondientes acuerdoscontractuales si las partes no disponen nada en contrario y que derivan de la propianaturaleza del contrato.Un ejemplo clsico de elemento natural es el carcter gratuito del contrato de depsitocomo regla, y salvo pacto en contra. Llamativamente, sin embargo, la regla de Derechomercantil es precisamente la contraria: el carcter retribuido del depsito.Los elementos naturales no son requisito de validez o condicin de eficacia del contrato, yactualmente la doctrina reniega de ellos.

    2. LA CAPACIDAD CONTRACTUAL [HOT]El contrato se define como acuerdo de voluntades. Por tanto el punto de partida del contratoviene representado por la voluntad coincidente de las partes contratantes.

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    La manifestacin del consentimiento de cada una de las partes puede darse de muy diferentesmaneras (firmando un extenso contrato; levantando la mano para detener un tax i), perorequiere en todo caso que el consentimiento se haya formado libre y conscientemente y,adems, por persona que tenga capacidad de obrar o capacidad contractual.

    2.1. La capacidad para contratar con anterioridad a la L.O. 1/1996Si el contrato es, por antonomasia, el acto de ejercicio de la autonoma privada, la ley ha de

    negar capacidad para contratar a quienes (conforme a ella) no tienen capacidad de obrar, porconsiderarlos inicialmente inhabilitados para proceder a la autorregulacin de sus intereses. ElCdigo Civil lo recoge explcitamente al regular el contrato en general y dedica a ella el art.1.263. Segn la redaccin de dicho precepto, anterior a la Ley Orgnica 1/1996 (que, hastasu derogacin por la Ley 14/1975, tena un tercer punto dedicado a la incapacidad de lamujer casada): No pueden prestar consentimiento:

    1. Los menores no emancipados.2. Los locos o dementes y los sordomudos que no sepan escribir.

    La delimitacin negativa de la capacidad contractual(no pueden prestar consentimiento)sugera que sta coincide tendencialmente con la capacidad general de obrar. Dado que losmenores no son plenamente capaces y los locos o dementes y sordomudos que no sepanescribir debenser incapacitados, era relativamente lgico concluir que la capacidad de obrar yla capacidad contractual son una misma cosa.Sin embargo, la asimilacin de dichos conceptos no era totalmente exacta y requera serprecisada, sobretodo porque una vez suprimido el nmero relativo a la mujer casada, el restodel art. 1.263 no se haba modificado desde su publicacin en el Cdigo y no se compaginababien del todo con algunas reformas legislativas atinentes al Derecho de la persona.

    A) Los menores no emancipadosEn la redaccin original del Cdigo, la barrera entre la capacidad e incapacidad de obrar pormor de la edad era ntida: la mayora de edad.Hoy da no resulta posible trazar un foso tan profundo entre el mayor de edad (capaz) y elmenor de edad (incapaz), en cuanto el Derecho positivo ha acabado por reconocer que, en laprctica, la adquisicin de la capacidad de obrar es gradual y paulatina.No obstante, dicha capacidad del menor no llega a permitirle con carcter general la vlidacelebracin de contratos. Es decir, el menor sigue careciendo de capacidad contractual, pese ano ser tcnicamente un incapaz. El ordenamiento jurdico trata de proteger as al menordeclarando invlidos los contratos que, de hecho, pueda realizar, ante una eventualidad (nadarara en la realidad) de que la contraparte abuse o se prevalga en la inexperiencia oingenuidad del menor. Por ello el contrato celebrado por un menor no es radicalmente nulo,sino slo anulable; al tiempo que veta el Cdigo la posibilidad de que la contraparte mayor deedad pueda impugnarlo o instar su anulacin.

    B) Los locos o dementes y los sordomudos que no sepan escribir

    Las personas descritas en el epgrafe son seres que se encuentran incursos en causa deincapacitacin (art. 200), en atencin a la falta de discernimiento de los primeros y, respectode los segundos, a su imposibilidad de relacin o comunicacin con otras personas. Por tantoen el caso de que haya recado sobre tales personas sentencia de incapacitacin, laincapacidad para contratar declarada por el art. 1.263.2 coincida plenamente con la generalprivacin de capacidad de obrar que la incapacitacin supone.Pero este planteamiento pareca demasiado lineal y taxativo, pues el tenor literal no debareconducirse en exclusiva al tema de la incapacitacin atendiendo a lo siguiente:

    No hay que olvidar que en la regulacin originaria del Cdigo, prdigos o interdictos seencontraban en la misma situacin que los locos y los sordomudos. Por tanto, una dedos, o el art. 1.263.2 incurri en el grave error de olvidar a aquellos, o se trataba de

    evitar que los locos y sordomudos, aun sin haber sido incapacitados, pudiesen celebrarvlidamente contratos.

    La misma (o parecida) disyuntiva se planteaba tras la promulgacin de la Ley 13/1983,de reforma del CC en materia de tutela. Conforme a ella, el alcance de la incapacitacines graduable y, en cada caso, depender de la correspondiente declaracin judicial. Por

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    tanto, en el supuesto de que una sentencia declare la legitimidad de la actuacin porun enajenado mental respecto de varios contratos, qu calor debe atribuirse a laprevisin normativa del art. 1.263.2?

    C) La cuestin de la incapacidad naturalPese a que el art. 1.264.1 (la incapacidad declarada en el artculo anterior est sujeta a lasmodificaciones que la ley determina), la conclusin ms correcta es considerar que el art.

    1.263.2 no trataba de regular la validez de los contratos celebrados por (alguna de) laspersonas que eran susceptibles de ser incapacitadas, en el caso de que hubiese recadosentencia de incapacitacin. Es decir, el campo de aplicacin del art. 1.263.2 quedabacircunscrito a la actuacin de locos y sordomudos que, pese a su incapacidad naturalpararelacionarse con los dems, llegaban a contratar. Para regular la capacidad contractual de losincapacitados bastan y sobran las normas dictadas en materia de incapacitacin y por elconsiguiente fallo judicial.

    2.2. La reforma del artculo 1.263 por la Ley Orgnica de Proteccin del MenorLa LO 1/1996, de 15 de enero, de Proteccin Jurdica del Menor, ha introducido unaimportante reforma en el tratamiento dispensado por el Cdigo a la capacidad de contratar.Las disposiciones finales de dicha Ley introducen demasiadas modificaciones en el Cdigo,algunas realmente acertadas y otras sumamente discutibles. Posiblemente la ms discutiblede todas por desajuste gramatical sea la sustitucin del 1.263.2, que ahora disponesencillamente que no pueden prestar consentimiento (2) Los incapacitados.Semejante reforma afecta a cuanto hemos mantenido en el epgrafe anterior, sobre todo enrelacin con la denominada incapacidad natural.Por otra parte conviene resaltar que, aunque el precepto reformado inhabilite a losincapacitados, genricamente, para emitir el consentimiento contractual, la aplicacin de lasnormas generales sobre incapacitacin y el carcter gradual de su alcance (fijado en lacorrespondiente sentencia) deben primar sobre el tenor literal del nuevo art. 1263.2.

    2.3. Las prohibiciones de contratar (HOT)En determinados y concretos supuestos, las leyes prohben a algunas personas la celebracinde ciertos contratos, pese a gozar de la capacidad general de obrar (por ejemplo, un Alcaldeno puede concurrir a subastas municipales; o un profesor universitario con dedicacin atiempo completo tiene vetado dar clases fuera del Departamento al que est adscrito).En tales supuestos se habla de prohibiciones de contratar, con la intencin de resaltar que laexistencia de capacidad contractual de los posibles contratantes se ve restringida por unaprohibicin expresa respecto de un determinado o concreto contrato. A tales prohibiciones serefiere el art. 1.264 in fine al establecer que la regla general del precepto anterior seentiende sin perjuicio de las incapacidades especiales que la misma establece.Los supuestos tradicionales y caractersticos dentro del CC estn recogidos en el art. 1.459,referido al contrato de compraventa.

    Por lo general, las prohibiciones de contratar se basan en razones de orden pblico-econmicoy tratan de evitar que ciertos grupos de personas se prevalgan de la funcin (pblica o no)que socialmente desempean, obteniendo un enriquecimiento injusto a costa de otra personaque se encuentra en una situacin dependiente o subordinada.Las prohibiciones de contratar tienen carcter particular y concreto; son de interpretacinrestrictiva y el mandato legal que las dicte no puede generalizarse ni aplicarse por va deanaloga a otros supuestos no contemplados legalmente (odiosa sunt restringenda-lo que esdesfavorable se debe restringir).

    2.4. El autocontrato [HOT]Bajo el trmino de autocontratose pretenden englobar todos aquellos supuestos en que una

    sola persona asume las posiciones contractuales contrapuestas (que en principiocorresponderan a ambas partes contratantes) por contar con poderes representativos de otrapersona, sea natural o jurdica, o bien por tener capacidad decisoria sobre dos patrimoniosseparados (ej: el Consejero delegado de cualquier sociedad que es al mismo tiempo dueo yaccionista- se regala a s mismo, con ocasin de la Navidad, un valiossimo objeto o se fija

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    una elevada indemnizacin a cargo de la empresa, en caso de cese).Prima facie, si el contrato es una cuestin de dos (o ms) personas, se puede hablar decontrato en tales supuestos? La doctrina ha debatido profundamente acerca de la naturalezadel autocontrato: algunos autores hablan de imposibilidad de admitir con carcter general laeficacia de la figura; otros hablan de que, admitido el mecanismo representativo, no hayproblema en admitir que una misma persona emita dos declaraciones de voluntad queconstituyan la estructura bsica del contrato: habra un doble consentimiento, aunque el

    declarante sea uno.En el Derecho espaol no existe una regulacin general de la figura del autocontrato. Sinembargo s existen algunos preceptos en los que se evidencia la prohibicin de celebrar actos

    jurdicos por los representantes cuando dicha celebracin suponga conflicto de interesesconsus respectivos representados:

    El art. 1.459 prohbe comprar a tutores y mandatarios bienes de sus representados. El art. 163 exige que cuando los progenitores de hijos no emancipados tengan

    intereses contrapuestos a stos (por ejemplo, herencia del otro progenitor, ya fallecido)se nombre judicialmente un defensor de los intereses del menor.

    El art. 244.4 prohbe ser tutores a quienes tuvieren importantes conflictos deintereses con el menor incapacitado.

    El art. 267 del Cdigo de Comercio expresa que ningn comisionista (representante)comprar para s mismo o para otro lo que se le haya mandado vender, ni vender loque se le haya encargado comprar sin licencia del comitente(representado).

    Atendiendo a tales datos normativos, sera razonable concluir que el autocontrato no esadmisible en el Derecho espaol y que debe ser considerado como anulableen los supuestosde representacin voluntaria y nulo de pleno derechoen las hiptesis de representacin legal.Ahora bien, dicha conclusin se asienta en el presupuesto de que realmente exista unconflicto de intereses en la actuacin de la persona que da vida al autocontrato y deja, portanto, sin respuesta qu valoracin merecen los casos de autocontratacin cuando resulteindudable que no hay conflicto de intereses: el caso del padre que, en vez de venderse a smismo por precio irrisorio un bien perteneciente al hijo menor, pretende lo contrario: donar oregalar a un hijo menor una finca, en cuyo caso la donacin podra ser aceptada por el propiopadre como representante legal del hijo. La conclusin negativa se impone en este caso,porque el acto jurdico materializado por el autocontratante no genera conflicto de interesesalguno (STS 1956 y posteriores). As, para la jurisprudencia el criterio material de decisinradica en la existencia o inexistencia de conflicto de intereses, y a l debe atenderse ms quea consideraciones de orden formal sobre la admisibilidad general del autocontrato.Quiz por ello, el legislador actual mira con menos desconfianza la figura del autocontrato, ypueden ser rastreadas disposiciones normativas recientes en las que, expresamente, seadmite la autocontratacin (ej.: la vigente Ley 50/2002, de Fundaciones).

    3. LA LIBRE FORMACIN DEL CONSENTIMIENTO Y LOS VICIOS DE LA VOLUNTAD

    [HOT]

    3.1. En generalEl Ordenamiento jurdico vela en todo caso porque el consentimiento contractual se preste porlos contratantes de forma libre y consciente. Por ello, cuando el consentimiento (por logeneral de una de las partes) ha sido fruto del error, de la coaccin o del engao, declaraviciado el contrato y permite que sea anulado por el contratante que ha sufrido talesinterferencias en la formacin de su consentimiento o voluntad de contratar.En tal sentido, dispone el art. 1.265 CC que ser nulo el consentimiento prestado por error,violencia, intimidacin o dolo. A tales anomalas en la formacin del consentimiento se lesconoce, tcnicamente, como vicios de la voluntad o vicios del consentimiento.

    3.2. El error como vicio del consentimientoEl Cdigo Civil no ofrece una definicin del error en cuanto vicio del consentimiento porque enel art. 1.266 el trmino errortiene la significacin usual: equivocacin, falsa representacinmental de algo. Pero se comprender que la validez de los contratos no puede quedar

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    sometida a las alegaciones de cualquiera de las partes de haberse equivocado sin ms ni ms.En el art. 1.266 se regulan los requisitos o circunstancias fundamentales que comportan queel error sea relevante o no con vistas a privar de eficacia al contrato celebrado. De otra parte,la jurisprudencia es sumamente rigurosa en la acreditacin y prueba de esos requisitos paraevitar que alegaciones pueriles o infundadas, basadas sencillamente en la creencia subjetivade una de las partes, desemboquen en la ineficacia contractual.

    De una parte, el TS utiliza reiteradamente el argumento de que tanto en el Derecho

    romano como en los Derechos modernos el reconocimiento del error sustancial contranscendencia anulatoria del negocio tiene un sentido excepcional muy acusado. De otra, insiste igualmente el TS en la idea de que la transcendencia invalidante del

    error requiere una prueba plena que, adems, como cuestin de hecho, quedareservada a los Jueces de instancia (y, por tanto, excluida de casacin).

    A) Requisitos del error como causa de anulabilidad del contrato [HOT]Segn el art. 1.266 CC: para que el error invalide el consentimiento, deber recaer sobre lasustancia de la cosa que fuere objeto del contrato o sobre aquellas condiciones de la mismaque principalmente hubiesen dado motivo a celebrarlo. El error sobre la persona sloinvalidar el contrato cuando la consideracin a ella hubiese sido la causa principal delmismo.Conforme a ello suele hablarse de error esencial o sustancial y de error sobre la persona.

    1. Error esencial o sustancial. El error debe recaer sobre la sustancia de la cosa objeto decontrato o condiciones de la cosa que hubiesen dado motivo a celebrado. Por lo tanto,el error sustancial es un error de carcter objetivo.

    2. Error sobre la persona con que se contrata. El error sobre la persona puede tenereficacia invalidante en relacin con todo tipo de contratos siempre que la consideracinde la otra parte contratante haya sido errneamente valorada de forma excusable yesencial. Con todo, lo cierto es que la eficacia anulatoria del error sobre la personatiene en la prctica un campo de aplicacin limitadsimo fuera de los contratos intuitu

    personae [en atencin a la persona], en los que tampoco se caracteriza por sufrecuencia efectiva.

    3. Error excusable. Con semejante calificacin se pretende indicar que el contratante queincurre en yerro debe acreditar haber ejercitado una diligencia normal en elconocimiento de los extremos propios del objeto del contrato y que, pese a ello, no halogrado superar la falsa representacin mental en que ha incurrido.

    4. Debe existir un nexo de causalidadentre el error sufrido y la celebracin del contrato,de tal forma que resulta exigir probar que dicho error es determinante. Esto es, que deno haber existido error, no se habra llegado a la efectiva celebracin del contrato.

    B) Error de hecho y de derechoLa existencia del error es una cuestin de hechoque recae adems sobre circunstancias de lacosa objeto de contrato o sobre cualidades de la persona con que se contrata. Sin embargo,

    tambin puede deberse a la ignorancia o interpretacin equivocada de una norma jurdica queinduzca a cualquiera de los contratantes a emitir una declaracin de voluntad que no habrarealizado de haber tenido un conocimiento preciso de las normas jurdicas aplicables alacuerdo contractual de que se trate. En estos supuestos se habla de error de derecho.Determinar si el error de derecho tiene alcance invalidante respecto al contrato celebrado esuna cuestin que ha provocado dudas y vacilaciones tanto en la doctrina como en la

    jurisprudencia. Durante largo tiempo, ha sido mayoritaria la tesis de que la existencia de errorde derecho debera considerarse intrascendente, dado el principio de que la ignorancia de lasleyes no excusa de su cumplimiento.Posteriormente, sin embargo, se ha impuesto la opinin de que la observancia de las leyes, deuna parte, y la posible deformacin de la voluntad contractual por ignorancia de aqullas, de

    otra, siendo cuestiones muy cercanas, no son exactamente idnticas: el contratante queincurre en error de derecho, propiamente hablando, no pretende eludir la aplicacin de lasleyes, sino que arguye haber manifestado un consentimiento que hubiera sido distinto(incluida la posibilidad de no haber celebrado contrato alguno) de haber conocido las normasexactamente aplicables.

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    En la actualidad, la jurisprudencia suele ser muy estricta en el reconocimiento del error dederecho como causa de anulacin del contrato, segn la cual ha de admitirse conextraordinaria cautela y carcter excepcional.

    C) Otros supuestos de error1. Error en los motivos. La falsa representacin mental no recae sobre el contenido

    sustancial o sobre extremos esenciales del objeto del contrato, sino sobre los mviles

    subjetivos que llevan a una de las partes a contratar. Por ej.: alquilo un apartamento paraunos das determinados y la empresa me fija las vacaciones para el mes siguiente; alquiloun chaqu para la boda de mi sobrina, que finalmente no llega a celebrarse. Lo decisivopara la existencia y eficacia del negocio jurdico es que lo declarado se ajuste realmente alo querido, sin que los motivos que hayan decidido a las partes a celebrar el acto puedanejercer influencia alguna, por regla general, sobre la validez de ste (STS).

    2. Error de cuenta o error de clculo. Art. 1.266.3: Slo dar lugar a la correccinmatemtica de la operacin, que deber ser realizada de nuevo. Esto es, a la correccinde la operacin matemtica. En general, la interpretacin del precepto debe referirse sloa errores de carcter material o de cuantificacin, pero no de otro tipo, ya que (STS) nopuede calificarse como mero error de cuenta el que no consiste en un error de clculo uoperacin aritmtica, sino en la inexactitud de los factores, que dan lugar a un error deconcepto.

    3.3. La violencia (HOT)El Cdigo Civil es suficientemente explcito al definir las situaciones en que se violenta lavoluntad o la manifestacin del consentimiento de una de las partes contratantes. Segn elart. 1.267.1: Hay violencia cuando para arrancar el consentimiento se emplea una fuerzairresistible. Tal fuerza irresistible se dar en todos los casos de violencia fsica absoluta enque la voluntad del contratante es sustituida por la del agente violentador (ej: obligarfsicamente a quien no sabe firmar a estampar su huella digital en un contrato escrito; perocabe tambin pensar en casos de hipnosis, sugestin). En tales casos no es que la voluntado el consentimiento del contratante se encuentren viciados: sencillamente, no hayconsentimiento.

    3.4. La intimidacin [HOT]

    A)Nocin general y requisitos [HOT2]La intimidacin es otro de los vicios de la voluntad o deficiencia del consentimiento quepuede comportar la invalidez del contrato.Segn el art. 1.267.2 CC, consiste en inspirar a uno de los contratantes el temor racional yfundado de sufrir un mal inminente y grave en su persona y bienes, o en la persona o bienesde su cnyuge, descendientes o ascendientes.

    1. La amenaza de que sea objeto una de las partes contratantes ha de ser de tal

    naturaleza que inspire un temor racional y fundado, que le lleve a prestar unconsentimiento inicialmente no deseado. El Tribunal Supremo exige que entre el temory el consentimiento finalmente otorgado debe existir un nexo eficiente de causalidad.Por tanto habr que atender a la entidad de la amenaza, as como a la edad, el sexo yla condicin de la persona, como originariamente indicaba el prrafo tercero del art.1.267. La referencia al sexo ha sido suprimida, por aplicacin de la Ley 11/1990, algoque segn Lasarte no es plenamente acertado, pues (quiera el legislador o no) lasdiferencias entre hombres y mujeres existen, y posiblemente en esta materia deberanser tenidas en cuenta.

    2. La amenaza ha de estribar en el anuncio de un mal inminente y grave,ya que otro tipode advertencias o avisos no merecen el calificativo de intimidacin (se requiere

    que la coaccin al contratante sea de tal entidad que influya en su nimoinducindole a emitir una declaracin de voluntad no deseada y contraria a sus propiosintereses; SSTS 1993, 1979, 1964). El CC requiere expresamente que el malanunciado recaiga directamente sobre la persona o sobre los bienes del contratante osobre los de sus familiares ms cercanos (cnyuge, descendientes o ascendientes),

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    aunque puede resultar discutible que dicho crculo de personas haya de ser asumido alpie de la letra: la amenaza podra ser sobre un familiar que no pertenece a ese crculotan restringido (sobre un hermano, por ejemplo); es ms, ni si quiera habra querequerir un vnculo familiar propiamente dicho (sobrino hurfano que convive con l;madre de leche).

    3. Aunque el CC no lo explicite, la amenaza intimidatoria ha de ser injusta y extravagante[fuera de lo comn] al Derecho, ya que si la amenaza se reduce al posible ejercicio de

    un derecho (ej.: proceder a la ejecucin hipotecaria del domicilio del deudor oembargarle un porcentaje del sueldo) evidentemente no se est llevando a cabointimidacin alguna.

    B) El temor reverencialEl ltimo prrafo del art. 1.267 contempla el denominado temor reverencial o metusreverentialis: El temor de desagradar a las personas a quienes se les debe sumisin yrespeto no anular el contrato. Esto es, el temor reverencial no es relevante para el Derechoen tanto no tenga naturaleza intimidatoria; por tanto, el contrato celebrado ser vlido yeficaz (ej.: un dependiente que, por agradar a su jefe, y ante la insistencia de ste, accede aprestarle su piso para una aventura amorosa; pero si el empresario le ha amenazado condespedirlo, el contrato en caso de llegar a celebrarse- ser anulado a causa de existencia deintimidacin).

    3.5. Rgimen comn de la violencia y la intimidacin [HOT]Pese a que en el contrato celebrado bajo violencia fsica absoluta realmente no hayconsentimiento, mientras que en el caso de la intimidacin est viciado, el art. 1.268 CCdispone la misma consecuencia para ambos vicios de la voluntad: sern anulables.Dicho mandato normativo suele ser comnmente criticado, ya que se considera que loscontratos celebrados bajo violencia deberan ser nulos de pleno derecho por inexistenciaabsoluta de consentimiento y ser ste un elemento esencial del contrato.El art. 1.268 CC por otra parte evidencia que la violencia e intimidacin pueden ser causadastanto por la otra parte contratante cuanto por un tercero que no intervenga en el contrato.La ratio legis[razn de la ley]es clara: se trata de evitar que el violentador o intimidadorpueda conseguir la validez de lo que, en jerga periodstica, se denominaran matones asueldo.

    3.6. El dolo [HOT]

    A)Nocin y requisitos [HOT2]Actuar dolosamente (con dolo) significa tanto como malvola o maliciosamente, ya sea paracaptar la voluntad de otro, ya incumpliendo la obligacin que se tiene contrada.Aqu nos vamos a referir exclusivamente al dolo como vicio del consentimiento, consistente eninducir a otro a celebrar un contrato que finalmente celebra y que, por tanto, incurre en error.

    Lo que ocurre es que, como dicho error ha sido provocado por la otra parte, el ordenamientojurdico considera al dolo como un supuesto especfico de vicio del consentimiento.El art. 1.269 CC afirma que hay dolo cuando, con palabras o maquinaciones insidiosas de

    parte de uno de los contratantes, es inducido el otro a celebrar un contrato que, sin ellas, nohubiera hecho. El art. 1270 CC completa la regulacin del dolo como vicio delconsentimiento disponiendo que para que el dolo produzca la nulidad de los contratosdeber ser grave y no haber sido empleado por las dos partes contratantes. El dolo incidentalslo obliga al que lo emple a indemnizar daos y perjuicios.Por tanto, para que el dolo sea causa de anulabilidad del contrato se requiere:

    1. Que el dolo sea grave, llevado a cabo con la intencin, con la mala intencin conscientey deliberada, de engaar a la otra parte.

    2. El dolo ha de inducir a la otra parte a celebrar el contrato. Es decir, ha de tratarse de undolo determinante o dolo causante, sin cuya existencia la parte que lo sufre no hubieracontratado. La relacin de causalidad entre la conducta engaosa o insidiosa y lavoluntad de celebracin del contrato se recoge en el art. 1.269 CC.

    El dolo determinante se contrapone as al dolo incidental, que no resulta caracterizado por el

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    CC, el cual se limita a disponer que no tendr consecuencias anulatorias del contratocelebrado, sino que slo dar lugar a indemnizacin de daos y perjuicios. A pesar de la faltade definicin legal, la nocin de dolo incidental es clara: es la conducta engaosa que lleva aquien, libre y conscientemente, est decidido a contratar, a aceptar unas condicionesdesfavorables o perjudiciales que no hubiera aceptado de no intervenir el dolo incidental (ej.:necesito reparar mi coche en el pueblo donde se me ha averiado, y el mecnico,argumentndome que es la romera de la comarca lo que es falso- hace que acepte un

    precio desorbitado).3. Que el dolo no haya sido empleado por las dos partes contratantes, ya que en tal casola actuacin malvola de ambos excluye la proteccin a la buena fe que fundamenta laregulacin positiva del dolo. Se habla as de compensacin de dolo, para poner demanifiesto que de una parte compensa, anula o destruye la relevancia del dolo de laotra parte.

    B)El dolo omisivoNormalmente el que pretenda engaar a la otra parte llevar una conducta activa. Pero cabehablar tambin de dolo por omisin?Aunque la enseanza clsica exclua el dolo por omisin, no puede extraerse dichaconsecuencia del art. 1.269 CC. ste habla de palabras o maquinaciones insidiosas paraidentificar a la conducta engaosa y, si bien se piensa, tal resultado puede lograrse medianteuna conducta activa u omisiva.Adems, actuar en el trfico contractual con medias palabras o con reticencia es claro queatenta al principio de buena fe. En consecuencia el dolo puede consistir tambin en conductaspasivas o reticentes que, resultando a la postre engaosas, induzcan a contratar a quien nohubiera llegado a hacerlo de saber cunto, consciente y deliberadamente, le oculta la otraparte. As lo ha reiterado el TS.

    C)El dolo del terceroEn contra de cuanto afirma el art. 1.268 CC respecto a la violencia o la intimidacin, el art.1.269 CC parece requerir de forma necesaria que el agente doloso sea precisamente la otraparte del contrato: palabras o maquinaciones insidiosas de parte de uno de loscontratantes.Por supuesto, dicha expresin no excluye la existencia de dolo cuando la tercera personaacta a consecuencia de la maquinacin de uno de los contratantes (se habla con un peritoamigo para que certifique una medida falsa y notoriamente agrandada de la finca que sequiere vender), ya que en tal caso la intervencin del tercero es sencillamente material: quienconspira o maquina es, propiamente hablando, el contratante maligno.Pero, ser posible y lcito que un contratante se aproveche del dolo de un tercero aunque nohaya conspirado con l? La respuesta debe ser negativa. Como propusiera ALFONSO DECOSSO, hoy es pacfico admitir que no es lcito que uno de los concurrentes se aproveche delengao en que el tercero ha hecho incurrir a la contraparte. Por tanto, ha de propugnarse la

    anulacin del contrato cuando aqul conoce la actuacin insidiosa del tercero (y, por tanto, elengao en que ha incurrido la otra parte), aunque no haya conspirado con l.No obstante, la jurisprudencia parece inclinarse hacia una interpretacin excesivamente literaly rigorista del art. 1.269 (con apoyo, sensu contrario, del art. 1.268), privando detrascendencia anulatoria al dolo del tercero incluso en los supuestos en que una de las partescontratantes conozca la situacin y, por tanto, se aproveche de ella en detrimento de losintereses de la otra parte.

    4. EL OBJETO DEL CONTRATO

    4.1. Planteamiento del problemaPara el articulo 1261 CC, uno de los elementos principales lo constituye el . En dicha locucin queda claro que el Cdigo entiende por objetolos bienes o servicios que, materialmente hablando, son contemplados en el intercambio quesubyace en todo contrato. No obstante la generalidad de la doctrina critica esta visin

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    argumentando lo siguiente:1. La obligacin de una de las partes puede consistir en un no hacer (Art. 1088).2. La cesin de crditos o deudas, perfectamente vlidas conforme al Cdigo Civil, no

    recae sobre las cosas y servicios.3. La constitucin de la sociedad (civil o mercantil) requiere que esta tenga un , que evidentemente tampoco puede reconducirse a la biparticin de cosas yservicios.

    4.2. Requisitos del objeto del contrato [HOT2]Conforme a los arts. 1.271 y 1.273 los requisitos del objeto del contrato son tres: licitud,posibilidad y determinacin.

    A)LicitudSegn cabe deducir del art. 1.271, tanto las cosas como los servicios han de ser lcitos:

    a) Respecto de las cosas, el CC excluye del mbito contractual las cosas que estn fueradel comercio. Con dicha expresin (res extra commercium) se refiere el CC a todasaquellas que, por razones de inters o de orden pblico, quedan excluidas del trficopatrimonial (trfico oneroso de partes del cuerpo, de apellidos, etc).

    b) En relacin a los servicios, el art. 1.271.3 excluye del contrato todos los servicios quesean contrarios a las leyes o a las buenas costumbres.

    B)PosibilidadEl art. 1.272 dispone que no podrn ser objeto de contrato las cosas o servicios imposibles.Si la licitud engloba la posibilidad jurdica de convertir a un bien determinado en objeto decontrato (as se admite por ejemplo contratos sobre cosas futuras excepcin hecha de laherencia futura-), la posibilidad o imposibilidad contemplada en el art. 1.272 ha de quedarcircunscrita a la posibilidad fsica o material de entregar la cosa o ejecutar el servicio queconstituya objeto del contrato (ej: resultara imposible vender la Luna, o comprometerse avolar sin auxilio de artilugio alguno).

    C)Determinacin o determinabilidadAunque el art. 1.273 se refiera exclusivamente a las cosas, este requisito es extensible a losservicios. Una vez perfeccionado el contrato, es necesario que la cosa o servicio quededeterminado. De otra forma, sera necesario un nuevo pacto o acuerdo de las partes paraestar conformes en el objeto del mismo.De ah que el CC no requiera como requisito sine qua non[condicin sin la cual no]que elobjeto contractual quede absolutamente determinado (venderme la bicicleta del escaparate;hacer una endodoncia del incisivo inferior izquierdo), sino que le baste con que el objeto seadeterminable sin necesidad de nuevo convenio entre los contratantes: venderme unabicicleta de tal modelo, o hacerme la endodoncia de una pieza cariada

    5. LA CAUSA DEL CONTRATO [HOT]

    5.1. El art. 1.274 del CC y la causa en sentido objetivoEl art. 1.274 CC distingue entre contratos onerosos y gratuitos (aqu no tendremos en cuentalos remuneratorios a los que tambin hace mencin), estableciendo que:

    a) En los contratos gratuitos (o de pura beneficencia) viene representada la causa porla mera liberalidad del bienhechor.

    b) En los contratos onerosos, pese a existir entrecruzamiento de prestaciones, el CCplantea la cuestin en una perspectiva unipersonal, ya que refiere la causa a cada unade las partes contratantes y no al contrato en su conjunto: se entiende por causa,

    para cada parte contratante, la prestacin o promesa de una cosa o servicio por la otraparte.

    As en los contratos gratuitos la causa del bienhechor o benefactor, al ser el nico obligado adar (donante), hacer (depositario) o no hacer algo, coincide con la causa del contrato: esespritu de altruismo o liberalidad.

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    Por el contrario, en los contratos onerosos, la descripcin legal por s misma no es suficientepara dilucidar qu debe entenderse por causa del contrato.Si la causa del arrendatario de una vivienda es disfrutar del piso y la del arrendador es cobrarmensualmente la renta, cul ser la causa del arrendamiento? La respuesta slo puedelograrse planteando el tema desde una perspectiva global del contrato que se trate. En estesupuesto, el intercambio de prestaciones subyacente en el contrato, objetivamenteconsiderado, constituira la causa del contrato.

    As se ha dado en decir que la causa del contrato se identifica objetivamente con la funcinsocioeconmicaque desempea el tipo contractual:a) Intercambio de cosa por precio en la compraventa.b) Intercambio de cosa por cosa en la permuta.c) Cesin temporal de vivienda a cambio de renta en el arrendamiento; etc.

    5.2. La causa atpicaClaro es que ello plantea el problema de determinar la causa atpica, esto es, la causa propiao caracterstica de los contratos atpicos.En cuanto a la funcin socioeconmica de los contratos atpicos que no se encuentralegalmente formulada en un esquema o modelo contractual predeterminado, sino que, enprincipio, es objeto de libre creacin por los particulares, la determinacin de la causa atpicahabr de llevarse a cabo caso por caso.

    5.3. Causa y motivos: la irrelevancia de los motivosLa insistencia en objetivizar la causa, en convertirla en la funcin socioeconmica delcontrato, desligndola de la causa de cada uno de los contratantes, persigue:

    a) Rastrear la causa del contrato en su conjunto.b) Independizar la causa contractual de los motivos, mviles o caprichos de las partes.

    La existencia y la validez del contrato no puede quedar supeditada a mviles o razones decarcter subjetivo que, por principio, son intrascendentes para el Derecho (qu ms da queyo compre una maceta para regalrsela a mi mujer que por encargo del Decano de laFacultad?).Los motivos o intenciones concretas de los contratantes no forman parte del acuerdocontractual. En el mejor de los casos, son premisas del mismo, pero irrelevantes en laformacin del contrato.

    5.4. La causa ilcita del art. 1.275: los motivos ilcitos y la causa en sentido subjetivo El anterior planteamiento no puede llevarse a sus ltimas consecuencias dentro del marco delCC espaol. Lo impide el art. 1.275: los contratos sin causa, o con causa ilcita, no producenefecto alguno. Es ilcita la causa cuando se oponen a las leyes o a la moral.Cmo puede haber una causa ilcita si la causa se identifica con la objetiva funcinsocioeconmica del tipo contractual? Si la causa de la compraventa es el intercambio de cosapor precio, habr causa ilcita en el caso de que yo venda por 3.000 un rin? O habr

    sencillamente causa tpica? Legalmente puedo donar riones, pero est prohibido venderlos.El objeto del art. 1.275 es permitir que, en su caso, la funcin socioeconmica del tipocontractual, abstractamente considerada, no excluya de forma necesaria la valoracin del fin

    prcticoperseguido por las partes. Luego est dando paso el artculo a que en determinadoscasos incluso los motivos contrarios al ordenamiento jurdico puedan originar la ilicitud de lacausa concreta.Luego, tanto la doctrina como la prctica jurisprudencial, partiendo del carcter objetivo yabstracto de la causa, acaba defendiendo los aspectos subjetivos de los contratantes cuandoel fin prctico perseguido por los mismos es contrario a las leyes o a la moral. De ah que, enla jurisprudencia, cuando un contrato presenta aspectos desviados del sentir comn, acabesiendo declarado nulo de pleno derecho en atencin a su causa ilcita.

    5.5. Contratos causales y contratos abstractosAunque algunos autores han pretendido incorporar o importar del Derecho alemn lacategora de los contratos abstractos, el sistema positivo espaol impide la admisibilidad delos mismos: contratos que producen efectos por la mera voluntad de las partes y con

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    independencia del elemento causal. Nuestro derecho requiere la existencia de tal elemento.El art. 1.277 dispone que aunque la causa no se exprese en el contrato, se presume queexiste y que es lcita mientras el deudor no pruebe lo contrario. De lo que resulta que:

    A) La falta de consideracin o expresin de la causa en el contrato es posible, pero elcontrato seguir siendo causal y no abstracto.

    B) El CC presume la existencia y licitud de la causa contractual; presuncin que,evidentemente, beneficia al acreedor de la relacin obligatoria.

    C) Por tanto, el acreedor no tendr que probar la licitud y existencia de la causa parareclamar la obligacin al deudor, sino que ser ste quien haya de desmontar lapresuncin legalmente establecida: por ello se habla de abstraccin procesal de lacausa.

    D)La abstraccin procesal de la causa es cuestin bien diferente a la admisibilidad de lacategora de los contratos abstractos.

    Por tanto, en nuestro Derecho no puede hablarse de contratos abstractos, ni si quiera enaquellas declaraciones de voluntad unilaterales (reconocimiento de deuda, promesa de deuda)que algunas veces se califican como abstractas. Por el contrario, s hay ttulos de crdito,como el cheque o la letra de cambio, que s gozan de abstraccin material cuando el tenedorde ellos es persona diferente al tomador de los mismos.

    CAPTULO 3: LA FORMA DEL CONTRATO

    1. EL CONSENTIMIENTO CONTRACTUAL Y LA FORMA DEL CONTRATO.

    En nuestros Cdigos rige el llamado principio espiritualista de celebracin del contrato,conforme al cual, lo que importa es que dos o mas personas se pongan de acuerdo en realizarun negocio y no en la forma en que se plasme dicho acuerdo. Importa el aspecto

    consensual o espiritual y no los extremos de carcter formal . En dicho marco de ideasse encuadran estas dos normas del C.C.

    1)Art 1.254 El contrato existe desde que una o varias personas consienten en obligarse... 2)Art 1.278 Los contratos sern obligatorios cualquiera que sea la forma en que se hayan

    celebrado, siempre que en ellos concurren las condiciones esenciales para su validez.

    Pero aunque la forma no sea un elemento esencial del contrato, el art. 1.278 recalca que, dealguna forma, las partes han de haber exteriorizado su consentimiento contractual(incluso con un gesto). Adems en asuntos de relativa importancia, es conveniente la formaescrita. Incluso en algunos casos el legislador establece la conveniencia, o la necesidad de

    determinar el contenido del contrato o imponer la forma escrita del contrato.2. EL PRINCIPIO DE LIBERTAD DE FORMA [HOT]

    2.1. Contratos verbales y contratos escritosEn general, para los contratos rige el principio de libertad de forma. Puedo arrendar un pisooralmente o mediante papeles. En el primer caso se habla de contrato verbaly en el segundode contrato escrito; pero en ambos casos el resultado sustancial ser el mismo: las partesquedan obligadas a respetar la palabra dada y a cumplir el compromiso contrado respecto dela contraparte, si no quieren incurrir en responsabilidad.Si bien la forma es, en lnea de mxima, indiferente para el nacimiento del contrato, no lo es,en cambio, en trminos prcticos. En caso de incumplimiento de lo acordado y el subsiguientepleito, por lo comn ser sumamente difcil acreditar ante el Juez la existencia de un contratoverbal.Por tanto, a efectos probatorios es total y absolutamente desaconsejable la celebracin decontratos verbales cuando el contenido patrimonial de los mismos tenga una relativa entidad

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    econmica. Por ello quiz, aunque el art. 1.278 declare la absoluta libertad de forma, noobsta a que los artculos inmediatamente sucesivos demuestren un acusado favor respecto delas formas escritas, para evitar en la medida de lo posible las incertidumbres sobre lacelebracin de la mayor parte de los contratos.

    2.2. Documentos pblicos y documentos privadosLa forma escrita puede darse de dos maneras diversas: mediante documento privado o a

    travs de documento pblico.El documento privado se lleva a cabo por los propios contratantes (asesorados por un buenjurista o al buen saber y entender de ellos mismos), mediante plasmacin material escrita delacuerdo contractual. Lgicamente, la existencia del documento privado, una vez reconocidolegalmente, acredita entre las partes y sus causahabientes la existencia del contratopropiamente dicho, con el mismo valor que la escritura pblica (art. 1.255). No obstante,incluso legalmente reconocido, el documento privado carece de eficacia para acreditar sufecha frente a terceros que pudieran verse perjudicados por la existencia del contrato (art.1.277); lo cual es lgico, porque en cualquier momento se puede recrear el documentoprivado, colocndole la fecha que interese a los contratantes (antedatndolo, para evitar a losacreedores del transmitente, o postdatndolo para evitar cargas fiscales). Por ello el art.1.277 establece que, respecto a terceros, la fecha del documento privado slo contar desde:

    El da que se hubiese incorporado en un registro pblico o se entregue a un funcionariopblico por razn de su oficio (p. ej.: presento a liquidacin de impuesto detransmisiones un contrato de compra).

    Desde la muerte de cualquiera de los firmantes (el cual, claro, no podr prestarse demanera alguna a la renovacin del documento privado).

    Los documentos pblicos, extendidos o autorizados por empleados o funcionarios pblicosdentro del mbito de sus competencias, tienen una mejor condicin probatoria: hacen

    prueba, aun contra tercero, del hecho que motiva su otorgamiento y de la fecha de ste(art. 1.218.1). Es natural la supremaca probatoria de los documentos pblicos: el Estadodeposita el ejercicio de la fe pblica en ciertos funcionarios o subordinados que, obligados allevar un registro de actos realizados o estando sometidos al procedimiento administrativo,difcilmente podrn alterar (aunque lo quisieran) la fecha de los documentos que autorizan.Entre los documentos pblicos los que tienen mayor relevancia y profusin son los notariales.La supremaca probatoria de los documentos pblicos respecto de la fecha tiene numerosas eimportantes consecuencias prcticas, dado que la antigedad de derechos concurrentes ocontradictorios es el factor determinante de la preferencia entre ellos.

    3. LA FORMA COMPLEMENTARIA OAD PROBATIONEM [HOT]El principio de libertad de forma (art. 1.278) parece verse contradicho por lo dispuesto en elart. 1.280. Esta norma contiene una enumeracin de supuestos que, segn indica suencabezamiento, debern constar en documento pblico. En su ltimo prrafo, por otra

    parte, dispone que tambin debern hacerse constar por escrito, aunque sea privado, losdems contratos en que la cuanta de las prestaciones exceda de 1.500 pesetas (hoy unacifra ridcula, pero no as en el momento de promulgacin del Cdigo).Hay realmente libertad de forma en la celebracin del contrato o, por el contrario, el principioconsagrado en el art. 1.278 tiene un valor puramente enftico?

    3.1. La constancia en documento pblico requerida por el art. 1.280.1 del CdigoCivil

    A)Transmisin de bienes inmuebles y derechos reales inmobiliariosArt. 1.280.1: los actos y contratos que tengan por objeto la creacin, transmisin,

    modificacin o extincin de derechos reales sobre bienes inmuebles debern constar endocumento pblico.Para transmitir la propiedad de una finca es necesaria escritura pblica? La respuesta esnecesariamente negativa: bastara con un contrato privado de venta acompaado de latradicin(o entrega de la cosa) en cualquiera de sus formas. Al exigir el art. 1.280 la forma

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    documental pblica no pretende en absoluto afirmar que tales contratos no sean vlidos encaso de que lleguen a celebrarse en forma diversa. El CC pretende nicamente sealar que,por razones probatorias frente a terceros o por el hecho de que la publicidad del acto ocontrato exija su ingreso en un Registro a travs de documento pblico, las partescontratantes quedan obligadas a otorgar el correspondiente documento pblico.

    B)Los arrendamientos de bienes inmuebles

    Lo dicho es vlido respecto a la constancia en documento pblico de los arrendamientos deestos mismos bienes (inmuebles) por seis o ms aos, siempre que deban perjudicar atercero. El perjuicio del tercero al que se refiere el precepto radica en la vinculacin delposible causahabiente del arrendador; esto es, el nuevo adquirente de la finca habr derespetar el arrendamiento en el caso de que haya sido inscrito, por disponerlo as el art.1.549 (y requerir el art. 2.5 LH semejante duracin para la posible inscripcin en el Registrode la Propiedad), en contra de la regla general establecida en el art. 1.571 (venta quitarenta). En todo caso, esta problemtica es extraa a los supuestos ms numerosos dearrendamientos, los sometidos a la legislacin especial de arrendamientos urbanos yarrendamientos rsticos, pues las respectivas disposiciones legislativas obligan al eventualadquirente de la finca arrendada a respetar el arrendamiento previamente celebrado.Sin embargo, debe advertirse que el notorio cambio de rumbo legislativo instaurado por laLey 29/1994, de arrendamientos urbanos, exige un cierto replanteamiento de lo dicho a partirde su entrada en vigor, pues su disposicin adicional segunda suprimi toda referencia en laLH [Ley Hipotecaria] al plazo sexenal y dio nueva redaccin al art. 2.5 LH que, en laactualidad, slo contempla de manera expresa los contratos de arrendamiento de bienesinmuebles, y los subarriendos, cesiones o subrogaciones de los mismos.

    [El causahabiente, en Derecho, es aquella persona fsica o jurdica que se ha sucedido osustituido a otra, el causante, por cualquier ttulo jurdico en el derecho de otra. La sucesin osustitucin puede haberse producido por acto entre vivos inter vivoso por causa de muertemortis causa.Por lo tanto, existen varias posibles figuras jurdicas dentro del concepto de causahabiente:

    En Derecho de sucesiones el causante puede serlo el autor de la sucesin (la personafallecida) y el causahabiente puede serlo el heredero o el legatario.

    En Derecho de obligaciones el causahabiente sera quien se subroga en los derechos yobligaciones por ejemplo, en caso de novacin, en una accin oblicua (referente a losacreedores quirografarios), o en una cesin de derechos.

    El bien puede ser vendido aunque est alquilado. El cdigo civil dice Venta quita renta (laregla general que con la venta del bien el comprador tiene la facultad de dar por terminado elarrendamiento por el art. 1571 aunque hay dos excepciones):

    a) Que se pacte lo contrario en el contrato de compra venta. El comprador sera el nuevoarrendador.

    b) Aquellos inmuebles inscritos en el registro de la propiedad.]

    C)Las capitulaciones matrimoniales y sus modificacionesLas capitulaciones matrimoniales son los convenios celebrados por los cnyuges con lafinalidad de organizar el rgimen econmico de su matrimonio. Adems de la referencia delart. 1.280.3, el art. 1.327 establece que para su validez, las capitulaciones habrn deconstar en escritura pblica. Por ello la mayor parte de la doctrina deduce que elotorgamiento de escritura pblica constituye un requisito de carcter constitutivo o adsolemnitatemde las capitulaciones matrimoniales. As pues, respecto de ellas, la exigencia delart. 1.280 cambia de signo, por ser las capitulaciones un negocio de carcter solemne.

    D)La cesin de derechosEl art. 1.280 se refiere a la cesin (y, en su caso, renuncia) de diversos derechos y accionesen los nmeros 4 y 6. No es momento de extendernos en detalle sobre el contenido deambos nmeros. La repudiacin de la herencia (no, en cambio, la aceptacin) posiblementedeba configurarse como un acto solemne, por imperativo de lo dispuesto en el art. 1.008. Las

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    dems cesiones de derecho aludidas, salvo existencia de una norma ad hoc de aplicacinparticular, debern regirse por las reglas generales de transmisin de crditos y derechos. Entrminos generales, en las relaciones inter partes la cesin debe considerarse vlida conindependencia de la forma en que se haya instrumentado.

    E)Los poderesEl nmero 5 del art. 1.280 reitera la exigencia de documento pblico para otorgar el poder

    para contraer matrimonio, el general para pleitos y los especiales que deban presentarse enjuicio; el poder para administrar bienes, y cualquier otro que tenga por objeto un actoredactado o que deba redactarse en escritura pblica, o haya de perjudicar a tercero.Ciertamente, los apoderamientos enumerados antes del nico punto y coma del pasajetranscrito deben configurarse como supuestos de forma solemne. Sin embargo, los restantesrequerirn la escritura pblica por razones de orden tcnico (en otro caso, el apoderamientopodra resultar inoperante, lo que no quiere decir que previamente fuera ineficaz) o deoponibilidad frente a terceros, pero ello no significa que la escritura pblica deba considerarsecomo requisito ad solemnitatem[solemnidad exigida para la validez del acto].

    3.2. La forma escrita del artculo 1.280.2 [HOT]El prrafo reseado dispone que tambin debern hacerse constar por escrito, aunque sea

    privado, los dems contratos en que la cuanta de las prestaciones de uno o de loscontratantes exceda de 1.500 pesetas. En el momento de publicacin del Cdigo la citadacantidad representaba una cifra dineraria importante. Pero en cualquier caso el fondo delasunto sigue siendo el mismo: si el art. 1.278 se pronuncia abiertamente en favor de la msabsoluta libertad de forma, por qu y para qu se exige la forma escrita en el art. 1.280.2?El por qu lo hemos explicado ya: nuestros codificadores se declararon partidarios de la msamplia libertad de forma, pero al mismo tiempo entendieron que deban transmitir a losciudadanos, a travs de normas complementarias, las dificultades probatorias de todasaquellas formas contractuales que no constasen por escrito. Pero ello no quiere decir que lainexistencia de forma escrita prive de eficacia a un contrato cuyas prestaciones superen elmontante de 1.500 pesetas. La jurisprudencia ha relativizado la importancia del preceptofrente a pretensiones en semejante sentido, declarando que es totalmente desafortunada lainvocacin del ltimo prrafo del art. 1.280 para negar eficacia al contrato por no constar enforma escrita, pues, con tal invocacin, se pretende desconocer el principio de espiritualidadintroducido en nuestro sistema jurdico por el Ordenamiento de Alcal (SSTS 1997, 1967 y1965).

    3.3. El significado propio del art. 1.279 [HOT]El alcance del aparentemente paradjico art. 1.280 y la superacin del antagonismo con loestablecido en el art. 1.278 deben explicarse en nuestro sistema por el hecho de que, entreambos, el art. 1.279 ofrece la clave de bveda del sistema normativo respecto a la forma delos contratos. Art. 1.279: si la ley exigiere el otorgamiento de escritura u otra forma especial

    para hacer efectivas las obligaciones propias de un contrato, los contratantes podrncompelerse recprocamente a llenar aquella formalidad desde que hubiese intervenido elconsentimiento y dems requisitos necesarios para su validez.La interpretacin jurisprudencial del precepto ha puesto de manifiesto una trada deconclusiones:

    1. El art. 1.280 no modifica, ni mucho menos deroga, el contenido del art. 1.278, sino queslo implica, de conformidad a lo dispuesto en el art. 1.279, el derecho de las partesde poder compelerse a llenar esa forma escrita, a ejercitar la accin con objeto deobtener la eficacia de la obligacin contrada (SSTS). Es decir: el art. 1.279 no esmodificado, sino complementado por el art. 1.280.

    2. Todos los litigios relativos a la forma contractual presuponen aceptar, en trminos

    generales, que el contrato en cuestin es plena y previamente vlido, aun sin haberseobservado la forma escrita, pues la falta de escritura pblica, de acuerdo con loestablecido en el art. 1.279, no obsta [impide]a la eficacia del contrato celebrado pordocumento privado, siempre que rena los esenciales para su validez (SSTS).

    3. El art. 1.279 se limita a otorgar a las partes una facultad que, por consiguiente, pueden

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    ejercer o no; aunque por supuesto ello no significa en modo alguno que, una vezverificado el compelimiento por quien tiene potestad de hacerlo, carezca deobligatoriedad para el compelido (SSTS).

    Queda claro ahora el juego de los arts. 1.278, 1.279 y 1.280. Aun en el caso de que la leyrequiera una forma especial, el contrato es en principio vlido con anterioridad alcumplimiento de tal forma. sta no aade ni quita validez al contrato preexistente, sino quese limita a desempear un papel auxiliar en beneficio de ambas (o de alguna de las) partes

    del contrato, para que puedan acreditar ante terceros de forma directa o a travs de Registropblico la existencia y, no se olvide, la fecha de celebracin de un determinado contrato.Por tanto, para referirse a la forma documental pblica impuesta por el art. 1.280, doctrina y

    jurisprudencia hablan de forma ad probationemo forma complementaria, ya que realmenteel documento que puede requerir de la otra (parte) cualquiera de ambas partes contratantesdebe partir del reconocimiento (o autorreconocimiento) de la preexistencia de un contratovlido celebrado entre ambas que, sin embargo, ha quedado formalmente incompleto frente aterceros.

    4. LA PRIMACIA DEL CONSENTIMIENTO.

    4.1. La forma solemne o sustancial como excepcin.Excepcionalmente, en algunos casos el principio de libertad de forma queda roto ycontradicho, por atribuir la leya la forma documental pblica una relevancia que va ms allde la puramente probatoria o complementaria: en algunos casos el documento pblico estotal y absolutamente necesario para que el contrato sea celebrado. Se eleva la forma pblicaa elemento sustancial del contrato, sin cuya existencia ste no puede afirmarse celebrado.Dentro de estos casos, suelen recordarse:1- El contrato constitutivo del derecho real de hipoteca(ya sea mobiliaria o inmobiliaria).2- Constitucin de una sociedada la que se aporten bienes inmuebleso derechos realesinmobiliarios.3- La donacinde bienes inmuebles.En tales supuestos, la ley requiere de forma necesaria escritura pblica para atribuirvalidez al contrato en cuestin (forma ad substantiam). La FALTA de la forma escritaprovoca la NULIDADde los mismos.4.2. La categora de los contratos formales.Para referirnos a los contratos en los que la forma es solemne, se utiliza tcnicamente el girocontratos formales. El resto seran no formales.Todos los contratos tienen forma (verbal, por fax, escritura privada, pblica, etc) pero slo enalgunos la forma asume carcter de elemento esencial a efectos de determinacin de lavalidez del mismo. Sin forma solemne, cuando sta es requerida, no se puede decir que elcontrato haya sido perfeccionado o celebrado.

    4.3. Los contratos consensuales como regla y el papel marginal de los contratosreales.La mayor parte de los contratos tienen carcter consensual: significa sencillamente que elcontrato se perfecciona por el mero consentimiento contractual, sin importar la forma.Tienen carcter consensual en nuestro Derecho los contratos de compraventa, permuta,arrendamientos, sociedad, mandato, seguro, fianza y en general todos los contratos que nosean calificables como formalesde una parte o realesde otra.Los contratos reales son aquellos en los que para su perfeccionamiento, adems del meroconsentimiento, se requiere la entrega de una cosa (prstamos, depsito y prenda).

    5. LA DOCUMENTACIN DEL CONTRATO [HOT]Hemos hablado de la importancia de documentar el contrato, en el sentido coloquial deincorporar el acuerdo contractual a una forma escrita, sea pblica o privada, atendiendo a laeventual eficacia probatoria de dicho documento, siempre y cuando la entidad del contrato osu naturaleza duradera lo aconsejen. Doctrinalmente, la documentacin del contrato

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    plantea la problemtica especfica que pueda presentar la existencia sucesiva de diferentesformas contractuales y, en particular, la posible relacin existente entre un contrato privadorespecto de la posible escritura pblica en que se instrumente con posterioridad el mismocontrato.La temtica considerada se plantea igualmente cuando un contrato verbal es transferido adocumento privado. Aunque la mayor importancia al respecto la asume el caso de elevacin aescritura pblica de un documento privado, dado el distinto alcance y valor que ambos tienen

    como instrumentos probatorios, en particular, respecto a terceros. As pues, refirmonos aeste supuesto en adelante.En trminos tericos, suele indicarse que las posibilidades al respecto son bsicamente dos:

    Que el contenido del contrato privado y de la escritura pblica sean coincidentes. Que el otorgamiento de la escritura pblica determine una modificacin o variacin del

    contrato base previamente existente.En el primer caso no se genera problema alguno de gravedad, pues la coincidencia delcontenido contractual (con independencia de la forma en que se exteriorice) excluye cualquierplanteamiento respecto de la posible novacin del contrato (algunos autores expresan quela escritura pblica debe recoger sin variacin alguna el contenido del documento privado o delo convenido verbalmente: es una pretensin excesiva, en cuanto modificaciones de carctersecundario sobre el contenido contractual no deberan interpretarse como divergencias entreescritura pblica y contrato previamente celebrado). En este caso estaramos ante unaescritura de reconocimiento (o recogniscitiva). Dada la mera finalidad de constatacin delanterior contrato, en relacin con estas escrituras, se habla tambin de contratos de fijacin,categora doctrinal admitida por el TS, el cual los caracteriza como contratos cuyo contenidoestriba en declarar y fijar situaciones contractuales preexistentes, al tiempo que se excluyenposibles incertidumbres generadas por el contrato anterior (SSTS).En el supuesto de que la escritura pblica, por el contrario, modifique o vare el contenido delcontrato preexistente previamente celebrado: cul de las dos formas contractuales debeconsiderarse prevalente? Atendido a las normas generales sobre interpretacin (que veremosms adelante) y a la generalidad de los supuestos, quiz sea acertado concluir que las parteshan renovado el contrato anterior o, si se prefiere, han suscrito un nuevo contrato. En efecto,la elevacin de documento privado preexistente a escritura pblica, con contenido divergente,sugiere la novacin del contrato, y por tanto la prevalencia de aquella, aunque ello no debieradesembocar, en opinin de Lasarte, en la calificacin de dicho documento pblico comoescritura constitutiva.

    CAPTULO 4: LA FORMACIN DEL CONTRATO

    1. LA IGUALDAD DE LAS PARTES CONTRATANTES Y LA FORMACIN DEL CONTRATO.Aunque ningn artculo del CC disponga expresamente que los contratantes son iguales paracontratar y tienen la misma capacidad econmica para llevar a cabo la negociacinpatrimonial nsita en todo contrato, se desprende del cdigo dicha idea. Sin embargo en larealidad s existe en muchas ocasiones una parte fuerte contratante, que impone suscondiciones a la parte dbil. Por ejemplo transporte pblico, compaas telefnicas, etc.Para contrarrestar este fenmeno los ciudadanos se han organizado como grupo o grupos dedefensa de sus intereses. El movimiento consumerista es un fenmeno en todos los pasesevolucionados.En dicha lnea, el art. 51 CE establece que los poderes pblicos garantizarn la defensa de losconsumidores y usuarios, protegiendo, mediante procedimientos eficaces, la seguridad, lasalud y los legtimos derechos de los mismos. El desarrollo de dicho mandato constitucional sellev a cabo por la Ley 26/1984, para la Defensa de los Consumidores y Usuarios.

    2. LAS FASES DE FORMACIN DEL CONTRATO: LA GNESIS PARADIGMTICACLSICA

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    2.1. LA OFERTA CONTRACTUALEl artculo 1.262 dice que "el consentimiento (contractual) se manifiesta por el concurso de laoferta y de la aceptacin...". La propuesta contractual (oferta) que realiza una persona(oferente),al ser aceptada por la otra(aceptante),conlleva lacelebracin del contratoo su perfeccin.La oferta contractual es una declaracin de voluntad emitida con intencin de celebrar un

    contrato y que debe contener todos los elementos necesarios, de forma que con la meraaceptacin de la otra parte se pueda decir que el contrato ha quedado perfeccionado.La oferta contractual es un acto unilateral y generalmente revocable. Aunque, pordisposicin legal, existen ofertas de carcter irrevocable, al menos durante un plazo temporaldeterminado (p. ejm la Ley de Contrato de Seguro, establece que la proposicin de seguropor el asegurador vincular al proponente durante un plazo de quince das).Si el eventual aceptante modifica las condiciones de la oferta, se est realizando unacontraoferta, que habr de ser aceptada por quien inicialmente asuma la posicin deoferente, para la perfeccin.

    2.2. La aceptacin: el valor del silencio [HOT4]La aceptacin es una declaracin de voluntad por naturaleza recepticia: debe ser dirigida aloferente y ser plenamente concordante con la oferta (o, en su caso, con la contraoferta), conindependencia de que pueda realizarse tanto de forma expresa como tcita, o a travs dehechos concluyentes que no dejen lugar a dudas sobre la admisin de las condicionescontractuales ofrecidas. La estricta concordancia de la aceptacin respecto de la oferta hasido resaltada por la jurisprudencia: si la aceptacin se formula modificando o alterando la

    propuesta o sometindola a condicin, no es posible apreciar su existencia, sino la de unasimple proposicin que deja el convenio en estado de proyecto (SSTS).Puede interpretarse el silencio del eventual aceptante (actitud reticente) como asentimientode la oferta? En lnea mxima, la respuesta ha de ser negativa, pues la recepcin de cualquieroferta no tiene por qu colocar a una persona en la necesidad de desplegar actividad algunarespecto de un proyecto contractual que puede venirle impuesto, supongamos, cualquier redde ventas (ej.: ventas por correo de objetos que son recibidos sin previa peticin, ni si quieraa prueba). Es decir: el silencio o falta de actuacin no puede ser considerado como unamanifestacin positiva de voluntad que lo vincule contractualmente: el que calla ni afirmani niega (qui tacet non utique fatetur).As lo ha declarado en ms de una ocasin el TS. Sin embargo, tambin de forma reiterada haadmitido el propio TS que ello no obsta a que, cuando entre las partes existen relacionesprevias que impondran al eventual aceptante la adopcin de medidas de carcter positivo(rechazando la oferta, lisa y llanamente; proponiendo una renegociacin; devolviendo enplazo perentorio algo; etc) aquel se limita a dar la callada por respuesta. Cabe considerarel silencio como declaracin de voluntad cuando dada una determinada relacin entre dos

    personas, el modo corriente de proceder implica el deber de hablar, ya que si el que puede y

    debe hablar no lo hace se ha de reputar que consiente, en aras de la buena fe.En la misma lnea con lo expuesto parecen pronunciarse los PECL, cuando afirman en el art.2:204 que el silencio o la inactividad no constituyen aceptacin por s mismos.

    2.3. La perfeccin del contrato entre ausentes: la redaccin originaria de los CdigosCivil y de Comercio [HOT4]Cuando los contratantes estn llevando a cabo las negociaciones en la distancia y no tienenun medio que de forma inmediata les permita concluirlas en su caso (telfono, radio;dejando aparte los problemas de la prueba de la celebracin del contrato), pueden surgirgraves incgnitas en relacin con el momento de perfeccin del contrato. Histricamente elsupuesto caracterstico entre ausentes ha venido representado por los casos en que la oferta

    y a la aceptacin se instrumentan mediante las respectivas cartas (o, ahora, tlex, fax) deoferente y aceptante (con independencia de las posibles contraofertas intermedias). Cundoquedar vinculado el oferente por la declaracin de voluntad del aceptante o, en otraspalabras, cundo ha de entenderse celebrado el contrato? La doctrina y los sistemas jurdicoshan ofrecido respuestas muy diversas:

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    A)Teora de la emisin: Dada la concurrencia del consentimiento de ambas partescontratantes, debe considerarse perfecto el contrato desde el mismo momento en queel aceptante emite su declaracin de voluntad.

    B)Teora de la expedicin o remisin: Bastara con que el aceptante remitiera aloferente la declaracin de voluntad para que este ltimo quede vinculadocontractualmente.

    C) Teora de la recepcin: exige que la aceptacin llegue al crculo propio de actividad

    del oferente, aunque la recepcin no suponga efectivo conocimiento de la aceptacinpor parte de ste (por no encontrarse presente en el lugar correspondiente).Hasta la Ley 34/2002, el CC se planteaba la cuestin siguiendo las pautas histricas yestableca que la aceptacin no obliga al que hizo la oferta sino desde que lleg a suconocimiento (es decir, el CC optaba por la teora del conocimiento: esto supona dejar enmanos del oferente el momento de perfeccionamiento del contrato ej.: recibe carta conacuse de recibo el da 4 pero no la abre hasta el da 16-). Pero la doctrina considerando quesemejante conclusin era excesivamente rigurosa, consider preferible pronunciarse a favorde la teora de la recepcin. Segn ello, basta con que la aceptacin llegue al crculo propio dela actividad del oferente. Resulta curioso que el problema no haya sido abordado por el TS yque, por consiguiente, la doctrina haya de moverse en trminos puramente argumentativos.Frente a la opcin seguida por el CC, el Cdigo de Comercio (en su art. 54) se adscriba a latesis de la expedicin o la remisin como momento perfectivo del contrato.

    2.4. LA LEY 34/2002: CONTRATACIN AUTOMTICA, TELEMTICA Y ELECTRNICA.La Ley 34/2002 deja inalterado el art. 1.262 CC, que sigue estableciendo que elconsentimiento se manifiesta por el concurso de la oferta y de la aceptacin sobre la cosa y lacausa que han de constituir el contrato. Es decir, consentimiento, objeto y causa generan odan vida al contrato.Respecto de la perfeccin del contrato, la disposicin adicional cuarta de la citada Ley haunificado art. 1.262 CC (apartados 2 y 3) y el art. 54 C.Com: ambos preceptos establecenahora que, hallndose en lugares distintos () hay consentimiento desde que el oferenteconoce la aceptacin o desde que, habindosela remitido el aceptante, no pueda ignorarla sinfaltar a la buena fe En los contratos celebrados mediante dispositivos automticos (ejem.sacar dinero en un cajero)hay consentimiento desde que se manifiesta la aceptacin.

    2.5. CONTRATACIN ENTRE AUSENTES Y VENTAS A DISTANCIA.La ley 47/2002 que reforma la ley 7/96 de Comercio Minorista (LOCM), establece que seconsideran ventas a distancia las celebradas sin la presencia fsica simultnea del compradory del vendedor, siempre que su oferta y aceptacin se realicen de forma exclusiva a travs deuna tcnica cualquiera de comunicacin a distancia y dentro de un sistema de contratacin adistancia organizado por el vendedor (art. 38.1 LOCM).Luego ha de atenderse a la existencia, conjunta, de contratacin entre ausentes, de unaparte, y, de otra, de ventas a distancia. Ambas categoras contractuales se encuentran

    reguladas por los Cdigos y la Ley 34/2002 (contratos entre ausentes) y, por otro lado, por laLOCM (las ventas a distancia).

    2.7. Los tratos preliminares: la responsabilidad precontractual [HOT]En determinados casos, el paradigma formativo de oferta y aceptacin suele verse precedidoen la prctica de una serie de conversaciones, trueque de informacin, adelanto decondiciones contractuales no cerradas: son los tratos preliminares. Es decir: no suponen unafijacin definitiva de la oferta contractual, sino la realizacin de actos preparatorios de uneventual e hipottico contrato.En un mismo tipo de contrato y una operacin econmica de similar entidad puede dar lugar ala existencia de tratos preliminares o por el contrario excluirlos, puesto que se darn en

    funcin de las circunstancias de hecho y, en particular, de la urgencia o no que exista en lacelebracin del contrato.Los tratos preliminares no son objeto de contemplacin normativa por la mayor parte de lossistemas jurdicos: nuestro CC no dedica norma alguna a ellos. Pero pueden tener importanciapara el Derecho. Primero porque pueden coadyuvar a la interpretacin del contrato; en

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    segundo lugar porque en determinados casos pueden dar origen a responsabilidad, calificadacomo responsabilidad precontractual.Pero, si las partes slo quedan vinculadas a partir del momento de la perfeccin del contrato ylos tratos son meros actos preparatorios del mismo, cmo pueden stos dar origen aresponsabilidad? Como regla general, la ruptura de los tratos preliminares no conllevaconsecuencia alguna. Pero cuando esos tratos han sido llevados a cabo por una de las partessin observancia del principio general de buena fe para despus provocar injustificadamente la

    ruptura de los mismos, sta dar lugar a la denominada responsabilidad precontractual,expresin que algunos autores (pese a no ser absolutamente coincidentes) equiparan a laculpa in contrahendo (ineficacia o nulidad contractual a consecuencia de circunstancias queeran conocidas para una de las partes contratantes, y se referan a contratos celebrados peroviciados de nulidad: R. Von Ihering, 1861).La doctrina posterior ha otorgado un significado propio a la calificacin de la responsabilidadprecontractual, limitando su mbito a la ruptura injustificada de tratos preliminares, esto es,con anterioridad a la perfeccin del contrato. En particular, se subraya que cuando lanegociacin preliminar tiene por objeto daar a una de las partes o a un tercero (que podracelebrar el eventual contrato con aquella) ha de buscarse un mecanismo de exigencia deresponsabilidad, aunque no se encuentre formulado legislativamente de forma expresa.Aparte del recurso al principio general de buena fe, hay una cierta conformidad en traer acolacin tambin en esta sede el art. 1.902 CC que, como sabemos, constituye el soportefundamental de la responsabilidad extracontractual, reconvertida ahora enprecontractual en atencin a su concreto origen.

    3. EL PRECONTRATO [HOT2]Es posible que las partes lleven a cabo la celebracin de un contrato preparatorio de un futurocontrato, extremo de extraordinaria dificultad terica, sobre el que las discusiones doctrinaleshan sido frecuentes.Suele denominarse precontrato, promesa de contrato o contrato preliminar. Debemosconsiderar esta temtica por el hecho de que nuestro CC regula dos supuestos concretos deesta ndole: de una parte, el art. 1.451, segn el cual la promesa de vender o comprar,habiendo conformidad en la cosa y en el precio, dar derecho a los contratantes parareclamar recprocamente el cumplimiento del contrato; de otra, el art. 1.862, al disponerque la promesa de constituir prenda o hipoteca slo produce accin personal entre loscontratantes. De otro lado, en la prctica actual son sumamente frecuentes los contratosde opcin de compra (a juicio de Lasarte, encuadrables en el art. 1.451).3.1. El precontrato o promesa de contratoLa idea genrica de precontrato es referida doctrinalmente a los acuerdos contractuales cuyocontenido radica precisamente en la celebracin de un futuro contrato. De ah ladenominacin alternativa de promesa de contrato: las partes se obligan a celebrar unfuturo contrato, ora mediante la prestacin de nuevo consentimiento respecto de ste, ora

    mediante la manifestacin de una sola de las partes, por entender que la otra se encuentra yavinculada por el primer contrato.En el primer caso estaramos frente a una promesa bi