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 7 El género y la edad frente a las reconfiguraciones en los medios de subsistencia originadas por la minería  Vol. XXXV III, N° 68, primer semestre 2011: páginas 7-35 / ISSN 0252-1865 Copyright 2011: Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico  Matthew Himley 2 Illinois State University El género y la edad frente a las reconfiguraciones en los medios de subsistencia originadas por la minería en el Perú 1 Resumen El artículo investiga la desigualdad social en relación a las complejas transfor- maciones en el modo de subsistencia impulsadas por la minería a gran escala en el Perú. Basado en investigaciones realizadas en un caserío localizado en el área de influencia de la mina de oro Pierina, exploro la importancia del género y la edad en la configuración de la manera como los pobladores han experi- mentado los impactos y las oportunidades de la extracción minera. En un contexto en el que las oportunidades para beneficiarse directamente de la nueva economía minera se han concentrado mayormente en hombres de tem- prana y mediana edad, la evidencia sugiere que las mujeres y los residentes de edad avanzada han experimentado los efectos negativos de la construcción de la mina en sus prácticas agropecuarias tradicionales con particular agudeza. Estos hallazgos recalcan la necesidad de examinar más exhaustivamente las ramificaciones de la minería para los segmentos más vulnerables de la socie- dad andina. Palabras clave: comunidades andinas , ecología política, género, medios de sub- sistencia, minería. 1. Estoy a grade cido con l as mujer es y los homb res de Cha crapa mpa por s u amabi lidad y su d ispos ición a participar en esta investigación. También agradezco a la Comisión Diocesana de Servicio Pastoral Social en Huaraz y al Centro Peruano de Estudios Sociales en Lima por su generosa ayuda. Los comentarios constructivos de Elvin Delgado, Vladimir Gil, Martín Monsalve y de los evaluadores anónimos me ayu- daron a mejorar el artículo considerablemente. 2. Correo el ectrón ico: [email protected]; artículo recibido el 31de octubre de 201 0 y aproba do en su versión final el 28 de marzo de 201 1.

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  • 7El gnero y la edad frente a las reconfiguraciones en los medios de subsistencia originadas por la minera

    Vol. XXXVIII, N 68, primer semestre 2011: pginas 7-35 / ISSN 0252-1865Copyright 2011: Centro de Investigacin de la Universidad del Pacfico

    Matthew Himley2

    Illinois State University

    El gnero y la edad frente a lasreconfiguraciones en los medios desubsistencia originadas por la mineraen el Per1

    Resumen

    El artculo investiga la desigualdad social en relacin a las complejas transfor-maciones en el modo de subsistencia impulsadas por la minera a gran escalaen el Per. Basado en investigaciones realizadas en un casero localizado en elrea de influencia de la mina de oro Pierina, exploro la importancia del gneroy la edad en la configuracin de la manera como los pobladores han experi-mentado los impactos y las oportunidades de la extraccin minera. En uncontexto en el que las oportunidades para beneficiarse directamente de lanueva economa minera se han concentrado mayormente en hombres de tem-prana y mediana edad, la evidencia sugiere que las mujeres y los residentes deedad avanzada han experimentado los efectos negativos de la construccin dela mina en sus prcticas agropecuarias tradicionales con particular agudeza.Estos hallazgos recalcan la necesidad de examinar ms exhaustivamente lasramificaciones de la minera para los segmentos ms vulnerables de la socie-dad andina.

    Palabras clave: comunidades andinas, ecologa poltica, gnero, medios de sub-sistencia, minera.

    1. Estoy agradecido con las mujeres y los hombres de Chacrapampa por su amabilidad y su disposicin aparticipar en esta investigacin. Tambin agradezco a la Comisin Diocesana de Servicio Pastoral Socialen Huaraz y al Centro Peruano de Estudios Sociales en Lima por su generosa ayuda. Los comentariosconstructivos de Elvin Delgado, Vladimir Gil, Martn Monsalve y de los evaluadores annimos me ayu-daron a mejorar el artculo considerablemente.

    2. Correo electrnico: [email protected]; artculo recibido el 31de octubre de 2010 y aprobado en suversin final el 28 de marzo de 2011.

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    Abstract

    The article investigates the social unevenness of the complex livelihoodtransformations generated by large-scale mining in Peru. Drawing on researchundertaken in a casero located in the area of influence of the Pierina goldmine, I explore the significance of gender and age in shaping how residentshave experienced the impacts and opportunities of extraction. In a context inwhich opportunities to directly benefit from the new mining economy havebeen available primarily to working-aged men, the evidence suggests thatwomen and older residents have experienced the negative effects of mineconstruction on their traditional agro-pastoral practices especially acutely.These findings underscore the need to more thoroughly examine theramifications of mining for the more vulnerable segments of Andean society.

    Keywords: Andean communities, gender, livelihoods, mining, political ecology.

  • 9El gnero y la edad frente a las reconfiguraciones en los medios de subsistencia originadas por la minera

    INTRODUCCIN

    Las consecuencias del reciente auge minero en las fuentes de ingreso rurales, as comoen el desarrollo socioeconmico en el Per, han sido objeto de considerables luchas ydebates. El discurso pblico sobre el tema a menudo est caracterizado por fuertes afir-maciones: por un lado, los crticos frecuentemente denuncian lo que consideran la des-truccin socioambiental causada por la rpida expansin de la frontera minera; mien-tras tanto, por otro lado, no es raro que quienes se muestran a favor de la industriaextractiva presenten a la minera moderna como una clave si no como lalalalala clave de laestrategia para sacar a las comunidades andinas de la pobreza. En medio de estos agita-dos debates, un segmento significativo de la investigacin acadmica ha buscado eva-luar ms exhaustivamente las ramificaciones de las formas contemporneas de extrac-cin de minerales respecto a las poblaciones de las zonas afectadas por estas actividades(e. g. Barrantes et al. 2005; Bastidas Aliaga 2009; Bebbington 2007a; Bebbington et al.2008; Bury 2004, 2005; Bury y Kolff 2002; Gil 2009; Salas Carreo 2008; Szablowski2002; Zegarra Mndez et al. 2007). Detrs de gran parte de esta literatura existe impl-cita una comprensin acerca de cmo la minera implica costos y beneficios, los cualessuelen ser distribuidos de forma desigual, tanto en trminos sociales como espaciales.Una lnea de razonamiento afirma que, si bien los beneficios econmicos del desarrollominero se concentran principalmente en los actores nacionales e internacionales (e. g. elgobierno central y las empresas mineras transnacionales), las poblaciones cercanas ge-neralmente sufren la peor parte de las consecuencias socioambientales de la extraccin(Muradian et al. 2003). Incluso, en el mbito local, los estudios han puesto de manifiestotanto la complejidad como la desigualdad de las transformaciones creadas por la mine-ra. Por ejemplo, mientras que las comunidades rurales pueden sufrir desplazamientos ymenor acceso a los recursos crticos (e. g. el agua y la tierra), tambin pueden surgiroportunidades por lo menos para algunos para beneficiarse de la nueva economaminera. De esta forma, Bebbington et al. (2008: 2892) afirman: Dentro de un territoriodeterminado, entonces, el crecimiento de una economa minera cambia la estructura deoportunidades para una amplia gama de medios de subsistencia, con algunos viendooportunidades donde otros ven desposeimiento.

    Sin embargo, todava queda mucho por indagar respecto a la distribucin desigual de losimpactos y oportunidades de la minera a gran escala en el Per. En particular, solo unapequea parte de la literatura acadmica en el rea ha examinado en detalle las formas enque los ejes de diferenciacin social, tales como clase, gnero y edad, influyen en la formacomo las poblaciones afectadas experimentan las complejas ramificaciones del desarrollominero (ver, sin embargo, Bastidas Aliaga 2009; Gil 2009; Salas Carreo 2008). Los estu-

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    dios en el campo de la ecologa poltica pondran de relieve la importancia de investigarcon ms profundidad los enlaces entre la diferenciacin social y las transformacionesgeneradas por la minera en el caso peruano. En trminos amplios, la ecologa polticaconstituye un campo de investigacin que se dirige a entender las complejas relacionesentre la sociedad y la naturaleza, en particular a travs del anlisis de los factores polti-cos, econmicos, sociales y culturales que estructuran las maneras en que los grupos hu-manos controlan, usan y conservan los recursos naturales (Peet y Watts 2004; Robbins2004). Desde la cristalizacin del campo en la dcada de 1980, los ecologistas polticoshan puesto nfasis en investigar las diversas y dinmicas estrategias de subsistencia prac-ticadas por poblaciones rurales, comnmente explorando cmo estas estrategias se venafectadas por transformaciones socioambientales de diversas variedades (e. g. la designa-cin de un rea protegida o la construccin de una operacin extractiva). Sin embargo,cabe recalcar que, en dichos estudios, los ecologistas polticos frecuentemente han puestode manifiesto el peligro de tratar a las poblaciones en zonas rurales como grupos socialeshomogneos. Un ejemplo de ello se puede apreciar en el enfoque feminista adoptado poralgunos investigadores que han llamado la atencin sobre la manera en la cual tanto losderechos sobre los recursos como los procesos relacionados a la toma de decisiones am-bientales son a menudo relacionados con el gnero, y cmo son el resultado de los diferen-tes roles sociales, polticos, econmicos y culturales asignados a hombres y mujeres (Paulson2003; Rocheleau et al. 1996). Por otra parte, los patrones de acceso a los recursos en lasreas rurales tambin hacen eco de las relaciones de clase dentro de las comunidades(Schroeder y Suryanata 2004). Una leccin central de estos anlisis es que la atencin a ladiferenciacin social resulta sumamente significativa para comprender cmo y por qu seexperimenta el cambio socioambiental de manera desigual entre los miembros de los gru-pos que utilizan los recursos. Un ejemplo de ello queda demostrado en la forma en la cuallas intervenciones de desarrollo a gran escala presentan ocasionalmente oportunidadespara los hombres, sin embargo, las mismas resultan ser desventajas para las mujeres, in-cluso mediante el debilitamiento de sus derechos sobre los recursos y el aumento en suscargas de trabajo (Carney 2004). Adems, las desigualdades de poder arraigadas en laclase, el gnero, la edad o las jerarquas raciales y tnicas pueden ser exacerbadas por lasiniciativas de gestin ambiental que tienen que ver principalmente con las lites de lacomunidad (Sultana 2009).

    Tomando en cuenta estos hallazgos de la ecologa poltica, en el presente artculo exploro laimportancia del gnero y la edad en la forma como los residentes de las comunidades andinasen el Per experimentan los impactos y las oportunidades creados por la minera a granescala. Para ello, me baso en investigaciones etnogrficas realizadas en la zona de influenciade la mina de oro Pierina, la cual se ubica a cerca de diez kilmetros al noroeste de la ciudad

  • 11El gnero y la edad frente a las reconfiguraciones en los medios de subsistencia originadas por la minera

    de Huaraz, en la zona de la Cordillera Negra, en ncash. Construida a finales de la dcada de1990, esta mina es una de las numerosas mega minas transnacionales que se han estable-cido en el Per siguiendo las reformas neoliberales del gobierno de Fujimori, abriendo denuevo el sector minero del pas a la inversin extranjera directa y contribuyendo a la renova-cin del inters internacional en los extensos depsitos minerales de la regin andina (DeEchave 2008). Se trata de una operacin a cielo abierto que emplea procesos de lixiviacincon cianuro para obtener oro del mineral extrado en una mina que es propiedad de laMinera Barrick Misquichilca S. A., subsidiaria peruana de la Barrick Gold Corporation. Consede en Toronto, Barrick Gold Corporation es actualmente la mayor productora de oro en elmundo con veinticinco minas en operacin en cuatro continentes3.

    El artculo se enfoca en las experiencias de los habitantes de un casero, llamadoChacrapampa, el cual se sita adyacente a la propiedad Pierina, aguas abajo de la mina4.Centrarse en una sola comunidad presenta ciertas limitaciones en cuanto a la generaliza-cin de las conclusiones. Sin embargo, la ventaja de este enfoque es que permite un an-lisis detallado de las consecuencias multifacticas y socialmente diferenciadas del cre-cimiento de una nueva economa minera en un territorio determinado. De tal forma, seespera que la informacin aqu presentada ayude a dirigir futuros estudios que indaguenel mismo tema en otros contextos. La investigacin indica que las transformaciones en losmedios de subsistencia creadas por la minera han sido experimentadas de manera des-igual en Chacrapampa. Aunque algunas nuevas fuentes de ingreso han surgido para losresidentes del casero en el contexto de la nueva economa minera (en particular, el trabajotemporal y rotativo), estas se han concentrado mayormente en hombres de temprana ymediana edad. En este contexto, la evidencia sugiere que las mujeres y los adultos de edadavanzada han experimentado los impactos negativos de la extraccin en sus prcticastradicionales de subsistencia sobre todo aquellos efectos relacionados al acceso a latierra, que ya era limitado con particular agudeza. Los hallazgos de este estudio resaltanla necesidad de poner nfasis en examinar ms exhaustivamente las ramificaciones de laminera contempornea en los segmentos ms vulnerables de la sociedad andina.

    El anlisis del caso se basa en doce meses de investigacin cualitativa que llev a caboentre los aos 2006 y 20095. Orientada primariamente a indagar la historia de las

    3. En el resto del artculo utilizo solo la palabra Barrick para referirme a la subsidiaria peruana y BarrickGold Corporation cuando me refiero a la empresa matriz.

    4. Adems de usar un nombre ficticio para el casero, a lo largo del artculo uso seudnimos para todos losentrevistados con el fin de proteger sus identidades.

    5. Una beca Fulbright-Hays Doctoral Dissertation Research Abroad Fellowship del Departamento de Edu-cacin de Estados Unidos financi diez meses de investigacin primaria en 2007 y 2008.

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    interacciones entre Barrick y las comunidades cercanas a Pierina, esta investigacinincluy los siguientes componentes: (a) cuarenta entrevistas semiestructuradas con re-presentantes de la industria minera, la sociedad civil, movimientos sociales e institucio-nes gubernamentales acerca de las relaciones mina-comunidad en Pierina, as como enotros contextos en el Per; (b) 67 entrevistas semiestructuradas con habitantes de trescomunidades ubicadas en la zona de influencia de Pierina; (c) conversaciones informalescon los habitantes de las comunidades, as como observacin participante en varioseventos de estas, incluyendo reuniones entre pobladores y representantes de Barrick yactividades relacionadas a las iniciativas de desarrollo social comunitario de la empresa;(d) grupos focales en dos comunidades; y (e) examen de documentos relacionados conlos lazos entre las comunidades y la empresa minera. Dado que este artculo explora endetalle la experiencia de Chacrapampa, cabe destacar que en este casero realic dosgrupos focales y llev a cabo entrevistas con miembros de 29 familias, es decir, con el74% de las 39 familias que moraban en el casero al momento de mi investigacin.Adems, entrevist a miembros de tres familias de Chacrapampa que mayormente vivanfuera del casero6. El anlisis de los datos recolectados a travs de estos mtodos deinvestigacin se realiz con el fin de identificar patrones y divergencias en las experien-cias y perspectivas de los pobladores.

    En la siguiente seccin examino el proceso de compraventa de terrenos llevado a cabo porBarrick, as como los efectos complejos de este proceso en los sistemas agrarios y en lasestrategias familiares econmicas en Chacrapampa. La tercera seccin explora las nuevasfuentes de ingreso que han surgido para los residentes del casero en el contexto de laconstruccin de la mina, destacando cmo las mujeres y los adultos de edad avanzada hantenido oportunidades limitadas para participar directamente en la nueva economa mine-ra. En la cuarta seccin analizo cmo los testimonios de los residentes de Chacrapampallaman la atencin sobre esta desigualdad, contrastando su experiencia en Pierina con lasque tuvieron previamente con la minera tradicional. En la conclusin, reflexiono breve-mente sobre las ramificaciones de este estudio.

    6. Indicar con precisin el nmero de familias que residen en el casero es una tarea complicada. Segnlos censos realizados por los centros de salud en 2005 (en: Vector Per 2006), 139 familias moraban enChacrapampa. Mientras tanto, la asociacin de pequeos propietarios del casero est conformada porcerca de 150 miembros. Sin embargo, la investigacin revel que un nmero significativo de personasposeen propiedades o inclusive mantienen casas en Chacrapampa mientras viven la mayor parte delao fuera del casero, como por ejemplo en Jangas, un centro urbano cercano, o en Huaraz, la capitalde la Regin ncash. La afirmacin de que 39 familias residan en Chacrapampa al momento de mitrabajo de campo se basa en la observacin personal y en conversaciones con los dirigentes del casero.

  • 13El gnero y la edad frente a las reconfiguraciones en los medios de subsistencia originadas por la minera

    RECONFIGURANDO LA PROPIEDAD Y LOS MEDIOS DE SUBSISTENCIA

    Ya pasaba tiempo, pasaba tiempo. Entonces, como pas tiempo, ya pues, yavemos que la mina ha llegado. Nos ha quitado nuestro terreno. Hemos vendi-do, todo. Entonces, ya no podemos criar nuestros animales. Anteriormentenosotros hemos vivido con la crianza de nuestros animales, porque tenamossuficiente terreno. Y con eso vivan [las] madres solteras. Hasta ancianos vi-vamos vendiendo nuestro carnerito y nuestra huerta. Pero ahora ya no pode-mos vivir porque verdaderamente ya no tenemos pasto. Mayo, junio no tene-mos pasto para pastear Claro, [antes] pastebamos parte arriba, parte altaAndaban los animales, comiendo ese pasto. Pero ahora no podemos porqueest enmallado pues, para no entrar. Cmo se llama? Propiedad de Barrick.(Ernesto)

    La extraccin de minerales a gran escala es una actividad que implica cada vez ms el usoextensivo de las tierras. Esto es especialmente pertinente en el caso de la minera a cieloabierto, una forma de extraccin superficial que conlleva la rpida extraccin de grandesvolmenes de mineral de baja ley y espacialmente difuso. Este mtodo de extraccin, queimplica un uso intensivo de energa y de capital, se ha vuelto cada vez ms comn en elPer durante las dos ltimas dcadas. Junto con las avanzadas tecnologas de procesa-miento capaces de manejar altos volmenes de minerales (como la lixiviacin con cianuroen el caso del oro), la tendencia hacia la minera de superficie ha contribuido a la transfor-macin de formaciones geolgicas del Per andino, anteriormente no productivas econ-micamente, en reservas viables de minerales, fomentando as la expansin de la fronteraminera. La obligacin de obtener garantas sobre los derechos de las tierras superficiales,necesarias para desarrollar las minas a cielo abierto, ha llevado a su vez a las empresasmineras a convertirse en terratenientes importantes en sus reas de operacin (Bury 2005;Glave Testino 2008). Con el fin de explotar el yacimiento de oro en Pierina, Barrick iniciun programa de adquisicin de tierras a travs del cual proyect comprar ms de 2.300hectreas en la cabecera de tres quebradas de la Cordillera Negra (Klohn Crippen-SVS1997). La mayora de estas tierras eran puna o pastos de alta montaa, aunque algunas seutilizaban para cultivos. Entre los vendedores se incluyeron nueve comunidades caseros,centros poblados menores y comunidades campesinas as como tambin propietariosindividuales. En Chacrapampa el casero vendi a la empresa minera alrededor de 225hectreas en 1997. Aunque esto no era ms que una pequea porcin (menos del 10%) deltotal de terrenos superficiales adquiridos por Barrick, para Chacrapampa representabams de la mitad de su tierra y gran parte de su puna. Poco despus de la venta, el acceso aesta tierra fue limitado fsicamente cuando la empresa construy una cerca de seguridadpara delimitar su propiedad.

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    Como se indica en la cita de Ernesto un abuelo de Chacrapampa, la venta y el posteriorcercamiento de la tierra del casero ha tenido una serie de repercusiones en la vida de sushabitantes. Para comprender tales efectos, primero hay que hacer una evaluacin msdetallada de los regmenes de propiedad y de los sistemas agrarios presentes en Chacrapampaantes de la llegada de Barrick. Como es caracterstico de las comunidades de la zona,exista en el casero una combinacin de formas comunales e individuales de tenencia dela tierra. La seccin superior de la comunidad, que consista principalmente en puna, fuemantenida como un bien comn y era utilizada por los residentes para pastorear ovejas yganado vacuno. Mientras tanto, la parte baja del casero adems de ser el asiento de losedificios pblicos, de una plaza y de las casas de los residentes se utilizaba principalmen-te para los cultivos, entre los cuales se incluye cebada, chocho, mashua, oca, olluco, papa,quinua y trigo, adems de hortalizas como cebolla y repollo. Una parte de esta tierraagrcola era irrigada con agua que se traa a travs de canales desde la parte superior de laquebrada. Con el tiempo, la seccin inferior del casero fue subdividida en parcelas sobrelas cuales las familias mantenan derechos individuales, aunque no ttulos formales. Te-niendo en cuenta esta disposicin, Chacrapampa tena las cuatro zonas diferentes de pro-duccin identificadas por Diez (2003) como tpicas de las comunidades andinas en el Per:tierras bajo riego, tierras de secano, tierras de pasto y tierras de uso pblico.

    Como esta discusin sugiere, la agricultura y la ganadera han sido histricamente funda-mentales para los medios de subsistencia en Chacrapampa. Fue de hecho poco comn queun entrevistado no mencionara estas actividades al responder a la pregunta: De qu vivala gente en Chacrapampa antes de la llegada de la mina? Tal como Lourdes una mujer deedad avanzada que naci en el casero record sobre sus primeros aos:

    Esa vez nosotros lindo, lindo hemos estado, con mi pap, con mi mam. Ascon los animales, criando. As arriba en jalca hemos tenido harto pasto y bas-tante animal siempre hemos tenido. Hemos criado ovejas, vacas. Bastante,como mi pap tena como siete, ocho, diez [vacas].

    Un hombre mayor, Manuel, record lo siguiente de sus das antes de Pierina:

    Cuando no ha habido la mina, nosotros hemos vivido con nuestros animales,as con nuestras sementeras, porque nuestro pasto ha sido un poco regular, ycon su crianza hemos vivido ms tranquilos Antes tenamos cada uno cua-renta, cincuenta lanares. Con eso, ya, hacamos vida ms tranquila.

    Datos presentados en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de Pierina sobre las caracte-rsticas socioeconmicas de la zona tambin sealan la importancia de la produccin

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    agropecuaria para las estrategias de vida de las poblaciones locales antes de la construc-cin del megaproyecto (Klohn Crippen-SVS 1997). A base de un estudio realizado en diezcentros poblados en el rea por la Asociacin Multidisciplinaria de Investigacin y Docen-cia en Poblacin (a solicitud de Barrick)7, el EIA declar que para la mayora de la gente deestas comunidades, las actividades agrcolas y ganaderas eran la base de su subsistencia.En las cuatro comunidades rurales investigadas (categora que inclua a Chacrapampa),el 65% de la poblacin adulta indic la realizacin de actividades agropecuarias como suocupacin principal, con solamente el 6% de estos adultos indicando actividades no agra-rias y el resto (28%) identificndose como amas de casa.

    Segn el EIA, la produccin agropecuaria llevada a cabo en la zona se orientaba primaria-mente al consumo familiar, debido en parte al pequeo tamao de las parcelas posedas (unpromedio de tres a cuatro hectreas por familia)8. Sin embargo, el EIA observa que, cuandoles era posible, las familias aumentaban sus ingresos con la venta de productos agrcolas yganaderos, as como mediante la espordica venta de su mano de obra, especialmente enHuaraz y en la costa9. En trminos generales, estas afirmaciones se alinean con los testimo-nios de los pobladores de Chacrapampa sobre sus estrategias familiares econmicas antes dela llegada de Barrick. Por un lado, reportaron haber vendido sus productos agropecuarioscuando tenan la oportunidad. Por otro lado, sealaron que en la era pre-Pierina no era raroque los hombres del casero emigraran temporalmente en busca de trabajo asalariado, par-ticularmente en las plantaciones costeras de ncash. Adems, tal como detallo a continua-cin, miembros de algunas familias trabajaron en una operacin minera cercana llamadaSanto Toribio. Estas observaciones indican que, mientras las estrategias econmicas familia-res en el casero estaban mayormente orientadas hacia la subsistencia, la integracin con laeconoma monetaria ocurra de varias maneras. Adoptando el lenguaje de Golte y de laCadena (1986), entonces, se puede decir que la economa local manifestaba caractersticas

    7..... El EIA manifiesta que para tal estudio se realizaron entrevistas con 184 familias y un total de 895personas, lo que correspondera al 30% de la poblacin total de estos diez centros poblados, segn elCenso Nacional de Poblacin y Vivienda de 1993 (Klohn Crippen-SVS 1997).

    8. Segn el Censo Nacional Agropecuario de 1994, el 87,2% de los productores agropecuarios de laprovincia de Huaraz (provincia donde se ubica Pierina) tena unidades agropecuarias de menos decuatro hectreas (INEI s. f. a).

    9. De acuerdo a la informacin presentada en el EIA, a pesar de que mantenan estos vnculos con laeconoma monetaria, los pobladores de los diez centros poblados estudiados en general perciban bajoso inexistentes ingresos mensuales: el 59,9% de los entrevistados que ejecutaban algn tipo de activi-dad econmica no reciba ninguna clase de ingresos, el 29,6% ganaba menos de cien soles al mes, el12,6% ganaba entre cien y trescientos soles al mes y solamente el 6,9% ganaba ms de trescientossoles al mes (Klohn Crippen-SVS 1997). Segn el Censo Nacional de Poblacin y Vivienda de 1993, el83,9% de los hogares ubicados en las reas rurales del distrito de Independencia (distrito donde selocaliza Chacrapampa) tenan por lo menos una necesidad bsica insatisfecha (INEI s. f. b).

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    de un sistema codeterminado, cuyo funcionamiento estaba en parte determinado por unalgica mercantil y en parte por una lgica no mercantil10.

    Es notable que en los testimonios de los habitantes de Chacrapampa, la ganadera amenudo se presentara con una especial importancia en sus estrategias de vida en la erapre-Pierina. Tal como una seora de mediana edad manifest: De los animales viva-mos. En general, las familias reportaron que mantenan rebaos de entre treinta y se-senta ovejas, junto con grupos de cuatro a doce vacas. A partir de estas cifras est claroque los residentes no iban a llegar a ser ricos por sus actividades ganaderas. Sin embar-go, el ganado tena una variedad de propsitos dentro de las estrategias de subsistenciade los residentes. Por un lado, productos de origen animal como la lana y la carne eranconsumidos directamente. Por otro lado, la ganadera era una forma importante en laque los residentes interactuaban con el mercado. Los entrevistados recordaron que loscomerciantes de ganado a menudo visitaban Chacrapampa en busca de ovejas y ganadovacuno. Para las familias, la venta de animales era una forma de acceder al dinero que senecesitaba no solo para los gastos cotidianos, como artculos escolares, sino tambinpara los gastos extraordinarios, tales como cuentas mdicas. Adems, las familias utili-zaban el estircol de su ganado para fertilizar sus tierras de cultivo. Esto se daba a travsde una prctica conocida en quechua como sachi, la cual se llevaba a cabo una vez quela temporada de lluvias haba transcurrido. El sachi consiste en pastar el ganado en lapuna durante el da y luego atarlo en los campos agrcolas durante la noche. La transfe-rencia de nutrientes de las tierras de pastoreo a las tierras de cultivo lograda a travs delsachi aumentaba la importancia de la ganadera para las estrategias de subsistencia delos hogares. Esa prctica tambin seala las formas en las que las diferentes zonas deproduccin en el casero estaban fuertemente interconectadas dentro de las prcticas degestin de recursos de los residentes.

    Que el tamao de los rebaos variara entre familias sugiere un grado de diferenciacineconmica entre las familias en el casero. La ganadera, sin embargo, fue una actividad enla que un espectro relativamente amplio de los residentes poda participar. Ernesto llamla atencin sobre esta amplia base de participacin en la ganadera cuando seal quemadres solteras y ancianos eran capaces de vivir de la ganadera porque en ese enton-ces los residentes del casero tenan acceso a suficiente terreno. Como tal, la ganaderafue diferente de otras actividades econmicas, tal como el trabajo asalariado, el cual erauna opcin a disposicin principalmente de los hombres en edad productiva. Sin embargo,

    10. Para otros anlisis de las complejas articulaciones entre la economa domstica y el mercado en losAndes, vase Gudeman y Rivera (1990) y Mayer (2002).

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    aun reconociendo que una amplia gama de tipos de familias participaban y por lo tantose beneficiaban de la ganadera, tambin es importante sealar que, dentro de la divisintpica del trabajo en los hogares, las mujeres y los nios tendan a ser responsables delpastoreo de animales, mientras que los deberes relacionados con la agricultura recaan engran medida en los hombres. Como Antonia una joven de Chacrapampa confirm: Lasmujeres pasteaban y los hombres trabajaban ms en chacra. La puna fue as un espacioen el que las mujeres de Chacrapampa se movan de forma regular, pastando las ovejas y elganado vacuno de sus familias. Era un espacio sobre el que tenan un conocimiento ntimoy una conexin arraigada en sus prcticas diarias11.

    La llegada de la minera a gran escala transform radicalmente las prcticas de gestin dela tierra en Chacrapampa, con ramificaciones importantes para los medios de subsistenciaen el casero. El principal propulsor de estos cambios fue el programa de adquisicin detierras de Barrick, iniciado por la empresa poco despus de la adquisicin de derechossobre el depsito de Pierina en 199612. Adems de adquirir las tierras necesarias para losprincipales componentes de Pierina tajo, cancha de lixiviacin y botadero de roca dedesmonte, Barrick compr una serie de pequeas propiedades necesarias para construiruna carretera de acceso desde el centro urbano de Jangas, as como una porcin de tierraen la orilla opuesta del ro Santa en Taric, donde la empresa construy una urbanizacinde viviendas para los trabajadores y edificios de oficinas. Dado que la mayora de losderechos a la tierra en la zona se posean de manera informal13, con el fin de realizar estascompras, Barrick patrocin un proceso de formalizacin de la propiedad en la zona. Enconcreto, la empresa firm un acuerdo con la Direccin Regional de Agricultura de ncashpara llevar a cabo la titulacin de tierras como parte del Programa Especial de Titulacinde Tierras (PETT) del gobierno peruano. En Chacrapampa, Barrick adquiri la tierra delcasero en dos fases. La primera en ser vendida fue una extensin de 148 hectreas, prin-

    11. Entrevistas en otras comunidades tambin sealaron la importancia de la ganadera para los medios desubsistencia de las mujeres. En una comunidad campesina que se encuentra junto a Pierina, en lafrontera norte de la mina, una viuda de edad avanzada inform que haba pagado los costos de laeducacin de sus seis hijas con el dinero que gan en la cra de ovejas. Tambin seal que tras la ventade las tierras comunales a Barrick (ms de 1.500 hectreas), el tamao de los rebaos ha disminuido, aligual que los ingresos provenientes de las actividades ganaderas.

    12. El yacimiento de Pierina fue descubierto a mediados de la dcada de 1990 por Arequipa Resources Inc.,una empresa minera junior con sede en Vancouver que trabajaba en el Per a travs de una filial:Acuarios Minera y Exploradora S. A. En octubre de 1996, Barrick Gold Corporation tom el control deldepsito por la adquisicin de Arequipa Resources Inc. en una transaccin realizada en la Bolsa deValores de Toronto por un total de 790 millones de dlares.

    13. Segn una funcionaria del Organismo de Formalizacin de la Propiedad Informal (Cofopri), cuandoBarrick lleg, el 98% de las propiedades de la zona donde se planeaba construir la mina no tenanttulos formales y el 2% tenan ttulos imperfectos.

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    cipalmente de puna, situada en los ms altos lmites del casero. Esta tierra alcanz unprecio de 1.000 dlares por hectrea. Luego, una seccin de altitud inferior, que tena 74hectreas e inclua tanto pastizales como tierras de cultivo, se vendi a 2.500 dlares porhectrea. Como la mayora de las tierras adquiridas haban sido comunes, los pagos sedistribuyeron entre las familias del casero. Sin embargo, debido a que la extensin dealtitud inferior tambin contena parcelas particulares, se efectuaron arreglos de modoque los dueos se vieran compensados por las tierras perdidas.

    Los residentes de Chacrapampa recordaron que, inmediatamente despus de la venta,continuaron pastando a sus animales en estas tierras. Tal acceso, sin embargo, fue pron-to restringido cuando Barrick erigi una valla de seguridad para delimitar su propiedad.Hablando en quechua a travs de un traductor, Lourdes record: La gente de Barrickcomenz a botar a la gente de ac. Ya no dejaban que entremos adentro. Poco a poco yacomenzaron a botar; al ltimo hicieron enmallar en [19]98. El cierre, como era deesperarse, se ha traducido en una reduccin significativa de la ganadera de Chacrapampa.Tal como declar Carmen una mujer de mediana edad: Han cercado por arriba. Noshan quitado bastante terreno Antes tenamos animales bastantes, pero ahora no po-demos criar animales. No hay pasto. No hay campo. Estamos ms y ms apretados. Almomento de mi investigacin, los habitantes frecuentemente reportaron tener rebaosde entre seis y doce ovejas, junto con una o dos vacas14. Estas cifras representan aproxi-madamente una quinta parte de lo que las familias mantenan antes de la construccinde Pierina. Teniendo en cuenta los mltiples usos de los animales en las estrategias desubsistencia de los residentes, los efectos de la reduccin del tamao de los rebaos hansido multifacticos. Hay cantidades menores de productos de origen animal disponiblespara el consumo familiar, menores ventas de ganado y una reduccin en la prctica delsachi. Sobre esto ltimo, es probable que la prdida de esta fuente de fertilizante naturalhaya contribuido a una creciente dependencia de la compra de fertilizantes sintticosen el casero. Hacindose eco de un sentimiento expresado por muchos pobladores,Lourdes, de nuevo hablando a travs de un traductor, afirm: Ahora pues sin ese abonono puedes cosechar ni una oca.

    La venta de las tierras del casero tambin ha tenido un impacto notable en las prcticasde gestin del agua en Chacrapampa. La propiedad vendida se ubicaba en la cabecera de la

    14. El plan de cierre de Pierina (Vector Per 2006), que fue entregado al Ministerio de Energa y Minas en2006, reporta informacin recolectada a travs de un censo ganadero realizado por Barrick en sietecomunidades del rea de influencia de la mina. En Chacrapampa se encontraron un total de 90 cabezasde ganado vacuno y 209 de ganado ovino. Asumiendo un nmero total de 39 familias en el casero,esto significara un promedio de 2,3 vacas y 5,4 ovejas por familia.

  • 19El gnero y la edad frente a las reconfiguraciones en los medios de subsistencia originadas por la minera

    quebrada y contena las captaciones para los sistemas de agua potable e irrigacin delcasero. Por lo tanto, gran parte del agua destinada para el uso domstico y agropecuarioen Chacrapampa ahora se origina en tierras pertenecientes a la mina. El que la empresaminera ejerza control sobre el suministro de agua es especialmente significativo debido alas preocupaciones expresadas por residentes sobre los efectos de la minera en la canti-dad y calidad de sus recursos hdricos. De hecho, diversos pobladores a menudo declararonque la calidad de su agua ha disminuido notablemente desde que la mina fue construida,afectando as las actividades agropecuarias y domsticas. Es representativo de estos co-mentarios lo que una mujer de la comunidad report: A veces viene pura mazamorra,amarilla; malogra los huertos antes no era as. Antes el agua era cristal. El punto aqu esque la venta de las tierras del casero tambin ha disminuido el control de los residentessobre otro de los recursos de mayor importancia para su subsistencia: el agua.

    El cercamiento tambin ha reducido la movilidad en general. Los residentes de Chacrapamparecalcaron que en la era pre-Pierina, la parte superior del casero haba sido libre. Esto noquiere decir que la puna era de acceso completamente libre. Como se ha sealado, se tenacomo un bien comn; en este contexto, la expresin libre indica una falta de cercas ylmites fijos. Por lo tanto, las familias eran capaces de pastorear su ganado sobre la punadel casero en busca de hierba. Ms que esto, un nmero de residentes sugiri que lasfronteras entre los pastizales del casero y las de las comunidades vecinas eran porosashasta cierto punto. Lourdes, de nuevo en quechua, lo expres as: Nuestro lindero colindacon [estas comunidades vecinas]. Entonces, ellos tambin tenan pastizales. Bastante hantenido y tambin pastebamos en [las tierras de estas comunidades]. Pues no nos decannada. Esta capacidad de mover a sus animales por el paisaje era especialmente importan-te durante los meses de la estacin seca, cuando el pasto es relativamente escaso, lo cualayuda a explicar por qu Ernesto, en la cita que encabeza esta seccin, seal mayo y juniocomo meses especialmente problemticos para las actividades ganaderas luego de la ven-ta de tierras. Hoy, la mayora de esta tierra de pastoreo es propiedad de Barrick y el accesoest fuertemente vigilado por la empresa y sus guardias de seguridad. Para entrar a lapropiedad de Pierina se requiere un permiso especial de Barrick y la empresa ha dejadoclaro a los residentes que pastorear animales est prohibido, incluso en zonas que no estnsiendo utilizadas actualmente para las actividades mineras15.

    15. Teniendo en cuenta la toxicidad de los productos qumicos utilizados para procesar el mineral y lascuestiones de seguridad relacionadas con el uso de maquinaria pesada y de grandes cantidades deexplosivos, hay obviamente buenas razones para controlar el acceso a la mina. Esto no se opone alhecho, sin embargo, de que los residentes de Chacrapampa han visto restringido el acceso a las tierrasde las que anteriormente eran propietarias a travs del cierre de la propiedad Pierina.

  • Apuntes 68, primer semestre 2011 /Himley20

    Los estudios existentes sobre las consecuencias de la reciente expansin de la industriaminera en el Per respecto a las estrategias de vida de las poblaciones locales han puestode manifiesto que los programas de adquisicin de tierras llevados a cabo por empresasmineras conllevan complejas y multifacticas ramificaciones para los ex posesionarios deestos terrenos (Bury 2004, 2005; Bury y Kolff 2002; Salas Carreo 2008). En casos comolas empresas mineras de Yanacocha y Antamina, la compra de grandes extensiones detierras por parte de las mineras ha alterado de manera significativa las condiciones deproduccin y reproduccin de estas reas. De hecho, en Chacrapampa la venta de aproxi-madamente la mitad de la tierra de la comunidad a Barrick ha producido una serie deefectos en cascada en los medios de subsistencia de los pobladores, en particular disminu-yendo su capacidad de realizar las prcticas tradicionales de produccin agropecuaria.Significativamente, la evidencia sugiere que estos efectos se han sentido ampliamente enel casero, lo que se refleja en una gama amplia de residentes que haban utilizado yobtenido beneficios de la tierra vendida a la empresa. A continuacin, explorar las nuevasfuentes de ingreso que han surgido para los habitantes de Chacrapampa a raz de la cons-truccin de Pierina, enfocando las oportunidades de empleo y enfatizando cmo estas nohan sido distribuidas uniformemente dentro de la comunidad.

    GNERO, EDAD Y OPORTUNIDADES ECONMICAS FRENTE A LA MINERAA GRAN ESCALA

    Con actividades pecuarias de importancia central para la subsistencia en Chacrapampa, esrazonable preguntarse por qu los residentes optaron por vender la mayora de sus pastizales.Aunque la respuesta sistemtica a esta cuestin est fuera del alcance de este artculo, abase de informacin obtenida en entrevistas, varios factores importantes pueden tenerseen cuenta, los que incluyen: (a) la atraccin por los pagos monetarios que los residentesrecibiran; (b) las promesas de ayuda al desarrollo social a cargo de funcionarios de Barricken las negociaciones de transferencia de tierras; (c) una comprensin incorrecta, entremuchos residentes, de que iban a mantener el acceso a las tierras vendidas, en particularpara la ganadera; y (d) la influencia de algunas personas de Chacrapampa que vivanfuera del casero pero regresaron para las negociaciones con Barrick y estuvieron a favorde la venta. Adems de estos factores, un motivo especial era la expectativa de que habraempleo disponible en la mina Pierina. Estudios de otros megaproyectos en el Per comoToquepala, Yanacocha y Antamina revelaron que la instalacin de estas minas tambingener altas expectativas en torno al empleo entre las poblaciones locales (Becker 1983;Gil 2009; Salas Carreo 2008; Bury y Kolff 2002). En el caso de Pierina, es importantenotar que el EIA de la mina declara de forma explcita que la minera no espera dar trabajoa todos los residentes de la zona (Klohn Crippen-SVS 1997). Sin embargo, los entrevistados

  • 21El gnero y la edad frente a las reconfiguraciones en los medios de subsistencia originadas por la minera

    en Chacrapampa afirmaron que en el momento de la venta de tierras los residentes abri-gaban grandes esperanzas de ser empleados en la nueva mina y algunas personas testifi-caron que los funcionarios de Barrick alimentaron sus expectativas al admitir que iban adar preferencia a la gente de la zona en cuanto al trabajo. De esta forma, adoptando ellenguaje de la literatura acadmica sobre los modos de subsistencia (vase Bebbington2007b), la decisin de vender las tierras del casero puede ser interpretada como unamedida para intercambiar el acceso de un tipo de capital (la tierra) por otros tipos decapital (dinero, apoyo para el desarrollo y empleo).

    Cabe sealar que un reporte reciente sobre responsabilidad social de Barrick declara que laempresa se ha comprometido a contratar mano de obra local en Pierina, manifestando quems del 90% del equipo de Pierina 660 trabajadores y 595 contratistas son peruanos(Barrick Sudamrica s. f.)16. En el caso de Chacrapampa, es notable que ninguno de los resi-dentes entrevistados para este estudio fuera empleado a tiempo completo por Barrick. Noobstante, la mayora de los hombres en edad productiva entrevistados para esta investiga-cin (al menos catorce) haba trabajado de forma intermitente en la mina. El trabajo para elcual fueron contratados se realiz mediante una iniciativa de la empresa conocida comoPrograma de Oportunidad Laboral Temporal y Rotativa. Considerado por la minera comoparte de su agenda de responsabilidad social corporativa, este programa es coordinado por elrea de Relaciones Comunitarias de Pierina. A travs de esta iniciativa, hombres de las die-ciocho comunidades dentro de la zona de influencia de la mina son contratados a corto plazoy en rotacin para realizar principalmente trabajos manuales en reas tales como reforestacin,construccin de canales y direccin del trfico en las cercanas de la mina (trabajos conside-rados perifricos para el proceso de produccin). Esta contratacin se produce a travs deempresas intermediarias, especialmente mediante la empresa transnacional de personalAdecco. El jefe de relaciones comunitarias de Pierina manifest que la empresa minera hadesarrollado este programa porque estamos convencidos que tenemos que promover lascapacidades locales. Segn l, en agosto de 2008 aproximadamente 2.500 residentes de lascomunidades de la zona de influencia estaban registrados para participar en esta iniciativa.De estos, doscientos o trescientos estaran trabajando en un momento dado, aunque estacifra flucta en funcin de las demandas de la empresa17.

    16. Estos nmeros son altos en comparacin con informacin de otras fuentes. Por ejemplo, el plan decierre de Pierina, entregado en 2006, manifiesta que la mina contaba con 465 trabajadores y un pro-medio de 400 personas contratadas (Vector Per 2006).

    17. El plan de cierre declara lo siguiente: El Proyecto Pierina ha logrado para el ao 2005 la generacin deempleo directo por trabajos no calificados requeridos por el proyecto minero de 2.603 puestos parapobladores locales y alrededor de 1.350 empleos indirectos, derivados del mayor dinamismo econmicogenerado por el proyecto (Vector Per 2006, captulo 3: 86).

  • Apuntes 68, primer semestre 2011 /Himley22

    Lpez Mas y Condori Luna (2006) encontraron en su investigacin sobre los procesos dedesarrollo econmico local en el caso de Pierina que las oportunidades de empleo generadaspor la minera se perciben como insuficientes por las poblaciones aledaas. De hecho, enChacrapampa la evidencia indica que el trabajo temporal y rotativo que se ofrece a losresidentes rara vez ha cubierto sus altas expectativas. Los entrevistados en el casero ytambin en otras comunidades investigadas a menudo expresaron su deseo por la creacinde una fuente de ingreso estable en Pierina, sosteniendo que el trabajo temporal que sebrinda no cubre sus necesidades18. Por ejemplo, lvaro un joven del casero que recin habacumplido una rotacin de trabajo de un mes declar que uno o dos meses de trabajo al aono es tan beneficioso para m. Agreg tambin que la empresa minera podra apoyar mu-cho ms al casero con el ofrecimiento de trabajo ms estable. Otra fuente de insatisfaccinha sido el salario. En mayo de 2006, el estancamiento de los salarios devengados por elPrograma de Oportunidad Laboral Temporal y Rotativa veinte soles por da en ese momen-to fue uno de los motivos fundamentales para que los residentes de la zona de influenciaorganizaran una toma de vas que bloque las dos rutas de acceso a la mina. Despus de unviolento enfrentamiento entre algunos manifestantes y la polica, se produjo una negocia-cin en la cual Barrick aprob un aumento salarial para los participantes de este programade treinta soles por da. Como indic un evaluador del presente artculo, este salario esbastante alto para las zonas rurales andinas. No obstante, sigue siendo una fraccin de lapaga que reciben los empleados a tiempo completo en Pierina. As, estas diferencias salaria-les han contribuido al sentimiento expresado a menudo por los residentes de las comunida-des de que su trabajo no ha sido indemnizado y reconocido adecuadamente.

    A pesar de estas discrepancias entre las expectativas abrigadas por las poblaciones localesen cuanto a empleo y la realidad de las oportunidades laborales generadas por Pierina, esnotable que los residentes de Chacrapampa que haban trabajado de forma temporal yrotativa citaran con frecuencia este trabajo como una de las formas ms importantes en laque se han beneficiado del emplazamiento de la mina. Por ejemplo, en respuesta a unapregunta sobre las formas en que la minera presta apoyo al casero, un hombre de medianaedad respondi: Mayormente apoyan con chamba. Cabe recalcar que el Programa deOportunidad Laboral Temporal y Rotativa es solo uno de los varios elementos que forman

    18. El jefe de relaciones comunitarias declar que la empresa decidi establecer un sistema de trabajorotativo para los residentes de las comunidades locales debido a la carencia de empleo para la totalidadde estos habitantes y tambin al deseo de la minera de que el programa tuviese un impacto amplio. Noalcanza para todos, dijo, agregando despus: Si dejo doscientos, trescientos en forma permanente,entonces el resto ya no puede entrar. Mientras esto es en todo caso acertado, tambin es notable queel programa es representativo de una tendencia ms amplia hacia los regmenes laborales flexibilizadosen el sector minero peruano (vase Smith y Helfgott 2010).

  • 23El gnero y la edad frente a las reconfiguraciones en los medios de subsistencia originadas por la minera

    la agenda de responsabilidad social corporativa de Barrick. Como parte de esta agenda, laminera ha realizado tambin una serie de iniciativas de desarrollo social en las comunida-des de la zona de influencia. Como se examina con ms detalle en Himley (2010), enChacrapampa estas iniciativas han incluido: (a) un programa de mejoramiento de vivien-das; (b) apoyo en la construccin de letrinas domsticas; (c) el equipamiento de un tallerde carpintera; (d) un concurso de becas escolares; (e) una iniciativa de crianza de cuyes;(f) un programa de capacitacin en la confeccin de ropa; (g) un proyecto de riegotecnificado; y (h) el equipamiento de una sala de computacin. Este breve inventario deproyectos pone en relieve el hecho de que las interacciones socioeconmicas entre elcasero y Barrick se constituyen en algo ms que simples relaciones laborales. Para losresidentes, sin embargo, el trabajo temporal y rotativo ha representado, desde la construc-cin de Pierina hace casi quince aos, una de las maneras principales en que han podidoaumentar sus ingresos mediante la participacin directa en la nueva economa minera19.

    En este contexto, es significativo sealar que la participacin en el Programa de Oportuni-dad Laboral Temporal y Rotativa se ha limitado a los hombres en edad productiva. Estosignifica que, si bien las consecuencias negativas asociadas con la construccin de Pierina(en particular, el acceso reducido a la tierra) se han experimentado ampliamente en elcasero, de igual manera las nuevas fuentes de ingreso creadas por la nueva economaminera han sido distribuidas de manera asimtrica. Esto se debe, sobre todo, a que unafuente especialmente importante el trabajo temporal y rotativo no ha estado disponiblepara las mujeres y los residentes de edad avanzada. Esta desigualdad social en la nuevaestructura de oportunidades creada por el emplazamiento de Pierina fue sealada por los en-trevistados en el casero. La siguiente cita viene de Mara una abuela de Chacrapampa:Desde que [la mina] ha llegado, acaso me dan trabajo? Como soy mujer no ms, mujersola. Todos varones no ms han trabajado. Y despus, el hombre tambin, despus cuandollegan a sesenta aos ya no quieren dar trabajo. Otra de las mujeres de edad avanzada,Julia, reconoci el hecho de que la mujer no ha recibido oferta alguna para trabajar enPierina. Expres: Solo a los hombres dan trabajo. Solo los hombres reciben sueldo. Porotra parte, Julia dio a entender que las oportunidades de trabajo en Pierina han alejado alos hombres de los quehaceres tradicionales concernientes a la agricultura, declarando:

    19. La importancia de este empleo se sugiere por el siguiente clculo: mientras que, segn el EIA de Pierina(Klohn Crippen-SVS 1997), antes de la llegada de Barrick, el 89,5% de la poblacin local percibamenos de 1.200 soles al ao (100 soles al mes), un poblador que trabajara tres meses al ao en la minamediante el Programa de Oportunidad Laboral Temporal y Rotativa, con un sueldo diario de treintasoles, obtendra el doble de esta cantidad (2.700 soles al ao). El plan de cierre de Pierina (Vector Per2006) de hecho declara que el ingreso familiar de las poblaciones aledaas a la mina se habaincrementado en un promedio de 200% desde que se construy el megaproyecto, aunque no se explicacmo se lleg a esta cifra.

  • Apuntes 68, primer semestre 2011 /Himley24

    Ellos no ayudan en la chacra. Poco trabajan. Victoria una madre soltera indic que larealidad de las oportunidades de trabajo en Pierina contrasta con lo que los representantesde Barrick afirmaron durante las negociaciones de transferencia de la tierra: All dijeron:A las mujeres tambin les vamos a dar trabajo. Pero ahora, ya no, ya pues, no hay. Nisiquiera trabajo. No hemos trabajado, ni hasta ahorita pues. Cabe sealar que durante elperodo de investigacin para el presente estudio las mujeres de Chacrapampa comenza-ron a ser contratadas para trabajar en proyectos de desarrollo social implementados me-diante el Programa Minero de Solidaridad con el Pueblo20. Este empleo implicaba hacertrabajo manual en proyectos tales como la instalacin del nuevo sistema de riego tecnificado.Sin embargo, durante la mayor parte de tiempo de existencia de la mina, el trabajo asala-riado ofrecido por la empresa mayormente se ha puesto a disposicin de los hombres detemprana y mediana edad.

    Es notable que las entrevistas realizadas en el casero indicaran que este desnivel social en lanueva estructura de oportunidades ha sido una preocupacin especial para las mujeres y losadultos mayores que no tienen hombres en edad productiva en sus hogares, como las madressolteras y los adultos de edad avanzada cuyos hijos han establecido sus propios hogares. Paraproveer una idea de cuntas personas caen bajo esta categora, entre las 39 familias residen-tes de Chacrapampa al momento de esta investigacin solo un poco ms de la mitad eranencabezadas por hombres en edad productiva. Mientras tanto, haba al menos seis madressolteras viviendo en el casero. Algunas de ellas haban establecido hogares propios, mientrasotras estaban viviendo con sus padres. Adicionalmente, haba cuatro mujeres solteras deedad avanzada en el casero cuyos hijos haban establecido sus propios hogares, a menudofuera de Chacrapampa. Adems, al menos siete hogares estaban encabezados por hombresde edad avanzada que no podan trabajar en la mina debido a su edad21. Por supuesto, sera

    20. Aunque la razn para esta decisin no se puede decir con exactitud, en enero de 2008 un funcionariode Adecco inform que a partir de entonces a las mujeres tambin se les iba a ofrecer trabajo temporaly rotativo. Segn l, esta decisin se tom porque se comprendi que en la zona de influencia existanmadres solteras y madres abandonadas que necesitaban trabajo. Adems, cabe indicar que en una delas actas de entendimiento y compromisos firmadas por Barrick y los representantes de las comunida-des despus de la toma de vas en el mes de mayo de 2006, la empresa minera se comprometi aconsiderar a las mujeres y comuneros mayores de cincuenta aos para que participaran en las iniciati-vas de trabajo temporal y rotativo.

    21. Vale la pena sealar que en los recientes censos nacionales de poblacin y vivienda se ha encontrado queen general la poblacin de la provincia de Huaraz est envejeciendo. Segn el INEI (2009), la edad prome-dio de la poblacin de la provincia se increment de 25,7 aos en 1993 a 29,0 en 2007. En ese mismoperiodo, la relacin de dependencia demogrfica de vejez (el porcentaje de la poblacin de 60 aos o msrespecto a la poblacin de 15 a 59 aos) creci de 15,0% a 16,5%. Este informe tambin indica que, entre1993 y 2007, el nmero de madres solteras en la provincia subi de 2.002 a 2.401, aunque cabe destacarque la proporcin de madres solteras en relacin al total de las madres disminuy de 7,2% a 6,3% locual refleja el hecho de que el nmero total de madres aument de 27.780 a 37.968.

  • 25El gnero y la edad frente a las reconfiguraciones en los medios de subsistencia originadas por la minera

    incorrecto asumir que las madres solteras y los residentes de edad avanzada no recibenbeneficios indirectosindirectosindirectosindirectosindirectos producto de las oportunidades de empleo en Pierina que son otorgadasa sus hermanos e hijos, inclusive a otros hombres en edad productiva dentro de su familiaextendida. Tampoco sera correcto sugerir que estos pobladores no se han beneficiado de losproyectos de desarrollo social de Barrick22. No obstante, es notable que ms de la mitad de lasfamilias en el casero estn encabezadas por personas que en gran medida no han podidobeneficiarse directamentedirectamentedirectamentedirectamentedirectamente de las oportunidades de empleo ofrecidas al casero debido a suedad o su gnero.

    Algunas de las entrevistas en Chacrapampa tambin indicaron el hecho de que, para estosresidentes, la reduccin del acceso a la tierra resultante de la venta de los terrenos delcasero a Barrick ha tenido consecuencias particularmente perjudiciales. Manuel un ha-bitante ya entrado en aos exhibi cierto grado de desesperacin cuando habl de estasituacin: Cuando se pasa sesenta aos, ya no dan trabajo. Entonces, de dnde vamos avivir nosotros? Si ya no tenemos ni animal, no hay cosecha, ya no tenemos pan del daAhora, cunto cuesta? Jabn cuesta. Azcar. Sal. Aceite. Todas las cosas suben, suben,suben. Ya no tenemos vida pues. Cuando le pregunt si antes vivan vendiendo sus anima-les, Manuel continu:

    S, con animales, sementeras. Cosechamos papa tambin: treinta sacos, cuaren-ta sacos, diez sacos se iba al negocio. Con eso ms tranquilos hemos vivido. Peroahora tengo un par de toritos, pues esos tambin, uno es de m, uno de mi hijo.Antes tambin nuestras vacas, tenamos diez, doce. Entonces cada ao siemprehemos vendido un toro Con eso hemos comprado nuestras necesidades.

    Los comentarios de Manuel ponen de manifiesto la precariedad de su situacin. Por unlado, la construccin de Pierina ha socavado las prcticas agropecuarias de las que tradi-cionalmente ha dependido para su subsistencia. Por otro lado, debido a su edad, ya no escapaz de beneficiarse de las oportunidades de trabajo asalariado en oferta dentro de lanueva economa minera.

    En resumen, la instalacin de Pierina ha contribuido a una reconfiguracin significativa de laeconoma local en Chacrapampa: de una basada en la subsistencia por medio de la agricul-tura y la ganadera a otra cuyo nfasis ms fuerte est en el trabajo temporal a sueldo. Laevidencia presentada aqu sugiere que esta reconfiguracin ha sido experimentada de mane-ra desigual en el casero. Una amplia gama de residentes ha sufrido los efectos negativos de

    22. Por ejemplo, mujeres jvenes del casero fueron las principales participantes en el programa de capaci-tacin en confeccin de ropa, el cual se realiz durante mi periodo de investigacin.

  • Apuntes 68, primer semestre 2011 /Himley26

    la minera, en particular aquellos asociados con la prdida del acceso a los terrenos de lacomunidad. Mientras tanto, las nuevas oportunidades para participar en la economa minerase han concentrado principalmente en hombres de temprana y mediana edad. Tal y comoexplorar a continuacin, los residentes dirigieron su atencin a esta desigualdad cuandocompararon Pierina con experiencias previas que haban tenido con la minera tradicional.

    A LA SOMBRA DE SANTO TORIBIO

    Las etnografas realizadas en las zonas aledaas a las nuevas mega minas transnacionaleshan observado que, para las poblaciones locales, la memoria sobre antiguas relaciones conla economa minera puede constituir importantes puntos de referencia para sus interaccionescon la minera moderna (Gil 2009; Salas Carreo 2008). En el caso de Chacrapampa,tambin encontr que los habitantes del casero, al hablar de sus experiencias recientescon el desarrollo minero en Pierina, a menudo remitieron a sus anteriores relaciones con laminera tradicional. En particular, los entrevistados recordaron sus interacciones con lamina de mediana escala Santo Toribio, la cual se ubic pocos kilmetros al sur del casero,en una quebrada vecina. Una mina polimetlica que produjo plata, plomo y zinc, SantoToribio fue una operacin de larga existencia, abandonada en el ao 199323. En la mayorparte de su existencia, Santo Toribio fue una mina subterrnea que utiliz tecnologatradicional, lo cual provoc que el proceso de extraccin fuera arduo y complicado. Porta-voces de la compaa reportaron que en las dcadas de 1970 y 1980 la mina emple unpromedio de 150 a 200 obreros. Si bien la empresa atrajo a trabajadores de un mercadolaboral con alcance regional, de igual forma emple a los residentes de las comunidadesms cercanas. En Chacrapampa, al menos seis de las familias entrevistadas en este estudiotenan miembros que haban trabajado en Santo Toribio.

    Un ejemplo de estos trabajadores es Luis, quien se traslad a la zona a mediados de ladcada de 1970 para trabajar en Santo Toribio. Luis inform que el trabajo en esa mina erafsicamente agotador y peligroso. Las normas de seguridad eran bajas y ocurrieron nume-rosos accidentes mortales. Mucha gente mora, dijo. Adems, habl con inquietud acercade lo que implicaba para el trabajador pasar das enteros en los socavones: No escuchanada. No sabe si llueve o si hace sol. Sin embargo, Luis record los casi diez aos durantelos cuales labor en Santo Toribio de manera positiva. Declar que fue un buen trabajo yluego describi cmo esta actividad funcion como un complemento a las actividades

    23. En su extenso catlogo de las riquezas minerales de ncash, publicado en 1873, el naturalista deorigen italiano Antonio Raimondi (2006) seala la existencia de una mina llamada Santo Toribio a dosleguas de Huaraz en la Cordillera Negra. La Compaa Minera Santo Toribio S. A. es reconocida como elms reciente operador de la mina, tras haber comprado la operacin a principios de la dcada de 1950.

  • 27El gnero y la edad frente a las reconfiguraciones en los medios de subsistencia originadas por la minera

    agropecuarias de su familia. En particular, su salario poda ser utilizado para cubrir loscostos de insumos tales como fertilizantes y pesticidas, o incluso de vez en cuando paracontratar jornaleros para trabajos agrcolas. La nocin de que el trabajo ms o menospermanente en Santo Toribio contribua a la reproduccin social en Chacrapampa tambinfue mencionada por Carmen, cuyo padre haba trabajado en esa mina durante dcadas.Carmen subray que su padre pag la escuela de sus hijos con el dinero que gan en SantoToribio. Ella concluy: Santo Toribio nos ha ayudado bastante. Era una empresa chiquita,pero nos ha ayudado bastante. Nos ayudaba con trabajo.

    Las relaciones con Santo Toribio no solo se limitaban al empleo, ya que los residentes deChacrapampa tambin intercambiaban productos agrcolas a cambio de mercancas quese podan encontrar all. A travs de este intercambio conocido por varios entrevistadoscomo trueque los habitantes del casero podan obtener productos alimenticios tradosde otras regiones del Per, tales como coca, fideos, arroz y azcar. En ocasiones, las fami-lias incluso intercambiaban productos agrcolas por ropa. Como un aspecto significativopara la presente investigacin, encontramos que las mujeres del casero jugaron un papelimportante en estas actividades. Una de estas mujeres fue Mara, quien record:

    Cuando yo era ms chiquita, en mina tambin yo me iba, llevando as. Pelandomote y sancochando as chocho. Despus de hacer, todo remojado, tendiendoya, y est como para comer, yo llevaba a vender A mineros venda. All vivanseoras bastantes. All yo venda. Cambiaba con arroz, con azcar.

    Se trataba de un buen negocio, dijo Mara. De hecho, las mujeres que intercambiabanproductos con los mineros y sus familias en Santo Toribio recordaron este trueque como unoque les brind buenos beneficios y sealaron que fue en parte posible gracias a que el terri-torio de la mina de Santo Toribio era libre. Esto quiere decir que no haba vallas erigidaspara bloquear el acceso a la operacin y a sus trabajadores. Los recuerdos de los residentes,entonces, enfatizaron cmo la mina ofreci oportunidades a los hogares para diversificar yconsolidar sus medios de subsistencia. Esto se dio mediante el trabajo asalariado, as como atravs de formas de intercambio entre la economa minera y la economa familiar campesi-na. La impresin que surgi de las conversaciones sobre este tema denot que el caserodisfrut de una relacin relativamente sinrgica con la economa minera de Santo Toribio24.

    24. Esto no quiere decir que el cuadro pintado fuera siempre positivo. Adems de los aspectos de falta deseguridad en el trabajo, mencionados anteriormente, se observ con frecuencia que la mina no aplica-ba medidas de gestin ambiental. De hecho, no es un secreto que Santo Toribio se ha convertido desdesu abandono en una fuente importante de contaminacin del agua, incluyendo drenajes cidos. En estecontexto, cabe anotar que los moradores de Chacrapampa no se han visto tan afectados por el legadoambiental de la mina abandonada por no vivir aguas abajo de ella.

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    Como se ha sealado, los recuerdos de los residentes respecto a la mina de Santo Toribiofueron a menudo entrelazados con las observaciones sobre la mina Pierina y las diferen-cias entre las dos generalmente se pusieron en relieve. En este sentido, Santo Toribio puedeverse en contraste con Pierina dentro de las narrativas de los aldeanos sobre la minera ylas transformaciones que ha trado en sus modos de subsistencia. Esto quiere decir que lasinvocaciones a la mina Santo Toribio ayudaron a realzar an ms determinados aspectosde las operaciones de Barrick, en particular la forma como la empresa ha interactuado conel casero. Por ejemplo, las mujeres que intercambiaban productos agrcolas en Santo Toribioa menudo lamentaban que esto no haya sido posible en Pierina. Al parecer, en los primerosdas de la construccin de la mina este tipo de cambio era posible. Sin embargo, el que lasmujeres accedieran a los empleados de la mina con el fin de vender sus productos fuecortado cuando Barrick erigi la cerca que rodea su propiedad. Esteban un hombre ma-yor afirm: Cuando lleg la mina las mujeres suban a vender comida a los trabajadoresde la mina donde estaban trabajando. Pero ahora con la malla no pueden. Lourdes llamla atencin sobre esta inaccesibilidad haciendo referencia a las anteriores interaccionescon Santo Toribio. De Santo Toribio dijo: Esa mina s suficiente era. Hemos pasado nuestranecesidad. Cuando era nia ella sola llevar los productos agrcolas de la familia a SantoToribio para cambiarlos por mercancas. Esto no ha sido posible en Pierina. Despus de queLourdes continuara en quechua, su traductor explic: Ahora pues no dejan. Acaso a lasmadres solteras apoyan as? Debe ser, pero no apoyan as. Pero ms antes con Santo Toribio,ellas pues como eran madres solteras o viudas tambin iban. Seoras iban all con susproductos y hacan cambios pues.

    La cerca, como sabemos, tambin evita que los residentes pastoreen sus animales en susantiguos pastizales. En este aspecto tambin Santo Toribio difera de Pierina. Se sealque, adems de ser libre, Santo Toribio tuvo un efecto limitado sobre las tierras de pas-toreo y por lo tanto sobre la ganadera porque haba sido una mina subterrnea hastasus ltimos aos de operacin. Esteban afirm enfticamente: Hasta los mineros tenanganado! La huella de Pierina, en cambio, es mucho ms extensa. Esto se debe a que susprincipales componentes utilizan relativamente ms suelo y porque la empresa ha cercadosu propiedad. A diferencia de Santo Toribio, continu Esteban, este nuevo tipo de mineraa cielo abierto no deja pasto.

    Es importante reconocer que, como toda representacin del pasado, los relatos de losresidentes de sus anteriores experiencias con la minera son selectivos y no necesariamen-te deben ser asumidos sin ms. Sin embargo, estos tambin llaman la atencin haciaasuntos importantes para nuestra discusin. Por un lado, ponen en relieve que la evolucintecnolgica y organizativa en el sector es importante para entender cmo han cambiado

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    con el tiempo las consecuencias de la extraccin en los medios de subsistencia de laspoblaciones aledaas. En este aspecto, investigaciones histricas han demostrado cmo laindustrializacin de la minera durante el siglo XX transform la mano de obra y las nece-sidades de insumos del sector minero, con ramificaciones importantes que explican lamanera en que las comunidades rurales participaron en la economa minera como traba-jadores o proveedores de insumos (Becker 1983; DeWind 1987). Estudios de la mineradurante el reciente periodo neoliberal, por otra parte, han observado que las nuevas minastransnacionales exhiben caractersticas de un modelo neoenclave, dada la falta de rela-ciones productivas entre estos (lucrativos) megaproyectos y las (empobrecidas) economasde sus entornos (Gil 2009). En base a los testimonios de los residentes de Chacrapampa, sepuede apreciar cmo la tecnologa avanzada y las tcnicas de procesamiento empleadasen la actualidad por las minas a gran escala pueden traducirse en barreras de entrada paralos residentes de las comunidades vecinas interesados en participar de la nueva economaminera. De esta manera, cuando evaluamos las ramificaciones de la minera en relacin ala subsistencia de las poblaciones locales, es importante no tratar a esta industria comouna indiferenciada o esttica. Ms bien, es necesario examinar las maneras particulares enque formas histricamente especficas de extraccin han llevado a patrones determinadosde interaccin con las economas locales.

    Por otro lado, las versiones recopiladas en este artculo, basadas en los recuerdos de laspersonas entrevistadas en Chacrapampa sobre sus relaciones con la mina Santo Toribio,tambin sealan que atender a divisiones sociales como el gnero y la edad es importantea la hora de evaluar el carcter cambiante de las transformaciones de los medios de sub-sistencia generadas por la minera contempornea. Vemos aqu que el cambio tecnolgi-co-organizativo de la industria especialmente en cuanto a sus necesidades de insumos yla creciente exigencia de controlar amplias extensiones de tierra ha sido experimentadonotablemente entre las mujeres del casero, constituyendo un proceso de exclusin, ya queciertas actividades econmicas que ellas realizaban en relacin a la minera tradicionali. e. la venta de productos agropecuarios a los empleados de la mina no son posibles conla minera moderna25. Mientras tanto, para los adultos de edad avanzada, las memoriasde Santo Toribio tambin ponen en relieve el hecho de que la tendencia hacia la minera desuperficie se ha traducido en una dramtica reduccin de acceso al terreno necesario pararealizar sus actividades ganaderas tradicionales. Como hemos visto, esta reduccin ha teni-do implicaciones especiales para ellos, dadas las limitadas oportunidades que les han sido

    25. Vale la pena destacar, sin embargo, que hace varios aos Barrick comenz un programa en Pierina en elque la empresa patrocinaba la creacin de empresas comunales, las cuales proveen bienes y servicios ala minera. Esta iniciativa puede ser interpretada como un intento de disminuir las barreras a la partici-pacin local en la economa minera contempornea.

  • Apuntes 68, primer semestre 2011 /Himley30

    ofrecidas para participar en la nueva economa minera. De esta manera, los testimonios delos residentes nos ayudan a apreciar cmo los impactos y oportunidades creados por lainstalacin de Pierina han sido experimentados de manera desigual en el casero.

    A MODO DE CONCLUSIN

    La creciente literatura acadmica sobre la industria extractiva en el Per ha evidenciadolas complejas y multifacticas alteraciones socioambientales generadas por la instalacinde las minas de gran escala (e. g., Barrantes et al. 2005; Bebbington 2007a; Bury 2004,2005; Gil 2009; Salas Carreo 2008). Estos estudios, por un lado, han sacado a la luz lasvarias dimensiones de desplazamiento sufridas por los residentes de las comunidades ru-rales a consecuencia de la expansin de la frontera minera, dando as evidencia de quegran parte de los costos de la extraccin se concentran en la escala local. Por otro lado,estas investigaciones han sealado que el crecimiento de una nueva economa mineratambin puede presentar oportunidades para los que residen en las zonas afectadas (in-cluso a travs del empleo), aunque el rango entre la expectativa y la realidad en cuanto aestas oportunidades muchas veces es vasto y los beneficios frecuentemente no se distri-buyen de manera igual entre las poblaciones locales.

    Basndome en las aproximaciones de la ecologa poltica, mi objetivo con el presentetrabajo ha sido contribuir a esta literatura a travs de la exploracin de cmo el gnero yla edad son factores que influyen en la configuracin de la forma en que las comunidadesaledaas experimentan los efectos de la minera de gran escala. Como se ha documentadoen las pginas anteriores, en el caso de Chacrapampa, la instalacin de Pierina ha produ-cido una reconfiguracin en las condiciones de produccin y reproduccin en el casero.Para los residentes, la venta de sus terrenos a la minera ha socavado su capacidad derealizar prcticas agropecuarias tradicionales, sobre todo la ganadera, la cual histrica-mente ha sido un componente clave dentro de su modo de subsistencia. Mientras tanto,han surgido algunas nuevas fuentes de ingreso en particular a travs del trabajo tempo-ral y rotativo aunque estas son consideradas generalmente insuficientes por los residen-tes para cubrir sus necesidades. En el contexto de estas reconfiguraciones de la economalocal, el presente estudio ofrece un anlisis de la forma en que estos cambios impulsadospor la minera han sido experimentados de manera desigual entre los habitantes del case-ro. En particular, la evidencia indica que los impactos negativos de la minera en susmedios de subsistencia tradicionales (sobre todo aquellos asociados al reducido acceso alos terrenos) han sido especialmente problemticos para las mujeres y los adultos de edadavanzada y han contribuido a la precariedad de su situacin, dado que estos segmentos dela poblacin local no han tenido las mismas oportunidades de beneficiarse directamente

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    de la nueva economa minera, en comparacin con las oportunidades de los hombres detemprana y mediana edad.

    Algunos aspectos de la experiencia de Chacrapampa hacen que este caso sea distinto, porejemplo respecto a la cantidad precisa de terreno vendido a la empresa y la posicin geo-grfica especfica que el casero ahora tiene en relacin con la mina. Sin embargo, unacomparacin con otros estudios existentes indicara que, tras la especificidad de este caso,existen dinmicas generales. Entre estas: el uso cada vez ms extensivo de tierras por laminera a gran escala, una tendencia hacia formas de trabajo y requisitos de los insumosusados que presentan barreras a la poblacin rural para participar en la economa mineray, tambin, la existencia de roles de gnero constituidos histricamente en las sociedadesandinas, los cuales influyen en la forma como los derechos a los recursos y el poder dedecisin se distribuyen en las comunidades. Lo que esto indica es que los hallazgos de esteestudio pueden tener mayor relevancia. Si es as, el caso de Chacrapampa sugiere la nece-sidad de investigar ms exhaustivamente si los costos del reciente auge de la mineraperuana se estn expandiendo de manera desproporcionada en los sectores que a menudoson los ms vulnerables de las sociedades andinas.

    En el presente aspecto, se espera que este estudio promueva una mayor cantidad de inves-tigaciones acadmicas sobre la distribucin desigual de impactos y oportunidades de laminera en el Per. En particular, es importante que continuemos indagando cmo y porqu las divisiones sociales relacionadas a edad, gnero, clase social y nivel de educacinson factores determinantes en la explicacin de por qu algunos segmentos de las pobla-ciones rurales estn mejor posicionados para tomar ventaja de la expansin de la econo-ma minera, mientras otros ven sus medios de subsistencia progresivamente socavados poreste mismo proceso. Ello implica que las futuras investigaciones deben ser diseadas conel fin de poner bajo la lupa las varias dimensiones de los nexos entre diferenciacin socialy cambios producidos por las actividades extractivas. El producto de este enfoque sera unentendimiento ms comprensivo de las consecuencias del reciente auge minero en el pas.De igual forma, este estudio presenta una serie de ramificaciones importantes para losrepresentantes del gobierno, la industria y la sociedad civil. En particular, pone en mani-fiesto la necesidad de tener en mayor consideracin las opiniones, los puntos de vista y lasexperiencias de todos los segmentos de las poblaciones afectadas por la explotacin derecursos naturales y, en particular, de los subgrupos que han sido marginados histrica-mente. Sobre la base de un dilogo que incluye las voces de todos estos grupos, la tareasubsiguiente ser disear polticas dirigidas a mejorar la distribucin desigual de los cos-tos y los beneficios de extraccin y a oponerse a una mayor marginacin de grupos de pors vulnerables.

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