ClasificaciondelasCiencias

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CLASIFICACIÓN DE LAS CIENCIAS I- SUMA TEOLÓGICA, I, Q. 14 Art. 16 – Santo Tomás de Aquino Si la ciencia que Dios tiene de las cosas es especulativa. DIFICULTADES: Parece que no es especulativa la ciencia que Dios tiene de las cosas. 1.- Porque, según hemos dicho, la ciencia de Dios es causa de las cosas. Pero la ciencia especulativa no es causa de su objeto. Luego la ciencia de Dios no es especulativa. 2.- La ciencia especulativa se obtiene por vía de abstracción, cosa que no compete a Dios. Luego su ciencia no es especulativa. POR OTRA PARTE, a Dios se ha de atribuir todo lo que sea más noble y elevado. Pero la ciencia especulativa es más noble que la práctica, según dice el Filósofo. Luego Dios tiene ciencia especulativa de las cosas. RESPUESTA. Hay ciencias que son exclusivamente especulativas, otras exclusivamente prácticas, y algunas son en parte especulativas y en parte prácticas. Para más precisar esto, adviértase que de tres maneras se puede llamar especulativa una ciencia. Primero, por parte de las cosas que estudia, cuando el que las estudia no las puede hacer ni modificar, y por esto es especulativa la ciencia que el hombre tiene de las cosas naturales y divinas. Segundo, por el modo de saberlas, como ocurre, por ejemplo, cuando un arquitecto estudia una casa definiendo, dividiendo y considerando en general lo que debe y lo que no debe tener, ya que esto es conocer una cosa factible, pero no en cuanto factible, sino de modo especulativo, ya que, en realidad, hacer una cosa es aplicar la materia o la forma y no resolver el compuesto en sus principios formales universales.

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  • CLASIFICACIN DE LAS CIENCIAS

    I- SUMA TEOLGICA, I, Q. 14 Art. 16 Santo Toms de Aquino

    Si la ciencia que Dios tiene de las cosas es especulativa.

    DIFICULTADES: Parece que no es especulativa la ciencia que Dios tiene de las cosas.

    1.- Porque, segn hemos dicho, la ciencia de Dios es causa de las cosas. Pero la ciencia

    especulativa no es causa de su objeto. Luego la ciencia de Dios no es especulativa.

    2.- La ciencia especulativa se obtiene por va de abstraccin, cosa que no compete a

    Dios. Luego su ciencia no es especulativa.

    POR OTRA PARTE, a Dios se ha de atribuir todo lo que sea ms noble y elevado.

    Pero la ciencia especulativa es ms noble que la prctica, segn dice el Filsofo. Luego

    Dios tiene ciencia especulativa de las cosas.

    RESPUESTA. Hay ciencias que son exclusivamente especulativas, otras

    exclusivamente prcticas, y algunas son en parte especulativas y en parte prcticas. Para

    ms precisar esto, advirtase que de tres maneras se puede llamar especulativa una

    ciencia.

    Primero, por parte de las cosas que estudia, cuando el que las estudia no las puede hacer

    ni modificar, y por esto es especulativa la ciencia que el hombre tiene de las cosas

    naturales y divinas.

    Segundo, por el modo de saberlas, como ocurre, por ejemplo, cuando un arquitecto

    estudia una casa definiendo, dividiendo y considerando en general lo que debe y lo que

    no debe tener, ya que esto es conocer una cosa factible, pero no en cuanto factible, sino

    de modo especulativo, ya que, en realidad, hacer una cosa es aplicar la materia o la

    forma y no resolver el compuesto en sus principios formales universales.

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    Tercero, por razn del fin, pues el entendimiento prctico difiere del especulativo por el

    fin, como dice el Filsofo. En efecto, el fin del entendimiento prctico es la operacin, y

    el del especulativo es la contemplacin de la verdad; y por esto, cuando un arquitecto,

    por ejemplo piensa cmo se puede construir un edificio, pero no con objeto de

    construirlo, sino simplemente para saber como se construye, tiene, respecto al fin un

    conocimiento especulativo, aunque se trata de una cosa factible.

    Por consiguiente, la ciencia que es especulativa por parte de las cosas que conoce es

    exclusivamente especulativa. La especulativa por el modo de conocer o por el fin que se

    propone, en parte es especulativa y en parte prctica, y aquella cuyo fin es la operacin

    es simplemente prctica.

    Pues, segn esto, se ha de decir que, respecto a s mismo, Dios no tiene ms que ciencia

    especulativa, ya que El no es cosa que se pueda hacer. Respecto de todo lo dems, tiene

    ciencia especulativa y prctica: especulativa en cuanto al modo, porque todos los

    conocimientos especulativos que nosotros podemos adquirir de las cosas por medio de

    definiciones y anlisis los tiene l de un modo mucho ms perfecto. De las cosas que

    puede hacer y no hace no tiene ciencia prctica, en cuanto se llama prctica una ciencia

    por razn del fin, pues en este sentido slo tiene ciencia prctica de las cosas que hace

    en el tiempo. Por lo que se refiere al mal, aunque no es cosa que l pueda hacer, entra,

    sin embargo, lo mismo que el bien, en la esfera de su conocimiento prctico, en cuanto

    lo permite, o lo impide, o lo subordina, a la manera como la enfermedad entra en la

    ciencia del mdico por razn de que la cura con su arte.

    SOLUCIONES:

    1.- La ciencia de Dios es causa, pero no de s mismo, sino de las otras cosas; de unas,

    esto es, de las que existen en cualquier tiempo, causa real; de otras, es decir de las que

    puede hacer y jams har, causa virtual.

    2.- No es esencia en la ciencia especulativa el que se tome de las cosas que se conocen;

    esto es simplemente un carcter accidental que tiene cuando es humana.

    Respecto al argumento que se contrapuso a las dificultades, hay que observar que no se

    tiene conocimiento perfecto de las cosas factibles si no se conocen en cuanto

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    realizables; y, por tanto, como la ciencia divina es absolutamente perfecta, es necesario

    que Dios conozca las cosas que se pueden hacer en cuanto tales, y no slo como objeto

    de especulacin. Y no por esto sufre menoscabo la dignidad de su ciencia especulativa,

    porque Dios ve las cosas distintas de l en s mismo, y a s mismo se conoce con ciencia

    especulativa, por la cual en la ciencia especulativa que tiene de s mismo cabe el

    conocimiento especulativo y el prctico que tiene de todas las dems cosas.

    II.- LA ESTRUCTURA DEL CONOCIMIENTO JURDICO Jos Mara

    Martnez Doral

    A. EL CONOCIMIENTO JURDICO COMO SABER PRCTICO

    1. Ciencias teorticas y ciencias prcticas.

    Aristteles mostr que la divisin primera del saber es la que lo distingue en saber

    especulativo o teortico y saber prctico1. La divisin tiene en cuenta el fin que nos

    proponemos al conocer: del mismo modo que podemos servirnos de los ojos ya para ver

    y gozar de la contemplacin de las cosas, o bien para alguna utilidad de la vida prctica,

    as podemos emplear nuestra facultad cognoscitiva para una de estas dos finalidades:

    conocer, por el solo placer de conocer y gozar de la contemplacin de la verdad, o

    conocer para procurarnos un bien distinto de la pura especulacin de las cosas, para

    procurarnos a travs de la conducta, el bien de la vida2.

    Las ciencias adquiridas del primer modo, sern ciencias teorticas o especulativas. Las

    que adquirimos de la segunda manera, podrn llamarse con toda justicia, ciencias

    prcticas3.

    La divisin del saber en estos dos grandes gneros corresponde a la distincin que es

    preciso reconocer en la actividad del entendimiento humano: hay tambin un

    1 ARISTTELES: De An. III, 9, 432 a 15. (Ed. BEKKER [Gigon-Bonitz] Berln, 1960-61). 2 S Th. I, 79, 11. Sent. III, d. 23, 2. 3. 3 in Boet. de Trinit., 5, 1. de Verit, 2, S.

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    entendimiento especulativo o teortico y un entendimiento prctico o creador4. El

    primero conoce en funcin del conocimiento, aspira slo a ver y la verdad constituye la

    nica meta de sus esfuerzos. El otro conoce, pero en funcin de la accin y de la

    conducta; no trata slo de captar esencias sino de dirigir la actividad del hombre: la

    meta de su esfuerzo creador es el modo de orientar la accin humana en el

    cumplimiento de las mltiples tareas de la vida. No conoce pues, para descansar en el

    conocimiento y gozar de la contemplacin, sino para servirse del conocimiento con

    miras a la actividad5.

    La gran mayora de las veces, la razn del hombre trabaja en este orden prctico y para

    las ms variadas finalidades de la vida. Y es slo un privilegio del metafsico o del

    cientfico puro o de cualquier hombre en los fecundos momentos de ocio verdadero

    ejercitar la actividad del intelecto en la absoluta libertad del conocer.

    No se crea con esto que el entendimiento prctico y el especulativo, por ms que el

    dinamismo intelectual sea radicalmente distinto en los dos casos y que sean tambin

    tpicos los modos respectivos de enfrentarse con su objeto, vengan a ser dos facultades

    separadas. Se trata por el contrario de una y la misma facultad. Intelectos

    speculativum fit per exntensionem practicum. El entendimiento teortico se hace por

    una especia de desbordamiento o extensin, entendimiento prctico6. Este conoce la

    verdad y la conoce como especulativa pero la orienta inmediatamente a la accin; y en

    esta extensin del conocer al querer y al obrar, es como se hace prctica la razn terica.

    Obsrvese bien, no como si al extenderse hasta la accin fuera desapareciendo

    gradualmente hasta extinguirse por completo, y en su lugar fuera surgiendo el intelecto

    prctico, sino dirigiendo ella misma sus mandatos a la voluntad, cumpliendo ella

    misma, la razn terica, una funcin pragmtica7. No se trata por lo tanto de dos

    facultades distintas, sino de una sola y la misma facultad ejerciendo en modos

    tpicamente diferentes su nica actividad. No son dos mundos radicalmente distintos sin

    posibilidad de comunicacin o al menos con una conexin muy problemtica, sino un

    solo universo de conocimiento que adoptando formas y ejerciendo funciones

    4 S. Th. I, 79, 11. 5 in Ethic. I, 1. in Methaph. I, 2. 6 ARISTTELES: De An. III. 3, 414 a 29 (Com. S. THOM. lect. 5. n. 279). 7 S. Th. I, 79, 12.

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    sumamente heterogneas entre s, establece sin embargo, entre el conocer, el querer y el

    obrar del hombre una continuidad efectiva.

    La cuestin tiene para nuestro tema una decisiva importancia, pues de ella depende la

    fundamentacin ltima de todo el orden prctico: pero la dejamos en este lugar, para

    estudiarla con mayor atencin posteriormente.

    2. Lo inteligible y lo realizable.

    Hemos de decir, por consiguiente, que no slo hay en el conjunto del saber humano

    ciencias teorticas. Al lado de ellas y con especiales caractersticas que las distinguen,

    se dan tambin las ciencias prcticas8.

    El objeto de las primeras es siempre un inteligible. El espritu se dirige al mundo de la

    existencia y penetrando con su luz en el dato sensible hacer surgir ncleos de

    inteligibilidad cada vez ms desprendidos de la materia. Alcanza aquellos objetos a

    ttulo de puros inteligibles y los conoce con la nica finalidad de descansar en su

    conocimiento9.

    El modo de proceder de las ciencias prcticas es completamente distinto: su objeto no es

    esta vez un inteligible, obtenido por abstraccin de la existencia concreta, sino

    precisamente un operable, algo que todava no ha sido hic et nunc, y a lo cual debe

    darse forma, algo que est an por realizar o en lo que la idea de realizacin interviene

    de manera decisiva. Si el entendimiento conoce entonces ese objeto, no es slo para

    entenderlo y descansar en su contemplacin, sino para utilizar ese conocimiento con

    vistas a la accin10.

    Es preciso que este objeto realizable sea tomado formalmente como tal11. Una ciencia

    que se propone analizar tericamente un objeto realizable, haciendo abstraccin

    8 En lo que sigue y segn lo pide la naturaleza de la cuestin correspondiente, emplearemos la misma palabra ciencia en dos sentidos distintos. Primero: en el sentido de saber en general. As, la filosofa tambin es ciencia, y la ms elevada de todas. Segundo en el sentido de saber por los condicionamientos aparentes. As, se distingue de la filosofa y constituye un modo tpico de anlisis de la realidad. El lector sabr distinguir, sin que necesitemos advertirlo en todas las ocasiones, cundo utilizamos esta palabra en el sentido ms amplio y cundo en el sentido ms restringido. Y recordar tambin qu particulares acontecimientos de la historia del pensamiento filosfico han impedido la acuacin de un trmino nuevo para designar a las ciencias especializadas. 9 Ibidem. 10 in Boet. de Trinit. loc. cit. 11 JOANNES A SANCTO THOMA: Cursus Phil. log. II, 1, 4 (Edicin de B. REISER, Roma, 1948).

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    absoluta de toda idea de realizacin, no conseguira por eso mismo ser una ciencia

    prctica. Por ms que su objeto no fuera un puro inteligible, la ciencia misma s que

    sera puramente especulativa. Para que se pueda hablar de ciencia prctica es necesario

    que el objeto realizable sea tomado precisamente en esa formalidad y que lejos de

    hacerse abstraccin de toda idea de realizacin concreta, sta est siempre de un modo

    ms o menos explcito rigiendo el mtodo de la ciencia y el modo propio de su

    investigacin.

    3. El conocimiento jurdico como saber prctico.

    Pues bien, teniendo a la vista estos dos gneros supremos del saber, correspondientes a

    las dos funciones del entendimiento y en general a las dos grandes dimensiones de la

    vida humana, debemos afirmar que el conocimiento jurdico no es en modo alguno un

    saber especulativo. Es ms bien, con todas las consecuencias que lleva consigo, un saber

    prctico12.

    El objeto del conocimiento jurdico no es una esencia puramente especulable puesta

    ante nuestra consideracin para ser contemplada. Se trata aqu de conductas, acciones,

    decisiones humanas, es decir objetos que hacen referencia a la realidad concreta, y que

    no pueden ser entendidos en tanto que jurdicos privados de esa referencia a la

    realidad. Se trata tambin de la Justicia, que lleva consigo una tendencia inexorable a la

    realizacin, se trata de un intento de conformacin y configuracin de situaciones

    concretas y de sociedades determinadas. Desde cualquier ngulo que se lo contemple, la

    idea de realizacin, la referencia a la accin y a la vida interviene siempre y en forma

    verdaderamente decisiva. El objeto del conocimiento jurdico es por cierto, un operable,

    jams una realidad simplemente escalable; no algo que ya es, que est ah y puede ser

    objeto de nuestra contemplacin, sino algo que todava no es, que an no ha sido

    realizado en su existencia concreta y, que ha de ser puesto en obra. En una palabra, se 12 Vid. Y F. DE CASTRO: Derecho Civil de Espaa, Madrid, 1955, t. I, pg. 18 y ss. Y 46; V. SCHONFELD; Grundlegung der Rechtswissenschaft 1951, pg. 17, L. LEGAZ LACAMBRA: Introduccin a la ciencia del derecho, Barcelona, 1943, pg. 55, 56 y 61; G. CAPOGRASSI; Il problema della scienza del diritto, Roma, 1937, pg. 12. Vid. tambin el excelente Informe, preparado por CH. EISENMANN sobre la enseanza del derecho, Unesco, 1958. Parece ocioso advertir que la practicidad que aqu se atribuye al saber jurdico, no tiene nada de comn con el sentido que esta propiedad ha adquirido en el mbito del pragmatismo. Este trata de destruir la nocin misma de saber o de especulacin y en consecuencia, aparece como uno de los principales adversarios de la posibilidad de un saber prctico.

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    trata de un operable formalmente tomado como tal que especificar, no ya a un saber

    puramente especulativo, sino a un autntico conocimiento prctico.

    B. LA ESPECIFICACIN DE LAS CIENCIAS SEGN LAS PERSPECTIVAS

    FORMALES DE CONCEPTUALIZACIN.

    1. Una objecin.

    La caracterizacin que acabamos de hacer del conocimiento jurdico como perteneciente

    al dominio de los saberes prcticos, resulta extraa para aquella opinin que defiende el

    carcter exclusivamente teortico del saber. La ciencia se agota siempre en el

    conocimiento y de ningn modo puede pasar a la accin: reivindicar para una disciplina

    o para un tipo de saber su esencia cientfica y cognoscitiva significa sustraerla

    automticamente a toda normatividad y a toda prctica; de ningn modo la ciencia

    puede ser generadora de normas ideales de conducta; jams es su tarea proponer

    exigencias o actuar los valores con vistas a la accin; el saber al menos el saber

    riguroso y fundado es exclusivamente especulativo y por tanto atribuirle a un tipo de

    conocimiento las caractersticas de una ciencia prctica es atribuirle las caractersticas

    de una contradiccin, ni la ciencia tienen nada que ver con la prctica ni la prctica

    puede alcanzar nunca la dignidad del saber.

    La objecin, que encierra indudablemente un fondo de verdad, no tiene sin embargo en

    cuenta las nuevas distinciones que es preciso establecer en el seno de los saberes

    prcticos. Pero su planteamiento nos introduce en la descripcin y en el anlisis de las

    nuevas diversificaciones que es necesario examinar.

    En efecto, podemos contentarnos con calificar sin ms, todo el mbito del

    conocimiento jurdico como un saber prctico, o los matices de la realidad nos obligarn

    a reconocer tambin diferencias especficas en el seno de este tipo de saber? Qu lugar

    ocupan los elementos cientficos intuitivos, experimentales, metafsicos, lgicos, etc.

    etc. en el conocimiento jurdico, o quizs este se constituye por la exclusin explcita de

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    todos aquellos fremden Elementen13 a un objeto jurdico puro, construido segn un

    concepto completamente a priori de lo que es lo jurdico? Tiene algo que decir la tica

    o la metafsica, que tenga validez en el mbito del conocimiento jurdico? Y la

    dogmtica o la teora general, en qu condiciones se constituyen y cul es su validez en

    el conocimiento o acaso en la formacin de la realidad jurdica?

    Esas y otras muchas preguntas que pueden ser formuladas, nos indican que una

    caracterizacin de la Jurisprudencia como ciencia prctica es necesariamente

    insuficiente y que es preciso indagar los tipos especficamente distintos de conocimiento

    que se integran en el mbito del saber jurdico.

    2. La especificacin de las ciencias.

    Considerando la cuestin del modo ms general, podemos preguntarnos: De dnde se

    toma la especificacin de las distintas ciencias? Cul es el principio que constituye a

    cada una de ellas en un tipo epistemolgico puro? La lgica de los antiguos tena la

    siguiente respuesta para semejante interrogante14:

    a) El tema

    Algunas veces el simple tema, el objeto material de una ciencia es suficiente para

    distinguirla de otras aunque no sea precisamente el objeto material lo que especifica a

    ninguna de las dos. No hay riesgo de confundir la paleontologa con el derecho

    cannico ni posibilidad de mutuas transgresiones de fronteras entre los cultivadores de

    ambas ciencias.

    b) Los aspectos formales

    Otras veces sin embargo, para evitar estas transgresiones y para reconocer a cada

    dominio cientfico su tarea propia, habr que recurrir claramente al distinto aspecto

    objectum formale quod que dentro del mismo tema consideran dos modos de saber.

    13 H. KELSEN: La doctrina pura del diritto (Trad. italiana de R. TREYES) Miln, 1953, pg. 1. (En adelante, citaremos la Reine Rechtslehre, segn esta excelente traduccin. En el prrafo a que aqu se alude, escribe KELSEN: Sie Hill [die Reine Rechtslehre] die Rechtswissenschaft von allen ihr fremden Elementen befreien). 14 Cfr. sobre todo en S. Th. I-II, 54, 2; 54, 3; 60, 1; 63, 4; y los textos de JUAN DE SANTO TOMS que citamos a continuacin.

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    Esta especial fisonoma que un tema dado presenta a la mirada cognoscitiva, estas

    perspectivas de inteligibilidad segn las cuales la cosa se expone al conocimiento,

    permiten en muchas ocasiones acotar los campos de las distintas consideraciones

    intelectuales que versan sobre el mismo objeto material. Es as como la teora general

    del derecho y la sociologa jurdica, que consideran en definitiva el mismo objeto y que

    operan en el mismo grado de abstraccin, se reparten sus respectivos campos y

    direcciones de investigacin cientfica.

    c) Perspectivas formales de conceptualizacin

    Con todo, no es esta apelacin de inteligibilidad brotada de la cosa, esta fisonoma

    inteligible ofrecida al espritu, el elemento que en definitiva especifica a los distintos

    modos de saber. Hay un tercer elemento que juega un papel ms formalmente

    especificador: los antiguos le llamaron ratio formalis objetcti ut objectum15 y para

    ellos era antes que nada, un modo especial de sintonizar la mente al orientarla hacia la

    consideracin de la realidad.

    Para ser alcanzado por el espritu, el objeto es iluminado por el entendimiento; pero esta

    iluminacin puede tener un grado ms o menos elevado de intensidad: de acuerdo con

    esa intensidad de iluminacin el objeto descubre progresivamente los diversos ncleos

    de inteligibilidad que en l se contienen16. El efecto primario de esta especial

    sintonizacin de la mente al ejercer la actividad cognoscitiva, es constituir al objeto en

    un nivel determinado de inmaterialidad y por lo tanto en un nivel determinado de

    cognoscibilidad. En los tres grandes dominios de la filosofa especulativa metafsica,

    matemtica y filosofa de la naturaleza se ve con toda claridad como la mente sintoniza

    de tres maneras esencialmente distintas y como el efecto de esta diversa iluminacin de

    la realidad, es la constitucin de sus respectivos objetos en distintos niveles de

    inmaterialidad17.

    15 Para toda la teora antigua de las rationes formales, cfr los Comentarios de Cayetano, a la Primera parte de la Summa. Principalmente 9, 1. 16 in Boet. de Trinit. 5, 3. 17 sine omni materia, en el caso de la metafsica, cum materia intelligibili tantum, en el caso de la matemtica y cum materia sensibili non tamen haec cuando se trata de la filosofa de la naturaleza.

  • 10

    Pues bien; esta manera de colocar ante s las cosas para conocerlas, estos modos tpicos

    de conceptualizar y de construir nociones y definiciones, representan para las diversas

    ciencias, la ltima posibilidad de especificacin18.

    La apelacin de inteligibilidad, brotada de la cosa misma que es objeto de

    conocimiento, los aspectos formales que en ella puede considerar la mirada

    cognoscitiva, determinan siempre de algn modo la manera tpica de abstraer y definir

    (En este sentido, identificar esta sintonizacin de la mente de que hablamos, con

    cualquier proyeccin de categoras subjetivas sobre la realidad o con cualquier intento

    por parte del sujeto cognoscente de construir para s su objeto de pensamiento, sera

    abandonar la doctrina que nos est sirviendo de base y recaer en el puro idealismo

    trascendental). Sin embargo, el papel especificador, respecto a los modos tpicos del

    saber, de estas perspectivas formales de conceptualizacin, es mucho ms decisivo que

    el asignado a las apelaciones de inteligibilidad o, para decirlo con el lenguaje de los

    antiguos, a las rationes formales quae.

    Para la doctrina que estamos examinando, esta constatacin resulta verdaderamente

    fundamental.

    Qu es por ejemplo lo que especifica en ltima instancia el saber metafsico? Por

    supuesto, lo que especifica en primer trmino el saber metafsico, es la entitas, es decir,

    la apelacin tpica de intelgibilidad surgida de la cosa, esta reduplicacin formal sobre

    el ser mismo segn la cual, lo real es alcanzado por aquel tipo de saber. Pero ms

    todava que la entitas, de una manera mucho ms formal y decisiva, lo que especifica a

    la metafsica es la especial sintonizacin de la mente en un determinado nivel

    cognoscitivo que ella requiere y segn la cual constituye a su objeto, en un grado de

    perfecta inmaterialidad. En otras palabras: la perspectiva con la cual construye sus

    nociones, elabora sus juicios y organiza la marcha de sus razonamientos.

    Todava aparece ms claramente esta funcin ltimamente especificadora de las

    perspectivas de conceptualizacn en aquellos casos en los que la apelacin de

    inteligibilidad que brota de la cosa no tiene por s misma sino un valor genrico de

    determinacin y sin embargo permanece la posibilidad de descubrir an en el seno del

    objeto, variadas perspectivas. Lo que permite entonces alcanzar esos nuevos aspectos,

    18 Ergo non ex sola segregatione a materia, prout consideratur terminus a quo abstractionis, sed in ultima determinatione inmaterialitatis specifica et determinata ratio scibilitatis consistit, JOANNES A SANCTO THOMA, Cursus Phil. log. II, 27, 1.

  • 11

    no puede ser ya la ratio formalis quae, que ha agotado su eficacia en la determinacin

    genrica del objeto que se presenta a la consideracin de la mente; slo los modos

    tpicos de iluminacin del objeto, slo las perspectivas formales de conceptualizacin

    pueden cumplir este oficio.

    Tomemos ejemplos menos elevados propuestos sobre todo para sostener la imaginacin.

    Tomemos como objeto material una tela coloreada; esta tela pintada, esta obra de arte, para entrar en el

    espritu, se nos ofrece con el carcter diferencial de cosa pintada para la belleza (dicha tela es el cuadro

    de un maestro). El objeto material es tela coloreada (nocin que podra convenir tanto a un hule como a

    un cuadro); la perspectiva formal de la realidad {ratio formalis quae} es el carcter pintado para la

    belleza; el objeto formal as determinado {objectum formale quod} es el cuadro. O bien: un hombre

    (objeto material) entra en mi casa, se me presenta como amigo, comerciante, acreedor; sta es la

    perspectiva formal de la realidad. Supongamos que este hombre es un amigo.

    Hay todava algo en este hombre ms que considerar: el modo de conversacin que le conviene: es un

    amigo susceptible y reservado que exige una conversacin cuidada e irnica; o bien un amigo familiar

    que requiere una conversacin sencilla y confiada; o un amigo desdichado que requiere una conversacin

    en la cual uno llore con l; o un amigo favorecido por la fortuna que debe ser felicitado.

    En todos estos casos nos hallamos ante un mismo objeto formal genricamente determinado, un hombre

    considerado segn el llamado de inteligibilidad de la amistad, pero sin embargo apelamos a diferentes

    modos de conversacin: a estos distintos modos de conversacin responde la nocin de luz objetiva,

    perspectiva formal sub qua, manera de tratar con el objeto, manera de conversar, de entablar conversacin

    con l.

    E igual que en el caso del cuadro de que hablbamos, este cuadro requiere ser considerado bajo tal o cual

    luz objetiva.

    Si se trata de una lmina de anatoma o de botnica, para apreciarla habr que colocarse en el punto de

    vista de la copia exacta de la naturaleza; si es un cuadro de Rembrandt habr que colocarse en un punto

    de vista totalmente distinto, en el punto de vista del alma y de la predestinacin cuya nostalgia siente el

    pintor y cuyo misterio hace sensible; si es un cuadro de Picasso habr que colocarse en el punto de vista

    de representacin abstracta de los objetos.

    Tenemos pues, ante una misma obra determinada formalmente como res, maneras muy distintas de

    conversar con ella, luces objetivas diferentes para alcanzarla y comprenderla.

    Con mucha frecuencia olvidamos la necesidad de este punto de vista formal, de esta luz objetiva: creemos

    que basta enfrentase con un cuadro para juzgarlo, cuando para penetrar en la interioridad de la obra de

    arte, es menester participar en cierto modo del punto de vista del que la ha realizado y este punto de vista

    corresponde a la luz objetiva tan pronto como el artista nos ha explicado lo que quiso hacer, dos

    palabras bastan, nuestro juicio est orientado, y podemos juzgar la obra de arte; pero si no realizamos

    este acto de aceptacin y simpata, nunca podremos juzgar equitativamente la obra de arte. Es la

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    necesidad de una luz objetiva ms determinante, ms especializadora que el llamado de inteligibilidad del

    objeto como cosa, que la ratio formalis objecti ut res.

    Y lo mismo puede comprobarse al considerar los diferentes grados de intensidad,

    caractersticas de la operacin abstractiva del entendimiento. Los tres rdenes tpicos de

    abstraccin corresponden tambin a diferencias genricas en el saber. Pero entre saberes

    del mismo grado puede haber diferencias de especie. Estas ya no vendrn determinadas

    por aquellas formas tpicas ni bastar reconocer que pueden darse infinitos grados de

    abstraccin y no slo aquellos tres. El problema de la especificidad solo podr

    resolverse en este caso si nos colocamos nuevamente en el punto de vista de los modos

    de conceptualizacin: un modus definiendo et enuntiandi especfico, especifica a su

    vez un modo de saber; una manera tpica de construir conceptos y nociones, de elaborar

    juicios y de significar la realidad, corresponde a un modo autnomo de conocimiento y

    lo distingue ntidamente de todos los dems19.

    En resumen; el principio ltimo de especificacin de las ciencias no se toma slo de las

    maneras tpicas como el espritu en su actividad abstractiva se aleja de la materia, sino

    ms bien de los modos segn los cuales constituye positivamente a su objeto en un

    determinado nivel de inmaterialidad; es decir en las maneras tpicas de conceptuar el

    objeto y de construir las nociones y definiciones20.

    C. LA ESPECIFICACIN EN EL MBITO DEL CONOCIMIENTO JURDICO.

    La pasada discusin nos ha dejado en las manos un eficaz instrumento para practicar

    precisas distinciones21; en el mundo del espritu hay diferencias estructurales y variedad

    de dimensiones que es preciso reconocer y slo teniendo buen cuidado de asignar a cada

    tipo de pensamiento su situacin exacta, puede lograrse luego la armona y evitar de

    paso toda una serie de graves malentendidos. 19 Quare cum specificatio atoma scientiarum sit ultima ratio scibilitatis, quae non est amplius divisibilis, oportet, quod si ratio formalis scibilitatis sumitur ex inmaterialitate, ultima et specifica sumatur determinate ex termino ad quem talis abstractionis in quo ultimo sistit et determinatur abstractio. JOANNES A SANCTO THOMA. Loc. cit. 20 Quare non solum sumitur ratio formalis et specifica scientiarum ex recessu a materia, sed ex accesu ad determinatum gradum inmaterialitatis. JOANNES A SANCTO THOMA. Loc. cit. 21 S. Th. I-II, 60, 1.

  • 13

    Nuestra pregunta, provistos ya de este instrumento de distincin, podra ser ahora la

    siguiente: En el amplio mbito del saber jurdico ya caracterizado como conocimiento

    prctico pueden distinguirse todava maneras diversas de conceptuar y definir el

    mismo objeto? Podemos hallar en el seno de este conocimiento estructuras nocionales,

    lxicos conceptuales y modos de definir que denotan saberes especficamente distintos?

    1. La prudencia.

    Nuestra primera observacin ser la siguiente: hay por de pronto un tipo de

    conocimiento jurdico, tan inmediatamente orientado a la prctica y a la existencia

    concreta, que trasciende totalmente el orden de la conceptualizacin: es el conocimiento

    prudencial22. En este caso, el entendimiento prctico ntimamente potenciado por la

    virtud de la prudencia considera tan prximamente la accin y la conducta, que ya no

    conceptualiza ni define. En la decisin a tomar aqu y ahora que es su nico cometido,

    no hay nociones que analizar ni conceptos que construir.

    El objeto de este conocimiento prudencial es algo por realizar, es decir un operable,

    tomado precisamente en esa especial formalidad. Pero un operable que la prudencia no

    trata de analizar o de describir conceptualmente, sino que trata simplemente de

    producir, de poner en la existencia concreta. La filosofa, la ciencia del derecho, incluso

    la casustica lo veremos enseguida proceden por conceptos y aunque versen sobre el

    mismo objeto que el conocimiento prudencial, construyen nociones y de algn modo

    hacen abstraccin de la existencia concreta. En la prudencia no; ella regula

    inmediatamente la conducta a realizar aqu y ahora, por un juicio y una decisin

    proporcionados a la absoluta individualizacin del caso singular.

    Debido a estas particularsimas condiciones de su objeto, que imponen una determinada

    estructura a los medio de aprehensin y de juicio, el conocimiento prudencial es un tipo

    de saber especficamente distinto de cualquier otro en el orden prctico y su instancia no

    puede ser jams suprimida ni siquiera reemplazada por ninguna ciencia, por ms

    casusticamente complicada que se la suponga.

    22 S. Th. I, 47. 3. Ethic. 6. Lect. 6.7.

  • 14

    Pero acerca de la naturaleza radicalmente intelectual de la prudencia, as como del modo

    propio por el que transforma su saber en accin, habremos de hablar ms adelante23.

    Hagamos constar aqu tan slo que entre los grados del conocimiento jurdico, debemos

    reservar para el de la prudencia un puesto, que por cierto no habr de ser el ltimo.

    2. La ciencia.

    Del conocimiento (prctico) prudencial, se distingue esencialmente el de la ciencia24. En

    este caso el objeto es tambin un operable, formalmente tomado como tal. Pero a

    diferencia de lo que ocurre en el caso de acabamos de considerar, no se trata aqu de

    realizar este objeto, de ponerlo en la existencia concreta, sino precisamente de

    analizarlo, de determinarlo conceptualmente, aunque siempre con vistas a la

    realizacin25.

    a) La practicidad de la Ciencia prctica

    De ello podemos decir por tanto que son saberes esencialmente prcticos: por mucho

    papel que juegue en ellos la experiencia, jams pueden convertirse en saberes de simple

    constatacin y olvidar su pertenencia al mundo de los saberes normativos.

    Pero por otra parte, no son enteramente prcticos; ya que son esencialmente

    insuficientes para llegar a regular la accin concreta; saben de una manera terica,

    explicativa, cosas que no son solamente para explicar sino sobre todo para hacer26.

    Lo que no pueden ser en ningn momento es saberes pura y simplemente especulativos.

    Es cierto que toda su estructura racional, sus medios de aprehensin y de juicio, sus

    maneras propias de conceptualizacin tienen una naturaleza completamente intelectual,

    pero como desde el principio estn directamente orientados a la accin y a la posicin

    existencial, todos esos medios se encuentran como impregnados de practicidad, 23 Vid parte segunda, cap. tercero, pg. 83 ss., tambin parte tercera, cap. primero, pg. 106 ss. 24 Cfr nota 8. 25 in Methaph. VI, 1. n. 1145. En el pasaje comentado dice ARISTTELES que es scientia intellectualis, pero una ciencia intelectual cuya argumentacin tiende a dirigir la accin concreta: ex universalibus principiis ad particularia, in quipus est operatio (STO. TOMS, ibid). 26 Cfr S. Th. I, 14, 16, en relacin con JOANNES A S. THOMA, Cursus Phil. Log. II, 1, 4 sub fine.

  • 15

    envueltos en el movimiento propio de un modo de conocer que se caracteriza antes que

    nada por una prctica finalidad. De esa manera, no slo la razn formal bajo la que

    alcanzan su objeto sino toda la obra cientfica a la que estn ordenados los hace

    esencialmente distintos de los saberes puramente especulativos.

    Aqu podra encontrarse la explicacin de la parte de verdad y al mismo tiempo de la

    falta de una perspectiva completa de los modos de conocimiento, de la objecin que

    insertbamos al comienzo del epgrafe anterior.

    En efecto; la extraeza ante la posibilidad epistemolgica de una Ciencia Prctica

    tiene indudablemente una cierta justificacin. Los dos trminos que componen la

    expresin no se excluyen mutuamente entre s hasta el punto de hacer de su

    acercamiento una afirmacin contradictoria, pero no puede negarse una cierta tensin

    entre ellos.

    La ciencia por s misma, tiende al conocimiento, se constituye en el orden del conocer y

    por s misma no puede pasar a la accin27. Ahora bien; nada le impide que al colocar

    ante s un objeto no puramente inteligible, sino operable, lo considere precisamente en

    esa formalidad. Si lo que pretende entonces es tan slo analizar aquel objeto desde el

    punto de vista de sus constitutivos inteligibles y de su estructura explicativa aunque sin

    perder por un momento su referencia a la accin, no se puede negar la calificacin de

    verdadera ciencia a ese tipo de saber. Pero al no tener como objeto un puro inteligible,

    sino algo que corresponde al dominio de la operacin, esta ciencia pertenecer al gnero

    opuesto al especulativo, se tratar justamente de una Ciencia Prctica28.

    b) La naturaleza teortica de la ciencia prctica.

    No olvidemos sin embargo que este tipo de saberes aunque prcticos por su

    constitucin, en cuanto ciencias verdaderas permanecen siempre en lo especulativo y en

    consecuencia, utilizan un lxico de conceptos y una estructura nocional que, aunque

    impregnados radicalmente de practicidad, son de naturaleza completamente intelectual.

    27 S. Th. I, 14, 16. sed c. 28 Se comprende as cmo al pasar al orden prctico, la palabra ciencia adquiere un sentido restringido el jurista, que se enorgullece de la larga y gloriosa tradicin de su ciencia particular, no vacila al mismo tiempo en reconocer la superior dignidad y las ms altas calidades teorticas del saber metafsico -, pero se comprende tambin cmo se trata de una ciencia autntica: un conjunto de certezas orgnicamente unidas, que establecen los principios y las causas de un determinado campo objetivo y slo el malentendimiento de las posiciones elementales sobre la naturaleza del saber, pueden llevar a la conviccin de la Wertlosigkeit der Jurisprudenz als Wissenschaft.

  • 16

    La tica por ejemplo, tiende a procurar un bien distinto al del conocimiento y en este

    sentido es prctica, pero como la trama objetiva de sus nociones y sus reglas propias de

    explicacin son estrictamente teorticas, habremos de decir, que en cuanto a su modo de

    conocimiento, la tica no es prctica sino especulativa. Slo en cuanto puede serlo una

    ciencia verdadera podremos decir por tanto que la tica es una ciencia prctica.

    Y cuando se trata de la actividad prudencial que por hallarse en el supremo grado de la

    prctica, no retiene en s nada de especulativo, en ningn sentido puede hablarse ya de

    ciencia29.

    La objecin por lo tanto, acierta al reivindicar para el saber la naturaleza estrictamente

    teortica; yerra a nuestro modo de ver, al imaginar la imposibilidad epistemolgica de

    un saber que siendo especulativo en la estructura de su aparato conceptual no podra en

    caso contrario ser un saber fuera al mismo tiempo si ha de considerar la accin y la

    conducta en su aspecto de realidad existencial, prctico por su finalidad.

    3. La distincin entre el plano de la Ciencia y el de la Prudencia

    Hemos hallado hasta ahora, como formando parte del saber jurdico, dos modos de

    conocimiento esencialmente distintos: por un lado el conocimiento prudencial, que

    trasciende totalmente el orden de la conceptualizacin, y por otro, el conocimiento de la

    Ciencia (prctica) que analiza desde el punto de vista de la estructura inteligible y de las

    razones explicativas, el objeto a poner en la existencia.

    Ambos modos de saber versan sobre el mismo objeto: se trata en los dos casos, no de un

    puro inteligible, obtenido por abstraccin de la existencia concreta, sino de un operable

    tomado precisamente en su aspecto de realidad existencial, con todas las circunstancias

    que lo definen como singular. Los dos consideran lo operable en lo que tiene de tal. No

    como una pura esencia a analizar o definir, prescindiendo de cualquier referencia a su

    posible realizacin.

    29 El hecho de que STO. TOMS emplee a veces la expresin ciencia prctica para referirse a la prudencia (p. ej. III Sent., 33, 2, 5 ad 1 y d. 35, 1, 3), no debe interpretarse como una imprecisin conceptual o terminolgica, sino como la atribucin al mismo trmino de varias posibles significaciones, congruentes sin embargo con la primera imposicin del nombre. En este caso ciencia significa solamente cognitio per causas. Y la prudencia lo es.

  • 17

    Pero los dos difieren esencialmente en su modo de proceder30. El conocimiento de la

    Ciencia es abstractivo: utiliza nociones relativas a la accin, pero referidas slo a los

    principios y a las causas que las regulan.

    No hay nada de abstractivo en la Prudencia, que versa inmediatamente sobre la accin

    concreta, tomada en el conjunto de las circunstancias que la rodean y que hacen de ella

    un caso absolutamente singular.

    El conocimiento de la Ciencia, aunque prctico en su fin, es estrictamente teortico, a

    causa de las nociones que emplea y de todo el desenvolvimiento de los medios de

    aprehender y de juzgar.

    Por el contrario, la Prudencia ocupa el supremo grado de la prctica y pasando del lmite

    fronterizo en que el conocimiento es todava ciencia, no retiene en s ya nada de

    especulativo y transforma todo su saber en accin.

    Por ltimo la Ciencia utiliza un mtodo analtico31, se trata de explicar, de reconducir

    una verdad prctica hasta sus razones y sus principios.

    La Prudencia en cambio, en lugar de analizar, compone. Como se trata de regular

    inmediatamente la accin concreta y sta debe ser pensada en su concrecin misma, el

    mtodo ya no puede ser analtico, sino sinttico; todas las explicaciones, principios y

    razones de ser, sern reunidos, sintetizados, pero desde un punto de vista nuevo, que

    slo la experiencia puede suministrar.

    D. LOS DOS ANLISIS EN EL PLANO DE LA CIENCIA.

    He aqu dos modos de conocimiento tpicamente distintos, que introducen una notable

    diversificacin en el mbito del saber jurdico.

    Pero pueden terminarse aqu las distinciones? En el modo de analizar la realidad

    jurdica de este conocimiento generalizador, que hemos contrapuesto al conocimiento

    sinttico de la prudencia, no nos vemos obligados a reconocer maneras distintas de

    construir las nociones, perspectivas formales de conceptualizacin que denotan otra vez

    la presencia de saberes distintos?

    30 Virt. comm. 6, 1. 31 JOANNES A SANCTO TOHOMA, Cursus Philosophicus cit. lg. II, 1, 4 in initio.

  • 18

    1. El anlisis filosfico.

    El anlisis de la realidad jurdica en busca de su constitutivo inteligible y de sus razones

    explicativas, puede llevarse a cabo en primer lugar en un plano estrictamente filosfico.

    El punto de partida del anlisis ser en este caso la experiencia: aqu no hay ninguna

    diferencia entre el conocimiento jurdico y el conocimiento ms propiamente

    especulativo; el nico origen de nuestro saber es la experiencia y no hay fuera de ella

    ningn otro yacimiento de datos primarios para nuestra actividad cognoscitiva32. Ocurre

    sin embargo, que este conocimiento que comienza en la experiencia no termina en ella;

    la trasciende y se dirige a captar lo inteligible que est envuelto en lo sensible33.

    Una cosa semejante ocurre en el anlisis filosfico de la realidad jurdica: el punto de

    partida no puede ser otro que la experiencia, pero el anlisis no acaba en ella sino que

    trasciende el dominio de lo emprico para penetrar en el reino de lo universal.

    El objeto que se considera es el derecho, o mejor, la realidad jurdica, tomada en su

    conjunto, pero la perspectiva formal que se contempla, los principios de explicacin,

    toda la estructura de las nociones empleadas y la especial sintonizacin de la mente que

    se requiere, son completamente tpicas.

    Con tales perspectivas de conceptualizacin, lo que el anlisis filosfico del derecho

    puede darnos es en primer lugar su propia esencia; la filosofa jurdica tratar de captar

    la esencia del derecho y podr suministrar as una definicin. Buscar adems las causas

    ltimas del hecho o del fenmeno jurdico y habr de plantearse el problema del

    fundamento de su obligatoriedad; podr asimismo descubrir las propiedades que

    corresponden a la esencia del derecho y que por tanto se manifestarn all donde el

    derecho exista; se ocupar por fin de las divisiones exigidas por la propia naturaleza del

    orden jurdico y establecer los tipos primarios de relacin entre las diversas categoras

    as determinadas.

    32 S. Th. I, 12, 12. 84, 7. in De Anima, III, lect. 13 n. 791. 33 de Verit. 10, 6.

  • 19

    Todas las nociones utilizadas en este anlisis son nociones relativas a la accin; en

    ltima instancia guardan como todo en el conocimiento prctico, una intrnseca

    orientacin hacia la realidad concreta, pero, por tratarse de un anlisis filosfico, estas

    nociones son constantemente referidas a los principios supremos que regulan aquella

    realidad.

    2. El anlisis cientfico.

    Sin embargo y por ms que este tipo de anlisis sea por completo imprescindible, no es

    el nico que puede imaginarse, en una determinacin conceptual de la realidad jurdica.

    En efecto, existe tambin un modo de analizarla y definirla, que procede por

    generalizaciones cada vez ms simples y ms comprensivas y llega tambin al dominio

    de lo universal; pero no pregunta por la esencia o por los elementos constitutivos de

    aquellos datos universales. El objeto que considera es tambin el derecho, o mejor la

    realidad jurdica, tomada en su conjunto, pero no busca analizarla en funcin de los

    principios ms elevados y con las luces ms profundas o ms simples, sino por sus

    condicionamientos ms prximos y aparentes.

    Considera fuera de la competencia de su anlisis la posibilidad de construir definiciones

    esenciales; por eso, parte para sus sistematizaciones posteriores de un concepto del

    derecho propuesto por un anlisis esencial. Investiga las causas del fenmeno jurdico,

    porque se trata de un saber, no de una empirie y el saber es siempre causal, pero no se

    dirige a la captacin de las causas ltimas, que explican en su integridad la esencia de lo

    jurdico, sino tan slo a las ms prximas y aparentes, las que dan razn de la normas

    concretas del derecho. Tampoco se propone analizar el ltimo fundamento de la

    obligatoriedad jurdica ni establecer en general las condiciones de la validez, sino

    determinar con la mxima precisin cundo y en qu circunstancias es vlido un

    particular sistema normativo. Reconoce tambin como resultado de un previo anlisis

    esencial, la determinacin de las caractersticas universales del derecho y trata de

    sistematizar las que acompaan a sus distintas manifestaciones empricas. Y recibiendo

    por ltimo, la divisin de las formas primarias del derecho como un resultado de una

  • 20

    especulacin estrictamente filosfica, estudia desde su particular punto de vista la

    autonoma respectiva y las exigencias de relaciones entre aquellas categoras

    principales.

    Tambin en este anlisis, se utilizan nociones y se construyen conceptos que, por

    tratarse de un conocimiento prctico, no son puros inteligibles, sino que guardan una

    esencial referencia a la accin; pero a diferencia de lo que ocurre en el caso anterior, la

    determinacin de estas nociones no se lleva a cabo en funcin de los principios

    universales, sino tan slo de los condicionamientos prximos que regulan la conducta

    social.

    Nos hallamos por lo tanto en presencia de dos modos distintos de analizar lo real

    jurdico. Al lado del modo estrictamente filosfico, acabamos de comprobar la

    existencia de una nueva perspectiva de conceptualizacin, formalmente distinta de la

    filosfica. Toda una estructura de nociones, un nuevo lxico conceptual y un modo de

    construir las definiciones, nos aparecen al lado del lxico y las nociones propiamente

    filosficas.

    Y qu quiere decir esto sino que a los dos tipos de explicacin, corresponden dos tipos

    especficamente distintos de saber? Entre el saber que utiliza la segunda forma de

    explicacin, hay una diferencia especfica, que constituye a cada uno de ellos en una

    situacin de recproca autonoma. Si el primero es, segn hemos dicho, el que se lleva a

    cabo en el plano filosfico, el segundo es el que se practica en un nivel propiamente

    cientfico.

    Tenemos as reconocidos, en el mbito del conocimiento jurdico generalizador

    contrapuesto al conocimiento individualizador de la prudencia dos tipos de anlisis de

    lo jurdico, dos saberes distintos por esencia: el saber filosfico acerca del derecho y el

    saber puramente cientfico.

    Volvamos a recordar en este punto que la palabra ciencia, aplicada a este modo

    particular de anlisis de lo jurdico, est empleada en un sentido distinto al que hasta

    ahora hemos utilizado al hablar de las Ciencias especulativas y prcticas.

    En este ltimo caso, Ciencia se identifica con saber en general y se refiere al contacto

    efectivo de la mente humana con la realidad: en la amplitud del tal sentido se incluye

    tanto el conocimiento experimental de la Ciencia como el de la lgica o el de la

  • 21

    metafsica; la nica condicin es que se trate de un saber causal. En el otro caso en

    cambio, la palabra ciencia adquiere un sentido preciso y restringido: es un saber por los

    principios prximos.

    Digamos pues que la Ciencia en general, se reparte en dos grandes dominios: el dominio

    filosfico, donde el espritu conoce por las causas primeras y las supremas razones de

    ser y el dominio de la ciencia sensu stricto, que conoce las cosas por los

    condicionamientos aparentes y los principios prximos. (Y no hace falta observar que

    todo esto tiene validez en el contexto de una lgica aristotlica y de una teora de la

    ciencia inspirada en ella. El sentido actual de la palabra ciencia de lo que habremos

    de hablar ms adelante no es en realidad, como es sabido, ninguno de estos dos).

    3. Su distincin y la de sus trminos y definiciones

    Anlisis filosfico y anlisis cientfico de la misma realidad proyectan su luz con

    distinta intensidad y al utilizar un aparato nocional y unas perspectivas de

    conceptualizacin enteramente diferentes, iluminan en el mismo campo objetivo,

    distintas zonas de profundidad. Por eso sus dominios no se recubren nunca: jams una

    explicacin de orden cientfico podr reemplazar o desplazar una explicacin

    propiamente filosfica. Y lo mismo sucede a la filosofa respecto de la ciencia.

    Incluso cuando los datos de anlisis utilizan para sus descripciones los mismos

    trminos, estos reciben en cada caso significaciones completamente distintas. La palabra

    norma, por ejemplo, utilizada por el filsofo del derecho tiene una significacin precisa.

    Cuando desde el punto de vista cientfico (en cualquier teora particular del derecho o en

    teora general), se utiliza la misma palabra, el sentido que entonces recibe es muy

    distinto: casi no hay nada comn entre ambas acepciones; casi se rozan los lmites de la

    equivocidad. Para alcanzar el exacto sentido notico de las palabras del filsofo o de las

    empleadas en cualquiera de las teoras cientficas del derecho, es muy importante

    advertir la diferencia entre esos dos lxicos: el propio del anlisis cientfico y el de una

    interpretacin filosfica de la realidad jurdica.

  • 22

    Y lo mismo que ocurre con los trminos y las palabras, sucede con las definiciones. Si

    stas reciben en uno y otro caso, significados diversos, ello obedece a que han sido

    construidas segn tipos de anlisis y con una orientacin intelectual, enteramente

    diferentes.

    La nica forma de negar la autonoma especfica de uno de los dos tipos de anlisis y de

    reducirlos a la misma clase de saber, consistira en afirmar que los dos conceptualizan

    sus objetos de idntica manera. En alguna determinada poca del pensamiento jurdico,

    esto ha podido parecer incluso la opinin dominante entre los juristas. Y si lo era, ello se

    deba a que por un insuficiente desarrollo de la ciencia del derecho, sta se limitaba a

    construir sus definiciones segn el modelo tpico de otros modos de saber.

    Inmediatamente quedaba absorbida y englobada en ellos y su especfica diferencia de

    inteligibilidad, quedaba reducida segn los diversos grados de concrecin del objeto,

    a una diferencia segn el ms y el menos.

    Desde hace mucho tiempo, especialmente con el desarrollo de la Ciencia del derecho en

    los ltimos 150 aos, esta autonoma metodolgica es una realidad indiscutible y el

    anlisis cientfico de la realidad jurdica, ha conseguido crear toda una estructura

    conceptual y un modo de devenir y analizar completamente tpico y distinto con toda

    nitidez del anlisis filosfico34.

    Resumamos ahora para acabar este captulo, los resultados de este primer acercamiento

    a nuestro tema.

    El nervio de toda la argumentacin ha sido la aplicacin al mbito indistinto del

    conocimiento jurdico, del ltimo principio de especificacin de las diversas clases de

    saber.

    Hemos visto cmo para la antigua lgica, mucho ms que los aspectos formales,

    considerados en los respectivos temas de las ciencias, lo que determina la ltima

    especificacin entre ellas, es el modus enuntiandi et definiendo, las perspectivas

    formales de conceptualizacin de cada una, el lxico y la estructura que emplean en sus

    anlisis de lo real.

    Provistos de este instrumento, hemos hallado en primer lugar dos tipos de conocimiento

    especficamente distintos y esencialmente contrapuestos: un conocimiento abstractivo y

    34 Vid. K. LARENZ: Methodenlehre der Rechtswissenschaft, Heildelberg, 1960, pp. 8-133; N. BOBBIO: Teora della scienza giuridica, Turn, 1950, pp 65 ss.; H. WOLF: Fragwrdigkeit und Notwendigkelt der Rechtwissenschaft, Karlsruhe, 1953.

  • 23

    analtico, constitutivamente prctico por su finalidad, pero estrictamente teortico en su

    modo de analizar y de explicar y por otra parte, un conocimiento individualizador y

    sinttico, constituido en el supremo grado de la prctica y por tanto absolutamente no

    teortico, al que hemos llamado conocimiento prudencial.

    Pero todava dentro del primer modo de saber, el principio de especificacin de la

    ciencias, nos ha revelado la presencia de otros dos tipos de conocimiento, tambin

    especficamente distintos y contrapuestos; en correspondencia a los dos tipos de anlisis

    de que es susceptible la realidad jurdica: un conocimiento que se lleva a acabo en un

    nivel propiamente filosfico y otro que tiene lugar en un nivel cientfico.

    Con esto, el mbito en principio indistinto del conocimiento jurdico comienza a

    mostrarnos las lneas ms generales de su ntima estructura. Filosofa, ciencia,

    prudencia, aparecen como integrando de algn modo este particular modo de saber.

    Ser preciso ahora que examinando con mayor detencin cada uno de estos planos de

    conocimiento consigamos tambin una mayor claridad, acerca de su respectiva funcin

    en la estructura del saber jurdico.

    E. EL MOMENTO INSUSTITUIBLE DE LA DECISIN PRUDENCIAL

    Optar libremente por una, entre las varias posibilidades de accin reclamadas por una

    situacin particular, no es algo que puede deducirse lgicamente en virtud de ninguna

    teorizacin. La teora en el nivel cientfico acaba siempre en lo general; sus

    conclusiones podran aplicarse a innumerables casos de existencias posibles. Para

    alcanzar a la existencia actual, no basta en modo alguno la teora, sino que es precisa la

    decisin de la prudencia.

    As como lo individual no es un caso particular de una idea universal, ni la simple

    realizacin de una esencia, sino que posee algo nuevo que desborda por completo en su

    existencia irrepetible y nica la esencia universal, as para captar la situacin concreta,

    en su misma singularidad, con todo el conjunto de las circunstancias reales que la

    acompaan y para decidir en ella, no son suficientes los conceptos o los juicios todava

  • 24

    tericos de la filosofa o de la ciencia; hace falta la determinacin del imperio

    prudencial.

    Esto aparece del modo ms claro, en el caso del legislador, que necesita captar la

    singularidad de la situacin histrica y social, a la cual se enfrenta, en el momento de la

    decisin legislativa: cualquier doctrinarismo que pretendiera, con olvido de la realidad

    concreta, deducir de puras ideologas la regla oportuna, se encontrara abocado

    inevitablemente al fracaso ms completo.

    Lo mismo se comprueba en el caso de la administracin de justicia en base de las leyes.

    Tampoco la sentencia es una simple reproduccin de la ley, sino un intento de llegar

    hasta la singularidad del conflicto de intereses que se trata de resolver. Desde hace

    mucho tiempo la ciencia del derecho insina de las ms diversas formas a veces

    llegando hasta extremos claramente desorbitados la actividad creadora de la

    jurisprudencia35. Pero incluso en el caso de las teoras jurdicas, la necesidad de alcanzar

    ese elemento nuevo, al que la ciencia como tal no tiene acceso, se presenta de un modo

    insoslayable. La realidad jurdica, la vida del derecho est compuesta de situaciones

    individuales, histricas, irreductibles por lo tanto unas a otras. Si la teora jurdica tiene

    como objeto esta especial realidad, habr de ensayar el modo de alcanzarla en su

    dimensin ms caracterstica. El largo esfuerzo del pensamiento jurdico por introducir

    en su misma constitucin, una dimensin individualizadora llevado a cabo con tales

    vacilaciones, con intentos de la ms diversa ndole36 manifiesta con insuperable

    claridad esta especialsima condicin de la reflexin terica sobre del derecho.

    Pues bien, en la doctrina de la prudencia parece haber elementos suficientes para dar

    razn en buena parte de las actuales perplejidades del pensamiento jurdico en la

    materia. En este sentido, la virtualidad de aquella doctrina no aparece agotada y

    acertando a despojarla de sus limitaciones histricas, posiblemente encontraramos en

    ella indicaciones muy valiosas sobre puntos capitales de la actual especulacin sobre el

    derecho.

    Vemoslo a modo de ejemplo en lo que se refiere a su posicin acerca del significado

    del acto volitivo y de la aportacin intelectual en la decisin inmediatamente normativa

    35 Cfr. K. LARENZ: Methodenlehre cit., pg. 195-222; 322-348; 353-367. 36 Vid. principalmente K. ENGISCH: Die Idee der Konkretisierung in Recht Und Rechtswissenschaft unserer Zeit, Heildelberg, 1953, pg. 75 y 146; B. LEONI: Il problema della scienza giuridica, cit. pg. 92 y N. BOBBIO: Teoria cita. pg. 104-128.

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    del juicio prudencial. Aparece claro en este punto cmo, adoptando una perspectiva

    superior a las propias del racionalismo y del voluntarismo jurdico, la doctrina de la

    prudencia consigue dominar las evidentes insuficiencias de aquellas otras dos opiniones

    y dar razn, al mismo tiempo, de sus aciertos respectivos.

    F. LA DOCTRINA DE LA PRUDENCIA EN LAS ACTUALESS PERSPECTIVAS

    DEL PENSAMIENTO JURDICO: DOS ACTITUDES JURDICAS

    FUNDAMENTALES

    1. La actitud voluntarista.

    Para el voluntarismo jurdico, que podemos representar, de forma ejemplar, en la

    doctrina kelseniana, la eleccin que lleva a cabo el creador del derecho entre las varias

    posibilidades que la norma superior le deja abiertas, es una decisin totalmente

    irracional. No hay all ningn acto de conocimiento, sino solamente un acto de voluntad

    libre, de opcin injustificada37.

    a) La determinacin del esquema normativo.

    Como es sabido, para la doctrina pura del derecho la relacin entre un grado superior y

    uno inferior del ordenamiento jurdico (entre constitucin y ley, o ley y sentencia), es

    una relacin de determinacin o de vnculo. La norma de grado superior regula el acto

    con que se produce la norma inferior; no solamente el procedimiento con arreglo al cual

    sta sea producida, sino eventualmente su mismo contenido. Ahora bien; esta

    determinacin; nunca es completa; la norma de gado superior no puede vincular en

    todos los sentidos el acto por medio del cual se aplica; siempre debe quedar margen ms

    o menos amplio de poder discrecional, de modo que la norma de grado superior tenga

    37 H. KELSEN: La dottrina pura cit. pg. 92-99. Vid. para la interpretacin de esta doctrina, el excelente estudio de J. FERRER A.: Filosofa cit. pg. 145-157.

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    siempre respecto del acto que la aplica, un carcter de esquema que debe ser colmado

    por medio de este acto38.

    De todo ello resulta, que los actos jurdicos con los que se aplica una norma slo en

    parte son determinados por sta y por tanto en otra parte, quedan indeterminados.

    La determinacin, nunca puede ser tan tenue que en la creacin de la norma inferior no

    se pueda hablar de aplicacin de una norma superior, ni tan intensa, que en el caso de la

    aplicacin, no pueda hablarse tambin con todo derecho, de la creacin de una norma

    inferior. Por otra parte, la indeterminacin en que queda el acto jurdico mediante el

    cual una norma va a ser aplicada, puede ser deliberada, o no intencional. En el primer

    caso, aquella indeterminacin es propuesta por la autoridad que crea la norma

    superior39.

    En el segundo, la indeterminacin es consecuencia no buscada de la naturaleza misma

    de la norma. Por ejemplo, la ambigedad de una palabra o de una serie de palabras, con

    las cuales se expresa una norma pueden ser una fuente de indeterminacin de su sentido,

    que no ha sido buscada por la autoridad que la ha emanado. La misma situacin se

    presenta cuando el que aplica la norma cree poder suponer una discrepancia entre el

    tenor literal de la norma y la voluntad del legislador y le cabe la duda de en qu modo

    debe ser determinada esta voluntad. Lo mismo sucede cuando esta sospechada

    discrepancia tiene lugar entre la supuesta intencin de las partes y las palabras con las

    cuales se expresa esta intencin en un negocio jurdico. Por ltimo, la indeterminacin

    en que queda el acto jurdico de aplicacin, puede provenir tambin de que dos normas

    que se contradicen total o parcialmente, pretenden ser simultneamente vlidas.

    En todos estos casos de indeterminacin, intencional o no, se presentan diversas

    posibilidades de aplicacin. El acto jurdico que ejecuta la norma superior puede

    configurarse como respondiendo a uno u otro de los varios significados lingsticos en

    el caso de la ambigedad de su sentido, a la buena voluntad del legislador, establecida

    de algn modo o ms bien a su expresin en las palabras de la ley y por ltimo a una u 38 Incluso en la simple ejecucin, la orden debe dejar libre a la quien la lleve a cabo, un cierto nmero de determinaciones. Si el rgano A dispone que el rgano B, arreste al sbdito C, el rgano B debe decidir segn su personal criterio, cundo, dnde y cmo ejecutar esa orden; ya que decisiones como stas dependen de circunstancias externas que el rgano que ha emanado la disposicin no ha previsto y en gran parte no ha podido prever. Cfr. H. KELSEN, loc. cit. 93. 39 Es lo que ocurre por ejemplo, en el caso de la delegacin. Una ley sanitaria establece que en el caso de que se declare una epidemia, los habitantes de una ciudad deben, bajo amenaza de una sancin, adoptar ciertas medidas para impedir la difusin de la enfermedad; quienes establecen a continuacin estas medidas concretas, distintas segn el tipo de epidemia, sern las autoridades administrativas. H. KELSEN, loc. cit. 94.

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    otra de las normas contradictorias o bien a ninguna de ellas, suponiendo que su

    contradiccin las anula recprocamente.

    Lo importante es que, en cualquier caso, la norma que ha de ser aplicada funciona como

    un esquema dentro del cual se encuentran mltiples posibilidades de aplicacin y que

    por tanto, cualquier acto que se mantenga dentro de ese esquema y lo llene con uno de

    sus posibles significados, puede decirse que es conforme a la norma40.

    b) La creacin jurdica, como eleccin injustificada

    Pues bien; la eleccin de una de aquellas posibilidades y por lo tanto la exclusin de

    todas las dems, es un acto determinado nicamente por la voluntad. No hay ninguna

    razn para elegir una de aquellas posibilidades y excluir las otras. Se trata de una

    decisin inmotivada, no de un acto intelectivo de clarificacin conceptual41.

    2. El conceptualismo jurdico.

    La doctrina pura del derecho opina que la nica alternativa posible para este modo de

    entender la produccin de normas singulares42 es el conceptualismo ms absoluto y que

    no hay otra manera de escapar a los evidentes errores de esta ltima doctrina que el

    recurso a la teora pura del derecho.

    La deduccin puramente racional del orden jurdico.

    Segn Kelsen, la jurisprudencia tradicional, que l identifica sin ms con la

    jurisprudencia de conceptos, cree poder pedir a la interpretacin, no slo la captacin

    del esquema dentro del cual ha de tener lugar la produccin de una nueva norma, sino

    tambin la determinacin, en virtud de un simple proceso deductivo a partir de aquel

    esquema, de la norma exigida por el derecho positivo43. Aqu no habra por tanto una

    eleccin voluntaria, sino una simple deduccin racional. Bastara la previa constatacin 40 H. KELSEN, loc. cit. 95. 41 H. KELSEN, loc. cit. 96. 42 Utilizamos esta expresin que KELSEN no emplea, para referirnos a todas las normas que pretenden regular una situacin concreta, tanto si son producto de la actividad legislativa, como de la funcin judicial. 43 H. KELSEN, loc. cit. 97.

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    intelectual del esquema normativo, para extraer de l, en virtud de sucesivas

    deducciones, todas las normas aplicables a los casos ms concretos.

    Naturalmente, la idea supuesta en esta concepcin del derecho, es la que lo representa

    como un ordenamiento suficiente y completo de la conducta humana. Para cualquier

    situacin concreta, individual o colectiva, haba siempre una norma preexistente en el

    derecho positivo. La funcin del creador del derecho legislador, juez o jurista no

    sera en realidad una funcin creadora sino una simple tarea de descubrimiento de una

    norma que preexiste ya en el derecho positivo en la constitucin respecto del

    legislador, o en la ley respecto del administrador de justicia y del terico del derecho.