Cohen

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SEMINARIO: “Física, metafísica y cosmología en el pensamiento aristotélico” PROFESORA: Dra. María Elena Díaz ALUMNO: Michel Nieva N.L.: 33597800 Reseña al artículo “Aristotle On Elemental Motion” de Sheldon Cohen La principal pregunta que Cohen intenta responder en este artículo es cómo Aristóteles puede explicar que los elementos inanimados poseen movimientos naturales. El problema que aquí encuentra dicho comentarista consiste en la dificultad de imaginar qué mueve en este tipo de movimiento, porque si los objetos inanimados no se mueven a sí mismos, deben ser movidos por algo externo. Pero si no podemos reconocer ese algo externo, se moverían a sí mismos, y entonces la distinción de animado e inanimado no tendría sentido, a la vez que tampoco la afirmación de que los auto- movientes necesariamente son animados. En Física VIII, 4 Aristóteles intenta demostrar que cualquier cosa en movimiento es movida por otra. Cohen (p.2) explica que las cosas que se pueden mover a sí mismas

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Resumen de un trabajo de Cohen sobre la Metafísica

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Page 1: Cohen

SEMINARIO: “Física, metafísica y cosmología en el pensamiento

aristotélico”

PROFESORA: Dra. María Elena Díaz

ALUMNO: Michel Nieva N.L.: 33597800

Reseña al artículo “Aristotle On Elemental Motion” de Sheldon Cohen

La principal pregunta que Cohen intenta responder en este artículo es cómo

Aristóteles puede explicar que los elementos inanimados poseen movimientos

naturales. El problema que aquí encuentra dicho comentarista consiste en la

dificultad de imaginar qué mueve en este tipo de movimiento, porque si los objetos

inanimados no se mueven a sí mismos, deben ser movidos por algo externo. Pero

si no podemos reconocer ese algo externo, se moverían a sí mismos, y entonces

la distinción de animado e inanimado no tendría sentido, a la vez que tampoco la

afirmación de que los auto-movientes necesariamente son animados.

En Física VIII, 4 Aristóteles intenta demostrar que cualquier cosa en

movimiento es movida por otra. Cohen (p.2) explica que las cosas que se pueden

mover a sí mismas requieren órganos (alas, piernas, patas, etcétera), Solamente

una cosa pasible de ser dividida en partes pude tener una pasiva y otra activa1.

Dice: “Aristóteles, entonces, tiene al menos dos razones para sostener que los

cuerpos simples y terrestres son incapaces de moverse a sí mismos: son

inanimados, y solamente las cosas animadas son auto-movientes, y en cualquier

caso no poseen la naturaleza para moverse a sí mismos. Su principal desafío

ahora es explicar cómo, teniendo en cuenta que no son auto-movientes, tienen

1 (P.2)“Fuego, piedras, motas de tierra, y cantidades de aire o agua carecen de órganos. Son homogéneos más que sustancias orgánicas- uniformes más que compuestos de diversas partes funcionales. Su sustancia es internamente inidiferenciada, continua en fórmula”

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movimientos naturales.” Cohen (p.3) tematiza entonces dos tipos de movimiento

natural en Aristóteles: a)auto-movimiento de los animados, y b)movimiento debido

a un moviente externo.

La pregunta que aquí se suscita para Cohen es cómo un movimiento puede

ser natural a un cuerpo si es causado por un agente externo.

Aristóteles, dice Cohen (p.4), identifica la causa externa del movimiento del

elemento como la que generó o eliminó el impedimento de su movimiento natural.

En este caso Aristóteles negaría un principio que sostuvo en Física III, 2: que el

moviente determina el movimiento mientras sucede. En ese caso, el obstáculo y lo

que remueve el obstáculo determinan la tendencia antes pre-existente en el

cuerpo movido. (un obstáculo, en el caso de la piedra, por ejemplo, es aquello que

detiene su tendencia natural a caer.)

Pero Cohen advierte (p.5) que aquello eventualmente genera y elimina un

obstáculo solamente es causa accidental del movimiento del inanimado, no

esencial. La causa esencial del movimiento sería, en cambio, el lugar natural del

objeto inanimado, ya que éste tiende hacia allí, entendiendo lugar natural como

aquel donde no se puede continuar el movimiento natural. En consecuencia, la

actividad propia de cada elemento consistiría en dirigirse hacia su lugar propio.

El problema que para Cohen surge de aquí, sin embargo, consiste en que

en el caso de la roca, si tiene un movimiento natural como su actividad propia, una

vez que arribe a su lugar propio ya no podrá ejecutar más esa actividad. Tendría

que cambiar de lugar para reincorporar su disposición de, por ejemplo, ir hacia

abajo. Si la disposición fuera interna a la roca, entonces, cuando la roca estuviera

en el centro poseería la disposición en dunamei. En ese caso, se seguiría que las

rocas solamente pueden existir como tales fuera de su lugar natural, y en su lugar

natural dejarían de ser rocas.

Esta dificultad, para Cohen, se puede evitar negando la premisa que llevó a

ella: que los elementos, por su propia naturaleza, tengan un movimiento natural

intrínseco, y afirmando, en cambio, un principio de reposo. De esa manera todos

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los movimientos, violentos o naturales, poseerían una causa externa. Los

violentos, aquellos que lo alejan de su natural condición de reposo, y los naturales,

aquellos que lo conducen a su natural condición de reposo. (Esto aparece

ilustrado con ejemplos en De Caelo 300ª28-31 300b 6-8)

Cohen dice (p.8), entonces, que cuando los elementos alcanzan su lugar

natural, reposan naturalmente. Compara esto a la tendencia de las esponjas y los

resortes a volver a su forma relajada: no se expanden porque tengan una

tendencia natural a expanderse, sino una tendencia natural a volver a una

situación de reposo.

En el caso de la roca, entonces, su actualización no consistiría en moverse

hacia su lugar natural, sino en la ausencia de movimiento cuando ella se

encuentre en reposo en ese lugar. La naturaleza de la roca no es moverse a un

lugar o en una cierta dirección, sino estar en ese lugar, y se actualiza no cayendo,

sino estando, inmóvil, donde las cosas que caen terminan de caer.

El movimiento, entonces, es causado por lo que impide que la roca no esté

en su lugar natural, pero esta carece de cualquier tipo de principio intrínseco de

movimiento.

Cohen termina distinguiendo que el movimiento hacia (towards) un lugar y

en una determinada dirección (certain direction) no son lo mismo: el movimiento

natural, por ejemplo, del agua, es siempre hacia su lugar natural, pero si ese

movimiento es hacia arriba o hacia abajo depende de si es generada desde el

suelo o el cielo, y en ese sentido el movimiento resulta accidental.

En conclusión, Cohen resuelve el problema del movimiento natural de los

inanimados redefiniéndolo como la tendencia del objeto en cuestión a volver a su

situación natural de reposo. La causa del movimiento siempre sería externa.

Esencialmente, encontraría su origen en el lugar natural al que tiende.

Accidentalmente, en aquello que obstaculice o desobstaculice su camino hacia

ese lugar de quietud. Lo intrínseco de lo inanimado, entonces, no sería el

movimiento, sino el reposo.

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