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EL CAMINO AL MUNDO DIOS ES TAN GRANDE Y MARAVILLOSO. Hermanos, no habléis mal los unos de los otros. El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres cumplidor de la ley, sino juez de ella. Santiago 4:11 No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. Lucas 6:37 DEFINICIÓN DE HUMILDAD. “Es difícil ser humilde”, dice una vieja canción, “cuando eres perfecto en todo”. Por supuesto, muy pocas personas creen que son perfectas en todo, pero aun así puede ser difícil ser humilde, especialmente cuando vives en una sociedad que fomenta la competencia y la individualidad. A pesar de esto, en esta cultura, la humildad es una virtud importante también. Aprender a ser humilde es de primordial importancia en la mayoría de las religiones y tradiciones espirituales, y la humildad también puede ayudarte a tu desarrollo personal y a disfrutar mejores relaciones con los demás. Parte 1 de 3: Reconoce tus limitaciones 1. 1 Reconoce que no eres el mejor en todo, ni siquiera en una cosa. No importa cuán talentoso seas, siempre habrá alguien que pueda hacer algo mejor que tú. Identifica a quienes sean mejores que tú y las áreas en las que puedas mejorar. Así seas el mejor del mundo haciendo algo, siempre habrá otras cosas que no puedas hacer y tal vez nunca lo logres. Reconocer tus limitaciones no significa abandonar tus sueños, ni tampoco dejar de aprender nuevas cosas o de perfeccionar tus habilidades.

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EL CAMINO AL MUNDO DIOS ES TAN GRANDE Y MARAVILLOSO.

Hermanos, no habléis mal los unos de los otros. El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla

mal de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres cumplidor de la ley, sino juez de ella. Santiago

4:11

No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.

Lucas 6:37

DEFINICIÓN DE HUMILDAD. “Es difícil ser humilde”, dice una vieja canción, “cuando eres perfecto en todo”. Por supuesto, muy pocas personas creen que son perfectas en todo, pero aun así puede ser difícil ser humilde, especialmente cuando vives en una sociedad que fomenta la competencia y la individualidad. A pesar de esto, en esta cultura, la humildad es una virtud importante también. Aprender a ser humilde es de primordial importancia en la mayoría de las religiones y tradiciones espirituales, y la humildad también puede ayudarte a tu desarrollo personal y a disfrutar mejores relaciones con los demás.

Parte 1 de 3: Reconoce tus limitaciones

1.

1 Reconoce que no eres el mejor en todo, ni siquiera en una cosa. No importa cuán talentoso seas, siempre habrá alguien que pueda hacer algo mejor que tú. Identifica a quienes sean mejores que tú y las áreas en las que puedas mejorar.

Así seas el mejor del mundo haciendo algo, siempre habrá otras cosas que no puedas hacer y tal vez nunca lo logres.

Reconocer tus limitaciones no significa abandonar tus sueños, ni tampoco dejar de aprender nuevas cosas o de perfeccionar tus habilidades.

1.

2 Reconoce tus faltas. Juzgamos a los demás porque es mucho más fácil que mirarnos a nosotros mismos. Desafortunadamente, es algo completamente innecesario y en muchos casos contraproducente. Juzgar a los demás causa conflictos en las relaciones y dificulta el desarrollo de nuevas relaciones. Incluso aún peor, hace que dejemos de intentar mejorar nosotros mismos.

Juzgamos a los demás todo el tiempo, generalmente sin darnos cuenta. Como ejercicio práctico, puedes jugar a descubrir los momentos en que juzgues a otra persona o grupo sin proponértelo. Entonces júzgate a ti mismo y reflexiona sobre cómo puedes mejorar.

Esfuérzate para hacer frente a tus defectos. Recuerda que el crecimiento y el perfeccionamiento es un proceso que dura toda la vida.

1.

3 Sé agradecido por lo que tienes. Supongamos que te graduaste de una universidad prestigiosa con el primer puesto de tu clase. Realmente mereces reconocimiento por las horas de estudio y empeño que hayas puesto en tu desarrollo académico. Imagina ahora a una persona tan inteligente y dedicada como tú, pero con una familia que no la apoya, que haya nacido en un lugar diferente o simplemente que haya tomado una mala decisión en el pasado. Podrías estar en sus zapatos en este momento.

Debes tener en cuenta que con una mala decisión en el pasado, tu vida actual sería completamente diferente y asimismo, las buenas decisiones que tomes hoy, podrían cambiar tu vida positivamente.

A pesar de que sin duda alguna hayas trabajado duro para tener lo que tienes, no asumas que te lo has “ganado” ni que tienes el derecho de alardear de tus logros.

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4 No temas cometer errores. Gran parte de ser humilde consiste en aceptar que cometerás errores. Asimila esto, así como el hecho de que todos cometemos errores y te quitarás un gran peso de encima. Cada persona puede conocer sólo una pequeña parte del inmenso conocimiento acumulado en el pasado.

Además, cada persona tiene acceso a sólo una pequeña fracción del presente y sabe muy poco o nada de su futuro

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5 Reconoce tus errores. No tener temor de cometer errores ya es un gran avance; aunque, aún mejor es reconocer los errores cometidos. Ya sea si has hecho algo equivocado en tu papel de jefe, padre o madre de familia o amigo, las demás personas valorarán tu disposición de reconocer que no eres perfecto y que te estás esforzando para ser mejor persona y mejorar la situación. Reconocer tus faltas demuestra que no eres obstinado, egoísta ni que estás indispuesto a ser imperfecto.

Reconocer tus errores hará que los demás te tengan mayor respeto, ya sean tus hijos o tus colegas del trabajo.

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6 No alardees. No alardees de lo magnífico que son tus logros; si de verdad eres tan magnífico como dices ser, entonces los demás reconocerán tu esfuerzo y te felicitarán por ello. No hables de tu ascenso increíble, la pintura asombrosa que acabas de terminar ni de cuán sorprendente es haber terminado una maratón. Es cierto, todo aquello es fenomenal, pero alardear de ello sólo hará que te veas cómo alguien ego centrista e impresionará mucho menos a los demás en lugar de darles tiempo para que descubran lo maravilloso que eres.

Esto no implica que debas mentir acerca de tus logros; si alguien te pregunta si corriste una maratón, responde afirmativamente, pero no empieces a hablar sin parar diciendo que se te hace fácil ser campeón.

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7 No te lleves todo el crédito. Es cierto, asaste un filete suculento o terminaste un proyecto complicado en el trabajo, pero ¿realmente lo lograste todo tú solo? De ser así, felicidades, pero lo más probable es que alguien más haya contribuido a tu éxito. Así que, cuando alguien te felicite, responde: “No podría haberlo logrado sin…” o “…ayudó muchísimo, también”. No hables sin parar acerca de lo mucho que “tú” trabajaste solo para terminar determinada tarea.

Comparte el amor. No existe nada menos humilde que una persona que se lleva todo el crédito por haber hecho algo que en realidad no hizo.

Parte 2 de 3: Valora a los demás

1.

1 Valora los talentos y las cualidades de los demás. Ponte la tarea de observar a los demás y aprecia qué pueden hacer y, a un nivel más general, aprende a valorarlos por su forma de ser. Acepta que cada uno es diferente y aprovecha cada oportunidad que tengas de conocer personas diferentes. Seguirás teniendo los mismos gustos personales, pero puedes entrenarte para separar tus opiniones de tus miedos. Así apreciarás a los demás más y serás más humilde.

Ser capaz de valorar los talentos y las cualidades de los demás podrá asimismo lograr que reconozcas las cualidades que quieres mejorar o alcanzar para tu persona.

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2 Deja de comparar. Es prácticamente imposible ser humilde si se está buscando ser el “mejor” o más hábil que otros, más bien puedes intentar describir las cosas de manera objetiva. En lugar de decir que alguien es el mejor guitarrista de la historia, expresa directamente lo que valoras de sus habilidades o puedes simplemente decir que te gusta su estilo interpretativo. Deja de hacer comparaciones inútiles o simplistas y entonces podrás disfrutar el hacer las cosas, sin la presión de ser mejor o peor que otros.

Toda persona es única y es difícil determinar verdaderamente quién es “el mejor” en alguna actividad.

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3 No temas ceder ante el juicio de otros. Es fácil admitir que cometes errores y que no eres infalible. Lo realmente complicado es aceptar que, en muchos casos, las demás personas, incluso quienes están en tu contra, puedan tener razón. Ceder ante las exigencias de tu pareja, una ley que no apruebes o incluso, dado el caso, la opinión de tu hijo, llevará el reconocimiento de tus limitaciones a un nivel superior.

En lugar de simplemente “decir”' que admites cometer errores, actúa basado en dicha afirmación.

Obviamente, si sabes que una elección específica es equivocada, no optes por ella. Al analizarlo cuidadosamente, descubrirás que no es usual tener una certeza completa al respecto, como suponías.

1.

4. Busca una guía en textos escritos. Esta es otra manera de valorar a los demás. Consulta textos morales y proverbios sobre la humildad. Reza por ella, meditasobre ella, lo necesario para dejar de centrar tu atención en ti mismo. Podrías leer, por ejemplo, biografías, memorias motivadoras, la Biblia, escritos de no ficción, cuyo tema sea cómo mejorar la vida o cualquier texto que te haga más humilde y te haga valorar las ideas de los demás.

Si no estás muy inclinado a la espiritualidad, puedes valerte del método científico. El conocimiento científico requiere de humildad. Es necesario que te deshagas de conceptos y juicios preconcebidos, así como reconocer que no sabes todo lo que quisieras.

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5. Mantente dispuesto a aprender. Encuentra alguna persona que quieras imitar en alguna área y pídele que sea tu mentor. Para ser aprendiz, es necesario desarrollar la capacidad de manejar nuestros límites de comportamiento frente a una autoridad; también la confianza y el discernimiento son necesarios. Tan pronto sientas que lo sabes todo, vuelve a poner los pies sobre la tierra. Estar dispuesto a aprender implica que reconoces que siempre tendrás que aprender más de la vida.

Por ejemplo, podrías ser más humilde al inscribirte en un curso de algo que no conozcas en lo absoluto, tal como alfarería o redacción de guiones, y al saber que permitirás que otros te enseñen.

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6 Ayuda a los demás. Gran parte de la humildad proviene del respeto a los demás y éste se puede manifestar al ayudarles. Trata a los otros como tus iguales y ayúdales, porque es lo correcto. Se dice que cuando ayudes a quien no pueda retribuir tu ayuda, habrás aprendido lo que es la humildad. Ayudar a los necesitados también hará que valores tus pertenencias mucho más y te hará menos orgulloso.

Queda demás decirlo: no alardees de todo tu trabajo de voluntariado.

1.

7 Ponte al último. Si estás haciendo cola con tus amigos, recogiendo premios en una galería o están sirviéndose comida de una mesa con muchas bandejas, sé el último en hacerlo. Deja que tus amigos, tus seres queridos, los ancianos y los desconocidos, absolutamente todos, vayan delante de ti en la cola y no corras a satisfacer tus propias necesidades de inmediato. Es más gratificante dejar que los demás tomen lo que deseen y esperar tranquilamente tu turno.

Hazte la siguiente pregunta: “¿Necesito realmente ir primero?”. La respuesta siempre será negativa.

1.

8 Halaga a los demás. Hazle un cumplido sin motivo alguno a alguien que quieras mucho o que apenas conozcas. Dile a tu novia lo linda que se ve hoy; halaga a tu colega por su nuevo peinado o dile a la cajera del supermercado que te gustan sus aros. Incluso, puedes profundizar un poco más y halagar los aspectos importantes de la personalidad de la gente. Por lo menos, haz un cumplido al día y verás las muchas cualidades que tienen los demás.

Céntrate en los atributos positivos de los demás en lugar de buscar siempre sus defectos.

1.

9 Pide disculpas. Si has cometido un error, entonces reconócelo y admite que estás equivocado. Aunque hacerlo siempre es doloroso, tendrás que ignorar tu orgullo y pedir disculpas por el daño que cometiste. Esto le hará entender al otro que lo tienes en gran estima y que reconoces que has cometido una falta. Trágate el orgullo y pide disculpas por tus acciones para demostrarle a esa persona que verdaderamente estás arrepentido.

Cuando pidas disculpas, haz contacto visual para indicar que estás preocupado. No cometas el mismo error varias veces. Pedir disculpas por algo no te da el derecho a hacerlo

de nuevo.

1.

10. Escucha más de lo que hablas. Esta es otra gran manera de valorar a los demás y de ser más humilde. La próxima vez que estés en una conversación, deja que el otro sea el que hable, no lo interrumpas y hazle preguntas para mantenerlo conversando y compartiendo. Aunque debes aportar a la conversación, fórmate la costumbre de dejar que los demás hablen más que tú para que no parezcas que sólo te interesan las cosas que pasan en tu vida.

No te quedes solamente asintiendo con la cabeza ni digas “ajá”; demuestra que estás escuchando a la otra persona verdaderamente.

Haz preguntas para demostrar que estás escuchando lo que el otro dice. No te quedes esperando a que termine de hablar para recién tú aportar a la conversación.

1.

1. Renueva tu capacidad de maravillarte. Como individuos, no conocemos prácticamente nada en relación al conocimiento general. Esta falta de conocimiento debería mantenernos en un estado de sorpresa constante al enfrentarnos a nuestra vida cotidiana. Los niños cuentan con esta capacidad de maravillarse, la cual inspira la curiosidad que los hace tan buenos observadores y aprendices. ¿Sabes realmente cómo funciona tu horno microondas? ¿Podrías construir uno tú mismo? ¿Y tu auto? ¿Tu cerebro? ¿Una rosa?

La actitud desentendida de “ya lo he visto todo” nos hace sentir mucho más importantes de lo que realmente somos. Sorpréndete como un niño y no sólo ganarás humildad, sino capacidad de aprendizaje.

1.

2. Ejercita la mansedumbre. Ser manso de espíritu es el camino seguro hacia la humildad. Practica aikido en la medida de lo posible al enfrentarte a un conflicto. Por ejemplo, puedes absorber el veneno de quienes te ataquen y reaccionar con mansedumbre y respeto. Practicar la mansedumbre te ayudará a redescubrir tu capacidad de sorprenderte, pues estarás centrándote en los aspectos positivos de la vida.

1.

3. Pasa más tiempo en la naturaleza. Camina en el parque, párate cerca de una cascada de agua, contempla el mundo desde la cima de una montaña, haz una caminata larga, nada en el océano. Busca tu propia manera de estar en la naturaleza y tómate el tiempo para valorar verdaderamente todo lo que ello supone. Cierra tus ojos y siente la briza en tu rostro. La naturaleza te volverá completamente humilde, a medida que desarrolles tu capacidad de maravillarte y crezca tu respeto por todo aquello que existe desde mucho antes de que tú llegues a este mundo y que estará mucho después de que no estés.

Pasar más tiempo en la naturaleza te hará ver cuán grande y complejo es nuestro mundo; y que no eres el centro de él.

1.

4 Haz yoga. El yoga es la práctica del amor y la gratitud, además te ayudará a desarrollar tu capacidad de sorprenderte de tu respiración, de tu cuerpo, del amor y la amabilidad en tu entorno. El yoga te hará ver lo breve que es tu paso por la Tierra y te hará valorarlo mucho más. Créate el hábito de practicar yoga por lo menos dos veces a la semana y goza de todos los beneficios emocionales, así como de los físicos.

El yoga consiste en ser humilde. No existe tal cosa como alardear de tu nueva posición. Se trata simplemente de ir a tu propio ritmo.

5 Pasa más tiempo con niños. Los niños poseen esa capacidad de maravillarse del mundo, la cual, para un adulto, es difícil volver a sentir. Pasa más tiempo con niños y observa su capacidad de valorar el mundo, de siempre hacer preguntas, de disfrutar y gozarse de las cosas más triviales y pequeñas. Para un niño, una flor o un rollo de papel higiénico podría ser lo más sorprendente de la Tierra; claro que la emoción sólo durará una tarde.

Pasar más tiempo con los niños te recordará lo mágico que es nuestro planeta.

CONSEJOS Aprende a reconocer cuando cometas un error y no permitas que tu orgullo te haga sentir que

todas tus acciones están justificadas.

Nunca alardees de lo que tienes: da para recibir.

Sé amoroso y de buenos sentimientos todo el tiempo, nunca se sabe cuándo puedan llegar a necesitarte.

Ten en cuenta que la humildad proporciona muchos beneficios. Puede ayudarte a estar más a gusto con tu vida y también a enfrentar épocas adversas, así como mejorar tu relación con los demás. También es crucial para ser un buen alumno. Si piensas que lo sabes todo, no estarás con la disposición mental de buscar nuevo conocimiento. La humildad, contrariamente a lo que supondríamos, es una herramienta excelente para lograr una evolución y desarrollo personal en general. Después de todo, si te sientes superior, no tendrás ningún estímulo para mejorar. Es más, la humildad te permite ser honesto contigo mismo.

Vivir una vida desinteresada es más gratificante que vivir una vida egoísta.

Está bien hablar sobre ti un poco, pero ponte también el objetivo de preguntar y conocer a los demás. Puedes proponerte escuchar más y hablar menos al conversar con otros.

Sé gentil y considerado. Ayuda a los demás y hazles saber que pueden contar contigo.

Valora tus talentos. Ser humilde no significa que no puedas sentirte bien contigo mismo. La autoestima no es lo mismo que el orgullo. Ambos provienen del reconocimiento de tus propios talentos y habilidades, pero el orgullo, el tipo de orgullo que raya en la arrogancia, está alimentado por tus inseguridades. Contempla tus habilidades y sé agradecido por ellas.

Si identificas que la falta de humildad es un problema en tu vida, busca asesoría calificada y compañeros leales, El orgullo puede llevar a fracasos y prevenir es mejor que lamentar.

Asóciate con otros y ayuda a los más necesitados.

UNA LISTA CON 50 FORMAS DE SER MAS HUMILDE Y ACTUAR HUMILDEMENTE LA CUAL LE AYUDARA A VIVIR UNA VIDA

MUCHO MEJOR YA MISMO. 1. Use la respuesta "fue un placer" cuando alguien le agradezca por hacer algo. 2. Use la respuesta "sería un honor" cuando alguien solicite su ayuda o que haga algo con ellos. 3. Escuche más de lo que habla. 4. Cuente hasta tres antes de agregar algo a una conversación para asegurarse de que la otra persona ya término. 5. Esté dispuesto a escuchar a alguien en una conversación aún si usted no tiene la oportunidad de hablar de su idea. 6. Siempre ofrézcase a mejorar la idea de alguien y darles el crédito. 7. De crédito por las ideas de otros en las cuales usted está trabajando. 8. Pídale a otros la opinión sobre las demás personas. 9. Pídale a otros que se unan a la conversación y contribuyan. 10. Está bien en equivocarse y admitirlo. 11. Admita cuando usted no entiende o sabe algo. 12. Valore a los que aprenden algo rápidamente y expréselo. 13. Discúlpese rápidamente cuando haga algo equivocado. 14. Estudie principios morales. 15. Use los principios morales para guiarse. 16. Usted es la creación de Dios, no la suya. 17. Reconozca que sus talentos son dones, no sus propias habilidades. 18. Dese cuenta de cómo sus habilidades sólo han sido desarrolladas con la ayuda de los demás. 19. Comparta sus conocimientos sobre todo lo que ha aprendido. 20. Pásele las gracias cuando las recibe a los que le ayudaron a lograr lo que fue agradecido. 21. Valore el tiempo de los demás tanto como usted valora el suyo. 22. No monetice el tiempo invertido con las personas. 23. No alardee sobre sus logros, deje que otros los reconozcan. 24. Mantenga sus metas para sí mismo. 25. Ayudé a los demás con sus metas.

26. Dese cuenta del potencial en los demás 27. Sepa que hacer las cosas en el momento correcto lo es todo y que todo el mundo es excelente en diferentes momentos de su vida.

28. Ser el primer seguidor es a menudo la mejor forma de ser el líder.

29. Ya que ganar no lo es todo, usted no tiene que ganar. 30. Reconozca que usted tiene fallas. 31. Recuerde que usted es un pecador como todos lo somos.

32. Ignore las primeras impresiones sobre la personas.

33. Dele a los demás el beneficio de la duda.

34. Haga observaciones positivas y que den ánimo en vez de criticar. 35. Tome la decisión de actuar más humildemente. 36. Practique al menos 1 acto de humildad al día. 37. Sea agradecido por los éxitos sin alardear. 38. Sepa cómo aceptar los elogios con unas simples gracias, no se extienda o hable más sobre el asunto. 39. Reconozca el individualismo de los demás y en usted mismo, no hay necesidad de conformarse. 40. Comparta sus valores principales y viva de acuerdo a ellos sin importar las circunstancias. 41. Ponga en orden de importancia las cosas en su vida y piense si las acciones de su vida siguen esa prioridad. 42. Ponga a los demás de primeros, sea usted menos importante. 43. Perdone a aquellos quienes lo han herido y siga adelante sin vengarse. 44. Sirva a los demás primero y no a usted. 45. Busque la sabiduría, la cual es conocimiento de lo que es verdadero con un toque de juicio justo. 46. Reconozca y sepa que usted sabe poco y que siempre hay mucho más por aprender. 47. Evite reacciones explosivas, y abandone cualquier tipo de agresión. 48. Acepte las nuevas ideas y el cambio, o sea, no estar apegado a lo que usted sabía antes. 49. Enseñe todo lo que usted pueda para el beneficio de los demás. 50. Aprenda de la vida del hombre más humilde conocido en la historia, Jesús!

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