Conservación o Deterioro

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  • CONSERVACIN O DETERIORO

  • Para Daniel, Ayari, John, Conchita y Pepe

  • CONSERVACIN O DETERIOROEl impacto de las polticas pblicas enlas instituciones comunitarias y en lasprcticas de uso de los recursos forestales

    Leticia Merino Prez

    Con un prlogo de Elinor Ostrom

  • ISBN: 968-817-627-3

    Impreso y hecho en Mxico

    Primera edicin: julio de 2004

    Instituto Nacional de Ecologa (INE-SEMARNAT)

    Perifrico sur 5000, Col. Insurgentes Cuicuilco,

    C.P. 04530. Mxico, D.F.

    www.ine.gob.mx

    COORDINACIN EDITORIAL: Ral Marc del Pont Lalli

    DISEO DE LA PORTADA: lvaro Figueroa

    FOTO DE LA PORTADA: Claudio Contreras

    CORRECCIN DE ESTILO: Teresa Ruiz

    REVISIN: Eduardo Chagoya Medina

    D.R.

    Esta publicacin cont para su produccin con

    el generoso apoyo del Centro de Educacin y

    Capacitacin para el Desarrollo Sustentable

    (CECADESU) de la SEMARNAT.

  • NDICE

    ndice de cuadros 9

    ndice de ilustraciones (grficas y mapas) 13

    Siglas, acrnimos y abreviaturas 15

    PREFACIO 19

    PRLOGO. ELINOR OSTROM 25

    CAPTULO 1. INTRODUCCIN 31

    El contexto estatal de los aprovechamientos forestales en Michoacn 40

    CAPTULO 2. CONTEXTOS ESTATALES Y LOCALES DE LAS CONDICIONES FORESTALES 43

    El contexto estatal de los aprovechamientos forestales en Michoacn 43

    El contexto estatal de los aprovechamientos forestales en Oaxaca 67

    El contexto estatal de los aprovechamientos forestales en Quintana Roo 93

    CAPTULO 3 EL CAPITAL SOCIAL Y LAS INSTITUCIONES LOCALES 127

    Heterogeneidad social, capital social e instituciones comunitarias 127

    en el manejo de recursos comunes

    Heterogeneidad, capital social e instituciones comunitarias en las 139

    comunidades seleccionadas

    CAPTULO 4. LAS POLTICAS FORESTALES Y DE CONSERVACIN Y SUS IMPACTOS EN

    LAS COMUNIDADES FORESTALES 175

    Las polticas forestales y de conservacin a lo largo del siglo XX 175

    Los impactos de las polticas pblicas en las comunidades forestales 211

  • CAPTULO 5. ANLISIS CARTOGRFICO Y EVALUACIN DE LOS RECURSOS FORESTALES 235

    Consideraciones metodolgicas 236

    Las condiciones del bosque en el ejido de Cerro Prieto 238

    Las condiciones del bosque en la comunidad de Donaciano Ojeda 244

    Las condiciones del bosque en la comunidad de Nuevo Zooquiapam 252

    Las condiciones del bosque en la comunidad de San Miguel Peras 255

    Las condiciones de la selva en el ejido de Santa Mara Poniente 262

    Las condiciones de la selva en el ejido de Cafetal 266

    CAPTULO 6. CONCLUSIONES 281

    NOTAS 305

    GLOSARIO 319

    BIBLIOGRAFA 321

    MAPAS A COLOR (AL FINAL DE LA OBRA)

  • NDICE DE CUADROS

    1. Datos generales sobre los predios forestales de Michoacn, 1998 47

    2. Superficies y volmenes de produccin forestal de Michoacn, 1993-1998 49

    3. Estructura agraria de Oaxaca, 2000 73

    4. Volmenes autorizados de los predios forestales de Oaxaca con distintos

    tipos de tenencia de la tierra, 2000 73

    5. Produccin forestal en Oaxaca, 19932000 74

    6. Contribucin de las diferentes regiones de Oaxaca a la produccin

    forestal maderable, 1999 75

    7. Volmenes autorizados de los predios forestales de Quintana Roo con

    distintos tipos de tenencia de la tierra, 1998 99

    8. Volmenes autorizados en Quintana Roo, 19931998 100

    9. Contribucin de las diferentes regiones de Quintana Roo a la produccin

    forestal maderable, 1998 100

    10. Muestra de las comunidades y sus caractersticas 120

    11. Usos y condiciones de los recursos forestales 124

    12. Heterogeneidad social y capital social de los usuarios en las comunidades

    consideradas 165

    13. Caractersticas de las instituciones comunitarias 168

    14. Resumen sobre la evolucin de las polticas forestales mexicanas

    en el siglo XX 212

    15. Uso del suelo y vegetacin del ejido de Cerro Prieto, 1985 240

    16. Uso del suelo y vegetacin del ejido de Cerro Prieto, 1995 240

    17. Uso del suelo y vegetacin del ejido Cerro Prieto, 2000 241

    18. Cambio de uso del suelo y vegetacin entre 1985 y 1995 en el ejido

    de Cerro Prieto 241

  • 19. Cambio de uso del suelo y vegetacin entre 1995 y 2000 en el ejido

    de Cerro Prieto 242

    20. Uso del suelo y vegetacin en la comunidad de Donaciano Ojeda 250

    21. Uso del suelo y vegetacin en la comunidad de Donaciano Ojeda 251

    22. Uso del suelo y vegetacin en la comunidad de Donaciano Ojeda 251

    23. Cambio de la vegetacin entre 1985 y 1995 en la comunidad de

    Donaciano Ojeda 253

    24. Cambio de uso del suelo entre 1995 y 2000 en la comunidad de

    Donaciano Ojeda 254

    25. Uso del suelo y vegetacin en Nuevo Zooquiapam 258

    26. Uso del suelo y vegetacin en Nuevo Zooquiapam 258

    27. Uso del suelo y vegetacin en Nuevo Zooquiapam 259

    28. Cambio de uso del suelo y vegetacin entre 1985 y 1995 en Nuevo

    Zooquiapam 261

    29. Cambio de uso del suelo entre 1995 y 2000 en Nuevo Zooquiapam 261

    30. Uso del suelo y vegetacin en la comunidad de San Miguel Peras 262

    31. Uso del suelo y vegetacin en la comunidad de San Miguel Peras 263

    32. Uso del suelo y vegetacin en la comunidad de San Miguel Peras 263

    33. Cambio de uso del suelo y vegetacin entre 1985 y 1995 en la

    comunidad de San Miguel Peras 265

    34. Cambio de uso del suelo y vegetacin en la comunidad de

    San Miguel Peras 266

    35. Uso del suelo y vegetacin en el ejido de Santa Mara Poniente 268

    36. Uso del suelo y vegetacin en el ejido de Santa Mara Poniente 269

    37. Uso del suelo y vegetacin en el ejido de Santa Mara Poniente 269

    38. Cambio de uso del suelo y vegetacin entre 1985 y 1995 en el

    ejido de Santa Mara Poniente 270

    39. Cambio de uso del suelo y vegetacin 19952000 en el ejido de

    Santa Mara Poniente 271

    40. Uso del suelo y vegetacin en el ejido de Cafetal 272

    41. Uso del suelo y vegetacin en el ejido de Cafetal 272

    42. Uso del suelo y vegetacin en el ejido de Cafetal 273

    43. Cambio de uso del suelo y vegetacin entre 1985 y 1995 en el ejido de

    Cafetal 271

    44. Cambio de uso del suelo y vegetacin en el ejido de Cafetal 271

    45. Descripcin de los principales tipos de vegetacin de acuerdo

  • con Rzedowski y equivalencias aproximadas que definen OTROSautores 272

  • NDICE DE ILUSTRACIONES

    GRFICAS

    1. Estructura diamtrica del arbolado de la zona ncleo de la RBMM

    en Cerro Prieto 242

    2. Estructura diamtrica del arbolado de la zona de

    amortiguamiento de la RBMM en el ejido de Cerro Prieto 243

    3. Abundancia de especies en la zona ncleo en Donaciano Ojeda 250

    4. Abundancia de especies en la zona de amortiguamiento

    en Donaciano Ojeda 251

    5. Abundancia de especies en la zona libre en Donaciano Ojeda 251

    MAPAS A COLOR (AL FINAL DE LA OBRA)

    1. Mapa de uso del suelo y vegetacin del ejido Cerro Prieto, Michoacn, 1985

    2. Mapa de uso del suelo y vegetacin del ejido Cerro Prieto, Michoacn, 1995

    3. Interpretacin visual de la imagen de satlite (2000) del ejido Cerro Prieto,

    Michoacn

    4. Compuesto en color (2000) del ejido Cerro Prieto, Michoacn

    5. Mapa de uso del suelo y vegetacin de la comunidad de Donaciano Ojeda,

    Michoacn, 1985

    6. Mapa de uso del suelo y vegetacin de la comunidad de Donaciano Ojeda,

    Michoacn, 1995

    7. Interpretacin visual de la imagen de satlite (2000) de la comunidad de

    Donaciano Ojeda, Michoacn

    8. Compuesto en color (2000) de la comunidad de Donaciano Ojeda, Michoacn

  • 9. Mapa de uso del suelo y vegetacin de la comunidad de Nuevo Zooquiapam,

    Oaxaca (1985)

    10. Mapa de uso del suelo y vegetacin de la comunidad de Nuevo Zooquiapam,

    Oaxaca (1995)

    11. Interpretacin visual de la imagen de satlite (2000) de la comunidad de Nuevo

    Zooquiapam, Oaxaca

    12. Compuesto en color (2000) de la comunidad de Nuevo Zooquiapam, Oaxaca

    13. Mapa de uso del suelo y vegetacin de la comunidad de San Miguel Peras,

    Oaxaca (1985)

    14. Mapa de uso del suelo y vegetacin de la comunidad de San Miguel Peras,

    Oaxaca (1995)

    15. Interpretacin visual de la imagen de satlite (2000) de la comunidad de San

    Miguel Peras, Oaxaca

    16. Compuesto en color (2000) de la comunidad de San Miguel Peras, Oaxaca

    17. Mapa de uso del suelo y vegetacin del ejido Santa Mara Poniente,

    Quintana Roo (1985)

    18. Mapa de uso del suelo y vegetacin del ejido Santa Mara Poniente, Quintana

    Roo (1995)

    19. Interpretacin visual de la imagen de satlite (2000) del ejido Santa Mara

    Poniente, Quintana Roo

    20. Compuesto en color (2000) del ejido Santa Mara Poniente, Quintana Roo

    21. Mapa de uso del suelo y vegetacin del ejido Cafetal, Quintana Roo (1985)

    22. Mapa de uso del suelo y vegetacin del ejido Cafetal,

    Quintana Roo (1995)

    23. Interpretacin visual de la imagen de satlite (2000)del ejido Cafetal,

    Quintana Roo

    24. Compuesto en color (2000) del ejido Cafetal, Quintana Roo

  • SIGLAS, ACRNIMOS Y ABREVIATURAS

    AECRBMM Alianza de Ejidos y Comunidades de la Reserva de la Biosfera

    Mariposa Monarca

    AFO Empresa de Aprovechamientos Forestales de Oaxaca

    a.f.p. reas forestal permanente

    CCI Central Campesina Independiente

    CFO Compaa Forestal de Oaxaca

    CEMDA Centro Mexicano de Derecho Ambiental

    CITES Convention on International Trade in Endangered Species of

    Wild Fauna and Flora

    DDF Direccin de Desarrollo Forestal

    DGV Direccin General de Vigilancia de PROFEPA

    FAPATUX Fbrica de Papel Tuxtepec

    FAO Organizacin de las Naciones Unidas para la Agricultura y

    Alimentacin

    FIFONAFE Fideicomiso del Fondo Nacional para el Fomento Ejidal

    FONAFE Fondo Nacional para el Fomento Ejidal

    GATT Acuerdo General sobre Tarifas y Aranceles

    INE Instituto Nacional de Ecologa

    INEGI Instituto Nacional de Estadstica, Geografa e Informtica

    IXETO Unin IxtlnEtla

    LGEEPA Ley General de Equilibrio Ecolgico y la Proteccin al Ambiente

    MDS Mtodo de Desarrollo Silvcola

    MIQROO Empresa Maderas Industrializadas de Quintana Roo

    MMOBI Mtodo Mexicano de Ordenacin de Bosques Irregulares

    MMOM Mtodo Mexicano de Ordenacin de Montes

  • MMOMI Mtodo Mexicano de Ordenacin de Montes Irregulares

    m.s.n.m. Metros sobre el nivel del mar

    OEPFZM Organizacin de Ejidos Productores Forestales de la Zona

    Maya de Quintana Roo

    ODRENASIJ Organizacin para la Defensa de los Recursos Naturales y el

    Desarrollo Social de la Sierra de Jurez

    P.f.n.m. Productos Forestales no Maderables

    PPF Plan Piloto Forestal

    PROCEDE Programa de Certificacin de Derechos Ejidales

    PROCAMPO Programa de Apoyo Directo al Campo

    PRODEFOR Programa de Desarrollo Forestal

    PRODEPLAN Programa de Plantaciones Forestales

    PROCYMAF Programa de Conservacin y Manejo Forestal

    PROFEPA Procuradura Federal de Proteccin al Ambiente

    PROFORMICH Promotora Forestal de Michoacn

    PRONARE Programa Nacional de Reforestacin

    RBMM Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca

    Red MOCAF Red Mexicana de Organizaciones Forestales Campesinas

    SAGARPA Secretara de Agricultura, Ganadera, Desarrollo Rural, Pesca

    y Alimentacin

    SARH Secretara de Agricultura y Recursos Hidrulicos

    SEDUE Secretara de Desarrollo Urbano y Ecologa

    SEFAO Servicios Forestales Agropecuarios de Oaxaca

    SEMARNAP Secretara de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca

    SEMARNAT Secretara de Medio Ambiente y Recursos Naturales

    SPFEQR Sociedad de Productores Forestales Ejidales de Quintana Roo

    SICODESI Sistema de Conservacin y Desarrollo Silvcola

    SINAP Sistema Nacional de reas Naturales Protegidas

    s.t.f. Servicios tcnicos forestales

    TLCAN Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte

    UCEFO Unin de Comunidades Forestales de Oaxaca

    UCODEFO Unidad de Conservacin y Desarrollo Forestal

    UEEAFC Unidades Econmicas Especializadas de Aprovechamiento

    Forestal Comunal

    UEMO Unin de Ejidos Melchor Ocampo SICODESI

    UPMPF Unidades Productoras de Materia Prima Forestal

    UAF Unidades de Aprovechamiento Forestal

  • UZACHI Desarrollo de la Capacidad de Gestin Ambiental de la Unin

    de Comunidades ZapotecaChinanteca

    WRI World Resources Institute

    WWF Fondo Mundial para la Naturaleza

    ZAMIX Unin ZapotecoMixteco

  • 19Prefacio

    19

    La conclusin de un largo proyecto exige una mirada retrospectiva al cami-no recorrido, una revisin de la manera en que las preguntas, los propsitosy las explicaciones iniciales se han modificado y un reconocimiento a laspersonas e instituciones por sus aportaciones durante el proceso de esta in-vestigacin y de la escritura de este libro. La investigacin que ha dado lugara este libro se inici buscando reflexionar en torno a la pregunta general queplanteaba el programa sobre el Cumplimiento de la Legislacin Ambientalen Mxico, que entre 1996 y 2000 desarrollaron conjuntamente laProcuradura Federal de Proteccin al Ambiente (PROFEPA) y el Consejo Na-cional de Ciencia y Tecnologa (CONACYT). Este programa, pionero en su esp-ritu y en su temtica buscaba, promover la reflexin sobre las diversas condi-ciones que favorecen o dificultan el cumplimiento de la ley ambiental enMxico. Ms an, deseaba promover el dilogo activo entre acadmicos yfuncionarios pblicos involucrados e interesados en la problemtica del di-seo y cumplimiento de las leyes ambientales. En una iniciativa conjunta,respondimos a la convocatoria desde el Centro Regional de InvestigacionesMultidisciplinarias de la UNAM yo, y desde el Consejo Civil Mexicano para laSilvicultura Sostenible (CCMSS) Sergio Madrid. Retomamos la pregunta ge-neral del programa, adecundola al tema forestal y aplicndola a un viejocuestionamiento compartido. Nos preguntbamos: cules son los factoresque determinan que algunas comunidades forestales hayan desarrollado prc-ticas de uso de los bosques que les han permitido conservarlos, mientras queen otros casos los usos de los recursos han llevado a su deterioro?

    El conocimiento que Sergio Madrid y yo tenamos del campo forestalmexicano nos haca saber que no existan respuestas nicas, ni simples, as

    PREFACIO

  • 20 Leticia Merino

    que uno de los intereses primordiales era mostrar la inutilidad de las res-puestas parciales. A lo largo de los aos de trabajo de campo, de anlisis dedatos, de revisin de materiales y de discusiones en diversos foros y espa-cios, con miembros de comunidades forestales, con algunos de sus asesores,con funcionarios y con colegas investigadores de distintas disciplinas e ins-tituciones, las preguntas iniciales se multiplicaron y diversificaron ms allde lo previsto. Los resultados que se presentan en este libro no representanrespuestas acabadas, sino que intentan expresar la diversidad de condicio-nes que encontramos entre las comunidades y regiones forestales en dondetrabajamos, y la necesidad de atender a las historias y problemticas parti-culares de los distintos casos cuando se disean e implementan polticaspblicas. Otra enseanza adquirida en el proceso de construccin de estetexto ha sido reconocer la complejidad de factores que interactan antecondiciones ecolgicas concretas como el estado de conservacin o dete-rioro de ecosistemas forestales determinados. Si este texto motiva inquie-tudes que propicien el desarrollo de nuevas propuestas y explicaciones so-bre los procesos de conservacin o deterioro, por parte de distintos acto-res, habremos cumplido en mucho con nuestros propsitos.

    Ya he dicho que muchas personas han contribuido a hacer posible estaobra; en primer trmino debo reconocer el apoyo que nos brindaron losmiembros de las comunidades donde trabajamos al permitirnos conocer suhistoria y compartir sus experiencias. Agradezco profundamente a las auto-ridades y miembros de las comunidades de Cerro Prieto, Donaciano Ojeda,Santa Mara Poniente, Cafetal, Nuevo Zooquiapam y San Miguel Peras, porlas muchas horas que dedicaron a responder nuestras preguntas; por la hos-pitalidad con que nos recibieron en sus comunidades y en sus casas y por laconfianza con que compartieron con nosotros sus experiencias y puntos devista. Gracias al respaldo de la Alianza de Ejidos y Comunidades de la Reser-va de la Biosfera y en particular de Jaime Lpez y Pilar Gutirrez, pudimosconocer las comunidades del Oriente de Michoacn. El trabajo en NuevoZooquiapam fue posible gracias a la intervencin de Heriberto Aguirre de laUnin de Comunidades IxtlnEtla (IXETO). En Quintana Roo contamos conel respaldo de la Organizacin de Ejidos Forestales de la zona maya y enespecial de Victoria Santos, Rosa Ledesma y Marcelo Carren, para trabajaren los ejidos de Santa Mara Poniente y Cafetal.

    Este trabajo tambin es el producto de encuentros y esfuerzos muy di-versos. El aprendizaje adquirido en el proceso de esta investigacin ha sido

  • 21Prefacio

    posible gracias a la generosidad, el trabajo y los conocimientos de muchaspersonas. Como ya se ha mencionado con anterioridad, este libro es resul-tado del apoyo financiero del programa de Investigacin sobre la Aplica-cin y Cumplimiento de la Legislacin Ambiental en Mxico de PROFEPACONACYT, pero tambin del inters y de la sabidura de quien lo concibi eimpuls: Antonio Azuela, entonces Procurador Federal de Proteccin alAmbiente, y ferviente convencido de la productividad que genera la rela-cin entre la academia y las polticas pblicas. A lo largo de los aos en quehe tenido la suerte de contar con su amistad, sus ideas, iniciativas y genero-sidad han sido una rica veta profesional y humana para m.

    Otro encuentro fundamental para el desarrollo de este libro y de mipropia formacin profesional ha sido la relacin con la doctora ElinorOstrom. Lin es una terica en verdad excepcional, cuyas aportaciones hancontribuido definitivamente a la construccin de nuevas perspectivas acer-ca de los recursos y la propiedad comunes. Plantea su aproximacin, nodesde la ideologa, sino desde un cuestionamiento comprometido con elrigor acadmico y un compromiso con el fortalecimiento de la capacidadde autogestin de las sociedades locales. Estoy convencida de que la difu-sin de su obra, en el mundo de habla hispana, contribuir en mucho a unmejor entendimiento de las dinmicas sociales vinculadas con el uso de losrecursos naturales, tales como los bosques y, con suerte, al desarrollo depolticas ms eficientes y democrticas. Lin es un ser humano nico, a quienagradecer siempre el apoyo desinteresado y decidido que nos ha brindadoen diversos momentos tanto a m, como a mis colabores cercanos.

    En el desarrollo de ste y otros trabajos acerca del tema de los recursosforestales, ha sido crucial el apoyo que he recibido de la Fundacin Ford.En un primer momento Mike Conroy y posteriormente Deborah Barryhan respaldado con decisin mis intentos (a veces poco claros) por contri-buir desde el trabajo acadmico de investigacin y docencia, a fortalecer elmanejo comunitario de los bosques. Su apoyo ha ido ms all del que brin-dan tradicionalmente las instancias financiadoras. A menudo he encontra-do un dilogo informado, comprometido y crtico con ellos.

    Gerardo Segura ha sido otra referencia central en el desarrollo de estainvestigacin y, en general, en mi inters por el manejo comunitario de losrecursos naturales. En el trabajo y los proyectos compartidos he podidobeneficiarme de las cualidades poco usuales de Gerardo Segura: rigor aca-dmico, profunda visin interdisciplinaria y compromiso cotidiano con

  • 22 Leticia Merino

    las comunidades forestales. Los comentarios, apoyo y humor inteligente deIrene Pisanty han sido importantes para seguir adelante en muchos mo-mentos. Mucho he aprendido de la experiencia y conocimiento de Francis-co Chapela y Yolanda Lara a quien agradezco invitarme a participar enalgunos de sus trabajos. El trabajo inteligente y cuidadosamente documen-tado de Daniel Klooster ha sido una referencia constante en este trabajocomo puede constatarse en diversos captulos; a tal punto que puedeconsiderrsele prcticamente uno de los coautores. El dilogo que he soste-nido a travs de los aos con David Bray, acerca de la excepcionalidad delas comunidades y empresas forestales mexicanas es uno de los ejes de estelibro. La relacin con el equipo del Programa de Conservacin y ManejoForestal en Oaxaca ha sido sumamente formativa; su trabajo me ha permi-tido conocer que la construccin y el fortalecimiento del capital social co-munitario para la sustentabilidad es posible si se basa en la confianza de loshabitantes de las comunidades y en el trabajo cotidiano con ellos. En estesentido quiero expresar mi reconocimiento a Juan Manuel Barrera, JessHernndez, Leonor Sosa, Ricardo Ramrez, Miguel Cruz, Miguel ngelSoto y sobre todo a don Benjamn Luna.

    Catherine Tucker, Chris Beck, John Belmont, Jos Juan Caldern, EverCanul, Carmen Cruz, Mariana Hernndez, Catarina Illsley, Patricia Grez,Sergio Madrid, Dawn Robinson, Carlos Ruiz participaron en distintos temasy sitios del trabajo de campo. Luis ngel Lpez e Isabel Patio leyeron yreleyeron el manuscrito con paciencia. El orden y consistencia del texto enmucho es resultado del empeo y esfuerzo de Isabel Patio, Gabriela Ortiz yAyari Pasquier que tomaron parte en las laboriosas tareas de correccin yedicin, as como a Teresa Ruiz, responsable de las ltimas revisiones ycuya labor permiti mejorar el manuscrito original. Reconozco y agradez-co mucho el apoyo de todos ellos en la construccin de este gran rompecabe-zas colectivo; este libro no existira sin cada una de sus aportaciones. Deverdad espero volver a compartir con ellos la aventura de la investigacin.Mencin especial merece el trabajo, el compromiso y la amistad de ArielAlain Arias Toledo, quien mucho ha aportado a este libro y ha sido el mejorasistente y colega que hubiera podido tener.

    El apoyo institucional que se me ha brindado desde la Universidad Na-cional Autnoma de Mxico ha sido determinante para el desarrollo deeste proyecto. Es un enorme privilegio y un gran compromiso ser parte dela planta acadmica de la UNAM. En trminos personales agradezco a Hctor

  • 23Prefacio

    Hernndez, director del Centro Regional de Investigaciones Multidiscipli-narias, donde se llev a cabo la mayor parte de esta investigacin, por suentusiasmo y solidaridad con mi trabajo. Agradezco tambin a Ren Millny a Rebeca de Gortari por su clida acogida en el Instituto de Investigacio-nes Sociales, donde, como investigador invitado he podido concluir esteproyecto.

    Tambin deseo reconocer el apoyo del Instituto Nacional de Ecologa,en especial de Irene Pisanty y de la Direccin de Publicaciones, a quienesdebo que este libro pudiera darse a conocer.

    Por ltimo debo agradecer a John Rice por comprender mis sueos eimpulsarme de muy distintas formas a alcanzarlos, y a mis hijos Ayari yDaniel por ser una fuente de inspiracin, fuerza y alegra en mi vida.

    LETICIA MERINO PREZ

  • 25Prlogo

    25

    PRLOGO

    Este interesante libro representa un esfuerzo por comprender los factoresque, en conjunto, aumentan las probabilidades de que las comunidades loca-les que cuentan con un nivel de autonoma considerable para crear suspropias estructuras de gobierno diseen instituciones efectivas para ma-nejar los recursos forestales. Merino utiliza las habilidades de una observa-dora de campo aguda e informada acerca de las aproximaciones tericascontemporneas, relacionadas con los estudios del gobierno local de los re-cursos forestales. Este libro presenta una sofisticada comprensin de la teoradel estudio de los recursos comunes y la vincula con la profunda familiaridadque se tiene con seis comunidades ubicadas en tres estados de Mxico.

    Merino aborda una de las explicaciones sobre la deforestacin ms co-munes y aceptada como verdadera por gran parte del anlisis poltico. Enalgunas teoras, la densidad de poblacin de los usuarios es consideradacomo el factor determinante en la degradacin de los recursos forestales.En su estudio, una de las dos comunidades con muy alta densidadpoblacional (del rango de 213 a 242 habitantes por km2), tiene un bosquemuy bien preservado mientras que la otra comunidad ha sido testigo de unconsiderable deterioro de los recursos forestales. De las cuatro comunida-des con densidad de poblacin relativamente baja (menor o igual a 22.6habitantes por km2), dos han preservado muy bien sus bosques, y dos lostienen en un estado de deterioro moderado. En otras palabras, contra lafrecuente presuncin de que la densidad poblacional es un factor clave queafecta las condiciones del bosque, Merino encuentra que en sus estudios decampo no existe relacin directa entre la densidad de la poblacin y lascondiciones del bosque.

  • 26 Elinor Ostrom

    Al mostrar que uno de los mitos ms populares del anlisis de polticascontemporneo es una explicacin muy simplista e inadecuada, Merino seadentra en una amplia diversidad de factores que pueden explicar potencial-mente las diferencias que encuentra en las seis comunidades. Investiga las rela-ciones entre los factores locales, nacionales y regionales. En lugar de encontrarun nico factor como la causa central del xito o del fracaso de los esfuerzos delas comunidades por manejar bien los recursos forestales, ella encuentra unaamplia gama de factores que en conjunto afectan los incentivos y la conductade los usuarios, y que derivan en mejores condiciones de los bosques.

    Las comunidades de su estudio tienen mayor probabilidad de disearinstituciones locales efectivas para el manejo del bosque cuando los miem-bros ms poderosos de stas estn de acuerdo con el manejo efectivo de losrecursos forestales y cuando se ha construido un capital social efectivo porlas comunidades a travs del tiempo. De cualquier modo, los arreglosinstitucionales locales siempre estn articulados y se ven afectados por laspolticas regionales y nacionales. Merino encuentra que los sistemas de re-gulacin regional y nacional no han alentado la forestera comunitaria.

    En el mbito nacional y regional las reglas e incentivos efectivos hansido ms la excepcin que la regla en Mxico. Estas polticas han generadoms incentivos contrarios al manejo efectivo de los bosques, que incentivosque hayan alentando el desarrollo sustentable. Cuando no se ha dado unaactividad negativa adversa que haya afectado el manejo local responsable,las legislaciones estatal y nacional simplemente han ignorando la capaci-dad de los usuarios locales para desarrollar reglas efectivas, monitorear sucumplimiento e imponer sanciones graduadas que les permitan conocer lasinfracciones sin que su imposicin cause reacciones negativas.

    Este libro puede ser ledo por cualquier tipo de pblico debido a lariqueza de ideas que maneja. Los tomadores de decisiones encontrarn unacuidadosa exposicin de las formas en que en algunas casos, los usuarioslocales son capaces de desarrollar sus propias reglas, de monitorearlas yfortalecerlas. Merino es muy cuidadosa en no presentar expectativas dema-siado optimistas de este proceso. El simple hecho de devolver el control delmanejo del bosque a los propios usuarios no es garanta suficiente de questos puedan ejercer esas capacidades con la visin necesaria que asegureque la siguiente generacin dispondr de un recurso productivo.

    Los cientficos sociales encontrarn en este volumen material que les ayu-dar a desarrollar una teora matizada de la autogestin local. Merino es

  • 27Prlogo

    cuidadosa al examinar la aplicabilidad de varias teoras actuales tanto sobreel origen de las instituciones locales, como sobre la persistencia de las institu-ciones para que sean coherentes con los diseos principales. Su esfuerzo for-talece en mucho nuestra comprensin de estos desarrollos tericos.

    Este libro tambin ser de gran inters para los mismos usuarios delbosque y para las organizaciones no gubernamentales que trabajan conmuchos de los grupos de usuarios del bosque en Mxico. Las comunidadesforestales necesitan tener la capacidad de aprender de las experiencias queotras han tenido, y los residentes urbanos necesitan aprender que no sonlos nicos interesados en la sustentabilidad de los recursos forestales. Msan, ellos necesitan comprender que algunas de las polticas que han pro-movido pudieron haber funcionado de manera contraproducente.

    De esta manera, permtanme invitar a los lectores a descubrir por smismos la joya que contienen estas pginas.

    ELINOR OSTROM

  • 29Introduccin

    29

    La trampa intelectual de basarse por completo en modelos

    para proveer los fundamentos del anlisis poltico es que los

    acadmicos asumen la postura de observadores omniscientes,

    capaces de comprender lo esencial del funcionamiento de

    sistemas que son complejos y dinmicos, y crean descripciones

    estilizadas de algunos aspectos de esos sistemas.

    E. OSTROM 1990: 215

    Ningn sistema administrativo es capaz de representar a

    ninguna comunidad social existente, excepto a travs de un

    proceso de abstraccin y simplificacin, heroico y fuertemente

    esquemtico. No se trata nada ms de una cuestin de capaci-

    dad [...] Es tambin cuestin de propsito [...] Sus abstracciones y

    simplificaciones son regidas por un pequeo nmero de objetivos,

    y hasta el siglo XIX los ms prominentes eran el cobro de

    impuestos, el control poltico y el reclutamiento militar.

    J. SCOTT 1998: 22-23

    No es factible derivar predicciones precisas a partir de un

    marco conceptual, sino slo formular las preguntas que se

    necesitan para clarificar la estructura de una situacin y los

    incentivos para los individuos.

    E. OSTROM 1990: 192

  • 30 Leticia Merino

  • 31Introduccin

    Los bosques cumplen funciones fundamentales de estabilizacin de losecosistemas: constituyen el sostn de gran parte de la diversidad biolgica,contribuyen a mantener la calidad del aire, el agua y el suelo e intervienenen la regulacin de la temperatura del planeta. Los bosques de Mxicotienen un enorme valor ambiental, social y econmico. En 1994 existan enMxico 55.3 millones de ha de bosques.1 Se trata de bosques templadosubicados en las sierras y selvas tropicales hmedas y secas de los estados delsur del pas y de la pennsula de Yucatn. Los bosques y selvas mexicanas2

    son notables por su diversidad y productividad biolgicas: los bosquestemplados de Mxico, dentro de su tipo se encuentran entre los de mayorriqueza biolgica en el mundo, en ellos habitan 55 especies de pinos (end-micas en un 85%) y 185 de encinos (con un 70% de endemismo). Estosbosques ofrecen condiciones de hbitat temporal o permanente a numero-sas especies animales, entre las que se encuentran importantes grupos deaves e insectos migratorios.

    Los bosques tambin tienen considerable importancia econmica y so-cial. Por siglos las sociedades humanas han dependido de ellos para susobrevivencia y calidad de vida. De los bosques se obtienen alimentos, com-bustibles, madera y otros productos, algunos de los cuales se producen confines comerciales, mientras que otros tantos son consumidos en las regio-nes donde se colectan y se mantienen fuera de los circuitos de mercado.Como sucede en otros pases del llamado Tercer Mundo, en Mxico losbosques son a menudo zonas habitadas. Existen en el pas 8,420 comunida-des forestales, en 28% de las cuales an se habla alguna lengua indgena.Con base en los datos de INEGI3 estimamos que la poblacin de las comuni-

    CAPTULO 1INTRODUCCIN

    31

  • 32 Leticia Merino

    dades forestales suma entre 13 y 15 millones de habitantes. Las regionesforestales se encuentran entre las de mayor marginalidad y pobreza en elpas, ms de 50% de su poblacin vive en condiciones de extrema pobreza.La escolaridad promedio para estas regiones como conjunto, es de 3.3 aos,mientras el promedio nacional es de 7 aos; se estima que en estas regiones37% de la poblacin mayor de 15 aos es analfabeta.4

    Para los habitantes de las regiones forestales del pas, los recursos natu-rales representan un capital productivo fundamental del que dependendirectamente para sobrevivir. La agricultura de subsistencia es una activi-dad econmica central all, y la venta de trabajo fuera de la comunidad esuna prctica cada vez ms socorrida para lograr la sobrevivencia familiar.Si bien es cierto que slo en 5% de las comunidades forestales mexicanas laforestera es una actividad econmica central, los bosques representan unrecurso fundamental para todas ellas: son fuente de una variedad de bienesque se destinan directamente al consumo familiar como alimentos, medici-na, lea, materiales de construccin o que se comercializan y generan in-gresos. Gracias a la presencia de los bosques es que estas poblaciones satis-facen muchas de sus necesidades de subsistencia que no son internalizadasadecuadamente por la economa nacional (World Bank: 1995). Otra ca-racterstica relevante de las regiones forestales es la fuerte expulsin de po-blacin, debido a la cual, a pesar de las altas tasas de natalidad que todavase presentan, el crecimiento poblacional promedio es de 2.4%, menor a latasa de crecimiento de la poblacin nacional.

    Los bosques mexicanos tienen un importante potencial productivo, seestima que los bosques de los estados del Norte tienen un potencial de 5 m3/ha anuales, mientras que los bosques templados del centro del pas podranllegar a tener una productividad de hasta 15 m3/ha.5 Sin embargo, comoresultado de las prcticas de mal manejo, la productividad promedio de losbosques templados del pas equivale a 1.3 m3/ha.6 El incremento anual7 deestos bosques se estima en 38.7 millones de m3, aunque en 1996 slo 7 millo-nes de m3 que contaban con permisos oficiales se aprovecharon. En estepatrn de aprovechamiento se conjugan varios factores: el deterioro de losrecursos, las limitaciones de infraestructura caminos fundamentalmen-te, y el carcter obsoleto de la industria forestal. Estos factores se conju-gan y se traducen en la falta de competitividad de buena parte de la produc-cin mexicana en los mercados internacionales e incluso en el mercadonacional,8 a partir del ingreso de Mxico al GATT en 1986.

  • 33Introduccin

    Sin embargo, el volumen de madera que se aprovecha anualmente supe-ra con mucho los registros oficiales. La Procuradura Federal de Protec-cin al Ambiente estimaba que en 1998 los aprovechamientos clandestinosde madera equivalan por lo menos a 50% de la produccin maderableregistrada (PROFEPA 1998). Adems, la extraccin anual de madera que seconsume como lea equivale a 37 millones de m3 (Masera 1997).

    Otra condicin de los bosques mexicanos es el carcter social de la te-nencia de los terrenos forestales. En contraste con lo que sucede en el restode Amrica Latina, donde entre 70 y 80% de los bosques son de jure propie-dad nacional, en Mxico alrededor de 8,000 ejidos y comunidades agrariasposeen cerca de 80% de las tierras forestales del pas. Los bosques de propie-dad nacional representan apenas 5% y los de propiedad privada 15%. Mxi-co es el segundo pas en el mundo con mayor proporcin del territorioforestal nacional bajo regmenes de propiedad colectiva.9 Las comunida-des10 poseedoras de bosques tienen un papel clave en las condiciones de losrecursos. Entre los sectores urbanos, las consecuencias de la tenencia fores-tal son evaluadas de manera muy simplificada, entre stos es frecuente laopinin de que la propiedad colectiva de los bosques siempre constituye unfactor determinante en su destruccin (Quadri de la Torre 1998, CEMDA/Environmental Law Institute 1998, SEMARNAP 1996). Estas visiones ignoran,entre otros factores, la historia de las polticas de conservacin, tenencia ydesarrollo en el pas, que durante ms de medio siglo a menudo handesincentivado la proteccin campesina de los bosques, lo cual ha llevado aun panorama de deforestacin y degradacin forestal generalizado.

    Durante dcadas Mxico ha sido un pas con altas tasas de deforestacin,aunque entre las distintas fuentes que han documentado el proceso existendiferencias importantes. La SARH estimaba que durante la dcada de losochenta la prdida de bosques fue de 370,000 ha anuales, mientras que paraalgunos autores (Toledo 1990) estimaban que las superficies forestales en elmismo periodo desaparecieron a razn de 1,500,000 ha por ao. Para ladcada de los aos noventa, con base en el anlisis de las diversas cifrasdisponibles, Omar Masera (1996) estimaba que la deforestacin oscilabaen un rango de 320,000 y 670,000 ha anuales. Por otra parte el rea afectadapor procesos de degradacin y fragmentacin forestales fue evaluada en elInventario Nacional Forestal de 1994 en 22.2 millones de ha. De este modo seestimaba que 29% de las selvas y 11% de los bosques templados sufranentonces procesos de degradacin. Muchas veces el deterioro de las masas

  • 34 Leticia Merino

    forestales y la prdida de superficies forestales son procesos que se presen-tan de manera asociada.

    La preocupacin por la deforestacin es cada vez ms comn entre ac-tores y grupos muy diversos; su origen y consecuencias son continuamentedebatidos en crculos polticos, cientficos y ambientalistas. Desde hace yams de dos dcadas los gobiernos de algunos de los pases afectados y distin-tas agencias internacionales han desarrollado una gama de acciones paraenfrentar la destruccin de los bosques, a menudo con pobres resultados.

    Entre los diferentes diagnsticos sobre las causas de la deforestacin y laspropuestas para la gestin y uso de los bosques existen diferencias significati-vas. Los factores comnmente citados para explicar las prdidas forestalesintegran una larga lista que incluye: la expansin de la agricultura y la gana-dera, la tala, la pobreza, el crecimiento de la poblacin, la riqueza, la deudaexterna, los incendios forestales, la tenencia colectiva de la tierra, entre otros.Desde la perspectiva de este trabajo es til hacer una distincin, entre losfactores que actan de manera directa y los que influyen indirectamente en eldeterioro de los bosques, incidiendo en los contextos en que operan los facto-res del primer tipo. Entre las causas directas de la deforestacin se encuentranlas prcticas de uso de los recursos naturales, en particular las que implicancambio de uso del suelo forestal a favor de usos agropecuarios y que se asociaa ms de 60% de las prdidas de bosques tropicales; la tala insustentable demadera,11 tanto aquella que se realiza con fines comerciales, como la que sedestina al uso domstico y los incendios incontrolados en las reas boscosas.Sin embargo, es menos frecuente que se reconozca que estos procesos no segeneran de forma independiente, sino que se asocian a una amplia y diversagama de elementos y procesos que operan indirectamente en el deterioro delos bosques; entre ellos se encuentran algunos factores macroeconmicoscomo la deuda externa, las polticas monetarias y de apertura comercial;adems de la cultura de las poblaciones y las condiciones demogrficas. Algu-nas polticas pblicas tambin han tenido una fuerte incidencia en el deterio-ro forestal, particularmente las de promocin del desarrollo agropecuarioen antiguas regiones forestales y las que promovieron la colonizacin de lasselvas tropicales. A estos factores se suman condiciones que podemos consi-derar estructurales al sistema econmico, como las fallas que hasta ahorapresentan los mercados para valorizar de manera correcta al conjunto debienes y servicios que prestan los bosques, y que, por lo general, se manejancomo externalidades a ese sistema.

  • 35Introduccin

    Ninguno de los factores causantes de la deforestacin acta ni se expresade manera aislada; en los procesos de deterioro de los recursos se conjuganelementos y dimensiones de distinta naturaleza; su comprensin cabal exi-ge recuperar la dinmica y articulacin de los elementos que en ellos seconjugan. Ms all del rigor acadmico, esta comprensin resulta impor-tante ya que sin una teora de las causas y consecuencias de la deforestacin,las propuestas para enfrentarla corren el riesgo de resultar inocuas, e inclu-so de producir efectos perversos inesperados. Las fallas en las polticas p-blicas en este campo obedecen, en muchos casos, a concepciones incorrec-tas sobre la articulacin de los procesos ecolgicos y los sistemas sociales.

    Por otra parte, la mayora de los anlisis sobre la deforestacin se reali-zan en un nivel macro, omitiendo las relaciones y expresiones de los proce-sos socioambientales en la escala local. Las formas en que las personas de lascomunidades forestales interactan con sus recursos suelen hacerse a unlado, a pesar de que stas son usuarias directas de los recursos y de que lasreglas de prcticas de uso que construyen afectan significativamente la con-dicin de los bosques. Este estudio pretende mostrar que las reglas o insti-tuciones comunitarias operan como mediadoras de la accin de los merca-dos, de los factores demogrficos, los cambios tecnolgicos y las polticaspblicas sobre los usos de los bosques. No obstante, la propuesta de prestarmayor atencin a la escala local de los procesos, no implica que sta sea elnico nivel de anlisis pertinente para la comprensin del deterioro fores-tal, sino que resulta fundamental en tanto que las comunidades locales sonlos sujetos directos del manejo de los bosques en que habitan, y de los queen buena medida dependen para subsistir.

    Las concepciones del deterioro forestal que no toman en cuenta elpapel de las comunidades locales en la gestin de los recursos, la mayorade las veces niegan la posibilidad de que las comunidades se constituyanen sujetos protagnicos de las estrategias de preservacin y/o uso susten-table de los bosques. Una influencia muy poderosa para estas posicionesha sido la tesis enunciada por Garrett Hardin en el artculo La tragediade los comunes, publicado en la revista Science en 1968. En este brevetrabajo, Hardin identific los sistemas de propiedad comunitaria con lassituaciones de acceso abierto, caracterizadas por la ausencia de restriccio-nes o controles para el uso de los recursos naturales. A partir de estesupuesto Hardin sostuvo que en contextos de recursos limitados, las de-cisiones racionales de cada individuo dan lugar a un dilema irracional

  • 36 Leticia Merino

    para el grupo, y plantea que cada usuario de un bien colectivo tiende amaximizar el uso individualizado de ese recurso en el corto plazo, lo queconduce invariablemente a su sobreexplotacin. La tesis de la tragedia delos comunes ha sido utilizada para referirse a una variedad muy amplia deproblemas, desde el deterioro de los bosques comunales, hasta los proce-sos globales de cambio climtico. sta ha generado la percepcin de quegran parte de los recursos clave para la sobrevivencia de la sociedad mun-dial enfrentan el riesgo inminente de una tragedia de los comunes. Con-templar la destruccin como un destino ineludible de los bienes comu-nes, niega la existencia de comunidades12 como entidades portadoras dehistoria, identidad y valores. Desde la perspectiva de Hardin los usua-rios de los recursos parecieran estar siempre sujetos a condiciones estti-cas e inamovibles, que se escapan absolutamente de su control (Ostrom,E. 1991: 2) y cierran los ojos a las posibilidades de comunicacin, coordi-nacin y consenso, que resultan de la experiencia compartida.

    La aplicacin de esta tesis a la formulacin de polticas se ha traducidoen la idea de que, slo la propiedad privada o el control estatal puedensentar las bases para estilos de manejo de los recursos que resulten raciona-les desde perspectivas ecolgicas y econmicas. Se parte de una nocin idea-lizada de los mercados y del Estado, vistos como panaceas institucionalesuniversales (Ostrom, E. 1990: 21) y propuestos como requisitos indispen-sables para la conservacin y la sustentabilidad.

    Muchos pases del Tercer Mundo, despus de que termin la poca de lacolonizacin europea, impusieron modelos de control estatal centralizadosobre vastas reas de bosques, pastos y pesqueras que haban sido maneja-das tradicionalmente por comunidades locales. El planteamiento de estetipo de polticas parece suponer que los estados cuentan con la capacidadde conocer lo que es el manejo sustentable de los recursos en las ms diver-sas condiciones; que los gobiernos tienen la suficiente capacidad paramonitorear que este manejo se cumpla, y que los costos de mantener lasagencias gubernamentales que se encargan de estas funciones son nulos omnimos (Ostrom, E. 1991: 41).

    Hay otro grupo de propuestas que apuestan a la capacidad regulatoriade los mercados, y hacen de la privatizacin de los bienes comunes la alter-nativa privilegiada de acceso a los recursos naturales, y nica capaz dehacer viables las prcticas de cuidado ambiental. Desde esta ptica la pro-piedad comunal se percibe como ausencia de propiedad y se propone la

  • 37Introduccin

    creacin de derechos plenos de propiedad. (Demezets 1967, 1983,Panayoutou 1989) sin definir con claridad en qu consisten estos derechos.Estas propuestas suponen que la mera divisin de recursos comunes enunidades ms pequeas es suficiente para inspirar racionalidad ecolgica alas acciones de los usuarios. Por otra parte frecuentemente se pasa por altoel hecho de que los incentivos de uso racional de los recursos no son necesa-riamente compatibles con su uso sustentable, especialmente en los casos deespecies de lento crecimiento, cuando en trminos econmicos resulta msracional utilizar los recursos de manera intensiva que aprovecharlos enuna perspectiva de largo plazo. La apologa de la privatizacin como con-dicin bsica de sustentabilidad tambin desconoce las situaciones en lasque implementar la divisin de los bienes colectivos resulta imposible, comosucede con los recursos mviles tales como el agua, las pesqueras o la faunasilvestre (Ostrom, E. 1990: 40).

    Frente a los dilemas que plantea el uso de los recursos comunes existendiversos patrones de interaccin posibles: uno es el uso individualista uoportunista de los recursos, otro es el de la accin coordinada la eleccinde estrategias de cooperacin que desarrolla relaciones de reciprocidad.Las estrategias coordinadas o de accin colectiva pueden ser resultado de losprocesos de aprendizaje que acompaan la evolucin de los patrones deuso de los recursos, o bien surgir como resultado del cambio de las reglasgenerales que afectan las condiciones de apropiacin de un sistema de re-cursos. En ambos casos, los usuarios formulan y/o aceptan reglas de uso,adems de que disean o adoptan sistemas de monitoreo y sanciones. Lamayora de las polticas pblicas actan con base en el supuesto de que lasestrategias de accin colectiva resultan obsoletas y que las comunidades deusuarios son incapaces de desarrollar instituciones para regular el uso delos recursos comunes acordes a las condiciones actuales. Es por esto que seconsidera indispensable que en todos los casos exista una fuerte interven-cin de las autoridades gubernamentales para modificar las reglas de usode los recursos y para vigilar y sancionar su cumplimiento.

    Las polticas de nacionalizacin y/o privatizacin de los recursos comu-nes dan por sentado que inevitablemente, los colectivos de usuarios sonincapaces de resolver los dilemas que plantea el uso de esos recursos. Encambio suponen que la intervencin de autoridades ajenas y la imposicinde soluciones externas a los grupos son siempre situaciones idneas. Igno-ran que a menudo estas medidas crean las condiciones de acceso abierto a

  • 38 Leticia Merino

    los recursos, incluso en los lugares donde existan normas locales para re-gular su uso.

    Este trabajo busca enfatizar la necesidad de que las polticas pblicas sefundamenten en la comprensin de los factores que fortalecen o bloqueanlos esfuerzos de las comunidades por enfrentar los dilemas de la gestincolectiva de los recursos. No proponemos, como ya se ha mencionado, quelas medidas locales resulten suficientes para la construccin de polticasque favorezcan la sustentabilidad; reconocemos la existencia de una grandiversidad de problemas y la necesidad de una amplia gama de opciones.Entre stas ubicamos las estrategias de cooperacin que los propios usua-rios desarrollan en funcin de la informacin de que disponen y de la expe-riencia de uso de los recursos. No suponemos tampoco que las institucionesde autorregulacin del uso de los recursos constituyan instancias ideales,ms bien reconocemos que su construccin es resultado de un trabajo la-borioso, costoso y no exento de contradicciones.

    El anlisis de los casos que se presentan a continuacin, y el de muchosotros incluidos en la extensa literatura sobre el tema, muestra que la tragediade los comunes no es un destino ineludible, sino que ocurre cuando las comu-nidades de usuarios no son capaces de operar bajo los acuerdos existentes, nide responder de manera adecuada a los cambios de condiciones. Esto es,cuando los usuarios y/o las autoridades externas fallan en establecer regme-nes de gestin capaces de regular funcionalmente aspectos clave como lossiguientes: identificar quines pueden apropiarse de las unidades de recursos;marcar el tiempo, la cantidad, la ubicacin y la tecnologa de apropiacin;mencionar quines estn obligados a aportar para mantener el sistema derecursos; indicar cules son las formas y mecanismos de monitoreo de lasactividades de apropiacin y las obligaciones de provisin13 de los usuarios;nombrar las instancias de resolucin de los conflictos que pueden surgir so-bre estos aspectos, y por ltimo plantear los mecanismos para modificar lasreglas, cuando ello resulte necesario. (Ostrom, E.1990: 23)

    Contra la opinin generalizada, distintos casos muestran que la gestincolectiva de los bienes comunes por parte de comunidades locales, en par-ticular las comunidades que cuentan con una historia de manejo conjuntode un territorio, pueden presentar ventajas respecto a otros tipos de pro-piedad. Entre las posibles ventajas factibles se encuentra la posibilidad demanejar los recursos comunes a partir de horizontes temporales de largoplazo, con base en el hecho de que a menudo estos recursos representan un

  • 39Introduccin

    capital productivo fundamental y un elemento de identidad para las co-munidades. Con base en estas razones y al tomar en cuenta que las familiasy las comunidades campesinas no subordinan el manejo o la conservacinde los recursos a la obtencin de altas tasas de ganancia, las tasas de des-cuento del uso sostenido de los recursos posedos por comunidades campe-sinas tienden a ser menores que las de usuarios privados, sobre todo si setrata de empresas o inversionistas. Por otra parte, en muchas comunidadescampesinas existe un capital social,14 que tiende a mantener un potencialbajo de conductas oportunistas.

    La actuacin de las autoridades externas puede afectar de forma signifi-cativa los resultados de la gestin comunitaria. Ya sea imponiendo medidasque desconozcan las instituciones y el capital social comunitario, o bienfortaleciendo las instituciones civiles de gestin colectiva, al reconocer elderecho que tienen las comunidades a organizarse para acceder a sus recur-sos, y proporcionndoles la informacin compleja sobre los sistemas derecursos de la que carezcan y requieran para manejarlos sustentablemente.

    Este trabajo busca contribuir a la comprensin de las formas en queinteractan distintas condiciones que intervienen en los procesos de dete-rioro de los bosques, al incidir en las evaluaciones costobeneficio de lascomunidades de usuarios y en su comportamiento hacia los bienes colecti-vos. Este esfuerzo implica estudiar diversos tipos de elementos, relaciones yescalas que incluyen:

    1. Las condiciones sociales de las comunidades forestales, en particular lasque se refieren al capital social de que disponen.

    2. Las reglas comunales para el uso de los recursos de los bosques.3. Las caractersticas y condiciones de los bosques, teniendo en cuenta as-

    pectos como el valor de los recursos forestales, el nivel de deterioro, laintensidad y los patrones de uso y las presiones a que estn sujetos.

    4. Las diversas polticas pblicas que han afectado las prcticas comunalesde uso de los bosques de distintas maneras.

    El anlisis de los procesos de deterioro o conservacin de los recursos sedesarrolla en tres escalas: se considera y se hace nfasis en la escala local de losprocesos, escala en la que se realizan cotidianamente la mayora de las accio-nes y decisiones directas de uso de los recursos. En este plano ocurren lamayora de los problemas de apropiacin y provisin de los sistemas de re-

  • 40 Leticia Merino

    cursos y se definen la mayora de las reglas operacionales que establecen lmitesdirectos al uso de los recursos. Una segunda escala de la investigacin es la delas regiones en donde se ubican las comunidades consideradas. El anlisisregional de la problemtica forestal ha sido relevante para nuestros objeti-vos, puesto que la historia de las polticas y de las presiones de los mercadossobre los bosques responde en buena medida a dinmicas regionales. Estashistorias diversas han derivado en dinmicas particulares y en diferentes con-diciones de los bosques en las distintas regiones del pas. En Mxico es en elplano regional donde se definen parte de las reglas de eleccin colectiva, que serefieren a la formulacin de las polticas y los sistemas de manejo forestal. Porltimo, se ha utilizado la escala nacional para el anlisis de algunos temas depolticas pblicas, incluyendo polticas forestales y de conservacin, as comopolticas agrarias y agropecuarias. La mayora de las reglas constitucionales15

    que influyen en el uso de los recursos forestales en Mxico corresponden aleyes y normas federales. Estas reglas establecen el marco general que definecuestiones tales como: la capacidad o incapacidad legal de las comuni-dades de usuarios de participar en la definicin de las opciones locales demanejo de los recursos; los actores con derecho a definir las reglas de eleccincolectiva y las cuotas de poder con que ellos cuentan para actuar. Dentro delas reglas de constitucin se encuentran tambin los arreglos de mercado queestablecen los parmetros econmicos en los que puede desarrollarse el ma-nejo de los recursos comunes (Ostrom E. 1997).

    Los distintos niveles de este esquema constituyen campos articulados, queinteractan y se influyen mutuamente. Las relaciones entre los diversos facto-res y escalas que inciden en los procesos de deterioro o conservacin foresta-les no son ni lineales, ni exclusivas; la forma en que se conjugan y el peso de losdistintos elementos en estos procesos son particulares a cada caso.

    LA ESTRUCTURA Y LOS OBJETIVOS DEL TRABAJO

    Con este trabajo se ha buscado responder a cuatro preocupaciones generales:

    1. Comprender los distintos tipos de impactos que las actividades produc-tivas de comunidades y ejidos forestales tienen en los bosques y selvas.

    2. Identificar cules son los factores sociales e institucionales que permitenque algunas comunidades hayan preservado sus bosques, mientras queen otras, las reas forestales se hayan deteriorado o destruido.

  • 41Introduccin

    3. Conocer las relaciones que existen entre el deterioro de las institucioneslocales y la organizacin de las comunidades por una parte, y la degra-dacin de sus recursos por otra; as como las relaciones de las experien-cias de buen manejo con la permanencia y desarrollo de institucionessociales locales y regionales.

    4. Conocer los impactos que distintas polticas pblicas han tenido en laorganizacin e institucionalidad de las comunidades forestales y en lasprcticas de uso de los recursos forestales.

    Las regiones forestales mexicanas presentan una gran diversidadecolgica, social y cultural. Para los propsitos de esta investigacin hasido importante reconocer la variedad de formas de organizacin y parti-cipacin social a partir de las cules se llevan a cabo las prcticas de uso delos recursos forestales. Caracterizar la diversidad de cualidades y condicio-nes que existen en las regiones forestales del pas es un objetivo que rebasacon mucho los alcances de este trabajo. En este estudio se han incluidosolamente seis comunidades de cinco regiones, comunidades que presentandiferencias significativas respecto a las siguientes condiciones:

    1. La presencia o ausencia de extracciones de madera controladas por laspropias comunidades.

    2. La organizacin comunitaria en torno al manejo y uso del bosque.3. El nivel de beneficios econmicos que genera el uso de los bosques.4. La existencia de zonas vedadas al uso de los recursos forestales.5. El carcter tnico de las poblaciones de las comunidades forestales.

    Las comunidades donde se llev a cabo el estudio fueron: NuevoZooquiapam y San Miguel Peras, ubicadas respectivamente en las regionesde la Sierra Norte y los valles centrales de Oaxaca; Santa Mara Poniente enla zona maya de Quintana Roo y Cafetal en el sur de ese estado; DonacianoOjeda y Cerro Prieto ubicadas ambas en la Reserva de la Biosfera MariposaMonarca, en el Oriente de Michoacn.

    El trabajo consta de seis captulos. En el primero se plantea el problemageneral de investigacin, la perspectiva terica con que se abordar y laestructura general del texto.

    El segundo captulo se refiere a las condiciones generales de la problem-tica forestal en las tres entidades y en las seis comunidades consideradas en la

  • 42 Leticia Merino

    investigacin. En ste se busca caracterizar los distintos contextos regionalesy locales de la actividad forestal. Este captulo incluye dos tipos de secciones,unas se refieren a los estados y otras a las comunidades. En la caracterizacinde las problemticas estatales se expone: una descripcin general de losecosistemas forestales y de la historia del aprovechamiento de sus bosques; seanalizan las condiciones agrarias y los tipos de conflictos agrarios relevantes.Se consideran tambin los temas de la produccin y los mercados forestales,el nivel de apropiacin comunitaria de esa produccin y los principales pro-blemas para el uso sostenible y la conservacin de los bosques. Al caracterizarlos contextos de las comunidades se expone: la descripcin de los bosques, lacaracterizacin sociodemogrfica, la historia agraria y el acceso de las fami-lias a derechos agrarios, los conflictos relacionados con la tenencia de la tie-rra y el acceso a los recursos comunes. Por ltimo se describen las estrategiasde reproduccin de las familias, los beneficios que ellas obtienen de los bos-ques y las formas en que los perciben y valoran.

    El tercer captulo se refiere al capital social y a las instituciones locales.Aqu se consideran factores locales, que desde la perspectiva de este anlisistienen influencia determinante en el uso de los recursos. Al analizar loscasos de cada una de las seis comunidades se han considerado dos tipos defactores: i) la heterogeneidad social y el capital social de que disponen lascomunidades para desarrollar un uso regulado de los bosques comunes; yii) las reglas para la apropiacin de los recursos forestales y para su preser-vacin que las comunidades han desarrollado en cada caso.

    El cuarto captulo se refiere al tema de las polticas pblicas. ste seintegra por dos secciones, en la primera se desarrolla una revisin de laspolticas forestales y de conservacin en distintos periodos del siglo XX. Enla segunda seccin se analizan los impactos particulares de esas polticas encada una de las seis comunidades consideradas.

    En el quinto captulo del libro se describe el estado de los bosques en lasdistintas comunidades. ste se evalu mediante la comparacin de las car-tas de uso del suelo y vegetacin de INEGI correspondientes a 1985, con lascorrespondientes a 1995 y con las imgenes de satlite LANDSAT ETM deenero de 2000 que trabaj el Instituto de Geografa de la UNAM para larealizacin del Inventario Nacional de Recursos Naturales del ao 2000.

    En el sexto captulo se encuentran las conclusiones donde se analizanlas relaciones de los distintos factores y procesos considerados en lainvestigacin.

  • 43Contextos estatales y locales

    43

    EL CONTEXTO ESTATAL DE LOS APROVECHAMIENTOSFORESTALES EN MICHOACN

    El estado de Michoacn posee una superficie de 5,883,695 ha, su extensinforestal es de 1.69 millones de ha, que representa 29% del territorio estatal.La mayor parte de estas reas corresponden a bosques de conferas; tam-bin existen importantes zonas de selvas bajas caducifolias y selvas media-nas perennifolias en la costa del Pacfico. Las distintas regiones y ecosistemasforestales de Michoacn presentan fuertes procesos de perturbacin.Michoacn presenta una gran diversidad de condiciones ecolgicas, socia-les y culturales. Las distintas regiones forestales se caracterizan por tenerproblemas de deterioro, produccin, apropiacin y gestin de los recursosforestales particulares. La mayor parte del territorio michoacano se asien-ta en dos provincias fisiogrficas: la de la Sierra Madre del Sur y la del EjeNeovolcnico.

    La Sierra Madre del Sur es una de las regiones florsticas ms ricas delmundo, en sta existen un alto grado de endemismo y una amplia diversi-dad de comunidades vegetales. En la depresin del ro Balsas predominanlas selvas bajas caducifolias, mientras que en las zonas de mayor altura, losbosques de pinoencino constituyen el tipo de vegetacin predominante.Extensiones importantes de selvas bajas y medianas han sido desmontadasen los ltimos 20 aos, para utilizarlas en la ganadera y el en estableci-

    CAPTULO 2

    CONTEXTOS ESTATALES Y LOCALES DELAS CONDICIONES FORESTALES*

    * En el desarrollo de esta seccin del captulo particip Ariel A. Arias Toledo.

  • 44 Leticia Merino

    miento de cultivos comerciales. La extraccin excesiva de algunas especiesmaderables en la selva mediana es otro factor importante de perturbacin.

    La poblacin en la sierra es relativamente escasa y vive en condiciones deaislamiento, dispersin y pobreza. Estas condiciones, aunadas a la dispersinde la propiedad forestal en pequeas propiedades han favorecido la explota-cin intensiva y desmedida de los bosques templados, sin que los dueos destos hayan podido resistir la presin de los industriales de la madera queoperan en la regin. La prctica del cultivo de enervantes es otro factor queconlleva al deterioro del bosque. Es usual que el total de los rboles de lospredios forestales se remuevan despus de uno o dos aos de extracciones,tras lo cual las tierras se dedican a la siembra de marihuana o amapola.

    En el Eje Neovolcnico existen tambin diversos tipos de vegetacin: bos-ques de pino y encino y selvas bajas caducifolias. En esta provincia se distinguendos zonas: el rea purpecha y el oriente de Michoacn. La primera es una zonadensamente poblada con una importante presencia indgena. Los bosques depino y pinoencino son los ecosistemas dominantes. Se trata de bosques de altaproductividad biolgica y una importante variedad de recursos. sta es la re-gin productora de resina ms importante del estado, y donde adems existeuna importante tradicin de produccin de artesanas de madera. Desde hacedcadas los bosques de las comunidades purpechas estn sujetos a un fuertedeterioro, resultado de la extraccin de madera para la elaboracin de cajas deempaque para frutas,1 y la remocin generalizada del bosque para el estableci-miento de huertas de aguacate (Persea americana).

    El oriente de Michoacn es una regin eminentemente forestal, dondelos bosques mixtos de pino y encino representan el tipo de vegetacin msabundante. En las partes ms altas de las sierras existen bosques de oyamel(Abies sp.). La actividad forestal tiene una importancia fundamental, en1998 el 80% de los predios forestales llevaban a cabo extracciones autoriza-das. Sin embargo, las comunidades forestales disponen de una mnima ca-pacidad de agregar valor a la produccin forestal.2 Las reas ms conser-vadas se encuentran al norte de la regin; el mayor nivel de deterioro fores-tal se presenta en la zona sur, donde se ubican las comunidades mazahuas.La densidad de poblacin es alta y los niveles de pobreza en las comunida-des rurales son muy elevados. Las actividades agropecuarias ocupan a lamayora de la poblacin econmicamente activa. La migracin de hom-bres y mujeres a la Ciudad de Mxico y a las ciudades vecinas de Toluca yMorelia es una prctica generalizada desde hace dcadas.

  • 45Contextos estatales y locales

    En esta regin las fuentes principales de presin sobre los bosques son: elclandestinaje forestal y la conversin de reas forestales en parcelas agrco-las, que an a fines de los aos noventa se llegaba a practicar en las comuni-dades indgenas otommazahuas. La frontera agrcola se ha estabilizadoen el resto de la regin. La mayor parte de las industrias forestalesmichoacanas se ubican en la regin Oriente, donde la capacidad instaladaresulta excesiva. En la mayora de los casos se trata de pequeas industrias.La Unidad de Conservacin y Desarrollo Forestal (UCODEFO)3 de CiudadHidalgo, estimaba que en 1998 la capacidad de procesamiento de la indus-tria forestal establecida en la regin rebasaba en 300% el volumen autori-zado para sus predios. Las necesidades de abasto de estas industrias derivanen una presin constante sobre el bosque.

    En esta regin se encuentra la Reserva de la Biosfera de la MariposaMonarca (RBMM), que hasta fines del ao 2000 ocupaba 16,100 ha, corres-pondientes a 54 ejidos y comunidades agrarias. A partir de la creacin de laRBMM, estas comunidades se han visto afectadas en distinta medida susderechos de acceso a los recursos forestales.

    Segn el Inventario Nacional de Recursos Naturales de 2000 (Instituto deGeografa de la UNAM y SEMARNAP), Michoacn presenta una de las tasas dedeforestacin ms altas del pas. La comparacin de los datos de este inven-tario con el Inventario Nacional Forestal (Secretara de Agricultura y Gana-dera) realizado a partir de informacin de 1994, registraba una de las tasasde deforestacin ms elevadas del pas para Michoacn. Durante ese quin-quenio ascenda a prdidas de 5.96% anual de las superficies de bosquestemplados y 7.14% anual de la superficie de selvas.

    LA HISTORIA DEL USO DE LOS BOSQUES EN MICHOACN

    La extraccin forestal se inici en Michoacn desde fines del siglo XIX, cuan-do se asentaron en la zona purpecha empresas madereras extranjeras, se-guidas poco ms tarde por compaas mexicanas. Las extracciones se reali-zaban al amparo de contratos que comprometan a las comunidades porperiodos de hasta 20 aos. En los aos noventa diversas comunidadespurpechas sostuvieron reclamos contra las compaas. En ese periodo tam-bin se inici la extraccin de resina, realizada por comuneros. Las comu-nidades no contaban con reconocimiento formal de sus reclamos sobre lastierras y los bosques ancestrales. Con el rgimen de Lzaro Crdenas, como

  • 46 Leticia Merino

    gobernador de Michoacn, la Reforma Agraria adquiri un carcter masi-vo en ese estado. Importantes extensiones forestales fueron entregadas agrupos de solicitantes o a comunidades indgenas, reconociendo antiguosderechos de propiedad. Los contratos de arrendamiento forestal fuerondeclarados nulos. Junto a esta medida el gobierno estatal promovi activa-mente la organizacin de los dueos de bosques en cooperativas dedicadasfundamentalmente a la extraccin de resina.

    En 1944 se decret la veda forestal en el rea purpecha y paulatinamen-te se extendi a otras regiones del estado, y se mantuvo vigente hasta 1973.La prohibicin de la extraccin forestal maderable tuvo distintas conse-cuencias. En las regiones donde se practicaba la resinacin, la veda, juntocon el incremento de los precios de la resina contribuy a la consolidacinde esa actividad y favoreci la permanencia de los bosques. La segundaconsecuencia de la veda fue el desarrollo de una compleja red econmicopoltica organizada en torno a la extraccin ilegal de madera. El clandestinajeforestal adquiri tanto peso, que mucho tiempo despus de concluida laveda, en Michoacn se ha mantenido en una proporcin superior a la deotras entidades forestales del pas.

    La veda impidi el desarrollo de grandes industrias forestales, pero diopie al establecimiento de un gran nmero de aserraderos semiporttilespequeos. El patrn de dispersin de la industria forestal es todava carac-terstico de la regin purpecha y del oriente michoacano. En los aos se-tenta, al levantarse la veda forestal se cre la empresa Productora Forestalde Michoacn (PROFORMICH) impulsada por la Comisin Forestal del go-bierno del estado. Se trataba de una instancia tripartita, integrada porindustriales, comunidades abastecedoras de materia prima y el gobiernoestatal. El esquema de gestin de PROFORMICH, result centralizado y buro-crtico, promovi poco la participacin y capacitacin de los dueos delos bosques, y pocos aos despus de su creacin fue cancelada. A pesar dela riqueza original de los bosques michoacanos, y de la tradicin local deuso de los recursos, hasta hace poco el contexto forestal en Michoacn secaracterizaba por la prevalencia del uso ilegal de los recursos, el enfrenta-miento entre los actores que participan en el proceso de produccin fores-tal, que se traduce en el rezago y decaimiento de la produccin forestal y enun deterioro acelerado de los bosques.

  • 47Contextos estatales y locales

    LAS CONDICIONES AGRARIAS EN MICHOACN

    Los bosques michoacanos en su mayora son propiedad social. Segn in-formacin de SEMARNAP,4 en 1998, 83% de los bosques eran propiedad deejidos y 10% pertenecan a comunidades agrarias. Slo en una minora delos bosques ejidales se realizaban extracciones forestales oficialmente auto-rizadas, de modo que los bosques ejidales producan slo 26% del volumenautorizado del estado.5 Los bosques comunales sujetos a extracciones regu-lares tambin representaban una minora, de stos provena otro 26% de laproduccin estatal de madera. Los bosques de propiedad privada presen-taban una intensidad de extraccin mucho mayor que los del sector social,a pesar de que su reducida extensin (7% del rea forestal estatal) en stosse cosechaba casi 48% del total del volumen de madera del estado, produ-cida en condiciones de legalidad.

    CUADRO 1. DATOS GENERALES SOBRE LOS PREDIOS FORESTALES DE MICHOACN,1998

    TIPO DE PREDIOS NMERO DE SUPERFICIE SUPERFICIE VOLUMEN

    (CON PROGRAMAS DE PREDIOS ARBOLADA (HA) APROVECHABLE AUTORIZADO

    FORESTAL) (HA) (HA) (M3)

    La dispersin de las extensiones y de la produccin forestales eran caracte-rsticas en Michoacn, la mayor parte de los ncleos agrarios del estado (70%)cuentan con extensiones arboladas menores de 1,000 ha. Mientras en 1998,50% del volumen autorizado del estado se distribua en 122 predios.

    Ejidos 131 1,408,815 46,999 1,832,133

    Comunidades indgenas 40 165,793 42,163 1,793,877

    Propiedades privadas 975 117,478 83,483 3,329,757

    Total 1,146 1,692,086 172,645 6,955,767

    Fuente: Subdelegacin de Recursos Naturales de la Secretara de Medio Ambiente, RecursosNaturales y Pesca 1998.

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    A pesar del carcter extensivo de la propiedad social forestal, una exten-sin significativa de los bosques michoacanos est parcelada. Esta condi-cin es muy frecuente en la regin oriente. No obstante all los bosques sonfundamentalmente propiedad colectiva y a pesar de que el reglamento agra-rio prohbe su parcelacin, las comunidades reconocen derechos de pose-sin particular de ciertas reas a algunos de sus miembros. La parcelacinde los bosques se inici dcadas atrs, como resultado del patrn de orga-nizacin en que se basaba la extraccin de resina, para la que los bosques sedividieron en parcelas que cada ejidatario aprovechaba. Aunque muchosde estos bosques han dejado de resinarse la divisin de los terrenos se man-tiene. En el oriente, esta privatizacin interna dificulta a menudo la coordi-nacin comunitaria para el manejo y proteccin de las reas forestales ylimita la capacidad de negociacin de los campesinos frente a los compra-dores de madera.

    LA PRODUCCIN FORESTAL EN MICHOACN

    Para 1998 los datos de SEMARNAP reportaban que en el 10% del rea forestaldel estado se aplicaban programas de manejo forestal. El volumen autori-zado en ese ao fue de 6,955,767 m3 de madera, disperso en un gran nmerode predios.

    La madera de conferas es el recurso forestal ms abundante y ms utili-zado por las comunidades forestales michoacanas. La resinacin ha sido unuso comercial del bosque muy importante en las regiones del centro delestado.

    No existen registros sobre la extraccin de lea, pero segn las estima-ciones del proyecto Situacin Dendroenergtica Estatal en Michoacn6 elconsumo per cpita de los usuarios de lea en las regiones rurales deMichoacn es de dos kg diarios. Con base en esta evaluacin calculamosque en conjunto en esas regiones se consume un volumen de 1.8 millones dem3 anualmente, cifra muy superior al volumen de las extracciones autori-zadas. No se han realizado evaluaciones sobre el impacto de este consumoen las masas forestales.

    Durante 1998, 66% de los dueos de predios forestales con permisos deextraccin participaron en la actividad forestal como rentistas. En estoscasos, no son los dueos de los bosques quienes llevan a cabo las actividadesforestales, sino que conceden a terceros el derecho a efectuar extracciones

  • 49Contextos estatales y locales

    AO SUPERFICIE SUPERFICIE VOLUMEN VOLUMEN VOLUMEN VOLUMEN

    ARBOLADA BAJO MANEJO EXTRADO EXTRADO EXTRADO EXTRADO

    TOTAL FORESTAL PINO OYAMEL ENCINO HOJOSAS

    (HA) (HA) (M3) (M3) (M3) (M3)

    1993 7,300.00 3,910.81 160,412 2,029 15,527 2,502

    1994 27,177.25 11,803.38 349,613 31,410 128,929 40,088

    1995 113,488.65 26,818.61 742,316 105,910 181,492 28,268

    1996 S.i. 47,531.88 1,331,062 77,960 278,215 37,187

    1997 101,329.26 55,982.90 1,420,989 121,095 470,399 46,363

    1998 74,262.05 33,585.12 1,216,344 75,347 210,047 53,112

    CUADRO 2. SUPERFICIES Y VOLMENES DE PRODUCCIN FORESTAL EN MICHOACN,19931998

    S.i.: sin informacin.Fuente: Programa de Conservacin y Manejo Forestal (PROCYMAF), SEMARNAP 1998.

    en sus terrenos a cambio del pago de una renta. La preeminencia del rentismoes una constante en las distintas regiones michoacanas. Las extraccionesforestales que se realizan bajo este esquema suelen tener impactos impor-tantes sobre los recursos de los bosques, en particular cuando como su-cede en la mayora de los casos son los compradores de madera y no lascomunidades quienes tienen el control de los servicios tcnicos forestales.7

    A pesar de que en muchos casos la extraccin de resina ha favorecido laconservacin de los bosques, el carcter parcelario de esta explotacin y losbajos ingresos que genera ha dificultado la incorporacin de los resineros aplanes de manejo forestal, que permitan mitigar los riesgos de esta activi-dad, mejorar la calidad de los recursos y su rendimiento.

    Dentro de las condiciones que limitan el uso sostenido de los bosques ysu conservacin en Michoacn destacan: i) El rentismo forestal, esquemaque mantiene a los dueos de los bosques ajenos a su manejo, y en el que losprestadores de servicios tcnicos forestales tienden a responder ms a lasdemandas de la industria que al inters por la conservacin de los bosques,o al beneficio de las comunidades dueas. ii) La reducida extensin de mu-

  • 50 Leticia Merino

    chos de los predios forestales, a la que se aade la parcelacin de los bosquesejidales y comunales, limitan las posibilidades del manejo forestal, que amenudo se reduce a planear la extraccin. iii) El avanzado deterioro de losrecursos de la mayora de las reas forestales del estado.

    El estado de Michoacn comparte con otros estados del pas muchos delos problemas asociados al deterioro de la produccin forestal: el deteriorode los bosques, la obsolescencia de la planta industrial forestal, los altoscostos de produccin, la incidencia de extracciones ilegales y el cambio deuso de los terrenos forestales a favor de la agricultura y la ganadera.

    La prdida y la degradacin de los bosques en Michoacn es muy acen-tuada, segn datos de la SARH en los aos setenta la entidad contaba con1,400,000 ha. de bosque cerrado, para los aos noventa esta superficie sehaba reducido a 480,000 ha. de bosque cerrado y 400,000 ha. de bosqueabierto.

    Luego del levantamiento de la veda, en el oriente, como en otras regio-nes se impulsaron diversas iniciativas de promocin de empresas forestalescampesinas. A diferencia de lo sucedido en otras entidades forestales, enMichoacn la mayor parte de estos esfuerzos no han logrado consolidarse.En ello han incidido distintos factores: la falta de financiamiento para laactividad forestal, las dificultades de las empresas campesinas para ser com-petitivas en el contexto de la apertura comercial, la deficiente administra-cin y organizacin de estas empresas, la corrupcin de algunas autorida-des agrarias y funcionarios de gobierno participantes en la gestin del sec-tor forestal. La prdida de viabilidad de las empresas sociales ha generadocrculos viciosos. Muchas veces ha favorecido el cambio de uso del suelo y elclandestinaje forestal, adems de deteriorar las condiciones de la conviven-cia y la organizacin comunitarias.

    En los bosques donde se realizan aprovechamientos forestales con uncierto nivel de control por parte de los dueos, existen mecanismos de pro-teccin forestal prevencin de incendios, control de plagas y vigilanciapara combatir el clandestinaje. Los incendios forestales de la primaverade 1998 tuvieron impactos particularmente severos en los bosques dondeno se llevaban a cabo extracciones forestales regulares. En estos predios losincendios llegan a utilizarse como mecanismo para promover extraccionesno reguladas,8 as como para promover cambios de uso del suelo. Las ex-tracciones clandestinas han tenido fuertes impactos en la actividad forestaly en las condiciones de los bosques de Michoacn, a los que han afectado al

  • 51Contextos estatales y locales

    inducir la disminucin de la densidad del arbolado, la alteracin de lacomposicin y estructura del bosque.9

    Si bien el impacto del clandestinaje forestal en el deterioro forestal deMichoacn ha sido muy elevado, el peso de los desmontes con finesagropecuarios ha sido la causa ms importante de deforestacin. La con-versin de los bosques en parcelas agrcolas o en pastizales ha sido a menu-do, resultado de polticas agropecuarias o comerciales, como es el caso dela apertura, en 1997, del aguacate mexicano al mercado de Norteamrica.En contraste, en algunas reas del Lago de Ptzcuaro y del oriente deMichoacn antiguos terrenos agrcolas se han abandonado y se cubren conbosques de nuevo. Estos procesos se asocian a la migracin definitiva y a labaja productividad agrcola de esos terrenos.

    La incidencia de las extracciones ilegales se acentu a partir de 1992,cuando la nueva legislacin desregul significativamente la actividad fo-restal. En ese contexto las industrias registradas y clandestinas se mul-tiplicaron, rebasando el potencial productivo de los recursos del bosque.La delegacin de SEMARNAP estimaba que entre 1994 y 1998 la capacidadinstalada de la planta industrial se increment en 90%. La tala ilegal es unfenmeno complejo que obedece a dinmicas particulares y tiene expresio-nes caractersticas en las distintas regiones. El clandestinaje en Michoacnes un fenmeno en el que se conjugan distintos factores: la presin de laindustria sobre los recursos; las altas barreras a la entrada de la actividadforestal legal, que se suman a los escasos incentivos que se dan a los produc-tores regulares; la reducida apropiacin y control de los aprovechamien-tos forestales por parte de los dueos de los bosques; la corrupcin de algu-nos prestadores de servicios tcnicos forestales, y la frecuente ineficiencia ycorrupcin de las instituciones responsables de su combate y prevencin.

    Caro (1998)10 clasifica la tala ilegal en Michoacn en dos categoras: i)tala ilegal de tipo hormiga que realizan algunos miembros de las comunida-des, dedicados a la produccin de mercancas de reducido valor agregadovigas, morillos, tejamanil, presente en las comunidades indgenaspurpechas y otommazahuas. La distribucin de esta produccin suelebasarse en relaciones de intermediarismo y cacicazgo. ii) La tala ilegal parael abastecimiento de la industria, de aserraderos, pequeos talleres fabrican-tes de caja de empaque y pequeos talleres artesanales. En ocasiones estetipo de aprovechamiento se lleva a cabo con el consentimiento de los due-os de los bosques, en otras se efecta como robo de madera. El abasto

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    clandestino ha pasado a ser la fuente principal de materia prima forestal,tiene la capacidad de influir de manera determinante en los precios, quetiende a mantener deprimidos.

    La accin de las instituciones encargadas de prevenir el clandestinajeforestal ha sido sumamente insuficiente. La Procuradura Federal de Pro-teccin al Ambiente (PROFEPA) se caracterizaba por un serio nivel desuboperacin: en 1998 slo contaba con doce inspectores forestales y concinco vehculos para el trabajo en el conjunto de los bosques del estado.

    EL CONTEXTO DEL USO DEL BOSQUE EN EL EJIDO DE CERRO PRIETO*

    El ejido de Cerro Prieto se encuentra en la regin oriente de Michoacn. Susbosques son parte de una zona forestal ms o menos discontinua, con unafuerte tradicin de aprovechamientos forestales y una considerable presindemogrfica (Merino 1995). En 1986 se decret la Reserva Especial de laBiosfera de la Mariposa Monarca (REBMM), que afect a todas las tierras quela Reforma Agraria haba concedido al ejido, incluyendo 47% como zonancleo y 53% como zona de amortiguamiento. El bosque de Cerro Prieto selocaliza a una altura promedio de 3,200 m.s.n.m. Se trata de un bosque tem-pladohmedo, con dominancia de oyamel (Abies religiosa). La extensin dela Reserva en Cerro Prieto es de 330 ha, 275 ha de las cuales son forestales. Elpoblado de Cerro Prieto se encuentra a 13 km del bosque. El recorrido a piedesde el pueblo al bosque toma tres horas. El bosque se ubica en el municipiode Ocampo y el pueblo en el de Angangueo. El poblado tiene una extensinde poco menos de 72 ha que han sido totalmente desmontadas.

    Historia del aprovechamiento del bosque de Cerro Prieto

    Las distintas reas del ejido estn y han estado sujetas a diferentes usos. Elpoblado de Cerro Prieto fue fundado en 1928 por 14 familias, en tierras quehaban pertenecido a la hacienda de Jess de Nazareno. En los tiempos de lahacienda, las tierras estaban cubiertas por bosques de pinoencino. Se tra-ta de terrenos con fuertes pendientes y suelos someros. Por muchos aos loshabitantes del poblado se ocuparon en la elaboracin de durmientes de

    * En el desarrollo de esta seccin del captulo particip Ariel A. Arias Toledo.

  • 53Contextos estatales y locales

    ferrocarril, para lo que extraan madera de los bosques cercanos. A partirde la dcada de los sesenta, al extenderse el uso de agroqumicos en el orien-te de Michoacn, como en muchas otras zonas montaosas del pas, seinici la apertura extensiva de tierras de ladera al cultivo.

    El bosque de Cerro Prieto estuvo sujeto por ms de 25 aos a una vedaforestal, sin embargo durante ese periodo las operaciones forestales no sesuspendieron del todo. El bosque del ejido de Cerro Prieto ha estado sujetoa extracciones regulares de madera desde fines de 1969, poco despus de queel grupo de solicitantes de Cerro Prieto recibi esos terrenos forestales endotacin ejidal. Casi inmediatamente el nuevo ejido fue integrado a la Uninde Ejidos Melchor Ocampo (UEMO), organizacin impulsada por el go-bierno estatal, que recibi en concesin para la extraccin forestal, granparte de los bosques ejidales del oriente michoacano. Cerro Prieto partici-p en esa agrupacin de ejidos forestales desde su fundacin hasta su de-saparicin en 1991. Posteriormente se integr a la Alianza de Ejidos y Co-munidades de la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca de la quefue una de las catorce comunidades fundadoras. La Alianza presta a CerroPrieto los servicios tcnicos forestales y ha servido como instancia de repre-sentacin de los ejidos y comunidades de la regin en las gestiones relacio-nadas con la reserva.

    Poblacin, pobreza y estrategias de subsistencia en Cerro Prieto

    En 1928 los terrenos del poblado fueron ocupados por catorce familias. Apartir del trabajo de campo estimamos que al iniciarse el ao 2000, la po-blacin de Cerro Prieto era de 850 habitantes, que integraban 96 familias.La densidad de poblacin del ejido, considerando las tierras del bosque esde 213 habitantes por km cuadrado, aunque todas las viviendas se concen-tran en el poblado, donde la densidad poblacional es mucho mayor. Alempezar la dcada de los sesenta se inici la migracin fuera de la localidad,que se intensific al final de esa dcada. Todava en los aos treinta, lapoblacin de Cerro Prieto hablaba mazahua y se identificaba como perte-neciente a ese grupo tnico. En la actualidad, los habitantes del ejido seconsideran mestizos, y slo algunos ancianos durante las fiestas patronaleshablan todava su lengua original.

    La dotacin de servicios pblicos del pueblo es muy precaria, alrededorde 65% de las casas tienen agua, que se transporta con mangueras desde

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    manantiales cercanos. No hay sistema de agua potable y el nivel de afluen-cia de los manantiales no es suficiente para mantener un sistema de riego. Elagua es escasa durante la temporada de sequa. La cobertura de electrici-dad es mayor, 95% de las casas habitacin disponen de luz elctrica. En estepueblo no se cuenta con sistema de drenaje. En Cerro Prieto hay un jardnde nios y una escuela primaria. No hay clnica mdica. Las clnicas mscercanas se encuentran en Ocampo y en Angangueo, a hora y media decamino.

    En Cerro Prieto y en los poblados aledaos no existen posibilidades deempleo permanente, sus habitantes se ocupan como peones agrcolas a cam-bio del salario mnimo regional,11 que resulta insuficiente para cubrir elcosto de la canasta bsica. Existen diferencias importantes entre los nivelesde ingreso de las familias cuyos jefes cuentan con derechos ejidales y quienescarecen de stos, que en general son las familias ms jvenes. Slo losejidatarios participan en el reparto de las utilidades de las actividades fo-restales del ejido y las que generan las visitas de los turistas al santuario delas monarcas en el bosque de la comunidad.

    Las condiciones topogrficas del poblado y la erosin de los suelos ha-cen imposible la prctica de cultivos comerciales. Sin embargo, el cultivode la milpa con fines de subsistencia es una actividad generalizada entre lasfamilias del pueblo. La agricultura se practica en suelos muy pobres y conpendientes de hasta 25. El uso de fertilizantes qumicos, que ha pasado aser indispensable para las siembras, ha acelerado el proceso de prdida dela fertilidad de la tierra. Se obtienen cosechas de 300 a 500 kg de maz al aopor ha, que segn los entrevistados alcanza para cubrir el consumo de unafamilia de diez personas durante un periodo de cuatro a seis meses. Lamayora de los hijos de los ejidatarios cuentan con parcelas de menos deuna ha, las cosechas que obtienen apenas alcanzan para comer algn elote.Cada ejidatario posee entre una y dos y media ha de tierras agrcolas. Lasfamilias de ejidatarios acostumbran repartir sus terrenos entre sus hijos.Los jvenes, al formar nuevas familias reciben tierras para construir suscasas y poder sembrar elotes. Esta prctica de solidaridad familiar, en elcontexto de un alto crecimiento poblacional, ha conducido a la reduccincreciente de las parcelas familiares. Algunos ejidatarios siembran haba,frjol, avena y trigo junto al maz.

    La mayora de los ejidatarios permanecen en el pueblo durante todo elao, generalmente son los hombres de mayor edad. La produccin forestal

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    es la fuente principal de ingresos monetarios con la que cubren la granmayora de sus necesidades, incluyendo la compra de maz. Las familiasjvenes deben diversificar sus actividades econmicas para lograr subsistir.Casi todos los hombres migran fuera de la comunidad durante la mayorparte del ao, ocupndose como cargadores en las Centrales de Abastos, ocomo albailes en las ciudades de Mxico y Toluca. Durante los meses deinvierno, cuando monarcas y citadinos visitan el bosque, muchos hijos deejidatarios, rentan caballos a los turistas, mientras que las mujeres del ejidovenden artesanas y alimentos.

    La mayora de los hijos de ejidatarios poseen caballos que pastan li-bremente en el llano de Las Papas junto al bosque del ejido. Para respon-der a la escasez de pastos, a la dificultad de alimentar a los animales, y alriesgo de que sean robados, se acostumbra vender los caballos al final dela temporada de monarcas y unos meses despus se adquieren nuevosanimales.

    Condiciones agraria