CONSUMIDOR RACIONAL

37
CONSUMIDOR RACIONAL Persona que tiene en cuenta los costes y beneficios que le aportan la compra de cada unidad adicional de un bien. Teoría del consumidor La teoría del consumidor es una rama de la microeconomía, que estudia el comportamiento de un agente económico en su carácter de consumidor de bienes y de servicios encaminada a la obtención de la curva de demanda del consumidor para los distintos bienes, llegando al concepto de utilidad marginal. Esta teoría relaciona las preferencias, las curvas de indiferencia y las restricciones presupuestarias a las curvas de demanda del consumidor. Teoría neoclásica del consumidor Es la teoría más comúnmente recogida en los manuales de microeconomía. Y entre los supuestos más fuertes están: Las preferencias del consumidor pueden modernizarse como una función de utilidad U convexa y al menos dos veces diferenciable. Las funciones Las funciones de utilidad no varían en el proceso de consumo, esto tiene el efecto de que el consumidor se comporta igual que si antes de consumir nada decidiera como distribuir la renta disponible

description

TEORÍA DEL CONSUMIDOR RACIONAL

Transcript of CONSUMIDOR RACIONAL

CONSUMIDOR RACIONAL

Persona que tiene en cuenta los costes y beneficios que le aportan

la compra de cada unidad adicional de un bien.

Teoría del consumidor

La teoría del consumidor es una rama de la microeconomía, que

estudia el comportamiento de un agente económico en su carácter

de consumidor de bienes y de servicios encaminada a la obtención de

la curva de demanda del consumidor para los distintos bienes, llegando

al concepto de utilidad marginal. Esta teoría relaciona las preferencias,

las curvas de indiferencia y las restricciones presupuestarias a

las curvas de demanda del consumidor.

Teoría neoclásica del consumidor

Es la teoría más comúnmente recogida en los manuales de

microeconomía. Y entre los supuestos más fuertes están:

Las preferencias del consumidor pueden modernizarse como

una función de utilidad U convexa y al menos dos veces diferenciable.

Las funciones Las funciones de utilidad no varían en el proceso de

consumo, esto tiene el efecto de que el consumidor se comporta igual

que si antes de consumir nada decidiera como distribuir la renta

disponible (en lugar de ajustar adaptativamente el consumo a medida

que gasta la renta disponible).

De acuerdo con estas asunciones, fijado un nivel de precios un

consumidor perfectamente racional consumirá cantidades de

cada bien de tal manera que la utilidad total sea la máxima posible

compatible con la renta disponible. Es decir, un consumidor racional

consumiría cantidades de bienes  de tal manera que se

cumpla:

Donde el conjunto se refiere al conjunto de valores a los que afecta la

restricción presupuestaria:

Dónde: Es el vector de precios (positivos) de los n bienes

de la economía.

  Es la renta disponible del individuo para el consumo.

Consecuencias:

Los supuestos anteriores implican que existe una curva de

demanda continua para cada consumidor.

Los supuestos anteriores implican que no existen bienes insubstituibles, es

decir, que una disminución en el consumo de un bien, puede ser

compensada con un mayor consumo de otros bienes. Esta consecuencia ha

sido criticada, argumentando que ciertos bienes, como algunos alimentos,

son necesarios y no son intercambiables por una mayor cantidad de ocio

por ejemplo.

Teoría keynesiana del consumidor

La teoría del consumidor  keynesiana difiere abruptamente de la

anterior al admitir que las preferencias tienen una estructura

lexicográfica incompatible con la existencia de una función de utilidad

escalar. Así el consumidor dividiría los bienes entre categorías y pre-

asignaría una parte de la renta a cada categoría distribuyendo entre

los bienes de cada categoría posteriormente el presupuesto. Existe

una cierta evidencia empírica de que los consumidores gastan su

dinero de esta manera. Las ideas básicas proceden de

Nicholas y Herbert Simón de la escuela behaviorista. Los principios

básicos son:

1. Racionalidad procedimental   ( Herbert Simón ). El consumidor se

regiría por reglas o hábitos no compensadores.

2. Saciedad   (Georgescu-Roegen). Más allá de un umbral finito la

necesidad queda satisfecha y consumir más unidades no aumenta

la satisfacción o "utilidad".

3. Separación   ( Lancaster ). El consumidor divide los bienes y

necesidades en diversas categorías, débilmente relacionadas

(medidas a partir de las elasticidades-precio cruzadas).

4. Subordinación   (Georgescu-Roegen). Las necesidades están

jerarquizadas y subordinadas unas a otras.

5. Crecimiento   (Georgescu-Roegen,   Pasinetti ). El tiempo y el

aumento de ingresos permiten pasar de una necesidad a otra de

forma escalonada.

6. Dependencia   ( J. K. Galbraith ). Las necesidades están influidas por

la publicidad, las modas, la cultura y los amigos.

7. Herencia   (Georgescu-Roegen). Las elecciones de hoy están

condicionadas por las elecciones de ayer. De acuerdo con esto a

medida que mejora o empeora la renta de un consumidor las

variaciones de las cantidades consumidas serán dependientes de

las del pasado más que decisiones optimizadoras.

Racionalidad procedimental

o Se ha comprobado empíricamente que la gran mayoría de

decisiones de los consumidores son espontáneas y se basan en

rutinas o procedimientos que no atiende a más de uno o dos

criterios. Los consumidores no examinan sistemáticamente todas

las opciones posibles, salvo para ciertos bienes. Los

procedimientos dependen mucho más de la costumbre previa que

del análisis racional de todas las posibilidades. Ese medio para

decidir, llamado racionalidad procedimental, proporciona un

medio rápido y sencillo de tomar decisiones, un procedimiento de

optimización riguroso entre todas las posibilidades podría ser

inadecuado. Por tanto, podemos decir, que un consumidor con

información limitada y conocimientos limitados está siendo

racional al escoger métodos procedimentales de elección, pero

este tipo de racionalidad no es la racionalidad optimizadora que

presupone la teoría neoclásica.

Saciedad o saturación

o Más allá de cierto umbral finito consumido, una necesidad queda

satisfecha y consumir más unidades asociadas a esa necesidad

no aporta ninguna satisfacción adicional. Eso implica

matemáticamente que a partir de cierto valor finito de la cantidad

consumida la derivada de la utilidad marginal se anula

idénticamente. Las consecuencias de este principio han sido

analizadas por Georgescu-Roegen.

Separación

o De acuerdo con este principio introducido por Lancaster, el

consumidor subdivide sus elecciones y necesidades en diversas

categorías, débilmente relacionadas unas con otras. Eso implica

que los cambios en los índices de precios de un tipo de productos

asociados a determinadas necesidades, no afecta prácticamente

a las cantidades consumidas de otras categorías, ya que las

categorías son básicamente independientes. Así difícilmente una

cantidad insuficiente de alimento puede ser compensada por una

mayor cantidad de oferta cultural, dado que probablemente el

alimento y el deseo de ocio pertenecen a categorías diferentes de

deseos y necesidades. Éste principio pos keynesiano contrasta

con las hipótesis típicas de la teoría neoclásica donde cualquier

disminución en la cantidad proveída para una necesidad puede

ser compensada por una cantidad superior de otro producto.

Subordinación

Las necesidades son a menudo jerarquizadas, subordinadas unas

a otras. Este principio se asocia a menudo a la pirámide de

necesidades de Abraham Maslow. Según el principio de

subordinación la distribución del presupuesto no consiste en

maximizar una utilidad entre bienes disponibles, sino que los

bienes situados en un nivel jerárquico no son consumidos a

menos que estén mínimamente satisfechas las necesidades de

bienes de los niveles jerárquicos inferiores. Esto puede implicar

en algunos casos que orden de preferencias de combinaciones

de bienes siga un orden lexicográfico. Si eso sucede entonces la

función de utilidad asociada a la utilidad marginal tiene que estar

representada por un vector cada una de cuyas componentes

estaría asociada a un determinado nivel jerárquico de

necesidades.

Crecimiento

o Este principio tratado por Georgescu-Roegen y Pasinetti establece, que

el tiempo y el crecimiento de la renta disponible para un consumidor

hacen que sus preferencias evolucionen escalonadamente y el acceder

a niveles de renta superiores hace que se consideren necesidades que

previamente no habían sido consideradas.

o Dependencia

o El principio de dependencia es el reconocimiento de que los gustos

dependen de la publicidad, las modas, el grupo social al que pertenece

el agente económico, y no simplemente de unos gustos autónomos

objetivos. Este principio fue señalado inicialmente por John Kenneth

Galbraith.

o Herencia

o El principio de herencia establece que las preferencias actuales

de un consumidor dependen de su historia pasada de consumo.

Es decir, las elecciones de hoy están condicionadas por las

elecciones de ayer. Esto hace que la dinámica de consumo a lo

largo del tiempo, no depende de maximizar una función de

utilidad objetiva e inmutable, sino que nuestra historia de

elecciones pasadas puede ser lo más determinante en la

configuración de nuestros gustos actuales. Esto hace que las

preferencias de los agentes económicos sean altamente

dependientes de su historia vital.

LAS PREFERENCIAS DEL CONSUMIDOR

Los consumidores tienen preferencias sobre los bienes y servicios, esto es,

dadas dos colecciones de bienes, también llamadas cestas de bienes (en las

que, de cada tipo de bien puede haber cero, uno u otra cantidad de bienes), un

consumidor preferirá a una sobre la otra (también puede ser indiferente entre

ellas), si le dieran a escoger entre ambas. Por ejemplo, si le dieran a escoger

entre una cesta de bienes y otra, que fuera igual a la anterior oferta, pero se le

hubiera añadido algún bien más que le gustara al consumidor, o si hubiera más

cantidad de alguno de los bienes que lleva la primera, generalmente preferiría,

la segunda cesta.

Propiedades:

Se supone entonces, que para la mayoría de los consumidores habrá unas

preferencias que podrían manifestar para cualquier conjunto de cestas que se

les presentara. Cada consumidor tendría sus preferencias y no tendrían por

qué coincidir con las de otro, aunque pueden. Sin embargo, se espera que para

la mayoría de los consumidores esas preferencias sí que tengan unas

propiedades comunes. Algunas de esas propiedades serían:

Completitud: el consumidor podría clasificar todo los tipos de cestas, es

decir todos los conjuntos de indiferencia no tienen fisuras.

Universalidad: Dado cualquier par de cestas imaginable en una economía,

un consumidor siempre podría decir si prefiere una cesta a otra. Nótese que

es posible también que no pueda considerar a una cesta realmente mejor

que la otra, pero se espera que pueda decir que una cesta es al menos tan

buena como la otra. Es decir, no se necesitará que la preferencia sea

siempre estricta, sino que dadas cualesquiera dos cestas, el consumidor

pueda siempre decir, o bien que lo mismo le da la una que la otra, o que

considera una de las dos mejor que la otra.

Transitividad: Generalmente, si un consumidor prefiere la cesta A de la

cesta B, y la cesta B a la C, también debería preferir la cesta A de la C.

Mono tonicidad: Si una cesta A tiene los mismos bienes que otra cesta B,

y alguno más, o bien mayor cantidad de alguno de ellos, entonces A se

prefiere o se considera al menos tan buena como B.

Convexidad: Se espera, aunque este supuesto es algo restrictivo, que

dadas dos cestas A y B de bienes, se prefiera a ambas una cesta C que

fuera una combinación convexa de ambas. Es decir, una cesta que se

compusiera en un porcentaje de las cantidades de cada uno de los bienes

presentes en A y en el resto del porcentaje (hasta completar el 100%) de

las cantidades de los bienes de B. Este supuesto está relacionado con

el principio de utilidad marginal decreciente.

LA FUNCIÓN DE UTILIDAD

Una forma de representar las preferencias, cuando éstas tienen las

propiedades adecuadas, es mediante lo que se llama una función de utilidad.

En este caso, las canastas de bienes se pueden representar también como

vectores numéricos, en que cada componente del vector nos dice qué cantidad

de cada bien hay en esa cesta. Introduciendo dos vectores de bienes en una

misma función de utilidad y viendo qué números nos devuelve esta, es posible

ver si una canasta es preferida a la otra o considerada como igual a la otra

desde el punto de vista del consumidor. Entonces, el problema del consumidor

podría considerarse como el problema matemático de maximizar una función

matemática (a menudo de varias variables), que sería la función de utilidad,

dentro del conjunto representado matemáticamente por todas las canastas de

bienes (vectores) que cumplieran la restricción presupuestaria, esto es, que su

valor (resultado de multiplicar el vector de bienes de la canasta por el vector de

los precios correspondientes) fuera igual o menor que el valor de la renta

disponible.

Nótese que la función de utilidad se considera una función monótona creciente

de los bienes, pero que su valor es puramente ordinal, esto es, sirve

para ordenar canastas , pero no para decir cuánto es mejor una canasta que

otra, esto es, no es una función cardinal. De hecho, pueden usarse distintas

funciones de utilidad para representar unas mismas preferencias, y al resolver

el problema de maximización todas darían el mismo resultado.

1.-FUNDAMENTO:

La utilidad que se obtiene del consumo de un determinado bien o servicio

varía en el tiempo para un consumidor, también varía por el estado de ánimo

del individuo y además varía de consumidor a consumidor.

Todo aquello que se consume y que genera utilidad al consumidor se conoce

como bien o servicio.

La utilidad es el beneficio o satisfacción que una persona obtiene del consumo

de un bien o servicio, o de la realización de una actividad.

La función de utilidad indica la relación que existe entre el nivel de utilidad

que una puede obtener y las cantidades de los diversos bienes que consume.

La función de utilidad puede representarse de la siguiente manera:

U = F (X), donde la utilidad está en función del consumo del bien x.

U = F(X, Y), donde la utilidad está en función de los diversos bines que

consume.

Leyes de preferencia:

1.º.Axioma de comparación:

Dos canastas de bienes A y B cualesquiera, pueden ser comprobadas

en cuanto a preferencia por el individuo. Cada comparación debe llevar

algunos de los tres resultados:

I. La canasta A es preferida que la canasta B.

II. La canasta B es preferida que la canasta A.

III. La canasta A y la canasta B son indiferentes.

2.º.Axioma de transitividad:

Considerando tres canastas cualesquiera: A, B y C.

Si: A es preferible a B y

B es preferible a C

Entonces: A debe ser preferible a C

De igual modo:

Si: A es indiferente a B y

B es indiferente a C

Entonces: A es indiferente a C

La Utilidad Total, es el nivel de beneficio o satisfacción que obtiene una

persona del consumo de uno o varios bienes. La utilidad total depende

del nivel cuantitativo del consumo, es decir de las cantidades

consumidas de los bienes por parte de la persona, por tanto cuanto más

bines consume la persona, mayor será el nivel de utilidad que obtendrá.

La Utilidad Marginal, es el cambio en la utilidad total que obtiene un

consumidor debido al aumento en una unidad adicional de la cantidad

consumida de un bien. Por lo tanto, la utilidad marginal del bien X (Umg

X) puede expresarse de la siguiente manera:

Umg X = Cambio en la utilidad total

Aumento en una unidad adicional de la cantidad consumida del bien x

ENFOQUES

1) ENFOQUE: UTILIDAD MARGINAL

¿Cómo se aplica la utilidad a la teoría del consumidor?

Supongamos que el consumo de la primera unidad de un bien nos reporta un

determinado nivel de satisfacción o utilidad. Luego, imaginemos que se

consume una segunda unidad. Nuestra utilidad total aumenta debido a que la

segunda unidad del bien nos reporta una unidad adicional. Pero, ¿qué

ocurriría con la tercera y con la cuarta unidad de ese mismo bien?

Nos encontramos ante un concepto económico fundamental de utilidad

marginal. Cuando se consume una segunda unidad de un bien, obtenemos

alguna satisfacción o unidad adicional. Este incremento se denomina utilidad

marginal.

2) ENFOQUE: CURVAS DE INDIFERENCIA

Otra cuestión de importancia en el estudio de la teoría del consumidor son las

llamadas curvas de indiferencia. Una curva de indiferencia representaría a

todas las cestas que para una función de utilidad dada tienen el mismo valor.

Las curvas de indiferencia son el conjunto de puntos de combinaciones de

bienes para los que la satisfacción del consumidor es idéntica, es decir que

para todos los puntos pertenecientes a una misma curva, el consumidor no

tiene preferencia por la combinación representada por uno sobre la

combinación representada por otro. La satisfacción del consumidor se

caracteriza mediante la función de utilidad en la que las variables son las

cantidades de cada bien representadas por el valor sobre cada eje.

Cuanto más alejada se encuentre una curva de indiferencia del origen, mayor

será el nivel de utilidad que le corresponde.

Una serie de curvas de

indiferencia conforman un mapa

de curvas de indiferencia, todas

con pendiente negativa y sin

interceptarse entre ellas.

Las formas de las curvas de

indiferencia revelan el grado de

sustitución posible entre dos bienes: ordinarios, sustitutos perfectos,

complementos perfectos.

La principal utilización de las curvas de indiferencia es encontrar los puntos de

maximización de la utilidad al superponerlas con las restricciones

presupuestarias del consumidor, que define los puntos al alcance de cada

individuo dependiendo de su disponibilidad en unidades monetarias.

Por otro lado la relación marginal de sustitución nos informa de cuanto es

capaz de intercambiar un consumidor de un bien por otro de manera que su

utilidad se mantenga igual.

Las curvas de indiferencia:

Intentemos relacionar las preferencias con las curvas de indiferencia mediante

algunos ejemplos. Describiremos algunas preferencias y veremos cómo son las

curvas de indiferencia que las representan.

Existe un procedimiento general para construir curvas de indiferencia dada

una descripción "verbal" de las preferencias. Primero situamos el lápiz en una

cesta de consumo cualquiera del gráfico, por ejemplo, la (x1, x2). A

continuación imaginamos que le damos al consumidor un poco más del bien 1,

Δx1 desplazándolo a (x1 + Δx1, x2). Después nos preguntamos cómo tendría

que variar el consumo de x2 para que el consumidor fuera indiferente al punto

de consumo inicial, y llamamos a esta variación Δx2. A continuación nos

preguntamos cómo tendría que variar el bien 2, dada una variación del 1, para

que el consumidor fuera indiferente entre (x1 + Δx1, x2 + Δx2) y (x1, x2). Una

vez determinado el desplazamiento correspondiente a una cesta de consumo

ya tenemos una parte de la curva de indiferencia. Ahora intentamos hacer lo

mismo con otra cesta, y así sucesivamente hasta obtener claramente la forma

general de las curvas de indiferencia.

La curva de Indiferencia es la curva que muestra todas las posibles

combinaciones de dos bienes que proporcionan al consumidor igual nivel de

utilidad o satisfacción.

Una serie de curvas de indiferencia conforman un mapa de curvas de

indiferencia, todas con pendiente negativa y sin interceptarse entre ellas.

La curva de indiferencia es una línea que muestra combinaciones de bienes

que resultan indiferentes a un consumidor.

Cuanto más alejada se encuentre una curva de indiferencia del origen, mayor

será el nivel de utilidad que le corresponde.

Características:

❤ Su pendiente negativa.

❤la no intercesión de las curvas de indiferencia.

❤su densidad, una curva de indiferencia pasa por cada uno de los puntos

del espacio de los bienes.

❤Las curvas de indiferencia son convexas al origen.

La curva de indiferencia de los

bienes:

Sustitutivos perfectos

Dos bienes son sustitutivos perfectos si el consumo está dispuesto a sustituir

uno por otro a una tasa constante. El caso más sencillo es aquel en el que el

consumidor está dispuesto a sustituir un bien por otro a una tasa igual a 1.

Supongamos, por ejemplo, que los dos bienes son lápices rojos y azules y que

al consumidor le gustan los lápices, pero le da igual el color. Escoge una cesta

de consumo, por ejemplo, la (10, 10). Para este consumidor cualquier otra

cesta que contenga 20 lápices es tan buena como la (10, 10). En

términos matemáticos, cualquier cesta de consumo (x1, x2) tal que x1+ x2 = 20

se encontrará en la curva de indiferencia que pasa por el punto (10, 10). Por lo

tanto, las curvas de indiferencia de este consumidor son todas rectas paralelas

con una pendiente de -1, como muestra la figura 3.3. Las cestas que contienen

más lápices se prefieren a las que contienen menos, por lo que las sucesivas

curvas de indiferencia son paralelas en sentido ascendente y hacia la derecha,

como indica la figura 3.3.

¿Cómo se aplica este razonamiento al procedimiento general para trazar

curvas de indiferencia? Si nos encontramos en (10, 10) y aumentamos la

cantidad del primer bien en una unidad, ¿cuánto tenemos que cambiar el

segundo para volver a la curva de indiferencia inicial? Es evidente que tenemos

que reducir el segundo bien en 1 unidad.

Por lo tanto, la curva de indiferencia que pasa por el punto (10, 10) tiene una

pendiente de -1. Este mismo procedimiento general puede utilizarse con

cualquier cesta de bienes con los mismos resultados; en este caso, todas las

curvas de indiferencia tienen una pendiente constante de -1.

Al consumidor sólo le interesa el número total de lápices y no su color. Por lo

tanto, las curvas de indiferencia son líneas rectas una pendiente de -1.

La característica más importante de los sustitutivos perfectos reside en que las

curvas de indiferencia tienen una pendiente constante. Supongamos, por

ejemplo, que representamos los lápices azules en el eje de ordenadas y

los pares de lápices rojos en el de abscisas. Las pendientes de las curvas de

indiferencia correspondientes a estos dos bienes serían iguales a -2, ya que el

consumidor estaría dispuesto a renunciar a dos lápices azules para obtener

un par más de lápices rojos.

Complementarios perfectos

Los complementarios perfectos son bienes que siempre se consumen juntos

en proporciones fijas. Los bienes se "complementan" en cierto sentido. Un

buen ejemplo son los zapatos del pie derecho y los del izquierdo. Al

consumidor le gustan los zapatos, pero siempre lleva juntos el derecho y el

izquierdo. No le sirve de nada tener uno solo.

Tracemos las curvas de indiferencia de los bienes complementarios perfectos.

Supongamos que elegimos la cesta de consumo (10,10). Ahora añadimos 1

zapato diferente entre esta nueva posición y la inicial, ya que el zapato

adicional no le sirve para nada. Lo mismo ocurre si añadimos 1 zapato más del

pie izquierdo: el consumidor también es diferente entre (10, 11) y (10, 10).

Por lo tanto, como muestra la figura 3.5, las curvas de indiferencia tienen forma

de L cuyo vértice se encuentra en el punto en el que el número de zapatos del

pie izquierdo es igual al de zapatos del derecho.

El individuo siempre desea consumir los bienes en proporciones fijas. Por lo

tanto, las curvas de indiferencia forman de L.

El incremento simultáneo del número de zapatos del pie izquierdo y del

derecho desplaza al consumidor a una posición mejor, por lo que también en

este caso las sucesivas curvas de indiferencia son paralelas en sentido

ascendente y hacia la derecha como muestra el gráfico.

Las características más importantes de los complementarios perfectos radican

en que el consumidor prefiere consumir los bienes en proporciones fijas y no

necesariamente en que la proporción sea de 1 a 1. Si un consumidor siempre

echa dos cucharadas de azúcar en el té y no utiliza azúcar para ninguna otra

cosa, las curvas de indiferencia tendrán forma de L. En este caso, las esquinas

de la L se encontrarán en (2cucharadas de azúcar, 1 taza de té), (4 cucharadas

de azúcar, 2 tazas de té), etc., y no en (1 zapato del pie derecho, 1 zapato del

pie izquierdo), (2 zapatos del pie derecho, 2 zapatos del pie izquierdo), etc.

Males

Un mal es una mercancía que no gusta al consumidor. Supongamos, por

ejemplo, que ahora las mercancías que consideramos son el salchichón y las

anchoas y que al consumidor le gusta el salchichón, pero no las anchoas. Pero

supongamos también que existe una posibilidad de intercambiar los dos

bienes. Es decir, en una pizza hay una cantidad de salchichón por la que al

consumidor le compensaría tener que consumir una cantidad dada de anchoas.

¿Cómo podemos representar estas preferencias mediante curvas de

indiferencia?

Escojamos una cesta (x1, x2) formada por algunas rodajas de salchichón y

algunas anchoas. Si le damos al consumidor más anchoas, ¿cómo tendremos

que variar el número de rodajas de salchichón que le damos para que

permanezca en la misma curva de indiferencia? Es evidente que tenemos que

tenemos que darle algunas más para compensarle por tener que soportar las

anchoas. Por lo tanto, este consumidor debe tener curvas de indiferencia de

pendiente positiva como las que muestra la figura 3.5.

Las sucesivas curvas de indiferencia son paralelas en sentido ascendente y

hacia la derecha, es decir, el consumidor prefiere consumir menos anchoas y,

más salchichón, como indican las flechas del gráfico.

Los males Neutrales

Para este consumidor las anchoas son un "mal" y el salchichón un "bien".

Por lo tanto, sus curvas de indiferencia tienen pendiente positiva.

Un bien es neutral si al consumidor le da igual. ¿Qué ocurre si un consumidor

es neutral respecto a las anchoas? En este caso, sus curvas de indiferencia

serán líneas verticales, como en la figura 3.6. Sólo le interesará la cantidad de

salchichón que tenga y no le importará la de anchoas. Cuanto más salchichón

tenga, mejor, pero el aumento de las anchoas no le afectará para nada.

Al consumidor le gusta el salchichón.

Pero es un bien neutral ante las anchoas, por lo que sus curvas de indiferencia

Son líneas verticales.

Saciedad

A veces interesa considerar una situación de saciedad, en la que hay una cesta

global mejor para el consumidor y cuanto "más cerca" se encuentre de esa

cesta, mejor; mayor será su bienestar, en función de sus propias preferencias.

Supongamos, por ejemplo, e que consumidor prefiere la cesta de bienes

(x1, x2) más que ninguna otra y que cuanto más lejos está de ella, menor es su

bienestar. En este caso, decimos que (x1, x2) es un punto de saciedad o un

punto de máxima felicidad. Las curvas de indiferencia del consumidor son

como las que muestra la figura 3.7. El mejor punto es (x1, x2) y los que se

alejan de él se encuentran en curvas de indiferencia más baja".

En este caso, las curvas de indiferencia tienen pendiente negativa cuando el

consumidor tiene una cantidad "demasiada pequeña" o "demasiada grande" de

ambos bienes, y una pendiente positiva cuando tiene "demasiado" de uno de

ellos. Cuando tiene una cantidad demasiado grande de uno de los bienes, éste

se convierte en un mal, por lo que la reducción del consumo del bien malo lo

aproxima a su "punto de máxima felicidad". Si tiene una cantidad demasiado

grande de los dos bienes, ambos son males, por lo que la reducción del

consumo de cada uno lo acerca al punto de máxima felicidad.

Supongamos, por ejemplo, que los dos bienes son las tartas y los helados de

chocolate. Es muy posible que queramos comer a la semana una cantidad

óptima de tarta y de helado de chocolate. Nuestro bienestar sería menor si

comiéramos una cantidad menor, pero también si comiéramos una mayor.

Preferencias saciadas. La cesta (x1, x2) es el punto de saciedad o punto de

máxima felicidad y las curvas de indiferencia rodean a este punto.

Si nos paramos a pensar un momento, la mayoría de los bienes son en ese

sentido como las tartas y los helados de chocolate: podemos desear una

cantidad demasiado grande de casi todo. Sin embargo, por lo general, los

individuos no eligen voluntariamente una cantidad demasiado grande de los

bienes que consumen. ¿Por qué iban a hacerlo? Por lo tanto, el área

interesante desde el punto de vista de la elección económica es aquella en la

que tenemos una cantidad de la mayoría de los bienes menor de la que

queremos. Este tipo de elecciones es el que interesa realmente a la gente, por

lo que será el que analicemos.

Bienes discretos

Normalmente cuando hablamos de medir las cantidades de bienes, pensamos

en unidades en las que tengan sentido los decimales; por ejemplo,

una persona puede consumir 12,43 litros de leche al mes aunque la compre por

litros. Sin embargo, a veces queremos examinar las preferencias por algunos

bienes que se encuentran de manera natural en unidades discretas.

Analicemos, por ejemplo, la demanda de automóviles de un consumidor.

Podríamos definirla en función del tiempo que se utiliza un automóvil, de tal

manera que tendríamos una variable continua. Sin embargo, en muchos casos

es el número real demandado de automóviles el que interesa.

No hay ningún problema en utilizar las preferencias para describir la elección

en el caso de este tipo de bien discreto. Supongamos que x2 es el dinero que

se gasta en otros bienes x1 es un bien discreto que sólo se encuentra en

cantidades enteras. En la figura 3.8 hemos representado la forma de las

"curvas" de indiferencia y un conjunto preferido débilmente de este tipo de bien.

En este caso, las cestas indiferentes a una cesta dada son un conjunto de

puntos discretos. El conjunto de cestas que es al menos tan bueno como una

determinada cesta es un conjunto de segmentos rectilíneos.

La decisión de poner o no énfasis en el carácter discreto de un bien dependerá

de cada caso. Si el consumidor sólo elige una o dos unidades del bien durante

el período analizado, puede ser importante el reconocimiento del carácter

discreto de la elección. Pero si el consumidor elige 30 ó 40 unidades,

probablemente resultará preferible concebirlo como un bien continuo.

El bien 1 sólo se encuentra en cantidades enteras.

En la parte A las líneas discontinuas conectan las cestas que son indiferentes y

En la parte B las líneas rectas verticales representan cestas que son, al menos,

Tan buenas como la indicada.

Tasa marginal de sustitución

Por otro lado la relación marginal de sustitución nos informa de cuanto es

capaz de intercambiar un consumidor de un bien por otro de manera que su

utilidad se mantenga igual. La Tasa Marginal de sustitución (TMS) es la tasa

a la cual un consumidor disminuye su consumo de un bien Y para incrementar

su consumo de otro bien X y seguir obteniendo el mismo nivel de utilidad.

Si la curva de indiferencia tiene pendiente pronunciada, la TMS es alta. La

persona está dispuesta a renunciar a una gran cantidad del bien y para

obtener una pequeña cantidad del bien x, que lo haga permanecer indiferente.

Si la curva de indiferencia es plana, la TMS es baja. La persona está dispuesta

a renunciar a una pequeña cantidad del bien Y para obtener una pequeña

cantidad del bien X, que lo haga seguir indiferente.

TMSxy = Cambio en Y = Cantidad Final bien Y - Cantidad inicial bien Y

Cambio en X Cantidad Final bien X - Cantidad inicial bien X

La TMS decreciente es el supuesto clave de la teoría del consumidor. El

supuesto de la TMS decreciente es una tendencia general a que la TMS

disminuya a medida que el consumidor se mueve a lo largo de una curva de

7

5

A

DC

B

1 2 3 4

indiferencia , aumentando el consumo del bien medido sobre el eje x y

disminuyendo el consumo del bien medido sobre el eje y.

Tasa Marginal de sustitución (TMSxy): La cantidad del bien x a la que un

consumidor está dispuesto a renunciar para ganar una unidad adicional del

bien X, y continuar en la misma curva de indiferencia.

Y

LA RESTRICCIÓN PRESUPUESTARIA

Teniendo en cuenta que los bienes tienen precios, y considerando estos datos,

está claro que un consumidor no puede conseguir trivialmente la cesta que

prefiera de entre todas las posibles. Si tenemos en cuenta además de los

precios de los bienes la renta disponible del consumidor, tenemos lo que se

llama la restricción presupuestaria. Ésta es la que nos indica qué cestas de

bienes son las que el consumidor puede elegir y conseguir, teniendo en cuenta

el dinero de que dispone y los precios del mercado. La misión del consumidor

será entonces conseguir de entre todas esas cestas aquella que él prefiera a

todas las demás (o alguna de las cestas que él considere que son al menos tan

buenas como todas las demás). Encontrar esto es lo que se llama

maximización del consumidor. Generalmente, es habitual que la cesta elegida

del consumidor se encuentre en la frontera de la restricción presupuestaria, es

decir, que sea una cesta cuyo valor (multiplicando los precios de los bienes por

las cantidades de estos en la cesta) sea exactamente igual a la renta disponible

del consumidor. Por tanto, el consumidor siempre elegirá la cesta que le

proporcione la máxima utilidad, la que le produzca el mayor bienestar posible.

XCANTIDAD DE X POR UNIDAD DE TIEMPO

LA PENDIENTE EN CUALQUIER PUNTO SOBRE LA CURVA PUEDE SER MEDIDO TRAZANDO LA TANGENTE DE ESE PUNTO Y CALCULANDO EL CAMBIO EN” Y“ DIVIDIDO POR EL CAMBIO DE “X”.SIENDO “Y” LA VARIABLE MEDIDA EN EL EJE VERTICAL “X” LA VARIABLE MEDIDA EN ELEJE HORIZONTAL.

CANTIDAD DE Y POR UNIDAD DE TIEMPO

LÍNEA DE RESTRICCIÓN PRESUPUESTAL

La línea de restricción presupuestal muestra todas las diferentes

combinaciones de los dos bienes o artículos que un consumidor puede

comprar, dado un ingreso monetario y los precios de dichos artículos.

De acuerdo a la gráfica, el

ingreso I del consumidor le

permite adquirir K unidades

del bien Y o L unidades del

bien X.

EQUILIBRIO DEL CONSUMIDOR

Un consumidor se encuentra en equilibrio cuando, dado su ingreso y las

restricciones de los precios, maximiza la utilidad o la satisfacción total que

obtiene de sus gastos. Es decir, que un consumidor está en equilibrio cuando,

dada la línea de restricción de su presupuesto, alcanza la curva de indiferencia

Más alta.

.

En la figura se observan las curvas de indiferencia I, II y III y la línea de

restricción presupuestal para un bien dado. Lo ideal para el consumidor sería

alcanzar la curva III, pero al no poderlo hacer por las restricciones de su

presupuesto, lo ideal es que realice su consumo en el punto B, que

corresponde a la curva de indiferencia II. También puede efectuar su consumo

en los puntos A o C, pero no estaría maximizando su utilidad.

INTERCAMBIO

En un mercado de dos individuos A y B, y dos artículos X e Y, se puede lograr

un intercambio mutuamente provechoso siempre que la TMS XY del individuo

A difiera de la TMS XY para el individuo B. Al aumentar el intercambio, los

valores de la TMS XY se acercan hasta igualarse. Cuando ello ocurre, ya no

hay fundamento para el intercambio mutuamente provechoso y el comercio

terminará.

CURVA PRECIO-CONSUMO

Si se cambia el precio de X, manteniendo constantes el precio de Y, el ingreso

económico y las preferencias del consumidor, se pueden trazar:

o Curva precio - consumo: Curva que muestra cómo el

nivel óptimo de consumo de dos bienes varía para una persona al

cambiar el precio de uno de ellos, suponiendo que el nivel de renta y el

precio del otro bien se mantengan constantes. Para un bien X, consiste

en la unión de los puntos de equilibrio obtenidos cuando solamente se

varía el precio de X.

Consideremos el equilibro del consumidor

para dos bienes en un sistema de

referencia cartesiano. Suponiendo la renta

monetaria fija, podemos variar el precio de

uno de los bienes, por ejemplo el primero,

y observar la secuencia de nuevos

equilibrios. Estos se obtendrán

resolviendo sucesivos problemas primales

y producirán distintos niveles de utilidad.

El lugar geométrico de tales equilibrios

constituye la curva precio consumo (CPC). La variación del precio del primer

bien se produce suponiendo que ni la renta monetaria ni el precio del otro bien

varían y, por supuesto, manteniendo invariable el mapa de preferencias de

consumidor (su función de utilidad).

Veamos la forma que adopta la CPC en el caso de las funciones de Cobb-

Douglas.

¿Qué muestra la Curva Precio-Consumo?

Manteniendo constantes el ingreso y el precio del bien y, la CPC del bien x es

el conjunto de combinaciones óptimas de un mapa de curvas de indiferencia

que se obtienen cuando varía el precio del bien x.

LA CURVA DE DEMANDA

Curva de demanda del consumidor: indica la cantidad de un bien o artículo X

que el consumidor compararía para diferentes precios de X, CETERIS

PARIBUS.

Supongamos ahora, igual que antes, que la renta monetaria es fija, y que

variamos el precio de uno de los bienes, por ejemplo el primero, y observamos,

además de la CPC, los sucesivos pares (X,Px) correspondientes. Tendremos la

curva de demanda del bien X.

En el caso de la función de utilidad de Cobb-Douglas la función de demanda

viene dada por la expresión X = (M / Px) (r / (r + s)). Tiene, por tanto, por gráfica

una hipérbola.

Vemos que al aumentar el precio del primer bien disminuye la cantidad

demandada del mismo, puesto que las sucesivas cestas se sitúan

progresivamente más a la izquierda sobre el mapa de preferencias. Como

consecuencia, la curva de demanda es decreciente (ley de la demanda) Sin

embargo, excepcionalmente, podrían no ser así, como aparece reflejado en el

gráfico siguiente. Es el caso de los bienes denominados Griffin, la excepción a

la 'ley de la demanda'

CURVA INGRESO-CONSUMO

Al variar el ingreso del consumidor I, manteniendo constantes sus gastos y los

precios de los bienes X e Y, se pueden trazar las siguientes curvas:

o Curva ingreso-consumo: Es la curva que resulta de unir los puntos de

equilibrio del consumidor que se obtienen cuando se varía solamente su

ingreso.

¿Qué muestra la Curva Ingreso-Consumo?

Manteniendo constantes los precios de los bienes x e y, la CRC del bien x es el

conjunto de combinaciones óptimas de un mapa de curvas indiferencia que se

obtienen cuando varía la renta.

LA CURVA DE ENGELS

o Curva de Engels: Indica la cantidad de un bien o artículo que un

consumidor compra en un determinado período de tiempo variando el

ingreso total.

La curva de Engels es una función que relaciona el monto del consumo de x

con el nivel de ingreso M, cuando se logra el equilibrio. En términos del gasto

se relaciona el gasto XPX con el de M y tiene la ventaja adicional de mostrar

directamente la diferencia entre un bien superior o normal.

Las curvas de Engels son cóncavas desde arriba, líneas rectas o cóncavas

desde abajo según la elasticidad ingreso de la demanda sea mayor, igual o

menor que la unidad.

Vemos que Y no depende de X, por lo que la CPC es, en este caso, una recta

horizontal de ecuación: Y= (M/Py) (s/(r+s))

El hecho de que la CPC sea constante nos hace ver que, para este tipo de

función de utilidad, los bienes X e Y no son ni complementarios ni sustitutivos,

son completamente independientes.

LOS EFECTOS INGRESO, PRECIO, TOTAL

El Efecto Ingreso puede ser positivo, negativo o neutro.

Se dice que es positivo cuando un aumento en el Ingreso Real provoca un

aumento en la Cantidad Demandada. Por el contrario, es negativo si

la Cantidad Demandada disminuye, y será neutro si la Cantidad

Demandada permanece constante cuando varía el Ingreso Real.

La dirección del cambio se mide empíricamente por medio de

la Elasticidad ingreso de la Demanda, la cual será positiva, negativa o cero,

según el efecto Ingreso sea positivo, negativo o neutro respectivamente.

Esto a su vez permite clasificar a los Bienes en superiores e inferiores, ya

sea que el Efecto Ingreso aumente o disminuya la Cantidad Demandada de

los Bienes en cuestión.