Contra 131206 Psicobiologo Ignacio Morgado

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LLUÍS AMIGUET

“La vasopresina acabacon las infidelidades”

Todas esas ratitas de su laborato-rio nos enseñan a amar?

–Nos enseñan algo del amor.Científicos americanos, porejemplo, dividieron sus ratones

en dos cepas: polígamos y monógamos.–¡Así que la infidelidad está en los genes!–Pero no para siempre. Les inyectaron va-

sopresina, hormona además antidiurética, ylos ratoncitos polígamos se convirtieron enmonógamos. Se acabaron las infidelidades.

–¡Una hormona neocon!–...Que nos sirve para ilustrar, sin caer en

determinismos, cómo la neuroquímica influ-ye en las conductas asociadas a las emocio-nes y el amor. El amor también es química.

–¿Para qué nos sirve el amor?–La bioquímica del amor forma parte de la

estrategia de la naturaleza. Nos enamoramospara ser más eficaces reproduciéndonos, pe-ro eso no nos hace forzosamente más felices.

–Ya me parecía a mí.–El amor crea un vínculo estable que favo-

rece el éxito reproductivo. La evolución haido seleccionando en los humanos los genesque transmiten esa emoción cooperativa vi-tal para forjar una alianza duradera que pro-porciona más seguridad a la camada.

–¿Y los celos?–También tienen su función evolutiva

igual que la sinceridad o el arrepentimiento:hacen más difícil la infidelidad. Mostrar sin-ceridad nos hace más fiables como socios.

–¿Cómo nos enamoramos?–El amor bioquímico comienza con la se-

gregación de la feniletilamina, parecida auna anfetamina, que produce excitación.

–El superflechazo...–A esa primera sacudida le sigue la produc-

ción gonadal de estrógenos y andrógenos queaumentan el apetito sexual.

–...Se va concretando...–La feniletilamina combinada con las do-

paminas propicia incluso antes del intercam-

bio sexual la confusa euforia y la pasión emo-cional típica de los enamorados.

–Y lo demás no importa.–Importa menos, porque esa pasión ini-

cial se caracteriza además por la inhibiciónde sustancias cerebrales, como la serotonina,que hasta el enamoramiento habían estabili-zado el humor y las emociones...

–¿Se desparraman?–Se desactivan regiones del cerebro, como

la corteza frontal, implicadas en la lógica y elrazonamiento.

–Locura de amor.–Sólo en la primera fase amorosa, porque

esa tormenta emocional va dando paso...–Con el dulce tiempo que amor procura.–...A otras emociones más matizadas, pe-

ro también muy intensas. Así se desencade-na un mecanismo adictivo en el que están in-volucrados nuestros opiáceos endógenos co-mo la encefalina y las endorfinas que se libe-ran cada vez que sentimos placer, satisfac-ción y bienestar. Es la segunda fase bioquími-ca de una relación de pareja.

–¿Es más adictiva una relación en esa se-gunda fase?

–Sí, porque la ruptura del vínculo es másdolorosa entonces y provoca reacciones simi-lares a la privación de sustancias adictivas.

–Estás enganchado a una persona.–Además del bioquímico, en esas emocio-

nes influye también el enganche social. La co-munidad favorece o entorpece las relacionesamorosas a medida que de la lujuria con tes-tosterona se pasa a la pasión con feniletami-na y al vínculo con vasopresina y oxitocina,neurodroga muy social. Y ésas son las sustan-cias conocidas: puede que haya más.

–También varía, según las culturas, la con-sideración social de la fidelidad.

–Desde luego, pero en general la mujer su-fre más la infidelidad romántica que lasexual mientras que al hombre le molestamás la infidelidad física.

–Supongo que tiene su lógica evolutiva.–Los celos del hombre pretenden evitar

que le cuelen descendencia ajena mientras lamujer quiere asegurarse la dedicación de supareja al cuidado de su progenie. La culturaha extendido ambas clases de celos a ambos.

–¿Y los gais?–Existe un importante componente genéti-

co en la homosexualidad... Y aprendizaje.–¿Y varias relaciones a la vez?–Biológicamente es posible, desde luego,

pero como estrategia de bienestar en la socie-dad occidental es cuanto menos discutible.

–¿Pues...?–Porque nuestro bienestar se sustenta so-

bre el equilibrio de la emoción y la razón. Sieres infiel, ese equilibrio es más difícil.

–Tienes que quedar bien con más gente.–Eso ya es un factor de estrés sin contar

con el peso enorme de la cultura y la moralheredadas y aprendidas.

–¿Sus ratitas nos enseñan más cosas?–Muchas más. Fíjese en éstas de nuestro

laboratorio que buscan nadando una plata-forma sumergida para descansar...

–¡Cómo las hacen trabajar, pobres!–Estimulamos su cerebro para ver si la en-

cuentran antes y lo emocionante es que pare-ce que las ratas ancianas con lesiones en elcerebro, si son estimuladas, encuentran an-tes la plataforma que las jóvenes y sanas.

–¡Sí que es estimulante! ¡Adelante viejitas!–El trabajo forma parte también de nues-

tro estudio sobre memoria y aprendizaje.–¿Qué recuerda usted de la memoria?–Es una fascinante reconstrucción del pa-

sado nunca igual a sí misma.–La memoria es un país en el que todos so-

mos extranjeros.–Recordar es como si dejaras un reloj a me-

dio desmontar y luego, al volver a intentarrecordar, lo volvieras a montar, pero dejan-do piezas olvidadas o inventándote otras.

S E R D U A L¿Cuánto hay de genética y

cuánto de aprendizaje en el

último gol bajo la barrera de

Ronaldinho? El doctor

Morgado elucubra al respecto

para concluir que es producto

de combinar una gran genética

futbolera con la picardía

aprendida en el patio del cole.

Del mismo modo, en

‘Emocions i intel·ligència

social’ (Mina), Morgado

arguye que el equilibrio –somos

seres duales– entre emociones

y razón es el secreto de nuestro

bienestar, por eso sabremos que

lo hemos conseguido porque

disminuirá el estrés. “La clave

–apunta Morgado– para ese

equilibrio dual no es reprimir

las emociones, sino educarse

emocionalmente para

compensar la reactividad

emocional heredada”. A más

sobreemoción heredada, más

razón aprendida. Y al revés.

ÀLEX GARCIA

I G N A C I O M O R G A D OPSICOBIÓLOGO

Tengo 55 años. Cuanto mayor, más disfrutas el amor: el furor

bioquímico da paso a la emoción relajada y consistente. Nací en San

Vicente de Alcántara, pueblo extremeño al que los corcheros trajeron

el catalán. Soy catedrático de Psicobiología de la UAB. Tengo 2 hijos.

Agnóstico, de izquierda moderada. Las emociones son la sal de la vida

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MIÉRCOLES, 13 DICIEMBRE 2006