coplas amor por Mario Diez de Urdanivia · 2014-02-22 · ("El triunfo", Hidalgo, 1967, Cintas...
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dos obras sobre kant
por Humberto Martínez González
al oír entonar una copla, sólo puedehallar lugar en quienes saben catar el artepopular mexicano.
La forma de las coplas es casi siempresimple y su contenido ostenta innegablecalor humano. Sólo la elocuencia de lacopla hace posible apreciar este procedimiento literario:
En una jaula de platase quejaba un pajarito,y en el quejido relatade un modo muy exquisito:"Dicen que el amor no mata,pero lastima un poquito."
(Veracruz. Covarrubias 1947, p. 19)
Si los sospiros volarancomo vuefa el pensamientouna carta te mandaracon el corazón adentro,escrebida por mis manosY s~llada por el viento.("El triunfo", Hidalgo, 1967, Cintas Colegio)
Se ve que si el cantar satisface unanecesidad inherente al hombre, en Méxicoeste fenómeno se ha dado generosamente.La copla, como justificadamente mencionan los autores de este libro, fue untesoro disperso y escondido. La divulgación de esta antología es un banquetepara quien degusta lo folklórico y lopoético. Esta colección es un primer acercamiento al manjar prometido en el prólogo: El Colegio de México editará enbreve un volumen que contendrá diez milcanciones del folklore mexicano. Productode la meritoria labor realizada por losestudiosos y amantes de este tipo delicadoy gozoso de manifestación humana.
El libro es, pues, para disfrute de losamigos del pueblo y de la poesía.
salir airoso de la pugna." Por su parte, elfilósofo español José Ortega y Gasset,quien viviera el pensamiento kantiano durante diez años como su casa y prisión,dudaba de que quien no hubiese hechocosa parecida pudiese llegar a ver conclaridad el sentido de nuestro tiempo.
Este libro de Paul Arthur Schilpp* sesuma a la lista ya clásica de traduccionesde obras de pensadores contemporáneosque edita el hoy Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM. Trata de unaparte de la fIlosofía moral de Kant que hasido descuidada: las ideas éticas de laépoca precrítica. El autor se plantea lacuestión de cómo se escribieron los tratados éticos de Kant y cuáles .eran lasconcepciones morales que ocupaban sumente antes de la aparición de su primertrabajo de carácter ético estrictamente, laFundamentación de la Metafisica de lascostumbres, de 1785.
El interés de Kant desde un principio
La incomparable emoción que se goza
También es importante notar que deun motivo tan peculiar como el del amor,haya sido creada una inmensidad siemprevariable de coplas. La diversidad de lostonos, el sube y baja del espíritu de lafiesta rural, el rasgueo de cuerdas, tieneun carácter inconfundible. Siempre es elvarón el cantor, las coplas están hechas asu imagen y semejanza, son para ser entonadas a una mujer, aunque casi nunca estépresente:
("La Llorona," Oaxaca, Henestrosa,1964)
¡Ay' Qué bonito es estarjunto de lo que uno quieredarle un beso, si hay lugar,y un abrazo, si se puede,y sin darlo a maliciar,como aquel que nada debe.("El Ahualulco", Jalisco 1965, Colee. Reuter)
La hermosura, el calor humano de lascoplas de amor, causa a veces arrobamiento por la ternura que contiene:
Yo me subí a un alto pino ¡ay, Lloro-na!
por ver si te divisaba,y como el pino era tierno, Llorona,de verme llorar lloraba.
A lrnmanuel Kant, en verdad, es imposible pasarlo por alto tanto en ética comoen epistemología o metafísica, o se podríaagregar, en jurisprudencia como en metodología científica. "En lo que va del siglo-nos dice Andrés R_ Raggio en su introducción al Kant de Martin- Kant haservido de punto de referencia para todoslos filósofos en la elaboración de sussistemas. Que lo hayan criticado acerbamente o que lo hayan canonizado proclamando una ortodoxia kantiana, nadie hapodido prescindir de él. Es más parecieraque en esta discusión a través de los siglosKant lograse, al fin de cuentas y enúltima instancia, doblegar a sus rivales y
* Paul Arthur Schilpp: La ética preerítica deKant. Trad. de Jerónimo Muñoz y EIsa CeciliaFrost. México, Centro de Estudios Filosóficos,UNAM, 1966. (Col. Filosofía Contemporánea.)
coplas y amor
por Mario Diez de Urdanivia
* Margit Frenk Alatorre e Yvette Jiménezde Báez: Coplas de amor del folklore mexicano,El Colegio de México, 1970. (Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios.)
El Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México emprendió·hace algunos años una compilación sistemática de los productos de la lírica popularmexica.¡;¡a. La labor de rescate de canciones popular~s fue llevada al cabo entoda la República. Sacaron adelante laempresa los estudiantes e investigadoresde ese centro de estudios. El resultado hasido fructífero: han logrado obtener diezmil canciones de diversas regiones delpaís.
A esto obedece la reciente publicaciónde la antología de Coplas de amor delfolklore mexicano, * editada este año porEl Colegio de México. Los recopiladores yantologistas, Margit Frenk A1atorre e YveHe Jiménez de 8áez, reunieron en eltexto quinientas coplas, enmarcadas dentro de un motivo literario que ha apasionado al mexicano: el amor.
El propósito del libro, como lo declarael Prólogo, es agrupar uno de tantos tesoros escondidos y dispersos de México.Así, se pretende abrazar en un texto a lalírica popular, "que es cantada en todaspartes y no está en ninguna".
La lírica rural como manifestación impersonal de una nación ilumina rasgoscaracterísticos y peculiaridades de sus pobladores. Este arte colectivo, anónimo, esverdadero padre de toda creación individual.
El sustento temático de las cancionesen el caso de nuestro país es casi siempreel mismo, aunque varíe la región de procedencia. Se canta a la mujer ingrata. Sealude a la muerte con inquietante regocijo. Los diminutivos graciosos y las metáforas de la naturaleza abundan en lospoemas. La picardía, producto de un ingenio casi infantil, es plasmada en las canciones con acierto a veces incomparable.
Sin embargo, la intención de los autores de esta antología es la de mostrarseparadas de sus canciones de origen a lasdistintas coplas: la copla desnuda, aislada,posee sentido cabal. Como si de un suntuoso collar desgranaran una a una cadapiedra preciosa, para poder observarla aislada de todo el conjunto y apreciarlacomo unidad valiosísima en sí misma, nosusceptible de ulterior división.
Mas ¿por qué coplas de amor? Ya losprimeros cantares de la Nueva Españahablaban de la mujer desleal y del amorimposible. Al parecer el tema subyace enel carácter mexicano, es tema que le escaro. Evoca el amor a la madre, desbordaen elogios a la mujer bien plantada, a laslindas morenitas.
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fue el de establecer las bases definitivas ypermanentes de las disciplinas filosóficas,esto es, introducir el pensamiento ordenado en dichas disciplinas. Este viene a serun procedimiento que intenta ofrecer unaexplicación de un vasto campo de fenómenos por medio de un mínimo de conceptds fundamentales. Lo anterior es loque denominamos método sistemáticocientífico. En última instancia, la idea erala de encontrar los fUndamentos lógicosvalederos en los cuales se cimentaba lanaciente ciencia físico matemática de lanaturaleza, asunto. que para Kant vino aconvertirse en el de la disciplina filosóficallamada Metafísica. Sin embargo, aunquenormalmente es conocido por su interéshacia los problemas de la metafísica y laepistemología, Kant, mucho antes de escribir su Crítica de la razón pura, habíapensado y trabajado en problemas éticos.Aún más, el estudio cuidadoso de la éticaprecrítica nos informa que su preocupación fundamental fue siempre la de escri·bir una ciencia de la moral, o comodijimos, introducir el pensamiento ordena-
. do en los asuntos morales. En 1768 -trece años antes de la aparición de la primera Crítica- escribía en una carta a Herderque trabajaba en una metafísica de lamoral. Hacia fines de 1773 escribía nuevamente al mismo Herder que trabajaba enuna filosofía trascendental que era, enrealidad, una crítica de la razón pura."Pues entonces", le dice Kant, "trataré lametafísica que tiene sólo dos partes: lametafísica de la naturaleza y la metafísicade la moral de las cuales publicaré primero la última..." Kant, sin embargo, hubode postergar esta metafísica para dar prio·ridad al problema epistemológico. "Se diocuenta", nos dice Schilpp, "de que mientras no determinara cuál era la naturalezadel conocimiento y qué podía conocer elhombre, era inútil tratar de contestarcuestiones que exigen un conocimientoético". Y en realidad nada, ni aun débilmente semejante a una "metafísica de lamoral", salió de la pluma de Kant hasta laGrundlegung de 1785, unos diez y sieteaños cumplidos después de la carta aHerder. Por otra parte, la prometida Metaphysik der Sitten no apareció sino doce
años después de aquélla en 1797. Pero, sibien esto sucedió así, "hay testimonios",nos dice Schilpp, "de que su interés ma.yor y fundamental se dirigió desde muytemprano hacia la filosofía moral, aun porencima de los problemas de carácter epistemológico o metafísico. Tan es así queno es exagerado afirmar que la primeraCrítica y los Prolegómenos son más bienuna consecuencia del interés ético deKant, que decir sus tratados éticos son elresultado de sus estudios epistemológicosy metafísicos". .
El estudio de Schilpp nos muestra quela acostumbrada caracterización de lmma·nuel Kant como un frío Verstandesmensch (hombre racionalista) es una caricatura ahistórica. Más bien lo cierto es loopuesto. La imagen muy general de Kantcomo un erudito escondido entre sus libros, totalmente desconectado de la vidaen torno suyo, es igualmente infiel a loshechos del caso_ Un estudio de la vida yde los intereses de Kant revela una nota·ble conciencia, por su parte, de todo loque de importancia acontecía en sus díasen el curso general de los asuntos huma·nos y del mundo. Otro punto en el quelos descubrimientos de Schilpp difierenmucho de las opiniones generalmenteaceptadas, es la naturaleza y el grado deinfluencia de Rousseau y ;os moralistasingleses sobre el desarrollo del pensamiento ético Kantiano. "Kant", nos diceSchilpp, "no parece haber sido nunca unverdadero discípulo de Rousseau o de losmoralistas ingleses. Nunca los repudió,pues nunca les prometió su fidelidad",aunque en algún momento pareció indicarlo contrario. Si bien mostró interés porsus teorías, ya en él se encontraba, desde1762, una visión en la que afirma suposición ética, en forma que apunta sinduda alguna hacia una visión metódicamente formalista del problema ético. Asípues, el libro de Schilpp, basado tambiénen un amplio y erudito estudio de lasfuentes, nos muestra que las usuales interpretaciones no son completamente exactas.
De la ética definitiva de Kant, por otraparte, hoy nos es posible conocer y afirmar que nunca se llegó a escribir según su
proyectada ciencia de la moral. Sus escritos éticos definitivos no tienen el mismorango de ciencia que podría caracterizar asu metáfísica de la naturaleza en la Crítica de la razón pura. Así, mientras queKant parece escribir esta última como unmedio para llegar a la primera, resulta, sin \embargo, que la que queda definitivamente establecida con carácter científico es lametafísica de la naturaleza, al paso que sumetafísica de la moral tiene que considerarse no científica. Y esto último porquela diferenciación de su principio, la leymoral, la lleva a cabo inductivamente,mediante la totalidad de las -accionesmorales y no deductivamente como es elcaso de las categorías en el sistema de la
.metafísica de la naturaleza. Falta por hacer un serio estudio crítico sobre la supuesta formalidad de la ética kantiana,pues en Kant lo "puro" de su ética estrascendental más que lógico formal. Peroes claro que sólo a la luz de un auténticosistema moral podría criticarse la no cientificidad de la misma. Con todo, tenemosque conceder que su ética es la mássistemática y formal que se haya escrito,la que más se aproximaría a una ciencia,pero que todavía no sería tal.
Uevar a cabo una verdadera cienciamoral no fue, después de todo, un intentoexclusivo de Kant. Más bien se podríadecir que ha sido el asunto más importante y fundamental que los grandes filósofos-desde Platón, pasando por Descartes,Spinoza y Leibniz- se han planteado yhan tratado de resolver. También hoy, nocabe duda, ésta es una de las tareas quesigue siendo primordial.
El estudio de Schilpp nos muestra,entonces, que también para Kant la tareamoral (la del hombre) fue de una exigencia mayor que la tarea fáctica. Su libro senos ofrece como lección histórica de extrema actualidad no sólo para los filósofos, sino para todo aquel que siga pensando con seriedad en los problemas queurgen de solución en nuestro tiempo.
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El mérito de este libro,* que se ha colocado ya entre los clásicos estudios sobre lafilosofía de Kant, es mostrar que al ladode la consideración de la Crítica de larazón pura como una epistemología de lafísica, es "por lo menos en igual medidatambién, una ontología". Pero Martin estudia y relaciona los dos aspectos, o comodice, los dos grandes ríos que alimentan almar de la Crítica: la moderna ciencia dela naturaleza y la ontología antigua. DeaWsu título: Ontologie und Wissenscha[tstheorie que, como cosa curiosa, nila traducción inglesa ni esta española sedeciden a ponerlo tal y como es. Elprimer término del título del libro eninglés, Metaphysics and Theory o[sCirmce, -no correspondeal alemán ontologie si aceptamos que debe haber unadiferencia entre ontología y metafísica.
* Gottfried Martin: Kant. Ontologia y Epistemologia. Trad. de Luis Felipe Carrer y AndrésR. Raggio. Córdoba, Argentina, Universidad Nacional de Córdoba, 1961.
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La ontología se encarga del estudio delser y de especificar las diferentes clases deseres que hay. La metafísica, por otrolado, se vuelve en Kant epistemología. Elintento de Kant era hacer una ciencia dela metafísica o hacer a la metafísica unaciencia, pero como para él el asunto de lametafísica viene a ser el conocimiento,intentó, por tanto, construir una cienciadel conocimiento. Metafísica y epistemología se identifican, pues, en Kant. Ahorabien, este conocimiento es el conocimiento científico de la ciencia fisicomatemática, y así la metafísica resulta ser la ciencia de los fundamentos del conocimientocientífico. Para esto él tuvo que clarificarel término "ciencia", lo cual hace en laMetodología trascendental de la -Critica yen su Lógica, de tal suerte que la Criticaes "un tratado del método" (B XXII),esto es, una metodología de la ciencia,una "Teoría de fa ciencia" (Wissenschaftstheorie). Desde este punto de vistala traducción española resulta más afortunada en lo que respecta al segundo término del título.
'Sin intentar de ninguna manera haceruna reseña del contenido de este riquísimo libro, vamos a mencionar algunos aspectos y observaciones que su lectura nosha suscitado. La obra se divide en dosgrandes partes, "La Unidad" y "El Ser",precedidas de una pequeña introduccióndedicada a Leibniz. Para Martin éste vienea ser el verdadero antecesor 'de Kantquien, a la postre, resulta ser el verdaderosucesor de Leibniz. "Kant es, a nuestrojuicio, el que llevó a cabo la verdaderapolémica contra Leibniz... Las coincidencias y las oposiciones están indisolublemente unidas en su controversia fundamental con Leibniz. Por eso pudo decir,al echar una mirada retrospectiva a lacosecha filosófica de su vida: 'la Criticade la razón pura quisiera ser la auténticaapología de Leibniz, a pesar de que sussecuaces no lo honren con elogios'."
En el primer capítulo Martin analiza elproblema del ser del espacio y del tiempoque corresponde a la Estética trascendental. En este capítulo y principalmente enel parágrafo 3 nuestro autor llega a laconclusión de que para Kant la matemática, al diferenciarse de la filosofía en cuant o qu e u tiliza conceptos construidos-construir un concepto es representar apriori la intuición que le correspondetiene un carácter intuitivo y constructivo.La tesis de Kant, según se desprendería dela obra de Martin, es la de que losesquemas matemáticos hacen surgir el espacio y el tiempo. La realización delesquema por medio de la construcción esdebida a un procedimiento sintético. "Latesis kantiana sobre el carácter intuitivode la matemática", nos dice, "significa sulimitación a aquellos objetos que sonconstruibles" (p. 33). Y más adelanteafirma: "La intuición no es, por lo tanto,una fuente adicional de conocimiento para la matemática -los matemáticos hanobjetado con razón esta tesis- sino lainstancia que reduce el ámbito mayor dela existencia lógica -lo no-contradictorio- al menor de la existencia matemática -lo construible-. De ahí que, en
este segundo aspecto, los juicios de lageometría sean sintéticos a priori, puespodemos construirlos en la intuición pura". Queda así delimítado el campo de laexistencia matemática. Sin embargo, Martin es de la opinión, de acuerdo conCassier, "según el estado actual del conocimiento demostrarse exclusivamente apartir del principio de no-contradicción,anges bien, ella es axiomática y constructiva. De ahí que, de acuerdo con ladefinición kantiana, hay que considerarlacomo una ciencia sintética" (nota 9, parág. 3).
Si Kant, dice Martin, reconoció el carácter sintético de la matemática pero seaferró al carácter analítico de la lógica, enla actualidad, cuando el desarrollo de lalógica moderna ha mostrado que la distinción kantiana entre matemática y lógicano existe, podríamos decir (sin que estorepresente una refutación) que más bienél no fue lo suficientemente lejos, pues,de acuerdo a sus ideas, la lógica tambiénsería una ciencia sintética. Los lógicosmatemáticos de la escuela logicista, a partir de Frege, Cuturat y sobre todo Russell, hacen lo contrario, es decir, extienden la analiticidad de la lógica a la matemática por encontrar que esta última sereduce a lógica.
En el parágrafo 12, por otra parte, noshabla de la aprioridad de la naturalezanewtoniana, y aquí nos preguntamos si noexistiría, como existe el carácter constructivo de la geometría en la Estética, elcarácter constructivo de la naturaleza enla Analítica. Martin no llega del todo ahacer esta analogía. A nuestro parecer lacategoría y el esquema deben considerarsecomo conectados por el procedimientosintético de construcción, como lo estánen su lugar la sensibilidad y las formas dela sensibilidad. En el escrito de Martin esposible deducir, aunque no muy claramente, que la conexión es un procedimientosintético. En el caso de la sustancia nosdice que, en tanto se la concibe como lopermanente, es el esquema de la sustancia.Pero junto a esta determinación temporal,que en Kant se presenta como el esquemade la sustancia, existe además la purafunción del sujeto. La sustancia es aqu ícategoría pura. "La sustancia se manifiesta, pues, de dos maneras: como lo constante y como el sustrato o sujeto último.
La relación entre estas dos determinaciones constituye el problema del esquematismo" (p. 88). Pero en cuanto a estadeterminación no es muy claro Martincomo para llegar a darle una solución alproblema kantiano. Según él, "el problema del esquematismo surge del esquemade la sustancia". Más bien pensamos queel esquematismo es un proceso dinámicoque da origen a los esquemas y procedecon ellos, esto es, un procedimiento sintético.
Más adelante cita un pasaje de Kantsegún el cual nos aclara mediante unejemplo muy intuitivo en qué sentidoKant puede decir que la Critica de larazón pura se apoya en un procedimientosintético y no en uno analítico. Sin embargo, estos dos procedimientos estaríanindisolublemente ligados de tal maneraque para Kant no existe primero la categoría pura a la cual se le añade algo en elesquema. Martin nos llega a decir que larelación entre las dos se da por el método
·de análisis ("la descomposición medianteel análisis") y síntesis ("la composiciónmediante la síntesis"), pero no como"manipulación de partes", sino como "elesclarecimiento de momentos conexos".Pero el problema sería saber, en últimainstancia, cómo están exactamente relacionados la categoría y el esquema y quésignifica en relación a ellos el concepto deconstrucción. Por nuestra parte pensamosque de la misma manera que se podríaconsiderar que los esquemas matemáticoshicieron surgir el espacio y el tiempo,podría considerarse que los esquemas dela naturaleza hacen surgir la naturalezapor construcción. Desde este punto devista, así como el carácter intuitivo de lasmatemáticas, según afirmación de Martin,significa que las matemáticas están limitadas a objetos que pueden ser construidos,se podría decir entonces que el carácteresquemático de la metafísica consistiríaen que la metafísica está limitada a objetos que puedan ser construidos.
Por otro lado, Martin afirma muy claramente que la modificación temporal delas categorías en el esquema 'limita laaplicación de las categorías a lo que estemporalmente determinado: "El resultado decisivo para nosotros es que las categorías sólo tienen significación cuandovan unidas a una modificación temporal,
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dos notas
por Luis Carlos Emerich.
artes plásticas
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entre sí." También debe considerarse ladisponibilidad anímica del espectador pararecibir por estos medios un contenidomístico que le es indiferente.
Se ha dicho que no importa el temaque trate, RoUault es siempre y sobretodo un pintor religioso. Y esto se debeno sólo al hecho de haber reencontrado elvalor dramático de los pasaje] bíblicossino a que su guía, su manera de ver lavida, de crear, de pintar son para élfenomenos religiosos, una forma significativa de implicar directamente al hombrecon los misterios del espíritu con Cristocomo intermediario. En su Miserere, lospasajes de la Pasión son llevados a losúltimos límites del sufrimiento humano ya todas sus circunstancias. Nos remite a laidea de que Dios es un hombre aunque elhombre común constituya su extremocontrario. El Cristo de Rouault es unapresencia ante todo física, carnal, peropredestinada; el martirio es una expresióncorporal y sus implicaciones espiritualesson mediatas. El sufrimiento de Cristotiene una solución divina, el sufrimientodel hombre tiene una finalidad exclusivamente carnal.
Se ha dicho, también, que los payasosde Rouault son los santos de su hagiografía, las prostitutas los mártires del mundodonde déspotas y jueces aplastan al hombre. El dominio espiritual del hombre esjurídico. El señalamiento de debilidades ypasiones sórdidas, la colección de vanidades, la demarcación de nuestra oscuridadinterior, a través de las dramáticas imágenes de sus reyes, sus payasos, sus actoresde circo, sus mujeres enjoyadas y viciosas,son incisivas develaciones, contrapartida,que nos parece curiosa, del sufrimientodel Cristo, de piedad y caridad magnificadas ante el cautiverio y la crisis que cedeal final.
Esto recuerda en algo a la tipificaciónde los personajes y de la trama de lacomedia popular, incluso una suerte demáscara teatral que por su naturaleza original delimita su campo de acción. Esposible reconocer el recurso plástico y portanto el nivel a que se habla, al nivel quebusca la respuesta del espectador a uninterrogante no por obvio menos fuerte.
Lo que interesa básicamente es elcarácter puramente plástico de su lenguaje, "El torrente de fuego y escoria", lailuminación y revelación de un mundosublime, el paroxismo del dolor, la somobra trágica y burlesca, la tristeza y elhorror, están contenidos con sensibilidad
~ extraordinaria en la violencia efectiva, másque en la espontaneidad de ejecución, deltrazo profundamente negro envolvente dela figura humana depositaria de vicios y
I"MISERERE" DE GEORGES ROUAULT.La singular personalidad plástica de undecidido humanista, un estilo directo ytajante, la reconcentración y exaltación dela vivencia corporal humana, consuman launificación de los diversos estratos de lamística que convergen al Miserere, distintivo que aúna los 58 grabados del pintorfrancés Georges Rouault expuestos porprimera vez en México en el museo deSan Carlos y actualmente en la galería dellFAL, gracias a la colaboración de laEmbajada de Francia.
De raíz y dirección eminentemente popular, esta obra tiene de primera intención una misión transmisiva directa, es unvehículo artístico de provocación popular,elemento de choque que logra la situaciónefectiva de su mensaje, pues, es, precisamente, un mensaje de regusto anecdóticola motivación exterior de la obra deRouault al igual que la de una buenaparte del expresionismo original del cualRouault es un punto culminante excepcional que sobrepasa el psicologismo y elacendrado individualismo de esta tendencia. Su actitud mística, religiosa, solitariadentro del panorama del siglo XX debidoa su grandiosidad, la revelación de losmisterios del alma a través de sus sufrimientos y sus vicios, se antojan, de pronto, a un espectador irreverente, un tantodistantes aun cuando circunstancias actuales similares a las que justificaron la actitud del pintor en su tiempo (la PrimeraGu erra Mundial) se repitan. Podemoscomprender y compartir a distancia latragedia colectiva que no nos ha tocado niaun proporcionalmente en la medida enque implicó al europeo, a quien estuvodirigida esta obra originalmente. Así, lasnecesidades exteriores de una obra plástica valiosa debida a un auténtico impulsode comunicación, sobre todo en su esencia religiosa, son asibles hoy por definición y no por convencimiento. Miramoshoy el Miserere como un documento aunconsiderando la universalidad e intemporalidad demostradas de sus proposiciones.
Quizá sea la solemnidad de la solucióntemática de esta obra lo que hoy crea laposibilidad de confusión y no, como diceEnrique F. Gual en la presentación de lamuestra, la apariencia de que las 58 láminas que componen el Miserere, o granparte de ellas, semejan obedecer a distintos mamen tos del aparato sentimental delautor. Anota que: "No debe desecharse laposibilidad de que la primera reacción deeste Miserere asuma el carácter de súbitay fugaz confusión... basta un sencilloproceso de visualización para percatarsede la unidad que las liga indisolublemente
pero que ésta, o sea el esquema, limita ala vez su aplicación a lo determinabletemporalmente" (p. 90). Esta determinación temporal de las categorías, como enotra parte nos dice, "es un hecho originario e inescindible ~ue sólo podemos mostrar en su articul~ción" (Ibidem). Ahorabien, ¿cuál es este hecho? Este debe serla esquematización de los conceptos purosdel entendimiento, un procedimientoconstructivo sintético que al mismotiempo que nos da el instrumental metodológico para la construcción del sistema de laCrítica, nos da la construcción de lossujetos del conocimiento. Lo que Martindice acerca de la esquematización de laintuición mediante la construcción en elparágrafo 3, nos parece, mutatis mutandis,completamente aplicable a la DeducciónTrascendental.
Si entendemos así esta última, comoconstrucción de la naturaleza (los esquemas), se podrían resolver mucho más claramente ciertos detalles de la Analítica; yla oposición entre lógica formal y lógicatrascendental -que Martin discute conalgunas dudas en este parágrafo 12- sevendría a dilucidar más completamente.Otra duda que nuestro autor deja entreveres la cuestión de la saturación de la tablade las categorías, lo cual viene a resolversesi consideramos que la saturación de unsistema consiste en la presentación de susobjetos completamente, cosa que sucedecomo natural cuando hace surgir los objetos junto consigo mismo. Por otra partese mostraría más claramente la contribución de la escuela de Marburgo, en particular Cohen. Casi al final del libro hayuna frase concluyente que nos hace pensar en sus conexiones directas con elneokantismo de Marburgo: " ...pues sólopodemos conocer aquello que hemos creado". ¿Conocer es crear? Finalmente, desde el punto de vista de estas consideraciones, se correspondería con el propósito deKant de escribir una ciencia de la Metafísica.
Con todo, estas observaciones tocansólo una parte de la gran obra total deMartin, cuya principal contribución, únicaen este género, es el estudio desde elpunto de vista ontológico de la obrakantiana en relación con la ontología antigua. Materia sobre la cual el autor poseeeruditos conocimientos. Pero desde luego,el libro examina también como dijimos, elcriticismo kantiano a la luz de los desarrollos recientes de la ciencia y la lógicamatemática. Su estudio es, en verdad, unamuestra clara de la profundidad inagotable del pensamiento kantiano.
Por último, la traducción de esta obraal español ha pasado un poco desapercibida en el ámbito fIlosófico de nuestro país.En este caso parece existió una terribleincomunicación editorial. Publicada en1961, sólo hasta después de 7 u 8 años sepudieron conseguir algunos ejemplares enMéxico. La traducción e impresión dejaalgunas cosas que desear, pero en generales lo suficientemente aceptable para obratan profunda, aguda y nada fácil. Carrer yRaggio han hecho una gran contribución,que merece ser alabada, a la bibliografíafilosófica kantiana de lengua española.
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