COSUDE_Estrategia_empleo_ingreso

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1 ESTRATEGIA DE EMPLEO E INGRESOS 1. Contexto específico La generación de empleo e ingresos son elementos esenciales para superar la pobreza. La información oficial del año 2003 revela que si bien los indicadores de desempleo y subempleo han tendido a estabilizarse con tasas del 12% y 46%, respectivamente, y que por efectos de la baja de la inflación el salario real no se ha deteriorado en los términos que acontecía en años pasados, el sector laboral está expuesto a una creciente precarización de las relaciones de trabajo que se evidencia en la menor calidad, estabilidad y seguridad de las relaciones laborales, el aumento de la informalidad y la incapacidad para eliminar el trabajo infantil. En el deterioro de la calidad del trabajo influyen de manera significativa algunas reformas laborales implementadas por el Estado, así como la insuficiencia y falta de continuidad de las políticas públicas de empleo, de programas y estrategias de apoyo a los sectores de la agricultura y de la micro y pequeña empresa que demandarían una atención especial debido al importante aporte que siguen desplegando estos sectores al PIB. En el deterioro laboral también ha incidido la migración de trabajadores de países vecinos que, atraídos por la dolarización de la economía ecuatoriana, están dispuestos a percibir ingresos menores a los que exige el trabajador nacional. Los programas sociales que se impulsan desde el gobierno central y que podrían contribuir a reactivar el empleo y los ingresos siguen teniendo un carácter marcadamente asistencialista y clientelar que limita sus posibilidades para dinamizar el mercado de productos y servicios. Los gobiernos locales han revelado igualmente dificultades para desarrollar propuestas, por lo que son aspectos no incorporados dentro de las agendas del desarrollo local. A la intermitencia y debilidad de las políticas públicas, se suma una pobre preocupación estatal por impulsar estrategias y líneas de apoyo al desarrollo de servicios empresariales y la formación profesional. En el primer caso existen, por ejemplo, serias restricciones para que el sector de la micro y pequeña empresa pueda acceder a líneas de crédito de la banca o contar con información actualizada y oportuna sobre precios y demanda de productos. Tales vacíos han sido cubiertos por las cooperativas de ahorro y crédito rurales, así como por programas y proyectos impulsados por instituciones privadas de desarrollo cuya cobertura es limitada frente a la magnitud de población ocupada en el sector rural. En cuanto a la formación profesional, el actual esquema de participación mixta –Sistema Nacional de Formación Profesional-, ha privilegiado su atención hacia el sector formal, en perjuicio de las necesidades de capacitación del sector informal y de los productores agrícolas. Tal vacío tampoco ha podido ser cubierto a través del sistema de educación, vinculando las necesidades del desarrollo local con la oferta educativa y técnica de los colegios e institutos técnicos. Es probable que las dificultades que ha experimentado el país para generar empleo e ingresos se agudicen en el futuro debido a los efectos que el proceso de liberalización y apertura de mercados podrían desatar sobre la economía ecuatoriana. Especialmente críticos al respecto son los bajos niveles de productividad de una buena parte de los rubros productivos en comparación con lo que sucede en otros países, así como los altos costos de producción de la economía ecuatoriana. En el ámbito interno, la persistencia de problemas estructurales como la

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Los programas sociales que se impulsan desde el gobierno central y que podrían contribuir a reactivar el empleo y los ingresos siguen teniendo un carácter marcadamente asistencialista y clientelar que limita sus posibilidades para dinamizar el mercado de productos y servicios. Los gobiernos locales han revelado igualmente dificultades para desarrollar propuestas, por lo que son aspectos no incorporados dentro de las agendas del desarrollo local. 1

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ESTRATEGIA DE EMPLEO E INGRESOS

1. Contexto específico La generación de empleo e ingresos son elementos esenciales para superar la pobreza. La información oficial del año 2003 revela que si bien los indicadores de desempleo y subempleo han tendido a estabilizarse con tasas del 12% y 46%, respectivamente, y que por efectos de la baja de la inflación el salario real no se ha deteriorado en los términos que acontecía en años pasados, el sector laboral está expuesto a una creciente precarización de las relaciones de trabajo que se evidencia en la menor calidad, estabilidad y seguridad de las relaciones laborales, el aumento de la informalidad y la incapacidad para eliminar el trabajo infantil. En el deterioro de la calidad del trabajo influyen de manera significativa algunas reformas laborales implementadas por el Estado, así como la insuficiencia y falta de continuidad de las políticas públicas de empleo, de programas y estrategias de apoyo a los sectores de la agricultura y de la micro y pequeña empresa que demandarían una atención especial debido al importante aporte que siguen desplegando estos sectores al PIB. En el deterioro laboral también ha incidido la migración de trabajadores de países vecinos que, atraídos por la dolarización de la economía ecuatoriana, están dispuestos a percibir ingresos menores a los que exige el trabajador nacional. Los programas sociales que se impulsan desde el gobierno central y que podrían contribuir a reactivar el empleo y los ingresos siguen teniendo un carácter marcadamente asistencialista y clientelar que limita sus posibilidades para dinamizar el mercado de productos y servicios. Los gobiernos locales han revelado igualmente dificultades para desarrollar propuestas, por lo que son aspectos no incorporados dentro de las agendas del desarrollo local. A la intermitencia y debilidad de las políticas públicas, se suma una pobre preocupación estatal por impulsar estrategias y líneas de apoyo al desarrollo de servicios empresariales y la formación profesional. En el primer caso existen, por ejemplo, serias restricciones para que el sector de la micro y pequeña empresa pueda acceder a líneas de crédito de la banca o contar con información actualizada y oportuna sobre precios y demanda de productos. Tales vacíos han sido cubiertos por las cooperativas de ahorro y crédito rurales, así como por programas y proyectos impulsados por instituciones privadas de desarrollo cuya cobertura es limitada frente a la magnitud de población ocupada en el sector rural. En cuanto a la formación profesional, el actual esquema de participación mixta –Sistema Nacional de Formación Profesional-, ha privilegiado su atención hacia el sector formal, en perjuicio de las necesidades de capacitación del sector informal y de los productores agrícolas. Tal vacío tampoco ha podido ser cubierto a través del sistema de educación, vinculando las necesidades del desarrollo local con la oferta educativa y técnica de los colegios e institutos técnicos. Es probable que las dificultades que ha experimentado el país para generar empleo e ingresos se agudicen en el futuro debido a los efectos que el proceso de liberalización y apertura de mercados podrían desatar sobre la economía ecuatoriana. Especialmente críticos al respecto son los bajos niveles de productividad de una buena parte de los rubros productivos en comparación con lo que sucede en otros países, así como los altos costos de producción de la economía ecuatoriana. En el ámbito interno, la persistencia de problemas estructurales como la

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alta disparidad en la tenencia de la tierra1

La posibilidad de apoyar la reactivación y mantenimiento de empleo e ingresos en el medio rural en el que interviene COSUDE, enfrenta por tanto desafíos y limitaciones como las descritas y algunas oportunidades que ameritan aprovecharse. Destaca en este orden las potencialidades que brinda el proceso de descentralización a través de la incursión de municipios y consejos provinciales en actividades que pueden contribuir a generar empleo e ingresos como la provisión de servicios básicos, el mantenimiento de la infraestructura construida, y ciertas iniciativas orientadas a impulsar el desarrollo económico local. En otro ámbito, sectores como el turismo o el manejo sustentable de la biodiversidad con fines comerciales pueden ofrecer para el país ventajas aún no plenamente exploradas, contribuyendo no solo a la generación de empleo e ingresos, sino a detener el avance de la frontera agrícola y sus consecuencias sobre el deterioro ambiental. Canales y mecanismos sobre los cuales se debería ahondar en su funcionamiento son, entre otros, el comercio justo, la producción orgánica y los productos promisorios

, y la consecuente dificultad para garantizar equidad en el acceso, distribución y uso de los recursos naturales, así como de otros problemas, de carácter tecnológico, como las debilidades para consolidar un enfoque de cadenas productivas o para desarrollar tecnologías apropiadas, pueden constituirse en severas restricciones para que Ecuador compita en condiciones favorables dentro del mercado interno e internacional. Dentro del marco de política económica que ha manejado al país en los últimos años, con un fuerte énfasis hacia el crecimiento vía exportaciones, tanto el sector privado empresarial como el Estado han privilegiado la atención a este último segmento del mercado en virtud del bajo dinamismo del consumo interno por efectos de la pobreza que afecta a gran parte de la población ecuatoriana. La oferta que abastece el mercado interno proviene en lo fundamental de los pequeños/as y medianos/as productores/as rurales que en la actualidad enfrentan cada vez con más fuerza la competencia de productos provenientes de países vecinos a precios más bajos que los locales. En este contexto, la gran parte del ingreso de los productores/as agropecuarios/as con los que trabaja la COSUDE, proviene de rubros no directamente ligados a la agricultura. Las divisas provenientes de la migración constituyen, por ejemplo, una de las fuentes más importantes de generación de ingresos que además están contribuyendo a modificar relaciones familiares y sociales con consecuencias aún desconocidas.

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2. Aprendizajes relevantes La ejecución de proyectos relacionados con la generación de empleo e ingresos han dejado algunos aprendizajes. Se destacan los siguientes:

y medicinales.

Un alto porcentaje de las acciones de desarrollo que se han impulsado en el país se han caracterizado por la limitada cobertura y localización de las actividades y resultados. Esta fuerte focalización contrasta con la necesidad de tejer interrelaciones económicas y sociales cada vez más amplias para generar respuestas duraderas al empleo y al ingreso, que implican,

1 Es elocuente al respecto constatar que mientras el 63 % de los productores que tienen superficies de menos de 5 has ocupan el 6 % de la superficie agropecuaria, el 6 % de los productores, con propiedades de más de 50 has, controlan el 60 % de la tierra agrícola. 2 Productos con identidad territorial

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entre otros elementos, el reconocimiento de que las relaciones económicas no se circunscriben a espacios territoriales cerrados, sino que implican una constante movilidad y complementariedad entre lo urbano y lo rural, lo informal y lo formal. En numerosos casos se ha evidenciado, por ejemplo, que el estilo de manejo a “puertas cerradas” de un proyecto ha conducido a priorizar una oferta de productos sin considerar las tendencias de la demanda actual y futura, derivando unas veces en la sobre-oferta de productos con impactos negativos en la recuperación de la inversión, y otras en la frustración de los productores, incapaces de ubicar su producción en el mercado. En esta perspectiva, uno de los aprendizajes más relevantes apunta a mejorar los niveles de acceso a la información por parte de los productores sobre tendencias de mercado, precios e insumos. Este aprendizaje está ligado con la formación y asistencia técnica y administrativa de recursos humanos de modo que puedan adecuarse y responder de mejor manera a los cambiantes escenarios del mercado. Con el propósito de lograr mayor efectividad en las respuestas que se diseñen y apliquen para enfrentar los problemas de empleo e ingreso se requiere insertar a los proyectos en políticas públicas sociales y económicas de mayor alcance que superen visiones asistencialistas y de tratamiento coyuntural. En esta perspectiva es clave la reorientación de las políticas estatales vinculadas con la generación de nuevos marcos normativos en inversión, subsidios e incentivos. Uno de los aspectos sobre los cuales las políticas públicas deberían incidir es el relacionado con subsidios dirigidos a los pequeños y medianos productores para acceder a servicios de formación técnica y de gestión de información. Otro de los aprendizajes acumulados hace relación con la mayor apertura de las organizaciones no gubernamentales y de las organizaciones comunitarias hacia la inclusión de elementos de la lógica empresarial en los emprendimientos productivos y de servicios que se impulsen, buscando respetar las especificidades de la cultura campesina e indígena. Este nuevo enfoque contrasta con aquellas visiones radicalmente opuestas al mercado que estuvieron presentes hasta hace unas pocas décadas atrás en el grueso de las instituciones privadas de desarrollo. Uno de los aspectos más importantes es el considerar los encadenamientos productivos que trata de superar la fragmentación con la que usualmente se abordaron las distintas esferas del proceso de producción-comercialización-distribución-consumo, buscando implementar un manejo más integral que logre incidir sobre los nudos críticos de cada eslabón de la cadena productiva. El enfoque de cadenas productivas, además, contempla el desarrollo de estrategias de conformación de redes de apoyo para el comercio y distribución y la ampliación de las escalas de producción para aumentar la oferta. Entre las condiciones de producción que pueden contribuir a mantener y aumentar los niveles de empleo e ingreso, el riego ha demostrado ser un eje fundamental ya que por un lado amplía las posibilidades de producción, diversificando e introduciendo nuevos cultivos, y por otro, constituye un elemento de motivación individual y comunitario que contribuye a la cohesión de la organización, generando un ambiente favorable para el desarrollo de otras iniciativas ligadas a la producción y la dotación de servicios. En términos organizativos, la experiencia indica que los proyectos pueden cumplir un papel fundamental en la clarificación de los roles de las diversas organizaciones comunitarias, contribuyendo a precisar las especificidades, así como las relaciones de complementariedad que pueden construirse entre organizaciones gremiales con características político-

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reivindicativo y asociaciones empresariales, más funcionales a lógicas productivas, de generación de empleo e ingreso. 3. Definiciones iniciales Empleo: supone la ocupación de las personas en actividades productivas (de producción o

de servicios) sin que necesariamente estas impliquen transacciones monetarias de por medio. El empleo puede ser formal e informal, e incluye relaciones de trabajo permanentes o temporales.

Ingreso: constituyen todos los beneficios monetarios y en especie obtenidos a través del

empleo, así como estrategias múltiples de sobrevivencia, incluyendo apoyos solidarios, aporte de remesas, etc.

Población meta: son los actores rurales pobres agrupados en unidades familiares, grupos

comunitarios y asociaciones locales, cooperativas, micro y pequeñas empresas de diversos sectores.

4. Principios La estrategia de empleo e ingresos se sustenta sobre siete principios cuyos contenidos son: Equidad Social: supone generar condiciones orientadas al acceso equitativo de los grupos

sociales vulnerables (mujeres, jóvenes, indígenas) a las oportunidades de ingreso y empleo remunerado, así como la adecuación de la oferta en función de las demandas específicas de cada uno de los sectores que integran la población meta.

Interculturalidad: implica relaciones horizontales entre grupos sociales portadores de

diversos intereses étnicos, culturales y sociales, respetando las particularidades de cada uno de ellos, sin imponer las cosmovisiones de un actor determinado. En el plano económico significa reconocer que entre los grupos sociales existen racionalidades distintas y que se expresan en diversas instituciones. En el mundo andino son relevantes la minga, el “presta manos”, la reciprocidad y la ayuda mutua.

Empoderamiento: incluye el ejercicio de roles y derechos, la participación en la gestión y

toma de decisiones, el control de recursos, la ampliación de capacidades y oportunidades, el fortalecimiento organizativo, el robustecimiento de la autoestima individual y colectiva de los grupos más vulnerables de la sociedad.

Fortalecimiento de los gobiernos locales: en el marco de esta estrategia, dicho principio

apunta a dinamizar la economía local tomando como ejes al desarrollo territorial y la institucionalización de políticas de empleo y fortalecimiento de la producción, el fomento de los servicios financieros locales y de asistencia y formación técnica. Estos elementos se pueden cristalizar a través del diseño e implementación de agendas económicas locales y la potenciación de sinergias locales entre el Estado central, los municipios, consejos provinciales, las ONG y los proyectos de apoyo al desarrollo.

Gestión del conocimiento: los aprendizajes y lecciones que genera un proyecto deben

difundirse y socializarse entre la población meta y otros actores, con el propósito de acumular conocimientos y mejorar las prácticas.

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Búsqueda de equilibrio entre el mercado y la seguridad y soberanía alimentarias: este

principio implica que las intervenciones de desarrollo deberán tener presente que la generación de excedentes y de rentabilidad, debe complementarse con el resguardo del patrimonio genético y de los conocimientos tradicionales asociados con la agrobiodiversidad, a fin de garantizar el acceso de la población en su conjunto –productores y consumidores- a productos agrícolas esenciales para la seguridad alimentaria.

Fortalecimiento de capacidades locales: a través de este principio se plantea la necesidad

de que los proyectos o intervenciones de desarrollo apunten al fortalecimiento de las capacidades de gestión, administrativas y de conocimientos, de los grupos e instituciones locales. En este sentido se privilegiará su consolidación evitando crear instancias ad-hoc o desde las ONG ejecutoras.

5. Objetivos Objetivo general Favorecer el acceso, seguridad y creación de empleo e ingreso a través de una mejor

incorporación a mercados, al aumento de la productividad y al fomento de la competitividad. Objetivos específicos Apoyar a las acciones de producción, procesamiento y comercialización de pequeños y

medianos productores agrícolas. Impulsar el desarrollo empresarial en el área rural. Fomentar el acceso a los servicios financieros en el área rural. 6. Lineamientos de acción Apoyo a la producción, procesamiento y comercialización de productos agrícolas: Fortalecer iniciativas con enfoque de mercado, de cadenas y sistemas productivos,

privilegiando los mercados locales, en perspectiva de ampliar la escala de producción y comercialización hacia lo regional, lo nacional e internacional. Este lineamiento de acción incluye la necesidad de aprovechar las oportunidades que ofrecen los mercados no convencionales ligados al comercio justo y de productos orgánicos.

Identificar las lógicas campesinas y sus sistemas productivos, a fin de orientar el apoyo hacia

rubros con potencial económico. Incentivar la constitución de negocios campesinos que impliquen un manejo adecuado de los recursos naturales y condiciones propicias para su sostenibilidad, lo que entre otros elementos supone, producción de calidad, cantidades y volúmenes de producción suficientes con relación a la demanda, fortalecimiento organizativo y adquisición de capacidades gerenciales como sustento de procesos de continuidad. Se privilegiará que los emprendimientos campesinos se ubiquen en zonas adyacentes a áreas ecológicamente vulnerables como una estrategia para disminuir las presiones sobre los recursos naturales.

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Facilitar el acceso al riego a través de la construcción y mejoramiento de infraestructura y el fortalecimiento de las organizaciones sociales campesinas que manejan los sistemas de riego para la producción.

Potenciar el apoyo a la seguridad alimentaria, de modo de garantizar mejores niveles de

autoconsumo para la población meta. Apoyar iniciativas productivas alternativas como la agroecología, con el propósito de

articular la producción a los segmentos de mercados “verdes” cuya tendencia es cada vez más creciente a nivel nacional e internacional.

Impulsar el desarrollo empresarial en área rural Apoyar la creación y el fortalecimiento de organizaciones empresariales (empresas

familiares o asociativas) y de organizaciones sociales, con el objeto de fomentar las articulaciones entre ellas. En el fortalecimiento de las organizaciones empresariales será importante considerar la implementación de nuevas estrategias e instrumentos como los planes de negocio, los procesos de certificación de productos, herramientas de negociación, elaboración de sondeos de mercado y diseño de proyectos.

Desarrollar servicios de formación profesional, buscando de manera especial la

articulación entre las exigencias del mercado laboral, el entorno local reflejado en los planes de desarrollo y la oferta de capacitación de instituciones especializadas.

Impulsar el mejoramiento de los servicios de información para la producción y

comercialización agropecuarias. Fomento del acceso a servicios financieros rurales Continuar con el apoyo al desarrollo y consolidación de instituciones financieras locales

(cooperativas, asociaciones). A este nivel también se deberá considerar la implementación de estrategias e instrumentos de manejo gerencial que contribuyan a mejorar la gestión de estas instituciones, en la perspectiva de que puedan ampliar la cobertura y modalidades de apoyo a las iniciativas del grupo meta.

Fortalecer las capacidades de gestión y administración de las instituciones financieras

locales en los ámbitos financiero, legal, técnico y su desarrollo institucional. Apoyar el establecimiento de alianzas y espacios de coordinación entre las instituciones

financieras locales y otras entidades que proporcionan servicios de formación de recursos humanos y asistencia técnica.