Cristo:CRISTOLOGÍA Por: Fray Iván Fernando Mejía Correa, O.P.

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Cristo: CRISTOLOGA

Por: Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

Cristo

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Cristo: CRISTOLOGA

Fuentes de este trabajo:

TITULO: l es Nuestra Salvacin, Cristologa y SoteriologaAUTOR: GONZLEZ S.J. Carlos Ignacio PBRO EDITORIAL: Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM CIUDAD: Bogot, D.C. - ColombiaAO: 2001PGINAS: 704

Diseo y Diagramacin: Fray Edward Augusto VLEZ APONTE, O.P.Bogot, Colombia 2013

Notas preliminares aclaratoriaspor el autor, bibliografsta y compilador:

Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

Ruta de lectura:Dentro del campo de la Teologa y las Ciencias Religiosas, la presente propuesta se encarga de la formulacin de aportes al estado del arte en cuanto a este campo se refiere y la creacin de estrategias bibliografsticas que permitan un fcil abordaje a estas ciencias humanas desde una perspectiva tanto academicista como de inters general por parte de religiosos, religiosas y laicos atrados por estos contenidos temticos.

A continuacin, encontrar varias indicaciones que le servirn para realizar un tra-bajo de lectura ms comprensivo, objetivo, y que le facilitarn el acceso a cada una de las temticas expuestas, con el fin de abordar de una mejor manera cada fuente bibliogrfica trabajada:

1. Los trabajos no son propiamente resmenes.2. Los conceptos son extractados de su original tal y como son presentados y encon-trados en los textos, lo que indica que no hay ningn tipo de adiciones particulares.3. Lo que se ha procurado consiste en una extraccin de ideas nucleares sugestivas o frases acuadas, las cuales ostentan por s un campo semntico propio y que por s mismas tienen vida y que pueden considerrseles ejes significativos para susten-tar, ampliar y profundizar cada una de las temticas all expuestas.4. El mtodo est apoyado en la teora lingstico-semitica de la Frase acuada, propuesta por la Dra. Sonia Mireya Tapias., Ph.D. La teora de la Oracin temtica en la estructura Semntico Sintctica, por el Dr. Nicols Polo, M.A., y la Frase, n-cleo generador significativo de discurso y texto, del Dr. Fabio Valencia, Ph.D., quienes hace nfasis en la oracin temtica como unidad semntica completa. Para ello, se ha desglosado un aparte terico referente estas teoras. Para mayor informacin, ver Marco Referencial.5. He querido aplicar la metodologa en cuanto a didcticas para lecturas y escrituras Cuando leo, me leo.6. Hay una triple finalidad en este trabajo bibliografstico:a). Dar a conocer los autores y sus obras y de sta manera exhortar a la lectura de los mismos.

b). Servir como herramienta facilitadora al momento de iluminar el estado del arte desde la referenciacin bibliogrfica y bibliografstica en lo referente a investigacio-nes, ensayos, crtica literaria especializada que estn enfocados a solventar un in-terrogante a una problemtica especfica en este campo de la teologa y la filosofa.c). Ser fuente de consulta para los interesados como para los estudiosos de las ciencias religiosas y filosficas.7. El modelo de presentar cada texto es dado de la siguiente manera:a). Nombre del Libro.b). Captuloc). ndiced). Ficha del Libro

Querido lector: No pierda de vista en ningn instante que este trabajo bibliografstico es ante todo una herramienta facilitadora de procesos que coayuden a dar luz al estado del arte desde una reflexin continua y un dialogo continuado con las fuentes originales, ms no una cantera para que promueva el plagio y la ociosidad.

Agradezco que esta recopilacin bibliografstica sea una constante fuente de consulta y que represente el comienzo de trabajos bibliografisticos futuros.

Fray Ivn Fernando MEJA CORREA, O.P.Autor, bibliografista y compilador

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Cristo: CRISTOLOGA

Por: Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

Sntesis del Tratado Teolgico de Cristo: Cristologa

Cristo

Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

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Cristo: CRISTOLOGA

CONTENIDO:

CAPTULO 1: El Salvador es el centro de la fe cristiana, pero su acontecimiento salvfico es obra trinitaria.CAPTULO 2: Todos los hombres experimentan el mal y buscan la salvacin. Respuestas de las religiones, de las filosofas y de la revelacin.CAPTULO 3: Pecado, esclavitud y liberacin en el Antiguo Testamento.CAPTULO 4: Un pueblo que vive esperando en la promesaCAPTULO 5: Convirtansen, porque el reino de Dios est presente (Mc 1,15)CAPTULO 6: l los ha enriequecido con su pobreza (2Co 8,9)CAPTULO 7: Obediente hasta la muerte, y muerte de cruz (Flp 2,8)CAPTULO 8: l lo hizo nuestra sabiduria, justificacin, sacrificio y redencin (1Co 1,30)CAPTULO 9: Resucitado por nuestra justificacin (Rm 4,25)CAPTULO 10: Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente (Mt 16,16)CAPTULO 11: Cristologa y soteriologa de los Padres antenicenosCAPTULO 12: Los santos Padres y concilios que fincaron la doctrina cristolgicaCAPTULO 13: Cristologas clsicas: San Anselmo y Santo TomsCAPTULO 14: Algunas cristologas que parten de la reformaCAPTULO 15: Quin es Jesucristo?CAPTULO 16: Cmo es y cmo acta Jesucristo?

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Por: Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

EL SALVADOR ES EL CENTRO DE LA FE CRISTIANA,

PERO SU ACONTECIMIENTO SALVFICO ES OBRA TRINITARIA

CAPTULO 1

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Cristo: CRISTOLOGA

La fe no es solamente un saber o afirmar, ciertas verdades; sino es ante todo la aceptacin de una persona, en la que se pone completamente la confianza, y por ello tambin se acepta cuanto ella nos dice sobre s misma.

Nuestra fe en Jesucristo ante todo acepta la persona misma de Jesucristo, en tota-lidad, tal y como le ha sido revelada; y por esa persona acepta igualmente aquellas verdades que se refieren tanto a su persona como a su misin.

Pero como punto de partida, Jesucristo se nos ha revelado como nuestro salvador: es l quien responde a los anhelos ms profundos de salvacin que el hombre ha experimentado en todos los tiempos, como don de Dios y como cumplimiento de una promesa divina.

As pues, nuestro conocimiento de Jesucristo parte de su misin; pero no se detiene ah, sino va hasta su persona misma.

Ya desde el AT tenemos una larga historia de fe, cuyo prototipo es Abraham: los Padres del AT se salvaron por su fe en YAHVE y en su promesa de salvacin. Jesu-cristo igualmente exige en el NT la fe y el cumplimiento de la salvacin por l, para ser salvos.

La verdadera fe en el AT exige el seguimiento de YAHVE: si Abraham es nuestro padre en la fe, se debe a que respondi al llamado de YAHVE, dejando su tierra y su parentela, para seguirlo hasta la tierra prometida. Jesucristo igualmente en el NT exige seguirlo como la expresin de fe en l y en su obra salvfica.

Por lo mismo la fe cristiana es aquella que est centrada totalmente en Jesucristo como Salvador: tal fe incluye necesariamente la entrega vital completa, y por lo mis-mo el seguimiento de Cristo.

EL SALVADOR ES EL CENTRO DE LA FE CRISTIANA,

PERO SU ACONTECIMIENTO SALVFICOES OBRA TRINITARIA

CAPTULO 1

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Cristo: CRISTOLOGA

El cristiano descubre tambin en el mismo Jess, quin es Dios. Preparada esta revelacin en el AT, slo tras la resurreccin de Jess conocemos plenamente al Padre como Aqul que lo ha enviado y resurreccin, y como trmino definitivo de nuestra salvacin.

Tambin descubrimos al Espritu Santo por su participacin en la obra salvfica rea-lizada por Jesucristo.

Es la tercera persona de la Trinidad la que ha actuado en el Verbo de Mara, quien ha inspirado y guiado a Jess durante su vida pblica, y quien, tras el retorno de Je-ss al Padre, hace presente en la Iglesia la obra Salvfica.

La revelacin en Jess y su obra salvfica son pues trinitarias.

EL SALVADOR ES EL CENTRO DE LA FE CRISTIANA,

PERO SU ACONTECIMIENTO SALVFICOES OBRA TRINITARIA

CAPTULO 1

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Cristo: CRISTOLOGA

Por: Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

TODOS LOS HOMBRES EXPERIMENTAN EL MAL Y BUSCAN LA SALVACION.

RESPUESTAS DE LAS RELIGIONES, DE LAS FILOSOFAS Y DE LA REVELACIN.

CAPTULO 2

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Cristo: CRISTOLOGA

TODOS LOS HOMBRES EXPERIMENTAN EL MAL

Y BUSCAN LA SALVACION. RESPUESTAS DE LAS RELIGIONES,

DE LAS FILOSOFASY DE LA REVELACIN.

CAPTULO 2

La promesa de salvacin que YAHVE hizo en el AT y su cumplimiento trinitario por Jesucristo en el NT no han cado en un vaco de esperanzas; sino que corresponden a las ms ntimas y legtimas aspiraciones de los hombres de todos los tiempos.

Porque todos los hombres han experimentado y experimentamos el mal, en todos los tiempos: pero ni conocemos plenamente las causas del mal, ni cmo liberarnos.

Por ello los hombres de todos los tiempos han intentado buscar las races del mal y poner a ellas un remedio.

Sin la revelacin el hombre puede encontrarlas slo parcialmente. La revelacin no es pues contradiccin de los anhelos humanos sino su cumplimiento.

Todas las religiones de la historia han intentado afrontar este problema, y ofrecerle una solucin: algunas buscan el camino de liberacin en el hombre mismo, otras en un auxilio de lo alto.

Siendo posible encontrar en el lenguaje humano aquellas expresiones que plena-mente revelan la divinidad y su intervencin en el mundo para la salvacin del hom-bre, todas las religiones han usado para manifestar estas verdades trascendentes algunos instrumentos simblicos de expresin: tales son por ejemplo las parbolas, mitos, signos de tipo sacramental, etc. Tales expresiones corresponden a lo ms n-timo del ser humano.

Tambin las filosofas y las ciencias han tratado de dar a su modo respuesta a dicho problema. Muchas de sus proposiciones pueden ser dignas y responsables; pero ninguna nos ofrece una liberacin completa.

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Cristo: CRISTOLOGA

Dios en su bondad ha querido acudir a nuestra salvacin revelndonos la raz del mal (el pecado), que va ms all de las solas estructuras y manifestaciones histricas del mismo; y tambin su liberacin por la intervencin gratuita del mismo Dios en la historia humana.

No es pues una intervencin alienante, ni tampoco se confunde con una sola his-toria (marcada por el signo del pecado). Y alcanza su plena revelacin histrica en Jesucristo.

El AT debe leerse como historia de salvacin: no slo como historia positiva de la liberacin de un pueblo.

Desde el principio es cristolgica: prepara en diversos sentidos la plena manifesta-cin en Jesucristo.

Ms an, el AT era la palabra de Dios para la primera comunidad cristiana. He aqu por qu el AT ilumina el NT y a su vez es iluminado por ste.

TODOS LOS HOMBRES EXPERIMENTAN EL MAL

Y BUSCAN LA SALVACION. RESPUESTAS DE LAS RELIGIONES,

DE LAS FILOSOFASY DE LA REVELACIN.

CAPTULO 2

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PECADO, ESCLAVITUD Y LIBERACIN EN EL

ANTIGUO TESTAMENTO

CAPTULO 3

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Cristo: CRISTOLOGA

El hombre siente pues el mal y anhela liberarse; pero es incapaz de hacerlo, al menos de manera integral. He aqu que Dios presenta en su historia para revelarle la raz del mal; e interviene, en primera persona, para salvarlo, por medio de su Hijo Jesucristo.

El hombre sufre males naturales, sobre los cuales Dios tiene tambin dominio: es-tn bajo su providencia.

Pero el dao ms grave es el histrico, que el hombre, produce responsablemente, y su raz es el pecado.

Ya desde el primer hombre existi esa triste realidad, que consisti no en la viola-cin de una ley formal; sino en la desconfianza e infidelidad del hombre, que rompi con su creador.

Israel contino pecando segn este pecado prototipo. Pero la ruptura con Dios es pues la raz de toda injusticia, de toda esclavitud.

Movido de misericordia, YAHVE prometi ser el salvador de ese pueblo, Israel, al que escogi gratuitamente.

Este es el corazn de su Palabra reveladora. Toda la Sagrada Escritura, Antiguo y Nuevo Testamento, son una serie de promesas y cumplimientos parciales de esta salvacin, que llega a su plenitud en Cristo, y se realizar totalmente al final de los tiempos.

YAHVE cumpli esa promesa ya en el AT. Tenemos en l una multitud de acciones salvficas de Dios, de las cuales la prototipo es la liberacin de Egipto.

PECADO, ESCLAVITUD Y LIBERACIN EN EL

ANTIGUO TESTAMENTO

CAPTULO 3

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Cristo: CRISTOLOGA

Tal liberacin no termina en slo la formacin (poltica) de un pueblo, sino en el es-tablecimiento de una Alianza con l, para hacerlo su pueblo; el cual finalmente ser portador de dicha salvacin a todas las naciones.

Toda la religin de Israel, manifiesta sobre todo en el culto, no es sino la expresin de dicha Alianza, y slo en sta tiene sentido. Sin ella sera un ritual vaco.

Ya en Israel, por consiguiente, hay una verdadera santidad: en efecto, es llamado pueblo Santo.

Se trata sin embargo de una santidad por la gracia (anticipada) de Cristo, de la cual el pueblo justo participa por la fe en la promesa cuyo trmino es la persona de Jesu-cristo.

La salvacin por Jesucristo se encuentra ya presente, pues, en el AT.

En cuanto a la revelacin, Dios utiliza como medios pedaggicos figuras (que son cosas o acciones) y tipos (mediaciones humanos de salvacin) que preparan el ca-mino para la posibilidad de comprender y de aceptar la misin salvfica de Jesucristo.

PECADO, ESCLAVITUD Y LIBERACIN EN EL

ANTIGUO TESTAMENTO

CAPTULO 3

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Cristo: CRISTOLOGA

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UN PUEBLO QUE VIVE

ESPERANDO EN LA PROMESA

CAPITULO 4

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Cristo: CRISTOLOGA

UN PUEBLO QUE VIVE

ESPERANDO EN LA PROMESA

CAPITULO 4

Ante la realidad del pecado en el mundo, Dios intervino libremente y en primera per-sona para salvarlo; ya desde el AT en forma real, pero que es a su vez preparatoria de la plena liberacin en Jesucristo.

Hemos de distinguir ante todo entre esperanza y expectativas; aqulla es el fruto de acoger y confiar en la promesa divina; stas, las encarnaciones populares de dicha esperanzas, en diversos momentos histricos y particulares, que como producto de las ilusiones del pueblo muchas veces quedan defraudadas.

El objeto de la esperanza mesinica, la ms comnmente conocida, es que Dios ha de reinar sobre su pueblo, y en tal reinado encontrar Israel su salvacin.

Segn las diversas pocas, durante un largo perodo se espera que sea el rey-ungido (Mesas) el portador de la promesa; fallando la monarqua; todo el pueblo se siente el heredero y portador de las promesas mesinicas.

Finalmente en ciertas pocas tardas se espera un portador personal de esa prome-sa, no siempre bien definido en sus rasgos.

Se suelen por eso distinguir varias etapas en el desarrollo del mesianismo: el regio, el del exilio y el tardo.

Durante esas etapas el pueblo debe afrontar muchas desilusiones debidas a la infidelidad de los herederos de trono, por lo cual se idealizan los tiempos mesinicos, y se proyectan en el futuro.

Slo Jesucristo en el NT, nos da la clave para comprender en su pleno sentido el significado de la promesa mesinica.

Los profetas alientan en Israel la esperanza de salvacin.

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Cristo: CRISTOLOGA

La figura proftica es tambin tipo de Cristo a su vocacin, su misin como mensa-jeros de la salvacin y del juicio de Dios, y finalmente en cuanto a la libre aceptacin del sufrimiento proftico.

Corazn de la proclamacin proftica: slo YAHVE salva (no los dolos, no la rique-za, no el cumplimiento formal de la ley).

En el DEUTEROISAAS (especialmente en la figura del Siervo de YAHVE) descu-brimos la ms alta figura proftica y tipo de Cristo.

Tambin encontramos en el AT otros tipos importantes de esperanza salvfica: en los salmos, en la obra de un Mesas sacerdote, etc.

UN PUEBLO QUE VIVE

ESPERANDO EN LA PROMESA

CAPITULO 4

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Cristo: CRISTOLOGA

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CONVIRTANSEN,PORQUE EL REINO DE DIOS

EST PRESENTE(Mc 1,15)

CAPITULO 5

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Cristo: CRISTOLOGA

El mensaje de Jess tiene su centro en la proclamacin del Reino que en l mismo se hace presente y viene.

Este Reino, sin ser desligable de la Iglesia (LG 8) trasciende sus lmites visibles.

Porque se da en cierto modo dondequiera que Dios est reinando mediante su gracia y amor, venciendo el pecado y ayudando a los hombres a crecer hacia la gran comunin que les ofrece en Cristo.

Lleg el da en que se realizaron en plenitud las promesas de Dios, que en el AT haban tenido cumplimiento reales pero parciales y no definitivos: las ms puras es-peranzas mesinicas en que YAHVE salva reinando sobre la tierra fueron satisfechas en Jess: l es YAHVE que salva, l hace presente el Reino.

Ya en el AT hubo una transformacin de sentido en la esperanza del Reino de Dios: de un territorio (Israel) en el que Dios ejerciese su dominio, y mediante l en todos los pueblos, sobre todo mediante el Rey-ungido, pasa a significar el seoro de Dios sobre la tierra.

Pero no se espera ms que tal ideal sea totalmente realizable en el tiempo pre-sente: por eso se afirma ya presente, pero su completa realizacin se proyecta en el futuro (escatolgico)

Jess inicia un da su misin, que es la predicacin de que en l se ha hecho pre-sente el Reinado de Dios, que es un reino de salvacin, dirigido a la transformacin del corazn humano (conversin).

Pero debe luego cambiar la historia misma del mundo, construida de manera con-traria al proyecto divino, por razn del pecado.

CONVERTIOS, PORQUEEL REINO DE DIOS

EST PRESENTE(Mc 1,15)

CAPITULO 5

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Cristo: CRISTOLOGA

Tal reino tiene como mxima ley el amor a Dios y al hermano. Pero no es totalmente realizable en el mundo presente.

Mediante parbolas Jess explic lo que era el Reino, que crece en el corazn del hombre como la semilla que siembra el sembrador, donde encontrar tierra buena; pero slo Dios quien da el crecimiento.

Tanto la predicacin de Jess como sus opciones, su manera de actuar y sus mila-gros, muestran quines son los destinatarios del Reino: los pobres (en sentido am-plio); pero no solamente los de Israel: en Jess la invitacin a entrar en el Reino se extiende a todos los pueblos.

Para mostrar que el Reino haba llegado, Jess realiz muchos milagros, que son los signos del Reino en accin, a favor de sus destinatarios.

Si bien la carta magna del Reino es el amor, sin embargo ste se concretiza en el sermn de la montaa: en ste tanto Mateo como Lucas nos dicen cmo han de vivir en el Reino de Dios quienes a l pertenecen.

CONVERTIOS, PORQUEEL REINO DE DIOS

EST PRESENTE(Mc 1,15)

CAPITULO 5

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Cristo: CRISTOLOGA

Por: Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

L LOS HA ENRIEQUECIDO CON SU POBREZA

(2Co 8,9)

CAPITULO 6

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Cristo: CRISTOLOGA

Jess ha afirmado que en l se hace presente el Reino de Dios.

l es pues, en su persona, en sus palabras y en sus hechos, el Reino de Dios que nos salva. Pero por lo mismo es l, personalmente, nuestra ms alta teologa.

En el AT se advierte un desarrollo teolgico en el valor de la pobreza: al principio aparece como un castigo de la infidelidad a YAHVE; en la ley se nos muestra como una responsabilidad de YAHVE; en la ley se nos muestra como una responsabilidad de todo el pueblo.

Finalmente a partir del exilio se profundiza el pensamiento teolgico de la pobreza de espritu como total apertura a YAHVE.

Jess opt personalmente por una vida de total pobreza, que es su completa entre-ga al Padre y a los hombres.

Esta se manifiesta en la total dedicacin a la misin a favor de su pueblo, en una vida transcurrida en pobreza real, y en la total libertad del corazn de todo cuanto pueda ligarlo e impedirle la fidelidad a la misin que el Padre le encomend a favor de los hombres.

La opcin de Jesucristo nos ensea quines son los pobres (segn el evangelio) a quienes Jess ofrece la buena nueva.

Pero no basta contemplar el ejemplo de Cristo. Este predic positivamente que de esos pobres es el Reino.

L LOS HA ENRIEQUECIDO CON SU POBREZA

(2Co 8,9)

CAPITULO 6

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Para la salvacin es necesaria la pobreza; y por ello tambin lo es para la misin apostlica. De ah que Jess haya exigido esta pobreza de sus discpulos y de cuan-tos queran seguirlo y continuar su misin.

Las primeras comunidades vivieron este espritu de pobreza en maneras diversas segn las diferentes concretizaciones histricas. E igualmente los discpulos, como san Pablo, la hicieron real en su propia vida y ministerio apostlico.

L LOS HA ENRIEQUECIDO CON SU POBREZA

(2Co 8,9)

CAPITULO 6

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Cristo: CRISTOLOGA

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OBEDIENTE HASTA LA MUERTE, Y MUERTE DE CRUZ

(Flp 2,8)

CAPITULO 7

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Cristo: CRISTOLOGA

Un mundo que vive el signo del pecado y que rechaza la intimidad con Dios no pue-de sino rechazar tambin su mensaje y su mensajero.

En la fidelidad de ste por obediencia al Padre hasta la muerte, y en su asumir amorosamente las consecuencias de nuestro rechaz encontramos la salvacin.

Sin embargo la cruz es un misterio demasiado profundo para poder ser comprendi-do completamente.

Siendo un misterio trascendente, querer reducirlo a una sola dimensin sera dis-torsionarlo.

Par acercarnos a l no basta pues ni detenerlos en los datos puramente histricos, ni limitar nuestra teologa a slo interpretaciones.

El himno cristolgico de FLP 2,6-11 nos puede dar una clave de lectura que enfoque nuestro estudio: el vaciamiento (Knosis) de Cristo desde la encarnacin, que se consuma en la cruz, se expresa de manera profundsima y misteriosa en la obedien-cia radical de Cristo hasta la muerte.

Segn los planes salvfico de Dios, ste lo exalt y lo constituy Seor de todo cuanto existe en el cielo y sobre la tierra.

As Dios confirm como salvfica la misin del Hijo vaciado en la carne: misin que se expresa tanto en su predicacin como en su actuacin hasta la muerte.

Sin embargo tal fidelidad a la misin, encarnada tambin en un contexto histrico, enfrenta el choque contra el rechazo de quienes no lo aceptan.

Por ello desde el punto de vista histrico Jess es condenado a muerte porque su conducta se opone a la interpretacin de la ley en su tiempo.

OBEDIENTE HASTA LA MUERTE, Y MUERTE DE CRUZ

(Flp 2,8)

CAPITULO 7

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Cristo: CRISTOLOGA

Jess es condenado por arrojar demonios, por blasfemar, por actuar como un falso profeta, por violar el sbado, por entrar mesinicamente en Jerusaln y en el tempo.

Adems, desde el punto sicolgico, por la envidia que provoc en los lderes del pueblo la popularidad y aceptacin de Jess en todos sus niveles de los hombres de su tiempo, especialmente en las turbas ms desposedas.

Jess mismo indic a sus discpulos lo que para ellos deba significar la cruz: no solamente la confesin de fe terica en las interpretaciones bblicas de su muerte, sino ms todava el seguimiento hasta la cruz.

Si bien la correcta confesin de la fe en la cruz de Cristo es necesaria para una plena fidelidad, ni sta ni la fe son verdaderas si el discpulo no sigue a Jess hasta la muerte, movido por los mismos motivos de la misin del evangelio.

OBEDIENTE HASTA LA MUERTE, Y MUERTE DE CRUZ

(Flp 2,8)

CAPITULO 7

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Cristo: CRISTOLOGA

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L LO HIZO NUESTRA SABIDURIA,JUSTIFICACIN, SACRIFICIO

Y REDENCIN(1 Co 1,30)

CAPITULO 8

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Cristo: CRISTOLOGA

La revelacin divina sobre la cruz no se detuvo con el final del evangelio histrico. Tras la resurreccin de Cristo, el Padre inspir por su Espritu a los escritores sagra-dos cul haba sido en su voluntad misteriosa el designio de la cruz, y por consiguien-te cmo deba ser interpretada.

Pero siendo tan grande este misterio, no puede volcarse en un solo vocablo o en una sola categora humana. He aqu por qu encontramos en el NT un rico panorama de interpretaciones de la cruz, cada una de las cuales ilumina un aspecto comple-mentario de los otros.

Ante todos hemos de interpretarla como un evento trinitario en que la obra del Padre y del Hijo se manifiesta en la relacin misin-obediencia.

La categora de mediacin: ya dese del AT YAHVE haba realizado su accin libera-dora de Israel por el ministerio de mediadores a quienes l haba llamado libremente a este servicio.

En el NT encontramos en Jess el nico Mediador definitivo del Padre. Pero tal funcin se limita a la cruz: toda la vida de Cristo, tanto terrena como resucitada, es un constante servicio de mediacin por nosotros ante el Padre.

La cruz nos la revela, sin embargo, en su cumbre.

La categora de salvacin: la encontramos ya en el AT, pues YAHVE es el salvador (de todos los males) de su pueblo.

Jess realiza durante su vida acciones salvficas; tras la resurreccin los discpulos saben que su evangelio es la salvacin que YAHVE les ofrece en cumplimiento de la promesa; finalmente reconocen que l es nuestra salvacin.

La categora de redencin (liberacin): tambin en el AT YAHVE se haba manifes-

L LO HIZO NUESTRA SABIDURIA,JUSTIFICACIN, SACRIFICIO

Y REDENCIN(1 Co 1,30)

CAPITULO 8

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Cristo: CRISTOLOGA

tado liberador de su Pueblo, en mltiples acciones con mano fuerte y brazo exten-dido, por ser l su goel, el pariente ms prximo, el responsable de la integridad de su familia.

Jess asume en el NT esta funcin de YAHVE, y as es constituido por el Padre en nuestro redentor y liberador.

La categora de sacrificio: es tal vez la ms comn, y que de una u otra manera se repite en todo el NT.

Para comprenderla es necesario acudir al AT para descubrir que el sacrificio funda-mental es el de la alianza, del cual todos los dems son memoriales.

As se comprende que los autores neotestamentarios contemplen la cruz como el sacrificio sacerdotal de Cristo que revela la alianza Nueva del Padre con todos los hombres.

L LO HIZO NUESTRA SABIDURIA,JUSTIFICACIN, SACRIFICIO

Y REDENCIN(1 Co 1,30)

CAPITULO 8

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Cristo: CRISTOLOGA

Por: Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

RESUCITADO POR NUESTRA

JUSTIFICACIN (Rm 4,25)

CAPITULO 9

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Cristo: CRISTOLOGA

La muerte de Jess de manos de la injusticia y del pecado no es la ltima palabra en el mundo.

Por eso el Padre lo resucit de entre los muertos.

En los sinpticos se descubre una clara continuidad del resucitado con el Jess terreno; de la misin realizada por el resucitado con la misin de llevar adelante du-rante la vida pblica.

Finalmente de la presencia del Reino en la persona de Jess, continuada en la pre-sencia del mismo, mediante la accin de la Iglesia. Es el Cristo resucitado quien nos revela el misterio trinitario.

La literatura jonica nos revela la unidad perfecta entre la cruz y la resurreccin, unidas en la hora de Jess.

Dicha hora contina viva en la pascua celeste y definitiva, donde el Cordero es ca-beza de la liturgia eterna.

Como en los sinpticos, tambin en Juan el Cristo resucitado encomienda la sacra-mentalidad de la Iglesia a la misin de los discpulos, y la gua del rebao al pastor primado.

Subraya Juan la muerte sacrificial de Jess por nuestros pecados, que contina su eficacia en la intercesin por nosotros como abogado ante el Padre.

En los escritos paulinos se subraya igualmente la perfecta continuidad entre la muerte y resurreccin; podramos sintetizarla en el clsico texto muerto por nuestros pecados, resucitado por nuestra justificacin (Rom 4,25).

RESUCITADOPOR NUESTRA

JUSTIFICACIN(Rm 4,25)

CAPITULO 9

Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

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Cristo: CRISTOLOGA

Pero la salvacin definitiva se vive ahora realmente, mas slo en esperanza de plenitud, que se realizar con la resurreccin de nuestros cuerpos a semejanza (y segn el paradigma) del cuerpo resucitado de Cristo.

Entretanto el fiel cristiano vive esa esperanza con un estilo de vida que debe pro-clamar y testimoniar vivencialmente esa fe en la resurreccin, a la que ha sido incor-porado por el bautismo.

La carta a los Hebreos tambin contempla esta perfecta continuidad, pues el Cristo resucitado contina ejerciendo eternamente su sacerdocio, en perfecta unidad con el nico y verdadero sacrificio ofrecido sobre la cruz de una vez para siempre.

RESUCITADOPOR NUESTRA

JUSTIFICACIN(Rm 4,25)

CAPITULO 9

Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

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Cristo: CRISTOLOGA

Por: Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

TU ERES EL CRISTO,EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE

(Mt 16,16)

CAPITULO 10

Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

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Cristo: CRISTOLOGA

Tras la resurreccin de Cristo, y a la luz del Espritu Santo, los apstoles y luego la Iglesia comprendieron el mensaje, la misin y la persona misma de Jess, y as nos lo transmitieron en la Palabra escrita del NT, que se convierte entonces para nosotros en la norma de fe.

Aunque todos los autores del NT confiesan un mismo Cristo y una misma obra sal-vfica a partir de la experiencia de la pascua, sin embargo encontramos en cuanto a la concepcin y expresin teolgica un rico pluralismo.

Marcos nos presenta a Jess profundamente humano, y sin embargo ms que hu-mano, Hijo de Dios.

Durante su vida terrena Jess conserva el secreto mesinico; pero una vez resuci-tado los discpulos reconocen en l al Hijo de Dios e Hijo del Hombre.

Marcos contempla la obra salvfica de Jess como el perdn y la destruccin del poder del pecado; y la pasin, muerte y resurreccin de Jess como correspondiente a un proyecto salvfico.

Mateo considera ya desde la infancia de Jess un plan que es el cumplimiento de las promesas davdicas.

l es el nuevo Israel, que se realiza en la universalidad de la Iglesia.

Por lo mismo para Mateo los ttulos que mejor cuadran a Jess son el del Hijo de David, Hijo del Hombre e Hijo de Dios, e indirectamente tambin el de nuevo Moiss.

Lucas contempla a Jess como cumplimiento del plan del Padre, ya desde la infan-cia, en el que interviene como realizador el Espritu.

TU ERES EL CRISTO,EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE

(Mt 16,16)

CAPITULO 10

Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

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Cristo: CRISTOLOGA

Jess realiza su misin salvfica sobre todo en favor de los pobres, por lo cual es el signo de la misericordia y del perdn del Padre, que se ofrece universalmente a todos los hombres.

Prefiere presentar a Jess como el profeta revestido del Espritu, el Seor de la casa de David, el Seor y Cristo.

La soteriologa de Lucas es la ms completa entre los sinpticos: nos ofrece una salvacin histrica y liberadora, escatolgica y universal.

La cristologa de Juan parte de la preexistencia de Cristo como Logos del Padre; pero luego se acento est en la carne de Cristo asumida en la encarnacin.

Los ttulos de Cristo preferidos por Juan son: el Cristo, el Hijo del Hombre, el profeta, el rey de Israel.

Soteriolgicamente nos presenta a Cristo como el que quita el pecado del mundo y el vencedor de Satans y de su dominio sobre el mundo, del que el Verbo encarnado es la luz y la vida.

El cristiano se incorpora en el misterio salvfico recibiendo la gracia de Cristo, que es gracia capital, y mediante la permanencia en la fe y el amor de Jesucristo.

Pablo parte del misterio pascual para descubrir quin es Jesucristo, en el misterio de la preexistencia y la encarnacin.

l nos revela, resucitado, al Padre, porque toda su obra salvfica corresponde al plan del Padre.

Igualmente nos revela al Espritu que acta en la Iglesia.

TU ERES EL CRISTO,EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE

(Mt 16,16)

CAPITULO 10

Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

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Cristo: CRISTOLOGA

Resucitado Jesucristo es constituido cabeza de la Iglesia, y se nos revela primog-nito de la creacin.

En cuanto a los ttulos de Cristo, Pablo prefiere los de Hijo de Dios, Cristo, el Seor, segundo Adn, imagen de Dios.

Su obra salvfica se realiza en nuestra reconciliacin con el Padre y en nuestra justificacin.

TU ERES EL CRISTO,EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE

(Mt 16,16)

CAPITULO 10

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Cristo: CRISTOLOGA

Por: Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

CRISTOLOGAY SOTERIOLOGA

DE LOS PADRES ANTENICENOS

CAPITULO 11

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Cristo: CRISTOLOGA

Segn los designios de la providencia, los Santos Padres tuvieron la misin de hacer el puente entre, por una parte, la predicacin apostlica que qued fijada en el NT, y por otra el desarrollo teolgico de la Iglesia.

Son as los primeros testigos de la Tradicin postapostlica, y los fundadores de la teologa sucesiva al depsito de la revelacin.

Pero si bien nos ofrecen las columnas de la cristologa y de la soteriologa, por di-versas circunstancias histricas de los inicios carecen an de la suficiente unidad en la doctrina y de precisin en el vocabulario.

No obstante son testigos de una completa unidad de fe eclesial, que prepar el camino a las frmulas dogmticas que consolidaran dicha unidad a nivel de toda la Iglesia.

Las primeras herejas sirvieron de acicate al pensamiento de los Padres, que debie-ron luchar contra los residuos de un monotesmo radical que no dejaba espacio a la doctrina trinitaria, y contra el gnosticismo, que pretendi reducir el misterio cristiano a los elementos de una filosofa humana.

De estas races brotaron las principales herejas, como el docetismo que escan-dalizado de que Dios pudiese tomar una carne (considerada mala, por ser material), afirmaba la encarnacin de Dios en una apariencia de hombre.

Marcin representa un extremo del escndalo que es la doctrina de la encarnacin para un pensamiento pesimista sobre la materia.

Los Padres apostlicos (San Clemente, San Ignacio de Antioqua) insisten en la realidad de la carne de Cristo, asumida por el Verbo. De otro modo quedara en peli-gro nuestra salvacin.

CRISTOLOGAY SOTERIOLOGA

DE LOS PADRESANTENICENOS

CAPITULO 11

Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

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Cristo: CRISTOLOGA

Los Padres Apologistas (Justino) presentan a los paganos a Cristo como el cumpli-miento de la sabidura humana, pero distinto de ella.

San Ireneo da un fuerte impulso a la soteriologa, considerando la salvacin del hombre desde dos puntos de vista fundamentales para la teologa posterior: como intercambio de naturaleza entre el Hijo de Dios y el hombre: aqul se hace hombre para que el hombre, sea divinizado.

Y como recapitulacin en el Dios hecho hombre, de todo aquello que por el pecado del hombre se haba apartado del plan original divino (el de la creacin).

Los Padres Alejandrinos (Clemente, Orgenes), ms neoplatnicos, conciben la sal-vacin preferentemente como un conocer que incluye todo un estilo de vida, por lo cual presentan a Jess como un maestro, y como el camino del Padre, tienden acen-tuar la divinidad de Cristo, sin negar su humanidad.

Orgenes inicia, adems, a poner un cierto nfasis en el misterio salvfico de la cruz.

En sntesis, de la necesidad de fincar una verdadera salvacin en Cristo, los prime-ros Padres llegan a la afirmacin cristolgica de la divinidad y de la humanidad del Verbo encarnado.

CRISTOLOGAY SOTERIOLOGA

DE LOS PADRESANTENICENOS

CAPITULO 11

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Cristo: CRISTOLOGA

Por: Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

LOS SANTOS PADRESY CONCILIOS QUE FINCARON

LA DOCTRINA CRISTOLGICA

CAPITULO 12

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Cristo: CRISTOLOGA

Apenas decretada por Constantino la libertad para la religin cristiana, fue necesa-rio reunirse para discutir aquellos problemas que surgan de las primeras herejas, y para unificar los puntos fundamentales de la doctrina cristiana.

El concilio de Nicea (325) fue convocado para dar respuesta al arrianismo.

Esta hereja enseaba que el Verbo no era Dios en sentido estricto, sino una es-pecie de dios intermedio, el primero hecho, por medio del cual Dios haba creado al mundo.

Fue desde el principio lleno de gracia, y adoptado como Hijo por el Padre en previ-sin de sus mritos.

Contra tal doctrina el concilio redact y proclam el credo que recitamos an en la eucarista, y que define la unidad absoluta de Dios, pero en tres personas, de las cuales el Hijo es engendrado y de la misma substancia del Padre.

Ese mismo Verbo se encarn en el seno de Mara, muri y resucit por nosotros, y fue constituido Seor.

San Atanasio ensea que el hombre fue creado incorruptible por gracia, segn la imagen del Verbo.

Destruida tal imagen por el pecado, el Padre quiso reconstruirla, y para eso envo de nuevo al Verbo, el cual se encarn en la carne de pecado, corruptible, para hacer-la participante de su incorruptibilidad.

El concilio de feso (431) fue convocado para dirimir el problema suscitado por la hereja nestoriana.

LOS SANTOS PADRESY CONCILIOS QUE FINCARON

LA DOCTRINA CRISTOLGICA

CAPITULO 12

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Cristo: CRISTOLOGA

Nestorio patriarca de Constantinopla, haba prohibido el culto a Mara la Madre de Dios, afirmando que haba sido madre solamente de Cristo en cuanto hombre.

Sea cual fuese la posicin interior de Nestorio, tal doctrina pona en serio peligro la unidad personal del Hijo de Dios y el Hijo de Mara, en Jesucristo.

El decreto de feso defiende dicha unidad personal de las dos naturalezas de Cris-to, al afirmar a Mara como Madre de Dios, por ms que Mara haya engendrado a Jesucristo segn la carne: pero es carne de Dios.

El concilio de Calcedonia (451) se reuni para definir bien la doctrina cristolgica, defendindola de algunas ambigedades que haban surgido por el uso un poco menos preciso del vocabulario teolgico, y que ocasionalmente haban dado pie a diversas expresiones herticas.

As determin en una frmula bien precisa que en Jesucristo hay una sola persona, en dos naturalezas (la divina y la humana) que son completas (la humana consta de alma, racional y cuerpo), consubstancial con el Padre segn su divinidad e igual en todo a nosotros segn la humanidad.

Ambas naturalezas coexisten en total unidad en l, pero sin confusin, divisin, separacin ni cambio tras la unin.

El concilio de Constantinopla III (680-681) debi afrontar el problema surgido de una mala interpretacin de Calcedonia: aceptando las dos naturalezas de Cristo, algu-nos telogos afirmaban en l una sola voluntad. Tal doctrina, objetivamente hertica, daba pie a la afirmacin de una naturaleza humana incompleta en Cristo.

El Concilio defini las dos naturalezas con dos acciones y dos voluntades, si bien en una misma persona.

LOS SANTOS PADRESY CONCILIOS QUE FINCARON

LA DOCTRINA CRISTOLGICA

CAPITULO 12

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42

Cristo: CRISTOLOGA

Por: Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

CRISTOLOGAS CLASICAS: SAN ANSELMO

Y SANTO TOMS

CAPITULO 13

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Cristo: CRISTOLOGA

San Anselmo de Canterbury es el primero que ha escrito una obra sistemtica so-bre la redencin.

Su finalidad era tratar de aplicar el razonamiento para iluminar la comprensin de la verdad revelada.

El santo niega que el Padre haya mandado a su Hijo morir en la cruz, sino lo mand al mundo con la misin de predicar el evangelio; el Hijo encontr la muerte por fideli-dad (obediencia) a esa misin, rechazada por los hombres.

Habiendo pecado los hombres, stos eran incapaces de satisfacer por su pecado; porque slo se satisface ofreciendo ms de aquello que es debido; pero todo lo que el hombre tiene o hace le es debido.

Luego slo puede satisfacer por l Jesucristo porque su muerte no le es debida: y as puede aceptarla por pura generosidad y liberalidad.

Santo Toms considera como la doctrina ms probable que el Verbo se encarn slo por razn de nuestros pecados, para salvarnos.

Concibe el pecado como una falta de amor, manifestada o concretizada en diversos actos pecaminosos.

Luego toda la redencin debe ser obra del amor divino para rehacer el amor huma-no destruido.

Jesucristo realiza esta obra haciendo nuestra su gracia, porque la suya siempre es gracia.

De ah que la categora ms tpica de Toms para interpretar la cruz es la del mrito de Cristo por haber amado hasta la muerte.

CRISTOLOGAS CLASICAS: SAN ANSELMO

Y SANTO TOMS

CAPITULO 13

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44

Cristo: CRISTOLOGA

Bajo esta luz explica otras caractersticas de la cruz, como la satisfaccin, la reden-cin y el sacrificio.

Resucitado, el cuerpo de Cristo es nuestro sacramento, que se nos comunica prin-cipalmente por los signos sacramentales en la Iglesia.

Desde el punto de vista ontolgico el santo interpreta los concilios cristolgicos, uti-lizando las categoras aristotlicas, lo que en su tiempo era la ciencia filosfica ms avanzada.

CRISTOLOGAS CLASICAS: SAN ANSELMO

Y SANTO TOMS

CAPITULO 13

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Cristo: CRISTOLOGA

Por: Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

ALGUNAS CRISTOLOGAS QUE PARTEN

DE LA REFORMA

CAPITULO 14

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Cristo: CRISTOLOGA

Lutero no es un reformador de las costumbres de la Iglesia, como testimonia el mismo Lutero. l no cree en la justicia de las obras, sino nicamente en la fe en Je-sucristo.

En tal contexto floreci abundantemente el nominalismo en el que Lutero se educ y en el que termin por no creer. Sin embargo hered de su formacin nominalista la desconfianza profunda en la razn humana para conocer la verdad.

De ah que la quiera eliminar de la fe: sta slo puede acercarse a la verdad a partir de la sola y pura palabra revelada.

La moral voluntarista que nace de negar la posibilidad de una seria metafsica: sin sta, y no reconocida capacidad de la mente humana para descubrir la verdad, no queda como fundamento de la moral sino slo y puramente el mandato voluntario.

Biblicismo: es consecuencia de lo anterior: suprimida toda la autoridad en la Iglesia y toda la capacidad de la razn humana para conocer la razn objetiva, no queda sino la pura fe que acepta la sola palabra divina.

Doctrina de la satisfaccin. Tiene su origen en un contexto penitencial, debido tam-bin en parte a la angustia de Lutero por sentirse pecador: el hombre no puede dar satisfaccin a la justicia divina.

La redencin. Slo podemos conocerla por la fe en la palabra de Dios, que nos ha revelado la ley para conducirnos al evangelio.

El evangelio me dice que Jesucristo satisface por m. Esta es para Lutero una pa-labra de consolacin.

ALGUNAS CRISTOLOGAS QUE PARTEN

DE LA REFORMA

CAPITULO 14

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Cristo: CRISTOLOGA

El Cristo de los Racionalistas

En las derivaciones de la reforma, de tipo racionalista, Cristo es contemplado radi-calmente en funcin del hombre, reducida prcticamente la cristologa a una antropo-loga a lo ms con tintes religiosos.

Para los autores racionalistas, lo ms importante es la idea de Cristo, su doctrina moral y transformadora del hombre, que corresponde a la racionalidad de una reli-gin considerada natural.

En tal caso Cristo encarna el ideal religioso racional, que vara de autor a autor, as como el ideal de salvacin del hombre.

REIMARUS (1694-1768) supone que una revelacin sobrenatural contradice el don fundamental que Dios concedi al hombre en el momento de crearlo, la razn.

Para l Jess se limit a proclamar el Reino de Dios presente, al que se entra por el arrepentimiento y el cambio de conducta.

Jess no entendi ese reino sino como poltico, segn la manera de su tiempo.

LESSING (1729-1781) cree que el iluminismo ha liberado finalmente al hombre, al exaltar la inteligencia, las capacidades de la voluntad, y la omnipotencia de la lgica por lo que se debe construir una imagen cientfica del hombre, y a ella ha de corres-ponder la religin.

STRAUUS (1808-1874) se entusiasm por el concepto entonces muy en boga del mito como explicacin del fenmeno religioso.

ALGUNAS CRISTOLOGAS QUE PARTEN

DE LA REFORMA

CAPITULO 14

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Cristo: CRISTOLOGA

El Jess histrico (el de los hechos) es el que la ciencia puede salvar: el del mito evanglico es el que ha creado el Cristo de la fe en el que se proyectan las expecta-tivas de los discpulos.

BULTMANN (1884-1976) lo que nos interesa de Jess es su enseanza; es decir, aquella que le atribuyen sus seguidores, ya que no tenemos acceso directo a las IPSSIMA VERBA IESU.

PANNENBERG en reaccin contra BULTMANN emprende una cristologa ascen-dente, partiendo del Jess histrico como fundamento de la fe: sin tal base ninguna predicacin apostlica tendra sentido.

MOLTMANN toma la escatologa como su principal principio hermenutico. Slo a travs de ella podemos comprender no solamente nuestra vida cristiana, sino tambin a Jess, cuya revelacin escatolgica es el significado mismo de su resurreccin.

ALGUNAS CRISTOLOGAS QUE PARTEN

DE LA REFORMA

CAPITULO 14

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Cristo: CRISTOLOGA

Por: Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

QUIN ESJESUCRISTO?

CAPITULO 15

Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

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Cristo: CRISTOLOGA

Aun cuando el anuncio de Jesucristo debe hacerse en varios niveles adaptados a la capacidad del oyente, quien tiene la misin de anunciarlo ha de profundizar en su conocimiento terico, y no slo en sus aplicaciones prcticas.

A la base obligante del anuncio queda siempre la persona misma de Jesucristo Hijo de Dios y de Mara, consustancial con el Padre e igual a nosotros en todos menos en el pecado.

La razn de dicha afirmacin firme y sin compromisos es que est en juego la verdadera salvacin del hombre, fin de toda la obra de Jesucristo y de la economa trinitaria respecto a nosotros.

Si se deja de anunciar a la divinidad de Cristo o su humanidad, se destruye el papel de mediador entre Dios y los hombres.

Por lo mismo es del todo irrenunciable de la encarnacin y de la realidad absoluta de ambas naturalezas en Cristo (la divina y la humana) sin divisin, separacin o confusin: lo contrario dara lugar a una lamentable confusin entre lo divino y lo hu-mano, o una separacin entre Dios y el hombre, en nuestra obra salvfica.

As tambin la afirmacin de las dos voluntades en Cristo es necesaria para procla-mar que Jesucristo nos ha amado humanamente, pero con totalidad salvadora del amor divino.

La inteligencia de este misterio es obligacin nuestra, pero tiene sus lmites, pues slo podemos captarlo analgicamente, por su relacin con nuestra limitada expe-riencia y nuestro insuficiente vocabulario.

QUIN ESJESUCRISTO?

CAPITULO 15

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Cristo: CRISTOLOGA

As proponemos como una posibilidad acudir directamente al evangelio para en-contrar en l por una parte aquellas expresiones que apuntan a la unidad interna personal de Cristo y que manifiestan un yo nico; y por otra aqullas que indican relacin nica con el Padre y con los dems hombres.

Relacin que revela por una parte la unicidad de su persona, y por otra el desarrollo de su personalidad humana.

QUIN ESJESUCRISTO?

CAPITULO 15

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Cristo: CRISTOLOGA

Por: Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

CMO ES Y CMO ACTA

JESUCRISTO?

CAPITULO 16

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Cristo: CRISTOLOGA

Punto de partida obligado es la afirmacin cristolgica de que Jesucristo existe y obra real y verdaderamente como Dios y como hombre.

Si su persona me dice quin es l, sus dos naturalezas me dicen qu es l y como acta.

Tal unin de naturalezas es un signo, para nosotros, de que en l lo divino y lo humano se han unido: en eso radica la esperanza de nuestra salvacin temporal y eterna.

El evangelio nos ofrece numerosos pasajes en que observamos dicha comunin en la diferencia de naturalezas como en su conciencia especialsima de Hijo; en el saber que se hace presente en s el reino de Dios; en sentir el derecho de exigirnos su seguimiento, en llamarse a s mismo Hijo del Hombre, etc.

La santidad humana de Jesucristo se manifiesta en su plenitud y al mismo tiempo en su crecimiento en gracia; santidad que no supone la ausencia de tentacin, antes al contrario implica la experiencia de todo cuanto hay de humano por solidaridad con nosotros, menos de la culpabilidad personal del pecado.

El conocimiento humano de Jesucristo (sin negar lo divino) pasa por la experiencia real del crecimiento, de la ignorancia de datos no necesarios para el cumplimiento de su misin, lo que indica una perfeccin en desarrollo, como progresa toda perfeccin verdaderamente humana en el estado de peregrinos.

Y sin embargo reluce en todas partes, en el evangelio, unido al anterior y sin ne-garlo, un saber de Jesucristo ms que humano.

Por ello se pueden distinguir en l, de manera semejante a lo que acontece en cada uno de nosotros, diversos niveles de conocimiento y de conciencia.

CMO ES Y CMO ACTA

JESUCRISTO?

CAPITULO 16

Por: Fray Ivn Fernando Meja Correa, O.P.

Cristo