Cuatro signos clave de la Fístula Anal

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Cuatro signos clave de la Fístula Anal En el canal anal existen unas pequeñas glándulas que, si se bloquea su salida, pueden producir abscesos (infecciones) y una proporción importante de éstos se pueden convertir en fístulas. La fístula es la comunicación que se produce entre el canal anal con la piel perianal –cercana al ano-, que en su trayecto puede atravesar los dos esfínteres del ano. La incidencia de la fístula anal es elevada y se presenta con más frecuencia entre hombres que en mujeres, con una proporción de 2 a 1, con un pico entre los 30 y los 60 años. En la mayoría de casos la fístula anal es el resultado de una infección o absceso perianal. Otras causas son la enfermedad de Crohn, enfermedades de transmisión sexual, radioterapia, trauma, tuberculosis, cáncer o divertículos. Los síntomas 1. Dolor 2. Inflamación 3. Sangrado 4. Irritación de la piel El dolor y la inflamación alrededor del ano y durante o después de la deposición son síntomas que nos pueden poner sobre la pista de que podemos padecer una fístula anal. El sangrado, la secreción con sangre o mal olor o la irritación de la piel alrededor del ano son otros de los indicadores de que algo no va bien. El diagnóstico Su diagnóstico varía en función de su tipología, si son simples o complejas. En las fístulas no complejas puede bastar para su diagnóstico con una historia clínica, un tacto rectal o una rectoscopia. En las complejas, sin embargo, además de estas medidas, son precisas otras exploraciones complementarias como la ecografía endoanal, la resonancia nuclear magnética y la manometría anorrectal. Tipos y tratamiento En función de su afectación del aparato esfinteriano, diferenciamos dos tipos de fístulas anales: las simples, que afectan a menos del 50%, y las complejas, a más del 50%. La gran mayoría de las fístulas anales son simples y la cirugía es altamente resolutiva, por lo que es el tratamiento que siempre se emplea para la fístula anal. Fístulas simples: se tratan mediante una fistulotomía, procedimiento por el que se cortan la piel y el músculo hasta el trayecto de la fístula y se convierte en un surco abierto. Fístulas complejas o fístulas reproducidas; es decir, las multioperadas, hay varias opciones terapéuticas. El Setton se puede aplicar en las que no es posible extirpar la totalidad del trayecto por su relación con el esfínter. En aquellos casos en los que haya un componente inflamatorio agudo, con absceso asociado, se deja una banda de silicona elástica (en el caso de enfermedad de Crohn o alta sospecha), o hilo de seda gruesa, con el fin de que Autor: José Perea García Fecha: 04/03/2015

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El Dr. José Perea García, especialista en Proctología del Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid nos da las claves para detectar los cuatro signos de alarma para identificar una fístula anal.

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Cuatro signos clave de la Fístula Anal

En el canal anal existen unas pequeñas glándulas que, si se bloquea su salida, pueden producir abscesos (infecciones) y una proporción importante de éstos se pueden convertir en fístulas. La fístula es la comunicación que se produce entre el canal anal con la piel perianal –cercana al ano-, que en su trayecto puede atravesar los dos esfínteres del ano.

La incidencia de la fístula anal es elevada y se presenta con más frecuencia entre hombres que en mujeres, con una proporción de 2 a 1, con un pico entre los 30 y los 60 años.

En la mayoría de casos la fístula anal es el resultado de una infección o absceso perianal. Otras causas son la enfermedad de Crohn, enfermedades de transmisión sexual, radioterapia, trauma, tuberculosis, cáncer o divertículos.

Los síntomas

1. Dolor

2. Inflamación

3. Sangrado

4. Irritación de la piel

El dolor y la inflamación alrededor del ano y durante o después de la deposición son síntomas que nos pueden poner sobre la pista de que podemos padecer una fístula anal. El sangrado, la secreción con sangre o mal olor o la irritación de la piel alrededor del ano son otros de los indicadores de que algo no va bien.

El diagnóstico

Su diagnóstico varía en función de su tipología, si son simples o complejas.

En las fístulas no complejas puede bastar para su diagnóstico con una historia clínica, un tacto rectal o una rectoscopia.

En las complejas, sin embargo, además de estas medidas, son precisas otras exploraciones complementarias como la ecografía endoanal, la resonancia nuclear magnética y la manometría anorrectal.

Tipos y tratamiento

En función de su afectación del aparato esfinteriano, diferenciamos dos tipos de fístulas anales: las simples, que afectan a menos del 50%, y las complejas, a más del 50%.

La gran mayoría de las fístulas anales son simples y la cirugía es altamente resolutiva, por lo que es el tratamiento que siempre se emplea para la fístula anal.

• Fístulas simples: se tratan mediante una fistulotomía, procedimiento por el que se cortan la piel y el músculo hasta el trayecto de la fístula y se convierte en un surco abierto.

• Fístulas complejas o fístulas reproducidas; es decir, las multioperadas, hay varias opciones terapéuticas. El Setton se puede aplicar en las que no es posible extirpar la totalidad del trayecto por su relación con el esfínter. En aquellos casos en los que haya un componente inflamatorio agudo, con absceso asociado, se deja una banda de silicona elástica (en el caso de enfermedad de Crohn o alta sospecha), o hilo de seda gruesa, con el fin de que

Autor: José Perea GarcíaFecha: 04/03/2015

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la fístula no se cierre en falso y para que se tense.

También se puede realizar el denominado Flap o colgajo de avance, en el que en primer lugar se extirpa el trayecto fístulas desde el orificio fistuloso externo hasta el aparato esfinteriano, para luego cerrar internamente el orifico fistuloso mediante un autoinjerto mucoso.

Otros procedimientos más recientes abarcan desde la aplicación de pegamentos biológicos, como son los materiales biocompatibles sintéticos, o la aplicación de células madre dentro del trayecto fistuloso, con resultados aún por analizar, sobre todo en datos a largo plazo.