Cuentos para el andén Nº40
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Transcript of Cuentos para el andén Nº40
metroligero [27]
brevemente [23]
Relatos en cadena
dindondin [25]
andéndos [8]
Tres microrrelatos, Lorena Escudero
elmuro [3]
decamino [26]
cuentoscomochurros [15]
lapuertadelanevera [20]
septiembre2015nº40
andénuno [5]
Lavacoches, Paola Tinoco
En el próximo número rendiremos un pequeño homenaje a la poesía y publicare-
mos un poema musicado, por eso lanzaremos también en breve una nueva edi-
ción de poema a cien manos abierta a los lectores, participa en grupoanden.com
diccionariodesaturno [21]
sinopsis [22]
Edita: Grupo Andén C/ Feijoo, 6 - 4ºA - 28010 Madrid | [email protected] | www.grupoanden.com
Comité editorial: Alejandro Moreno, Víctor García Antón, Leticia Esteban | Editora: Natalia Muñoz.
Asesores de contenidos: Sergi Bellver, Juan Carlos Márquez, Kike Cherta, Juan Martini (Buenos Aires, Argentina)
y Mónica Pano (Argentina)
Publicidad: [email protected] | Diseño: www.jastenfrojen.com
Ilustración: Coordinación: www.leticiaestebanilustracion.com
Ilustración portada e interior: © Paloma Corral | https://www.behance.net/PalomaCorral
nove
dade
s
Con la colaboración de:
andéntres [11]
Conversación en penumbra, Clara Redondo
3
En este número de Cuentos para el andénhallarás oficios escalofriantes con Paola Tinoco,
amor a toda velocidad en las letras de Lorena
Escudero y una conversación en la penumbra
de Clara Redondo. Esperamos los próximos rela-
tos de Entre coche y andén, que se están cocinan-
do en estos primeros compases de curso en los
Talleres Colaboradores. Vuelven los Churros con
un ejemplar muy playero, nos adentramos en un
espacio de trabajo compartido para artistas y
artesanos. Y más cosas. No te quitamos más
tiempo, esperamos que lo disfrutes.
Cuentos para el andén
@cuentosanden
www.grupoanden.com
Te escuchamos:
elmuro
Finalistas:
Calores de verano - Nieves García
Berlanga (España)
Sin título - Cristina Barceló
Madrid (España)
Sin títutlo - Álvaro Manén
Vélez Málaga (España)
Tema: Calor Ganadora: Sin título - Lola K. Cantos - Badajoz (España)
Concurso de fotografía Participa enviando tus fotos a [email protected] las bases y mira las fotos en Facebook y grupoanden.comTema del próximo concurso: Ventanas
andénuno
5
NO diría que alegremente, pero
Tito y yo hacíamos nuestro trabajo.
Yo lavaba con agua jabonosa las
vestiduras de la camioneta y él
murmuraba oraciones por el
descanso del alma de aquel
cuerpo decapitado en el
asiento trasero, al tiempo
que borraba las huellas en el
volante, el tablero y los cristales
en el interior del vehículo.
Sabía que estaba rezando por-
que lo he visto hacerlo otras
veces. Su ceño está fruncido
como si estuviera enojado, aun-
que más bien está preocupado. Sus labios se abren y se cie-
rran a una velocidad que creo no alcanzan a rozarse en ese
murmurar vertiginoso. Estaba asustado. Desde que lavamos
coches, aquí siempre estamos asustados y preocupados,
con el corazón en la garganta. Al final del día, sin embargo,
el miedo desaparece. Nos ponemos contentos porque la
LavacochesPaola Tinoco
6
andénuno
paga es buena. Es el dinero que obtendríamos en un mes
de trabajo de oficina. Dicen que todos estamos metidos en
esto. Que tanto peca el que mata a la vaca como el que le
agarra la pata. De alguna manera, Tito y yo pertenecemos al
narco. No matamos a nadie y no vendemos las drogas pero
lavamos los coches, limpiamos las huellas y nos callamos la
boca. Y Tito reza. Yo no, pero él reza. Mañana o pasado,
cuando el cadáver apeste y alguien encuentre esta camio-
neta, la veré en el periódico y recordaré lo que me costó lim-
piar tanta sangre.
tw Del libro: Oficios ejemplares. Ed. Páginas de Espuma, 2010.Paola Tinoco es coordinadora de producción y representante de la editorial Anagrama enMéxico. Editora y compiladora de la antología de relatos De lengua me como un cuento.Locutora de radio. Ha publicado sus cuentos en revistas como Conceptos, Playboy o Elperro, y en las antologías Relato breve de Oaxaca y Palabras malditas de Efímera Editorial.
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andéndos
Velocidades
CON ella todo es intenso y veloz. Le bastan diez minutos
para hacer amigos verdaderos. O te besa en la primera
mañana o no lo hará nunca. Te mira a los ojos al presentaros
y ya conoce vuestra despedida.
Una vez me contó que conoció al hombre de su vida,
enloquecieron y se amaron, ardieron hasta la ceniza y se
olvidaron. En un mes.
Solo yo he permanecido a su lado durante años, testigo
de su evolución, sin que el tedio llegara a apartarnos. Me
ha parecido extraordinario, únicamente yo, y hoy se lo he
dicho. Me ha mirado como a un loco y ha sacado de su car-
tera la entrada de la sesión de cine tras la que nos conoci-
mos. La fecha es de ayer.
Canon
EL viejo músico está sentado en su mesa de siempre.
Con una mano sujeta una copa alta de tinto barato, con la
otra manosea los taquitos de queso que dejé junto a él.
Hace rato que está ahí, pensativo y solo. De vez en cuan-
do esboza una sonrisa melancólica y sé que piensa en su glo-
rioso pasado, en los teatros y en las óperas. Me ha dicho que
está esperando a un importante director, una gran oportuni-
dad. Por eso luce su mejor traje, su rostro más pulcro, su pose
más erguida.
Tres microrrelatosLorena Escudero
9
andéndos
Pasan las horas y el director no aparece. Cansado, el
músico se levanta y se despide. Intento darle ánimo: "Habrá
surgido un contratiempo" o "Ya habrá más oportunidades".
Él lo agradece y me dedica la última sonrisa triste antes de
marcharse.
Es la misma historia de cada día.
Mientras recojo su mesa aparece un hombre muy ele-
gante. Me dice que es director de orquesta y que se ha cita-
do aquí con un gran músico.
Yo sonrío. Le digo que aún no ha llegado pero que
puede esperarlo si quiere. Le acompaño a su mesa de siem-
pre y le sirvo, en copa alta, un tinto barato.
Madrastra en la ventana I
DE nada han servido todos estos años de educarla en el
valor del trabajo en lugar de la frivolidad, de confiar más en
su juicio que en el de mis propias hijas mentecatas, de ser-
virle de moderno ejemplo de mujer capaz, desenvuelta
patrona sin consorte. De nada han servido: allá va la tonta
de Cenicienta al baile (se cree que no la veo), a entregarle su
engrilletada sumisión al príncipe que le ofrezca el primer
baile.
tw Del libro: Negativos. Ed. Torremozas, 2015.Lorena Escudero (1985). Nació primero en Soria, después en Salamanca, ciudad de palabras.Ha ganado concursos y participado en revistas como Atril y Salamanca Letra Contemporánea.Sus textos han aparecido en antologías y blogs como Las afinidades electivas y La Nave de losLocos. Negativos es su primer libro.
andéntres
11
LA familia Black son dos: Linda Black y Tom. Ella se ena-
moró de Tom cuando iba en el metro. Lo vio toqueteando
ensimismado sus dos anillos, uno en el índice y otro en el
corazón, y vio también cómo una cabeza de serpiente pin-
tada en el pecho se asomaba a respirar por entre su camisa.
Pero no nos vayamos a engañar, lo que la dejó clavada al
suelo metálico fue el reflejo de él en el cristal negro, entre
estación y estación, que le recordó a S, su primer amor de la
adolescencia.
Fue singular la manera que tuvo ella de declararse. Se
acercó con disimulo a la serpiente y le sopló un poquito de
aire. Al momento, Linda se desmayó a los pies de Tom. La
falta de vitaminas y que no había desayunado esa mañana
fue la explicación perfecta. Eso le contaba Linda a Tom, ya
en el andén, mientras este le acariciaba la cabeza después
de que por fin hubiera vuelto en sí. Plas, plas, dos cachetitos
en las mejillas por habernos dado este susto.
En la casa de la familia Black se viven dos vidas.
Hay parejas de muchos tipos. Por ejemplo las que tardan
una eternidad en llegar a conocerse y, a pesar de haberlo
conseguido, por la senda se les van cayendo las piezas de la
maquinaria. O aquellas a las que no les importa no conocer-
se más que por el contacto de sus manos y sus vísceras. O
las que, no se sabe si por un capricho divino o por una pre-
ciosa casualidad, nacieron para acoplarse uno en la vida del
otro sin esfuerzo. Y Linda se acopló en la de Tom como si ese
hueco en la cama de él la estuviera esperando a ella y nada
más que a ella. Así empezaron a vivir, sin hacerse preguntas.
Conversación en penumbraClara Redondo
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Linda se sentía ahora el ser más afortunado de la tierra.
Después de tropezarse con varias parejas que la acompaña-
ron durante poco trayecto, creyó haber encontrado en Tom
aquello que buscaba. Tampoco se hizo preguntas, porque
pensó que el amor es caprichoso y que debía dejarse llevar
por sus latidos. Nada más que por eso.
Pero en la casa de la familia Black se viven dos vidas.
Linda se ha levantado pronto para ir a trabajar. Se mete
en la ducha y, cuando llega a la cocina, se encuentra a Tom
sentado en el taburete, apoyado en la pared y removiendo
con el índice el azúcar del azucarero.
—Dime quién es S -le dice Tom.
Linda prepara con parsimonia y en silencio la cafetera, y
la pone al fuego a la máxima potencia sin dar signos de
haberle escuchado.
—Es un recuerdo, Tom. ¿A qué viene eso ahora?
Linda ocupa todo el espacio de la diminuta cocina; saca
una taza, la cucharilla y una bolsa de magdalenas, despacio,
como si solo fuese capaz de hacer esos movimientos por
ese orden. Como si eso atrapara toda su atención.
—Te vuelvo a repetir que quién es S.
Por boca de Linda, Tom se entera de que S ha sido su pri-
mer novio, de que era un chico del montón y de que no se
ha vuelto a acordar de él hasta ese instante en que él se lo
ha mencionado.
—Mientes.
La cafetera interrumpe el silencio como un tren a toda
velocidad, y Linda, disimulando el sobresalto, coloca en la
mesa con parsimonia todo lo que va a comer.
—Por qué no te vas a la cama. Todavía es pronto para ti
-le sugiere Linda sin convicción.
—No me voy a mover hasta que no me digas la verdad.
—Me sorprendes, mi amor. No sé de qué me hablas.
Y por boca de Tom, Linda se entera de que, desde que se
conocieron, cada noche ella se levanta y, en el borde del
andéntres
13
andéntres
precipicio en el que se ha convertido la cama y casi a punto
de irse a no se sabe dónde, le habla a él como si fuera S. Ríe,
se sincera, cuenta gracietas, sus andanzas en el trabajo. Lo
que sea, todo vale en ese rato de vida plena para ella y de
insomnio para él. Es como si fuera la primera vez que salen
las palabras de su boca, tan cuidadas, parece que quiere
seducirle. Y Tom, en la penumbra, no tiene más remedio
que seguirle la corriente, a pesar de que nadie le haya invi-
tado, porque, aunque le duele, le gusta ver a Linda desinhi-
bida, con esa alegría adolescente y rotunda que hace las
veces de montaña rusa. Subir y bajar para volver a subir. Al
fin, siempre el mismo ritual: "Hoy sí te puedes quedar a dor-
mir, S, que mis padres no vienen hasta mañana".
En la casa de la familia Black ya nada va a ser igual que
antes. Linda ahora lo ve claro. Se encarama al taburete abra-
zada a sus rodillas y quiere quitarse de encima ese recuerdo
de la piel de S, de sus manos, de su voz adolescente. Ahora
comprende y mira a Tom, que ha hundido hasta el fondo el
dedo en el azucarero.
—Lo siento, mi amor -dice Linda.
—Maldito S -dice Tom.
Y Linda quiere acercarse a la serpiente, porque ve que le
falta el aire.
tw Del libro: Lo que tarda un caramelo. Ed. Talentura, 2012.Clara Redondo (Madrid, 1966), se formó como historiadora del arte, comenzó su andadura como escri-tora con la literatura infantil. Hoy imparte talleres de escritura creativa, relato y literatura infantil enEscuela de Escritores, y también talleres juveniles en diversos organismos culturales. Lo que tarda uncaramelo es su primera incursión en el relato para "adultos".
15
cuentoscomochurros
cuentoscomochurros
16
Saber estar
A la mujer no se le ha ocurrido otra cosa que morirse en la
playa. Todo el mundo que la ve cree que está tomando el sol,
pero no, está muerta. La mujer viste un bañador violeta y un
gorro de látex amarillo, su toalla es verde pistacho. Demasiados
colores para estar tan muerta. Si al menos llevara un bañador
oscuro o luciera una delgadez trágica. Pero no, encima la mujer
está gorda. Hace un día precioso y va la mujer y se muere.
Una playa no es el lugar más indicado para sucumbir a un ata-
que al corazón. Hay niños que construyen castillos de arena, hay
adolescentes que aprenden a comerse con los ojos. ¿Dónde
encaja aquí el gélido roce de la pálida dama? Un chaval busca
caracolas en la orilla y se conforma con aquello que el mar le trae,
pedazos de ostras, cáscaras de mejillones, algunas piedras de
forma curiosa. A solo tres sombrillas de distancia, una embaraza-
da acaricia su tripa; siente el calor del sol sobre su piel y se pre-
gunta si el bebé también puede sentirlo. Un jubilado se obliga a
nadar todavía una brazada más, por los viejos tiempos. Una
señora de canas respetables se decide a hacer topless por prime-
ra vez en su vida. ¿Cómo puede alguien morirse en un sitio así?
Se escucha entonces el grito de un vendedor ambulante. El
hombre arrastra un carrito descascarillado que deja una huella
de culebra sobre la arena. Llega hasta la mujer muerta y le pre-
gunta: "Oiga, señora, ¿quiere usted un zumo?" La mujer muerta
no se digna a responderle. El vendedor insiste: "Señora, zumo
natural cien por cien garantizado, zumo fresquito, ¿no le apetece
cuentoscomochurros
17
con este calor?" La mujer muerta sigue muerta. El hombre la
observa con atención. Comprende entonces que la mujer acaba
de espicharla, pero hace bien y disimula. Empuja su carrito y
sigue su camino, anunciando a gritos, con más tesón si cabe, su
mercancía cien por cien natural.
Las olas del mar juegan a perseguirse. Lo siembran todo de
burbujitas y un sonido como de clase de yoga. La mujer muerta
sigue ahí, empeñada en no respirar.
A su derecha, se ha establecido una familia de Chinchón,
padre, madre, hijo, hija y abuela. Es una familia de origen humil-
de, que sufridamente ha ahorrado, céntimo a céntimo, para
regalarse unos días de esparcimiento en la playa. Traen lo indis-
pensable: dos sombrillas, una pequeña tienda de campaña, los
juguetes de los niños, una nevera portátil, sillas plegables, revis-
tas de sudokus, un transistor. Tras mucho sacrificio, han levan-
tado un pequeño campamento que es un homenaje a ese año
laboral superado, un canto a la esperanza de tiempos mejores.
La madre y la abuela llevan un rato vigilando a la mujer muer-
ta. En voz baja comentan: "cuánta desfachatez". La hija, de meji-
llas como melocotones, levanta su rastrillo y señala al cadáver.
"¿Por qué tantas moscas?", pregunta. La madre la coge en bra-
zos y se la lleva al agua, va a enseñarle que al mar hay que
tenerle respeto pero no miedo. El padre se abraza al transistor
y sube el volumen. Con lo difícil que ha sido llegar hasta allí,
ahora no piensa rendirse.
Desde su atalaya, el socorrista lo ve todo y lo comprende
todo. Nada escapa a sus ojos experimentados. Comprueba su
reloj: cuarenta y dos minutos y la mujer de la toalla verde pista-
cho no se ha movido ni siquiera para untarse crema protectora.
El socorrista es un profesional, por eso actúa con calma y sabidu-
ría. Se cruza de brazos y se dedica a contemplar los jugueteos del
sol sobre el mar.
El tiempo va pasando y la mujer, erre que erre, muerta. Ya el
cielo se anaranja y la playa se despuebla de bañistas. Solo queda
algún rezagado que busca hacerse una foto aprovechando la
hora inasible del atardecer. Perros que retozan con la lengua
fuera, que se mojan hasta la barriga, que apenas pueden conte-
18
cuentoscomochurros
ner tanto gozo y libertad. Pasa el equipo de fútbol de alevines,
que entrena corriendo junto al mar. Veintisiete chavales sincroni-
zando su respiración y sus zancadas. Nadie atiende a la mujer
muerta.
Por fin llega la luna. Con qué delicadeza hilvana su reflejo en
el mar. ¿No es acaso lógico que tantos poetas se rindieran a sus
pies? Incluso existe un nombre específico que solo sirve para
definir ese centellear plateado sobre las olas: rielar. La luna sobre
el mar riela. Frente a eso, la mujer muerta no puede aspirar a ser
nada más que una mancha oscura en la arena.
Imposible negar la evidencia por más tiempo. A la mujer
muerta no le queda otra que levantarse. Ya era maldita la hora. Se
viste con su pareo floreado y sustituye el gorro de látex por una
pamela. Recoge la toalla y el bolso. Sube al paseo marítimo, lo
cruza ignorando las terrazas rebosantes de carcajadas, deambu-
la hasta encontrar un descampado. Allí se deja caer sobre las
hierbas mustias, junto a los restos de una motocicleta oxidada,
cristales rotos por todas partes.
No pasan cinco minutos hasta que una pareja de recién casa-
dos la descubre. Compungidos, llaman al 091: "oh dios mío,
pobre mujer, oh dios mío, vengan cuánto antes".
tw Colaboración mensual con Cuentos como Churros: ellos eligen una de lascuatro fotografías seleccionadas de El muro y cocinan con ella un rico churroque publicamos aquí. La fotografía es de Nieves García, finalista de nuestroConcurso de Fotografía de este mes.
Rosi GarcíaDelito: No enfriar lascervezas. Sentencia:
Desenchufarla.
Maribel Rodríguez
La sentencia fue firme:
había que derretir toda
aquella escarcha; tam-
bién la de la nevera.
MielLa duda es una
excusa antes de
hacer lo inevitable.
Marcos Ripalda RuizCentre su duda en la puertadel frigorífico. Luego ábrala.La duda habrá desaparecidoa golpe de cuchara.
Sandra
El ruido es música
despeinada.Elena
Cariño: Te dejo untarro con ruido paraque lo disfrutes en
silencio.
Ruido
December
Papá, viajo con amigos
del Insti, el banco pasará
mis facturas, así no dudas
que estoy bien. Volveré.
Besos.
http://dibujandounpensamiento.blogspot.com.es/
http://desiertosyjardines.blogspot.com.es/
http://blogs.hoy.es/marcosripalda/
Déjale una nota al mundo en La puerta de la nevera: www.grupoanden.com
DDuuddaa
SSeenntteenncciiaa
http://laultimadeseis.blogspot.com.es/2011/08/pasen-por-la-puerta.html
20
lapuertadelanevera
VIAJAR
1. Movimiento ro
tatorio del p
laneta por
debajo de tus p
ies. Marco García
2. Dícese del efecto que causa la acción
de fumar a
lgunas plantas. S
andra
http://d
esiertosyjardines.blogspot.com.es/
DUDA
1. Relación a tres b
andas en la que el ju
icio
cohabita te
mporalmente con dos id
eas.
Maribel Rodríguez
2. Varias m
iradas s
imultá
neas desde lo
s
mismos o
jos sin una visió
n exacta. A
http://e
lpaseodelcancerbero.blogspot.com.es/
BANDERA
1. Palo con un trapo o en su
defecto cualquier
señal visible que sig
nifica: a partir
de ahora esto
es mío y el q
ue venga después tendrá que
vérselas c
onmigo. Ocarina
2. Tela con la que muchos h
umanos se
envuelven para defender unas id
eas. Ana
JUGAR
1. Conspirar c
ontra el aburrim
iento. Anabel Lis
2. La demo de los s
ueños. Hugo Passa
s
https://
hugopassas.w
ordpress.com/
Una nueva civilización está empezando de cero en
Saturno, aún no tienen claros algunos conceptos,
¿les echas una mano con el diccionario?
Participa en www.grupoanden.com
2
3
1
21
diccionariodesaturno
4
22
sinopsis
Tenemos el título del próximo éxito editorial, nos falta la
sinopsis ¿nos ayudas? Participa en www.grupoanden.com
«La tentación»Muchas son las fuerzas intrínsecas que se manifiestan en el ser
humano, fuerzas que lo introducen en lo desconocido, aun cuando
el instinto le advierte del peligro inminente. El pequeño Tobías
conocerá estas fuerzas cuando en su nuevo hogar sienta una pode-
rosa atracción por lo que habita en el cobertizo.
Kaiv | http://kai-illustration.tumblr.com/
«Al borde del abismo»Un hombre bajito, su perro fiel y una misteriosa cacatúa inician un
apasionante viaje en busca de inspiración para su próxima novela
(de la cacatúa). Sus andanzas les llevarán a situaciones límite que
pondrán a prueba su dudosa amistad. ¡La novela que desplazará a
Harry Potter del panorama literario!.
Grafer
«La sombra»Un desconocido y un intercambio; tres deseos a cambio de su som-
bra. Isidro no duda en aceptar el trueque. Sin embargo, a partir de
ese momento Isidro no podrá hacer nada que ocasione el mal a
otros. Isidro hará lo imposible por recuperar su sombra, y con ella, su
Libertad.
Chelo Cadavid | http://perseida14.blogspot.co.uk/
CompasiónSemana 1 de concurso: 7 de septiembre de 2015Ganador: David Reche Espada
Al abrir el contenedor, se dio cuenta de que estaba
empezando a olvidar el nombre de las cosas, como el de
ese instrumento largo fabricado con el material que forma
el tronco de los… "Sí hombre, esas plantas altas con hojas
arriba"… y que aún agarraba con sus manos manchadas
de ese líquido que olía dulzón. Se limpió en la prenda que
le cubría las piernas, "Pantalán o comoquiera que se llama-
ra"; con un resoplido lanzó el pesado paquete al contene-
dor y lo cerró. A hurtadillas en la oscuridad regresó a casa
intentando recordar qué significaba la palabra "compa-
sión", recién escuchada a gritos. Pero no había manera. El
bate, "¡Eso, bate!", se le resbalaba de las manos
pringosas.
La barbacoaSemana 2 de concurso: 14 de septiembre de 2015Ganador: Fernando Alemán Roda
El bate, "¡Eso, bate!", se le resbalaba de las manos prin-
gosas. Las hamburguesas estaban riquísimas, pero te
ponías perdido. "¡Vamos, papá, que ya lanzo!". Su hijo, a
unos metros de distancia ya había armado el brazo y la
pelota no tardaría en salir despedida. No la vio venir, pero
su mente gozó de un instante de claridad antes de caer al
suelo. Comprendió que, aunque el trozo de hamburguesa
que se le iba a atravesar en la tráquea no lo mandara al
otro barrio, su sueño de tener un hijo jugador profesional
con los Yankees era ya irrealizable. "¡Cuánta fuerza y qué
poca puntería!".
sept
iem
bre
23
brevemente
24
brevemente
El desafíoSemana 3 de concurso: 21 de septiembre de 2015Ganadora: Luz María Leira Rivas
¡Cuánta fuerza y qué poca puntería tuvo el camello,
para privarse de agua hasta desinflar sus gibas, para enros-
carse el pescuezo, para arrancarse los dientes y retorcerse
e introducir en su boca no solo el rabillo piloso sino tam-
bién, una por una, sus cuatro zancas unguladas, para en
esta sufrida posición de contorsionista chino apretarse y
fruncirse y plegarse a sí mismo tantas veces doloridas que
perdió la cuenta entre estertores, para convertirse en
raquítico, en migaja, en miniatura, en pigmeo artiodáctilo,
en microscópico átomo de camello exultante y conseguir
contra cualquier pronóstico divino inadmisible traspasar
de una maldita vez el puñetero ojo de la cerradura!.
tw Relatos finalistas de septiembre de 2015 del concurso Relatos en Cadena,organizado por la Cadena SER y Escuela de Escritores. Puedes leer todos losseleccionados en www.escueladeescritores.com o www.cadenaser.com.
25
dindondin
Concurso Federal de Historietas "Mitologías y Costumbres Argentinas"
Hasta el 23 de octubre de 2015 Ministerio de Cultura. Argentina
http://www.cultura.gob.ar
Premio Internacional de Cuento, Mito y LeyendaAndrés HenestrosaHasta el 30 de noviembre de 2015Oaxaca. México.
http://www.mexicoescultura.com
VIII Concurso de Ensayo "Universitarios construyendo transparencia"Hasta el 30 de septiembre de 2015México D.F.
http://www.infodf.org.mx
Madrid Games WeekDel 1 al 4 de Octubre de 2015El mayor evento gamer de España
http://www.madridgamesweek.com
decamino
26
La Manual es una casa
creativa situada en
pleno corazón del
barrio de Malasaña. Un
espacio multidisciplinar
que alberga talleres de
costura, joyería, even-
tos, encuentros y jorna-
das de puertas abiertas.
Nacimos en verano de
2012 con el principal
objetivo de impulsar y
conectar el trabajo de
artistas, artesanos y
diseñadores en un
espacio de trabajo cola-
borativo e inspirador.
La Manual es como un
segundo hogar de
todo aquel que trabaja
aquí y por ello pone-
mos especial atención
en que todos nuestros
coworkers se sientan a
gusto y conformando
una gran familia.
“
”tw Queremos fomentar que nuestros coworkers se relacionen e intercambien ideas y conocimientos, trata-
mos de favorecer las sinergias y colaboraciones entre ellos.Nuestra voluntad es que los proyectos y acciones en los que participamos tengan un marcado valor cultu-ral, social y medioambiental, que nuestra actividad no sólo genere un retorno económico sino que tam-bién tenga unos valores añadidos que nos hagan sentirnos comprometidos con el proyecto conjunto.
www.lamanual.org/
metroligero - holakokoro
tw Kokoro es un personaje singular, que se cuela en CpA, para contarte historias en pocas palabras.
© Jasten Fröjen