Cultura y Sociedad Contemporaneas Unidades Didactic As

UnidadesDidácticas

AUTOR:

JESÚS VICENTE PATIÑO PUENTE

Bajo Licencia Creative Commons

Cultura y Sociedad Contemporáneas

Ciclo Formativo de Grado Superior de

Gráfica PublicitariaSerieCultura

Contemporánea

Primera edición: mayo de 2009

Segunda edición (revisada): septiembre de 2010

Autor: Jesús Vicente Patiño Puente

Título: Cultura y Sociedad Contemporáneas.

Nota legal: por tratarse el presente libro de una obra en formato digital sin soporte físico, gratuita y de libre distribución a través únicamente de redes electrónicas (esencialmente Internet), esta obra está exenta de la obligación de consignar el número de ISBN o el de Depósito Legal, según lo establecido en la legislación vigente: R.D.2063/2008, de 12 de diciembre, que modifica el Decreto 2984/1972, de 2 de noviembre, y el Decreto 56/1983, de 1 de marzo, sobre las normas de funcionamiento del servicio de Depósito Legal (DOCM, de 12 de abril de 1983).

Esta obra está bajo una licencia “Attribution Non CommercialShareAlike 3.0 Unported” de Creative Commons. Cualquier persona es libre de su copia, distribución, modificación y manipulación siempre que la obra derivada respete las condiciones de dicha licencia, es decir, que no se utilice con fines comerciales y que se autorice su distribución con una licencia igual a la de la presente obra. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/byncsa/3.0/ o envie una carta a Creative Commons, 171 Second Street, Suite 300, San Francisco, California 94105, USA.

Imagen de cubierta: “La Liberté guidant le peuple” (La Libertad guiando al Pueblo), óleo de Eugène Delacroix. Imagen distribuida a través de Wikipedia mediante una licencia libre. Más información en:

http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Eug%C3%A8ne_Delacroix__La_libert%C3%A9_guidant_le_peuple.jpg

Cultura y Sociedad Contemporáneas 2

Prólogo

La presente obra nace, en el contexto de las Escuelas de Arte de Castilla-La Mancha, de la necesidad de disponer de un texto básico que recoja los contenidos que se imparten en el módulo de Cultura y Sociedad Contemporáneas, que se imparte en primer curso del Ciclo Formativo de Grado Superior de Gráfica Publicitaria, de la Familia Profesional de Diseño Gráfico.

Aunque la obra se gestó para su adaptación al currículum de Castilla- la Mancha, puede servir, con leves modificaciones, como base para el resto de las comunidades autónomas del Estado español donde se imparta el Ciclo Formativo de Grado Superior de Gráfica Publicitaria o, incluso, como apoyo de otros ciclos profesionales que se complementen con contenidos humanísticos.

La estructura del texto es la de un manual dividido en cuatro unidades didácticas (o núcleos temáticos) que abarcan gran parte de los contenidos impartidos en el módulo. Sin embargo, es necesario el apoyo visual del texto mediante imágenes explicativas y mapas históricos de cada tema estudiado, por lo que el presente texto debe tomarse como guión de trabajo más bien que como manual autosuficiente. No es, ni pretende ser, un texto cerrado y completo, sino que nace con la intención de ampliarse y enriquecerse con aportaciones futuras.

Por otra parte, al tratarse de un texto eminentemente didáctico, el lenguaje es sencillo y accesible, por lo que la obra no debe circunscribirse sólo al ámbito de los estudios profesionales, sino que se puede abordar como una obra de gran espectro, tanto desde una óptica eminentemente técnica como desde su componente divulgativa.

También hay que tener en cuenta que la presente obra es sólo una síntesis nacida de una necesidad perentoria, por lo que el texto es deudor de una amplia bibliografía y de infinidad de recursos, aportaciones, correcciones y sugerencias. Muchas de estas aportaciones han sido recabadas de fuentes anónimas que distribuyen materiales didácticos de forma altruista, totalmente libre y gratuita, a través de internet. Vaya nuestro agradecimiento, en este sentido, a todas esas personas que piensan que un mundo basado en la cooperación y la solidaridad es posible.

Nuestro agradecimiento también al personal docente de la Escuela de Arte Toledo y de la Escuela de Arte Talavera en general y, en particular, a Fuencisla Cuéllar Pérez y a Caridad Pleguezuelo Parugues.


ÍNDICE:

Prólogo......................................................................................................................................Pág. 3

Índice.........................................................................................................................................Pág. 4

Núcleo temático I. El fenómeno contemporáneo..................................................................Pág. 6

1. La revolución francesa y americana. El cambio político social y económico. Las incipientes instituciones democráticas. J. J. Rousseau.

2. La revolución industrial. Parlamentarismo y revolución. Hegel. Marx. La sociedad compartimentada. El progreso de las ciencias.

3. Los procesos de unificación política en Europa.

4. El naturalismo de Zola. El romanticismo literario. La ruptura con los modelos narrativos tradicionales.

5. La psicología experimental. La teoría de la relatividad de Einstein. Nietzsche.

Núcleo temático II. La primera mitad del siglo XX..............................................................Pág. 41

6. Los "ismos" de principios de siglo.

7. La popularización de la cultura.

8. La Primera Guerra Mundial y el nuevo orden internacional.

9. La revolución soviética y la ascensión del autoritarismo en Europa.

10. La gran depresión económica de 1929 y la política del New Deal. La Guerra Civil española.

11. La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias mundiales.

Núcleo temático III. La segunda mitad del siglo XX...........................................................Pág. 94

12. La cultura de masas y la escuela crítica de Frankfurt. La modernidad.

13. La «guerra fría». La revolución china.

14. La literatura después de la Segunda Guerra Mundial.

15. Descolonización e imperialismo político y económico. Las empresas multinacionales.

16. Sociología de la cultura y nuevos valores sociales.

Núcleo temático IV. El mundo actual................................................................................Pág. 125

17. Mayo del 68 y el cambio cultural. H. Marcuse.

18. Sistema y Estructura. Nuevos modelos de análisis.

19. La era de la economía liberal transnacional.

20. La caída del socialismo real.

21. Las Nuevas tecnologías de la información y la sociedad.

22. El diálogo NorteSur. «El fin de la historia».

Recursos y bibliografía.......................................................................................................Pág. 158


Cultura y Sociedad Contemporáneas

Unidades Didácticas

Ciclo Formativo de Grado Superior de

Gráfica PublicitariaFamilia Profesional de Diseño Gráfico


I. EL FENÓMENO CONTEMPORÁNEO

1. La revolución francesa y americana.

El cambio político, social y económico.

Las incipientes instituciones democráticas.

J. J. Rousseau.

1.1. La crisis del Antiguo Régimen

Durante prácticamente 1000 años la sociedad occidental (Europa y los territorios colonizados y asimilados por ella) había consolidado una serie de estructuras políticas, económicas y sociales que se mantuvieron vigentes hasta finales del siglo XVIII: lo que se ha venido a denominar el Antiguo Régimen. Sus características fundamentales son:

Económicas.

•Economía agraria sin apenas inversión, concentración en la distribución de las tierras, sujetas a veces a regímenes de manos muertas. La rentabilidad es escasa y sujeta a ciclos de crisis.

•Producción manufacturera artesanal, controlada por los gremios.

Sociales.

Sociedad cerrada formada por tres estamentos:

• La nobleza y el clero tienen privilegios jurídicos, fiscales, económicos y políticos, poseían la tierra y ocupaban los cargos políticos.

• El tercer estado era un grupo muy heterogéneo, en el se encuentran desde la alta burguesía hasta el campesinado. La pertenencia a un estamento era por nacimiento.

Monarquía absolutista:

El rey detenta un poder absoluto por derecho divino.

Infraestructuras poco operativas.

Red de transportes raquítica, existencia de aduanas interiores, escasa movilidad de la población, medios de transporte de bienes, personas e información poco desarrollados, etc.

Régimen demográfico de tipo antiguo:

Altas tasas de mortalidad y natalidad, con continuos brotes epidémicos.

Derecho consuetudinario.


Basado en la tradición y en el particularismo.

El Antiguo Régimen entra en crisis en el siglo XVIII:

La población aumenta y es más difícil controlarla.

Se producen cambios económicos.

Se inicia la Revolución Industrial en Inglaterra.

Se produce un cambio en el pensamiento de las elites propiciado por las ideas de la Ilustración, que desembocará en las revoluciones liberales (o burguesas), de las cuáles las primeras serán la de las colonias británicas de Norteamérica y la Revolución Francesa.

El éxito del comercio marítimo proporciona riquezas a la burguesía lo que les da poder económico y se cuestionan su falta de privilegios y su marginación política.

Las mejoras en la agricultura alivian a los campesinos y les hace aspirar a romper vínculos con la nobleza y ser propietarios de sus tierras.


1.2. La Ilustración

Las ideas ilustradas serán la base teórica que acabará con el Antiguo Régimen criticando su modelo de sociedad y proponiendo uno nuevo. Los precursores de la Ilustración pueden remontarse al siglo XVII e incluso antes. Abarcan las aportaciones de grandes racionalistas como Descartes o Spinoza, los filósofos políticos Thomas Hobbes y John Locke y algunos pensadores escépticos galos de la categoría de Pierre Bayle o Jean Antoine Condorcet.

Los principios básicos de la Ilustración fueron el acercamiento a la naturaleza, la búsqueda de la felicidad, el sentido del progreso y la exaltación de la razón. No obstante, otra base importante fue la confianza engendrada por los nuevos descubrimientos en ciencia, y asimismo el espíritu de relativismo cultural fomentado por la exploración del mundo no conocido.

Estuvo alejada de la Universidad y la cultura oficial. Los salones y los nuevos medios de comunicación como panfletos, folletos, revistas o periódicos contribuyeron decisivamente a su divulgación. Muchos defensores de la Ilustración no fueron filósofos según la acepción convencional sino vulgarizadores comprometidos en un esfuerzo por ganar adeptos. Les gustaba referirse a sí mismos como el “partido de la humanidad”, y en un intento de orientar la opinión pública a su favor, imprimieron panfletos, folletos anónimos y crearon gran número de periódicos y diarios.

También se difundió a través de la masonería, organización fundada en Gran Bretaña a principios del siglo XVIII y que defendía los principios deístas y filantrópicos.

La época sufrió el impacto intelectual causado por la exposición de la teoría de la gravitación universal de Isaac Newton. Si la humanidad podía resolver las leyes del Universo, las propias leyes de Dios, el camino estaba abierto para descubrir también las leyes que subyacen al conjunto de la naturaleza y la sociedad.

Optaron más por una forma de deísmo, aceptando la existencia de Dios y de la otra vida, pero rechazando las complejidades de la teología cristiana.

Más que un conjunto de ideas fijas, la Ilustración implicaba una actitud, un método de pensamiento. De acuerdo con el filósofo lmmanuel Kant, el lema de la época debía ser “atreverse a pensar”.

Francia conoció, más que ningún otro país, un desarrollo de estas ideas. Allí confluyeron el filósofo, político y jurista Montesquieu (El espíritu de las leyes, 1748), Diderot, que emprendió la edición de la Enciclopedia (17511772). Voltaire. Inició su carrera como dramaturgo y poeta, pero es más conocido por sus prolíficos panfletos, ensayos, sátiras y novelas cortas, en los que popularizó la ciencia y la filosofía de su época.

Jean Jacques Rousseau, con su Contrato social (1762), tendría una profunda influencia en posteriores teorías políticas y educativas y sirvieron como impulso literario al romanticismo del siglo XIX. Según Rousseau, las relaciones sociales y políticas se basan no en la idea de autoridad sino en la de


consenso. La figura de Rousseau no sólo será capital en la teoría social de la época sino también en la concepción del arte.

De mayor importancia en este aspecto fue la experiencia de la Guerra de la Independencia estadounidense (en las colonias británicas). A los ojos de los europeos, la Declaración de Independencia y la guerra revolucionaria anunciaron que, por primera vez, algunas personas iban más allá de la mera discusión de ideas ilustradas y las estaban aplicando. El hervidero intelectual alentado por la Revolución Americana concluyó con la Revolución Francesa de 1789.


1.3. Las nuevas teorías económicas: el liberalismo económico

El liberalismo, en sus aspectos económicos, se desarrolló esencialmente en Inglaterra, donde se puso en práctica todo su programa económico. Sin embargo, ya existía un germen de dicha teoría económica en la Fisiocracia, una corriente de pensamiento económico surgida en Francia en el siglo XVIII y la primera que aplicó el método científico a la economía. Se basaba en la existencia de un “orden natural”, obra de la inteligencia divina, al cual debían someterse todas las normas sociales. Solo así el progreso sería posible y los hombres hallarían el camino de la felicidad. Este orden natural debe asegurar los principios de la libertad y de la propiedad.

Los fisiócratas se oponían al mercantilismo, que postulaba que la riqueza y poder de un país dependían de la cantidad de metales preciosos que hubiera acumulado, por lo que regularon el comercio internacional para evitar la salida del país de las reservas de oro y plata. Los fisiócratas defendían una política económica de laissezfaire (o de no intervención pública en la economía) que según ellos produciría de forma natural una sociedad próspera y armónica, y que, por tanto, era favorable al librecambio. También defendían que la agricultura era el único sector productivo capaz de crear riqueza, mientras que el comercio y la industria tan solo permitían la distribución de esta riqueza; los fisiócratas estaban en contra, por tanto, del proteccionismo.

De acuerdo con estos principios, los fisiócratas dividieron la sociedad en tres grandes grupos:

1. Los agricultores, que eran los únicos que podían generar riqueza puesto que ésta estaba en la tierra.

2. Los trabajadoresartesanos, comerciantes, etc. que transformaban lo producido por los agricultores, que pertenecían a una clase estéril por no crear riqueza.

3. Los propietarios, que eran dueños de las cosas, de acuerdo con el “orden natural”.

Los fisiócratas tuvieron una importante influencia durante la década de 1760; sus ideas sobre la economía de mercado influyeron en Adam Smith.

Adam Smith (17231790), economista y filósofo británico (Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, 1776), constituyó el primer intento de analizar los factores determinantes de la formación de capital y el desarrollo histórico de la industria y el comercio entre los países europeos, lo que permitió crear la base de la moderna ciencia de la economía y del liberalismo económico. Smith realizó un profundo análisis de los procesos de creación y distribución de la riqueza. Demostró que la fuente fundamental de todos los ingresos, así como la forma en que se distribuye la riqueza, radica en la diferenciación entre la renta, los salarios y los beneficios o ganancias.

La tesis central de este escrito es que la mejor forma de emplear el capital en la producción y distribución de la riqueza es aquella en la que no interviene


el gobierno, es decir, en condiciones de laissezfaire (dejar hacer) y de librecambio. Proponía la no intervención del Estado en la vida económica, reduciendo su papel al de mero árbitro de la actividad. Smith fue considerado el padre de la economía liberal capitalista de la que otros pioneros fueron Thomas R. Malthus, David Ricardo o John Stuart Mill.


1.4. El impacto de las Revoluciones Liberales

La Revolución Francesa implicó un gran cambio en la organización política y la estructura socioeconómica:

•Nuevo sistema de clases sociales, con su cúspide copada no por una aristocracia hereditaria sino por aquellos con más poder económico.

•Nuevo sistema político, alejado de la monarquía de derecho divino, de tipo parlamentario con ciertos criterios de representatividad territorial y social.

•La eclosión de la nación, el surgimiento de la conciencia de pertenencia a una comunidad nacional (nacionalismo).

•Nueva estructura económica basada en el liberalismo: el capitalismo.

•Independencia del Estado respecto a los poderes religiosos como la Iglesia.

Aunque los excesos de la Convención y el advenimiento de Napoleón dieron lugar a una ola de reacción en toda Europa, la nueva organización política, económica y social acabó por cristalizar merced a diversas oleadas revolucionarias (1820, 1830, 1848), dando lugar a la creación de una serie de repúblicas o monarquías parlamentarias de corte oligárquico y liberal.

Aunque Inglaterra ya contaba con un Parlamento desde el siglo XVII, será en los Estados Unidos y en la Francia revolucionaria donde nacerán los primeros parlamentos en sentido moderno, es decir, que responden a ciertos criterios como el de la representatividad territorial y demográfica, la incipiente existencia de partidos políticos, la ostentación del poder legislativo y el acceso a él por medio del sufragio.

Sin embargo, estas primeras instituciones parlamentarias distaron mucho de ser democráticas: el sufragio fue restringido (basado en criterios raciales y/o de capacidad económica), la soberanía muchas veces se compartía con la monarquía, no se tenía en cuenta a la masa de ciudadanos con menos capacidad económica o cultural, etc.

En lo económico se produjo una verdadera revolución al ser abolidas todas las instituciones que entorpecían el avance del capitalismo: el régimen señorial, las tierras comunales, las manos muertas, los mayorazgos, las restricciones al cercado de las tierras, etc. El capitalismo se estableció como el nuevo paradigma económico, dando lugar, a su vez, a un nuevo sistema de clases sociales donde la nobleza ya no tenía ningún poder real al margen de su poderío económico.

Por último, no hay que olvidar que todos estos cambios fueron muy dispares en cuanto a su desarrollo e implantación: mientras en el Reino Unido el parlamentarismo gozaba de una gran tradición y se desarrolló la


industrialización ya a partir del siglo XVIII, amplias regiones de Europa a inicios del siglo XX aún vivían prácticamente en un sistema económico y social cuasiseñorial (Centroeuropa, Rusia, etc.) o con un desigual desarrollo regional industrial, como en el caso de España, Italia, etc.


1.5. El arte a las puertas del mundo contemporáneo

Las manifestaciones artísticas de este periodo tuvieron un carácter ecléctico que aunaba la tradición rococó con el neoclasicismo academicista y los nuevos influjos románticos, hecho que se plasmó sobre todo, en la arquitectura. La pintura vive un momento de esplendor con el academicismo y el romanticismo que desembocarán a finales de siglo en los experimentos expresionistas e impresionistas tras pasar por movimientos como el simbolismo o el realismo.

El capricho y lo frívolo de la herencia rococó alternó con la severidad y rectitud del academicismo racionalista o la explosión colorista y emocional del romanticismo.

La narrativa también sufrió los mismos influjos, asistiendo a una ingente producción de poesía galante o pastoril, o el ensayo científico o filosófico, aunque predominó la novela con tintes didácticos, ensayísticos, sicológicos o sentimentales que preludiarán la narrativa burguesa del siglo XIX.


2. 2. La revolución industrial.

Parlamentarismo y revolución. La sociedad compartimentada.

3. Hegel y Marx.

4. El progreso de las ciencias.

2.1. La Revolución Industrial

Será la Inglaterra de finales del XVIII el auténtico paradigma y foco de la revolución industrial, de manera que una sociedad agraria pasó a la producción a gran escala con uso de la tecnología en el que, además, se modificó el cuerpo social, pasándose del tradicional campesinado y artesanado al nacimiento del proletariado urbano y una burguesía capitalista (en términos de la historiografía marxista).

Esta polarización social fue fruto de un cambio cualitativo en la propiedad de los medios de producción a lo largo de un proceso largo, lento y constante durante todo el siglo XVIII. Además, la dureza de las condiciones laborales propició el nacimiento de las organizaciones obreras (de clase).

Los factores que hicieron posible esta revolución fueron:

a) La modificación profunda de los valores de la civilización por influencia de la ética protestante, con una nueva visión del trabajo, el éxito personal y el económico, de manera que el beneficio no debe disiparse en lujos, en bienes suntuarios, sino que debe reinvertirse para crear trabajo y así redundar en el bienestar general. La nueva visión del valor del trabajo y el ahorro dio lugar a la industrialización.

b) El desarrollo del mercantilismo, con el consiguiente aumento de las exportaciones y el comercio internacional, con un gobierno volcado en aumentar las ganancias privadas de los ciudadanos de manera que esto redundara en el resto de la población. Se desarrolló un sistema de patentes pionero en el mundo y se desarrollaron la banca y las finanzas: el Estado disponía de una bolsa de capital que prestaba a las industrias a un bajo interés (en torno al 3%), fruto del mercado internacional y la actividad industrial.

c) Cambios demográficos. En el siglo XVIII se da un importante aumento demográfico (mayor en el norte y en el este) en dos fases: hasta 1750 hay un titubeante aumento de la población propiciado por el aumento de la natalidad y limitado por las hambrunas, epidemias y guerras. A partir de 1750, gracias a los avances contra la mortalidad, sobre todo en lo que afecta a los progresos


técnicos en la agricultura, sanidad y alimentación, se da un crecimiento constante y espectacular. También ayudaron a él el aumento de la esperanza de vida, la reducción en la edad del matrimonio y la generalización de las segundas nupcias. Este “stock” poblacional fue el que hizo posible la producción industrial.

d) Cambios en la agricultura (“Revolución agraria”). Se vio muy influenciada por la política de “cerramientos” que se venía practicando desde la edad media y que dieron lugar a la usurpación de las tierras comunales y control de éstas por los propietarios terratenientes, dando lugar, así, a la desestructuración social del campo (el campesinado, desposeído, emigró a las ciudades). Este descenso de la población activa agraria se compensó con creces con los avances tecnológicos: rotación trienal, máquinas sembradoras, selección de especies y semillas, trilladoras, rodillos, etc., de manera que la producción aumentó considerablemente.

e) Revolución de los transportes: De un sistema costoso y lento (red reducida y en pésimo estado, existencia de trabas como los portazgos, canales inadecuados, etc.) se pasó a otro eficiente, amplio y rápido gracias a :

•Creación de una red radial, que partía de Londres. Se financió mediante capital privado, por el sistema de peaje. Se generalizó el uso de la diligencia.

•Cesión de los impuestos de portazgo, paso de puentes, etc., (1835) a los entes locales, que los dedicarían a la mejora y ampliación de los caminos, con nuevos firmes lisos y sólidos (adoquín).

•Mejora y ampliación de la red de canales, para transporte de grandes masas de mercancía (coke, hierro, etc.). Se financió también con capital privado. Produjo un aumento del tráfico y el abaratamiento del transporte de las mercancías pesadas.

• Y, sobre todo, aplicación del vapor a los transportes terrestres (ferrocarriles) y navales. Si en 1830 había un sólo tramo (Liverpool Manchester), en 1850 habían 6620 millas construidas. La navegación a vapor no tuvo tanto éxito debido a la competencia de los “clippers”, a vela, y del influjo de la armada inglesa (a vela). Si en 1865 sólo el 6% de la flota era a vapor, en 1870 era el 20% y en 1900 el 75 %.

Todo ello se tradujo en el aumento de la producción metalúrgica debido a la facilidad del traslado masivo de las materias primas, al abastecimiento regular a gran escala de los mercados, fábricas y ciudades, en la atracción de capitales y la democratización del trasporte de personas. Se desarrollaron enormemente las industrias siderúrgica y textil, la cual en 1800 daba trabajo a 100.000 personas en la producción de hilo y a 250.000 en la de tejidos.


Tuvo gran importancia el desarrollo de la tecnología aplicada (caso de la Academia de las Artes Aplicadas de Glasgow) en campos como la fabricación de hilo y la conversión de éste en tejido. Se aplicó con éxito la tecnología hidráulica y la máquina de vapor. Se abarataron los precios de producción y se propició la producción de algodón (que desplazó a la lana como producto base de esta industria). Una gran red comercial importaba materia prima desde los EE.UU., Egipto e India, la transformaba en la región de Manchester y salía a través del puerto de Londres hacia el exterior.

En cuanto a la siderurgia, se apoyó en la minería hullera, que aumentó su producción desde el siglo XVI (desplazando lentamente a la madera como combustible, en gran parte debido a la escasez de ésta) hasta el XVIII en un 1500%. Se adaptaron a la hulla los altos hornos, con la invención de fuelles idóneos, y se mejoró la calidad y el tratamiento del hierro con la aplicación del vapor a laminadoras, pulimentadoras, etc., haciendo posible que se generalizara entre la población el uso del hierro en los aperos de labranza, herramientas, aplicación a motores, raíles de tren, etc.

En lo cultural, la transformación de las estructuras sociales favoreció la difusión rápida de las ideas, ayudando sobremanera al desarrollo de la carta, el sello, la prensa, la figura del viajante, etc. Aunque desde antiguo existían los medios de difusión de ideas e información de masas como el periódico o el cartel publicitario, la existencia de amplias capas de población con un importante poder adquisitivo propiciará la aparición en paralelo de la sociedad de consumo y los mecanismos, necesidades y particularidades inherentes a ella, como el uso masivo de la publicidad comercial o la propaganda y el marketing, posibles a su vez por el abaratamiento de las técnicas de producción gráfica propiciado por la industrialización y la mecanización de las tareas, como se verá en los apartados siguientes, apoyados por la aparición de nuevas técnicas como la litografía en color.

El ascenso y, más tarde, el dominio de la burguesía caracterizaron la evolución del s. XIX, primero en la Europa occidental y en EEUU, y después en la Europa central. También se vieron afectadas las sociedades rurales tradicionales de la Europa oriental y meridional. El crecimiento económico derivado de la Revolución industrial modificó las estructuras sociales.

La industrialización produjo sus primeros efectos a finales del siglo XVIII en el Reino Unido antes de alcanzar a la Europa occidental, EEUU y más tarde a los estados alemanes. Aunque en sus comienzos no afectara directamente más que a una minoría de la población, supuso el desarrollo de dos grupos sociales a la vez antagónicos y complementarios: los empresarios y las clases obreras.


2.2. Parlamentarismo y Revolución. La sociedad compartimentada

Podemos decir que la Revolución Industrial modificó radicalmente la estructura de la sociedad provocando el enriquecimiento de los poseedores de los medios de producción (burguesía) y el comparativo empobrecimiento de los trabajadores industriales, que pronto fueron conscientes de que su única fuerza radicaba en su unión como clase.

Durante el siglo XIX, la burguesía fue consolidando su poder llegando a dominar el Estado a finales de siglo, haciendo del liberalismo su ideología de clase, ya que consideraba que la sociedad debía ser el resultado del libre juego de las actividades individuales.

E liberalismo conlleva la destrucción del antiguo orden político, pero se despreocupa de las estructuras sociales y económicas. Durante todo el siglo XIX la burguesía protagonizó una serie de oleadas de revoluciones destinadas a conquistar el poder de manera que éste se adecuara a sus intereses. La primera, alrededor de 1830, tenía un carácter antiabsolutista y reivindicaba una monarquía parlamentaria. En 1848 una nueva oleada revolucionaria sacudió Europa con un carácter más popular y demócrata. Por ello, el temor a la revolución social inclina a los liberales (burgueses) a interpretar en sentido restrictivo la soberanía nacional (el poder popular) con la negación del sufragio universal; sólo poseen derecho de voto los grupos con un determinado nivel de riqueza o de cultura (el liberalismo, preocupado por el desarrollo del individuo, concedía una gran importancia a la instrucción), implantando el sufragio censitario.

En definitiva, el poder burgués se basa en una constitución escrita, una monarquía limitada, elecciones y partidos políticos, el sufragio censitario, la descentralización, la igualdad jurídica y la desigualdad social.

El poder burgués se consolidó en el marco de las ciudades, que conocieron un crecimiento extraordinario a lo largo del siglo. Las funciones de la ciudad se multiplicaron con la implantación de nuevas técnicas (iluminación a gas, y posteriormente la eléctrica). Las relaciones se hicieron más funcionales, los comportamientos más individuales y las familias más reducidas. El ferrocarril, con el establecimiento de las estaciones, contribuyó al crecimiento de nuevos barrios. Paralelamente, la ciudad moderna acentuó las divisiones sociales y enfrentó a unos barrios ricos residenciales con otros barrios pobres, desplazados a la periferia. La ciudad era el centro del poder: poder político (asambleas representativas y administración estatal), poder intelectual


(escuelas, bibliotecas) y poder económico (bancos y grandes sociedades de negocios).

La vida urbana exigía unos intercambios monetarios importantes: el dinero se ganaba, se gastaba y circulaba con mayor rapidez, su atractivo estimulaba las actividades y se identificaba con el burgués. Al mismo tiempo, en el extrarradio urbano y en áreas periféricas se asentaba una población marginada del poder y las mejoras sociales y empleada en la industria sin apenas derechos sociales y en condiciones míseras: el proletariado industrial. Al tiempo, el campo se fue depauperando al bascular la economía hacia la industria, de manera que el antiguo sistema estamental se convirtió en un sistema de clases donde la cúspide la copaba la burguesía y la base el proletariado industrial y el campesinado agrario.

En el seno de dicho proletariado se empezaban a extender las ideas socialistas (de carácter anarquista o marxista) alimentadas por una explotación económica que tomó un cariz brutal en muchas ocasiones. Los cada vez más frecuentes huelgas, plantes o manifestaciones obreros inculcaron en la burguesía un temor a la revolución social que se plasmó en un cada vez más reaccionario sistema de representación política y en el recorte de derechos sociales, a la par que se reafirmaba el carácter autoritario del Estado.


2.3. El progreso de las ciencias y la filosofía. Hegel y Marx

Una de las consecuencias de la Ilustración del siglo XVIII fue el avance de y progreso de las ciencias, no sólo en el ámbito universitario o académico, sino incluso en pequeños gabinetes, círculos o en el seno de tertulias. Las ciencias experimentaron un desarrollo sin precedentes, de manera que sus descubrimientos y conclusiones pudieron aplicarse muy pronto a la industrialización.

La física y la matemática, a partir de Newton, experimentó su eclosión con los trabajos de Laplace, Maxwell, D'Alembert, Lagrange, etc., y se desarrolló sobremanera a lo largo del siglo XIX en las ciencias aplicadas (ingeniería) de la mano de los descubrimientos en el campo de la química (termodinámica, ciclos adiabáticos, etc.).

En el campo de las ciencias naturales destacó el afán de conocimiento y clasificación personificado en el trabajo de Linneo, Buffon o Celestino Mutis. La teoría de la evolución de Darwin también marca un punto y aparte en este campo de la ciencia.

Las ciencias sociales como la demografía, la geografía científica, la paleoantropología, etc., también nacen en este momento.

G. W. F. Hegel (Stutgart, 1770 Berlín, 1831) fue uno de los más influyentes pensadores alemanes del siglo XIX. Su filosofía trata de superar las dicotomías kantiana (objetosujeto, finitoinfinito, serdeber, etc.) para llegar a la unidad, a la totalidad, que Hegel llamaría por distintos nombres: el Espíritu, Dios, el Yo absoluto, etc. Cada manifestación de esa unidad sería un fenómeno, de manera análoga a cómo vemos las burbujas hirvientes de la superficie del agua en una olla, que en realidad son sólo reflejo (manifestación, fenómeno) de corrientes convectivas producidas por el calor en el interior de todo el líquido.

El pensamiento hegeliano puede enmarcarse en el Idealismo, de manera que no es la naturaleza sensible la única realidad, sino que hay que buscarla en algo más complejo: la realidad es algo que existe a la vez en y al margen de lo sensible y que es Uno, indisociable tanto lo que percibimos de manera objetiva como de manera subjetiva.

El método usado para estudiar y comprender la estructura de esta realidad única será el método dialéctico, el cual, partiendo de oposiciones duales (entre una tesis y su antítesis) que dan lugar a una síntesis generada por sus contradicciones, va escalando en grado de conocimiento en un movimiento helicoidal.

Hegel no atomiza el conocimiento sino que une todo con todo en una serie de interrelaciones dialécticas, de manera que el conocimiento no se alcanza por deducción, integrando así lo objetivo con lo subjetivo. Mientras en un primer momento el entendimiento aisla las nociones, la dialéctica las interrelaciona e integra en nuevas unidades. Pero será necesario el uso de la


razón, por fin, para superar el desequilibrio dinámico de la dialéctica e integrar las nociones obtenidas dialécticamente en una unidad estable.

Hegel va elevándose dialécticamente a través de los fenómenos (manifestaciones) de ese Espíritu o realidad única (fenomenología del Espíritu) desde el conocimiento natural (o sensible) al conocimiento filosófico (el Saber Absoluto) en tres fases o momentos que son, además, un viaje retrospectivo a través de la Historia de la Humanidad y que presuponen una especie de Teleología o finalidad dirigida de manera que la evolución dialéctica se corresponde con la evolución del ser humano primero en cuanto a ser individual y luego en cuanto a ser social (la Humanidad).

La importancia del pensamiento de Hegel no se encuentra sólo en el método dialéctico, de gran repercusión en la filosofía posterior, sino el de haber integrado por primera vez en la filosofía ideas como el nacionalismo, la finalidad histórica de los pueblos o el sentimiento de pertenencia a un conjunto superior a lo individual con una existencia propia. Sin embargo, el punto débil de la filosofía de Hegel fue la conciliación de la Religión con la Filosofía. De esta manera, Hegel influyó en toda una generación de pensadores divididos entre la Derecha Hegeliana (los que intentaban conciliar cristianismo y filosofía) y la Izquierda Hegeliana (los que utilizaron la dialéctica para hacer una crítica demoledora del cristianismo).

Karl Marx (Trier, 1818 Londres, 1883), partiendo de los postulados de la Izquierda Hegeliana, establece que no debemos tratar de conocer las cosas, sino de transformarlas. Marx parte del materialismo (lo único existente es lo real, lo perceptible) y de la crítica social, percatándose de que el ser humano debe ser tenido en cuenta en su individualidad, como ser que vive, sufre, crea o trabaja y cuya existencia está determinada por las condiciones materiales y sociales.

Marx vació la dialéctica de todo idealismo y la aplicó a la Sociedad y la Historia, descubriendo que ésta no consistía en otra cosa que en una lucha de las clases explotadoras (poseedoras de los medios de producción) sobre las explotadas, opresores sobre oprimidos, de manera que en el seno de cada sociedad, determinada a su vez por el modo de producción, surge una serie de contradicciones que la llevan a la transformación por medio de saltos (revoluciones) donde una nueva clase se apropia de los medios de producción. Además del estudio diacrónico (evolución en el tiempo) será necesario, a su vez, el estudio sincrónico (horizontal): la economía, sociedad, sistema de creencias, etc. La base de cualquier fenómeno histórico se encontraría, por tanto, en la estructura económica y las relaciones de producción entre las distintas clases sociales, estructura que determina de manera directa una superestructura ideológica (leyes, religión, costumbres, etc.) hecha a imagen y semejanza de los intereses de las clases dominantes.

Marx introduce el concepto de modo de producción, que engloba no sólo al modo de producción de bienes sino a toda la estructura y superestructura social. Hablaríamos así de una serie de modos de producción


que se sucederían en el tiempo: esclavista, feudal, capitalista. Como último estadio histórico tendríamos el modo de producción capitalista, donde la clase dirigente (la burguesía capitalista) se apropiaría de las plusvalías generadas por el trabajo del proletariado a cambio de un salario generando las condiciones necesarias para que los proletarios se vieran obligados a aceptarlos.

Pero Marx no se conforma con la dimensión académica del materialismo histórico, sino que pretende un fin práctico para su filosofía, sin el cual estaría vacía: el proletariado estaría llamado a conquistar las estructuras políticas para alcanzar un nuevo modo de producción, el socialista, donde se abolirían tanto las clases como el Estado y el trabajo dejaría de ser alienante para constituir la verdadera esencia de la creatividad humana, un estado de cosas donde se acabaría con toda explotación y toda desigualdad.

El marxismo, en su dimensión práctica, tuvo enormes repercusiones en la formación, desarrollo y organización del movimiento obrero internacional, de manera que ya en el siglo XIX el comunismo se convirtió en un fenómeno de masas capaz de convulsionar a todo el mundo occidental y cristalizó en un vigoroso movimiento sindicalista de carácter internacionalista y revolucionario.


APÉNDICE. FASES DE LA DIALÉCTICA DE HEGEL

● Fase de la conciencia:

○ Primero se tiene una certeza sensible de los hechos particulares.

○ Más tarde se generaliza ese conocimiento (percepción) como algo dotado de un conjunto de propiedades o categorías.

○ Por último se integra (entendimiento) la percepción objetiva de las propiedades con la unicidad concebida por la conciencia.

● Fase de autoconciencia:

○ Con el entendimiento surge una dicotomía entre un mundo externo (sensible) y otro interno (suprasensible) que conciliamos a través de conceptos y relaciones abstractas. Esa conciliación intelectual que liga lo sensible con lo suprasensible nos lleva a tomar conciencia de nosotros mismos: es la autoconciencia o conciencia subjetiva, de manera que surge el yo individual.

○ La primera manifestación del yo es el deseo egoísta; pero, al encontrarse con otros yo, surge la necesidad de verse reconocido. Se entabla una lucha y se llega a lo que Hegel denomina relación SeñorEsclavo: ya que no todos pueden vencer (reconocimiento), sólo unos pocos se realizan (amos) mientras el resto (esclavos) se encuentran en una situación de la quieren escapar por todos los medios.

○ Para superar esa situación, aparecen ciertas posturas filosóficas:

■ El estoicismo. El estoico, al no alterarse por nada, es asimilado por Hegel al esclavo que cree que es libre porque así lo piensa en su interior: es una ilusión de libertad, una evasión.

■ El escepticismo. Se niega la realidad para negar la esclavitud, pero (dice Hegel) las cadenas siguen existiendo por mucho que se nieguen.

■ La conciencia infeliz o subjetivismo piadoso. Es el inicio del fenómeno religioso: el esclavo se entrega a la divinidad como hecho inevitable a cambio de verse reconocido por ella. Hegel asimila este estado a la sicología medieval.

● Fase de la Razón. Se asume que el mundo (objetividad) y el yo (subjetividad) no son excluyentes, sino que conforman juntos la realidad. Hegel asocia este nuevo estadio a la modernidad. También se desarrolla en distintos momentos:

○ La Razón observadora:


■ La Conciencia se percata de que no sólo existen seres físicos, sino dotados de voluntad, de acciones tendentes a un fin (Naturalismo Renacentista).

■ Se estudian en una segunda fase las leyes lógicas y sicológicas, de manera que se percata de que el ser humano no sólo está determinado por las circunstancias, sino que es como decide ser.

○ La Razón actuante: la ética.

■ Tras pasar por una etapa de la búsqueda del placer egocéntrico, en la que los deseos personales chocan con los sociales, se pasa a una etapa que Hegel denomina de la Ley del Corazón, etapa de altruismo idealista que choca con la Ley de la Realidad. Esta fase se supera despojándose del individualismo para realizarse dentro de la Sociedad: la Ley del Orden.

■ Sin embargo, ese camino conduce al autosacrificio. La única manera de superar la contradicción será reconciliar el mundo con la individualidad: el único camino posible es la toma de conciencia de pertenencia a una unidad global, donde la acción individual se apuntale con las demás.

○ La Razón Legisladora:

■ Al comprobar que los actos individuales comprometen a los de los demás, se pasa de la fase individualista a la cooperativa, en la que se harán leyes que beneficien a todos y establezcan la justicia.

■ La contradicción de esta etapa surge al aplicar las leyes a las circunstancias individuales.

○ La Razón examinadora de las Leyes: la Razón se limita a examinar las leyes ya dadas, que existen sin más como fruto de la propia razón. La moral consistiría en atenerse a lo que es justo sin ponerlo en evidencia.

● Fase del Espíritu.

○ En esta fase la Razón se siente integrada en la globalidad, llegando a una sociedad constituida por un conjunto de leyes y costumbres, única en cuanto que las acciones de todos y cada uno están íntimamente relacionadas en un único ser (el Espíritu del Pueblo), que personifica la esencia de las naciones.

○ La contradicción entre lo general y lo individual se soluciona con el derecho individual, que dará lugar a una atomización de la sociedad en un conjunto de individualidades, sujetos de derecho, cuya máxima expresión es el monarca absoluto, detentador de todos los derechos. De esta manera, lo singular (la existencia


cotidiana) está desligado de lo universal. Esta dicotomía la asimila Hegel al conflicto entre fe y razón, entre el mundo humano y el mundo propio de Dios.

○ Esta contradicción se resuelve a través de la Revolución, cuyo desenlace es el Terror.

○ Por último, la única solución es la voluntad del individuo integrada libremente en la sociedad. Hegel asocia esta fase al cristianismo, forma suprema de lo religioso.

○ Cuando, por fin, el saber no necesita ir más allá, llegamos al conocimiento filosófico, estado supremo del Espíritu donde sujeto y objeto coinciden al estar integrado el yo en la comunidad espiritual.


APÉNDICE. EL MARXISMO

Al socialismo utópico de los primeros pensadores obreristas (Blanchi, Babeuf, etc.), se le viene a oponer el llamado socialismo científico o marxismo, el cual llega a sus conclusiones tras un detallado análisis de todos los aspectos de la realidad ofreciendo una teoría global, que abarca desde la economía hasta lo social.

Karl Marx, desengañado por las revoluciones liberales decimonónicas, las combate y explica el papel de la clase trabajadora en una futura revolución proletaria. Desde las obras La miseria de la Filosofía (1847) y el Manifiesto Comunista (1848) hasta su obra más elaborada, El Capital. Sus ideas fundamentales son:

• Necesidad de pasar de las ideas a la práctica (praxis).

• Rechazo del socialismo no científico.

• Visión de la historia y la sociedad como una continua lucha de clases.

• Descripción de las contradicciones del capitalismo, germen de su propia autodestrucción.

• Explica el movimiento de la historia a través de la economía.

• Son importantes los conceptos de:

1. Materialismo histórico: la historia se interpreta como una relación dialéctica (en sentido hegeliano) entre la base económica (infraestructura) y la ideológica (superestructura), en la cuál los cambios de la primera implican cambios en la segunda y viceversa.

2. Lucha de clases: Marx afirma que los hombres luchan colectivamente, enmarcados en su clase social (determinada por los procesos de producción), ya que unos individuos se condicionan a otros. La historia consistiría en una serie de cambios en la formación de clases determinados por el control de los medios de producción.

3. Dictadura del proletariado: En el proceso de conquista de una sociedad sin clases y sin Estado (el Comunismo), sería necesaria como penúltima fase una en la cual el proletariado conquistase el Estado e iniciara, desde su cima, un proceso de desmantelamiento del sistema y de construcción del Socialismo. Esta fase transitoria es la denominada dictadura del proletariado, caracterizada por la colectivización de los medios de producción y el gobierno (según Lenin y Trotsky) de los más sobre los menos.

4. Plusvalía: el origen de la riqueza estaría en el valor (plusvalía) que el trabajador añade al proceso de producción, pero que no percibe en su salario.


Este sería la esencia del Capitalismo: La apropiación del valor añadido por parte de los dueños de los medios de producción.

A lo largo de la primera mitad del siglo XIX las asociaciones de obreros se fueron organizando en una Asociación Internacional de Trabajadores, cuyo primer congreso fue en Londres en 1864, reuniendo compromisarios de toda Europa. En esta 1ª Internacional se enfrentaron las ideas de anarquistas y marxistas, provocando la escisión y creando en 1889 la IIª Internacional, ésta ya de carácter marcadamente marxista y mucho más organizada. Ya en el siglo XX, a raíz del triunfo en Rusia de la primera revolución socialista, se creará la IIIª Internacional (Komintern o Internacional Comunista) integrada por los partidos comunistas recién creados. Como repulsa al estalinismo, aún se creará una IVª Internacional, de carácter trotskista.


3. Los procesos de unificación política en Europa.Tras las convulsiones sufridas en Europa por la Revolución Francesa

y las guerras napoleónicas el mapa de Europa sufre grandes cambios.

Aunque la Europa postnapoleónica adquiere rasgos conservadores en cuanto a la política aplicada por las potencias vencedoras (etapa llamada de la Europa de los Congresos), el nacionalismo eclosiona y arraiga en las distintas nacionalidades que conformarán la Europa contemporánea. Así, surgirán grandes Estados nacionales como Alemania, Italia o Grecia; se crearán grandes Estados multinacionales como los imperios Austrohúngaro, Ruso o Turco; y cristalizarán los nacionalismos transfronterizos, como el paneslavismo o el pangermanismo.

3.1. La Europa de los Congresos

Los Estados que vencieron a Napoleón acordaron en 1814 volver al viejo sistema de Utrecht, en el que primaba el equilibrio sobre la fuerza. Así, Austria, Prusia, Rusia e Inglaterra junto a la Francia cuya monarquía había sido restaurada acordaron en una serie de Congresos internacionales (el primero en Viena) un statu quo que implicaba una serie de directrices y acuerdos:

● Principio de legitimidad monárquica y tradición histórica, sintetizado en la unión indisoluble del trono y el altar.

● Solidaridad de las monarquías europeas ante el enemigo común ( la revolución liberalburguesa y el derecho de los pueblos a la autodeterminación).

● Mantenimiento del equilibrio político entre las potencias del sistema internacional o Pentarquía.

● Creación de una fuerza militar multinacional de carácter antiliberal, los cien mil hijos de san Luis, lista para actuar en cualquier parte de Europa en caso de intento de abolición de cualquier régimen absolutista, como fue el caso español reinando Fernando VII.

Pese a que este sistema funcionó relativamente bien durante unas décadas, desde muy pronto empezó a hacer aguas, debido sobre todo a los intereses antagónicos de los Estados que conformaban la pentarquía. Inglaterra primaba sus intereses comerciales por encima de todo; Austria y Rusia estaban enfrentadas en su intento de expansión por los Balcanes a costa del Imperio Turco; y Francia y Alemania tenían serios problemas fronterizos. A ello se les unió la pujante aparición de los nacionalismos y los intentos de unificación nacional o de secesión provocados por las tres grandes oleadas revolucionarias (1920, 1930 y 1948). El tiro de gracia del sistema de la Europa de los Congresos lo dieron las unificaciones alemana e italiana, que alteraron sustantivamente el mapa político, económico y militar. Un nuevo equilibrio se alcanzaría a finales de siglo mediante los llamados sistemas bismarckianos.


EL DECLIVE DEL IMPERIO OTOMANO Y LA INDEPENDENCIA DE GRECIA Y DE BÉLGICA

A inicios del siglo XIX el Imperio Otomano, otrora todopoderoso, estaba en franca decadencia económica, política y cultural, hecho que intentaron aprovechar los distintos estados europeos que se encontraban bajo su soberanía, como era el caso de los países eslavos del sur de Europa y de Grecia. Pese a que el sistema surgido de las guerras napoleónicas perseguía un equilibrio que excluía cualquier cambio drástico en el mapa de Europa, Rusia estaba muy interesada en obtener una salida al mar Negro mientras Inglaterra ansiaba una base económica en el Mediterráneo Oriental. Estas circunstancias confluyeron en 1820 cuando los griegos se levantaron contra los turcos. Tras una guerra de independencia inmortalizada en los cuadros y obras literarias de los artistas románticos de toda Europa (Lord Byron, por ejemplo, participó en persona en dicha guerra) Grecia consiguió emanciparse del Imperio turco e inició el declive territorial de dicho Imperio, ya que a lo largo del siglo XIX conseguirían su independencia Bulgaria, Rumanía, Serbia y Montenegro.

También Bélgica alcanzaría su independencia de Holanda. Pese a que Austria renunció a su soberanía para crear una estado tapón entre Francia y Alemania anexándola tras las guerras napoleónicas a la monarquía holandesa, se aceptó su independencia en 1830, al calor de la oleada revolucionaria de ese año, aunque conformada como reino de carácter católico y tradicionalista.

LAS OLEDAS REVOLUCIONARIAS

El mayor problema que tuvo que afrontar el sistema de la Europa de los congresos fue el auge del nacionalismo y del liberalismo. Se produjeron tres oleadas europeas de revoluciones de carácter liberal o burgués, que no aspiraban tanto a cambiar la base económica de la sociedad como un cambio político en dirección de integrar a las élites económicas en los gobiernos de los estados.

Así, la primera oleada se produjo en algunos países del sur, como España (pronunciamiento de Riego) o Grecia (que consiguió su independencia) o en países de Europa central como Alemania, y su pretensión era la de abolir el absolutismo monárquico. En América tuvo el carácter de Guerra de Independencia de la metrópoli, y tuvo como resultado la creación de repúblicas de carácter liberal.

La segunda de estas oleadas se produjo en 1830, y sus consecuencias más importantes fueron la del cambio dinástico y político en Francia (instauración de una monarquía parlamentaria en la figura de Luis Felipe de Orleans) y la independencia de Bélgica.

Y la tercera, de carácter ya más progresista (en cuanto que se pedía una democratización del sufragio e incluso la república en Francia), se dio en 1848, y, por una parte, encendió la llama del nacionalismo que cuajaría en la


unificación de Italia y de Alemania y la emancipación de los países balcánico; y, por otra parte, supuso la eclosión de la toma de conciencia como clase del proletariado industrial.

LA UNIFICACIÓN ITALIANA

En 1857 Italia era un conjunto de pequeños Estados sin unidad política ni económica, sólo unido por un fuerte vínculo histórico y la lengua común.

El Estado más fuerte era el piamontés del rey Víctor Manuel que aspiraba abiertamente a la unificación política de Italia. Le apoyaba en sus pretensiones Francia, aunque con matices, ya que si bien la unificación de Italia perjudicaba a sus enemigos austriacos y hacía de la península un espacio satélite de Francia, los católicos franceses rechazaban la intervención directa, ya que perjudicaba los intereses del Papado.

En 1857 Francia prometió la ayuda militar a Víctor Manuel con la condición de hacer una Confederación Italiana de Estados (para hacer preponderante en ella el papel de la Santa Sede) y en 1859, por una buena coyuntura (problemas internos en el Imperio Británico India, expansión rusa, Prusia implicada en la unificación alemana, etc.) ocuparon Lombardía con apoyo francés (en las batallas de Solferino y Magencio), aunque se apresuraron a firmar un armisticio con Austria por una serie de inconvenientes (el complicado desalojo de Verona, el miedo a una intervención prusiana, el fortalecimiento de una casa real Saboya, etc.).

Gracias a la acción piamontesa, se produjo una activación del nacionalismo italiano por toda la península, cristalizando en la anexión por plebiscito de varios estados como Módena, Parma y Toscana, aunque algunos territorios piamonteses se incorporaron a Francia (Niza y Saboya) por este procedimiento (1860). En 1861, por la acción revolucionaria de un grupo de nacionalistas (los camisas rojas de Garibaldi) se desintegró el Reino de Nápoles, que por una serie de vicisitudes acabó por aceptar la soberanía de Víctor Manuel.

Pese a que la unificación se llevó a cabo por el apoyo diplomático anglofrancés, Víctor Manuel dio un giro en su política y en 1866 se alió a Prusia en su conflicto con Austria (obteniendo el Véneto) y en 1870 contra Francia (con lo que obtuvo los territorios de la Santa Sede).

Sin embargo, para los nacionalistas más recalcitrantes la unificación no estaba concluida, ya que reivindicaban los territorios anexionados en plebiscito por Francia (Niza y Saboya) y además el Trieste, Trentino y las Islas Dálmatas, dando lugar al irredentismo (reclamación de los territorios “no


redimidos”, de la “Italia irredenta”) que se incorporó al cuerpo doctrinal del nacionalismo italiano (y, a la postre, explotado hábilmente por Benito Mussolini).

La brecha entre el Estado italiano y el Papado no se cerró hasta los Pactos de Letrán (1929), y generalmente se asoció el anticlericalismo al nacionalismo militante.

El nuevo régimen de la Italia unificada no borró las diferencias nortesur (tanto sociales como económicas) y dio lugar a un sistema parlamentario escasamente democrático (de carácter censitario extremo) donde campaban la corrupción y las políticas erráticas y poco realistas, lo que se convirtió en el caldo de cultivo perfecto para el radicalismo político que caracterizó a la política italiana de la primera mitad del siglo XX (desde el anarquismo hasta el fascismo, pasando por el marxismo, el nacionalismo republicano, etc.).

LA UNIFICACIÓN ALEMANA

En el Congreso de Viena, Prusia y otros estados más plantearon la idea de una Alemania fuerte y unificada, pero se encontraron con la oposición de Austria, que quería mantener su secular hegemonía sobre el mundo germánico. Se creó, no obstante, la Confederación Germánica, integrada por todos los estados del antiguo Imperio (incluidas Prusia y Austria, rivales empedernidas) excepto Baviera, Baden y Gutenberg. Se creó una Dieta Federal, presidida por el Emperador austriaco, lo que implicaba el control de Austria y la paralización de una unificación política ulterior.

En sentido opuesto, Prusia creó en 1830 una Unión Aduanera (Zollvereing) con los estados del norte (y algunos del sur) de la Confederación (proyecto económico que funcionó desde 1834 en 25 estados) para avanzar en la unificación por la vía posibilista. La prosperidad económica que tuvo lugar en los estados del Zollvereing despertó la hostilidad de Austria, que vio como el unionismo alemán se afianzaba en todos los sentidos: se unificaron las anárquicas redes de ferrocarriles y carreteras, se potenció la navegación en el Rhin, aparecieron desde 1850 periódicos de tirada nacional (como el Deutsche Zeigtug), nació la Confederación Empresarial Alemana, se asientan las bases políticas e ideológicas con personalidades como Hegel o Fische, etc.

En 1860 asciende al poder Otto von Bismarck, figura clave de la unificación germana, un junker del Brandeburgo prusiano, antiliberal, antisocialista y antidemócrata, pero hábil político capaz de armonizar a los contrarios. Entre 1862 y 1866 se enfrentó al parlamento e impuso una dictadura de hecho, al eclipsar con su envergadura política al resto de sus adversarios. Apoyó y se apoyó en el ejército, al que potenció y modernizó convirtiéndolo en una temible maquinaria que demostró su eficacia en la Guerra de los


Ducados. La citada guerra se dio en los ducados norteños de Holstein, Sleswig y Kiel (de soberanía danesa desde 1721 pero con un gran porcentaje de población alemana embebido de nacionalismo antidanés fomentado por Larusen, en la nómina de Bismarck), donde, aprovechando un conflicto de carácter sucesorio, Prusia intervino ocupando Holstein en 1863. Tras el ultimátum para la desocupación de los tres ducados y un hábil manejo de la diplomacia (obteniendo el apoyo de Austria), se llegó al Tratado de Praga: anexión de Sleswig y Kiel a Prusia mientras que Austria obtenía Holstein. A la larga el Tratado de Praga desembocaría en la guerra abierta con Austria, ya que tras un proceso en el que Prusia exigió derecho de paso a través de Holstein, alimentó la agitación nacionalista, pidió la integración germánica con modificación de la dieta y firmó un tratado que aseguraba la neutralidad de Rusia y otro ofensivodefensivo con Italia (1866), los ejércitos aliados de Prusia, Italia y los estados del Norte de Alemania arrollaron a la alianza de los alemanes del sur más Austria tras la batalla de Saboda.

De una manera paralela, se pertrechó al ejército, se aceleró el desarrollo industrial y se firmaron una serie de tratados para aislar al estado francés en caso de conflicto( Austria, Rusia, Inglaterra neutral, pero que quería minar la economía francesa), de tal modo que se estaba en condiciones de atacar a Francia (con un fuerte sentimiento contrario a la guerra en su opinión pública) ocupando Alsacia, Lorena y el resto de los estados del sur. Tras la batalla de Sedán (1870), se consumó su anexión y se concluyó la unificación de Alemania.

EL PANGERMANISMO

En ésta época de esplendor de Alemania como Estado pujante cristaliza un sentimiento nacional germánico que aspira a la unión de todos los alemanes en un mismo Estado. Este sentimiento hunde sus raíces en el siglo XIX, muy influenciado por el liberalismo napoleónico, y se plasmó en las manifestaciones artísticas y literarias del romanticismo alemán, como en el caso de Goethe. Existían importantes minorías alemanas en toda Europa, desde Rumanía a Suiza, incluyendo Bohemia y Moravia, Ucrania, Austria, Polonia, etc. Este pangermanismo sería sostenido por los intelectuales y gestionado por la aristocracia y la cúpula militar alemana, y alimentaría a la postre la Iª Guerra Mundial y el consiguiente ascenso del nazismo tras la república de Weimar.

EL PANESLAVISMO

De una manera parecida surgió un sentimiento de identidad nacional eslava, sobre todo entre los diversos pueblos eslavos del sur, que acabarían uniéndose en Yugoslavia bajo hegemonía serbia. Este paneslavismo tenía como referente a Rusia y la religión ortodoxa como seña de identidad. Sin embargo, no puede asociarse a todos los pueblos eslavos, ya que, por ejemplo, Polonia desarrolló de manera independiente un fuerte sentimiento nacionalista, al igual que Bulgaria. Rusia y Serbia explotaron este sentimiento para reforzar


sus respectivos estados y para concertar una alianza tácita entre ellos, alianza que se mantiene en nuestros días y que en 1914 fue una de las múltiples causas del inicio de la Iª Guerra Mundial.


4. El naturalismo de Zola. El romanticismo literario. La ruptura con los modelos narrativos tradicionales.

LA RUPTURA CON LOS MODELOS NARRATIVOS TRADICIONALES

Tras el ciclo revolucionario entre los años 1820 y 1848 se abre en Occidente un nuevo periodo en el que la sociedad ha cambiado tanto que apenas se parece a la del Ancien Règime. Tanto la estructura social como la clase dirigente política han evolucionado hacia el triunfo de las estructuras liberales. La burguesía se ha asentado en todos los Estados mientras que el capitalismo ha echado por tierra las viejas estructuras tradicionales creando una nueva fisionomía urbana y una nueva distribución de la riqueza.

Al mismo tiempo surge la clase obrera y todo lo relacionado con su eclosión: suburbios proletarios de las grandes ciudades industriales, problemas derivados de la masificación y ausencia de higiene, toma de conciencia de la sociedad en la dirección de paliar lo que incluso amplias capas de la burguesía consideran como aberraciones, etc.

Las expresiones artísticas no son ajenas a estos sucesos, sino que son reflejo fidedigno de la realidad contemporánea. Surgen así nuevos estilos literarios que son demandados por una nueva clase social, la pujante burguesía, que ya no está interesada en novela galante o pastoril sino en otro tipo de literatura acorde con los tiempos que le ha tocado vivir.

EL ROMANTICISMO LITERARIO

El Romanticismo surge en primera instancia como reacción a los excesos del clasicismo y como respuesta ideológica a los excesos de la revolución. De este modo, las fuentes de inspiración de los románticos serán la emoción, lo remoto, el pasado medieval, etc., acuñando una nueva estética, una nueva categoría: lo sublime (todo aquello que nos atrae pese a atemorizarnos). El gótico se revaloriza a la par que surge un interés hacia la literatura medieval que es, a la vez, la fuente de las literaturas nacionales en consonancia con el auge del nacionalismo. Al mismo tiempo se desarrolla la lírica intimista o el relato fantástico o de terror, en consonancia con las nuevas categorías estéticas.

Será el espíritu, el estado de ánimo, lo que se resaltará en la literatura romántica. La vivencia personal, la emoción, lo espiritual, será fuente constante de inspiración.

Un rasgo esencial del Romanticismo es su multidisciplinaridad, ya que se da en todas las corrientes y variedades del arte, desde la música a la pintura pasando por la literatura. El romanticismo es más un movimiento y una toma de postura vital que una corriente estética.

En pintura, por ejemplo, aparece como tema de primer orden el paisaje, protagonista de muchos cuadros en sus formas más diversas, desde los paisajes desolados, aterradores o impresionantes de Patinir o Friedrich, al intimismo amable de Constable. Los temas son agitados y violentos, y abunda


la temática exótica u orientalista. En música es el tiempo de los grandes genios como Beethoven o Schumann.

En cuanto a la literatura, es un periodo de gran riqueza creativa y el surgimiento de importantes géneros, como la mentada novela gótica o de terror, cuyos orígenes se pueden rastrear hasta El Castillo de Otranto, de Walpole (1764), o la poesía lírica de temática amorosa o esotérica.

Los antecedentes se remontan en Alemania al movimiento Sturm und Drang (tempestad y empuje) o en Francia a la publicación De Alemania de Madame de Staël, en la que postulaba el agotamiento del clasicismo, aunque se conviene que el punto álgido es el estreno en 1820 de María Estuardo de Schiller o en 1830 de Hernani, de Victor Hugo. En esta época dorada tenemos la poesía inglesa de Byron, Keats, Wordswoth, Coleridge o Shelley, o la alemana de Schlegel, Schelling o Novalis, y es de destacar la producción novelística de Dumas o Victor Hugo. En España destacan las figuras de Espronceda o Bécquer.

EL REALISMO

En la segunda mitad del siglo XIX aparece una nueva corriente artística como reacción al Romanticismo: el Realismo. Surge en esencia como reacción ideológica a la blandura de las posturas críticas ante la realidad. El realismo intentará plasmar los claroscuros de la sociedad contemporánea sin dejar ningún resquicio por descubrir.

En pintura surgirá con la obra de Courbet, que usará su obra para poner en evidencia las diferencias de clase en la Francia de su tiempo y para criticar una concepción del arte como propiedad de las elites a espaldas de la masa. Su obra estará influida por el socialismo de su amigo Proudhom. Daumier o Meunier serán también grandes maestros de la tendencia realista, inaugurando incluso el género de la caricatura.

También influirán en el realismo los descubrimientos científicos de la época, el psicologismo y la corriente filosófica positivista, que harán posible la creencia de la posibilidad de un conocimiento científico de la sociedad con objeto de mejorarla. Se intenta reflejar tal cual la realidad social, de una manera objetiva y lo más fielmente posible, con reminiscencias moralizantes. Es la época de El Capital, de Marx, de El origen de las especies, de Darwin o de la obra de Malthus.

En literatura los temas que tendrán la primacía serán de índole social y tratarán sobre la vida del proletariado urbano, de los campesinos, de los trabajadores, de los desheredados...Algunos escritores románticos como Walter Scott tendrán una importancia decisiva, aunque el realismo se consagrará con la obra de Balzac. Se intentará reflejar fielmente no sólo las formas de vida sino también las costumbres y los condicionantes de la acción humana, por lo que la literatura realista tendrá una enorme carga de psicologismo y de sentimentalismo. Como autores destacados debemos citar a Stendhal, George Sand (Aurore Dupin) o Flaubert en Francia; Dickens en Inglaterra; Tolstoi o Dostoievski en Rusia. Tendrá variantes que abarcarán desde el costumbrismo,


blando en cuanto a lo social, al naturalismo, caracterizado por su ácida crítica social.

EL NATURALISMO DE ZOLA

Como evolución del realismo apareció el naturalismo como expresión extrema de éste. Influyó mucho en este estilo literario la obra de Herbert Spencer y de Lamarck, precursores del llamado en el futuro darwinismo social. El naturalismo no se conformaba con poner al aire los entresijos del alma humana, sino que incluso evitaba ocultar los aspectos más escabrosos, indecentes o antiestéticos. Su mayor representante fue Zola, en Francia, aunque el naturalismo se dio en toda Europa.

El naturalismo toma partido de forma crítica por los sectores desfavorecidos, denunciando la realidad social, utilizando como recurso la asepsia del autor, la mínima presencia de subjetividad. Mientras que la novela realista se limita a describir, la naturalista intenta desentrañar las causas sociales y la herencia biológica para explicar el comportamiento de los personajes.


5. La psicología experimental. La teoría de la relatividad de Einstein. Nietzsche.

En el tránsito del siglo XIX y XX, a la par que la llamada Segunda Revolución Industrial (la que se basa ya en el petróleo y la electricidad) se produce una verdadera revolución intelectual que sacude los cimientos de todo el saber anterior y que de una u otra manera marca un punto de no retorno en cuanto a que se demuelen los viejos paradigmas. Así, la psicología experimental hará ver al hombre no como el producto más elaborado de la creación divina sino como un animal más guiado muchas veces por su percepción y sus instintos, cuyo comportamiento está marcado a nivel inconsciente. Por otra parte, la ciencia dará un paso de gigante dejando atrás la física clásica y adentrándose en nuevas experiencias que darán lugar a la mecánica cuántica y a la relatividad einsteniana. Y, en el campo de la filosofía, aparecerá la figura de Nietzsche, auténtico revulsivo vitalista en un panorama marcado por el racionalismo.

LA PSICOLOGÍA EXPERIMENTAL

A finales del siglo XIX e inicios del XX nace en el ámbito germánico y anglosajón la psicología como ciencia, con un neto carácter experimental. Si en periodos anteriores el sujeto humano había sido entendido como una dualidad cuerpoalma, ahora los investigadores sociales y los psicólogos se adentran en el estudio del cerebro humano como base de su psiquis, alejados de cualquier explicación religiosa.

Los orígenes de la psicología como ciencia hay que rastrearlos en filósofos empiristas como Locke y Hume y en positivistas como Comte. Para ellos, cualquier conocimiento debe partir de la percepción y de la experiencia, por lo que todo saber, todo conocimiento, tiene una base física o, en el caso del comportamiento y la psiquis (que significa alma en griego) humanos, una base fisiológica.

Los primeros experimentos se realizaron a lo largo y ancho de todo el mundo desde una perspectiva behaviourista, es decir, explicando el comportamiento humano en base a estímulos que producen una respuesta. En esta línea se sitúa el ruso Paulov, con sus famosos experimentos con el comportamiento canino y su extrapolación al humano. Skinner siguió su senda de manera que dieron lugar a una escuela positivista que ponía su atención en la respuesta a ciertos estímulos y que postulaba la modelación del comportamiento mediante los estímulos adecuados.

Por otra parte, surge en Centroeuropa la escuela de la Gestalt, muy interesada en la percepción humana. La Gestalt experimentó con la forma en que los humanos percibimos las cosas mediante nuestros sentidos, de manera que a veces deformamos la realidad según la vía de entrada de cada sensación.


Pero la figura más importante de la época, que eclipsa con su envergadura a todas las demás es la del psiquiatra vienés Sigmund Freud. Freud, mediante el desarrollo de su teoría del psicoanálisis, demostró que los seres humanos no somos meras maquinarias racionales, sino que gran parte de nuestros actos vienen marcados por una parte de nuestra mente que es inconsciente y que se mueve por instintos que en nada se diferencian de los de los demás animales, unos instintos primarios escondidos bajo un manto de una creación humana que es la moral.

Según Freud, la mente humana puede ser entendida como un conjunto formado por tres entes:

• El Ello, que sería la parte más primitiva de la personalidad, la parte que se rige por instintos primarios y por principios básicos como el placer. Freud dice que está formado por dos pulsiones: la de vida (erotismo, sexo, placer, etc.) y la de muerte (destrucción, poder, etc.), cuyo objetivo permanente es la satisfacción inmediata del deseo.

• El Superyó (o Superego): actúa como el Ello a nivel inconsciente, y es una representación idealizada de la personalidad, en un principio creada como imagen idealizada del padre, y que asume las prohibiciones de la sociedad, de manera que contrarresta las pulsiones del Ello.

• El Yo (o Ego). Es la parte consciente de la personalidad, y está formado a base de percepciones, experiencia y memoria. El Yo utiliza una serie de mecanismos de defensa frente al Ello de manera que sublima sus pulsiones encauzadas por el Superyó.

En un individuo sano, se establece un equilibrio dinámico entre esos tres componentes. En el sueño, por ejemplo, cuando, la parte consciente está dormida, aflora el Ello y sus instintos primarios. Mediante una terapia y técnica adecuadas (psicoanálisis), las pulsiones del Ello pueden ser desentrañadas y los desequilibrios psicológicos puestos al descubierto, procurando la sanación de los enfermos mentales, que no serían, en muchos casos, más que víctimas de un desequilibrio entre las partes constitutivas de la personalidad.

La obra de Freud fue de una importancia determinante ya que ponía al ser humano a la altura de cualquier otra criatura animal, por lo que de inmediato contó con la oposición y beligerancia de todas las confesiones religiosas; sin embrago, la elegancia de las conclusiones científicas de Freud atrajo desde el principio a toda la comunidad intelectual de Europa.

Además de la obra de los científicos citados, se desarrolló también la farmacopea y la bioquímica relacionada con el cerebro, a la par que la neurocirugía, de manera que en pocas décadas se inició una carrera imparable en el campo de la neurología y la bioquímica cerebral. Debemos citar como pionero en este campo a la figura de Ramón y Cajal.

LA TEORÍA DE LA RELATIVIDAD DE EINSTEIN

En el campo de la Física fue donde la ciencia sufrió una verdadera convulsión. Si Newton y Galileo habían sentado las bases para una física


determinista, la llamada física clásica, los experimentos con la materia y los trabajos intelectuales de una serie de científicos y pensadores cambiarían por completo todos los paradigmas de dicha materia.

El descubrimiento de la electricidad llevó a los físicos a interesarse por la naturaleza de dicha manifestación, de manera que tras una infinitud de experimentos se llegó al descubrimiento de la estructura interna de los átomos (de la mano de insignes físicos como Thompson o Rutherford) y al descubrimiento de partículas elementales constitutivas de los átomos, partículas que no se adaptaban al comportamiento predicho por la mecánica newtoniana.

Por otra parte, experimentos como los de Roetgen, que descubrió los rayos X, u otros sobre difracción de electrones, o de carácter termodinámico (como el estudio de la radiación del llamado cuerpo negro), llevaron a la conclusión de que la materia tenía una doble naturaleza: según el experimento que se planteara, la materia parecía comportarse a veces como onda y otras como una partícula. Además, parecía ser que los niveles de energía de los electrones en los átomos sólo podían alcanzar ciertos valores (estaba cuantizada), es decir, que no era un continuo sino que, como descubrió Planck, parecía distribuirse en paquetes. Y, como colofón, Albert Einstein descubrió (a la par que el efecto fotoeléctrico) que no sólo la materia se podía comportar a veces como ondas y otras veces como partículas, sino que también la luz (la radiación electromagnética) tenía esa doble naturaleza. A los corpúsculos de luz los llamó fotones, y se correspondían perfectamente con los paquetes de energía postulados por Planck.

El propio Einstein descubriría más adelante, estudiando dichos fenómenos, que el hecho de que la velocidad de la luz fuera constante tenía una serie de repercusiones espectaculares en el desarrollo de la física:

• La velocidad de la luz (c) es constante y no se puede alcanzar.

• La materia puede transformarse en luz y viceversa en razón a la ecuación: E=mc².

• El tiempo no es más que una dimensión en un continuo espaciotemporal, en pie de igualdad con las tres dimensiones espaciales.

• La fuerza de la gravedad no es más que la curvatura del espaciotiempo.

• Según la velocidad a la que nos desplacemos, el tiempo parece ir más despacio.

Aunque la comunidad intelectual se mostró muy reticente a dichas conclusiones, la realidad de los experimentos subatómicos dio la razón a la teoría de Einstein, de manera que las trayectorias de las partículas elementales en la fisión nuclear, por ejemplo, que se mueven a velocidades comparables a la de la luz, se adaptan mejor a las ecuaciones de Einstein que a las de Newton.


Esta auténtica revolución conceptual sufrió una nueva convulsión con postulados como el Principio de Indeterminación de Heisemberg, que expresa la imposibilidad de conocer a un tiempo un par de magnitudes de una partícula, como, por ejemplo, su posición y su velocidad, ya que nuestros aparatos de medida interactúan con ella. Pero este principio no se queda sólo en los actos de medida, sino que parece ser una propiedad fundamental de la materia. De dicho principio de incertidumbre surgió una fructífera rama de la ciencia que auna los postulados cuánticos y relativistas en un esfuerzo por unificar todo el saber científico en una teoría única a la manera en que fue lograda la unificación del electromagnetismo en las ecuaciones de Maxwell.

NIETSZCHE

El equivalente en el mundo filosófico a Einstein en el mundo científico fue Nietzsche, de manera que su filosofía despoja a todo el saber anterior de toda racionalidad afirmando la existencia humana.

Nietzsche, filólogo, poeta, artista y filósofo al mismo tiempo, es, junto con Marx, el pensador occidental que más ha influido en el pensamiento contemporáneo precisamente por constituir un verdadero punto de inflexión en el pensamiento de la Humanidad.

La filosofía nietzscheana es existencialista en el sentido en que su valor es el valor vital. Nietzsche proclama la negación de cualquier metafísica, de cualquier religión; afirma la voluntad del hombre (voluntad de poder) por superarse y por despojarse de una moral recatada y absurda impuesta por la religión y reivindica un estado superior venidero, el superhombre.

Nietzsche proclama que no tiene sentido plantearse una moral que no se base en lo esencial, en la vida, de manera que sólo tiene valor aquello que la afirma en un eterno devenir heraclitiano, una idea de eterno retorno, de continua experimentación de modo que las cosas deben ser vividas, disfrutadas y experimentadas por el hecho de constituir nuestra existencia, ya sean buenas o malas, pero con una disposición de ánimo muy diferente (opuesta) al estoicismo. Del mismo modo, proclama un ateísmo radical que desligue al hombre de la moral antinatural impuesta por las religiones, moral que Nietzsche llama moral de los esclavos.

Su filosofía sacude toda la anterior reduciéndola a cenizas, llegando a la destrucción de todo postulado, al nihilismo, a la muerte de Dios, que es asimilado al callejón sin salida de la sociedad occidental, que ha llegado a un punto en el que no puede seguir aferrada a sus antiguas convicciones y tradiciones, sino que precisa dar un salto conceptual, crecer, llegar a un nuevo estado, el del superhombre.


II. LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX6. Los "ismos" de principios de siglo.

Los cambios experimentados por la sociedad finisecular decimonónica en los campos científico y filosófico tuvieron su reflejo en el campo del arte. De hecho, al periodo comprendido entre el final del siglo XIX e inicios del siglo XX se lo considera como uno de los periodos más fructíferos en cuanto a densidad de propuestas.

Precedentes. El impresionismo, el postimpresionismo y el simbolismo

El impresionismo

El impresionismo constituyó un auténtico punto de inflexión en el panorama artístico de finales del siglo XIX, de manera que París, donde se originó, será desde entonces la punta de lanza del arte experimental. El impresionismo parte de una serie de postulados e innovaciones:

• Primacía de la creación y la libertad temática como reacción a los contenidos históriconarrativos.

• Primacía de la luz en el cuadro, se prefiere la pintura al aire libre ya que permite captar la visión momentánea y fugaz de los efectos lumínicos.

• No existen formas ni colores permanentes sino formas y colores mudables en función de la luz que reciban.

• Importancia de los nuevos elementos y puntos de vista que ofrece el progreso técnico: teoría de los colores complementarios de Chevreul (Ley de los contrastes simultáneos), aparición de la fotografía (nuevos encuadres, huida de los puntos de vista únicos, etc.), aparición de los lienzos industriales, los tubos de colores vivos, etc.

• Toma de conciencia de los nuevos tiempos, de la modernidad: vida y paisajes urbanos, velocidad, fugacidad, disipación frente a gravedad, etc.

Pintores como Monet, Renoir, Degás, etc., experimentaron con los colores y sus asociaciones tratando de plasmar directamente las impresiones que las escenas cotidianas dejaban en la retina del pintor, cobrando importancia aspectos anteriormente eludidos, como la pintura del natural al aire libre, los efectos de la luz abocetada sobre las superficies, los juegos dinámicos de luces y sombras, etc. El tema deja de tener importancia, pasando la pintura a convertirse en la protagonista en sí misma, al margen de lo representado, y plasmando en sus lienzos la vida parisina, los espectáculos, las aglomeraciones, los efectos de la luz y las sombras, de los pavimentos mojados, etc. Cobra mucha importancia en la época la difusión de las estampas japonesas, que dejan ver una forma distinta de pintura, hecha en colores planos y nítidos y líneas claras.


Destacaremos la figura de ToulouseLautrec por su importancia como cartelista que auna el gusto modernista con la experimentación impresionista.

El postimpresionismo

Sin embargo, pese a lo experimental de la escuela pictórica impresionista, el movimiento se agotó pronto dando lugar, por evolución, a múltiples escuelas que serán a su vez el germen de las llamadas vanguardias históricas de inicios del siglo XX. En el mismo seno del impresionismo surgieron pronto personalidades que quisieron dar un paso más allá.

Signac y Seurat, por ejemplo, quisieron elaborar una pintura sintética, científica, donde cada punto del lienzo estuviera pintado por un color puro y la suma de todos ellos, como un puzzle, se mezclara en la retina del espectador. Su estilo se denominará puntillismo, neoimpresionismo o divisionismo. Se extendió fuera de Francia, por Italia y Bélgica. En Italia, influirá decisivamente en la técnica del futurismo. En Bélgica influirá en la formación del Art Nouveau. Mas tarde, con Odilon Redon, dará lugar al grupo de los nabis, los profetas.

Van Gogh protagonizó una pintura personalísima caracterizada por las líneas espirales y llameantes, las grandes y nerviosas pinceladas a modo de brochazos con colores puros en los que predomina el verde y el azul, y unas proporciones y perspectivas distorsionadas por su estado emocional.

Gauguin introdujo el intimismo, la emotividad y el simbolismo del color en la pintura, al mismo tiempo que experimentaba con nuevas temáticas y formas expresivas inspiradas en las vidrieras (colores planos enmarcados en líneas claras).

Cézanne, por último, pretendió devolver a la pintura la prestancia de los volúmenes rotundos sin recurrir a recursos como el claroscuro o la unidad perspectiva, dando a su pintura una solidez descriptiva de los objetos reducidos a planos de color y figuras geométricas que dotan a sus pinturas, paradójicamente, de un realismo neto.

Simbolismo y decorativismo

El simbolismo es más una intención o tendencia que un estilo. Se desarrolla entre 1888 y 1903. Los pintores simbolistas tratan de inspirar sensaciones anímicas o emociones espirituales a partir de las imágenes; representar, mediante formas y colores simbólicos, el sueño, el misterio, las experiencias místicas o espirituales. Es un movimiento opuesto al impresionismo, que manifiestamente dejaba la importancia del tema en segundo plano.

Los simbolistas gustarán de temas trascendentes como la existencia, el misticismo, la religión, etc. Pintores como Puvis de Chavannes, Odilon Redon, o Gustave Moreau crearon obras maestras de temática personalísima y rodeadas de un ambiente mágico y sublime. A veces suele incluirse en este movimiento a los Nabis (profetas). El antinaturalismo, el carácter fantástico del tema, el subjetivismo, el decorativismo, son características propias del simbolismo.


Al mismo tiempo se desarrolló en toda Europa un gusto decorativista y rompedor respecto a la tradición que se denomina a veces modernismo por ser coetáneo del estilo homónimo. Destaca la escuela vienesa encabezada por Gustav Klimt y la catalana de Ramón Casas, Sert, etc., muy influida por los experimentos parisinos de la época.

Las vanguardias históricas

El fenómeno pictórico del arte de inicios del siglo XX es muy complejo. Se suceden rápidamente las tendencias pictóricas, a veces incluso aparecen varias tendencias de una forma simultánea. La pintura refleja los cambios políticos, sociales, económicos, de esta época. Diversos factores influyen en el nuevo rumbo que toma la pintura:

* El desarrollo de los presupuestos pictóricos impresionistas y postimpresionistas.

* Los progresos de la fotografía que se manifiesta como el mejor medio para representar con total objetividad la realidad.

* El descubrimiento y divulgación del arte de otras culturas, principalmente el negro y el oceánico.

Los avances y descubrimientos técnicos y científicos, como, por ejemplo, las teorías psicoanalíticas de Freud (especialmente las referentes a las representaciones oníricas) y la teoría de la relatividad de Einstein (demuestra la pérdida de valor real de la geometría tridimensional, base de la representación espacial tradicional) marcan este cambio de rumbo. El individualismo, que empuja a cada artista a forjarse su propio estilo, dificulta el análisis del arte contemporáneo por la práctica imposibilidad de clasificar a los artistas en unos grupos concretos y sistematizados. Todo ello se plasma en la independencia respecto de las reglas tradicionales de la expresión. Esta independencia se reflejara en:

° El tratamiento del color, con el abandono o casi total eliminación del uso convencional de éste.

° La ruptura con los métodos tradicionales para representar el volumen (no utilización del claroscuro), la profundidad (eliminación de los puntos de fuga) o el espacio (empleo de la visión múltiple en sustitución de la visión única).

° Abandono, más o menos acusado, de la base sensorial como punto de partida de la actividad artística desde Cézanne, que parte de ella para su propia experiencia artística, pasando por el cubismo que crea a partir de ella un mundo objetivo, hasta la abstracción que conseguirá la total independencia de la experiencia sensorial, llevando así hasta sus últimas consecuencias la ruptura con la tradición grecolatina que estaba en el origen del arte occidental.


Esta liberalización de la simple representación iniciada por los impresionistas, impulsará una creciente búsqueda de nuevas fórmulas expresivas, los sucesivos "ismos" que investigando los distintos aspectos de la experiencia artística, no producirán un estilo globalizador a semejanza de épocas anteriores. El desarrollo de estas características se verá favorecido por los cambios políticos, sociales, económicos, ideológicos, que se producen a nivel mundial. Se genera un arte internacionalista, individualista, aunque a veces se forman grupos relativamente homogéneos de artistas.

Los nabis. El fauvismo. Matisse

Como último jalón predecesor de las vanguardias históricas hemos de mencionar los intentos postreros de independizar el color respecto del tema. En ese sentido destacan los nabis (profetas), escuela que encabezó e inspiró Gauguin, cuya intencionalidad pictórica se basaba en llevar al extremo la tonalidad de los colores del natural dotándolas de contenido simbólico.

Los fauves, por su parte, intentarán hacer del lienzo una composición autónoma de la perspectiva y del espacio ilusorio, aplicando con libertad el colorido, a veces de manera estridente, con objeto de hacerlos vehículo de la expresividad del pintor. Los maestros más representativos de esta escuela serán Derain y Matisse. Frente al impresionismo, defienden el color y la expresión del mundo interior del pintor.

El cubismo

Se desarrolla entre 1908 y 1914, aunque permanecerá latente en todos los movimientos posteriores. El nombre fue puesto por el crítico Louis de Vauxcelles. Las primeras manifestaciones cubistas se producen en París en 1907: Picasso pinta el cuadro “Las Señoritas de Avignón” y Braque realiza una serie de paisajes basados en el espíritu constructivo de Cézanne. Son los dos creadores de la estética cubista.

Cézanne con su espíritu constructivo, sus intentos de reordenar los elementos de la realidad y su principio de que la naturaleza debe ser considerada por las formas geométricas puras que la forman, debe considerarse su principal antecedente, junto con la valoración en los ambientes artísticos del arte de las culturas primitivas, especialmente del arte africano, con su tratamiento de las figuras a base de planos angulares. El neoimpresionismo o puntillismo con su tendencia a la estructuración geométrica del cuadro también puede considerarse un precedente.


El cubismo fue una reacción plástica contra el fauvismo: el cubismo no pretende retornar al realismo, pero sí restablecer el volumen en la figura. Es un arte intelectual. Se publicaron numerosos tratados teóricos sobre el mismo. El cubismo pretende pintar conjuntos nuevos con elementos tomados no de la realidad de la visión, sino de la realidad del conocimiento1. El cubismo intelectualiza la realidad representando no al objeto captado visualmente sino como es aprehendido por el entendimiento. La realidad es concebida como constituida por cuerpos geométricos puros: pretende ver en la realidad el reflejo de los volúmenes fundamentales de la geometría del espacio. Representa la ruptura total con la pintura tradicional, y desaparece la perspectiva tradicional. Utiliza colores apagados: grises, pardos, verdes suaves, amarillos, blancos. No son reales por su excesiva neutralidad.

Tratan de dar una visión de los objetos desde diversos puntos de vista: de ahí que junten la visión de perfil y la de frente de un rostro. Esta síntesis de visiones corresponde al espaciotiempo, es decir, al afán de estabilizar el volumen en un tiempo determinado. La suma de varios ángulos visuales se efectúa sincrónicamente en el cuadro, cuando en la naturaleza esto no es posible. Se sirven de los engaños ópticos, es decir, de la relatividad de las formas, ya que al yuxtaponerse se afectan mutuamente, resultando diferentes. Así, una elipse dentro de un polígono parece una circunferencia. Las formas de los cubistas adquieren su verdadero valor en función de las colindantes. Algo similar habían hecho los impresionistas con el color. Descomponen los cuerpos en formas geométricas y después las recomponen.

Para el pintor cubista, el tema, propiamente dicho, carece de importancia: lo que le interesa es la composición de las formas. Introducen la técnica de los "collages": se incorporan a los cuadros todo tipo de materiales (papel de periódicos, trozos de revistas, telas, etc.) para lograr un efecto más llamativo. Algunos críticos consideran al cubismo como la mayor revolución plástica intentada desde el Renacimiento.

El cubismo analítico

Se desarrolla entre 1908 y 1911. El artista lleva a cabo un análisis intelectual del objeto descomponiéndolo en figuras geométricas y recomponiéndolo posteriormente asociando las distintas partes con entera libertad tal y como las recuerda. Prescinden del punto de fuga único, característico de la perspectiva del Renacimiento, y utilizan tantos puntos de fuga como sea preciso para abarcar la visión total del objeto. El resultado es la representación de objetos constituidos por una serie de formas geométricas diferentes y complementarias, fragmentadas por una serie de líneas y planos. Pretende dar con ello una visión

1 Cita de Apollinaire, principal teórico del cubismo


global del objeto, aunando todos los puntos de vista desde los que se puede contemplar el objeto. Esta descomposición del objeto puede dar una visión tan complicada del mismo que algunos críticos le llaman cubismo hermético. Utiliza unos colores apagados (marrones, ocres, grises); tiende a la monocromía.

Cubismo sintético

Se desarrolla entre 1912 y 1914. El hermetismo en que había desembocado el cubismo analítico provoca una intensa reacción y se intenta recuperar la objetividad perdida haciendo reconocible el tema representado. El artista selecciona los puntos de vista más esenciales del objeto y procede a hacer una síntesis de los mismos, de manera que el tema se haga reconocible. A veces se llama al cubismo sintético cubismo eidético para expresar que lo que se pretende es representar sólo lo "esencial" del objeto. Introduce la técnica del "papierscollages" para conseguir determinados efectos estéticos al mismo tiempo que se recobran fragmentos de la realidad, que caracterizan esencialmente al objeto. El collage contribuye también a dar un relieve de carácter escultórico a la pintura.

El expresionismo

Se desarrolla entre 1905 y 1914, aunque después de 1920 todavía pueden encontrarse pintores expresionistas. Surge en Dresde (Alemania) pero pronto se internacionaliza. El nombre procede del crítico H. Walden que lo empleó como opuesto al de Impresionismo. Fue difundido por la revista Der Sturm ("La tormenta"), que lo aplicó a todas las vanguardias surgidas entre 1910 y 1920. Se encuentra dentro de las llamadas corrientes pictóricas subjetivas, aquellas que se interesan por el contenido de la obra de arte descuidando, o no valorando los aspectos formales. Sus raíces más inmediatas se encuentran en Gauguin (el color) y en Van Gogh (el gesto). Coincidió cronológicamente con el Fauvismo, el Cubismo y el Futurismo. Los artistas constituyeron dos grupos distintos: "El Puente" y "El Jinete Azul".

El principio básico es que el artista debe expresar en el cuadro su mundo interior. Debe prevalecer el sentimiento frente a la razón. Frente a la objetividad impresionista aparece el expresionismo como un arte totalmente subjetivo: las cosas son según las siente cada uno. El dibujo se forma con líneas rotas, figuras y objetos distorsionados, siluetas intensas. Esta deformación de la realidad acentúa la expresividad. Los colores son violentos, de tonos oscuros, aplicados a base de gruesas e irregulares pinceladas. Su función no es agradar los sentidos sino expresar el mundo interior. Sus temas poseen una fuerte carga


crítica tanto política como social. Quieren expresar los problemas y sentimientos del hombre: miedo, soledad, perversiones, etc.

El Puente (" Die Brücke ")

Surge en 1905 en Dresde como puente de unión entre todos los elementos artísticos revolucionarios. Exageran las formas y los contornos. Emplean colores puros, tonos oscuros, contrastes cromáticos. Es considerado por algunos críticos como una especie de "fauvismo germánico", incluso a veces más extremista que el francés. Practica un arte subjetivo; sus obras resultan tensas, emotivas, visionarias. Ahondan bajo la superficie de una sociedad que consideran hipócrita y quieren transmitir las preocupaciones políticas, sociales y éticas existentes en la Alemania prebélica.

El Jinete Azul (" Der Blaue Reiter ") .

Se desarrolla entre 1911 y 1914. El nombre procede de un almanaque del mismo título en el que se reprodujeron por primera vez unas obras del grupo en honor de Kandinsky (al que le gustaba pintar caballos) y de Marc (el azul era su color preferido). Se opusieron al cubismo, rechazando el fondo racionalista del mismo. Mientras que "El Puente" critica la sociedad, "El Jinete Azul" la idealiza exaltando sus valores espirituales. A este grupo se deben dos aportaciones fundamentales, dar consistencia teórica al movimiento expresionista y hacer evolucionar la pintura desde el soporte figurativo a la abstracción.

El futurismo

Se extiende entre 1910 y 1915. Surgió y se desarrolló casi exclusivamente en Italia. No alcanzó la difusión internacional de los otros movimientos. Marinetti, poeta italiano, publicó en Le Figaro el manifiesto del movimiento futurista: exaltaba la belleza de la velocidad y de la máquina como nuevos valores de la civilización y símbolos de la sociedad industrial: un automóvil corriendo es más bello que la Victoria de Samotracia. Hace una crítica del arte tradicional. Propugna la quema de bibliotecas, museos, centros de cultura. Defiende la guerra, la violencia, el militarismo, el antifeminismo. A las tesis de Marinetti se adhirieron en 1910, publicando otro manifiesto, un grupo de artistas dirigido por Boccioni. La actitud provocadora de los futuristas fue un anticipo de la que adoptarán otros movimientos como el Dadaísmo y el Surrealismo.

El movimiento futurista tuvo un contenido político de carácter fascista, asociándose y sirviendo de propaganda al fascismo italiano. Su objetivo principal era representar la velocidad y el dinamismo en cuanto exponentes de la nueva sociedad industrial. Intenta plasmar el movimiento mediante el color y la


multiplicación de las posiciones de un mismo objeto, dando como resultado una serie de imágenes sucesivas vistas simultáneamente.

Desde el punto de vista técnico no aportó nada nuevo: los artistas no supieron encontrar la técnica adecuada para llevar a la práctica sus teorías. Los críticos lo consideran como una especie de "cubismo dinámico".

El primitivismo o movimiento naif

Se desarrolla durante los primeros años del siglo XX. El término francés "naif” significa ingenuo, infantil. Es una reacción contra el arte intelectual, conceptual y simbólico. Representa figuras de aspecto irreal en un espacio bidimensional. Su sencillez hizo que fuera muy bien aceptado por el gran público.

La abstracción

Recibe el nombre de pintura abstracta aquella obra pictórica que no hace referencia a ningún ser o forma conocida de la naturaleza, es decir, la que no es figurativa. No se consideran estrictamente como figuras las formas geométricas. El pintor abstracto prescinde del objeto incluso como pretexto para pintar. La pintura abstracta no tiene en cuenta ninguno de los postulados de la pintura clásica como el modelado, la perspectiva, la ordenación del espacio pictórico, etc. Su principal objetivo reside en la adecuada distribución y armonía de los colores y de las formas con la realidad visual. La abstracción es la tendencia más opuesta al realismo: desaparece en la obra artística el tema y en lo representado no hay alusión a la naturaleza o a la figura humana.

Existen diversas tendencias, esencialmente la abstracción lírica y la abstracción geométrica.

Neoplasticismo

Surge en Holanda hacia 1917. También es conocido como movimiento Der Stijl (El Estilo), nombre de la revista que lo promocionó. Está relacionado con el cubismo, al que se considera como inmediato precedente, pero se distingue del mismo por negar el volumen. Defiende la abstracción geométrica y la simplificación. Su objetivo es armonizar el espaciosa forma y el color. Emplea formas geométricas ortogonales a base de horizontales y verticales. Usa los tres colores primarios (amarillo, rojo, azul) y los nocolores (blanco, negro, gris), valorando cada color mediante la separación por líneas negras, por el tamaño de la superficie coloreada y por la intensidad del tono. Las superficies coloreadas se distribuyen y yuxtaponen hasta formar una organización y significación plásticas consideradas como "arte puro". La influencia del


neoplasticismo se dejó sentir en la arquitectura, en el urbanismo, en el diseño. El punto de partida en el neoplasticismo es el espacio que al estructurarlo hace surgir la forma.

Suprematismo

Creado por Malevitch, en Rusia, hacia 1913 y dado a conocer en 1915. Es considerado como una rama del Constructivismo. El nombre se lo dio Malevitch al preconizar la supremacía de la sensibilidad o percepción pura. Pretende armonizar las formas geométricas totalmente simples (el cuadrado, el círculo, el triángulo) de colores puros y situadas sobre un fondo plano. Se diferencia del Neoplasticismo en que mientras que éste crea la forma de estructurar el espacio por medio del colores, el suprematismo estructura el espacio a través de la forma. Influyó en la Bauhaus.

Abstracción lírica o expresionismo abstracto

El término expresionismo abstracto se generaliza a partir de 1950 aunque fue empleado por primera vez en 1929 por el crítico Alfred Barr al referirse a las "improvisaciones" de Kandinsky. Se diferencia de la abstracción geométrica en que ésta emplea formas rígidas toma das de la geometría mientras que la abstracción expresiva emplea formas flexibles, es decir, formas que no pueden ser definidas. Es una pintura basada en la intuición y en la subjetividad, que intenta reproducir sobre el lienzo los efectos de un determinado estado emocional ya que para ellos el sentimiento debe prevalecer sobre la razón. La obra es gestada en el mismo acto de pintar. El azar, más o menos controlado, es parte importante del proceso creador.

Dadá

Surge en Zurich entre 1916 y 1921. Allí se reunieron un grupo de artistas, dirigidos por el poeta Tristán TZARA, con el objetivo de desmitificar y ridiculizar todos los valores de la cultura. La palabra no tiene ningún significado artístico determinado. Dadá es una palabra con la que los niños designan a sus "caballitos". Fue elegida abriendo al azar un diccionario. No es propiamente un estilo artístico sino una actitud de oposición a la sociedad y a las artes vigentes. Sus seguidores defendían la irracionalidad, la rebeldía: se sublevan contra el arte, la moral y la sociedad vigentes. Consideran que el arte se había convertido en un artículo de lujo al servicio de la burguesía: por eso adoptan formas destructivas, un humor crítico con el que pretenden escandalizar e irritar a la burguesía. Defienden el antiarte del absurdo: según ellos, la pintura no hay que comprenderla.


Utilizan el collage, empleando toda clase de materiales de desecho (trapos viejos, papeles sucios, clavos roñosos, ruedas viejas de bicicleta) y el fotomontaje. Influirá en el surrealismo.

El surrealismo

Se desarrolla entre 1925 y 1945. La palabra fue empleada por primera vez por Apollinaire en 1917 para referirse a un movimiento relacionado con la pintura Dadá y que a veces también recibe el nombre de Suprarrealismo o Sobrerrealismo. En 1924 André BRETON publicó el primer manifiesto surrealista en el que defendía el automatismo psíquico puro como medio para poder expresar, por escrito, verbalmente o de cualquier otra forma, el funcionamiento real del pensamiento, en ausencia de todo control ejercido por la razón, fuera de toda preocupación estética o moral. En 1925 se celebra la primera exposición de pintura surrealista en la Galería Pierre de París. El inicio de la Segunda Guerra Mundial supuso el fin del movimiento surrealista como tal, aunque sobrevive hasta hoy como tendencia. Sus antecedentes inmediatos son la pintura metafísica y el dadaísmo. De éste heredó la actitud irracionalista, el gusto por el escándalo, los gestos teatrales y el espíritu de rebeldía social. Su objetivo es distinto al del dadaísmo: tender un puente entre arte y sociedad, dar solución a los problemas planteados por la Primera Guerra Mundial para que el arte refleje mejor al hombre moderno en su totalidad. Está muy relacionado con la obra de Freud, especialmente con los estudios realizados por éste acerca de los sueños. Persigue la representación de la realidad del mundo del subconsciente: conceden a la realidad contemplada en estado subconsciente más valor y veracidad que a la percibida en estado de vigilia. Aplican el automatismo en la ejecución: movimiento libre e incontrolado de la mano y del pincel para poder escapar al control de la razón. Este automatismo se aplicaba tanto a la pintura como a la escritura y se combinaba con otros juegos como el del "cadáver exquisito2", en el que cada uno de los participantes debía escribir una palabra sin conocer la palabra anterior a la posterior. A pesar de esta búsqueda del automatismo los pintores surrealistas presentan una cierta cohesión de escuela en los recursos que utilizan: animación de lo inanimado, metamorfosis, aislamiento de fragmentos anatómicos, máquinas fantásticas, confrontación de cosas incongruentes, perspectivas vacías, todo rodeado de una atmósfera espectral y gélida. En la pintura surrealista predomina, en general, el dibujo sobre el color. Los temas están basados en el mundo de los ensueños, en las pesadillas y obsesiones mentales.

2 El juego se bautizó así porque la primera frase que se escribió fue: "El cadáver exquisito beberá vino blanco"


Surrealismo figurativo

Tendencia objetiva, naturalista: los objetos, a pesar de ser combinados de forma ilógica, son reconocibles. Emplean un lenguaje figurativo y una perspectiva ortodoxa. Los objetos se transforma al variarse sus proporciones respecto al ambiente en que se sitúan y se crean conjuntos de objetos dispares en un contexto ambiental que únicamente se da en la mente.

Tendencia antiobjetiva

Las representaciones, de carácter abstracto, recuerdan formas orgánicas combinadas sin lógica aparente. Destacan Tanguy y Miró en este campo.

La pintura metafísica

Comprende el período entre 1910 y 1915. Surge como reacción contra el dinamismo futurista. Giorgio de Chirico decía que su arte era más complejo y metafísico que el de sus coetáneos. Persigue la inmovilidad y defiende la vuelta a la serenidad clásica y a la figuración. Coloca las figuras en perspectivas bien construidas, en un ambiente de soledad y misterio. Las figuras son tan esquemáticas, despersonalizadas, tan parecidas a máquinas, que semejan imágenes oníricas y fantásticas, próximas al surrealismo.


7. La popularización de la cultura

El periodo comprendido entre las unificaciones de Alemania e Italia y la Primera Guerra Mundial abarca medio siglo en el que las estructuras surgidas tras las revoluciones liberales se consolidan y experimentan una expansión sin precedentes. Los medios de comunicación se empiezan a convertir verdaderamente en mass media, medios de comunicación de masas, necesarios en un mundo cambiante y cuyas fronteras están en permanente expansión, al tiempo que aparece la llamada sociedad de consumo y los primeros sistemas nacionales de educación y planes de alfabetización.

La sociedad de consumo

En este periodo el planeta entra en una nueva dinámica en la que el modelo capitalista occidental triunfa completamente y coloniza todo el globo. Los estados más poderosos son protagonistas de la segunda revolución industrial (caracterizada por el uso del petróleo y la electricidad), con una producción sin precedentes de acero que impulsa en espiral la industrialización del planeta entero.

Las distancias se hacen cada vez más cortas merced al ferrocarril (es la época de construcción de las redes ferroviarias y de las grandes arterias como el Transiberiano, el Orient Express, los ferrocarriles transamericanos hacia el Pacífico en los EEUU, etc.), la navegación a motor y el inicio de la aviación.

Esta revolución de los transportes se hace obligada debido a la necesidad que tienen las nuevas potencias industriales de encontrar nuevos mercados donde colocar sus productos. Paralelamente, y por los mismos motivos, dichas potencias se lanzan a una carrera colonizadora sin precedentes que culmina con el reparto de África en la Conferencia de Berlín (188485) merced a la cuál las potencias europeas se repartieron el territorio africano y tras la que el mundo quedaría repartido en unas grandes áreas de influencia: África para los europeos, América Latina para los EEUU y el Pacífico para Japón, al tiempo que toda Asia era compartimentada en esferas de influencia en las que cada país industrializado hacía y deshacía a su antojo.

Los grandes imperios coloniales y las grandes áreas de influencia propiciaron la creación de enormes mercados transnacionales que inundaron Occidente de materias primas baratas con las que elaborar productos de uso masivo al alcance de los bolsillos de grandes masas de población tanto en las metrópolis como en las colonias.

Al mismo tiempo se asiste al ascenso del socialismo en su doble vertiente (marxismo y anarquismo) que culminará con la toma de conciencia del proletariado industrial y campesino y la creación de grandes partidos y sindicatos de masas con una fuerte conciencia de clase (en España, por ejemplo, nacen el PSOE marxista y la CNT anarquista). Estas asociaciones de trabajadores presionan a los gobiernos de manera que se van logrando tímidos avances que se traducirán en legislaciones que protegerán


los derechos de los trabajadores a cambio de paz social, y cuyo resultado inmediato será la subida de los salarios y de la capacidad de poder adquisitivo de los trabajadores de las metrópolis y una lenta democratización de las estructuras políticas, culturales y sociales, plasmadas en la flexibilización del sufragio censitario, la creación del germen de las futuras redes de seguridad social, de planes estatales de alfabetización y de educación, etc.

Estos trabajadores cuyo poder adquisitivo aumenta, las burguesías capitalistas y amplias capas de la población con necesidades diversas protagonizarán el consumo de masas, caracterizado por la publicidad y el consumo de bienes perecederos.

La publicidad y los mass media (medios de comunicación de masas)

Unida a los adelantos técnicos y el aumento del poder adquisitivo de amplias capas de población se desarrolla la publicidad, impulsada por la necesidad intrínseca de la competencia en mercados abiertos. a su vez, ésta impulsa los medios de comunicación, que llegan a más gente y a más amplias capas, creándose redes de opinión que constituyen la aparición de una cultura de masas.

Los adelantos técnicos de los que se ha hablado fueron una pieza clave en este proceso. El invento de la litografía por Senefelder en 1870 fue el detonante de la explosión cultural, ya que ahora el soporte principal, el papel, hallaría infinitas posibilidades de expansión, no estando limitadas las tiradas de prensa, libros y carteles más que por la cantidad de público a la que se querían hacer llegar, pudiendo ser producidos a voluntad, en masa.

El cartel, que hasta ahora se imprimía con bloques de madera de grandes dimensiones, pasaría a litografiarse en color y con diversos e imaginativos diseños; las publicaciones periódicas se acompañaron por fotografías y grabados de diversa índole; y aparecen métodos de lectoescritura, manuales de topo tipo, etc., a precios aceptables y al alcance de todos los bolsillos.

Al mismo tiempo se desarrollaron los modernos medios de comunicación, como el telégrafo y el teléfono, que revolucionaron la prensa escrita y las noticias, de manera que lo que ocurría en el otro extremo del planeta se conocía en cualquier parte en apenas horas. La fotografía y el cine acercaron al gran público modos de vida, costumbres, hechos diversos, etc., y se convirtieron en el vehículo publicitario por excelencia.

Por fin, la radio (y, mucho más tarde, la televisión) se convirtió en un medio de difusión de modas, ideas y modos de vida que unificaban regiones enteras antes separadas por los accidentes geográficos. La radio popularizará no sólo estilos musicales como el Charleston, el jazz, etc., sino también seriales radiofónicos, noticieros, etc., y (lo que es más importante en cuanto a la sociedad de consumo se refiere) marcas y modas.


Todo ello constituyó una verdadera cultura popular, urbana, efímera e internacional, cambiante con las modas y sensible a las corrientes y los cambios en los modos de vida y consumo. Los grandes almacenes popularizan y catalizan iconos, las grandes marcas impulsan la internacionalización de eventos como el Día de san Valentín, la Navidad, etc., y se reinventan e instrumentalizan símbolos populares como Papá Noel, al tiempo que nacen fenómenos como las rebajas. Nacerán las primeras revistas de moda, la compra por catálogo y los spots y canciones publicitarias. Las calles de las ciudades europeas, americanas y japonesas se llenarán de carteles, luces de neón y reclamos publicitarios de todo tipo.

Las nuevas teorías pedagógicas y los primeros sistemas nacionales de educación

Con el ascenso del liberalismo al gobierno de los diversos estados llegan nuevas ideas en cuanto a la educación de la población. Ahora se pretenderá reforzar el Estado aumentando el nivel cultural de la población y reforzando sus instituciones educativas como la Universidad, en un mundo donde la ciencia empieza a adquirir un importante peso específico. los estados impulsan los primeros planes generales de alfabetización y escolarización, como la española Ley Moyano,

Los planes de estudios de la Universidades se unifican y se modernizan, y la educación infantil, hasta ahora monopolio de las instituciones religiosas, pasa a ser gestionada en parte por el Estado.

Además, aparecen nuevas teorías sobre la educación, algunas partiendo del desarrollo de la llamada Escuela Nueva, basada en los trabajos de Rousseau o Pestolazzi, y otras más vanguardistas de carácter marxista o anarquista, como las pedagogías libertarias y antiautoritarias de Ferrer i Guardia. De hecho, el periodo previo a la Primera Guerra Mundial será la edad de oro de las asociaciones culturales populares de todo tipo y signo: los sindicatos y partidos políticos de cualquier orientación crearán sus propios liceos, ateneos, orfeones, etc., de carácter popular y autodidacta, que coexistirán con las academias, Liceos, teatros, etc., de carácter oficial y elitista impulsados por los gobiernos liberales.

Este periodo histórico es también, al hilo de lo anterior, protagonista de un boom de las publicaciones periódicas, no sólo de carácter informativo (diarios, revistas, etc.), sino también folletos, catálogos y anuncios publicitarios y también órganos de expresión y difusión de partidos y sindicatos, esencialmente de los de carácter marxista o anarquista.

Por todo ello, se puede decir que es en este momento, a inicios del siglo XX, cuando podemos hablar de una cierta democratización de la cultura, de manera que ésta saldrá de sus cauces anteriores, básicamente constituidos por la dicotomía formada por una cultura oficial, académica, y por un folclore tradicional. Ahora, la cultura será esencialmente urbana, tendrá como uno de sus constituyentes fundamentales las ideas políticas y sociales y la sociedad


de consumo y sus iconos, y la publicidad y los medios de comunicación serán las vías fundamentales de expansión.

Este proceso tendrá un crecimiento exponencial sólo frenado por las diversas crisis de superproducción que se sucederán a partir de 1873 y que alternarán ciclos económicos de bonanza y optimismo con otros de paro y depresión que acabarán bruscamente con la Primera Guerra Mundial. La victoria aliada en dicha guerra y la hegemonía mundial de los EEUU a partir de entonces será el aldabonazo final de la consolidación de esta cultura popular.


8. La Primera Guerra Mundial y el nuevo orden internacional

La 1ª Guerra Mundial se ha presentado a menudo como causada por el atentado en Sarajevo al archiduque Francisco Fernando. Sin embargo, tuvo profundas y variadas causas políticas, económicas y sociales, resultando imprescindible conocer el conglomerado de relaciones internacionales desarrolladas en Europa para comprender la reacción en cadena que provocó la chispa de Sarajevo.

Los sistemas de alianzas (Sistemas bismarckianos)

Tras la victoria de Prusia sobre Francia en la batalla de Sedán (1870), Bismarck articuló una maraña de alianzas internacionales con el objeto de aislar a Francia y evitar así su fortalecimiento y un posible conflicto militar con ella.

• Primer Sistema Bismarckiano (Alemania consigue la alianza con un aliado potencial de Francia Rusia y rusos y austriacos se aseguran, al menos, la neutralidad de Alemania en un potencial conflicto balcánico): En 1873, se firma el Tratado de los Tres Emperadores, entre Alemania, AustriaHungría (vinculada a Alemania por la "solidaridad nibelunga”) y Rusia (que se une a la alianza porque Austria, aliada a Alemania, constituye un peligro para los intereses rusos en los Balcanes), en lo político para luchar contra el socialismo el republicanismo, y en lo militar defensivo3 entre Alemania y Rusia y consultivo4 entre Austria y Alemania (Mapa 1).

• En 1875 Francia se rearma tras indemnizar a Alemania. Alemania consulta a sus aliados, pero Rusia la disuade de la guerra. Además, Rusia entra en guerra con Turquía (187778), que capitula con la Paz de San Estéfano. En 1878 se reúne un Congreso en Berlín (mapa 2) para revisar este tratado de paz (muy favorable para Rusia): Rumanía, Serbia y Montenegro se independizan, y Bulgaria se mantendría como tributaria de Rusia, pero pierde Macedonia y Rumelia (que obtiene la autonomía) a favor de Turquía. Gran Bretaña y Austria, que no habían combatido, obtienen la administración de Chipre y BosniaHerzegovina respectivamente. Rusia, que ve como se desmiembra la Gran Bulgaria (su tributaria) y sólo obtiene Besarabia y parte de Armenia, se siente engañada y denuncia el Tratado de los Tres Emperadores. En 1879 se firma un tratado defensivo entre Austria y Alemania si alguna era atacada por Rusia.

• Segundo Sistema Bismarckiano. A la muerte de Alejandro II de Rusia y el ascenso de Alejandro III, Rusia se acerca a Alemania y se reedita el Tratado de

3 Si uno de los países era atacado, el otro saldría en su defensa.

4 Si uno de los países atacaba o era atacado, el otro sería consultado para entrar en guerra.


los Tres Emperadores en 1881: en caso de conflicto, los tres países se mantendrían neutrales; la política rusa en los Balcanes debía ser aprobada por los tres países; Austria se anexiona Bosnia de jure y Bulgaria hace lo propio con Rumelia. En 1882 Alemania se une en una Triple Alianza (ampliada en 1887) con Austria e Italia, de carácter defensivo. Alemania se asegura el aislamiento de Francia, Italia el apoyo de Austria y Alemania en caso de guerra con Francia (Niza, Saboya, Túnez, apoyo a la Santa Sede) y la devolución de Istria en caso de anexiones austriacas en los Balcanes, y Austria se aseguraba los territorios irredentos (Trentino, Istria), cubriéndose las espaldas en caso de conflicto en los Balcanes o con Rusia. En 1887, Bismarck firmó en secreto el Tratado de Reaseguro con Rusia, que aseguraba la neutralidad de ambos países en caso de guerra francoalemana u austrorusa, lo que entraba en contradicción con la Triple Alianza, y el derecho de Rusia a intervenir en Bulgaria. En 1890, Guillermo II destituye a Bismarck por esa causa y revoca el Tratado de Reaseguro, a la vez que renovó la Triple Alianza. Rusia, al verse aislada, es atraída por Francia, con la que firma un tratado defensivo.

• En 1894, como resultado, tenemos en Europa dos bloques antagónicos unidos por tratados defensivos: la Triple Alianza (Alemania, Italia y AustriaHungría) y el bloque FranciaRusia.

• En 1904, Francia e Inglaterra (que abandona su política de espléndido aislamiento), sintiéndose amenazadas por la weltpolitik5 alemana, olvidan sus diferencias de Fashoda y firman la Entente Cordiale (de carácter amistoso, para liquidar cuestiones coloniales), que se extendería a Rusia en 1907 para formar la Triple Entente (Mapa 3).

Causas económicas (proteccionismo, competencia colonial, carrera de armamentos, industrialización y necesidad de mercados)

• El desarrollo del capitalismo (2° Revolución Industrial) y las primeras crisis de superproducción (desde 1873) obligan a los gobiernos a adoptar una política cada vez más proteccionista y a lanzarse a una carrera de expansión imperialista.

• Los Estados colonialistas habían tendido a establecer un circuito económico cerrado con sus colonias (neomercantilismo) y la expansión económica de los Estados Unidos y Japón contribuía a cerrar mercados europeos. El resultado de esta política proteccionista fue una feroz competencia colonial primero y una guerra de aranceles después. Los mercados nacionales se cerraron cada vez más al exterior, debido a las fuertes barreras arancelarias.

5 En alemán, “Política mundial”; la política exterior alemana destinada a obtener la hegemonía territorial, política, industrial, militar y comercial a nivel mundial.


• La fuerte competencia entre las naciones por el control de las materias primas y de mercados adquirió mayor agresividad entre el Reino Unido y Alemania, que competían en los mercados extranjeros y como rivales coloniales en África, en el Próximo y en el Lejano Oriente.

• Los intereses del acero llevan a Alemania a construir una armada poderosa (en 1900 producía más acero que Francia y Gran Bretaña juntas) a la que Inglaterra responde con un programa de construcciones navales. Este auge de la industria militar incide también en el enorme desarrollo de los ejércitos y despliega una carrera armamentística con fines disuasorios.

Causas territoriales (Alsacia, Lorena, Balcanes, Estrechos, Polonia, Egeo)

• Entre Francia y Alemania perdura el contencioso de AlsaciaLorena. El nacionalismo francés no deja de reivindicar los territorios.

• Polonia continúa dividida entre Austria, Rusia y Prusia. Las fuerzas nacionalistas polacas reivindicaban la resurrección de Polonia.

• Trazado de fronteras entre Albania y Grecia: el Epiro norte, de habla griega, es adjudicado por una comisión a Albania.

• Las islas turcas del mar Egeo suscitan tensiones entre turcos y griegos (Creta, Cicladas, etc.), bajo la mirada ambiciosa de los italianos (ocupan en 1912 el Dodecaneso).

• Cuestión de los estrechos: Rusia persigue una salida al Mediterráneo a través de los estrechos del Bósforo y de los Dardanelos, lo que choca con el Imperio turco; los alemanes arman al ejército turco y modernizan sus fortificaciones El gobierno ruso mira con inquietud la presencia alemana.

• La situación en los Balcanes es tensa: se suceden varias guerras durante el siglo XIX (entre Rusia y Turquía, de la que son continuación las dos Guerras Balcánicas La 1°, con Serbia, Grecia, Montenegro y Bulgaria contra Turquía, y la 2° con las tres primeras contra Bulgaria. Esto ocasiona tensiones entre los países balcánicos, Rusia, Turquía y AustriaHungría (que ocupó BosniaHerzegovina en 1908).

• La inseguridad de las fronteras en unas zonas y las reivindicaciones nacionalistas en otras deben ser consideradas en la tensa situación internacional de 1914.

Causas políticosociológicas (nacionalismo, revanchismo francés, weltpolitik alemana, militarismo, propaganda)

• Los estados de animo colectivos producidos por la política de armamentos impulsan a los estados a aumentar sus ejércitos y armamento y Francia, por ejemplo, eleva el servicio militar a tres años.


• Para conseguir que los parlamentos y la opinión publica aceptasen el aumento de las cargas militares, los estados mayores se ven obligados a insistir en el peligro de la guerra.

• La prensa se hace eco del riesgo y abundan las invocaciones patrióticas: en Alemania se glorifica la idea de la guerra; en Francia, Boulanger incita a la guerra contra Alemania; Rusia se presenta como defensora de los ortodoxos; en Serbia se crean sociedades secretas que abogan por la violencia para alcanzar los fines nacionales (la Mano Negra). En Gran Bretaña la opinión pública se muestra más pacifista.

• Enfrentamiento de ingleses y alemanes por la supremacía naval.

• La militarización de la política exterior: el ejército acaba preponderando en la administración Así, Europa es dominada y dirigida por militares.

• Las ansias de revancha que tiene Francia sobre Alemania se subliman mediante el colonialismo en Asia y África, que trae tensiones con Alemania y Gran Bretaña.

• Alemania se convierte en gran potencia industrial y militar, lo que la deja en posición de potencial enemiga de Gran Bretaña A la caída de Bismarck, pone en practica la "weltpolitik", indisimulado intento de alcanzar la hegemonía mundial, ocasionando tensiones (por ejemplo, empujando a Rusia a la alianza con Francia por su descarado apoyo a Turquía; o en las crisis marroquíes).

• La propaganda, que se usa por primera vez en la guerra con la finalidad de mantener alta la moral y destruir la del enemigo. Así, los periódicos tan solo publican aquello que es favorable al mando. La prensa atiza el ultranacionalismo.

• Pero son los nacionalismos el factor desencadenante de la guerra. El lmperio AustroHúngaro (Mapa 4) trata de reprimir las minorías nacionales que amenazan con destruirlo (rumanos, húngaros, checos, eslovenos, croatas, bosnios, polacos, etc.) y para ello es necesario destruir a Serbia, cuyos intereses son antagónicos; ésta busca la creación de un estado nacional de los eslavos del sur (Yugoslavia) ampliando sus territorios en los Balcanes y buscando salidas al Adriático, apoyándose en la solidaridad paneslava (Rusia). Los pueblos balcánicos (Mapa 5) empiezan a independizarse y se organizan en estados nacionales (Mapa 6).

Causas de carácter tecnológico (adelantos técnicos y carrera de armamentos)

• Aparecen muchos avances en lo que se refiere ala tecnología militar, derivados de la segunda revolución industrial. Aparece un nuevo armamento que hace


que la guerra sea distinta a todas las anteriores. Hay bastantes novedades: la ametralladora como arma de repetición (más poderosa que los antiguos fusiles), los gases tóxicos guerra

química, hay más y mejores transportes (ferrocarril, camión, tanques...), al igual que las grandes novedades en comunicación (telefonía, telegrafía), la guerra aireaire, avances en la balística (los proyectiles llegan más lejos), aunque, sin duda, lo más importante y que hizo prolongar tanto la guerra fue el uso de trincheras. La superioridad armamentística produce una ilusión de superioridad y seguridad que retroalimenta la carrera de armamentos.

• Las telecomunicaciones internas, que hacen más fácil la tarea de mover los ejércitos de aquí para allá.

Colapso de los sistemas bismarckianos (crisis prebélicas)

• Crisis marroquíes (provocadas por la weltpolitik):

1ª Alemania y Francia en Marruecos porque Francia quería un protectorado y Alemania no quería un Estrecho de Gibraltar controlado por británicos y franceses El Káiser proclama en Tetuán la independencia de Marruecos. Se firma el Acuerdo de Algeciras en 1906.

2ª En Marruecos en 1911 Francia ocupa Fez y otros territorios del interior, Alemania se opone: llegada de la Armada alemana a Agadir. Se firma un acuerdo en donde Alemania cede ante Francia y obtiene parte del Congo francés.

• Fruto de los intereses políticos y comerciales de Rusia, Austria, Alemania, Inglaterra, Francia, e, incluso, Italia, a partir de 1908 y coincidiendo con la revuelta y toma del poder por les "Jóvenes Turcos”, se producen:

Anexión de Creta a Grecia.

Anexión de BosniaHerzegovina a Austria, que provoca el descontento de Serbia, que aspira a la unión de dichos territorios en una "Gran Serbia" (respaldada por Rusia).

La consecuencia es el alejamiento del bloque formado por rusos y aliados respecto de AustriaHungría y Alemania, que estrechan su alianza de intereses en la zona.

• Se van configurando los detonantes de las guerras Balcánicas (Mapa 6):

• 1ª Guerra. 1912. La liga Balcánica, que intenta frenar las ansias de expansión austriacas en la zona, une a Serbia, Bulgaria, Grecia y Montenegro, con el apoyo ruso. La Liga declara la guerra a Turquía (coincidiendo con la lucha por la


independencia de Albania y con el debilitamiento turco tras la guerra con Italia entre 1911 y 1912, en la que pierde el Dodecaneso y Libia).

La derrota de Turquía (tratado de Londres) la relega a unes mínimos dominios en Europa, con la pérdida de las islas del Egeo.

Bulgaria, protagonista de futuras disputas, obtiene Tracia y la costa del mar Egeo, pero debe ceder Silistria (al noreste) a Rumanía.

Macedonia resulta más fraccionada al pasar una parte a Serbia y otra a Grecia.

• 2ª Guerra Balcánica Es fruto de las tensiones por el reparte de los territorios obtenidos. Bulgaria ataca a Serbia y a ésta se unen Rumanía, Grecia y Montenegro. Ante el temor de una posible intervención de AustriaHungría en favor de Bulgaria, la guerra culminara con la situación reflejada en el mapa tras los acuerdos alcanzados en agosto en Bucarest.

AustriaHungría mantiene su acceso ala costa mediterránea mediante el dominio (desde 1908) del territorio de BosniaHerzegovina, hecho de vital importancia para su estrategia comercial, militar y política.

Bulgaria ha perdido Dobrudja, en la costa del Mar Negro, en beneficio de Rumanía También sufre la pérdida de Macedonia que pasa a Grecia y Serbia. Debe devolver Adrianópolis a Turquía.

Albania se ha configurado como principado autónomo.

Serbia, pese a haberse engrandecido tras estas dos guerras, no ve realizada su aspiración de obtener su salida al Adriático ni la formación de la "Gran Serbia", con la anexión de BosniaHerzegovina, a causa de la oposición de AustriaHungría Sin embargo se ha convertido en un obstáculo para las comunicaciones de Austria por la ruta de Salónica.

Turquía apenas mantiene territorios en Europa. Se ve relegada al extremo sur oriental de la península, pero mantiene el control de los estrechos, llave del tránsito desde el Mar Negro al Adriático, punto vital para la salida rusa al Mediterráneo

Las apetencias comunes de AustriaHungría e Italia sobre Albania, provocan un distanciamiento progresivo, pese a ser miembros de la Triple Alianza junto a Alemania. Por otro lado, existe un acuerdo secreto de 1908 entre Rusia e Italia por BosniaHerzegovina: Italia aspira a Albania, Istria y parte de Dalmacia.

La chispa que enciende la guerra

El asesinato del heredero al trono austriaco Francisco Fernando y su esposa en Sarajevo, Bosnia, el 26 de junio de 1914, por un estudiante, fue la última de las llamaradas que encendió la mecha de la Gran Guerra. Para entonces los dos bloques de potencias enfrentadas estaban ya prefigurados y su


distanciamiento no había cesado de agrandarse. Desde el asesinato del heredero austriaco en Sarajevo hasta la generalización de la guerra transcurrió apenas un mes. El único país que en principio dudaba de su intervención fue Gran Bretaña, si bien, después del ataque alemán a Bélgica (Estado neutral), su entrada en la guerra fue inmediata. La guerra se iniciaba como un conflicto europeo, pero con trascendencia mundial, como se vería más adelante con el aumento de los beligerantes.

El conflicto se difundió por las colonias, donde fue aplastante el dominio de la Entente sobre la Triple Alianza, ya que Alemania limitaba sus posesiones a escasas colonias africanas y algunos puntos de Asia y el Pacífico, además de que la inferioridad naval alemana reducía su potencial bélico en las colonias. Japón, con importantes intereses económicos en el Pacífico, vio los archipiélagos alemanes como una presa fácil y declaró la guerra a Alemania.

El frente europeo se acrecentó con la entrada de nuevas potencias en la guerra: Turquía y Bulgaria al lado de la Triple Alianza y Rumanía, Italia y Grecia, al lado de la Entente. La política italiana en el norte de África (1912, ocupación de Libia) y los Balcanes explica su separación de las Potencias Centrales y su aproximación a Francia, Rusia y Gran Bretaña La intervención de Grecia fue fundamental porque supuso el reforzamiento de las fuerzas aliadas en los Balcanes cuando el triunfo de las potencias de la Triple Alianza parecía ya total en esta zona.

España se declaró neutral, al igual que los Países Bajos, Suiza, Albania y los países nórdicos.

Las consecuencias de la Gran Guerra: el nuevo orden internacional de Versalles

La Primera Guerra mundial se caracterizó por la gran crueldad de las operaciones militares, la gran mortandad causada y por la destrucción ocasionada, sin precedentes. además, tuvo un carácter global, ya que se desarrolló en todos los mares y continentes, porque los imperios coloniales fueron escenario también de las operaciones bélicas.

Además, se experimentaron nuevas y mortíferas armas (ya citadas entre las causas de la guerra), como los gases letales, las ametralladoras, los tanques, los submarinos, etc., y se caracterizó por ser una guerra de desgaste, en la que las posiciones militares se ganaban y perdían con gran esfuerzo y pérdidas humanas en la llamada guerra de trincheras.

Pese a que en un principio los Imperios Centrales previeron unas operaciones rápidas y una rápida finalización de la contienda (guerra relámpago), a imagen y semejanza de la guerra francoprusiana de 1870, la


contienda se alargó cuatro años, desde 1914 hasta 1918, y pese a que al principio la victoria pareció decantarse hacia el bloque de los Imperios Centrales, el desgaste y la entrada en la guerra de los EEUU, Japón y Grecia inclinó la balanza hacia los Aliados.

No entraremos en detalles en cuanto al transcurso de la Gran Guerra, sino que nos centraremos en sus consecuencias:

• Alemania fue declarada como la principal culpable e instigadora de la guerra. Experimentó grandes pérdidas territoriales, tanto en Europa (cesión de Alsacia y Lorena a Francia, independencia del Sarre, cesión de territorio prusiano a Polonia, etc.) como en el resto del globo (perdió todas sus colonias en África y el Pacífico). Además, fue obligada a pagar una cuantiosa indemnización de guerra y a mantener desmilitarizado una gran parte de su territorio (la cuenca del Rhin).

• El Imperio Austrohúngaro quedó dividido en una pléyade de estados nacionales de mediano tamaño.

• Bulgaria perdió su salida al mar por el sur (que pasó a Grecia).

• El Imperio Turco perdió todas sus posesiones africanas y su territorio se redujo a la pequeña porción europea y la península de Anatolia.

• Serbia amplió sus dominios hasta formar una monarquía que aglutinaba a los pueblos eslavos del sur (Yugoslavia).

• Italia se anexionó los territorios del Tirol y de Istria.

• Francia (que obtuvo Alsacia y Lorena de Alemania) e Inglaterra aumentaron de forma notable sus territorios coloniales a costa del Imperio Alemán y del Imperio Turco.

• Japón se anexionó numerosas islas de soberanía alemana en el Pacífico y la hegemonía indiscutida en el área.

• Rusia perdió gran cantidad de territorios europeos (Moldavia, Bielorusia, etc.) en favor de Polonia, Rumanía y Finlandia, además de las repúblicas bálticas, que se independizaron. Desde 1917, tras varias revoluciones, se convirtió en la primera república socialista del mundo y hasta 1922 vivió una guerra civil y un largo bloqueo por parte de las potencias occidentales (se verá en el tema 9).

• Los Estados Unidos de América lograron algunas islas y archipiélagos en el Pacífico, como Guam, pero su logro fundamental fue la hegemonía indiscutida en Occidente, ya que, además de cobrar las indemnizaciones de Alemania, se constituyó en la gran prestataria de créditos a las economías europeas, prácticamente deshechas después de tan largo y devastador conflicto.


• Algunos países, como España, aceleraron su industrialización durante la guerra por su condición de neutrales, ya que debieron surtir de manufacturas a los contendientes. Sin embargo, una vez restablecida la paz, entraron en una seria recesión.

Con la firma del Tratado de Versalles se dio fin al viejo orden europeo y supuso el advenimiento de uno nuevo caracterizado por la inestabilidad política.

Las viejas dinastías europeas de los Romanov (Rusia), Habsburgo (Austria) y Hohenzollern (Alemania) desaparecieron y los viejos territorios imperiales dieron lugar a diferentes estados nacionales creados a partir de la idea wilsoniana6 de la autodeterminación. La devastación causada dio lugar al paro y la depresión económica, que llevó consigo, a la par, el endeudamiento de los países con respecto a los EEUU, que se convirtieron en el verdadero árbitro de la situación.

Alemania fue sin duda la gran perdedora: no sólo perdió numerosos territorios (perdió todas sus colonias extraeuropeas y más de tres millones de alemanes quedaron fuera de las fronteras nacionales) y quedó dividida en dos por un corredor polaco, sino que quedó obligada a pagar cuantiosas indemnizaciones que provocaron una hiperinflación sin precedentes.

Esta situación de penuria económica fue caldo de cultivo para la radicalización de las posiciones políticas:

• Por una parte, la derecha tradicional se radicalizó en un sentido antidemocrático y autoritario para resolver los problemas de orden público asociados a la inestabilidad y los problemas económicos. De hecho, hacia 1936, toda Europa se encontraba bajo regímenes autoritarios o dictaduras protofascistas, a excepción de las democracias escandinavas, francesa, suiza, británica, española, checoslovaca o del futuro Benelux.

• Los partidos socialistas radicalizaron sus posiciones y usaron la huelga general y la acción directa, e incluso provocaron numerosos levantamientos y revoluciones en toda regla a imagen y semejanza de la revolución soviética rusa, como las revoluciones comunistas de Alemania (revolución espartakista de 19191923) o de Hungría (liderada por Bela Kun en 1919).

• Se radicalizó el revanchismo alemán en el sentido de intentar la revisión del Tratado de Versalles, que alentó el ultranacionalismo.

6 El presidente de los EEUU, Wilson, había elaborado un plan de 14 puntos para poner fin a la Primera Guerra Mundial, entre los que se encontraba el derecho de autodeterminación, merced al cual cada nación tenía derecho a crear su propio estado: nacieron así las repúblicas bálticas, Polonia, Hungría, Checoslovaquia, etc.


Para intentar solucionar los problemas surgidos en esta nueva Europa y en todo el planeta en general se creó una Sociedad de Naciones cuyo objetivo sería el de solucionar por vía diplomática los contenciosos fronterizos, comerciales, etc. Sin embargo, dicha Sociedad de Naciones ya nació lastrada, ya que la principal potencia por entonces, los Estados Unidos de América, se negaron a integrarse en ella, mientras otros grandes países, como Rusia (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas a partir de 1921) estaban también ausentes. No obstante, la Sociedad de Naciones constituyó un referente ético, y en la práctica también obtuvo una serie de resultados positivos a nivel práctico, como el Pacto de Locarno (1925), que aseguraba la inviolabilidad de las fronteras europeas de los nuevos estados.


9. La revolución soviética y la ascensión del autoritarismo en Europa

La revolución socialista en Rusia

La Rusia zarista

En pleno siglo XIX Rusia es aún un país fundamentalmente agrario. El 80% de su población es campesina, afectada por los pagos de redención de 1861 (abolición de la servidumbre) por 50 años. Se produce emigración a la ciudad, a las fábricas. La industria tuvo un gran crecimiento desde 1880 gracias a capital extranjero, sobre todo francés. Así, en 1915 es la 5ª potencia industrial. Se produce una gran concentración industrial, con fábricas de más de 500 obreros en varias regiones industriales. La renta per capita es baja y hay una gran desigualdad económica y social, por lo que a partir de 1903 se producen grandes huelgas, originadas por motivos económicos (sueldos bajos y, por tanto, escaso poder adquisitivo, falta de alimentos, etc.) y políticos.

Crisis de la autocracia zarista: política y fuerzas de la revolución

La monarquía zarista es una monarquía absoluta apoyada en la aristocracia terrateniente y en la burocracia. No existen partidos políticos, ni elecciones; no hay Constitución, pero sí una censura y medidas policiales ante las demandas de la población a favor de la apertura del sistema político. Socialmente, hay poca burguesía (profesiones liberales, pequeños comerciantes) y una gran masa de campesinos y obreros industriales.

Otra cuestión es la de las nacionalidades: Rusia está formada por 150 pueblos, con sus lenguas y religiones distintas. La política zarista está dirigida sobre todo hacia la rusificación y la homogeneización ortodoxa.

El panorama político estaba formado por los siguientes grupos y partidos:

• Anarquistas. Muy importantes sobre todo en Ucrania y con gran implantación en el campesinado. Entroncan con el populismo agrario de los eseritas. Serán eliminados tras la Revolución de Octubre.

• Partido constitucional demócrata (liberal), conocido por las siglas PKD, que se funda en 1905. Propugna un sistema parlamentario como en el resto de Europa.

• Revolucionarios:

◦ Partido Socialista Revolucionario (PSR, Eseritas), fundado en 1901 en pro del campesinado, propugna la ocupación y el reparto de tierras entre los campesinos. Es el heredero de los populistas.

◦ Partido Socialdemócrata, POSRD, marxista, miembro de la Internacional Socialista, fundado en 1898 por Plejanov. En 1903 se divide en:


▪ Mencheviques. Liderados por Trotsky y Martov, están a favor de una primera etapa burguesa, tras la que se produciría la revolución.

▪ Bolcheviques. Liderados por Lenin, estaba a favor de la revolución, uniendo a campesinos y obreros. Las teorías revolucionarias de Lenin aparecen en “¿Qué hacer?” en el año 1902:

Importancia de un partido líder en la vanguardia del proletariado que dirija la revolución.

El papel de los intelectuales, que decidirán el momento oportuno para la revolución.

La necesidad de la unión de obreros y campesinos.

La constatación de que Rusia está madura para el Socialismo.

La Revolución de 1905, efectos de la 1ª Guerra Mundial y la Revolución de 1917

La revolución de 1905 debe situarse en el contexto del enfrentamiento con Japón, con derrota rusa por su incapacidad bélica, mediatizada por las protestas campesinas en contra de las levas. El 911905, el “domingo rojo”, se produjo en San Petersburgo una manifestación que pide el cambio político. En su disolución se causan 300 muertos, y como consecuencia de ello se producen huelgas y ocupaciones de tierras por los campesinos. En el mes de octubre se produce una gran huelga general de obreros, y se empiezan a formar los Soviets (comités de obreros, campesinos y soldados). El de San Petersburgo lo dirige Trotsky. Nicolás II lanza un manifiesto en el que anuncia reformas en el sistema: convocar elecciones, parlamento (Duma), transformación del sistema, libertades, con lo que cesa la revolución y se firma la paz con Japón. Pero las reformas no se llegan a implantar y se retoma la oposición por los partidos revolucionarios.

Los socialdemócratas constataron la importancia de la unión de los soviets y que, controlando la capital, se puede controlar al zar y, por ende, a toda Rusia.

Se mantiene el crecimiento industrial y agrícola, pero no aumenta el consumo porque los salarios son bajos, por lo que continúan las huelgas, manifestaciones y el paro aumenta, porque se había terminado la construcción del sistema ferroviario. Como colofón a la situación, Rusia entra en la Primera Guerra Mundial en el bando aliado, en la que sufren graves derrotas y penurias económicas.

En el año 1917, coincidiendo con la 1ª G. M., se produjeron tres revoluciones:


1. La burguesa

Esta primera revolución se dio durante los días 23 al 27 de febrero (según el calendario ruso). Surge por las penalidades de la guerra: hambre en las ciudades, que origina subida de precios, desabastecimientos, protestas, y también indisciplina en el frente. En San Petersburgo se produce una manifestación con el lema paz y pan. El zar la reprime, pero los soldados no obedecen y se amotinan, matando a sus superiores. Nicolás II abdica en Miguel, y se forma un gobierno provisional al frente del cual está el príncipe Luov, que promete libertades, asamblea constituyente, la excarcelación de los presos políticos, etc., y reparte cuadernos de quejas a la población.

El soviet de Petrogrado (San Petersburgo o, luego, Leningrado) llama a la población para recoger los cuadernos de quejas y para que estén alertas ante la revolución, y anima a que en fábricas, pueblos, etc., se establezcan soviets, que estarán dominados por bolcheviques. Aparecen dos grupos de poder: el formado por el gobierno provisional y el de los soviets (formado por Lenin y Trotsky). Pese al desánimo general, prosiguió la guerra.

2. Revolución socialista revolucionaria

Causada por el fracaso de la ofensiva rusa en Galitzia. La insurrección popular estuvo dirigida por los eseritas, ya que los bolcheviques no estaban preparados. Luov dimite y se pone al frente del gobierno provisional Kerensky, que ilegaliza a los bolcheviques. Continúan los problemas internos originados por el golpe de estado de Kornilov (derechista), contrario al sistema parlamentario, pero Kerensky le derrota y es encarcelado.

3. Revolución socialdemócrata

Lenin piensa que ha llegado el momento de la revolución porque Kerensky no contaba con apoyos. Al mismo tiempo se había creado la milicia armada. Decide para el 25 de octubre la ocupación de los centros estratégicos de Petrogrado (gobierno, estaciones, comunicaciones, etc.); el ejército si inhibe, estableciéndose un gobierno bolchevique llamado el gobierno del pueblo, formado por Lenin, Trotsky y Stalin. Medidas adoptadas:

° Paz en la 1ª Guerra Mundial en la que se pide a los países beligerantes la firma de una paz justa y sin anexiones ni indemnizaciones. Dadas las circunstancias de la guerra civil, se firma con Alemania la paz de BrestLitovsk, que supone pérdidas territoriales para Rusia.

° Autarquía.

° Igualdad total de la mujer

° Expropiación de latifundios


° Eliminación de títulos nobiliarios.

° Obligación de los empresarios de acatar las resoluciones obreras (dictadura del proletariado).

° Autodeterminación de las nacionalidades.

° Disolución de la Duma, en la que los bolcheviques sólo contaban con un 25%.

Guerra Civil rusa (19181920) y repercusiones revolucionarias en Europa

Tras el triunfo bolchevique, las potencias occidentales invadieron Rusia para defender los capitales invertidos, lo que se unió a los muchos y diversos grupos que se oponían a los bolcheviques. Al final, tras una dura guerra civil, triunfa el Ejército Rojo (bolchevique, organizado por Trotsky) porque los blancos (enemigos del Ejército Rojo) estaban desconectados, sin atractivo para la población y sin objetivos ni proyecto político. El Ejército Rojo contaba con tres millones de soldados, mientras el blanco tenía 60000. Además, controló desde el principio la zona central de Rusia, disponiendo de trenes, una disciplina férrea y un ejército que acabó con las milicias populares. La guerra se caracterizó por su gran ferocidad y los llamados terror blanco y terror rojo.

Paralelamente se establece el comunismo de guerra, que fracasa, tras lo que Lenin impone la NEP (nueva política económica), que aceptaba cierto margen de actividad económica privada, sobre todo en la agricultura, para paliar la escasez de alimentos derivada de la colectivización, la guerra y la falta de incentivos.

La Constitución de 1918 acumula los tres poderes en el partido comunista. Se prohíbe el voto a los empresarios, eclesiásticos y a todos los políticos contrarios.

En 1922 se funda la URSS, llamada a ser uno de los gigantes de la primera mitad del siglo XX. También se fundará la KOMINTERN, Internacional Comunista de 1919, que reúne a todos los delegados de los partidos comunistas extranjeros en Moscú y que tenía como objetivo el extender la revolución a todos los países, teniendo éxito en Alemania (espartaquistas) y en Hungría. En España se fundaría en 1920 el Partido Comunista de España a partir de una escisión del PSOE.

Al morir Lenin se desatará una lucha por el poder dentro del Partido Comunista de la Unión Soviética, tras la cual Stalin quedará como único e indiscutido líder. A partir de su ascenso al poder la política soviética se dirigirá a fortalecer a la URSS como potencia industrial (Socialismo en un solo país) y establecerá un gobierno totalitario basado en el control, la industrialización forzada, la policía secreta y los Planes Quinquenales.


La ascensión del totalitarismo en Europa

Se podría generalizar que el fenómeno de las dictaduras se extiende en el periodo de entreguerras por la periferia del sistema liberal capitalista. Se trata de dictaduras conservadoras más que de “totalitarismos revolucionarios”, excepto la de Stalin (Rusia).

El origen de este fenómeno hay que buscarlo en tres causas fundamentales:

• La quiebra del Estado Liberal, que había llevado a Europa a una guerra inhumana y total y que no había sabido exportar a las masas los beneficios de la revolución industrial ni compartir las decisiones de gobierno con el pueblo (desprestigio del parlamentarismo).

• La crisis económica que afectó a todo occidente desde 1929 a partir de una serie de crisis de superproducción y colapsos de los mercados financieros, que elevaron sobremanera la inflación o las tasas de paro y de pobreza en Europa.

• El miedo de la burguesía capitalista y de las clases medias agrarias a una revolución comunista a imagen y semejanza de la rusa a la par que los trabajadores radicalizaban sus posiciones políticas.

• El nacionalismo exacerbado, la xenofobia y el victimismo de ciertas naciones europeas por causas diversas (revanchismo en caso de Alemania, sentimiento de haber sido relegados a la segunda fila en el caso de Italia, tensiones étnicosociales en los Estados del extinto Imperio AustroHúngaro, etc.).

Aunque las causas económicas derivadas del llamado Crack del 29 se estudiarán en el próximo tema y en el anterior ya se vieron algunas de las consecuencias de la Primera Guerra Mundial en este sentido, baste decir que hacia 1939 sólo los países nórdicos, Gran Bretaña, Francia, Suiza, Checoslovaquia y los actuales miembros del Benelux poseían regímenes democráticos de corte liberal. Los regímenes dictatoriales adoptaron distintas formas, aunque los más influyentes respecto a los demás fueron el fascismo y el nazismo. Para contrarrestarlos, en los países europeos los partidos comunistas lanzaron la estrategia de los Frentes Populares, unión de todos los partidos del espectro de la izquierda con el objetivo común de frenar el fascismo.

Los rasgos definitorios de la doctrina fascista son los siguientes:

• Omnipotencia del Estado. Los individuos están subordinados al Estado que ignora los derechos individuales. Éstos no pueden expresar su voluntad mediante el voto de la mayoría. En el plano político se aniquila toda oposición (partido único), se adueña de los mecanismos del estado (no tolera la separación de poderes); en el plano intelectual disfruta del monopolio de la propaganda y la verdad (elimina toda crítica y capacidad de disentir frente al sistema político impuesto).


• Desigualdad de los hombres. El fascismo cree que sólo una minoría está predestinada para gobernar. Como se parte de la desigualdad de los hombres, se rechaza la democracia porque concede los mismos derechos a todos. Este pensamiento deriva, en primer lugar, en una descalificación de la mujer (al no tener la misma capacidad que el hombre, se convierte automáticamente en ciudadano de segunda categoría). Las mujeres, según el código fascista, deben reducir sus funciones a los niños, la cocina y la iglesia. En segundo lugar, afirman la desigualdad de las razas humanas, que desembocó en el exterminio de los judíos y en los individuos tarados física y psíquicamente (para los nazis será dogma la superioridad de la raza aria, para los fascistas italianos la supremacía del pueblo de Italia).

• Filosofía de la víctima propiciatoria. Se intenta convencer de que el origen de los problemas viene del exterior, como son el marxismo, el capitalismo o el judaísmo. Al antisemitismo se añaden algunas variantes xenófobas contra minorías como los gitanos, los negros, los homosexuales, los masones o los trabajadores extranjeros. La violencia contra ellas no se considera delito sino un servicio al Estado e insufla en los seguidores fascistas un sentimiento de superioridad, lo que les convence que han pasado de víctimas a verdugos).

• Caudillaje. Se produce una exaltación del líder carismático que representa a la nación entera, la cual sigue sus instrucciones sin titubeos. El “Duce” o el “Führer” son objeto de idolatría sin límites y se les presenta como genios, gigantes dotados de todos los poderes (muchedumbres que los aclaman y que crean una atmósfera sacra que establece una comunión hipnótica entre el guía y sus seguidores). El modelo de conducta viene dictado por los hábitos de la milicia: disciplina, obediencia, fidelidad al líder.

• Nacionalismo exacerbado. El fascismo nace de la humillación de la derrota, o de una victoria de la que no se ha obtenido provecho. Se exige la revancha, que no sería posible sin una invocación apasionada a la grandeza de la propia nación ultrajada. Con facilidad se pasa del nacionalismo al imperialismo, una gran nación encuentra su horizonte en la formación de un imperio. Un pueblo superior tiene derecho a disponer de espacio para realizarse y a conquistarlo.

• Código de conducta basado en la violencia. Necesidad de la violencia militar y policíaca en gran escala ante la urgencia de los objetivos y, en consecuencia, se dota a las fuerzas represivas de toda suerte de prerrogativas (existencia de los campos de concentración nazis o de la Gestapo, por ejemplo).


• Desconfianza de la razón. El fanatismo está por encima del análisis lógico. El individuo no debe ejercer la actividad de pensar. El tabú, lo que no puede discutirse, caracteriza a los regímenes totalitarios.

Otra de las características del ascenso al poder del fascismo fue que en muchos casos lo hicieron sin violentar la legislación vigente en cada país; una vez instalados en el poder derogaron toda la antigua estructura, como fue el caso alemán, el italiano, etc. En otros casos, como en España, se debió a a un golpe de Estado, en nuestro caso tras una terrible guerra civil que se estudiará en el tema 11.

El fascismo planteará una teoría económica basada en una tercera vía alternativa al socialismo y al capitalismo, basada en las obras públicas, la autarquía y la intervención estatal en las inversiones, con marcado carácter proteccionista, que si bien funcionó durante algunos años en ciertos casos como medida de choque contra la crisis económica, pronto se demostró inviable si no se hacía a expensas del militarismo o el imperialismo, como efectivamente ocurrió en el caso alemán o italiano. El fascismo llevará a Europa a una nueva Guerra Mundial, esta vez más sangrienta incluso, donde la irracionalidad llevará incluso a los ataques directos contra objetivos civiles, como fuer el caso del bombardeo de la villa de Gernika durante la Guerra Civil Española por parte de la aviación alemana, aliada de Franco.


10. La gran depresión económica de 1929 y la política del New Deal. La Guerra Civil española

La crisis de 1929

Se denomina periodo de entreguerras al periodo de la Historia delimitado por el fin de la Primera Guerra Mundial y el inicio de la Segunda. Se caracteriza por el ascenso de los Estados Unidos de América, y en menor medida Japón, como potencias hegemónicas y como máximas beneficiarias de la Primera Gran Guerra, ya que la maltrecha economía europea se dinamizó, en gran medida, debido a los préstamos e inyecciones de capital norteamericanos, si bien dicho capital era devuelto con intereses a los EEUU. Tras unos primeros años duros, tras la firma en 1925 del Pacto de Locarno (que garantizaba la estabilidad de las fronteras europeas y el pago de las reparaciones de guerra por parte de Alemania), la economía entró en un ciclo alcista caracterizado por un fuerte consumo interno en casi todos los países y un periodo de paz (los felices años 20 estadounidenses), lo que llevó a una fuerte tendencia especulativa en los mercados de capital, sobre todo la Bolsa de Nueva York.

En muchos países neutrales la sustitución de importaciones dio lugar a procesos más o menos consistentes de expansión (o reconversión) industrial. La demanda de materias primas y alimentos impulsó la producción agrícola de los países centro y sudamericanos, asiáticos, africanos e incluso de EEUU.

Los países beligerantes habían tenido, además, que hacer frente a un doble problema: el aumento extraordinario de los gastos militares y a la necesidad de controlar y regular la propia economía nacional para su transformación para la guerra (fabricación de armamento y munición, y de todo tipo de material de campaña). Las economías europeas habían recurrido a préstamos cuantiosos y a otras formas de financiación (emisión de deuda, aumentos de la circulación monetaria, bonos del tesoro...): EEUU pasó a ser el principal acreedor del mundo y se enriqueció considerablemente, y su producto nacional bruto se dobló en relación a las cifras de poco antes de estallar la guerra. EEUU añadió a su primacía industrial y agrícola una superioridad marítima y financiera. Además, los gobiernos europeos impusieron desde 1914 fuertes controles sobre sus respectivas economías (proteccionismo).

El efecto que todos aquellos cambios tendrían sobre las economías de posguerra fue enorme. Tuvieron que hacer frente a la reconstrucción, reabsorción de excombatientes y sostenimiento de viudas, huérfanos y mutilados, fuerte inflación , endeudamiento exterior, e inestabilidad


monetaria, con un mismo efecto: pérdida del valor adquisitivo de los salarios y hundimiento de rentas fijas y del ahorro. Ningún país pudo recuperar el ritmo de actividad económica anterior a la guerra hasta 1923 (y Alemania, abrumada por el pago de reparaciones, hasta después de ese año).

A partir de 1920, la crisis comenzó a manifestarse en EEUU aumento de stocks, caídas de precios, que inauguró una política deflacionista traducida en una restricción de los créditos a operaciones a realizar en el interior, disminución del gasto y la suspensión de los préstamos gubernamentales al extranjero. La actitud norteamericana se debía a la actitud de los acreedores, que no veían ninguna razón para continuar suministrando capital sin una contrapartida sólida y que exigían la consolidación de las monedas y la estabilidad de los precios. A medio plazo, las políticas deflacionistas y las medidas fuertemente proteccionistas permitieron restablecer la estabilidad económica, sobre todo desde que en 1924 se solucionó el problema hiperinflacionista alemán (el Plan Dawes, destinado a solucionar el problema de las indemnizaciones que Alemania debía pagar a sus antiguos adversarios) y, en definitiva, se propició así la relativa prosperidad que la economía mundial experimentó entre 1924 y 1929.

Pero a corto plazo, en 192123, deflación y proteccionismo provocaron una aguda recesión económica y un fuerte aumento del desempleo. Consecuencia de todo ello sería la intensa agitación laboral que toda Europa y EEUU conocieron en los años 191922, con una clase obrera organizada en partidos y sindicatos de clase, con reivindicaciones y medios de lucha más eficaces y determinantes: desde huelgas generales a la ocupación de fábricas, manifestaciones, negociaciones colectivas, etc.

La situación provocó un reforzamiento de la responsabilidad económica de los poderes públicos y sensibilizó a gobiernos y sociedad en torno a los problemas sociales. A partir de la 1ª Guerra Mundial los gobiernos asumirían la responsabilidad de la prosperidad económica, del empleo y de la seguridad social. La jornada laboral de 8 horas fue acordada en numerosísimos países en 1919, e incluso en la Conferencia de París se acordó la creación de la OIT, dentro de la Sociedad de Naciones.

En cualquier caso, la doble idea de que la economía debía ser planificada de alguna forma y de que el libre juego de las fuerzas económicas resultaba inoperante para combatir las desigualdades económicas impregnó profundamente la conciencia pública. En 1928 la URSS aprobaría el primero de sus planes quinquenales. En 1936 Keynes publicaría la Teoría general del empleo, el interés y el dinero, que precisaba los instrumentos de los gobiernos para asegurar la estabilidad económica y el empleo.


El Crack del 29 y el New Deal

Hasta septiembre de 1929 la tendencia de la Bolsa de Nueva York había sido al alza (subida del 340 % en 6 años). Pero en la última semana del mes de octubre se hundió la Bolsa de Nueva York. El 29 de octubre (jueves negro) bajaron rápidamente los índices de cotización de numerosos valores. El pánico provoca una fiebre de ventas que no encuentran comprador. Esta espectacular baja de las cotizaciones se produjo al derrumbarse las esperanzas de los inversores después que la producción y los precios de numerosos productos cayeran por espacio de tres meses consecutivos.

Causas del crack del 29

• Una superproducción tanto industrial como agrícola. Durante la guerra y para paliar el déficit industrial de los países beligerantes, los países neutrales incrementaron su producción. Los países nuevos no industrializados se vieron obligados a suplir las compras de productos manufacturados que realizaban en Europa con la improvisación de una industria propia. Después de la guerra, ni los países industrializados no combatientes no disminuyeron su capacidad productora ni los países nuevos desmantelaron sus industrias, en tanto que los países beligerantes reconstruían sus industrias y alcanzaban pronto los niveles de producción de 1914. Este estado de sobreproducción general provoca un aumento de los stocks y la oferta superaba la demanda, a pesar de lo cual las cotizaciones no dejaban de subir.

• La inflación del crédito. Las necesidades de capitales para la reconstrucción después de la guerra estimularon la generalización de los créditos, que pronto no guardaron relación con la actividad económica. Se había empezado concediendo créditos a la industria para la financiación de las reparaciones y los nuevos equipos. Se continuaba concediéndolos para la amortización de los primeros préstamos. También la venta a plazos tuvo un gran desarrollo ya que permitía comprar sin dinero.

Cuando se produjo la caída de las cotizaciones en 1929, muchos inversores (que habían recurrido a préstamos para así poder comprar más acciones) quisieron vender sus valores para hacer frente a sus deudas. Esta tendencia a vender producía una mayor baja de las cotizaciones y cuanto más bajaban, mayor necesidad de vender. En un mes el Down Jones bajó un 40 %. A causa del hundimiento de la Bolsa mucha gente retiró su dinero de los bancos y éstos, no pudiendo hacerles frente, quebraron (unos 5.000 bancos norteamericanos cerraron en el período comprendido entre 1929 a 1932). La crisis de la Bolsa repercutió en la industria y el comercio, pues muchas empresas obtenían créditos con la garantía de los títulos que poseían (que desaparecen ahora). A causa de la restricción de créditos, muchas empresas


quebraron. Todo ello produjo un aumento considerable del paro y una disminución de los salarios que a su vez suponía una disminución del poder adquisitivo de la población (ciclo de la crisis).

Muy pronto la crisis económica de los EEUU se extendió al resto del mundo ya que la economía mundial había alcanzado un considerable grado de interconexión. Tras el crack financiero se prohibió la salida de capitales americanos que habían jugado un papel vital en la economía de países como Alemania y la mayor parte de Europa.

El descenso de la producción industrial será brutal, afectando profundamente a países en que la expansión del crédito era mayor (EEUU y Canadá) o en los que dependían de capitales extranjeros (Alemania y Austria). La producción agrícola también se verá muy afectada. El descenso de los precios agrícolas supuso la pérdida del poder adquisitivo de los campesinos, que se encierran en una economía autárquica (desaparición de sus mercados).

El “New Deal” de Roosevelt

En el terreno político, el crack del 29 era el resultado de la política liberal, individualista e hipercapitalista mantenida por el partido republicano. La consecuencia fue el triunfo del candidato demócrata en las elecciones presidenciales de 1933 (hasta 1953 los republicanos no volvieron a ostentar el poder). El nuevo presidente, Franklin Delano Roosevelt, aplica una nueva política económica denominada New Deal (Nuevo Trato) con el fin de sacar al país del estancamiento y de la depresión. El New Deal se materializó en un amplio conjunto de reformas económicas y sociales que, preservando los valores democráticos, devolvieron al país la confianza en su capacidad para recobrar la prosperidad económica:

• Financieras: Roosevelt, tras cerrar todos los bancos y reabrir sólo los bancos federales de reserva, aprobó dos leyes por las cuales creó un sistema de garantía estatal de depósitos que permitió sanear muchos bancos y restablecer la concesión de créditos, concedidos a los estados más afectados por crisis y paro.

• Agrícolas: se proporcionaban subsidios e indemnizaciones a los agricultores para que limitaran la producción de ciertas cosechas y estabilizar así los precios.

• Sociales: se abolió el trabajo infantil, se establecieron salarios más altos y se redujo la jornada laboral. Se establecieron unos códigos para la justa regulación de la competencia empresarial y del trabajo. El principal esfuerzo se encaminó a los desempleados. Se emprendieron numerosas obras públicas


(juzgados, escuelas, hospitales, carreteras) que dieron trabajo –por lo general, temporal a unos dos millones de personas.

El 2º New Deal (193538) se inició una vez que las primeras medidas habían devuelto la confianza al país, después de la reelección de Roosevelt en 1936. Su objetivo fue consolidar la obra iniciada, frenar la contraofensiva conservadora (que había logrado paralizar por anticonstitucionales distintas iniciativas) y ampliar la cobertura social para la masa de la población (se introducían los seguros sociales). Se reconoció el derecho a la sindicación y se regularon las relaciones entre trabajadores y empresarios.

El New Deal, en conjunto, no consiguió todos sus objetivos: se logró estabilizar la economía, pero no se consiguió el crecimiento propuesto. Pero lo que no se puede negar es que el New Deal había supuesto una labor legislativa que, por su volumen y capacidad de innovación, superó a todo lo hecho anteriormente por cualquier administración norteamericana. La creación de nuevos organismos federales había propiciado lo que era en realidad una auténtica revolución institucional. El New Deal palió la miseria rural, proporcionó trabajo temporal a millones de personas, electrificó la Norteamérica rural, sentó las bases del estado del bienestar, desplazó el poder social en favor de los sindicatos y trajo considerables beneficios sociales a las minorías étnicas marginadas de las grandes ciudades, en especial, a la minoría negra.

En el plano internacional, Roosevelt renunció desde el principio a la idea de colaborar con el resto del mundo en la solución de la crisis. Sus relaciones exteriores en fueron mínimas e insolidarias. De hecho, la gran depresión es el adiós al espíritu de Locarno. Cada potencia se desatenderá de los problemas colectivos. El camino hacia la guerra comienza por una actitud de recelo e insolidaridad, esta actitud se adopta durante los tres años de la gran depresión. En las políticas nacionales se reafirma el intervencionismo estatal y los gobiernos autoritarios. Durante la guerra civil española, Roosevelt se había manifestado a favor de la República, pese a que oficialmente mantuvo la neutralidad. Durante largo tiempo mantuvo la misma actitud respecto a la contienda europea, debido a la presión de la opinión pública norteamericana, que deseaba permanecer al margen del conflicto. Además, en 1937 el Congreso y el Senado habían aprobado una ley de neutralidad que impedía incluso la venta de armamento a los aliados (este punto fue revocado en 1939).

El resto de países industrializados siguió una senda paralela: tanto Francia como Gran Bretaña iniciaron una política fuertemente proteccionista y de intervención estatal en medio de fuertes tensiones sociales y políticas, entre las que podemos citar la polarización política y el sesgo autoritario que iría tomando la política internacional, como hemos visto en el tema anterior, ya que asistimos a un periodo de la historia en el que la democracia liberal se


desprestigia y proliferan las ideologías fascistas, como es el caso no sólo de Italia, Austria o Alemania, sino también, tras la Guerra Civil, de España.

La Guerra Civil española

Al igual que la mayoría de los regímenes liberales del resto del planeta, hacia 1923 la monarquía liberal española estaba agotada y desprestigiada por largas décadas de manipulaciones electorales, corrupción caciquil y nueva conciencia de las clases populares, organizadas en pujantes partidos y asociaciones de todo tipo, de carácter demócrata (en el sentido de pretender el acceso al poder de las masas). Además, se le sumaron a todo ello graves problemas de índole económica (en consonancia con lo visto en el epígrafe anterior), militar (guerra de África) y social (actividad anarquista, pistolerismo patronal, agitación social, anticlericalismo, etc.), por lo que la inminencia de un golpe militar estaba más que cantada.

La dictadura de Primo de Rivera, influido por el fascismo italiano, tuvo el apoyo del ejército, la burguesía, los terratenientes y los eclesiásticos, y fue tolerada, en principio, por todos los partidos (incluido el PSOE, con el que colaboró) a excepción del recién creado PCE, y de la CNT. En principio, sólo se pretendía una reorientación de la política en Marruecos, realizar modificaciones en la Constitución de 1876 y solucionar los problemas básicos (subversión social y bancarrota económica). No obstante, esto no se cumplió y la dictadura se prolongó hasta 1930, año en el que los problemas acumulados (propiedad agraria, regionalismo, movimiento obrero, Ejército, mundo intelectual, republicanismo) hizo dimitir al dictador y, meses después, propició la caída de la denostada monarquía de Alfonso XIII.

El 12 de abril de 1931, se celebraron elecciones municipales, enfocadas como un plebiscito donde elegir entre monarquía o república, que ganaron la coalición republicanosocialista en las grandes ciudades. Alfonso XIII, ante la falta de sus apoyos tradicionales, se exilió y la II República se proclamó en España el 14 de abril de 1931. El cambio fue revolucionario en la medida de que fue una modificación de régimen pacífica y con apoyo mayoritario de la población.

La II República

La II República nació con graves problemas heredados del sistema anterior y mediatizados por la crisis económica internacional:

1.2 La actitud manifiestamente anticentralista de los nacionalistas catalanes.


1.3 El recelo del cardenal Segura (primado de España) ante el nuevo régimen, que acabó con la expulsión del primado del país, pero al mismo tiempo produjo los primeros síntomas de descontento entre los españoles ante el planteamiento de la política religiosa del Gobierno, que se había pronunciado por la libertad de cultos y de conciencia.

1.4 El anticlericalismo, exultante e irracional, especialmente entre el 10 y 12 de mayo, en que ardieron una serie de conventos; y el anarcosindicalismo, hostil a los socialistas que figuraban en el Gobierno. Cabe destacar la huelga general desarrollada en Sevilla en julio donde la CNT logra paralizar la ciudad. El gobierno reprimió duramente a los huelguistas con un saldo de 20 muertos).

1.5 El militarismo y la actitud del Ejército, aquejado de macrocefalia y con unos mandos mayoritariamente reaccionarios.

1.6 La desigual distribución de la tierra, con grandes masas de jornaleros en el sur y extensas regiones de minifundio en el norte.

1.7 La polarización política y social que se comentó en el tema anterior.

Dado el sistema de circunscripciones, las elecciones de junio proporcionaron el triunfo de las izquierdas (unos 300 diputados), especialmente de los socialistas, que consiguieron más de un centenar de escaños. Por el contrario, las derechas, dispersas todavía, sólo lograron 40. La primera tarea de estas Cortes fue la redacción de una nueva Constitución.

La Constitución de 1931 definía al régimen como una república de trabajadores de todas las clases; se afirmaba la renuncia a la guerra como instrumento de relación internacional; se prohibía la retirada de España de la Sociedad de Naciones sin que se votara previamente en las Cortes; se regulaban los derechos sociales y se extendía el derecho de voto a la mujer. Los poderes del Presidente de la República estaban muy limitados (nombrado por seis años, no podía ser reelegido inmediatamente y sólo podía disolver las Cortes en dos ocasiones, dando cuenta de la segunda a las Cortes, unicamerales).

Durante los próximos dos años sería Manuel Azaña el Presidente del Gobierno de alianza entre republicanos de izquierda y socialistas, que desplegó un programa reformista para la transformación política y social de España:

• Reforma del Ejército . Consistió, sobre todo, en una reducción de la oficialidad y en una disminución de los aspectos políticos de los mandos militares (ley del retiro).

• Reforma religiosa . Ya la discusión en las Cortes sobre el artículo 26 de la Constitución entre los partidarios de una separación amistosa entre la Iglesia y


el Estado Miguel Maura y Alcalá Zamora y entre los que querían la expulsión de todas las órdenes religiosas –radicalsocialistas y socialistas, produjo una primera crisis. Prosperó el programa anticlerical de Azaña, con la expulsión de los jesuitas y se suprimió la enseñanza de las órdenes religiosas.

• Se consiguió solucionar el problema autonómico catalán mediante un Estatuto aprobado por las Cortes en 1932, en el que se proclamaba la autonomía de Cataluña y la lengua catalana adquiría el mismo rango de oficialidad que el castellano.

• Reformas sociales. Las llevadas a cabo por los socialistas supusieron una mejora del nivel de vida de las clases trabajadoras (legislación de Largo Caballero, ministro de Trabajo, sobre las Delegaciones de Trabajo, los seguros sociales, la Ley de Términos Municipales por la que se establecía la obligatoriedad de los patronos a contratar a los obreros de la localidad...).

• Reforma agraria. Se creaba el Instituto de Reforma Agraria (IRA) cuyo objetivo esencial era la expropiación de los latifundios para su redistribución entre los jornaleros.

Los adversarios del programa reformista fueron la extrema derecha (en 1932, conspiración militar del general Sanjurjo que, derrotada, permitió a Azaña aprobar la reforma agraria y el Estatuto de Cataluña) y la extrema izquierda. A finales de 1932 y principios de 1933 nacieron dos organizaciones derechistas: la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) y Renovación Española (grupo católico y monárquico). También comenzó entonces a hacerse insistente (debido al fracaso parcial de la Reforma Agraria) la agitación anarcosindicalista, traducida en diversas revueltas (Casas Viejas, por ejemplo) que deterioraron la imagen política del Gobierno. La represión de Casas Viejas marcó el punto de partida de la enemistad entre buena parte de la izquierda y el Gobierno.

El desgaste del gobierno de Azaña llevó a Alcalá Zamora a forzar las elecciones que se celebraron en noviembre de 1933. Los grandes vencedores fueron las derechas, sobre todo la CEDA, a cuya cabeza se hallaba José Mª Gil Robles, y los radicales.

Aunque la CEDA había sido el partido más votado, el presidente de la República Alcalá Zamora confió el poder a Lerroux, del Partido Radical. La posibilidad de colaboración entre los radicales y la CEDA era muy limitada: los radicales representaban una posición posibilista y moderada, tras unos orígenes demagógicos y anticlericales; la CEDA era un partido católico unido por la oposición al programa anticlerical del gobierno de Azaña. Desde finales de 1933 a octubre de 1934 los gobiernos fueron exclusivamente radicales. En


octubre de 1934 la CEDA obtuvo tres carteras en el Gabinete y este hecho provocó una protesta muy dura de la oposición.

Los objetivos del Partido Radical instalado en el poder se centraron básicamente en desarticular la obra del bienio anterior. Se congeló la aplicación de la reforma agraria y suspendió la Ley de Términos Municipales, se detuvo la estatalización de la enseñanza, se restablecieron las dotaciones del clero y se vetó la Ley de Contratos de Cultivo de la Generalitat de Catalunya.

La crisis económica continuó latente, el paro en aumento y además, coadyuvó a agudizar las tensiones la negativa a aprobar el Estatuto Vasco, solicitado en 1931. En el siguiente gobierno la CEDA obtuvo tres carteras en el Gabinete Lerroux, lo que provocó la reacción de la extrema izquierda. Se organizaron protestas ante aquella presencia cedista (de la que algunos sectores habían iniciado una deriva fascista) y, respondiendo a un llamamiento de la UGT, estalló un movimiento huelguístico en el país. Esta Revolución de Octubre de 1934 triunfó en Cataluña y Asturias. En Cataluña, Lluís Companys proclamó el Estat Catalá dentro de la República Federal. En Asturias, durante quince días al menos, los mineros armados (más de 50.000) apoyados por la CNT y la UGT, declararían incluso la República Socialista.

La revuelta fue sofocada de manera contundente por el Ejército, y estos hechos provocaron la entrada de Gil Robles en el Gobierno (la CEDA obtuvo cinco carteras). Sin embargo, su gobierno no alcanzó ninguno de los objetivos propuestos. No sólo fracasaron las pretendidas reformas constitucional y electoral, sino que también fracasarían las gestiones en torno a los temas sociales. La derrota obrera de octubre de 1934 supuso el endurecimiento general de las derechas en el aspecto político y el dominio absoluto de la patronal en el aspecto laboral, más notorio y cotidiano. Los escasos sectores de la oligarquía, desplazados en 1931, volvieron triunfantes a los centros de poder, y se llevó a cabo la llamada Contrarreforma Agraria.

La represión de 1934 y el gobierno de la derecha sirvió para aglutinar a la izquierda. Poco a poco se va perfilando el Frente Popular (agrupación que incluía a la totalidad de las fuerzas de izquierdas). Tras la ineficacia del gobierno cedista, Alcalá Zamora convocó elecciones generales para febrero de 1936, en las que quedó de manifiesto la polarización del país.

Tres razones parecen explicar la victoria de la izquierda:

1º) La división de las derechas (CEDA y Bloque Nacional de Calvo Sotelo);


2º) La unidad de la izquierda (el punto esencial del programa del Frente Popular fue la amnistía total para los miles de presos de octubre de 1934, lo cual motivó una masiva participación electoral, incluida la de los anarcosindicalistas);

3º) La disminución de apoyo popular al programa de la derecha.

Los vencedores desplazaron a Alcalá Zamora de la presidencia de la República, que pasó a ocupar Manuel Azaña, el cual llevó a la presidencia del Gobierno a Casares Quiroga, representante de la autonomía gallega. Inmediatamente se proclamó la amnistía, se restableció la plena vigencia del Estatuto de Cataluña y se reemprendió la reforma agraria, distribuyéndose 250.000 ha. en tres meses.

Sin embargo, aquellos proyectos se hallaron desbordados. Por una parte, las organizaciones obreras incrementaron sus presiones para unas reformas de estructuras que sólo por métodos revolucionarios consideraban viables. Por otra, algunos sectores de la derecha (la Falange Española, partido fascista fundado por José Antonio Primo de Rivera, Acción Española y el Bloque Nacional de Calvo Sotelo), alentados por los ejemplos de Alemania e Italia, pusieron sus esperanzas en una sublevación militar.

Los elementos extremistas se hicieron dueños de la calle y del campo. En los primeros días de julio era asesinado en Madrid el teniente Castillo, miembro de la Guardia de Asalto (policía), conocido militante izquierdista; el 13, en represalia, caía a su vez el líder derechista Calvo Sotelo. Ello fue la chispa que desencadenó los acontecimientos que culminaron en el levantamiento armado en Melilla el 17 del mismo mes de julio que daría inicio a la guerra civil.

La Guerra Civil

La Guerra Civil española es considerada por la historiografía contemporánea como un preludio de la Segunda Guerra Mundial. La contienda acabó con la instauración de un régimen autoritario por parte del general Franco (considerado como fascista por la ONU) que sumió al país en un periodo de depauperación económica y social sin precedentes del que no empezaría a salir hasta 1954. Un millón de personas murió como consecuencia directa de la guerra y sus secuelas, mientras que una cantidad importante de españoles tuvo que marchar al exilio.

La Guerra Civil Española fue además un conflicto internacional en el que combatían el fascismo contra la democracia, por una parte, y, dentro del bando republicano, el reformismo contra la revolución, por otra, y en la que ambos bandos tuvieron importantes ayudas internacionales:


• Los sublevados tuvieron el apoyo económico, humano, material y logístico de la Italia fascista y de la Alemania de Hitler, ayuda que fue esencial para ganar la guerra.

• La República no tuvo el apoyo de las demás democracias occidentales (incluso el gobierno hermano del Frente Popular francés se inhibió de la ayuda a la democracia española), pero sí apoyo material de la Unión Soviética y la afluencia de numerosos voluntarios (las Brigadas Internacionales).

• Se produjo además una auténtica Revolución Social en retaguardia, no tanto por los aparatos gubernamentales como por las bases y, sobre todo, por la CNTFAI.

• La represión y la violencia política llegaron a altas cotas de salvajismo, llevados los contendientes por un odio ciego. Los intelectuales, dirigentes y militantes de partidos y sindicatos de izquierdas fueron masacrados allí donde las tropas franquistas conquistaban el territorio, mientras que en la retaguardia republicana murieron fusilados esencialmente terratenientes, patronos y sacerdotes.

Paradójicamente, el periodo de la Guerra Civil fue extremadamente fecundo en expresiones artísticas y culturales. La República y las organizaciones de izquierda promovieron bibliotecas, publicaciones, círculos artísticos, etc., y los artistas se implicaron con su arte en el desarrollo del país, muchos de ellos dinamizados por un influyente Partido Comunista, como es el caso de Alberti, Miguel Hernández, etc., y de genios como Pablo Picasso, que revolucionará el mundo de la imagen gráfica con su Guernica.


11. La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias mundiales.

Antecedentes de la Segunda Guerra Mundial

La distensión internacional a partir de 1924 (Pacto de Locarno), gracias a una mejor coyuntura económica y política, se quebró al inicio de la década de 1930, como una de las consecuencias de la crisis económica del 29. La crisis trajo paro, pobreza, exaltación del nacionalismo, desprestigio del sistema democrático y el ascenso de los fascismos al poder, con su política exterior agresiva, revanchista y expansionista. Tras el triunfo de Hitler en Alemania, la amenaza de guerra reapareció como factor principal en las relaciones internacionales.

La llegada de Hitler al poder en 1933 desestabilizó el equilibrio europeo. Hitler significaba la denuncia del Tratado de Versalles, el rearme alemán, la idea de la unión con Austria (Anchluss), una amenaza cierta sobre los Sudetes (el enclave alemán en Checoslovaquia) y sobre Dantzig (puerto también alemán dentro de territorio polaco) y la pretensión alemana de un espacio vital en las regiones eslavas del este de Europa.

La comunidad internacional no supo reaccionar con firmeza. Francia, dividida y debilitada por sus propios problemas internos (efectos de la crisis del 29) y Gran Bretaña (que creía que una política de concesiones a Alemania haría entrar en razón a Hitler) optaron por una política de apaciguamiento hacia los dictadores.

Ante la pasividad occidental (EEUU está en un periodo de aislacionismo con un mayoritario respaldo popular), Italia y Alemania proclamaron en 1936 el Eje BerlínRoma, que tres años más tarde se convirtió en una alianza formal (El Pacto de Acero), incorporándose Japón al año siguiente.

La debilidad de la Sociedad de Naciones y las contradicciones y titubeos de Gran Bretaña y Francia mientras EEUU permanecía al margen de la política europea reforzaron los planes de la política exterior de Hitler. En marzo de 1936, tropas alemanas ocuparon la zona desmilitarizada del Rhin. Durante la Guerra Civil española, Gran Bretaña y Francia impulsaron una política de neutralidad y no intervención con el objeto de que la guerra española no desembocara en una conflagración europea. Alemania e Italia enviaron armas, soldados y asesores a los rebeldes, mientras la zona leal a la República sólo recibió la ayuda de la URSS.

El uso de la fuerza determinaba la política internacional; la seguridad colectiva era ya un concepto inoperante. El peligro de una nueva guerra


mundial era evidente. La política de apaciguamiento adoptada por el gobierno británico (acompañada, empero, de un nuevo impulso al reforzamiento militar británico) no pudo evitar la guerra.

En 1938 el Tercer Reich consumó la anexión de Austria (el 12 de marzo tropas alemanas entraron en Austria, aclamadas por la mayoría de la población) y de Checoslovaquia. En este caso, el pretexto de intervención lo proporcionó la campaña separatista llevada a cabo contra el gobierno checo por la población alemana de la región de los Sudetes, apoyada por Alemania). El 30 de mayo, Hitler, decidido a anexionarse el territorio, ordenó la preparación del ejército. Gran Bretaña y Francia, temerosas de una guerra las fronteras checas estaban garantizadas por el Tratado de Locarno y, además, Checoslovaquia había firmado acuerdos defensivos con Francia y con la URSS, entraron en contacto con Mussolini, quien sugirió a Hitler la celebración de una conferencia que resolviera el conflicto. La reunión entre los cuatro grandes de la política europea (Gran Bretaña, Alemania, Italia y Francia) se celebró el 29 de septiembre de 1938 en Munich, donde se acordó transferir los Sudetes a Alemania, parte de Rutenia a Hungría y Teschen a Polonia, a cambio de la garantía de los cuatro a la independencia de Checoslovaquia. Sin embargo, en marzo de 1939, Hitler con sus ejércitos entra en Praga y declara que Bohemia y Moravia forman parte del espacio vital alemán, convirtiéndose el resto del Estado checo en protectorado alemán, ocupado definitivamente por fuerzas militares alemanas, con carácter permanente.

Las democracias europeas se resistían a creer en la posibilidad de un nuevo conflicto bélico. Para hacer frente a las fuerzas del Eje hubiera sido necesaria una alianza con la URSS, pero Francia y Gran Bretaña no se decidían a aliarse con un estado comunista porque no se fiaban ni de su sinceridad pacifista ni de su solidez militar. Ante el estupor de las democracias occidentales, en agosto de 1939, Hitler y Stalin firmaron el pacto germanosoviético de no agresión. De esta manera, Hitler conseguía la neutralidad soviética ante la inminente invasión nazi de Polonia, mientras que la URSS aseguraba su zona de influencia en las repúblicas bálticas y en la parte oriental de Polonia. Francia y Gran Bretaña anunciaron que se opondrían a ello con las armas.

Pocos días después se produce la invasión y el avance alemán en Polonia según los planes de la llamada guerra relámpago, culminando en sólo cuatro semanas. Dos días después de la invasión, el 3 de septiembre de 1939, Inglaterra y Francia declaraban la guerra a Alemania.

11.1. Los primeros compases de la Segunda Guerra Mundial


Pese a la declaración de guerra de Inglaterra y Francia, Polonia fue derrotada en tan sólo 26 días por el veloz ataque alemán. En cumplimiento de su pacto con Alemania, la URSS completó la liquidación de Polonia atacando por la retaguardia. En tan solo unas semanas, Stalin convirtió a los países bálticos en satélites destinados a servir de tapón defensivo. Aunque Stalin intentó hacer algo parecido con Finlandia, ésta ofreció una fuerte resistencia, por lo que tuvo que ceder en marzo de 1940.

El 9 de abril de 1940, el ejército alemán emprendió una nueva ofensiva relámpago hacia Dinamarca y Noruega, impidiendo así a sus enemigos el acceso a los países escandinavos para cortar la ruta del hierro entre Suecia y la cuenca del Rhur.

Al mismo tiempo que se producía un cambio de gobierno en Francia y en Inglaterra (Paul Reynaud y Winston Churchill). El 10 de mayo de 1940, la Wehrmacht avanzó sobre los Países Bajos y Bélgica, sobrepasando la formidable línea de defensa francesa (línea Maginot). En escasos días los alemanes alcanzaban París sin necesidad de entablar batalla, pues la capital había sido abandonada por el gobierno francés. El 22 de junio, el mariscal Petain (que había sustituido a Reynaud al frente del gobierno) firmaba, en nombre de Francia, el armisticio con Alemania y el 24 con Italia (que había entrado en guerra al lado de Alemania). El gobierno francés se establecía en Vichy, mientras los alemanes administraban el norte de Francia desde París (el general De Gaulle, subsecretario de Estado para la Guerra en el gobierno de Reynaud, se trasladó a Londres, desde donde hizo un llamamiento a todos los franceses para la continuación de la guerra). Así, Francia quedó dividida en dos zonas: una ocupada por los alemanes y otra, bajo el gobierno del mariscal Petain, con sede en Vichy, más o menos “libre” pero condicionada por las circunstancias.

La posición de Alemania era muy ventajosa frente a sus enemigos: había conseguido la superioridad estratégica que le daba el control del Canal de la Mancha.

Gran Bretaña se convierte en el siguiente objetivo de Hitler, que creía que Inglaterra reconocería que tenía perdida la guerra. Pero Churchill, pese a constatar la situación de Gran Bretaña, aislada y sin otros ejércitos que la Royal Navy y 1.500 aviones, se negó a entablar negociaciones con Alemania.

En agosto de 1940 Alemania inició la ofensiva contra las islas. Incapaz de efectuar por mar un desembarco en las costas británicas (Gran Bretaña tenía una flota superior a la alemana), Alemania puso en práctica dos:


• Una ofensiva aérea sobre Londres y los puertos y centros industriales de la isla. Las fuerzas aéreas británica (RAF) y alemana (Luftwaffe) se enfrentaron en la mayor batalla aérea de la guerra: la Batalla de Inglaterra, que duró 10 meses. Es la primera derrota alemana, ya que sin controlar el aire no puede intentar la invasión de una potencia que dispone además de supremacía en el mar.

• Una ofensiva submarina contra la flota y contra el tráfico británico en todo el océano Atlántico (el peligro se conjuraría en parte con la invención del radar y en parte con la compra a EEUU de destructores).

Debido a las derrotas italianas frente a Grecia (Mussolini se lanzó a la denominada guerra paralela. Las derrotas italianas en el Mediterráneo descubrieron las debilidades de su potencia militar), Alemania trasladó el centro de su interés hacia los Balcanes. En el verano de 1941 Hungría, Rumanía y Bulgaria se habían adherido al Eje, mientras que Yugoslavia y Grecia habían sido aplastadas por los alemanes, a pesar de la ayuda recibida por parte de las tropas británicas. La victoriosa campaña alemana en los Balcanes terminó con la conquista de Creta.

La intervención italiana en el Norte de África fue frenada por las tropas británicas. Por tal motivo, Alemania, con la intención de poner fin al avance aliado, en febrero de 1941, acudió a la zona con el Africa Korps de Rommel (el zorro del desierto).

En 1941 Hitler no tenía más enemigos que Gran Bretaña. Sin embargo, la ruptura entre el Reich y la URSS iba a dar una nueva dimensión a la guerra europea. El 22 de junio de 1941, la Wehrmacht había entrado en acción contra la URSS.

La ofensiva contra Rusia (Operación Barbarroja) se inicia con el núcleo del Ejército alemán (3 millones de soldados junto con medio millón más de los aliados del Eje). Al principio, el ataque alemán pareció irresistible: a fines de año los alemanes sitiaban Leningrado, se situaban a tan solo 40 km de Moscú y habían entrado en Crimea. Pero el plan de ataque alemán fracasó en dos puntos básicos:

• El retraso en el inicio de la ofensiva.

• La tenaz resistencia del pueblo soviético.

La población rusa fue tratada con extraordinaria dureza y brutalidad por el Ejército alemán (los eslavos fueron considerados una raza inferior), hecho que fomentó la resistencia hacia los alemanes y contribuyó a que Stalin respondiera con idéntica dureza.


La ofensiva se reanudó en verano de 1942 sobre Stalingrado y el Cáucaso al tiempo que se produce una alianza entre los aliados occidentales y Rusia se traduciría en el envío de aprovisionamientos y material de guerra. Sin embargo, la batalla decisiva se jugó en torno a Stalingrado (enero 1943) donde la insistencia de Hitler en mantener sus posiciones concluyó en una tremenda derrota y la primera capitulación del Ejército Alemán. El Ejército Rojo comenzó a avanzar y no se detuvo hasta Berlín. La batalla de Stalingrado marcó el cambio de rumbo de la guerra.

Mientras tanto, en África, a mediados de 1942, el ejército británico, al mando del general Montgomery, lanzó una ofensiva hacia las posiciones alemanas e italianas concentradas en el norte de África, con Tobruk como base de operaciones. Las dificultades de abastecimiento del Afrika Korps favorecen la victoria de los británicos en ElAlamein (23 de octubre de 1942) que expulsó a las tropas del Eje de Libia. En noviembre de 1942, el desembarco de tropas aliadas en Marruecos y Argelia acabó por desequilibrar la balanza de fuerzas a favor de los aliados en el norte de África.

11.2. L a intervención del Japón y entrada de EEUU en la Segunda Guerra Mundial

Ya en 1935, Japón había emprendido la tarea de procurarse un espacio vital en el Asia oriental (al igual que la Alemania nazi, Japón pretendía establecer la hegemonía de una raza superior sobre los pueblos menos evolucionados de su continente) haciéndose dueños de la mayor parte de la China urbana e industrial y obligando a Francia, después de su derrota en 1940, a cederles bases en Indochina. En septiembre de 1940, Alemania, Italia y Japón firmaron en Berlín un pacto tripartito según el cual los dos gobiernos del Eje reconocían anticipadamente la denominada Gran Asia Oriental, y Japón, a su vez, aceptaba el nuevo orden europeo que los firmantes quisieran construir.

Pero durante 1941, los EEUU pidieron a Japón que abandonara Indochina (la opinión norteamericana, aislacionista en cuanto a Europa, se mostraba, en cambio, decidida a mantener el antiguo equilibrio en Asia), o dejaría de vender petróleo a los japoneses. La invasión alemana de la URSS hizo que Japón se lanzara con absoluta tranquilidad a su expansionismo por Asia, seguro de la imposibilidad material de una reacción soviética en el Extremo Oriente (Stalin, preocupado por la dramática situación en Rusia, firmó un pacto de neutralidad con Japón por el que se comprometía a no participar en conflicto alguno en el Asia oriental). Así, el 7 de diciembre de 1941 la aviación japonesa atacó por sorpresa la mayor parte de la flota norteamericana anclada en Pearl Harbor, en las islas Hawai, que provoca, pese a la precipitación de los acontecimientos, la entrada de los EEUU en la guerra. Inmediatamente,


EEUU y Gran Bretaña declararon la guerra a Japón y Alemania e Italia se la declararon a EEUU.

Mientras tanto, Japón extenderá muy rápidamente su dominación por el continente. Entre diciembre de 1941 y febrero de 1942 Japón ocupó Birmania, Filipinas, Malasia y Singapur. Mientras, en el Pacífico, se hizo con importantes enclaves insulares: Guam, Wake, las islas Gilbert, Nueva Guinea, las Aleutianas y las Midway.

11.3. El cambio de signo de la Guerra

El avance victorioso de las fuerzas del Eje en todo el mundo había durado hasta la segunda mitad de 1942. A partir de esta fecha la guerra cambia de signo:

• En el Norte de África, la batalla de ElAlamein (23101942) y desembarco aliado en Marruecos y Argelia (noviembre 1942).

• En el frente ruso, la batalla de Stalingrado (septiembre 1942enero 1943).

• En el Pacífico, con los japoneses amenazando Australia, la flota estadounidense obtuvo dos importantes victorias en el mar del Coral (mayo 1942) y en Midway (junio 1942), lo que significó el punto final a la expansión japonesa en el Pacífico.

• En el Atlántico, gracias al radar y a la aviación, los aliados fueron eliminando la amenaza de los submarinos alemanes.

En 1943, EEUU y Gran Bretaña decidieron una operación contra Italia. En verano, desembarcaron en Sicilia y acto seguido en Italia continental. La consecuencia fue la caída de Mussolini, que fue destituido por el rey de sus funciones y encarcelado. La caída del fascismo supuso la ruptura del Eje y dejó a Alemania aislada en el momento más difícil. Sin embargo, sus tropas reaccionaron apoderándose de todos los puntos estratégicos de la península italiana, rescatando a Mussolini y organizando con él la defensa de una nueva república fascista. Finalmente los aliados entraron en Roma en mayo de 1944, aunque la conquista total de Italia no se produjo hasta mayo de 1945 con la definitiva capitulación de los alemanes en Italia.

El 6 de junio de 1944, estadounidenses y británicos desembarcaron en Normandía (Operación Overlord). Fue una operación de enorme envergadura que consiguió mediante la superioridad material concluir con la resistencia alemana, protegida por unas formidables barreras fortificadas. El avance aliado fue rápido: el 25 de agosto fue liberado París, con ayuda de la resistencia, y en septiembre se traspasaba la frontera alemana.


Por el este, los rusos habían hecho retroceder a los alemanes hasta sus puntos de partida. Poco después del desembarco de Normandía, los rusos llegaron a las puertas de Varsovia, en donde se produjo una insurrección de la resistencia polaca, a la que no dieron su apoyo por carecer de dirección comunista y fracasó. Rumanía firmó el armisticio en septiembre de 1944, y poco después eran ocupadas Bulgaria y Hungría y liberada Yugoslavia. En febrero de 1945 los ejércitos soviéticos alcanzaban la frontera germana, dos meses después tomaban Viena (13 de abril) y finalmente Berlín (24 de abril), que se rendía el 2 de mayo de 1945.

En abril, Mussolini fue ejecutado por un grupo de partisanos italianos. El 8 de mayo se rindió Alemania después del suicidio de Hitler en la Cancillería.

En el Pacífico, pese a que los norteamericanos fueron conquistando posiciones cada vez más cercanas al archipiélago japonés (batallas de Iwojima y Okinawa), Japón todavía resistió tenazmente (incluso con ataques suicidas en los que los pilotos estrellaban sus aviones cargados de explosivos contra la flota americana los kamikaze). El Estado Mayor norteamericano evaluó lo que costaría la prolongación de la guerra en condiciones semejantes. En la Conferencia de Postdam (17 de julio de 1945), el presidente Truman anunció su voluntad de poner rápido fin a la guerra haciendo uso de una nueva arma: la bomba atómica (también obtuvo la cooperación de la URSS para que interviniera contra Japón). Las bombas que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki provocaron la rendición incondicional del Japón el 2 de septiembre de 1945.

11.4. El balance de la Guerra

La Segunda Guerra Mundial se saldó con una destrucción terrible, muy superior a la producida durante la Primera Guerra Mundial, aunque en ésta los reajustes territoriales fueron más intensos. Sus consecuencias más importantes fueron:

→Pérdidas humanas: es muy posible que llegase a alcanzar los 60 millones de personas, cuatro veces más que el número de muertos en la I Guerra Mundial, un 50 % civiles. En la URSS el número de muertos se eleva a 20 millones de personas, de los que tan solo 1/3 serían militares (10 % de la población). En el caso de Polonia, los 6 millones de muertos representan el 15 % del total. En Yugoslavia, el número de muertos (de 1’5 a 2 millones) derivó de la existencia de una guerra civil en la que el componente étnico jugó un papel primordial. Francia sufrió unos 600.000 muertos y Gran Bretaña unas 500.000 pérdidas (60.000 civiles como consecuencia de los bombardeos). Los EEUU perdieron 300.000 muertos, todos militares. De los países vencidos en la contienda, el mayor número de muertos le correspondió a Alemania, con unos


5 millones (en su mayoría militares). Dos millones de japoneses murieron como consecuencia de la guerra (200.000 muertos en pocos minutos en las dos explosiones atómicas).

Además, como resultado de la guerra hubo, principalmente en Europa, 30 millones de desplazados (sobre todo alemanes y también japoneses que tuvieron que abandonar las tierras ocupadas al terminar la guerra).

También los programas de exterminio nazis contribuyeron a la gigantesca masacre de esos años (en los campos de concentración y de exterminio se intentó la solución final de unos 7 millones de judíos y de otras minorías étnicas entre ellas los gitanos y la eliminación de los opositores políticos al tiempo que se ensayaban experimentos de esterilización y de eliminación de los ciudadanos considerados por los nazis como degenerados: homosexuales, deficientes físicos y mentales, etc.).

→Pérdidas económicas: La potencia de las armas y muy especialmente los bombardeos aéreos produjeron una destrucción material incomparablemente superior a la de cualquier conflicto anterior. La red de comunicaciones estaba prácticamente destruida en el centro de Europa; el petróleo escaseaba y la producción industrial había descendido a 1/5 con respecto a la preguerra; los campos, sembrados de minas y bombas, habían quedado inservibles para la agricultura (existía un enorme déficit de alimentos, por lo que en todas partes reinó el hambre). Sólo los EEUU salieron indemnes en su territorio nacional, y su ayuda constituye la única vía de recuperación europea.

→Repercusiones territoriales: se produjeron algunas modificaciones de fronteras tras el acuerdo entre los dirigentes de las grandes potencias, que se reunieron repetidamente a lo largo del conflicto con el propósito de crear un nuevo orden internacional para evitar nuevos conflictos.

La última de las reuniones de los aliados durante el conflicto tuvo lugar en Postdam (julio 1945), donde se acordó hacer retroceder la frontera oriental de Alemania hasta la línea marcada por los ríos Oder y Neisse. Se acordó también la desmilitarización de Alemania, se establecen las reparaciones a pagar por ella y el juicio de los criminales de guerra. El juicio de Nuremberg (1946) contra 22 dirigentes alemanes acusados de crímenes de guerra constituyó el epílogo de la Segunda Guerra Mundial. Como consecuencia de él fueron condenados a muerte y ejecutados algunos de los principales dirigentes nazis que no se habían suicidado.

La URSS fue la gran beneficiada territorialmente, ya que incorporó la zona oriental de Polonia, los estados bálticos, parte de Finlandia y Besarabia, y consiguió una amplia zona de protección en el este de Europa mediante el establecimiento de las llamadas democracias populares.


Italia cedió una parte de Istria a Yugoslavia y Rodas a Grecia. Rumanía perdió Besarabia pero obtuvo Transilvania. Bulgaria perdió su acceso al mar Egeo.

Japón perdió su imperio y quedó reducido al archipiélago de su nombre.

El cambio territorial más importante se produjo en la propia Alemania. En la Conferencia de Yalta (febrero 1945), Roosevelt, Churchill y Stalin acordaron la división de Alemania en cuatro zonas de ocupación, administradas por cada uno de los aliados (Francia, Gran Bretaña, EEUU y la URSS) y en donde se anula la soberanía germana. De esta ocupación surgiría la definitiva división de Alemania en dos (RFA y RDA) que perduró hasta 1990.

11.5. El nuevo orden internacional

La consecuencia inmediata y fundamental de la Segunda Guerra Mundial será el establecimiento de un nuevo orden internacional caracterizado por la división en dos bloques (o zonas de influencia) de todos los estados del planeta: un bloque capitalista, liderado por los EEUU, y un bloque socialista, liderado por la URSS. Este mundo bipolar en pocos años derivaría en la llamada guerra fría. Se producirá:

• La creación de la Organización de las Naciones Unidas, con sede en Nueva York, para dirimir los asuntos de discrepancia internacional. En este sentido hay que destacar su importancia en conflictos como la creación del Estado de Israel o la intervención en Corea.

• La formación de un amplio rosario de repúblicas socialistas apoyadas por la URSS y la proliferación de Movimientos de Liberación Nacional, de carácter marxista, a lo largo y ancho del planeta, sobre todo en Asia y África.

• La hegemonía indiscutible de los EEUU en el llamado bloque capitalista, como consecuencia directa de la ayuda económica (Plan Marshall de reconstrucción, Doctrina Truman de apoyo contra el comunismo) y de todo tipo prestada a los aliados.

• La creación de una sicosis a escala planetaria derivada de la proliferación de armas nucleares (la bomba atómica) y de la disuasión que llevaría a cabo cada uno de los bloques en la llamada guerra fría, caracterizada por los conflictos armados de mediana y pequeña intensidad, el establecimiento de esferas de influencia, carrera armamentística y creación de bloques militares (Organización del Tratado del Atlántico Norte y el Pacto de Varsovia).


• El antagonismo de ambos bloques iría en aumento y se plasmaría en distintas guerras en las que participarían ambos bloques de forma directa o velada, entre las que destacaríamos las de Corea, Vietnam o Afganistán.

• Cada una de las dos superpotencias (EEUU y la URSS) intervendrá de manera contundente y directa en sus respectivas áreas de influencia en caso de injerencia, disenso o defección, como en le caso de las invasiones por parte de los EEUU de Granada, Guatemala o Panamá, la crisis de los misiles con Cuba, el aplastamiento de las rebeliones democráticas de Polonia o Hungría por parte de la URSS, etc. En el interior de sus respectivos territorios nacionales, ambas superpotencias ejercerán una labor represiva sobre todo en el plano de la difusión ideológica y cultural (reeducación y deportación de disidentes rusos, caza de brujas de McArthy, etc.).

• Se utilizarán de forma masiva todo tipo de artimañas, como el espionaje, y de medios de propaganda e información y contrainformación para captar potenciales aliados en el bloque enemigo, de manera que proliferarán las radios, la propaganda radiofónica y televisiva, la manipulación informativa, etc., de manera que, paradójicamente, este periodo supondrá la edad dorada de la propaganda y los medios de comunicación de masas.


III. LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

12. La cultura de masas y la escuela crítica de Frankfurt. La modernidad.

12.1. La modernidad entendida como fe en la razón.

Con Descartes se inicia una nueva era en el pensamiento occidental basada en la razón. La razón es, para los pensadores de la Edad Moderna, lo que nos diferencia del resto de los animales y nos eleva sobre ellos, es la herramienta primordial para transformar nuestro entorno, para modificarlo a nuestro antojo y mejorar así el devenir del ser humano. Si en la Edad Media el paradigma (conjunto de estructuras intelectuales y creencias establecidas en el que se basa toda expresión cultural) era lo sobrenatural, lo teológico, Dios, en los nuevos tiempos, en los tiempos modernos (la modernidad), se situará al ser humano como centro de todas las cosas, de manera que la fe en la razón se convertirá en el objeto principal y casi único del pensamiento occidental.

La filosofía occidental y la cultura en general se caracterizarán desde el siglo XVI por su carácter progresivo y progresista, por su fe en el progreso: mediante el raciocinio, mediante el pensamiento científico y matemático, el ser humano alcanzaría su meta final, que no sería otra que la felicidad de la Humanidad. Esta razón estaría centrada en el sujeto, en la individualidad pensante, consciente de su existencia.

La culminación de esta fe en el progreso y en la razón la podemos encontrar en el neopositivismo.

12.2. El neopositivismo y la filosofía analítica.

El neopositivismo es una corriente filosófica que basa el conocimiento en la realidad material y en la negación de toda metafísica. Se le ha venido a llamar por otros nombres, como positivismo o empirismo lógico, positivismo científico o Círculo de Viena, por tratarse de una filosofía producto de una serie de pensadores cercanos a los círculos intelectuales de la capital austriaca.

El Círculo de Viena hunde sus raíces en filósofos ilustrados como Hume o Comte, en sociólogos como Marx o Feuerbach o en científicos o matemáticos como Leibniz, Russell o Einstein.

Sus ideas implican un rechazo a cualquier tipo de divagación filosófica sobre lo metafísico o sobrenatural. El conocimiento sería, exclusivamente, conocimiento científico, y la ética consecuente sería una ética utilitarista.


12.3. El existencialismo.

Sin embargo, ya desde épocas tempranas surgió desde los pensadores más avanzados una crítica a la razón, destacando en ello filósofos como Rousseau o Kant, si bien su crítica era constructiva, en el sentido de que se enfocaba a mejorar el conocimiento de los mecanismos de la razón humana para, a su vez, mejorar y apuntalar el progreso de la Humanidad. Esta crítica a la razón sería una crítica ilustrada, tendente, sobre todo, a mejorar los sistemas de gobierno, la economía, la educación, etc., de manera que, usando la razón como herramienta, se purificaran los mecanismos del progreso.

Sin embargo, Nietzsche introduce el antirracionalismo en la filosofía occidental. Para Nietzsche, la dictadura de la razón elimina todo rastro de humanidad, ya que el ser humano en en esencia irracional: se mueve por instintos, por intuiciones, por preferencias basadas en elementos tan poco racionales como el gusto. La crítica nietzscheana es una crítica basada en el sentimiento, en la pasión, en el deseo, en todo aquello considerado como irracional pero que es, objetivamente, humano. Nietzsche, desde una posición escéptica, pesimista, ataca la idea de objetividad y de progreso, apelando a la superación del ser humano por la vía de, precisamente, la subjetividad vitalista, existencial. Para Nietzsche sólo tendrá valor aquello que apuntala la vida, independientemente de su racionalidad.

El impacto de Nietzsche se dejó sentir en la cultura occidental y en la filosofía en particular, de manera que se abrió un nuevo campo del pensamiento y unos nuevos paradigmas filosóficos empezaron a formarse.

Uno de estos nuevos enfoques filosóficos sería el existencialismo. El existencialismo parte del supuesto de que la razón no es una vía válida del conocimiento porque toda realidad es individual, es subjetiva, sólo podemos llegar a conocer lo que experimentamos, nuestras vivencias individuales. La humanidad no existe como tal, existen los seres humanos individuales, que se van construyendo a sí mismos a lo largo de su existencia. Ese construirse a sí mismo no es otra cosa que el ejercicio de la libertad, cada ser humano es lo que ha elegido ser, la elección es lo que da significado a nuestra vida y la que asigna valores, en un movimiento continuo que produce una angustia vital. La existencia es, por tanto, un ejercicio de la propia libertad, una elección continua, es riesgo y es compromiso, porque de estas elecciones dependen los hechos futuros. Al mismo tiempo, se despierta en el ser humano la idea de contingencia, de finitud, de temporalidad, apuntalada por la evidencia de la muerte. El ser humano es un constante proyecto, un constante hacerse, fabricarse, construirse en medio del vacío, de la nada, que hay que llenar dando un sentido a la vida.

El existencialismo, además, criticará el exceso de teoría, de jerga filosófica, en el saber humano. De hecho, los filósofos existencialistas usarán un lenguaje más cercano, más literario, de manera que sus obras son a la vez filosóficas y literarias. De hecho, Sartre llegó a ser designado como Premio Nobel de


Literatura, si bien no llegó a recogerlo, y Ortega y Gasset está considerado como uno de los más grandes literatos de las letras hispanas.

El existencialismo tendrá como sus más importantes representantes a Kierkegaard y Sartre u Ortega y Gasset.

Si bien Sören Kierkegaard basa este existencialismo en la idea de Dios, de manera que lo único que da sentido a la vida es la fe (en su caso la fe cristiana), el existencialismo de Sartre es un existencialismo basado directamente en el ateísmo. Parte de la idea de Dostoievsky de que “si Dios no existiera, todo estaría permitido”. En efecto, al no existir Dios ni ninguna realidad sobrenatural, el ser humano está condenado a elegir, está condenado a ser libre, a sentir cierta angustia vital que ha de llenar eligiendo el compromiso con la existencia en cualquier sentido. Sartre no escapó a la tendencia del segundo tercio del siglo XX y su filosofía estuvo inspirada en el marxismo, si bien desde una postura crítica, lo que conllevaba, por tanto, una visión materialista. De manera coherente con su filosofía, su opción por el marxismo sería un acto de libertad y de responsabilidad. Para Sartre, el único criterio moral es la libertad, la opción personal llevada a la acción: lo único inmoral es no actuar, esconder el compromiso. Además, en el ejercicio de la libertad, de este compromiso, el ser humano se reconoce en los demás, la subjetividad pasa a ser entonces intersubjetividad, y la acción individual a acción colectiva.

Ortega basará su pensamiento en la idea de progreso partiendo del compromiso individual. Su obra se caracterizará por las coordenadas españolas y su crítica al atraso cultural que sufría el país, de manera que, partiendo del compromiso individual, de la elección personal, se puede actuar sobre el futuro.

12.4. La cultura de masas y la Escuela de Frankfurt.

A finales de los años 20 e inicios de los años 30 del siglo XX se desarrolló en Frankfurt una escuela filosófica de carácter marxista que basaba sus estudios en una crítica constructiva del marxismo y del psicoanálisis, de manera que sus elucubraciones no tenían sólo un contenido teórico sino una vertiente eminentemente práctica destinada a encontrar instrumentos de emancipación social y también personal. Desde el punto de vista de los filósofos de la Escuela de Frankfurt, como Adorno o Habermas, el saber en general y la ciencia en particular se han enfocado como elementos asépticos de la cultura, cuando en realidad constituyen un elemento de dominación de las clases superiores de manera que éstas ejercen una especie de filtro que dirige a dichas disciplinas a ciertos objetivos, que coinciden con los de dichas clases dominantes.

Para Habermas, por ejemplo, el progreso logrado mediante la razón no sólo es ficticio, sino que ha conducido incluso a la depauperación moral y económica. El mundo del siglo XX, la sociedad de masas, es un mundo dirigido y explotado en el que una minoría disfruta de todo mientras que una


mayoría inmensa y silenciosa es continuamente manipulada y cosificada. Esta manipulación cultural será uno de los objetos de estudio de Adorno.

Para Habermas, el concepto de razón sigue siendo válido, pero no puede sostenerse en ningún principio de autoridad, porque, invariablemente, conduce a la dominación de unos sobre los otros. La solución pasaría por la construcción de una nueva ética, la ética del consenso. Así, no existirían verdades absolutas sino relativas, fruto del diálogo, del debate racional y del consenso, sujetas a una continua revisión. Este consenso debería darse en condiciones de no coerción o dominación, lo que entra en conflicto con las clases dominantes.

En la sociedad contemporánea, una sociedad de masas, caracterizada por el consumo masivo y el acceso inmediato a la información, el control de ésta se hace, por tanto, fundamental. Los medios de comunicación (los mass media, medios de masas) se convierten en un vehículo idóneo de las clases dominantes, quienes, a través de la imposición de pautas culturales, ideológicas o de consumo, controlan así a las poblaciones, que son dirigidas, de manera no consciente, en contra de los intereses del bien común.

La publicidad, los periódicos, los hábitos alimentarios o los grandes acontecimientos musicales o deportivos serían la plasmación de estos hechos. Un análisis serio y riguroso nos puede permitir llegar al fondo de dichas manipulaciones para, de este modo, poder actuar sobre ellas. Ese será uno de los puntos de partida de otro de los filósofos representativos de la Escuela de Frankfurt, Marcuse, que estudiaremos en el tema 17, en el que analizaremos el cambio cultural en todos los campos que supuso la Revolución de Mayo del 68.

12.5. La posmodernidad.

Uno de los pensadores que más ha influido en la filosofía contemporánea es Foucault. Foucault será el elemento de enlace entre el existencialismo nietzscheano y el pensamiento contemporáneo.

Foucault hunde sus raíces en el pensamiento crítico de la Escuela de Frankfurt y en el presupuesto de que muchas estructuras aparentemente inocuas enmascaran en realidad instrumentos de dominio. Su crítica a la razón parte del estudio de realidades como la locura, opuestas a la razón, de manera que este tipo de realidades desviadas han sido sistemáticamente puestas fuera de la vista, fuera la circulación, por las estructuras del poder. Foucault descubre como la razón esconde en realidad un engranaje destinado a perpetuar dichas estructuras de poder de manera que el individuo queda supeditado a ellas.

Para Foucault, el poder trata de perpetuarse a sí mismo. No existe ninguna idea de progreso, de beneficio para la humanidad, sino un control por parte de estructuras totalizadoras camufladas en un manto de progreso, de razón. No sólo las instituciones psiquiátricas, que él estudió, o las de tipo penitenciario serían las únicas estructuras de control social, sino que la cultura en general, la


filosofía, la educación, la religión, no serían sino instrumentos al servicio de las castas dominantes. Aunque Foucault no defiende un relativismo ético, sino la acción consecuente del conocimiento de las estructuras sociales, la filosofía foucaultiana esconde, pues, un sentimiento escéptico sobre la idea tradicional de progreso y fe en la razón, un sentimiento que romperá con la tradición anterior que se remonta a Descartes, la modernidad, entrando en una nueva era, la de la posmodernidad, entendida ésta como una renuncia a la concepción moderna de progreso.

La posmodernidad reflexionará sobre el fin de los grandes empeños y de las grandes utopías emancipadoras, de manera que los grandes ciclos de progreso continuo dejarán de existir.


13. La «guerra fría». La revolución china.

La guerra fría.

En el período inmediatamente posterior a la conclusión de la Segunda Guerra Mundial se produjo una importante expansión de la URSS. No sólo había consolidado la anexión de todos y cada uno de los territorios que pertenecieron al antiguo Imperio Ruso, sino que extendía su área de influencia a la llamada Europa del Este, constituida por la parte oriental de Alemania, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumanía y Bulgaria. La zona, cuya frontera imaginaria con Occidente recibió de Churchill el nombre de telón de acero, estaba formada por democracias populares bajo control directo de Moscú. En 1947, Stalin creó la Oficina de Información Comunista (Kominform), destinada a asegurar la cohesión de los regímenes prosoviéticos.

La guerra civil que estalla en Grecia (194649) y el golpe de Praga (1948), que provoca el paso de Checoslovaquia a la órbita de Moscú, tuvieron su respuesta en el anticomunismo de la doctrina Truman, que consistía en la denominada estrategia de contención del comunismo., que incluyó una feroz represión interna contra elementos filocomunistas que pasaría a la historia como la caza de brujas o macarthismo, por ser este senador (McArthy) el que la impulsó.

Ante el temor de la expansión del comunismo en Europa y la gravedad de la situación económica, las potencias occidentales tomaron una serie de medidas que marcaron aún más las diferencias entre los otrora aliados. Mientras que la URSS organizaba en su área de influencia la economía y la sociedad de acuerdo con los principios comunistas, EEUU, Gran Bretaña y Francia y pusieron todos los medios para una rápida reconstrucción de sus Estados. Además, no sólo condonaron gran parte de las indemnizaciones de guerra de Alemania, sino que aportaron importantes cantidades de capital, sobre todo a través del Plan Marshall estadounidense. Como contrapartida al Plan Marshall, en 1949 los soviéticos constituyeron un Consejo de Mutua Asistencia Económica (COMECON) destinado a coordinar las economías de los países comunistas.

La división de Alemania se consumó con la constitución de la República Federal y la República Democrática en 1949.

Estas tensiones derivaron en la llamada guerra fría, consecuencia de las diferencias de organización política y económica y el temor a la expansión del adversario, que arrastraron a las superpotencias a configurar dos bloques ideológicos antagónicos.


El segundo escenario de la guerra fría fue China. El 1 de octubre de 1949 Mao Zedong proclamaba en Pekín la nueva República Popular China. El nuevo régimen partía de una China unificada con la excepción de la isla de Formosa (Taiwán), ocupada por los nacionalistas del derechista Chiang KaiChek. Lo acontecido en China repercutió en el continente asiático, especialmente en Corea, país al que la capitulación de los japoneses había dejado en una situación parecida a la de Alemania: el paralelo 38 separó un Norte comunista y un Sur capitalista. Al norte los soviéticos y al sur los norteamericanos mantuvieron el control de sus respectivas zonas en espera de una elecciones que hicieran posible un gobierno unificado. Sin embargo, el choque ideológico hizo imposible este propósito y el 25 de junio de 1950, tropas norcoreanas invadieron Corea del Sur dando lugar al más grave de los incidentes que amenazaron con desencadenar una tercera guerra mundial. La operación norcoreana fue condenada por la ONU y el ejército estadounidense (bajo el mando del general MacArthur) bajo el pabellón de la ONU, expulsó a los invasores y ocupó a su vez Corea del Norte. En defensa de ésta acudió la República Popular China, que hizo retroceder a las tropas de la ONU y elevó la tensión mundial hasta el punto de que el general MacArthur defendió atacar directamente a China y emplear la bomba atómica. En 1951 se llegó a un alto el fuego y en 1953, mediante un tratado, quedó consagrada la división de Corea.

La guerra fría originó una creciente carrera de armamentos. En 1949 los soviéticos hicieron explotar su primera bomba atómica y en 1952 los norteamericanos crearon la bomba de hidrógeno. En adelante ambos países mantuvieron una competición en cuanto a su armamento convencional y atómico. Paradójicamente, la bomba atómica, por su tremendo poder de destrucción, contribuyó a hacer más improbable la guerra aunque una paz estable fuera imposible.

La tensión existente entre los dos bloques hizo que las potencias buscaran la seguridad y el equilibrio de fuerzas mediante un sistema de alianzas regionales.

• EEUU propició para América Latina la creación en 1948 de la OEA (Organización de Estados Americanos). Con los países desarrollados, estableció la OTAN (o NATO, Organización del Tratado Atlántico Norte) en 1949, y la ANZUS (pacto tripartito con Nueva Zelanda y Australia) en 1951. En 1954 firma la SEATO (u OTASE, Tratado del Sudeste Asiático) y en 1955 firma el llamado Pacto de Bagdad, la OTEM (Organización del Tratado de Oriente Medio). Además, estableció una serie de pactos individuales con


países como España o Japón, con lo que consolidó un amplio sistema de bases militares mundial.

• El sistema de alianzas soviético se basaba en tratados bilaterales firmados en su mayoría entre 1943 y 1947, a los que se sumó el tratado de amistad, alianza y asistencia mutua con China en 1950. Como réplica a la admisión de la RFA en la UEO (Unión Europea Occidental) y en la OTAN en 1954, se firmó entre los países comunistas, en 1955, el Pacto de Varsovia, que también integraba a la RDA.

En 1956 estallan, simultáneamente, dos crisis: el conflicto del Canal de Suez y la invasión de Hungría.

El conflicto de Suez: El Egipto de Nasser se erigió como líder de cierto panarabismo de carácter laico y progresista. Nasser había proyectado la construcción de la gigantesca presa de Asuán (que pondría en regadío más de un millón de hectáreas de tierra no cultivable), que requería unas inversiones muy superiores a la capacidad financiera del país. EEUU había prometido ayuda financiera para llevar a cabo el proyecto pero la política neutralista de Nasser (que mantenía relaciones diplomáticas con la URSS) hizo que EEUU negara los fondos prometidos. Ello provocó el inmediato ofrecimiento soviético para asumir las obligaciones financieras abandonadas por los norteamericanos. Consecuencia de ello fue la decisión de Nasser de nacionalizar el Canal de Suez (1956). La acción de la nacionalización chocaría con los intereses económicos y militares franceses y británicos. En octubre de 1956, Gran Bretaña y Francia, con ayuda de Israel (en conflicto con el mundo árabe desde la creación de su Estado en territorio palestino en 1948) atacaron Egipto. EEUU se negaba a aceptar la acción de sus aliados europeos, exigiéndoles la suspensión inmediata de la operación militar conjunta. Por su parte, la URSS apoyó plenamente a Nasser y amenazó a Gran Bretaña y Francia con la guerra. La amenaza surgió efecto por la coincidencia de criterios de las dos superpotencias, lo que explica el fracaso de los viejos imperialismos coloniales europeos, el inglés y el francés.

La invasión de Hungría: En 1956 Krushev, con la denuncia de los excesos de la dictadura estalinista, abre nuevas expectativas en los países de la órbita soviética. En Polonia, por ejemplo, la presión de estudiantes y obreros había logrado algunos resultados. Estos acontecimientos estimulan un levantamiento popular en Budapest, en octubre de 1956. El Kremlin, llegó a admitir que existía descontento en Hungría y sólo condenó a los insurgentes de forma muy vaga. Pero el nuevo jefe de gobierno, Imre Nagy, se identifica con los rebeldes, proclama el sistema multipartidista, la neutralidad de


Hungría y el abandono del Pacto de Varsovia. En noviembre de 1956, 6.000 tanques soviéticos invaden Hungría junto con 15 divisiones de infantería. Se inició el bombardeo de los puntos clave de Budapest y la insurrección fue aplastada sin que las potencias occidentales, ocupadas en la crisis de Suez, intentaran intervención alguna, pese a la condena de la ONU. Inmediatamente se formó un nuevo gobierno comunista de Janos Kadar, iniciándose un período de represiones y fusilamientos.

La consecuencia inmediata fue el recrudecimiento de la guerra fría.

La llegada al poder de Krushev (1953) determinó un giro notable en la política exterior, que favoreció cierta distensión. En el XX Congreso del PCUS, celebrado en 1956, Krushev denunció los errores y atrocidades de Stalin y su culto a la personalidad y propugnó una política de coexistencia pacífica en el plano internacional. Se normalizan las relaciones con diferentes Estados (Austria, Japón), se canalizan ayudas a los países subdesarrollados e incluso proponen que Berlín se convierta en ciudadlibre, lo que provocó una incontrolable corriente migratoria de alemanes orientales hacia la Alemania Federal a través de Berlín y, consecuentemente, la construcción del muro en 1961 que separaría las dos zonas de Berlín.

Sin embargo, se producirán nuevas crisis que mantuvieron la tensión.

• En Cuba, la dictadura de Batista fue derribada el 1 de enero de 1959 por la guerrilla que lideraban Fidel Castro y Ernesto Che Guevara. Su política fue de progresivo acercamiento al marxismo revolucionario. Las relaciones entre Cuba y EEUU se fueron deteriorando: la reforma agraria suponía nacionalizar algunas fincas y fábricas pertenecientes a estadounidenses, lo que provocó la reacción airada del presidente Eisenhower, quien amenazó con dejar de importar azúcar. La amenaza se hizo efectiva en julio de 1960, pero la respuesta fue la firma de un convenio comercial con la URSS y la incautación del resto de propiedades norteamericanas. En enero de 1961, EEUU rompió relaciones con Cuba, lo que la acercó aún más a la URSS. John F. Kennedy, dio el visto bueno a un plan de invasión de la isla por voluntarios anticastristas entrenados por la CIA. El desembarco en la bahía de Cochinos fue un estrepitoso fracaso. En 1962 Cuba permitió la instalación de una base de misiles nucleares a escasa distancia de los EEUU. Los aviones espía norteamericanos descubrieron las instalaciones, por lo que Kennedy ordenó el bloqueo de la isla que obligó a los soviéticos a retirar el material nuclear. El acuerdo final supuso también la retirada de algunas armas estratégicas norteamericanas de Turquía y la promesa implícita de que Cuba no sería invadida.


• Indochina fue desde el fin de la 2ª Guerra Mundial un foco de conflictos armados contra la metrópoli. En Vietnam, los rebeldes dirigidos por Ho Chi Minh consiguieron en 1954, tras más de siete años de lucha contra los franceses, llegar a un acuerdo provisional de partición del país, un Norte comunista y un régimen corrompido e inestable del Sur sostenido por la intervención norteamericana. En 1964, el presidente norteamericano Johnson ordenó los bombardeos de Vietnam del Norte por su indisimulado apoyo a la guerrilla en el Sur. La guerra contra las tropas comunistas del vietcong se iba alargando, y ante el elevado número de víctimas norteamericanas, surgieron voces de protesta en la sociedad norteamericana. En enero de 1973 se llegó a un acuerdo de alto el fuego, pero en la práctica fue una ofensiva comunista la que aplastó al adversario en un momento en que, por la crisis interna creada por la oposición de la sociedad a la guerra, los EEUU no eran capaces de reacción alguna. En 1975 Saigón, cayó en manos de las fuerzas norvietnamitas y las fuerzas del Sur capitularon sin condiciones. En 1976, Vietnam se reunificó, ejerciendo una función dominante en toda la zona. Camboya y Laos también establecieron sendos regímenes comunistas. EEUU había sufrido una de las mayores derrotas y humillaciones de su historia.

La revolución china

Como protesta por la creciente influencia de las potencias occidentales, en 1911 se inició un movimiento revolucionario que depuso (febrero 1912) al último emperador P’uyi, de la dinastía manchú.

El nuevo régimen republicano estuvo dirigido por Sun YatSen, líder del Partido Nacionalista, con el triple objetivo de modernizar el Estado para lograr un mejor orden social, terminar con la explotación por las potencias extranjeras y conseguir la unidad del país. A la muerte de Sun YatSen (1925) le sucedió el general Chiang KaiChek, que inició una larga guerra civil contra los comunistas (19271949). Desde 1930 hasta 1934, lanzó numerosas y costosas campañas militares contra los campesinos del Ejército Rojo. En 193435 se produjo la larga marcha del ejército comunista, conducido por Mao, hacia la región del Shenshi (al norte) donde organizaron un Estado sin propiedad privada. Con la invasión japonesa en 1937, nacionalistas y comunistas pactaron para luchar contra el invasor. Pero, tras la capitulación de Japón (1945), Chiang KaiChek reanudó la guerra civil. Gracias a su experiencia en la guerra de guerrillas contra las tropas japonesas, las fuerzas comunistas emprendieron la ofensiva desde el verano de 1947. Tras la victoria de Lin Biao en Manchuria, los comunistas conquistaron todo el territorio chino y el gobierno de Chiang KaiChek se refugió en la isla de Formosa que, en lo sucesivo, constituiría el estado independiente de Taiwán


(también llamado China nacionalista). De este modo, Mao Zedong proclamó (1º octubre de 1949) en Pekín la República Popular China.

Para transformar China en una sociedad socialista se utilizaron ampliamente la educación en los principios del marxismoleninismo y la propaganda política. Se aseguró a las mujeres una posición de igualdad mediante las nuevas leyes de matrimonio. Se controló estrictamente la religión (expulsaron a los misioneros extranjeros y colocaron clérigos chinos dispuestos a cooperar con los comunistas). Los intelectuales se vieron sujetos al control gubernativo dirigido a la erradicación de las ideas anticomunistas (ejecución de los elementos contrarrevolucionarios).

2. Política interior

La primera acción de los comunistas fue reconstruir la economía: lucha contra la inflación, restaurar las comunicaciones y restablecer el orden interno necesario para el desarrollo económico.

Se potenció la colectivización agrícola para promocionar el ahorro necesario para el establecimiento de la industria pesada. La industria privada pasó gradualmente a estar bajo propiedad mixta estatal y privada. La reforma agraria se inició en 1950 y fue seguida de la creación de equipos de ayuda mutua, cooperativas y granjas colectivas. El primer plan quinquenal, que se inició en 1953 y se llevó a cabo con ayuda soviética, potenció la industria pesada a costa de los bienes de consumo. La ayuda económica y el consejo técnico soviético contribuyeron en gran manera al éxito inmediato del programa.

Mientras los comunistas luchaban por construir la sociedad china, aparecieron diferencias entre Mao, de ideología comunista pura, y los intelectuales, profesionales y burócratas, que querían un acercamiento más racional y moderado que animara la eficacia y productividad del país. En mayo de 1956, los dirigentes del partido lanzaron la campaña de las cien flores, que provocó un cambio liberalizador e invitaba a la libre crítica de la política gubernamental. Aunque hubo una cierta apertura intelectual, esta situación duró poco. En junio de 1957 se volvieron a imponer estrictos controles sobre la libertad de expresión.

La prudencia y planificación que supuso el primer plan quinquenal fueron abandonadas en gran medida hacia 1958. Se impusieron controles más rígidos sobre la economía para incrementar la producción agrícola. Se inició la implantación de las comunas, creadas por la unión de cooperativas. Como unidades autárquicas, constituyeron explotaciones agrícolas y, a la vez, empresas industriales con funciones de gobierno local, ideológico y militar


sobre la población campesina no sólo se ocupaba de tareas agrícolas sino que afrontaba objetivos más amplios como infraestructura agraria, distribución comercial, etc.), restringir el consumo y acelerar la industrialización (se aumenta el horario de trabajo y se fijan cotas más altas de rendimiento y producción final); se trataba en definitiva de realizar un gran salto adelante, como lo llamó la propaganda oficial. Sin embargo, a causa de una mala dirección e inadecuada planificación, el programa fracasó: la economía se desorganizó y la producción industrial descendió entre 1959 y 1962 hasta un 50%.

Durante este período se produjo la ruptura entre la URSS y China. En 1960 concluyó la cooperación técnica soviética. Aparte de determinados problemas fronterizos existía la lógica rivalidad entre dos potencias gigantescas y fronterizas. A ese factor se añadía el ideológico: los dirigentes soviéticos predicaban la coexistencia pacífica y la desestalinización, mientras que los chinos mantenían que la revolución era el único medio para poder lograr el objetivo máximo del comunismo, poner fin al capitalismo. Incluso, en 1962 China condenó abiertamente a la URSS por retirar sus misiles de Cuba ante las presiones de EEUU. Como resultado de ello, la URSS cortó totalmente su financiación al desarrollo económico de China. Los chinos comenzaron a competir abiertamente con la URSS por la jefatura del bloque comunista y por la influencia entre los nuevos Estados surgidos de la descolonización.

El fracaso del gran salto adelante produjo una profunda conmoción en la vida interna de China. La escisión entre Mao y los dirigentes más moderados se convirtió en conflicto cuando en 1965 Mao y sus seguidores más radicales lanzaron la Revolución Cultural en contra de los dirigentes más pragmáticos que estaban dispuestos a cambiar la evolución política y social, y para recuperar el celo revolucionario del primitivo comunismo chino. Estudiantes autoproclamados guardias rojos, a los que se unieron grupos de trabajadores, campesinos y soldados desmovilizados, tomaron las calles para manifestarse a favor de Mao, a veces violentamente, convirtiendo a las autoridades establecidas en sus principales objetivos. Se desmontó la estructura central del Partido, ya que se destituyó a los numerosos altos dignatarios y se los expulsó del Partido. Se cerraron las escuelas y la economía quedó paralizada.

Aunque a fines de 1968 se había restablecido la calma, prosiguieron las tensiones entre las dos tendencias, que no se resolvieron definitivamente sino hasta 1976, tras la muerte de Mao. Su desaparición dio comienzo a una nueva etapa dirigida por su sucesor Deng Xiaoping, máximo representante del sector menos ideológico y más pragmático del Partido Comunista, no sin antes tener que vencer la resistencia del ala más izquierdista y afín a Mao, conocida con el nombre de la banda de los cuatro y expulsar del Partido a la


viuda de Mao. El nuevo gobierno significó el cambio de rumbo de la economía china, encaminada al desarrollo de las infraestructuras energética y viaria y a la potenciación de la industria de consumo y la agricultura. Además, se introdujeron tímidas aunque significativas medidas encaminadas a romper la rigidez y potenciar el mercado, atrayendo inversiones extranjeras. La política desarrollada por Xiaoping generó un rápido desarrollo económico, pero también desencadenó una crisis social considerable (las grandes urbes crecieron a un ritmo más rápido que el resto del país, lo que originó graves desequilibrios entre el campo y la ciudad, así como dentro de las ciudades) y política, pues enseguida se puso de manifiesto que el Partido Comunista seguiría teniendo el poder absoluto.

En la actualidad China ofrece el contraste entre una evolución económica y un estancamiento político (la matanza de Tiananmen en 1989 que se produjo en una manifestación de estudiantes que reclamaban una mayor democratización y libertad de expresión es muestra de la represión estatal). Con la muerte de Deng Xiaoping en 1997, Jiang Zemin se convirtió en la figura indiscutible de la escena política china.


14. La literatura después de la Segunda Guerra Mundial.

Como hemos estudiado, la cultura de Entreguerras estuvo marcada por la agitación social, por la experimentación y la vanguardia y por la influencia de los movimientos políticos y sociales de carácter revolucionario.

En cuanto a la literatura en el mundo occidental, ésta siguió los mismos derroteros que el arte. Así, si a principios de siglo podemos encontrar una literatura de carácter costumbrista, realista, etc., con el transcurso de las décadas aparece una nueva literatura de carácter experimental, muy influida por movimientos estéticos como dadá o el futurismo. Sin embargo, a partir del periodo de entreguerras, la influencia del marxismo será capital dentro del mundo de la cultura y la intelectualidad, como ya hemos visto en el tema 12.

Relacionado con lo anterior, aparece en los años 30 una actitud comprometida con el progreso por parte de los artistas e intelectuales. Este compromiso tendrá carácter casi siempre marxista. De hecho, a partir de la creación en 1932 de la Unión de Escritores Soviéticos (que exigía a sus miembros, entre los cuales destaca el premio novel Sholojov, la supeditación a las directrices del Partido e imponía el llamado realismo social o socialista), proliferarán a partir de 1935 Asociaciones o Alianzas de Escritores Revolucionarios o Antifascistas en todo el orbe Occidental, supeditando el arte y la cultura al servicio de la Revolución. En este sentido hay que destacar la proliferación de cierta poesía lírica, pero con connotaciones épicas, como es el caso de poetas hispanos como Pablo Neruda o la mayoría de los escritores de la generación del 27, como Rafael Alberti o su epígono, Miguel Hernández, gran parte de los cuales partieron al exilio al concluir la guerra civil española.

Cuando desde finales de los años 30 el dirigismo de los Partidos Comunistas empezó a ser agobiante, muchos poetas y novelistas, pese a su filiación comunista, iniciaron un periodo de desencanto con el realismo social y empezaron a elaborar una nueva literatura, una de cuyas características fundamentales será el pesimismo, el escepticismo y el rechazo de los antiguos ideales redentores. Este desencanto llevó a los escritores a expatriarse, a negar los pilares fundamentales en los que se había basado la literatura anterior y a sentir el hechizo de las civilizaciones extraeuropeas y orientales. Las obras, pese al uso en general de las técnicas de la tradición de la literatura realista, abordarán un gran abanico de temáticas y buscarán más el impacto que el análisis de la realidad social. En este sentido, cabe destacar la aparición de géneros como la Novela Negra (con autores como Dushiell Hammett), la Novela Erótica (donde destacará el genio de Henry Miller) o la Ciencia Ficción (destacarán autores de la genialidad de Ray Bradbury), producto derivado de los continuos avances científicos que se producirán desde el invento de la bomba atómica.


Durante la Guerra Fría todo esto se acentuó al tiempo que se eclipsaba el influjo del comunismo entre los intelectuales y literatos de Occidente al constatar la deriva dictatorial y represiva del Estalinismo, y, sobre todo, a raíz de la muerte de Stalin y el descubrimiento de sus atrocidades.

Muchos de los intelectuales de todo el mundo, entre ellos muchos escritores, emigraron a los Estados Unidos de América, que pasaron a ejercer la hegemonía en todos los ámbitos de la cultura. Grandes literatos como Vladimir Nabokov se afincaron en el gigante norteamericano, pasando incluso a escribir en inglés, por lo que este idioma se convirtió no solo en la lengua franca del planeta sino también en la lengua de la cultura, cediéndole el paso la que había detentado este papel hasta entonces, el francés.

Frutos de los nuevos tiempos serán tanto el existencialismo, que dio obras cumbres de la Literatura Universal (como es el caso de Albert Camus) como el llamado Teatro del Absurdo, campo en el que destacan Samuel Beckett (Esperando a Godot), Ionesco (La cantante calva), Genet, Dario Fo (Muerte accidental de un anarquista) o Adamov, y, en el caso de España, Fernando Arrabal (Picnic). El teatro del absurdo explota lo irracional tanto en la expresión como en la puesta en escena para poner en solfa, precisamente, la irracionalidad de la existencia.

Otra de las características de la literatura de posguerra será su carácter centrífugo. Florecerán, de mano de los llamados movimientos de liberación nacional, de la descolonización del llamado Tercer Mundo (que estudiaremos en el siguiente tema), una serie de literatos en las lenguas vernáculas de cada país que supondrá el florecer de las literaturas indígenas.

Por otra parte, aparecieron una serie de movimientos literarios de gran repercusión en varias partes del planeta.

En Iberoamérica, por ejemplo, se desarrolló el llamado realismo mágico, que aúna la narración con técnicas realistas con una temática que aúna lo cotidiano y lo fantástico y no es ajeno, a veces, al indigenismo. Como ejemplos tenemos a escritores de sensibilidades tan diferentes como Gabriel García Márquez o Jorge Luis Borges, pasando por Juan Rulfo o incluso Julio Cortázar. El influjo del realismo mágico llega hasta nuestros días y se puede sondear en obras contemporáneas como es el caso de algunas novelas de José Saramago, Vargas Llosa o Isabel Allende.

En los años 60, con la vuelta del activismo político de izquierdas, que cristalizará en la Revolución de Mayo del 68 y el Movimiento Hippie, reverdecerá la llamada literatura de compromiso. En España será el auge de la literatura antifranquista y obras combativas contra la dictadura de Franco como la de Gabriel Celaya (La poesía es un arma cargada de futuro) y en el resto del planeta se asistirá a una explosión de libertad sin precedentes que se plasmará en las formas artísticas, literarias, etc., que en literatura se tomará formas diversas como la psicodelia, el hiperrealismo, etc.


15. Descolonización e imperialismo político y económico. Las empresas multinacionales.

La descolonización

Aunque las potencias europeas se habían repartido el mundo a finales del siglo XIX (reparto de África en la Conferencia de Berlín de 1885, guerras del opio, imperios coloniales holandés, inglés, etc.), la expansión colonial había tropezado con fuertes resistencias, al principio de carácter xenófobo e inspiración tradicionalista (a menudo tribal y religiosa), pero pronto con un carácter nacionalista más elaborado, progresista y legitimista. El primer hito de este cambio debe situarse en la victoria de Japón sobre Rusia en 1905 (primera victoria militar de un país asiático sobre un país europeo), sacudió la conciencia nacional de los pueblos colonizados o controlados por Europa, particularmente en Asia.

El fin de la Primera Guerra Mundial significó el despertar nacionalista de los pueblos de Asia y África. Fueron varias las razones que explicarían el cambio que se produjo desde 1919:

1º) La afirmación de los principios de autodeterminación y nacionalidad como fundamento del nuevo orden internacional representado por la Sociedad de Naciones.

2º) La decepción que en el mundo colonial produjo la ampliación de los dominios coloniales de Gran Bretaña y Francia en Oriente Medio bajo la forma de mandatos, reemplazando al antiguo poder otomano.

3º) La aparición de una nueva generación culta y bien educada en el mundo colonial, resultado precisamente de la propia obra colonial (que, en general, potenció la educación superior de las élites de los pueblos colonizados).

4º) El impacto de la revolución soviética de 1917 y la labor de la Internacional Comunista en apoyo de la lucha anticolonial.

5º) La necesidad de las propias potencias coloniales de establecer nuevas formas de organización de sus dominios, como consecuencia de los crecientes costes de las administraciones imperiales y de las grandes dificultades militares derivadas de la propia defensa del imperio.

En la India, el gobierno inglés aprobó en 1919 la Ley del Gobierno de la India que remodelaba la administración del territorio sobre la base de la diarquía: se concedía autonomía política y administrativa a las provincias y


estados, y se creaba un sistema bicameral nacional (en parte elegido, en parte designado), pero los británicos continuaban reteniendo el poder ejecutivo e importantes funciones (policía, justicia, finanzas, etc.). El Partido del Congreso Nacional Indio, dirigido desde 1915 por Gandhi, consideró la nueva ley como muy insuficiente y orquestó una política de confrontación a favor de la independencia. La matanza de Amritsar7 (capital del Punjab) (donde) marcó el final de todo posible entendimiento. Como respuesta, Gandhi promovió campañas de desobediencia civil y resistencia pacífica (huelga general, marcha de la sal8, ayuno masivo de toda la población india, junto a la no cooperación, devolución de medallas británicas, boicot a los productos ingleses, no asistencia a las escuelas oficiales, no reconocimiento de tribunales ni autoridades británicos), que mantuvo hasta 1922. La agitación, no siempre pacífica, se extendió por gran parte de la India. El problema indio reemplazó al problema irlandés como primera preocupación británica, sin que los distintos gobiernos ingleses encontraran solución.

En 1935 se aprobó la nueva Ley del Gobierno de la India, que creó asambleas legislativas democráticas en los 14 estados que integraban la India británica. El Partido del Congreso Nacional Indio ganó las elecciones en 7 de los 14 estados.

La independencia llegó tras la II Guerra Mundial, que cambió los planteamientos de la dominación colonial británica. El 15 de agosto de 1947 la India alcanzó la independencia, acompañada de la separación de Pakistán (áreas de mayoría musulmana, subdividido a su vez en Pakistán occidental y Pakistán oriental actual Bangladesh, independizada en 1972), que provocó sangrientos enfrentamientos y disturbios religiosos que ocasionaron más de 100.000 muertos y el desplazamiento forzoso de unos 17 millones de personas.

El proceso de descolonización se aceleró tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Este proceso, que marca el fin de la hegemonía europea en el mundo, se desarrolló paralelamente a la Guerra Fría, a veces de manera independiente, como los casos de la India o Argelia, o ligado a él, como los conflictos del sudeste asiático y Oriente Medio.

Los nuevos estados surgidos al desaparecer los imperios coloniales suelen ser englobados bajo la denominación de Tercer Mundo, término que implica subdesarrollo económico y cultural, dependencia tecnológica del bloque

7 El 13 de abril de 1919, 379 personas resultaron muertas y más de 1.000 heridas cuando tropas coloniales abrieron fuego contra una multitud congregada pacíficamente en la plaza del mercado.

8 En 1930, Gandhi dirigió a sus cientos de miles de seguidores hacia el mar a lo largo de 320 km. para protestar contra los impuestos británicos sobre la sal.


capitalista o socialista, y voluntad de una parte de ellos de constituir una especie de tercera fuerza en la política internacional independiente del sistema bipolar.

En 1955 se celebró en Bandung (Indonesia) la primera conferencia intercontinental de los pueblos afroasiáticos que habían accedido a su total independencia. En la Conferencia de Bandung estaban representados 23 países asiáticos y 6 africanos, mayoritariamente antiguos territorios colonizados. Sus cuatro grandes protagonistas fueron: Nehru (India), Sukarno (Indonesia), Nasser (Egipto) y Zhon Enlai (China). En esta conferencia, el Tercer Mundo encontró la plataforma desde la que lanzar al mundo la expresión de sus deseos y el anticipo de su pretendida nueva vía: cooperación económica y cultural, conquista de la autodeterminación, asunción de la declaración de los derechos humanos proclamados por la ONU, y proclamación del derecho de los nuevos países a intervenir en la política mundial sin alinearse con ninguno de los grandes bloques. Proponían un neutralismo activo que favoreciera la concordia y el entendimiento entre los pueblos. Las repercusiones de la Conferencia de Bandung fueron decisivas para la generalización del proceso de independencia de otras colonias, principalmente en África, que en pocos años completó el proceso emancipador, y contribuyó a una toma de conciencia internacional sobre la dignidad y la presencia de los pueblos de color en el concierto mundial.

Los movimientos independentistas en los antiguos imperios coloniales nacidos en la Primera Guerra Mundial se consolidaron tras la Segunda. Tanto la URSS como EEUU apoyaron a muchos de estos movimientos independentistas y la Carta del Atlántico incluyó los principios de autodeterminación y derecho a la independencia y el desarrollo.

La descolonización en Asia

El gran continente asiático había tenido en franceses, holandeses y británicos sus principales colonizadores hasta 1945, especialmente Asia meridional, ligada a los intereses económicos europeos. En sólo diez años (194555) las que parecían extensiones naturales de Holanda (Indonesia), Francia (Indochina) y Gran Bretaña (India, Pakistán, Birmania), alcanzarán su independencia política.

Indochina

Durante la Segunda Guerra Mundial los japoneses ocupan Indochina, entregada por la Francia colaboracionista de Vichy. Tras la guerra, el gobierno popular de Vietnam, bajo la presidencia de Ho Chi Minh, proclama


su independencia. Sin embargo, los franceses intentaron recuperar el territorio. Tras la rendición de Japón, Francia intentó negociar con Ho Chi Minh la constitución de una federación que incluyera Vietnam, Laos y Camboya, con una zona alrededor de Saigón administrada por París. En 1946, el ejército francés se instaló en el sur del país e inició una agresiva escalada contra el norte. La dirección del VietMinh (el movimiento nacionalista) decidió llevar a cabo una lucha abierta contra la potencia colonial, a través de guerrillas populares. Los franceses controlaban todas las ciudades importantes y las principales carreteras. Francia declaró al gobierno de Ho Chi Minh organización clandestina sin legitimidad, y repone al emperador Bao Dai como jefe de Estado, si bien se reserva la defensa y otros asuntos trascendentales (1949).

El triunfo de Mao en China, con el subsiguiente establecimiento de un régimen comunista al norte de Vietnam, cambia radicalmente el desarrollo de la lucha al contar con un aliado poderoso. En 1953, las fuerzas francesas habían sido expulsadas de tres cuartas partes del país, a pesar de recibir suministros bélicos y financieros de EEUU. En 1954, el ejército francés es cercado y hecho prisionero en Diên Biên Phu, lo que obliga a Francia a conceder la independencia. En la Conferencia de Ginebra (1954), Indochina queda dividida en Vietnam del Norte (en la que se concentrarían todas las fuerzas del VietMinh) y Vietnam del Sur (adonde se retirarían las tropas francesas), que constituyen un solo Estado y cuyo futuro sería la reunificación mediante elecciones libres, aunque la división de Vietnam se materializaría en dos estados antagónicos y las elecciones nunca llegarían a celebrarse. Los acuerdos de Ginebra no significaron la paz sino que marcaron el inicio de una nueva fase de la la guerra, esta vez con el enfrentamiento con los EEUU, como se vio en el tema 13.

La descolonización de África

En África las diferencias de civilizaciones (islámica al norte, negras al sur) y la no existencia de entidades de gran potencia demográfica como la India o Indonesia, además de una más fuerte presencia del tribalismo, retrasan el proceso hasta la Segunda Guerra Mundial. Al finalizar ésta, sólo tres estados eran formalmente independientes en el continente africano: Egipto, Etiopía y Liberia. En las dos décadas siguientes, en especial en los años 60, África se configuró en un mosaico de naciones independientes y soberanas, que se completó con la independencia de Angola y Mozambique en 1975. Entre las causas que explican este cambio político, cabría citar la propia debilidad de


las potencias europeas tras su participación en la contienda mundial, junto a las rápidas transformaciones económicosociales que se estaban dando en el continente y que tomaron forma política en movimientos nacionalistas que, a partir de conceptos como la negritud o el panarabismo, manifestaron su firme vocación independentista. Junto al nacionalismo, el panafricanismo, expresado en la fundación de la OUA (Organización de la Unidad Africana) en 1963, supuso la respuesta de África a siglos de explotación y servidumbre, y cuyos retos futuros eran la superación del subdesarrollo y de la dependencia económica.

El Norte de África

- Túnez (1956)

Desde 1883 Francia había establecido un protectorado sobre Túnez. Después de la Primera Guerra Mundial cuando aparecieron los primeros movimientos nacionalistas con el partido Destur (liberalconstitucional) formado principalmente por clases acomodadas burguesas. Hacia 1930 el partido deriva hacia otro llamado NeoDestur, liderado por Habib Burguiba. Tras la Segunda Guerra Mundial, la Francia liberada se negó a acceder a las peticiones autonomistas y arreció la represión. En 1952, Burguiba fue detenido, lo que dio origen a una insurrección armada en la que abundaron los sabotajes y actos de terrorismo. En 1954, el gobierno francés prometió la autonomía interna a Túnez, pero las negociaciones se vieron dificultadas por el inicio de la Guerra de Argelia. Tras la independencia de Marruecos y una escalada del terrorismo Francia concedió la total independencia a Túnez en 1956. Un año después fue instaurada la República con Burguiba como presidente.

- Marruecos (1956)

En 1912 Marruecos se constituyó formalmente en protectorado francés por medio de un pacto entre el sultán y Francia. Siguió a ello otro acuerdo entre Francia y España por el cual España recibió en protectorado una zona norte (Rif) y una zona sur (Ifni). La ocupación de estos territorios por las tropas españolas provocó hostilidades por parte de los nativos. Desde entonces, aunque todo el país estuvo nominalmente bajo el gobierno del sultán, existió en todo el territorio una doble administración francesa y española y hubo guarniciones de ambos países en sustitución del ejército marroquí. Durante la Segunda Guerra Mundial, la burguesía y el proletariado urbano pugnaron por la emancipación y el sultán reclamó la independencia en 1947. París se vio forzada a aceptar ciertas condiciones, rechazadas por los colonos franceses residentes en Marruecos, que no querían perder sus propiedades. Los colonos franceses se opusieron al fortalecimiento del poder de los nativos y en el


verano de 1955 se produjeron violentos disturbios y matanzas entre franceses y marroquíes. La autonomía dentro de la Unión francesa y la inmediata independencia en marzo de 1956 hizo que el gobierno español renunciara a su protectorado sobre la zona norte un mes después, salvo Ceuta y Melilla. El nuevo estado se organizó en monarquía constitucional, ingresó en la Liga Árabe y sostuvo una política de apoyo a la independencia argelina.

- Argelia (1962)

Reacia a otorgar la ciudadanía francesa a los argelinos, a quienes imponía como condición para obtenerla abdicar de su religión y hábitos culturales, Francia cerró el camino de la integración y se opuso a la concesión de su independencia. En esta actitud pesaba no sólo la responsabilidad sobre un millón de súbditos franceses, sino también los intereses económicos tejidos entre los colonos y la metrópoli y los fabulosos recursos de gas natural, petróleo, hierro y manganeso que atesoraba.

En estas circunstancias, en 1954 estalló una insurrección armada entre la guerrilla independentista del FLN (Frente de Liberación Nacional) y el ejército francés.

Hacia 1958, la guerra argelina había alcanzado un punto de extrema crueldad por parte de ambos bandos y puesto a Francia al borde del colapso moral e intelectual. Los colonos y la OAS (Organización de la Armada Secreta) contribuyeron a la caída del gobierno francés. De Gaulle inició conversaciones con los representantes del FLN, que terminaron en 1962 con los acuerdos de Evián, por los que Argelia consiguió su independencia como república democrática y popular, y se regulaban las futuras relaciones entre Francia y Argelia. El nuevo estado se orientó entonces hacia un intento de conjunción entre arabismo y revolución socialista, que le valió un enorme prestigio hasta que la crisis económica de los 70, el aumento demográfico y la aparición del integrismo islámico desestabilizaran el país.

- El África Negra (1962)

La descolonización del África Negra fue muy heterogénea, aunque se desarrolló de manera rápida durante los años 60 y 70 del siglo XX. En muchos países se organizó un movimiento guerrillero con apoyo soviético que se enfrentó a los gobiernos coloniales, como en el caso de Zaire, Congo, Ghana, etc. Las metrópolis concedieron generalmente la independencia de forma rápida, ya que el esfuerzo bélico no valía la pena en comparación con los beneficios de la independencia tutelada de las antiguas colonias. En otros países, como por ejemplo el caso de Guinea Ecuatorial, la independencia llegó por aspectos como la inviabilidad económica de mantenimiento de una


administración colonial. Sólo el Portugal de Salazar mantuvo una guerra colonial en toda regla, y sólo tras la Revolución de los Claveles, en 1973, las colonias portuguesas, como Mozambique o Angola pudieron alcanzar la independencia, en algunos casos, como en Angola, dejando tras de sí una cruenta guerra civil.

15.4. Balance de la descolonización.

Transcurridos más de 50 años del inicio del proceso de descolonización, su valoración no puede ser del todo optimista. Prácticamente los países que accedieron a la independencia política en estas décadas configuran hoy el mapa del subdesarrollo. Los indicadores económicos sitúan estas sociedades entre las más atrasadas. Los niveles de industrialización se mantuvieron muy bajos y resultaron incapaces para poder transformar los inmensos recursos naturales que tiene el continente. La exportación de materias primas hacia los mercados internacionales a precios muy bajos y a una importación de productos manufacturados que genera grandes desequilibrios en la balanza de pagos, dando lugar a un endeudamiento que se ha convertido en problema crónico. La desnutrición, el SIDA y otras pandemias, la mortalidad infantil y el desempleo afectan a amplísimas capas de la población. El débil crecimiento económico contrasta con un rápido incremento de la población, fenómeno que agudiza los problemas sociales y genera todo tipo de incertidumbres sobre el futuro. No han funcionado ni los modelos de economía capitalista, ni los de economía planificada, y tampoco los modelos políticos han cuajado en sociedades que siguen manteniendo en la tradición y el tribalismo su forma de reconocerse a sí mismas.

15.5. El Neocolonialismo.

El Tercer Mundo es un mundo dependiente, dependencia que va mucho más allá de los aspectos económicopolíticos y afecta a todos los ámbitos de la actuación humana: el educativo, el cultural, el científico, el tecnológico... De esta manera, el Tercer Mundo se encuentra cada vez más lejos de alcanzar a los países ricos. Posiblemente, el parámetro más significativo para evaluar la distancia de ambos mundos venga dado por la colonización industrial, que actúa en un doble sentido: por un lado, aumenta la dependencia de los países del Tercer Mundo respecto a los del primero; por otro, condiciona el futuro desarrollo de estos países al ser destinatarios de una transferencia de tecnología en gran parte obsoleta. La llamada deslocalización, mediante la cual los países del Primer Mundo trasladan sus industrias al Tercero para beneficiarse de mano de obra barata, no redunda en los países en los que se implantan dichas industrias sino que los capitales obtenidos de reimportan en las neometrópolis. Asimismo, los denominados programas de ayuda son en


realidad vías de penetración de corporaciones multinacionales que controlan la tecnología, el capital y los mercados del Tercer Mundo.

Uno de los problemas es el elevado crecimiento demográfico que conduce inevitablemente a la superpoblación de la Tierra. Sin embargo, el problema de la superpoblación tiene diversas interpretaciones: para algunos, la solución del conflicto se hallaría en el control de los altos índices de natalidad que se dan en los países del Tercer Mundo por cuestiones estructurales. Para otros, en cambio, se trata sólo de un problema de reparto de las riquezas; es decir, que los recursos que existen actualmente en el mundo alcanzarían para permitir la supervivencia de toda la población de la Tierra.

Sin embargo, el más grave problema que se plantea al Tercer Mundo viene originado por la deuda externa, unida a la caída de los precios de las materias primas, de las que son principales suministradores de los países del Primer Mundo. Los planes económicos a largo plazo son difíciles de realizar en el Tercer Mundo; la pobreza estructural o una riqueza condicionada a la especulación de los importadores, no permiten aumentar el nivel de ingresos con los que dar respuesta a la deuda contraída. Por otro lado, la producción de materias primas o de recursos alimentarios está controlada en el Tercer Mundo por las grandes multinacionales. Éstas manejan hoy la producción mundial del cacao, el tabaco, el té, el café, el azúcar, el algodón y los productos forestales. El control de la propiedad se extiende a los países pobres de África, Asia y Latinoamérica, obligados a cultivar productos y materias primas que les permitan atraer capital extranjero para pagar sus deudas. Este hecho supone una inversión de las formas tradicionales agrícolas de los Países del Sur: donde antes se cultivaban productos agrarios básicos para la subsistencia, se obtienen ahora productos destinados exclusivamente a la exportación, dándose la paradoja que en época de grandes sequías algunos países han de importar productos alimentarios básicos (el maíz, por ejemplo), cuando en su suelo prosperan los cultivos agrícolas para la exportación, y que países exportadores de alimentos sufran enormes hambrunas.

Para colmo de males, en aquellos casos en los que el país se ha mostrado decidido a poner remedio a sus males de forma drástica, su gobierno ha sido desestabilizado por las potencias coloniales que veían peligrar sus intereses, como es el caso de Francia o Gran Bretaña en África Central o el conflicto de Suez, la intervención norteamericana en Nicaragua o Granada, etc.


16. Sociología de la cultura y nuevos valores sociales.

La cultura tras la Segunda Guerra Mundial.

Como hemos visto a lo largo del temario y en particular en los temas referidos a la filosofía y la literatura, la principal característica de todas las manifestaciones artísticas, culturales e intelectuales del periodo comprendido entre inicios del siglo XX y la Segunda Guerra Mundial es el compromiso de los intelectuales con las grandes ideologías del siglo XX, como el fascismo o el anarquismo y, fundamentalmente, el marxismo.

Desde este punto de vista, el arte se convierte en una herramienta que propicia el cambio social y no será sólo un objeto de goce estético. Así, se desarrollarán estilos artísticos como el realismo socialista, que serán vehículo de propaganda de las ideas redentoras del comunismo. En esta misma dirección hemos de considerar a los grandes fotógrafos documentalistas norteamericanos de Entreguerras, como Dorothea Lange, Ben Shahn o Walker Evans, quienes hicieron un descarnado retrato de la América de la Gran Depresión con una intención que iba mucho más allá de lo puramente visual. Pero no sólo la tendencia realista será objeto de dicho utilitarismo izquierdista, ya que las vanguardias, generalmente, se alinearon con posturas cercanas al marxismo. De hecho, la Alemania Nazi, por ejemplo, llegó a perseguir no sólo a los artistas de las vanguardias históricas (a las que llamaba Arte Degenerado) sino que, incluso, llegó a orquestar propagandísticas quemas de obras de estos estilos en grandes puestas en escena. En este sentido, obras como el Guernica de Picasso, los collages de Heartfield o las obras de los constructivistas rusos o los dadaístas alemanes no pueden ser entendidas fuera de este contexto.

Sin embargo, ya durante el periodo de Entreguerras y, sobre todo, tras la Segunda Guerra Mundial, este compromiso con la izquierda fue debilitándose, en esencia por la pérdida del prestigio de la Unión Soviética a raíz de la apuesta por las políticas de Frentes Populares, del Pacto GermanoSoviético o de los juicios a artistas e intelectuales por parte del Estalinismo.

Surgirán, por tanto, unas nuevas expresiones artísticas más acordes con los tiempos. Por una parte, los artistas renegarán de toda tradición anterior, incluso la impuesta por las vanguardias históricas, adentrándose en nuevos caminos que se bifurcarán en la plena abstracción y una nueva figuración. Por otra parte, se buscará innovar y el impacto del espectador, investigando nuevas formas, temáticas, materiales, etc. Además, será una cultura y un arte


en consonancia con la nueva sociedad, la sociedad de consumo, atendiendo tanto a sus estructuras, sus iconos o los materiales usados en la vida cotidiana. Los artistas utilizarán toda clase de métodos naturales o no naturales (por ejemplo, las drogas), así como materiales no considerados como artísticos hasta ahora (plásticos, chatarras, objetos de desecho o de segunda mano). A veces resulta difícil establecer si se trata de esculturas o pinturas ya que los cuadros introducen los elementos más variados.

Se concederá gran importancia a la luz, al movimiento y al sonido en las nuevas experiencias plásticas. Las corrientes o tendencias aparecerán y desaparecerán raudas, algunas incluso sin pasar de ser infructuosos intentos de nuevas experiencias.

Además, empujados por la guerra y los totalitarismos, los artistas europeos emigran en masa a los Estados Unidos. El centro del mundo artístico pasará de Europa a América, de París a Nueva York, pasando a tener el arte de la segunda mitad del siglo XX una fuerte impronta eminentemente americana, de cultura de masas y con fuertes raíces en la sociedad de consumo y el espíritu individualista, lo que se plasmará en los diferentes estilos artísticos que irán apareciendo.

El Expresionismo abstracto

El expresionismo abstracto es un estilo pictórico que surge en Europa y América a partir de la Segunda Guerra Mundial, desarrollándose en la década de los años 50. Se trata de una pintura en la que están ausentes las formas definidas y cuyos puntos de partida son Kandinsky y el Expresionismo.

Se diferencia de la abstracción geométrica en que ésta emplea formas rígidas tomadas de la geometría mientras que la abstracción expresiva emplea formas que no pueden ser definidas. Es una pintura basada en la intuición y en la subjetividad, que intenta reproducir sobre el lienzo los efectos de un determinado estado emocional, el sentimiento prevalece sobre la razón.

Existen varias tendencias pictóricas, pero tienen unas características comunes:

• Son pinturas de acción. • La obra es gestada en el mismo acto de pintar. • El azar, más o menos controlado, es parte importante del proceso creador. Tachismo

El nombre procede del francés “tache" (mancha), y fue utilizado en 1954 para designar a una pintura que emplea manchas y manchones de colores. Algunos críticos le denominan "Art Autre" con el fin de designar a una pintura


que debería diferenciarse de cualquier otro género preexistente. Valora la expresividad del artista y su proyección psicológica en la obra artística. Se anula todo tipo de estructura formal o conceptual y no se somete a ningún principio teórico. Un representante es Jean Fautrier (19891964).

Action Painting ( Pintura de acción )

Es el nombre con el que se conoce en EEUU al expresionismo abstracto. Reaccionó contra el academicismo cubista y surrealista que había triunfado entre las dos guerras mundiales. Lleva hasta sus últimas consecuencias técnicas del automatismo, valorando la espontaneidad del artista en el momento de ejecutar la obra; la acción debe ser autónoma e incontrolada.

Es una pintura vigorosa, impetuosa, violenta, que emplea lienzos de gran tamaño y colores violentos, estridentes, agresivos. Algunos pintores practicaron la técnica del dripping, chorreando pintura sobre tela de manera que se extienda al azar. A veces se corta arbitrariamente el lienzo en partes o se escoge sólo una de ellas. Las obras suelen ser de gran formato, al contrario que las europeas. Destacan Jackson Pollock, Willem de Kooning o Mark Rothko.

Pintura sígnica y gestual

Aunque sígnico y gestual no son exactamente lo mismo, los críticos suelen agrupar conjuntamente a los artistas de ambas tendencias. Sus raíces hay que buscarlas en el automatismo surrealista y en el uso de grafías y pictogramas orientales.

° Sígnica: utiliza un particular grafismo para crear nuevos alfabetos.

° Gestual: basa la pintura en la ejecución rápida y no controlada racionalmente.

Sus rasgos fundamentales son la rapidez en la ejecución, el impulso personal irreflexivo, o la creación de signos abstractos: el cuadro es una especie de indescifrables caligrafías orientales. Alfred Otto Wolfgang Wols, Franz Kline, o Georges Mathieu son representantes de este estilo.

Pintura matérica

Los materiales empleados en la confección de la obra deben ser los que centren la atención del artista, la única motivación del cuadro. La materia ocupa el primer lugar en la escala de los valores artísticos, es el medio expresivo por excelencia, incluso es más importante que la forma. Lo importante es el aspecto físico y técnico de la obra, desinteresándose del dibujo y la composición.


La obra es confeccionada con los más diversos materiales: cortezas, trapos, arpilleras, telas metálicas, jirones de tejido cosidos sobre un armazón metálico, arena, serrín, barnices, etc., unidos y pintados para conseguir efectos sorprendentes. La utilización de materiales de este tipo y otros muchos de desecho se hace cada vez más frecuente (Pop Art, Arte Povera). Los primeros ejemplos de esta nueva importancia dada a la materia se encuentran ya en determinados trabajos de los primeros surrealistas y entre los dadaístas.

Es una tendencia eminentemente europea, destacando artistas como Alberto Burri y, sobre todo, representantes españoles, bien trabajando de manera individual, bien en grupos artísticos (que toman como punto de partida el Surrealismo) como Dau al set, (nacido en Barcelona en 1948 compuesto por Modest Cuixart y Antoni Tapies) o el grupo El paso, que celebra su primera exposición en 1957 en Madrid y se formó con Antonio Saura, Manuel Millares, Rafael Canogar, Manuel Viola y Martín Chirino.

CoBrA

El Grupo CoBrA, acrónimo formado por las iniciales de Copenhage, Bruselas y Amsterdam, nace en Europa como una nueva alternativa al expresionismo abstracto imperante y como una apuesta, también expresionista, por la figuración primitiva, la pintura infantil y las manifestaciones pictóricas y gráficas, como los graffiti, populares, salvajes y primitivas, pero desde un punto de vista primario. Anticonvencionales y salvajes, pretendieron regenerar el arte desde el punto de vista de los niños, ajenos a la censura y cualquier tipo de convenciones, ya sean espaciotemporales, perspectivas, temáticas, colorísticas, etc. Como el caso de los artistas españoles contemporáneos, su pintura tuvo también un componente de protesta social. Destacan Asger Jorns, Karel Appel, Constant (Constant Nieuwenhuys), Jean Dubuffet (creador del concepto de Art Brut para designar las obras de los psicópatas y los niños) y Erik Nyholm.

La nueva figuración

Como reacción contra las tendencias geometrizantes y abstractas anteriores, se tiende, a partir de 1960, a una nueva figuración aunque no se olviden totalmente las experiencias pasadas. Estas tendencias neorrepresentativas o neoicónicas comprenden aquellas tendencias cuyas representaciones son identificables con la realidad objetiva.

Neofiguración o Nueva Figuración


Fue una reacción contra el expresionismo abstracto, intentando recuperar la realidad pero sin caer en el realismo académico. Se pretendía hacer un arte asequible a las masas. Las composiciones son desordenadas, con colores vibrantes, perspectivas extrañas y no convencionales. Entre los temas predominantes interesa principalmente la figura humana contemplada bajo un punto de vista pesimista, para lo cual se distorsionan los miembros de las figuras. Destacan artistas como Francis Bacon, Antonio Saura o Jean Dubuffet.

Pop Art

El Popular Art, entendiendo por popular lo vulgar, es conocido también como novorrealismo. Se desarrolla fundamentalmente en EEUU, aunque surge en Inglaterra. Sus antecedentes son el dadaísmo y los readymade de Duchamp.

Se basa en la inclusión en la obra de arte de objetos tomados de la sociedad de consumo (botellas de CocaCola, latas de cerveza, objetos de uso común, materiales de desecho), hasta entonces considerados indignos de figurar en una obra de arte y a los que se intenta dotar de un valor artístico. También emplea una estética kitsch9. Se inspira en los cómics, en los anuncios publicitarios, en las fotonovelas, etc.

Se presentan dos corrientes: una de carácter conformista y otra críticosocial. Destaca la obra de Robert Rauschenberg, Roy Lichtenstein, Tom Wesselmann, James Rosenquist y, sobre todo, Andy Warhol.

Hiperrealismo

También llamado realismo radical o fotorrealismo. Surge en Norteamérica en 1966 al celebrarse en el Museo Guggenheim de Nueva York una exposición sobre fotografía. A Europa llegará hacia 1972.

Trata de conseguir que la realidad pintada sea tan real como la realidad de la naturaleza, de tal forma que puedan incluso confundirse, incluso poniendo de manifiesto aspectos de la realidad que el ojo humano no puede percibir.

Se sirve de proyecciones ampliadas de diapositivas y fotografías, lo que se traduce en una falsa creatividad, pues aunque las imágenes están técnicamente muy cuidadas, parecen copias. Destacan pintores como John C. Kacere, Noel Mehaffrey, Richard Blackwell y, sobre todo, el pintor de Tomelloso Antonio López.

Realismo social

9 Término alemán equivalente a objeto o acción de mal gusto.


Se desarrolló en la España tardofranquista, y también es conocido como Crónica de la sociedad. Sus obras poseen un sentido crítico de la problemática moderna y un fuerte sentido político. Los temas abordan la violencia, el terror, la desmitificación de acontecimientos históricos y culturales, etc. Las técnicas son muy variadas, heredadas de movimientos anteriores.

Destacan Juan Genovés, Rafael Canogar y el “Equipo Crónica”.

Las nuevas propuestas artísticas.

Una de las características fundamentales del arte de la segunda mitad del siglo XX será su intención experimental. Se usarán distintos soportes que ya no nos permitirán hablar de pintura o escultura: se usarán tubos de neón, alambres, materiales diversos. Se investigará en la depuración de las formas, o en la importancia del concepto artístico, de manera que lo trascendente no será ya el objeto sino el acto creador, etc., apareciendo los happenings, las performances, etc., asistiendo a una auténtica muerte del objeto artístico.

Además, como se verá en el siguiente Tema 17, se asistirá a una auténtica rebelión de la juventud que demandará nuevas vías de expresión alejadas de los circuitos oficiales y de la sociedad de consumo, lo que será el origen y la esencia de un nuevo arte donde lo importante no será ya lo material sino el acto creador, intelectual, y se intentará despojar al arte de todo valor mercantil.

Op Art

Abreviatura de Optical Art, es un término utilizado, en contraposición al de Pop Art, para designar el arte visual interesado sobre todo en los fenómenos perceptivos y cinéticos. Su antecedente fue la abstracción geométrica.

No pretende representar el movimiento sino dar sensación de movimiento. Se basa en principios científicos y utiliza medios estrictamente pictóricos: reproduce figuras geométricas capaces de originar efectos ópticos de movimientos mediante la interacción de líneas y colores. Este efecto óptico se incremento al desplazarse el espectador. Su excesivo tecnicismo provoca un arte un tanto impersonal. Se diferencia del arte cinético en que sus obras no poseen un movimiento real. Destacan pintores como Víctor Vasarely, Bridget Riley o Carlos CruzDíez.

Arte Cinético

Es un reflejo de la obsesión de la cultura moderna por el movimiento. Es el arte del movimiento producido mediante mecanismos incorporados a la obra, o bien por la acción del aire producido al desplazarse el espectador o al


manipular éste la obra de arte. Se persigue crear un arte global y público. En ocasiones incorpora la luz física: arte cinéticolumínico. Destacan Julio Le Parc y Nicolás Schóffer.

Minimal Art

Arte Mínimo, Primary Structure o ABC Art son varios de los nombres que recibe este arte. El tema desaparece de las obras: no pretende crear una escultura o una pintura, sino realizar formas visuales reducidas al mínimo tanto perceptiva como formalmente y donde lo importante es el todo. Utiliza estructuras simples y elementales, geométricas la mayoría de las veces, destacando la claridad estructural.

Su antecedente es el suprematismo de Malevich, al adoptar el cuadrado y el cubo como las formas más elementales, más simples, y al mismo tiempo "mínimas" en cuanto a estructuras.

Los materiales son simples, a menudo toscos, no sofisticados (acero, hierro, aluminio, plástico, madera, etc.), pero siempre de enormes dimensiones. El artista sólo realiza el boceto o diseño, dejando la ejecución en manos de operarios. De esta manera se da más importancia al proceso de creación que a la realización física de la obra. Podemos encuadrar en este estilo a Dan Flavin o a Donald Judd.

Arte Conceptual

Llamado a veces arte microemotivo, o arte situacional, se trata de un arte teórico o del concepto que intenta sustituir al arte tradicional o del objeto. Sus seguidores lo consideran, más que como arte, como una actividad creadora sin materia. Pierde interés por la materialidad de la obra, la idea es la obra. Es eminentemente teórico, y se apoya en escritos, documentos, catálogos, fotografías y, fundamentalmente, vídeo. Intenta desmitificar y democratizar el hecho de la creación artística. Algunos de sus representantes son John Kosuth o Robert Barry, pero sus orígenes se pueden rastrear en Dadá o los ReadyMade de Duchamp o en la obra ácida de Piero Manzoni. Podemos también incluir en el arte conceptual al italoargentino Lucio Fontana, que introdujo el concepto de espacialismo (concepto espacial) en la pintura, horadando, rasgando y rompiendo el lienzo de manera que la pintura participara del espacio y abandonara, de esta forma, el mundo de las dos dimensiones sin tener que convertirse, para ello, en escultura.

Arte Povera o procesual

Se desarrolla en Italia, fundamentalmente en Turín, a partir de 1967. Utiliza materiales pobres (andrajos, madera, yeso, paja) y evita los sistemas


complicados con el fin de que el espectador pueda rehacer fácilmente el proceso seguido por el artista. Coincide con el Minimal Art en que se interesa más por el proceso de la obra que por su elaboración. Difiere en que sus formas no son geométricas y acabadas sino ambiguas y casuales. También difiere de la pintura matérica en que los materiales utilizados no son transformados sino que se conservan en estado natural. Algunos de estos artistas italianos son Merz, Zorio o Boetti.

Arte ecológico o Land Art

También recibe los nombres de Earth art o Earthwork. Nació a finales de 1967 en Norteamérica. Se trata de realizar operaciones artísticas dirigidas a transformar los paisajes naturales (campos, praderas) por medio de divisiones espaciales (zanjas, surcos, muros de tierra). Está estrechamente vinculado al arte conceptual con el que coincide en el rechazo de los medios artísticos tradicionales y en dirigir su atención hacia nuevas posibilidades expresivas.

Se vale de la fotografía o del cine para fijar las operaciones sobre el terreno. Algunos artistas que han realizado obras que pudieran ser incluidas en este estilo son Oppenheim, Smithson y De María.


IV. EL MUNDO ACTUAL17. Mayo del 68 y el cambio cultural. H. Marcuse.

La Revolución Cultural de 1968.

En 1968 se produjeron una serie de revueltas sociales que sacudieron todo el planeta y que cristalizaron en Francia en el llamado Mayo del 68 o, más sencillamente, el 68. A este movimiento multitudinario y antisistema algunos historiadores han venido a llamarlo Revolución Cultural de 1968, prefiriendo este apelativo al tradicional de Mayo del 68 para hacer referencia al carácter internacional del fenómeno. Aunque se le añade, a veces, el calificativo de revolución, hay que matizar que más que un cambio político lo que representó el 68 fue un cambio sociológico, psicológico y generacional en toda regla, de manera que aunque las estructuras políticas que se combatieron no cambiaron en general (incluso se consolidaron aún más) la cultura y la forma de vida en general, así como sus expresiones gráficas, plásticas e intelectuales en particular, sufrieron profundos cambios que obligan a hablar sobre un antes y un después de la Revolución del 68.

Aunque la historiografía se refiere siempre a París como epicentro de dichas revueltas, en realidad se trató de un fenómeno mundial y de alcance internacional:

• En China se estaba produciendo la Revolución Cultural, en la que los jóvenes Guardias Rojos arremetieron contra la burocracia del Partido Comunista para forjar una nueva China desde los cimientos. Aunque la Revolución Cultural tuvo unos efectos y motivaciones muy distintos a los valores que se defendieron en Europa y América en 196810, se percibieron como un movimiento liberador de la juventud contra la opresión de la tradición y la burocracia. El ejemplo chino tendrá mucha influencia en las manifestaciones artísticas, callejeras y de todo tipo, de manera que muchos jóvenes occidentales vestían las clásicas gorras y zapatillas chinas y expresaban sus ideas en forma de dazibaos (carteles murales hechos con recortes, notas, etc., inspiradas en la Revolución Cultural).

• En abril del 68, dirigida por Alexander Dubček (presidente de la república), se produjo en Checoslovaquia una revolución en toda regla, de carácter izquierdista antiestalinista, que pretendía seguir una nueva vía al comunismo independiente de la URSS y caracterizada por la libertad de

10 De hecho, la Gran Revolución Cultural Proletaria fue, en esencia, la escenificación multitudinaria de una lucha por el poder en el seno del Partido Comunista Chino entre los comunistas ortodoxos (Mao y sus colaboradores) y los aperturistas (Deng Xiaoping y los dirigentes que recuperarían el poder a la muerte de Mao).


expresión, el asamblearismo y el desarrollo de los derechos civiles y las libertades individuales. El periodo de liberalización política en Checoslovaquia finalizó el 20 de agosto de 1968, cuando 200.000 soldados y 2.300 tanques del Pacto de Varsovia invadieron el país. Las críticas desde Occidente fueron casi inexistentes, de manera que algunos escritores de izquierda argumentaron que esto se debía a que los países occidentales veían en el socialismo humano y democrático de Checoslovaquia una nueva vía hacia el Socialismo, es decir una amenaza más grande a los intereses capitalistas de lo que lo era el comunismo soviético, para aquel entonces ya desacreditado. La Primavera de Praga, que pretendía un Socialismo con rostro humano, representó para la juventud de Occidente un verdadero revulsivo, que fue, de hecho, junto al rechazo a la guerra de Vietnam, el verdadero detonante de la oleada revolucionaria de mayo del 68 en París.

• En los EEUU se estaban produciendo también múltiples protestas de todo tipo en defensa de los derechos civiles, entre las que destacan las marchas por la igualdad de razas convocadas por Martin Luther King (que sería asesinado ese mismo año) y el movimiento islámico estadounidense (liderado por Nación del Islam y la facción liderada por Malcom X) y las protestas generalizadas contra la Guerra de Vietnam, que culminarían con la consolidación del movimiento pacifista en los Estados Unidos.

• En México se produjo una oleada de protestas contra el gobierno por parte de los estudiantes universitarios apoyados por amplios sectores intelectuales y obreros, ya que consideraban que las condiciones sociales y laborales del país eran penosas mientras el gobierno no escatimaba recursos en la celebración de las Olimpiadas, que tendrían lugar ese mismo año. Las protestas culminarían con una gran manifestación en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, donde el ejército mexicano ocasionaría una gran matanza entre la multitud congregada el 2 de octubre de 1968.

• En América Latina, siguiendo el ejemplo de la Revolución cubana, estaban formándose Ejércitos de Liberación Nacional, movimientos guerrilleros de corte marxista inspirados por figuras legendarias como Ernesto Che Guevara, fusilado en Bolivia un año antes. El Che se convertiría en un icono de la sociedad tras el estallido sesentayochista.

• La misma Iglesia Católica se encontraba en pleno proceso de reforma y puesta al día, desarrollando los contenidos aprobados en el Concilio Vaticano II. Aunque la jerarquía católica permaneció en general en el conservadurismo y la ortodoxia, algunos teólogos y sectores de la Iglesia Católica emprendieron un camino de acercamiento a la realidad social y de compromiso con los más desfavorecidos desde un punto de vista convergente con el marxismo, como es


el caso del Movimiento de los curas obreros o de la Teología de la Liberación, que inauguraría en 1968 Hans Küng al redactar una Declaración por la libertad de la teología que fue firmada por más de mil teólogos del mundo entero .

• En otros países, a lo largo y ancho del planeta, incluso en la España de Franco, se produjeron acciones de protesta protagonizadas por estudiantes universitarios y secundadas por obreros, tanto en 1968 como en los años posteriores. Por ejemplo, en Alemania, la revuelta estudiantil, liderada por Rudi Dutschke, se caracterizó por el pacifismo y el rechazo a la presencia militar estadounidense. En Italia la revuelta tuvo un cariz más social, especialmente por la reivindicación de salarios más altos, lo que le proporcionó rápidamente el apoyo obrero, mientras que en Inglaterra tuvo forma de reivindicación de los valores hippies, que suponían una revolución de las costumbres.

Sin embargo, los hechos que más repercusión tendrían en todo el planeta serían los acaecidos en Francia durante el mes de mayo, cuando se produjeron una serie de huelgas y protestas estudiantiles en numerosas universidades e institutos de París, seguidas de confrontaciones con la policía. Aunque los motivos iniciales de las protestas fueron en principio poco trascendentes, la protesta fue ganando intensidad y fue involucrando paulatinamente a más sectores de la población. El intento del presidente De Gaulle de controlar las protestas mediante una mayor presión policial sólo contribuyó a encender los ánimos de los estudiantes, que protagonizaron batallas campales contra la policía en el Barrio Latino y, posteriormente, convocaron una huelga general de estudiantes que sería apoyada y secundada por diez millones de trabajadores en todo el territorio francés (dos tercios de los trabajadores franceses), movilizados por la Confederación General del Trabajo, central sindical del Partido Comunista Francés. Las protestas llegaron a tal punto que De Gaulle disolvió la Asamblea Nacional y se celebraron elecciones parlamentarias anticipadas el 23 de junio de 1968.

Las causas del estallido de mayo del 68 en Francia son complejas. Por una parte, existía un gran malestar entre los obreros franceses, ya que aunque la economía se encontraba en un momento boyante, los beneficios de la industrialización no llegaban en la medida deseada a toda la población. Por otra parte, el baby boom tras la Segunda Guerra Mundial había propiciado la masificación de la Enseñanza Secundaria y de la Universidad, que adolecían una gran escasez de medios. Además, las ideologías de la izquierda revolucionaria tenían una gran aceptación entre las clases populares. Muchos de los manifestantes asumieron causas de izquierdas, como el comunismo, el rechazo a la guerra de Vietnam, el anarquismo o el situacionismo (una


especie de síntesis entre el anarquismo y el marxismo antiestalinista). Muchos vieron los hechos como una oportunidad de cambiar la vieja sociedad en muchos de sus aspectos, como los métodos educativos y la libertad sexual. Una parte importante del movimiento criticaba la sociedad occidental en sus fundamentos, en sus estructuras básicas, y pretendía transformar la sociedad, eliminando toda forma de autoritarismo, desde los exámenes universitarios hasta la presidencia de la República.

Aunque el movimiento fue muy intenso, se evaporó de la misma manera en cuanto perdió el apoyo del PCF, que había conseguido del Gobierno, a través de la CGT, unas importantes mejoras en el salario mínimo y en las condiciones laborales en general. Sin embargo, ni el PCF ni ninguna organización de izquierdas supo capitalizar el movimiento sesentayochista, de manera que la derecha gaullista obtuvo la mayoría absoluta de la Asamblea Nacional en las elecciones generales de junio.

Consecuencias políticas, sociales y culturales del 68

1968 marcó un punto de inflexión en todos los sentidos. En el aspecto político surgieron nuevas formas que desbordaron las vías tradicionales de participación ciudadana (elecciones, partidos políticos, sindicatos, etc.), tomando carta de naturaleza el movimiento asambleario y nuevas formas de protesta, como las sentadas o las ocupaciones de fábricas, facultades u organismos públicos.

Los partidos políticos tradicionales de la izquierda marxista sufrieron un proceso de pérdida de prestigio social, ya que su posición posibilista fue considerada como una traición, y surgieron por doquier grupos inspirados en ideologías de extrema izquierda, como el maoísmo, el trotskismo o el anarquismo. Incluso los partidos comunistas europeos (entre ellos el PCE y el PCI) derivaron en una síntesis, el eurocomunismo, que aceptaba la existencia de regímenes democráticos y repudiaba los métodos estalinistas.

El anticapitalismo y el antiimperialismo cristalizaron, por una parte, en los movimientos pacifista y ecologista, cuya manifestación más señera será el movimiento hippie, pero también surgieron formas de lucha violenta, incluso terrorista, fruto de la desilusión producida en la juventud tras la rápida disolución del movimiento sesentayochista. En los años siguientes a 1968 se crearían las Brigadas Rojas italianas o la Fracción del Ejército Rojo (conocida como la banda BaaderMeinhoff) alemana.

También serán reconocidos a nivel internacional los movimientos feminista, indigenista u homosexual, que alcanzarán un gran auge.


En general, se puede decir que eclosionaron unas nuevas actitudes sociales caracterizadas por la ausencia de dogmas a todos los niveles. La religión y las normas sociales tradicionales sufrieron un serio descrédito y apareció una nueva forma de vida esencialmente vitalista y juvenil, imaginativa, antiautoritaria y anticonvencional, que repudiaba todos los tabús y buscaba de manera consciente el aspecto lúdico y participativo de cualquier manifestación social. La libertad se convirtió en el icono de la época, apareciendo fenómenos como el amor libre, las comunas, la experimentación con todo tipo de drogas o los macroconciertos al aire libre, como el de Woodstock.

El 68 representó la irrupción de una juventud que estaba recibiendo un nivel de formación educativa muy superior a la de sus padres, que no compartía los valores de éstos, cuya sociedad percibían como encorsetada, llena de convencionalismos arcaicos y necesitada de cambios. El prolongado periodo de bienestar económico generó un nuevo tipo de demanda social, ligado a nuevos patrones de ocio, de trabajo, de consumo y de socialización en la juventud. El 68 supuso la crisis de los valores tradicionales que, tras el paso de la sociedad preindustrial a la sociedad industrial o sociedad de consumo de masas, se encaminaban hacia la sociedad posindustrial.

La Revolución del 68 también marcó un antes y un después en cuanto a la influencia de los medios de comunicación de masas. Por primera vez se pudieron ver imágenes de manifestaciones, barricadas, cargas policiales o ejecuciones ocurridas unas horas antes, con un efecto decisivo en los espectadores, tanto positivo (empatía) como negativo (temor), de manera que los mass media se revelaron como una herramienta de primera magnitud en cuanto a la propaganda política y la publicidad y su acción sobre las masas. El mismo general De Gaulle, tras una penosa intervención televisiva que evidenció su envejecimiento físico, tuvo que renunciar a la imagen, para volver a los discursos radiofónicos que tan buenos resultados le dieron durante la resistencia al nazismo (y que volvieron a demostrarse eficaces en esta ocasión). El documental pasó a cultivarse como género de moda, y en cuanto a los medios de comunicación escritos, se generaron publicaciones alternativas que utilizaban canales de distribución no comerciales como los fanzines, que junto a los dazibaos o las pintadas callejeras (graffiti) se convirtieron en vehículos de expresión individual y grupal. Incluso surgió un periódico, Liberation, dirigido por Sartre, inspirado por el espíritu sesentayochista.

El mundo de la cultura vivió una particular Edad de Oro: mientras se escuchaba música rock, en los lugares de reunión de la juventud se discutía en


asambleas o se debatía sobre filosofía o sobre pintura, poesía o teatro. Muchos intelectuales se acercaron al movimiento estudiantil, como Sartre, mientras que poetas, músicos, cantautores y filósofos nuevos y antiguos eran los nuevos protagonistas de cualquier reunión juvenil. Y, sobre todo, prevaleció un espíritu anticonsumista, solidario e internacionalista que destacó el valor no comercial del arte y de la literatura y su carácter conceptual, volviendo a la filosofía dadaísta del do it yourself. A partir del 68, el mundo cultural sufrirá una transformación en el sentido de desligarse de cualquier tradición, incluyendo en ésta a las propias vanguardias, de manera que los artistas serán a partir de este momento creadores realmente libres y aparecerán nuevas manifestaciones culturales al margen de la Cultura oficial: la contracultura o cultura underground, en clave totalmente juvenil y anticonvencional, destacando el cómic y el graffiti y los lemas maximalistas (sexo, droga y rock&roll). Incluso aparecerán teorías pedagógicas nuevas, como la de Summerhill.

En el mundo del arte se desarrollan con nuevos bríos el pop art, entendido como un estilo fresco, contemporáneo, joven y lúdico, y propuestas basadas en lo anticomercial, como el arte efímero o el body art, el graffiti, el arte povera o el arte conceptual, o en lo grupal e interdisciplinar, como las performances, los happenings, etc., en muchos casos orquestadas a modo de protesta contra el sistema, aunando la expresión artística con música, poesía o teatro. Paradójicamente, el arte se convertirá en objeto de especulación comercial al insertarse, ya plenamente, en los circuitos económicos.

La posterior crisis del petróleo de 1973, con el problema del desempleo, generaría otro tipo de inquietudes (de signo opuesto) en la juventud de los años 80 y 90, mucho más materialista y egoísta, desencantada y desmovilizada, que despreciaba la revolución para buscar soluciones individuales o el éxito personal.

Herbert Marcuse

Muchos filósofos abordaron el cambio social que se produjo en 1968 y muchos los que participaron de una manera activa en ellos. Destaca la participación de muchos filósofos existencialistas, (como el propio Sartre), los estructuralistas (que veremos en el tema 18) o los miembros de la Escuela de Frankfurt. Entre ellos, uno de los más interesados en el estudio de este cambio generacional, social y cultural fue el filósofo estadounidense de origen alemán Herbert Marcuse.

Marcuse supo ver como ningún otro las contradicciones de un sistema económico, el liberalismo económico o capitalismo, que se basaba en el


desarrollo tecnológico y lo promovía mientras necesitaba, paradójicamente, el trabajo alienado de la población para autoconsolidarse. Marcuse observó cómo las alternativas al sistema económico y social eran posibles y deseables para las nuevas generaciones, pero que los poderes fácticos (políticos y económicos) se encargaban de hacerlas inviables.

Marcuse se basa, para desarrollar su teoría, en la agresividad permanente de los medios de comunicación de masas y su manipulación por parte de dichos poderes fácticos, una agresividad que brutaliza y deshumaniza cuyo máximo exponente sería la guerra, ante la cual la población se encontraría insensibilizada, precisamente por la exposición continua a los mensajes y prácticas agresivos. Marcuse fue uno de los críticos más contundentes contra la Guerra de Vietnam y el imperialismo estadounidense. Además, estudió la sociedad de masas occidental, percatándose del proceso de deshumanización, de disolución de la esfera de lo privado y de consumismo exacerbado que se retroalimentan mutuamente y consolidan las estructuras del sistema reprimiendo al individuo, que se disolvería así en la realidad social a la que pertenece.

Sin embargo, el pensamiento de Marcuse no es pesimista en ningún modo. De hecho, Marcuse piensa que puede llevarse a cabo un cambio o revolución, pero éste sólo puede venir dado por las masas de población con un alto grado de marginación (a la manera de las revoluciones proletarias clásicas) o por la acción de minorías muy concienciadas e intelectualmente bien preparadas y comprometidas. El pensamiento se Marcuse ejerció una gran influencia en las manifestaciones de 1968 en todo el planeta. De hecho, el propio Marcuse vio en las revueltas del 68 el soplo de aire nuevo y fresco necesario para el desarrollo pleno e integral de las sociedades occidentales que pusiera el progreso tecnológico al servicio de la Humanidad y la Naturaleza, y no a la inversa.


18. Sistema y Estructura. Nuevos modelos de análisis.

El Estructuralismo.

Al mismo tiempo que a nivel planetario se está fraguando una crisis de los valores tradicionales (que se plasmará en la Revolución Cultural de 1968), también en el mundo del conocimiento y del pensamiento (la filosofía, al fin y al cabo) están cambiando los paradigmas en consonancia con los tiempos. Ya hemos visto como una serie de pensadores, en esencia los existencialistas y los agrupados alrededor de la Escuela de Frankfurt, intentaron comprender la sociedad contemporánea y los cambios sociológicos que acarreaba el progreso y la industrialización. En este contexto aparecería el estructuralismo, no como teoría filosófica sino más bien como enfoque de las ciencias sociales que creció hasta convertirse en uno de los métodos más utilizados para analizar el lenguaje, la cultura y la sociedad en la segunda mitad del siglo XX.

El estructuralismo se basa en que las sociedades y culturas humanas se construyen y funcionan en base a interrelaciones (las estructuras), que son las que producen el significado dentro de cada cultura o sociedad. Por tanto, el estructuralismo se aleja diametralmente de cualquier visión subjetiva, cartesiana. El individuo, como ser social, deja de ser el objeto central del conocimiento para pasar a formar parte de estructuras que forman dichas interrelaciones, que son la que dan sentido y significado a la existencia. De acuerdo con esta teoría, dentro de una cultura el significado es producido y reproducido a través de prácticas, fenómenos y actividades sociales (llamados por los antropólogos rituales) que sirven como sistemas de significación (desde la preparación de la comida y las formas de servirla, las fórmulas de saludo, los juegos, las manifestaciones religiosas, los cuentos populares, los textos literarios, las formas de ocio, conversación y entretenimiento, las relaciones sexuales, etc.). Estas estructuras se consolidarían sin necesidad de una teleología o finalidad en sí misma, sino que existirían al margen de un elemento ordenador como pudieran ser el dios judeocristiano, elementos metafísicos como el espíritu del pueblo hegeliano o, incluso, la propia voluntad individual.

El estructuralismo es, por tanto un nuevo método de análisis crítico de la realidad, y se basará, más que en el contenido, en las relaciones entre los elementos y los sistemas que dichas relaciones crean en una sociedad, tratando de comparar y hallar vínculos y estructuras similares en épocas y culturas diferentes o en sus manifestaciones culturales o materiales. No es extraño, por tanto, que el estructuralismo tenga nexos de unión con el


marxismo y su método dialéctico, aunque usado más como herramienta que como motor del cambio social.

Aunque Ferdinand de Saussure, en su Curso de lingüística General (1916), es considerado como el punto de origen de dicho enfoque, el estructuralismo sería desarrollado por una serie de antropólogos, filósofos, historiadores, etc., a lo largo de los años 60 y 70, influidos por la revisión del marxismo iniciada, entre otros, por Sartre. El representante más importante del estructuralismo fue el etnógrafo y antropólogo Claude LéviStrauss, cuyos trabajos se basaron en el estudio de fenómenos culturales como los sistemas de parentesco, los rituales de preparación de la comida o las cosmogonías11. Otros estructuralistas destacados serán JacquesMarie Émile Lacan, en el campo del psicoanálisis, Louis Althusser, en el estudio del marxismo y Michel Foucault (del que ya hablamos en el Bloque III) en el campo de la sociología y la filosofía, si bien muchos de estos autores nunca aceptaron pertenecer a dicha corriente.

Los nuevos modelos de análisis.

Pese a su aparente cientificidad, el estructuralismo fue muy atacado desde todos los puntos de vista. La mayor crítica vino precisamente desde el entorno más cercano, de lingüistas como Noam Chomsky o filósofos como Foucault, que vieron en el estructuralismo una construcción excesivamente teórica y con demasiadas hipótesis y elementos subjetivos arropados por un lenguaje seudocientífico y objetivista, surgiendo así nuevas teorías y métodos de investigación social y análisis de la realidad.

Jacques Derrida, por ejemplo, planteó un nuevo método de análisis, la deconstrucción, que se basaría en el desmantelamiento o desmontaje de todos los principios y elementos en los que tradicionalmente se habían basado las relaciones humanas y del pensamiento para llegar así a despojarlas de cualquier elemento metafísico.

Por su parte, Foucault (como hemos visto) concentró su estudio en la comprensión de los mecanismos de poder y de opresión de las clases dominantes, ejercido de manera autónoma pero no del todo inconsciente, como podría desprenderse del estructuralismo.

En la actualidad han aparecido nuevas teorías filosóficas que, teniendo como punto de partida las anteriores, utilizan distintos métodos de análisis, como la hermenéutica, que se basa en la reinterpretación de las teorías, los textos, las creencias, etc., de modo que todas las cosas cobran un significado

11Sistemas religiosos y mitos relacionados con la creación del mundo.


nuevo según el contexto en que nos encontremos; así, cada época o periodo primará ciertos aspectos que en otros se mantendrían ocultos.

En general, las nuevas tendencias se basan en la idea del consenso de Habermas, por lo que muchos pensadores han hablado de cierto relativismo moral o filosófico que de ninguna manera tendría connotaciones negativas sino que sería fruto de los tiempos. Sin embargo, fenómenos recientes como el terrorismo islámico, la democratización del acceso y distribución de la información a través de Internet y la globalización económica están dando lugar a nuevos puntos de vista que darán sus frutos en las próximas décadas.


19. La era de la economía liberal transnacional

La globalización

Como resultado del progreso tecnológico, durante la segunda mitad del siglo XX se desarrollaron de tal manera los transportes y las telecomunicaciones que lo que antes consumía enormes recursos o grandes periodos de tiempo ahora se consigue con una inversión mínima. De este modo, en cualquier país occidental es relativamente frecuente y barato encontrar toda clase de productos de cualquier rincón del globo, y lo que ocurre en Nueva Zelanda se conoce en Toledo en escasos segundos vía internet.

Todos estos cambios han dado lugar a la globalización económica. Según la definición del Fondo Monetario Internacional, la globalización consiste en la creciente interdependencia económica de los países del mundo, causada por el incremento del comercio mundial y de los flujos de capitales y por la cada vez más rápida difusión de la tecnología. El resultado de la globalización es una creciente competencia entre las empresas a nivel internacional, por otra parte resultado de una opción política de los estados, abriendo sus economías, reduciendo tarifas aduaneras, llegando a acuerdos internacionales y facilitando la entrada de capital extranjero.

Desde un punto de vista liberal, el fenómeno de la globalización resulta siempre positivo en términos generales, porque:

• Abarata los precios.

• Aumenta la competitividad.

• Democratiza el acceso a la riqueza.

• Dinamiza el comercio.

• Abre un amplio abanico de posibilidades para la economía.

De esta manera, todo ello redunda en el bienestar general. Sin embargo, muchos economistas se oponen a este enfoque neoliberal, argumentando que:

• Se reduce la independencia de los estados (lo cual es negativo para aquellos cuyas economías no sean lo suficientemente fuertes o diversificadas), a los que la competencia internacional obligaría a adoptar contra su voluntad políticas liberalizadoras y de reducción del Estado del Bienestar.

• Perjudica los intereses de los trabajadores de los países desarrollados, sometidos a la competencia de países con salarios más bajos.

• Sacrifica a los países pobres, a los que impediría adoptar aquellas políticas económicas que más podrían contribuir a su desarrollo.


En resumen, para los críticos la globalización representa la dominación mundial de las organizaciones económicas y de las grandes empresas internacionales.

Desde finales del siglo XX, coincidiendo con una fase expansiva del ciclo económico, las tesis neoliberales gozaron de una gran aceptación. Entendemos por neoliberalismo a aquellos postulados políticos y económicos que defienden la libertad económica de manera maximalista, es decir, dejando fluctuar libremente precios y salarios de manera que sea el mercado el que se autorregule, y limitando el papel de Estado al de garante de dicha libertad, sin inmiscuirse en la economía y tendiendo a cobrar una cantidad de impuestos directos mínima y a reducir el sector público de la economía a lo indispensable, sin competir con la empresa privada. Estas teorías económicas fueron hegemónicas en el planeta con la consolidación de las políticas llevadas a cabo por Ronald Reagan y por Margaret Thatcher en los EEUU y el Reino Unido, respectivamente. Estas políticas se basaron en una serie de recortes del llamado Estado del Bienestar (en esencia, la protección social de los ciudadanos basado en un alto índice de gasto público), incluyendo la privatización del sector público, incluidos sectores como la sanidad o la educación además de la industria y los transportes.

Sin embargo, con la constatación a inicios del siglo XXI de haber entrado en una fase de recesión y de encontrarnos en una más de las crisis de superproducción del sistema capitalista, las tesis críticas están tomando actualmente la prevalencia. De hecho, son muchas las voces de los organismos internacionales que abogan por un mayor control financiero por parte de los Estados y una mayor injerencia en la economía, aunque demandando que ésta sea sólo puntual y temporal.

Sin embargo, la refutación de las tesis neoliberales no viene dada tanto desde las filas de los alterglobalizadores como desde las economías planificadas de los llamados Tigres Asiáticos, cuyas economías emergentes están suponiendo una seria competencia a las economías desarrolladas de Occidente. De hecho, debido a la competitividad de su mano de obra, cuyos precios son sensiblemente menores que los occidentales, y a su escasa conflictividad, se ha producido el proceso llamado deslocalización: es decir, las empresas multinacionales prefieren desmantelar sus plantas industriales en Occidente para trasladarlas a los territorios de estos Tigres Asiáticos y reducir así gastos de manera que aumentan a la par los beneficios. Sin embargo, pese a constituir en cierto sentido una aplicación práctica de los principios neoliberales, lo cierto es que las economías de estos países son planificadas por el Estado (en muchos casos dirigidas por regímenes


nominalmente comunistas), estando, por tanto, en las antípodas de las políticas del laissezfaire.

Desarrollo y desigualdad

El siglo XXI se sigue caracterizando por la extrema desigualdad entre los niveles de desarrollo de los distintos países, tanto si se tiene en cuenta el Producto Nacional Bruto por habitante (PNBh) o la esperanza media de vida. Los países más desarrollados (EEUU, Europa occidental o Japón) tienen una esperanza de vida de casi 80 años y un PNBh, medido según la paridad de poder adquisitivo, de más de 20.000$, mientras que los países menos desarrollados, como los del África subsahariana, tienen una esperanza de vida en torno a los 40 años y un PNBh menos de mil $. Si se compara la esperanza de vida a comienzos del siglo XXI con la de hace 30 años, se observa que el avance ha sido muy notable, sobre todo, en países de desarrollo medio, como Indonesia, Vietnam, Egipto o Marruecos, en los que ha aumentado en casi 20 años. Pero la esperanza de vida se ha estancado, o incluso ha descendido, en el área de la antigua URSS (como resultado de la profunda crisis que acompañó al hundimiento del comunismo) o en el África subsahariana, como resultado de epidemias como el SIDA.

El principal argumento de los defensores del liberalismo económico es que a mayor regulación e injerencia de los estados en la economía, menor es la productividad, lo que redunda en un menor ritmo de producción de riqueza. Sin embargo, según los detractores, esta riqueza es asimétrica, porque no redunda en todas las capas de población por igual, sino que se concentra en una reducida porción de la población; y, además, constituye una paradoja: para que las clases populares vivan mejor, deben aumentar su jornada laboral, reducir sus niveles de protección laboral y social y someterse a la flexibilidad laboral y, por ende, a mayor precariedad.

El caso más sangrante es el de las epidemias del llamado Tercer Mundo, resolubles si se destinara a combatirlas el 1% de las subvenciones que los Estados más ricos de Occidente dedican a subvencionar la agricultura de sus respectivos países, menos competitiva que las de los países menos desarrollados, que imposibilita a dichos países, precisamente, para competir con los productos agrarios de los países del Primer Mundo, lo que crea un círculo vicioso.

En las últimas décadas apareció en Europa, como intento superador y, en cierto sentido, opuesto a la globalización económica, el concepto de desarrollo sostenible, que postula un desarrollo respetuoso con el medio natural y con optimización del uso de los recursos naturales, incidiendo en el reciclaje, reducción y reutilización de materiales.


Las organizaciones económicas internacionales

En la regulación de la economía mundial juegan un papel importante tres organizaciones internacionales: el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial (creados tras la Segunda Guerra Mundial) y la Organización Mundial de Comercio. La OMC se fundó en 1995 en sustitución del GATT, basado en negociaciones comerciales multilaterales. Las políticas económicas promovidas por estos organismos, basadas en el llamado Consenso de Washington, son plenamente neoliberales: estímulo al comercio exterior, eliminación de los déficit fiscales, reducción de los subsidios estatales, liberalización de las actividades financieras, privatización de las empresas públicas y protección de los derechos de propiedad. En caso de países con dificultades, estas instituciones proponen planes de saneamiento de sus economías de manera que su inversión es poco importante en términos cuantitativos, aunque su aval es un espaldarazo a la hora de captar capitales que revitalicen la actividad económica. Las recetas propuestas son siempre draconianas y en un sentido liberalizador.

Además de dichas instituciones internacionales formales, de las que forman parte la mayoría de los Estados del mundo, en la regulación de la economía mundial juegan un papel muy importante las reuniones periódicas del G7, integrado por los mandatarios de las siete grandes economías desarrolladas (EEUU, Japón, Alemania, Francia, RU, Italia y Canadá), donde se toman decisiones coordinadas que afectan a la economía mundial. Cuando se invita a otros países se le denomina G8, G11, G20, etc.

El movimiento antiglobalización

Desde la reunión de la OMC en Seattle, en noviembre de 1999, fue frecuente que las reuniones de estas instituciones internacionales dieran lugar a masivas manifestaciones de protesta por parte de los críticos de la globalización neoliberal. Dado que acudían personas de todo el mundo, especialmente jóvenes, y que se trataba de aprovechar la concentración de periodistas provocada por las reuniones contra las que se protestaba para lograr un impacto mediático, estas manifestaciones antiglobalizadoras representaban a su vez la otra cara de la globalización.

A partir de 2002, con la organización del Foro Social Mundial en Porto Alegre (Brasil) las manifestaciones de protesta han dado paso a la realización de foros de debate alternativos. Últimamente el término de antiglobalización se tiende a sustituir por el de alterglobalización, de modo que no se trata de oponerse a la creciente interrelación entre los países del mundo, sino de potenciar una globalización distinta a la existente. El movimiento antiglobalización (o alterglobalizador) agrupa a tendencias y organizaciones


muy diversas, unidas por una común orientación anticapitalista, desde los partidos y sindicatos de clase tradicionales a los nuevos y pujantes movimientos ecologistas, ONGD's, etc. Tras el fracaso del comunismo de Estado del antiguo bloque socialista no hay una alternativa clara a la economía de mercado, lo que se traduce en que el movimiento se haga notar más por sus críticas que por la capacidad de llegar a un acuerdo sobre políticas alternativas. Entre los últimos campos de acción abiertos por dicho movimiento se encuentra el tema de los transgénicos. Si por una parte las empresas creadoras de las semillas transgénicas hablan de los beneficios en cuanto a control de plagas, los ecologistas alertan de los posibles desequilibrios derivados de las alteraciones en la cadena trófica o de las imprevisibles consecuencias de una contaminación genética, además del control económico ejercido por los laboratorios. Análogamente se tratan numerosos problemas relacionados con el desarrollo sostenible, como los trasvases o los biocombustibles, o los problemas derivados de la deslocalización industrial de los países occidentales.


20. La caída del socialismo real

La perestroika

Leonidas Breznev gobernó con mano firme la URSS durante un largo mandato (19641982), marcado por cierta tolerancia a la corrupción generalizada del régimen y el estancamiento de la economía. Tras su muerte, ocuparán la Jefatura del Estado, de forma vertiginosa, Yuri Andropov, muere en febrero de 1984, y Chernenko, que morirá en 1985.

Ante la sorpresa general, el nuevo líder del PCUS sería un discípulo del controvertido Andrei Gromiko, Mijail Gorbachov, de sólo 54 años de edad. Gorvachov fue un líder mediático que acaparó la atención mundial con un programa de reformas que contemplaba la mejora de la producción de la economía soviética, nombró al heterodoxo Shevernadze como ministro de Asuntos Exteriores e implantó un nuevo estilo de liderazgo, resumido en tres palabras, que pronto pasarían a la Historia:

• Perestroika (reestructuración o renovación). Se trata de un concepto que implicaba la reforma en profundidad del sistema económico y de la movilidad social. El Estado soviético tenía unas estructuras anquilosadas e hipertrofiadas, entre otras razones porque la ciudadanía no encontraba alicientes para producir más y porque el Estado absorbía ingentes recursos para el mantenimiento del “Imperio”: la KGB, la burocracia administrativa, las subvenciones a estados satélites, el Ejército Rojo sobredimensionado, el gasto militar o en la carrera espacial, etc. Las reformas incluían una tímida apertura a la propiedad privada y a la inversión de capitales extranjeros.

• Glasnost (apertura o transparencia). Se trataba de una doble vía. Por un lado, se quería abrir el rígido sistema de partido único a distintas sensibilidades políticas, legalizando partidos y sindicatos de diversas tendencias, lo que se concretó en las primeras elecciones multipartidistas celebradas en 1989. Y, por otra parte, se pretendió eliminar la censura e incluir la transparencia informativa en las acciones de Gobierno. Estas medidas estaban destinadas a la democratización del sistema.

• La Uskorenie (aceleración). Los cambios no sólo se debían realizar en profundidad, sino que deberían producirse de una forma rápida, adaptándose a las necesidades del pueblo y alejándose de las viejas prácticas de la planificación lenta y sesuda.

Gorbachov pretendió la reforma del comunismo soviético desde dentro, un cambio suave que, de forma casi imperceptible, regenerara el sistema mediante la introducción de medidas de sentido común que no molestaran a nadie. Las reformas se hicieron dentro del todopoderoso PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética), manteniendo un precario equilibrio entre la gerontocracia ortodoxa y la oposición posibilista, de manera que sus proyectos más ambiciosos pronto se vieron frenados por la asfixia producida por la tenaza conformada por unos y otros. Así, esta alianza fue considerada como una contradicción por Boris Yeltsin (futuro presidente de la Federación Rusa y por


entonces jefe del Partido en Moscú), mientras que la vieja guardia sostenía que el pluralismo no era posible en la URSS, porque el PCUS era el único capaz de mantener la unidad soviética. De hecho, Gorbachov careció de un programa coherente mientras la oposición si que tenía una línea clara de actuación, lo que al final desembocó en el fracaso de la perestroika como intento reformista, dando lugar no sólo a la ruptura con el socialismo y sino también a la disgregación de la Unión Soviética.

La disgregación de la URSS

Gorbachov no había previsto los graves sucesos que se desencadenarían de manera vertiginosa en el mundo socialista. La población en general acogió con entusiasmo las reformas y se desató una ola de libertad de opinión sin parangón en la que se destaparon todas las válvulas de presión que les habían atenazado. Lo más importante, por su transcendencia, fue la eclosión de los nacionalismos, de manera que, pese al que en un referéndum celebrado en marzo de 1991 ganó la opción de preservar la Unión Soviética en 9 de las 15 Repúblicas, en prácticamente un año la mayoría de las 15 Repúblicas Soviéticas anunció su pretensión de abandonar la Unión y declararse independientes. Así, las repúblicas bálticas (Letonia, Estonia y Lituania) fueron las primeras repúblicas que se organizaron para lograr su independencia, enfrentándose al poder central en 1990 e independizándose en 1991.

Cuando el sector reformista del PCUS, capitaneado por Yeltsin, logró imponer sus tesis, y con la evidencia de que con el desmantelamiento del autoritarismo caería también la vieja estructura política y administrativa, la vieja guardia del Kremlim organizó un golpe de Estado. El 19 de agosto de 1991, los inmovilistas intentaron hacerse con el poder, secuestrando al presidente en su residencia de verano, en Yalta. En Moscú, la multitud protegió el Parlamento, encabezada por un Yeltsin que se convertía en una especie de superhéroe salvador de la democracia. El comportamiento del pueblo ruso, una vez perdido el miedo, se hizo imprevisible, pero apuntaba con firmeza hacia la caída del sistema.

En este punto, Yeltsin se hizo con el poder del partido, desplazando totalmente a Gorbachov. Bajo su dirección, Rusia, Ucrania y Bielorrusia sentenciaron a muerte a la Unión Soviética al crear, el 8 de diciembre de 199112, la Comunidad de Estados Independientes (C.E.I.). Posteriormente se unieron nueve repúblicas: Moldavia, Tayikistán, Georgia, Azerbaiyán, Armenia, Kirguistán, Kazajistán, Uzbekistán y Turkmenistán13. Unos días después, el 25 de diciembre de 1991, Gorbachov presentó su dimisión y la Unión se declaró disuelta mediante el traspaso de poderes al presidente ruso.

Yeltsin diseñó, además, una reforma económica en profundidad de corte neoliberal, diseñada por el viceprimer ministro, Yegor Gaidar. El Legislativo, con Jasvulatov a la cabeza, se opuso a la reestructuración económica, con el rechazo de leyes y presupuestos que le presentaba el Ejecutivo, lo que paralizó

12Mediante el Tratado de Belovesh.

13Con la firma el 21 de diciembre de 1991 del Protocolo de Alma-Ata.


la adopción de una serie de medidas imprescindibles para accionar las reformas. Tras un intento de sublevación armada dirigida desde el Legislativo, fuerzas militares leales al presidente Boris Yeltsin bombardearon del Soviet Supremo, tras lo que el ya Presidente ruso tomó la decisión de disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones, con mayoría del partido de Yeltsin en la Asamblea Federal (el nuevo Parlamento ruso), con los comunistas como tercera fuerza parlamentaria y el surgimiento de una amplia corriente xenófoba y ultranacionalista que apoyó con el voto a un recién creado Partido Liberal de Zirinovsky y que sería en el futuro la fuente principal del apoyo popular de Vladimir Putin.

Las revoluciones de 1989

Al calor de los cambios que se estaban produciendo en la Unión Soviética, los países de su órbita empezaron a experimentar a su vez una serie de cambios que se concretarían, también, en el desmantelamiento de los regímenes socialistas a raíz de una oleada de revoluciones pacíficas que tuvieron lugar alrededor de la fecha de 1989. Estas revoluciones se llevarían a cabo en la mayoría de los países comunistas del Este de Europa, y sólo en Rumanía tomarían un carácter violento.

En Rumanía, una serie de violentas protestas ocurridas en Bucarest y, sobre todo, en Timisoara, del 16 al 22 de diciembre de 1989, desembocaron de manera sorprendente en el derrocamiento del que parecía un firme sistema socialista dirigido con mano férrea por Nicolae Ceauşescu. El 25 de diciembre, tanto el dictador como su esposa fueron juzgados y fusilados por un tribunal creado exprofeso., en el único caso de régimen socialista derribado por una revolución violenta. Pese a la Revolución, Rumanía siguió dirigida por las mismas élites del Partido Comunista reconvertidos ahora en firmes defensores del neoliberalismo.

Hungría fue el país del Este donde de manera más inmediata se pusieron en acción los aires de libertad emanados de la Perestroika de Gorbachov. Así, desde agosto de 1989 la frontera entre Hungría y Austria apenas presentaba problemas para ser franqueada desde el Este y el líder comunista, Poszgay, programó una pacífica transición hacia la democracia, a la que se llegó por medio de una elecciones democráticas. Lo mismo sucedería en Bulgaria, en 1990, tras caer Giukov, en el poder desde hacía 35 años.

Aprovechando la situación anterior, miles de alemanes de la exRDA (República Democrática de Alemania) pasaron a Hungría. La presión de la población sobre las autoridades comunistas alemanas fue en aumento, de manera que tras una serie de manifestaciones masivas, Honecker dimitió en octubre. En noviembre se decretó una legislación muy laxa en materia de viajes al exterior, produciendo serios problemas diplomáticos, sobre todo con Checoslovaquia. Por fin, en la noche del 9 al 10 de noviembre ocurriría el hecho paradigmático de la caída del comunismo: die Wende (el cambio), la apertura del Muro de Berlín, que había separado a los alemanes de ambos lados durante


28 años, siendo demolido por los berlineses con todo lo que tenían a mano. Al año siguiente, las dos Alemanias se reunificarían.

En Polonia, hubo ya en los años 80 un movimiento que se enfrentó al comunismo, pero fue duramente reprimido. Este movimiento tuvo un carácter católico y sindical, dirigido por el sindicato Solidaridad y su carismático líder, Lech Walesa. Fundado en 1980, un año después contaba ya con 9 millones de miembros y capacidad para paralizar mediante una serie de huelgas las cuencas carboníferas y los astilleros. En 1982, el general Jaruzelsky hubo de decretar la Ley Marcial para hacer frente a las protestas generalizadas y encarceló a los dirigentes sindicales, ilegalizando a Solidaridad un año más tarde. Sin embargo, pese a la clandestinidad, el sindicato se recuperó de todos los contratiempos y en 1988, tras una dura campaña de oposición a las medidas gubernamentales, forzó al gobierno a negociar, sin ocultar ya su pretensión de convertirse en partido político. Animado por Gorbachov, el gobierno polaco, en un exceso de confianza, accedió a celebrar elecciones libres en 1990, en las cuales Solidaridad obtuvo una holgada mayoría.

En Checoslovaquia, el movimiento opositor al régimen fue liderado siempre por los intelectuales. Ya en 1977 se publicó un manifiesto de intelectuales (Carta de 1977) entre cuyos firmantes estaba Vaclav Havel. Aunque se trató de un movimiento minoritario, encendió la llama de una cultura de resistencia que cristalizó hacia 1989, cuando, gracias a la perestroika, el Estado evolucionó hacia un sistema de elecciones libres.

Albania será el último de los países del Este de Europa en abandonar el socialismo, convirtiéndose en el país más pobre del continente.

Los nuevos estados surgidos de las cenizas del antiguo Bloque del Este se encontraron enseguida con una serie de dificultades. Por una parte, la reestructuración económica y la adaptación al liberalismo trajeron fenómenos desconocidos hasta entonces, como el paro, la competitividad o las dificultades de acceso a la vivienda, la sanidad o la educación. De hecho, los años inmediatamente posteriores a la caída del comunismo significaron un retroceso importante en todos los parámetros indicadores de la calidad de vida, si bien es cierto que se fueron recuperando, en parte gracias a las inversiones de Europa Occidental.

Otro de los problemas que se encontraron fueron los movimientos nacionalistas y a veces xenófobos. Estos sentimientos habían sido reprimidos por los gobiernos dictatoriales (que defendían un internacionalismo basado en la solidaridad socialista). En algunos casos, como el de Checoslovaquia, las tensiones se resolverán pacíficamente al dividirse en dos estados: la República Checa y la República Eslovaca. En otros casos, como en Rumanía o Bulgaria, ocurrirán violentos altercados contra las minorías húngara y turca, respectivamente.

Donde estos fenómenos tendrán más importancia será en la antigua URSS, donde algunas repúblicas caucásicas mantienen altercados por enclaves estratégicos (como la guerra sostenida entre Armenia y Azerbaiyán por


NagornoKarabaj), y, sobre todo, en la antigua Yugoslavia, donde darán lugar a un conflicto continuo y una posterior guerra civil.

Mientras Tito estuvo en el poder, todos estos problemas fueron apartados, pero a su muerte empezaron a surgir las rivalidades, esencialmente entre la hegemónica Serbia y las pujantes Eslovenia y Croacia, que en 1991 proclamaron unilateralmente su independencia. Casi de manera inmediata dio comienzo la guerra civil, inicialmente entre Serbia y Croacia, por el control de la región croata de Krajina, de mayoría serbia, y, sobre todo, la guerra por el control de Bosnia, cuya población estaba muy atomizada en grupos de distintas lenguas, religiones, etc.

Estas modernas Guerras de los Balcanes han sido sin duda unas de las más crueles y sangrientas de la historia, en las que se han dado episodios de extrema vesania, sobre todo por los actos de limpieza étnica llevados a cabo por todas las partes contendientes, pero, de manera muy especial (por lo general y masivo de sus métodos) por la autoproclamada República de los Serbios de Bosnia, dirigida por Karadzik y apoyada por el presidente serbio Milósevic. El propio Milósevic llevó a cabo una política de afianzamiento de la Gran Serbia que le llevó a vencer en las elecciones con amplia mayoría. Su política, una mezcla de postcomunismo y de ultranacionalismo, le llevó a la represión del movimiento nacionalista de Kosovo (enclave albanés en Serbia), que terminaría con la intervención de la OTAN, que aplastó a Serbia en pocas semanas e instauró un protectorado en Kosovo, en cual, en 2009, ha sido reconocido como estado independiente por algunos países occidentales (entre los que no se encuentra España).


21. Las Nuevas Tecnologías de la Información y la sociedad

La generalización del uso de Ia informática

La informática, que podríamos definir como la ciencia cuyo menester es el tratamiento de la información, se desarrolló a lo largo de los siglos como respuesta a las necesidades de las sociedades humanas, cada vez con un mayor nivel de complejidad. En un principio, las necesidades más importantes a cubrir fueron las derivadas de archivar documentos y de llevar la contabilidad de negocios y, sobre todo, de las administraciones (el palacio, el templo, etc.). Si bien en el caso de los archivos los sistemas de bibliotecas y registros funcionaron bien y con apenas modificaciones cualitativas14 hasta el siglo XX, en el campo del cálculo matemático los adelantos fueron forzados según aumentaba el volumen de cifras a tratar, y fue en este campo donde surgieron máquinas que, de manera automática, resolvían operaciones tediosas y repetitivas de manera que ahorraban tiempo al ser humano. Los avances conseguidos en el campo del cálculo automático (la computación) se aplicaron de manera inmediata al tratamiento de la información. Por ello, la informática y la computación se convirtieron prácticamente en sinónimos, de manera que a nuestras máquinas de tratamiento de la información las llamamos computadoras u ordenadores indistintamente.

La computación no es un invento de alguien en particular, sino el resultado evolutivo de ideas y realizaciones de muchas personas relacionadas con áreas tales como la electrónica, la mecánica, los materiales semiconductores, la lógica, el álgebra y la programación. Los hitos más importantes los encontramos en:

• Hacia 2500 a.n.e. Aparece en Oriente el ábaco, utilizado para operaciones sencillas (suma, resta, multiplicación y división).

• 1617. John Napier (inventor de los logaritmos) desarrolló un sistema para realizar operaciones aritméticas manipulando huesos en los que estaban plasmados los dígitos (sistema Napier Bones). Los Huesos de Napier tuvieron una fuerte influencia en el desarrollo de aparatos de cálculo basados en ruedas y cilindros, como la regla deslizante o Círculos de Proporción (inventados en 1622 por William Oughtred) y las máquinas calculadoras (la primera, el Reloj Calculador, fue diseñada por Wilhelm Schickard en 1623 ).

• 1642. Blas Pascal crea una sumadora mecánica llamada la Pascalina, (basada en el movimiento de engranajes accionados por una manivela),

14En esencia, se basó en ordenar fichas que contenían la ubicación y una breve descripción de las obras, libros, documentos, etc., como en cualquier biblioteca actual.


perfeccionada en 1673 por Leibniz pasando a realizar sumas, restas, multiplicaciones y divisiones.

• 1804. Joseph Maria Jaquard utiliza el mecanismo de tarjetas perforadas para controlar automáticamente los dibujos en las telas en las máquinas textiles. Herman Hollerit ideó en 1880, basándose en ello, la máquina tabuladora de tarjetas perforadas para procesar datos del censo de los EEUU.

• 1840. Ada Augusta Lovelace sugirió la utilización del sistema binario en vez del decimal para almacenamiento de datos. Es considerada con la primera programadora.

• 1880. Hollerit15 creó una máquina electromecánica que resolvía ecuaciones simples.

• 1854 . El desarrollo del Álgebra de Boole redujo a argumentos lógicos las permutaciones de tres operadores básicos algebraicos: y, o, y no. Boole es considerado por ello como el padre de la teoría de la informática.

• 1882. Charles P. Babbage, considerado el Padre de la computadora, diseñó la máquina diferenciadora, que se usó para calcular e imprimir tablas matemáticas de hasta nueva dígitos de impresión. En 1933 idearía la máquina analítica que permitía calcula tablas trigonométricas y logarítmicas automáticamente. Los datos eran ingresados mediante tarjetas perforadas y la máquina podía ser programada para cambiar los procedimientos de operación.

• Entre 1906 y 1930 se desarrollaron los distintos componentes electrónicos que hicieron posible la informática, desde el tubo de vacío al interruptor electrónico, el relé, el flipflop o las puertas lógicas, que permitieron traducir los impulsos eléctricos a código binario (ceros y unos).

• Entre 1937 y 1947 se desarrollan diversas máquinas basadas en el código binario y en interruptores (relés), culminando en la creación de la primera computadora (ENIAC) totalmente electrónica.

• 1946. John von Neumann introdujo el concepto de programa almacenado, es decir la memoria para almacenar los datos junto con las instrucciones de programa. Nace la noción del software.

• Desde 1960 se desarrollan los lenguajes informáticos, como COBOL, el primer lenguaje de programación de alto nivel transportable entre modelos diferentes de computadoras.

• 1963. En EEUU, un comité mixto define el código estándar de caracteres ASCII.

15A través de la primera empresa de informática, la Tabulating Machine Company.


• Se reconoce el primer virus informático, creado por Robert Thomas Morris. Atacó a una máquina IBM Serie 360 y fue llamado Creeper.

• 1976. Steven Wozniak y Steven Jobs crean Apple Computer y lanzan el primer ordenador personal. En 1981 IBM introduce el primer ordenador personal al mercado. Este mismo día le primera computadora es infectada con un virus.

Los ordenadores personales

Hasta el lanzamiento del Apple en 1976, la informática parecía una herramienta extraordinaria para la ciencia pero no para el ser humano de a pie. Con la aparición de dicha computadora, la informática revolucionó no sólo el trabajo cotidiano y el mundo del ocio, sino que se convirtió en un elemento esencial de la civilización. No es objeto de nuestra materia hacer una historia detallada del proceso de implantación de la informática en la vida cotidiana, pero sí se hace necesario fijar nuestra atención en ciertos hitos:

• El desarrollo de los microprocesadores integrados (microchips), que hicieron posible la producción en masa y a precios asequibles de ordenadores personales. En este campo se debe destacar la aparición de las grandes empresas de componentes informáticos, como Intel, Bell, AMD, IBM o Compaq, y de máquinas diseñadas para el pequeño usuario, como los IBM PC (1981).

• La aparición de los primeros sistemas operativos con interfaz gráfica16, que permitieron la popularización de elementos basados en tecnología punta, ya que de otro modo su distribución se hubiera circunscrito a círculos elitistas. Entre los primeros sistemas populares destacan el DOS , el Mac OS o las diversas versiones de Windows17, que convertirían a Microsoft en la empresa más lucrativa del planeta. En la actualidad, debido al alto precio de los productos comerciales, a los controles internacionales a favor de la libre competencia y al desarrollo de nuevo software libre altamente compatible con los componentes informáticos producidos por las grandes empresas, los sistemas operativos basados en GNU/Linux como Suse o Ubuntu (o la versión castellanomanchega, Molinux) se están convirtiendo en serios competidores de la multinacional estadounidense.

• El lanzamiento de herramientas informáticas destinadas al tratamiento de la información. En este campo destacan la creación de los procesadores de texto, como Word o Lotus 123 (1983), bases de datos (como Access o las basadas en SQL), hojas de cálculo, etc.

16Los llamados sistemas de ventanas.

17La primera versión de Windows apareció en 1985.


• La aparición, desde 1984, de elementos de almacenamiento portátil, como los disquetes (desde 1972) o el CDROM, y de impresoras rápidas capaces de reproducir texto e imágenes de manera barata, como las LaserJet de HewlettPackard.

• El desarrollo de los videojuegos, que potenciaron la demanda de ordenadores en todo el planeta. Uno de los primeros en alcanzar popularidad mundial fue el Tetris, creado por el ruso Alexey Pazhitnov en 1985.

• La rápida innovación del hardware (componentes periféricos), que ha puesto en manos del usuario de a pie herramientas hasta hace pocos años sólo al alcance sólo de unos privilegiados, como los ratones, grabadoras de CD, escáneres, reproductores de vídeo, etc. En este sentido hay que destacar la vertiginosa innovación tanto de los soportes informáticos (DVD, Blue Ray, memorias USB, pantallas TFT, tarjetas gráficas, etc.) como el desarrollo de estándares multimedia (como Xvid, mp3, etc.) o programas de retoque de imagen (Photoshop, Gimp, etc.), grabación multimedia (Nero, K3b, etc.), edición de vídeo, maquetación, diseño de interiores, etc., de manera que los ordenadores han pasado a transformarse en auténticos equipos multimedia y centros de trabajo y entretenimiento.

• Y, sobre todo, la aparición y desarrollo de Internet, las conexiones de banda ancha y las conexiones wifi.

La revolución de Internet

Una de las necesidades inherentes del procesamiento de la información es, precisamente, el poder compartirse de forma rápida y eficiente. La idea de red o interconexión entre ordenadores apareció ya desde el desarrollo de las primeras computadoras con un planteamiento sencillo: una computadora central se conectaba a través de una red cableada a una serie de terminales.

Las primeras redes de considerable amplitud se desarrollaron en ámbitos militares y universitarios de los EEUU entre 1961 y 1970, basadas esencialmente en la transmisión de paquetes de datos a través de líneas telefónicas conmutadas. La conmutación es una técnica que nos sirve para hacer un uso eficiente de los enlaces físicos en una red de computadoras. Un paquete es un grupo de información que consta de dos partes: los datos propiamente dichos y la información de control, en la que está especificada la ruta a seguir a lo largo de la red hasta el destino del paquete. El límite de longitud superior de los paquetes es de mil octetos, de modo que si la longitud es mayor el mensaje se fragmenta en otros paquetes.

Aunque desde los años 50 del siglo XX se desarrollaron redes de carácter militar y administrativo, de carácter interno, primera red operativa vía telefónica


fue, desde 1969, la interconexión universitaria estadounidense ARPANET. En Europa se desarrollaron, desde 1974, las redes X.25 (estandarizada por la UIT, Unión Internacional de Telecomunicaciones). En 1978, la Oficina de Correos británica, Western Union International y Tymnet colaboraron para crear la primera red de paquetes conmutados internacional, la International Packet Switched Service (IPSS), que creció desde Europa y EEUU hasta Canadá, Hong Kong y Australia antes de 1981 y, poco después, creó una infraestructura de conexiones mundial. También se desarrollarían otras redes menos ambiciosas pero muy dinámicas, como la UUCP o Usenet, basadas en scripts de shell (consola) para transmitir noticias y mensajes a través de redes alquiladas.

El siguiente paso que se dio fue la interconexión entre redes de distinta naturaleza, de manera eficiente y transparente. Surgió así el protocolo TCP/IP, diseñado por ARPANET, cuya principal característica es la estandarización y la descentralización. La primera conexión ARPANET fuera de EEUU se hizo con NORSAR en Noruega en 1973, y tras constatar su éxito se hizo con Gran Bretaña. Todas estas conexiones se convirtieron en TCP/IP en 1982. Hacia 1992 tanto las redes europeas (como el CERN) como las asiáticas se hallaban interconectadas por dicho protocolo.

Uno de los servicios que más éxito ha tenido en Internet ha sido la World Wide Web (WWW, o, sencillamente, la Web), hasta tal punto que es habitual la confusión entre ambos términos. La WWW es un conjunto de protocolos que permite, de forma sencilla, la consulta remota de archivos de hipertexto (basados en el lenguaje HTML). Ésta fue un desarrollo posterior (1990) y utiliza Internet como medio de transmisión. Existen, por tanto, muchos otros servicios y protocolos en Internet, aparte de la Web: el envío de correo electrónico (SMTP), la transmisión de archivos (FTP y P2P), las conversaciones en línea (IRC), la mensajería instantánea, la transmisión de contenido y comunicación multimedia telefonía (VoIP), televisión (IPTV), los boletines electrónicos (NNTP), el acceso remoto a otras máquinas (SSH y Telnet) o los juegos en línea.

La Corporación de Internet para los Nombres y los Números Asignados (ICANN) es la autoridad que coordina la asignación de identificadores únicos en Internet, incluyendo nombres de dominio, direcciones de protocolos de Internet, números del puerto del protocolo y de parámetros. Un nombre global unificado (es decir, un sistema de nombres exclusivos para sostener cada dominio) es esencial para que Internet funcione. El ICANN tiene su sede en California, supervisado por una Junta Directiva Internacional con comunidades técnicas, comerciales, académicas y ONG. El gobierno de los


Estados Unidos continúa teniendo un papel privilegiado en cambios aprobados en el Domain Name System. Como Internet es una red distribuida que abarca muchas redes voluntariamente interconectadas, Internet, como tal, no tiene ningún cuerpo que lo gobierne.

Internet ha supuesto una verdadera revolución, de manera que en cada casa tenemos a nuestra disposición, prácticamente y en tiempo real, toda la información disponible en el planeta. De hecho, sus implicaciones han llegado incluso a determinar el desarrollo económico, no sólo por el uso de la información en sí (conocimiento instantáneo de cotizaciones, catástrofes naturales, cosechas, etc.) sino, también, por el gran volumen de negocio de las empresas que distribuyen bienes y servicios a través de la red y por el aumento vertiginoso de la colaboración en proyectos a escala planetaria y por la creación de redes de opinión.

Google, Wikipedia y la democratización de la información

Para el fácil manejo de la web se desarrollaron aplicaciones informáticas conocidas como navegadores. Estos navegadores nos permiten acceder a las distintas páginas web alojadas en los diferentes dominios, cada una de las cuáles lleva asociada un código numérico individual y un nombre de página que nos informa sobre su naturaleza, ubicación, etc. El más popular de los navegadores es el Internet Explorer de Windows, aunque en la última década navegadores basados en software libre como Opera y, sobre todo, Mozilla Firefox, le están ganando la partida al gigante Microsoft.

A medida que la Web creció, se crearon los buscadores y los directorios web para localizar las páginas en la Web y permitir a las personas encontrar información. Gracias a los buscadores el usuario no experimentado es capaz de encontrar por sí solo y en pocos segundos información valiosa y jerarquizada. El primer buscador web completamente de texto fue WebCrawler en 1994. Antes de su aparición sólo se podían buscar títulos de páginas web. Otro de los primeros buscadores, Lycos, fue creado en 1993 como un proyecto universitario, y fue el primero en conseguir éxito comercial. Yahoo! y Altavista (fundados en 1995) fueron los líderes hasta el surgimiento de Google (fundado en 1998).

Google se ha convertido en el líder indiscutible del sector y en motor de la innovación con productos siempre dinámicos, gratuitos y basados en software libre como Googleearth, Gmail, etc. Google había desarrollado nuevos enfoques para el ordenamiento por relevancia, cuyo sistema utilizado es el PageRank, que tiene en cuenta las visitas, los enlaces a la página, etc. Desde entonces, el posicionamiento web se ha convertido en una actividad esencial


en el caso de las empresas, ya que de un buen posicionamiento en los buscadores puede derivarse un aumento del volumen de negocio.

Otro de los pilares de esta democratización de la información es el proyecto Wikipedia, enfocado esencialmente como una enciclopedia de libre acceso y de elaboración colectiva y sin ánimo de lucro. Desde el inicio de la informática se desarrollaron todo tipo de enciclopedias electrónicas, entre la que destacó la Microsoft Encarta. Sin embargo, con el auge del proyecto Wikipedia, estos productos comerciales acabaron decayendo de manera que, en 2009, la propia Microsoft anunció el abandono de Encarta.

Wikipedia empezó como proyecto en lengua inglesa el 15 de enero de 2001. La idea original prendió pronto en otros idiomas, ya que sólo dos meses más tarde, el 16 de marzo de 2001, la Wikipedia en alemán fue la segunda en ser creada, pero paradójicamente hasta dos meses después de su creación no tuvo colaboradores. La Wikipedia en catalán fue la segunda en contener artículos. A inicios de 2009 todas las ediciones habían sumado más de 10 millones de artículos y se encuentra una versión en prácticamente todas las lenguas oficiales en alguna región del planeta.

Los derechos de autor y la piratería informática. El software libre

Con el desarrollo de la informática y el acceso universal a la información a través de Internet aparecieron nuevas problemáticas relacionadas con los derechos de autoría intelectual y las copias ilegales de archivos multimedia, esencialmente archivos de audio y de vídeo en formatos comprimidos, como el mp3 o el Xvid (o DivX).

El mp3 es un formato para archivos de sonido que ignora las longitudes de onda que el ser humano no puede percibir (como los ultrasonidos, por ejemplo, por lo que teóricamente la reproducción no pierde calidad, pero su tamaño se reduce de manera considerable, por lo que resultan idóneos para ser enviados a través de las redes informáticas. De hecho, uno de los fenómenos más importantes relacionados con el uso de la Web ha sido la compartición y descarga de archivos a través de sistemas P2P, gracias a aplicaciones informáticas como Azureus o Emule.

Muchas empresas discográficas o asociaciones de autores vienen quejándose en los últimos años de que sus derechos se ven vulnerados con este tipo de prácticas, ya que los archivos, esencialmente, se extraen de productos acabados como CD's, DVD's, etc. Sin embargo, pese a haber denunciado reiteradamente ante los tribunales a las páginas, programas y redes que facilitan las descargas de archivos multimedia, ningún tribunal les ha dado la razón, al amparar el derecho de todo usuario a realizar una copia de seguridad de este tipo de productos.


Del mismo modo el concepto de piratería informática nació con los usos irregulares de programas y aplicaciones informáticas. Los programadores y las empresas reclamaron desde un principio sus derechos de autoría sobre este tipo de obras, consiguiendo que se persiguiera desde las administraciones y los estados las copias ilegales, las modificaciones sin permiso y la distribución incluso gratuita.

Sin embargo, muchos programadores y usuarios consideraron que las aplicaciones informáticas (software) forman parte del legado cultural de la humanidad, por lo que no debieran ser objeto de una legislación comercial. Además, gran parte de este software pudiera ser mejorado o incluso contener aportaciones de programas anteriores, pero los usuarios se encuentran con la paradoja de que un producto adquirido por compra puede ser mejorado y adaptado y, sin embargo, la ley no lo permite.

Hasta la década de 1980 los programadores habían compartido libremente la información del software, pero con la aparición de sistemas privativos las cosas comenzaron a cambiar, ya que las empresas comenzaron a emitir licencias restrictivas sobre sus productos de software. En 1984, para afrontar dichos problemas, Richard Stallman comenzó a trabajar en el proyecto GNU, y un año más tarde fundó la Free Software Foundation (FSF). Stallman introdujo una definición para free software18 (software libre) y el concepto de copyleft, que desarrolló para dar a los usuarios libertad y para restringir las posibilidades de apropiación del software. De acuerdo con ello, el software es libre si garantiza las siguientes libertades:

• Libertad 0: libertad de usar el programa, con cualquier propósito.

• Libertad 1: libertad de estudiar cómo funciona el programa, y adaptarlo a tus necesidades.

• Libertad 2: libertad de distribuir copias, con lo que puedes ayudar a tu vecino.

• Libertad 3: libertad de mejorar el programa y hacer públicas las mejoras a los demás, de modo que toda la comunidad se beneficie.

Las libertades 1 y 3 requieren que esté disponible el código fuente porque estudiar y modificar software sin su código fuente es muy poco viable. Las leyes de la propiedad intelectual reservan la mayoría de los derechos de modificación, duplicación y redistribución para el dueño del copyright, mientras que el software dispuesto bajo una licencia de software libre rescinde específicamente la mayoría de estos derechos reservados. Sin embargo, software libre no es sinónimo de software gratis, ya que éste puede incluir

18 A veces se usa el término open source software (software de código abierto).


restricciones que no se adaptan a la definición de software libre: por ejemplo, puede no incluir el código fuente, puede prohibir el uso comercial, etc.

El software libre se ampara en una serie de licencias19 para su distribución. Existen tantas licencias como acuerdos concretos se den entre el autor y el usuario. Desde el punto de vista del software libre, existen distintas variantes. Las más importantes son:

• La Licencia Pública General de GNU (GNU GPL). El autor conserva los derechos de copyright y permite la redistribución y modificación siempre que todas las versiones modificadas del software permanezcan bajo los términos de la propia GNU GPL. Dentro de esta licencia encontramos los sistemas operativos GNU/Linux.

• Licencias estilo BSD 20. El autor, bajo tales licencias, mantiene la protección de copyright únicamente para la renuncia de garantía y para requerir la adecuada atribución de la autoría en trabajos derivados, pero permite la libre redistribución y modificación, incluso si dichos trabajos tienen propietario.

• Licencias estilo MPL y derivadas. Se utilizan en gran cantidad de productos de software libre de uso cotidiano (como Mozilla) en todo tipo de sistemas operativos. La MPL promueve eficazmente la colaboración evitando el efecto viral de la GPL .

• Copyleft. Se trata de licencias que restringen el uso comercial, precisan el reconocimiento del autor, etc. En estos casos, se permite la coexistencia con licencias de copyright tradicionales. Las más famosas y utilizadas son las de Creative Commons.

• Open source. Se trata de programas cuyo código se hace público y puede ser mejorado sin ninguna restricción. Aunque en la práctica el software Open Source y el software libre comparten muchas de sus licencias, el movimiento Open Source es filosóficamente diferente, ya que se aleja de planteamientos éticos y busca darle mayor relevancia a los beneficios prácticos de compartir el código fuente. Apareció en 1998 con un grupo de personas que formaron la Open Source Initiative (OSI).

En la actualidad el software libre está en pleno proceso de implantación y de suplantación del software privativo. Si bien el uso de los sistemas operativos GNU/Linux es aún minoritario entre los usuarios de informática, están ganando terreno ante los sistemas operativos privativos por sus

19 Una licencia es aquella autorización formal con carácter contractual que el autor de un software da a un interesado para ejercer actos de explotación legales.

20 Llamadas así porque se utilizan en gran cantidad de software distribuido por los sistemas operativos BSD


ventajas inherentes (gratuidad, actualizaciones constantes, compatibilidad con el hardware, entornos libres de virus informáticos, etc.). En el campo donde el software libre le está ganando la partida al de pago es, precisamente, en lo relacionado con Internet, sobre todo con el impulso de Google (que utiliza sólo este tipo de software) y de los productos de Mozilla, esencialmente Firefox o Thunderbird. Otros campos donde también destaca este tipo de software en la ofimática (con productos emblemáticos como Openoffice.org) o en la edición de imágenes (Gimp).


22. El diálogo NorteSur. El fin de la historia

El fin de la historia

En julioseptiembre de 1989 el economista y analista político estadounidense Francis Fukuyama publicó un artículo titulado El fin de la Historia en el que sostenía que “lo que podríamos estar viendo no es sólo el fin de la Guerra Fría, o de un particular período de postguerra, sino el fin de la historia como tal: esto es, el punto final de la evolución histórica de la humanidad y la universalización de la democracia liberal occidental como la forma final de gobierno humano”. Su artículo será un punto de referencia constante para analizar la última década del siglo XX, ya que Fukuyama postulaba en el la victoria total del capitalismo.

Tras la caída del llamado socialismo real y el fin de la Guerra Fría las relaciones internacionales pasaron a estar dominadas por los postulados defendidos por el bando vencedor, es decir, por el liberalismo económico. Los Estados Unidos se convirtieron desde la caída del muro en la potencia incontestada y hegemónica desde la que irradiaba la política, la economía y las normas y pautas de todo tipo.

En noviembre de 1989 el economista estadounidense John Williamson incluyó en un documento de trabajo una lista de diez políticas que consideraba más o menos aceptadas por los grupos económicos con sede en Washington y lo tituló el Consenso de Washington, que con el tiempo se convertiría en el programa de la globalización. El listado incluía toda una serie de medidas neoliberales como:

• Disciplina fiscal y reordenamiento de las prioridades del gasto público .

• Reforma Impositiva .

• Liberalización de las tasas de interés y del comercio internacional.

• Liberalización de la entrada de inversiones extranjeras directas .

• Privatización .

Dichas medidas fueron potenciadas no sólo por los EEUU sino por los organismos internacionales más importantes, incluso por la Vieja Europa, en la que incluso se llegó a preparar un proyecto de constitución Europea de talante marcadamente neoliberal y que se aprobó en muchos de los países de la Unión Europea (entre ellos España). El colofón de esta nueva política neoliberal fue el ingreso, en 2001, de China en la Organización Mundial de Comercio (OMC). En este sentido, las políticas destinadas a frenar el cambio climático fueron dejando paso a políticas económicas agresivas y competitivas.


Los años 90 del siglo XX fueron testigos de dicha hegemonía indisimulada: al mismo tiempo que los antiguos regímenes del Este abrazaban con fervor el capitalismo y muchos de ellos ingresaban, incluso, en la OTAN, los EEUU se embarcaron en una serie de intervenciones internacionales de todo tipo, incluidas las militares, que evidenciaron el advenimiento de un nuevo orden unipolar. Todo ello cristalizó en el intento de George Walter Bush de establecer una especie de Pax Americana culminando en las intervenciones militares de Iraq y de Afganistán.

El planeta culminó de este modo uno de los ciclos económicos con mayores beneficios de la Historia para el mundo desarrollado, tutelado por la labor de policía del planeta de los EEUU. Sin embargo, esta época dorada del capitalismo global daría un vuelco el 11 de septiembre de 2001.

Las nuevas relaciones internacionales tras el Atentado a las Torres Gemelas

Los atentados del 11 de septiembre de 2001, contra el Centro Mundial de Comercio (World Trade Center) de Nueva York (conocido como Las torres Gemelas) y el Pentágono, significaron un punto de inflexión en la política internacional. Por una parte, la lucha contra el terrorismo internacional y la defensa de la seguridad nacional de los Estados Unidos se pondrán en primer plano y serán la excusa perfecta para restringir los derechos humanos en aras de garantizar la seguridad. Pero, por otro lado, reforzará el papel del Estado, que había sido puesto en cuestión en la década anterior.

Los atentados del 11 de septiembre provocaron una psicosis mundial hacia el islamismo radical, que se convirtió de la noche a la mañana en el enemigo público número uno, sobre todo después de los atentados de Madrid (11 de marzo de 2004, el11M) y de Londres (7 de julio de 2005), que constataron la capacidad de acción de las llamadas células islamistas. Esta psicosis colectiva precipitó la invasión de Afganistán para acabar con el régimen de los Talibán, que constituyó con el tiempo un serio fracaso de la política de confrontación de los EEUU y que puso de relieve la impunidad de los estados a la hora de vulnerar los derechos humanos, como se comprobó en el caso del centro de detención de Guantánamo.

Precisamente para atender dichas vulneraciones de los Derechos Humanos se llegó a crear, en 2003, la Corte Penal Internacional . El principal problema para el funcionamiento de la misma es la posición de los Estados Unidos, opuesto a su jurisdicción.

El inicio del siglo XXI se presenta como una etapa crucial en las relaciones internacionales, protagonizadas por el diálogo entre el Norte (los países ricos)


y el Sur (los países pobres). Los analistas se dividen entre los que afirman que tras el atentado de las Torres Gemelas la única solución es el diálogo entre los pueblos (lo que Zapatero llamó la alianza de civilizaciones) y los que piensan que nos encontramos ante una guerra total que amenaza con minar los pilares mismos de dicha civilización occidental. Así, mientras unos piensan que acciones impunes como las torturas de Guantánamo o las masacres del ejército israelí en Gaza sólo sirven para dar alas a los islamistas, otros piensan que la única solución es el control de fronteras y el endurecimiento de las relaciones y la intervención militar coordinada entre todas las naciones occidentales.

Sin embargo, los problemas más acuciantes hacia 2009 se derivan de la crisis económica internacional, que supuso un jarro de agua fría a las optimistas previsiones de todos los analistas económicos. La crisis, que muchos reconocen como una más de las crisis cíclicas del capitalismo, golpea con virulencia a los países más pobres y a las capas más humildes de la población, de modo que sus consecuencias pueden ser imprevisibles. El temor actual en Occidente es que la crisis económica se convierta en una crisis social, como ya sucediera en los disturbios de Francia en noviembre de 2005, cuando miles de jóvenes franceses, hijos de inmigrantes provenientes del norte de África, protagonizaron durante dos semanas una revuelta cuya manifestación más efectista fue la quema de miles de automóviles en París.

Al contrario que las tesis de Fukuyama, la Historia no sólo no ha finalizado sino que se muestra sombría e imprevisible. No sólo es la crisis económica y social la que se cierne sobre el planeta, sino que también lo hacen otros muchos problemas derivados del injusto reparto de la riqueza (como el hambre o las pandemias del área subsahariana) o de la industrialización indiscriminada, como los demostrados efectos perniciosos del cambio climático, a los que se viene a sumar otros nuevos, como la manipulación genética aplicada a la agricultura (alimentos transgénicos).

Nuestra tarea debe consistir precisamente en cambiar la Historia en beneficio de las próximas generaciones.


Bibliografía y Recursos

• FAERNA GARCIA-BERMEJO, J.M.; GOMEZ CEDILLO, A.: Conceptos fundamentales del arte. Madrid, Alianza Editorial, 2000.• BENEJAM, P., et al.: Enseñar y aprender Ciencias Sociales, Geografía e Historia en la Educación Secundaria. Barcelona, ICE-Horsori, 1997.• FATAS, Guillermo; BORRAS, Gonzalo M.: Diccionario de términos de arte y elementos de arqueología, heráldica y numismática. Madrid, Alianza, 1999.• MENÉNDEZ, M. et al.: Diccionario de Prehistoria. Madrid, Alianza, 2003.• RAMÍREZ, Juan Antonio: Historia del Arte. Madrid, Alianza, 1996-97. 4 vols.• KINDER, H.; HILGEMANN: Atlas histórico mundial. Madrid, Istmo, 1996. 2 vols.• BROWER, DANIEL R., Historia del mundo contemporáneo 19002001 Madrid, Pearson Educación, 2002• MAMMARELLA GIUSEPPE, Historia de Europa contemporánea desde 1945 hasta hoy, Barcelona,Ariel, 1995• PEREIRA, JUAN CARLOS: Historia y presente de la Guerra Fría, Madrid, Ediciones Istmo, ,1989• PAREDES,JAVIER, Historia Universal Contemporánea II: de la Primera Guerra Mundial a nuestros días, Barcelona, Editorial Ariel, 2004• VILLANI Pasquallek, La edad contemporánea, 1945 hasta hoy, Barcelona, Ed. Ariel, 1997• VILLARES Ramón y BAHAMONDE Ángel, El Mundo contemporáneo. Siglo XIX y XX. Madrid, Ed. Taurus, 2001• HOBSBAWM, E.: La era de la revolución (17891848) . Barcelona, Crítica, 2004. • HOBSBAWM, E.: Historia del Siglo XX . Barcelona, Crítica, 2004. • JOLL, J.: Historia de Europa desde 1870. Madrid, Alianza Universidad, 1983. • BUGARÍN LAGO, A.: Historia de la filosofía. León, Everest, 1999.• AROSTEGUI, J. BUCHRUCKER, C. Y SABORIDO, J. (dir.) El Mundo contemporáneo: Historia y problemas. Barcelona, Crítica (Biblos), 2001.• BERGUERON, L. FURET, F. KOSELLECK, R. La época de las revoluciones europeas, 17801848 . Madrid, Historia Universal siglo XXI, 1983. • CORRAL, A. et al: Psicología Evolutiva (2 vol.). UNED, Madrid, 2001.• CARRETERO, M. (compilador) et al.: Psicología Evolutiva 3: adolescencia, madurez y senectud. Madrid, Alianza, 1985.


Cultura y Sociedad Contemporaneas Unidades Didactic As

Documents

Transcript of Cultura y Sociedad Contemporaneas Unidades Didactic As