Cuotas de Género en Elecciones 2012.

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1 PROBLEMAS JURÍDICOS DERIVADOS DE LA REGULACIÓN DE LA CUOTA DE GÉNERO EN LAS ELECCIONES MEXICANAS DE 2012 (VERSIÓN PROVISIONAL) Dr. FERNANDO REY MARTÍNEZ CATEDRÁTICO DE DERECHO CONSTITUCIONAL UNIVERSIDAD DE VALLADOLID I. Los problemas II. Los casos III. Análisis crítico de la doctrina IV. Conclusiones prospectivas. I. LOS PROBLEMAS El objeto del presente estudio es el análisis crítico de la jurisprudencia más reciente y significativa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación mexicana (en adelante, TRIFE) en relación con las normas que establecen la cuota de género del cuarenta por ciento para las elecciones a Diputados y Senadores federales. Concretamente, se tendrá en cuenta seis decisiones, aunque todas ellas abordan cuestiones próximas y las tres últimas son gemelares porque se enfrentan a un problema idéntico 1 . No cabe ignorar que el máximo Tribunal Electoral ha optado claramente por una interpretación que pretende maximizar la aplicación práctica de la regulación legal de la cuota de género electoral, ya desde la primera y capital Sentencia de 30 de noviembre de 2011. En este sentido, tal decisión ha llegado a ser calificada como “histórica” por el Reporte Electoral 2012 del Observatorio legislativo sobre el avance de la participación política de las mujeres en México, en la medida en que ha permitido alcanzar la inédita 1 Concretamente, son: SUP-JDC 12624/2011; SUP-JDC 14855/2011; SUP-RAP 81/2012; SUP-JDC 475/2012; SUP-JDC 510/2012 y SUP-JDC 611/2012.

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Cuotas de Género en Elecciones 2012.

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    PROBLEMAS JURDICOS DERIVADOS DE LA

    REGULACIN DE LA CUOTA DE GNERO EN LAS

    ELECCIONES MEXICANAS DE 2012

    (VERSIN PROVISIONAL)

    Dr. FERNANDO REY MARTNEZ

    CATEDRTICO DE DERECHO CONSTITUCIONAL

    UNIVERSIDAD DE VALLADOLID

    I. Los problemas II. Los casos III. Anlisis crtico de la doctrina IV.

    Conclusiones prospectivas.

    I. LOS PROBLEMAS

    El objeto del presente estudio es el anlisis crtico de la jurisprudencia

    ms reciente y significativa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la

    Federacin mexicana (en adelante, TRIFE) en relacin con las normas que

    establecen la cuota de gnero del cuarenta por ciento para las elecciones a

    Diputados y Senadores federales. Concretamente, se tendr en cuenta seis

    decisiones, aunque todas ellas abordan cuestiones prximas y las tres

    ltimas son gemelares porque se enfrentan a un problema idntico1. No

    cabe ignorar que el mximo Tribunal Electoral ha optado claramente por una

    interpretacin que pretende maximizar la aplicacin prctica de la regulacin

    legal de la cuota de gnero electoral, ya desde la primera y capital

    Sentencia de 30 de noviembre de 2011. En este sentido, tal decisin ha

    llegado a ser calificada como histrica por el Reporte Electoral 2012 del

    Observatorio legislativo sobre el avance de la participacin poltica de las

    mujeres en Mxico, en la medida en que ha permitido alcanzar la indita

    1 Concretamente, son: SUP-JDC 12624/2011; SUP-JDC 14855/2011; SUP-RAP 81/2012; SUP-JDC

    475/2012; SUP-JDC 510/2012 y SUP-JDC 611/2012.

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    tasa del 36.6% de diputadas federales (184, frente a los 316 diputados),

    91 de mayora y 92 de representacin proporcional. El dato ms elocuente

    del benfico impacto de la jurisprudencia del TRIFE respecto de la igualdad

    en la participacin poltica de mujeres y hombres es que en esta legislatura,

    la LXII, hay 39 diputadas ms que en la anterior (91 frente a 52) elegidas

    por el sistema de mayora. Respecto del Senado, se ha alcanzado la

    prometedora cifra aunque menor en comparacin con la de la Cmara de

    Diputados- de 42 senadoras frente a 86 senadores, es decir, el 32.8%.

    Tampoco es posible desconocer, de entrada, los pertinaces intentos de

    no pocos actores polticos por evadir fraudulentamente la aplicacin de la

    cuota electoral de gnero por los resquicios que la regulacin legal pudiera

    ofrecer: bien sea por la va de sustituir a las candidatas que hubieran sido

    ya elegidas por sus suplentes masculinos, bien sea por el expediente de

    utilizar la excepcin de la regla del 40% prevista en la norma para los casos

    de los candidatos elegidos por el sistema mayoritario cuando hubieran sido

    propuestos a travs de algn procedimiento intrapartidista democrtico.

    Frente a cualquier pretensin de esta clase se erige como un muro la

    jurisprudencia del TRIFE, que es proclive, ms bien, a tomarse la igualdad

    de gnero electoral absolutamente en serio.

    Este sentido tan positivo, tan expansivo de la idea de igualdad entre

    mujeres y hombres, de la jurisprudencia del Tribunal no eclipsa, sin

    embargo, el hecho de que la interpretacin jurdica que ha realizado

    presenta, como se intentar mostrar, algunos aspectos vulnerables a la

    crtica. Sin duda, para evitar un indeseable activismo judicial que conduzca

    a una jurisprudencia demasiado creativa, sera interesante que el

    legislador electoral (o incluso el propio constituyente) mejoraran la calidad

    tcnica de la regulacin en examen, teniendo en cuenta, eso s, las valiosas

    argumentaciones judiciales que han intentado racionalizar o sistematizar la

    regulacin vigente: por ejemplo, exigiendo expresamente que los candidatos

    suplentes fueran del mismo sexo que los propietarios (tiene razn, por

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    ejemplo, el voto discrepante del Magistrado Galvn a la Sentencia SUP-

    JDC-12624/2011 cuando observa que la norma legal de referencia no

    establece este mandato, sino que tan slo exige de modo explcito la cuota

    electoral a los candidatos propietarios, pero no a los suplentes) o que la

    regla del 40% fuera aplicable en todos los sistemas, el proporcional, pero

    tambin el mayoritario, lo cual obligara, probablemente, a modificar

    sustancialmente (e incluso derogar) el apartado segundo del art. 219.

    La disposicin controvertida de referencia es el art. 219 del Cdigo

    Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (en adelante, COFIPE):

    1. De la totalidad de solicitudes de registro, tanto de las candidaturas a

    diputados como de senadores que presenten los partidos polticos o las

    coaliciones ante el Instituto Federal Electoral, debern integrarse con al

    menos el cuarenta por ciento de candidatos propietarios de un mismo

    gnero, procurando llegar a la paridad 2. Quedan exceptuadas de esta

    disposicin las candidaturas de mayora relativa que sean resultado de un

    proceso de eleccin democrtico, conforme a los estatutos de cada

    partido.

    El problema principal que recorre todas las decisiones del Supremo

    Tribunal Electoral tiene que ver con la interpretacin armnica de los dos

    prrafos de este precepto. Concretamente, se trata, ante todo, de

    determinar, en primer lugar, si, de acuerdo con lo dispuesto en el primer

    prrafo, los partidos y coaliciones tienen que presentar un 40% de

    candidatos no slo en las listas que se someten a un sistema proporcional,

    sino tambin en las contiendas que se ventilan por el principio de mayora,

    incluso en el caso de que hayan sido propuestos despus de un proceso de

    eleccin intrapartidista, (y, por tanto, a pesar de lo que literalmente dispone

    el prrafo segundo del art. 219), y, en segundo lugar, si esta regla del 40%

    obliga o, por el contrario, es simplemente un objetivo deseable a alcanzar

    pero no un deber en relacin con la frmula completa, es decir, no slo con

    los candidatos propietarios sino tambin con los suplentes. A falta de una

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    previsin constitucional explcita sobre las cuotas electorales y en el

    contexto de una previsin legal un tanto ambigua2, el Tribunal impone una

    determinada exgesis, favorable a la idea de la igualdad electoral de gnero,

    pero tcnicamente discutible, como tendremos oportunidad de comprobar.

    Pero a este problema de interpretacin sobre el sentido y alcance que

    quepa atribuir al art. 219 COFIPE, se une otro subyacente, de mayor calado

    terico, que remite a las propias dudas del Tribunal sobre el concepto de las

    cuotas electorales de gnero y su adecuacin con la Constitucin.

    Ciertamente, la jurisprudencia del Tribunal es plenamente coherente en

    todas sus decisiones sobre la validez constitucional de las cuotas, pero,

    como veremos, las cataloga de diversas maneras en las diversas sentencias,

    y, a veces, incluso dentro de una misma sentencia. La naturaleza jurdica de

    las cuotas electorales de gnero es una cuestin sustancial no slo desde el

    punto de vista terico, sino, sobre todo, prctico, porque, lgicamente, a

    partir de su catalogacin de una u otra manera se derivan metodologas

    argumentativas del Tribunal diferentes. De ah que tambin sea discutible,

    en ciertos casos, la oscilante y dubitativa lnea argumental que utiliza el

    Tribunal.

    II. LOS CASOS

    La Sentencia de referencia donde se establece el cuerpo de doctrina

    principal utilizado en el resto de casos es, claramente, la Sentencia SUP-

    JDC 12624/2011, de 30 de noviembre (ponente: J.A. Luna) El proceso trae

    causa de la impugnacin del Acuerdo 327/2011 del Consejo General del

    Instituto Federal Electoral (en adelante, IFE), en el que se indican los

    criterios aplicables para el registro de candidaturas a los distintos cargos de

    eleccin popular para el proceso electoral federal 2011/2012.

    Concretamente, en lo que se refiere a la aplicacin de las cuotas de gnero,

    2 Incluso gramaticalmente: parece claro que, en el primer prrafo, sobra la preposicin de inicial.

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    el punto decimotercero del Acuerdo del IFE, entre otras previsiones,

    establece dos normas que van a ser invalidadas por el TRIFE. La primera se

    refiere al sexo de los candidatos suplentes. En efecto, el Acuerdo prohiba a

    los partidos y coaliciones incluir como candidatos a diputados y senadores,

    a elegir proporcionalmente o por mayora, ms del sesenta por ciento de

    candidatos propietarios de un mismo gnero, pero, en cuanto a los

    candidatos suplentes, tan slo sugera que se procurara que fueran del

    mismo gnero que los propietarios3. El Tribunal Electoral declarar invlida

    esta previsin, exigiendo que la frmula completa, es decir, la compuesta

    por el candidato propietario y su suplente, sean del mismo sexo4.

    La segunda norma del Acuerdo del IFE particularmente discutida y

    anulada por el Tribunal alude a lo que podramos denominar excepcin

    democrtica de las candidaturas de mayora relativa (no de las sometidas

    al sistema proporcional) Como se recordar, el propio art. 219.2 COFIPE

    establece que la cuota de gnero del 40% no regir respecto de las

    candidaturas de mayora relativa que sean resultado de un proceso de

    eleccin democrtico. Pues bien, el Acuerdo del IFE va a definir qu deba

    entenderse por un proceso o procedimiento de eleccin democrtico

    intrapartidista: aqul en el que la eleccin de las candidaturas se realice de

    forma directa por la militancia del partido o por la ciudadana, o de forma

    indirecta a travs de una convencin o asamblea en que participe un

    nmero importante de delegados electos ex profeso por dicha militancia.

    Esta definicin va a ser anulada por el Tribunal Electoral.

    Veamos con mayor detalle la argumentacin que emplea el TRIFE en

    ambos casos.

    3 Literalmente, se sealaba que los partidos debern presentar como mximo 180 y 38 candidatos

    propietarios de un mismo gnero a Diputados y Senadores, respectivamente, procurando que la frmula

    completa se integre por candidatos del mismo gnero (cursiva nuestra). 4 No ignoro las diferencias culturales o antropolgicas entre los conceptos de sexo y gnero, pero

    desde el punto de vista jurdico, me parece ms precisa en este contexto la utilizacin de la palabra

    sexo, puesto que las diferencias que introduce la norma se refieren estrictamente a hombres y mujeres y

    no a todos los gneros que pudieran existir (cuestin que tampoco dista de estar clara, por cierto)

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    a) El sexo de los candidatos suplentes. La Sentencia razona que, puesto

    que la Ley electoral lo que persigue a travs de la cuota es garantizar la

    equidad de gnero, no se trata de una simple recomendacin a los

    partidos polticos, sino de una autntica obligacin tanto en el momento de

    la postulacin de candidatos, de modo que deben garantizar que al menos el

    cuarenta por ciento de los propietarios de las candidaturas al Congreso y el

    Senado sean del mismo sexo, cuanto en el del ejercicio del cargo

    representativo, para lo cual todos los suplentes que integren el cuarenta

    por ciento de las frmulas de candidatos del mismo gnero debern

    pertenecer al mismo gnero que sus propietarios. En consecuencia, lo que

    el Acuerdo del IFE considera una recomendacin, que los candidatos

    suplentes fueran del mismo sexo que los propietarios, el TRIFE lo cataloga,

    sin embargo, como una autntica obligacin jurdica. Evidentemente, detrs

    de esta comprensin se halla el benemrito intento de evitar el conocido

    fraude de ley popularmente conocido como de las juanitas.

    b) La excepcin democrtica a la cuota en el caso de los electos por el

    sistema mayoritario y no proporcional. La Sentencia encontrar que la

    definicin que el Acuerdo del IFE realiza del procedimiento democrtico

    intrapartidista a travs del cual los partidos o coaliciones podrn eximirse de

    aplicar la cuota de gnero en relacin con los candidatos a elegir por el

    sistema mayoritario vulnera lo dispuesto por el art. 219.2 COFIPE, ya que

    ste se remite, sin ms, a los estatutos de cada partido5. Habra una

    violacin del principio de reserva de ley y de jerarqua normativa porque un

    acuerdo de naturaleza reglamentaria habra contradicho claramente lo

    dispuesto en una norma de rango legal. El Tribunal constata, a partir de

    ciertos informes doctrinales aportados por la parte, que, en el plano de los

    hechos, la utilizacin por los partidos de ciertos procedimientos

    democrticos en el sentido de la definicin del Acuerdo del IFE, habra

    impactado negativamente sobre la aplicacin de la cuota electoral de

    5 El Tribunal aclara que esta previsin se refiere a los procedimientos ya existentes en los estatutos de

    cada partido, que, aunque se presumen vlidos en tanto no sean declarados judicialmente nulos (e incluso

    deben ser autorizados por el IFE), tampoco podran, por supuesto, vulnerar lo dispuesto en el marco legal.

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    gnero. Y, por tanto, y ante la inminente apertura del proceso electoral, ni

    siquiera remite al IFE la modificacin del Acuerdo en este punto, sino que

    directamente invalida la definicin de procedimiento democrtico.

    sta es, en sntesis, la ratio decidendi que emplea el Tribunal, pero la

    Sentencia introduce una interpretacin del marco legal que va mucho ms

    all y que tendr un enorme impacto posterior. En efecto, el Tribunal

    considera que la cuota de gnero del 40% es obligatoria para la

    presentacin de candidaturas (de propietarios y suplentes, como se ha

    visto) a Congreso y Senado, pero, y esta es la novedad principal (aunque se

    sostenga modestamente en forma de obiter dictum), tambin afirma que

    esta regla resulta aplicable tanto para las candidaturas de representacin

    proporcional como para las del principio de mayora relativa.

    La doctrina que el Tribunal sienta en la Sentencia SUP-JDC-12624/2011

    va a ser aplicada en el resto de casos en examen. En la Sentencia SUP-

    JDC-14855/2011, de 11 de enero de 2012 (ponente: J.A. Luna) el Tribunal

    resuelve una impugnacin de varias personas que ya haban sido elegidas

    como candidatos electorales por su partido (el PRI) contra el Acuerdo del

    Consejo General del IFE (CG 413/2011) que recoga la nueva interpretacin

    aportada por la Sentencia 12624/2011, por virtud de la cual tuvieron que

    perder tal condicin Los recurrentes alegaban una aplicacin retroactiva de

    una norma (el acuerdo del IFE) que claramente les perjudicaba, sin embargo,

    el TRIFE considera este agravio como inoperante porque, en realidad, la

    fuente de la posible lesin jurdica se hallaba no en el Acuerdo del IFE, sino

    en la propia Sentencia del TRIFE de la que aqul traa causa; y, puesto que

    las sentencias del TRIFE en materia electoral son inatacables, no habra ms

    remedio que cumplirlas. En la Sentencia SUP-JDC-14855/2011 se plantea

    un tema interesante, invocado por los recurrentes, como es el de la posible

    violacin en que incurrira la interpretacin del art. 219 COFIPE sostenida

    por el IFE y el TRIFE de la libertad de auto-organizacin de los partidos

    polticos (que, en principio, incluira el mtodo de designacin de sus

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    candidatos electorales) Este argumento guarda relacin con la objecin

    democrtica planteada por el voto discrepante del Magistrado Flavio Galvn,

    aunque apunta especficamente a lo que podramos denominar el contenido

    esencial del derecho de asociacin que tambin juega, naturalmente,

    respecto de los partidos polticos, como es el de la capacidad de auto-

    organizarse con libertad. El mximo Tribunal Electoral no aborda el anlisis

    de este argumento, sin embargo, porque no guarda relacin con el Acuerdo

    del IFE impugnado (ms adelante, en las Sentencias de 24 de abril de 2012,

    s dir algo no mucho- sobre este tema) En cualquier caso, habra que

    dejar apuntado que la libertad de auto-organizacin de las asociaciones no

    es ilimitada, y mucho menos en el caso de los partidos polticos, que, por

    cumplir tareas esenciales del proceso poltico, se ven sujetos a una

    particular exigencia de que su organizacin y funcionamiento sean lo ms

    democrticos posible.

    En la Sentencia SUP-RAP-0081/2012, de 14 de marzo (ponente: M.

    Gonzlez Oropeza) se ventila un recurso de apelacin promovido por el PAN

    contra el Acuerdo del Consejo General que incorpora los criterios sentados

    por el TRIFE en su Sentencia 12624/2011 (el Acuerdo 413/2011, el mismo

    que se impugna en la Sentencia ltimamente comentada) El sentido del fallo

    tambin va a ser confirmatorio del Acuerdo del IFE y, en definitiva, de la

    doctrina que el propio TRIFE establece en la Sentencia 12624/2011. Pero la

    Sentencia SUP-RAP-0081/2012 va a plantear un tema interesante, como es

    el de la eventual incompatibilidad de la nueva interpretacin del Tribunal

    respecto del mtodo extraordinario de seleccin de candidatos por

    designacin directa de la directiva del partido en algunas circunstancias,

    entre otras, precisamente, la de dar cumplimiento a la regla de la cuota de

    gnero. A juicio de los recurrentes, este mtodo ya habra sido considerado

    ilegal por una Sentencia anterior del TRIFE (SUP-JDC-10842/2011), y esto

    supondra una inaplicacin implcita del art. 219.2 COFIPE.

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    El Tribunal no comparte esta argumentacin. En la Sentencia

    10842/2011 no se invalida, en general, este mtodo extraordinario (y, por

    tanto, sujeto a lmites y condiciones) que tiene el PAN de designacin

    directa de los candidatos electorales, sino el hecho de que, en ese caso

    concreto, la directiva no haba justificado de modo suficiente las razones de

    su decisin. Y por ese motivo y no por otro la Sala Superior orden revocar

    los acuerdos de designacin directa de candidatos que haban adoptado los

    rganos directivos del PAN. De modo que se admite el mtodo

    extraordinario de designacin directa de candidatos, pero siempre que se

    justifique persuasivamente.

    Como se ha indicado, las Sentencias SUP-JDC-0475/2012 (ponente:

    P.E. Penagos), SUP-JDC-0510/2012 (ponente: M.C. Alans) y SUP-JDC-

    611/2012 (ponente: P.E. Penagos), todas de la misma fecha, 24 de abril de

    2012, tienen una estructura gemelar porque responden a un conflicto

    sustancialmente idntico6: candidatos que ya haban sido designados por un

    mtodo democrtico en el interior del propio partido (PAN, PRI y PRD,

    respectivamente) y que posteriormente se ven despojados de su condicin

    para poder cumplir con la regla de la cuota electoral de gnero tal como es

    interpretada en la Sentencia 12624/2011 del TRIFE y fiscalizada en su

    aplicacin prctica por el IFE. Evidentemente, el Tribunal confirmar con

    contundencia su doctrina rechazando los recursos. Pero estas sentencias

    tienen un enorme inters porque los recursos estn slidamente planteados

    y esto obliga al Tribunal a profundizar en su argumentacin, reflexionando,

    por ejemplo, sobre la naturaleza jurdica de la cuota electoral de gnero, o

    intentando realizar un esbozo de juicio de proporcionalidad para justificarla.

    6 Pese a lo cual la argumentacin es algo diferente. La Sentencia de la Magistrada M.C. Alans es, en mi

    opinin, la ms depurada tcnicamente. Sin embargo, me parecera ms lgico (y elegante) que en

    supuestos como estos la primera de las Sentencias contuviera la doctrina general a la que se remitiera, sin

    transcribirla de nuevo, el resto de Sentencias. Como ms abajo sealar, el estilo de escritura de las

    Sentencias me parece, en estas y otras ocasiones, demasiado prolijo y repetitivo, lo cual fragiliza la

    claridad y seguridad jurdicas exigibles a las decisiones judiciales.

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    Podramos, quiz, resumir los argumentos principales de estas tres

    sentencias en tres puntos (fijndonos, sobre todo, en la primera de ellas, la

    0475/2012):

    1) La cuota de gnero, alegan los recurrentes, vulnera el principio

    democrtico de la Constitucin mexicana. Se trae, pues, la tesis del

    pertinaz voto discrepante del Magistrado F. Galvn, aunque se precisa ms

    porque se concreta esa vulneracin en tres aspectos: la cuota de gnero

    dejara sin efectos los procedimientos de seleccin de candidatos (el art.

    219.2 COFIPE); limitara indebidamente el derecho de sufragio pasivo (el

    derecho a ser votado); y, por ltimo, creara un desequilibrio entre hombres

    y mujeres produciendo desigualdad y discriminacin de gnero. As pues, el

    Tribunal se enfrenta a una potente impugnacin directa de la regla de la

    cuota de gnero y de su propia doctrina sobre ella.

    El TRIFE considera infundado el alegato de la posible violacin del

    principio democrtico mexicano sosteniendo que la cuota de gnero es una

    accin afirmativa cuyo objetivo implcito (puesto que formalmente se

    refiere a ambos sexos sin diferencia alguna) es fomentar la participacin

    poltica de las mujeres (en los mbitos electoral y de representacin

    parlamentaria) tanto para reflejar en la mayor medida posible el porcentaje

    efectivo de poblacin de mujeres y hombres que existen en la sociedad

    mexicana, como para que las decisiones que se adopten incluyan los

    deseos, aspiraciones y anhelos y el sentir de ambos gneros. Esta

    afirmacin es interesante porque aporta una definicin de la naturaleza

    jurdica de la cuota y un intento de justificacin material (ms all de la

    formal: estar recogida en la Ley electoral) El Tribunal no profundiza en la

    justificacin, pero s respecto de la naturaleza de la cuota electoral, a la que

    define (adems de cmo accin afirmativa), como discriminacin

    positiva porque toma en consideracin aspectos como el sexo.., que

    comnmente son criterios prohibidos para hacer las distinciones (de trato) y

    el beneficio que se concede a ciertas personas tiene como forzosa

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    contrapartida un menoscabo para otras; y tambin la define como

    discriminacin inversa porque si bien, formalmente, busca la equidad de

    los gneros, materialmente establece medidas dirigidas a favorecer a uno de

    los gneros que se encuentra subrepresentado en los rganos de

    representacin poltica con el fin de eliminar o reducir las desigualdades de

    tipo poltico que les afecta, con el propsito ltimo de acatar la equidad de

    gnero como base fundamental del sistema democrtico. Un elemento a

    tener en cuenta de la caracterizacin terica que efecta el Tribunal es la

    finalidad que reconoce a la cuota electoral de garantizar un mnimo de

    participacin poltico-electoral de individuos que por razn de gnero se

    encuentran desfavorecidos social y culturalmente para acceder a las

    candidaturas de los partidos polticos y, en consecuencia, a los rganos de

    representacin popular. Es decir, a juicio del TRIFE, la cuota electoral

    revela un carcter compensatorio, corrector, reparador y defensor en

    beneficio de un sector de la poblacin que histricamente en el plano

    poltico se ubica en condiciones de inferioridad.

    Todo este marco terico de las cuotas ser analizado ms adelante, pero

    no me resisto a avanzar que se trata, en mi opinin, de una categorizacin

    poco cuidada desde el punto de vista dogmtico; hay una superposicin de

    ideas, tomadas de aqu y de all, no siempre armnicas; el razonamiento

    judicial procede en este punto por acumulacin o amontonamiento de

    argumentos; sobra texto y falta algo de reflexin, manca finezza.

    En cualquier caso, esta comprensin de la cuota electoral le permite al

    Tribunal desestimar la tesis de su contradiccin con el principio democrtico

    y de igualdad. Evidentemente, su objetivo es justo el contrario. En este

    sentido, las Sentencias traen a colacin diversas normas internas (la Ley de

    igualdad entre mujeres y hombres, de 2 de agosto de 2006, por ejemplo) e

    internacionales (destacadamente, la Convencin de Naciones Unidas para la

    eliminacin de todas las formas de discriminacin contra las mujeres, pero

    tambin la Convencin de San Jos o el Pacto Internacional de Derechos

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    Civiles y Polticos), aunque llama la atencin el escaso apoyo que se busca

    en el derecho de igualdad entre mujeres y hombres reconocido

    expresamente en el texto constitucional mexicano (tambin se cita, un

    tanto incidentalmente, una Sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la

    Nacin, la que resuelve la accin de constitucionalidad 2/2002, que declar

    conforme a la Constitucin la regulacin de la cuota electoral)

    Las Sentencias concluyen, pues, que las acciones afirmativas son

    constitucionalmente admisibles por nuestro ordenamiento jurdico, por lo

    cual es posible apelar a los gneros para aminorar el efecto nocivo de las

    prcticas sociales que han ubicado a uno de los gneros en posiciones

    desfavorables. El art. 219 COFIPE hace alcanzar la igualdad sustancial y

    no slo la igualdad formal establecida en el art. 1 y 4 de la Constitucin

    federal. Y, por ello, la citada disposicin no vulnera el principio de no

    discriminacin, sino que, por el contrario, pretende eliminar la discriminacin

    que pudiera estar presente en el mbito poltico en razn al gnero. Ms

    an, el Tribunal llega a afirmar, un tanto exageradamente porque no en

    todos los Estados democrticos hay regulacin de cuotas, que no es

    posible considerar que se est en presencia de elecciones democrticas si

    no se respeta la cuota de gnero, pues sta se traduce en una afectacin

    de los principios de equidad e igualdad de oportunidades en materia poltico-

    electoral.

    Ahora bien, alcanzada esta conclusin, el Tribunal no se detiene en ella.

    Ha observado que la cuota electoral de gnero cumple una finalidad

    constitucional, la igualdad entre mujeres y hombres, en este caso en el

    mbito de la participacin poltica, pero esto no le parece suficiente para

    confirmar su validez. Sin explicar muy bien por qu, y sin sealarlo

    expresamente, la Sentencia pasa a realizar un juicio de proporcionalidad

    aplicado a la cuota electoral. Un juicio as slo tiene sentido para evaluar si

    algn lmite de un derecho fundamental es o no vlido; para ello se examina

    si persigue una finalidad constitucionalmente establecida, si es idneo, si es

  • 13

    necesario o indispensable y si es proporcional en sentido estricto (que las

    ventajas del lmite supere a los inconvenientes) En otras palabras, despus

    de sostener que la cuota electoral es una manifestacin de un derecho

    constitucional, la igualdad entre mujeres y hombres, el Tribunal pasa a

    considerar, sin decirlo expresamente, que, ms bien, la cuota es un lmite

    de derechos fundamentales, sin precisar tampoco de cul o cules. En este

    punto, la argumentacin del Tribunal se fractura inevitablemente.

    Por supuesto, el anlisis del TRIFE hace superar el normalmente

    astringente juicio de proporcionalidad: la cuota tiene una finalidad

    constitucional (la igualdad sustancial constitucional en relacin con el

    gnero), es idnea (porque fomenta la participacin equitativa en los

    procesos electorales), es indispensable (porque en las actuales

    circunstancias, no se conoce otra medida que, ajustndose a las exigencias

    democrticas de equidad de gnero en el mbito poltico electoral, resulte

    ms eficaz que el reconocimiento de las cuotas) y es proporcionada en

    sentido estricto (ya que no sacrifica derechos y principios que tengan un

    mayor peso que los que pretende satisfacer con su implementacin). En

    las Sentencias (sobre todo en las que tienen como ponente al Magistrado

    Penagos) se vuelve a repetir el examen de proporcionalidad en otro

    momento de la argumentacin, para alcanzar el mismo resultado, claro.

    Desde el punto de vista de la forma de las sentencias, es evidente que esta

    tcnica que podramos denominar de muecas rusas (puesto que cuando

    ya pensamos que tenemos la idea, vuelve a surgir, sin embargo, una

    argumentacin semejante ms adelante) carece de sentido. Es verdad que la

    segunda vez en la que se trae el juicio de proporcionalidad no se hace en

    relacin con las cuotas en general, sino con el acto de la directiva del

    partido que, aplicando la doctrina del TRIFE, rectifica decisiones ya tomadas

    sobre candidatos para poder cumplir el porcentaje exigido por la cuota, pero

    la redundancia es palmaria. Eso s, en la repeticin, el Tribunal s menciona,

    sin profundizar mucho en esta idea, que el principio democrtico de equidad

    de gnero de la que es expresin la cuota electoral estara en contradiccin

  • 14

    con el derecho de los ciudadanos o de los militantes a acceder a una

    candidatura. He aqu identificado, pues, el derecho fundamental para el

    cual la cuota electoral sera un lmite y de ah la necesidad de superar el

    juicio de proporcionalidad. En el siguiente epgrafe retomaremos el anlisis

    crtico de esta construccin del marco terico de la cuota electoral.

    2) Un segundo elemento de impugnacin remite al problema, que ya

    hemos expuesto antes, de que los candidatos recurrentes haban resultado

    electos mediante un proceso de eleccin democrtico en el seno del propio

    partido, aplicando el art. 219.2 COFIPE. El Tribunal se remite a su doctrina

    de la Sentencia 12624/2011 para declarar infundada esta objecin. Los

    partidos polticos tienen que establecer mecanismos que aseguren el

    cuarenta por ciento mnimo de mujeres y hombres en las listas electorales,

    tambin en el sistema mayoritario y no slo en el proporcional; en

    consecuencia, los partidos tienen que rectificar sus listados de candidaturas

    para acomodarse a esta interpretacin del marco legal.

    Los recurrentes alegaban derechos adquiridos, en virtud del principio de

    irretroactividad de la ley respecto de la restriccin de derechos, pero el

    Tribunal tambin considera infundado este argumento. Y lo hace

    sosteniendo, muy atinadamente a mi juicio, que, en puridad, los recurrentes

    no tenan un autntico derecho subjetivo a ir en las listas electorales, sino

    tan slo una expectativa, que puede ceder por causas debidamente

    justificadas, como es, precisamente, cumplir la normativa sobre cuotas

    electorales de gnero. sta me parece una idea central, con la que estoy

    plenamente de acuerdo. Ahora bien, si los impugnantes no tienen un

    autntico derecho fundamental, sino tan slo una expectativa, entonces es

    necesario concluir que la cuota electoral que les impide presentarse en las

    listas no lesiona, en realidad, derecho alguno. Y, por tanto, no hara falta

    aplicar en este caso el principio de proporcionalidad. En otras palabras, el

    Tribunal no relaciona adecuadamente estos dos argumentos de la misma

  • 15

    Sentencia; si lo hubiera hecho, todo su razonamiento sobre la validez de la

    cuota debera haber sido sensiblemente diferente.

    3) Por ltimo, el Tribunal examina, aunque someramente, la objecin de

    que la normativa de cuotas, tal y como es interpretada por el Tribunal,

    vulnera el principio de libre auto-organizacin de los partidos. Se considera

    infundado este agravio porque el derecho de auto-organizacin de los

    partidos no les autoriza a incumplir con la normatividad electoral vigente,

    entre las que se cuentan las normas relativas a la igualdad de oportunidades

    en el acceso a cargos pblicos y la equidad de gnero, as como las cuotas

    correspondientes.

    III. ANLISIS CRTICO DE LA DOCTRINA

    En la exposicin de los casos ya hemos ido sealando algunos problemas

    del marco terico empleado por el Tribunal. En general, es ms convincente

    la voluntad de ste de tomar en serio la aplicacin de la regulacin legal de

    las cuotas que el modo en que lo defiende. Concentrar mi anlisis en tres

    puntos: en los aspectos formales de la argumentacin del Tribunal, en el

    tema de su interpretacin del art. 219 COFIPE y en el espinoso asunto de la

    naturaleza jurdica de la cuota electoral de gnero.

    A) La forma de las Sentencias. A mi juicio, se trata de textos

    excesivamente largos. Creo que a veces se confunde la extensin con la

    intensidad de la argumentacin, pero no siempre coinciden. Una sentencia

    extensa no se convierte slo por ello en buena, puede ser tan slo una

    sentencia extensa mala. No es el caso de las sentencias en examen, que

    son largas y contienen una argumentacin contradictoria a veces y

    discutible otras, pero son interesantes, razonables y consistentes. Slo que

    ms breves seran mejores. Adelgazando el texto, ganaran peso.

  • 16

    La argumentacin de las Sentencias, como se ha ido indicando, se

    presenta en ocasiones de modo desordenado. Verbigracia, no tiene sentido

    reiterar el examen del juicio de proporcionalidad en dos momentos del

    mismo texto (es lo que he llamado la tcnica de las muecas rusas). Pero

    es peor exponer argumentos en la misma sentencia y no relacionarlos para

    mejorar el mtodo interpretativo, como tambin se hace, en los trminos

    expuestos, en la Sentencia SUP-JDC-0475-2012 y concordantes. Tampoco

    las citas de sentencias (incluso extranjeras, como la que se hace del

    Tribunal Constitucional espaol en la Sentencia 0510/2012) y de normas se

    hace siempre con la precisin requerida (por ejemplo, no se seala el

    nmero y ao de la Sentencia del Tribunal espaol mencionada; a

    continuacin se recuerda la Sentencia de la Corte Suprema Federal

    estadounidense Bush v. Vera, que no se refiere, en realidad, a un asunto de

    cuota de gnero; y en ambos casos, ya puestos a traer sentencias

    extranjeras, las habra mejores) Asimismo, sorprende la escasa relevancia

    que se presta, como parmetro de referencia, al texto constitucional frente

    a otros textos jurdicos.

    En ocasiones, da la impresin de que la sentencia se va componiendo por

    partes, como una especie de patchwork no siempre armnico. Como

    tambin se ha indicado, en el caso de las tres sentencias semejantes,

    hubiera sido probablemente ms oportuno haber acuado un solo cuerpo de

    doctrina principal para remitirse a ella. Por supuesto, tambin hay

    contradicciones tericas (incluso dentro de una misma Sentencia), pero de

    esto me ocupar ms adelante.

    B) La interpretacin del art. 219 COFIPE.

    El Tribunal sienta una interpretacin del art. 219 COFIPE en la Sentencia

    SUP-JDC-12624/2011 de enorme impacto poltico (y conflictividad jurdica,

    como se ha visto) Pero es preciso observar que el art. 219.2 COFIPE

    tambin podra interpretarse en relacin con el primer apartado de ese

  • 17

    mismo artculo de otras maneras. Podra considerarse, por ejemplo, que el

    art. 219.2 COFIPE es una excepcin del art. 219.1 no sujeta a lmite

    alguno, es decir, que en los supuestos de candidaturas de mayora relativa

    que fueran resultado de un proceso de eleccin democrtico, de acuerdo

    con los estatutos del partido respectivo, no juega la regla de la exigencia del

    cuarenta por ciento como mnimo de candidatos de un mismo gnero.

    Esta interpretacin abrira la puerta, evidentemente, a una disolucin de

    la eficacia prctica de la cuota electoral de gnero. La excepcin podra

    llegar a ser tan importante o ms que la propia regla. El significativo

    incremento del nmero de representantes mujeres en la eleccin de 2012,

    como consecuencia de la negativa del TRIFE a aceptar tal interpretacin, lo

    demuestra. Sin embargo, el voto discrepante del Magistrado Flavio Galvn

    en todos las sentencias examinadas se fundamenta precisamente en el

    hecho de que imponer la regla de la cuota incluso por encima de los

    procedimientos internos y democrticos del partido para decidir quines

    deben ser sus candidatos en la eleccin por el sistema de mayora

    contraviene el principio democrtico, que es central en el ordenamiento

    constitucional. Esta objecin puede superarse si se considera la finalidad de

    la regulacin legal (con cobertura en el principio constitucional de igualdad

    entre mujeres y hombres), que es lograr la equidad electoral de gnero, y,

    sobre todo, si no se ignora que la representacin electoral equilibrada de

    mujeres y de hombres no slo no se contrapone al principio democrtico,

    sino que es una de sus indispensables manifestaciones.

    La representacin poltica en las democracias contemporneas, ms all

    de la terica reduccin de la complejidad social al abstracto y neutro

    concepto de ciudadano, pretende, en el plano de los hechos, reflejar

    simultneamente diferentes situaciones o sensibilidades polticamente

    significativos: la edad, por ejemplo (y no deja de resultar curioso advertir

    cmo las cuotas electorales juveniles no presentan el mismo grado de

    conflictividad que las cuotas de gnero), o la pertenencia a una minora

  • 18

    tnica, o a una familia u otra del partido, o al medio rural o urbano, etc.

    En la terriblemente competitiva lucha por el escao se privilegian unos u

    otros aspectos; concurren, de hecho, diversas cuotas o fracciones del

    cuerpo electoral. No extraa, por ello, que el legislador electoral, o incluso a

    veces el mismo constituyente, introduzcan requisitos o condiciones de

    elegibilidad (nacionalidad, edad, gnero, criterios territoriales, etc.), sin que

    de ello se derive necesariamente una restriccin del principio democrtico,

    sino todo lo contrario, en la medida en que el objetivo es, justamente, que

    la representacin poltica refleje de manera ms fidedigna, con mayor

    calidad, como un espejo, la enorme y creciente complejidad social. De

    manera que las cuotas electorales de gnero, como otras que quiz

    pudieran establecerse en funcin de las necesidades o aspiraciones de una

    sociedad concreta, son una expresin del principio democrtico y no su

    excepcin.

    El juego de la regla/excepcin de los dos prrafos del art. 219 COFIPE

    puede ser interpretado de maneras harto diferentes y el TRIFE opta por una

    de ellas (aunque tambin podra discutirse la validez de la creacin judicial

    de un lmite a una regulacin legal bastante clara que no lo alberga) Ahora

    bien, entrando en el anlisis de contenido de la interpretacin judicial,

    tampoco se puede pasar por alto el hecho de que as como la tesis de que

    el art. 219.2 COFIPE introduce una excepcin sin lmites de la regla de la

    cuota de gnero del art. 219.1 COFIPE, con el peligro, pues, de que el

    prrafo segundo absorba al prrafo primero de ese mismo precepto,

    tambin es verdad que la tesis del TRIFE segn la cual la regla del 40% rige

    para los dos sistemas de eleccin, el proporcional y el mayoritario, limita

    drsticamente el contenido al prrafo segundo del art. 219 COFIPE, que se

    ve absorbido por el prrafo primero. Personalmente, me gusta lo que ha

    concluido el TRIFE, pero no estoy seguro de que el art. 219 pueda leerse

    correctamente en Derecho as porque el art. 219 (sobre todo en su prrafo

    segundo) parece decir otra cosa. A mi juicio, el voto discrepante hubiera

    tenido mayor consistencia si en vez de apelar a la eventual contradiccin

  • 19

    con el principio democrtico, hubiese efectuado una interpretacin

    sistemtica de ambos prrafos del art. 219 COFIPE para concluir que la

    interpretacin mayoritaria del TRIFE limita radicalmente los efectos del

    prrafo segundo de esa disposicin (no los anula, porque el art. 219.2

    podr seguir siendo aplicado por los partidos, pero sujeto a un estricto

    lmite, no previsto por la Ley: los partidos debern presentar como mnimo,

    para la eleccin por el sistema de mayora relativa, a 120 candidatos para

    diputados y 26 candidatos para senadores de un mismo sexo)

    De ah tambin el inters terico de lo que podramos denominar una

    tercera va exegtica que intenta superar la contradiccin de las dos ya

    expuestas y sus debilidades tericas (hacer brillar tanto uno u otro de los

    dos prrafos del art. 219 como para dejar en la penumbra al otro) que es la

    que propone el Magistrado Manuel Gonzlez Oropeza en su voto

    concurrente a la Sentencia de 30 de noviembre de 2011. En efecto, para

    este Magistrado, los dos prrafos del art. 219 COFIPE deben ser

    interpretados conjuntamente y por ello el porcentaje del cuarenta por ciento

    mnimo de cada gnero debe garantizarse; ahora bien, si, en virtud del art.

    219.2 COFIPE, los candidatos de mayora postulados por un partido que

    hayan sido electos por un procedimiento interno del partido democrtico no

    alcanzan ese porcentaje, entonces deber ajustarse al alza la lista de

    candidatos de representacin proporcional para, finalmente, conseguirlo.

    sta interpretacin me parece, en buena tcnica jurdica (atendiendo a los

    criterios exegticos literal, sistemtico y teleolgico), la mejor en relacin

    con el marco normativo vigente, porque salva de modo equilibrado el juego

    de regla y excepcin de los dos prrafos del art. 219 COFIPE. Otra cosa es

    que la redaccin del art. 219.2 COFIPE tenga mucho sentido. Quiz habra

    que derogar expresamente el prrafo segundo. Como la regulacin legal es

    la que es, sin embargo, el TRIFE la ha invalidado de facto, pero de una

    manera un tanto oblicua, introduciendo una limitacin no prevista por la

    norma.

  • 20

    C) La naturaleza jurdica de las cuotas. Tambin alguna cosa ya se ha ido

    diciendo en este punto, sobre todo en relacin con la Sentencia SUP-JDC-

    0475/2012 y concordantes. Pero es el momento de abordar el asunto

    directamente. Ceir el anlisis a dos puntos.

    a) La jurisprudencia analizada del Tribunal ha tenido algunas dudas y

    contradicciones sobre la finalidad de las cuotas en beneficio o no de las

    mujeres. En efecto, una de las primeras afirmaciones de la Sentencia

    12624/2011 es que la cuota de gnero no tiene como finalidad proteger

    primordialmente a un gnero sobre otro protege la igualdad de

    oportunidades y la equidad de gnero en la vida poltica del pas sin

    favorecer a un gnero u otro en particular; es decir, lo que procura es un

    equilibrio razonable entre ellos Esta tesis se reitera en varios pasajes de la

    Sentencia. Pero en esa misma decisin, ms adelante, se aboga por una

    interpretacin con perspectiva de gnero que otorgue la proteccin ms

    amplia posible a la igualdad real en lo poltico electoral entre hombres y

    mujeres Es decir, se matiza en la propia Sentencia la primera visin que

    podramos llamar asexuada de la cuota electoral de gnero, ya que la

    simple alusin a la igualdad real evoca la situacin fctica de desigualdad

    de las mujeres en este campo en comparacin con los hombres.

    Posiblemente, intentando mitigar el carcter de trato diferencial favorable de

    las cuotas electorales, la Sentencia 12624/2012 intentaba evitar los

    problemas derivados de su justificacin. Pero es difcil, sino imposible,

    comprender una regulacin como una cuota electoral de gnero sin tener en

    cuenta la perspectiva de gnero. Por ello no sorprende que las Sentencias

    0081/2012 y concordantes abandonen este enfoque sex blind del problema

    y abiertamente reconozcan su carcter de trato diferente y favorable para

    las mujeres. Me remito a afirmaciones del Tribunal antes transcritas en este

    texto (al calificar a la cuota como accin afirmativa, discriminacin positiva

    e inversa) Aunque las dudas sobre este aspecto no se disipan del todo

    porque en la misma Sentencia 0081/2012 se sigue constatando que el

    establecimiento de las cuotas de gnero no sacrifica derechos y principios

  • 21

    que tengan un mayor peso que los que pretende satisfacer su

    implementacin ya que su efecto es bidireccional en cuanto el cuarenta

    por ciento se refiere a uno y otro sexo; pero a continuacin se aade el

    matiz de que no cabe desconocer que esta medida tiene por objeto

    privilegiar el acceso a la candidaturas del gnero que se encuentre en

    desventaja.

    Cmo se puede, pues, resolver la dificultad que entraa calificar una

    medida que se establece de modo idntico para ambos sexos (la cuota

    mnima del cuarenta por ciento se refiere a hombres y mujeres por igual; en

    el futuro, quiz, podra impedir que hubiera un porcentaje pequeo de

    hombres en la vida poltica), pero que, al mismo tiempo, pretende garantizar

    del modo ms eficaz posible la participacin poltica de las mujeres (es

    evidente que el legislador no trata con ella de asegurar la presencia de los

    varones en las instituciones polticas)? Este problema conecta con el

    segundo punto que me gustara abordar.

    b) El Tribunal, como se ha expuesto, denomina a la cuota electoral

    (adems de como regla bidireccional atinente al equilibrio de

    representacin entre los dos sexos) como accin afirmativa,

    discriminacin positiva y discriminacin inversa. Estas categoras son

    especialmente discutidas en sede doctrinal. As como parece existir un

    acuerdo amplio entre los especialistas sobre el concepto de igualdad de

    trato, que comprende la prohibicin de las discriminaciones directas o de

    trato y las indirectas o de impacto, las dudas se disparan en torno al

    concepto de igualdad de oportunidades en el que cabra incluir todos los

    conceptos antes sealados. Hay dudas, por ejemplo, sobre si la idea de

    accin afirmativa es equivalente a la de discriminacin positiva;

    tampoco hay estudios concluyentes sobre las coincidencias o diferencias

    entre las discriminaciones positivas y las inversas. Tampoco falta quien

    discute la propia terminologa. A los simples efectos de comentar las

    sentencias, propondr la siguiente interpretacin, que he expuesto en otros

  • 22

    lugares con mayor detenimiento: el concepto de accin afirmativa

    equivaldra al de igualdad de oportunidades, que, a su vez, comprendera

    dos categoras, la de discriminacin positiva (que considero equivalente a

    la de discriminacin inversa), pero tambin (y esta nocin no es

    considerada por el mximo Tribunal electoral) la de accin positiva. Una

    accin positiva es un trato diferente y favorable a los miembros de un

    colectivo que de hecho sufran algn tipo de desventaja poltica, social o

    econmica. Los Estados democrticos contemporneos no cuestionan la

    validez jurdica de las acciones positivas porque este tipo de tratos jurdicos

    diferentes y favorables hacia los grupos en desventaja encajan en la idea,

    normalmente de rango constitucional, de igualdad material, real o de

    oportunidades. Las acciones positivas son la medida misma de lo que se

    denomina Estado social. Una beca de estudios a un chico de una familia

    de escasos recursos es una accin positiva, por ejemplo.

    Ahora bien, las discriminaciones positivas son un concepto diferente

    de las acciones positivas porque implican un trato diferente y favorable

    hacia los grupos sociales en desventaja (hasta aqu coinciden con las

    acciones positivas), pero que, al mismo tiempo, en un contexto de especial

    escasez de los bienes sociales a repartir (puestos de trabajo, plazas de

    universidad, etc.), provocan un dao concreto a una persona o varias del

    grupo social mayoritario.

    Admitido esto, cmo podramos calificar a las cuotas electorales de

    gnero? Ya hemos visto que el Tribunal las identifica como medidas de

    discriminacin positiva o inversa. Pero, es esto as? Por supuesto, puede

    sostenerse razonablemente esa tesis. La cuota electoral pretende asegurar

    la participacin poltico-electoral de las mujeres, pero, al mismo tiempo, ha

    producido un dao concreto en todos los recurrentes, que, a pesar de haber

    sido elegidos democrticamente en el seno de sus propios partidos, han

    visto cmo sus candidaturas declinaban por aplicacin de la cuota electoral

    de gnero. A partir de ah, el Tribunal considera que este dao, esta

  • 23

    limitacin de derechos, se halla, sin embargo, plenamente justificada por

    perseguir una finalidad constitucional, ser adecuada, indispensable y

    proporcionada. Se supera el juicio de proporcionalidad. Asunto resuelto.

    Ya hemos visto, empero, que este modo de razonar no est exento de

    problemas. Uno muy importante es que, correctamente, creo, el Tribunal no

    considera que se halla lesionado derecho alguno a los recurrentes porque no

    hay un derecho subjetivo (y menos fundamental) a ir en las listas, sino tan

    slo una expectativa de derecho. Si esto es as, como se ha indicado, la

    aplicacin del juicio de proporcionalidad a la cuota carece de sentido. Y si

    esto es as, la propia calificacin de la cuota como una medida de

    discriminacin positiva o inversa pierde sentido, porque ya no hay dao, o,

    para ser ms precisos, ya no hay dao a un derecho que sea jurdicamente

    insoportable. Ms an. Si se observa bien, puede constatarse que, en

    cualquier caso, el dao proviene, en realidad, de la interpretacin que el

    Tribunal lleva a cabo del art. 219 COFIPE, no de la existencia de la cuota en

    s. El problema no es que haya que presentar un cuarenta por ciento de

    candidatos de cada sexo como mnimo, sino que haya que hacerlo incluso

    cuando a los candidatos se los ha elegido de modo democrtico en el propio

    partido para competir por el sistema de mayora relativa, esto es, el

    problema proviene del lmite no previsto por el art. 219.2 COFIPE que el

    mximo Tribunal electoral introduce (cuando el proceso electoral ya se

    haba iniciado, adems, cambiando las reglas del juego cuando el partido ya

    se estaba jugando es de prever que en las prximas elecciones no se

    presentarn problemas como los generados por la Sentencia 12624/2011

    porque los partidos se ajustarn a ella desde el principio)

    La cuota electoral de gnero mexicana es una medida formalmente

    neutra en cuanto al sexo, pero, desde un punto de vista teleolgico y

    material, es evidente que persigue la igualdad poltica real de las mexicanas.

    Ahora bien, descartado que sea una discriminacin positiva, se trata de

    una accin positiva? Para calificarla as se erige como un obstculo esencial

  • 24

    el hecho de que no consiste en un trato jurdico diferente y ms favorable

    para las mujeres en comparacin con los hombres. Entonces, si no es una

    discriminacin positiva ni una accin positiva, qu es?

    Para responder a esta pregunta, que es verdaderamente central, tenemos

    que enfocar las razones que explican su aplicacin. Las mujeres son la

    mayora de la poblacin mexicana y no hay obstculo formal, es decir, trato

    jurdico diferente y peyorativo, que las impida convertirse en representantes

    en idnticas condiciones que los mexicanos varones. Por este motivo,

    tampoco me resulta convincente la conexin que trazan las Sentencias

    0475/2012 y concordantes entre las cuotas electorales y los grupos

    desfavorecidos social y culturalmente o que se hallan en condiciones de

    inferioridad. El problema de las cuotas no remite a un problema de una

    minora (las mujeres son la mayora), ni de una minora en desventaja (no

    todas las mujeres estn en esa situacin). No se trata de un problema de

    igualdad de oportunidades sociales o econmicas; no es un problema del

    Estado social. Es, ms bien, un problema del Estado democrtico porque a

    lo que intenta dar respuesta la cuota electoral es al dficit de ciudadana (un

    dficit democrtico, por tanto) que sufren las mujeres a causa de la

    presencia de estereotipos honda e histricamente arraigados en la sociedad

    que las confinan a los mbitos privados de la existencia y al cuidado de los

    suyos y las expulsan de los escenarios pblicos, entre ellos, de modo

    destacado, el de la participacin poltica (aunque habra que decir de la

    participacin poltica formalizada y de mayor prestigio, porque las mujeres

    mexicanas son las que ms participan en otros espacios de convivencia

    pblicos y sociales: el barrio, la escuela, etc. espacios que pueden

    considerarse una extensin del hogar)

    As pues, el punto de partida del Tribunal podra haber sido el de la

    constatacin (incluso con cifras y datos) de la ciudadana debilitada que

    sufren de hecho las mujeres mexicanas. Cmo llamamos en Derecho

    Antidiscriminatorio a estas situaciones en las que no hay diferencias de

  • 25

    trato jurdicas, formales y expresas, entre mujeres y hombres, pero que, de

    hecho, por la diversa situacin fctica en que se encuentran mujeres y

    hombres (por la vigencia de los estereotipos sociales) ante la aplicacin de

    la regulacin normativa, se producen resistencias severas, un suelo

    pegajoso para avanzar en la igualdad real entre ellos (y es evidente que no

    habr igualdad real mientras no haya un nmero de representantes que

    refleje aproximadamente el porcentaje de mujeres y de hombres que hay en

    la sociedad)? A esto lo denominamos discriminaciones indirectas o de

    impacto, que es una clase de la llamada discriminacin por

    indiferenciacin7. Discriminamos si tratamos jurdicamente de modo idntico

    a dos situaciones que son de hecho diferentes. Visto desde esta

    perspectiva, la cuota electoral de gnero podra considerarse un remedio o

    medida o garanta para evitar o corregir una discriminacin indirecta, la

    ciudadana debilitada de las mujeres. En ese caso, se tratara de una medida

    de igualdad de trato (o prohibicin de discriminacin) ms que de igualdad

    de oportunidades, aunque polticamente (no tanto jurdicamente) pueda

    tener ese sentido.

    IV. CONCLUSIONES PROSPECTIVAS

    De la jurisprudencia examinada, cabe retener la potente voluntad del

    mximo Tribunal electoral de aplicar las reglas sobre cuotas electorales en

    serio. La interpretacin que mantiene el Tribunal sobre el art. 219.2 COFIPE

    me parece, sin embargo, opinable. La factura tcnica de la regulacin

    normativa de la cuota es manifiestamente mejorable y por ello una

    modificacin legislativa del art. 219 COFIPE proporcionara mayor

    seguridad. Los deberes futuros del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la

    Federacin en este campo pasaran, fundamentalmente, por revisar el marco

    7 Que personalmente prefiero llamar discriminacin por igualacin. En general, el derecho de igualdad

    se lesiona cuando se trata jurdicamente de modo diferente a dos situaciones fcticamente semejantes.

    Pero, qu ocurre cuando se trata jurdicamente de modo idntico a dos situaciones fcticamente

    diferentes? A esto responde la nocin de discriminacin por indiferenciacin o por igualacin.

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    o modelo terico en el que inscribir a la cuota electoral de gnero, para,

    desde ah, ofrecer una metodologa de argumentacin ms coherente,

    precisa y, a poder ser, concisa. A todo ello intenta contribuir estas

    reflexiones, esperando no aadir ms confusin a un tema de por s

    obscuro, y no haber escrito muchas de las insensateces que cabe esperar

    de un jurista extranjero llamado a opinar sobre un ordenamiento distinto al

    suyo y que, por tanto, no conoce a fondo.