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    Ardeola 46(2), 1999, 239-248

    BIOLOGIA DE LA CONSERVACION:BALANCE Y PERSPECTIVAS

    Jose Luis TELLERA*

    RESUMEN.Biologa de la Conservacin: balance y perspectivas. La Biologa de la Conservacin es unaciencia multidisciplinaria que surgi hace veinte aos como respuesta a la prdida generalizada de biodiver-sidad. Esta aproximacin considera que la diversidad biolgica se manifiesta a diferentes niveles (genes, es-pecies, ecosistemas) y que su objetivo es el diagnstico y prevencin de las causas de su deterioro. Presenta,adems, dos aspectos que suponen una mejora del ya antiguo compromiso conservacionista de la Biologa engeneral y de la Ornitologa en particular. En primer lugar, ha propiciado la incorporacin de las ideas evolu-

    tivas al campo de la conservacin. Es decir, ha incluido en el objetivo conservacionista la proteccin de losmecanismos evolutivos con los que las poblaciones se adaptan al medio. Se populariza as la necesidad de evi-tar el deterioro de la identidad gentica por hibridacin, la prdida de diversidad gentica o la endogamia. Poresta va se incorporan a este campo mtodos y profesionales tradicionalmente alejados de esta disciplina (m-todos moleculares, gentica de poblaciones...). Esto ha propiciado el auge del nivel de poblacin como unidadde gestin. En segundo lugar, ha contribuido a intensificar el papel de los cientficos en un campo dominadopor tcnicos y gestores. El mtodo cientfico se revela como un instrumento til con el que diagnosticar lascausas del declive de las poblaciones.

    Un balance del desarrollo de la Biologa de la Conservacin durante las dos ltimas dcadas permite cons-tatar luces y sombras. Entre las primeras habra que comentar su consolidacin conceptual y metodolgica, ascomo el creciente inters de la comunidad cientfica por este tipo de temas. Entre las sombras, se observa ellimitado alcance de los planteamientos evolutivos, slo relevantes en poblaciones de censo muy reducido.Prospera as la idea de prevenir con antelacin estas situaciones extremas mediante la correcta gestin de laspoblaciones en su medio natural. Hay, adems, problemas relacionados con el desarrollo cientfico de la Bio-loga de la Conservacin, todava poco valorada en los foros cientficos, y con su imbricacin en el mundo dela gestin, donde no hay una organizacin de la actividad conservacionista que garantice una mayor incor-poracin del cientfico en la gestin del patrimonio natural.

    Palabras clave: Biologa de la Conservacin, biodiversidad, Ornitologa, mtodo cientfico, manejo de po-blaciones, procesos evolutivos.

    SUMMARY.Conservation Biology: balance and perspectives. Conservation Biology was born twenty ye-ars ago to prevent the world-wide depletion of biodiversity (Table 1). The multidisciplinary approach that ins-pired this science assumes that biodiversity is composed by genes, species and ecosystems and that its mainrole is to diagnose and prevent the factors that are depleting diversity at these biological levels. There are twonew issues in this discipline that have improved the traditional conservation concern of Biology in general and

    * Departamento de Biologa Animal I (Zoologa de Vertebrados). Facultad de Biologa. UniversidadComplutense de Madrid. E-28040 Madrid, Espaa. e-mail: [email protected].

    FORUM

    Forum es una seccin que pretende servir para la publicacin de trabajos de temtica, contenido o formatodiferentes a los de los artculos y notas breves que se publican enArdeola. Su principal objetivo es facilitar ladiscusin y la crtica constructiva sobre trabajos o temas de investigacin publicados enArdeola u otras re-vistas, as como estimular la presentacin de ideas nuevas y revisiones sobre temas ornitolgicos actuales.

    TheForum section of Ardeolapublishes papers whose main topic, contents and/or format differ from thenormal articles and short notes published by the journal. Its main aim is to serve as a lighter channel for dis-cussion and constructive criticism on papers or reseach lines published either in Ardeola or elsewhere, as wellas to stimulate the publication of new ideas and short revisions on current ornithological topics.

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    INTRODUCCIN

    La expansin del hombre y del sistema eco-lgico que lo mantiene est produciendo unasprdidas del 5-10 % de las especies por dcada(Lugo, 1988). Esta tendencia, disparada en losltimos cincuenta aos, parece haber comen-zado a erosionar la diversidad taxonmica de

    nuestro planeta (Tabla 1), aunque se conocetodava mal su efecto sobre los grupos peor in-ventariados. Hoy se cuentan entre 1,5 y 1,7millones de especies, pero se calcula que que-dan an por descubrir entre 5 y 30 millonesms, especialmente de insectos, que se perde-rn para siempre ante la vertiginosa destruc-cin de los habitats que las albergan (Ham-

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    Ornithology in particular. The first one is the incorporation of evolutionary issues into conservation, i.e., theclaim that the protection of evolutionary processes is a basic tool for developing management strategies. In thisway, the avoidance of intra- and inter-specific hybridisation, inbreeding or loss of genetic diversity in smallpopulations have become popular issues in conservation, a fact that in turn has improved a focus on popula-tions as the proper management units. This has also produced the incorporation of scientists and of methods

    which have been usually outside the field of conservation (population genetics, molecular methods, etc.; Fig.1). The second issue refers to the increasing role of scientists in the conservation arena because of the use-fulness of scientific method as a way of knowing the causes of population declines (Table 2).

    A balance of the last two decades of Conservation Biology shows, however, pros and cons. The pros re-fer to the conceptual and methodological consolidation of this new discipline, as well as the increasing inte-rest of the scientific community in conservation issues. The cons refer to the still limited usefulness of evo-lutionary approaches in conservation issues, given that their main effects will occur in extremely depletedpopulations. This is the reason why special concern must be put in the early preservation of populations andhabitats. There are also other problems related to the limited scope of many studies in this field (Table 3),which restrain the development of this discipline, and the problems related to the incorporation of scientificapproaches in gubernamental or non-gubernamental conservation agencies.

    Key words: Biodiversity, Conservation Biology, evolutionary processes, Ornithology, population mana-gement, scientific method.

    TABLA 1

    Estima del porcentaje de especies extinguidas desde 1600 o que estn actualmente amenazadas en algunostaxones animales (segn Smith et al., 1993).[Animal species in major taxa that have become extinct since 1600 or that are threatened with extinction (af-ter Smith et al., 1993).]

    Nmero de Nmero de Nmero Porcentaje de Porcentaje deespecies especies aproximado extinciones especies

    extinguidas amenazadas de especies amenazadasdesde 1600[No. extinct [No. [No. species] [Extinctions [Endangered species since endangered (%)] species (%)]

    1600] species]

    Moluscos 191 354 100.000 0,2 0,4Crustceos 4 126 40.000 0,01 0,3Insectos 61 873 1.000.000 0,006 0,09Vertebrados 229 2.212 47.000 0,5 5,0

    Peces 29 452 24.000 0,1 2,0Anfibios 2 59 3.000 0,1 2,0Reptiles 23 167 6.000 0,4 3,0Aves 116 1.029 9.500 1,0 11,0

    Mamferos 59 505 4.500 1,0 11,0TOTAL 485 3.565 1.400.000 0,04 0,3

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    mond, 1992). Asistimos, adems, a la crecientedesaparicin de muchas poblaciones locales y ala retraccin generalizada del rea de distribu-cin de muchas ms. Estos hechos indican quese est destruyendo un complejo entramado deorganismos y procesos de los que dependemosy que son el resultado de un largo proceso evo-lutivo (Meffe & Carroll, 1994). Las conse-cuencias de esta destruccin son imprevisiblesen detalle, pero seguramente sern negativastanto para el hombre como para el resto de labiosfera.

    La Biologa ha desarrollado en los ltimosaos un cuerpo doctrinal dirigido a intentar pa-liar este desastre. Se le conoce como Biologade la Conservacin y se gest, en su forma ac-

    tual, hace veinte aos (1978) en la PrimeraConferencia Internacional sobre Biologa de laConservacin celebrada en San Diego (Cali-fornia). No obstante, es conveniente recordarotros precedentes que acuan denominacionesy conceptos similares, como el libro de D.W.Ehrenfeld (1970)Biological Conservation o larevista britnicaBiological Conservation, edi-tada desde hace un par de dcadas. En 1980,con la publicacin por M. Soul y B. Wilcox(1980) del libro Conservation Biology: An evo-

    lutionary-ecological perspective, se sientan lasbases conceptuales de la actual disciplina quequed estructurada, definitivamente, con lacreacin de la Society for Conservation Bio-logy en 1986 y el nacimiento de la revista Con-servation Biology en 1987 (Hunter, 1996).

    Segn Soul (1985), la Biologa de la Con-servacin es una ciencia multidisciplinaria quesurge como respuesta a la crisis planetaria debiodiversidad. Esta aproximacin entiende quela diversidad biolgica se manifiesta a diferen-

    tes niveles (genes, especies, ecosistemas) por loque su objetivo es diagnosticar las causas de sudeterioro con el fin de atenuarlas o eliminarlas(Primark, 1995; Hunter, 1996). Sin embargo, ypese a lo loable de tal objetivo, parece justoindicar que tal disciplina no vino a llenar unhueco conceptual o metodolgico desatendidohasta entonces por la Biologa.

    ANTECEDENTES

    La Biologa de la Conservacin no es el pri-mer compromiso de esta disciplina en el campode la proteccin de la naturaleza. Como Ro-

    bert McIntosh (1986) recuerda, la conservacinya preocupaba a los naturalistas desde mediadodel siglo pasado, y lo haca desde planteamien-tos similares a los actuales. Ya entonces se con-sideraba que haba que proteger a la naturalezade los abusos del hombre y, delimitando dosaproximaciones filosficas an hoy en debate(Calicott, 1994), que tal proteccin poda ins-pirarse en su valor intrnseco (en Filosofa seentiende que algo es intrnsecamente valiososi su valor no deriva de su utilidad sino que esindependiente de cualquier uso o funcin...Calicott, 1986; sera la aproximacin no antro-pocntrica) o en la necesidad de una adminis-tracin sabia de sus recursos en nuestro propiobeneficio (aproximacin antropocntrica). La

    famosa polmica de Gifford Pinchot y JohnMuir hace un siglo sobre la conveniencia yefectos del pastoreo en los bosques nacionalesde los Estados Unidos de Norteamrica sueleconsiderarse un buen ejemplo de lo antiguo deestas dos aproximaciones a la conservacin(Hunter, 1996).

    Sin embargo, la Biologa entr con fuerzaen el candelero de la conservacin en los aos60, cuando comenzaron a constatarse los noci-vos efectos de una crisis ambiental creciente.

    La Ecologa, concretamente, concit un graninters social, e incluso poltico, al verse enella la gua sobre la que trazar el destino denuestro desarrollo. En esa dcada, P. B. Sears(1964), un activo divulgador de los plantea-mientos ecolgicos, dijo que la Ecologa erauna ciencia subversiva en la medida que po-na en entredicho muchas de las premisas cul-turales y econmicas de un desarrollo realizadoal margen las leyes de la naturaleza. En la mis-ma poca, L. White (1964) recibi el Premio

    Mercer de la Sociedad Ecolgica Americanapor su trabajo The historical roots of our eco-logical crisis, en el que denunciaba que losplanteamientos antropocntricos de las religio-nes semticas (judasmo, cristianismo, islamis-mo) estn en la base del descuido y prepotenciacon los que nuestra sociedad ha tratado a otrasformas de vida (Gnesis 1, 27: Procread y mul-tiplicaos, y henchid la tierra; sometedla y do-minad sobre los peces del mar, sobre las avesdel cielo...). Estas religiones han alimentadolos valores ticos tradicionales e, incluso, los

    sistemas ticos ms formales (Descartes, Kant;vase Etxeberria, 1994) de quienes han im-puesto sus criterios de explotacin y mercado

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    de los recursos naturales por todo el planeta(Crosby, 1986). Puede decirse, por lo tanto,que a mediados de los 60 ya se haba dichocasi todo sobre la importancia de la conserva-cin y su transfondo cultural y poltico desde elcampo de la Biologa. Si, pese al razonable de-sarrollo del conocimiento ecolgico de los lti-mos aos, los relativos avances en el manejo delos recursos, y el paralelo desarrollo social, po-ltico y legislativo de las ideas ecolgicas delque no ha sido ajena la actividad de numerosasasociaciones cientficas y conservacionistas(McIntosh, 1986; Pastor, 1997) no se ha pro-gresado substancialmente en la conservacinde los sistemas ecolgicos y los organismosque los componen, habra que pensar que se

    debe a la falta de un cambio tico capaz de im-poner lmites a los desafueros humanos (Nor-ton, 1987; Calicott, 1994; Mostern, 1997).

    Por lo dicho, pudiera pensarse que la Biolo-ga de la Conservacin no es sino la nueva de-nominacin de una vieja disciplina surgida, talvez, para alimentar de forma oportunista ciertosintereses gremiales (Jensen & Krausman, 1993;Bunnell & Dupuis, 1995). Parece obligado, porlo tanto, reflexionar sobre lo que esta disciplinaaporta de nuevo al ya viejo campo de los estu-

    dios sobre conservacin.

    QU HAY DE NUEVO EN ESTE PLANTEAMIENTO?

    Hay dos aspectos fundamentales de esta dis-ciplina que merecen ser resaltados por suponeruna mejora objetiva de las aportaciones de laBiologa al campo de la conservacin.

    En primer lugar, ha propiciado la incorpora-cin de las ideas evolutivas al campo de la con-

    servacin. Ya se ha indicado en la introduc-cin que esta disciplina busca conservar ladiversidad gentica, especfica y ecosistmica.La consideracin del primer nivel resulta, sinduda, la aproximacin ms original, pues laproteccin de las especies y ecosistemas ame-nazados ha sido el objetivo tradicional de laactividad conservacionista. No parece gratuitocomentar que la incorporacin de estas nuevasideas pudiera deberse al hecho de que muchosde los promotores de esta disciplina eran gen-ticos de poblaciones. Ellos han incorporado a la

    consideracin de este campo los problemas re-lacionados con la prdida de variabilidad gen-tica asociada a la reduccin numrica de las

    poblaciones, los riesgos de la endogamia o laprdida de identidad gentica por hibridacinintra o interespecfica (Soul & Wilcox, 1980;Lande, 1988; Ballou et al., 1995; Lynch, 1996).Es decir, han incluido en el discurso conserva-cionista la necesidad de respetar los mecanis-mos evolutivos que configuran a las poblacio-nes de organismos y les permiten adaptarse alos cambios ambientales. O, dicho de otra ma-nera, han incorporado las ideas neo-darwinistasal mundo de la conservacin, integrando en unobjetivo aplicado disciplinas hasta ayer pura-mente acadmicas (Dobzhansky et al., 1983;Futuyma, 1986; Ridley, 1996).

    Una consecuencia de todo esto ha sido el des-plazamiento hacia el nivel de poblacin de una

    parte importante del entramado conceptual de laBiologa de la Conservacin. Hay quien hoyacepta, sin demasiados complejos, que las po-blaciones son unidades muy adecuadas para pla-nificar estrategias de conservacin ya que, porllevar inexorablemente aparejada la conserva-cin de los sistemas que las mantienen, implicanla consideracin de todos los niveles de la di-versidad biolgica (Foose et al., 1995; Caughley& Gunn, 1996). Y en este planteamiento hanencontrado un cmodo cobijo profesionales de

    la biologa hasta no hace mucho marginados (oauto-marginados) del campo de la conserva-cin: los taxnomos, ahora provistos de un po-tente arsenal de mtodos moleculares con losque clasificar poblaciones y especies, adquie-ren un papel relevante al ser los encargados dedelimitar las unidades de conservacin (Ryder,1986; OBrien & Mayr, 1991); los genticos depoblaciones valoran la capacidad adaptativa delas poblaciones estudiadas o disean las mejoresestrategias de reproduccin ex-situ (Ballou et

    al., 1995); los demgrafos realizan sus anlisisde viabilidad (Soul, 1987); los eclogos estu-dian sus interacciones con los sistemas ambien-tales en los que viven y diagnostican las even-tuales causas de su declive (Morrison et al.,1992); y los biogegrafos analizan las distribu-cin de las reas ms importantes para la con-servacin o la mejor configuracin espacial delas poblaciones con el objeto de garantizar suproteccin (Brown & Lomolino, 1998). Nodebe de extraarnos, por tanto, que esta renova-cin conceptual tal vez discutible desde plan-

    teamientos ms ecosistmicos haya atradola atencin de muchos bilogos procedentes decampos otrora distantes de la conservacin.

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    En segundo lugar, los planteamientos de laBiologa de la Conservacin han contribuido aintensificar el papel de la Ciencia, o de los cien-tficos, en un campo hasta ahora dominado portcnicos y gestores. Los procesos implicadosen el declive de una poblacin amenazada sue-len ser el resultado de situaciones complejasque hay que diagnosticar a travs de una in-vestigacin en regla, especialmente si lo quese pretende es establecer las medidas correcto-ras que garanticen la superacin del problema.Por eso, la Biologa de la Conservacin reivin-dica la utilidad del mtodo cientfico en el diag-nstico de los problemas de conservacin(Caughley, 1992; Tabla 2). Esto la define comouna ciencia aplicada (un punto de encuentro

    entre la ciencia bsica y la tecnologa). No obs-tante, aunque los cientficos pueden generar hi-ptesis relevantes desde la perspectiva de laconservacin y disear experimentos y/o mto-dos adecuados para corroborarlas emprica-mente, son conocidas las dificultades para de-sarrollar sobre el terreno los experimentos conlos que comprobar las predicciones sobre eldeclive de las poblaciones: no es posible o con-veniente modificar el habitat o manipular laspoblaciones de los organismos amenazados

    para verificar nuestras hiptesis (James & Mc-Culloch, 1985). Esto es ms fcil desde el cam-po del manejo, mucho ms prximo al mundoreal y desde donde, adems, se formulan losproblemas a resolver (Fig. 1). Aunque hayquienes piensan que la Biologa de la Conser-

    vacin debiera plantearse slo como una cien-cia (Primack, 1995) o que, por el contrario, escasi un sinnimo de manejo (Caughley &Gunn, 1996), parece razonable admitir una ne-cesaria dialctica entre ambas aproximacionesen el ejercicio cotidiano de esta disciplina.

    Esta dualidad entre ciencia y manejo pareceestar, adems, en el propio origen de la Biolo-ga de la Conservacin pues, como ha sealadoCaughley (1992), esta disciplina se ha gestadodesde dos tradiciones diferentes. El programade investigacin de laspoblaciones en declive(recordemos la importancia del nivel de pobla-cin en esta disciplina) respondera a todo unamplio cuerpo de investigacin centrado en elestudio del deterioro espacial y temporal de las

    condiciones de supervivencia de los organis-mos amenazados. Es un campo en el que, tra-dicionalmente, se han visto implicados natu-ralistas y gestores en calidad de testigos deexcepcin de un proceso global de prdida dediversidad biolgica. El programa de investi-gacin de las poblaciones pequeas, por suparte, abordara los aspectos ms relacionadoscon la conservacin de la variabilidad genticao la modelizacin de la viabilidad poblacional(la ms reciente y novedosa incorporacin al

    mundo de la conservacin) y tendra una ma-yor componente terica y una menor base prc-tica. Si bien no parece del todo justo aseverarcon Caughley (1992) que en este segundo pro-grama faltan datos y sobran hiptesis (al revsque en el de las poblaciones en declive, donde

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    TABLA 2

    Pasos para aproximarse cientficamente a la resolucin de un problema de conservacin de una poblacin ani-mal (basado en Morrison et al., 1992).

    [Steps in the scientific approach for solving a wildlife conservation issue (based on Morrison et al., 1992).]

    1. Formalizar explcitamente nuestros conocimientos sobre los factores ambientales que afectan a la especie(elaboracin de hiptesis).[Explicit formalisation of our knowledge on the environmental factors affecting the species of interest (for-mulation of hypotheses)].

    2. Utilizarlos para predecir el impacto sobre la poblacin de cambios espaciales o temporales en las condi-ciones ambientales (enunciado de predicciones).[Development of predictions from the above hypotheses regarding the impact of spatial or temporalchanges of the environmental factors on the population of interest (establishment of predictions)].

    3. Identificar las limitaciones en nuestros conocimientos (confirmacin o rechazo de las predicciones).[Identification of the limitations of our knowledge (corroboration or rejection of predictions)].

    4. Generar una nueva hiptesis si la previa no ha sido corroborada en el paso anterior.[Formulation of new hypotheses if the former ones were not corroborated].

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    sobraran datos y faltaran hiptesis; vase He-drick et al., 1996) parece quedar clara la con-

    juncin de teora y prctica en la gnesis deesta nueva disciplina.

    BALANCE Y PERSPECTIVAS

    El balance de la Biologa de la Conservacinen estas dos ltimas dcadas tiene sus luces ysombras. Entre las primeras habra que comen-

    tar, junto al ya aludido enriquecimiento con-ceptual y metodolgico, el creciente inters dela comunidad cientfica por este tipo de temas,como queda reflejado por la aparicin de nuevasrevistas cientficas sobre el particular (por ejem-plo, Biodiversity and Conservation, AnimalConservation yEcological Applications).

    Entre las sombras, habra que comentar dos

    aspectos diferentes. El primero tiene algo deparadjico. La ya aludida innovacin de losplanteamientos evolutivos con los que se en-

    244 TELLERIA, J. L.

    FIG. 1.Interacciones entre teora y prctica en Biologa de la Conservacin (basado en Jacobson, 1990).

    [Some interactions between theoretical and empirical approaches in Conservation Biology (based on Ja-cobson, 1990).]

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    gendr esta disciplina ha dado menos juegoprctico de lo intuido en el ya lejano libro deSoul & Wilcox (1980), donde muchos vieronla va para solucionar la conocida pregunta decunto es bastante?. Es decir, cuntos indi-viduos ha de tener una poblacin para garanti-zar su persistencia temporal desde una pers-pectiva evolutiva. La determinacin del tamaoefectivo (Ne), requerimiento ltimo a la horade delimitar el tamao real de las poblacionesprotegidas, se ha revelado como una panacea,incluso mal formulada, donde bailan las cifras(50, 500, 1000 ...) de forma algo desconcertan-te (comprese Soul & Wilcox, 1980 conLynch, 1996 para una evaluacin del caminorecorrido en el campo de las conclusiones prc-

    ticas). Tal vez aquella ilusionante demanda ig-noraba la habitual dificultad de dar solucionessimples a problemas complejos. La opinin delos propios genticos implicados en la conser-vacin apunta hacia una limitada utilidad deeste planteamiento en un contexto prctico.Woodruff (1992, en Meffe & Carroll, 1994)deca que aunque los factores genticos sondeterminantes importantes de la viabilidad delas poblaciones a largo plazo, los conserva-cionistas pueden hacer ms por una poblacin

    amenazada a corto plazo manejando su ecolo-ga. El manejo ecolgico es la forma ms ba-rata y efectiva de conservar la diversidad ge-ntica. En el fondo de esta apreciacinsubyace la idea de que los factores genticos

    comienzan a ser importantes cuando la pobla-cin se encuentra a unos niveles demogrficosmuy bajos por los efectos de un proceso de de-terioro ambiental que hubiera sido importanteatajar previamente (Lande, 1988; Schemske etal., 1994). O cuando se ha de recurrir al mante-nimiento en cautividad de poblaciones de censoreducido, donde son fundamentales las tcnicasgenticas dirigidas a maximizar la preserva-cin de la diversidad allica (Ballou et al.,1995). Hay que recordar, sin embargo, que am-bas aproximaciones, junto con el desembarcode la gentica molecular en el campo de la con-servacin, son contribuciones excepcionalmen-te tiles e innovadoras, especialmente si aten-demos al creciente nmero de poblaciones en

    situacin extrema (Haig, 1998).La segunda sombra se refiere al doble pro-

    blema del desarrollo de la Biologa de la Con-servacin como disciplina y a su imbricacinen el mundo de la gestin. Por lo que concierneal primero de los aspectos, hay que indicar quela Biologa de la Conservacin pena en los ba-remos de apreciacin cientfica (el JournalCitation Reports del Institute for ScientificInformation; vase Carrascal, 1997) su con-dicin de ciencia ambiental y aplicada (Ta-

    bla 3). Esto puede deberse, en parte, al lento de-sarrollo de los estudios de campo. Malmer &Enckell (1994) comentan, por ejemplo, que senecesitan ms de cinco aos desde el inicio deltrabajo a la publicacin final de una idea bri-

    BIOLOGIA DE LA CONSERVACION: BALANCE Y PERSPECTIVAS 245

    TABLA 3

    Factor de impacto mximo y nmero de las revistas incluidas (entre parntesis) en los cuatro temas de mximapuntuacin recogidos en el listado de 1997 del Journal Citation Reports para los campos de Biologa Celulary Molecular y Biologa de Organismos y Sistemas.[Maximum impact factors in the 1997 edition of the Journal Citation Reports for the four subjects with hig-hest scores within the fields of Cellular and Molecular Biology and Organismic and Ecosystem Biology. Thenumber of journals included under each subject are shown in parentheses).]

    Biologa Celular y Molecular Biologa de Organismos y Sistemas[Cellular and Molecular Biology] [Organismic and Ecosystem Biology]

    Inmunologa 37,796 (115) Ecologa 6,678 (85)[Immunology] [Ecology]Biologa Celular 37,290 (128) Entomologa 5,750 (64)[Cellular Biology] [Entomology]Gentica 38,850 (90) Zoologa 3,758 (117)

    [Genetics] [Zoology]Neurociencias 21,952 (150) Ciencias Ambientales 3,623 (117)[Neurosciences] [Environmental Sciences]

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    llante en este campo, muy por encima del tiem-po medio necesitado en los estudios de labora-torio donde las condiciones de experimenta-cin pueden controlarse y repetirse a voluntad.Se ralentiza as su tasa de renovacin en cono-cimientos y conceptos. Adems, y a diferenciade lo que ocurre en otras disciplinas que estu-dian modelos de inters universal (por ejem-plo, el hombre y su salud), es frecuente quemuchas investigaciones deban restringirse a ladescripcin o solucin de un problema de con-servacin local o regional (Olson, 1998). Si nose hace un esfuerzo adicional por obtener con-clusiones ms amplias aplicables a otros con-textos, queda muy reducida la relevancia cien-tfica internacional de tales aportaciones. Pese a

    las recomendaciones sobre el uso prudente deestos indicadores bibliomtricos en la valora-cin del xito de diferentes disciplinas (Gard-field, 1994; Kokko & Sutherland, 1999), tal li-mitacin implica, de hecho, una desventajaobjetiva a la hora de optar a puestos en el esca-lafn acadmico o a fondos con los que abordarlas investigaciones (Statzner et al., 1995; Gra-ham, 1999). No ha de extraarnos, por tanto,que muchos investigadores consagrados, y nodigamos aqullos en edad de medrar laboral-

    mente, consideren que la Biologa de la Con-servacin es todava una va poco afortunadapara progresar profesionalmente.

    En el campo aplicado, donde los oropelescientficos cuentan menos, las cosas no son mshalageas. El problema est en la falta de ga-binetes de estudio y diagnstico en el organi-grama de muchas organizaciones (guberna-mentales o no) dedicadas a la conservacin dela naturaleza. Parece como si el diagnstico delos problemas de conservacin fuera obliga-

    cin exclusiva de los centros de investigacin,presionados a su vez por otro tipo de demandas(la ya aludida produccin de ciencia de alto ni-vel), requeridos slo eventualmente para solu-cionar ciertos problemas y con nula capacidadde decisin en las ulteriores actividades de ges-tin. O se pudiera abordar a travs del trabajoepisdico y fugaz de determinadas empresas oprofesionales que no cuentan, adems, con unainformacin de calidad, actualizada y pblicasobre la que abordar sus estudios: cmo sepuede diagnosticar un problema si no hay in-

    formacin con la que trabajar? Aunque el m-todo cientfico es especialmente adecuado paraayudarnos a avanzar en estas condiciones (uti-

    lizando como punto de arranque las hiptesisverificadas en otros taxones o circunstancias),no deja de haber una considerable improvisa-cin en el profesional de este campo al que,adems, siempre se le requiere en situacionesextremas (Soul, 1991). En resumen, no se in-vierte en esta ciencia aplicada ni en una orga-nizacin de la actividad conservacionista quegarantice una mayor imbricacin del cientficoen la gestin del patrimonio natural.

    ORNITOLOGA Y BIOLOGA DE LA CONSERVACIN

    La Ornitologa ha sido y es parte nuclear dela Biologa de la Conservacin, por lo que pue-

    den aplicrsele todas las consideraciones arribareseadas. Presenta, adems, tres rasgos quehan sido particularmente tiles para el desarro-llo de esta disciplina.

    En primer lugar, su tradicional aproximacinmultidisciplinaria y poblacional al estudio delas aves (Gill, 1990), alejada del doble reduc-cionismo de lo molecular o de lo ecosistmico(Mayr, 1982; Dobzhansky et al., 1983), hacende ella un disciplina muy adecuada para desa-rrollar las propuestas conceptuales y metodol-

    gicas de la Biologa de la Conservacin. Estaaproximacin poblacional puede verse refor-zada, en el campo prctico, porque los requeri-mientos de hbitat de muchas especies de avespueden garantizar la proteccin de muchosotros organismos (por eso, y como ocurre conotros grandes vertebrados, se les conoce comoespecies paraguas; Foosey et al., 1995; Hunter,1996). Estas caractersticas no debieran impli-car nunca el menosprecio de otras aproxima-ciones (es posible conservar los patos sin con-

    servar los acuferos de los que dependen?). Dehecho, el objetivo ltimo de la conservacin esmantener o recuperar la funcionalidad de losecosistemas, nicos garantes de la superviven-cia de otros niveles inferiores de organizacinde la materia viva. Por eso, la razonable incor-poracin de estos argumentos a la legtima, an-tigua y autnoma vocacin conservacionista dela Ornitologa (las aves deben conservarse pors mismas) ha de ir acompaada de un uso pru-dente de estos conceptos. La aludida necesidadde conocer los procesos implicados en la evo-

    lucin de sus poblaciones nos llevar a com-prender su relacin con los sistemas ecolgicosen los que se integran y donde pueden desem-

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    pear desde papeles muy importantes (porejemplo, en la dispersin de las semillas de lasplantas tropicales; Stiles, 1985) hasta ser, casi,meros adornos (Wiens & Dyer, 1977). Ade-ms, las aves no son siempre buenas indicado-ras de los requerimientos de otros taxones ame-nazados (Prendergast et al., 1993).

    En segundo lugar, y como se ha indicadoarriba, las aves presentan la ventaja aadida desuscitar en la opinin pblica un mayor intersque otros organismos igual de importantes peroms discretos o inaccesibles. Son buenos veh-culos para seguir socavando, a travs de la edu-cacin, el cerrado antropocentrismo de nuestrasociedad frente a los derechos del resto de losseres vivos. Con ellas, y por idnticas razones,

    es ms fcil conseguir apoyos para iniciar laslabores de conservacin que, de referirse aotros taxones, suscitaran menos inters ennuestros conciudadanos (vase Hunter 1996).

    En tercer lugar, las aves constituyen un taxoncomparativamente bien conocido en muchosaspectos bsicos. La gran actividad de muchassociedades ornitolgicas ha despejado los ca-minos de la Ornitologa en aspectos tan bsicosy transcendentes como su taxonoma, distribu-cin, migraciones, etc. Se ha llegado as a un

    conocimiento de su biologa todava hoy im-pensable en otros grupos taxonmicos (vase,por ejemplo, Lawton, 1996). Esto facilita elavance en otros campos que, como los plantea-dos por la Biologa de la Conservacin, per-mitirn el enriquecimiento y la compactacinconceptual y metodolgica del compromisoconservacionista de la Biologa. No debe ex-traarnos, por lo tanto, que las aves (comootros grandes vertebrados) se encuentren hoy ala cabeza de la utilizacin conservacionista de

    tcnicas moleculares (Avise & Hamrick, 1998;Hobson, 1999), de la cartografa de las reas deinters conservacionista (Bibby et al., 1992) ode la emergente aplicacin de la Etologa a laconservacin (Reed, 1999).

    AGRADECIMIENTOS.Quiero expresar mi agrade-cimiento al Dr. Mario Daz por su invitacin a parti-cipar en el Forum de Ardeola. Las ideas aqu ex-puestas constituyeron el tema de una conferenciaimpartida en el IV Congreso Latinoamericano de

    Ecologa (Arequipa, Per, noviembre de 1998) y sehan generado en el contexto de los proyectos de in-vestigacin PB92-0238 y PB97-0325 del Ministeriode Educacin y Cultura de Espaa.

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