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Revista RecreArte 12 > 8 - Creatividad y creadores: Creaciones originales

David de Prado Díez 2010

Arte visual, gastronomía y comida conceptual, nuevas tendencias.

Javier Bohórquez Rueda

Arquitecto, artista y docente. Magister en Creatividad e Innovación.

PRESENTACIÓN

La tendencia culinaria se llama Food Design (o diseño culinario) y, tal

como lo expresa su nombre, busca reunir dos ramas artísticas: el arte

visual y el arte gastronómico.

Se trata de un concepto provocador que apenas debuta en Colombia,

en el cual la comida se transforma en obras de diseño. Una mezcla de

experimentación y fantasía en la que el cocinero no solo busca

satisfacer el gusto y el olfato, sino también la vista.

Más allá de que los arriesgados lo definan como "arquitectura para la

boca", el diseño en la comida se ha vuelto un fenómeno mundial, es

objeto de publicaciones y una asignatura obligada en los currículos

universitarios.

La fusión de la estética y de la gastronomía tiene varios precursores:

por un lado está Martí Guixe, quien en 1997, en Barcelona, España, hizo

conocer la tendencia a través de diferentes publicaciones; por otro lado,

apareció en París Marc Bretillot, otro gran cocinero-artista que reafirmó

la idea, y luego los chefs suecos y noruegos le imprimieron a la

corriente gastronómica su propia identidad.

+

Se trata de tomar la culinaria como herramienta, y los alimentos como

materia prima para desarrollar un medio de comunicación y de

interacción con la gente, aproximándose a la comida desde diferentes

ángulos: la procedencia de un ingrediente, los sentidos, las técnicas, las

acciones, la presentación y la reacción. El diseño culinario nos permite

mostrar la importancia de la comida de una manera creativa y

estética, no solo por ser una necesidad básica del ser humano, sino por

la connotación cultural y lo que representa en nuestra relación con el

mundo.

Muchos también hablan de comida conceptual, inevitable cuando el

mejor cumplido para un chef era que lo calificaran de "inventivo". En ese

momento las sorpresivas mezclas de ingredientes y presentación se

convirtieron en protagonistas. Gracias a ello, arquitectos han sido

invitados por cocineros a diseñar ponqués y pintores a "pintar" platos.

En síntesis, se trata de un proceso creativo de arte, conceptos e

imaginación.

El Foodesign Guzzini es un evento que cada año se realiza en un país

distinto y que muestra en los jóvenes el don de la creatividad y en los

expertos el diseño en relación con la cocina tradicional. Cada año se

pueden admirar objetos sorprendentes donde se premian la

funcionalidad y el valor estético.

Su objetivo además de agradar a la vista es realzar el aroma y otros

sentidos que se unen al del sabor. A pesar de todo ello, este arte se

desarrolla sobre todo para la imaginación y la mirada ofreciendo una

comida que nos devela una gran imaginación creativa.

En el arte contemporáneo se ha usado la gastronomía como medio de

expresión artística, como en las performances de Rirkrit Tiravanija o de

Alicia Ríos. Pero al final, más que analogías entre el mundo de la cocina

y el del arte, hemos entrado a enfatizar las diferencias".

Y de ahí surge una reflexión: ¿qué es lo que hacen los cocineros de

vanguardia?, ¿qué son? Y eso lo hemos contextualizado con otros

momentos y otros campos creativos. Hay cierto rechazo a aceptar la

cocina de vanguardia al lado del arte contemporáneo. Pero ya ha habido

en el pasado enfrentamientos entre nuevas expresiones o técnicas como

cuando surgió la fotografía y cuestionó el papel de la pintura".

La cocina y el arte Contemporáneo: ¿Hay arte en la cocina?

La perfección de un plato puede fascinar tanto como cualquier obra

de arte. La cocina, como el arte, despierta los sentidos. Ambos

involucran a la vista, al tacto y al oído. La cocina estimula además al

gusto y al olfato. En un contexto informal siempre se ha considerado a

la cocina como un arte, expresiones como “arte culinario”, o “artista

de la cocina” son muy frecuentes. ¿Pero, podríamos considerar a la

creación de un cocinero como un objeto artístico? ¿Puede la alta cocina

compararse con diferentes tipos de expresiones de las altas artes?

A mediados del siglo XX, surgen las corrientes de arte conceptual, y

dentro del arte de acción, o happenings, aparece el movimiento “Eat

Art”, o arte comestible. Artistas como Daniel Spoerri y Joseph Beuys

crearon restaurantes temporales donde servían banquetes en los cuales

se celebraba al arte con ironía y humor. Las propuestas del Eat Art

intentaban vincular activamente al espectador con la obra de arte y,

al hacerlas comestibles, los espectadores consumían directa y

simbólicamente al arte, o pasaban a interactuar asumiendo un rol.

En los años 70, el español Antoni Miralda construyó el “Food Culture

Museum” de Barcelona, junto a la francesa Dorotheé Selz, y desde

entonces, han creado distintos proyectos que exploran la relación

gastro-cultural, ubicando a la comida como un contenedor de la

memoria colectiva de los distintos pueblos del mundo y reflexionando

en torno a cuestiones que rodean a la cultura de la comida, como el

antes mencionado fast food, la dieta, el metabolismo, el hambre, etc.

Dentro del contexto latinoamericano, varios artistas han trabajado con

alimentos en sus obras, como los argentinos Víctor Grippo y Marta

Minujín. En México, el artista César Martínez viene desarrollando desde

1993 esculturas comestibles con forma de cuerpo humano en gelatina,

chocolate y otros ingredientes, que son consumidas en perforMAN-

cenas simulando un banquete antropofágico. Así este artista propone

digerir literalmente una obra, hacerla suya e incorporarla a su propio

cuerpo.

Ferrán Adrià es chef y propietario del renombrado restaurante español El

Bulli, ubicado en la Cala de Montjoi, Girona. Éste restaurante cuenta con

3 estrellas Michelin y ha sido nombrado el mejor del mundo por la

prestigiosa revista gastronómica “The Restaurant Magazine”

ininterrumpidamente desde el año 2006 hasta el 2009.

Convencido de que la creatividad es no copiar, Adrià y sus

compañeros abandonaron los libros de cocina como referencia y

desarrollan sus propios platos. Cada año se cierra el restaurante por 6

meses, exclusivamente para desarrollar, ensayar y probar sus

nuevos platos creados y diseñados por Adrià y su brigada de

colaboradores. Adrià desarrolló la cocina técnico conceptual, orientada

no tanto a la mezcla de productos o variaciones de conceptos

existentes, sino a crear nuevos conceptos y técnicas.

Según el propio Adrià, cada uno de los platos que se sirven en El Bulli es

una obra de arte efímero, su creatividad y presentación visual

impactan los sentidos del comensal, y la degustación se convierte en

una experiencia gastronómica inolvidable. "Se trata de explicar cómo

fueron surgiendo las distintas disciplinas a lo largo del tiempo, cuales

fueron las consecuencias de la interacción de unas sobre otras, para

contextualizar innovadoramente, porqué ahora la cocina es arte".

En este contexto, su creación obtiene una especie de legitimidad

artística. El plato se convierte en una obra ahora criticada por el discurso

de un curador de arte, reconociéndole al cocinero su calidad de

artista creativo e innovador en este que seguramente, se convierta

en un nuevo medio de expresión artística: la cocina.

La cocina reinventada desde sus raíces

Finalmente podríamos hablar de un nuevo concepto de cocina

reinventándolo todo: se lleva la innovación hacía un extremo tal que

cualquier plato se convierte en una obra de arte única y exclusiva.

La proyección de transformación absoluta y total de los códigos del

lenguaje culinario ordinario se refiere a:

La utilización de un nuevo instrumental para cocinar, para cocer,

para aderezar....

La utilización de nuevos procedimientos y procesos de trabajo en

la cocina.

La elaboración de nuevos productos alimentarios con sabores y

gustos que nunca se han experimentado.

La presentación de cada uno de los platos de modo único y

original como si de una obra de arte exclusiva se tratara.

En definitiva, se intenta convertir el conjunto sucesivo de platos en una

degustación múltiple como un proceso de reconocer, de experimentar

y de crear por parte del comensal, que se implica en la misma dinámica

culinaria que el propio cocinero creador ha desempeñado para

conseguir su obra creativa.

La creatividad en la vida cotidiana.

El buen hacer y la sabiduría, fruto de la experiencia intuitiva de los

buenos cocineros/as, así como la experimentación controlada de

tiempos e intensidades de condimentos y proporciones para contrastar

resultados, son dos caminos complementarios de una creatividad

culinaria paciente y acertada.

La intuición requiere para funcionar gran número de datos de la

experiencia y la información sin los cuales, aquella carecería de sentido.

Exige también un sentido perceptivo y sensorial agudizado para

"imaginar".

El rasgo sobresaliente de la creatividad es asumir el riesgo-reto de

asociar sustancias y sabores que usualmente no se asocian ni en la

naturaleza ni en la tradición culinaria: cuanto mayor es la divergencia

mayor es el reto creativo, pues más difícil es dar con la fórmula exacta.

Y aquí radica la inventiva, fruto de una innovación atrevida y feliz.

Para llegar así, a esta excelencia del hallazgo, con el acierto de

innovación e inventiva que nos sitúa en otros mundos inexplorados

conservando toda la sabiduría de la tradición mas exigente. Rigor

procesal y exquisitez estética, visual y gustativa en el límite de la

perfecta armonía total en cada plato.

Conceptos que a través de la creatividad generan una nueva

dimensión en la cocina.

Un riesgo y sorpresa calculados, memorables para el paladar.

Creatividad combinatoria de sabores, colores, formas, olores y

texturas.

Creatividad innovadora y transformadora, que permita variar los

elementos básicos del producto sin desnaturalizarlos.

Creatividad imaginativa, que traduzca en imágenes sensoriales el

sentido del nuevo producto.

La cocina fantástica originadora.

Se trata de una cocina basada en los elementos analógicos, que

pueden ofrecer los espacios y el medio ambiente en el que cada

producto es generado: espacios marinos, climas de bosque,

espacios de huerta...

Creatividad humorística, que rompe las estructuras mentales de

lo que el sujeto espera en relación con lo que ve.

Este tipo de cocina se caracteriza por su potencia para

sorprender al cliente con imágenes y percepciones sensoriales

inesperadas, que nunca anteriormente había experimentado.

La cocina imaginativa y expresiva.

Se trata de una forma de cocina que intenta reflejar las líneas

tradicionales de la creatividad artística en sus platos, en su

presentación, en su elaboración, en el modo como el sujeto que

come se siente, se inspira y se expresa.

Nuevos perfiles de platos

Se manifiesta en formas plásticas apropiadas al contenido del

plato: expresionista, geométrica, impresionista... es como una

especie de revisión de la historia del arte o de un artista favorito.

Elementos dramáticos, implican acciones inusitadas en relación

con el modo de preparar, presentar o comer el plato

correspondiente. Se trata quizá de volver a un juego de niños.

Plato con sensaciones sonoras incluidas, en sus movimientos, en

sus ritmos, llevando quizá influido un chip alimentario de sonidos

y de música que se activan en cada momento.

Recurre a asociaciones sinestésicas propias de expresiones

lúdicas como la danza y el teatro.

Recoge elementos poéticos narrativos.

BIBLIOGRAFIA

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-Claxton (1973): Vivir y aprender. Madrid. Alianza.

-Csikszentmihalyi, M. (1998) Creatividad. El fluir y la psicología del

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-Davies, P. El caos. En Preta, L., (1993). Imágenes y metáforas de la

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-Gardner, H., (1995) Mentes creativas. Barcelona, Paidós

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Madrid. UNED.

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<De la cocina básica a la cocina creativa >

Revista recrearte N. 3 junio de 2005º3 Junio 2005 ISSN: 1699-1834

(En Línea). Disponible en :<http://www.iacat.com/revista.htm>.

(Consultado 12/10/2010)

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