De La Lógica de La Interpretación a La Práctica de La Letra

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De la lógica de la interpretación a la práctica de la letra Dominique Fingermann El título “De la lógica de la interpretación a la práctica de la letra” formaliza un recorrido: “de... a...” y, por lo tanto, anuncia, indica, promete una orientación, un pasaje, una operación. Una operación lógica que afecte, que tenga efectos. Y eso mismo es lo que esperamos de la dirección del psicoanálisis por el psicoanalista. Orientados éticamente por lo real, visamos un pasaje, “una mutación”, dice Lacan, que tenga consecuencias poéticas y políticas, ya que apostamos a un nuevo lazo enraizado en lo radical de la letra del sínthoma. La letra del sínthoma dispara el juego del parlêtre (hablaser-hablaletra). Tiempo lógico (ver-comprender-concluir) de la estructura cuando el significante del Otro toma cuerpo y proporciona la identificación del Uno. Un significante hace agujero, incisión primordial en el cuerpo, y decide la consistencia del Uno y la ex-sistencia. Decisión primordial que divide el cuerpo pulsional (ligado al Otro y a su demanda) y el cuerpo –en-corps– que no se liga, ni articula, sino que fomenta el eco de la repetición (encore!). La hystoria puede comenzar a partir de ese tiempo lógico de la identificación, esto es, la “transformación operada cuando se asume...” (Lacan, 1949, p. 97) un agujero como marca del Uno, primer anudamiento RSI entre el agujero, la ex-sistencia y la consistencia. De esa letra –anudamiento RSI– se nombra “alguna cosa” que se transforma en “alguien”: Y a quelqu’un! (Ahí hay alguno!). Lacan explicita em el Seminario RSI el enlace entre la letra, el habla y el sentido: Por lo tanto, escribo R.S.I. este año, como título. Son sólo letras, y como tales, suponen una equivalencia. ¿Qué es lo que resulta del hecho de que estoy hablando de esas letras, utilizándolas como iniciales, y si estoy hablando de ellas como Real, Simbólico e Imaginario? Eso toma sentido, y esa cuestión del sentido, nada más es, precisamente, lo que estoy tratando de situar este año. Eso toma sentido, pero lo propio del sentido es que ahí se nombra alguna cosa. Y eso hace surgir la dit-mansion, la dit-mansion justamente de esa cosa vaga que llamamos las cosas, y que sólo toman su acento de lo Real, esto es, de uno de los tres términos de los cuales ya he hecho algo que podríamos llamar la emergencia del sentido (Lacan, 1974-75) [2]. De la letra se inicia el parlêtre, el ser que al hablar procura el sentido de la ex-sistencia (Real) en otro significante (S1?S2): equívoco fundamental. El análisis proporciona un camino inverso al del momento inaugural del parlêtre: de la práctica del blablabla a la práctica de la letra. Sabemos, por experiencia, que la lógica del significante –desdoblada y evidenciada por la interpretación psicoanalítica– lleva a un impasse: el impasse necesario del sujeto supuesto saber, que conduce a la constatación, al discernimiento de lo irremediable, ininterpretable, incurable, indecidible. Encontrarse con ese desafío no se corresponde con la impotencia, sino con el acto. Sólo un acto, de-cisivo, decidiendo el paso fuera de la lógica del significante, es-cisión, extravagancia oriunda del saber sin sujeto, permite el pase. Pase fuera de serie que posibilita un acceso a la soltura, desenvoltura, atrevimiento, descaro dice el mismo Lacan hablando de Marguerite Duras y de su “práctica de la letra” (1965, p. 200). Práctica de la letra en la que el literato, litter-rasuror, precede al © Todos los derechos reservados. www.nadieduerma.com.ar © Todos los derechos reservados. www.nadieduerma.com.ar Image not readable or empty /2014/images/posts/ND2-Resonancias/dominique.jpg

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Interpretación

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De la lógica de la interpretación a la práctica de la letra

Dominique Fingermann

El título “De la lógica de la interpretación a la práctica de la letra” formaliza un

recorrido: “de... a...” y, por lo tanto, anuncia, indica, promete una orientación, un pasaje,

una operación.

Una operación lógica que afecte, que tenga efectos. Y eso mismo es lo que

esperamos de la dirección del psicoanálisis por el psicoanalista. Orientados éticamente

por lo real, visamos un pasaje, “una mutación”, dice Lacan, que tenga consecuencias

poéticas y políticas, ya que apostamos a un nuevo lazo enraizado en lo radical de la letra

del sínthoma.

La letra del sínthoma dispara el juego del parlêtre (hablaser-hablaletra). Tiempo

lógico (ver-comprender-concluir) de la estructura cuando el significante del Otro toma

cuerpo y proporciona la identificación del Uno.

Un significante hace agujero, incisión primordial en el cuerpo, y decide la

consistencia del Uno y la ex-sistencia. Decisión primordial que divide el cuerpo pulsional

(ligado al Otro y a su demanda) y el cuerpo –en-corps– que no se liga, ni articula, sino

que fomenta el eco de la repetición (encore!). La hystoria puede comenzar a partir de ese

tiempo lógico de la identificación, esto es, la “transformación operada cuando se

asume...” (Lacan, 1949, p. 97) un agujero como marca del Uno, primer anudamiento RSI

entre el agujero, la ex-sistencia y la consistencia.

De esa letra –anudamiento RSI– se nombra “alguna cosa” que se transforma en

“alguien”: Y a quelqu’un! (Ahí hay alguno!). Lacan explicita em el Seminario RSI el enlace

entre la letra, el habla y el sentido:

Por lo tanto, escribo R.S.I. este año, como título. Son sólo letras, y como tales, suponen una equivalencia. ¿Qué es lo que

resulta del hecho de que estoy hablando de esas letras, utilizándolas como iniciales, y si estoy hablando de ellas como Real,

Simbólico e Imaginario? Eso toma sentido, y esa cuestión del sentido, nada más es, precisamente, lo que estoy tratando de situar

este año. 

Eso toma sentido, pero lo propio del sentido es que ahí se nombra alguna cosa. Y eso hace surgir la dit-mansion, la dit-mansion

justamente de esa cosa vaga que llamamos las cosas, y que sólo toman su acento de lo Real, esto es, de uno de los tres términos de

los cuales ya he hecho algo que podríamos llamar la emergencia del sentido (Lacan, 1974-75) [2].

 

De la letra se inicia el parlêtre, el ser que al hablar procura el sentido de la ex-sistencia (Real) en otro significante (S1?S2):

equívoco fundamental.

El análisis proporciona un camino inverso al del momento inaugural del parlêtre: de la práctica del blablabla a la práctica de la

letra.

Sabemos, por experiencia, que la lógica del significante –desdoblada y evidenciada por la interpretación psicoanalítica– lleva

a un impasse: el impasse necesario del sujeto supuesto saber, que conduce a la constatación, al discernimiento de lo

irremediable, ininterpretable, incurable, indecidible. Encontrarse con ese desafío no se corresponde con la impotencia, sino con el

acto. Sólo un acto, de-cisivo, decidiendo el paso fuera de la lógica del significante, es-cisión, extravagancia oriunda del saber sin

sujeto, permite el pase.

Pase fuera de serie que posibilita un acceso a la soltura, desenvoltura, atrevimiento, descaro dice el mismo Lacan hablando

de Marguerite Duras y de su “práctica de la letra” (1965, p. 200). Práctica de la letra en la que el literato, litter-rasuror, precede al

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psicoanalista, llegando “derecho a lo mejor de lo que se puede esperar del psicoanálisis en su fin” (Lacan, 1971, p. 19), o más

precisamente, en lo que sigue al fin, como continuación, repercusión del fin, dada la lógica inagotable del significante. De hecho, el

fin de un análisis incluye a sus consecuencias en la temporalidad del acto que lo decide. “El acto se juzga en su lógica por sus

consecuencias” (Lacan, 1967). Es la práctica de la letra del sínthoma, en alguna medida, la que valida la decisión del fin.

Por lo tanto, hay anudamiento de la lógica, de la ética y de la poética, como consecuencia del acto que condiciona la dirección

de la cura psicoanalítica. Esto se produce desde el inicio, desde la evidencia de una falla, pérdida, que suspende el sentido lógico,

ético, poético de la vida. Una falla que en el habla se enuncia como falta, traduciendo, transfiriéndose en queja que puede tener la

fortuna de encontrar un analista que “tenga chance de responder” (Lacan, 1973, p. 555) a esa letra (carta) en sufrimiento, en

instancia, en suspenso. Pas de sens: noticia de la letra del síntoma.

Pas-de-sens – No hay sentido

Pas-de-sens, mi casamiento, mi trabajo, mi hijo, mi vida. Perdí el sentido, el sentir de la vida. Perdí. ¿Desde cuándo? Desde

que tengo memoria.  

Pas-de-sens: inhibición, síntoma, angustia. Inhibición que empaña, síntoma que estorba, angustia que ofusca el sentido de la

vida. ¿Un análisis podría renombrar esas “nominaciones”, manifestaciones, índices, instancias del “ser” preso en el “falso self”

(Lacan, 1967-68) verdadero de la significación fantasmática?

De un análisis, de su pas-de-sens, o paso de sentido anhelado, es decir de su interpretación, se espera una nominación.

Pas de sens: paso de sentido, transformar ese susto en queja ya es una respuesta valiente, ética, ya es un lance del decir:

producir “de la nada”, del dolor de existir, un paso de sentido que el psicoanálisis, desde siempre (o sea hace más de ciento veinte

años) acoge: Traumdeutung, dice Freud, Trauma-deutung.

Lógica de la interpretación: lo que está en juego es una práctica del lógos (dia-logos).

Desde el origen, por ser marcado (agujereado) en el cuerpo por el significante del Otro que no tiene sentido (letra), el parlêtre

toma la palabra, VOZ ÚNICA, y de hablado se torna hablante.

La experiencia del psicoanálisis ofrece una buena ocasión para reabrir ese paso inaugural, del pas-de-sens (no sentido) al

pas-de-sens (paso de sentido). Nuestra práctica de blablablar se orienta, por lo tanto, como una práctica del sentido: lógica del

significante. El habla trilla sus extravíos, se procura en el surco de la letra en dirección a una supuesta verdad, que el Otro y su

“poder discrecional” (Lacan, 1955, p. 333) alojaría. S1? S2 relanza más la fuga del sentido que alcanzaría la verdad en el camino

de la transferencia.

Es la estructura interpretativa del propio acto de habla lo que enseña el dispositivo analítico. La escritura de los matemas de

los “discursos” evidencia cómo el Otro de la relación de habla es convocado naturalmente (o más bien estructuralmente) a un

cierto lugar: en la dirección del supuesto saber.

Al hablar, el analizante interpreta. Su habla es vectorizada por el supuesto intérprete de la dirección de la cadena asociativa, o

sea, es con un mensaje invertido de su propio enigma que el analizante se dirige al analista.

El habla, desplegado en la asociación libre, desdobla ahí la estructura, como “muestra” la escritura del “grafo”, que abre el

panorama de las tres dicho-menciones de cualquier acto de habla: el enunciador (el decir), el enunciado, la enunciación.

La entrada del analista (y no del “supuesto”) en la lógica de la interpretación, la táctica de su presencia en la estructura

requiere tomar siempre en consideración esas tres dicho-menciones, como recuerda Lacan en la famosa declaración de L’etourdit:

“Que se diga permanece oculto detrás de lo que se dice en lo que se oye” (Lacan, 1972, p. 448).

Ubicado por la estructura del habla como complemento del inconsciente, el psicoanalista se  hará “responsable” del

inconsciente: respondiendo a partir de su alteridad radical, respondiendo por su ex-sistencia real.

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La escritura de los “discursos” formaliza esa operación posible en la estructura, evidencia cómo la posición del psicoanalista

permite una interpretación “otra” de la estructura, a ? S2. Inter-prestando lo que perdura de pérdida pura (Lacan, 1973, p. 543) y

garantizando, salvaguardando la posición del inconsciente como referencia ininterpretable, saber sin sujeto, punto de partida.

Al callar, el analista interpreta. Prestándose como objeto –como el que no concuerda con la suposición del sujeto– con el

“decir que no” del acto, él pone al analizante a trabajar, a?$ (exponiendo así lo que era enunciación supuesta del discurso del

amo).

El discurso histérico es respuesta del analizante al acto del analista, desdoblamientos del deseo y de su interpretación por el

fantasma.

Cuando el analizante interpreta, su interpretación tiene efectos de verdad. Hystorización. Hystoria sin fin de la verdad

mentirosa de la conjunción del goce con el sentido: jouis-sens (goce-sentido).

Cállese el analista –su interpretación no valida esa verdad, y en eso mismo denuncia su “semblant” indicando lo real que ella

encubre–.

Cuando el analista interpreta, él interpresta (como un actor o un músico) la pura pérdida, y su interpretación (para el

traumatizado que sólo apuesta del padre a lo peor) tiene efecto real: trou-matismo[3]. La interpretación “hace resonar ahí otra cosa

que el sentido”. “Ella reverbera más allá del habla”, “ella fuerza ahí otra cosa”, ella toca “la ex-sistencia de lalengua” (Lacan, 1974-

75) [4].

Pas-de-dialogue?

–Lacan, en tanto, precisa que la interpretación limita el “pas de dialogue” (no hay diálogo), o sea que constituye cierto tipo de

“interlocución”.

Interlocución entre la interpretación del analizante y la interpretación del analista, que opera en sentidos opuestos (sentido de

verdad X sentido real): lógica de la interpretación.

–Vale notar, con todo, que Lacan hasta el final de su enseñanza, menciona un cierto tipo de intervención del analista que

llama “ayuda”, “colaboración”, “contribución” en la construcción interpretativa del analizante vectorizada por la verdad (“la

interpretación tiene efectos de verdad” decía Lacan hasta el Seminario XIV, lo que corresponde a esa vertiente “verdadera” del

habla del analizante).  

–Precisamos igualmente que si la interpretación analizante construye su interpretación del deseo por el fantasma, la

interpretación del analista, cuando observa la incógnita del deseo, es para vaciar su sentido coercitivo, constreñido por el

fantasma, y descubrir en flagrancia al ab-sens que lo causa.

–A lo largo del análisis el corte tiene el efecto paradojal de propiciar los pasos de sentido (pas de sens) hasta que, al ceñir el

impasse al cual conducen necesariamente los pasos, el analizante consienta en toparse con el ab-sens, la falta original de sentido.

Convocado a ese diá-logo en la estructura de habla, el analista responde desde su lugar indicado en el discurso analítico.

Corte en eljouis-sens

 “Es nuestro deber interpretar” (Lacan, 1973, p. 504), dice Lacan; Soler precisa: “la interpretación debe cortar el sens joui

(sentido gozado)”.  

Sabemos que Lacan dio diferentes formulaciones de la interpretación, que acompañaron los cambios de su aprehensión de lo

real de la clínica. Mientras tanto, persiste e insiste a lo largo de la enseñanza lacaniana su valor fundamental de corte.

Fundamentalmente es corte en relación a la esperanza transferencial, “el lugar desde donde el psicoanalista habla no es el

mismo que aquel desde donde es supuesto hablar en la transferencia” (Lacan, 1965-66) [5].

Que sea puntuación, escansión de la cadena significante que revela la producción de significación del sujeto supuesto; que

sea intrusión, intromisión, alusión, suplemento de significante, “ligar (leer) de otra manera” (Lacan, 1967-68). Que sea sorpresa,

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equívoco, cita, enigma, poesía, todas las variantes de la interpretación producen un corte en el sentido y en la verdad, todas

suspenden al sujeto supuesto saber y al sentido gozado (jouis-sens) a él atribuido.

En general, el analizante demora un cierto tiempo antes de percibir que la intervención del analista no completa su verdad,

pero responde a la verdad con el saber: la posición del inconsciente es respuesta y responsabilidad del analista.

Pas sans dire

Aún vale notar que el corte interpretativo (equívoco, cita, etc.) no tiene sino el valor de “decir que no”, la negativización de los

dichos, y también invalidación de la verdad mentirosa.

Por el contrario, el corte interpretativo, en la lógica del significante –es decir silencioso (“su silencio es tan alto” (Barros, 1993,

p. 99))– él silencia el sentido que sutura el inter-dicho para producir, actualizar en el intervalo, el hueco que permite que resuene el

eco del decir “silencional”[6] (Rosa, 1969, p. 100): Y a d’l’Un.

En este sentido Lacan estimó en algún momento la intervención “tu l’as dit!”  (“¡tú lo has dicho!”) como una de las mejores

interpretaciones, ya que ella corta la suposición de saber en el Otro (fue usted quien lo dijo) y señala que el dicho no va sin el

decir: el dicho permite localizar y autentificar el lugar del decir (“Ça ne va pas sans dire”). El corte de la sesión produce igualmente

ese mismo efecto de vaciamiento del sentido y de resonancia del decir: “tu l’as dit!”.

La interpretación es fundamentalmente apofántica: Y a d’l’Un!

Límite al pas de dialogue, ya que apunta hacia la emergencia, por medio del lógos, de la presencia viva y única del parlêtre.

La interpretación actualiza lo inter-dicho, pone en escena, muestra apofántica el “discurso sin palabras” (Lacan, 1968-69, p.

11).

Destacando lo inter-dicho, la interpretación suelta la lalengua presa en la palabra y en el sentido.

La lógica de la interpretación, en su término, propicia la práctica de la letra que podemos llamar, con Lévinas, “la

responsabilidad del decir” (1978, pp. 16-17); con François Cheng, “el soplo del vacío mediano”, tercera dicho-mención sin la cual

no hay vía/voz (voix/voie); con Paul Valéry, “el movimiento pendular entre el sonido y el sentido” (1924-44, pp. 1332-1333); y con

Manoel de Barros, “los des-límites de la palabra” (1993, p. 31).

Dominique Fingermann

 

Traducción: Comité editorial deNadie duerma

 

Bibliografía-Barros, M . O Livro das Ignorãças. Rio de Janeiro: Brasiliense, 1993. 107p.

-Cheng, F. Cinq méditations sur la beauté. Paris: Albin Michel, 2006. 160 p.

-Lacan, J. (1955). Variantes do tratamento-padrão In: Escritos. Rio de Janeiro: Zahar, 1998. p. 325-364

-Lacan, J. Le Séminaire – Livre 13. L’objet de la psychanalyse (1965-1966): Aula de 26 de janeiro de 1966. Inédito.

-Lacan, J. Le Séminaire – Livre 14. La logique du fantasme (1966-1967). Inédito.

-Lacan, J. Réponse aux avis manifestés sur la Proposition (version transcription). Inédito (12 de junho de 1967).

-Lacan, J. Le Séminaire – Livre 15. L’acte psychanalytique (1967-1968): Aula de 29 de novembro de 1967. Inédito.

-Lacan, J. (1968-1968). O seminário – Livro 16. De um Outro a outro. Rio de Janeiro: Zahar, 2008. 409 p.

-Lacan, J. (1971). Lituraterra. In: Outros escritos. Rio de Janeiro: Zahar, 2008. p.15-25

-Lacan, J. (1972). O Aturdito. In: LACAN, J. Outros escritos. Tradução de Vera Ribeiro. Rio de Janeiro: Zahar, 2003. p. 448-497

-Lacan, J. (1973). Televisão In: LACAN, J. Outros escritos. Tradução de Vera Ribeiro. Rio de Janeiro: Zahar, 2003. Rio de Janeiro: Zahar,

2003. p. 508-543

-Lacan, J. (1973). Introdução à edição alemã de um primeiro volume dos Escritos. In: Outros escritos. Tradução de Vera Ribeiro. Rio de

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Janeiro: Zahar, 2003. p. 550-556

-Lacan, J. (1973). Posfácio ao Seminário XI. In: Outros escritos. Tradução de Vera Ribeiro. Rio de Janeiro: Zahar, 2003. p. 503-507.

-Lacan, J. Le Séminaire – Livre 22. R.S.I. (1974-1975): Aulas de 11 de fevereiro de 1975 e 11 de março de 1975. Inédito.

-Lévinas, E. Autrement qu’être ou au-delà de l’essence . Paris: Kluwer Academic, 1978. 220p.

-Rosa, J. G. Estas estórias. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 1968. 538p.

-Valéry, P. (1924-1944). Variété. In: VALÉRY, P. Oeuvres Complètes. Paris: Gallimard, 1957. 1857p.

[1] Psicoanalista. Diplomada en Psicología Clínica por la Universidad Paul Valéry (Montpellier, Francia). Es AME de la Escuela Internacional de Psicoanálisis

de los Foros del Campo Lacaniano, institución en la que ha ocupado diversos cargos internacionales. [email protected]  

[2] Jacques Lacan. R.S.I., inédito (clase del 11/03/1975). En francés: “[...] Donc, R.S.I. j’écris, cette année, en titre. Ce ne sont que des lettres, et comme

telles, supposant une équivalence. Qu’est-ce qui résulte de ce que je les parle, ces lettres, à m’en servir comme initiales, et si je les parle comme Réel, Symbolique et Imaginaire? Ça prend du sens, et cette question du sens, c’est bien ce que, rien de moins, j’essaie de situer cette année. Ça prend du sens, mais le propre du sens, c’est qu’on y nomme quelque chose. Et ceci fait surgir la dit-mansion, la dit-mansion juste­ment de cette chose vague qu’on appelle les choses, et qui ne prennent leur assise que du Réel, c’est-à-dire d’un des trois termes dont j’ai fait quelque chose qu’on pourrait appeler l’émergence du sens [...]”. Traducción nuestra.

[3] Neologismo acuñado por Colette Soler. Compuesto por “trou” (agujero), condensa trauma y agujero con “matismo” (N. del T.).

[4] En francés: “[...] Il est certain qu’elle porte, l’interprétation analytique porte d’une façon qui va plus loin que la parole [...]”. Traducción nuestra.

[5] No original: “[...] La place d’où le psychanalyste parle n’est pas la même que celle d’où, dans le transfert, il est supposé parler”.

[6] Sic. (N. del T.).

 

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