¿Debemos Despreciar a Los Que Se Lo Merecen

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REFLEXIONES: ¿DEBEMOS DESPRECIAR A LOS QUE SE LO MERECEN? A propósito de lo que dice el salmo 15.4, sobre el “menosprecio al –que es- vil”. Pienso en el Señor Jesús, cómo habló a los fariseos y gente religiosa, y en sus palabras parece que no había amor. Lo que vemos es una gran indignación que le causaba el que estuvieran pagados de su propia justicia y, sobre todo, el daño que causaban a la gente con sus "cargas pesadas" (Mat.23.4) el "devorar las casas de la viudas" (Mat.23.14) el privar a los padres ancianos de los cuidados al decir: "es Corban todo aquello con lo cual yo podría ayudarte" (Marc.7.11) y, sobre todo, el haber "quitado la llave de la ciencia, de tal manera que no solo no entráis vosotros sino que impedís a otros que entren..." (Luc.11.52) Sin duda ellos se merecían todo el desprecio de Señor. Sin embargo, dentro de su corazón había un dolor profundo por ese comportamiento y sus terribles consecuencias, no sólo en ellos sino en los que menciona el Maestro. Dicho dolor se puso de manifiesto cuando lloró por la ciudad de Jerusalén. Nada nuevo; en el pasado el Señor sintió el mismo dolor a través de las lágrimas del profeta Jeremías (por ejemplo) cuando Dios quería "juntar a sus hijos como la gallina a sus polluelos..." y añade el Señor: "Y no quisiste" (Luc.23.37) Esa negación del amor de Dios por su pueblo, fue una decisión deliberada y es puesta de manifiesto por el evangelista Lucas, cuando dijo: "Mas los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan" (Luc.7.30) Cuando asistimos a una gran crisis donde mucha gente lo está pasando muy mal, mientras un día sí y otro también, los medios nos informan de lo muy extendida que está la corrupción entre la clase política (incluido algún miembro de la familia Real) uno tiene que hacer de tripas corazón para no vomitar el desprecio que merecen. Jesús dijo de los dirigentes religiosos (que en un sentido, también lo eran políticos) “Vosotros habéis hecho de la casa de mi Padre, casa de mercado y cueva de ladrones” (Luc.19.45-46; J.2.16) ¡Qué aplicación tienen estas palabras para todos aquellos que,

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¿Debemos Despreciar a Los Que Se Lo Merecen

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REFLEXIONES: ¿DEBEMOS DESPRECIAR A LOS QUE SE LO MERECEN?

A propósito de lo que dice el salmo 15.4, sobre el “menosprecio al –que es- vil”.

Pienso en el Señor Jesús, cómo habló a los fariseos y gente religiosa, y en sus palabras parece que no había amor. Lo que vemos es una gran indignación que le causaba el que estuvieran pagados de su propia justicia y, sobre todo, el daño que causaban a la gente con sus "cargas pesadas" (Mat.23.4) el "devorar las casas de la viudas" (Mat.23.14) el privar a los padres ancianos de los cuidados al decir: "es Corban todo aquello con lo cual yo podría ayudarte" (Marc.7.11) y, sobre todo, el haber "quitado la llave de la ciencia, de tal manera que no solo no entráis vosotros sino que impedís a otros que entren..." (Luc.11.52)

Sin duda ellos se merecían todo el desprecio de Señor. Sin embargo, dentro de su corazón había un dolor profundo por ese comportamiento y sus terribles consecuencias, no sólo en ellos sino en los que menciona el Maestro. Dicho dolor se puso de manifiesto cuando lloró por la ciudad de Jerusalén. Nada nuevo; en el pasado el Señor sintió el mismo dolor a través de las lágrimas del profeta Jeremías (por ejemplo) cuando Dios quería "juntar a sus hijos como la gallina a sus polluelos..." y añade el Señor: "Y no quisiste" (Luc.23.37)

Esa negación del amor de Dios por su pueblo, fue una decisión deliberada y es puesta de manifiesto por el evangelista Lucas, cuando dijo: "Mas los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan" (Luc.7.30)

Cuando asistimos a una gran crisis donde mucha gente lo está pasando muy mal, mientras un día sí y otro también, los medios nos informan de lo muy extendida que está la corrupción entre la clase política (incluido algún miembro de la familia Real) uno tiene que hacer de tripas corazón para no vomitar el desprecio que merecen. Jesús dijo de los dirigentes religiosos (que en un sentido, también lo eran políticos) “Vosotros habéis hecho de la casa de mi Padre, casa de mercado y cueva de ladrones” (Luc.19.45-46; J.2.16) ¡Qué aplicación tienen estas palabras para todos aquellos que, aprovechando de su posición política se apropian del dinero de los contribuyentes!

Como cristianos hemos de tener mucho cuidado y no dar rienda suelta a sentimientos de ira contra nadie, pensando que estamos autorizados así, para “obrar la justicia de Dios” (Sat.1.19-20) No nos conviene, si queremos mantener nuestro espíritu dentro de los límites de la mansedumbre de la cual nos habló el Señor en las bienaventuranzas. Más bien, queremos subrayar –dada nuestra humana debilidad- por una parte la indignación del Señor contra el comportamiento de los dirigentes religiosos y, por otra, su entrañable amor (de sus propias entrañas) por aquellos que denuncia. Así, el Señor Jesucristo clarifica para nosotros el asunto del "desprecio" a los que se lo merecen: Indignación y desprecio al comportamiento de los políticos corruptos; pero dolor en el corazón; tristeza y pena, por ellos mismos y por el daño que causan. Solo así es que podemos cumplir Su mandamiento: "amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen…" (Mat.5.43-44) Y éstos, sean quienes sean. El juicio, solo le corresponde a Dios. Ante él, nadie podrá hablar de “presunción de inocencia, mientras no se demuestre lo contrario” Él lo sabe todo.

Como siempre decimos, nuestro Señor debe servirnos como punto de referencia máximo en todo, pues así “él nos dejó ejemplo para que sigáis sus pisadas” (1ªP.2.21) Un saludo Ángel Bea