Declaracion Universal de Los Derechos Del Hombre

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INTRODUCCION.Ningn documento en la historia de la humanidad ha contribuido tanto a la proteccin y garanta de los derechos fundamentales como la Declaracin Universal de Derechos Humanos. sta es una reflexin sobre su origen, su naturaleza y su legado. Poco antes de la media noche del 10 de diciembre de 1948, despus de casi tres aos de gestacin, largas jornadas de negociacin y deliberacin, la Asamblea General de la entonces recientemente constituida Organizacin de las Naciones Unidas, reunida en Pars, aprob y proclam la Declaracin Universal por 48 votos a favor, ninguno en contra y con slo ocho abstenciones.1 En ese instante dio inici un nuevo captulo en la historia de la humanidad, se abri un nuevo horizonte sobre el cual volvi a brillar la esperanza oscurecida aos atrs por la penumbra de la segunda conflagracin mundial y sus demenciales excesos. Esa noche, en el recinto del Palacio de Chaillot sede, entre otros, del Muse de lHomme, Delegados de los 58 Estados integrantes en ese momento de las Naciones Unidas fueron protagonistas de un acontecimiento histrico, con un claro significado poltico y una profunda conviccin moral: poner la primera piedra sobre la cual se alzara, con gran des esfuerzos y en contra de muchos pronsticos, otro palacio un templo, como lo llamara Ren Cassin, uno de sus padres fundadores, erigido en nombre de la dignidad y la autonoma de la persona humana, con el fin de albergar los valores fundamentales de libertad, igualdad, justicia, seguridad y fraternidad que desde hace siglos, aunque con diferentes concepciones, orientan la conciencia jurdica de la humanidad. Esa fecha marc el inicio de un proceso de cambio histrico, a partir de un documento que concentra, de forma clara y sencilla en 30 artculos y un prembulo los ideales y derechos bsicos de las personas, consignados por una generacin que vivi con crudeza los horrores de la guerra y la barbarie y que con determinacin y empeo alcanz en breve tiempo el consenso necesario para elevar su contenido a un postulado tico comn de todos los pueblos y naciones; convirtindose en la simiente de un robusto ordenamiento jurdico que en su desarrollo progresivo ha construido un slido andamiaje normativo con objeto de proteger y garantizar los derechos humanos frente a los Estados, los individuos, los grupos y la comunidad internacional en su conjunto: el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Ningn otro documento de su naturaleza, antes o despus, ha inspirado la imaginacin, la accin y la transformacin de tantas personas, organizaciones, pueblos y naciones a lo largo y ancho del mundo entero con el fin de salvaguardar los derechos y libertades fundamentales; ni ha sido traducido a ms idiomas para llegar a la mayor cantidad posiblede personas en su propia lengua. Ninguno en su gnero ha sido ms citado en las deliberaciones y resoluciones de las Naciones Unidas como compromiso de la comunidad internacional en la promocin y proteccin de tales derechos, ni ha establecido tan claramente el vnculo entre stos con la paz y la seguridad internacionales, tal como se advierte desde el primer considerando del Prembulo de la Declaracin donde se destaca que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrnseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana. Es verdad que la Declaracin Universal no fue el primer instrumento internacional en hacer alusin a los derechos y libertades fundamentales. Algunos aos antes, en 1945, la Carta de las Naciones Unidas aluda ya a la importancia de los derechos humanos y anunciaba con ello el inicio de un proceso de anlisis del tema por parte de la organizacin con miras a iniciar su desarrollo jurdico. Incluso con anterioridad, en la poca de la Sociedad de las Naciones, se hicieron esfuerzos por reconocer algunos derechos fundamentales a personas y grupos minoritarios. De igual forma, meses antes de la aprobacin formal de la Declaracin Universal, la tambin naciente Organizacin de los Estados Americanos aprob la Declaracin Americana de Derechos y Deberes del Hombre, como el primer catalogo internacional con pretensin de universalidad, aunque auspiciado por una organizacin regional. Asimismo, siglos atrs, otras declaraciones y proclamas de derechos en el mbito nacional tuvieron una evidente influencia histrica y constituyen un referente necesario; los grandes textos del pasado en palabras de Antonio Cassese:6 desde el Cilindro de Ciro del ao 539 antes de Cristo, la Carta Magna de 1215 o el Privilegio General de Aragn de 1283, hasta la Declaracin francesa de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, pasando por el Bill of Rights ingls de 1689, la Declaracin de Virginia de 1776 y la Declaracin de Independencia de Estados Unidos, de ese mismo ao. De igual forma, muchas constituciones nacionales incorporaban ya un catlogo de derechos, siendo conocida la influencia, entre otras, de la Constitucin mexicana de 1917 en el reconocimiento de los derechos sociales. Finalmente, a lo largo de la historia de la civilizacin muchas doctrinas religiosas y escuelas filosficas han situado a la dignidad humana como eje y motor de su pensamiento, e inspirado verdaderas revoluciones sociales y jurdicas. Qu hace entonces novedosa a la Declaracin Universal? La Declaracin representa el primer instrumento internacional que contiene un catalogo integral de derechos y libertades fundamentales con alcance y pretensin de universalidad adoptado por la comunidad internacional a nivel mundial. Adems, otras caractersticas de su texto y su contexto la distinguen, aunque no la separan, del resto de instrumentos que la anteceden; entre ellas: su sencillez; su oportunidad; su evidente ductilidad; su tridimensionalidad (tica, poltica y normativa); la integralidad y la fuerza expansiva de su contenido, y la significativa evolucin de sus efectos jurdicos, pero sobre todo, el hecho de que ningn otro documento internacional de su naturaleza ha sido debatido de manera tan extensa e intensa por un grupo tan diverso de personas representantes de diversas culturas y tradiciones (particularmente las posiciones occidentales y soviticas) como lo fue la Declaracin desde su gestacin hasta su aprobacin final. Como sostiene Antonio Cassese, la Declaracin no imita los grandes textos occidentales del pasado, pues no se limita a enunciar un catlogo de derechos individuales, sino que incorpora tambin derechos con contenido econmico y social, y establece algunas garantas para hacerlos operativos. En conjunto: es un fruto de varias ideologas: el punto de encuentro y de enlace de concepciones diferentes del hombre y de la sociedad, de ah que no pueda considerarse una imposicin o un triunfo de Occidente, ni tampoco un instrumento de propaganda poltica. La Declaracin afirma Cassese constituye una victoria de la humanidad entera, si bien no total ciertamente, con un efecto pedaggico de enorme importancia. El presente estudio tiene por objeto exponer de manera general las principales caractersticas de la Declaracin Universal de Derechos Humanos, tanto en su dimensin jurdica como en su dimensin histrico-poltica y simblico-cultural, con objeto de ilustrar, aunque sea de manera breve, la importancia terica y prctica de un documento que, si bien forma parte de la denominada Carta Internacional de los Derechos Humanos (conjuntamente con los Pactos Internacionales de Derechos Civiles y Polticos, y Econmicos, Sociales y Culturales de 1966 y de sus protocolos adicionales) y, a la vez, del ms amplio corpus del derecho internacional de los derechos humanos, sigue siendo por s misma un referente necesario, tanto en la evolucin del pensamiento y de la conciencia jurdica de la humanidad como del desarrollo progresivo del derecho internacional, en los planos universal y regional. Ante todo, la Declaracin Universal es, desde su adopcin, una firme proclama en contra de la tirana del poder, del abuso y de la guerra; un smbolo de resistencia en contra de todas aquellas acciones y omisiones que caracterizan esa otra realidad infame que amenaza con crudeza despojar de sentido a las palabras, reduciendo a simples papeles los derechos de las personas y a meras promesas los ms altos ideales de la humanidad.

EL CARCTER MULTIDIMENSIONAL DE LA DECLARACION UNIVERSAL.La Declaracin Universal de Derechos Humanos es mucho ms que un simple documento internacional; es un texto multidimensional que admite ser analizado desde diferentes perspectivas y con diferentes finalidades, tericas y prcticas. Una primera cuestin que debe analizarse es su denominacin, pues ello permite distinguir continente y contenido, ya que no es lo mismo una declaracin de derechos que los derechos mismos. As, se llama la atencin sobre el hecho de que la Declaracin Universal no crea los derechos que enuncia, no los descubre ni los inventa, sino que los reconoce y los proclama a nivel internacional los generaliza y universaliza como expresin de un ideal comn; pues tales derechos, en su gran mayora, preceden a su declaracin internacional, existen ya como derecho positivo en las constituciones y leyes de muchos Estados y se encuentran incorporados al discurso jurdico de diferentes formas y con diferentes alcances. He aqu una primera dimensin histrica que constituye el contexto y la perspectiva de anlisis de la Declaracin Universal, como heredera de un lenguaje comn a diferentes tradiciones jurdicas con vocacin universal, aunque con una clara influencia occidental. De igual forma, el anlisis del ttulo del documento nos permite advertir algunos rasgos de su dimensin jurdica. No es igual una declaracin, en cuanto acto jurdico, que el documento y su contenido. El trmino declaracin, en cuanto acto jurdico como se ver ms adelante tiene un significado especial, lo que trasciende tambin a sus efectos normativos. En el mismo sentido, el carcter universal de la Declaracin remite a diferentes dimensiones del texto y del acto mismo. En su dimensin espacial es universal, podramos decir mundial en contraposicin a regional o nacional, por haberla adoptado la Asamblea General de las Naciones Unidas, y por estar referida a todos los pueblos, territorios y Estados integrantes de la organizacin o vinculados por su Carta Constitutiva, tanto al momento de su adopcin (58 Estados Miembros), como a raz de su incorporacin posterior (193 en la actualidad). As lo confirma el Prembulo de la Declaracin donde se proclama el respeto a los derechos y libertades fundamentales, y su reconocimiento y aplicacin universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdiccin, as tambin lo hace el segundo prrafo del artculo 2o., donde se seala que: no se har distincin alguna fundada en la condicin poltica, jurdica o internacional del pas o territorio de cuya jurisdiccin dependa una persona, tanto si se trata de un pas independiente, como de un territorio bajo administracin fiduciaria, no autnomo o sometido a cualquier otra limitacin de soberana. En su dimensin personal, la Declaracin es universal porque se refiere a todos los miembros de la familia humana, esto es, la titularidad de los derechos proclamados responde a todas las personas sin distincin alguna basada en nacionalidad, religin, raza, sexo, edad, situacin econmica o social, o cualquier otra. Adicionalmente, es universal y no internacional (interestatal), como originalmente fue intitulada, en razn de sus destinatarios pasivos porque involucra deberes no slo de los Estados sino de todas las personas, instituciones, grupos, pueblos, territorios no autnomos y naciones que integran el mundo entero, tanto los independientes, al momento de su adopcin, como los que alcanzaron su independencia posteriormente. As se advierte en su Prembulo: La Asamblea General proclama la presente Declaracin Universal de Derechos Humanos como ideal comn por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirndose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseanza y la educacin, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carcter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicacin universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los estados miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdiccin. El que sea una declaracin universal de derechos humanos supone tambin que su dimensin material o sustantiva su contenido ya no su continente se relaciona con derechos positivos y no slo con exigencias ticas o imperativos morales (con independencia del valor jurdico de la Declaracin). Esto es, se proclaman derechos pblicos subjetivos siguiendo una aeja tradicin jurdica que corresponden a la persona humana por el hecho de serlo, por considerarse inherentes, interdependientes e inalienables a su dignidad, igualdad y autonoma, y resultar oponibles con carcter erga omnes, a todos los Estados, individuos, grupos y a la comunidad internacional en su conjunto. En consecuencia, la universalidad de su contenido supone que los derechos proclamados constituyen estndares mnimos e independientes al resto de declaraciones o proclamaciones contenidas en documentos o constituciones nacionales. La referencia a los derechos humanos y no a los derechos del hombre como se identifican en otras proclamas y declaraciones y como lo estableca en un primer momento la versin en espaol de la propia Declaracin Universal supone tambin un aporte significativo al reconocimiento de la importancia del lenguaje en la expresin formal de los derechos; coincidente con la igualdad de gnero, las reivindicaciones del movimiento feminista y los derechos de las mujeres, quienes, si bien durante el proceso de redaccin y adopcin de la Declaracin tuvieron una participacin proporcionalmente minoritaria a la de los hombres, en modo alguno sus aportaciones fueron menores. As lo evidencia el papel fundamental que a lo largo de todo el proceso, e incluso aos despus de su adopcin, tuviera Eleanor Roosevelt. De hecho, la influencia del movimiento feminista y de los derechos de la mujer en el lenguaje de la Declaracin se advirti desde el primer momento, durante el proceso de redaccin de su artculo primero. Al respecto, la Comisin de Derechos Humanos, encargada de la preparacin del primer borrador, en su Tercera Sesin (celebrada en Lake Sucess, del 24 de mayo al 18 de junio de 1948) acept la propuesta presentada inicialmente por Bodil Begtrup, Delegada danesa; y secundada por Hansa Mehta, de la India, y Minerva Bernardino, de Repblica Dominicana de modificar los trminos hombre (men) y como hermanos (like brothers), que aparecan en el texto en ingls del proyecto de dicho artculo, por seres humanos (human beings) y en un espritu de hermandad (in a spirit of brotherhood), respectivamente, propuesta que gener tambin la revisin posterior del lenguaje de todo el documento preliminar, artculo por artculo, a fin de no incurrir en un lenguaje sexista. Todo ello nos lleva al anlisis de otras dimensiones de la Declaracin Universal. A su dimensin poltica, en tanto fruto del consenso mayoritario de los Estados y en cuanto continente de derechos que les son oponibles como limitaciones a su soberana; lo que supone necesariamente un replanteamiento de las relaciones de poder entre el Estado, el individuo, la sociedad y la comunidad internacional, a partir de una renovada concepcin o representacin de la dignidad, libertad, igualdad y autonoma de la persona humana, as como de la autodeterminacin de los pueblos y de los alcances del principio de no intervencin en los asuntos de la jurisdiccin interna de los Estados. En este sentido, como lo advierten Menke y Pollmann, la Declaracin es el fundamento de prcticamente todas las polticas actuales sobre derechos humanos, cuyo legado se manifiesta ms all de ser una simple prolongacin de una idea ilustrada, en una nueva formulacin de la idea de los derechos frente al poder poltico estatal, que tiene como condicin previa la catstrofe blica de la segunda conflagracin mundial y de los totalitarismos nacionalistas. A su dimensin simblica-cultural, en cuanto constituye un ideal comn de los pueblos y naciones, una exigencia tica de las personas y un imperativo moral entre los individuos y los Estados. Asimismo, en cuanto factor de solidaridad social e identidad colectiva, vinculado a los procesos de internacionalizacin y mundializacin, que de alguna manera considera o confronta, dependiendo de la perspectiva, las diferencias derivadas de los relativismos religiosos y culturales, los nacionalismos y las exigencias derivadas del respeto a la pluralidad cultural que cuestionan la pretensin de universalidad de los derechos y obliga a su reinterpretacin desde una perspectiva cosmopolita e incluyente. La vigencia de los derechos humanos y su efectiva proteccin y garanta constituye tambin un smbolo de emancipacin, y alberga de diferentes maneras los principios de esperanza, de responsabilidad y de posibilidad que permiten imaginar la construccin o realizacin de un mundo mejor y ms justo; una utopa realista que depende no slo de su consagracin internacional y nacional, sino tambin de la voluntad de las personas que los ejercen, de la accin de quienes estn en la obligacin de respetarlos y protegerlos, y del fomento de una cultura de respeto y una voluntad de accin. Otro aspecto vinculado a su dimensin simblica y cultural es el papel de la Declaracin Universal en la conformacin de un nuevo jus gentium, de su valor constitucional respecto de una esfera pblica internacional. Desde esta perspectiva, la Declaracin Universal junto con la Carta de las Naciones Unidas, y otros instrumentos y tratados de derechos humanos y de derecho penal internacional, integraran un primer paso para la construccin de un orden constitucional de la sociedad mundial.

LA DIMENSION HISTORICO-POLITICA.En su mayora, las palabras de la Declaracin Universal no son nuevas, muchas de ellas ya haban enarbolado declaraciones y constituciones estatales, tratados doctrinales, estudios y documentos de instituciones u Organizaciones No Gubernamentales de carcter nacional o internacional. Lo novedoso, como lo advirti Norberto Bobbio, es su significado y su validez jurdica. Con ello se pone nfasis en el carcter histrico de los derechos humanos y en el hecho de que su internacionalizacin empezando por la lucha contra la esclavitud y la proteccin de las vctimas de la guerra y su paulatina especificacin en diversos instrumentos internacionales que conforman lo que hoy se conoce como derecho internacional de los derechos humanos, son parte de un proceso evolutivo ms amplio al que le anteceden su positivizacin en diferentes textos jurdicos nacionales y su progresiva generalizacin.

EL CAMINO HACIA LA CONSTRUCCION DE UN BILL OF RIGHTS INTERNACIONAL.Diferentes acontecimientos, y algunos de los documentos que derivaron de ellos, contribuyeron a generar el escenario propicio para la discusin y aprobacin de la Declaracin Universal. En primer lugar, la situacin derivada de la Segunda Guerra Mundial hizo evidente que la proteccin internacional de los derechos humanos era una condicin esencial para la paz y el progreso de la humanidad. La ruptura de los valores ms elementales por el rgimen nazi, dentro y fuera de Alemania, hizo que la opinin pblica (cientos de organizaciones polticas, acadmicas y religiosas, mediante publicaciones, manifestaciones u otro tipo de intervenciones) y las Potencias Aliadas convirtieran a los derechos humanos en uno de sus objetivos principales contra las fuerzas del Eje Roma-Berln-Tokio. He aqu otro factor histrico-poltico: la implementacin del discurso de los derechos humanos contra los regmenes totalitarios, antes y despus de la conclusin de la Segunda Guerra Mundial, y como arma ideolgica al inicio y durante el periodo de la Guerra Fra.As lo confirm, primero, el discurso sobre el estado de la Unin del Presidente Franklin D. Roosevelt ante el Congreso norteamericano, el 6 de enero de 1941 previo a que su nacin entrara plenamente en la guerra, pero amenazada por la misma e involucrada con el proyecto de paz venidera, discurso conocido como el de las Cuatro libertades, por haber proclamado la libertad de palabra y pensamiento; la libertad de religin; la libertad ante la necesidad o la penuria, y la libertad ante el miedo como metas que todas las personas en cualquier parte del mundo deberan disfrutar. Ms adelante, la Carta del Atlntico, firmada por Roosevelt y por Churchill, el 14 de agosto de 1941, reiterara entre sus principios, el deseo de restablecer una paz que proporcione a todas las naciones los medios de vivir con seguridad dentro de sus propias fronteras, y que garantice a todos los seres humanos en todas las tierras una vida libre de temor y de necesidad. Por otra parte, la Declaracin de las Naciones Unidas, firmada el 1 de enero de 1942, consider necesaria la victoria sobre los enemigos, para salvaguardar la vida, la libertad, la independencia y la libertad religiosa, as como para preservar los derechos humanos y la justicia. La referencia a la barbarie de la guerra y a las cuatro libertades enunciadas por Roosevelt, seran contempladas finalmente por los redactores de la Declaracin Universal en el segundo prrafo de su Prembulo, el cual despus de considerar que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, afirma que se ha proclamado, como la aspiracin ms elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias. Todo ello pone de manifiesto el hecho de que los derechos humanos irrumpieron en la escena poltica bastante temprana la guerra, dado que haba una clara y generalizada conviccin de que la paz pasaba necesariamente por el establecimiento de regmenes polticos que los protegiesen. Aos ms tarde, en la Conferencia de Dumbarton Oaks, en Washington, D. C., durante los meses de agosto a octubre de 1944 con motivo de las negociaciones de las potencias aliadas (China, Estados Unidos, Gran Bretaa y la Unin Sovitica) que sentaran las bases de la estructura de la sociedad internacional una vez finalizada la guerra y la creacin de la Organizacin de las Naciones Unidas, slo se hizo una vaga referencia a los derechos humanos, al destacar entre los objetivos de la futura organizacin, el de facilitar la solucin de los problemas internacionales, econmicos, sociales y humanitarios, y promover el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales. Ya asomaba entonces un escenario marcado por la lucha ideolgica y por las reticencias de los Estados para asumir compromisos internacionales en materia de derechos humanos hacia el interior de sus propias jurisdicciones. As lo ejemplifica la oposicin del Delegado britnico, Sir Alexander Cadogan, durante la Conferencia, al sealar que la incorporacin de los derechos humanos al futuro tratado constitutivo de la organizacin internacional podra abrir la posibilidad de que la Organizacin pudiese criticar la organizacin interna de los Estados Miembros, particularmente respecto de la cuestin colonial existente en ese momento.31 Esta precaria alusin a los derechos humanos, llev a que en la Conferencia de San Francisco, en la que finalmente se adopt la Carta de las Naciones Unidas, se discutiera con mayor detalle y se ejerciera presin por diferentes Delegaciones, particularmente por las latinoamericanas, a fin de ampliar la referencia a los derechos humanos en la Carta de la naciente Organizacin. La preocupacin por la proteccin internacional de los derechos humanos y el papel de las organizaciones internacionales, una vez que concluyera la conflagracin mundial, estuvo tambin muy presente en los debates de la Conferencia Interamericana sobre Problemas de la Guerra y de la Paz celebrada en el Castillo de Chapultepec en la ciudad de Mxico, del 21 de febrero al 8 de marzo de 1945 (Conferencia de Chapultepec) que tuvo entre sus objetivos el diseo de la participacin de los Estados americanos en la futura Organizacin Mundial y el impulso del propio sistema interamericano a partir, entre otros, del principio de defensa colectiva. En ella, los Estados americanos con excepcin de Argentina, que no particip en la Conferencia proclamaron la igualdad de derechos de todas las personas y encomendaron al Comit Jurdico Interamericano la elaboracin de un anteproyecto de Declaracin de Derechos y Deberes Internacionales del Hombre, considerando tambin que la proteccin internacional de los derechos esenciales del hombre eliminar el uso indebido de la proteccin diplomtica de los ciudadanos en el exterior, cuyo ejercicio ha determinado ms de una violacin al principio de no intervencin y tambin la igualdad de los principios que los Estados Americanos reafirman. Adems, la Conferencia afirm que los Estados tienen derecho a desenvolver libre y espontneamente su vida cultural, poltica y econmica respetando los derechos de la persona humana y los principios de la moral universal. Con ello se puso de manifiesto tambin otra faceta de la dimensin histrico-poltica de la internacionalizacin de los derechos humanos: los derechos humanos como freno a las polticas intervencionistas de las potencias y el deber principal de los Estados de respetar los derechos humanos, lo que supone una primera manifestacin del principio de subsidiariedad que rige en el derecho internacional de los derechos humanos, que tiene una de sus principales manifestaciones en el principio procesal del agotamiento previo de los recursos internos, antes de acudir a una instancia internacional a formular una reclamacin, lo cual permite a los Estados resolver en el mbito interno y a travs de recursos efectivos cualquier violacin a los derechos internacionalmente reconocidos Es en este contexto de intensa reflexin jurdica y poltica en que se lleva a cabo la Conferencia de San Francisco, donde se discuti el papel de la Organizacin Mundial en la promocin y proteccin de los derechos humanos una vez finalizada la guerra, y se defini la ruta a seguir en la confeccin de una Carta Internacional de Derechos Humanos.

LA CARTA DE LAS NACIONES UNIDAS: EL CONTEXTO INMEDIATO DE LA DECLARACION UNIVERSAL.Como lo advierte Johannes Morsink, al momento de la fundacin de las Naciones Unidas, en San Francisco, exista una enorme presin por incorporar un catlogo de derechos humanos en la Carta de la Organizacin. En particular, los pases latinoamericanos formaron un fuerte bloque y muchas de las ideas ventiladas previamente en Chapultepec hicieron su aparicin en San Francisco y se reflejaron en el texto de la Carta. De hecho, el denominado activismo latinoamericano impuls la incorporacin de una declaracin de derechos a la Carta. Al respecto, Mxico y Panam propusieron una Declaracin en el propio texto de la Carta. Adicionalmente como lo recuerda Carrillo Salcedo Brasil, Mxico y Repblica Dominicana propusieron que entre los propsitos de las Naciones Unidas figurasen la promocin del respeto de los derechos del ser humano y las libertades fundamentales y el de alentar el principio democrtico de la igualdad de estatuto jurdico y responsabilidades de hombres y mujeres. Por su parte, las Delegaciones de Uruguay y Cuba se conformaban con que, una vez creada la organizacin, la Asamblea General aprobase en el plazo de tiempo ms corto posible una Declaracin de Derechos Humanos. En particular, Panam propuso como enmienda a la Carta una Declaracin de Derechos Humanos Esenciales, sobre la base de la propuesta elaborada entre 1942 y 1944 por juristas de 24 pases latinoamericanos bajo los auspicios del Instituto de Derecho Americano (American Law Institute). Este impulso gubernamental estuvo acompaado por el lobby de diferentes Organizaciones No Gubernamentales e individuos, algunos de los cuales fueron invitados por la Delegacin norteamericana como consultores. Al final, las grandes potencias rechazaron la propuesta de incorporar una declaracin, recelosos de su soberana y de la posible intervencin en sus asuntos internos, particularmente por el hecho de que todas ellas tenan en esos momentos serios problemas en relacin con los habitantes de sus territorios. No obstante, se alcanz un acuerdo para incorporar al texto de la Carta siete referencias a los derechos humanos que permitieron iniciar un proceso de debate y deliberacin ms amplio que aquel que hubiera podido llevarse a cabo en la Conferencia de San Francisco, aprobndose la propuesta de Panam de recomendar la elaboracin de una Declaracin de Derechos Humanos como una de las primeras tareas de la naciente Organizacin Las primeras referencias a los derechos y libertades fundamentales se encuentran en el Prembulo de la Carta, donde los pueblos de las Naciones Unidas se declaran resueltos no slo a: preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra [y a] crear las condiciones bajo las cuales se puedan mantener la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados internacionales y de otras fuentes del derecho internacional, [sino tambin] a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeas [y a] promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto ms amplio de la libertad. Esta referencia aparecer ms tarde en el Prembulo de la Declaracin Universal establecindose en el texto de la Declaracin como la primera vinculacin expresa con la propia Carta de la Organizacin. La siguiente referencia se encuentra en el artculo 1.3 de la Carta, que destaca entre los propsitos de las Naciones Unidas no as entre sus principios el de realizar la cooperacin internacional en la solucin de problemas internacionales de carcter econmico, social, cultural o humano. Las primeras referencias a los derechos y libertades fundamentales se encuentran en el Prembulo de la Carta, donde los pueblos de las Naciones Unidas se declaran resueltos no slo a: preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra [y a] crear las condiciones bajo las cuales se puedan mantener la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados internacionales y de otras fuentes del derecho internacional, [sino tambin] a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeas [y a] promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto ms amplio de la libertad. Al respecto, Ora y Gmez Isa destacan que la inclusin de esta posibilidad fue el fruto de una intensa presin por parte de las 42 Organizaciones No Gubernamentales con estatus consultivo en la Delegacin norteamericana, permitiendo vencer las grandes reticencias mostradas por Gran Bretaa, la Unin Sovitica y China para crear una comisin de derechos humanos. Se entenda desde ese entonces que la Comisin de Derechos Humanos sera la encargada de elaborar la Declaracin que precisara las disposiciones de la Carta en esta materia, como en efecto sucedi. Finalmente, el artculo 76 de la Carta hace alusin a la promocin de los derechos humanos y a las libertades fundamentales, dentro de los objetivos bsicos del rgimen de administracin fiduciaria, a fin de impulsar la independencia de los territorios no autnomos sometidos a este rgimen. No obstante, en la actualidad todos los territorios sometidos al rgimen de administracin fiduciaria han alcanzado el gobierno propio o la independencia, ya sea como Estados separados o mediante su unin con otros pases independientes, por lo que el Consejo de Administracin Fiduciaria ha suspendido sus operaciones desde el 1 de noviembre de 1994.

NATURALEZA Y CONTENIDO DE LA DECLARACION UNIVERSAL. En cuanto a su naturaleza jurdica, la Declaracin Universal es un instrumento internacional adoptado como una resolucin de la Asamblea General de las Naciones Unidas y por tanto, de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas (artculos 10-14), tiene el alcance de una recomendacin, pero no de cualquiera. Como lo advierte Michel Virally, no siempre la palabra recomendacin enuncia la misma realidad. De esta forma, una declaracin es un acto de una organizacin internacional, por medio del cual fija para s misma una conducta que debe observarse en el futuro, afirma el valor de ciertos principios, reconoce la existencia de una situacin particular, o aprueba o desaprueba una accin ya realizada.76 De acuerdo con la propia prctica de las Naciones Unidas, una declaracin es un instrumento formal y solemne que: se utiliza en casos muy especiales, en cuestiones de grande y verdadera importancia y cuando se espera obtener el mximo de observancia por parte del mayor nmero de Estados posibles [y que se justifica cuando] se formulan principios que tienen una gran importancia y un valor duradero, como en el caso de la Declaracin de los Derechos Humanos [en tanto que] una recomendacin es menos formal. Como lo advierte Jorge Castaeda, las resoluciones declaratorias de las organizaciones internacionales tienen un valor jurdico desigual, el cual depende no slo del rgano que las emite sino sobre todo de su contenido, de forma tal que, si bien no crean obligaciones jurdicas, en ocasiones tienen un carcter materialmente legislativo, en el sentido de que constituyen un reconocimiento o confirmacin de que ciertas prcticas o principios son normas consuetudinarias o principios generales del derecho, y en esto pueden llegar a tener un valor jurdico de prueba plena o constituir presunciones juris et de jure de que tal norma o principio pertenece al derecho internacional positivo. De esta forma, la distincin entre contenido e instrumento en que se expresa, puede ayudar a ilustrar el valor jurdico de las resoluciones declaratorias, aunque resulta difcil disociar el valor jurdico del contenido y el valor probatorio del instrumento, por lo que para poder apreciar el valor jurdico de una resolucin declaratoria lo conveniente es concebirla y analizarla como un todo, considerando que en ocasiones su contenido es dispar, en cuanto a su grado de validez jurdica. En general, las Declaraciones adoptadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas no tienen un carcter legislativo fuerte, lo que significa que no son adoptadas por los Estados como instrumentos vinculantes, careciendo, por s mismas, de fuerza obligatoria. Lo anterior no supone que carezcan de efectos jurdicos, derivados de su importancia material, de su interpretacin evolutiva o de su desarrollo progresivo, ya que algunas resoluciones que en el momento de su adopcin establecan principios programticos o de lege ferenda, con el paso del tiempo se constituyen en un referente de la evolucin del derecho internacional general. Pasando as de un derecho blando a un derecho duro, del soft law al hard law. Como lo seal la Corte Internacional de Justicia en su Opinin Consultiva sobre la Legalidad de la Amenaza o el Empleo de Armas Nucleares, aunque las resoluciones de la Asamblea General no son vincutantes para determinar la existencia de una norma o la aparicin de una opinio iuris, una serie sucesiva de resoluciones puede ilustrar la evolucin gradual o progresiva necesaria para el establecimiento de una norma jurdica En cuanto al contenido de la Declaracin Universal, consta de un prembulo y 30 artculos, y abarca en su catlogo tanto derechos civiles y polticos (artculos 2-21), como derechos econmicos y sociales (artculos 22-28), estableciendo deberes de abstencin y obligaciones de no hacer por parte de los Estados, as como deberes de accin o prestacin, lo mismo que deberes de los individuos frente a la comunidad, una clusula limitativa general y principios de interpretacin (artculos 29 y 30). Como lo seal Ren Cassin, la misma noche de su adopcin, la Declaracin podra compararse con un templo sostenido por cuatro columnas. Al frente estara el Prembulo, el atrio, en el que se afirma la unidad de la familia humana; sus cimientos estaran constituidos por los principios de libertad, igualdad, no discriminacin y fraternidad, de acuerdo con los artculos 1 y 2. De esta forma se representan conjuntamente las herencias ideolgicas de la Declaracin, las respuestas histricas, los principios bsicos de carcter transversales y las aspiraciones futuras. Aqu tambin se advierte el germen del desarrollo progresivo de los derechos. La primera columna estara integrada por los derechos y libertades de orden personal, de acuerdo con los artculos 3 a 11, que contemplan los derechos a la vida, libertad y seguridad; a la personalidad jurdica y a la igualdad ante la ley; las garantas contra la esclavitud, la tortura, las detenciones y las penas arbitrarias; el derecho a recursos judiciales contra actos que violen sus derechos fundamentales, y el derecho a un tribunal independiente e imparcial para la determinacin de derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusacin en materia penal. Algunos de estos preceptos hacen alusin al sistema penal, a la zona critica de los derechos, donde siguiendo a Garca Ramrez el poder del Estado y el hombre se enfrentan con la mayor intensidad y el mximo riesgo. Entre los principios bsicos que reconoce la Declaracin estn el de la presuncin de inocencia y las garantas de seguridad, que suponen que nadie puede ser condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueran delictivos, segn el derecho nacional e internacional (nullum crimen sine lege), ni podr imponerse pena ms grave que la aplicable en el momento de la comisin del delito. La segunda columna se compondra de los derechos de los individuos en relacin con los grupos de los que forman parte y de las cosas del mundo exterior, de acuerdo con los artculos 12 a 17, que contemplan el derecho a no ser objeto de injerencias arbitrarias en la vida privada y familiar, en su domicilio o correspondencia, ni ser atacado en la honra y reputacin; los derechos a igual proteccin legal, a circular libremente y cambiar de residencia, a buscar asilo, y a tener una nacionalidad; el derecho de hombres y mujeres de contraer libremente matrimonio y formar una familia, as como el derecho a la propiedad, individual y colectivamente. Estos derechos se vinculan con la nocin de libre desarrollo de la personalidad, que slo puede ejercerse cuando no existen injerencias arbitrarias en la vida privada; cuando es posible circular libremente; fundar una familia, mediante el libre consentimiento; gozar de la propiedad, en forma privada o colectiva; cuando se goza al menos de una nacionalidad efectiva que, en ltima instancia, garantiza el ejercicio de los derechos, y la proteccin en caso de persecucin, mediante el derecho de asilo. La tercera columna estara formada por las libertades y derechos polticos previstos en los artculos 18 a 21, que incluyen el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religin; las libertades de opinin y expresin; de reunin y asociacin y los derechos de participacin poltica en condiciones de igualdad. Estos derechos son un llamado a la tolerancia y a la pluralidad dentro de los lmites propios del rgimen de derechos previsto en la Declaracin. Como lo afirma Ernesto Garzn, el mbito de lo tolerable puede ser entendido como un mbito residual de lo intolerable, esto es, de lo prohibido, pues ningn sistema jurdico que pretenda correccin puede contener simultneamente su negacin interna. La cuarta columna estara conformada por los derechos econmicos, sociales y culturales, contemplados en los artculos 22 a 27, que reconocen los derechos al trabajo (a su libre eleccin, a condiciones y remuneracin equitativas y satisfactorias que aseguren una existencia digna, a proteccin contra el desempleo y a igualdad de salario por trabajo igual); el derecho a la seguridad social; a las libertades sindicales; a un nivel de vida adecuado que asegure a las personas y sus familias salud y bienestar (alimentacin, vivienda, asistencia mdica y servicios sociales necesarios); el derecho a seguro, en caso de enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otra prdida de medios de subsistencia; los derechos a los cuidados de la maternidad y la infancia, al descanso, el disfrute de tiempo libre, a la limitacin razonable del trabajo y a vacaciones pagadas; el derecho a la educacin, que incluye la instruccin elemental y fundamental gratuita y la primera obligatoria, instruccin tcnica y profesional generalizada; acceso igual a estudios superiores en funcin del mrito, que en cuanto a su contenido debern tener por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y fortalecer el respeto de los derechos y libertades fundamentales y el derecho preferente de los padres a escoger el tipo de educacin para sus hijos); el derecho a tomar parte libremente de la vida cultural, a gozar de las artes y participar en el progreso cientfico y de sus beneficios, y a la proteccin de la produccin cientfica, literaria y artstica. Estos artculos representan un aspecto novedoso en la narrativa del derecho internacional al incorporar junto con los derechos polticos y civiles, los derechos econmicos, sociales y culturales, definiendo as, desde el primer momento del proceso de generalizacin de los derechos humanos, su carcter interdependiente e indivisible. Tales derechos son tambin indispensables para el desarrollo individual y colectivo y representan el germen de lo que sern muchos de los desarrollos jurdicos posteriores a la Declaracin en materia de proteccin a los trabajadores, migrantes, nios y nias, as como respecto del derecho al desarrollo, los derechos culturales de minoras y pueblos ind genas, el derecho al agua potable, etctera. Finalmente, sobre estas cuatro columnas estara un frontispicio en el que se enmarcan los vnculos entre el individuo y la sociedad de acuerdo con los artculos 28 a 30 que aluden al derecho a un orden social e internacional en el que se respeten y hagan efectivos los derechos y libertades fundamentales; el deber de los individuos frente a la comunidad y la garanta de que las limitaciones a los derechos debern establecerse en ley con el nico objeto de garantizar el reconocimiento y el respeto de los dems, las justas exigencias de la moral, del orden pblico y del bienestar general en una sociedad democrtica, as como la prohibicin de que las disposiciones de la Declaracin se interpreten de manera contraria a su objeto y finalidad

VALOR JURIDICO DE LA DECLARACION UNIVERSAL.El valor jurdico de la Declaracin Universal ha sido objeto de discusin desde que estaba en proceso de elaboracin, y la opinin predominante es que la gran mayora de los miembros que intervinieron en su redaccin no tuvieron la intencin de crear un documento obligatorio. As lo recuerda tambin Lauterpacht, al destacar que la intencin, prcticamente unnime, de los Delegados de los Estados Miembros de las Naciones Unidas en destacar la importancia de la Declaracin Universal, fue acompaada de un repudio igualmente generalizado respecto de la idea de que la Declaracin impusiera a los Estados obligaciones jurdicas especficas. Slo los Delegados de Francia y Blgica (y en menor grado los de Lbano, Panam y Chile) destacaron el valor jurdico de la Declaracin y sus efectos vinculantes. Para sus redactores, la Declaracin sera el primer paso hacia uno o varios pactos internacionales plenamente vinculantes para los Estados Partes y el hecho de que la mayora de los derechos tuvieran un reconocimiento en el interior de los Estados no significaba que la Declaracin en el momento de su adopcin tuviera un carcter vinculante como norma de derecho consuetudinario, puesto que, hasta antes de la adopcin de la Declaracin y de la Carta de las Naciones Unidas, el derecho consuetudinario reconoca que la proteccin de los derechos humanos perteneca a la jurisdiccin interna de los Estados, en los trminos del artculo 2.7 de la Carta de las Naciones Unidas. Tal parecer, sin embargo, no supone que con independencia de la intencin de los redactores de la Carta y de la misma Declaracin con la adopcin de esta ltima se haya arrebatado la proteccin de los derechos humanos del dominio reservado de los Estados. En este sentido, la Declaracin Universal tiene, en principio y desde su adopcin, dos claros efectos jurdicos vinculados a los deberes establecidos en la Carta de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos: a) la conformacin de un principio del derecho internacional consistente en la obligacin general de los Estados de respetar y proteger los derechos humanos de los individuos sujetos a su jurisdiccin, y b) la restriccin de la soberana estatal en atencin al principio de respeto y proteccin de tales derechos. Al respecto, el Instituto de Derecho Internacional, al aprobar en su sesin de Lausanne de 1947 la Declaracin sobre los Derechos Fundamentales del Hombre, base de una restauracin del derecho internacional, preparada por Charles de Visscher, consider, entre otras cosas, que el reconocimiento y el respeto a los derechos inherentes a la persona humana estn ntimamente ligados al desarrollo del Derecho de Gentes, son la base de toda concepcin funcional del poder del Estado y constituyen limitaciones al mismo, de forma tal que un orden jurdico eficaz entre Estados es inseparable del respeto de la persona humana en el orden interno de cada uno de ellos. Aos ms tarde, en 1989, en su sesin de Santiago de Compostela, el propio Instituto emitira una resolucin sobre La proteccin de los derechos humanos y el principio de no intervencin en los asuntos internos de los Estados, en la que se establece que los derechos humanos son la expresin directa de la dignidad de la persona humana [y que] la obligacin de los Estados de asegurar su respeto deriva del reconocimiento mismo de esa dignidad proclamados ya por la Carta de las Naciones Unidas y la Declaracin Universal de Derechos Humanos. Tal obligacin internacional constituye una obligacin erga omnes siguiendo el criterio de la Corte Internacional de Justicia, entre otros, en el clebre Caso Barcelona Traction que incumbe a todos los Estados frente a la comunidad internacional en su conjunto, por lo que todo Estado tienen un inters jurdico en la proteccin de los mismos, y adems supone un deber de solidaridad entre todos los Estados a fin de asegurar lo ms rpidamente posible una proteccin universal y eficaz de los derechos humanos. Debe considerarse tambin que, durante aos, la cuestin del valor jurdico de las resoluciones de la Asamblea General y de la Declaracin Universal estuvo inmersa tambin en una discusin ideolgica, particularmente en la tensin Norte-Sur, dado el incremento paulatino en la representacin de los pases del denominado Tercer Mundo o Movimiento de los No Alineados en la Asamblea General. En la actualidad, en general, se reconoce el valor jurdico de la Declaracin Universal para los Estados Miembros de las Naciones Unidas y para la propia organizacin, aunque se sigue discutiendo sobre la interpretacin del proceso a travs del cual la Declaracin se ha convertido en un instrumento vinculante, y si todos los derechos proclamados son igualmente vinculantes para los Estados. Sobre el primer aspecto, son relevantes las consideraciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos respecto del valor jurdico de la Declaracin Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, en cuanto confirman su carcter de interpretacin autntica de las obligaciones de la Carta de la Organizacin de Estados Americanos, lo que resulta aplicable, mutatis mutandis, a la Declaracin Universal, en tanto que la evolucin del derecho interamericano es una expresin regional de la evolucin universal del derecho internacional de los derechos humanos. Al respecto, la Corte Interamericana destac que si bien la Declaracin Americana no es un tratado al haber sido adoptada como una Resolucin por la Novena Conferencia Internacional Americana (Bogot, 1948) ese solo hecho no significa necesariamente que carezca de efectos jurdicos pues, para los Estados Miembros de la Organizacin de Estados Americanos, la Declaracin es el texto que determina cules son los derechos humanos a que se refiere la Carta de la Organizacin, por lo que para estos Estados la Declaracin Americana constituye, en lo pertinente y en relacin con la Carta de la Organizacin, una fuente de obligaciones internacionales y, en general, puede considerarse: que, a manera de interpretacin autorizada, los Estados Miembros han entendido que la Declaracin contiene y define aquellos derechos humanos esenciales a los que la Carta se refiere, de manera que no se puede interpretar y aplicar la Carta de la Organizacin en materia de derechos humanos, sin integrar las normas pertinentes de ella con las correspondientes disposiciones de la Declaracin, como resulta de la prctica seguida por los rganos de la OEA. Para llegar a esa conclusin, la Corte Interamericana, siguiendo a la Corte Internacional de Justicia, consider a la Declaracin como un instrumento vivo, por lo que: no es a la luz de lo que en 1948 se estim que era el valor y la significacin de la Declaracin Americana como la cuestin del status jurdico debe ser analizada, sino que es preciso determinarlo en el momento actual, ante lo que es hoy el sistema interamericano, habida consideracin de la evolucin experimentada desde la adopcin de la Declaracin [la cual es una] expresin regional de la experimentada por el Derecho internacional contemporneo y en especial por el de los derechos humanos, que presenta hoy algunos elementos diferenciales de alta significacin con el Derecho internacional clsico. Es as como, por ejemplo, la obligacin de respetar ciertos derechos humanos esenciales es considerada hoy como una obligacin erga omnes. Por su parte, en el mbito universal, el proceso evolutivo estuvo marcado por un hecho paradjico. Fue la propia demora en el proceso de redaccin, aprobacin y entrada en vigor de los pactos internacionales que conformaran la Carta Internacional de Derechos Humanos lo que confirm la relevancia y el valor jurdico de la Declaracin Universal. Esto es, la propia demora de las Delegaciones estatales, inmersas en un proceso de confrontacin ideolgica y poltica, hizo que los mismos Estados y las organizaciones internacionales tuvieran por ms de 20 aos a la Declaracin Universal prcticamente como referente exclusivo para interpretar e identificar los derechos humanos cuyo respeto y cooperacin impone la Carta de las Naciones Unidas a fin de invocar las obligaciones de los Estados en esta materia o condenar las violaciones a tales derechos. Como lo destacan Ora y Gmez Isa: la Declaracin lleg a simbolizar lo que la comunidad internacional entenda por derechos humanos, reforzando la conviccin de que los Gobiernos tenan la obligacin de asegurar el cumplimiento de los derechos de la Declaracin para todos los individuos que se encontrasen bajo su jurisdiccin. As, diferentes teoras explican el valor jurdico del instrumento y de su contenido. Una primera teora que considera a la Declaracin Universal como una interpretacin autorizada y autntica de la Carta de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos. En este sentido, la Corte Internacional de Justicia puso de manifiesto el vnculo entre la Declaracin y la Carta, en el Asunto Relativo al Personal Diplomtico y Consular de Estados Unidos en Tehern, donde sostuvo que el secuestro de dicho personal por los estudiantes fundamentalistas islmicos, constituy una privacin abusiva de su libertad y una coaccin fsica incompatible con la Carta de las Naciones Unidas y con los derechos fundamentales enunciados en la Declaracin Universal. Por su parte, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en su Resolucin 282, de 1970, relativa a la situacin resultante de la poltica de apartheid practicada por el Gobierno de Sudfrica, reconoci el derecho del pueblo oprimido para obtener sus derechos humanos y polticos como se establecen en la Carta de Naciones Unidas y en la Declaracin Universal. Otras opiniones basan el valor jurdico de la Declaracin en su contenido, ya sea que lo consideren, en su totalidad o parcialmente, como parte del derecho internacional consuetudinario algunos llegan a afirmar, incluso, que la propia Declaracin pertenece al dominio del jus cogens, o en la medida en que la misma proclama derechos que constituyen principios generales del derecho reconocidos por los Estados. En el primer caso, se afirma que la Declaracin ms que tener un efecto codificador o cristalizador de derechos preexistentes o en proceso de conformacin (in statu nascendi), sera un documento generador de normas jurdicas de lege ferenda, al ser el primer documento internacional universal que, al enunciar ciertos derechos, permite que la prctica posterior, reiterada, constante y uniforme, y con conciencia de su obligatoriedad (opinio iuris) los transforme en norma consuetudinaria.As lo confirm el Informe del Representante Especial de la Comisin de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en la Repblica Islmica de Irn, Galindo Pohl, en 1987, al sealar que los derechos reconocidos en la Declaracin Universal se han convertido en derecho consuetudinario internacional por conducto de la prctica estatal y de la opinio iuris. Ejemplo de ello sera el amplio uso del instrumento por las organizaciones internacionales y los Estados, tanto en sus relaciones internacionales como en su propia organizacin interna. La referencia constante a la Declaracin en conferencias internacionales, documentos y tratados internacionales se advierte, por ejemplo, en la Resolucin 1514 (XV), en la que consta la Declaracin sobre la Concesin de la Independencia a los Pases y Pueblos Coloniales, de 1960 (que declar que todos los Estados debern observar fiel y estrictamente las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaracin Universal); la Proclamacin de Tehern adoptada en la Primera Conferencia Internacional de Derechos Humanos, de 1968 (que reconoci a la Declaracin Universal como una concepcin comn a todos los pueblos de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, y la declar: obligatoria para la comunidad internacional); el Acta Final de la Conferencia sobre Seguridad y la Cooperacin en Europa (Acta de Helsinki), de 1975, (en la que los Estados participantes reconocieron el valor universal de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, y se comprometieron a actuar de conformidad con los propsitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y con la Declaracin Universal de Derechos Humanos); la Declaracin de Viena de 1993, adoptada en la Segunda Conferencia Internacional de Derechos Humanos (que reafirm su adhesin a los propsitos y principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaracin Universal, enfatizando que sta constituye una meta comn para todos los pueblos y todas las naciones, es fuente de inspiracin y ha sido la base en que se han fundado las Naciones Unidas para fijar las normas contenidas en los instrumentos internacionales de derechos humanos, y solicit a los Estados que se abstengan de adoptar medidas unilaterales contrarias al derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas a que creen obstculos a las relaciones comerciales entre los Estados e impidan la realizacin plena de los derechos enunciados en la Declaracin Universal de Derechos Humanos y en los instrumentos internacionales de derechos humanos); la Resolucin A/RES/57/117, del 12 de diciembre de 1997, emitida en el Cincuentenario de la Declaracin, reconoce la medida comn del progreso de todos los pueblos y naciones [y] la fuente de inspiracin y la base de los avances ulteriores en la esfera de los derechos humanos, asimismo destaca el deber de los Estados sean cuales fueren sus sistemas polticos, econmicos y culturales, de promover y proteger todos los derechos humanos y libertades fundamentales; la Declaracin del Milenio (Resolucin A/RES/55/2, del 8 de septiembre de 2000), en la que se decidi respetar y hacer valer plenamente la Declaracin Universal; en el Documento Final de la Cumbre Mundial 2005 (Resolucin A/RES/60/1, del 16 de septiembre de 2005), en el que se reafirm el solemne compromiso de los Estados de cumplir con sus obligaciones de promover el respeto, la observancia y la proteccin universales de todos los derechos humanos y libertades fundamentales para todos, de conformidad con lo dispuesto en la Carta [de Naciones Unidas], en la Declaracin Universal de Derechos Humanos y otros instrumentos relacionados con los derechos humanos y el desarrollo internacional, agregando adems que el carcter universal de esos derechos y libertades no puede ponerse en tela de juicio. Finalmente, la Resolucin A/RES/ 63/116, del 10 de febrero de 2008, emitida con motivo de los 60 aos de la Declaracin Universal en la que se reafirma el compromiso de los Estados con la realizacin plena de cada uno de los derechos humanos de todos, que son universales e indivisibles, estn relacionados entre s, son interdependientes y se refuerzan mutuamente. Asimismo, los principales tratados internacionales en materia de derechos humanos aluden a la Declaracin Universal, como son los dos pactos de 1966; las convenciones contra la tortura; la discriminacin racial; la discriminacin contra la mujer, y contra la desaparicin forzada, as como las convenciones sobre los derechos del nio; de los trabajadores migratorios y de sus familias, y de las personas con discapacidad; como tambin hacen referencia expresa a la Declaracin Universal, el Convenio Europeo de Derechos Humanos, la Convencin Americana sobre Derechos Humanos y la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos. A la prctica internacional debe sumarse el hecho de que ms de 90 constituciones nacionales redactadas con posterioridad a la Declaracin traduzcan fielmente sus normas de derechos humanos o aludan expresamente a ella como criterio de interpretacin, as como al hecho de que diferentes tribunales nacionales hagan referencia a la Declaracin y a su carcter vinculante.Todo ello permite afirmar la existencia, en cierta medida, de una prctica generalizada, constante y jurdicamente obligatoria respecto del deber general de proteccin de los derechos humanos, as como del contenido de la Declaracin como referente a aquellos derechos indispensables, universales, indivisibles e interdependientes. Lo anterior no se ve mermado por la falta de cumplimento de estas obligaciones por los Estados o por la existencia de violaciones a los derechos humanos. Como lo destac la Corte Internacional de Justicia, en el Asunto de las actividades militares y paramilitares en y contra Nicaragua (Nicaragua vs. Estados Unidos), para deducir la existencia de normas consuetudinarias no se requiere una conformidad absoluta de los Estados con ellas, basta que se considere que un comportamiento es contrario a una norma y no el reconocimiento de una nueva. Por ejemplo, cuando un Estado acta aparentemente en contra de una norma, pero defiende su conducta apelando a excepciones o justificaciones contenidas en ella, se deduce una confirmacin ms que un debilitamiento de dicha norma. Por otra parte, indudablemente, si no todo su contenido, s parte sustancial de sus principios forman parte del jus cogens, es decir, normas imperativas que no admiten acuerdo en contrario, tales como el principio de igualdad y no discriminacin, la prohibicin de la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, la prohibicin de la esclavitud o el trabajo forzado; el derecho a la vida y a no ser privado arbitrariamente de ella; la sancin de violaciones sistemticas o generalizadas que supongan un crimen contra la humanidad, genocidio o crmenes de guerra y el derecho a un recurso judicial en contra de ellas; la prohibicin de detenciones arbitrarias, el derecho de acceso a la justicia con las debidas garantas y el principio de no devolucin, implcito en el derecho de asilo y refugio; as como, en trminos generales, los derechos a la libertad de expresin e informacin; conciencia y religin; el derecho a la vida privada y familiar, e incluso algunos derechos sociales, como el derecho a la educacin, con independencia de que admitan ciertas limitaciones legales o una implementacin progresiva. Finalmente, la Declaracin refleja tambin de manera evidente muchos principios generales del derecho, incorporados en los sistemas jurdicos de los Estados, antes y despus de la Declaracin, de manera tal que forman parte del derecho internacional en trminos del artculo 38.1.c) del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, que suele considerarse como un referente para la identificacin de las denominadas fuentes del Derecho internacional. Como se destac, la Declaracin adoptada por los Estados representados en la Asamblea General como una recomendacin sin efectos jurdicos, se ha convertido en un texto jurdico con efectos jurdicos vinculantes, en atencin a la prctica seguida por los propios Estados y por los diferentes rganos de las Naciones Unidas y de otras organizaciones internacionales gubernamentales.

IMPLEMENTACION A NIVEL INTERNACIONAL Y NACIONAL.La falta de mecanismos de supervisin de las obligaciones internacionales de derechos humanos en la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaracin Universal impidi que la entonces Comisin de Derechos Humanos conociera de miles de peticiones presentadas por personas y Organizaciones No Gubernamentales, formuladas desde su constitucin misma, pues se consider que slo tena competencia para realizar estudios y recomendaciones. Sin embargo, la presin de la opinin pblica mundial y la demora en la entrada en vigor de los mecanismos convencionales de proteccin impuls la adopcin progresiva de mecanismos no convencionales de garanta y proteccin de los derechos humanos. Fue as como, en 1967 y 1970, el Consejo Econmico y Social, mediante las Resoluciones 1235 (XLII) y 1503 (XLVIII), respectivamente, instituy mecanismos procesales para conocer denuncias individuales, a fin de investigar situaciones de violaciones manifiestas graves o masivas de derechos humanos en reas geogrficas determinadas, o bien de temas concretos en todo el mundo, con base en la Declaracin Universal y en la Carta de las Naciones Unidas.Con ello se inici un movimiento internacional de establecimiento y desarrollo progresivo de mecanismos extraconvencionales, a partir de procedimientos pblicos (Res. 1235) o confidenciales (Res. 1503), as como de procedimientos especiales con la conformacin de grupos de trabajo, relatores especiales, y la instauracin de un sistema de informes, visitas in loco y acciones urgentes. Este sistema, forjado como reaccin frente a la realidad de los derechos humanos imperante en muchos Estados despus del proceso de descolonizacin particularmente en frica meridional (Sudfrica y Rodesia), pero tambin frente a las dictaduras de Amrica Latina (inicialmente en Chile) y los conflictos en Medio Oriente, se complement en 1993 con la creacin del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, bajo la autoridad del Secretario General de la Organizacin y, finalmente, con la creacin del Mecanismo del Examen Peridico Universal instaurado por el Consejo de Derechos Humanos, rgano que sustituy a la Comisin de Derechos Humanos, y que se encarga ahora de los procedimientos especiales. En conjunto, la Declaracin Universal ha sido el principal referente normativo empleado por todos los expertos a cargo de procedimientos especiales, lo que indudablemente confirma su valor jurdico y su relevancia prctica Por otra parte, conviene destacar algunas pautas interpretativas contenidas en diversos instrumentos internacionales que, ya sea por referencia a la Carta de las Naciones Unidas o a otros instrumentos internacionales, deben considerarse al momento de interpretar los alcances de tales instrumentos respecto de la Declaracin Universal. As, por ejemplo, los artculos 46, del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, y 24, del Pacto de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales aluden a que no podrn interpretarse sus disposiciones en menoscabo de las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas, entre ellas, de manera implcita, las relativas a los derechos humanos, o el artculo 16.2 de la Convencin contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes que dispone que sus disposiciones se entendern sin perjuicio de lo dispuesto en otros instrumentos internacionales que prohban los tratos y las penas crueles, inhumanos o degradantes o que se refieran a la extradicin o expulsin. En estos casos la Declaracin Universal es un referente obligado ya sea como interpretacin autorizada de la Carta o como instrumento que prohbe la tortura y los tratos crueles, inhumanos y degradantes. Finalmente, la Convencin Americana sobre Derechos Humanos, en su artculo 29.1.d), establece que ninguna de sus disposiciones podr ser interpretada en el sentido de excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaracin Americana de Derechos y Deberes del Hombre y otros actos internacionales de la misma naturaleza. Entre estos ltimos se encuentra, evidentemente, la Declaracin Universal. Ante stas y otras clusulas similares los operadores jur dicos nacionales, en particular los jueces al momento de interpretar los instrumentos internacionales o al ejercer algn tipo de control de convencionalidad debern atender lo dispuesto en la Declaracin Universal en relacin con el conjunto del corpus del derecho internacional de los derechos humanos. En el mbito nacional, la Declaracin Universal ha sido implementada tanto a travs de su referencia directa o indirecta en los textos constitucionales, como a partir de su aplicacin por los tribunales internos, de acuerdo con las diferentes formas previstas en los ordenamientos para la recepcin del derecho internacional, atendiendo tambin a la mayor o menor apertura de las constituciones y de los jueces al derecho internacional. Entre las constituciones que se refieren expresamente a la Declaracin destacan, por ejemplo, la Constitucin espa ola que, en su artculo 10.2, dispone que las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitucin reconoce, se interpretarn de conformidad con la Declaracin Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por Espaa. De manera similar, el artculo 16.2 de la Constitucin de Portugal establece que los preceptos constitucionales y legales relativos a los derechos fundamentales deben ser interpretados e integrados en armona con la Declaracin Universal de los Derechos Humanos. El artculo 5 de la Constitucin de Andorra dispone que la Declaracin Universal de los Derechos Humanos tiene vigencia en el Estado, y el Tribunal Constitucional de ese pas, en su sentencia del 15 de marzo de 1994, se pronunci en el sentido de que la Declaracin se erige en principio de valor constitucional y en parmetro del enjuiciamiento constitucional de las normas. Por su parte, el artculo 75, numeral 22, prrafo segundo, de la Constitucin Argentina, dispone que la Declaracin Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, la Declaracin Universal de Derechos Humanos y un listado de los principales tratados internacionales, en las condiciones de su vigencia, tienen jerarqua constitucional y deben entenderse complementarios de los derechos y garantas constitucionalmente. La Constitucin de Nicaragua en su artculo 46 dispone que: en el territorio nacional toda persona goza de la proteccin estatal y del reconocimiento de los derechos inherentes a la persona humana, del irrestricto respeto, promocin y proteccin de los derechos humanos, y de la plena vigencia de los derechos consignados en la Declaracin Universal de los Derechos Humanos; en la Declaracin Americana de Derechos y Deberes del Hombre, en el Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos de la Organizacin de las Naciones Unidas y en la Convencin Americana de Derechos Humanos de la Organizacin de Estados Americanos.Asimismo, diversas constituciones de Estados que obtuvieron su independencia en el transcurso de la segunda mitad del siglo XX, aluden a la Declaracin como pauta constitucional. As, por ejemplo, el Prembulo de la Ley Fundamental de la Repblica de Guinea Ecuatorial expresa su firme apoyo en los principios de la justicia social reafirmados solemnemente en los derechos y libertades definidos y consagrados por la Declaracin Universal. Lo mismo hace en su Prembulo la Constitucin de Madagascar, que alude a la Carta Internacional de Derechos Humanos. La Constitucin de la Repblica Islmica de Mauritania de 2006, en su Prembulo, proclama de manera solemne su vinculacin al Islam y a los principios democrticos como han sido definidos, entre otros, en la Declaracin Universal y en la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos. De manera similar, la Constitucin de Yemen reconoce la ley islmica como fuente de toda la legislacin y al mismo tiempo confirma, en su artculo 6, su adhesin a la Carta de Naciones Unidas y a la Declaracin Universal. La Constitucin de Togo alude, entre otros, a los principios definidos en la Declaracin Universal; la de Burundi, aprobada en 2005, proclama su adhesin al respeto de los derechos derivados de la misma; la de Senegal tambin afirma su adhesin, entre otros instrumentos, a la Declaracin Universal, lo mismo que la Constitucin de Afganistn y la de Costa de Marfil. La Constitucin de Etiopa, en su artculo 13.2, establece que los derechos y libertades fundamentales se interpretarn de conformidad con la Declaracin Universal, los pactos internacionales y los dems instrumentos que el Estado adopte. Conviene advertir que diversas constituciones aluden al derecho internacional general, a los principios del derecho internacional, a la costumbre o a las normas internacionales generalmente reconocidas, las cuales incluyen, si no toda, buena parte de los derechos proclamados en la Declaracin Universal; es el caso de las constituciones actuales de Alemania, Sudfrica, Rusia, Serbia, Grecia, Filipinas, Portugal, Namibia, Eslovenia y Estonia, entre otras. Algunos de estos textos constitucionales incorporan tambin clusulas de interpretacin conforme o de interpretacin ms favorable a la persona (pro persona), como es el caso de Mxico, a partir de la reforma constitucional publicada en el Diario Oficial de la Federacin el 10 junio de 2011, que incorpor una clusula especfica que dispone que las normas relativas a los derechos humanos se interpretarn de conformidad con esta Constitucin y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la proteccin ms amplia. Por su parte, diversos tribunales nacionales han incorporado los principios de la Declaracin con evidentes efectos jurdicos, aunque muchas veces la prctica no es homognea y depende de la forma de recepcin nacional, tanto del derecho internacional convencional como consuetudinario. As, por ejemplo como lo recuerda Carlos Ponce el Tribunal de Apelacin de Pars consider que la publicacin de la Declaracin en el Diario Oficial otorgaba fuerza propia al instrumento y resultaba, por ello, directamente aplicable. Tiempo despus el Consejo de Estado estim que la Declaracin no poda considerarse como un tratado que el Juez interno pudiese aplicar directamente. Por su parte, en Italia, el Tribunal de Apelacin de Miln consider a la Declaracin como fuente de derecho internacional y, en cuanto tal, las normas internas que resulten incompatibles seran nulas en virtud de la previsin constitucional que dispone que el ordenamiento jurdico italiano se adecua a las normas de derecho internacional generalmente reconocidas. Muchos son los factores que condicionan la forma en que los jueces nacionales interpretan la Declaracin y valoran sus alcances jurdicos, desde el modelo de recepcin del derecho internacional en el mbito interno, hasta su cultura jur dica y la perspectiva constitucional que sostengan. En Mxico existen tambin clusulas interpretativas que aluden ya sea directa o indirectamente a la Declaracin Universal, y existen tambin pronunciamientos judiciales que han hecho referencia a la misma, otorgndole con ello claros efectos jurdicos vinculantes para el Estado mexicano. Seguramente, habr lugar a una dinmica ms amplia de discusin y anlisis sobre el alcance de la Declaracin, las normas convencionales y las consuetudinarias, en la medida en que los jueces nacionales incrementen el ejercicio del control de constitucionalidad y convencionalidad atendiendo a los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, incorporados como pautas interpretativas con motivo de la reforma constitucional de junio de 2011

TEXTO DE LA DECLARACION.PREMBULOConsiderando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrnseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiracin ms elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias; Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un rgimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelin contra la tirana y la opresin;Considerando tambin esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones;Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto ms amplio de la libertad;Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en cooperacin con la Organizacin de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, yConsiderando que una concepcin comn de estos derechos y libertades es de la mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso;LA ASAMBLEA GENERAL proclama la presente DECLARACIN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS como ideal comn por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirndose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseanza y la educacin, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carcter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicacin universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdiccin.Artculo 1.Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como estn de razn y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Artculo 2.Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaracin, sin distincin alguna de raza, color, sexo, idioma, religin, opinin poltica o de cualquier otra ndole, origen nacional o social, posicin econmica, nacimiento o cualquier otra condicin.Adems, no se har distincin alguna fundada en la condicin poltica, jurdica o internacional del pas o territorio de cuya jurisdiccin dependa una persona, tanto si se trata de un pas independiente, como de un territorio bajo administracin fiduciaria, no autnomo o sometido a cualquier otra limitacin de soberana.Artculo 3.Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.Artculo 4.Nadie estar sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos estn prohibidas en todas sus formas.Artculo 5.Nadie ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.Artculo 6.Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurdica.Artculo 7.Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distincin, derecho a igual proteccin de la ley. Todos tienen derecho a igual proteccin contra toda discriminacin que infrinja esta Declaracin y contra toda provocacin a tal discriminacin.

Artculo 8.Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitucin o por la ley.Artculo 9.Nadie podr ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.Artculo 10.Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oda pblicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinacin de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusacin contra ella en materia penal.Artculo 11.1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio pblico en el que se le hayan asegurado todas las garantas necesarias para su defensa.2. Nadie ser condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos segn el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondr pena ms grave que la aplicable en el momento de la comisin del delito.Artculo 12.Nadie ser objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputacin. Toda persona tiene derecho a la proteccin de la ley contra tales injerencias o ataques.

Artculo 13.1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier pas, incluso del propio, y a regresar a su pas.Artculo 14.1. En caso de persecucin, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de l, en cualquier pas.2. Este derecho no podr ser invocado contra una accin judicial realmente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propsitos y principios de las Naciones Unidas.Artculo 15.1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.2. A nadie se privar arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad.Artculo 16.1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad nbil, tienen derecho, sin restriccin alguna por motivos de raza, nacionalidad o religin, a casarse y fundar una familia, y disfrutarn de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolucin del matrimonio.2. Slo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podr contraerse el matrimonio.3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la proteccin de la sociedad y del Estado.

Artculo 17.1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.2. Nadie ser privado arbitrariamente de su propiedad.Artculo 18.Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religin; este derecho incluye la libertad de cambiar de religin o de creencia, as como la libertad de manifestar su religin o su creencia, individual y colectivamente, tanto en pblico como en privado, por la enseanza, la prctica, el culto y la observancia.Artculo 19.Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinin y de expresin; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitacin de fronteras, por cualquier medio de expresin.Artculo 20.1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunin y de asociacin pacficas.2. Nadie podr ser obligado a pertenecer a una asociacin.Artculo 21.1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su pas, directamente o por medio de representantes libremente escogidos.2. Toda persona tiene el derecho de accceso, en condiciones de igualdad, a las funciones pblicas de su pas.3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder pblico; esta voluntad se expresar mediante elecciones autnticas que habrn de celebrarse peridicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.Artculo 22.Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperacin internacional, habida cuenta de la organizacin y los recursos de cada Estado, la satisfaccin de los derechos econmicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.Artculo 23.1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre eleccin de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la proteccin contra el desempleo.2. Toda persona tiene derecho, sin discriminacin alguna, a igual salario por trabajo igual.3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneracin equitativa y satisfactoria, que le asegure, as como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que ser completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de proteccin social.4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.Artculo 24.Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitacin razonable de la duracin del trabajo y a vacaciones peridicas pagadas.Artculo 25.1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, as como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentacin, el vestido, la vivienda, la asistencia mdica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de prdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los nios, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual proteccin social.Artculo 26.1. Toda persona tiene derecho a la educacin. La educacin debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instruccin elemental y fundamental. La instruccin elemental ser obligatoria. La instruccin tcnica y profesional habr de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores ser igual para todos, en funcin de los mritos respectivos.2. La educacin tendr por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecer la comprensin, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos tnicos o religiosos, y promover el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.3. Los padres tendrn derecho preferente a escoger el tipo de educacin que habr de darse a sus hijos.Artculo 27.1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso cientfico y en los beneficios que de l resulten.2. Toda persona tiene derecho a la proteccin de los intereses morales y materiales que le correspondan por razn de las producciones cientficas, literarias o artsticas de que sea autora.Artculo 28.Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaracin se hagan plenamente efectivos.Artculo 29.1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que slo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estar solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el nico fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los dems, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden pblico y del bienestar general en una sociedad democrtica.3. Estos derechos y libertades no podrn, en ningn caso, ser ejercidos en oposicin a los propsitos y principios de las Naciones Unidas.Artculo 30.Nada en esta Declaracin podr interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresin de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaracin.

CONCLUSIONES.Los ms de 60 aos que nos separan de aquella noche emblemtica en el Palacio de Chaillot han permitido confirmar la importancia de la Declaracin Universal, aunque tambin han puesto en tela de juicio algunas de sus premisas; en particular, la voluntad de los Estados y de la comunidad internacional para ser congruentes con los propsitos y con los fines de la propia Declaracin y de la Carta de las Naciones Unidas. Desde entonces han sobrevenido episodios difciles, dramticos y harto complejos que han afectado a millones de seres humanos, privndolos de sus derechos o limitndolos de manera injustificada y desproporcionada: la Guerra Fra; la carrera armamentista; la imposicin de las polticas del miedo; la discriminacin racial; las consecuencias humanitarias de los movimientos de liberacin nacional y de las luchas por la independencia de nuevos Estados; la represin poltica; los altos costos de las transiciones de regmenes autoritarios y militares a sistemas ms democrticos; los conflictos armados internos e internacionales, que no han cesado desde entonces; la reconstruccin geopoltica del mundo a partir de la cada del bloque socialista; la violencia intertnica; la confrontacin religiosa; los crmenes contra la humanidad; los crmenes de guerra; el genocidio; el terrorismo; el hambre; la miseria de millones de personas; el analfabetismo; la explotacin y el trfico de personas; el abuso y la violacin de los derechos de las mujeres, nios y nias; la discriminacin sistmica y las nuevas formas de esclavitud; la tortura; las detenciones arbitrarias; las ejecuciones extrajudiciales y la prctica sistemtica de desaparicin de personas; los atentados contra periodistas y defensores de derechos humanos; la deforestacin; la falta de agua; la pobreza alimentaria; el desplazamiento de millones de personas; la pandemia del sida y otras enfermedades, y todava ms, hasta completar un largo etctera. Todos estos hechos ponen en duda la eficacia de los derechos y la necesidad de implementar medidas y prcticas que garanticen su proteccin y garanta efectiva. Pero ms que cuestionar la importancia o la vigencia de la Declaracin Universal, o del conjunto del derecho internacional de los derechos humanos, apuntan en contra de las polticas estatales e internacionales, as como de las prcticas de actores privados, y de sus efectos nocivos para el pleno ejercicio de los derechos humanos, y si bien en ocasiones se cuestiona los excesos retricos del discurso de los derechos y el uso ideolgico de los mismos, lo cierto es que ello no significa, en modo alguno, que se admita o se prefiera el ejercicio ilimitado del poder o el desconocimiento de las libertades y derechos fundamentales. Los derechos humanos y la Declaracin Universal, al frente de todos ellos, siguen expresando un ideal comn y son un parmetro normativo de la actuacin de los Estados y de la comunidad internacional respecto de la promocin, respeto y garanta de tales derechos, y si bien existen cuestionamientos a su pretensin de universalidad, as como a su alcance jurdico y efectividad, stos contribuyen a contextualizar sus mritos y sus desafos, y a visibilizar algunas de sus ms evidentes paradojas.

BIBLIOGRAFIA.http://www.equidad.scjn.gob.mx/biblioteca_virtual/doctrina/20.pdfhttp://www.un.org/es/documents/udhr/index_print.shtml