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Gestión de clase. José Antonio Perea Uvalle. Pag. 1 Del Autor: Juan Vaello Orts Psicopedagogo, orientador y profesor tutor de Psicología General y Psicología Evolutiva en la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) es, también, un prestigioso autor de una serie de libros que una Biblioteca Escolar debe tener en sus estantes para uso de los docentes: Resolución de conflictos en el aula (2003). Las habilidades sociales en el aula (2005). Cómo dar clases a los que no quieren (2007). El profesor emocionalmente competente (2009) El secreto de enseñar no es tanto transmitir conocimientos como contagiar ganas, especialmente a los que no las tienen. Qué hacer con estos alumnos para integrarlos en la clase, o al menos conseguir que permitan trabajar a los que sí quieren, es el principal reto de las enseñanzas obligatorias, lo que pasa por la consecución de un clima favorable en el aula y en el centro mediante la creación de condiciones propicias que no se van a dar espontáneamente, sino que deben ser creadas por el profesor. Las propuestas que se sugieren en el libro parten de la consideración de la convivencia y el aprendizaje como dos facetas que forman parte de un único tronco común: la formación integral del alumno, que incluye el desarrollo de capacidades cognitivas (usualmente identificadas con el rendimiento académico), pero también de capacidades socioemocionales, tan frecuentemente ensalzadas en teoría como relegadas a un papel secundario en la práctica.

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Gestión de clase.

José Antonio Perea Uvalle. Pag. 1

Del Autor: Juan Vaello Orts

Psicopedagogo, orientador y profesor tutor de Psicología General y Psicología Evolutiva en la

UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) es, también, un prestigioso autor de una

serie de libros que una Biblioteca Escolar debe tener en sus estantes para uso de los docentes:

Resolución de conflictos en el aula (2003).

Las habilidades sociales en el aula (2005).

Cómo dar clases a los que no quieren (2007).

El profesor emocionalmente competente (2009)

El secreto de enseñar no es tanto transmitir conocimientos como contagiar ganas,

especialmente a los que no las tienen. Qué hacer con estos alumnos para integrarlos en la clase,

o al menos conseguir que permitan trabajar a los que sí quieren, es el principal reto de las

enseñanzas obligatorias, lo que pasa por la consecución de un clima favorable en el aula y en el

centro mediante la creación de condiciones propicias que no se van a dar espontáneamente,

sino que deben ser creadas por el profesor. Las propuestas que se sugieren en el libro parten de

la consideración de la convivencia y el aprendizaje como dos facetas que forman parte de un

único tronco común: la formación integral del alumno, que incluye el desarrollo de capacidades

cognitivas (usualmente identificadas con el rendimiento académico), pero también de

capacidades socioemocionales, tan frecuentemente ensalzadas en teoría como relegadas a un

papel secundario en la práctica.

Gestión de clase.

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AREAS DE GESTIÓN.

La educación emocional es un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el

desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo los

dos elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral (Bisquerra).

Aula autoritaria Aula democrática

Educación autoritaria Educación democrática

Disciplina impuesta Disciplina consensuada

Énfasis en el castigo Énfasis en motivación

Tendencia a sermonear Tendencia a analizar factores de mala conducta

Obsesión por la conducta Preocupación por las actitudes

Obediencia, pasividad, silencio Participación, crítica, consenso, respeto

Rutinas rígidas Rutinas modificables

Prohibir exclusivamente Reconducir rumbos

Intenta someter a los alumnos Intenta recuperar a los alumnos

Amenazas, críticas, ironías, reacciones coléricas Advertencias, compromisos, propuestas, límites

Para comenzar debemos considerar lo siguiente:

1. Hay que empezar por entender la situación.

2. La situación es conflictiva.

3. Es una enseñanza obligatoria y los alumnos están obligados.

4. Están en una edad en la que ya no aceptan cualquier obligación porque sí.

5. En una enseñanza obligatoria los conflictos son inevitables.

6. El profesor ha de aprender a convivir con ellos y a gestionarlos eficazmente.

7. A todos nos gusta dar clase en condiciones, pero éstas no se crean solas.

8. Una adecuada gestión de la clase disminuye la probabilidad de que aparezcan conflictos.

9. La necesidad de gestionar no se limita a los conflictos. La gestión es mucho más que control.

10. El objetivo primordial de la gestión de la clase debe ser crear un clima ideal de clase, que abarca

tres grandes campos de actuación:

a. Control mínimo pero suficiente.

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b. Relaciones interpersonales satisfactorias (profesor-alumno, alumno-alumno).

c. Rendimiento óptimo de todos y cada uno de los alumnos (según sus posibilidades e

intereses).

11. Dentro de cada uno de los campos de actuación que componen la gestión de la clase podemos

desgranar una serie de variables, cuyas mutuas influencias entretejen un entramado que da como

resultado un determinado clima de clase:

CONTROL RELACIONES RENDIMIENTO

Límites Asertividad Expectativas

Advertencias Empatía Motivación

Compromisos Autocontrol Atención

Sanciones Roles Atención a la diversidad

Derivaciones Comunicación Actividad

Subgrupos Autoestima Atribución

Técnicas de aprendizaje

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1.- CONTROL.

Limites.

Se debe estar atento a normas implícitas (clase) y explicitas (reglamento), la efectividad de

estas es que tienen consecuencias y tienen que ser graduales: advertencias del profesor, advertencias

del director de sección, advertencia de directivos, etc.

NORMAS

Explícitas Implícitas

Se redactan por escrito y supuestamente regulan

la convivencia.

Sin estar formalmente establecidas rigen

realmente el funcionamiento de la clase.

Se establecen por imposición o por consenso. Se establecen por la rutina, la costumbre y la

determinación de límites.

No se debe incluir ninguna norma explícita que

no se vaya a cumplir.

Impedir que normas implícitas negativas

gobiernen la clase convirtiendo la costumbre

negativa en una norma.

Si una norma explícita se incumple

sistemáticamente, se convierte en la contraria.

Explicitar las normas implícitas que afecten

negativamente a la marcha de la clase.

Pocas, claras, conocidas, cumplidas, referidas a

profesores y alumnos, flexibles.

El establecimiento de normas provoca cierta resistencia y lleva a realizar incumplimientos de

tanteo.

Tener en cuenta qué:

En el aula de clase se debe construir la convivencia en lugar de reconstruirla.

Los límites permiten establecer la frontera entre lo que está permitido y lo que no.

Es preciso que al iniciar el ciclo escolar fijar los límites claros que permitan garantizar el

respeto y la sana comunicación.

Es preferible establecerlos a que nos los impongan los alumnos problemáticos.

Las conductas de los alumnos suelen ser tácticas y, por lo tanto, funcionan según su utilidad.

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La disciplina es una convención entre el profesor y los alumnos. Con las mismas normas, un

grupo se comporta de modo diferente con cada profesor.

Negociación de límites. Los límites se “negocian” en cada clase, con cada profesor y con cada

grupo. En la negociación de los límites, más bien un forcejeo, el profesor intenta establecer

normas y el alumno perturbador intenta contrarrestarlas mediante incumplimientos de

tanteo.

De la respuesta del profesor a dichos incumplimientos dependen los límites, por tanto, ha de

ser eficaz, distendida, firme, rápida, clara. Sin lugar a dudas.

Mantenimiento de límites durante el curso. Evitar o atenuar el lógico relajamiento que se

produce a lo largo del curso por cansancio, y que deriva en un desplazamiento de límites.

Los momentos estratégicos. Cuidar especialmente el principio de clase, fin de clase, mesetas y

transiciones entre actividades.

Triangulación. Si no se pueden establecer los límites deseados de ninguna manera, pedir

ayuda.

¿Cómo?

Crear un clima de clase cálido, seguro, de trabajo-convivencia.

Establecer límites las primeras semanas y mantenerlos durante el curso.

Descubrir problemáticas. Controlar distendidamente.

Estar atento a los tanteos e indicios.

Vencer resistencias iniciales.

Evitar ambigüedades e imposiciones de los alumnos.

Regular las rutinas (entrar tarde, no sacar el material…).

Convertir actitudes antisociales en hábitos pro-sociales.

Consolidar hábitos positivos claros (puntualidad, inicio rápido, atención total…).

Soslayar selectivamente, dejar pasar conductas leves y aisladas.

Normas de clase son conocidas y cumplidas por todos, profesores y alumnos.

Norma de la semana en pared/pizarra. Plantear como reto.

Normas: únicas para todas las materias (unificación de criterios).

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Estilo democrático-directivo: No abusar del poder imponiendo un clima excesivamente

autoritario ni renunciar al mismo creando una atmósfera permisiva.

Evitar el deslizamiento de los límites, el relajamiento.

Hacia la distensión: la firmeza relajada.

Cuidar los momentos estratégicos: principio y final de clase, y las mesetas.

Si no te puedo controlar yo, lo derivaré a otras instancias.

¿Lo arreglamos entre tú y yo o lo traslado a quien lo pueda solucionar?

Regla de las 3 A (para alumnos conflictivos). Prestar ATENCIÓN al alumno cuando está

trabajando, facilitar AYUDA cuando la necesite, y llegar a ACUERDOS de trabajo y/o conducta

con ellos.

Si no puedo de todas maneras: triangulación, mediación-ayuda de un compañero. No tener

reparos en pedir ayuda. El que pide ayuda puede parecer débil cinco minutos, el que no lo

hace lo es toda la vida.

Al iniciar la clase: preguntar sobre la sesión anterior, realizar preguntas de interés, realizar

actividades prácticas, etc.

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Advertencias.

Las advertencias son el mantenimiento de los límites, ante conductas inadecuadas es necesario

realizar advertencias pero no amenazas. Las advertencias van desprovistas de emoción; las amenazas

van cargadas de emoción. Han de ser breves; mejor sin palabras: advertir con la boca cerrada (mirada,

gestos). Hay que transmitir que un alumno, si incumple la norma, está faltando al respeto y ello trae

consecuencias.

Así, las advertencias:

Son un modo de intervención del profesor ante comportamientos disruptivos de poca

gravedad con la doble finalidad de cortar dichas conductas y de evitar medidas punitivas.

Se da al alumno una segunda (y última) oportunidad de rectificar su rumbo.

Para ser efectivas han de ser creíbles, y su credibilidad depende tanto de la sensación que dé

el profesor de poder pasar a arbitrar otras medidas.

Hacer una sola advertencia. Si no da resultado, pasar a otras medidas. No repetirlas una y otra

vez.

No confundir con amenazas. Cuidar el tono.

Han de ser creíbles, firmes, relajadas, concretas.

Ejemplos:

Tranquila de la petición (por favor).

Advertencia personal en privado:

o Declaración de intenciones (“no te puedo permitir…”).

o Demanda de compromiso (“¿qué vas a hacer para que no se repita?”).

o Previsión de consecuencias del incumplimiento (“¿y si no?”).

Consejo corrector: “Puedes evitarte problemas, haciendo...”.

Ayúdame a no tomar otras medidas.

Las 3 vías:

o Impunidad (seguir haciendo lo mismo y que no le pase nada).

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o Responsabilidad inhibidora (seguir haciendo lo mismo y que asuma consecuencias).

o Responsabilidad creativa (conseguir que cambie y que le pase algo positivo).

"¿Entiendes lo que te he dicho?". Repítelo (asegurar la comprensión).

Aplicación silenciosa de consecuencias.

Cambio de ubicación individual voluntaria.

Borrado de quejas (Deme otra oportunidad)

Enterado de los padres.

Conducta molesta en la pizarra. Se borra cuando desaparece.

Conseguir la firma de. Profesor pide al Director que borre la queja.

Diálogo dirigido: sustituir sermones por preguntas. Pedir explicaciones.

Estás eligiendo consecuencias indeseadas. Luego no te quejes.

Evitar la audiencia al alumno, evitando discusiones en público.

Gesto de ¡Basta ya! Acordar gestos y señales de advertencia.

Petición de reciprocidad: yo te ofrezco ayuda y otra oportunidad, ¿tú qué me ofreces?

Tabla de retos y logros.

Reconvención razonada: explicar las consecuencias adversas de la conducta inapropiada, los

motivos de las restricciones, dar ejemplos de conductas alternativas.

Sugerir y hacer propuestas, mejor que recriminar

Sustituye una excusa por una acción reparadora

Tarjetas amarillas y rojas.

Tendrás una queja al final de clase si…

Nos vemos en una semana.

Los compromisos.

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Compromisos.

Ante actitudes sistemáticas de incumplimiento, las advertencias suelen resultar inoperantes. Mejor,

los compromisos. Es un ejercicio de competencias socioemocionales: algo que asume el alumno como

alternativa a una sanción. Es darle la posibilidad de que elija otra vía: aplazamos la sanción si el

alumno se compromete a algo, ya que no ha hecho caso a las advertencias. Le vamos a pedir

“pruebas”, no “palabras”. El alumno nos tiene que demostrar que lo está intentando. Así, estaremos

trabajando el autocontrol. Se puede hacer desde la coordinación o el Dpto. de Orientación, junto con

el tutor. Se trata de compromisos “económicos” y que sean de fácil seguimiento, por ejemplo, a

través de autoevaluación en dos semanas.

Ejemplos:

Pídeme otra oportunidad.

“¿Puedo fiarme de ti? Si confío en ti, ¿no me fallarás?”

"¿Qué podemos hacer para resolver esta situación?".

Plantéate esta pregunta: “¿Qué podría hacer yo… para mejorar el ambiente del grupo?”

Asamblea de clase. Lluvia de ideas.

Asignar responsabilidades.

Mejor hacer que el alumno decida hacer algo que conseguir que lo haga a la fuerza.

Autoevaluación diaria del alumno en rendimiento y/o conducta.

Notas de comportamiento a alumnos conflictivos.

Cambiar verbos: lo que hice hoy.../lo que haré mañana..

Recompensa gratis con petición de reciprocidad (recompensa anticipada).

Compromiso verbal de conducta o trabajo.

Compromiso público.

Contrato por escrito de conducta o de trabajo

Congelación de medidas. Aplazamiento. Doble o nada.

Diario del alumno, agenda. Seguimiento regular de padres y profesores.

Qué esperas de la asignatura, qué estás dispuesto a hacer, qué te puedo permitir.

Ganarse el sitio.

Mediación, triangulación. Negociación asistida.

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Notificación anticipada (sobre la mesa): “su hijo ha mejorado su actitud”.

Pactar la tarea (hay conflicto si hay tarea). Sólo si hay compromiso-intención.

Pacto con subgrupo negativo.

Padre/madre mediador.

Participar en actuaciones solidarias.

Post-it en pupitre. Compromiso con las conductas a modificar.

Una semana para cambiar.

El manejo constructivo de las situaciones problemáticas –inevitables- exige de los profesores una gran

cantidad de cualidades emocionales:

Respeto por los alumnos, lo que les impide ser hirientes incluso cuando están enfadados o en

el trato con alumnos difíciles.

La capacidad de manejar la propia indignación.

Un sentimiento de autoestima estable que les permita no convertir cada provocación de los

alumnos en un ataque personal.

La capacidad de ponerse en el lugar de los alumnos y comprender sus motivos.

Regulación y control del tono en el trato con los alumnos.

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Sanciones.

Las sanciones son medidas que persiguen extinguir conductas inadecuadas o reconducir actitudes

negativas mediante la aplicación de alternativas disuasorias. El castigo debe ser avisado, ha ser

inmediato, disuasorio, consistente, mínimo pero suficiente, razonado acompañado de conductas

formativas.

Las medidas punitivas son medidas que pretenden disminuir la probabilidad de una conducta

problemática en el futuro, mediante la utilización de situaciones que desagradan al alumno, bien la

retirada de estímulos agradables, bien la incorporación de estímulos desagradables.

Son desaconsejables porque suelen encubrir las conductas más que inhibirlas, y provocan un

deterioro de las relaciones profesor-alumno, cargándolas de resentimiento y agresividad. Los alumnos

que sufren castigos indiscriminadamente se suelen habituar a los mismos, con la consecuente

insensibilización y adopción de actitudes tácticas para no ser descubierto. Deben, por lo tanto, ser el

último recurso. No obstante, y a pesar de que hay situaciones en que no queda más remedio que

recurrir a ellas, se debería limitar su uso a las ocasiones siguientes:

Cuando hay que detener una acción rápidamente.

Cuando una conducta o actitud está obstaculizando significativamente los derechos de los

demás y la convivencia.

Cuando se hace daño intencionadamente a bienes ajenos o públicos.

Cuando ya se han intentado todas las medidas y no han dado resultado.

Pueden ocurrir tres situaciones:

1.- El alumno sigue asiendo lo mismo y no le pasa nada: impunidad.

2.- El alumno sigue asiendo lo mismo y le pasa algo: responsabilidad inhibidora.

3.- El alumno cambia y no le pasa nada o le pasa algo positivo: Responsabilidad creativa.

Ejemplos:

Aislamiento en sala con tareas.

Aislamiento temporal interno.

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La sombra: alumno acompaña al profesor a todas sus clases.

Comisión de convivencia: profesor, padre, alumno, directivo.

Expediente disciplinario.

Expulsión condicionada a la realización de tareas.

Hora suplementaria para completar tareas.

Llamada telefónica a sus padres.

Realización de tareas comunitarias.

Tardes con padres.

Recreo con tareas con un profesor rotatorio.

Separación de algunas materias con trabajo (incorporación progresiva).

Una hora suplementaria a petición de los padres para completar tareas no realizadas.

Derivaciones.

Las sanciones escolares sirven para resolver problemas escolares. Si hay conflictividad social, habrá

que derivar a instituciones sociales. Los problemas sociales no deben ser únicamente abordados en el

ámbito escolar. No hay problemas imposibles; hay problemas desubicados.

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Subgrupos.

En una clase se forman subgrupos, integrados por alumnos que tienen valores, intereses y pautas de

acción semejantes, ellos perciben de forma similar lo que ocurre, se lo comunican entre ellos y

definen juntos la acción; son resultado de la necesidad adolescente de ser aceptados por sus iguales y

ejercen una fuerte influencia sobre la conducta de sus miembros.

Para aumentar la influencia positiva de algunos subgrupos y evitar la influencia negativa de otros hay

que:

Conocer los roles de los integrantes.

Conocer la composición de los subgrupos, especialmente los negativos.

Intervenir sobre las dinámicas de los subgrupos para mejorar el clima de clase.

Qué se debe hacer:

Cuidar la confección de grupos. Conviene separar a algunos alumnos, si se sabe de antemano

que van a generar problemas juntos.

Impedir la formación del subgrupo. Cuando se detectan indicios, prevenir.

Separación. Se aísla entre sí a los integrantes de un subgrupo negativo si interfieren la marcha

de la clase.

Anteponer intereses de la clase. Procurar que la actitud de la clase (si es positiva) se imponga a

la de los subgrupos negativos (“la mayoría de los alumnos quieren trabajar y tienen derecho a

ello”).

Conversación individual con los líderes. Se interviene sobre los líderes negativos (“estrellas”)

mediante conversaciones individuales y pactos.

Conversación individual con los satélites. Se interviene sobre los alumnos que se relacionan y

colaboran con los líderes negativos (“satélites”) para producir un cambio positivo en ellos o

aislarlos si fuera necesario.

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2.- RELACIONES.

Asertividad.

La conducta asertiva se caracteriza por la defensa de los derechos propios sin violar los ajenos.

Pueden ser PROACTIVAS: Formular quejas o críticas apropiadas, pedir cambios en conductas ajenas,

mostrar desacuerdo, expresar descontentos, mantener límites relajadamente y reconducir la

ansiedad y las iras propias. REACTIVAS: Defender los derechos propios, refutar críticas inadecuadas y

aceptar las apropiadas, responder a acusaciones, rechazar peticiones, percibir descontentos,

solventar discrepancias, manejar discusiones resolver conflictos, aguantar presiones del grupo y

manejar la hostilidad y la agresividad ajenas.

Se debe trabajar en:

Entrenamiento en asertividad: repeto mutuo. Respetar al alumno como alumno y como persona al

tiempo que se exige respeto a los derechos del profesor y de los demás alumnos favorece

relaciones sociales responsables.

Reciprocidad positiva. Fomentar que el alumno busque modelos positivos.

Priorizar los derechos colectivos.

Hacer referencia a las normas.

Hacer referencia los derechos de cada persona.

La noticia: narrar una situación problemática como si fuera un titular de un periódico. Cómo si la

estuviera realizando otra persona.

Adopción de perspectivas : ponerse en lugar del otro

Aprender a decir no y entrenar la aceptación del no: fortalece al alumno frente a las frustraciones

y lo hacen capaz de afrontar retos de medio y largo alcance.

Interrogación asertiva: ¿qué te molesta de mí?

Inversión de papeles: el abusador hace el papel de víctima y el profesor de abusador.

Agradecer y reconocer explícitamente el respeto mutuo

Las 3R: es un proceso de mediación entre 2 alumnos. Consta de tres fases si los alumnos deciden

resolver pacíficamente el conflicto.

Resentimiento: cada persona expone los motivos por los que está molesta con la otra.

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Reconocimiento: ambas personas reconocen los aspectos en los que la conducta

propia ha podido molestar a la otra.

Requerimiento: cada uno dirige a las otras demandas que eviten la reaparición de la

disputa en el futuro.

Saludo efusivo: conviene reforzar el éxito agradeciendo a las partes la colaboración y

se debe asegurar la armonía, estarán bajo supervisión para confirmar que todo va bien.

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Empatía.

La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, saber que piensa y siente y obrar en

consecuencia para conseguir una relación positiva. Supone dos habilidades:

Sintonía emocional. Significa conocer y comprender a los alumnos, saber cómo nos ven y

conseguir que nos entiendan mejor, reflexionar sobre sus relaciones con los alumnos.

Irradiación emocional. Diplomacia con personas difíciles.

¿Cómo?

Observación activa de los alumnos: conocerlos.

Mantener conversaciones informales con los alumnos.

Saber cómo nos ven.

Trabajar juntos Buscar la solución a problemas por ambas partes sin perjuicio.

Revisar el estilo comunicativo propio: Directivo, amistoso, sarcástico, sobreprotector, etc.

Saber hablar y escuchar.

Acabar la clase amistosa y distendidamente

Mala conducta, mal alumno, mala persona. Centrar la atención en las conductas y sus causas,

evitando etiquetas globales, descalificaciones personales.

Actitud de ayuda positiva.

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Autocontrol.

Capacidad para regular las propias emociones (reacciones inadecuadas) y para controlar nuestros

impulsos. No es reprimir emociones, sino canalizar estados emocionales, si éstos son inconvenientes.

Las consecuencias de un bajo autocontrol son: impulsividad, ansiedad, depresión, culpabilización,

resentimiento, individuos explosivos, irritables, impredecibles, de baja tolerancia a la frustración,

abusivos, precipitados, etc.

Para reforzar el autocontrol:

No sé qué haré, pero lo haré tranquilo.

"¿Te controlas tú o lo hago yo?".

"Es mi trabajo ayudarte a madurar y ser responsable".

Anticipar consecuencias indeseadas.

Contar (hacia atrás) hasta, esperar que escampe.

Cuántos días sin.

Desconexión emocional. Que no me afecte.

Después me sentiré (visualización del malestar futuro).

Elegir reacción: hacer lo mismo, algo diferente, no hacer nada, que no me afecte

Modelado del profesor. No podemos transmitir lo que no tenemos, ni exigir lo que no damos.

Empezar por uno mismo. No echar fuego al fuego.

Un minuto sin molestarnos por nada. 1 hora calmado, 2...

Hacer algo que no hice ayer, dejar de hacer algo que hice ayer.

Respiración profunda. Diez inspiraciones intensas en momentos de furia.

Reto del día (o de la semana).

Un propósito en clase, un propósito en casa.

Buscar canales de desfogue.

Tener en cuenta que los hábitos cambian lentamente (persistencia).

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Roles.

Cada alumno se comporta en clase interpretando un papel que le permita realizarse de forma

satisfactoria; los alumnos que académicamente no consiguen satisfacciones, tienden a desempeñar

roles alternativos, que a menudo interfieren el desarrollo de la clase.

Conocer los roles de los alumnos ayuda a comprender las conductas en el aula para poder actuar en

consecuencia y mejorar el clima de la clase.

Según Bales, los roles se dan por combinación de 3 factores:

Poder: ascendente (A) y descendente (D).

Aceptación: positivo (P) y negativo (N).

Contribución al trabajo: cooperador (C) o reacio (R).

Poder

A Ascendente Alumno que arrastra a los demás, que propone,

toma decisiones, manda…

D Descendente

Alumno que se deja arrastrar, que acepta

propuestas de los demás, que sigue a los otros,

que obedece…

Aceptación

P Positivo Alumno aceptado por los demás, buscado por los

demás, admirado, deseado…

N Negativo Alumno no aceptado por los demás, rechazado o

ignorado por los demás, evitado, no deseado…

Contribución al trabajo

C Cooperador Alumno dispuesto a trabajar, a colaborar, a

realizar actividades variadas…

R Reacio al trabajo Alumno reticente ante el trabajo, evita esfuerzos,

obstaculiza el trabajo ajeno…

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Combinación Rol Descripción

ANC Mandón Afirma su autoridad desprestigiando a los demás

AC Organizador Sugiere cosas, actividades

APC Líder de equipo Conduce a los demás, seguro de sí mismo

AN Matón Amenaza al grupo o al profesor, agrede

A Dominante Le gusta mandar

AR Líder social Mueve al grupo, promueve iniciativas

ANR Desafiante Desaprueba acciones o comentarios ajenos

AR Comediante Hace gracias continuamente, llama la atención

APR Sociable Abierto, cae bien, extravertido

NC Pelota Siempre detrás del profesor, provoca rechazo

C Trabajador Siempre trabajando, va a lo suyo

PC Buen compañero Se preocupa de los demás

N Aislado Solitario, distante

P Amigo Comparte intimidades, ayuda

NR Pasota Se desentiende de todo, al margen de problemas

R Inconformista Siempre está en desacuerdo

PR Contemporizador Lima asperezas

DNC Mártir Carga con las culpas de los demás

DC Sumiso Se deja llevar

DPC Comparsa No pinta nada en el grupo

DN Solitario No hace migas con nadie

D Inhibido No manifiesta sus opiniones

DP Mascota Popular, cae bien, representativo del grupo

DNR Alienado Busca simpatías subestimándose

DR Distante Se aísla de los demás

DPR Muñeco No tiene criterio propio

N Sabelotodo No se integra, desprecia a los demás

AR Charlatán Habla constantemente sin venir a cuento

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Análisis de roles.

Una vez detectados los roles de los alumnos, se pueden hacer tres tipos de análisis:

1. Análisis grupal: nos sirve para observar qué estructura tiene la clase (cuántos líderes hay, cuántos

alumnos con ascendencia sobre otros, parejas idóneas, porcentaje de colaboradores y reacios,

cohesión del grupo, etc.).

Podemos utilizar diferentes estrategias de intervención en la clase según los rasgos predominantes en

la clase:

Clase con mayoría… Características de grupo

Ascendente Será una clase dinámica, con iniciativas, en la que

habrá que controlar la excesiva impulsividad y

reconducirla hacia el trabajo escolar.

Descendente Será una clase apática, que habrá que motivar

intensamente forzando la participación mediante

técnicas activas.

Aceptación positiva Predominarán las buenas relaciones entre sus

miembros, la convivencia será fácil y el ambiente

positivo. El profesor debe aprovechar esta estructura

grupal para insistir en actividades colectivas y dejar

que tomen iniciativas.

Aceptación negativa Abundarán los conflictos y el ambiente será tenso. Se

debe tener especial cuidado con las ubicaciones de

cada alumno.

Colaboradora Se pueden acometer ritmos de trabajo intensos.

Conviene relajar la clase de vez en cuando.

Reacia al trabajo Se deberán alternar períodos cortos de trabajo con

actividades de distensión.

Gestión de clase.

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2.- Análisis de subgrupos: podemos averiguar el número y composición de los subgrupos consolidados

en la clase. Ello es especialmente importante con los subgrupos negativos, es decir, aquellos que

interfieren significativamente la marcha de la clase.

Hay subgrupos que cohesionan la clase y son fuente de iniciativas de convivencia y trabajo

importantes, pero también hay otros que suponen un obstáculo importante para que los demás

alumnos puedan trabajar y para que el profesor pueda desarrollar su labor de forma relajada y eficaz.

La potenciación de los primeros y la reconducción o disolución de los segundos debe ocupar la

atención preferente del profesor.

El conocimiento de la composición de cada subgrupo y de los roles que lo mantienen cohesionado nos

puede servir para los siguientes cometidos:

Detección de líderes o “estrellas”.

Detección de los “satélites”, que giran alrededor de la estrella.

Composición de grupos de trabajo equilibrados (con alumnos ascendentes y descendentes,

cooperadores y reacios, positivos y negativos), con lo que evitaremos grupos apáticos (con

demasiados alumnos descendentes) o excesivamente impulsivos (por estar integrados por

alumnos ascendentes exclusivamente).

3.- Análisis individual: partiendo de cada rol detectado se pueden desarrollar estrategias conducentes

al tratamiento de cada rol en beneficio de los intereses colectivos. Así, conociendo qué rol desempeña

un alumno se puede encauzar de forma que pueda desarrollarlo en los momentos de la clase en que

no interfiera su desarrollo. Por ejemplo, el comediante (AR) puede hacer algunos chistes en

momentos de distensión.

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Comunicación.

La comunicación es una construcción permanente de sentido a dos niveles: verbal y no verbal. Es una

actividad conjunta de construcción de una perspectiva común. Toda comunicación determina qué

tipo de relación se quiere establecer con el otro; en una organización es el aceite que hace que

funcione todo el engranaje.

El que habla

Defectos en la comunicación Actitudes positivas en la comunicación

Improvisar, no pensar lo que se quiere decir. Hablar claro, después de haber pensado lo que se

quiere decir.

No tener en cuenta si los demás entienden o no. Se adapta a la capacidad de comprensión de los

demás

Creer que todos dominan el tema. Explica los motivos al grupo sin extenderse y sin

dejar nada importante.

Pasa por alto puntos importantes de los demás. Habla después de entender a los demás.

Se extiende en detalles, ejemplos, aclaraciones,

diluyendo la idea principal.

Recalca la idea principal y la aclara con algún

ejemplo.

Se muestra egocéntrico. Sólo se fija en sus

propias propuestas.

No intenta imponerse al grupo, sino buscar

soluciones de grupo.

Dogmatiza y presenta su opinión de forma

agresiva.

Defiende sus puntos de vista, sin imponerlos (me

parece, pienso que).

Necesita intervenir, llamar la atención del grupo. Calla si no tiene nada que decir. Silencio es oro.

Habla para que le escuchen. Habla sencillo y cordial.

Responde al otro, no porque piense distinto, sino

porque no sintoniza afectivamente con él.

Separa las soluciones de sus reacciones afectivas

ante el grupo.

Habla para atacar, resaltando los fallos. Se esfuerza por ser objetivo, reconociendo lo

positivo de los demás y pasando por alto detalles

intrascendentes.

Tiene prejuicios respecto de los demás. Es consciente de sus prejuicios. Se esfuerza por

respetar a los demás y no herir sus sentimientos.

Gestión de clase.

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El que escucha

No prestar atención, mostrar aburrimiento. Mostrar interés, mirar, asentir.

No capta ideas, sólo tics, repeticiones… Pasa por alto defectos del comunicante y se fija

en lo que dice.

Busca fallos, para refutar al otro. Busca comprender al otro.

Oye preparándose para responder. Polemiza. Adopta ante el otro una actitud de simpatía.

Busca dobles intenciones y se deja guiar por

prejuicios.

Confiado, intenta ser objetivo, evita los prejuicios

Rechaza toda opinión contraria a sus puntos de

vista, no soporta que le lleven la contraria.

Le parece normal que los demás piensen

diferente a él.

No acepta que los demás lleven razón. Acepta las ideas de los demás.

¿Cómo potenciar la comunicación?

Mostrar interés: preguntar, atender.

Intentar comprender: reformular, no interrumpir, parafrasear y preguntar si la paráfrasis es

correcta.

Comentarios de empatía: alegrarse, opinar, mostrar simpatía.

Comentarios de aceptación.

Crear clima agradable.

Tomarse el tiempo necesario para escuchar, no tener prisas.

No anticipar conclusiones.

Mantener un contacto ocular frecuente con el que habla.

Afirmar con la cabeza, decir sí.

Tono y ritmo de voz adecuado, pausado. Dejar pausas para animar a hablar al otro.

No quitar al que habla del centro de la atención.

Formular preguntas abiertas.

Resumir o reafirmar lo que dice el otro de vez en cuando.

Responder más a los sentimientos que hay detrás de las palabras más que a éstas.

Eco o repetición textual de lo dicho por el interlocutor.

Gestión de clase.

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Reformulación. Expresar de forma breve y propia lo dicho por el interlocutor (si no te he

entendido mal, lo que quieres decir es...). Se usa para terminar la conversación, para revisar

un tema, para centrar un tema o para aclarar algo que no entendemos.

Aperturas. Invitar al otro a seguir hablando mediante preguntas abiertas o cerradas.

Gestión de clase.

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Autoestima.

AUTOCONCEPTO: Es el conjunto de creencias y opiniones que cada uno tiene sobre sí mismo y que

influye en las acciones que ejecuta, el esfuerzo que les dedica y lo que piensa al realizarlas. El

autoconcepto puede ser realista o desviado de la realidad por exceso (sobrevaloración) o por defecto

(minusvaloración).

LA AUTOESTIMA: Es el grado de satisfacción asociado al concepto de sí mismo, sentirse bien

consigo mismo .puede percibirse como que vale para algo: éxito, o bien que uno vale para alguien:

reconocimiento.

Para potenciar la autoestima:

Crear un clima de clase favorable.

Entrevista individual tutor- alumno (“¿qué eres capaz de hacer?”).

Escuchar, conocer al alumno, ayudar a que se conozca y se valore (“todos tenemos

capacidades”).

No adoptar enfoques competitivos. No comparar.

Adaptar objetivos y nivel de dificultad de las tareas. Metas alcanzables.

Plan de aproximaciones sucesivas (moldeado): búsqueda de la superación personal, voluntad

de Mejora. Esfuerzo.

Uso de mensajes positivos del profesor. No demorarlos.

Equilibrio entre críticas y alabanzas.

Ayudas en las tareas. Tareas por pasos pequeños.

Trabajo por parejas.

Reparto de responsabilidades.

Intentar que el alumno se sienta seguro, respetado y aceptado, conociendo sus capacidades y

limitaciones (qué puede hacer y qué no).

Procurar que el éxito académico forme parte del yo ideal del alumno.

Enseñar a considerar el error como una ocasión de aprender y avanzar.

No permitir que se avergüence ni se ridiculice a un compañero.

Al enjuiciar a un alumno, diferenciar sus habilidades concretas de la persona global.

Gestión de clase.

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Mala conducta, mal alumno, mala persona (corregir, no etiquetar).

Dar oportunidades de éxito a los alumnos con dificultades.

No etiquetar ni prejuzgar; dar posibilidades de cambio.

No adivinar malas intenciones. Buscar explicaciones alternativas.

Control de las relaciones sociales y las posibles influencias negativas.

Acabar la clase de forma amistosa, a pesar de los problemas.

Aceptar el humor breve y oportuno, cortar el inoportuno.

Uso habitual del reconocimiento y el agradecimiento.

Atender consultas.

Comunicación emocional cotidiana, compartir sentimientos y emociones (crea cercanía).

Gestión de clase.

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3.- RENDIMIENTO.

Expectativas.

Hay que tener y transmitir expectativas positivas a todo el alumnado. Hay que tener objetivos

flexibles. Los objetivos van ligados a los criterios de evaluación. La evaluación es un medio potente

para enganchar alumnos. Hay evaluación integradora y evaluación segregadora. “Pide lo que vas a

valorar y valora lo que has pedido”.

El profesor puede influir en las expectativas de los alumnos para bien o para mal. Hay que conseguir

que los alumnos vean que el esfuerzo requerido es razonable y no desmesurado, pues de ello

depende que decidan intentarlo o quedarse al margen.

Estrategias para crear expectativas:

Difundir claramente los objetivos: te pido esto porque eres capaz de hacerlo.

Diversificar objetivos: cognitivos, afectivos, de relación interpersonal.

Graduar los objetivos: contemplar los niveles.

Criterios de evaluación universales: esfuerzo individual, hábitos de trabajo, mejora continua,

contribución a la convivencia.

Es necesario que los alumnos decididos a cambiar vayan experimentando logros que

fortalezcan sus propósitos.

El maestro mediante su actuación emite mensajes implícitos que se reflejan en la actitud y

desenvolvimiento del alumno en la clase.

Gestión de clase.

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Motivación.

Que los contenidos sean interesantes. No hay que dar el temario. Hay que seleccionar los contenidos

(imprescindibles, atractivos, sorprendentes), y presentarlos de forma interesante.

Motivación intrínseca.

Hay que seleccionar contenidos que motiven, incorporando contenido próximos a la realidad

cotidiana del alumnos, elaborando un banco de materiales a partir de fuentes diversas, adaptando los

contenidos a diferentes niveles de dificultad, resaltando los puntos fundamentales, utilizando

anécdotas, ejemplos, aclaraciones, intercalando preguntas.

Motivación del logro.

Los factores que influyen en este tipo de motivación son:

o Nivel de aspiración en lo que cada uno cree que le es posible alcanzar en las tareas que

emprende.

o Nivel de esfuerzo.

o Experiencias pasadas de éxitos y fracasos y que le sirven de punto de referencia para

decidir si puede abordar o no las tareas con garantías o probabilidades de éxito.

o Estrategias de aprendizaje

o Valor y utilidad de las tareas.

Propiciar experiencias de éxito: un pez al día, por lo menos. Es aconsejable:

o Emitir mensajes de competencia.

o Plantear diferentes niveles de dificultad

o Cerrar todas las tareas iniciadas.

o Dar retroalimentación frecuente.

o Fortalecer el autoconcepto académico.

Reconocimiento e incentivación del esfuerzo habitual.

Fomentar la participación: respetando las intervenciones, promover debates, y la intervención de

los alumnos más reticentes, escuchar activamente, distribuir responsabilidades, reconocer el

trabajo, el esfuerzo y la actitud.

Gestión de clase.

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Procurar que la actividad sea variada limitando el tiempo de explicación, combinando diferentes

modalidades de trabajo (individual, exposiciones, por grupo), enseñando procedimientos

instrumentales, detectar indicios de fatiga y / o aburrimiento.

Aprovechar las calificaciones como incentivos: motivación extrínseca. observando y valorando el

trabajo diario, entregando los boletines de calificación conjuntamente a padres y a alumnos,

aplicando criterios de evaluación diversificados.

Promover la automotivación de los alumnos.

Atención.

Se puede controlar un aula, manipulando procesos atencionales. El profesor debe “distribuir” su

atención para que los alumnos no dispersen la suya. Hay que conocer y manejar los canales

atencionales. Muchas veces prestamos “atención negativa”, y es una forma de “premiar” la disrupción

y la reforzamos.

Captar la atención: las estrategias que podemos utilizar son:

Crear rutina de inicio rápido de la clase.

Empezando con actividades incompatibles con la distracción: con preguntas,

actividades prácticas de corta duración, planteando interrogantes/ problemas.

No empezar sin la atención de todos: callar hasta que se callen, desplazarse a la zona de

distracción.

Neutralizar distractores.

Distribución de clase que favorezca la atención.

Mantenimiento de la atención.

Incrementando la atención positiva y disminuir la negativa.

Diversificar las corrientes atencionales: Usando una metodología variada se convierte en una

necesidad para refrescar la atención retardar la fatiga y conseguir mayores índices de

audiencia.

Movilidad del profesor por el aula.

Gestión de clase.

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Alternar diferentes modalidades de presentación de los contenidos: exposiciones del profesor,

a cargo de los alumnos, debates, trabajo en parejas, leer, redactar, escribir, tomar apuntes,

aclarar y consultar dudas, proyecciones, audiovisuales, PowerPoint.

Detectar indicios de distracción y/o fatiga (mirada fija, tensión corporal).

Moldeado (acercando al alumno mediante pasos progresivos a la meta final)

Alternancia de actividades obligatorias y agradables.

Intercalar preguntas en las explicaciones.

Preguntar a los interruptores cuando están a punto de hablar.

Disposición cambiante: en U, o en grupos de alumnos, ganarse el sitio, en filas, en el pasillo.

Cuidar el final de la clase.

Atención a la diversidad.

El profesor tiene que ajustar sus expectativas a las posibilidades reales. Ha de “jugar” y flexibilizar los

objetivos. No pedir a todos lo mismo. Abrir puertas: “si quieres, puedes…”

Actividad.

Si el alumno está activo (no pasivo), tiene más posibilidades de mantener la atención. La actividad

puede ser física o verbal. “Oigo y olvido; veo y recuerdo; hago y aprendo” (Confucio).

Atribución

Si el alumno constata que la mejora de su rendimiento está dependiendo de su esfuerzo, y no de

otras variables que él no controla, tendrá mayor motivación para seguir esforzándose.

Técnicas de aprendizaje.

Si nos valemos y aplicamos diferentes técnicas para que el alumno participe de manera activa, su

aprendizaje será más efectivo, más aún, por sí mismos notarán sus avances en las asignaturas.

Gestión de clase.

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MAESTRO.

Variables del maestro influyentes en el desarrollo de la clase:

Personal (cómo es).

Profesional (cómo trabaja).

Teórica (lo que sabe).

Cognitiva (lo que piensa).

Laboral (cómo progresa).

Social (cómo se relaciona).

Cualidades preferidas en el maestro.

Las relaciones maestro-alumno suponen un choque de expectativas: del maestro respecto de

sus alumnos, y de éstos respecto del maestro. Las expectativas que tiene el maestro sobre el

alumno influyen más que las de éste sobre el maestro.

Recibimos el trato que nosotros mismos damos. Nos gustan las personas a las que gustamos,

con ellas colaboramos más y mejor que con las que no nos gustan. Por lo tanto, es importante

que el maestro llegue a conocer cómo le ven sus alumnos y qué rasgos prefieren éstos en sus

maestros.

Aunque no hay un perfil ideal de maestro, sí hay una serie de características mayoritariamente

preferidas (Gilly, 1980).

El alumno prefiere a un maestro con … El maestro prefiere a un alumno

con …

Cualidades afectivas Respeto a las normas

Disponibilidad Interés por el trabajo

Afecto, respeto y comprensión Constancia y esfuerzo

Acogedor, positivo Participación

Conocedor de la materia Actitud favorable

Capacidad de motivar Aspecto físico, limpieza

Claro en la exposición Capacidad intelectual

Gestión de clase.

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Buen mantenedor del control de la clase Espíritu de colaboración

Actitud dialogante Respeto al profesor

Control sin recriminaciones Comunicativo

Comunicativo Buen comportamiento

Coherente Estudioso

No usa sarcasmos, ironías, no hiere Colaborador

Relajado Buen compañero

Nivel de exigencia justo Atento al trabajo y las explicaciones

Simpático, buena presencia

Justo al evaluar