Democracia

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1. Margarita Dalton 2. Edicin 2012.D.R. Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federacin.Carlota Armero nm. 5000, colonia CTM Culhuacn,CP 04480, delegacin Coyoacn, Mxico, DF,telfonos 5728-2300 y 5728-2400.D.R. Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social.Jurez nm. 87, colonia Tlalpan,CP 14000, delegacin Tlalpan, Mxico, DF,telfono 5655-6010.Coordinacin: Coordinacin de Institucionalizacin de la Perspectiva de Gnero.Edicin: Coordinacin de Comunicacin Social.Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva de los autores.ISBN 978-607-708-101-2Impreso en Mxico.305.4D324iDalton, Margarita.Democracia e igualdad en conflicto : las presidentas municipales en Oaxaca / MargaritaDalton ; prefacio David Recondo. -- Mxico : Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federacin :Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social, 2012.664 pp ; + 1 dvd.ISBN 978-607-708-101-21. Participacin poltica de las mujeres. 2. Mujeres Poltica y gobierno. 3. Mujeres en la poltica.4. Derechos polticos Mujeres. I. Ttulo. II. Recondo, David, pref. 3. directorioSala SuperiorMagistrado Jos Alejandro Luna RamosPresidenteMagistrada Mara del Carmen Alanis FigueroaMagistrado Constancio Carrasco DazaMagistrado Flavio Galvn RiveraMagistrado Manuel Gonzlez OropezaMagistrado Salvador Olimpo Nava GomarMagistrado Pedro Esteban Penagos LpezComit Acadmico y EditorialMagistrado Jos Alejandro Luna RamosPresidenteMagistrado Flavio Galvn RiveraMagistrado Manuel Gonzlez OropezaMagistrado Salvador Olimpo Nava GomarDra. Karina Mariela Ansolabehere SestiDr. lvaro Arreola AyalaDr. Rafael Estrada MichelDr. Eduardo Ferrer Mac-GregorDr. Hugo Sal Ramrez GarcaVocalesDr. Carlos Bez SilvaLic. Ricardo Barraza GmezSecretarios Tcnicos 4. ndiceAGRADECIMIENTOS. 7Prefacio . 11Introduccin. . 15La mujer, la poltica y el poder. 45El tema de la igualdad y la desigualdad. . . . . . . 48El voto para la mujer en Mxico. . . . . . . . . . . 65Feminismo, movimiento de mujeresy democracia. . .77Sexo, gnero y poder. . . . . . . . . . . . . . . . 81La diferencia entre sexo y gnero. . . . . . . . . 83Sistemas polticos de eleccionesen el estado de Oaxaca. 101Elecciones por partidos polticos. . . . . . . . . . 116Formas y normas de gobierno en Oaxaca:municipios regidos por usos y costumbres . . . . . 127Las presidentas municipales en Oaxaca. 151Genealogas de la poltica . . . . . . . . . . . . . 175Trayectoria hacia la presidencia municipal. . . . . 192Lo privado y lo pblico:debilidad versus fortaleza . . . . . . . . . . . . . 217 5. tepjf6MargaritaDaltonTransparencia versus corrupcin. . . . . . . . . . 234Poder y no poder: roles sexuales . . . . . . . . . . 251Valor, honor, prestigio y desprestigio . . . . . . . 275Rumores, chismes y medios de comunicacin. . . 288La violencia contra las presidentas . . . . . . . . 308La mujer cabeza del ayuntamientoy el poder. . .325Toma de decisiones y machismo. . . . . . . . . . 333Diferencias y semejanzas en el ejerciciodel poder . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 348Cabildeo y gestin administrativa(informes y planes de desarrollo). . . . . . . . . . 368Conflictos, pactos y negociaciones. . . . . . . . . 409Mujeres polticas y familia . . . . . . . . . . . . . 439Democracia, obstculos y oportunidades. . . . . 456Las batallas de las presidentas. . . . . . . . . . . 487Ciudadana y participacin poltica . . . . . . . . 523Reflexiones finales . .549Biografas. . .567Anexos. . .581Fuentes consultadas. . .631 6. 7AgrAdecimientoSUn libro de esta naturaleza no puede realizarse sin la colaboracin demuchas personas, y a ellas se debe en gran medida esta obra. Quiero agra-decer,primero, la extraordinaria generosidad de las presidentas municipales ycandidatas entrevistadas, las citar por orden alfabtico: abigail gema MoranMorales, adelina rasgado Escobar, adelma nez Jernimo, altagracia Ve-gatorres, Clara Chora Chvez, Delfina Elizabeth guzmn Daz, gloria altami-ranode robles, Herminia lpez Jurez, Juana lpez garca, lugarda Charisluna, luisa Corts Carrillo, Macrina ocampo Hernndez, Margarita Cruz deMatamoros, Mara luisa Fuentes Matus, Mara teresa Marn Snchez, Mari-celaMartnez Coronel, Perla del Carmen rojas narvaez, ramona gonzlezgarca, rosa Hernndez luis, rosario Villalba Couder, Sofa Castro ros, Sofarobles y tomasa len tapia. tuve la experiencia de convivir con ellas en giras detrabajo, inauguraciones, ceremonias cvicas, comidas, desayunos y cenas, yobservar su vida familiar, algo que agradezco mucho a todas.En el istmo de tehuantepec recib el apoyo, en la Casa de la Cultura deJuchitn, de su directora ejecutiva, la seora gabriela lpez gmez; en labiblioteca pblica de esta misma ciudad, su directora, la seora gloria Dela Cruz, colabor conmigo brindndome los materiales para fotocopiarlos.Estas personas y su modo amable y sencillo facilitaron e hicieron posible lainvestigacin. El apoyo de guadalupe Molina para la recopilacin de unaparte de la informacin hemerogrfica, en el istmo, fue bsico. 7. tepjf8MargaritaDaltonEn la ciudad de Oaxaca, durante la bsqueda de materiales hemerogr-ficos,el seor Julin Jos Flores Arroyo, director de la Hemeroteca PblicaNstor Snchez, tuvo la gentileza de ayudarme con algunos materiales. Lasnoticias de los peridicos no slo concernan a las mujeres presidentas mu-nicipales,sino tambin provean el contexto de lo que suceda en el estadodurante sus presidencias. Todo esto fue de gran ayuda, sobre todo en casoscomo el de la primera presidenta municipal del estado de Oaxaca, en 1962,porque, al entrevistarla, me pareci que haba muchos datos que ya se lehaban olvidado. No recordaba el contexto de las elecciones que vivi antesde ser asesinado el presidente al que ella sustituy, haban pasado aconte-cimientosdiversos en su vida y esta etapa le pareca difcil de recordar. Eramuy joven cuando fue presidenta municipal de Juxtlahuaca, y la primera dela que se tienen noticias hasta el momento.*Tuve la oportunidad de asistir al Seminario de gnero del Centro deInvestigaciones y Estudios Superiores en Antropologa (ciesas), en la Ciudadde Mxico, durante los aos 2000 y 2001; ah present una primersima ver-sinde mi acercamiento al tema de la identidad, en un texto que llam Lasmujeres y el poder, y recib comentarios crticos muy estimulantes de PatyRavelo, Sara Elena Prez Gil, Mercedes Blanco y otras compaeras, que meayudaron a reconsiderar aspectos de mi trabajo. De igual forma, en la Uni-dadIstmo del ciesas tambin present avances de mi proyecto de investiga-cin.Las preguntas, sugerencias y crticas de mis compaeros y compaerasestimularon mi reflexin y sirvieron para la posterior elaboracin de estetrabajo. Salomn Nahmad me facilit algunos libros clsicos de antropolo-gasobre la participacin poltica de la mujer en pequeas comunidades.A partir del ao 2002 y hasta 2006 promov y coordin el Seminario deidentidad, gnero, multiculturalidad e interculturalidad** en el ciesas Ist-mo.La dinmica de ste consisti en discutir el trabajo de investigacin querealizbamos en ese momento; con los colegas del seminario pude cotejar* Agradezco a Celestino Chvez por haberme puesto en contacto con doa Clara Chora paraconseguir esta informacin.** En el Seminario de identidad, gnero, multiculturalidad e interculturalidad del ciesas uni-dadistmo participaron Blanca Castan, Csar Mayoral, Mara Teresa Pardo, Michael Hig-gins,Sofa Robles, Lorena Robles, Martha Toledo, Marina Meneses y Sylvia Booth. A todas ytodos, agradezco sus comentarios. 8. 9algunas hiptesis y, sobre todo, aprender de sus experiencias y examinarcon ellos esta investigacin. El ambiente acadmico, los seminarios y las lec-turasen el ciesas ayudaron al dilogo y enriquecieron el trabajo.El trabajo hemerogrfico se realiz en las ciudades de oaxaca, tehuan-tepecy Juchitn. En la Hemeroteca Pblica nstor Snchez de la ciudad deoaxaca, y en las casas de la cultura de tehuantepec y Juchitn. no se pue-deaislar un trabajo de investigacin de la actividad cotidiana del investiga-dor,la docencia, los congresos, coloquios y otras investigaciones. Durante larealizacin de este proyecto particip en dos equipos de investigacin: unoen el istmo y otro en la costa. El equipo del istmo, dirigido por Hiplito ro-drguezy Salomn nahmad, y el de la costa, por odile Hoffman y Mara te-resarodrguez, fueron espacios de intensa reflexin y anlisis comparativosde teoras y supuestos epistemolgicos. a todos y todas los que participa-ronen estos equipos, mi agradecimiento sincero por sus comentarios, crti-casy sugerencias.a Mara de los ngeles romero Frizzi, amiga entraable, agradezco unaprimera lectura del texto y sus sugerencias para mejorarlo. Elizabeth Maierfue de gran ayuda, porque ley con rigor el documento, sus crticas, comen-tariosy sugerencias me inspiraron a recapacitar sobre algunos textos, me-jorarlos argumentos y explicaciones. agradezco la lectura crtica y el apoyoeditorial de Hayde Muoz.En el trabajo de transcripcin de algunas entrevistas colaboraron Karlaoscura y Mara alfaro. Durante los ocho aos que se ha llevado la realizacinde este trabajo ha sido de gran apoyo la presencia de gabriela Prez rodr-guezpara la transcripcin de algunas entrevistas y el cotejo del material bi-bliogrfico,hemerogrfico y documental.a mi familia, por el tiempo que no les pude dedicar durante la realiza-cinde la investigacin, debido a los viajes y, ms tarde, porque tena quetrabajar en casa; a rodrigo, leo, Juanita, ngela, alejandro y la tete, gra-ciaspor la comprensin y el apoyo de cerca y de lejos.El trabajo de esta investigacin lo efectu en compaa de Julia Barco,quien grab los videos de las presidentas; con ella compart inquietudes,dudas, hallazgos y reflexiones sobre la experiencia. amiga significativa ycompaera imprescindible, gracias. 9. 11PreFAcioSon pocos los cambios histricos radicales y espectaculares. Mucho msfrecuentes son los cambios discretos, graduales, inadvertidos al principioy que cobran visibilidad a posteriori. Margarita Dalton nos habla en el pre-sentelibro de uno de esos procesos de cambio profundo cuyo impacto s-loveremos plenamente dentro de varios decenios. Un cambio discreto peroestructural: el de la entrada de las mujeres en el escenario de la poltica mu-nicipalen oaxaca, uno de los estados ms tradicionalistas de Mxico. Entre1998 y 2004, 22 mujeres ocuparon el cargo de presidente municipal; 22 de570 municipios, es decir, menos de 4% de las presidencias municipalesde la entidad. la cifra parece anecdtica, insignificante, pero el salto es ex-cepcionaluna vez ubicado en la larga trayectoria histrica de la polticaoaxaquea. nunca antes tal nmero de mujeres lleg a ocupar el cargo msalto en la jerarqua municipal. Slo una o dos personas del gnero femeni-nolograron tal hazaa en dcadas previas. El Poder Ejecutivo municipal enoaxaca, como en la mayor parte del pas, ha sido siempre reservado para loshombres. Es por ello que la presente obra constituye una contribucin esen-cialal estudio de la poltica mexicana. Su objeto es, precisamente, entenderlas circunstancias que han permitido este cambio, discreto pero profundo, ysu impacto a largo plazo sobre la manera de concebir y ejercer el poder lo-cal.Pero, ante todo, el relato tiene la virtud de rescatar la visin de las pro-tagonistasde tal innovacin: las presidentas municipales. Sus voces se dejan 10. tepjf12MargaritaDaltonescuchar a lo largo de esta obra en toda su vitalidad, su emocin, su duda,su realismo, su contradiccin y su humanismo.Este libro no es uno ms sobre el herosmo de las mujeres, su excepcio-nalidady su superioridad sobre los hombres. No, al contrario, es una obraque logra situar a cada una de las presidentas en su contexto, en su reali-dad.Tambin restituye la trayectoria personal y la identidad individual decada una de estas mujeres, que son excepcionales porque les toc rompercon muchos de los tabes y de los obstculos que una sociedad profunda-mentepatriarcal y machista les haba impuesto. Las protagonistas de esterelato no son seres superdotados, no son heronas de una lucha milenariapor la liberacin de la mujer, y mucho menos son feministas en el sentidode ser militantes de una causa poltica previa a su experiencia en el gobier-nomunicipal. Simplemente son hijas, hermanas, esposas y madres que hanjugado, en su mayora, el rol que la sociedad les ha atribuido. Esto no quie-redecir que no hayan tenido experiencias previas de liderazgo (aparte dela que significa educar a los hijos y velar por el bien de la familia, casi siem-pre,solas!); algunas de ellas han participado en acciones colectivas fuera delhogar, en el sindicato de maestros, por ejemplo. La mayor parte, sin embar-go,ha aprendido de manera indirecta algunos de los trucos de la poltica, yasea porque sus padres, maridos o hermanos han tenido un papel importan-teen la poltica local o porque, como perspicaces observadoras, han sido tes-tigosde las maneras de gobernar en sus respectivos pueblos. Pero nada, enrealidad, las ha preparado lo suficiente para enfrentar una funcin ejercida,desde siempre, en clave masculina. El aprendizaje, a veces doloroso, se ha he-choen la prctica.He ah otro de los valores del libro: no slo es un ejercicio de anlisissocioantropolgico, lo cual tiene en s mucho mrito, sino que es un testi-moniode la experiencia poltica de las presidentas oaxaqueas y de la im-prontaque han dejado en el quehacer poltico local. Despus de su pasopor las presidencias de sus respectivos municipios, el manejo del poder yano ha sido el mismo quizs eso no se haya notado al principio, pero, sinduda alguna, la experiencia del gobierno femenino ha quedado en la me-moriacolectiva y es una alternativa plausible y legtima para las futurasgeneraciones. Seguramente falta mucho an para que las mujeres en el go-biernopuedan ser consideradas como iguales y, a la vez, diferentes a los 11. 13hombres, es decir, como iguales en derechos y capacidades, pero diferentesen la manera de ejercer el poder. Es muy probable tambin que esa diferen-ciase deba a la exigencia mucho mayor que se tiene hacia las mujeres enlos gobiernos municipales oaxaqueos. En efecto, deben demostrar cons-tantementeque son capaces, que pueden desempear un cargo pblico yno slo son aptas para tareas domsticas. Eso las lleva a esmerarse, a esfor-zarsems que cualquier hombre sobre el cual no se tienen esas dudas fun-damentales.En consecuencia, las presidentas a pesar de haber sufridoataques por parte de personas (generalmente hombres) que vieron su po-dery sus intereses afectados han demostrado tener aptitudes particularespara escuchar, atender a todos de igual manera, apaciguar los nimos, ne-gociar,no emborracharse, no robar, etctera. Habilidades o cualidades quefacilitan e incluso mejoran el ejercicio del gobierno.al mismo tiempo, y ah yace la paradoja que revela Margarita Dalton,esas cualidades son derivadas del rol que se espera tradicionalmente de unamujer. Quizs ello delate an la imposibilidad de ver a la mujer como igual alhombre en todo, incluso en la posibilidad de ser corrupta y pendenciera. Porlo pronto, las presidentas han dejado una huella indeleble en su paso por elpoder municipal. Han demostrado que se poda gobernar de otra forma, in-dependientementede que se sea mujer u hombre. El hecho mismo de queno hayan estado atrapadas en las clsicas componendas polticas de cama-rillao de clientela, por ser outsiders, les ha permitido hacer cosas que pocoshombres se hubieran atrevido a hacer. as pues, en general, han gobernadode manera menos autoritaria, innovando en mecanismos de participacincomunitaria en la planeacin y la implementacin de polticas pblicas, in-tegrandoms las agencias o rancheras en el gobierno municipal, dndolems importancia a polticas de salud, de educacin o de desarrollo susten-table,en lugar de los tradicionales gastos suntuarios (palacios municipales,canchas, vehculos oficiales, etctera).Margarita Dalton ofrece al lector una obra que combina el rigor acad-micocon la riqueza etnogrfica y la sensibilidad del testimonio. Pone enevidencia las representaciones sociales dominantes sobre el rol de las muje-res,y el de los hombres sobre la distincin entre lo privado como dominionatural de la mujer y lo pblico como mbito predilecto del hombre; resal-talos factores estructurales que han llevado a las mujeres a transgredir la 12. tepjf14MargaritaDaltondivisin del trabajo social (a menudo muy a pesar de ellas), como la migra-ciny la violencia. Se trata, pues, de un libro que captura de manera agu-dalas transformaciones profundas econmicas y culturales que afectana la sociedad oaxaquea contempornea. Pero, adems, nos proporcionauna anlisis pormenorizado de las costumbres polticas oaxaqueas, delas maneras de gobernar y de la trayectoria sui generis de la democracia enesta regin surea de Mxico.David Recondo 13. 15introduccinDentro de la cartografa del poder poltico de los municipios de oaxaca,son pocas las mujeres que han llegado a los escenarios polticos del podermasculino, es decir, a los espacios de la poltica. Por circunstancias externas einternas, en el siglo xxi las mujeres han llegado a ocupar espacios que no es-tndefinidos como femeninos, me refiero especficamente a los puestosde eleccin popular. la presencia de las mujeres en el poder poltico transfor-malos estereotipos y agudiza algunas contradicciones de la democracia.Este trabajo se inici como parte de un proyecto mayor.1 En un principiose buscaba realizar un anlisis de las relaciones entre hombres y mujeres en1 originalmente, este estudio formaba parte de la investigacin realizada en el Centro de in-vestigacionesy Estudios Superiores en antropologa Social (ciesas) istmo y golfo, dirigidapor Hiplito rodrguez y Salomn nahmad, y se llamaba El istmo mexicano en el contextocontemporneo del desarrollo. Procesos de organizacin social y espacial en un nuevo mar-code regulaciones. Ms tarde fue expandindose a otras zonas de oaxaca. El istmo, co-moespacio material configurado socialmente, ha sido objeto en el curso de una historia quearranca para occidente en el umbral del siglo xvi de una serie de intervenciones orientadasa explotar su valor geoeconmico. Este valor resulta de su peculiar figura espacial, que leconfiere el potencial de unir dos enormes ocanos, es decir, dos grandes vehculos para elmercado mundial. En una poca en que la dinmica globalizadora adquiere enorme rele-vancia,el anlisis de las interacciones entre los sistemas de organizacin locales y el sistemasupralocal constituye una tarea fundamental Proyecto (2000-2005) presentado al Conse-jonacional de Ciencia y tecnologa (conacyt) por parte del ciesas golfo. Una opinin ma almargen del proyecto fue la siguiente: la historia no puede ser un discontinuo que se dividearbitrariamente para sostener teoras que en ocasiones pueden apoyar intereses hegemni-cos,filosficos, religiosos o todos juntos de dominacin. Hay un nivel superior en el tiempodonde hablar de occidente es apropiarse de la dominacin, de la afirmacin de algunos y lanegacin de otros. Subiendo un nivel en el tiempo se ve la historia de la naturaleza y espa-ciosmenos limitados por acciones humanas inmediatas. 14. tepjf16MargaritaDaltonla poltica, vinculado a la categora de identidad femenina y su transforma-cincuando se trata de ocupar un cargo de eleccin popular o de gobier-no.La investigacin, sin embargo, me fue llevando por caminos de anlisissobre la violencia y la resolucin de conflictos relacionados con los rolessexuales, particularmente a la relacin de las mujeres presidentas municipa-lescon el poder desde la perspectiva de gnero.Una de las ventajas en la investigacin acerca de las mujeres y el poderpoltico es que se han desarrollado muchos estudios cuyo tema es la parti-cipacinpoltica de las fminas, sus sentimientos, su sexualidad, su mane-rade ser transgresoras y de ser sumisas, abnegadas, serviciales, etctera.Las mujeres y el poder en la era de la globalizacin, de la mundializacin,aparecen visibles en el proceso de transicin de la democracia liberal, de losmovimientos locales e internacionales (Anguiano 2010). Estudios y teorassobre gnero se multiplican a la vez que una mayor participacin de las mu-jeresse hace patente en el Congreso federal y en los locales, as como enlas presidencias municipales.A principios del siglo xxi, hombres y mujeres se encuentran en un pro-cesopoltico de encrucijada, de cambios complejos del poder. Cuando hansido confrontados los cnones del conocimiento que sustentan la cultura yfilosofa occidental, se han dado una serie de temblores escalonados quehan significado cambios profundos, en las epistemologas del siglo xix y laprimera mitad del siglo xx. Los autores, casi siempre hombres, que explicanel mundo en Occidente, los grandes filsofos, desde Aristteles hasta Hei-degger,han sido cuestionados en sus explicaciones porque consideraban ala mujer como inferior al hombre en cuanto a inteligencia o, simplemente, laignoraban disolvindola dentro de lo masculino, considerado como neutroen las formas gramaticales de varias lenguas romance.Al cuestionar estos principios epistemolgicos, mujeres como Simo-nede Beauvoir (1958), Adrianne Rich (1979); filsofas como Celia Amo-ros(1991); economistas como Christiane Delphy (1982); psiclogas comoKaren Horney (1977), Caroll Gilligan (1983) y Mary Roth Walsh (1979);historiadoras como Gerda Lerner (1986) y Joan Scott (1990); bilogas co-moRuth Hubbard (1979) y Evelyn Reed (1971); astrnomas, fsicas, mate-mticas,etctera, han sido responsables de los sismos que han ocurridodurante el siglo xx en lo que considerbamos conocimiento verdadero 15. 17y que an siguen sucediendo en el saber y las epistemologas existentes.Estos sismos tambin se estn dando en la poltica. El trabajo de los mo-vimientosfeministas y de las mujeres para analizar el significado de serhombre o ser mujer y su sentido poltico en cuanto a la forma de tomardecisiones colectivas ha sido orgnico, en el sentido grammciano, es de-cir,ha surgido como una necesidad colectiva de las mujeres y se ha posicio-nadointernacionalmente. la estrategia y tcticas desarrolladas han pasadode las protestas callejeras en la dcada de 1970 al cabildeo en organismosinternacionales, a las redes nacionales e internacionales de grupos organi-zadosy, como el tejido de una araa, han logrado poner en contacto a to-daslas paredes de la estructura social. Se avanza cada vez ms rpido en elcambio de mentalidades, en el cambio de culturas polticas, y desde dife-rentesperspectivas tnicas, geogrficas, de clases sociales, religiosas y filo-sficasse visualiza el mundo global que se desea construir. Si bien es ciertoque aprendimos la frase de no se nace mujer, llega una a serlo tambines muy real que tampoco se nace hombre, se llega a serlo. las masculini-dadesen los rgidos estndares del patriarcado2 tambin han sido criticadaspor algunos hombres. gracias al movimiento de las mujeres, los hombrespudieron hacer un alto y reflexionar sobre sus sentimientos y su problem-ticaparticular (guttman 2002, 2000, 1996, 2006; Higgings 2008; Seidler2000; nez 2004). El condicionamiento social sobre lo que biolgicamen-tese es, no ha sido el mismo a travs de la historia. Sus cambios han esta-dovinculados a los cambios sociales, tecnolgicos y culturales. Y en el sigloxx este condicionamiento ha sido cuestionado y transformado con nuevoscontenidos. las revoluciones sociales, la globalizacin, la educacin, los de-sarrollostecnolgicos, los avances cientficos, han impactado las concepcio-nesdel mundo y de las relaciones entre hombres y mujeres. la ciencia en lareproduccin humana ha despejado muchas incgnitas y ha permitido la li-bertadde planear tener o no tener hijos.las transformaciones polticas han impactado las relaciones entre hom-bresy mujeres durante los siglos xx y xxi, sin embargo, no en todas partes se2 Cuando menciono la ideologa patriarcal me refiero a la categora de anlisis que han desa-rrolladola filsofa Celia amoros (1991), la historiadora gerda lerner (1997), la ensayista ypoeta acadmica adrianne rich (1983), entre otras. 16. tepjf18MargaritaDaltonpueden concebir estos cambios con la misma velocidad ni pueden ser acep-tadosde igual manera. Hay formas culturales que aceleran el conocimientoy la crtica de ciertas formas de comportamiento, y otras que las intercep-tanpara darles una explicacin metafsica o simplemente biolgica, para-fraseandoa aquel clsico italiano: Si queremos que todo siga como est,es necesario que todo cambie.3Al tratar de entender, en este mundo globalizado, cules son las rela-cionesentre hombres y mujeres y el papel que cada uno desempea so-cialmente,las tericas feministas han acuado el trmino perspectiva degnero. ste se ha vuelto herramienta de anlisis de las ciencias, la polti-ca,la economa, los planes de estudio, las mltiples formas de organizacinsocial y, en fin, para el saber que es poder y determina en abstracto ellugar que cada quien ocupa en el ordenamiento del universo social. Asimis-mo,ver dentro de este poder si el lenguaje en que se presentan las le-yes,las ciencias, las religiones y, sobre todo, la poltica incluye o excluye alas mujeres. La perspectiva de gnero es un paso necesario para los cambiosideolgicos: el reto es no slo modificar una frase o una ley, sino las men-talidades.No se pueden menospreciar los mecanismos de enseanza infor-malespor medio de los cuales hombres y mujeres repiten sus roles sexualesy los llevan a extremos que tocan la violencia. Para analizarlos, desarmarlos,desestructurarlos en beneficio de la sociedad en su conjunto, es necesariodilucidar a fondo el papel que juega en ellos la inteligencia y si las accionesse hacen de forma orgnica e incluyente, o, por lo contrario, son autorita-rias,verticales y excluyentes. En todo hecho de poder es importante anali-zarel papel que el miedo ocupa. La ley como prohibicin, comportamientocompulsivo a cambio de sanciones, deja absolutamente claro el hecho deun poder punitivo, que al estar fuera de la realidad se vuelve parte de nues-traconsciencia e impide la realizacin de ciertos comportamientos y marcafronteras de accin de acuerdo con el hecho de si se es hombre o mujer.3 Giuseppe Tomasi, prncipe de Lampedusa y duque de Palma di Montechiaro (Palermo, 23de diciembre de 1896-Roma, 23 de julio de 1957) fue un escritor italiano, autor de una ni-canovela, El gatopardo, ambientada en la Unificacin Italiana. El gatopardismo, o, muchoms habitualmente, el adjetivo lampedusiano, ha pasado a definir el cinismo con el que lospartidarios del antiguo rgimen se amoldaron al triunfo inevitable de la revolucin, usndoloen su propio beneficio; posicin acuada en una frase lapidaria: Si queremos que todo sigacomo est, es necesario que todo cambie(Wikipedia 2011a). 17. 19Si bien el tema del poder ha sido tratado por muchos autores y prctica-mentetodos aquellos que escriben sobre la filosofa poltica, la economa yla sociologa han tocado el asunto, es Foucault quien lo trata de una mane-racentral al desvincularlo de lo que puede ser una entelequia existente enla estratsfera y sealar que toca todos los aspectos de la vida cotidiana yno slo aquello que podemos imaginar como la toma de decisiones y que,adems, hay muchas formas de ejercerlo. En su Arqueologa del saber, enVigilar y castigar, en Las palabras y las cosas, y en su Historia de la sexua-lidad,describe y deconstruye cmo surge el conocimiento y cmo estaconstruccin del saber se convierte en la verdad y se ejerce como poder atravs de las escuelas, las crceles, los hospitales y la sexualidad. Sus cues-tionamientosinterrogaron a las teoras del conocimiento, las observaron ypusieron bajo el lente de un microscopio para desmenuzarlas (Foucault1970, 1981, 1982, 1980, 1990, 1992). Entre las formas de ejercer el poderse perfilan aquellas concernientes a las relaciones entre hombres y mujeresy estas relaciones con el silencio, la abnegacin, la sumisin. Foucault, en laHistoria de la sexualidad, describe y analiza los comportamientos humanosal interior de la sociedad y cmo van fabricando el esquema de lo acepta-docomo correcto o rechazado, hostigado y violentado como incorrecto quelleva hasta el asesinato, la condena, la crcel o al manicomio. todo compor-tamientose aprende en la casa, la escuela, la iglesia y en los libros de textoque simbolizan el conocimiento humano y establecen lo que debe ser. Poreso encuentro indispensable definir a qu tipo de poder me refiero cuandohablo de mujeres y poder o mujeres en el poder, se trata del poder po-ltico,de la toma de decisiones que afectan a la sociedad en su conjunto.al clasificar el poder poltico surge un problema: quedan fuera una se-riede valores velados o sobrentendidos, de los que no se habla pero estnntimamente relacionados con el poder, las mujeres y la sexualidad. El po-derno se construye de la nada, tiene hilos originados en el conocimiento,en la religin, en la familia, en la escuela, en los movimientos sociales y enla ctedra. aun cuando ese poder sea invisible, configura comportamientos,prcticas y toma de decisiones visibles.la revolucin invisible/visible de las mujeres ha trado cambios profundosen el conocimiento y prcticas sociopolticas y econmicas. El binomio invi- 18. tepjf20MargaritaDaltonsible/visible no es una contradiccin, intenta reflejar lo que ha deconstruidoel movimiento feminista y de mujeres en distintos mbitos de la vida doms-ticay pblica. Tiene que ver con un espacio y tiempo determinados y es unproceso de alcance histrico (Scweickart 1989). En la actualidad tambin esel resultado sincrnico de un trabajo diacrnico de pensamiento y accin.La manifestacin ms acabada de esta contienda en la historia del siglo xxes la lucha de las mujeres por el voto, primero en pases como Italia, EstadosUnidos, Inglaterra, Francia, y luego en Amrica Latina y otros continentes.Aun cuando cada pas tuvo su contienda interna por el voto y se consiguia veces por la lucha local y otras por la presin internacional, la expresinde ese movimiento ha sido una piedra angular para cambiar las percepcio-nesde cul debe ser el papel de la mujer en la sociedad. Si esa lucha slo sehubiera realizado en el mbito poltico y de las mujeres, sera una revolucinlimitada, pero se ha dado tambin en el mbito domstico.Un ejercicio del poder que no d miedo4El aprendizaje de lo femenino tiene que ver con la condicin social de la mu-jer,porque lo femenino es dbil, luego, debe cuidarse (vox populi) y laforma de hacerlo es prever lo peor y, al hacerlo, inculcar el miedo. El mie-does una de las grandes razones por las cuales lo femenino en el ejerciciodel poder, ya sea como presidencia municipal u otra participacin directa,se puede percibir como cauto, ambiguo, indeciso o temeroso, y tanto porsu accin como por su proyeccin tiene momentos difciles. Foucault traba-jlos micropoderes y logr desarticular algunas de las funciones del poder ysu ejercicio. En la observacin y anlisis del discurso de lo que las mujeres encargos de poder dicen sobre su participacin, se descubre que para ellas lasamenazas, los ataques de la prensa e incluso los golpes son situaciones don-deprevalece el miedo y la angustia, y no slo temen por sus vidas, sino porlas de sus hijos y seres queridos (Gilligan 1983). Sin embargo, al observar4 ... entre el anlisis del poder en el estado burgus y la tesis de su desaparicin futura, se re-sientende una carencia: el anlisis, la crtica, la demolicin, la inversin de los mecanismosde poder. El socialismo, los socialismos, no tienen necesidad de otra carta de las libertadeso de una nueva declaracin de los derechos, fcil, pero intil. Si quieren merecer ser que-ridosy no decepcionar ms, s quieren ser deseados, tienen que responder a la cuestindel poder y de su ejercicio. Tienen que inventar un ejercicio del poder que no d miedo(Sauquillo 1995). 19. 21sus actuaciones, se encuentra que si en sus acciones tienen que ser valien-tespero precavidas, en su discurso llegan a ser hasta timoratas.las mujeres polticas tienen bastante consolidado su amor propio, sinembargo, cuando se trata de hablar de lo que son, el discurso se relacionacon sus debilidades y con lo que les falta, esas carencias tienen que ver conel miedo y con una concepcin de s mismas procedente de las costumbresy tradiciones, es decir, de su cultura. Una caracterstica fundamental paraestas mujeres presidentas es el honor. El honor ha sido considerado comoparte del poder de las mujeres.5 Y ms an, Foucault seala que el podercomo una instancia que se pueda tocar o sealar directamente no existe,porque, para l, el poder significa relaciones, una red ms o menos orga-nizada,jerarquizada y coordinada (Foucault 1980). Concepto estudiado ydescrito por antroplogos, socilogos, historiadores y literatos, el poder esuna relacin de fuerzas y es ah donde debe prevalecer el anlisis. El podery su relacin conflictiva entre la igualdad y la democracia tiene que ver nti-mamentecon los roles sexuales y el proceso de transicin democrtico en elque se encuentra la sociedad en el siglo xxi.El peso que las mujeres dan a las relaciones familiares, amistosas, reli-giosas,proviene de un concepto del poder diferente al que pueden tenerlos hombres. Muchos son los estudios psicolgicos elaborados al respecto.la construccin de los valores femeninos y masculinos difiere en el anli-sis,para algunas personas pueden ser complementarios, para otras tienenorgenes religiosos, econmicos, culturales y sociales relacionados a la bio-logay son antagnicos, sobre todo cuando el discurso se relaciona con lafamilia y el cuidado, el lugar de las mujeres en el ciclo de vida de los hom-bres,que ha sido el de alimentar, cuidar y ayudar. Son las tejedoras de redesfamiliares y sociales en las que confan. no obstante,mientras las mujeres se han encargado del cuidado de los hom-bres,los hombres en sus teoras del desarrollo psicolgico, ascomo en sus arreglos econmicos tienden a asumir [como na-tural]o devaluar ese cuidado. Cuando la concentracin en el5 Piedra fundamental de la teora foucaltiana es la tesis de que no existe una instancia puntaldel poder, el poder no es una institucin, ni una estructura, o cierta fuerza con la que estninvestidas determinadas personas; es el nombre dado a una compleja relacin estratgica enuna sociedad dada (Foucault 1978). 20. tepjf22MargaritaDaltonindividuo y sus logros individuales se extienden hacia el adulto y lamadurez como equivalente de la autonoma personal, la preocu-pacinde las mujeres por las relaciones humanas y la considera-cinhacia los dems se juzga como una debilidad de las mujeresms que como una fortaleza humana (Gilligan 1983).Lo que acadmicas especialistas en temas sobre derecho (Faccio 1992),tica, moral (Hierro 2004), filosofa (Amoros 1991), psicologa y el desarro-llode la personalidad femenina (Chodorow 1979) han establecido desdehace tiempo como los valores de lo femenino, me ha llevado a conside-rarcmo stos se proyectan en la poltica y en el discurso de las presiden-tasmunicipales.Ser por eso que no se consideran las preocupaciones de las mujerespor el cuidado comunitario como una necesidad del ejercicio poltico?Lo personal es polticoLos principios de igualdad poltica empezaron a cuestionarse por el movi-mientofeminista con el lema de lo personal es poltico, el trabajo doms-ticoy las relaciones al interior de la familia se volvieron a repensar y estofue un nuevo aire para la revisin de la organizacin social. No es acciden-teque, por lo general, sea en los pueblos ms pequeos de Oaxaca dondeaparezca la figura de presidenta municipal, no as en los municipios gran-des,salvo excepciones extraordinarias, como el caso de Huajuapan de Leny en el municipio de la ciudad de Oaxaca, donde en 2005 aparecieron dospresidentas interinas.En esta investigacin, el objetivo que se plante en un principio fue co-nocercmo se relacionaban las mujeres con el poder poltico, primero, enel Istmo de Tehuantepec, y en el resto del estado despus. Siguiendo la me-todologadesarrollada por varias feministas y acadmicas interesadas en laparticipacin poltica de las mujeres (Okin 1994; Young 1994). Inici mi in-vestigacinsobre la participacin poltica de las mujeres en una zona dondealgunos estudios previos sealaron que exista un matriarcado. El objeto eradeterminar si existan diferencias en la forma de gobierno realizado por unhombre o una mujer. El mtodo fue la observacin de sus formas de actuar, 21. 23la entrevista y la conversacin con algunas personas de los pueblos dondehaba presidentas. la idea original era investigar a las candidatas que en elistmo de tehuantepec ganaron las elecciones en cuatro municipios en 1998y seran presidentas municipales en el periodo 1999-2001. al extender lainvestigacin a todo el estado de oaxaca fue posible comparar las seme-janzasy diferencias entre las presidentas de origen zapoteco y las de otrasregiones. Surgieron muchas preguntas y de una manera pragmtica, en unprimer momento, pero teniendo en mente algunas relaciones bsicas de lasmujeres y el poder (Phillips 1994), fui construyendo mi objeto de estudio. Elperiodo del estudio abarca desde la primera presidenta municipal de la quese tienen noticias, en 1962, hasta el periodo de 2002-2004. los criteriosde seleccin de las presidentas entrevistadas fuera del istmo incluyeron lamayor diversidad de regiones y, en el caso de los partidos polticos, al Par-tidode la revolucin Democrtica (prd) y al Partido accin nacional (pan),porque en el istmo en este periodo slo haba presidentas del Partido revo-lucionarioinstitucional (pri).El contexto regional y nacional no est aislado del resto del continente.En amrica latina, la disyuntiva o paradoja entre el rol tradicional de lasmujeres y los nuevos retos que se presentan con la participacin poltica semanifiesta a partir de la obtencin del voto para ellas. En su anlisis de laparticipacin poltica de las mujeres y los temas que a ellas conciernen, ElsaChaney, en la dcada de 1970, cit algo parecido:Si las premisas de este estudio son correctas, el quid del asunto esel siguiente: los problemas de las mujeres estn pasando al centrodel terreno poltico, y debemos preguntarnos a nosotras mismassi no sera absurdo, a estas alturas, abandonar los valores femeni-nos.Se ha sugerido que los principales campos de trabajo en losperiodos que vienen sean la educacin, el cuidado humanitario delos seres humanos, y la creacin de una buena comunidad; y todasestas actividades exigirn empata, intuicin y cooperacin, queparecen ser caractersticas predominantemente femeninas (the-obaldcitado en Chaney 1979).El ejercicio poltico que excluye a las mujeres no parece comprender lasformas de actuacin que menciona Chaney. Por otro lado, estas ideas con- 22. tepjf24MargaritaDaltoncuerdan con la opinin que comienzan a expresar algunas mujeres dentrode los movimientos feministas: sin los valores que definen a las mujeres qui-zsser imposible preservar una sociedad viable.6 Al incorporarse las mu-jeresal trabajo fuera del hogar no desatienden el trabajo domstico, elcuidado de los hijos y del marido, las mujeres desempean un papel afecti-voy esto conduce al fenmeno de la supermadre mencionado muchas ve-cesen el estudio de Chaney, de ah que se ha hablado de la doble jornadade trabajo de las mujeres. Se ha hecho hincapi en el papel protagnico delos hombres en la poltica y en la bsqueda por parte de las mujeres de laigualdad y la democracia plena. Las mujeres han empezado a desempearun papel tambin en ese mbito poltico. Sin embargo, como bien sealaChaney, para lograrlo ser necesario que modernicen sus formas de trabajary que armonicen los valores femeninos tradicionales con actitudes de reali-zaciny universalismo.Los roles sexuales se manifiestan en diferentes espacios de la cultura.El ser mujer o el ser hombre define actitudes y establece comportamientosaceptados y rechazados. Las mujeres en la poltica se encuentran frente anuevas situaciones de mando que producen conflicto al romper con los c-nonesestablecidos, con lo que ha sido el aprendizaje tradicional de su iden-tidadfemenina, la cual ha significado obedecer, callar y asumirse como elsexo dbil; en un periodo de transicin hacia la democracia, estos roles es-tncambiando.El cambio en la forma de pensar confronta dos posiciones: entre quie-nesintentan comprender la fuerza poltica de los movimientos feministas yquienes ven el papel tradicional de las mujeres como necesario en una so-ciedadcada vez con mayores problemas de crecimiento poblacional, y, portanto, problemas sociales de empleo, educacin, salud y legislacin. La con-frontacinentre estas dos posiciones se proyecta de dos formas: por unlado, la participacin de las mujeres en la poltica, lase en la toma de de-cisionesde sus comunidades, estados, pases y naciones, o la ausencia en6 Sera importante recordar que algunas de las objeciones para darle el voto a las mujeres fue-ronque si acaso ellas iban a defender la patria con sus vidas, es decir, que si estaban pre-paradaspara la guerra fsica. 23. 25el mbito poltico, mantenindose como madres de familia y empleadas deservicios domsticos. Estas confrontaciones tienen su manifestacin en eldesarrollo de las sociedades, a travs de movimientos de mujeres, feministasy libertarios que han terminado por influir en las polticas de los organismosinternacionales como la organizacin de las naciones Unidas (onu), el Ban-cointeramericano de Desarrollo (bid) y el Banco Mundial (bm), entre otros.al adquirir poder poltico, las mujeres tienen ms voz y pueden lograrcambios con sus votos para definir lo que consideran son las respuestas co-rrectasa sus demandas y entrar directamente en el mbito de la toma dedecisiones polticas. Esto sucede en la actualidad al debatir temas como elaborto, el salario equitativo por un trabajo igual, la creacin de guarderas e,incluso, la colaboracin de los hombres en el trabajo domstico, temas queocupan un espacio en la poltica de pases como Mxico, argentina, Colom-biay Costa rica. En Cuba, el cdigo familiar adoptado en 1975 (ccc, ley59, 1987) establece, entre otras disposiciones dirigidas a igualar los pape-lesde los hombres y las mujeres en la sociedad, que los hombres se encar-guende 50% del trabajo de la casa y del cuidado de los nios cuando lasmujeres trabajen.7Los apoyos tericosla teora poltica se enriquece cuando aparecen las tericas feministas y serefieren a la exclusin y participacin de las mujeres en los procesos polticospara dilucidar las diferentes formas de poder. la bibliografa histrica sobreel poder y las teoras polticas con una perspectiva de gnero han inspiradoeste trabajo y tambin han aportado ideas para una aproximacin crtica aldiscurso de teoras polticas patriarcales.8 los libros clsicos de los enciclope-distasdel Siglo de las luces marcan el camino hacia los derechos de la mujer(Condorcet 1993); en ese momento inicia, en la era moderna, el tratamiento7 los temas como aborto, trabajo domstico y el valor que se le da a ciertos trabajos fue-ronplanteados por los movimientos de mujeres y el movimiento feminista y han producido unimpacto en las ciencias sociales: en el campo de la historia ha surgido la etnohistoria, disciplinaque abre nuevas posibilidades de anlisis en el estudio de diferentes grupos humanos conside-radossin historia, que, al igual que las mujeres, estn en el proceso de recuperarla.8 El patriarcado es el sistema imperante y ha probado ser un sistema opresivo para la mitad dela poblacin (rich 1983). 24. tepjf26MargaritaDaltondel tema de la igualdad de la mujer y la necesidad de su ayuda en la educa-cin.En el siglo xix, sobre el tema de la mujer en la historia, hay algunos au-tores(Engels 1970; Morgan 2001; Stuart Mill 1973; Bebel 2000) que, de unaforma u otra, sealan a la mujer maltratada por la poltica, la economa y supapel estigmatizado por el no valor que se le da a su trabajo. El siglo xx esun periodo lento de conversin hacia la democracia incluyente. A partir dela segunda ola del feminismo, en la dcada de 1970, se construye un corpusterico poltico con nuevas perspectivas sobre la incorporacin de las muje-resen los espacios de poder y de toma de decisiones polticas.Michel Foucault es uno de los autores que me ha estimulado a estudiaralgunos aspectos sobre el poder en relacin con la mujer (Foucault 1992).El libro compilado por Guadalupe Len, al abordar el tema de la participa-cinde las mujeres en la poltica, da un panorama sobre las incidencias enlos cambios sociopolticos del continente (Len 1998). En Mxico han apa-recidovarios libros y videos sobre este tema y han sido un incentivo paraprofundizar en este estudio (Berman y Maerker 2000). Las biografas y au-tobiografassirven para conocer ms sobre los obstculos y las oportunida-desque las mujeres han tenido en relacin con el poder poltico, ayudan areflexionar sobre sus genealogas y los primeros impulsos que tuvieron susliderazgos. El libro de Teresita de Barbieri llen un vaco sobre la vida parla-mentariaen Mxico y las relaciones de gnero al interior de la Cmara deDiputados (Barbieri 2003). Han aparecido otros trabajos que reflejan la ex-perienciade los estados al respecto de las mujeres y el poder, como la situa-cinde Baja California Sur (Pea Molina 2003).Las investigaciones de Dalia Barrera en Mxico han sido un punto deapoyo para comparar y entender la situacin de las mujeres al asumir laspresidencias municipales (Barrera 2005). El trabajo realizado por Dalia y Ale-jandraMassolo en 2003 aport los testimonios de presidentas municipalesde todo el pas, su situacin y cmo han resuelto los obstculos y problemasque se les han presentado durante el ejercicio de sus presidencias. La ini-ciativade reunir a un nmero considerable de presidentas municipales pa-radialogar sobre los retos que tenan en su cargo por ser mujeres ha sidoparticularmente enriquecedora desde la perspectiva testimonial (Bassols y 25. 27Massolo 2003). no es lo mismo un informe tcnico escrito que la narracinde un acontecimiento por una presidenta municipal.En oaxaca, a partir de 1995, existen dos sistemas para las eleccionesmunicipales: por partidos polticos y por usos y costumbres. Sobre este lti-motema, el libro de Cristina Velsquez El nombramiento hace una relacinde las formas de elegir autoridades en los municipios de usos y costumbresy de la participacin de las regidoras y funcionarias en stos. Entre las carac-tersticasque seala, destaca que slo en 18% de los municipios de usos ycostumbres las mujeres no votan y, sin embargo, el voto no es la nica for-mapara medir la participacin comunitaria de las mujeres en los municipiosindgenas (Velsquez 2000).la edicin que coordinaron David recondo y aline Hmond sobre la de-mocraciaen Mxico y, en particular, en oaxaca, aporta informacin de pri-meramano sobre el tema del municipio libre y sobre la ley que contemplalos usos y costumbres; resulta un aliciente para estudiar la estructura y lasdistintas formas de gobierno municipal que existen en oaxaca. Explican c-mose aplica la ley y cules son sus debilidades, retos y dilemas (Hmond yrecondo 2002). Usos y costumbres y derecho consuetudinario son dos en-foquesdistintos a una misma situacin jurdica.Sobre el derecho consuetudinario existen trabajos de intelectuales in-dgenasde los diferentes grupos tnicos de oaxaca que aportan elemen-tosde anlisis para comprender la situacin jurdica actual del estado y laparticipacin de las mujeres en la poltica de sus comunidades (CorderoDurand 1982, 2001; Flores 2002; lpez Brcenas 2002). Entre estos trabajosdestacan los de Jaime luna sobre comunalidad (2003); Floriberto Daz,sobre organizacin y derechos territoriales (1993), y de adelfo regino, so-brelos derechos humanos en los diferentes pueblos originarios de oaxaca (re-gino2002).Es un libro construido sobre testimonios, por lo que es necesario con-siderarla veracidad de stos, aun los dados por mujeres que participan enel poder poltico local. no puedo dejar pasar una pequea reflexin sobrelo que significa la declaracin de una mujer en un rol de dirigencia, puessurgen las preguntas: es la poltica un lugar privilegiado para la mentira, 26. tepjf28MargaritaDaltonno slo para los hombres sino tambin para las mujeres? Es posible pensarque existe (voluntaria o involuntariamente) una absoluta claridad sobre loshechos, los conflictos que se presentan y sus causas?9Incursionar en la relacin de las mujeres con el poder y su participacinpoltica es un campo difcil para el anlisis, por los valores sobrentendidosque en relacin a la mujer existen en los discursos polticos como parte dela cultura y la ideologa de lo femenino y lo masculino. Entrevistas y lectu-rassobre el tema del poder fueron estudiadas y analizadas desde una pers-pectivapoltica feminista, y as lo expongo en esta investigacin. El puntode partida de este trabajo es el cuestionamiento y la crtica de lo ya sabidoo cuando menos considerado como conocimiento verdadero, porque eslo que permite profundizar en el conocimiento. Si en alguna entrevista meocultaron informacin, no se dijo toda la verdad, ni siquiera la mitad o latercera parte, lo considero vlido, pues el testimonio expresa el deseo pol-ticode la entrevistada, reflejado al guardar silencio sobre algunos aspectosde su participacin o al obedecer los preceptos aprendidos por quienes laprecedieron y de quienes conoci no slo sus acciones, sino tambin la res-puestacrtica de mujeres y hombres sobre las mismas.10Los estudios de gnero tienen que ver con el anlisis diacrnico y sin-crnicodel proceso de transicin de la mentalidad patriarcal o centrada enel poder masculino a otra que puede denominarse de humanismo inclu-yente.Esto se ha ido construyendo con aportes especficos en los diferen-9 Cuando Derrida trata el tema de la mentira poltica y su verdad, se pregunta si la polti-caes un lugar privilegiado para la mentira. Entrevistado por Antoine Spire sobre el tipo dementiras que existen y han existido desde el poder y que se refieren al anlisis realizado porgrandes pensadores y tericos de la poltica, seala: Naturalmente, una reflexin sobrela mentira es una reflexin sobre la intencionalidad: Qu quiere decir la intencionalidad?Toda la tradicin filosfica dominante de la mentira se refiere a un concepto de voluntadintencional y temtica; es preciso que tanto el que habla como el que escucha tengan, ambos,una representacin temtica de lo que quieren decir y entender; y en todas partes en don-deesa representacin temtica falta, se torna borrosa o equvoca a causa de la retrica, delcontexto, etc., carecemos de criterios para disociar la mentira de la no mentira. Es nece-sariomantener un concepto tradicional de la mentira que es el axioma mismo del vnculosocial y, a la vez, permanecer atentos ante los equvocos, los presupuestos de dicho concep-to(Derrida 2002).10 Sobre la reflexin dialgica entre quien entrevista y quien es entrevistado, textos interesantesse encuentran en (Amuchstegui 2001) y en lo escrito por Clifford Geertz (1973) y (1983). 27. 29tes campos de las ciencias. Se habla de teoras feministas y de gnero, y deuna teora que engloba los distintos aportes hechos en estos campos prin-cipalmentepor las mujeres, aunque en la actualidad algunos hombres yaempiezan a realizar anlisis sobre el significado social de ser varones y lossupuestos implicados en ello, un aporte ms a la teora de gnero en proce-sode consolidacin (Seidler 2000). Este trabajo se realiz partiendo de lasteoras feministas y de gnero que han aportado nuevos enfoques de an-lisispara las ciencias sociales. la perspectiva poltica feminista es el eje con-ceptualterico de este trabajo.Entiendo por perspectiva poltica feminista el enfoque en la lecturade una accin, suceso activo o pasivo que involucra a actores hombres ymujeres en la toma de decisiones que afectan a la comunidad y a la persona.Esta perspectiva pretende deconstruir los supuestos tericos y metodolgicosdescritos y prescritos que han establecido las capacidades e incapacidadesde acuerdo al gnero. Estas descripciones y prescripciones se encuentranen los libros sagrados, sean religiosos, filosficos, histricos o legislati-vos,que parten de las diferencias biolgicas de hombres y mujeres, posicio-nandoa los primeros en situaciones de superioridad, y, a las segundas, deinferioridad, as, han descalificado desde el pensamiento patriarcal a la mu-jer.Por ese motivo, el poder y la poltica se encuentran tradicionalmen-tecomo espacio exclusivo del gnero masculino. En la actualidad, lasmujeres incursionan en el campo de la poltica, y describir, analizar y re-flexionarsobre la forma en que lo realizan, as como las respuestas quereciben, es el objetivo de este estudio. En la bsqueda de la igualdad polticaentre hombres y mujeres es necesario pasar primero por la equidad de gne-ro,que permita a las mujeres acceder a los espacios de toma de decisiones,y, en seguida, considerar la igualdad en cuanto al ejercicio de los derechospolticos de las mujeres.las mujeres han incursionado en el campo de la poltica desde distin-tosespacios, pero el de las presidencias municipales es relativamente nuevopara ellas. a medida que investigu en la historia de los municipios oaxa-queosencontr que las mujeres ciertamente han colaborado en este car-go,pero no ha sido reconocido como un espacio de mujeres. a travs de lahistoria son los hombres quienes han tenido el reconocimiento de su partici-pacinpoltica para dirigir a la sociedad, as, la teora poltica ms conocida 28. tepjf30MargaritaDaltonha sido prcticamente exclusiva de los varones y, ms aun, no se reconoce quepueda haber diferencias en la prctica poltica entre hombres y mujeres.11Los estudios de mujeresy las diferentes perspectivas de gneroLos aportes de los estudios de la mujer y, ms tarde, los de gnero, han re-volucionadola forma de pensar en la academia y, en la actualidad, permi-tenuna mayor visibilidad de todos los grupos discriminados y, en especial,el de las mujeres. Estos aportes han abierto la puerta a la crtica de mujeresafroamericanas, asiticas, mexicanas o latinas en Estados Unidos hacia lasprimeras acadmicas feministas, porque consideraban su situacin de clasecomo la posicin universal de las mujeres. En su momento, las mujeres degrupos minoritarios, poscoloniales y marginados sealaron que en sus lu-chasprevalecen, a la par de situaciones de gnero, las estructuras sociales(clase social, raza y diversidad tnica), y que es necesario entender la cultu-rasubyacente en cada uno de estos espacios de poder para tener la visincompleta y compleja de la sociedad.12 Esta lucha fue transformando al fe-11 En la historia que se ensea en la escuela son pocas las mujeres que aparecen como prota-gonistasen la toma de decisiones, con algunas excepciones y casos aislados, como LucreciaBorgia (a quien se consideraba loca), Elizabeth I, la Reina Virgen; la reina Isabel la Catlica,Ana Bolena (calificada como adltera), Juana de Arco (supuestamente con graves trastornosmentales), todas ellas figuras emblemticas, cuyos quehaceres han tenido una interpretacinque actualmente se analiza de nuevo para reconsiderar la medida de su impacto y cmo hansido tratadas o definidas a lo largo la historia.12 Los estudios que las tericas polticas feministas estn haciendo sobre la diferencia, respondena una serie de corrientes de pensamiento diversas al interior del feminismo. Una de estas co-rrienteses la del maternalismo, que considera que las mujeres por el slo hecho de ser madrespueden ser superiores a los hombres para ofrecer un sentido alternativo de la virtud cvi-cay de la ciudadana. Como primer paso, quiere establecer la primaca moral de la fami-lia.Aunque esto pueda parecer a algunos un extrao inicio para una poltica feminista, lasmaternalistas nos haran repensar la rgida distincin liberal de los mbitos pblico y priva-doy nos invitaran a considerar en vez de ello, que lo privado es el lugar de una posiblemoralidad pblica y un modelo para la actividad de la propia ciudadana, ms adelantela misma autora seala hay que hacer una advertencia. Lo que debe evitar a toda costa ladefensa feminista de la democracia es la tentacin del mujerismo. Prestar atencin a lasmujeres de la repblica y a la organizacin feminista en busca de inspiracin para articularlos valores democrticos es una cosa; otra muy diferente es llegar a la conclusin de que eneso reside la prueba de la naturaleza democrtica superior de las mujeres o de su voz po-lticams madura. Una defensa verdaderamente democrtica de la ciudadana no puedepermitirse lanzar su llamado desde una posicin de oposicin de gnero y de superioridad 29. 31minismo y a toda la academia (Maier y lebon 2010). asimismo, se ha cues-tionadola colonizacin de este movimiento observando el fenmeno desdediversas perspectivas (Surez navaz y Hernndez 2008).las publicaciones de diferentes instituciones sobre los resultados de in-vestigacinrelacionados con los estudios de gnero en Mxico13 son indis-pensablespara las nuevas perspectivas sobre este campo de estudios, quese ha ganado un espacio dentro de la academia y los gobiernos, en Mxicoy en el extranjero. importantes, tambin, para este aprendizaje sobre la mu-jery el poder han sido los aportes de algunos estudios pragmticos valida-dospor un trabajo con comunidades de base que realizaron feministas envarias asociaciones civiles.14Finalmente, para el anlisis del discurso y algunas reflexiones sobre elpoder y su ejercicio por mujeres han sido muy tiles los trabajos de Ervinggoffman como Estigma: La identidad deteriorada (goffman 1998); de teuna. Van Dijk sobre el anlisis del discurso y la construccin de las ideologas(Dijk 1998, 2000, 2003), y las tericas feministas mencionadas anterior-delas mujeres (Dietz 1990). Estudios posteriores analizaron con mayor agudeza los retosque se presentan a la perspectiva de gnero en el trabajo de anne Phillips: Deben las femi-nistasabandonar la democracia liberal? sobre la necesidad de estudios que profundicen enlas difciles implicaciones de la poltica de la diferencia y refirindose a las diferencias y des-igualdadesseala: las feministas tenemos nuestra propia experiencia que nos recuerdaincesantemente que debemos seguir articulando el punto de vista de las mujeres cuandoste slo es uno entre muchos temas candentes. lo que inspira estas palabras no slo es eltemor a quedar confinadas en una va secundaria (un temor que han expresado muchas mu-jeresque se dedican a la poltica, que a lo largo de este siglo se han resistido a que las aso-ciasencon los asuntos de mujeres, algo que las alejara de los centros de poder), sino unsentimiento ms profundo que nos indica que la poltica se ocupa de una amplia gama deasuntos y perspectivas que no se reducen a los intereses o a las necesidades de un grupo de-terminado(Castells 1996).13 Entre las instituciones que han impulsado los estudios de gnero se encuentran el Colegio deMxico, con el Programa interdisciplinario de Estudios de la Mujer (piem); la Universidad na-cionalautnoma de Mxico, con el Programa Universitario de Estudios de gnero (pueg) delCentro de investigaciones y Estudios Superiores en antropologa Social (ciesas); as como laUniversidad autnoma Metropolitana, el Colegio de la Frontera norte, entre otras, ademsdel instituto de las Mujeres en todo el pas.14 En oaxaca lo han hecho varias organizaciones no gubernamentales (ong), como el Centro deCapacitacin de la Mujer del Estado de oaxaca (cecamo); asesora tcnica a Comunidadesoaxaqueas a.C. (aseteco); Centro de Desarrollo Comunitario Centotl a. C, en Zimatln;Servicios para una Educacin alternativa a.C. (educa), y el grupo de Estudios Sobre la Mu-jerrosario Castellanos, a.C., as como la Sociedad Mexicana Pro Derechos de la Mujer, Se-millas,Mxico. 30. tepjf32MargaritaDaltonmente, desde la filosofa (Amoros 1991), desde la historia (Lerner 1981,1986, 1997; Scott 1990) y desde la psicologa (Gilligan 1983). Sin los apor-tesde estas teoras e instrumentos metodolgicos mi visin en el trabajo decampo hubiera sido muy limitada.Construccin del objeto de estudioAnalizar el tema de mujeres y poder desde un trabajo emprico de investi-gacincon presidentas municipales, realizado de 2000 a 2006 en el esta-dode Oaxaca, es el objetivo de este estudio. Una parte importante en elanlisis de la participacin poltica de las mujeres, es decir, en la relacin delas mujeres y el poder, lo ocupan sin duda los estudios realizados en dis-tintoscampos sobre la cultura, la simbologa de los ritos, los mitos y lasprcticas llamadas de sentido comn (Dijk 2003) que son bisagras dela ideologa patriarcal. Entre los trabajos que me han ayudado a compren-dermejor estos aspectos de interrelacin entre el sujeto estudiado y el su-jetoque estudia se encuentran los de Geertz, quien mira a la cultura comoun proceso (Geertz 1997). De igual forma, Gnther Dietz seala esta for-made concebir la cultura como algo a lo que puede atribuirse de maneracausal acontecimientos sociales, modos de conducta, abarca los contextos ysu forma de establecer relaciones, la cultura es un contexto dentro del cualpueden describirse todos esos fenmenos de manera inteligible (Dietz 1973).En pocas palabras, entender el sentido de lo cotidiano y sus relaciones.Los cambios en la cultura poltica son parte de los procesos culturales ya partir de la mayor actividad de las mujeres en este campo cambi la formade hacer poltica y la comunicacin sobre sta. Juega un papel relevante lacomunicacin, la informacin de lo que sucede en otras partes del mundo,las nuevas tecnologas y los medios de comunicacin se vuelven un baluartepara la poltica de transicin y la mayor participacin de las mujeres. La pre-guntaque surge es: Puede el ejercicio de la poltica ser diferente segn elgnero? Se ha hablado de las formas en las que las mujeres ejercen el po-der,en ocasiones, la prensa seala, como en el caso de Margaret Tatcher, laDama de Hierro, que ellas proceden igual que los hombres.Es novedoso el desempeo de las mujeres en la poltica pblica muni-cipalen Oaxaca. Hasta el ao 2006 no llegaba a 2% la participacin fe-meninaen las presidencias municipales. Si se considera que las mujeres en 31. 33oaxaca, sobre todo en las pequeas poblaciones, se han desenvuelto en elrol tradicional de la mujer como madre, esposa, abuela, suegra; que se hanocupado de los servicios domsticos: la crianza de los hijos, la alimentacin,el vestido, la salud, la educacin, y de negociar para cubrir las necesidadesfsicas, objetivas y subjetivas de los integrantes de la familia, se puede com-prenderpor qu su participacin en la poltica ha sido restringida: es unaconsecuencia lgica del sistema patriarcal y su ideologa. En los discursos,a las mujeres se les ha descrito de acuerdo con la definicin de naturale-zafemenina: sumisas, bondadosas, tiernas, sacrificadas, etctera. Por loanterior, su participacin poltica como autoridades municipales rompe vie-josesquemas de comportamiento y las ubica en situaciones de conflicto, yrequiere aproximaciones crticas al ejercicio del poder que realizan. la par-ticipacinde todas y todos en el mbito pblico como parte ntegra de lademocracia incluyente simblicamente contradice la imagen tradicionalde la mujer, y a la nueva mujer poltica la sita en una zona de conflicto, en-trelo que se considera el deber ser y lo que se es.Considerando que las palabras son vehculos de contenidos ideolgi-cosque permean los sentimientos y el comportamiento de las personas, aslos discursos se vuelven prescriptivos de conductas femeninas y masculinas,de ah la relevancia de los testimonios de las presidentas y sus familiares, deah que sean la materia prima de este trabajo.metodologa del estudioEsta investigacin se realiz por medio de entrevistas, observacin directay trabajo hemerogrfico, que me permiti corroborar los acontecimientosnarrados por las presidentas, as como poner su gestin dentro de los con-textospolticos municipales, regionales, estatales y nacionales. la consultahemerogrfica sirvi para ver la proyeccin que los periodistas, casi siemprehombres, hacan de las presidentas municipales. lo que se deca y lo quese silenciaba, y analizar las razones de una y otra posicin de acuerdo conel contexto poltico del momento. El motivo para estudiar a mujeres quellegan a ser presidentas municipales se debi a una situacin coyuntural;en el ao 1999 se haban elegido en el istmo, como candidatas del pri, aseis mujeres para contender por las presidencias municipales: lugarda Cha-risluna, en Juchitn de Zaragoza; adelina rasgado Escobar, en asuncin 32. tepjf34MargaritaDaltonIxtaltepec; Mara Luisa Matus Fuentes, en San Francisco Ixhuatn; Irma Ra-mrezMedina, en Santiago Niltepec; Adelma Nuez Gernimo, en SantoDomingo Zanatepec, y Rosa Nidia Villalobos, de Salina Cruz. Era en s unhecho inslito. Perdieron las candidatas de Juchitn y Salina Cruz, sin em-bargo,las otras cuatro ganaron las elecciones. As que cuando inici miinvestigacin en el istmo existan, por primera vez, cuatro presidentas mu-nicipales,en un espacio geogrfico donde los municipios presididos pormujeres estaban cercanos unos de otros. Era un reto considerable el que hu-bieratantas presidentas municipales a la vez en la misma regin. Duranteel periodo anterior, 1997-1999, hubo slo una presidenta, en Ciudad Ixte-pec,Rosario Villalba Couder, y otra como interina por pocos meses en San-toDomingo Tehuantepec. Significativamente las presidentas electas fueronaquellas de municipios pequeos: San Francisco Ixhuatn, Santo Domin-goZanatepec, Santiago Niltepec y Asuncin Ixtaltepec. Las dos candidatasde municipios de mayor nmero de habitantes perdieron las elecciones, alparecer los intereses socioeconmicos de las elecciones en municipios conmayores presupuestos dificultan, en la mayora de los casos, el arribo demujeres a encabezarlos. Me encontraba haciendo un trabajo de investiga-cinen el istmo cuando me enter de esta circunstancia de la participacinpoltica de las mujeres en cargos de autoridad. El tema entraba dentro demi proyecto de estudio sobre la identidad y el amor propio de las mujereszapotecas. Qu pasaba con ellas en el poder municipal?, fue la preguntaque surgi para iniciar la investigacin. Una caracterstica de las candidatasdel istmo fue que durante la campaa intercambiaron informacin, se pro-metieronapoyo mutuo y se reunieron en varias ocasiones para discutir susestrategias y tcticas para obtener la mayora de votos. Ser candidatas enel mismo periodo, de la misma regin y del mismo partido, fueron ventajasque tuvieron para construir la solidaridad entre ellas.Una vez electas las autoridades municipales, el reto no fue slo entre-vistarlas,sino acompaarlas, hacer un marcaje personal para presenciar loque estaba sucediendo en sus municipios. En la poltica todo pasa rpi-do,y las reuniones, asambleas, construccin de obras, los conflictos, suresolucin y los viajes a las agencias fueron sucediendo. La actividad era in-tensatodos los das, haca difcil llevar un diario de campo de forma rigu-rosa.Las acciones de las presidentas y la velocidad de los acontecimientos 33. 35obligaron a que esta investigacin, por su naturaleza, fuera registrada noslo en audio sino tambin en video, para trabajar mejor con las entrevis-tadas,seguirles el paso, y poder, ms tarde, analizar el significado de susdiscursos y los mensajes que proyectaban.15 Es decir, despus del diario decampo, el video se volvi una herramienta de trabajo con la cual poda re-visarlas entrevistas, escuchar las palabras de las presidentas, estudiar susexpresiones, gestos y lenguaje corporal, explorar los contextos donde se de-sarrollabany las reacciones de las personas con quienes tenan contacto, ascomo conocer mejor sus personalidades, el video enriqueci el trabajo et-nogrfico(goffman 2000).adems de las presidentas, entrevist y convers con sus hijas e hijos,maridos, delegados de sus partidos, delegados del gobierno y regidores queintegraban sus cabildos y en ocasiones eran sus opositores. tambin con l-deresde la oposicin, que no estaban de acuerdo con ellas. En el caso de laspresidentas del istmo, el da de las elecciones, cuando estaban por salir desus cargos, entrevist aleatoriamente a mujeres y hombres que haban vo-tadoo estaban a punto de votar, con el objetivo de conocer sus opinionessobre las presidentas salientes y sobre la participacin poltica de las mujeres.la descripcin anterior tiene como objetivo explicar de forma sencilla,desde las ciencias sociales, cmo la informacin, despus del trabajo de cam-po,se fue consolidando con un mtodo emprico de observacin y reflexina partir de la construccin de documentos audiovisuales, que pudieron serrevisados varias veces, reconstruidos y trabajados, para su comparacin yanlisis en el laboratorio.16En el trayecto de la investigacin, el fenmeno de las presidentas mu-nicipalesen oaxaca se transform en una inquietud mayor. Cuntas pre-sidentasmunicipales haban sido electas antes de 1999, cuando fueronnominadas las del istmo? Cmo haba surgido este fenmeno? Qu tipode mujeres eran las que de pronto irrumpan en la poltica de sus comuni-15 Una de las primeras antroplogas que trabaj con imgenes grabadas, en 1936, para poderanalizarlas despus en el laboratorio y para que la cmara cinematogrfica fuera un aportea sus investigaciones fue Margaret Mead. Sus estudios en nueva guinea sobre los arapesh,los mundugumor y los tchambuli fueron un aporte significativo a la antropologa cultural, ysus hallazgos, un golpe certero al determinismo biolgico (Mead 1982).16 los videos estn disponibles en este libro. 34. tepjf36MargaritaDaltondades? Cules haban sido sus experiencias? Empec a investigar en la C-marade Diputados, en el Instituto Estatal Electoral, en el Instituto FederalElectoral, cuntas mujeres haban sido presidentas? Ese dato en particularno lo tenan, en parte porque los archivos de los dos institutos electoralesson relativamente recientes y en parte porque no tenan a los presidentesregistrados por sexo. Como sucede en las sociedades patriarcales, dondese da por sentado que todos los presidentes son hombres, en los registrosno aparece el sexo del presidente. Eso no entraba en las estadsticas y losnombres son muy engaosos: primero rescat de las listas los que me pa-recande mujeres, pero hay hombres que se llaman Guadalupe o Rosario.En una ocasin, al hablar a un municipio para comprobar si Guadalupe erahombre o mujer, quien contest dijo: Guadalupe soy yo, y soy muy hom-brecito.En total, entrevist a 21 presidentas municipales, 12 por parti-dospolticos, nueve por usos y costumbres y dos candidatas a presidentasque no fueron electas, una de usos y costumbres y otra de partidos polti-cos(vase Anexo 1).Hubo dos momentos significativos en las entrevistas: el primero fue unacercamiento preliminar para informar sobre la investigacin y establecerbases de confianza mutua, les expliqu quin era yo y de qu se trataba lainvestigacin y cul sera el resultado de la misma, y atend su opinin so-brecmo podra realizarse mejor. Una vez que conocan el proyecto y acce-dana participar, la primera entrevista en audio fue para conocer en generalsus historias de vida y cmo llegaron a la presidencia municipal. Fueron en-trevistascualitativas, a profundidad, extensas en la medida de las posibilida-desde tiempo de las entrevistadas. Cada sesin dur un promedio de treshoras. Despus de trascribir y analizar las entrevistas en audio, se habl conellas de la posibilidad de utilizar el video y hacer testimoniales, se realizaronlas entrevistas en este formato y se grabaron sus actos polticos, asambleas,reuniones e inauguraciones, intentando puntualizar los aspectos ms relevan-tesde su gestin, as como conocer los conflictos que se presentaban en losayuntamientos y la resolucin de los mismos, su liderazgo y el trato que reci-bieronpor parte de la prensa, la situacin del sistema poltico al que llegarony las reacciones de los hombres al interior de los partidos frente a mujerescandidatas y presidentas municipales; indagar sobre sus aliados y enemigos.En el video se tocaron temas ya tratados en las entrevistas de audio, para 35. 37analizar y comparar la informacin posteriormente; en todo se busc la ex-plicacinde su trayectoria y liderazgo y que ellas supieran con certeza la fi-nalidaddel trabajo de investigacin.En la segunda etapa de las entrevistas se les peda o ellas ofrecan que lasacomparamos en sus giras de trabajo, a inaugurar alguna obra, asistir aasambleas o actos polticos en sus agencias municipales, a fiestas y celebra-ciones:bautizos, bodas y velas. Estas oportunidades permitieron, ademsde grabar, observar su liderazgo en accin; en el gobierno, en sus comu-nidades,en sus relaciones sociales y la participacin segn su rol de presi-dentay mujer. Conoc ms a sus familias, a quienes fueron sus maestros ycolegas de partido, amigos y enemigos polticos.El dilogo fue continuo durante el acompaamiento a sus giras detrabajo, nos qued la impresin de que a las presidentas les agradaba quelas siguiramos en su gestin con una cmara de video. Era agregar unvalor simblico a lo que estaban haciendo. Un signo de importancia y admi-racinde nuestra parte hacia ellas, del cual los pobladores de las pequeasagencias y localidades visitadas se percataron. De esta forma, estbamosgrabando la asamblea o la entrega del agua potable, la inauguracin de laconstruccin de una bomba de agua, de un deportivo o simplementela reunin del cabildo. no era algo totalmente novedoso, lo reconocan yde alguna manera lo asociaban con los medios de comunicacin y con la te-levisin.las presidentas estuvieron siempre dispuestas a hablar frente a lacmara, ofreciendo los comentarios y puntos de vista sobre su ejercicio enel poder, los obstculos y oportunidades que se les presentaban.a las mujeres entrevistadas les era familiar el uso de las grabadoras deaudio y video. Sus actitudes y representaciones eran muy diferentes cuan-dose grababa en un medio o en otro. observndolas detenidamente mepareci que frente a la cmara de video asuman una actitud ms conscien-te,cuidaban su imagen. Esta conciencia de ser grabadas como persona-jespblicos fue sobresaliente, era un plus para el performance. De hecho,hablaban ms hacia la cmara que hacia m como entrevistadora. Estabanconscientes de que la filmacin representaba una proyeccin al pblico engeneral. En varios momentos de nuestro dilogo coment la necesidad deconocer sus historias y cmo stas podran servir de ejemplo para otras mu-jeresjvenes, lo cual hizo la entrevista menos ntima y ms didctica. Hoy 36. tepjf38MargaritaDaltontengo dudas sobre esta tcnica de induccin, mas en los discursos encontrmuchas coincidencias sobre el tema del significado de ser mujer y estar in-volucradasen la poltica.A medida que pasaba el tiempo y nos conocamos mejor haba mayorconfianza, y cuando, en medio de la entrevista, tocamos temas especficos ypolticamente delicados ante sus ojos, me pidieron que apagara la cmara ocerrara el micrfono para hablar sin ser grabadas. En ocasiones, lo que dije-ronfuera de audio y cmara fue de gran importancia para mi anlisis poste-riorsobre las relaciones polticas y de gnero que se haban establecido. Misdiarios de campo y muchas de mis observaciones se relacionan con esa in-formacinrecibida de forma confidencial. Guardando la reserva que se mesolicit, no he ocupado esa informacin directamente en el anlisis pero sinduda ha sido un estmulo para mis reflexiones finales.Hay datos que al corroborar con la prensa me ayudaron en el anlisisposterior de los discursos polticos a identificar el sentido de la participa-cinde las mujeres en la toma de decisiones como presidentas municipa-les,tambin para hacer algunas deducciones sobre su trabajo. Es la partesubjetiva de toda investigacin, un conocimiento que permite tener unaimagen ms completa de cules fueron sus obstculos y oportunidades enel ejercicio del poder.El espacio donde se realizaron las entrevistas fue variado: el palacio mu-nicipal,sus casas, las agencias adonde viajamos para realizar asambleas oinaugurar obras; sitios de acontecimientos cvicos como escuelas, clnicas,guarderas, cooperativas de pescadores, granjas agrcolas; en sus oficinas an-teso despus de la reunin del cabildo; en restaurantes, cafeteras, peluque-rasy hasta cementerios. En alguna ocasin, cuando se haba construido unaamistad, las recib en Oaxaca, en mi casa y en mi oficina. Algunas entrevis-tasse realizaron entre visitas a comunidades, caminando por el campo, porlas calles de sus agencias o del municipio o en la camioneta de regreso a suscasas. Cualquier lugar era apropiado cuando se tena la voluntad de colaborar.A diferencia de otro tipo de investigacin donde las personas entrevista-dasmuchas veces piden el anonimato, aqu, por el contrario, las alcaldesastienen la conciencia de ser parte de la historia de sus comunidades y del es-tado,de ah la importancia que puede tener su versin de los hechos quevivieron como presidentas municipales. 37. 39a partir de un guin con preguntas bsicas sobre sus vidas, genealogasy participacin poltica de sus padres, abuelos, hermanos, hijos, esposos ocompaeros; el desarrollo de su liderazgo, estudios cursados, si pertenecana asociaciones, sociedades, comits, concursos; colaboracin en la resolu-cinde conflictos polticos; relacin con el partido que las haba postula-do,su eleccin como candidatas, sus opositores; indagamos sobre culeseran sus circunstancias en el hogar y el trabajo en la situacin poltica delmomento.la mayora de las entrevistas se grabaron, exceptuando las realizadasen el vehculo cuando nos trasladbamos a alguna ceremonia o asamblea.trat siempre, despus de la primera entrevista y antes de la siguiente, derecapitular su historia y lo que me haban contado, entresacar de ello laspreguntas pendientes y orientar la conversacin informal hacia los temas deinters para el proyecto, cmo era su relacin con otros actores polticos,con delegados de gobierno, con delegados de su partido en el municipio,en el distrito y en el estado y su forma de resolver los problemas y conflic-tos.Por supuesto, me interesaron mucho sus vnculos familiares y cmo sevivan en relacin con su liderazgo o su cargo poltico en el ayuntamiento.Qu significado familiar haba tenido para ellas llegar a la presidencia muni-cipal.Si lo haban imaginado antes, si haba sido una de sus metas en la vidao haba sido algo inesperado y, sobre todo, si crean que la situacin polti-ca,local, nacional o internacional haba influido para que tuvieran la opor-tunidad,en cada caso, de ser la primera mujer presidenta municipal de supueblo. Escuch con atencin las entrevistas y analic sus formas de pro-ceder,cuestion la informacin recibida de acuerdo con su contexto y eva-lupara analizar los contenidos si haba otras personas y el discurso erapara todos o slo para m. Para esto me apoy en el anlisis crtico del discurso(Dijk 2000). Consciente de que las entrevistas me daran una parte de laverdad y que la otra deba buscarla, extend mis redes de informacin den-trode los municipios gobernados por ellas, acercndome a los regidores y re-gidorasy a los administradores, secretarias y topiles de los ayuntamientos.Dentro de la participacin poltica de las mujeres, la identidad de gne-roque cruza la condicin de ciudadana (Dalton 2010) se utilizar como ca-tegoraanaltica para deconstruir algunos supuestos epistemolgicos quese dan en la construccin del gnero. Se pretende explicar la relacin de 38. tepjf40MargaritaDaltonmujeres y hombres con el poder y la toma de decisiones en los procesosdemocrticos. Genevive Fraisse ha aportado su anlisis en la deconstruc-cinde algunos supuestos de la participacin ciudadana (Fraisse 2003). Encuanto a los logros obtenidos por las mujeres en sus luchas por reivindicarsu trabajo, sus aportes sociales y econmicos, me remitir a algunas acad-micasque han elaborado teoras desde la perspectiva del feminismo y conello han respondido a estas preguntas: Qu cambios ha significado parala mujer su derecho a votar? El voto ha abierto puertas a las mujeres, pe-rotambin la focalizacin en el sufragio fue una leccin, un vez que se ob-tuvoel voto, se corrobor que solo no era suficiente para la equidad y eranecesario ampliar el espectro de la participacin poltica, de ah las discusio-nesde la segunda ola del feminismo en la dcada de 1970 (Bunch 1987).En qu consiste la democracia? La democracia no se puede entender sinlas mujeres, de ah que la participacin poltica de la mujer se haya vueltoesencial para la democracia. El cabildeo de las feministas en las NacionesUnidas y en las instituciones internacionales ha logrado avances significati-vos,mas no suficientes (cedaw 2009). Es la mujer para la naturaleza lo queel hombre para la cultura? (Ortner 1974) es la maternidad el pretexto parala socializacin en servidumbre de la mujer? (Chodorow 1979), es posibleque el control de la natalidad d a la mujer mejores opciones de su partici-pacinpoltica? (Ortiz 2009). Es el patriarcado el sistema que rige los de-signiosde la sociedad y el rol de la mujer? (Amoros 1991). Antroplogas,politlogas, psiclogas y filsofas dan amplias respuestas a estas preguntas,estableciendo la situacin relacional de la poltica con la vida cotidiana y eldominio del varn en las esferas de poder, que establece un pensamientode dominio masculino.En Oaxaca, desde 1962, nueve aos despus de que se otorgara el vo-toa las mujeres, aparece una nueva figura poltica: la mujer como presi-dentamunicipal. En este libro se proporcionan datos para responder a laspreguntas cmo?, por qu?, dnde? y cundo llegan las mujeres alas presidencias municipales?, cules son las diferencias entre ser una mu-jerpoltica y un hombre poltico?, cules son las semejanzas?, es el con-ceptode democracia uno que pueda abarcar las necesidades de los gruposespecficos como son los indgenas y las mujeres?, existe una demo-craciaque incluya a las mujeres? Esto nos puede dar uno o varios mapas 39. 41para entender mejor los espacios adonde llegan las mujeres al ser presidentas.Cul es el medio fsico, poblacional, cultural y poltico que arropa o desnudaa las mujeres que llegan a las presidencias? los movimientos feministas hanimpreso una nueva dinmica a los procesos polticos en el mundo y, debido ala globalizacin econmica, poltica y tecnolgica, esto ha tenido efectos decambio en circunstancias sociales muy diversas. En este libro se intenta, des-deuna perspectiva local, responder a las preguntas anteriores.todas las entrevistadas son con las primeras presidentas en sus munici-pios.Esto imprime una serie de caractersticas peculiares a sus acciones: notienen modelos femeninos que seguir y, sin embargo, asumen el poder concaractersticas propias en aspectos que ellas consideran como una sensibili-daddiferente que puede transformar la forma de hacer poltica.Es un libro testimonial, donde lo ms importante es escuchar las vocesde las presidentas, sus apreciaciones sobre el momento que les toc viviry cmo resolvieron los problemas una vez que estuvieron como cabeza delayuntamiento. la primera vez que se cita un testimonio se pone al pie de lapgina el nombre de la persona que lo da, el lugar donde se recab y, si esuna presidenta municipal, el periodo durante el cual ejerci el cargo. El libroha sido estructurado de la siguiente forma:En el primer captulo, la mujer, la poltica y el poder, se pretende propor-cionaruna visin retrospectiva en la historia del pensamiento sobre el papelque ha jugado la participacin de la mujer en las ideas de los pensadores,filsofos, historiadores y cronistas; cmo han visto su participacin polticay el papel que para muchos deba jugar la poltica del estado en la edu-cacinde la mujer. remontarse a los filsofos griegos puede pensarse co-moanacrnico, mas en la historia del pensamiento poltico patriarcal no esas cuando se constata que algunas viejas ideas sobre un discurso sexuado(Dalton 1996) son las que se siguen esgrimiendo para discriminar a la mujer.Durante muchos siglos, la lectura y la escritura eran prcticamente el dominiomasculino en exclusiva, y las mujeres no analizaron desde una perspectiva cr-ticalas ideas que configuraron su posicin en la sociedad, salvo raras excep-ciones.Se analiza cmo la educacin para las mujeres fue un impulso clavepara su participacin poltica.El captulo dos, Feminismo, movimiento de mujeres y democracia, esta-blececmo a partir de que las mujeres pueden votar se presentan nuevas 40. tepjf42MargaritaDaltonformas de participacin poltica. La importancia que tiene el primer mo-vimientode mujeres que luch por el voto y sus logros son manifestacio-nesde un proceso democrtico para la segunda ola del feminismo, dondelas acadmicas investigan cmo ha quedado proyectada la participacin de lasmujeres en las ciencias sociales. A partir de la crtica acadmica se constru-yennuevas teoras para el anlisis de las relaciones entre hombres y mu-jeres.En la descripcin de esta lucha por una nueva interpretacin de lasciencias sociales se considera que los aportes de las mujeres a la economa yal desarrollo social tienen consecuencias polticas. La bsqueda de la igual-daden la poltica se traduce, en el periodo de transicin, en el cambio deleyes y acuerdos internacionales en favor de la equidad. Sin embargo, co-molas mentalidades no cambian a partir de las leyes, la mayor participa-cinde las mujeres produce una serie de nuevos conflictos, de ah el ttulodel libro: Democracia e igualdad en conflicto. Las presidentas municipalesen Oaxaca.En el captulo tercero, Sistemas polticos de elecciones en el estado deOaxaca, se describe la singularidad del estado en cuanto a la forma de ele-gira sus autoridades municipales, se incluyen dos apartados: Eleccionespor partidos polticos, donde se describe y analiza a los partidos polticosque existen en Oaxaca y han postulado presidentas municipales y ganadola eleccin, sus trayectorias y las elecciones que se realizan por este sistemasemejantes al resto del pas; y la novedad que instaur en Oaxaca a partir de1998 con sus formas y normas de gobiernos municipales regidos por usos ycostumbres, donde se profundiza en la materia de este sistema tradicionaly cmo fue incorporado a la legislacin del estado, las leyes que se tuvieronque modificar en la Constitucin de Oaxaca, la historia y los alcances de es-tareforma, as como la opinin de algunos intelectuales indgenas sobre lapuesta en prctica de forma oficial de estas costumbres.En el captulo cuarto, Las presidentas municipales en Oaxaca, se analizala participacin de las mujeres en ambos sistemas, tanto en el de partidospolticos como en el de usos y costumbres. Mediante el dilogo con muje-resque fueron presidentas municipales o que lo eran en el momento de lainvestigacin, se reconstruyeron sus genealogas polticas, su trayectoria encuanto a vinculacin con un partido o con las actividades de los municipiosde usos y costumbres. Se describe y analiza la dicotoma entre lo privado y 41. 43lo pblico como mbitos de debilidades o fortalezas para las mujeres; c-mofuncionan los roles sexuales al interior del municipio, y algunas de las si-tuacionesque enmarcan el valor, honor, prestigio y desprestigio frente a lascuales han tenido que reaccionar las presidentas: situaciones de rumores ochismes y la relacin que desarrollaron con la prensa. Y cmo situacionesde contexto poltico conflictivo entre partidos terminaron expresndose vio-lentamentecontra ellas.En el captulo quinto, la mujer cabeza del ayuntamiento y el poder, seanalizan las diferencias y semejanzas en el ejercicio del poder entre hom-bresy mujeres, lo que significa la toma de decisiones y el ejercicio de prcti-casmachistas. Se considera la idea que las presidentas tienen sobre algunosasuntos de Estado relacionados con la transparencia en el ejercicio de losrecursos y la corrupcin; las actividades de cabildeo y gestin administrati-vade las presidentas, cmo logran la solucin de algunos conflictos con laoposicin y al interior de sus partidos y en los cabildos. En general, cmo seagencian para armonizar sus actividades polticas con las funciones en la fa-milia.la concepcin que se tiene de la democracia y cules son los obstcu-losy oportunidades que encuentran por el hecho de ser mujeres. la relacinque las mujeres de partidos polticos tienen con stos y con sus comunida-des.Cules son los caminos polticos o profesionales de las que llegan a laspresidencias por el sistema de usos y costumbres. a partir de las experien-ciasque narran, se analiza cmo en la mayora de los casos est presenteel tema de la democracia y la participacin ciudadana. Por ello se analizanlas formas en que el poder funciona a partir de los liderazgos de las muje-resque acceden a las presidencias municipales en Mxico y, particularmen-te,en oaxaca.En el captulo sexto se encuentran las reflexiones finales sobre los ha-llazgosen la investigacin: por qu considero que en la actualidad y en losespacios estudiados existe un conflicto entre la democracia, la igualdad y laequidad de gnero.He incluido algunos anexos sobre quines son las presidentas y candi-datasentrevistadas, su situacin especfica. notas de prensa, en el caso dela candidata asesinada. Documentos que avalan la lucha legal de una pre-sidentaque fue destituida y otra que se enfrent al Congreso del estado, yque finalmente la Suprema Corte de Justicia de la nacin (scjn) fall en su 42. tepjf44MargaritaDaltonfavor. Algunos ejemplos de cmo la prensa trata a las mujeres polticas, ascomo cuadros y mapas que ilustran la situacin poltica del estado de Oaxa-ca,con la intencin de enriquecer la lectura, al situar esta investigacin den-trodel contexto espacial, geogrfico y social en el que se realiz.En cuanto a los hallazgos en la investigacin que sustenta la hiptesisde que en la actualidad, en el periodo y en el espacio estudiados, existe unconflicto en la prctica de acciones concretas cuando las mujeres ejercencargos de autoridad, es decir, entre el ideal de la igualdad y la democraciay lo que sucede en la prctica, considero que muchos testimonios podranser extendidos a otros espacios y al tiempo presente. Los aspectos del accio-narde las presidentas y los retos que encuentran, que se presentan detalla-damente,si bien no son exhaustivos, s son elementos que pueden ayudara comprender mejor cmo y con qu construir una democracia con caracte-rsticassustantivas de igualdad. 43. 45La mujer,La poLtica y eL poderUno de los motivos para realizar esta investigacin fue comparar la formaen que la filosofa poltica ha descrito y