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1. Principios de justicia tributaria. El objetivo del tema es exponer de una manera sencilla los principios que encaminan a la obligación constitucional de contribuir al gasto público, por un sendero de justicia, atendiendo principalmente a los criterios que al respecto ha emitido la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Como antecedente es preciso reiterar e indicar, que contribuir al gasto público es una obligación constitucional y que la misma se cumplimenta a través del pago de los tributos, de los cuales la figura más representativa son los impuestos. 1.1. Alcances e importancia En primera instancia y realizando una paráfrasis de la definición clásica de “justicia” 1 , podemos conceptualizar a la misma, en el ámbito tributario, como la constante y perpetua voluntad de que cada persona contribuya al gasto público conforme a lo que le corresponde. 1 Nos referimos a una de las definiciones más comunes en las cátedras de Derecho, aquella del jurista “romano” (no obstante su origen fenicio) Ulpiano, quien consideró que la justicia es “la constante y perpetua voluntad de darle a cada quien lo que le corresponde.” ("Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi").

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1. Principios de justicia tributaria.

El objetivo del tema es exponer de una manera sencilla los principios

que encaminan a la obligación constitucional de contribuir al gasto

público, por un sendero de justicia, atendiendo principalmente a los

criterios que al respecto ha emitido la Suprema Corte de Justicia de la

Nación.

Como antecedente es preciso reiterar e indicar, que contribuir al gasto

público es una obligación constitucional y que la misma se

cumplimenta a través del pago de los tributos, de los cuales la figura

más representativa son los impuestos.

1.1. Alcances e importancia

En primera instancia y realizando una paráfrasis de la definición

clásica de “justicia”1, podemos conceptualizar a la misma, en el ámbito

tributario, como la constante y perpetua voluntad de que cada

persona contribuya al gasto público conforme a lo que le

corresponde.

La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la

jurisprudencia 65/2009 sostuvo un criterio que si bien es ilustrativo,

también lo es que podría ser objeto de debate, pues determinó que la

obligación tributaria (la obligación de contribuir al gasto público)

obedece a un deber de solidaridad con los menos favorecidos, sin

que se trate de una simple imposición soberana derivada de la

potestad del Estado, sino que su aspiración más alta consiste en la

1 Nos referimos a una de las definiciones más comunes en las cátedras de Derecho, aquella del jurista “romano” (no obstante su origen fenicio) Ulpiano, quien consideró que la justicia es “la constante y perpetua voluntad de darle a cada quien lo que le corresponde.” ("Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi").

promoción del desarrollo social y en la consecución de un orden en el

que el ingreso y la riqueza se distribuyan de una manera más justa.2

Estimamos que lo resuelto por la Primera Sala de nuestro Más Alto

Tribunal podría no ser compartido por todos los estudiosos de la

materia ya que si bien enfatiza de manera correcta que el pago de los

tributos no es capricho del Estado, el criterio delimita el objeto de la

institución de las contribuciones hacia una finalidad social específica

(la promoción del desarrollo y la distribución de la riqueza), dejando de

lado otros rubros que podrían incluirse, pues como se examinará con

posterioridad el concepto gasto público (destino señalado por la

Constitución para las contribuciones) es amplio, al implicar la

satisfacción de las necesidades de interés colectivo.

2 Jurisprudencia 1ª./J. 65/2009: OBLIGACIONES TRIBUTARIAS. OBEDECEN A UN DEBER DE SOLIDARIDAD. El sistema tributario tiene como objetivo recaudar los ingresos que el Estado requiere para satisfacer las necesidades básicas de la comunidad, haciéndolo de manera que aquél resulte justo -equitativo y proporcional, conforme al artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos-, con el propósito de procurar el crecimiento económico y la más justa distribución de la riqueza, para el desarrollo óptimo de los derechos tutelados por la carta magna. Lo anterior, en virtud de que la obligación de contribuir -elevada a rango constitucional- tiene una trascendencia mayúscula, pues no se trata de una simple imposición soberana derivada de la potestad del Estado, sino que posee una vinculación social, una aspiración más alta, relacionada con los fines perseguidos por la propia Constitución, como los que se desprenden de la interpretación conjunta de los artículos 3o. y 25 del texto fundamental, consistentes en la promoción del desarrollo social -dando incluso una dimensión sustantiva al concepto de democracia, acorde a estos fines, encauzándola hacia el mejoramiento económico y social de la población- y en la consecución de un orden en el que el ingreso y la riqueza se distribuyan de una manera más justa, para lo cual participarán con responsabilidad social los sectores público, social y privado. En este contexto, debe destacarse que, entre otros aspectos inherentes a la responsabilidad social a que se refiere el artículo 25 constitucional, se encuentra la obligación de contribuir prevista en el artículo 31, fracción IV, constitucional, tomando en cuenta que la exacción fiscal, por su propia naturaleza, significa una reducción del patrimonio de las personas y de su libertad general de acción. De manera que la propiedad tiene una función social que conlleva responsabilidades, entre las cuales destaca el deber social de contribuir al gasto público, a fin de que se satisfagan las necesidades colectivas o los objetivos inherentes a la utilidad pública o a un interés social, por lo que la obligación de contribuir es un deber de solidaridad con los menos favorecidos.

Retomando el tema que nos ocupa, en nuestra consideración, la

justicia en materia tributaria se desenvuelve en dos vías, a saber, en

los requisitos que el establecimiento de un tributo debe satisfacer,

aspecto al que denominaremos justicia en la ley, y en los medios a

través de los cuales los contribuyentes pueden impugnar el

incumplimiento de esos requisitos y de las demás exigencias

constitucionales y legales que las autoridades deben respetar en el

ejercicio de las facultades con que cuentan en relación con los

tributos, al que denominaremos justicia en los tribunales. En este

primer tema analizaremos lo correspondiente a justicia en la ley y

conforme al temario de la materia con posterioridad se abordará lo

relativo a la justicia en los tribunales.

Cabe recordar que la historia está repleta de ejemplos en que el

desenvolvimiento de los acontecimientos de la humanidad tuvo como

factor determinante la imposición contribuciones. Así acontece con la

Carta Magna (Magna charta libertatum, 1215), en que Juan I de

Inglaterra, “Juan Sin Tierra”, tuvo que otorgar prerrogativas a los

nobles a fin de que colaboraran para financiar una guerra tendente a

recuperar territorios en Francia o con la Guerra de Independencia de

los Estados Unidos de América, que tiene como antecedente el Motín

del Té de Boston (“Boston Tea Party”, 1773, en que los colonos

americanos protestaron lanzando un cargamento de dicho producto al

mar en atención a que Gran Bretaña en 1773 emitió el Acta del Té,

que gravaba la importación a la metrópoli de distintos productos,

incluido aquél.

Los principios de Adam Smith.

En su libro “La Riqueza de las Naciones”, Adam Smith dedicó una

parte al estudio de los impuestos y formuló cuatro grandes principios

fundamentales de la tributación:

1º Principio de Justicia.

“Los súbditos de cada Estado deben contribuir al sostenimiento del

gobierno en una proporción lo más cercana a sus respectivas

capacidades.”

Subprincipios: Generalidad y uniformidad.

El de generalidad exige que paguen impuestos todas aquellas

personas que se encuentren comprendidas dentro de las hipótesis

generales y abstractas que establezcan las leyes y que no dejen de

pagarlos quienes se comprendan en ella.

El de uniformidad proclama la igualdad de todos frente al impuesto.

Requiere que todos contribuyan de acuerdo con su capacidad

contributiva.

John Stuart Mill lo complementó haciendo referencia a la “igualdad de

sacrificio”.

2º. Principio de certidumbre.

“El impuesto que cada individuo está obligado a pagar debe ser fijo y

no arbitrario. La fecha de pago, la forma de realizarse, la cantidad a

pagar deben ser claras y patentes para el contribuyente y para

cualquier otra persona.”

3º. Principio de comodidad.

“Todo impuesto debe recaudarse en la época y en la forma en las que

es más probable que convenga su pago al contribuyente.”

4º. Principio de economía.

“Los impuestos, pueden sacar o impedir que entre en los bolsillos de la

población, una cantidad mucho mayor que la que hacen ingresar en el

tesoro público”. Es decir, que sea redituable.

1.2. Análisis del artículo 31 fracción IV de la Constitución Federal

El artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos determina que es obligación de los mexicanos

“contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como del

Distrito Federal o del Estado y Municipio en que residan, de la manera

proporcional y equitativa que dispongan las leyes.”.

En los mismos términos se redactó el artículo 17, fracción II, de la

Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Puebla, al

referirse a la misma obligación, respecto de los habitantes de esta

entidad federativa.

De lo anterior puede inferirse la existencia de cuatro lineamientos para

el establecimiento de un tributo (contribución):

- Que lo disponga una ley (legalidad tributaria).

- De manera proporcional (proporcionalidad tributaria).

- De manera equitativa (equidad tributaria).

- Que se destine al gasto público (destino al gasto público).

1.3. Principios formales

1.3.1. Legalidad

1.3.1.1. Reserva de ley

1.3.1.2. Generalidad

El principio de legalidad tributaria exige que sea el legislador y no las

autoridades administrativas, quien establezca los elementos

constitutivos de las contribuciones con un grado de claridad y

concreción razonable, a fin de que los gobernados tengan certeza

sobre la forma en que deben atender sus obligaciones tributarias3, es

decir, que sólo el poder legislativo (Congreso de la Unión o

Legislaturas de los Estados) pueden “crear” un tributo (un impuesto

por ejemplo).

Sin embargo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha matizado

lo anterior, al señalar lo siguiente:

A. Que para determinar el alcance o profundidad del principio de

legalidad, es útil acudir al de la reserva de ley, señalando que en

materia tributaria existe una reserva relativa4 (lo que implica que es

suficiente una ley que contenga la normativa esencial, que sirva de

base a las normas secundarias posteriores y que, en casos

excepcionales que se justifiquen, pueden existir remisiones a normas

secundarias –que no sean leyes- siempre y cuando se realice una

regulación subordinada y dependiente de la ley y la complementen de

manera indispensable por motivos técnicos para cumplir debidamente

la finalidad recaudatoria);

B. Que el legislador no está obligado a definir todos los términos y

palabras usadas en la ley5;

C. Que la circunstancia de que la determinación o cálculo preciso de

alguno de los elementos que repercuten en el monto al que ascenderá

una contribución corresponda realizarlo a una autoridad administrativa

3 Jurisprudencia P./J. 106/2006, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro “LEGALIDAD TRIBUTARIA. ALCANCE DE DICHO PRINCIPIO EN RELACIÓN CON EL GRADO DE DEFINICIÓN QUE DEBEN TENER LOS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DEL IMPUESTO.”.4 Tesis P. CXLVIII/97, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro “LEGALIDAD TRIBUTARIA. ALCANCE DEL PRINCIPIO DE RESERVA DE LEY.”.5 Tesis P. XI/96, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro “LEGALIDAD TRIBUTARIA. DICHA GARANTÍA NO EXIGE QUE EL LEGISLADOR ESTÉ OBLIGADO A DEFINIR TODOS LOS TÉRMINOS Y PALABRAS USADAS EN LA LEY.”.

(por ejemplo el Índice Nacional de Precios al Consumidor) no conlleva,

por sí misma, una transgresión al principio de legalidad tributaria.6

D. Que bastará que en las disposiciones formal y materialmente

legislativas (ley) aplicables se prevea el procedimiento o mecanismo

que la autoridad administrativa debe seguir, con tal precisión que

atendiendo al fenómeno que se pretende cuantificar, se impida su

actuación arbitraria y se genere certidumbre al gobernado sobre los

factores que inciden en sus cargas tributarias.

En términos simples se puede afirmar que conforme al principio de

legalidad tributaria, las contribuciones (impuestos y cuotas obrero

patronales que se deben pagar al IMSS, por ejemplo) y sus elementos

esenciales (verbigracia: quién debe pagar la contribución, qué hecho o

circunstancia se encuentra gravado, cómo se calculará la base del

tributo, qué tasa o tarifa debe aplicarse, cómo, cuándo y dónde se

realizará el entero respectivo) deben estar previstos en una ley;

aunque se puede encomendar a las autoridades administrativas la

determinación o cálculo de un factor que afecte el monto de las

mismas, cumpliendo requisitos precisos.

Otros criterios:

Época: Décima Época

Registro: 2004260

Instancia: Segunda Sala

Tipo de Tesis: Aislada

6 Jurisprudencia 2a./J. 111/2000, sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro “LEGALIDAD TRIBUTARIA. LA CIRCUNSTANCIA DE QUE EL CÁLCULO DE ALGÚN ELEMENTO DE LAS CONTRIBUCIONES CORRESPONDA REALIZARLO A UNA AUTORIDAD ADMINISTRATIVA NO CONLLEVA, NECESARIAMENTE, UNA TRANSGRESIÓN A ESA GARANTÍA CONSTITUCIONAL”

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Libro XXIII, Agosto de 2013, Tomo 2

Materia(s): Constitucional

Tesis: 2a. LXII/2013 (10a.)

Página: 1325

LEGALIDAD TRIBUTARIA. ALCANCE DE ESE PRINCIPIO

CONSTITUCIONAL EN RELACIÓN CON LA BASE GRAVABLE DE

LAS CONTRIBUCIONES. La Suprema Corte de Justicia de la Nación

ha sostenido que el principio de legalidad tributaria, contenido en el

artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos, exige que los tributos se prevean en la ley y, de

manera específica, sus elementos esenciales, para que el sujeto

obligado conozca con certeza la forma en que debe cumplir con su

obligación de contribuir a los gastos públicos y no quede margen para

la arbitrariedad de las autoridades exactoras. En tal sentido, para

verificar si determinada prestación pública patrimonial viola el

mencionado principio por considerar que su base gravable no está

debidamente establecida, debe partirse del análisis de la naturaleza

jurídica de la contribución relativa, pues si constituye un gravamen de

cuota fija puede prescindirse de ese elemento cuantificador del tributo,

sin que ello implique una violación al indicado principio de justicia

fiscal, al ser la propia ley la que proporciona la cantidad a pagar, por lo

que el gobernado conocerá en todo momento la forma en que debe

contribuir al gasto público; en cambio, si se trata de un impuesto de

cuota variable, debe verificarse que el mecanismo conforme al cual se

mide o valora la capacidad contributiva descrita en el hecho imponible,

no dé margen al comportamiento arbitrario o caprichoso de las

autoridades exactoras, sino que genere certidumbre al causante sobre

la forma en que debe cuantificar las cargas tributarias que le

corresponden, independientemente de que el diseño normativo pueda

infringir algún otro postulado constitucional.

Época: Novena Época

Registro: 173912

Instancia: Segunda Sala

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XXIV, Noviembre de 2006

Materia(s): Constitucional, Administrativa

Tesis: 2a./J. 155/2006

Página: 196

LEGALIDAD TRIBUTARIA. SU ALCANCE CUANDO EL

LEGISLADOR FACULTA A UNA AUTORIDAD ADMINISTRATIVA

PARA ESTABLECER EL VALOR DE UN FACTOR DE

ACTUALIZACIÓN QUE INCIDE EN EL MONTO DE LA BASE

GRAVABLE O EN LA CUANTÍA DE UNA OBLIGACIÓN

TRIBUTARIA ACCESORIA. Para verificar el apego al principio de

legalidad tributaria, contenido en el artículo 31, fracción IV, de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de los actos

formal y materialmente legislativos en los que se faculta a una

autoridad administrativa para establecer el valor de un factor que

incide en el monto de la base gravable o tiene algún efecto sobre una

obligación tributaria accesoria, pero constituye un parámetro que debe

tomarse en cuenta por todos los contribuyentes que se ubiquen en el

supuesto normativo, resulta relevante distinguir si la actividad

encomendada a quien la aplica, se limita a recabar un dato que deriva

del mercado, o bien constituye un valor que por la naturaleza del

fenómeno a cuantificar implica, necesariamente, que un órgano

técnico con base en los datos observados a lo largo del tiempo, y del

análisis comparativo que realice de éstos, obtenga el valor que

trasciende al monto de la respectiva obligación tributaria. En el primer

supuesto, si la ley únicamente dispone que ese valor o precio debe

tomarse en cuenta para efectos tributarios, sin precisar el mecanismo

que seguirá para conocerlo, ello no implica dejar al arbitrio de la

autoridad la fijación del monto correspondiente, pues al señalar que

debe considerarse el valor que las fuerzas del mercado fijan en un

momento específico a un determinado bien o a un indicador

económico, la actividad técnica de la autoridad administrativa se limita

a capturarlo de la realidad económica, lo que no significa comparar

datos observados en diversos momentos, sino simplemente acudir a lo

que en un momento dado revela el mercado, por lo que no queda al

arbitrio de órganos ajenos al Poder Legislativo la determinación de los

elementos que trascienden al monto de las cargas tributarias de los

gobernados, pues será la realidad económica que se ordena valorar y

no la voluntad de las autoridades administrativas la que determine la

afectación patrimonial que una contribución o una obligación tributaria

accesoria representa para los gobernados, sin desconocer que el

órgano técnico competente puede incurrir en una aplicación incorrecta

de la ley por una apreciación equivocada de esa realidad. En cambio,

en el segundo supuesto, como sucede por ejemplo con el valor del

Índice Nacional de Precios al Consumidor, sí es necesario que el

legislador prevea qué procedimiento debe seguir el órgano técnico

para obtener dicho valor, pues éste deriva de comparar el movimiento

de los precios a lo largo del tiempo y para obtenerlo no basta con

levantar datos del mercado relativos a un mismo momento, sino que

se comparan diversos valores (precios del mes base y del mes al que

se refiere el Índice), y es la necesidad de acotar el arbitrio para realizar

tal comparación, en aras de respetar el principio de legalidad tributaria,

lo que torna indispensable prever en un acto formal y materialmente

legislativo el procedimiento al cual debe sujetarse el órgano técnico

que lleve a cabo la cuantificación y comparación de los valores

observados en diversos momentos, de manera que se impida su

actuación arbitraria y, además, se genere certidumbre a los

gobernados sobre los factores que inciden en la cuantía de sus cargas

tributarias.

1.4. Principios Materiales

1.5. Proporcionalidad y Equidad

1.6. Capacidad Contributiva

Conforme al principio de proporcionalidad tributaria los sujetos pasivos

(contribuyentes) deben contribuir al gasto público en función de su

respectiva capacidad contributiva, debiendo aportar una parte

adecuada de sus ingresos, utilidades, rendimientos, o la manifestación

de riqueza gravada. Conforme a este principio los gravámenes deben

fijarse de acuerdo con la capacidad económica de cada sujeto pasivo,

de manera que las personas que obtengan ingresos elevados tributen

en forma cualitativamente superior a los de medianos y reducidos

recursos.

Para que un gravamen sea proporcional debe existir congruencia entre

el mismo y la capacidad contributiva de los causantes; entendida ésta

como la potencialidad real de contribuir al gasto público que el

legislador atribuye al sujeto pasivo (contribuyente) del tributo de que

se trate, tomando en consideración que todos los supuestos de las

contribuciones tienen una naturaleza económica en la forma de una

situación o de un movimiento de riqueza y las consecuencias

tributarias son medidas en función de esa riqueza.7

Ahora bien, a través de criterios sostenidos por la Primera Sala de la

Suprema Corte de Justicia de la Nación se ha introducido un nuevo

elemento que trasciende al principio de proporcionalidad tributaria: el

concepto de “derecho al mínimo vital”.

Al respecto se ha establecido que un presupuesto del Estado

Democrático de Derecho es el que requiere que los individuos tengan

como punto de partida condiciones tales que les permitan desarrollar

un plan de vida autónomo, a fin de facilitar que los gobernados

participen activamente en la vida democrática.8

El derecho al mínimo vital exige analizar si la persona que no disponga

de los recursos materiales necesarios para subsistir digna y

autónomamente puede ser sujeto de ciertas cargas fiscales que

ineludible y manifiestamente agraven su situación de penuria, cuando

7 Jurisprudencia P./J. 10/2003, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro “PROPORCIONALIDAD TRIBUTARIA. DEBE EXISTIR CONGRUENCIA ENTRE EL TRIBUTO Y LA CAPACIDAD CONTRIBUTIVA DE LOS CAUSANTES.”.8 Tesis 1a. XCVII/2007, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro “DERECHO AL MÍNIMO VITAL EN EL ORDEN CONSTITUCIONAL MEXICANO.”.

ello puede coexistir con la insuficiencia de una red de protección social

efectiva y accesible a los más necesitados.

Así, se considera que los causantes deben concurrir al levantamiento

de las cargas públicas con arreglo a su capacidad contributiva, en la

medida en la que ésta exceda un umbral mínimo que únicamente así

podrá considerarse idónea para realizar en el campo económico y

social las exigencias colectivas recogidas en la Constitución.9

En conclusión, conforme al principio de proporcionalidad

tributaria, los contribuyentes deben aportar al gasto público una

parte adecuada de sus recursos económicos, lo que implica que

quien tenga más, contribuya con una cantidad mayor y quien

tiene menos, con una menor; aunado a que debe respetarse el

derecho de los individuos de contar con un nivel económico

mínimo que le permita subsistir dignamente y contar con un

punto de partida que los faculte para desarrollar un plan de vida

autónomo.

Otros criterios:

Época: Décima Época

Registro: 2005254

Instancia: Segunda Sala

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación

Libro 2, Enero de 2014, Tomo II

Materia(s): Constitucional

9 Tesis 1a. XCVIII/2007, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro “DERECHO AL MÍNIMO VITAL. CONSTITUYE UN LÍMITE FRENTE AL LEGISLADOR EN LA IMPOSICIÓN DEL TRIBUTO.”.

Tesis: 2a. CX/2013 (10a.)

Página: 1589

PROPORCIONALIDAD TRIBUTARIA. CARGA PROBATORIA,

TRATÁNDOSE DE DERECHOS POR SERVICIOS. Cuando se

reclama la inconstitucionalidad de un precepto que prevé la cuota a

pagar por concepto de derechos, a partir del argumento de que viola el

principio de proporcionalidad tributaria contenido en el artículo 31,

fracción IV, de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos, porque el monto por el servicio recibido es superior al

costo que tiene en el mercado, inicialmente corresponde al quejoso

aportar los elementos, hechos, datos o pruebas, sobre los que hace

descansar esa transgresión, los cuales servirán de parámetro para

llevar a cabo el estudio respectivo; ello porque no basta la sola

afirmación de que el monto del derecho cuestionado es

desproporcionado, para que el juzgador haga un estudio de mercado a

través del cual determine el costo promedio del servicio, con el fin de

verificar la veracidad del argumento planteado, en tanto tal proceder

no es acorde con la función jurisdiccional de control de la regularidad

de los actos legislativos. Lo anterior no exime a las autoridades

responsables de la obligación de acreditar la constitucionalidad del

acto que defienden, pues será precisamente a partir de lo aportado por

la quejosa, que tendrán la carga de desvirtuar lo afirmado, a través del

informe justificado y los medios legales que estimen necesarios para

sustentar sus aseveraciones, inclusive periciales, exponiendo de

manera motivada por qué la cantidad señalada en la norma legal

cumple con los principios constitucionales que le rigen.

Época: Novena Época

Registro: 161233

Instancia: Primera Sala

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XXXIV, Agosto de 2011

Materia(s): Constitucional

Tesis: 1a./J. 77/2011

Página: 118

PROPORCIONALIDAD TRIBUTARIA. EL LEGISLADOR CUENTA

CON UN MARGEN AMPLIO DE CONFIGURACIÓN, AL DEFINIR

LAS TASAS Y TARIFAS. La jurisprudencia de la Suprema Corte de

Justicia de la Nación ha reconocido que los gobernados deben

concurrir al sostenimiento de las cargas públicas en función de sus

respectivas capacidades, de lo cual se sigue que quienes más aptitud

o capacidad reportan, deben contribuir de forma diferenciada y,

específicamente, en mayor medida. No obstante, los principios

constitucionales de la materia tributaria no permiten asumir que exista

un sistema de tasas o tarifas justas per se. Lo anterior, porque la

determinación de la justicia en la tributación debe considerar los

siguientes elementos: a) que la determinación de la tasa máxima

forma parte del ámbito amplio de configuración política que el Tribunal

Constitucional debe reconocer al legislador tributario; b) que dicha

determinación puede ser tomada considerando al sistema tributario en

lo general, de tal manera que la tasa o tarifa máxima del impuesto

sobre la renta puede obedecer a la definición de la tasa aplicable en

otros gravámenes; c) que el fenómeno financiero público no se agota

en la propia recaudación, sino que su análisis puede abarcar también

el aspecto relativo a la forma en que se distribuye el gasto público; y,

finalmente, d) que el "sacrificio" que la tributación puede significar en

cada caso es un elemento eminentemente subjetivo, con base en el

cual podrían llegar a desprenderse postulados generales, mas no

estructuras técnicas ni parámetros de medición que pretendan ser

objetivos y aplicables en la práctica. En tal virtud, se concluye que la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos no otorga

elementos definitivos que permitan a este Alto Tribunal emitir un

pronunciamiento definitivo sobre la suficiencia o corrección del tipo

tributario al que deba ajustarse el gravamen. Por ello, el juicio relativo

a la proporcionalidad del gravamen debe limitarse a verificar si la

tributación se ajusta a la capacidad contributiva de los gobernados,

conforme a una banda -cuya apreciación y medida corresponde al

propio legislador-, en la que el parámetro más bajo, en el cual no debe

penetrar la tributación, es el mínimo existencial o mínimo vital que

permite la subsistencia del causante como agente titular de derechos y

obligaciones en un Estado social y democrático de Derecho; mientras

que el parámetro máximo lo constituye la no confiscatoriedad del

gravamen, de tal suerte que no se agote el patrimonio del causante o

la fuente de la que deriva la obligación tributaria. Esta deferencia al

legislador para la delimitación de los elementos integrantes de la tabla

que contiene la tarifa, obedece a la intención de otorgar plena vigencia

al principio democrático, dado que las circunstancias que se han

descrito reflejan la dificultad para lograr consensos en torno a quiénes

deben recibir el mismo trato frente a la ley, y quiénes son lo

suficientemente distintos para pagar mayores impuestos o recibir más

beneficios. A juicio de este Alto Tribunal, son los procesos

democráticos los competentes para establecer tales distinciones.

Época: Novena Época

Registro: 163980

Instancia: Pleno

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XXXII, Agosto de 2010

Materia(s): Administrativa, Constitucional

Tesis: P. XXXV/2010

Página: 243

PROPORCIONALIDAD TRIBUTARIA. PARA QUE UN TRIBUTO

RESPETE ESTE PRINCIPIO CONSTITUCIONAL SE REQUIERE

QUE EXISTA CONGRUENCIA ENTRE EL GRAVAMEN Y LA

CAPACIDAD CONTRIBUTIVA DE LOS SUJETOS, QUE ÉSTA

ENCUENTRE RELACIÓN DIRECTA CON EL OBJETO GRAVADO Y

QUE EL HECHO IMPONIBLE Y LA BASE GRAVABLE SE

RELACIONEN ESTRECHAMENTE. La Suprema Corte de Justicia de

la Nación ha establecido varios criterios sobre el aludido principio

tributario derivado de la fracción IV del artículo 31 de la Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos que conviene considerar al

analizar si una contribución lo respeta: I. Originalmente no se

reconocía en el citado precepto constitucional una verdadera garantía

hacia los gobernados, sino sólo la facultad potestativa del Estado

relativa a su economía financiera; II. Posteriormente, se aceptó que el

Poder Judicial de la Federación estudiara si una ley transgredía dicho

numeral considerando que aunque no se encontrara dentro del

capítulo relativo a las garantías individuales, su lesión violaba, en vía

de consecuencia, los artículos 14 y 16 constitucionales; III. Después,

se reconoció que aquel numeral contempla una verdadera garantía

hacia los gobernados cuya violación era reparable mediante el juicio

de garantías considerando lo exorbitante y ruinoso de una

contribución; IV. Ulteriormente, se aceptó que la proporcionalidad es

un concepto distinto a lo exorbitante y ruinoso estableciendo que su

naturaleza radica en que los sujetos pasivos contribuyan a los gastos

públicos en función de su respectiva capacidad económica, debiendo

aportar una parte justa y adecuada de sus ingresos, utilidades o

rendimientos, de manera que quienes tengan ingresos elevados

tributen en forma cualitativamente superior a los de medianos y

reducidos recursos. Conforme a estas bases se desarrolló el ámbito de

aplicación o alcance del principio de proporcionalidad a cada uno de

los elementos de los tributos directos: i) Referido a la tasa o tarifa, se

consideró que el pago de los tributos en proporción a la riqueza

gravada puede conseguirse no sólo mediante parámetros progresivos,

sino igualmente con porcentajes fijos; ii) En relación con los sujetos, se

estableció que las contribuciones deben estar en función de su

verdadera capacidad, es decir, existir congruencia entre el gravamen y

su capacidad contributiva, entendida ésta como la potencialidad real

de contribuir al gasto público; iii) Por cuanto se refiere a la base,

tomando en cuenta que todos los presupuestos de hecho de los

impuestos deben tener una naturaleza económica y que las

consecuencias tributarias son medidas en función de la respectiva

manifestación de riqueza gravada, siendo necesaria una estrecha

relación entre el hecho imponible y la base gravable a la que se aplica

la tasa o tarifa del impuesto; y iv) Finalmente, por lo que se refiere al

objeto, se estableció que para evaluar la capacidad contributiva del

causante, ésta debía estar en relación directa con el objeto gravado.

Acorde con lo anterior, se concluye que un tributo directo respeta el

principio de proporcionalidad tributaria, cuando exista congruencia

entre el gravamen y la capacidad contributiva de los sujetos, que ésta

encuentre relación directa con el objeto gravado y que el hecho

imponible y la base gravable tengan igualmente una sensata

correspondencia, pues de no colmarse alguno de estos parámetros

aquél será inconstitucional.

Época: Novena Época

Registro: 167415

Instancia: Pleno

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XXIX, Abril de 2009

Materia(s): Constitucional, Administrativa

Tesis: P./J. 2/2009

Página: 1129

PROPORCIONALIDAD TRIBUTARIA. PARA DETERMINAR SI UNA

CONTRIBUCIÓN CUMPLE CON ESE PRINCIPIO, ES NECESARIO

ATENDER A SU NATURALEZA PARA ESTABLECER LAS

FORMAS COMO SE MANIFIESTA LA CAPACIDAD

CONTRIBUTIVA. La capacidad contributiva no se manifiesta de la

misma manera en todas las contribuciones, pues aparece en forma

directa e inmediata en los impuestos directos, como los que recaen en

la renta o el patrimonio, porque son soportados por personas que

perciben, son propietarias o poseedoras de ellos, mientras que en los

indirectos la capacidad tiene un carácter mediato como la circulación

de bienes, la erogación, el gasto y el consumo, ya que parten de la

previa existencia de una renta o patrimonio, y gravan el uso final de

toda la riqueza a través de su destino, gasto o tipo de erogación que

refleja indirectamente dicha capacidad. Luego, para determinar si una

contribución cumple con el principio de proporcionalidad tributaria

contenido en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política de

los Estados Unidos Mexicanos, es necesario atender a la naturaleza

de dicho tributo a fin de conocer la forma como se manifiesta y

modifica la capacidad contributiva.

Equidad Tributaria.

Este principio exige que los contribuyentes que se encuentran en una

misma hipótesis de causación, deben guardar una idéntica situación

frente a la norma jurídica que lo regula, lo que a la vez implica que las

disposiciones tributarias deben tratar de manera igual a quienes se

encuentren en una misma situación y de manera desigual a los sujetos

del gravamen que se ubiquen en una situación diversa, implicando,

además, que para poder cumplir con este principio el legislador no

sólo está facultado, sino que tiene obligación de crear categorías o

clasificaciones de contribuyentes, a condición de que éstas no sean

caprichosas o arbitrarias, o creadas para hostilizar a determinadas

clases o universalidades de causantes, esto es, que se sustenten en

bases objetivas que justifiquen el tratamiento diferente entre una y otra

categoría, y que pueden responder a finalidades económicas o

sociales, razones de política fiscal o incluso extrafiscales.10

En términos simples, la equidad tributaria implica que los que

estén en una situación igual (o análoga) paguen lo mismo y que

los que estén en situaciones dispares no enteren las mismas

cantidades; sin embargo, no cualquier desigualdad genera una

trasgresión a este principio, pues las mismas pueden

establecerse con base en una finalidad legítima (objetiva y

constitucionalmente válida), siempre y cuando no exista una

afectación desmedida,11 por lo cual, corresponde a los tribunales

(en este caso a aquellos que examinan la constitucionalidad de

las contribuciones) determinar si se respeta o no este principio.

Otros criterios:

Época: Décima Época

Registro: 2000797

Instancia: Primera Sala

Tipo de Tesis: Aislada 10 Jurisprudencia P./J. 24/2000, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro “IMPUESTOS. PRINCIPIO DE EQUIDAD TRIBUTARIA PREVISTO POR EL ARTÍCULO 31, FRACCIÓN IV, CONSTITUCIONAL.”.11 Jurisprudencia 2a./J. 31/2007, sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro “EQUIDAD TRIBUTARIA. CRITERIOS PARA DETERMINAR SI EL LEGISLADOR RESPETA DICHO PRINCIPIO CONSTITUCIONAL”.

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Libro VIII, Mayo de 2012, Tomo 1

Materia(s): Constitucional

Tesis: 1a. XCIII/2012 (10a.)

Página: 1093

EXENCIÓN Y NO SUJECIÓN TRIBUTARIAS. REQUISITOS PARA

SU ANÁLISIS A LA LUZ DE LA GARANTÍA DE EQUIDAD

TRIBUTARIA. En atención a que el legislador puede dar un trato

diferenciado en normas tributarias por medio de las figuras de

exención y no sujeción, es necesario que el juzgador al realizar el

correspondiente estudio de equidad, identifique la hipótesis en que se

encuentra, ya que la primera es relativamente fácil de examinar, en

virtud de que el órgano legislativo expresamente crea una exención,

es decir, en la propia ley beneficia a un determinado sector o actividad,

pero para analizar un caso de no sujeción, debe acreditarse la

existencia de ese supuesto; así, no basta la simple afirmación de la

quejosa para ello, sino que se requiere que, a través de algún medio,

se demuestre la no sujeción, a fin de que el órgano jurisdiccional

analice la constitucionalidad de la norma a la luz de la garantía de

equidad tributaria prevista en el artículo 31, fracción IV, de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Época: Décima Época

Registro: 160858

Instancia: Primera Sala

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Libro I, Octubre de 2011, Tomo 2

Materia(s): Constitucional

Tesis: 1a. CXCVII/2011 (9a.)

Página: 1087

EQUIDAD TRIBUTARIA. EL ANÁLISIS DE LA DIFERENCIA DE

TRATO ENTRE EL FISCO Y LOS CONTRIBUYENTES DEBE

LIMITARSE A VERIFICAR QUE SEA RAZONABLE, SIN QUE

PUEDA ESTUDIARSE A LA LUZ DE AQUELLA GARANTÍA. Del

desarrollo conceptual efectuado por este alto tribunal en torno a la

garantía de equidad tributaria, se advierte que consistentemente ha

sostenido que se refiere al trato igualitario de "los contribuyentes" que

se encuentren en la misma situación legal, mas no en relación con la

autoridad exactora. En efecto, en la tesis publicada en el Semanario

Judicial de la Federación, Séptima Época, Volúmenes 199-204,

Primera Parte, página 144, de rubro: "IMPUESTOS,

PROPORCIONALIDAD Y EQUIDAD DE LOS.", se sostuvo que "los

contribuyentes" de un mismo impuesto deben guardar una situación de

igualdad frente a la norma jurídica que lo establece y regula.

Posteriormente, en la tesis P./J. 41/97, publicada en el Semanario

Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo V, junio

de 1997, página 43, de rubro: "EQUIDAD TRIBUTARIA. SUS

ELEMENTOS.", se expresó que la citada garantía se refiere al derecho

de "todos los gobernados" de recibir el mismo trato que quienes se

ubican en similar situación de hecho, esto es, que no toda desigualdad

de trato equivale a una violación a la garantía de equidad tributaria,

sino que dicha violación se configura sólo si la desigualdad produce

distinción entre situaciones tributarias iguales, sin que exista para ello

una justificación objetiva y razonable. De los citados razonamientos no

se aprecia que pueda desprenderse un criterio que haga exigible una

equivalencia de trato entre el fisco y los contribuyentes, cuando uno y

otros tengan algún derecho oponible entre sí. Posteriormente, al

resolver el amparo en revisión 650/93, el Tribunal en Pleno sostuvo

que el fisco y los causantes no pueden recibir un trato similar porque

no son iguales, como tampoco lo son los fines que persiguen, ya que

el fisco es una autoridad -parte activa en la recaudación de las

contribuciones-, dotada de imperio para hacer cumplir sus

determinaciones, siendo su actuación de interés público, pues lo

recaudado se destina al gasto público; en cambio, los causantes -parte

pasiva en dicha relación- persiguen, como particulares, los fines que

son propios de su interés. En el mismo tenor, no es aplicable el criterio

contenido en la tesis 1a. CXXXVI/2005, publicada en el Semanario

Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXII,

noviembre de 2005, página 39, de rubro: "EQUIDAD TRIBUTARIA.

ÁMBITO ESPECÍFICO DE SU APLICACIÓN.", que establece que

cuando se reclama la existencia de un trato diferenciado respecto de

disposiciones legales que no corresponden al ámbito específico de

aplicación de la garantía de equidad tributaria, los argumentos

relativos deben analizarse a la luz de la garantía de igualdad, en virtud

de que dicho criterio es aplicable únicamente a las comparaciones

entre diversos grupos de contribuyentes, mas no a una comparación

entre la autoridad como sujeto activo del impuesto, y el causante como

sujeto pasivo. Lo anterior no quiere decir que cuando el fisco y los

causantes tengan un derecho oponible entre sí, esto es, cuando se

ubiquen en una situación análoga de reciprocidad, cualquier trato

diferenciado esté permitido, debido a que este alto tribunal ha

sostenido que la ley no debe establecer distinciones arbitrarias, sino

que la diferencia de trato debe ser razonable. Por tanto, cuando se

aduzca un trato diferenciado entre el tratamiento que da la ley a la

autoridad fiscal y al contribuyente, la autoridad jurisdiccional debe

limitarse a verificar que la diferencia de trato sea razonable.

Época: Novena Época

Registro: 171468

Instancia: Primera Sala

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XXVI, Septiembre de 2007

Materia(s): Constitucional, Administrativa

Tesis: 1a. CLXXIX/2007

Página: 384

EQUIDAD TRIBUTARIA. LA OMISIÓN DEL ÓRGANO LEGISLATIVO

DE JUSTIFICAR LAS RAZONES QUE SUSTENTAN UN TRATO

DIFERENCIADO EN EL PROPIO PROCESO DE REFORMAS A UN

ORDENAMIENTO LEGAL, POR SÍ MISMA, NO CONLLEVA LA

INCONSTITUCIONALIDAD DE LA NORMA. La existencia de un trato

disímil, aunado al hecho de que en el proceso legislativo no se aporte

alguna razón tendente a justificar dicha medida, podría llevar a

considerar que se está en presencia de un trato discriminatorio

indebido. No obstante, ello no se sigue de manera inmediata, dado

que es atribución del juzgador constitucional constatar si las razones

que justifiquen el trato diferenciado pueden advertirse de algún

precepto de la Constitución Federal, de otras disposiciones ordinarias

o, en su caso, si aquéllas pudieron haber sido expuestas previamente

en un diverso proceso de reformas a la ley tributaria.

Época: Novena Época

Registro: 173305

Instancia: Primera Sala

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XXV, Febrero de 2007

Materia(s): Constitucional, Administrativa

Tesis: 1a. XXXIV/2007

Página: 639

EQUIDAD TRIBUTARIA. SU ÁMBITO DE APLICACIÓN

COMPRENDE DISPOSICIONES LEGALES QUE TRASCIENDEN AL

MONTO DE LA OBLIGACIÓN FISCAL DE PAGO, AUNQUE NO

AFECTEN DIRECTAMENTE LA CONFIGURACIÓN DE LOS

ELEMENTOS ESENCIALES DE LA CONTRIBUCIÓN. El Tribunal en

Pleno y las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación han

sostenido que la garantía de equidad tributaria tutelada en la fracción

IV del artículo 31 de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos implica que los sujetos de una misma contribución guarden

una situación de igualdad frente a la norma jurídica que establece y

regula el gravamen, esto es, la proyección de la citada garantía

constitucional se ha circunscrito a un ámbito específico de aplicación,

correspondiente a las actuaciones formal y materialmente legislativas,

buscando que éstas generen consecuencias jurídicas particulares que

incidan directa o indirectamente en el aspecto sustancial de la

obligación tributaria -es decir, respectivamente, cuando ello se haga

por una modificación en los elementos esenciales de la contribución, o

bien, mediante el establecimiento de cualquier otra medida que altere

la cantidad que legalmente hubiere correspondido cubrir- lo cual debe

estar sujeto a control constitucional, bajo la óptica de la garantía de

equidad tributaria. Así, la Suprema Corte de Justicia de la Nación,

como Tribunal Constitucional, ha pretendido que se otorgue plena

vigencia a los principios tributarios establecidos por la Ley

Fundamental, para lo cual no ha circunscrito su eficacia a las

disposiciones legales que establecen gravámenes o que definen o

modifican alguno de los elementos esenciales de la contribución, sino

que progresivamente ha delimitado el contenido y alcance de las

garantías tributarias, a fin de que también sean el parámetro al que se

ajuste el legislador cuando sus actuaciones incidan en la obligación

sustantiva relativa al pago de la contribución, sea que ello ocurra con

la delimitación -conceptual o cuantitativa- de dichos elementos

esenciales de la contribución, mediante obligaciones formales que

estén estrechamente vinculadas con la determinación de la deuda

tributaria, o bien, a través del otorgamiento de algún beneficio que

afecte la cantidad que será cubierta por concepto del tributo. Lo

anterior es así, en virtud de que la obligación constitucional de

concurrir al levantamiento de las cargas públicas tiene un contenido

esencialmente económico, lo cual implica la disposición de recursos

monetarios a favor del Estado por concepto de contribuciones; de ahí

que en cualquier actuación legislativa que repercuta en la obligación

tributaria sustantiva -el pago- los principios constitucionales en materia

tributaria deben tener plena eficacia.

Amparo en revisión 1637/2006. Inmobiliaria Vasconcelos Gepri, S.A.

de C.V. 22 de noviembre de 2006. Mayoría de tres votos. Disidentes:

José de Jesús Gudiño Pelayo y Juan N. Silva Meza. Ponente: José

Ramón Cossío Díaz. Secretario: Juan Carlos Roa Jacobo.

DESTINO AL GASTO PÚBLICO.

Este principio conlleva que el Estado al recaudar las contribuciones las

aplique para cubrir las necesidades colectivas sociales o públicas, a

través de gastos específicos o generales, lo que garantiza que no

sean destinados a satisfacer necesidades privadas o individuales, sino

de interés colectivo, comunitario, social y público.12

Cabe señalar que la característica de este principio atiende a su objeto

material y no por el tipo de entidad pública que lo opera, pues existen

supuestos en que lo recaudado por una contribución federal es

ejercido en gasto público por una entidad federativa o por un

municipio.13

12 Jurisprudencia P./J. 15/2009, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro “GASTO PÚBLICO. EL PRINCIPIO DE JUSTICIA FISCAL RELATIVO GARANTIZA QUE LA RECAUDACIÓN NO SE DESTINE A SATISFACER NECESIDADES PRIVADAS O INDIVIDUALES.”.13 Tesis 1a. CXXIII/2005, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de rubro “DESTINO AL GASTO PÚBLICO. LA CARACTERÍSTICA DE ESE PRINCIPIO TRIBUTARIO SE DETERMINA POR SU OBJETO MATERIAL Y NO POR EL TIPO DE ENTIDAD PÚBLICA QUE LO OPERE.”.

¿De qué forma nos defendemos en caso de transgresión a los

principios anteriores?

- Amparo indirecto.

Tratándose de leyes autoaplicativas, 30 días hábiles a partir de su

entrada en vigor o 15 días hábiles a partir del siguiente al en que

surte efectos la notificación del primer acto de aplicación, al en que

tenemos conocimiento del mismo o de su ejecución.

Tratándose de leyes heteroaplicativas, 15 días hábiles a partir del

siguiente al en que surte efectos la notificación del primer acto de

aplicación, al en que tenemos conocimiento del mismo o de su

ejecución.

Es el amparo contra normas jurídicas generales en estricto sentido.

En caso de concederse el amparo surte un triple efecto: 1. Queda

insubsistente el primer acto de aplicación (en caso de que se haya

promovido con motivo del mismo); 2. Quedan insubsistentes los

actos de aplicación posteriores emitidos hasta el momento en que

cause ejecutoria la sentencia; 3. Impide la aplicación de la norma

jurídica general a futuro.

- Amparo directo.

En caso de que optemos por agotar los medios ordinarios de

defensa. Tiene el beneficio de que se puede hacer valer la

inconstitucionalidad de normas jurídicas aunque no se trate del

primer acto de aplicación de la norma jurídica general (pero sí debe

ser el primero de la secuela procesal).

En caso de concederse el amparo únicamente queda insubistente

el acto de aplicación con motivo del cual se promovió. Si hay actos

de aplicación posteriores, deberá acudirse a los medios ordinarios

de defensa hasta llegar de nuevo al juicio de amparo directo.

- Control difuso.

A partir de las reformas constitucionales de 6 y 10 de junio de 2011

y del caso Radilla Pacheco (varios 912/2010).

Antes sólo control concentrado, ahora también control difuso de

constitucionalidad y convencionalidad (inclusive ex officio), que

implica que todos los órganos jurisdiccionales al decidir una

controversia deben realizar los siguientes pasos:

1o. Interpretar las normas jurídicas generales a la luz a los

derechos humanos previstos en la Constitución y en los Tratados

Internacionales (interpretación conforme en sentido amplio).

2o. En caso de que existan varias posibilidades interpretativas,

optar por la que represente mayor protección de los derechos

humanos previstos en la Constitución y en los Tratados

Internacionales (interpretación conforme en sentido estricto).

3o. De no ser posible realizar una interpretación conforme a los

derechos humanos referidos, se debe inaplicar la norma jurídica

general (inaplicación).

Época: Décima Época

Registro: 160525

Instancia: Pleno

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Libro III, Diciembre de 2011, Tomo 1

Materia(s): Constitucional

Tesis: P. LXIX/2011(9a.)

Página: 552

PASOS A SEGUIR EN EL CONTROL DE

CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO

EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS. La posibilidad de

inaplicación de leyes por los jueces del país, en ningún momento

supone la eliminación o el desconocimiento de la presunción de

constitucionalidad de ellas, sino que, precisamente, parte de esta

presunción al permitir hacer el contraste previo a su aplicación. En

ese orden de ideas, el Poder Judicial al ejercer un control de

convencionalidad ex officio en materia de derechos humanos,

deberá realizar los siguientes pasos: a) Interpretación conforme en

sentido amplio, lo que significa que los jueces del país -al igual que

todas las demás autoridades del Estado Mexicano-, deben

interpretar el orden jurídico a la luz y conforme a los derechos

humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados

internacionales en los cuales el Estado Mexicano sea parte,

favoreciendo en todo tiempo a las personas con la protección más

amplia; b) Interpretación conforme en sentido estricto, lo que

significa que cuando hay varias interpretaciones jurídicamente

válidas, los jueces deben, partiendo de la presunción de

constitucionalidad de las leyes, preferir aquella que hace a la ley

acorde a los derechos humanos reconocidos en la Constitución y

en los tratados internacionales en los que el Estado Mexicano sea

parte, para evitar incidir o vulnerar el contenido esencial de estos

derechos; y, c) Inaplicación de la ley cuando las alternativas

anteriores no son posibles. Lo anterior no afecta o rompe con la

lógica de los principios de división de poderes y de federalismo,

sino que fortalece el papel de los jueces al ser el último recurso

para asegurar la primacía y aplicación efectiva de los derechos

humanos establecidos en la Constitución y en los tratados

internacionales de los cuales el Estado Mexicano es parte.

Sin embargo:

Época: Décima Época

Registro: 2006186

Instancia: Segunda Sala

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación

Libro 5, Abril de 2014, Tomo I

Materia(s): Común, Administrativa

Tesis: 2a./J. 16/2014 (10a.)

Página: 984

CONTROL DIFUSO. SU EJERCICIO EN EL JUICIO

CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO. Si bien es cierto que, acorde

con los artículos 1o. y 133 de la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos, las autoridades jurisdiccionales ordinarias, para

hacer respetar los derechos humanos establecidos en la propia

Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado

Mexicano sea parte, pueden inaplicar leyes secundarias, lo que

constituye un control difuso de su constitucionalidad y

convencionalidad, también lo es que subsiste el control concentrado

de constitucionalidad y convencionalidad de leyes, cuya

competencia corresponde en exclusiva al Poder Judicial de la

Federación, a través del juicio de amparo, las controversias

constitucionales y las acciones de inconstitucionalidad. La

diferencia entre ambos medios de control (concentrado y difuso),

estriba en que, en el primero, la competencia específica de los

órganos del Poder Judicial de la Federación encargados de su

ejercicio es precisamente el análisis de constitucionalidad y

convencionalidad de leyes, por tanto, la controversia consiste en

determinar si la disposición de carácter general impugnada

expresamente es o no contraria a la Constitución y a los tratados

internacionales, existiendo la obligación de analizar los argumentos

que al respecto se aduzcan por las partes; en cambio, en el

segundo (control difuso) el tema de inconstitucionalidad o

inconvencionalidad no integra la litis, pues ésta se limita a la

materia de legalidad y, por ello, el juzgador por razón de su función,

prescindiendo de todo argumento de las partes, puede desaplicar la

norma. Ahora bien, en el juicio contencioso administrativo, la

competencia específica del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y

Administrativa es en materia de legalidad y, por razón de su función

jurisdiccional, este tribunal puede ejercer control difuso; sin

embargo, si el actor formula conceptos de nulidad expresos,

solicitando al tribunal administrativo el ejercicio del control difuso

respecto de determinada norma, de existir coincidencia entre lo

expresado en el concepto de nulidad y el criterio del tribunal, éste

puede inaplicar la disposición respectiva, expresando las razones

jurídicas de su decisión, pero si considera que la norma no tiene

méritos para ser inaplicada, bastará con que mencione que no

advirtió violación alguna de derechos humanos, para que se estime

que realizó el control difuso y respetó el principio de exhaustividad

que rige el dictado de sus sentencias, sin que sea necesario que

desarrolle una justificación jurídica exhaustiva en ese sentido,

dando respuesta a los argumentos del actor, pues además de que

el control difuso no forma parte de su litis natural, obligarlo a

realizar el estudio respectivo convierte este control en concentrado

o directo, y transforma la competencia genérica del tribunal

administrativo en competencia específica. Así, si en el juicio de

amparo se aduce la omisión de estudio del concepto de nulidad

relativo al ejercicio de control difuso del tribunal ordinario, el

juzgador debe declarar ineficaces los conceptos de violación

respectivos, pues aun cuando sea cierto que la Sala responsable

fue omisa, tal proceder no amerita que se conceda el amparo para

que se dicte un nuevo fallo en el que se ocupe de dar respuesta a

ese tema, debido a que el Poder Judicial de la Federación tiene

competencia primigenia respecto del control de constitucionalidad

de normas generales y, por ello, puede abordar su estudio al dictar

sentencia. Si, además, en la demanda de amparo se aduce como

concepto de violación la inconstitucionalidad o inconvencionalidad

de la ley, el juzgador sopesará declarar inoperantes los conceptos

de violación relacionados con el control difuso y analizar los

conceptos de violación enderezados a combatir la

constitucionalidad y convencionalidad del precepto en el sistema

concentrado.

2. Concepto Derecho Tributario

El Derecho Financiero es el conjunto de normas jurídicas que

regulan la actividad financiera del Estado en sus tres momentos,

a saber: en el establecimiento de tributos y obtención de diversas

clases de recursos, en la gestión o manejo de sus bienes

patrimoniales y en la erogación de recursos para los gastos públicos,

así como las relaciones jurídicas que en el ejercicio de dicha

actividad se establecen entre los diversos órganos del Estado o

entre dichos órganos y los particulares, ya sean deudores o

acreedores del Estado.

Divisiones.- Tradicionalmente los autores han dividido el Derecho

Financiero en tres ramas o grupos de normas que guardan cierta

similitud con los tres momentos o fases en que se divide la actividad

financiera del Estado: la obtención, el manejo y la erogación de los

recursos del Estado, a los que corresponderían el Derecho Fiscal, el

Derecho Patrimonial y el Derecho Presupuestario.

La materia fiscal se refiere a todos los ingresos del Estado,

cualquiera que sea su naturaleza. Dentro de ellos, se encuentran los

productos, que tradicionalmente son los ingresos que percibe el

Estado en sus actividades que no son de Derecho Público o por la

explotación de sus bienes patrimoniales últimamente restringidos a los

del dominio público. Entre ellos se ubican los rendimientos de las

empresas paraestatales.

Arts. 2o., 3o. y 4o. CFF.

...Es pues evidente que el campo de lo fiscal trasciende a lo

tributario.

Por Derecho Tributario entendemos el conjunto de normas

jurídicas que se refieren al establecimiento de los tributos

(impuestos, derechos o tasas y contribuciones especiales), a las

relaciones jurídicas que se establecen entre la administración y

los particulares con motivo de su nacimiento, cumplimiento o

incumplimiento, a los procedimientos que pueden surgir y a los

ilícitos y las sanciones establecidas por su violación.

El Derecho Patrimonial del Estado es la rama del Derecho

Financiero que se integra por las normas jurídicas relativas a la

administración (gestión) de los bienes que constituyen el

patrimonio fijo del Estado, integrado por bienes muebles e

inmuebles de su titularidad.

El Derecho Presupuestario está constituido por las normas jurídicas

relativas a la preparación, aprobación, ejecución y control de los

presupuestos de ingresos y egresos y a las normas jurídicas

sobre rendición de cuentas y sobre responsabilidad de los

funcionarios públicos por el mal manejo de esos recursos.

División del Derecho Tributario en Derecho sustantivo y Derecho

Adjetivo.

Derecho sustantivo y derecho instrumental. El ordenamiento

jurídico contiene, por un lado, normas que establecen derechos y

obligaciones, facultades y deberes para las personas, y que

prevén, normalmente, las sanciones que deben aplicarse a

aquéllas cuando incurran en incumplimiento. Al conjunto de estas

normas jurídicas se le suele denominar derecho sustantivo o

material.

Pero el ordenamiento jurídico sería insuficiente e ineficaz si se limitara

a establecer normas de derecho sustantivo o material, dejando sujeta

su aplicación exclusivamente a la espontánea voluntad de sus

destinarios. Si bien la mayor parte de las veces estos últimos suelen

acatar las normas de derecho sustantivo, existen casos en que no se

da ese acatamiento, en los que surge conflicto acerca de la

interpretación y el cumplimiento de dichas normas o, en fin, en

los que para que se pueda cumplir una de esas normas, se

requiere necesariamente seguir un procedimiento.

Por esta razón, al lado de las normas de derecho sustantivo o

material, el ordenamiento jurídico también contiene normas de

derecho instrumental, formal o adjetivo, que son aquellas que

prescriben las condiciones y los procedimientos para la

aplicación de las primeras, así como la integración y competencia

de los órganos del Estado que deben intervenir en dichos

procedimientos.

El Derecho Tributario Sustantivo.- Se llama Derecho Tributario

Sustantivo o Material al conjunto de normas jurídicas que disciplinan

el nacimiento, efectos y extinción de la obligación tributaria y los

supuestos que originan la misma, esto es, la relación jurídica

sustantiva principal, así como las relaciones jurídicas accesorias

que lógicamente se vinculan con el tributo.

El Derecho Tributario Adjetivo es el conjunto de normas que regulan

las condiciones y los procedimientos para la aplicación de las

normas jurídicas de derecho tributario sustantivo, así como la

resolución de controversias, la integración y competencia de los

órganos del Estado que deben intervenir en dichos

procedimientos.

El Derecho Tributario Adjetivo se divide en Derecho Tributario

Formal o Administrativo y Derecho Procesal Tributario.

El Derecho Tributario Formal o Administrativo.- El Derecho

Tributario Formal o Administrativo es el conjunto de normas que

regulan la actividad de la Administración Pública (procedimientos)

en lo atinente a la comprobación del cumplimiento de las

obligaciones fiscales por parte de los contribuyentes, la

determinación de los créditos fiscales a su cargo y su ejecución.

El Derecho Procesal Tributario.- El Derecho Procesal Tributario es el

conjunto de normas jurídicas que regulan los procesos en que se

resuelven las controversias que surgen entre el Fisco y los

contribuyentes.

2.1. El tributo

Los tributos constituyen la más importante clase de ingresos del

Estado moderno para conseguir los medios necesarios para el

desarrollo de sus actividades.

El artículo 2o. del Código Fiscal de la Federación define o más bien

delimita cuáles son los tributos, designando sus tipos.

Doctrinalmente tributos o contribuciones son las prestaciones en

dinero o en especie que el Estado exige en ejercicio de su poder de

imperio con el objeto de obtener recursos para el cumplimiento de sus

fines.

2.2. Elementos del tributo

Sujeto, objeto, base, tasa o tarifa, época de pago.

2.3. Características del tributo

- Carácter público. Constituye parte de esa rama del derecho. Los

percibe el Estado por un interés que atiende a la colectividad.

- Es una prestación en dinero o en especie.

- Es una obligación ex lege. Su fuente está representada por la

conjunción de un presupuesto establecido en la ley (presupuesto,

hecho imponible, hipótesis de incidencia) y un hecho de la vida real

que se ajusta perfectamente a la hipótesis.

Las obligaciones ex lege se diferencian de las obligaciones

voluntarias.

- Es una relación personal, de derecho y obligatoria.

Personal, en contraposición a real.

El Estado es el acreedor o sujeto activo.

El particular o gobernado es el deudor o sujeto pasivo.

Es una relación de derecho, no de poder o de hecho.

Es obligatoria.

Obligatio est iuris vinculum quo, necessitate, adstringimur alicuius

solvendae rei, secundum nostrae civitatis iura.

- Tiene por objeto o finalidad proporcionar recursos al Estado para que

realice sus funciones.

- Deben ser justos.

- En principio no deben afectarse a gastos determinados.

2.4. Diferentes tipos de tributos

Análisis práctico de las contribuciones y sus diferencias

2.4.1. Impuesto.

El impuesto es una prestación en dinero o en especie de naturaleza

tributaria, ex-lege, cuyo presupuesto es un hecho o una situación

jurídica que no constituye una actividad del Estado referida al obligado

y destinada a cubrir los gastos públicos.

2.4.2. Derecho

En otros países se les denomina “tasas”.

Son las contribuciones cuyo presupuesto de hecho consiste en recibir servicios que presta el Estado en sus funciones de derecho público o en aprovechar bienes del dominio público de la Nación.

Lo característico del derecho (o tasa) está, en el modo de que la actividad estatal se refiere al obligado y es este modo el que distingue al derecho de la contribución especial.

2.4.3.Contribuciones Especiales.

Contribuciones de mejora.

Prestación que los particulares pagan obligatoriamente al Estado, como contribución a los gastos que ocasionó la realización de una obra o un servicio de interés general y que los benefició o beneficia.

La contribución de mejora es una prestación. El contribuyente no percibe ningún ingreso en su patrimonio. Experimenta un beneficio especial consistente en el aumento de valor de un bien inmueble de su propiedad pero ello es como consecuencia de una obra pública cuya propiedad es del ente público. Se trata siempre de una prestación en dinero, pues el Estado lo requiere para pagar el costo de la obra, en su totalidad o en parte. Las calles construidas o ampliadas, los pavimentos o las banquetas construidos, las líneas de tubería de agua potable o de alcantarillado, son propiedad del Estado, y no una contraprestación por el pago que hace el contribuyente.

Es el tributo cuya hipótesis de incidencia consiste en una actuación estatal indirecta y mediatamente referida al obligado.

Doctrinalmente se considera que en la contribución de mejora se necesita una actividad estatal referida mediata e indirectamente al contribuyente, más un aumento de valor de su propiedad.

Es una característica de la contribución de mejora que los contribuyentes sean las personas que por ser propietarios o poseedores de bienes inmuebles ubicados en las inmediaciones de la obra pública, obtienen un beneficio económico consistente en el

incremento del valor de sus bienes (plusvalía) obteniendo una ventaja que el resto de los habitantes de la comunidad no perciben.

Podemos definir la contribución especial como la prestación en dinero o en especie, legalmente obligatoria a cargo de aquellas personas que reciben un beneficio o ventaja especial por la realización de una obra pública (de mejora).

Aportaciones de seguridad social.

Partiendo de que la seguridad social constituye una función pública

administrativa, se estima que al no poderse sufragar el gasto mediante

impuestos, quienes obtienen un beneficio específico de la función

pública necesitan pagar un tributo especial al Estado con objeto de

compensar a la colectividad en proporción a la especialidad del

beneficio y al gasto público. Es evidente en lo que se refiere a los

trabajadores que ellos reciben un beneficio especial y en cuanto a los

patrones ‘sustituyen la responsabilidad laboral que deviene de

posibles riesgos profesionales, con el pago del tributo bajo estudio,

pero por otra parte, obtienen un beneficio especial al lograr cierto

equilibrio en las relaciones obrero-patronales en lo que respecta al

renglón de servicios especiales.’

Estos tributos de seguridad social para algunos forman parte de los

derechos, para otros son contribuciones especiales.

Las cuotas y los capitales constitutivos del IMSS y en general las

aportaciones para la seguridad social constituyen una especie del

género contribución.

3. El impuesto

3.1. Elementos del impuesto

3.2. Análisis jurisprudencial de sus elementos

3.3. Sujeto

3.4. Objeto

3.5. Base imponible

3.6. Tasa o tarifa

3.7. Época de Pago

3.8. Elementos en los impuestos directos e indirectos

3.8.1. Aspectos relevantes en el Impuesto Sobre la Renta

3.8.2. Aspectos relevantes en el Impuesto al Valor Agregado

ANÁLISIS DE TESIS AISLADAS Y JURISPRUDENCIAS.

SUJETO.

Época: Décima Época

Registro: 2003415

Instancia: Primera Sala

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Libro XIX, Abril de 2013, Tomo 1

Materia(s): Administrativa

Tesis: 1a. CXVII/2013 (10a.)

Página: 974

SUJETO PASIVO DEL PODER TRIBUTARIO DEL ESTADO Y

SUJETO PASIVO DE LA OBLIGACIÓN TRIBUTARIA. SUS

DIFERENCIAS. El primero de los sujetos se refiere a la persona física

o jurídica que soporta su ejercicio en el más amplio sentido del

término. Éste es un concepto amplio que va más allá de la obligación

material de pago del tributo incluyendo un cúmulo de obligaciones y

deberes formales (hacer, no hacer, soportar, entre otras) y que

también implica situaciones subjetivas distintas del sujeto pasivo que

realiza el hecho imponible -que por lo regular se denomina

contribuyente-, esto es, de terceros como obligados tributarios -en

donde se incardinan las figuras de la responsabilidad (solidaria o

subsidiaria) y la sustitución tributaria-. Por el contrario, el sujeto

pasivo de la obligación tributaria -denominado contribuyente- es

la persona física o jurídica que tiene la obligación de pago del

tributo por haber realizado el hecho imponible demostrativo, en

su caso, de capacidad contributiva, soportando dicha carga en su

patrimonio. En la legislación tributaria mexicana no existe una

disposición legal en la que se establezca expresamente quién es el

sujeto pasivo de la obligación tributaria y los distintos obligados

tributarios. Lo que sí existe es una disposición que prevé quiénes son

los responsables solidarios con los contribuyentes, esto es, el artículo

26 del Código Fiscal de la Federación. Por ello, las principales

diferencias entre el sujeto de la obligación tributaria de pago

(contribuyente) y el sujeto pasivo del poder tributario (retenedor) son

las siguientes: a) conducta realizada: el primero realiza el hecho

imponible, por lo que ostenta su titularidad y, por regla general, la

capacidad contributiva que el hecho imponible refleja; el segundo no,

pues se trata de un tercero que realiza un supuesto normativo que se

interrelaciona con ese hecho, que la mayoría de las veces no es

demostrativo de capacidad contributiva, aunque al realizarse se

subroga en la titularidad del hecho imponible. b) fundamento

normativo: el primero tiene la obligación de pago del impuesto por

haber realizado el hecho imponible previsto en la ley respectiva

(disposición normativa primaria); el segundo tiene la misma obligación

de pago pero no por actualizar el hecho imponible, sino por un

mandato legal diverso a éste, que es por no retener el impuesto

(disposición normativa secundaria). c) posición jurídica: el primero

tiene el lugar principal en el cumplimiento de la obligación tributaria de

pago; el segundo está obligado por ley al pago del impuesto en lugar

de aquél, sustituyéndolo, siendo el único y verdadero sujeto obligado

al pago. Por ello se ha dicho que en la sustitución tributaria existe una

desviación sustancial total o parcial del normal proceso de imputación

normativa de la obligación fiscal. En vez del sujeto pasivo, otro sujeto

queda obligado al pago del tributo. d) naturaleza: el primero es el que

satisface por regla general y en condiciones de normalidad la

obligación tributaria de pago; el segundo es un garante personal de la

obligación tributaria de pago no satisfecha por aquél, que facilita y

simplifica la actividad recaudatoria de la autoridad fiscal actuando a

título de auxiliar y coadyuvante de ésta, por lo que se establece como

un especial mecanismo impositivo.

Época: Décima Época

Registro: 2009202

Instancia: Primera Sala

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación

Libro 18, Mayo de 2015, Tomo I

Materia(s): Común

Tesis: 1a. CLXXXV/2015 (10a.)

Página: 449

INTERÉS LEGÍTIMO PARA IMPUGNAR NORMAS TRIBUTARIAS.

EL UNIVERSO DE AFECTACIÓN AL CONTRIBUYENTE APTO

PARA ACTUALIZARLO, SE DELIMITA POR SU CALIDAD DE

SUJETO PASIVO DE LA RELACIÓN TRIBUTARIA. De los

precedentes de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el

artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal, se desprende una

misma metodología: encontrar en el lenguaje de las obligaciones el

lenguaje de los derechos. El operador deóntico utilizado por el

Constituyente es el de obligación: los mexicanos deben contribuir al

gasto público. Sin embargo, este Tribunal Constitucional ha

encontrado que su lectura literal no da cuenta de la doble función de la

norma constitucional: no sólo la de establecer obligaciones, sino

también derechos. Mediante la consagración de distintos principios

materiales (proporcionalidad, equidad, legalidad y destino al gasto

público), la norma constitucional limita el poder impositivo del Estado;

límites que deben entenderse en clave de derechos de las personas

para defenderse contra la arbitrariedad del legislador. Luego, son

esas condiciones de sujeción al poder coactivo tributario del

Estado las que definen al sujeto identificado como

"contribuyente". Ausente la presencia del poder impositivo, los

reclamos que realicen las personas al sistema tributario no lo hacen en

su calidad de contribuyentes. Esto se refuerza cuando en lugar de

alegarse la arbitrariedad del poder impositivo, se reclame su ausencia,

esto es, que el Estado, a través de sus instituciones democráticas, no

lo haya ejercido contra ciertos sujetos para lograr de ellos una

extracción patrimonial, pues la norma constitucional sirve a las

personas para protegerse de muchas maneras del poder impositivo,

pero no sirve para que, vía judicial, puedan controlar la dirección de la

política fiscal, independientemente de lo que decidan las mayorías

legislativas. La dirección del poder impositivo no corresponde

exclusivamente a los contribuyentes, sino, de acuerdo con un

postulado del constitucionalismo clásico incorporado en nuestro

sistema, a toda la población, a través de sus representantes

populares.

OBJETO.

Época: Novena Época

Registro: 164065

Instancia: Pleno

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XXXII, Agosto de 2010

Materia(s): Administrativa, Constitucional

Tesis: P. XXXIX/2010

Página: 240

EMPRESARIAL A TASA ÚNICA. LA LEY QUE REGULA EL

IMPUESTO RELATIVO DEFINE SU OBJETO, POR LO QUE NO

VIOLA EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD TRIBUTARIA

(LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DEL 1 DE ENERO DE 2008).

Conforme a la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la

Nación, las leyes tributarias deben establecer los elementos

esenciales de las contribuciones para otorgar certeza a los

contribuyentes sobre las obligaciones tributarias que les asisten y

evitar la actuación arbitraria de las autoridades exactoras. En ese

tenor, la Ley del Impuesto Empresarial a Tasa Única no viola el

principio de legalidad tributaria contenido en el artículo 31, fracción IV,

de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, dado que

en aquélla se regula con la precisión necesaria el objeto que grava el

impuesto relativo -entendido como la manifestación de riqueza

sobre la que recae-, ya que de la interpretación de los artículos 1 y 2

de la Ley del Impuesto Empresarial a Tasa Única, así como de la

exposición de motivos y del dictamen de la Comisión de Hacienda y

Crédito Público de la Cámara de Diputados, relacionados con el

proceso legislativo de ese ordenamiento, se advierte que el impuesto

empresarial a tasa única tiene como hecho imponible la obtención de

ingresos derivados de la enajenación de bienes, la prestación de

servicios independientes y el otorgamiento del uso o goce temporal de

bienes y, al señalar que para calcular el impuesto se considera ingreso

gravado el precio o contraprestación a favor de quien realiza tales

actividades, su objeto o manifestación de riqueza gravada son los

ingresos brutos recibidos, sin perjuicio de las deducciones y demás

beneficios establecidos en la Ley.

Registro Núm. 22525; Novena Época; Segunda Sala; Semanario

Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXII, Diciembre de

2010, página 317.

AMPARO EN REVISIÓN 358/2009. **********.14

... En efecto, antes de analizar lo previsto en el citado ordenamiento

federal, es conveniente recordar que el hecho imponible de un

impuesto es el presupuesto fijado por la ley para configurar cada

tributo y cuya realización origina el nacimiento de la obligación

tributaria respectiva, en tanto que el objeto, doctrinaria y

jurisprudencialmente, constituye la manifestación de riqueza

sobre la que recae el tributo. Cabe agregar que si bien normalmente

el objeto del impuesto aparece recogido por el presupuesto objetivo

del hecho imponible, lo cierto es que, atendiendo a la complejidad de

los fines y consecuencias del establecimiento de una contribución,

puede suceder que el referido objeto quede fuera de la definición

normativa del presupuesto de hecho que genera la obligación

tributaria, es decir, del hecho imponible...

14 Precedente que por reiteración dio origen a la jurisprudencia 2a./J. 163/2010 de rubro "EMPRESARIAL A TASA

ÚNICA. LA LEY DEL IMPUESTO RELATIVO DEFINE SU OBJETO, POR LO QUE NO VIOLA EL PRINCIPIO DE

LEGALIDAD TRIBUTARIA (LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DEL 1 DE ENERO DE 2008)."

BASE.

Registro Núm. 24535; Décima Época; Segunda Sala; Semanario

Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XXIII, Agosto de 2013 ,

Tomo 2, página 795.

CONTRADICCIÓN DE TESIS 379/2012.

... En concordancia con lo anterior, es pertinente destacar que uno de

los elementos esenciales de las contribuciones es la base gravable, la

cual fue definida por el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte en la

jurisprudencia número P./J. 72/2006 (registro IUS: 174924),

consultable en la página 918 del Semanario Judicial de la Federación

y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIII, junio de dos mil seis, del

rubro y sinopsis siguientes:

"CONTRIBUCIONES. EN CASO DE EXISTIR INCONGRUENCIA

ENTRE EL HECHO Y LA BASE IMPONIBLES, LA NATURALEZA DE

LA MISMA SE DETERMINA ATENDIENDO A LA BASE. El hecho

imponible de las contribuciones, consiste en el presupuesto de

naturaleza jurídica o económica fijado por la ley para configurar cada

tributo y de cuya realización depende el nacimiento de la obligación

tributaria, dicho elemento reviste un carácter especial entre los

componentes que integran la contribución, toda vez que no sólo

constituye el presupuesto para el nacimiento de la obligación tributaria,

sino que además, sirve como elemento de identificación de la

naturaleza del tributo, pues en una situación de normalidad, evidencia

e identifica la categoría de la contribución a la que pertenece, de ahí

que esta situación de normalidad, tiene como presupuesto la

congruencia que debe existir entre dicho elemento y la base

imponible, ya que mientras el primero ubica la situación, hecho, acto,

o actividad denotativa de capacidad contributiva, el segundo

representa la magnitud cuantificable de dicha capacidad,

erigiéndose en premisa para la determinación en cantidad líquida

de la contribución. En este orden de ideas, la distorsión de la

relación entre el hecho imponible y la base gravable, normalmente nos

llevará a una imprecisión respecto del aspecto objetivo u objeto que

pretendió gravar el legislador, pues ante dicha distorsión, el hecho

imponible atiende a un objeto, pero la base mide un objeto distinto; sin

embargo, este conflicto debe resolverse atendiendo a la base

imponible, pues siendo el tributo una prestación dineraria, debe

tomarse en cuenta que la base es la que sirve para la determinación

pecuniaria del tributo, por lo que será el referido elemento el que

determine la naturaleza de la contribución."

De la jurisprudencia preinserta se pone de manifiesto que la base

gravable constituye la dimensión o magnitud del hecho imponible

que sirve para determinar la capacidad contributiva gravada, a la

cual, se le aplica la correspondiente tarifa, tasa o cuota, por lo

que constituye la magnitud cuantificable de la capacidad

contributiva expresada en el hecho imponible.

La mencionada base gravable puede estar expresada en diferentes

unidades monetarias, unidades de peso, volumen, longitud, entre

otros, según el tipo de contribución de que se trate...

Además, la base gravable también puede servir como elemento de

identificación de la contribución, pues en el supuesto de que exista

distorsión con el hecho imponible, aquélla podrá revelar el verdadero

aspecto objetivo gravado por el legislador y, por ende, cuál es la

categoría tributaria que efectivamente se regula, lo que puede incidir

en la competencia de la autoridad legislativa...

Época: Novena Época

Registro: 165469

Instancia: Segunda Sala

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XXXI, Enero de 2010

Materia(s): Constitucional, Administrativa

Tesis: 2a./J. 236/2009

Página: 294

PREDIAL. EL ARTÍCULO SEGUNDO DEL DECRETO POR EL QUE

SE REFORMAN, ADICIONAN Y DEROGAN DIVERSAS

DISPOSICIONES DEL CÓDIGO FINANCIERO DEL DISTRITO

FEDERAL, PUBLICADO EN LA GACETA OFICIAL DE LA ENTIDAD

EL 27 DE DICIEMBRE DE 2007, NO VIOLA EL PRINCIPIO DE

PROPORCIONALIDAD TRIBUTARIA, AL NO ESTABLECER UN

MECANISMO EXACTO DE DETERMINACIÓN DE LA BASE DEL

IMPUESTO RELATIVO, SINO SÓLO EL VALOR APROXIMADO DEL

INMUEBLE OBJETO DE IMPOSICIÓN (LEGISLACIÓN VIGENTE EN

2008). Si bien es cierto que por virtud del principio de proporcionalidad

tributaria, previsto en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos, la imposición fiscal debe

acercarse, en la mayor medida posible, a la real capacidad contributiva

del sujeto pasivo, por medio de los elementos cuantitativos del tributo,

como la base imponible -entendida como la magnitud económica

que resulta de la medición o valoración del hecho imponible-,

también lo es que a mayor precisión en ellos, buscando casi una

exactitud, aumenta la complejidad para fijar un método único y general

que recoja esa capacidad contributiva. En congruencia con lo anterior,

se concluye que el artículo segundo del Decreto por el que se

reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones del Código

Financiero del Distrito Federal, publicado en la Gaceta Oficial de la

entidad el 27 de diciembre de 2007, no viola el citado principio

constitucional por el hecho de no establecer un mecanismo exacto de

determinación de la base, y sólo tomar en cuenta el valor aproximado

del bien objeto de imposición, pues dicha norma no se refiere a un

inmueble en específico, sino que busca abarcar a aquellos que

comparten características comunes, sin que por ello se trate de una

base ficticia.

TASA O TARIFA.

Época: Novena Época

Registro: 167414

Instancia: Pleno

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XXIX, Abril de 2009

Materia(s): Constitucional, Administrativa

Tesis: P./J. 6/2009

Página: 1130

PROPORCIONALIDAD TRIBUTARIA. SU ANÁLISIS EN RELACIÓN

CON LA TASA DE LOS IMPUESTOS INDIRECTOS. El análisis de la

proporcionalidad tributaria prevista en el artículo 31, fracción IV, de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, una vez

determinada la naturaleza de la contribución, debe hacerse en función

de sus elementos cuantitativos como la tasa imponible, cuya elección

por parte del legislador ordinario no puede quedar al margen de

regularidad constitucional, aunque se trate de impuestos indirectos en

los que se repercute la carga fiscal y dependen de la absorción del

mercado, ya que el monto de la tasa impositiva no puede llegar al

extremo de impedir el ejercicio de las libertades humanas, de los

diferentes bienes que permiten desarrollarse, o poner en riesgo la

eficacia de un principio o postulado de la propia Constitución, es decir,

el porcentaje, cifra o coeficiente que se aplicará a la base

imponible no debe ir más allá de los límites constitucional y

razonablemente permitidos. Además, el tipo de tasa debe ser

coherente con la naturaleza del tributo, pues su idoneidad a la clase

de contribución es un elemento toral para establecer si con ello se

vulnera o no el principio de proporcionalidad tributaria, pues lo

contrario implicaría validar el tipo de tasa elegida aunque sea

incorrecta por alejarse de aquella naturaleza.

ÉPOCA DE PAGO.

Época: Décima Época

Registro: 2004454

Instancia: Primera Sala

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Libro XXIV, Septiembre de 2013, Tomo 1

Materia(s): Constitucional

Tesis: 1a. CCLIV/2013 (10a.)

Página: 973

DEPÓSITOS EN EFECTIVO. EL ARTÍCULO 4, FRACCIÓN II, DE LA

LEY DEL IMPUESTO RELATIVO, AL PREVER EL TIEMPO Y LA

FORMA EN QUE LAS INSTITUCIONES DEL SISTEMA FINANCIERO

DEBEN ENTERAR DICHO TRIBUTO, NO VULNERA LOS

PRINCIPIOS DE LEGALIDAD TRIBUTARIA Y SEGURIDAD

JURÍDICA. Las cantidades que el Estado debe percibir por concepto

del tributo puede adquirirlas de dos formas: 1) directamente del

contribuyente; o 2) mediante la intervención de un tercero que percibe

los montos respectivos por parte del sujeto pasivo para entregarlos al

fisco. Así, en el primer caso, el contribuyente debe tener conocimiento

y certeza sobre la temporalidad que rige la oportunidad en el

cumplimiento de su obligación, esto es, conforme al elemento

esencial de la obligación tributaria denominado época de pago. En el

segundo, cuando interviene un agente recaudador, las cantidades que

corresponden al sujeto activo de la relación tributaria ya no son

debidas ni enteradas por el contribuyente, sino por ese tercero; de ahí

que quien requiere conocer los plazos para cumplir con su obligación

es el recaudador, pues ahora es él quien resulta vinculado a la entrega

de las cantidades obtenidas. En ese sentido, el artículo 4, fracción II,

de la Ley del Impuesto a los Depósitos en Efectivo, al prever que las

instituciones del sistema financiero deben enterar el tributo en el plazo

y en los términos que mediante reglas de carácter general establezca

la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, sin que dicho plazo

exceda de los tres días hábiles siguientes a aquel en que se recaude

el impuesto, no vulnera los principios de seguridad jurídica y legalidad

tributaria contenidos en los artículos 14, 16 y 31, fracción IV, de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos porque, por

una parte, dicha disposición legal permite al contribuyente conocer el

tiempo y la forma en que las contribuciones que le son recaudadas

serán enteradas a la autoridad hacendaria; y, por otra, porque la

amplitud o deficiencia en la regulación de ese elemento no le

perjudica, pues tal precepto no regula obligación alguna a su cargo, al

circunscribirse a una modalidad temporal que rige las condiciones de

cumplimiento de una obligación que corre a cargo de un tercero. En

todo caso, si por alguna razón el agente recaudador no obtiene

mensualmente las cantidades que debe cubrir el contribuyente por

concepto del impuesto a los depósitos en efectivo, este último puede

liberarse de la obligación tributaria en términos del artículo 6o. del

Código Fiscal de la Federación, en tanto establece una regla aplicable

supletoriamente (época de pago genérica), conforme a la cual, a falta

de disposición expresa, el pago debe hacerse mediante declaración

que se presentará ante las oficinas autorizadas a más tardar el día 17

del mes de calendario inmediato posterior al de terminación del

periodo de la retención o recaudación.

1. El hecho imponible1.1. Definición e importancia1.2. Teoría del hecho imponible de Jarach

1.2.1.La capacidad contributiva como causa última del hecho imponible

1.3. Elementos del hecho imponible1.3.1.Subjetivo1.3.2.Objetivo1.3.3.Temporal1.3.4.Espacial

"El hecho imponible".

En todo el sistema jurídico, las normas legales tienen una estructura compuesta por tres elementos: una hipótesis o presupuesto, un mandato y una sanción.

La hipótesis es un concepto, una entidad ideal.

En materia tributaria podría expresarse de esta manera:

La persona que celebre un contrato de compraventa…La persona que reciba una remuneración por su trabajo…--- La persona que fabrique cemento…--- La persona que perciba un dividendo de una sociedad.

Sáinz de Bujanda define el presupuesto como ‘el hecho, hipotéticamente previsto, en la norma, que genera, al realizarse, la obligación tributaria’ o como ‘el conjunto de circunstancias hipotéticamente previstas en la norma, cuya realización provoca el nacimiento de una obligación tributaria concreta’.

Al presupuesto o hecho imponible se refiere el Art. 6º del CFF cuando dispone que ‘las contribuciones se causan conforme se realizan las situaciones jurídicas o de hecho previstas en las leyes fiscales’.

Salta, pues, a la vista, que el hecho imponible es el punto de partida, obligado como dice Jarach, para el estudio de toda la relación tributaria.

El hecho imponible es la hipótesis establecida en la norma cuya realización (hecho generador) provoca el nacimiento de una obligación tributaria concreta.

El hecho imponible, en cuanto presupuesto o hipótesis normativa, es un todo inescindible. Sin embargo, posee varios aspectos. Es decir, puede ser estudiado desde varios puntos de vista, de los que resultan: a) aspecto legal; b) aspecto personal; c) aspecto material; d) aspecto temporal; e) aspecto espacial, y f) aspecto cuantitativo.

El aspecto legal. Consiste en que debe estar expresamente establecido por una norma jurídica que tenga el carácter de ley, tanto formal como materialmente.

El aspecto personal, o subjetivo, es la cualidad –inherente a la hipótesis de incidencia- que determina los sujetos de la obligación tributaria, que el hecho generador hará nacer.

El aspecto material u objetivo del hecho imponible está constituido por la descripción objetiva del hecho con abstracción de las circunstancias subjetivas y de las circunstancias de lugar y tiempo que lo enmarcan. Es el aspecto básico del hecho imponible al cual los demás aspectos se refieren y condicionan.

El aspecto temporal del hecho imponible ‘es la propiedad que éste tiene de designar (explícita o implícitamente) el momento en que debe reputarse consumado (acontecido o realizado) el hecho generador’.

El aspecto espacial es la indicación de circunstancias de lugar –contenida explícita o implícitamente en la hipótesis de incidencia- relevantes para la configuración del hecho generador.