Derechos Humanos Laborales en La OIT

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  • Capitulo 1:

    CONCEPTO Y FUNDAMENTO DE LOS DERECHOSHUMANOS LABORALES

    La consagracin de los derechos laborales en los tratados internacionales de derechoshumanos y en las constituciones nacionales ha sido un proceso permanente durante elsiglo XX. En el plano internacional se produce en dos mbitos: el universal y el regional.El primero se remonta a la constitucin de la Organizacin Internacional del Trabajo en1919 y la normativa internacional del trabajo producida en su seno, consolidndose conla Declaracin Universal de Derechos Humamos (1948) y los Pactos Internacionales de1966; y, el segundo, en los tratados regionales de derechos humanos que han incluido eltema laboral dentro de sus regulaciones. En el plano nacional, la Constitucin mexicana(1917) y la Constitucin de Weimar (1919) son los primeros textos constitucionales queelevan los derechos laborales a la pirmide normativa nacional, propuesta que es recogidaluego por la mayora de las constituciones del siglo XX. Con ello se consolida la ubicacinde los derechos laborales dentro del listado de los derechos humanos o de los derechosfundamentales1 .

    Sin embargo, esto no ha sido suficiente para evitar que los derechos laborales recibanfuertes crticas por su inclusin en el listado de los derechos humanos, porque supuesta-mente no cumplen con los rasgos de estos. Si bien sera sencillo sostener y por ello no

    1 Los trminos derechos humanos y derechos fundamentales son asumidos en el presente trabajo bajoel criterio que la doctrina suele entender en los primeros como los formulados en las declaraciones yconvenciones internacionales; mientras que los segundos como los derechos humanos positivados en lasconstituciones estatales (PREZ LUO 1999: 31). Sin embargo, se debe reconocer que algunos textosinternacionales, especialmente los provenientes de la Unin Europea, hacen uso del trmino derechosfundamentales para referirse al conjunto de derechos bsicos de las personas. Asimismo, en la Filosofadel Derecho existe un debate permanente por el uso de ambos trminos, pero esta materia desborda mitema de investigacin. En todo caso, una introduccin de este debate dentro de la filosofa jurdica espa-ola se puede encontrar en El discurso de los derechos de Mara del Carmen Barranco. Madrid, Edito-rial Dykinson, 1996.

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    menos cierto- que su inclusin desvirta cualquier tipo de reparo, me parece que estadefensa resulta frgil dentro de un debate terico, en razn de que el carcter contingen-te de los derechos recogidos en los instrumentos internacionales puede plantear unadebilidad en su formulacin. En otras palabras, no basta recurrir al instrumento interna-cional para sostener que los derechos laborales recogidos comparten la naturaleza jurdicade los derechos humanos, no es suficiente un ejercicio de identificacin normativa parajustificar el derecho laboral consagrado en el instrumento internacional. Se trata de un pro-blema que se ubica en la teora de la justicia y no dentro de la dogmtica jurdica internacio-nal. Los instrumentos internacionales recogen el consenso logrado por los Estados sobre elreconocimiento de los derechos laborales bsicos, pero no pueden responder a la preguntapor qu estos derechos laborales gozan de esa categora, ni por qu otros derechos laboralesno lo gozan, este tipo de anlisis escapa a su mbito de estudio. Se trata del problema de lafundamentacin de los derechos, es decir, formular buenas razones o argumentos consisten-tes que justifiquen la consagracin del derecho en el texto normativo.

    Al lado de este complejo problema, existe una proliferacin de trminos o denominacio-nes cuando se refieren al listado de derechos laborales recogidos en los instrumentosinternacionales de derechos humanos. As, tenemos trminos como derechos humanosfundamentales, derechos fundamentales en el trabajo o derechos sociales funda-mentales por mencionar tres de los ms recurrentes. Todos ellos provocan serias confu-siones por aludir a distintos aspectos en muchos casos, contradictorios- sobre los dere-chos laborales, a la vez que no resaltan las singularidades de los derechos laborales en elmbito de los derechos humanos. Se trata del problema del concepto de los derechos, esdecir, responder al para qu de los derechos.

    Por eso se propone en el presente captulo abordar tres temas que ayuden a dilucidarestos debates. En primer lugar, postular una categora jurdica lo suficientemente flexi-ble que incluya los rasgos singulares de los derechos laborales recogidos en los tratadosde derechos humanos. En segundo lugar, ofrecer razones que expliquen por qu estegrupo de derechos laborales se encuentran debidamente justificados para formar partede los derechos humanos. En tercer lugar, integrar el listado de derechos laborales queconforman esta categora jurdica con su concepto y su fundamentacin.

    Para enfrentar esta tarea se ha dividido el captulo en cuatro puntos. El primer puntoconsiste en establecer el listado de derechos laborales recogidos en la dogmtica jurdi-ca internacional de los derechos humanos. Se trata de una tarea simple pero valiosaporque seala el marco jurdico especfico de este grupo de derechos bsicos. En elsegundo punto se aborda la discusin sobre el concepto apropiado para nuestro objetode estudio. Aqu se evalan los distintos trminos usados por la teora jurdica en refe-rencia a los derechos laborales bsicos. Se finaliza este punto proponiendo un conceptoapropiado para nuestro tema de anlisis. El tercer punto enfrenta el complejo problemade la fundamentacin de los derechos, saliendo transitoriamente de los parmetros delDerecho Internacional Pblico para ubicarnos dentro de la Filosofa del Derecho. Conello se pretende dar luces a la conexin entre los valores fundamentales y la formulacinde los derechos bsicos; este esfuerzo termina fortaleciendo a los derechos laboralesfrente a las contingencias de la dogmtica jurdica. Finalmente, el ltimo punto enlaza ellistado de derechos con el concepto y su fundamentacin, examinando cada uno de losderechos en ese nuevo marco terico elaborado.

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    1. El listado de los derechos laborales en la dogmtica jurdica internacio-nal de los derechos humanos

    Los derechos laborales fueron recogidos en instrumentos internacionales mucho antesque fuesen consagrados en la Declaracin Universal de Derechos Humanos (1948), bas-ta recordar la fecunda y temprana labor de la Organizacin Internacional del Trabajo (enadelante, OIT) desde 1919 para evidenciar esto. Sin embargo, desde la DeclaracinUniversal y con los posteriores Pactos Internacionales de 1966 se produce un cambiocualitativo dentro de la dogmtica jurdica internacional, un grupo de derechos laboralesson incluidos dentro del listado de derechos humanos, elevndolos a la cspide de losderechos bsicos. As como se produce este reconocimiento normativo, tambin se ini-cia el cuestionamiento sobre su adopcin, en especial sobre el supuesto exceso en ellistado de derechos laborales consagrados como derechos humanos.

    Parece apropiado iniciar este anlisis sealando cules son los derechos laborales reco-gidos en los instrumentos internacionales de derechos humanos. La dogmtica jurdicainternacional de los derechos humanos se divide entre los mbitos universal y regional.As los instrumentos internacionales del sistema universal son la Declaracin Universalde Derechos Humanos (en adelante, DUDH) y los Pactos Internacionales de 1966. Elmbito regional se divide en tres reas geogrficas que han regulado los derechos huma-nos: interamericano, europeo y africano. En el mbito regional americano tenemos: laCarta de la Organizacin de Estados Americanos (1948), la Declaracin Americana delos Derechos y Deberes del Hombre (1948), la Convencin Americana de DerechosHumanos (1969) y el Protocolo Adicional de San Salvador (1988)2 . En el mbito regio-nal europeo tenemos: el Estatuto del Consejo de Europa (1949), el Convenio Europeode los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales (1950) y sus diversos Protoco-los, la Carta Social Europea (1961) y sus Protocolos, adems de la Carta Social Europearevisada (1996)). En el mbito regional africano tenemos la Carta Africana de derechoshumanos y de los pueblos (1981)3 . Tambin debe destacarse que en el mbito de lospases rabes existen dos instrumentos internacionales la Declaracin rabe de los Dere-chos Humanos (1990) y la Carta rabe de los Derechos Humanos (1994). Sin embargo,

    2 Tambin se debe incluir en esta lista a la Carta Internacional Americana de las Garantas Sociales (1947),a pesar que se elabor con anterioridad a la constitucin del sistema interamericano de derechos humanos.

    3 Hay que resaltar las particularidades de los derechos humanos en frica. La Carta Africana se distinguede los dems sistemas internacionales de derechos humanos por enfatizar la interdependencia entre elindividuo y la comunidad y entre los derechos y los deberes, la conciliacin en detrimento de los procedi-mientos jurdicos y los derechos de los pueblos, colectivos o de solidaridad conforme a los valores cultu-rales y de civilizacin africanos. En definitiva, la Carta Africana se fundamenta en la bsqueda del equi-librio entre el individuo y el grupo, y crea una obligacin de solidaridad para cada individuo con respectoal grupo, segn los valores tradicionales africanos, es decir, establece una dialctica entre los derechos decada uno y sus deberes. Su principal propsito es reflejar las especificidades, las tradiciones y las condi-ciones africanas (KABUNDA 2000: 293). Sin embargo, este criterio se relativiza para el caso de losderechos laborales recogidos en el sistema africano. Los derechos laborales surgidos del mundo de trabajooccidental (que se ha expandido al resto del mundo) son definidos con una estructura jurdica en trminosindividuales. As, se entiende que los derechos laborales sean libertades individuales y no colectivas, einclusive los derechos colectivos del trabajo como la libertad sindical, la negociacin colectiva o la huelgason reconocidos como libertades individuales de ejercicio colectivo (SUPIOT 1996a: 164-165).

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    por no tener fuerza vinculante para los Estados, se ha decidido excluirlos de la investiga-cin.

    De esta manera, estos instrumentos internacionales nos permiten elaborar el listado dederechos laborales consagrados como derechos humanos, sin dejar de mencionar quetambin los derechos laborales son recogidos en otros tratados internacionales de dere-chos humanos, como los tratados de proteccin de personas y grupos vulnerables (laConvencin Internacional sobre la Eliminacin de todas las Formas de DiscriminacinRacial, la Declaracin de los Derechos del Nio, la Convencin sobre los Derechos delNio, la Convencin sobre Eliminacin de todas las Formas de Discriminacin contra laMujer, la Convencin Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violenciacontra la Mujer, la Convencin Americana para la Eliminacin de todas las Formas deDiscriminacin contra las personas con Discapacidad, la Convencin Internacional so-bre la Proteccin de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Fami-liares, etc,.), los tratados de integracin regional (el Tratado de la Unin Europea, elTratado del MERCOSUR, etc,.) y los instrumentos internacionales de la OrganizacinInternacional del Trabajo (su Constitucin y sus distintas Declaraciones) .

    En vez de transcribir cada uno de los derechos laborales recogidos en los instrumentosinternacionales de derechos humanos, he preferido reagrupar el listado de derechos la-borales siguiendo la clasificacin que la teora jurdica laboral desarrolla para losordenamientos nacionales: derechos individuales, derechos colectivos y derechos deprestacin social, identificando en cada uno de ellos el instrumento internacional dederechos humanos que lo recoge.

    Los derechos laborales de carcter individual del trabajo son: Libertad de trabajo4 , prohibicin de la esclavitud y de la servidumbre5 , y pro-

    hibicin del trabajo forzoso u obligatorio6 .

    4 La libertad de trabajo se encuentra recogida en el artculo 23.1 de la Declaracin Universal de DerechosHumanos (DUDH); el artculo 6.1 del Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales(en adelante, PIDESC); el artculo XIV de la Declaracin Americana de los Derechos y Deberes del Hom-bre (en adelante, DADH); el artculo 6.1 del Protocolo Adicional de San Salvador (en adelante, PS); elartculo 1.2 de la Carta Social Europea (en adelante, CSE); el artculo 5.e.i) de la Convencin Internacio-nal para la Eliminacin de todas las formas de Discriminacin Racial (en adelante, CIEDR); el artculo11.1.c) de la Convencin Internacional sobre la Eliminacin de todas las formas de Discriminacin contrala Mujer (en adelante, CIEDM); los artculos 52 y 53 de la Convencin Internacional sobre la Proteccinde los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares (en adelante, CIPDTM).

    5 La prohibicin de la esclavitud y de la servidumbre se encuentra recogida en el artculo 4 de la DUDH; elartculo 8.1 y 2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos (en adelante, PIDCP); el artculo4.1 del Convenio Europeo de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales (en adelante, CEDH); elartculo 6.1 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos (en adelante, CADH); el artculo 5 dela Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (en adelante, CAfDH); el artculo 11.1 delCIPDTM.

    6 La prohibicin del trabajo forzoso u obligatorio se encuentra recogido en el artculo 8.3 del PIDCP; elartculo 4.2 y 3 de la CEDH; el artculo 1.2 de la CSE; el artculo 6. 2 y 3 de la CADH; el artculo 11.2, 3y 4 del CIPDTM.

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    Derecho al trabajo7 , proteccin contra el desempleo8 , y proteccin contra eldespido9 .

    Prohibicin de todo tipo de discriminacin en materia de empleo y ocupacin10 ,la igualdad de remuneracin por un trabajo de igual valor11 y la prohibicin dela discriminacin de personas con responsabilidades familiares12 .

    Seguridad e higiene en el trabajo13 . Derecho a condiciones justas, equitativas y satisfactorias de trabajo14 : jornada

    mxima de trabajo15 , descanso semanal remunerado16 , descanso remuneradoen feriados17 , y vacaciones peridicas pagadas18 .

    Derecho a una remuneracin satisfactoria y equitativa: remuneracin mnima19 . Derecho a la promocin en el empleo20 y a la formacin profesional21 .

    7 El derecho al trabajo se encuentra recogido en el artculo 23.1 de la DUDH; el artculo 6 del PIDESC; elartculo XIV de la DADH; el artculo 6 del PS; el artculo 1 de la CSE; el artculo 15 de la CAfDH; elartculo 5.e.i) de la CIEDR; el artculo 11.1.a) de la CIEDM.

    8 La proteccin contra el desempleo se encuentra recogida en el artculo 23.1 de la DUDH; el artculo 6.2del PIDESC; el artculo 6.2 del PS; el artculo 1.1 de la CSE; el artculo 5.e.i) de la CIEDR.

    9 La proteccin contra el despido se encuentra recogida en el artculo 7.d) del PS; el artculo 24 de la CartaSocial Europea revisada de 1996 (en adelante, CSEr); el artculo 11.1.c) y 2.a) de la CIEDM; el artculo54.1.a) del CIPDTM.

    10 La prohibicin de todo tipo de discriminacin se encuentra recogida en los artculos 2 y 7 de la DUDH;los artculos 2 y 26 del PIDCP; los artculos 2.2 y 3 del PIDESC; el artculo II de la DADH; los artculos 1y 24 de la CADH; el artculo 3 del PS; los artculos 1 y 14 del CEDH; el artculo 1.2 de la CSE y el artculo1 del Protocolo Adicional de la CSE de 1988; los artculos 20 y E de la CSEr; los artculos 2 y 3 de laCAfDH; el artculo 5 de la CIEDR; el artculo 11.1.b) de la CIEDM; el artculo 25 del CIPDTM.

    11 El derecho a la igualdad de remuneracin se encuentra recogido en el artculo 23.2 de la DUDH; elartculo 7.a.i) del PIDESC; el artculo 7.a) del PS; el artculo 4.3 de la CSE; el artculo 15 de la CAfDH; elartculo 5.e.i) de la CIEDR; el artculo 11.1.d) de la CIEDM.

    12 La prohibicin a la discriminacin de las personas con responsabilidades familiares se encuentra reco-gida en el artculo 27 de la CSEr.

    13 El derecho a la seguridad e higiene en el trabajo se encuentra recogido en el artculo 7.b) del PIDESC; elartculo 7.e) del PS; el artculo 3 de la CSE; el artculo 11.1.f) de la CIEDM; el artculo 25.1.a) del CIPDTM.

    14 El derecho a condiciones justas, equitativas y satisfactorias de trabajo se encuentra recogido en el artcu-lo 23.1 de la DUDH; el artculo 7 del PIDESC; el artculo 7 del PS; el artculo 2 de la CSE; el artculo 15de la CAA; el artculo 5.e.i) de la CIEDR; el artculo 32.2.b) de la Convencin de los Derechos del Nio(en adelante, CIDN); el artculo 25 del CIPDTM.

    15 El derecho a la limitacin de la jornada mxima de trabajo se encuentra recogido en el artculo 24 de laDUDH; el artculo 7.d) del PIDESC; el artculo 7.g) del PS; el artculo 2.1 de la CSE; el artculo 25.1.a)del CIPDTM.

    16 El derecho al descanso semanal remunerado se encuentra recogido en el artculo 24 de la DUDH; elartculo 7.d) del PIDESC; el artculo XV de la DADH; el artculo 7.h) del PS; el artculo 2.5 de la CSE; elartculo 25.1.a) del CIPDTM.

    17 El derecho al descanso remunerado en feriados se encuentra recogido en el artculo 7.d) del PIDESC; elartculo 7.h) del PS; el artculo 2.2 de la CSE.

    18 El derecho a vacaciones pagadas se encuentra recogido en el artculo 24 de la DUDH; el artculo 7.d) delPIDESC; el artculo 7.h) del PS; el artculo 2.3 de la CSE; el artculo 11.1.e) de la CIEDM; el artculo25.1.a) del CIPDTM.

    19 El derecho a una remuneracin mnima se encuentra recogido en el artculo 23.3 de la DUDH; el artculo7.a.ii) del PIDESC; el artculo 7.a) del PS; el artculo 4.1 de la CSE; el artculo 5.e.i) de la CIEDR...

    20 El derecho a la promocin en el empleo se encuentra recogido en el artculo 7.c) del PIDESC; el artculo7.c) del PS; el artculo 1.d) del Protocolo Adicional de la CSE de 1988; el artculo 11.1.c) de la CIEDM.

    21 El derecho a la formacin profesional se encuentra recogido en el artculo 6.2 del PIDESC; el artculo 6.2del PS; los artculos 1.4, 10 y 15 de la CSE; el artculo 1.b) del Protocolo Adicional de la CSE de 1988.

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    Derecho a la informacin y a la consulta en el seno de la empresa22 , y el derechoa la informacin y a la consulta en los procedimientos de despido colectivo23 .

    Derecho a la tutela de los crditos en caso de insolvencia de sus empleadores24 .

    Los derechos laborales colectivos son: Libertad de asociacin o Libertad sindical25 : derecho de sindicacin y al ejerci-

    cio de la actividad sindical, y el derecho a la proteccin de los representantesde los trabajadores y facilidades para el ejercicio de sus funciones26

    Negociacin Colectiva27 . Huelga28

    Los derechos de proteccin social: Seguridad social29 , que incluye la asistencia mdica, las prestaciones moneta-

    rias o seguros de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros ca-sos, las prestaciones por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales,las prestaciones de maternidad, etc,.

    Proteccin especial a los menores de edad30 , a las mujeres trabajadoras31 , a lostrabajadores migrantes32 y a los minusvlidos33 .

    22 El derecho a la informacin y a la consulta en el seno de la empresa se encuentra recogido en el artculo2 del Protocolo Adicional de la CSE de 1988 y el artculo 21 de la CSEr.

    23 El derecho a la informacin y a la consulta en los procedimientos de despido colectivo se encuentrarecogido en el artculo 29 de la CSEr.

    24 El derecho a la tutela de los crditos en caso de insolvencia de sus empleadores se encuentra recogido enel artculo 25 de la CSEr.

    25 La libertad sindical se encuentra recogida en el artculo 20 de la DUDH; el artculo 22.2 del PIDCP; elartculo 8 del PIDESC; el artculo XXII de la DADH; el artculo 16.1 de la CADH; el artculo 8.1.a) delPS; el artculo 11.1 del CEDH; el artculo 5 de la CSE; el artculo 10 de la CAfDH; el artculo 5.e.i) de laCIEDR; el artculo 15 de la CIDN; los artculos 26 y 40 del CIPDTM.

    26 El derecho a la proteccin de los representantes de los trabajadores contra actos que puedan causarlesun perjuicio y de contar con las facilidades adecuadas para desempear sus funciones se encuentrarecogido en el artculo 28 de la CSEr.

    27 El derecho a la negociacin colectiva se encuentra recogido en el artculo 6 de la CSE y ampliada en elartculo 22 de la CSEr.

    28 El derecho a la huelga se encuentra recogido en el artculo 8.d) del PIDESC; el artculo 8.1.b) del PS; elartculo 6.4 de la CSE.

    29 El derecho a la seguridad social se encuentra recogido en los artculos 22 y 25.1 de la DUDH; el artculo9 del PIDESC; el artculo XVI de la DADH; los artculos 9 y 10.2.d) del PS; el artculo 12 de la CSE; elartculo 11.1.e) de la CIEDM; el artculo 26 de la CIDN; los artculos 27 y 54.1.b) del CIPDTM.

    30 Los derechos de proteccin al menor de edad se encuentran recogidos en el artculo 24 del PIDCP; losartculos 7.f) y 10.3 del PIDESC; el artculo VII de la DADH; el artculo 19 de la CADH; el artculo 16 delPS; el artculo 7 de la CSE; los artculos 19, 32, 34, 35 y 36 de la CIDN.

    31 Los derechos a la proteccin de la mujer trabajadora se encuentran recogidos en el artculo 10.2 delPIDESC; el artculo VII de la DA; el artculo 9.2 del PS; el artculo 8 de la CSE; el artculo 11 de laCIEDM.

    32 Los derechos de proteccin a los trabajadores migrantes se encuentran recogidos en el artculo 19 de laCSE; los artculos 7 al 63 del CIPDTM.

    33 Los derechos de proteccin a los trabajadores minusvlidos se encuentran recogidos en el artculo 18.a)del PS; el artculo 15 de la CSE.

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    Con esta reagrupacin tenemos un panorama ms sistematizado de los derechos labora-les bsicos, tanto para establecer sus lmites, como para diferenciarlos de los demsderechos laborales no recogidos como derechos humanos.

    La primera caracterstica que surge del repaso sobre el listado de derechos laboralesrecogidos en los instrumentos internacionales de derechos humanos es su amplitud. Enmuchos casos, los derechos laborales son consagrados con menciones especficas sobresu mbito normativo. Asimismo, se establecen una serie de obligaciones estatales para laimplementacin de medidas que aseguren el cumplimiento del derecho.

    Es importante resaltar que el listado elaborado parte de tres premisas: 1) No se estableceun distingo entre las normas dispositivas y las normas obligatorias conforme se ubique elderecho laboral en un instrumento declarativo o un instrumento obligatorio internacio-nal. Mi inters es identificar el derecho laboral dentro del instrumento internacional, sindiferenciar si se encuentra recogido en una Declaracin o en un tratado sujeto a ratifica-cin o adhesin. 2) Tampoco distingue si el derecho laboral se encuentra recogido en uninstrumento internacional universal o regional, basta que el derecho sea consagrado enun instrumento internacional de derechos humanos para ubicarlo dentro de la categora.3) El listado solo est conformado por derechos y no por las medidas, o programas queel Estado debe implementar conforme al instrumento internacional.

    Si bien las premisas pueden resultar excesivamente flexibles porque no valoran cualida-des sustanciales de la dogmtica jurdica internacional, se debe reiterar que el listado notiene mayor pretensin jurdica que sealar cules son los derechos laborales recogidosen instrumentos internacionales de derechos humanos, sin establecer ninguna conse-cuencia jurdica ms all de esa mencin. Posteriormente, se introduce en mi anlisisestos aspectos sustanciales del Derecho internacional que merecen estudiarse.

    2. El concepto de los derechos humanos laborales

    Los derechos laborales forman parte del listado de derechos humanos desde la propiaDeclaracin Universal de 1948, luego reforzados por los Pactos Internacionales de 1966y en los distintos tratados regionales de derechos humanos. A ello, debe agregarse laimportante labor que cumplen las normas internacionales del trabajo de la OIT. Sinembargo, hay una disparidad de denominaciones que se mencionan en los instrumentosinternacionales y en la doctrina para sealar a este grupo de derechos laborales, lo queconduce a confusiones. Desde si esas distintas denominaciones se usan como sinnimoso si en realidad existen diferencias conceptuales entre cada una de ellas34 .

    34 En el caso de las distintas denominaciones con las que se aluden a los derechos humanos en general, elprofesor Theodore MERON resalta que aparentemente seran trminos intercambiables: Examinando laCarta de Naciones Unidas (Prembulo, Artculos 1 (3), 13 (b), 55 (c), 62 (2), 76 (c)), la DeclaracinUniversal de Derechos Humanos (Prembulo, Artculos 2 (1), 29 (2) y 30), el Pacto Internacional deDerechos Civiles y Polticos (Artculos 2 (1), 3, 5 (1), 5 (2)), el Convenio para la eliminacin de todas lasformas de discriminacin racial (Prembulo, Artculo 1 (1)), y el Convenio contra la eliminacin de todaslas formas de discriminacin contra la mujer (Prembulo, Artculos 1 y 3), revelan que los trminos

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    A modo de ejemplo, se mencionan las que suelen ser ms comunes en el Derecho Inter-nacional del Trabajo: derechos humanos fundamentales, derechos fundamentales enel trabajo, derechos humanos de los trabajadores, derechos sociales fundamenta-les, derechos humanos laborales; todas ellas aludiendo a los derechos laborales reco-gidos en las normas internacionales. Pretendo aqu hacer un anlisis con detenimiento encada una de ellas, en la bsqueda de establecer cul me parece la ms apropiada paranuestra investigacin. Es decir, la denominacin ms adecuada para referirse al conjuntoespecfico de derechos laborales recogidos en la dogmtica jurdica internacional de losderechos humanos.

    El primer trmino analizado son los derechos humanos fundamentales. En el DerechoInternacional del Trabajo, los derechos humanos fundamentales son los derechos civi-les que se materializan en el mundo del trabajo35 . As, la libertad individual se traduce enla libertad de trabajo; el derecho a la igualdad ante la ley se traduce en la prohibicin atodo tipo de discriminacin; y la libertad de asociacin se traduce en la libertad sindical.Se tratara de los tres nicos derechos laborales que cumplen con trasladar los derechosciviles al mundo del trabajo.

    El trmino fue adoptado a principios de los sesenta dentro de la OIT antes de la aproba-cin de los Pactos Internacionales de 1966 de Naciones Unidas-, refirindose exclusiva-mente a los tres derechos laborales: la prohibicin del trabajo forzoso, la prohibicin dela discriminacin en el empleo y la libertad sindical. Para el organismo internacional, lostres derechos laborales requieren ser priorizados dentro de las labores institucionalespor ser materias fundamentales. Esto qued establecido en los Informes Ventejol36 ydesde all se convierten en un referente para el Derecho Internacional del Trabajo. Parael profesor VALTICOS, los derechos humanos fundamentales constituyen la proteccinde determinados valores fundamentales de la libertad y de igualdad, asegurando el bien-estar material y la dignidad personal de los trabajadores (VALTICOS 1977: 239). Poste-riormente, el trmino pierde relevancia dentro de la OIT al adoptarse la Declaracin de1998, que incluye un nuevo trmino derechos fundamentales en el trabajo, sustituyn-dolo como referencia conceptual.

    derechos humanos, libertades, derechos humanos fundamentales, libertades fundamentales, dere-chos y libertades, y ms comnmente derechos humanos y libertades fundamentales aparecen, en gene-ral, para ser usados de manera intercambiable. Esta prctica sugiere que all no hay sustanciales diferen-cias entre esos trminos. En esos instrumentos por lo menos, derechos humanos no es inferior a derechosy libertades fundamentales. Ellos son lo mismo (la traduccin es ma) (MERON 1986: 178).

    35 En el Derecho Internacional, el trmino derechos humanos fundamentales suele ser usado para identifi-car a un grupo especfico de derechos humanos que son inderogables (VAN BOVEN 1984a: 85). En elpresente captulo reduzco el anlisis del trmino al mbito del Derecho Internacional del Trabajo. Poste-riormente, se analiza el sentido que el internacionalista VAN BOVEN y otros autores conceden a estetrmino.

    36 Los Informes Ventejol son dos documentos internos de la OIT de los aos 1979 y 1987 respectivamente,que clasifican las normas internacionales del trabajo en categoras, sealando como la ms importante: losderechos humanos fundamentales, en donde se ubican los convenios y las recomendaciones de las men-cionadas materias (la libertad sindical, el trabajo forzoso y la discriminacin). Posteriormente, analizocon ms profundidad los Informes Ventejol.

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    Existen dificultades para adoptarlo como el trmino apropiado que designa a nuestrosderechos laborales bsicos. En primer lugar, los derechos humanos fundamentales serefieren solo a tres de los derechos laborales de nuestro listado, por lo que excluye a lamayora de los derechos recogidos en los tratados internacionales de los derechos huma-nos. Sera errneo utilizar una denominacin que alude solo a un fragmento de un todocomo si se refiriese a la totalidad. En segundo lugar, desde el propio trmino se despren-de que entre los derechos humanos algunos son fundamentales, mientras que otros sien-do derechos humanos no son fundamentales. Esta interpretacin nos llevara a justificardistingos al interior de los derechos humanos, y eso escapa al inters por identificar ladenominacin apropiada para el listado de derechos laborales bsicos. En tercer lugar,aunque admitiramos que solo son derechos laborales fundamentales los que trasladanal mundo del trabajo los derechos civiles, no es correcto sostener que solo son los tresreseados. A modo de ejemplo, tenemos el derecho a la seguridad e higiene en el trabajoque tiene una vinculacin directa con el derecho a la vida y la proteccin de la integridadfsica de las personas, y no obstante, se encuentra excluido del trmino. En cuarto lugar,los derechos humanos fundamentales han perdido importancia dentro del DerechoInternacional del Trabajo desde la adopcin de la Declaracin de 1998, por lo que serainapropiado hacerle recobrar vitalidad desde parmetros conceptuales distintos.

    El segundo trmino son los derechos fundamentales en el trabajo. Tiene su origen enla Declaracin de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajoy su seguimiento (1998), que reemplaz dentro del organismo internacional al ya sea-lado derechos humanos fundamentales. La Declaracin de la OIT de 1998 recogecomo derechos fundamentales en el trabajo: la libertad sindical y el derecho de negocia-cin colectiva, la eliminacin del trabajo forzoso, la abolicin efectiva del trabajo infan-til y la eliminacin de la discriminacin en el empleo y ocupacin. Desde la adopcin dela Declaracin, esto ha representado un sustancial cambio para la OIT al declarar queestos cuatros derechos laborales son los fundamentales en el trabajo y no, como en elcaso de los derechos humanos fundamentales, que eran materias que deban priorizarsedentro de las tareas de la propia organizacin. Para alcanzar la universalizacin de losderechos fundamentales en el trabajo, la OIT busca que sus Estados Miembros ratifi-quen los convenios internacionales que desarrollan estas materias. El impacto interna-cional del trmino ha trascendido el espacio institucional de la OIT, y se ha convertidoen una referencia permanente en los documentos internacionales y los comentarios de ladoctrina jurdica. En comparacin con los derechos humanos fundamentales, el nuevotrmino agrega en su listado la abolicin efectiva del trabajo infantil como derecho fun-damental, adems de referirse expresamente al derecho de negociacin colectiva queanteriormente se le interpretaba dentro de la libertad sindical. Como puede analizarse, lanueva denominacin mantiene el criterio que vincula los derechos laborales con losderechos civiles.

    Al igual que con el anterior trmino, se mantienen mis objeciones respecto a los dere-chos fundamentales en el trabajo, por lo que no es necesario repetirlos. En todo caso, setrata de una denominacin especfica que menciona solo cuatro derechos laborales bsi-cos, dejando de lado al resto de derechos del listado. En mi opinin, este trmino puederesultar ms til como propuesta de un ncleo duro (core rights) dentro del listado de

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    derechos laborales recogidos en los instrumentos internacionales de derechos humanos,pero no para designar al listado completo de derechos. Adems, resultara confuso haceruso de un concepto que la OIT impulsa en su poltica institucional de universalizar laratificacin especfica de un determinado grupo de convenios internacionales con ladenominacin que corresponde al ntegro de los derechos laborales bsicos.

    El tercer trmino son los derechos humanos de los trabajadores. Es una denomina-cin que usan recurrentemente las ONGs de derechos humanos y las organizacionessindicales internacionales para referirse a los derechos laborales que son violados porlos Estados o las empresas. En los reportes anuales o informes especiales de AmnistaInternacional, Human Rights Watch, la Confederacin Internacional de Organiza-ciones Sindicales Libres (en adelante, CIOSL) y la Confederacin Mundial del Traba-jo (en adelante, CMT) se pueden encontrar menciones expresas a este trmino. De allque se entienda a los derechos humanos de los trabajadores como todos los derechoslaborales recogidos en instrumentos internacionales de derechos humanos en que sontitulares los trabajadores.

    A diferencia de los anteriores trminos, los derechos humanos de los trabajadores noestablecen diferencias ni distingos entre los derechos laborales recogidos en los tratadosde derechos humanos, pero su dificultad reside en que subraya la naturaleza protectora afavor de los trabajadores e inclusive se podra interpretar que alude solo a los trabajado-res por cuenta ajena. Sin embargo, el listado identificado de derechos laborales no sonexclusivamente diseados a favor de los trabajadores, tambin incluyen niveles de pro-teccin de otros sujetos. As, grupos de personas que no gozan de la condicin de traba-jadores son protegidos por los derechos laborales. A modo de ejemplo, podemos men-cionar a los propios empleadores que gozan de la libertad sindical; los desempleadoscon los subsidios, los trabajadores autnomos con la seguridad social; las viudas e hijosde los trabajadores fallecidos con pensiones, etc. Por ello, si bien el trmino derechoshumanos de los trabajadores es bastante descriptivo puede resultar excluyente para ellistado de derechos laborales consagrados en los tratados internacionales.

    El cuarto trmino estudiado son los derechos sociales fundamentales. Es un trminoque proviene de los instrumentos europeos en especial, los de la Unin Europea- parasealar al conjunto de derechos laborales recogidos en ellos. Tanto la Carta Social Euro-pea (1961) y sus Protocolos adicionales, la Carta Comunitaria de los derechos socialesfundamentales de los trabajadores (1989), el Tratado de la Unin Europea (1992), laCarta de los derechos fundamentales de la Unin Europea (2000), recogen un conjuntoimportante de derechos laborales que la doctrina jurdica identifica como derechossociales fundamentales, para diferenciarlo de los consagrados en los tratados universa-les, aunque compartan su finalidad37 . Bajo esta denominacin, Europa mantiene la tradi-

    37 La doctrina comunitaria ha entendido los derechos sociales fundamentales como una declaracin queexpresa los valores sociales y polticos (valeurs universalistes) comunes a las sociedades democrticaseuropeas. Dichos valores pueden ser expresados en trminos de derechos sociales fundamentales ode principios fundamentales (...). Son fundamentales en el sentido de que son manifiestos, claros eindiscutibles. Por esa razn deben distinguirse de las polticas sociales especficas que, por su propia

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    cin histrica que subraya el nacimiento de los derechos sociales con la conformacinde los derechos laborales.

    La dificultad de este trmino reside principalmente en tres objeciones. En primer lugar,es una denominacin desarrollada dentro del mbito europeo, con las particularidadespropias de la regin, que resulta difcil extrapolar a nivel mundial. En segundo lugar,dentro de los derechos sociales fundamentales se incluyen un conjunto de materiasque no son consideradas dentro del listado de derechos laborales bsicos reseados enlos instrumentos internacionales de derechos humanos. Por ejemplo, la libre circulacinde los trabajadores o la regulacin de los derechos de los trabajadores en casos de tras-misiones de empresas. Lo mencionado no debe interpretarse como un rechazo a queestas materias sean consideradas como fundamentales; simplemente queremos resaltarque son regulaciones que no han sido elevadas a la categora de derechos humanos anivel universal. En tercer lugar, la propia denominacin derechos sociales fundamenta-les resulta confuso porque se le vincula con los derechos sociales. Recordemos queestos son un conjunto de derechos que cubren un mbito ms amplio que los derechoslaborales positivados en los instrumentos internacionales. Basta recordar que derechosprestacionales como el derecho a la educacin, el derecho a la salud, o el derecho a lavivienda constituyen clsicos derechos sociales, y, sin embargo, son ajenos a mi preten-sin de identificar una denominacin conveniente para los derechos laborales recogidosen los instrumentos internacionales de derechos humanos.

    Finalmente, el quinto trmino examinado son los derechos humanos laborales. Es unadenominacin que viene adquiriendo preponderancia dentro del Derecho Internacional.As, organismos pblicos como organizaciones privadas se refieren con ese trmino alos derechos laborales consagrados como derechos humanos38 . La consolidacin deltrmino se produjo con el pronunciamiento de la Corte Interamericana de Derechos Hu-manos en su Opinin Consultiva OC-18/03 sobre la Condicin Jurdica y Derechos de losMigrantes Indocumentados, en la que se hace uso reiterado de la expresin derechoshumanos laborales (labor human rights) para referirse a los derechos laborales que gozanlos trabajadores por su condicin de tal con independencia de su nacionalidad39 . Con el

    naturaleza, estn condicionadas por el nivel de desarrollo socio-econmico de cada pas, regin o locali-dad en particular. Los derechos fundamentales son globales y permanentes y, como tales, deben ser dife-renciados de los objetivos a corto o medio plazo de la poltica social. Se aplican a cualquiera que vivalegalmente dentro de la Comunidad, no slo a los ciudadanos o a los trabajadores (BLANPAIN,HEPPLE, SCIARRA y WEISS 1995: 877). Puede verse tambin un anlisis del significado de los dere-chos laborales dentro de la Unin Europea en Derecho Social Europeo de Alfredo Montoya Melgar,Jess Galiana Moreno y Antonio Sempere Navarro. Madrid, Editorial Tecnos, 1994 y Una Aproximacinal Derecho Social Comunitario de Jess Cruz Villaln y Teresa Prez del Ro (Coordinadores). Madrid,Editorial Tecnos, 2000.

    38 Ejemplo de ello, son organismos pblicos norteamericanos que se organizan bajo esa denominacin, talescomo Department of Labor Human Rights Division (New Mexico). Igualmente, son definidores de supoltica gubernamental sobre la materia, ya sea en The U.S. Department of Statess Bureau of Democracy,Human Rights and Labor o documentos como Human Rights Policy White Paper of the Republic ofChina (Taiwn). Sin mencionar las diversas publicaciones de ONGs a nivel internacional.

    39 Vase la Opinin Consultiva OC-18/03 del 17 de septiembre de 2003 sobre la Condicin Jurdica yDerechos de los Migrantes Indocumentados de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

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    pronunciamiento de la Corte Interamericana se fusionan los derechos laborales con losderechos humanos en una categora especfica: los derechos humanos laborales.

    Es importante adoptar un trmino que resulte operativo para analizar los derechos labo-rales consagrados en los instrumentos internacionales de derechos humanos. Luego deexaminar los trminos ms usados dentro del mbito internacional, el presente estudio seinclina por la denominacin derechos humanos laborales. Los argumentos que meconducen a esa posicin son los siguientes. En primer lugar, no es un trmino nuevo oreciente dentro del escenario internacional. Ha sido usado por organismos pblicos uorganizaciones privadas con anterioridad, refirindose a este especfico grupo de dere-chos laborales. Esto permite que el trmino no resulte extrao o ajeno a la doctrinainternacional. En segundo lugar, es una denominacin que se usa indistintamente en losidiomas internacionales como equivalentes: derechos humanos laborales (castellano),labor human rights (ingls) o droits humains de travail (francs). Eso facilita que sucomprensin sea similar entre ellos y reduce o elimina las confusiones conceptuales. Entercer lugar, la expresin derechos humanos laborales ha sido recogida por la Juris-prudencia Internacional para referirse a los derechos laborales reconocidos en los instru-mentos internacionales de derechos humanos. El pronunciamiento de la CorteInteramericana marca una pauta importante en ello. En cuarto lugar, en trminos acad-micos, los derechos humanos laborales resulta una expresin funcional, en razn deque es lo suficiente amplio y descriptivo para incluir el listado completo de este grupo dederechos, sin negar la posibilidad que al interior del concepto podamos establecerdistingos, categoras e inclusive jerarquas40 . Esto permite superar las deficiencias de lasotras expresiones estudiadas y poder usarlo como genrico. Finalmente, en quinto lugar,los derechos humanos laborales expresan en su propia denominacin la titularidaduniversal de los derechos, sin establecer ningn tipo de restriccin o distingo. Es unavirtud de la que no gozan otros trminos como los derechos fundamentales, en que ladoctrina jurdica suele vincularlo a los ciudadanos como titulares de sus derechos. Ade-ms, refleja que la titularidad tampoco se restringe a los trabajadores por cuenta ajena.

    Al haber seleccionado el trmino derechos humanos laborales para referirme a losderechos laborales recogidos en los instrumentos internacionales de derechos humanos,el siguiente paso es dotarlo de contenido para elevarlo a la categora de concepto. Sinembargo, dicho contenido no puede ir ms all del plano formal dado que nos ubicamosdentro de una descripcin del listado de derechos. Posteriormente, agregar un conteni-do material al concepto en tanto establezca una correcta fundamentacin de estos dere-chos. Bajo esta lnea argumental planteo el siguiente concepto formal: Los derechoshumanos laborales son todos aquellos derechos en materia laboral consagrados eninstrumentos internacionales de derechos humanos que reconocen universalmente comotitular a la persona.

    En este concepto se destacan tres elementos. En primer lugar, se trata de una definicinformal que no establece cules son los derechos, simplemente se vincula la consagracin

    40 Este es un tema que plantear posteriormente, cuando estudiemos las referencias a un supuesto ncleoduro de los derechos humanos laborales.

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    de los derechos laborales en los instrumentos internacionales de derechos humanos. Ensegundo lugar, la definicin del listado de derechos le corresponde a los instrumentos dederechos humanos que los estatuyen dentro del ordenamiento internacional. En tercerlugar, la titularidad de los derechos humanos laborales corresponde a todos los sereshumanos con independencia de su nacionalidad; as se establece con ello una universa-lidad en la titularidad.

    3. La fundamentacin de los derechos humanos laborales

    La fundamentacin de los derechos humanos laborales es proporcionar o formular argu-mentos consistentes que justifiquen la existencia o el reconocimiento de este grupo dederechos. Es decir, dar respuesta parafraseando al profesor PECES-BARBA- al porqu de los derechos humanos laborales41 . Dar argumentos consistentes, no solo desde elDerecho positivo en el que basta sealar el listado de derechos recogidos en el ordena-miento jurdico, sino tambin desde la teora de la justicia en la que las razones son lasque justifican su legitimidad42 . Por ello no basta, desde mi punto de vista, argumentarque la sola consagracin de los derechos en un texto normativo es suficiente para contarcon una slida justificacin.

    Sin embargo, un sector de la doctrina sostiene que el tema de la fundamentacin de losderechos humanos carece de inters desde la adopcin de la DUDH. Un ejemplo de elloes la tesis de BOBBIO. Para el jurista italiano, el problema del fundamento de underecho se presenta de forma diferente segn se trate de buscar el fundamento de underecho que se tiene o de un derecho que se debera tener. En el primer caso buscar enel ordenamiento jurdico positivo, del cual forma parte como titular de derechos y debe-res, si existe una norma vlida que lo reconozca y cul es sta; en el segundo casobuscar buenas razones para sostener su legitimidad y para convencer a la mayor canti-dad de personas posible, especialmente a los que detentan el poder directo o indirecto deproducir normas vlidas en aquel ordenamiento, de la necesidad de reconocerlo(BOBBIO 1991: 53-54). Bajo estas premisas, BOBBIO sostiene que con la aprobacinde la DUDH ha perdido importancia el problema de la fundamentacin de los derechoshumanos, porque el consenso de los pases es la mejor prueba de su existencia y lorelevante es asegurar su cumplimiento43 .

    41 El profesor PECES-BARBA, al proponernos su teora dualista de los derechos humanos, establece que elfundamento responde al por qu de los derechos humanos y se sita principalmente en (...) la pretensinmoral justificada (PECES-BARBA y otros 1999: 102).

    42 Siguiendo a RODRGUEZ-TOUBES, fundamentar los derechos humanos significa ofrecer razones queexpliquen su existencia. El fundamento pregunta por aquello en lo que lo fundamentado basa su existen-cia. Esto puede ser interpretado de dos modos: a) cuando la existencia es incuestionada, se pregunta elporqu de la misma; b) cuando la existencia es discutida, se pregunta por qu afirmarla. (...) Me estoyrefiriendo deliberadamente a la existencia de los derechos humanos porque ste es el modo caractersticode plantear respecto a ellos la cuestin de validez, pero debe tenerse presente que la discusin sobre sufundamento no versa sobre la existencia real de un estado de cosas, sino sobre su aceptabilidad en el senode un sistema normativo. Fundamentar los derechos humanos es dar razones a favor de su reconocimientoy respeto (RODRGUEZ-TOUBES 1995: 81-82).

    43 Por primera vez en estos decenios la mayor parte de los gobiernos existentes han proclamado de comnacuerdo una Declaracin Universal de Derechos del Hombre. Por consiguiente, despus de esta Declaracin

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    En efecto, la DUDH es la prueba material del reconocimiento internacional de los dere-chos humanos. Mas an, desde un positivismo ideolgico, el reconocimiento por elordenamiento jurdico es el nico argumento idneo para su fundamentacin44 . Sin em-bargo, no podemos ceir la fundamentacin de los derechos humanos a un ejercicio deidentificacin normativa, es decir, establecer si un derecho se encuentra consagrado enun texto normativo es razn suficiente para asegurar su justificacin. Ya el propio BOBBIOreconoce que exigencias morales con pretensin normativa requieren de buenas razonespara justificar su aspiracin a ser recogidas en el Derecho positivo. Esas buenas razoneso argumentos consistentes no desaparecen cuando la exigencia moral se transforma enderecho; por el contrario, lo refuerzan frente a la contingencia de la vigencia del textonormativo. En otras palabras, cada derecho humano goza de un sustrato tico que leotorga solidez ante la contingencia fctica de su positivacin, y esto cobra mayor impor-tancia en un contexto de crtica a la formulacin de derechos humanos

    All reside la debilidad de la fundamentacin positivista, pues plantea un nico argumentoque soslaya la contingencia que se produce en el reconocimiento de un derecho por elordenamiento y, adems, subsume la legitimidad dentro de la legalidad45 . Parecen no exis-tir buenas razones que justifiquen la transformacin de una exigencia moral en derecho o,en todo caso, que esos argumentos carecen de importancia para la existencia del derecho46 .

    el problema de los fundamentos ha perdido gran parte de su inters. Si la mayor parte de los gobiernosexistentes estn de acuerdo en una declaracin comn, es signo de que han encontrado buenas razonespara hacerlo. Por eso, ahora no se trata tanto de buscar otras razones, o sin ms, como querran losiusnaturalistas resucitados, la razn de las razones, sino de poner las soluciones para una ms amplia yescrupulosa realizacin de los derechos proclamados (BOBBIO 1991: 61).

    44 Podemos hablar de reduccionismo positivista terico o propio cuando se sostiene que los derechos sloexisten por su creacin en el Derecho positivo, y es el opuesto al iusnaturalista. O no se toman en conside-racin, o no se valoran las dimensiones ticas previas que sirven para formar la idea de derechos humanos.Estos no son slo expresin del soberano, de la voluntad general, y reflejan en nuestro campo la filosofageneral del positivismo ideolgico (PECES-BARBA y otros 1999: 55).

    45 HABERMAS ha estudiado desde sus primeros trabajos filosficos los problemas que existen en reducir lalegitimidad en la legalidad. Para la concepcin del poder racional, esta alternativa significa que, en elprimer caso, un poder social ser considerado legtimo cuando se cumplen por lo menos dos condiciones: a)el ordenamiento normativo debe estatuirse positivamente, y b) los sujetos de derecho tienen que creer en sulegalidad, es decir, en la correccin formal de los procedimientos de creacin y aplicacin del derecho. Lacreencia en la legitimidad se reduce a la creencia en la legalidad: basta invocar la legalidad con la que seadopt una decisin. En el caso del carcter veritativo de la creencia en la legitimidad, en modo alguno basta,como fcilmente se advierte, aducir que el Estado tiene el monopolio de la creacin y la aplicacin delderecho de acuerdo con un sistema de reglas racionales sancionadas. Un procedimiento, como tal, no puedeproducir legitimacin; ms bien, la sancin misma necesita ser legitimada. Debe cumplirse entonces otracondicin, por lo menos, si es que el poder legal ha de considerarse legtimo: debe aducir razones para lavirtud legitimante de ese procedimiento formal, por ejemplo, afirmando que la competencia del procedi-miento reside en una autoridad estatal formada constitucionalmente (HABERMAS 1975: 120).

    46 Afirmar que el obstculo principal que hay que superar hoy ya no es el de la justificacin de los derechos,sino ms bien el de su proteccin, significa ignorar que el problema poltico no puede separarse delfilosfico. Esta es la objecin que tambin podra hacerse a los internacionalistas, quienes generalmenteestn muy preocupados por la tutela de los derechos humanos, y, sin embargo, no muestran mucho intersen indagar su concepto y fundamento. Dicha actitud puede llevar a perder la visin completa del fenme-no jurdico que nos ocupa, lo cual es un riesgo anlogo al que corren los filsofos, cuando se centranexclusivamente en el derecho interno y desconfan de las potencialidades del Derecho internacional(MOLA 1995:.256).

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    Entiendo que el origen de esta debilidad reside en exigir a la dogmtica jurdica respues-tas que no puede abordar. Recordemos que la teora de la justicia responde a la preguntapor qu son derechos humanos mbito en el que se ubica la fundamentacin-, mientrasque la dogmtica jurdica responde a la pregunta cules son los derechos humanos. Setrata de dos reas jurdicas distintas que se suelen obviar cuando se discute este tipo dematerias. Eso explica porque la fundamentacin positivista resulta insuficiente para for-mular una slida justificacin de los derechos47 .

    Al lado de esto, merece destacarse que si enfrentamos un debate sobre la inclusin deuna exigencia moral o la exclusin de un derecho dentro del listado de los derechoshumanos laborales, la dogmtica jurdica no puede ni afirmar ni negar su inclusin oexclusin, porque su anlisis se reduce a las consecuencias derivadas del acto normati-vo, es decir, si se encuentra recogido dentro del ordenamiento.

    Bajo estos razonamientos es que postulo una fundamentacin de los derechos humanoslaborales que signifique ofrecer razones que justifiquen su existencia o su reconocimien-to dentro del ordenamiento. Esta fundamentacin vincula el contenido del derecho conel sustrato tico que subyace dentro de l.

    La propuesta del presente estudio reside en que para fundamentar los derechos humanoslaborales conforme a los parmetros descritos, los argumentos que los justifican debensuperar lo que HABERMAS denomina la prueba del principio de universalizacin, loque permitira considerarlos como vlidos48 . Esto supone previamente exponer en quconsiste el principio, las condiciones para superar la prueba, y las ventajas de someterlos argumentos a esa prueba. A modo de ejemplo, el principio de universalizacinhabermasiano sirve de puente entre lo descriptivo y lo prescriptivo, lo que resulta impor-tante si recurrimos en nuestra fundamentacin a criterios fcticos -como las necesida-des-. Este planteamiento conduce a seguir los siguientes pasos. En primer lugar, abordarel tema del principio de universalizacin habermasiano. En segundo lugar, presentar losargumentos que justifiquen la fundamentacin de los derechos humanos laborales. Porltimo, someter esos argumentos a la validacin del principio universal.

    47 Para RODRGUEZ-TOUBES la fundamentacin positivista es inadecuada porque resulta preferible es-forzarse por tener una justificacin filosfica y tica en vez de argumentar sobre su presencia en el sistemajurdico. A su vez, la fundamentacin positivista no logra explicar el papel de los derechos humanos comocriterio de legitimacin del propio ordenamiento al que pertenecen. Pero esto no le hace rechazar que lafundamentacin positivista permite contar con una argumentacin sobre la validez jurdica. Pero si lo-gramos postular un fundamento moral no convencional plausible, habremos logrado un fundamentacin ami juicio ms importante e interesante, por ser las razones morales razones superiores a todos los demsen la jerarqua de las razones que un sujeto tiene para actuar (RODRGUEZ-TOUBES 1995:150).

    48 El nivel de justificacin respectivo depende de las estructuras de la imagen del mundo aceptada. Peroadems sostengo tambin que dichas estructuras no experimentan variaciones discrecionales, sino quesiguen una lgica evolutiva reconstruible a posteriori, y de modo tal, por lo dems, que hoy da, ensociedades del tipo de la nuestra, las pretensiones de validez de las normas solo encuentran reconocimien-to los ms verosmilmente posible si tienen a su favor la presuncin de que resistiran la prueba de unmodo justificatorio de ndole universalista o, en ltima instancia pues, de una formacin discursiva de lavoluntad de los afectados (HABERMAS 1983: 310).

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    3.1. El principio de universalizacin habermasiano

    El principio de universalizacin habermasiano tiene como objetivo establecer las reglasque aseguren que un argumento o una norma pueda ser considerado como vlido dentrode la comunidad en que se la proponga. Como en toda argumentacin sometida a debateo discusin, el rol de la comunicacin intersubjetiva resulta central en el procedimiento.Esa comunicacin intersubjetiva debe desenvolverse bajo un marco en que todos losparticipantes gocen de una absoluta libertad ajena a cualquier tipo de presiones y en elque cada uno de ellos tenga la misma oportunidad para participar. Este contexto lo deno-mina HABERMAS la situacin ideal de habla (ideale Sprechsituation) que es unaconditio sine qua non para que el resultado expresado en el consenso se considere vli-do. Para el filsofo alemn, los argumentos debatidos tendrn que gozar de un intersgeneralizable entre los participantes para que el consenso racional buscado se logre. Setrata de un consenso racional en que los participantes se reconozcan dentro de l y esoreclama un sustrato intersubjetivo del argumento debatido. Al final el dilogo se resuel-ve en favor del argumento mejor elaborado y no por el que resulte ms persuasivo oimpuesto por la fuerza. Su resultado -que es compartido por todos los participantes-concluye en un consenso alrededor del argumento aprobado por la comunidad. Se puederesumir la propuesta habermasiana en que el argumento es vlido cuando es aprobadopor la comunidad en un marco de libertad. Con ello, HABERMAS logra que se formuleel principio de universalizacin por medio de la aprobacin consensual de la comuni-dad49 .

    El filsofo alemn resume sus argumentos de la siguiente forma: La libertad comunicativaslo se da entre actores que en actitud realizativa quieren entenderse entre s sobre algoy esperan unos de otros tomas de postura (posicionamientos) frente a las pretensiones devalidez que se entablan unos a otros. La accin comunicativa depende siempre de laintersubjetividad de la relacin que los agentes entablan y ello explica por qu estalibertad lleva aneja obligaciones ilocucionarias. Pues uno slo recibe la posibilidad deposicionarse con un s o con un no ante una pretensin de validez susceptible de crticasi el otro est dispuesto a justificar, en caso necesario, la pretensin entablada con susactos de habla. Y como los sujetos que actan comunicativamente se comprometen ahacer depender la coordinacin de sus planes de accin de un acuerdo basado en lamutua toma de postura ante, y en el reconocimiento intersubjetivo de, pretensiones devalidez, slo pueden contar las razones que pueden ser aceptadas en comn por laspartes implicadas. Son siempre unas mismas razones, es decir, unas razones compartidascomo razones, las que tienen para quienes actan comunicativamente una fuerza racio-nalmente motivadora (HABERMAS 1998: 185)50 .

    49 La construccin del principio de universalizacin en HABERMAS se desarrolla a lo largo de toda su obrafilosfica y es de esa forma como he tratado de resumirlo, apoyndome tambin en tres juristas espaoles:Antonio Enrique Prez Luo, Joaqun Rodrguez-Toubes y Juan Carlos Velasco Arroyo.

    50 En palabras de PREZ LUO, HABERMAS propone un tipo de intersubjetivismo destinado a explicary fundamentar consensualmente la verdad de los argumentos y la correccin de las normas que regulan laactividad social, en cuanto manifestaciones de la praxis comunicativa. A partir de ah, la validez o invali-dez de un argumento o una norma social se pueden medir por su idoneidad para el logro de un entendi-miento intersubjetivo. La experiencia comunicativa (kommunikative Erfahrung) es guiada por un inters

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    El principio de universalizacin habermasiano tiene indudable races en el imperativocategrico kantiano, aunque con la sustancial diferencia como se ha visto- en que se leplantea en trminos intersubjetivos y no en un monlogo como en KANT51 . La formula-cin del principio de universalizacin es expuesto del siguiente modo: Vlidas sonaquellas normas (y slo aquellas normas) a las que todos los que puedan verse afectadospor ellas pudiesen prestar su asentimiento como participantes en discursos racionales(HABERMAS 1998: 172)52 .

    Se han formulado diversas crticas a la propuesta de HABERMAS. Aqu nos interesadestacar solo dos de ellas. Por un lado, la que cuestiona la existencia real de una situa-cin ideal de habla, condicin bsica del consenso habermasiano; y, por otro lado, laque atribuye esterilidad a la propuesta habermasiana, por reducirse a una frmulaprocedimental carente de contenido.

    La primera crtica pone en tela de juicio que exista en la realidad la posibilidad de mate-rializar una situacin ideal de habla o una comunidad ideal de comunicacin, comopostula HABERMAS. En cualquier tipo de debate los participantes se ven afectados porlas condiciones materiales en que viven, por las relaciones de poder existentes al inte-rior de la sociedad, por las limitaciones propias de la vida en sociedad, por las dificulta-des en el acceso a la informacin, etc. En otras palabras, bajo el actual contexto de lassociedades, no existen las posibilidades de cumplir con los requisitos procedimentalesexigidos para lograr una norma vlida y universal. As que esos consensos no son posi-bles de alcanzar bajo ninguna situacin real y se tratara de una propuesta carente defactibilidad.

    El profesor de Francfort es consciente de las dificultades reales de ubicar un contextosocial en donde se cumplan las premisas de la situacin ideal de habla; por eso, sostie-ne que su planteamiento se sita en el plano anticipatorio, es decir, en donde se puedeanalizar si un consenso fctico alcanzado puede ser considerado un consenso racional:La situacin ideal de habla no es ni un fenmeno emprico ni un mero constructo teri-co, sino que constituye ms bien una inevitable suposicin que recprocamente nos ha-cemos en el discurso. Semejante suposicin puede ser, aunque no necesita serlo,contrafctica; pero, aun cuando se haga contrafcticamente, se trata de una ficcinoperativamente actuante en el proceso de la comunicacin. De ah que sea preferible

    51 Como insiste una y otra vez Habermas, la fundamentacin comunicativa o discursiva de las normassociales como son los derechos fundamentales- se ha de separar de cualquier forma de filosofa de laconciencia y debe desarrollarse ms all del monlogo del yo consigo mismo o de los falsos dilogosmonologuizados. Solo tras debatir y deliberar en condiciones de simetra, los concernidos por una deter-minada norma estn en condiciones de poder quererla o, al menos, consentirla. La fundamentacin debesometerse a aquellas intuiciones normativas que hacen del dilogo intersubjetivo un dilogo honrado (VELASCO ARROYO 2000: 159).

    52 Una frmula anterior al principio de universalizacin lo expone HABERMAS en los siguientes trminos:As, cada norma vlida habr de satisfacer la condicin de que las consecuencias y efectos secundariosque se siguen de su acatamiento general para la satisfaccin de los intereses de cada persona(presumiblemente) pueden resultar aceptados por todos los afectados (as como preferidos a los efectos delas posibilidades sustitutivas de regulacin) (HABERMAS 1991: 85-86).

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    hablar de la anticipacin que es la nica garanta que podemos vincular un consensofcticamente alcanzado con la pretensin de un consenso racional y que sirve, a la vez,de canon crtico mediante el que cuestionar cualquier consenso fctico y someter a es-crutinio su aspiracin a representar un consenso fundado (HABERMAS, citado y tra-ducido por MUGUERZA 1988: 109)53 .

    Para algunos juristas la DUDH no sera un buen ejemplo del cumplimiento de la situa-cin ideal de habla, porque representa solo un consenso fctico sobre los derechoshumanos y alcanzado bajo condicionamientos espurios54 . Sin embargo, la DUDH puedeser analizada bajo la perspectiva anticipatoria formulada por HABERMAS. Un punto afavor de la Declaracin es que se postula en trminos universales para todos los sereshumanos, recogiendo el inters general e igualitario de las personas, aquello que el fil-sofo reclamaba para que el consenso fuese intersubjetivo. A su vez, los derechos huma-nos son expuestos por normas que garantizan la igualdad en su disfrute, sin que mediendiscriminaciones o restricciones excluyentes55 .

    Si bien la DUDH es el resultado de un acuerdo fctico dentro un foro internacional laAsamblea General de Naciones Unidas- en la que existen una serie de presiones sobrelas delegaciones participantes, en las que se cruzan los intereses de los pases dentro desus opiniones, de esto no se puede concluir mecnicamente que estos tipos de espaciosestn impedidos en arribar a consensos racionales que sean aceptados como vlidos. Enotras palabras, la propuesta habermasiana es rigurosa en establecer las condiciones ne-cesarias sobre la situacin ideal de habla, pero sin que eso obvie que usado el procedi-miento de manera anticipatoria se puedan evaluar los diferentes consensos fcticos ydescubrir si resisten los requerimientos para ser considerados consensos racionales.

    53 El profesor PREZ LUO tambin responde esta crtica de la siguiente forma: Habermas intenta superarla crtica de abstraccin y formalismo que se ha reprochado a esa situacin comunicativa ideal. En suopinin, la situacin no constituye un dato emprico, pero tampoco es una mera abstraccin formal. No essimplemente un principio regulador en sentido kantiano, ni un concepto existente en sentido hegeliano,porque ninguna sociedad coincide con la forma de vida que postula la situacin comunicativa ideal.Implica, ms bien, una pretensin o anticipacin (vorgriff) por parte de todo el que de hecho entra en unproceso discursivo, de que puede llegarse a un consenso racional. De este modo, se vincula el consensoracional con el consenso efectivamente obtenido y se puede someter cualquier consenso emprico a lacrtica basada en las condiciones de situacin ideal. As se puede demostrar que la verdad de enunciados(o, en su caso, teoras) y la correccin de acciones (o, respectivamente, normas) representan pretensionesde validez que slo pueden resolverse en va discursiva, esto es: con los medios de la conversacincomunicativa. De acuerdo con este planteamiento, el valor verdad, as como los restantes valores, nodepende de evidencias lgicas (objetivismo), ni de meras verificaciones empricas (subjetivismo positi-vista), sino de un consenso racional obtenido a partir de las exigencias procedimentales de la situacincomunicativa ideal (PREZ LUO 1999: 164-165).

    54 Esos son los argumentos esgrimidos por MUGUERZA para criticar a la DUDH. Vase su Carta a GregorioPeces-Barba p. 16-17 y su artculo La alternativa al disenso p. 31 y ss. En: El fundamento de losderechos humanos de Javier Mugerza y otros. Madrid, Editorial Debate, 1989, editado por GregorioPeces-Barba.

    55 El propio HABERMAS analizando la fundamentacin de los derechos humanos, sostiene que estos gozande la validez universal por estar fundamentados exclusivamente desde el punto de vista moral. stos sonargumentos que fundamentan por qu la garanta de tales reglas se encuentra en los intereses iguales detodas las personas en su calidad de personas en general, por qu tales reglas son, pues, buenas en igualmedida para cualquiera (HABERMAS 1999: 176).

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    La segunda crtica pone el acento en que la propuesta habermasiana solo nos conduce acontar con un buen procedimiento para alcanzar consensos racionales que otorguen va-lidez a los argumentos o a las normas, pero no nos dice nada sobre el contenido en s deesos argumentos o de esas normas. Se tratara de una propuesta improductiva.

    En su libro Facticidad y Validez, HABERMAS da una respuesta a esta crtica al formu-lar que los propios supuestos del procedimiento para alcanzar un consenso racional v-lido significa que los ciudadanos se atribuyan y reconozcan mutuamente un conjunto dederechos que regulen legtimamente su convivencia. Para ello, el filsofo alemn formu-la tres categoras de derechos que engendran el cdigo para fijar el status de las personasjurdicas. La primera categora garantiza la autonoma privada por medio de tres dere-chos fundamentales: 1. Un derecho general a la libertad en el mayor grado posible deiguales libertades posibles de accin; 2. Un derecho general de toda persona a gozar delstatus de miembro de la asociacin voluntaria de comunidad jurdica; 3. Un derechogeneral a gozar de las garantas para la proteccin de los derechos individuales. Lasegunda categora garantiza que los sujetos jurdicos cumplan el papel de autores delorden jurdico por medio de un derecho adicional: 4. Un derecho general a participar enla elaboracin del ordenamiento jurdico. Finalmente, la tercera categora garantiza lascondiciones de vida material para ejercitar la autonoma: 5. Un derecho general a laconcesin de condiciones de vida que aseguren social, tcnica y ecolgicamente poderdisfrutar de los anteriores derechos (HABERMAS 1998: 188-189).

    Las tres categoras de derechos fundamentales expuesto por HABERMAS correspon-den a los derechos civiles, polticos y sociales reconocidos en los ordenamientos nacio-nales e internacional, aunque con un claro nfasis en la autonoma privada ya sea en elejercicio de las libertades, como en la participacin poltica vital en la propuestahabermasiana-, y en el aseguramiento material de esa autonoma.

    El principio de universalizacin habermasiano tampoco resulta estril cuando sirve depuente entre lo fctico y lo axiolgico. Es decir, las propuestas descriptivas que alcanzanel reconocimiento de validez dentro de la comunidad y pretenden convertirse en normas,transformndose en prescripciones normativas por medio del principio de universaliza-cin56 . No hay un salto de lo fctico a lo normativo, porque el puente se produce pormedio de la aprobacin de las exigencias establecidas en el principio de universaliza-cin habermasiano. Basta que esto se logre para superar la falacia naturalista o cumplirla Ley de HUME57 .

    56 ste es un principio moral que sirve de puente entre las descripciones de experiencias y necesidades y lasvaloraciones de normas (RODRGUEZ-TOUBES 1995: 169).

    57 La falacia naturalista consiste en derivar normas desde los hechos: En todo sistema moral de que hayatenido noticia, hasta ahora, he podido siempre observar que el autor sigue durante cierto tiempo el modode hablar ordinario, estableciendo la existencia de Dios o realizando observaciones sobre los quehacereshumanos, y, de pronto, me encuentro con la sorpresa de que, en vez de las cpulas habituales de lasproposiciones: es y no es, no veo ninguna proposicin que no est conectada con un debe o un no debe.Este cambio es imperceptible, pero resulta, sin embargo, de la mayor importancia. En efecto, en cuantoque este debe o no debe expresa alguna nueva relacin o afirmacin, es necesario que sta sea observaday explicada y que al mismo tiempo se d razn de algo que parece absolutamente inconcebible, a saber:

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    Concluido el primer paso de mi estudio la formulacin del principio de universaliza-cin habermasiano-, introduzco dos argumentos para justificar los derechos humanoslaborales. En primer lugar, la fundamentacin antropolgica con la teora de las necesi-dades; y en segundo lugar, la fundamentacin axiolgica con la teora de la dignidadhumana.

    3.2. La fundamentacin antropolgica de los derechos humanos laborales

    La teora de las necesidades es un argumento consistente para justificar los derechoshumanos laborales sin caer en la falacia naturalista. Mi pretensin es sealar que laexistencia de necesidades (plano fctico) reclama su satisfaccin para evitar un dao operjuicio grave a las personas que lo sufren. Es por medio del debate democrtico ypblico en el que se discute si las necesidades existentes deben ser satisfechas en raznde que responden al inters o valor generalizable de los miembros de la comunidadpoltica (plano axiolgico). Por ello, cuando la comunidad poltica aprueba la satisfac-cin de la necesidad, lo materializa por medio de un derecho (plano normativo).

    Para explicar este argumento debemos partir respondiendo a la pregunta qu debemosentender por necesidades? En vez de elaborar un concepto propio de las necesidades58 ,prefiero apoyarme en los que ya se han formulado y que me resultan plausibles. Laprofesora AN lo formula en los siguientes trminos: Una necesidad es una situacino estado siempre predicado de una persona y que tienen un carcter insoslayable paraella. A este respecto parece de enorme utilidad interpretativa el rasgo bsico que, se-gn Thomson, define a las necesidades bsicas: inescapablity. Esto es, aquellas situa-ciones o estados que constituyen una privacin de aquello que es bsico e imprescin-dible y que, en consecuencia, nos pone directamente en relacin con la nocin dedao, privacin o sufrimiento grave para la persona. Claro est que esta idea exigesuperar la concepcin del dao en trminos de privacin o frustracin de aquello quedeseamos. Estas situaciones en las que se encuentra la persona y respecto a las que nopuede escapar estn ntimamente relacionadas o repercuten directamente en la cali-dad de vida humana y tienen una caracterstica fundamental que hace que podamoshablar de necesidad: el perjuicio o grave detrimento va a mantenerse exactamente enlas mismas condiciones, salvo que esa situacin se vea satisfecha, cumplida o realiza-da y no hay ninguna posibilidad alternativa salir de ella. Por tanto, (...) no se trata decontratiempos, problemas o perjuicios pasajeros, sino de una degeneracin permanente

    58 El tema de las necesidades se remonta a los trabajos de Hegel cuando plantea un anlisis de la sociedadcivil como un sistema de necesidades. Posteriormente, Marx lo usa como categora que explica la ac-cin humana y la constitucin de la sociedad. Esa perspectiva ser continuada en dos escuelas: la deFrancfort con Herbert Marcuse y Erich Fromm como abanderados y la de Budapest con Agnes Heller a lacabeza. A su vez, Freud hace uso de las necesidades para explicar los instintos. Posteriormente, una seriede autores recogiendo y reformulando los puntos de vista marxista y freudiano, reubican las necesidadesdentro de la teora social. Autores como Christian Bay, Len Doyal, Johan Galtung, Ian Gough, AbrahamMaslow, Henry Murray, Martha Nussbaum, Patricia Springborg y Garret Thompson, entre los ms desta-cados. En Espaa, Mara Jos An, Luis Ballester, Joaqun Herrera Flores, Liborio Hierro y AntonioEnrique Prez Luo son los ms representativos.

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    de la calidad de vida humana que se mantendr en tanto no se obtenga una satisfaccin(AN 1994: 266-267)59 .

    A partir de este concepto se pueden destacar tres rasgos para identificar una necesidad.En primer lugar, la necesidad no tiene un carcter intencional, ni se trata de impulsos,deseos o aspiraciones, sino que, por el contrario, viene impuesto externamente a lossujetos. Se trata de un estado o situacin de dependencia que nos resulta ineludible, delque no podemos escapar. Son insoslayables. Esto le otorga un rasgo objetivo que losotros conceptos afines carecen60 . En segundo lugar, la insatisfaccin de la necesidadprovoca un dao o perjuicio grave a la persona que lo sufre. La insatisfaccin de lanecesidad causa conductas patolgicas (BAY), un serio detrimento de las personas(GALTUNG), se resiente la calidad de vida (G. THOMPSON). Lo que resaltan estosautores es que el dao pone en peligro la integridad fsica y/o moral de la persona oprovoca tal perjuicio que puede ser un impedimento permanente en la vida de las perso-nas. En tercer lugar, no existe una alternativa distinta para superar la necesidad que susatisfaccin. Mientras siga insatisfecha la necesidad, sus consecuencias se mantieneninvariables sobre los perjudicados.

    Con estas tres caractersticas podemos identificar objetivamente una necesidad, lo quepermite diferenciarlo de los deseos, las aspiraciones o los impulsos. A su vez, la existen-cia de las necesidades ocurre con independencia del reconocimiento consensual que sebrinde a su satisfaccin. Las necesidades vienen dadas desde la facticidad del mundo.No recurrimos a razones para justificar las necesidades, lo hacemos para justificar susatisfaccin.

    Esto nos conduce al tema de la satisfaccin de las necesidades. Equivocadamente se hapensado que existe una inferencia lgica entre la existencia de una necesidad y su obli-gada satisfaccin. Aqu, la falacia naturalista se presenta en la formulacin de algunasteoras de las necesidades. Las necesidades se ubican en el plano descriptivo, mientrasque la satisfaccin se ubica en el plano axiolgico. Sin embargo, se postula que la nece-sidad es suficiente argumento para exigir el derecho a satisfacerlas. Para algunos autores

    59 Recientemente, la profesora de Valencia ha redefinido su concepto de necesidades vinculndolo a la no-cin de agente moral: Podemos afirmar que una necesidad humana bsica es aquella situacin o estadode cosas que referido a una persona que es un elemento constitutivo de su capacidad de ser un agentemoral. Las necesidades bsicas estn vinculadas a un nivel elemental de autonoma (capacidad de elec-cin) y supervivencia. Si estas necesidades no estn satisfechas, por tanto los seres humanos se encuen-tran en condiciones de autora y supervivencia mermadas, restringidas o anuladas, experimentan un daoo sufrimiento grave. Los dos rasgos anteriores conduce al siguiente: las necesidades son insoslayables.Estas caractersticas y slo ellas dotan a las necesidades de argumentos para ser consideradas relevantesen cuestiones de justicia (AN y GARCA 2002: 137)

    60 Por tratarse de situaciones o estado de cosas que no dependeran de la intencin del sujeto. Esa distincinse completara por el criterio del resultado: el beneficio en el caso de los deseos, evitar un dao en el casode las necesidades (LUCAS y AN 1990: 60-61). Sin embargo, autores como la filsofa hngaraAGNES HELLER, sostienen que la necesidad es un deseo consciente, aspiracin, intencin dirigida entodo momento hacia un cierto objeto y que motiva la accin como tal (HELLER 1986: 170).

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    esto se trata de una confusin ontolgica61 o de una argumentacin defectuosa62 . Serequieren dar tres pasos para transitar de las necesidades a la formulacin de su satisfac-cin: primero, constatar la existencia de una necesidad; segundo, identificar si la necesi-dad que pretende ser satisfecha se encuentra condicionada a una limitante; y, tercero,discutir si una necesidad debe ser satisfecha o no.

    Previamente a discutir si una necesidad debe ser satisfecha se requiere considerar cuatrolimitantes para formular su satisfaccin. La primera considera que no es posible satisfa-cer todas las necesidades porque existe el lmite de los recursos disponibles63 . Aunqueesto no debe confundirse con la mala distribucin de los recursos disponibles, puedenexistir los recursos, pero se los destina para otros objetivos. Sin embargo, algunos auto-res rechazan que la escasez pueda ser considerada como un limitante para la satisfaccinde las necesidades64 . Posteriormente, analizo con mayor profundidad el tema de esca-sez. La segunda limitante se centra en que no todas la satisfacciones de necesidadespueden materializarse en derechos. Hay necesidades -como el afecto o el amor- quemerecen ser satisfechas. pero no encuentran articulacin dentro de los derechos, por loque no pueden ser recogidos bajo una frmula normativa65 . La tercera limitante resideen respetar el imperativo kantiano al regular la satisfaccin de las necesidades: el

    61 Se da como una evidencia que si existe una necesidad, sta debe ser satisfecha y en consecuencia, segnello, existe un derecho a esa satisfaccin. Esta ventaja constituye posiblemente el ms grave de los incon-venientes: la confusin ontolgica entre necesidades y derechos (LUCAS y AN 1990: 67).

    62 Y es que no se ha mostrado que las necesidades en s mismas (es decir, sin que en ello intervengan losvalores que supuestamente fundamentan) algo ms que necesidades empricas, y que ese algo ms funda-menta la prescripcin moral de satisfacerlas (RODRGUEZ-TOUBES 1995: 193).

    63 Es posible la satisfaccin de todas las necesidades? Sin duda, siempre hay ms necesidades en lassociedades dinmicas actuales de las que pueden ser satisfechas por la sociedad en las condiciones pre-sentes. Esto es cierto incluso cuando no tomamos en cuenta las desigualdades sociales de las sociedadesexistentes, algunas de las cuales son flagrantes. En consecuencia, ha de crearse un sistema que en cadamomento dado otorgue prioridad a la satisfaccin de determinadas necesidades sobre satisfaccin de otrasnecesidades (HELLER 1996: 61).

    64 Un ejemplo de ello es el profesor PREZ LUO, quien es muy crtico en condicionar la satisfaccin de lasnecesidades a los recursos disponibles: Resulta sumamente peligrosa para la fundamentacin de losderechos humanos la tesis adicional de que tales necesidades finales o incondicionales se hallen, parad-jicamente, condicionadas a que existan posibilidades de satisfacerlas. De aceptarse esta teora lafundamentacin de los derechos humanos, lejos de cifrarse en la universalizacin de la exigencia de unosderechos bsicos en todos los hombres, legitimara la discriminacin en el reconocimiento de tales dere-chos, que quedaran supeditados a la contingencia de las posibilidades de su satisfaccin en cada situa-cin concreta. Con ello, los derechos humanos perderan su dimensin emancipatoria y su propio conteni-do axiolgico, al quedar identificados con los contenidos empricos del derecho positivo de cada sistemapoltico que es, a la postre, que interpreta las condiciones de posibilidad para la realizacin de los dere-chos (PREZ LUO 1999: 175-176).

    65 Independencia entre existencia y satisfaccin de las necesidades. Entendida esta ltima como la esferapropia de los derechos (los derechos como exigencia de satisfaccin de las necesidades). Primero, porqueestablecer la relacin entre necesidades y valores no comporta la relacin directa entre necesidades yvalores jurdicos. En segundo lugar, porque el lenguaje de las necesidades es mucho ms amplio que el delos derechos. Por tanto, habra que distinguir entre aquellas necesidades que pueden ser especificadas entrminos de derechos y aquellas que no pueden serlo. El ejemplo bsico es la necesidad de amor y afecto.No todas las necesidades supondran derechos, porque la exigencia de su satisfaccin no siempre capacitaal individuo para exigirlas como tales. De modo que no todas las necesidades tienen una traslacin directaal terreno de los derechos (LUCAS y AN 1990: 77).

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    hombre no ha de ser un mero medio para otro hombre. Con ello se asegura que lasnecesidades que merecen ser satisfechas no escondan la explotacin del ser humanocomo un medio66 . La cuarta limitante considera que la satisfaccin de las necesidades nodebe poner en peligro el medio ambiente67 .

    Si existen necesidades que pretenden ser satisfechas, cules deben ser satisfechas ycules no? Ya sea porque hay escasez de recursos para satisfacer todas las necesidades oporque no todas las necesidades merecen ser satisfechas, se tiene que plantear un proce-dimiento o un mecanismo que asegure una decisin vlida o correcta al respecto. Aqutambin el principio de universalizacin habermasiano resulta apropiado para cumplirese rol definidor68 . Se requiere que las necesidades se sustenten en valores que puedanser compartidos por los participantes en el procedimiento de decisin. Lo queRODRGUEZ-TOUBES denomina un carcter generalizable de la necesidad (no gene-ralizado), solo as se puede relacionar con una obligacin derivada del principio deuniversalizacin- de satisfacer ese tipo de necesidades (RODRGUEZ-TOUBES 1995:194). Se tiene que plantear la satisfaccin de necesidades que resulte generalizable atodos los seres humanos y que su satisfaccin represente valores igualmente generalizables.

    La insatisfaccin de las necesidades provoca que los sujetos sufran un dao o perjuiciograve, y esto se presenta de forma generalizada sobre todos los sujetos que lo sufren, conindependencia de su sexo, condicin social, cultural o econmica. Por lo que se puedeplantear que existe un inters generalizable en no sufrir un dao o perjuicio en las perso-nas. Sin embargo, todava resulta discutible derivar de esta propuesta un carcterprescriptivo. Podemos reconocer que las necesidades bsicas requieren ser satisfechaspara no provocar un dao en las personas que lo sufren, que esas necesidades bsicas lasufren todos los seres humanos y que no son creadas por los propios sujetos. Pero todosestos elementos no nos conducen al plano axiolgico con claridad. Parece como si lasnecesidades se encuentran vinculadas con situaciones de carencia (insatisfaccin) y estolo convierte en imperativo: su satisfaccin.

    Para superar este entrampamiento lgico vinculamos la exigencia tica de la satisfaccinde las necesidades con las condiciones indispensables que permitan al individuo actuarcon autonoma y asegurar su supervivencia. No es posible plantearse una accin moral(plano axiolgico) que no presuponga al sujeto que pueda conducirse moralmente, peroese sujeto moral debe tener satisfechas las condiciones de autonoma y supervivencia quele permitan actuar69 . As la satisfaccin de las necesidades se convierte en una premisa

    66 Vase Una revisin de la teora de las necesidades de AGNES HELLER. Barcelona, Ediciones Paids,trad. de ngel Rivero Lpez, 1996, p. 64 y ss.

    67 Hay lmites por todas partes. Los recursos de la naturaleza pueden quedar exhaustos; y lo mismo losrecursos humanos. Los recursos humanos pueden agotarse por sobreuso y por desuso; ambos peligros soninminentes. Los recursos de las propias ciencias naturales tambin pueden agotarse (HELLER 1996:114).

    68 Aunque HELLER cuestiona la propuesta, sealando que no ofrece un criterio sustantivo para medir labondad del consenso, lo que en realidad existe es un compromiso racional (HELLER 1990: 300 y ss).

    69 Lo ms razonable parece ser buscar un criterio que se aleje lo menos posible del presupuesto dado por laempresa moral misma. Si sta se entiende como referida a la accin y sobre todo, a la interaccin humana,

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    para que el sujeto pueda actuar moralmente. Esas necesidades o bienes necesarios enpalabras de GEWIRTH- son las condiciones generales inmediatas del actuar necesariode un sujeto racional para alcanzar sus propsitos. Estas condiciones necesarias de suaccin y del xito de su accin son la libertad y el bienestar; la libertad consiste en elcontrol de la conducta de su propia eleccin voluntaria mientras se tiene el conocimientode las circunstancias relevantes, y el bienestar consiste en tener las dems capacidades ycondiciones generales requeridas para actuar (...). Puesto que los agentes actan porpropsitos que consideran valiosos ya que de otro modo no controlaran su conductamediante su libre eleccin con miras a conseguir sus propsitos-, deben considerar tam-bin como bienes necesarios, en la medida en que son racionales, las condiciones nece-sarias para tal prosecucin (...). Llamaremos a la libertad y el bienestar los rasgos gen-ricos de la accin, puesto que caracterizan a toda accin o, al menos, a toda accinlograda en el sentido en que antes ha sido delimitada la accin. Es a partir de la conside-racin de la libertad y el bienestar como los bienes necesarios de la accin como se siguela adscripcin y los contenidos de los derechos humanos (GEWIRTH 1999: 130).

    Si para GEWIRTH las condiciones necesarias son la libertad y el bienestar, bajo unsimilar criterio otros autores lo identifican en la autonoma y la supervivencia70 . Pero entodos ellos se presenta la premisa de que se requieren satisfacer las necesidades paraasegurar la existencia del sujeto o agente moral. Si una persona se reconoce a s mismacomo condicionada a la satisfaccin de estas necesidades para asegurar su existencia, nopuede dejar de reconocer a la vez que la satisfaccin de esas mismas necesidades esfundamental para la existencia de los dems sujetos71 . All se encuentra el intersgeneralizable exigido por el principio de universalizacin, ya no en la generalizacin deldao sino en las condiciones que aseguran la existencia autnoma de las personas. Asresulta vlido un consenso entre los participantes y de esa forma es atendible postularque la satisfaccin de las necesidades cumple con los requisitos del principio, merecien-do su aprobacin.

    Ya en el propio HABERMAS encontramos que, dentro de los supuestos del procedimien-to para alcanzar un consenso racional vlido, los ciudadanos se atribuyen y reconocen

    se podra pensar en criterios vinculados directamente con la idea de que la moral aspira a formular reglasde convivencia para seres humanos que persiguen fines y, por ello, presupone la existencia de estos agen-tes humanos. La moral, por lo tanto, no puede ser concebida sin presuponer la existencia de sus sujetos.Mientras