Dime que lees y te dire quien eres Invitada: Carolina Díaz Granados, bibliotecaria de Primaria ¿Cuál es el libro que más ha marcado tu vida? En mi vida han sido varios los libros que han llegado a conmoverme profundamente. Pero hay uno en especial que ha sido clave y que es de un autor colombiano que ya es una referencia dentro de las letras contemporáneas de nuestro país. El libro se llama Señor que no conoce la luna del escritor Evelio Rosero, conocido también por sus obras Los ejércitos y Juliana nos mira, por sólo nombrar algunas. Pero Señor que no conoce la luna es una obra en la que se puede ver un mundo gobernado por seres humanos, aparentemente, en el que mantienen esclavizados y presos en una casa a unos seres que poseen dos sexos y a los que hacen llamar "desnudos", siendo esta la marca principal para poder distinguirse. Es una novela bastante corta en la que se hace una reflexión nuevamente sobre la diferencia, la explotación y la crueldad que unos seres mantienen sobre otros. La historia está contada desde la mirada de uno de estos "desnudos" que se mantiene escondido del mundo en un armario en el que pasa prácticamente todo el día pero desde el cual puede ver todo lo que sucede en el exterior gracias a un hoyo que ha hecho en una de las paredes del armario. Es así como este narrador es un ser distinto a los de su especie, ya que él se arriesga a reflexionar sobre su condición y sobre la injusticias que se cometen contra los de su especie. Es un ser que aparentemente se esconde del mundo pero que a través de sus pensamientos logra verse más libre que el resto y es capaz de hacer ciertos actos de rebelión que hacen que sus explotadores pongan la mira en este individuo, asustados de que en él esté el germen de una posible sublevación. De esta manera la obra me hizo pensar nuevamente de cómo en la sociedad se castiga la diferencia y se juzga sin misericordia, y que es necesario aceptar al otro para no caer en actos de crueldad desmedidos y que dañen terriblemente la vida de otra u otras personas. ¿Cuándo comenzó tu gusto lector y cuáles fueron tus primeras lecturas? Mi gusto lector comenzó desde muy pequeña. Crecí en un hogar rodeado de libros porque en mi casa crecí junto a un papá y un hermano poetas, por lo que en mi casa siempre ha primado un ambiente lleno de varias bibliotecas con muchas obras que he ido descubriendo lentamente a través de los años. Mis primeras lecturas empezaron con libros de autores colombianos conocidos como Jairo Aníbal Niño, Ivar Da Coll y Rafael Pombo y, también, con los libros del poeta cubano José Martí. Ellos fueron definitivos en mi formación como lectora y ayudaron a que mi gusto por los libros creciera cada vez más. Asimismo, el ambiente en el que crecí alimentó mi gusto por la literatura tanto que seguí ese mismo camino al entrar a la universidad y, durante el trayecto que he ido recorriendo, primero como estudiante de literatura y ahora como bibliotecaria, me he sentido muy feliz. ¿Quién ha influido en tu vida lectora? La verdad es que la persona que más ha influido es mi papá. Él es un hombre que desde muy joven decidió dedicar su vida a la literatura a través de la poesía y la narrativa. Y por supuesto yo me sentí atraída por este amor que él profesa por la letras y que se hacía evidente cuando me enseñaba poemas de los poetas del Modernismo y que recitábamos

felizmente por toda la casa junto a mi abuela. Él ha sido una persona esencial para mi formación dentro de la literatura y me permitió poder verla desde su creación así como desde el estudio de la misma, haciéndome ver que hay distintas formas de hacer y de leer los libros, y que cada uno de ellos es un universo individual que nos permite, al mismo tiempo, ver ampliamente el mundo que vivimos. ¿Qué es lo que más te gusta de ser bibliotecaria? Es un trabajo muy gratificante, porque permite mostrarles a las personas, y en especial a los niños el gran universo de la literatura. Es asimismo, una manera de estar cerca a los libros y de encontrar el que puede ser perfecto para cada persona que viene buscando uno que pueda leer en su tiempo libre o que necesita para hacer un trabajo o preparar una clase, lo que permite, también, conocer cómo son las personas y cuáles son sus gustos y sus inquietudes lectoras. Eso es para mí lo lindo de ser bibliotecaria: es ser una buscadora y descubridora los libros.