Instituto Rotary Zona 23 B y CPuerto Iguazú, Argentina10-12 Septiembre 2015

Jueves, 10 sept.

Julio SorjúsDirector 1998- 2000, RIFiduciario de la Fundación Rotaria, 2012-16

Nuestra Fundación hoy

Gracias por vuestra cálida bienvenida. Me alegra estar aquí representando a la Fundación Rotaria.

Distinguidas autoridades rotarias, queridos compañeros, señoras y señores:

Nos encontramos en este Instituto Rotario en los albores del año rotario que preside Ravi Ravindran bajo el lema Enriquece el Mundo, unidos fraternalmente, con nuestra dedicación, entrega y servicio desinteresado, en pos de la tan necesaria paz y la comprensión mundial.

Al recapitular los 99 años de existencia de la Fundación, todos los rotarios, sin excepción, podemos sentirnos muy orgullosos de las incontables acciones positivas de nuestra mejor, más práctica y más plástica herramienta de servicio, intensamente comprometida con la humanidad doliente.

Nos encontramos en un año muy especial ya que, como sabéis, el próximo año rotario celebraremos, en nuestra Convención de Atlanta, bajo la presidencia de John Germ, el glorioso centenario de nuestra querida Fundación período durante el cual la misma ha invertido 3 billones de dólares en programas y proyectos.

Y ante esta singular efeméride podemos preguntarnos: ¿Avanzamos por la senda correcta?

Vivimos sobrecogidos en un mundo sin brújula , pese a estar éste circundado por más de 2.500 satélites, en un mundo de ceguera colectiva, en donde cada día existen, desdichadamente, más atroces penurias y conflictos que remediar, más frustrantes deficiencias que corregir, más angustiosas llamadas de auxilio que atender, donde los desgraciados empujan dolorosamente sus humillantes penalidades en caravanas de tristeza.

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Jueves, 10 sept.

El mundo se ha encogido, donde cientos de miles de personas se han convertido en una suerte de plaza pública universal, navegando en una diáspora flotante global.

Y por ello no podemos ni debemos permanecer indiferentes, a estas patéticas circunstancias, inmersos en las tinieblas de la ignorancia, esperando que la próxima generación asuma las que son nuestras responsabilidades.

Sería demasiado tarde para tantos y tantos seres desfavorecidos.

Por ello, pese a las guerras, las revoluciones, el desaforado terrorismo, los fundamentalismos, las profundas crisis humanitarias, sociales y económicas, las trágicas migraciones debidas a las luchas religiosas y raciales y a los malos entendidos entre pueblos y naciones, el influjo bienhechor de Rotary crece sin límite y nos ofrece la ocasión de una toma de conciencia común, en un mundo globalizado que ya cuenta con más de 7 mil millones de seres humanos, cuando, recordemos, eran 1.600 millones en el año 1900.

El futuro, en medio del cenagoso pantano de la actual crisis, transición y transformación, se avizora hoy más incierto que nunca y por ello hay que emigrar a las periferias de la existencia para hacerse presente en ellas transformando la desesperante realidad social de aquellos seres constituidos en mayoría invisible, urgentemente necesitados de consuelo y esperanza.

Reflexionemos sobre el drama de los refugiados que estamos viviendo estos días al percatarnos que el Mare Nostrum se ha llenado, en malas noches y peores días, de cadáveres de hombres, mujeres y niños, y se han cerrado las fronteras con concertinas, pinchos, cuchillos y gases lacrimógenos.

Por ello, o abordamos, con celeridad y presteza, este drama humano desde la capacidad de amar que nos hace humanos, o acabaremos todos deshumanizados.

Nuestro miedo de vivir compartiendo el bienestar contra su miedo huyendo de las bombas, el hambre y la muerte, es tan profundo, que les ha dado con temeridad exorbitante el valor de arriesgarlo todo en un baño de lágrimas, horror y sangre.

Queridos compañeros, a nivel global, nuestra sociedad se ha desembarazado,

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descompuesta y a la deriva, de toda regulación ética ante las tétricas tragedias humanas de nuestro tiempo.

¿Es que nos estamos envileciendo en el olvido y la indiferencia, hasta donde haga falta, para no tener que asumir lo obvio e inevitable?

Nuestra sociedad se ha demostrado excesivamente laxa, por una parte, y lenta, por la otra, en términos de aceptar y dirigir los tumultuosos cambios recientes. Aún peor, esto se ha llevado a cabo en una especie de vacío, en el cual hay muchos que no han tomado conciencia de la necesidad de enfrentarse a las nuevas y duras realidades, considerando su dejadez y apatía como principios de sus derrotadas vidas.

Y por ello, los rotarios trascendemos socorriendo, abriendo nuestras mentes y exaltando con amor nuestros corazones con obras de bien para con los menesterosos, los necesitados, los indefensos y los más vulnerables, navegando, con entusiasmo incorregible, en los ríos caudalosos de la esperanza.

Queridos compañeros, estamos viviendo un período extraordinario de nuestra historia.

Nos estamos adentrando, tras un siglo de servicio, en un terreno nuevo, con la sola certeza de lo improbable y en el que Rotary requiere cada vez más de nuestra fervorosa y apasionada entrega, ya que las familias crujen y se desmoronan y los sentimientos sociales, lamentablemente, se bastardean y desaparecen.

Me atrevería a afirmar que si queremos llevar a buen término, a buen puerto, traduciendo a hechos, con acción y visión, las inmensas oportunidades de servicio que este nuevo siglo nos ofrece, deberemos tener muy en cuenta el lema de nuestro Past Presidente Bichai Rattakul, sembrando, como decía, la semilla del amor en nuestras ocupaciones, en nuestras comunidades y en el mundo en general, en un ejercicio exquisito de amor al prójimo, en busca anhelante de la solidaridad y la justicia social y, con ello, la ansiada paz y la comprensión mundial.

En definitiva, queridos compañeros, precisamos sobre todo, con fortaleza y audacia, de vuestro liderazgo, el liderazgo de todos sin excepción, liderazgo de una apasionada humildad, lúcido, emocional y emocionante, motivador, ético,

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solidario, tolerante, flexible, paciente, devoto, vehemente, pragmático, ilusionante y persuasivo, con ahincada entrega y exigencia, sin límites de prudencias o miedos impertinentes, cumpliendo, con sed de autenticidad, los objetivos de desinteresado servicio, haciendo realidad, en medio de azarosas y desesperantes dificultades, los innumerables sueños de servicio filantrópico del millón doscientos cincuenta mil rotarios.

Sí, mis amigos, y para ello debemos contar con una Fundación, sólida, vigorosa, internacional, práctica, transparente, samaritana, competente, excelente, dispuesta, en todo momento, a satisfacer nuestros sueños de servicio, en la medida de nuestras aportaciones materiales y personales, las acuciantes e inaplazables necesidades de nuestro globalizado mundo, en un mundo pavorosamente disociador, mundo calificado por el escritor uruguayo Mario Benedetti, a propósito de la juventud, con estas palabras:

“No dejen que les maten el amor, recuperen el habla y la utopía, sean jóvenes sin prisa y con memoria, y sitúense en la historia que es la madre, no convirtiéndoos en viejos prematuros.”

Y podríamos ahora preguntarnos:

¿Cuál es el precioso capital humano de la Fundación Rotaria para hacer frente a esta crítica situación?

Su capital, sin duda alguna, está compuesto por más de un millón doscientos cincuenta mil rotarios, con hambre de paz, de origen étnico, racial, religioso, cultural y político tan diverso como la raza humana misma.

Somos todos, hombres y mujeres, con vocación y capacidad de entusiasmo, con pasión y vitalidad, los que constituyen -los que constituimos- la gran familia rotaria, dedicados, sin pausa, al éxodo de sí mismos, para llegar a donde están los marginados y oprimidos, abandonados y sometidos al arbitrio de la calle en cuyas almas tienen su propio asiento las tristezas, las desgracias y las desventuras.

Siendo, como somos, los rotarios conscientes, responsables y éticamente comprometidos con acentos de indignación, no tenemos derecho a la desesperanza, a la apatía, al olvido, o a la indiferencia que nos dejarían inertes, ni tampoco a la resignación ante el ensordecedor y endémico silencio de los seres más desfavorecidos que nos rodean, sí, mis amigos, nuestros

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hermanos en la existencia, que golpean nuestras conciencias, en su temblorosa y turbadora búsqueda de una vida digna.

Como rotarios, con llamaradas de esfuerzo, aprendimos a lanzar proyectos de salud que han conmovido al mundo. ¡Estamos en la recta final de nuestra victoria para acabar con la poliomielitis en el mundo!

A 31 de agosto de este año no hemos contabilizado, por primera vez en la historia, ningún caso de polio en Nigeria, 7 en Afganistán y 29 en Paquistán, para un total de 36 casos, sin punto de comparación con los 350.000 casos del año 1986 cuando nuestro inolvidable Presidente Carlos Canseco lanzó la iniciativa global para erradicar la polio o los 359 casos del pasado año.

Por cierto, sabéis que está a vuestra disposición bajo el título “Rotary and the Gift of a Polio Free World”, el volumen nº 1 de los 3 previstos, al precio de 15 US$ y desde enero del próximo año podremos adquirir el libro del Centenario que tendrá por título “Haciendo el Bien en el Mundo. La historia de la Fundación Rotaria en su Centenario”.

Pero, todos los programas de La Fundación Rotaria, dependen de un solo factor: los fondos que aportemos. Este es un servicio y un deber sagrado que debemos todos, sin excepción y sin pausa, asumir con insidiosa frecuencia, ajenos a la miopía de nuestras emociones personales.

Y para ello, queridos compañeros, Rotary necesita de vuestros gozosos sueños, de vuestra acción y visión, de vuestra inteligencia y vuestro coraje, de vuestra energía y dedicación pero también y muy singularmente de vuestra activa generosidad para responder a las frustraciones y anhelos de nuestros semejantes.

Ya lo decía la copla:

“Si quieres subir al cieloTienes que subir bajandoHasta llegar al que sufreY darle al pobre la mano”

Mis queridos amigos: ¿Qué podemos hacer para fortalecer, con terca e ilusionante pasión, aumentando nuestro grado de ambición, los recursos de nuestra Fundación?

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Vuestra zona 23 B, con 11.351 rotarios, aportó el pasado año 702.000 dólares y la Zona 23 C, con 11.721, 596.000 y es importante señalar que la aportación media per cápita fue de 38,6 y 40,96 dólares respectivamente.

Creo que hay todavía mucho camino por recorrer, sobre todo si tenemos en cuenta el programa Cada Rotario Cada Año, que supone el compromiso de 100 dólares anuales por rotario, esto es, algo más de 9 dólares mensuales y debéis saber que la Fundación ha establecido como meta para el Fondo Anual de este año la cantidad de 130 millones de US dólares.

Por ello, queridos amigos, nuestra Fundación requiere, nada más ni nada menos, que cada rotario, cada club y cada distrito considere que uno de sus honrosos deberes primordiales consiste, en aportar y recabar, infatigables y sin descanso, fondos para nuestro bienhechor esfuerzo común para continuar haciendo el bien en el mundo.

Hagámonos socios Paul Harris, o desde ya Benefactores o miembros sostenedores del Círculo Paul Harris, o aportemos, al menos, de 100 ó 1.000 dólares al año. Afiliémonos al Círculo de Testadores. ¡Animémonos a hacernos Donantes Mayores en sus varios niveles! ¿Y por qué no aspirar a hacernos integrantes de la Sociedad Arch C. Klumph?

Ello implica, sin duda, brindarle nuestro apoyo absoluto, económico y personal, contra viento y marea, para hacerla más sólida, más prominente y más accesible.

¡Todas esas chispas de amor que encienden corazones y cambian tantas vidas!

¿Sabéis que únicamente un 5% de todas nuestras aportaciones provienen de no rotarios y que nuestro objetivo para este año es alcanzar un 10%?

¿Sabéis que nuestras donaciones “on-line” han alcanzado este año casi 9 millones de dólares, que representan un 5% y que deseamos llegar a un 8%?

¿Sabéis que este año 2015 deseamos conseguir 35 millones de dólares para la erradicación de la polio, que un 25% de los clubes establezcan como objetivos aportar al End Polio Now y que el 50% de los distritos donen un 20% del Fondo Distrital Designado para el mismo fin?

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Jueves, 10 sept.

¿Estamos dispuestos como rotarios a asumir la Misión, Visión y Valores de Rotary?

¿Es posible vivir, con gran contento, la vida sin comprometerse?

¿Es que somos atribulados prisioneros de un tiempo soñoliento que no merece ni su aurora ni su ocaso olvidando quiénes somos?

¿Seremos capaces de asumir, con temblorosa imaginación, esta responsabilidad, desfaciendo agravios y enderezando entuertos?

¿Qué esperamos compañeros rotarios? ¿Qué esperamos?

¡No podemos permanecer inmóviles contemplando apáticos en la lúgubre noche fría, la penosa procesión de la desesperanza!

¡Seamos realistas, hagamos lo imposible, sagazmente posible!

¿Cómo podemos permanecer con los brazos cruzados conociendo que 1,200 millones de seres humanos viven con 1 dólar al día, 925 millones pasan afligidos hambre, 11 millones de niños pierden la vida al año por enfermedades tratables, medio millón de madres pierden la vida durante el parto o post-parto y 2,400 millones de seres humanos que no tienen acceso a agua potable?

¡Qué triste sería el mundo si todo él estuviera ya hecho, sin una sonrisa que ofrecer, sin un rosal que plantar, sin una empresa que emprender en la paz de la noche enamorada!

Unidos con franciscana humildad, con decisión y júbilo, estamos destinados, sin duda alguna, al éxito, porque vamos gozosamente descubriendo que nuestras humanitarias acciones, llevadas a término con inmenso amor, amor que no reclama ser amado, son más elocuentes que los discursos.

Los momentos más brillantes y alegres los haremos íntimamente nuestros, como cuando con ojos de asombro vemos que se disipa la nube tormentosa que oculta el sol, junto al mar, en otoño, o como cuando el astro rey se desvanece tras las sierras de bruma y rosa o cuando las nubes a la deriva, hostigadas por ciclones, huyen en velas de plata.

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Jueves, 10 sept.

En la distancia, más allá de la vanidad del éxito, más allá del reconocimiento que nos pueda deparar la fama, más allá de la luz que pudiera emanar del triunfo… mientras la noche azul arde en el crepúsculo, se nos van abriendo, ante la ventana rota y bajo el cielo infinito, el verdadero rostro, yacente en quieto terror, de nuestras atribuladas almas lastimadas de silenciosas culpas.

La vida, nuestra corta vida, se nos acaba y se consume y se nos escapa por momentos de las manos en las siniestras sombras del temor.

Como nos decía Santa Teresa de Ávila: “Qué duros estos destierros. Esta cárcel y estas tierras, en que el alma está metida. Sólo esperar la salida me causa dolor tan fiero que muero porque no muero.”

Hoy ya es ayer y ésta, mis queridos amigos, es nuestra singular oportunidad, nuestro osado rumbo, nuestra hora profunda, nuestro luminoso día, nuestro compromiso ineluctable y nuestra generación generosa, para servir más y mejor, “Dar de Sí antes de Pensar en Sí”.

Hagamos nuestro el pensamiento, del que fue Cardenal Carlo María Martini: “¿Cómo liberar las brasas de la ceniza, de forma que se revigorice la llama del amor?”.

Y ya debo concluir y concluyo, y no os digo más porque no deseo abusar del tiempo que gentilmente me ha sido regalado por nuestra convocadora, la Past Vicepresidenta de Rotary, Celia Cruz de Giay.

Mi esposa Mª Carmen y un servidor, humilde y sinceramente, os saludamos y felicitamos por vuestra altruista vocación y por vuestra entrega entusiasta a los ideales de servicio de Rotary y de la Fundación Rotaria para lograr un mundo mejor, con dignidad, prosperidad, oportunidades y justicia social.

¡Larga vida a nuestra Fundación!

Contad con nuestra eterna admiración y profundo afecto.

Por vuestra calurosa y entrañable amistad: mil gracias.

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