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DIVISIÓN: CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

TESINA: “IMPORTANCIA DEL SECTOR AUTOMOTRIZ COMO MODELO DE CRECIMIENTO

ECONÓMICO”

QUE PRESENTA YALÚ MARICELA MORALES MARTÍNEZ

PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIATURA EN ECONOMÍA

ASESOR: RAÚL CONDE HERNÁNDEZ

México, D. F. 31 de Mayo de 2006

2

INDICE INTRODUCCIÓN

A. Patrones de Crecimiento.

A.1 La Industrialización de Sustitución de Importaciones (ISI)

1.1) Primera Etapa 1940-1955

1.2) Segunda Etapa 1956-1970

1.3) Tercera Etapa 1971-1976

1.4) Cuarta Etapa 1976-1982

A.2 La Industrialización Orientada hacia las Exportaciones

(IOE)

2.1) Primera Etapa 1983-1987

2.2) Segunda Etapa 1988-1994

B. Industria Automotriz

1. Primera Etapa 1925-1960

2. Segunda Etapa 1960-1978

3. Tercera Etapa 1979-2003

C. Factores importantes que inciden en el Sector Automotriz

C.1 El TLCAN y el Sector Automotriz

C.2 Maquiladora

C.3 Cambio Tecnológico

C.4 Inversión Extranjera Directa y Empresas Transnacionales

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

CUADRO DEL VALOR AGREGADO NACIONAL DEL SECTOR AUTOMOTRIZ

CUADRO Y GRÁFICA DE LA INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA DE 1994-2002

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INTRODUCCIÓN La transformación que ha experimentado el sector automotriz, se erige como

modelo de estudio para intentar comprender porque sectores dinámicos de

exportación no han constituido la punta de lanza que impele la máquina de

crecimiento económico en el país. En principio se contextualiza en forma general

con dos patrones de crecimiento: el modelo de Industrialización de Sustitución de

Importaciones (ISI), el cual se caracterizo por una intervención central del Estado,

protección a la industria naciente y al mercado interno. El objetivo principal de este

proyecto, perseguía dinamizar ciertos sectores económicos particularmente el sector

manufacturero, dentro del cual la industria automotriz se concentró en el

ensamblado de vehículos y en la producción de autopartes. Los decretos emitidos

sobre la obligación en cuanto al contenido nacional de la producción se encauzaban

hacia la finalidad de fortalecer el encadenamiento hacia delante y atrás de la

economía nacional. Y el modelo de Industrialización Orientada hacia las

Exportaciones (IOE), que tiene como substrato las políticas promovidas por el

Consenso de Washington (se adjudicaba a la fuerte intervención estatal, la causa del

déficit presupuestal). Este modelo concede suma importancia al sector exportador

como promotor de las exportaciones, en el cual se maximiza la asignación eficiente

de los factores productivos y con el supuesto también de que se consolida la

especialización en base a las ventajas comparativas de costos. Las exportaciones

en el mejor de los casos, generarían un mayor grado de utilización de la capacidad

industrial, mayor especialización horizontal, una mayor familiaridad con las

tecnologías, mayores efectos de aprendizaje, precios internacionales competitivos y

calidad en los productos1. Conjuntamente se plantea como meta la estabilidad

macroeconómica: políticas monetarias y fiscales restrictivas, que serían la condición

para que el libre mercado en su status de “laisser faire”, tienda automáticamente al

equilibrio.

El sector automotriz a raíz de la entrada en vigor del TLCAN, sufre una

modificación importante a partir de “las reglas de origen”, es decir, los requisitos en

cuanto al valor agregado nacional para la industria automotriz terminal que se

eliminaría gradualmente hasta su totalidad en el 2004. En el período de la

liberalización, la Inversión Extranjera Directa (IED) se convierte en el instrumento 1 Dussel Petes, “La economía de la polarización”, 1997; pág.34

4

principal de financiamiento para la estrategia de desarrollo de industrialización

Orientada a las Exportaciones (IOE). La nueva tendencia del mercado internacional

se encuentra inmersa en el factor “competitividad” y junto con la apertura comercial y

financiera, obliga a las Empresas Transnacionales (ET) a redefinir sus estrategias.

Estas industrias tienen la característica de organizar la matriz de las manufacturas

para satisfacer sus necesidades y funcionar con muy importantes economías de

escala2.

Por otra parte la competencia de los japoneses ha explotado los nichos de

mercado con la diversificación de modelos, rediseñando el proceso productivo e

introduciendo la manufactura flexible (producción modular en el sector automotriz)3.

Se ha instrumentado mecanismos para reducir costos (métodos para reducir el

tiempo unitario por producto como el toyotismo o justo a tiempo, basado en la

reducción de los inventarios generales y de los productos finales) y enfrentar la

creciente diversidad de la demanda4.

Se ha procurado definir ciertos factores con cierto peso específico sin dejar de

entrever que existen otros factores no menos importantes. Este ensayo es una breve

intención de explicar como los procesos tecnológicos- productivos en constante

cambio y las relaciones de las entidades productivas (compañías con alcance

mundial) en su entorno complejo inciden en el fenómeno de estudio.

2 La jornada, miércoles 25 de Enero del 2006 ;Pág. 28 3 Ibid 4 Comercio Exterior, VOL.53, NÜM.4, Abril del 2003

5

“IMPORTANCIA DEL SECTOR AUTOMOTRIZ COMO MODELO DE CRECIMIENTO ECONÓMICO”

A) PATRONES DE CRECIMIENTO El ensayo que a continuación se desarrolla se propone comprender la forma

en que el sector automotriz ha sido concebido, como “una industria con

características propias que le han llevado a una vinculación estrecha con otras

ramas (industrias del vidrio, acero, hule y plástico, metal básico, entre otras y

servicios relacionados con el transporte, la infraestructura carretera y la reparación y

comercio de vehículos automotores), provocando importantes efectos

multiplicadores” y extensivos del valor agregado, efectuando con ello una aportación

de sumo interés en la generación de empleo. “El dinamismo y la innovación son

características de esta industria por lo que se ha constituido como uno de los

sectores líderes en los países que han sabido incrementar su competitividad”. “La

industria automotriz mexicana, representada por la industria terminal (producción de

vehículos) y la de autopartes, es la segunda en importancia en el país después del

sector petroquímico al contribuir en 1990, con el 2.3% del PIB nacional y 9% del PIB

manufacturero” 5.

El papel que la manufactura desempeña en las economías como Kaldor lo

señala:” tiene una correlación positiva con respecto al crecimiento del PIB; existe

una importante dependencia de otros sectores de la manufactura y los beneficios

derivados de los crecientes rendimientos a escala, son mas significativos en el

sector, que en el resto de la economía”6. Por lo tanto al enfocarnos específicamente

en este sector por el grado de importancia que reporta en la economía mexicana, se

propone constatar el impacto real en el crecimiento económico a través de la

evolución de esta industria. Se explicará la estructura de este sector y a su vez su

participación en la conformación del PIB nacional. Para empezar se describirá el

transito del sector automotriz entre dos patrones representativos de crecimiento

económico: 1) La Industrialización de Sustitución de Importaciones (ISI) que abarca

el período de 1940 a 1982 y 2) la Industrialización Orientada hacia las Exportaciones

(IOE) prevaleciente después de 1982, que desde nuestra perspectiva podrían 5 Véase fuente:Tratado de Libre Comercio” Monografía del Sector Automotriz”, pág.131 6 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; 101

6

explicar los matices y el cambio experimentado que nos darán pauta para determinar

si el liderazgo de este sector tiene el efecto real de impeler el crecimiento

económico.

A.1) LA INDUSTRIALIZACIÓN DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES (ISI) La industrialización de sustitución de importaciones fue un esfuerzo de los

países latinoamericanos para desarrollar el sector manufacturero, fundamentando su

ejecución en el Teorema de Prebisch- Singer. Este teorema plantea el problema del

desarrollo desigual confinado en las relaciones internacionales Norte-Sur (término

que hace referencia a los países industrializados con elevadas rentas per cápita y

que se encuentran en su mayoría, en el hemisferio norte y los países en vías de

desarrollo esencialmente países agrícolas en vía de industrialización, que se

encuentran en el hemisferio sur). Esta desigualdad se ve reflejada principalmente en

los términos de intercambio comercial entre Norte y Sur, cuya relación es

determinada por “la tasa de crecimiento y la elasticidad de ingreso de las

importaciones”7de cada país. Es decir, significa que en una economía en proceso o

vía de desarrollo, a pesar de que la tasa de crecimiento del producto aumenta, las

importaciones tienden a aumentar a un ritmo superior. Desde una perspectiva

cepalina se explica el fenómeno de la siguiente forma: en los países en vía de

industrialización existe una acumulación insuficiente y presión demográfica, por lo

que la absorción de la fuerza de trabajo es lenta “en capas técnicas de superior

productividad” (transferencia hacia la industria y otras actividades) y la tendencia es,

que las remuneraciones de la fuerza de trabajo y precios de los productos primarios

no suben (salvo que otros factores como por ejemplo la escasez de tierra

disminuyera la oferta, que por otro lado acrecentaría las rentas y no las

remuneraciones). Todo lo anterior expuesto, causa el deterioro relativo de sus

precios comparado con los bienes diversificados que se importan (bienes

técnicamente más avanzados y por lo general con precios más altos) 8. Los factores

que impulsan las importaciones en este contexto de forma excesiva son: el

incremento del nivel de vida de la población durante el crecimiento, la cual demanda

bienes de consumo manufacturados ya que la oferta interna no es suficiente y la

actividad del crecimiento aún moderado, que demanda la importación de bienes 7 Véase fuente: Ibid; Pág. 29 8 Véase fuente: Raúl Prebisch, “Capitalismo Perférico”,FCE,1987; Pág.199

7

intermedios y bienes de capital, necesarios en el proceso productivo. Por el lado de

las exportaciones, los productos primarios son parcialmente absorbidos en el

mercado interno y sus precios dependen de las fluctuaciones de la demanda

mundial. Existe por lo tanto, en los países en vía de desarrollo una “debilidad

congénita” o estructural interna, “las importaciones crecen más rápido que el ingreso

nacional y las exportaciones crecen más lento que el ingreso nacional “9. Esta

circunstancia influye drásticamente en la interacción internacional, dando lugar a una

correspondencia asimétrica entre los países que cada vez se amplia en un abismo

de desarrollo desigual.

Con este precedente se promovió una intensa participación del Estado, el cuál

impuso “altas y crecientes tarifas arancelarias y no arancelarias, derechos de

importación, tipos de cambio múltiple, subsidios e incentivos apoyando las

importaciones de bienes intermedios y de capital”10, es decir, se emprendió una

serie de políticas para proteger el mercado interno y su incipiente industria. En base

a las fuentes consultadas se podría dividir este patrón de crecimiento en cuatro

períodos:

1.1) En una primera etapa (1940-1955) se busco sustituir bienes no duraderos por

bienes producidos nacionalmente, favoreciendo las importaciones de bienes

intermedios y bienes de capital con tipos de cambio sobrevaluados para estimular la

industrialización de las manufacturas y lograr el eslabonamiento productivo hacia

delante y hacia atrás. La inversión extranjera directa se concibió como un elemento

complementario del ahorro interno y la asistencia tecnológica, un incentivo técnico

para la modernización industrial. Este acontecimiento, cimentó sus bases desde el

gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940), con un nuevo régimen de acumulación

direccionado por el Estado, observándose a partir de 1940 a 1955 una tasa

promedio anual de crecimiento del PIB real de 5.73% aproximadamente. La

formación de infraestructura pública para apoyar y subsidiar la industrialización se

financió con la creación monetaria, registrándose paulatinamente un “incremento de

la masa monetaria (monedas + billetes + cuentas de cheques) a una tasa promedio

anual de 17.7%” entre 1940 y 195511. La exoneración fiscal y arancelaria consolido

9 Véase fuente: Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 32 10 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 30 11 Véase fuente: Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 26

8

su intención para estimular el crecimiento económico en 1945 con, “La Ley de

Industrias Nuevas y Necesarias”, la cual otorgaba descuentos del 40% sobre el

impuesto al ingreso corporativo y liberaba de obligación, el impuesto sobre aranceles

de maquinaria, equipos y materias primas12. Se crea en 1934 la Nacional Financiera

para sufragar los gastos de proyectos de inversión a largo plazo. Hubo un

crecimiento dinámico de la inversión/ PIB, del 7% en 1940, 15% en 1954 y 20% en

197013. En este rubro, la inversión extranjera directa se impidió en ciertos sectores

estratégicos (petróleo, petroquímica, electricidad) y en industrias básicas y

semibásicas (minería y fertilizantes) compitiendo en las mismas condiciones que el

capital doméstico14. Se percibe en la balanza de pagos un incremento en las

importaciones, originando como consecuencia un déficit en la cuenta corriente,

visible en la pérdida de reservas del Banco Central (1946, 1947, 1948 y 1951). Este

desequilibrio externo fue acompañado por diversas devaluaciones como la de 1948-

1949 que fue a su vez el resultado de un reajuste a nivel mundial de las monedas

con respecto al dólar, 1949-1950 durante el período de la guerra de Corea y 1954 a

partir del cual, se mantuvo una paridad fija con respecto al dólar a lo largo de 22

años15. En este lapso de tiempo es importante destacar que se deterioro el sector

primario pese a sus tasas positivas de crecimiento16. Los excedentes del sector

agrícola y turístico junto con la inversión extranjera directa, habían financiado el

régimen de acumulación y sobre todo el desarrollo del sector privado manufacturero,

este último cada vez más dependiente de las importaciones. El período de 1940-

1955 se caracterizó por un crecimiento dinámico, inflación, desequilibrio externo

(salvó el excedente de la cuenta corriente en la balanza de pagos, en 1955) y

devaluación. En ese tiempo se discutía el dilema de la política keynesiana, en

cuanto al papel que desempeñaba el Gobierno al aumentar el gasto público a través

del déficit presupuestal para mantener la demanda y por ende el nivel de empleo,

provocando a cierto plazo inflación y a su vez sobrevaluación del tipo de cambio y

finalmente déficit externo. Se concluía junto con la corriente cepalina que el

12 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 122 13 Véase fuente: Ibid; Pág. 122 14 Véase fuente: Ibid; Pág.124 15 Véase fuente: Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 30 16 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 124

9

mecanismo de corrección para modificar el déficit externo basado en la devaluación

de la moneda no era el adecuado, ya que el “origen del desequilibrio era

estructural”17.

1.2) El intervalo de tiempo de 1956 a 1970, conocido como la época del “desarrollo

estabilizador”, se particularizó por el anclaje de un tipo de cambio fijo del peso con

respecto al dólar. El propósito de esta política era no corregir el desequilibrio externo

con este mecanismo y en su lugar recurrir a la inversión extranjera y crédito

externo18. La sustitución de importaciones de productos de consumo duradero se

impulsa desde los años 60s. Se mantiene una estabilidad relativa de precios y se

advierte un crecimiento anual promedio de 6.74%19. La política fiscal se utilizó como

instrumento catalizador de la inversión a través de subsidios y exoneraciones. Las

empresas públicas ofrecían energéticos y servicios a precios preferenciales. La tasa

de interés real atrajo ahorro interno y fondos extranjeros, con la exención del pago

de impuesto sobre el rendimiento de ciertos instrumentos de renta fija20. El gobierno

mexicano recurrió al endeudamiento externo para compensar los déficit en gasto

público y balanza de pagos, es decir, se pensaba que el gobierno al vender divisas

extranjeras a los nacionales, obtendría en moneda nacional el dinero necesario para

sufragar sus gastos, sin tomar en cuenta los impuestos que devendrían

posteriormente, para pagar los intereses de la deuda externa21. El objetivo era no

inhibir el ahorro y por tanto la inversión privada a través del aumento de impuestos o

precios sobre servicios y bienes públicos, por lo que se recurrió al “crédito interno

mediante las reservas obligatorias en la Banca Central y por ser este insuficiente, se

acudió al crédito externo”22. En los años 70s permeába la política estabilizadora del

FMI (Fondo Monetario internacional) inspirada en Milton Friedman. Fundador de la

escuela monetarista, consideraba que las fuerzas del mercado son más eficientes

que la intervención pública, en el momento de fomentar crecimiento económico

estable sin tensiones inflacionarias (para reducir la masa monetaria y con esto

17 Véase fuente: Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 34 18 Véase fuente: Ibid; Pág36 19 Véase fuente: Ibid; Pág. 35 20 Véase fuente: Ibid; Pág.37 21 Véase fuente: Ibid; Pág. 121 22 Véase fuente: Ibid; Pág. 39

10

controlar la inflación, se aconsejaba reducir el gasto público). Esta escuela abogaba

por la restricción del déficit presupuestal, la desaparición del control de cualquier

política de precios, de impedir la distorsión de los sindicatos en el factor trabajo para

alcanzar su nivel de equilibrio, de la desnacionalización mediante la venta en

subastas de empresas públicas o prácticamente regalarlas con la creación de fondos

de inversión, impedir la intervención del Estado en el sistema de crédito (ya que el

mercado de capitales es el único instrumento racional para asignar la inversión).

También favorece la apertura de la economía al exterior (sobre todo de los países en

desarrollo), con la fijación de un tipo de cambio que incentive las exportaciones junto

con la desaparición de restricciones y barreras aduanales, medidas que darían paso

a la desaparición de capitales ineficientes, sustentados por una demanda ficticia

generada por el Estado23. El déficit en la cuenta corriente continuó prevaleciendo y

en los años 60s las licencias de importación representaron el 65% del total de las

importaciones (1965). El desequilibrio de la balanza de pagos fue propiciado también

por la relativa desprotección del sector agrícola declinante desde los 60s en

comparación con el sector industrial, en cuanto a su capacidad de reproducción y

soporte financiero24. Es importante hacer referencia que a la estabilidad económica

de este patrón de acumulación contribuyó la participación de la población urbana,

regulada en su legislación laboral a través de la Comisión Nacional de Salarios

Mínimos (1962), que determinaba los salarios base, que a su vez eran

complementados por los subsidios gubernamentales mediante las prestaciones no

salariales o ingresos indirectos25.

1.3) En el período de 1971-1976 la tasa media de crecimiento fue del 5%, el déficit

del sector público representó en promedio el 5.6% del Producto Interno Bruto, el

déficit promedio por concepto de precios sobre bienes y servicios producidos por

empresas estatales era en promedio del 1.9% del PIB (es decir, este porcentaje

significaba el subsidio a empresas y familias, agravándose particularmente en 1975

y 1976)26. Con la coyuntura principal de no aumentar los precios en bienes y

servicios públicos para no afectar el nivel de beneficio de los empresarios y una

23 Véase fuente: Ibid; Pág. 44 24 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 126, 127 25 Véase fuente: Ibid; 129 26 Véase fuente: Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 46 y 48

11

política fiscal regresiva (en 1974 existía una débil captación del 12.2% del PIB), el

gobierno recurrió al endeudamiento interno (emitiendo bonos y utilizando el

mecanismo de reserva obligatoria al sistema bancario, el cual a su vez afectó

negativamente a los pequeños y medianos empresarios) y al endeudamiento externo

en menor medida (el endeudamiento interno implicaba el 59% del financiamiento

total, mientras el endeudamiento externo respondía a un 41%). El endeudamiento

externo tuvo un crecimiento anual promedio de 29.8% en el período de 1971 a 1976

con tres características importantes: repunta la importancia de ser en su mayoría

créditos privados, el sector predominante que solicita el endeudamiento es el

bancario y el principal acreedor era la banca privada norteamericana27. El déficit en

la cuenta corriente de la balanza de pagos persiste y se acentúa con la crisis

petrolera de 1973, la cual provocó una disminución de la demanda de bienes y

servicios (el turismo particularmente) de las exportaciones mexicanas. Se había

suprimido la “Ley de Industrias Nuevas y Necesarias” a partir de 1975 (anulación o

modificación de aranceles sobre bienes de capital y descuentos sobre ingresos

corporativos). En el sector manufacturero se implementaron diversas leyes para

promover las exportaciones de este sector, destacándose las siguientes: a) en 1973

La Ley de Inversión Extranjera limitaba la participación en la propiedad de los

extranjeros al 49%. b) “se instauraron en 1971 los CEDIS (Certificados de

Devolución de Impuestos), que “reintegraban los impuestos indirectos sobre

productos e insumos importados” y c) se sustituyeron las licencias de importación

por aranceles. Se fortalecieron los programas automotrices (decreto de límite

mínimo de contenido nacional) en 1972 y de maquiladoras (Programa Nacional

Fronterizo) a inicios desde 1961 que tenía como propósito promover el desarrollo

económico y social en las zonas fronterizas de México28. Se instrumento con este

propósito, la creación del FOMEX (Fomento de las Exportaciones de Productos

Manufacturados) y del FONEI (Fondo Nacional de Equipamiento Industrial) para

financiar con créditos las exportaciones y así fomentar la sustitución de

importaciones. Sin embargo la sobrevaluación del tipo de cambio fue un factor que

contrarresto el objetivo deseado. Hasta que en Agosto de 1976, se registró una

inflación alta que ocasionó un diferencial grande de la moneda mexicana con 27 Véase fuente: Ibid; Pág. 49 28 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 136

12

respecto al dólar y obligó a devaluar aproximadamente en un 70% al peso,

implantando un sistema de libre flotación y así abandonando el tipo de cambio fijo

de 12.50 pesos por dólar29. Para ese entonces, hay una confrontación declarada

entre el Banco Central partidario de una política restrictiva en el ámbito monetario y

crediticio, que compartía la estrategia económica promovida por el FMI, en

contraposición a la tendencia del Gobierno a una política keynesiana de

expansionismo en gasto público, para generar el efecto multiplicador de la

demandaΨproducciónΨempleo.

1.4) Después de 1976, el período de crisis del régimen de acumulación que se

había gestado desde los años 70s a 1982, tiene como marco referente el

revertimiento parcial de la sustitución de importaciones, es decir, “el coeficiente de

bienes importados/demanda de bienes manufacturados se incrementó a niveles

similares a la década de los 50s”. La tasa promedio anual de crecimiento del PIB

entre 1977 y 1981 fue del 7.4%30. Se destaca en este período la petrolización de la

economía y la crisis de la deuda externa. Las inversiones públicas en los sectores

del petróleo y la petroquímica representaban cerca del 30% de la deuda externa,

hacia finales de los años 70s. Y aún cuando las exportaciones petroleras significaba

el 72.5% de las exportaciones totales de 1977 a 1981, la baja aportación de valor

agregado ocasionaba una estrecha dependencia de los precios internacionales del

petróleo31. El gobierno mexicano había firmado después de la devaluación de 1976

con el FMI, un acuerdo de estabilización económica para acceder al financiamiento

de este organismo, donde se comprometía a (disposiciones que finalmente no llevo

a cabo del todo): 1) Reducir el déficit del sector público hasta representar menos del

5.5% del PIB a través parcialmente por la reducción del empleo en el sector público,

cuyo crecimiento no debía rebasar el 2%. La otra forma de restringir el déficit

presupuestal fue restringiendo el crédito con altas tasas de interés. 2) Limitar el

endeudamiento externo en una disminución de menos de tres mil millones de

dólares. 3) Elevar el precio de los bienes y servicios públicos. 4) Dirigir la apertura de

la economía hacia el exterior, buscando en el fondo a través, de la reducción de

tarifas aduanales, racionalización de permisos de importación y la ausencia de

29 Véase fuente: Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 136 30 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 135 y 143 31 Véase fuente: Ibid; Pág.135

13

control de cambio la no corrección de la balanza de pagos. 5) Restringir los

aumentos salariales32. Esté último condicionamiento es un enfoque alternativo del

FMI, ya que Friedman delimita el problema de la inflación en el exceso de la

demanda, mientras que el organismo internacional lo posiciona en la inflación

causada por los costos, justificando de esta manera la represión de los niveles

salariales. El descubrimiento de yacimientos de petróleo y la creciente

representación de este sector en las exportaciones, permitió que continuara el

gobierno mexicano con lineamientos proteccionistas y de expansión monetaria. En

1979 el Plan Nacional de Desarrollo Industrial se propuso impulsar la vinculación

interindustrial y el crecimiento económico, a través de la inversión pública financiada

con recursos petroleros33, encaminando este proyecto a un esquema combinado de

industrialización de sustitución de importaciones y promoción orientada hacia las

exportaciones. A pesar de que el crecimiento del PIB en 1980 fue del 8.3% y en

1981 fue del 8.1%, el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, déficit

presupuestal, inflación y deuda externa se incrementaron. Dada está última

situación, los cambios en los términos de intercambio (baja del precio del petróleo) y

las tasas de interés (aumento que influyó en la exigencia de primas de riesgo y

reducción de la duración de los préstamos) impactaron negativamente en el

crecimiento económico de México. Las corporaciones transnacionales se habían

concentrado en los sectores protegidos y de alta productividad como ensamblado de

vehículos, materiales eléctricos y no eléctricos, productos químicos, productos de

hule y bienes de consumo duradero, mientras que las empresas nacionales y

estatales se desempeñaban en los bienes intermedios y de formación de

infraestructura respectivamente. Las corporaciones transnacionales contribuyeron a

incrementar el coeficiente de importaciones mexicanas en un 48.9% y del déficit

comercial en un 115% entre 1970 y 1980, además de que con las utilidades

repatriadas contribuyo de forma negativa en la balanza de pagos34. Se esperaba que

algunas industrias como la automotriz y la maquiladora pudieran generar con las

exportaciones las divisas necesarias para cubrir sus importaciones y con los

32 Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 55 33 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 138 34 Véase fuente: Ibid; Pág. 126 y 139

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excedentes contrarrestar el déficit en cuenta corriente35. Aún cuando se introdujo

nuevos parámetros arancelarios que incrementaron las importaciones y los precios

de los bienes básicos fueron excluidos del control gubernamental, el sector

manufacturero disminuyó su participación de las exportaciones totales de 44.8% en

1977 a 16.7% en 1981. Para 1979- 1980 el repunte en los precios petroleros avaló y

restauró la confianza del gobierno mexicano para pagar el servicio de la deuda

externa, permitiéndole endeudarse de 35.5 mil millones de dólares a 78.22 mil

millones entre 1980-198136. Durante el lapso de tiempo de 1973 a 1981 se generó

una concentración de industrias mexicanas y su participación en las ventas totales

del PIB aumentaron de 32.8% a 48%, mientras que la intervención de las

corporaciones transnacionales descendió de 35.4% a 25.2%. La inversión pública se

dirigió a la industria petrolera y la inversión privada se orientó a servicios y comercio.

Las altas tasas de interés, la eminente devaluación e inflación (durante 1976-1981 la

tasa promedio anual fue de 37.3% y la caída real de los salarios mínimos dio cuenta

en un 10%), la nacionalización de la banca en 1981 y la fuga de capitales en 1981 y

1982, precipitó la crisis del régimen de acumulación mexicano37. La sobreliquidez

mundial creada después del choque petrolero de 1973, había alimentado a los

eurobancos y bancos norteamericanos con los excedentes de países petroleros, el

déficit residual de la balanza de pagos norteamericanos y otras fuentes privadas. El

mecanismo de préstamo era similar al de un sistema de crédito interno, pero sin

control de la banca central o de alguna regulación extraeconómica que limitara la

emisión de liquidez. Dadas estas circunstancias y con el recurso de los ingresos

petroleros, el gobierno mexicano en 1981 contraía una deuda externa que se dividía

en deuda de corto plazo (correspondiente a 26% de la deuda total) y deuda de tasa

variable (que acaparaba el 70%). Entre 1978-1981 hubo un incremento de la tasa

LIBOR, tasa interbancaria establecida en Londres sobre los depósitos en

eurodólares a seis meses38. Siendo México el país en vía de desarrollo más

endeudado en cuanto a montos a tasa variable, significó el riesgo de disminuir su

crecimiento, ya que “la rigidez estructural de sus necesidades de importación”

35 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 138 36 Véase fuente: Ibid; Pág. 141 37 Véase fuente: Ibid; Pág. 143 38 Véase fuente: Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 59 y 125

15

traducida en un déficit crónico de la cuenta corriente en la balanza de pagos, no

permitía el proceso de reproducción del capital. El gobierno mexicano a principios de

1982 emprendió “sucesivas devaluaciones”, estableció un programa de austeridad

cuyos objetivos eran: reducir el gasto público, restringir el crédito, elevar las tasas de

interés e impuso para entonces, un doble tipo de cambio (un tipo de cambio

preferencial a las importaciones de alimentos e insumos como piezas de repuesto y

maquinaria, necesarios para el proceso de producción y otro tipo de cambio para las

demás transacciones que se regiría por la oferta y demanda)39. Estas disposiciones

lograron una disminución del déficit en la balanza de pagos, sin embargo se

desencadeno una fuerte inflación. Ante la expectativa de la incapacidad de pagar la

deuda externa y la inestabilidad monetaria, se extendió una ambiente de

incertidumbre que incitó a una parte de la población mexicana de altos ingresos a

transferir su riqueza a cuentas bancarias en Estados Unidos. La fuga de capitales

entre 1981 y 1982 creó una crisis de liquidez (las reservas del Banco Central

disminuyeron drásticamente), que obligaron al gobierno mexicano en septiembre de

1982 a la nacionalización de los bancos privados y al control rígido del tipo de

cambio para contrarrestar la especulación. Aunado a esto, en noviembre de 1982 se

firma una carta de intención con el FMI a condición de ayuda financiera,

comprometiéndose a: reducir el déficit presupuestal, mitigar la deuda externa y

flexibilizar el control de cambios. En 1983 se realizó la reprivatización del 34% del

sistema bancario, la liberalización de precios de numerosos productos y la

flexibilización del control de cambios40. A partir de entonces la alternativa de

crecimiento en México dependería de dos factores importantes: de la tasa de interés

aplicada a la reestructuración de la deuda determinada por la política

estadounidense y del precio mundial del petróleo.

A.2) LA INDUSTRIALIZACIÓN ORIENTADA HACIA LAS EXPORTACIONES (IOE) La industrialización orientada hacia las exportaciones se fundamenta en el

modelo Heckerscher- Ohlin –Samuelson de las “ventajas comparativas de costos”.

En este modelo los supuestos de: mercados perfectamente competitivos y eficientes,

completa movilización de factores homogéneos de producción, pleno empleo, nulos

costos de transacción (costos de transporte, almacenamiento, comercialización o

39 Véase fuente: Ibid; Pág. 114 y 132 40 Véase fuente: Ibid; Pág.116

16

distribución), sustitución limitada entre factores de la misma industria entre diferentes

países, tecnología idéntica y rendimientos a escala constantes41, induce a la

utilización intensiva del factor productivo más abundante de cada país para

concentrarse en aquellos sectores económicos más eficientes y susceptibles de

exportar. Se intensifica la especialización industrial, entendiéndose como una nueva

división del trabajo internacional derivada de los factores productivos más

competitivos en un entorno de libre comercio, lo cual conlleva a beneficios en el

comercio internacional, ya que se magnifica la asignación de recursos en el proceso

productivo, discriminando aquellas actividades cuyos productos pueden importarse a

menor precio. Sin embargo hay que hacer hincapié en que el beneficio es a nivel

global, pero “no necesariamente maximizará el ingreso real o consumo de algún país

en particular....cualquier desviación de los patrones de comercio producidos por el

libre comercio producirán una perdida en el bienestar logrado, excepto en la

aportación de bienes públicos, por ejemplo, bienes en los cuales no es posible

excluir a los que no pagan por la mercancía o el servicio”42. La correspondencia de

causa-efecto positivo de la exportación como generador de crecimiento económico

es visualizado por Balassa Bela de la siguiente forma: “La expansión de las

exportaciones actúa como un motor del crecimiento económico por varias razones

interactivas. Las exportaciones proporcionan una fuente de demanda de insumos

domésticos y, a través de mayores ingresos, de bienes de consumo interno.

También proporcionan una fuente de divisas, asegurando así el

financiamiento para las importaciones adicionales de bienes intermedios y de capital

requeridos por el incremento en el producto. La experiencia del crecimiento y la

seguridad de que no se interrumpirá por una crisis de divisas alienta a las

inversiones. La eficiencia de la inversión se incrementa por la explotación de la

ventaja comparativa, el uso de métodos de producción a gran escala y el

mantenimiento de una mayor capacidad de la utilizada. El garrote y la zanahoria de

la competencia en los mercados extranjeros proporcionan los incentivos para el

cambio tecnológico”43. Institucionalmente esta ideología es apoyada por organismos

internacionales como el Banco Mundial, en el que se afirma que las exportaciones

41 Véase fuente: Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 27 42 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 28 43 Véase fuente: Ibid; Pág. 35

17

dan paso a condiciones favorables que se manifiestan en, ”un mayor grado de

utilización de la capacidad industrial, una mayor especialización horizontal, una

mayor familiaridad con las tecnologías, mayores efectos de aprendizaje (learning by

doing), precios internacionalmente competitivos y calidad en los

productos….también se reflejan en las variaciones en la productividad, cambios en

la asignación de recursos…, eficiencia y ventajas comparativas de costos, todos

ellos elementos significativos para una estrategia de desarrollo exitoso”44. Algunos

autores como Nishimizu/Page al analizar la relación productividad-crecimiento

económico motivada por el crecimiento de las exportaciones y asociarlo en forma

positiva (ley de Verdoorn), enfatizan la importancia de que sólo se logra “en

economías que se encuentran orientadas al mercado en general”45. En concreto, la

productividad total de los factores, la transferencia de tecnologías, los ingresos de

divisas y el empleo se incrementarán y proporcionarán mayores ingresos en las

naciones respectivas46. Se subraya a la vez la importancia de la estabilidad

macroeconómica, específicamente en políticas fiscales y cambiarias, para garantizar

la certidumbre en los agentes del sector privado volcados hacia las exportaciones.

Finalmente sí el mecanismo exportador funciona se lograra el equilibrio de la

balanza de pagos, este último el talón de Aquiles de las economías en vía de

desarrollo.

En referencia a la fuente bibliográfica consultada, el patrón de crecimiento de

industrialización Orientada hacia las Exportaciones (IOE), se puede abordar en la

descomposición de dos períodos:

2.1) El período de 1983-1987, el cual coloca en relieve el proceso de liberalización

gradual llevado a cabo en el gobierno de Miguel de la Madrid (1983-1988). La

estrategia del Plan Nacional de Desarrollo (1983-1988) apostaba su funcionamiento

al bono demográfico del país (población joven y abundante). Con el Programa

Inmediato de Reordenamiento Económico (PIRE), se proponía mitigar la inflación,

restablecer el equilibrio fiscal y cambiario, así como cubrir el servicio de la deuda

externa47. Se determinó la reprivatización gradual de las empresas estatales, la

44 Véase fuente: Ibid; Pág. 37 45 Véase fuente: Ibid; Pág.37 46 Véase fuente: Ibid; Pág. 38 47 Véase fuente: Ibid; Pág. 151

18

apertura selectiva a la inversión extranjera directa, la liberalización gradual de las

importaciones y se emprendió la depreciación del peso mexicano. El programa de

privatizaciones se realizó en tres etapas: entre 1983 y 1985, las empresas pequeñas

y de baja rentabilidad fueron liquidadas o fusionadas, de 1986 a 1988 se vendieron

las pequeñas y medianas empresas, y a partir de 1988, las grandes empresas

fueron privatizadas, tal es el caso de las dos grandes compañías aéreas de capital

público, la sociedad telefónica TELMEX y los bancos comerciales. La

desincorporación de empresas estatales se contabilizó en un descenso de 1155 a

menos de 200 y el monto de su venta se concentró en un fondo coyuntural que se

encausaba en su mayor parte hacia el reembolsó de la deuda pública48. En el ámbito

de la deuda externa se gestiono en 1983 a través del Fideicomiso para la Cobertura

de Riesgos Cambiarios (FICORCA), la cuasi garantía del gobierno de cubrir el

servicio de la deuda externa del sector privado, aceptando devolver la deuda en

dólares norteamericanos. Las directrices de la industrialización se constata en el

Programa Nacional para el Financiamiento de la Industria y el Comercio Exterior

(PRONCIFE, 1986). En este programa se propone rescatar el sector de bienes de

consumo, descentralizar la economía con el progreso tecnológico, promocionar la

producción de bienes de capital e incentivar las exportaciones49. Se simplificó el

sistema aduanal mediante la reducción de tasas arancelarias y se instituyó el

Programa de Fomento Integral a las Exportaciones (PROFIEX) que “pretendía

simplificar el trámite burocrático” de las empresas exportadoras, al igual que el

Programa de Derechos de Importación de Mercancías para Exportación (DIMEX),

encargado de la “devolución de derechos aduanales de insumos importados para las

exportaciones”. La depreciación del tipo de cambio real entre 1983 y 1987, favoreció

las exportaciones que crecieron a un ritmo en promedio de 4.7% anual, dentro del

cual el sector manufacturero reportó un crecimiento anual promedio del 24.2%,

lográndose con esto un superávit comercial en este período. Esto se debió a que

entre 1983 y 1985 el tipo de cambio controlado por el sector público se mantuvo,

como vendedor neto de divisas a cuenta de sus ingresos petroleros subsidiando al

sector privado privilegiando las importaciones, pese a que el tipo de cambio libre en

48 Véase fuente: Hector Guillen Romo,“La Contrarrevolución Neoliberal de México”. Ed. Era. Pág.

120 49 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 151

19

el mercado marcó una fuerte diferencia en este período. El déficit financiero se

incrementó a 16.1% del PIB en 1987, pese a que se recorto la inversión y el gasto

corriente. Los factores externos como la baja de los precios del petróleo en 1986 y la

continuidad de la crisis del servicio de la deuda en 1985 debido a la ausencia de

vigencia del Plan Baker50, contribuyeron al persistente déficit en la cuenta corriente y

la declinación a partir de 1985, de las actividades exportadoras. La incertidumbre

de que el país pudiera rembolsar su débito (sobreendeudamiento) y la prolongación

de la inflación (106% en 1986 y 159% en 1987), se hicieron patente en la fuga de

capitales y en el descenso de la inversión extranjera directa. En 1987 se firmó el

Pacto de Solidaridad Económica, en el que se reunieron sectores de trabajadores y

empresarios con el propósito del control de precios y salarios, acorde a la teoría anti

inflación de Dornbusch en función del incremento de los costos cuyo origen era: la

inflación de los salarios, la depreciación del tipo de cambio causante de la elevación

de los precios de las importaciones y el aumento en los precios del sector público51.

A lo largo del período de 1982-1987 el PIB cayó en 0.1%, mientras que los salarios

reales de los trabajadores fueron afectados en una depreciación del 26.8%52.

2.2) En el período que corre a partir de 1988 con el gobierno de Salinas virtualmente

se intensifica la liberalización y propulsa la industrialización orientada hacia las

exportaciones. Es de vital importancia el proceso de liberalización en México desde

1987, junto con la apertura comercial y suspensión de barreras no arancelarias para

que el sector exportador especialmente el sector manufacturero de origen privado,

se perfilara como motor de crecimiento y pudiera integrarse entonces al mercado

mundial. Se emprendió una disminución de apoyos gubernamentales en la política

industrial y comercial, asumiendo el Estado una postura neutral para no distorsionar

el funcionamiento del libre mercado. La fuerza de trabajo barata, la energía y la

captación de inversión extranjera como fuente de financiamiento son elementos

esenciales para garantizar el funcionamiento del modelo orientado hacia las 50 El Plan Baker consideraba que los países que mostraban voluntad y capacidad de ajustar sus

economías debían ser recompensados con aportaciones de dinero fresco. Pero el Plan fracaso, ya

que los acreedores buscaban la limpieza de sus balances y de 1985 a 1987 disminuyeron todavía

sus aportes netos a los países en vía de desarrollo. 51 Véase fuente: Hector Guillen Romo,“La Contrarrevolución Neoliberal de México”. Ed. Era. Pág.

135 52 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 155

20

exportaciones. En 1984 la Ley para Promover y Regular la Inversión Extranjera (

expedida originalmente en 1973) otorgó la facultad al gobierno de determinar en que

sectores podría la inversión extranjera intervenir con más del 50%, extendiéndose en

1993 el rango de actividades de participación del capital foráneo. La inversión

extranjera en 1989 tuvo acceso a otros sectores tales como, los bancos comerciales

(en un 30%), compañías de seguros (hasta 49%) y algunas actividades

petroquímicas, además de la eliminación de restricciones a las licencias en materia

tecnológica. 53Se procede a la reducción de la tasa de inflación y del déficit

financiero a través de la utilización del tipo de cambio con la intención a su vez de

atraer inversión extranjera. Estas dos variables macroeconómicas inducirían de

forma paralela según el pensamiento gubernamental, un cambio estructural

microeconómico. Es importante aclarar que las acciones realizadas por el gobierno

mexicano se remiten a los ajustes estructurales que emanan del llamado “Consenso

de Washington”. Este consenso se refiere a los lineamientos de política económica

sobre la cual tienen acuerdo mutuo el Congreso estadounidense y los funcionarios

de instituciones financieras internacionales, sobre los cambios que las naciones

endeudadas deben emprender. A saber: una estricta disciplina fiscal para disminuir

el déficit presupuestal, en el que se favorece la reducción del gasto público en lugar

de aumentar los impuestos; la aplicación de una reforma fiscal eficaz con reglas

claras y porcentajes moderados; la liberalización financiera para que las tasas de

interés se ajusten con el mercado; un tipo de cambio competitivo que estimule las

exportaciones, ya que consideran que a través del desarrollo orientado hacia el

exterior es la forma de superar la crisis en América Latina; liberalización del

comercio mediante la desaparición gradual de aranceles; la inversión extranjera

directa; privatización, ya que se considera que “la propiedad privada tiene una

conducta más eficaz y aumenta el rendimiento de las empresas”, es decir, todo el

bagaje ideológico de lo que hoy en día se conoce como “ ortodoxia neoliberal”54. La

privatización se reforzó en 1996 como consecuencia de la crisis de 1994 con la

venta de “activos de PEMEX en el sector petroquímico secundario, de energía

eléctrica, satélites, telecomunicaciones, aeropuertos, ferrocarriles y puertos,

53 Véase fuente: Hector Guillen Romo,“La Contrarrevolución Neoliberal de México”. Ed. Era. Pág.

125 54 Véase fuente: Hector Guillén Romo, “La contrarrevolución Neoliberal en México”.Págs. 88-95

21

distribución de gas, etc”. La liberalización de las importaciones emprendida a partir

de 1985 con la sustitución de los permisos de importación por los aranceles,

continuó en 1986 con la eliminación de los precios oficiales de importación usados

para la valuación aduanal, requisito indispensable para ingresar al GATT (en cuyo

organismo no se permitía aranceles mayores al 35%)55. En 1989, el 42% de las

importaciones mexicanas fueron realizadas por filiales de compañías multinacionales

estadounidenses y 90% correspondieron a intercambios intrafirma56. Industrias como

la agrícola, farmacéutica, automotriz y de la microcomputación fueron exentos hasta

en un 100% y subsidiados en sus componentes importados y bienes terminados.

Este proceso de desregulación comercial predica la competencia externa

como elemento fundamental para mejor la productividad y como consecuencia la

calidad mediante la introducción de bienes de capital moderno. Se esperaba que los

precios domésticos disminuyeran con la competencia y los bienes importados a

menor precio redundarían en una transferencia al sector exportador, que lo haría

más rentable y se transformaría en un superávit comercial57. En 1988 se decide

desreglamentar totalmente los mercados financieros, para dar paso posteriormente a

la privatización de los bancos en los años 90s. La política monetaria se concentró en

la utilización de instrumentos indirectos, así las operaciones de mercado abierto

determinarían la tasa de interés y los instrumentos de deuda pública (Cetes, Bondes,

Petrobonos, Pagafes, Ajustabonos y Tesobonos) financiarían el déficit

gubernamental58. La autonomía del Banco Central en abril de 1994 tendría como

objetivo la estabilidad en el poder adquisitivo de la moneda a través del control de la

inflación y junto al poder ejecutivo de la regulación de intermediación y servicios

financieros. La liberalización financiera a nivel global ha afectado la estabilidad de

las tasas de interés, los precios de los activos financieros, los tipos de cambio, el

precio de los bienes inmuebles e incluso el oro. La circulación de los capitales

motivados por la obtención de plusvalía a corto plazo, es una causa de la

especulación financiera de los rentistas desplazando la actividad de la economía

real, es decir, la inversión en actividades productivas se inhibe. Esta situación en la

55 Véase fuente: Ibid; Pág. 158 56 Véase fuente: Ibid; Pág. 143 57 Véase fuente: Ibid; Pág. 109 58 Véase fuente: Ibid; Pág. 128

22

que el funcionamiento de la bolsa esta fuertemente ligada a la variación de los tipos

de cambio incrementa el riesgo de la crisis cambiaria o de la crisis en bolsa59. El

lastre de la deuda era aún persistente y la deuda total externa e interna de 1988 a

1995, se incrementó de 99.2 mil millones de dólares a más de 160 mil millones. Las

nuevas modalidades de los bonos gubernamentales, en el caso de los tesobonos

(títulos de deuda a corto plazo pagaderos en pesos pero indexados al dólar), fue

crucial para la crisis financiera de 1994. Los acontecimientos políticos tales como la

rebelión zapatista en Chiapas y el magnicidio de Colosio provocaron incertidumbre

política. En este lapso la Bolsa Mexicana de Valores cayó 4.15%, el peso se devaluó

60% de su valor ante el dólar, el 22 de diciembre de 1994, registrándose un día

anterior la salida de capitales evaluados en 2 500 millones, disminuyendo a su vez

las reservas a finales de diciembre a sólo 6 mil millones de dólares. La crisis

monetaria conocida como “efecto tequila”, se convirtió en crisis bancaria ya que los

bancos tenían que hacer frente a sus compromisos en dólares y el incremento de la

tasa de interés encareció el costo del crédito, traduciéndose en consecuencia como

falta de liquidez aunado a la débil credibilidad del sistema bancario mexicano.

Ernesto Zedillo anunció el 4 de enero de 1995 su “Acuerdo de Unidad para superar

La Emergencia Económica”, el cual consistía en una reducción del déficit

presupuestal a 1.3%, limitación del crédito interno del banco central y la reforma al

artículo 28 de la Constitución, para permitir la participación privada en ferrocarriles y

comunicación por satélite60. Para la estabilización de los mercados, México contó

con el financiamiento del gobierno estadounidense, el FMI y bancos privados, con

cuyo monto se proponía restituir la deuda de corto plazo. Un segundo programa de

austeridad “Programa de Acción para Reforzar el Acuerdo de Unidad para Superar

la Emergencia Económica”, llevo a cabo un incremento del 10 al 15% del impuesto

al valor agregado, los precios de la energía del sector público aumentaron 35% en la

gasolina y 20% en la electricidad. En cuanto al gasto público se redujo 10% en

término real, racionalizando la administración que consistió en el congelamiento de

contrataciones y la posposición de proyectos de infraestructura61. Entre 1988 y 1992

se llevó a cabo una reforma fiscal que impuso una disminución de la tasa de

59 Véase fuente: Ibid; Pág. 132 60 Véase fuente: Hector Guillén Romo, “La contrarrevolución Neoliberal en México”.Págs. 191 61 Véase fuente: Ibid. Pág. 193

23

impuesto sobre de las empresas de 42 a 35% y en el caso de los particulares de 50

a 35%. Para 1991 “los impuestos totales como porcentaje del PIB representaba el

12%” en comparación con Estados Unidos que aportaba el 14.1%62. El Tratado de

Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), entro en vigor el 1 de enero de

1994, culminando con el propósito de la liberalización total, a través de la eliminación

gradual de “las barreras arancelarias y no arancelarias de mercancías y servicios, en

un máximo de 15 años a partir de 1994”. A partir de esta fecha, más del 70% de las

exportaciones mexicanas y 40% de las estadounidenses y canadienses no pagaron

derechos aduanales y ciertos sectores como el automotriz, agrario y textil se les

consigno plazos y reglas específicas. Se designaron las reglas de origen definiendo

la tasa o variación de bienes intermedios necesarias para ser considerados

productos norteamericanos y así, circular libremente por la zona con trato

preferencial; en el caso del sector automotriz se determino un 62.5% de contenido

local o regla de origen63. Ciertas disposiciones favorecieron a la inversión extranjera

directa, tales como los requisitos para las exportaciones, el contenido nacional

mínimo, balanza comercial y transferencia de tecnología que serían eliminados en el

curso de los 10 años después de la firma del TLCAN. Lo que se observo en el sector

manufacturero después de la liberalización, fue en general un impacto negativo

sobre las exportaciones, con “un déficit creciente de la balanza comercial y un

proceso de desindustrialización”. Esto a causa del favorecimiento de la

industrialización hacia las importaciones de bienes de consumo y de capital, que

entre 1988 y 1994 tuvieron un aumento promedio anual de 30.6 % y 22.6%

respectivamente64. La flexibilización de las relaciones laborales ha ocasionado una

depreciación de los salarios reales que en 1992 representaban el 83.2% del salario

promedio de 1980 y en la agricultura junto con la minería equivalía al 65.4% del

salario en referencia. La estrategia de liberalización tiene como consecuencia la

apreciación del tipo de cambio real (favoreciendo las importaciones), retroceso en

los aranceles, incremento en las tasas reales de interés que captan inversión

extranjera en una mayor proporción dirigida a la inversión de cartera, pero que

incrementa el costo del crédito, ocasionando que los costos para pequeñas y

62 Véase fuente: Ibid: Pág. 133 63 Véase fuente: Ibid: Pág. 147 64 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 166

24

medianas empresas fluctúen entre 27% y 37% (1992)65. La tasa de crecimiento del

PIB ha sido modesta con tendencia al cuasi estancamiento y ha repercutido

negativamente en la tasa de empleo, el cual ha tenido como paliativo hasta la fecha,

el desplazamiento hacia la informalidad del trabajo o la migración principalmente

hacia Estados Unidos.

B) INDUSTRIA AUTOMOTRIZ Dada la importancia de la industria automotriz que “marcha a la vanguardia en los

indicadores de valor agregado, empleo y comercio exterior del sector manufacturero

nacional”66, se puede dividir este apartado en tres etapas, remitiéndose a las fuentes

consultadas:

1) La etapa productiva de ensamble (1925-1960) con insumos importados,

concentrándose la producción y consumo en la ciudad de México, mientras que el

proceso de producción se basaba en una combinación de técnica artesanal y una

forma primitiva del sistema fordista67. Este sistema es una mezcla de taylorismo que

considera la racionalización de los procesos productivos al diferenciar las tareas de

creación y ejecución (división de la organización de la producción), con la

mecanización de las líneas productivas, asociadas a la aplicación de la cadena de

montaje, selección uniforme de componentes y productos finales. Conjuntamente

existe,”una débil orientación hacia los mercados de exportación y creciente

dependencia de la producción foránea”68. En 1926 el sector automotriz se crea con

el establecimiento de una ensambladora de la Ford y en el transcurso del tiempo,

llegan a funcionar 15 plantas con 16 000 trabajadores que ensamblaban en 1960, 31

mil automóviles bajo el modelo de sustitución de importaciones con un contenido

nacional menor al 20%69. Se promovió la instalación de plantas ensambladoras

concesionarias de empresas automovilísticas mundiales. Los empresarios

mexicanos podían participar como socios y desenvolverse en la industria de

autopartes en función de la dificultad tecnológica y sustituyendo paulatinamente las

importaciones de las ensambladoras. Este modelo no se aplicó del todo, ya que las

65 Véase fuente: Ibid; Pág. 165 66 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 50 no. 2. Pág. 113 67 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 129 68 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vól. 50 no. 2. Pág. 113 69 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54, no. 3. Pág. 260

25

transnacionales impusieron las reglas de vinculación en base a sus intereses, ritmos

de desarrollo, precios y avances tecnológicos70.

2) La etapa manufacturera después de 1960 se caracterizó por el incremento de

insumos internos en los sectores de bienes de capital y bienes intermedios, la

formación de sindicatos independientes y la adopción de patrones de producción y

consumo fordista 71. Algunos investigadores la denominan como “la etapa de

integración nacional”, que a partir del decreto de 1962, buscaba incentivar el

“desarrollo de la producción terminal y de autopartes en función del mercado interno,

mediante la restricción de importaciones y otorgamiento de estímulos fiscales”72.

Para esa fecha el valor agregado de la industria automotriz representaba

1.7% del sector manufacturero. Anteriormente las importaciones de vehículos

automotores y refacciones se habían incrementado en 1957 de 134 millones de

dólares a 187 millones en 1960 constituyendo más del 10% del total de las

importaciones en ese último año. En el decreto de 1962 la decisión gubernamental

exigía de las empresas la recopilación de datos sobre “la fabricación nacional de

partes, la vinculación con otras industrias auxiliares, las partes que se importaban,

relaciones de contratos e inversiones, licencias de fabricación y de asistencia técnica

con la consigna de que para el 1 de septiembre de 1964, al menos el 60% del costo

directo del vehículo fuera de origen nacional, y se prohibía a partir de esta fecha la

importación de motores completos y conjuntos mecánicos para el uso o ensamble de

ellos”73. En 1962 funcionaban 17 compañías automotrices, de las cuales 10 eran

ensambladoras que importaban vehículos sin armar o semiarmados y para ese

entonces se fabricaba en México de 15 a 20% de las partes de los vehículos. En

cuanto a las técnicas de producción se transito del ensamblaje de partes CKD

(tecnología checa Ceskomoravská Kolben Danek) a la manufactura de fundición y

maquinaria de partes del motor (monoblock, cigüeñales, árbol de levas, etc). En

1970 existían siete empresas automovilísticas: Chriysler de México, Ford Motor

Company, Volkswagen de México, estas tres abastecieron el 60% del mercado

nacional y General Motors de México, Nissan Mexicana, Vehículos Automotores de

70 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 51, no. 6. Pág. 502 71 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 129 72 Véase fuente: “Comercio Exterior”, Vól. 50 no. 2, Pág. 113 73 Véase fuente: Ibid. Pág. 114

26

México y Diesel Nacional que cubrían el 40% del mercado. En base al censo de

1970 existía 626 empresas: 22 se dedicaban al ensamble, 604 a la elaboración de

autopartes (5 fabricaban motores, 189 carrocerías y las otras 410 accesorios,

refacciones y partes)74. En 1972 la industria producía 223 000 automóviles y

generaba 80 000 puestos de trabajo, en el cuál el 70% se concentraba en la

fabricación de autopartes. En el intervalo de tiempo de 1960 a 1972 la rama de

automóviles se redujo de 75% a 55.5% y la rama de carrocerías, motores, partes y

accesorios cobro importancia aumentando su participación de 25% a 44.5%. Para

1972 las exportaciones de la industria automotriz correspondieron a casi 25% (71

millones de dólares) de las importaciones totales (290 millones de dólares). En otro

decreto contemporáneo, se emitieron nuevas regulaciones, en el que se inhibió la

producción vertical, es decir, el conjunto de empresas que se dedicaba a una de las

distintas etapas de la producción se enfiló hacia un plan estratégico de expansión

horizontal (o control único de varias empresas en la producción de los mismos

productos). El contenido de insumos domésticos que se exigía en la fabricación de

automóviles era por lo menos de 60%, y en los casos de exportaciones se requería

40% de contenido local, además de que el gobierno ofreció un subsidio de 30%

sobre el precio de lista aplicable a las exportaciones (este incentivo entro en vigencia

en 1976)75. En 1976 el PIB de la industria automotriz disminuyó 8.9% y al año

siguiente 1977 se redujo un 5% a razón de que la industria terminal y de autopartes,

disminuyó su producción en dichos años 10.7% y 9.7% respectivamente. De 1975 a

1977 la producción de unidades automotoras disminuyó de 357 000 a 281 000

unidades fabricadas. A mediados de los 70s, se registro en la industria automotriz

765 millones de dólares de importaciones y 129 millones de exportaciones, por lo

que el déficit en la balanza comercial se contabilizaba en 636 millones de dólares. La

alta propensión a importar junto con la devaluación del peso, ocasionó una

disminución de la actividad de la industria en 1977 de 13.8% en comparación a

1975. En esta circunstancia se promulgó un decreto con el propósito de que en

1978, hubiera una integración nacional, que ya no considera el sentido anterior de

costo de producción directo sino una nueva evaluación de costos de materiales en el

74 Véase fuente: “Comercio exterior”, vol. 51, no. 6. Pág. 503 75 Véase fuente: Elizabeth Lelo de Larrea, Pola Strauss “México en el Mercado Automotriz

Norteamericano”. Pág.62

27

contenido local, exigiendo en los automóviles 50%, 65% para camiones y tractores,

así como 70% para tractocamiones y autobuses. Se esperaba que en 1981 el grado

de integración aumentara a 75% para automóviles, 85% para camiones y tractores,

así como 90% para tractocamiones y autobuses. También se consolidó un

“presupuesto de divisas para cada empresa de la industria terminal al igual que en el

ramo de autopartes, con el objeto de que las importaciones se compensaran con

exportaciones directas o indirectas de la empresa terminal, es decir, que las

exportaciones cubrieran los requerimientos de divisas para pagos en el extranjero”76.

A su vez el gobierno para compensar estos cambios “eliminó las cuotas de

producción, suprimió el control de los precios sobre los automóviles de pasajeros y

otorgó precios especiales en los impuestos de exportación”77.

3) La tercera fase denominada “la etapa de orientación exportadora”, ubicada a

finales de los 70s y principios de los 80s, se caracterizo por el impulso a las

exportaciones de gran escala, sin exigencia mínima de integración nacional. En los

primeros años de esta etapa se mantuvo “la protección comercial y los requisitos de

integración nacional en la oferta destinada al mercado interno”. En los finales de los

80s hubo una expansión del mercado interno gracias a los ingresos petroleros, por lo

que la actividad de la industria automotriz se incrementó de 1978 a 1981 en 61.8%,

mientras que las carrocerías observaron un aumento de 46.9% en su producción, sin

por ello dejar de importar causando importantes déficits comerciales. Para entonces

el auge petrolero, había pagado los desequilibrios externos, profundizándose en

1981 cuando las exportaciones totales de 459 millones de dólares hacían frente a

las importaciones totales por un monto de 4 401 millones de dólares78. Se dio un

nuevo giro en 1982, cuando se exento de “la exigencia de contenido nacional a las

empresas que destinaran su producción al mercado externo y mantuvieran el

equilibrio en sus balanzas de divisas”. Existían en esa fecha cinco fabricantes de

automóviles en México, todos 100% de propiedad extranjera79. A raíz del decreto

76 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vól. 50 no. 2. Pág. 115 77 Véase fuente: Elizabeth Lelo de Larrea, Pola Strauss, “México en el Mercado Automotriz

Norteamericano”. Pág. 63 78 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54, no. 3. Pág. 260 79 Véase fuente: Elizabeth Lelo de Larrea, Pola Strauss, “México en el Mercado Automotriz

Norteamericano”. Pág. 64

28

gubernamental, en el período de 1981 a 1989, las exportaciones de automóviles se

incrementaron de 70 a 1 642 millones de dólares y la de motores se acrecentó a su

vez de 61 a 1 336 millones de dólares80. Para el período de 1981 a 1983 la

producción automotriz disminuyo 42.8%, ya que el nuevo decreto gubernamental de

1982, había obligado a los productores a reducir “el número de líneas y modelos, de

manera que en las plantas de montaje las nuevas líneas fueran neutrales para la

balanza de pagos”81. El gobierno había exigido en los vehículos terminados un 60%

de contenido nacional y en caso de que fuera hasta un 30%, se exhortaba a exportar

toda la producción, cuidando a cambio la protección del mercado interno. Se

adoptaron en las innovaciones tecnológicas “el estampado de las carrocerías, el uso

de robots y prensas automáticas, se introdujo maquinas herramientas de control

numérico, sin dejar de lado el uso intensivo de la mano de obra”82. Entre 1982 y

1984 las exportaciones casi se triplicaron a causa del incremento en los envíos de

motores y las reglas del decreto reorientaron la demanda, ya que el 40% de la

producción de la industria se destino principalmente a las exportaciones. Aún

cuando entre 1985 y 1986 el PIB de la industria automotriz disminuyó 23.7%, las

exportaciones se incrementaron 58.4%. La inversión extranjera se incremento a

partir de 1987 en la producción de exportación y se logró un superávit de 1 700

millones de dólares. En el nuevo entorno del país se intensifico la liberalización

comercial y se emitió otro decreto instituido en 1989, en el que se permitió la

importación de vehículos nuevos en proporción al superávit comercial de cada

empresa, sin exceder el 15% de las ventas en el mercado interno durante 1991-1992

y del 20% en 1993. Se redujo para ese entonces, el contenido nacional obligatorio

en el ramo de las autopartes, en el que se determino 36% para los productos

destinados al mercado interno y la práctica eliminación para los productos enviados

al mercado externo. Otra de las iniciativas en 1989, fue la permisión del capital

extranjero de participar hasta un 100% en las plantas de ensamble y hasta 40% en

la industria de autopartes, además de “eliminar la restricción de producción e

importación de autobuses integrales, camiones pesados y tractocamiones para los

80 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54, no. 3. Pág. 261 81 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 50, no. 2. Pág. 115 82 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vól. 50, no. 2 .Pág. 115

29

siguientes cinco años”83. En los albores de los años 90 la industria mexicana

automotriz, estaba constituida por 11 empresas terminales: cinco transnacionales

productoras de automóviles y camiones ligeros, y seis empresas de capital nacional

productoras de tractocamiones y autobuses, a la vez que se había estructurado un

importante sector de autopartes que superaba a las 300 empresas. En 1991 se

instauró un mecanismo en el que “cada empresa terminal debía compensar cada

unidad monetaria de importación con 2.5 unidades de superávit en la balanza

comercial, relación que disminuiría paulatinamente hasta 1.75 en 1994”84. Se

determino que el contenido nacional de proveedores locales de piezas y

componentes sería al menos 36% (incluyendo mano de obra y partes) por cada

empresa terminal, dejando esta disposición fuera de ejecución en las maquiladoras.

Posteriormente en 1994, entro en vigor el TLCAN (Tratado de Libre Comercio

de América del Norte) con “un proceso desregulatorio gradual de la producción y el

comercio interno, incluyendo la maquila”85. Se determino la reducción gradual a

partir del 34% del contenido nacional de los proveedores en los vehículos

terminados entre 1994-1998, con una disminución de un punto porcentual por año

para quedar en el 2003 con una exigencia de valor agregado del 29% y después del

2004 eliminarse por completo. En el ramo de las autopartes se ajustó el coeficiente

de compensación del saldo comercial a 0.8% por cada unidad monetaria de

importaciones vigente desde 1994 para disminuir gradualmente hasta eliminarse en

el 2004. La inversión extranjera directa en la industria automovilística de 1999 a

2003 ha representado el 20.3% de la inversión realizada en el sector manufacturero.

La cuál fue direccionada en 54% a la fabricación de partes y accesorios para

automóviles y camiones, un 36% a la fabricación y ensamble de automóviles y

camiones y 4.4% se destino a la fabricación de partes para el sistema de suspensión

de automóviles y camiones86. Se permitió un incrementó en 1994 de la participación

de la inversión extranjera directa de 40 a 49% en la industria de autopartes y se

autorizó a las maquiladoras registrarse como proveedoras nacionales. En el año

1994 se exportaba 52% de la producción, la cuál se incremento en 1995 a 84%,

83 Véase fuente: “Coemrcio Exterior”, vol. 51, no. 6. Pág.504 84 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vól. 50, no. 2. Pág. 116 85 Véase fuente: Ibid; Pág. 113 86 Véase fuente: “Comercio Exterior”, Vol. 54 No. 4

30

monto que tuvo su causa en la contracción interna de la demanda por la reducción

del poder adquisitivo y la depreciación del tipo de cambio, mientras que a partir de

1997 a 2003 en promedio las exportaciones de este sector se ha mantenido

aproximadamente en 75% de la producción total, lo que equivale a exportar tres de

cada cuatro unidades producidas. En 1997 el PIB menos los impuesto directos (valor

agregado bruto en valores básicos) indicó una aportación de 12.3% del sector

automotriz con respecto a toda la actividad en el sector manufacturero, 6.3%

correspondió a la fabricación de vehículos y 6% a la fabricación de carrocerías,

motores, partes y accesorios, piezas para los sistemas de transmisión, suspensión,

frenos, sistema eléctrico y otras partes, este porcentaje total supero a la industria

petrolera que generó 5.8%87. Dentro de la segunda rama en que se divide la

industria automotriz repunto la importancia del grupo, que fabrica partes del sistema

eléctrico reportando un crecimiento anual en promedio de 10.4% de 1988 a 1996 y

su participación en la rama ascendió de 22.2 a 33.9%. Las exportaciones de la

industria automotriz de 1988 a 1998 aumentaron a una tasa promedio anual de 19%

y representaron alrededor de 36.9% del sector manufacturero. En su contraparte las

importaciones de automotores y sus partes se incrementaron en promedio anual

13.6% en el mismo período de 1988-1998, en el que 22% en 1998 correspondió a

importación de vehículos terminados, 16.4% a importaciones de motores y sus

partes, y 52.4% a refacciones para automóviles y camiones. Hay que destacar que

la industria maquiladora es una proveedora importante de autopartes, en 1995

contribuyo con 24% de la producción total de dicha industria. Las exportaciones de

la industria maquiladora de partes automotoras, en el período de 1992 a 1997 ha

aumentado en promedio anual 17.9%. Esta modalidad de la industria automotriz ha

sido la fuente más dinámica de captación de empleo, ya que en 1982 empleó a 13

000 trabajadores y en 1998 se contabilizaron 169 200 puestos de trabajo88. El 94%

de las exportaciones automotrices mexicanas tienen como destino Estados Unidos y

Canadá, mientras que en la balanza de importaciones de Estados Unidos

provenientes de México prácticamente se duplicó de 7.1% en 1993 a 14.1 en 2003.

Los vehículos automotores, tractores y demás vehículos terrestres, sus partes

y accesorios que representan 17% de las exportaciones, tiene un índice de comercio 87 Véase fuente: “Comercio exterior”, vol. 50, no.2. Pág. 117 88 Véase fuente: “Comercio Exterior”, Vol. 50 no. 2. Pág. 118 y 119

31

intraindustrial del 49%89. El comercio intraindustrial se define como la exportación e

importación simultanea de bienes que pertenecen a una misma industria, como es el

caso del modelo de importación temporal para la exportación, el cual es realizado

por las empresas transnacionales aprovechando los bajos costos salariales en

México. Sin embargo es importante destacar que en esta relación, factores como el

nivel de desarrollo de un país, similitud en relación a los socios comerciales, la

estructura industrial desarrollada antes de ampliarse el comercio y el grado de

endogeneidad e integración territorial en el proceso comercial, condiciona diversos

grados de aportación a la formación del valor agregado del país.

C) FACTORES IMPORTANTES QUE INCIDEN EN EL SECTOR AUTOMOTRIZ En las siguientes páginas se exponen 4 apartados sobre temas específicos que

tratan de ampliar la información que parece pertinente, para explicar porque el sector

automotriz siendo uno de los más dinámicos de las manufacturas no ha tenido la

capacidad de ser un agente de integración activa y de repercutir positivamente en el

crecimiento del país. Finalmente en la conclusión se intentará dar un panorama

general de los temas específicos y conciliar los motivos o razones que no permiten

un crecimiento sino homogéneo por lo menos más coordinado.

C.1) EL TLCAN Y EL SECTOR AUTOMOTRIZ El Tratado de Libre Comercio es una respuesta a la tendencia de la

polarización de los intercambios en la escala mundial, cristalizándose en bloques

económicos o regiones geográficas donde se dinamiza las transacciones

comerciales. Canadá y Estados Unidos en 1965 con el acuerdo Autopact y el

Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Canadá (CUSFTA), realizado en

1988 habían liberado el sector automovilístico. Con este antecedente la negociación

del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) se enfoco en el

compromiso de un marco regulatorio con los objetivos de eliminar las restricciones a

las importaciones y los requisitos de desempeño. El programa abarco cuatro áreas:

a) La importación de autos usados por parte de Canadá y México. b) Las

restricciones de balanza comercial y de valor agregado nacional contenidas en el

Decreto Automotriz de México. c) Las restricciones a la importación de los 89 Véase fuente: Comercio Exterior, Vol. 51 No. 7, Pág.658

32

autobuses, camiones tractocamiones por parte de México y d) Las disposiciones

relativas al promedio de rendimiento de combustible exigidas en Estados Unidos90.

Se instauró un “Comité de normas automovilísticas que evitará todas las barreras al

comercio y una sección en especial para la determinación de reglas de origen con el

fin de garantizar transparencia, simplificación en el cálculo y mayor exactitud en los

resultados”91.

La desgravación de Estados Unidos fue total en la entrada del TLCAN en

1994, Canadá disminuyó los aranceles de 9.2 a 4.6 por ciento en su entrada, a partir

del cual reduciría a cero en un período de 10 años, mientras que México desgravó

sólo 6.5% de sus importaciones. Después de 10 años, es decir, el 1 de enero del

2004 “cualquier particular puede importar un auto nuevo proveniente de Estados

Unidos y Canadá, además de que las empresas armadoras no tienen que cumplir

con el requisito de balanza comercial positiva”92. La exención del contenido nacional

obligatorio y el limite inferior de 62.5% de contenido producido en los tres países ha

modificado el dinamismo del sector automotriz.

En 1990 el mercado estadounidense de automóviles era 25.5 veces mayor

que el mercado mexicano. La demanda de autos en el mercado mexicano para esta

fecha se concentraba básicamente, en autos populares que se atribuían el 60.6% de

ventas realizadas por prácticamente dos compañías: Volkswagen y Nissan, y los

autos compactos en cuyas ventas participaban tres fabricantes norteamericanos:

Chrysler; Ford y GM. Los vehículos de lujo y deportivos eran de origen importado y

canalizado a un mercado que representa aproximadamente 1.1%, y cuya

peculiaridad tiende a ser poco sensible a los precios. Las cinco empresas

establecidas en México llevaron a cabo diferentes estrategias para abastecer al

mercado norteamericano. Las plantas de Ford en coinversión con la firma japonesa

Mazda en Chihuahua (motores) y Hermosillo (estampado y ensamble) utilizan

tecnología de punta especializándose en la exportación de dos modelos: Tracer y

Scort (que tiene más del 76% de contenido norteamericano y canadiense), contando

además con una fábrica de componentes de plástico en Monterrey y seis

maquiladoras de autopartes y componentes en la frontera norte. La GM cuenta con 90 “Comercio Exterior”, Vol. 54 No.4. Pág. 357

91 Véase fuente: Ibid; Pág. 358 92 Véase fuente: Ibid; Pág. 358

33

una planta en Ramos Arizpe, esta compañía maquila autopartes en México

(componentes eléctricos y de plástico, asientos, partes exteriores como defensas

cerraduras y rines) exportando únicamente el modelo Celebrity. La compañía Nissan

opera una planta desde Aguascalientes que incluye ensamble y fabricación de

motores y trasejes; en 1990 exporto en su mayoría el modelo Sedán con cuatro

puertas a Centro y Sudamérica, pero planeando a futuro abastecer al mercado

norteamericano. La empresa Volkswagen exporto desde Puebla (sin erigir nuevas

plantas sólo amplio el complejo ya instalado), al mercado norteamericano y

canadiense tres modelos Jetta y Golf (con dos y cuatro puertas). Chrysler ha sido la

compañía que ha enviado cuatro modelos de exportación y unidades de camiones

D-150. La industria de autopartes estaba constituida en 1990 por aproximadamente

540 empresas y representaban el 50% del PIB del sector automotriz, con una

estructura dual de segmentos muy fragmentados y otros muy concentrados. Es el

sector más susceptible de experimentar modificaciones para desarrollar relaciones

tecnológicas con proveedores líderes y la industria terminal, concretándose en una

relocalización de las mismas empresas93. La tendencia exportadora del sector

automotriz se enfilo hacia una desconcentración geográfica, ya que estados como

Aguascalientes, Coahuila, Chihuahua, Durango y Sonora, cuya participación en los

años 80s fue reducida, se incremento significativamente en el período de 1980-

1993. Esto se realizó como respuesta a “la política federal y estatal de

descentralización y promoción de inversión externa”, además de que la cercanía de

las localidades al mercado estadounidense hacía más atractiva esta disposición.

En el período de 1988 a 2001, la industria automovilística en sus ramas

terminal y de autopartes experimentaron un crecimiento en promedio anual de

12.05%, mientras que destaco por su crecimiento anual promedio de 9.49%, el

sector de componentes eléctricos. La fabricación de motores y sus partes, en el

mismo período de tiempo tuvo un crecimiento anual relativamente bajo de 1.33%. En

1986 una quinta parte de la producción de las cinco principales empresas se

enviaron al exterior, redundando en 1991 en las exportaciones que ascendieron a

46.4% de la producción total, mientras que en 1998 el 68.6% de la producción total

se destino a las exportaciones y en 2003 con la incorporación de otras empresas 93 Véase fuente: Elizabeth Lelo de Larrea, Pola Strauss, “México en el Mercado Automotriz

Norteamericano”. Pág. 71

34

como Honda y BMW, el porcentaje destinado al exterior fue aproximadamente de

76%. La producción de vehículos para el mercado interno en 2003, descendió con

respecto a 2002 18.6% y el externo disminuyo 10.8%. Por otra parte en el lapso de

tiempo de 1992 a 2002 las importaciones crecieron anualmente en promedio 28.8%

en vehículos y camiones94.

“La apertura comercial iniciada en los años 80 y reforzada por el TLCAN a

originado un crecimiento superior de las importaciones en relación a las

exportaciones”. Esto ha ocasionado un “déficit externo colosal que desembocó en la

crisis financiera de 1994, junto con el desplome del peso mexicano”. Las condiciones

asimétricas de competencia ha provocado con la apertura comercial la desaparición

de empleos en aquellas industrias menos competitivas95. La industria automotriz fue

protegida por décadas y ofrecía “baja escala de producción y ausencia de desarrollo

tecnológico de nivel medio en las pequeñas y medianas empresas nacionales”, por

lo que dificulta la integración con la industria terminal, siendo las empresas

extranjeras como proveedoras las que satisfacen la demanda necesaria96. Hay

diversas opiniones con respecto a la evaluación del impacto del TLCAN y el punto

que describen Michael Mortimore y Faustino Barrón en referencia a la política

gubernamental es de sumo interés, ya que en su opinión “el éxito exportador se

caracterizó por consolidar una plataforma de exportaciones y no un centro de

manufactura de autos”, los cuales tienen un alto contenido importado, enfatizando

además que la prioridades de las ensambladoras de vehículos y fabricantes de

partes de América del Norte es enfrentar realmente la competencia japonesa97.

C.2) MAQUILADORA El término maquiladora jurídicamente se define como “la empresa que

ensambla, manufactura, procesa o repara materiales temporalmente importados

94 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54, no. 3. Pág. 264 95 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 55, no. 2. Pág. 132 96 Véase fuente: Clemente Ruiz Durán coordinador, “Dinámica Regional y Competitividad Regional”;

UNAM 1999. Pág. 229 97 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54, no. 3. Pág. 264

35

para posteriormente reexportarlos”98. En 1965 se funda el Programa de

Industrialización Fronteriza, albergando bajo su régimen a la empresa maquiladora

de exportación, “que no tuvo requerimientos de contenido nacional y dispuso de un

regulación fiscal especial que le permitió crecer aceleradamente, descollando

particularmente la industria de autopartes”99. Con la realidad tajante de la lejanía del

corredor fronterizo respecto a las zonas manufactureras centralizadas en el país, se

procuraba aprovechar la abundancia y el costo relativamente bajo de la mano de

obra de esta franja territorial. Las empresas maquiladoras de exportación que en un

principio estuvieron delimitadas en la zona fronteriza, se extendieron a todo el

territorio nacional con excepción de las zonas elevadas en concentración industrial,

a partir de la modificación al reglamento en el artículo 321 del Código Aduanero de

los Estados Unidos Mexicanos promulgado el 31 de octubre de 1972100. La

expansión de la empresa maquiladora hacia otras regiones obedeció a factores tales

como la insuficiencia de infraestructura y la implementación de estrategias de las

empresas transnacionales en la reorganización de sus filiales y subsidiarias.

En un inicio la maquiladora se caracterizó por una forma de subcontratación

de segmentos del proceso productivo entre dos empresas, como comercio

intraempresarial, pero posteriormente al definirse patrones de especialización se

desplegó el comercio intraindustrial101, además de fomentarse la formación de

empresas de coinversión. Las maquiladoras automotrices han sido un elemento

clave para la globalización de las plantas terminales. En una primera etapa la

industria maquiladora de exportación se desempeño en actividades de ensamble

intensivas en trabajo, siendo su participación en el sector industrial nacional y el

comercio exterior relativamente marginal. En la etapa siguiente abarcando el período

de 1982 a 1993, se incremento su importancia en la generación de empleo,

formación del valor de las exportaciones e introducción a la diversificación

tecnológica que flexibilizó el proceso de producción.

98 Véase fuente: Enrique Dussel, Michael Piore, Clemente Ruíz Durán, “Pensar Globalmente y Actuar

Regionalmente”, UNAM, 1997. Pág. 216 99 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54, no. 3. Pág. 261 100 Véase fuente: Enrique Dussel, Michael Piore, Clemente Ruíz Durán, “Pensar Globalmente y Actuar

Regionalmente”, UNAM, 1997. Pág.197 101 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54, no. 3. Pág. 262

36

En al ámbito automotriz, hubo una especialización productiva que contemplo

un incremento particular en la rama de partes y accesorio de automóviles de 10.3%

a 24.6% en la generación de empleo, utilizando maquinaria y equipo automatizado

en el lapso de 1982-1993. En 1995 se establece un centro de investigación y

desarrollo en ciudad Juárez denominado Delphi Automotive Systems, en el que se

utiliza fuerza de trabajo barata y especializada. Este complejo técnico en un principio

perteneció a General Motor, desincorporándose posteriormente para especializarse

en actividades de ingeniería y diseño que anteriormente se realizaban en Estados

Unidos, lo cual significo ahorro en tiempo, transporte, costos de fuerza de trabajo,

innovación y desarrollo102.

La industria maquiladora de exportación en el sector manufacturero ha

incrementado su participación, convirtiéndose en el principal motor de crecimiento de

las exportaciones totales y del sector manufacturero. Las importaciones temporales

para la exportación, incluida la maquila de 1993 a 2001 ha contribuido en las ventas

mexicanas externas totales o exportaciones en aproximadamente 44.38%, sin

embargo las importaciones de este sector registraron una participación en el mismo

lapso de tiempo de 78.47%. La proporción de las exportaciones a cambiado desde

los años 80s en el sector manufacturero, en el que 59.82% de las exportaciones

totales en 2001, fueron productos tales como autopartes, automóviles y electrónica,

denotando un fenómeno de maquilización en el proceso expansivo de la industria

automotriz. Se observa que desde los años 80s, menos del 20% correspondían a

productos exportables con un nivel tecnológico medio y alto, a finales de los años

90s esta especialización de los productos exportables con esa composición

tecnológica, se ha incrementado alrededor de 60%.

El Valor Bruto de Producción (VBP) que se determina como la suma”del valor

de los medios intermedios nacionales e importados más las remuneraciones a los

factores de la producción” durante el período de 1980 a 1995 creció a una tasa anual

promedio de 16.9%, en el cuál la participación de los insumos importados registro

una tasa promedio anual de 18.1%. En 1980 el consumo de insumos importados

representaba el 68.5% del VBP, mientras que en 1995 se elevo este porcentaje a

102 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54 no. 3.Pág. 263

37

79.9%103. Las importaciones específicamente de las empresas maquiladoras se

expandieron de 8.3% en 1980 a 36.1% en 1994. Al mismo tiempo las importaciones

de la industria manufacturera incrementaron su participación de 79.9% en 1980 a

93.2% en 1995. Comprendiendo en el período de 1980 a 1995 el 90% de las

compras totales al exterior o importaciones demandadas de forma conjunta por las

empresas maquiladoras y la industria manufacturera. En cuanto a los insumos

nacionales en la contribución al VBP en el período de 1980-1995 fue de

aproximadamente 1.5% del total, lo que refleja en parte la incapacidad de la industria

nacional de abastecer las redes de demanda de este tipo de empresas

maquiladoras. Algunos investigadores atribuyen esta incapacidad por el lado de los

oferentes nacionales, a motivos de ausencia de “precios competitivos, falta de

control de calidad y diseño, incapacidad de proveer grandes volúmenes bajo el

método justo a tiempo, falta de solvencia comercial y escasa experiencia

internacional junto con la poca flexibilidad administrativa”. Por el lado de los

demandantes los principales obstáculos son el “desconocimiento del mercado que

implica la incapacidad local de contratación y los requisitos de certificación de

proveedores”.

En el ámbito impositivo, el impuesto al valor agregado bajo el régimen

maquilador favorece a los insumos importados en detrimento de los nacionales. Es

notorio el “efecto de maquilización del aparato industrial nacional”, como “proceso

inverso de la sustitución de importaciones”, ya que se deja de consumir insumos

nacionales para importarlos, provocando la “desindustrialización de otras áreas de la

economía por el desplazamiento de los productores nacionales”104. Y por último las

barreras de infraestructura como la deficiencia en los medios de comunicación,

transporte, vivienda y educación dificultan el desarrollo de los factores productivos

(trabajo e inversión en capital)105.

103 Véase fuente: Enrique Dussel, Michael Piore, Clemente Ruíz Durán, “Pensar Globalmente y Actuar

Regionalmente”, UNAM, 1997. Pág.205 y 206 104 Véase fuente: Enrique Dussel, Michael Piore, Clemente Ruíz Durán, “Pensar Globalmente y Actuar

Regionalmente”, UNAM, 1997. Pág.214 105 Véase fuente: Enrique Dussel, Michael Piore, Clemente Ruíz Durán, “Pensar Globalmente y Actuar

Regionalmente”, UNAM, 1997. Pág.209

38

La reorganización de empresas particularmente de las transnacionales en la

tendencia de adoptar las operaciones de subcontratación y ensamblado, ha sido

fomentada a partir de la apertura comercial con el TLCAN. Pues la modalidad del

régimen maquilador, permite el abastecimiento de las empresas de insumos

provenientes de cualquier parte del mundo. Las empresas que realizan

importaciones temporales para su exportación en México cobijados por los

programas de fomento como Altex (Programa para las Empresas Altamente

Exportadoras), Pitex (Programa de Importaciones Temporales para Producir

Artículos de Exportación) y las maquiladoras, se establecen en el país por que

cuentan con fuertes incentivos: “no pagan arancel de importación, ni tampoco el

impuesto al valor agregado”; el impuesto sobre la renta es muy reducido y en la

mayoría de los casos insignificante, nulo o hasta negativo…y sus productos

importados sólo requieren internarse temporalmente en México”106.

El régimen tributario de la maquila de exportación dentro del impuesto sobre

la renta tiene dos vertientes importantes de análisis, que son posibles fuentes de la

reducida recaudación de este tipo de industria: “los precios de transferencias por

partes relacionadas y el concepto de establecimiento permanente”107. “Las utilidades

de las empresas filiales que mantienen relaciones comerciales importantes con sus

casas matrices se determinan a partir de las compras y ventas registrados a precios

de transferencias, decididos internamente por la empresa transnacional que a falta

de regulación puede coincidir o no con lo que se cotizan en el mercado en

operaciones equivalentes”. Se menciona este caso en particular ya que para

mediados de los años 90s la Secretaría de Economía, la cuál emite los permisos de

maquila, tenía registrado alrededor de 60% de estos establecimientos con una

participación mayor de capital extranjero. La maquila de este tipo por lo general

exporta el 100% de su producción a la casa matriz, a la cuál se le cobra por los

servicios realizados y la cuál se traduce en beneficios o utilidades de la maquila.

Esto se deriva en un problema de subfacturación de las ventas y

sobrefacturación de las compras, en este último se incorpora los servicios

tecnológicos, aprovechamiento de intangibles (servicios tales como programación

informática, asesoría jurídica y contable, publicidad) y operaciones financieras 106 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53, no. 4. Pág. 334 107 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 52 no. 10. Pág.918

39

(crédito, préstamo), las cuales pueden dar lugar a propasar la transferencia de

utilidades al extranjero. El cálculo de precios de transferencia en la maquila se ha

definido como, “un margen de utilidad por encima de los costos de operación que

consiste básicamente en nómina de obreros y empleados contratados en la

localidad”. Esta formaba parte de lo que se denomina “centro de costo”, que es lo

que la maquiladora le cobra a sus clientes en el extranjero, “consistente en los

costos de operación más un margen de utilidad decidido por la empresa extranjera”.

Dando dio pie a subestimaciones de la rentabilidad de la maquiladora

promedio y a suspicacias de las instancias gubernamentales en cuanto a una

posible manipulación de la información proporcionada por la industria maquiladora. A

partir del ejercicio fiscal de 1995, un artículo transitorio en la Ley del Impuesto sobre

la Renta coacciono a la industria maquiladora a funcionar con precios de mercado

en base a métodos utilizados y avalados por la OCDE (Organización de

Cooperación y Desarrollo Económico). Para el cumplimiento de este requisito se

instauró dos formas: en base al refugio tributario, que consiste en establecer un

rendimiento mínimo a tabla rasa, calculado en una utilidad mínima anual del 5%” y

“una resolución particular de la SHCP en la que se confirmaba que el precio de

transferencia pactado por la empresa con respecto al servicio de maquila

correspondía a un precio de mercado”. Esto resulto en la elección por parte de

“maquiladoras intensivas en mano de obra del refugio fiscal y las maquiladoras

intensivas en capital que tenían en consignación un monto importante de activos

pertenecientes al residente en el extranjero, optaron por el precio de transferencia

pactado ya que sólo se consideraría fundamentalmente sus costos de mano de obra

para considerar su utilidad”.

Es importante señalar que la mayoría de las maquiladoras funcionan con

“maquinaria, equipos e inventario importados de manera temporal y que son

propiedad de la casa matriz, la cual otorga a la empresa mexicana como comodato

(contrato en la cual se presta dicha maquinaria pero con la obligación de restituirla) o

a consignación, pero se mantiene registrado en la contabilidad de la empresa

residente en el extranjero y por ello los efectos fiscales de estos activos (como

compra y depreciación de equipo, etc) no se perciben en México sino en el país

extranjero. Las compañías trasnacionales lo llevan a cabo de esta forma no sólo por

la simplificación administrativa y contable, sino también como estrategia de una

40

posible contingencia laboral, evitando así que legalmente fuera garantía de arraigo

en tal circunstancia, además de que se mantiene exento de impuesto al activo en la

medida en que la producción sea exportada”108. Esto ayuda a entender la otra

vertiente de análisis que es el establecimiento permanente que de acuerdo al

derecho tributario internacional, “cuando una empresa tiene activos e inventarios

utilizados en manufactura en otro país, se le atribuye el carácter de establecimiento

permanente y a razón de esto es un contribuyente del erario del país extranjero,

independientemente del impuesto que pague por ser filial”. La responsabilidad

tributaria del establecimiento permanente corresponde a los ingresos que se

generan en territorio nacional asociado a los activos ubicados en el país. A pesar de

esta disposición la autoridad tributaria en Estados Unidos (Internal Revenve Service)

“niega la validez de los impuestos pagados en el extranjero por sucursales de sus

empresas, es decir, los ingresos que generan tales sucursales (establecimientos

fuera de Estados Unidos) se consideran ingresos generados en Estados Unidos y

por ello obligados a tributar en ese país”109. Esta polémica surge ya que Estados

Unidos no quería un precedente ante otros países de la existencia de un “método

aprobado para atribuir ingresos a los establecimientos permanentes y su legislación

no reconoce los ingresos obtenidos fuera del país por las sucursales de sus

empresas como ingresos extranjeros si la sucursal exporta la totalidad de su

producción a su mismo país”. Esta situación desemboca en un problema de doble

tributación, la cuál ha sido parcialmente resuelta con un convenio firmado en 1994

con Estados Unidos y otros tantos tratados con otros países, y finalmente

concretada en la Ley del Impuesto sobre la Renta de 1999 en el que se dispuso la

desaparición de la exención de impuesto al establecimiento permanente a partir del

2000. “Es decir, desde ese año los residentes extranjeros con maquiladoras en

México estaban programados para tributar plenamente como establecimientos

permanentes, es decir, obliga a un rendimiento sobre la propiedad, la planta, el

equipo y los inventarios en México de la maquiladora”110.

El gobierno federal otorga un subsidio o crédito fiscal a los trabajadores de la

industria maquiladora, que se instituyo para combatir la inflación en 1994. Este

108 véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 52, no. 10. Pág.919 109 Véase fuente: Ibid. Pág. 922 110 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 52, no. 10. Pág. 921

41

consiste en ”una cantidad que se reintegra al trabajador dependiendo de su ingreso,

el cual compensa el pago del impuesto de la renta y se hace acreedor de un pago en

efectivo a través de su empleador (la empresa disminuye el Impuesto Sobre la Renta

condonado por el gobierno en pagos a favor del obrero)”111. En base a cifras

estadísticas del INEGI, el funcionario de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público

Roberto Shatan, “la contribución de la maquila hacia al fisco, apenas alcanza para

financiar el subsidio que el Estado proporciona a los obreros para complementar sus

salarios y en ocasiones puede convertirse en tasas impositivas negativas”112.

La racionalidad de las importaciones temporales para exportación (IME) en

México de pagar lo menos posible, es un parámetro importante para evaluar el grado

de endogeneidad o requerimientos para la integración de procesos nacionales. Ya

que conlleva a otros temas tales como la capacidad del Estado para generar las

condiciones necesarias de dotar de infraestructura, capacitación de la mano de obra,

así como instrumentar proyectos específicos a través de instituciones de fomento,

organismos de planificación, etc., todas aquellas funciones rectoras que coordinen la

interacción de los diversos sujetos sociales. Al observar el régimen aduanal acogido

en la vigencia del TLCAN entre Estados Unidos y México que exenta de derechos de

importación a los insumos y maquinarias utilizadas por la industria maquiladora

procedentes de los países miembros, así como el marco legal favorecedor de la

producción compartida con Estados Unidos (este cambio en el código aduanero data

de 1963 en el que se creó la partida 807.00), el cual aplica aranceles tan sólo al

componente de valor agregado generado en el exterior (sobre todo costos fijos y

mano de obra, siempre que las maquiladoras utilicen componentes y productos

intermedios producidos en Estados Unidos, se concluye que existen indicios

institucionales que tienden al bajo consumo de insumos nacionales compitiendo

desfavorablemente en calidad y precios a nivel internacional113. Sin dejar de

mencionar ciertos casos exitosos de integración de este tipo de modalidad en

algunos sectores, como por ejemplo la empresa Diva que fabrica piezas metálicas,

placas y partes para maquinados o la empresa Metálicas que produce sillas

ergonómicas, transportadores de cadenas y estaciones de trabajo, ambas de capital

111 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 52, no. 10. Pág. 924 112 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 52, no. 10. Pág. 924 113 Véase fuente: “Problemas del Desarrollo”, vol. 35, no. 138. Pág. 72

42

nacional que analiza el investigador Jorge Carrillo114. Algunos investigadores y

críticos por otro lado, se plantean la viabilidad de la industria maquiladora como

estrategia de desarrollo a largo plazo como principal medio de inserción

internacional o de modernización de la estructura productiva mexicana, a causa de

los débiles enlaces que mantiene con los proveedores nacionales, ya que la “misma

naturaleza de la maquila, cuya fuente esencial de competitividad sigue siendo

mantener los bajos costes salariales, conduce en su lógica también a un consumo

mínimo imprescindible de insumos nacionales”115.

C.3) CAMBIO TECNOLÓGICO Durante los años 70s los avances en electrónica, computación y

comunicaciones dio lugar a una revolución industrial con la introducción de sistemas

de producción automatizados y de robotización. Según Benjamín Coriart se

desarrollaron “tres etapas de instrumentación de los procesos de automatización en

la industria”116. La primera etapa se concreto en los años 50, en Estados Unidos con

la producción fordista, que había sido aplicada por primera vez en la compañía Ford

Motor en Detroit en 1923, en combinación con el método taylorista basado en la

administración científica de la racionalización del proceso productivo, apoyados a su

vez por líneas de traslado y el desarrollo de máquinas de control numérico (cuyos

movimientos estaban controlados por papel perforado o cintas magnéticas) para la

automatización de la producción. Esta etapa se caracterizo por el incremento de la

productividad y su rigidez, ya que la línea de traslado no sólo colocaba la pieza en el

lugar de operación sino también en la posición y lugar preciso para llevar a cabo la

transformación de la misma. Por otro lado, las máquinas de control numérico

estaban limitadas por el cableado y el control desde un tablero electromecánico. La

segunda etapa de la automatización sucedió en los años 70s, en la que la

computadora en sinergia con la máquina de control numérico permitió el “diseño,

programación y control numérico de la operación en forma independiente”117. Se

114 Véase fuente: Dussel peters Enrique, “Claroscuros: Integración Exitosa de las Pequeñas y

Medianas Empresas en México”, CEPAL 2001. Pág. 177 y 186 115 Véase fuente: “Problemas del Desarrollo”, vol. 35, no. 138. Pág.82 116 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol.51 no. 6. Pág. 501 117 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 51 no. 6. Pág. 501

43

automatizó las diferentes tareas u operaciones, como la conducción de material en

la que se perfecciono el control de calidad. Se introdujo la línea asíncrona, sobre la

cuál “las piezas se encontraban en soportes circulares animados por movimiento” y

la computadora desde la cabina llamaba a las piezas “para recibir la operación

deseada y regresar al soporte circular, permitiendo este mecanismo la diversidad de

los productos y el uso intensivo de equipo”. La tercera etapa de la revolución

industrial se pone en práctica hacia la flexibilización y acortamiento del proceso

productivo. En la industria automotriz la tendencia a reducir el tiempo en el ciclo

productivo se ha logrado con la adopción de sistemas novedosos, tales como el

sistema de ingeniería simultánea introducido por los japoneses. La computadora ha

sido una herramienta importante para el diseño y la ingeniería de los autos en

modelos de tercera dimensión y simuladores. El diseño asistido por computadora

CAD (Computer Aided Design), genera modelos en imágenes informatizadas bi y

tridimensionales con características del producto (tamaño, forma, contorno) donde

se plasman y modifican las ideas. Otra ventaja es la posibilidad de simular su

funcionamiento como por ejemplo, verificar si un circuito electrónico funcionara tal

como se ha previsto, si un puente será capaz de soportar las cargas pronosticadas

sin peligro o si una salsa fluirá adecuadamente desde un envase de nuevo diseño.

El sistema CAD se conecta a equipos de fabricación en un sistema integrado

CAD/CAM (Computer Aided Manufacturing), en el cuál se elimina el error del

operador manual que conlleva la reducción del costo de mano de obra y se

maximiza la precisión y uso óptimo del equipo (las herramientas se desgastan mas

lentamente) y materiales (mínimo derroche de material). Durante los 90s hubo un

cambio importante que permitió la desverticalización de la producción a través de la

subcontratación y transferencia de la responsabilidad del diseño de componentes,

de las industrias automovilísticas hacia los proveedores118. El sistema de

modularización o módulos estandarizados es un intento de los fabricantes de autos

para “trasladar el riesgo de inversión a los proveedores, generalizar el uso de la

tecnología de la información para innovar más rápido y eficientemente, mejorar la

complejidad en la planta de ensamble debido a la entrega sincronizada de módulos

o los sistemas de inventarios justo a tiempo (es un proceso continuo, en el que las

piezas necesarias para el montaje deben incorporarse a la cadena justo en el 118 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol.. 54, no. 3. Pág. 263

44

momento en que se necesitan y sólo en la cantidad en que se necesitan) y con ello

ahorrar en costos de mano de obra, almacenaje, etc”119. Esta tendencia se enlaza

congruentemente con el sistema de producción flexible que actualmente tiene las

siguientes ventajas: 1) incrementa la productividad por hombre y por máquina,

permitiendo ahorrar mano de obra, espacio físico y capital mediante la reducción de

inventarios; 2) controla y aumenta la calidad al reducir costos por desechos y

rectificación; un ejemplo se hace patente en la planta de producción de motores en

Aguascalientes de la compañía Nissan, que tiene el record de desperdicio, ya que

en la producción de 2 mil motores por semana, tiene una probabilidad de obtener 2

motores defectuosos (.001); 3) permite la instalación de ensambladoras más cerca

de los mercados; 4) reducen los tiempos de producción y dan al fabricante una gran

capacidad para adaptarse rápidamente a los cambios del mercado sin incurrir en

grandes gastos120.

El sector automotriz se ha caracterizado por ser sumamente dinámico y

asimilativo de innovaciones tecnológicas. Como la irrupción de nuevas tecnologías

con la utilización de fuentes alternas de combustible, tal es el caso del hidrógeno en

la fabricación de autos híbridos, como los que Toyota y Honda han promocionado e

introducido en el mercado. La fabricación de un automóvil esta compuesto

aproximadamente por 15 000 elementos, implicando una heterogeneidad

tecnológica en su producción cuyo costo y calidad determina en gran medida la

competitividad de los vehículos. La evolución tecnológica de sectores como el

automotriz, electrónico o de telecomunicaciones se inclina hacia la convergencia y

procesos de difusión del conocimiento tecnológico intersectorial, coincidiendo en

mecanismos de coordinación entre diferentes empresas. Por ejemplo, “un

componente electrónico (microprocesador) se puede utilizar en los sistemas

digitalizados de un automóvil, de un teléfono celular o de una televisión. Este

fenómeno surge a consecuencia de la”miniaturización de componentes y

modularización de los equipos, que consiste en el diseño y fabricación de

subsistemas hasta cierto punto independientes del resto de los que componente un

automóvil (audio, frenos, etc)”. La modificación de los sistemas de partes y piezas

119 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol.. 54, no. 3. Pág. 265 120 Véase fuente: Clemente Ruiz Durán coordinador, “Dinámica Regional y Competitividad Regional”;

UNAM 1999. Pág. 256

45

puede realizarse sin afectar el resto de los subsistemas, ayudando a incrementar la

innovación sin cambiar la estructura tecnológica del producto final. También la

modificación de diseño de partes y piezas de ensamble requiere transformaciones

en los instrumentos, así por ejemplo en el caso de la industria maquiladora se ha

desarrollado a su alrededor un mercado de empresas y talleres de maquinado,

moldes y troqueles (herramienta empleada para dar forma a materiales sólidos y en

especial para el estampado de metales en frío), inyección de plástico, etc., que

tienen que ofrecer sus servicios para dar respuestas tecnológicas al entorno

industrial de una manera eficiente, coherente y rápida121.

Es de gran relevancia el desarrollo de tecnologías de información y de

comunicación, “ya que determina la capacidad de un país, sector o empresa para

competir en los mercados nacionales e internacionales, aún manteniendo un alto

nivel de salarios”. Las implicaciones del cambio y expansión de las tecnologías de

información y comunicación en países en desarrollo se determinan principalmente

en la capacidad generativa para participar en el desarrollo de nuevas tecnologías y

habilidades de aplicación. Se sabe que México es un país vigorosamente

dependiente de la importación de tecnología para modernizar ciertos sectores

productivos, lo cuál se ha llevado a cabo en forma indirecta a través de la captación

de inversión extranjera directa y de la compra de derechos de uso de técnicas que

comprende licencias, patentes, marcas de fábrica, franquicias y know how o

mediante las importaciones expresas de bienes de capital, este último contabilizado

en la balanza comercial (entrada neta de dólares en el país debido a las ventas de

bienes en el extranjero). Mientras que las primeras formas por ser bienes intangibles

se contabilizan en la balanza de pagos tecnológicos, la cuál es una “subdivisión de

la balanza de pagos global (mide la entrada neta de moneda en el país) y registra

las transacciones de intangibles relacionadas en el comercio de conocimiento

tecnológico entre agentes de diferentes países”122. Sin dejar de lado el conocimiento

de que el mercado tecnológico es oligopólico y que requiere de una infraestructura

adecuada con apoyo de elevados recursos para investigación. Es importante indicar

121 Véase fuente: “comercio exterior”, vol. 55, no. 7. Pág. 605 122 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión

extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM

2003. Pág. 103

46

como lo expresa la experiencia de Jesús Sebastián Audina, experto español del

Centro de Información y Documentación Científica con sede en Madrid: “Que si

México esta interesado en utilizar el conocimiento como detonador del crecimiento,

no basta con invertir dinero, sino que es importante diseñar y aplicar políticas

públicas para que los nuevos inventos y descubrimientos lleguen a manos de los

ciudadanos. El cambio en la balanza tecnológica empieza cuando se lleva el

conocimiento a las regiones y a las personas”. Existen también otras formas de

transferencia de tecnología que puede tener un efecto más deseable de creación

propia como la colaboración de tecnología global, donde se llevan a cabo

inversiones conjuntas para desarrollar proyectos innovadores o acuerdos de

producción conjunta con intercambio de información y equipo123. Excepcionalmente

también, las empresas transnacionales pueden adquirir o construir laboratorios de

investigación y desarrollo en el país anfitrión como consecuencia de la inversión

extranjera directa. Es el caso del centro técnico Delphi-México que se originó en

1995 inmediatamente después de que se separó de General Motors y a

consecuencia de modificaciones estructurales en el sector automovilístico: el transito

del diseño integral al diseño modularse; la construcción de una red de proveedores a

escala global y el incremento del contenido electrónico del automóvil124. Delphi es

una empresa global, líder mundial en la producción de accesorios electrónicos

portátiles, componentes de transporte y sistemas de tecnología. Las funciones que

desempeña Delphi-México en investigación y desarrollo son de ingeniería y

desarrollo contando con infraestructura de alta tecnología para las pruebas en la

creación de componentes y subsistemas tecnológicos, análisis computacional,

diseño, ingeniería de materiales, flotilla de vehículos de prueba, laboratorios

electrónicos y desarrollo de procesos. En 1999 Delphi diversifico sus aplicaciones en

nuevos segmentos de mercado como el aeroespacial, de equipo médico,

computadoras, entretenimientos y de alta tecnología tales como sistemas de

conexión, electrónica de consumo y controles electrónicos125.

Los lugares donde se realizan la investigación científica (universidades,

centros reinvestigación), desarrollo tecnológico e innovación pueden aportar

123 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53 no. 3. Pág. 604 124 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53 no. 3. Pág. 605 125 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53 no. 3. Pág. 615

47

herramientas para aumentar la competitividad y estimular la generación de

productos y servicios de alto valor agregado. Por otra parte las características de

una industria simbólica (en México las más representativas son la automovilística,

electrónica y computación, textil) en una determinada región transmiten los atributos

y capacidades en forma paulatina, apoyados por políticas sectoriales de promoción.

Estas políticas industriales tienen que cuidar aspectos tales como “la calificación y

certificación laboral, el manejo de ciertas tecnologías, prácticas y acuerdos de

coordinación interfirma, y el conocimiento de procesos de manufactura” 126.

C.4) INVERSION EXTRANJERA DIRECTA Y EMPRESAS TRANSNACIONALES (ET) Las actividades de la empresa transnacional consisten en la producción de

bienes y servicios o en la distribución de los mismos, creando sucursales o filiales en

los países huéspedes en los que opera. Según el Centro de las Naciones Unidas

para las Corporaciones Transnacionales, una sucursal extranjera es la parte de una

empresa que opera en terceros países. Una filial es una empresa que esta

controlada por la empresa matriz y que puede ser una empresa subsidiaria con un

porcentaje de control que varía desde el 25% a la mayoría de los votos, o una

empresa asociada es aquella en que sólo bastaría en su control el 10%. La inversión

extranjera directa de las corporaciones transnacionales puede consistir en la compra

de una empresa existente o una nueva inversión que desarrolla otra actividad

productiva (una fábrica o cadena de distribución) en un país huésped. La mayor

parte de la inversión extranjera directa proviene de los países industrializados y la

mayor parte de la inversión se lleva a cabo entre ellos mismos. De las 600 empresas

transnacionales más poderosas, 45% provienen de Estados Unidos, 16% son

japonesas y 10% británicas.

Los antecedentes históricos de las empresas transnacionales en México

datan desde la década de los 80s del siglo XIX y principios del siglo XX en los

sectores minero, petrolero, textil, transporte, haciendas y plantaciones dedicadas a

la producción agrícola y ganadera, sistema ferroviario, servicios como energía

eléctrica y sistema financiero. El sistema patrimonial a juzgar por la Revolución 126 Véase fuente: Carrillo Jorge, Michael Mortimore y Jorge A. Estrada, “Desarrollo Productivo”, no.

50, CEPAL, 1998. Pág. 71

48

Mexicana de 1910 hasta los años 30 se afianza en la ideología de”que la propiedad

legítima e inalienable de los recursos naturales corresponden o pertenecen a la

nación”, quedando suscrito en la Constitución de 1917. La nacionalización del

sistema ferroviario en 1937, la expropiación petrolera en 1938 y la reforma agraria

influyo negativamente en los flujos de inversión extranjera directa, reduciéndose en

un 42% durante 1935 y 1940127. Contemporáneo al sexenio de Lázaro Cárdenas el

modelo de industrialización sustitutiva de importaciones hasta inicios de los ochentas

se proponía la modernización socioeconómica a través de la intervención pública

con el desarrollo de infraestructura y del sector industrial, estimulados con la ayuda

de instrumentos directos e indirectos, tales como subsidios, políticas arancelarias y

comerciales y el impulso de sectores prioritarios. En una primera etapa se esperaba

sustituir importaciones y posteriormente realizar exportaciónes de productos

manufacturados, integrándose a la economía mundial. En la década de los 50s y 60s

la entrada al mercado mexicano se caracterizo por fuertes barreras arancelarias

(licencias, permisos, y cuotas de importaciones) junto con un tipo de cambio fijo que

induciendo la internación de la inversión extranjera directa. En los años 70s la

inversión extranjera se desplaza hacia los sectores manufactureros de maquinaria,

química, aparatos eléctricos, equipo de transporte en especial el de autopartes y

automotriz, calculándose su participación en 20% del PIB manufacturero. Para 1973

en el Diario Oficial de la Federación se expide la “Ley para promover la Inversión

Mexicana y Regular la Inversión Extranjera”, en la cual se destina la explotación

exclusiva del Estado sobre las actividades de “petróleo y generación de

hidrocarburos, petroquímica básica, explotación de minerales radiactivos, minería,

electricidad, ferrocarriles, comunicaciones telegráficas y radiotelegráficas”. Aledaño

a esta ley se ampara para el uso exclusivo de mexicanos sectores como “radio,

televisión, transporte automotor urbano, transporte aéreo y marino, explotación

forestal, distribución de gas y otros”. En cuanto a la inversión extranjera directa, esta

ley otorga al Estado poder discrecional para decidir en que sectores puede

participar, permitiéndole hasta entonces una participación de entre 40% y 49% “del

capital de empresas y actividades relacionadas a la explotación y aprovechamiento

de sustancias minerales, productos secundarios de la industria petroquímica,

127 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 10

49

fabricación de vehículos automotores y otros”128. Especificando para su

establecimiento cierto tipo de condiciones como porcentaje del monto a invertir,

requisitos de desempeño en cuanto a las exportaciones, balanza comercial y valor

agregado. Además las inversiones extranjeras tenían que contar con la autorización

de la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras (CNIE) y registrarse ante el

Registro Nacional de Inversiones Extranjeras (RNIE).

En el contexto mundial la producción entre 1950 y 1970 de la industria

automotriz, se regía por los modelos taylorista y fordista adoptados por las

principales empresas en base a economías de escala, donde se fabricaba todas las

piezas del automóvil desde la carrocería hasta los asientos pasando por la tapicería.

En la búsqueda de nuevos mercados, “la producción mundial se organizo en

redes con el modelo de empresa trasnacional o multinacional que operaba con una

empresa matriz y sus filiales”. Esto no significa que la empresa transnacional no

existiera anteriormente en los siglos XIX y principios del siglo XX, en cuyo tiempo

poseían y gestionaban fábricas e instalaciones productivas en varios países, sino

que la característica actual distintiva a partir de la década de los 70s, es la división

productiva a escala internacional, es decir, en lugar de crear fábricas en otros

países, las transnacionales han creado redes de fábricas especializadas en una

parte del proceso de producción como subdivisiones o departamentos del proceso

organizado a nivel mundial. Para entonces las compañías estadounidenses

realizaban la mitad de la producción mundial, estableciendo en los años setentas

filiales para vender directamente y así, evitar las barreras proteccionistas impuestas

a las importaciones en América Latina. “El modelo de sustitución de importaciones y

el proteccionismo propiciaron la concentración de mercados, a pesar de la baja

productividad de las filiales y la dependencia tecnológica estrecha con la matriz”129.

A finales de los años 70s y principios de los años 80s la competencia

internacional revoluciono la gestión empresarial y la innovación tecnológica,

conformando un modelo que priorizaba las ventajas competitivas de un conjunto de

empresas de diversas nacionalidades. Para entender este proceso se ejemplifica

explicando como se lleva a cabo la fabricación del Pontiac, considerado un auto

netamente estadounidense de la General Motors. “De los 20 000 dólares que paga 128 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 11 129 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 51, no. 6. Pág. 499

50

cada comprador, 6 000 van a Korea por el ensamble, 3 500 a Japón por los motores,

los ejes y la electrónica, 1 500 a Alemania por el diseño, 800 a Taiwan, Singapur y

Japón por las partes pequeñas, 500 a Inglaterra por el mercadeo y 100 a Irlanda por

la información tecnológica. Los 7 600 restantes se quedan en Estados Unidos, pero

no sólo en la empresa, sino que sirven para pagar a agentes de seguros, abogados

y banqueros”130. El objetivo se trazó en la atención de la demanda mundial a través

de la especialización de un producto o conjunto de productos elaborados con la

máxima calidad y al menor costo. En los años 80s en Estados Unidos la importancia

de métodos modernos de gestión empresarial, tuvo gran relevancia para plantear

nuevas estrategias frente a la transformación emprendida por Japón, a través del

liderazgo de la empresa Toyota más representativa en cuanto a la modalidad justo

a tiempo de producción.

En las nuevas teorías administrativas se planteaba la reestructuración de las

empresas en las que ya no era suficiente la ventaja tecnológica y el control

monopólico de la producción, sino que las ventajas y desventajas de la empresa se

reforzarían con las técnicas del “llamado outsourcing” o subcontratación. Este

consiste en “la selección de empresas de servicio especializadas, maquiladoras (es

una de las formas de subcontratación y el término se utiliza comúnmente para

referirse a las operaciones de producción compartida que realizan las compañías

transnacionales y sus plantas de montaje ubicadas en regiones de bajos salarios),

capaces de desarrollar con eficiencia y a bajo costo las operaciones que la empresa

no realiza con productividad”131, es decir, aprovechar las ventajas comparativas

macroeconómicas, en especial los bajos costos de mano de obra y la disponibilidad

de recursos naturales en países en desarrollo. El nuevo panorama da paso a la

nueva empresa internacional, que tiene una o varias matrices para abastecer el

mercado mundial y una red de maquiladoras productivas en función de sus ventajas

competitivas particulares situadas en diferentes regiones o países. Estas empresas

“representan la extensión internacional del sistema organizativo de sus matrices”,

por lo que el efecto de sus decisiones en los países receptores es de gran magnitud.

Los ámbitos de impacto no sólo son en el aparato productivo sino también en

la competitividad internacional, en empresas y proveedores locales, actividades de 130 Véase fuente: “Comercio exterior”, vol. 51, no. 6. Pág. 500 131 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 51, no. 6. Pág. 502

51

investigación y desarrollo, transferencia de tecnología, normas institucionales,

derechos patrimoniales, consensos sociales, etc.

Bajo este panorama particularmente la institución que establece las políticas

relacionadas a la inversión extranjera en México, la Comisión Nacional de

Inversiones Extranjeras (CNIE) en 1984, había concertado “fomentar la inversión

extranjera con una participación mayor al 50% del capital de las empresas, en

actividades con un importante desarrollo tecnológico, exportador, de generación de

empleo y/o de sustitución de importaciones”. Desde 1988 la inversión extranjera

directa “se convierte en la principal fuente de financiamiento de la estrategia de

desarrollo”, ya que las anteriores fuentes eran insuficientes como los superávit

agropecuario, petrolero y el endeudamiento externo. Tal es su importancia que en el

Reglamento de la Ley para Promover la Inversión Mexicana y Regular la Inversión

Extranjera se estipula en 1989 “que el desarrollo y modernización de la planta

productiva nacional requiere de inversiones cada vez más cuantiosas que

difícilmente podrían financiarse con fuentes tradicionales, por lo que la inversión

extranjera debe complementar el capital de riesgo nacional necesario para la

reactivación económica del país”132. Hasta 1993 la inversión extranjera se había

orientado hacia la compra de activos estatales en México a raíz del proceso de

privatización. Y posteriormente en gran parte los flujos de inversión proviene de

decisiones estratégicas de las empresas transnacionales en su expansión

internacional y se “dirigen a la compra de activos existentes en la forma de fusiones

y adquisiciones y creación de activos greenfield (laboratorios de Investigación y

Desarrollo) en términos de Sistemas Internacionales de Producción Integrada

(SIPI)”. Es decir, es un sistema internacional configurado como empresa red que en

lugar de filiales fuertemente controladas y jerarquizadas, “se establecen relaciones

contractuales con socios en los países de implantación y se forma un tejido complejo

de contratos, subcontratación, franquicias, licencias que borran la frontera exacta

entre una compañía y otra, conformando una galaxia de empresas que giran

alrededor de una empresa líder”133. La inversión extranjera directa creció

potencialmente en los años 90s y sufrió un descenso durante 2000 y 2001 por el

entorno de desaceleración económica mundial. 132 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 15 133 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 52, no. 1. Pág. 127

52

En el ámbito de América Latina actualmente las inversiones extranjeras

directas se han concentrado particularmente en tres zonas: MERCOSUR

(básicamente Argentina y Brasil), México y Chile. En México la inversión extranjera

directa que entre 1990 a 1995 se capto fue de un monto promedio de 5 400 millones

dólares, ascendiendo entre 1996 a 2002 a más de 13 000 millones de dólares. La

inversión extranjera directa en México en estos lapsos de tiempo se destino

aproximadamente en 51% del total a la industria manufacturera. La importancia de

las empresas transnacionales como agentes de la globalización se pueden constatar

en las siguientes estadísticas del 2002 de la UNCTAD (Conferencia de Naciones

Unidas para el Comercio y Desarrollo): “75% de los flujos de inversión extranjera

directa provienen de la expansión de actividades de las Empresas Transnacionales;

67% de las exportaciones globales se relacionan directamente con Empresas

Transnacionales; 33% se asocia con comercio intrafirma entre Empresas

Transnacionales y 34% corresponde a comercio de transnacionales con empresas

no relacionadas”134. En el sector automotriz mexicano predominan las empresas

transnacionales, tales como General Motor (con un valor agregado de 56 000

millones de dólares), Ford Motor (con un valor agregado de 44 000 millones de

dólares), Daimler Chrysler, Delphi ( con un valor agregado de 42 000 millones de

dólares), Volkswagen y Nissan, que al compararlos con el PIB de ciertos países

tales como Colombia (81 000 millones de dólares), Chile (71 000 millones de

dólares), etc., se puede cotejar y deducir por el tamaño de su actividad en las

economías, el impacto que estas corporaciones tienen en los países huéspedes135.

Las Empresas Transnacionales han respondido en América Latina con

distintas estrategias por diferentes motivos: a) La entrada al sector primario para la

explotación de recursos naturales para la exportación, como subsectores de petróleo

y gas en el caso de Colombia, Argentina, Perú, Chile, entre otros; b) La búsqueda

por vender productos sorteando las barreras proteccionistas sobre todo del sector

terciario o de servicios, el cual fue posible por la desregulación y privatización en los

países huéspedes de los sectores de telecomunicaciones, finanzas, infraestructura y

134 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Perspectivas y retos de la competitividad en

México”, UNAM, 2003. Pág.95 135 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Perspectivas y retos de la competitividad en

México”, UNAM, 2003. Pág. 96

53

otros, que se dio principalmente en Brasil, Argentina, Chile y México; c) En el sector

manufacturero con la introducción de “nuevos patrones de competencia derivados

de la apertura comercial y financiera” obligaron a las Empresas Transnacionales ha

redefinir sus posiciones básicamente en dos estrategias: 1) búsqueda de mercados

de manufacturas, en las que “algunas empresas se retiraron y optaron por abastecer

los mercados locales con exportaciones” y otras “racionalizaron sus operaciones

para defender su participación en el mercado, ya que entraron nuevas empresas

como el caso del sector automotriz que buscaba nuevos nichos de mercado en el

MERCOSUR”; y 2) la otra estrategia consistió en la búsqueda de la eficiencia de los

SIPI (Sistemas Internacionales de Producción Integrada), “reestructurando sus

actividades, que significo la reubicación de industrias para aprovechar los lugares

con bajos costos de producción, cercanos a los principales mercados”136.

En México la eficiencia de la modalidad de producción SIPI (Sistemas

Internacionales de Producción Integrada) como táctica de las empresas

transnacionales, irrumpiendo con una nueva organización de empresas flexibles,

especializadas en una red dinámica a través de diferentes modalidades de relación

bajo la dirección de la empresa líder transnacional y conformando una producción

compartida, ha tenido una especial actividad desde el TLCAN en sectores como el

electrónico, automotriz y textil, ya que se ha constituido como plataforma de

exportación importante hacia el mercado de Estados Unidos. Esto se debe en parte

al amparo favorable de la inversión extranjera confirmada en el capítulo XI del

TLCAN y sus subsiguientes modificaciones con los siguientes principios: a) se

otorga un trato nacional a todos los inversionistas de otros países, miembros o no

miembros del TLCAN; b) se hace extensivo los beneficios que confieran a

inversionistas de otros países, miembros o no miembros del TLCAN; c) las

inversiones de los países miembros serán tratadas conforme a los principios de

protección y seguridad que brinda el Derecho Internacional; d) se eliminara todo tipo

de requisitos de desempeño (aunque México se reserva temporalmente la aplicación

de ciertos programas, tal como el de la maquiladora, hasta el año 2001): por ejemplo

en el Reglamento de 1989 se pedía imperiosamente que “la inversión debía

136 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Perspectivas y retos de la competitividad en

México”, UNAM, 2003. Pág. 99

54

realizarse con recursos provenientes del exterior, la inversión debía mantener un

saldo positivo en la balanza de divisas por tres años y generar empleos”, mientras

que en la Ley de 1993, su reforma en 1996 y su reglamento en 1998, se reglamenta

“la no existencia de ningún tipo de restricción en el tipo de cambio para la

exportación de capital, en la repatriación de utilidades u otro tipo de transferencia en

moneda extranjera”. Específicamente en las inversiones extranjeras del sector

automotriz, autopartes y de edificación, construcción e instalación de obras no se

tiene restricción alguna desde 1999, exceptuando sólo en parte el contenido

nacional obligatorio del sector automotriz y de autopartes vigente hasta el 2004,

después de cuya fecha se eliminaran los requisitos completamente; e) se permitirá la

libre transferencia de recursos al exterior; f) se incluyen mecanismos para la

expropiación (que sólo se lleva a cabo por causa de utilidad pública, sobre bases no

discriminatorias) e indemnización de inversiones expropiadas; g) se asegura que los

inversionistas tienen derecho a acudir ante los tribunales nacionales o

internacionales para ejercer sus derechos137, entre los más importantes. Aparte de

estas disposiciones de la inversión extranjera se indica también las actividades que

se reservan al Estado Mexicano, entre los que se encuentran sectores como el

pesquero, servicios profesionales, técnicos y especializados, transporte de agua,

telecomunicaciones, etc; requiriendo además de la aprobación del CNIE (Comisión

Nacional de Inversiones Extranjeras) para inversiones en ciertos ámbitos concretos.

La legislación actual hace posible que la inversión extranjera directa participe

sin autorización y en cualquier proporción en el capital social de las empresas,

exceptuando ciertas actividades circunscritas. Se avala en la Ley de 1993 y

formaliza a su vez la conocida inversión neutra, “que se refiere a la inversión

realizada por sociedades mexicanas o fideicomisos que sólo autoriza derechos

pecuniarios (dinero en efectivo) a sus tenedores y derechos corporativos limitados,

sin derecho de voto a los inversionistas extranjeros poseedores de acciones”. La

inversión neutra mediante la adquisición de certificados de participación ordinarios

emitidos por instituciones fiduciarias138, deberá ser aprobada por la CNIE (Comisión

137 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 16 y

20 138 Empresa Fideicomiso es un corporativo que pretende actuar como asociado en función de unos

contratos, llamados contratos de confianza. Estas empresas adquieren diversas formas y se

55

Nacional de Inversiones Extranjeras) presidida por el secretario de la SECOFI

Secretaría de Comercio y Finanzas). Este tipo de instrumento se ha extendido con

presteza en los sectores de telecomunicaciones, transportes y energéticos. A todo

esto, se ha buscado en general infundir seguridad jurídica en la inversión extranjera

con cambios realizados en la legislación, procurando simplificar y reducir el tiempo

de tramitación para la constitución y registro de una empresa con capital extranjero o

de una filial en México. Después de la promulgación de la Ley de 1993, se registró

“que las actividades de la economía mexicana que se encontraban abiertas a la

inversión extranjera representaban el 82.5% del PIB, mientras que sólo el 4% y el

6% se restringía exclusivamente a mexicanos y al estado mexicano

respectivamente”139. Es importante hacer hincapié en la anulación de varios artículos

de la Ley de 1993, encaminada de forma intencional en la “Ley de Protección al

Ahorro Bancario de enero de 1999, en la que se permite una participación en los

servicios financieros de hasta 100% en sociedades controladoras de grupos

financieros, instituciones de banca múltiple, instituciones de seguros, casas de bolsa

y especialistas bursátiles; en otros servicios como en uniones de crédito,

instituciones de fianzas, casas de cambio, almacenes generales de depósito y

arrendadoras financieras, entre otras se les permite la participación a la inversión

extranjera en 49%”, lo que ha hecho posible masivas adquisiciones por parte de

empresas extranjeras en el sector financiero mexicano. En consecuencia para el año

2002, aproximadamente el 90% de los activos de los bancos en México son

propiedad de bancos extranjeros. La crisis económica de México resultado de la

incapacidad del gobierno mexicano de responder a los bonos emitidos en dólares

(Tesobonos), agravada por la salida de capitales y la consecuente devaluación del

peso, influyo de forma incierta en la inversión extranjera directa traduciéndose en

una tasa de crecimiento anual de la misma en el período de 1994 a 1998 de -9.1%.

En 1998 la maquila es el sector más dinámico donde se realizan las nuevas

inversiones, representando el 35% de la inversión extranjera directa. Se destaca el

sector automotriz entre 1994 y 1998 acumulando 4 090 millones de dólares y

combinan con otros negocios bancarios, por ejemplo con los bancos de ahorro privado, de

inversiones hipotecarios, seguros y en los últimos años se han convertido en una banca muy parecida

a los bancos de depósitos ordinarios. 139 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 22

56

participando con 9.29% de la inversión extranjera directa. “Desde 1994 a 1999 la

inversión extranjera directa tanto a nivel sectorial como de rama y sin incluir

reinversión de utilidades ni las cuentas entre las compañías, se han dirigido en

términos absolutos y relativos hacia los sectores manufactureros, de la maquila y el

financiero”. A grandes rasgos en el comportamiento de la inversión extranjera directa

se observó un crecimiento anual promedio en el período de 1980-1987 de 8.7%

incrementándose en el siguiente período de 1989- 1993 a 18.3%. La manufactura

como principal receptor de la inversión extranjera registra un descenso del 66.34%

en el período de 1980- 1988 a 28.63% en el subsecuente período de 1989-1993, a

razón del proceso de privatización en sectores de servicios, telecomunicaciones y

sector financiero. De 1994- 2001 se incrementa la inversión extranjera, sin dejar de

lado la distorsión en el cálculo por la transacción de venta de Banamex por City

Group en 12 500 millones de dólares140. Se orienta y distribuye en 50.68% dentro

del sector manufacturero incluyendo la maquila la inversión extranjera en el lapso de

1994-2001141.

En los años 90s, el despliegue de estrategias de las empresas automotrices

norteamericanas ha determinado objetivos precisos en el aumento de eficiencia y

competitividad en relación a empresas asiáticas y europeas, en la búsqueda de

materias primas, en acceso a los beneficios del TLCAN al igual que la entrada a los

mercados de los países miembros. La relocalización 142de las empresas ha llevado a

efecto un papel básico en su reestructuración, ya que se evalúan factores de los

países receptores tales como “acceso a mercados prioritarios, mano de obra y

técnicos calificados a precios competitivos, infraestructura y logística de calidad,

proveedores locales, presencia de clusters (distritos industriales), marcos

140 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión

extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM

2003. Pág. 65 141 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión

extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM

2003. Pág. 65 y 66 142 Relocalización significa la transferencia de una actividad industrial o servicio fuera del territorio

nacional con el propósito de separar el sitio de producción o de transformación de una mercancía del

sitio de consumo. Para la empresa se trata de fabricar donde es más barato y vender donde hay

mercados.

57

regulatorios, agencias e instituciones nacionales e incentivos”143. Desde la década

de los sesenta, el sector automotriz ha sido patrocinado desde 1962 a 1989 con 5

decretos emitidos con la intención de desarrollar este sector, ya sea “vía subsidios

directos, requisitos de desempeño comercial y valor agregado, buscando una mayor

integración de estas actividades con la economía mexicana”. El entorno normativo o

las reglas de origen del TLCAN han condicionado parcialmente a las Empresas

Transnacionales en el establecimiento de vínculos con la producción local. Con las

reglas de origen se mantiene la intención de impulsar la integración de los tres

países miembros, “ya que para ser considerados de origen norteamericano los

bienes obtenidos, deben ser producidos o fabricados en su totalidad de materiales

en Canadá, Estados Unidos o México o así mismo sí se ha cumplido con las

siguientes características: sí los materiales de origen no regional sufrieron una

transformación suficiente para cambiar su clasificación arancelaria y/o en casos

particulares, sí además del cambio arancelario, cumplen con normas de origen

regional. Puntualizando también que estas tarifas arancelarias preferenciales no se

aplican a terceros países. Al respecto se estipula en el artículo 303 del Tratado de

Libre Comercio de América del Norte, que terceros países no se beneficiaran de

inferiores aranceles en uno de los países miembros del TLCAN, dejando prever la

intención de que algún país no se convierta en trampolín para exportar dentro del

área comercial del TLCAN144. Las reglas de origen de la industria automotriz en el

TLCAN estipulan que el valor agregado nacional en México para la industria terminal

se fijaría en el período de 1994-1998 en un 34% y posteriormente disminuiría 1%

anualmente hasta 2003. A partir del 2004 sólo estaría vigente el valor agregado

regional de los países miembros del TLCAN determinado en 62.5%. Los requisitos

de desempeño para la industria terminal se eliminarían en 2004, agregando que las

ventas en el interior del país de las maquiladoras importantes para la industria

terminal de autopartes podrían aumentar continuamente desde 1994 con un 55%,

143 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Perspectivas y retos de la competitividad en

México”, UNAM, 2003. Pág. 103 144 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión

extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM

2003. Pág. 63

58

alcanzando el 100% a partir del 2001145. Por otra parte la vinculación de la economía

mexicana en la provisión de producción compartida con Estados Unidos ha sido

igualmente propicia, ya que este país ha convenido en su legislación comercial, “que

los productos que sean ensamblados fuera de Estados Unidos, con partes y

componentes que provienen únicamente de Estados Unidos, sólo gravarán arancel

sobre el nuevo valor agregado”. Además de que los productos que se integran bajo

este sistema de “provisión de producción compartida, no gravan impuestos

aduanales de 0.21% ad valorem y de un mínimo de 485 dólares” 146. La importación

libre de arancel a Estados Unidos, indicada en la fracción 98020080 se remite a

productos ensamblados en el exterior y se ha observado particularmente en la

década de los 90s, que este rubro ha sido el más notable por su actividad

representando más del 98% del total de las importaciones bajo el sistema de

provisión de producción compartida. Llama la atención que durante 1995-1998 el

contenido estadounidense en las exportaciones mexicanas bajo el sistema de

provisión de producción compartida es mayor a 58%, en tanto que en ningún otro

país el contenido estadounidense es superior al 7%147.

La deficiencia en la integración de la formación del valor agregado nacional,

es una materia recurrente desde las disposiciones de los decretos en 1962, pues la

falta de proveedores nacionales es una limitante del sector automotriz y de

autopartes. En los años 90s con el relativo éxito exportador de la industria

automotriz mexicana se ha desarrollado clusters (distritos industriales) con “ciertos

efectos positivos en el encadenamiento productivo y mejoramiento de las

capacidades técnicas”. Sin embargo “el éxito exportador mexicano no se ha

convertido en un motor de crecimiento para la economía, ya que mientras entre 1998

y 2002 las exportaciones crecieron en promedio anual 18%, el crecimiento del PIB

fue del 3%”. Las posibles razones por las que el éxito exportador paradójicamente

no concuerde con el crecimiento económico se atribuye en parte a: que las

Empresas Transnacionales no logran vincularse interactivamente con los

proveedores locales para formar encadenamientos productivos, al escaso desarrollo

empresarial nacional y a la insuficiente transferencia y aprendizaje tecnológico de las

145 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 36 146 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 36 147 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 36

59

empresas locales. “La experiencia mexicana muestra que el vínculo entre IED,

exportaciones y crecimiento no es tan directo”148. Los investigadores Michael

Mortimore y Sebastián Vergara atribuyen esta distorsión a las siguientes causas: la

mayoría de las exportaciones cuyo destino principal es Estados Unidos dependen

del ciclo económico de este país; México padece de una dualidad estructural, ya que

posee “sectores modernos y dinámicos vinculados a las exportaciones de mayor

contenido tecnológico, tales como la industria automotriz, electrónica y prendas de

vestir”, al mismo tiempo que coexisten con el sector agrícola tradicional y actividades

menos dinámicas”, sin tener una estrecha interacción entre las mismas149.

CONCLUSIONES La etapa de sustitución de importaciones en México había construido una

planta productiva nacional generándose importantes montos de empleo, pero a la

vez enfrentando un creciente déficit comercial y de cuenta corriente (entrada neta de

moneda en el país como consecuencia de la venta de bienes y servicios interiores y

de las transferencias netas del extranjero), que no pudo seguir siendo financiado por

el superávit comercial del sector primario. La llamada industrialización trunca

(conferida esta frase a Fajnzylber) en los años 80 resultó en una disparidad

estructural entre “un sector industrial de capital extranjero altamente dinámico en

sectores de punta y el resto de la industria incapaz de integrarse al mercado

mundial”150. Las reservas petroleras en los años 70s y 80s con sus exportaciones

habían permitido a través del endeudamiento financiar la crisis de desarrollo, durante

la década de los 80s se redujo el PIB, la inflación llego a niveles cercanos a 160% y

el déficit fiscal represento el 15% del PIB durante varios años151. Irrumpiendo en

1987 una nueva estrategia de crecimiento que priorizó “las exportaciones y el sector

manufacturero privado”, cuidando a su vez estrictamente del control de las variables 148 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Perspectivas y retos de la competitividad en

México”, UNAM, 2003. Pág. 115 149 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Perspectivas y retos de la competitividad en

México”, UNAM, 2003. Pág. 115 150 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 14 151 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión

extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM

2003. Pág. 50

60

económicas con anteriores desaciertos: la inflación y el déficit fiscal. Con los

gobiernos de Miguel de la Madrid y Salinas de Gortari se tránsito del paradigma

económico de sustitución de importaciones a un modelo de liberalización económica

que “incluyó la apertura del país a los mercados internacionales de capital y la

eliminación de la mayor parte de las barreras al comercio”152. Se emprendió la

instauración de políticas horizontales “con el objeto de afectar a todas las empresas,

ramas, sectores y regiones por igual”, al mismo tiempo que se imponía una estricta

disciplina macroeconómica. Durante 1983 y 1984 el gobierno mexicano desarticulo

el sistema de protección a la industria nacional, efectuándose entre otras medidas

una disminución a la tasa de impuestos a 22% y eximiendo 16.5% de las

importaciones totales del requisito de permiso previo. El 24 de julio de 1985 México

formalizó su entrada al GATT y en ese mismo año el 69.1% de las importaciones no

requirieron permiso de importación.

La desregulación económica y la liberalización arancelaria desde 1985 fueron

medidas con la pretensión de “permitir una orientación exportadora a través de

insumos internacionales, masiva privatización de empresas paraestatales que

hiciera posible el desarrollo y expansión del sector manufacturero privado y la

eliminación de subsidios directos e indirectos, así como programas orientados hacia

empresas, ramas, sectores y regiones específicos que ayudaran a fluir en forma

eficiente la asignación de los recursos de productores y consumidores”153. Otros

lineamientos impuestos con importantes efectos fueron la modificación del marco

regulatorio de las inversiones extranjeras, la modificación en el marco regulatorio de

la tenencia de la tierra y la regulación sobre prácticas monopólicas mediante la

promulgación de la Ley de Competencia”, determinadas con el objetivo de que la

inversión extranjera directa fuera considerada una de las principales fuentes de

financiamiento. “La competencia internacional por flujos de capital, la escasez de

recursos, la dificultad para obtener financiamiento” había causado la exigencia de

152 Véase fuente: “Problemas de Desarrollo”, vol. 36, no. 141. Pág. 159 153 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 15

61

cambios en el marco normativo, ya que México era considerado uno de los

regímenes mas restrictivos en cuanto inversión extranjera154.

En este contexto la economía mexicana desde entonces ha disminuido el

impulso dinámico que tuvo en la etapa de sustitución de importaciones, denotándose

particularmente en el ingreso por habitante, el cual no se ha modificado

prácticamente desde 1982. La apertura comercial que devino con el Tratado de Libre

Comercio de América del Norte, se fundamento en los siguientes argumentos: se

abaratarían los insumos y bienes de capital importados, lo cual repercutiría en la

disminución de costos del proceso de producción, aumentando así la competitividad

de los productos mexicanos (aquellos que contaran con ventajas comparativas), por

ello se exportaría más y se neutralizaría la escasez de divisas como freno principal

de la importación de los mismos insumos y bienes de capital, quedando roto así el

círculo de la imposibilidad de crecimiento económico155. Las ventajas comparativas

en función de la utilización intensiva de mano de obra generarían empleo,

acompañado de una mejoría de salarios y a su vez repercutiría de manera positiva

para desincentivar la migración.

A más de 10 años del TLCAN en la evaluación de las variables

macroeconómicas se encuentra que la economía de México siendo una de las “más

abiertas del mundo, exporta cerca de 30% del PIB y de esta cantidad 87% son

manufacturas, de las cuales casi la mitad proviene del régimen maquilador”. Sin

embargo los salarios reales no se han recuperado con el consabido desempleo

abierto desfasado156; el PIB per cápita se ha situado por debajo de niveles

154 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión

extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM

2003. Pág. 54 155 Véase fuente: “Problemas de Desarrollo”, vol. 36, no. 141. Pág. 157 156 La tasa de desempleo abierto en México en las áreas urbanas ha sido reducida, pero sólo refleja

un pequeño segmento de la población que no ha conseguido ningún empleo formal ni en el sector

informal. Otros estudios señalan que desde los años 80s, alrededor de 15 millones de personas no

obtuvieron un empleo formal. La generación de empleo durante los años 90s ha sido de

aproximadamente de 500 000 empleos anuales, muy por debajo del aumento de la Población

Económica Activa de aproximadamente 1 300 000 anuales. La calidad del empleo ha disminuido,

dado que los salarios reales en el sector manufacturero y los mínimos se ubican muy por debajo de

los niveles de 1980. Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la

62

alcanzados en la fase de industrialización sustitutiva de importaciones; la formación

bruta de capital no ha aumentado durante 1988- 2001 manteniéndose estancada en

niveles cercanos al 14%, correspondiendo a la lógica de que el ahorro total respecto

al PIB conserva niveles de 22% en el mismo período; la deuda externa total se ha

mantenido relativamente estable desde 1995, pero ha cambiado su composición en

los años 90s acrecentándose la deuda externa privada de 9 040 millones en 1990 a

cerca de 55 000 millones en 2001; el tipo de cambio flexible se ha constituido como

ancla inflacionaria, sosteniendo una creciente sobrevaluación (en el 2001 el tipo de

cambio real se encontraba sobrevaluado en aproximadamente 40%), que ha hecho

rentable la inversión extranjera de cartera en el corto y mediano plazo perjudicando

con la distorsión de precios al aparato productivo en su balance comercial (abarata

las importaciones en detrimento de las exportaciones); el sistema financiero no ha

desplegado durante los años 90s el vínculo necesario para interactuar con el sector

privado y productivo, constatandose en que más del 50% de las empresas se

financian a través de sus proveedores157; y se percibe la fragmentación del proceso

productivo, que tiende a una nueva configuración concretada en la maquilización del

sistema productivo. Como dato esclarecedor en 1980 la participación de las

maquiladoras en las exportaciones ascendían a 14% y en 2000 estas representaban

46%. Lindante a esto, de 1980 a 2000 las exportaciones crecieron a una tasa

promedio anual del 7.9%, dos puntos porcentuales más que en el período de 1940 a

1982. Durante el intervalo de tiempo de 1980 a 2000 las manufacturas crecieron a

una tasa anual promedio de 18.8%, 11 puntos porcentuales más que en el período

de 1940 a 1982. Las exportaciones manufactureras en 1980 representaban 16% y

en el 2000 ascendían a 87%158. Aquí es importante destacar que las empresas con

inversión extranjera directa realizaron aproximadamente 60% del total de las

exportaciones no petroleras. Por otro lado hay que reconocer sin embargo que el

nivel de precios, exceptuando la crisis de 1994- 1995 se redujo de forma importante

inversión extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”,

UNAM 2003. Pág. 56 157 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión

extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM

2003. Pág. 56 y 57 158 Véase fuente: “Problemas de Desarrollo”, vol. 36, no. 141. Pág. 160

63

en los años 90s, logrando ubicarse en un dígito en 2000- 2001, mientras que el

déficit en el balance público en pocas excepciones fue superior al 3% del PIB.

En el marco revelador de estos síntomas paradójicamente se advierte que no

es suficiente la vocación exportadora para alcanzar crecimiento económico a largo

plazo si no se incluyen “aspectos territoriales de endogeneidad y de competitividad

sistémica”159. El concepto de endogeneidad se puede entender como “la capacidad

de combinar el conocimiento y las habilidades importadas con los recursos

emprendedores nacionales y potenciales del territorio”160. En la década de los 90s

autores como Esse, Hillerbrand, Messner y Meyer Stamer exponen el concepto de

competitividad sistémica sustentado en el análisis de diferentes niveles: “micro (es

importante a nivel microeconómico pero no suficiente), meso, macro (o

exclusivamente a nivel macroeconómico) y meta, que afectan a las empresas en el

plano local, regional, nacional y supranacional ( este último concepto se entiende

como aquello que está por encima del ámbito de los gobiernos e instituciones

nacionales y que actúa con independencia de ellos)”. De estos niveles se prioriza en

primer plano, el nivel mesoeconómico, “dimensión donde se generan las ventajas

competitivas institucionales y organizativas, los patrones específicos de organización

y gestión y los perfiles nacionales que sustentan las ventajas competitivas y que son

difícilmente imitables por los competidores”. Además en este nivel se conjugan

mecanismos, políticas e instituciones que atañen a la competitividad de sectores

individuales y en su conjunto, tanto público como privado y de organizaciones no

gubernamentales, así como relaciones inter o intraempresa”161. “La competitividad

exige una elevada capacidad de organización, interacción y gestión por parte de los

grupos de actores, que deben procurar una gestión sistemática que abarque a la

sociedad en su conjunto”. Por ello también, “el empotramiento económico,

institucional y cultural es de la mayor relevancia para entender la configuración intra

159 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53, no. 4. Pág.330 160 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53, no. 3. Pág.245 161 Véase fuente: Dussel Peters Enrique, Coordinador “Perspectivas y Retos de la Competitividad en

México”, UNAM, 2003. Pág.26 y 27

64

e interregional, así como las condiciones y el potencial de competitividad

sistémica”162.

En la época actual se habla de una reconfiguración industrial que implica

“nuevas formas de eficiencia colectiva, organización industrial y relaciones intra e

interempresariales, efectos de la globalización en los procesos de desarrollo en

escala regional, los clusters, los distritos y parques industriales, los

encadenamientos de valor agregado, así como las formas institucionales de

asociación que desempeñan un papel cada vez más significativo en la

competitividad de las naciones”. Las estrategias de las empresas transnacionales,

los grupos y redes interempresariales mundiales se encauzan al comercio

intraindustrial e intraempresarial, a la relación entre globalización y regionalización, a

la especialización flexible y los encadenamientos mercantiles mundiales, a la

creciente apertura de los mercados de bienes, servicios y capitales. Las empresas

líderes al construir las cadenas interactivas de empresas “coordinan controlan e

imponen estándares intra e interfirma, las cuáles son normas y patrones que cuidan

aspectos de calidad y manufactura, así como estándares fitosanitarios, sociales,

laborales, ecológicos y otros”. Estos estándares que pueden “comprenderse como

las nuevas barreras no arancelarias, tienden a imponerse y homogeneizarse,

requiriendo de enormes capacidades financieras y tecnológicas por parte de

empresas y territorios que les permita continuar participando en las cadenas de valor

global”163

Se han instrumentado desde los 80s mecanismos para reducir costos y

enfrentar la diversidad de la demanda. Los métodos para reducir el tiempo unitario

por producto, el llamado justo a tiempo o toyotismo es un fenómeno tecnológico que

se inicia después de la posguerra, en la que las empresas japonesas alcanzan

niveles de calidad y eficacia tales como lo acontecido en los años 80s, reduciendo a

15 horas la fabricación de un auto en comparación a las 35 horas/ trabajador que las

empresas estadounidenses y europeas empleaban en el mejor de los casos. Las

162 Véase fuente: Clemente Ruiz Durán y Enrique Dussel Peters Coordinador, “Dinámica regional y

Competitividad Industrial”, UNAM 1999. Pág. 56 y 68

163 Véase fuente: Dussel Peters Enrique, Coordinador “Perspectivas y Retos de la Competitividad en

México”, UNAM, 2003. Pág.26 y 27

65

ventajas en los 90s a causa del diseño y fabricación asistido por computadora y

otras técnicas como la ingeniería simultánea contribuyo al mejoramiento de la

calidad y reducción del costo, al mismo tiempo que el período de gestación de

productos se redujo desde cinco a tres años. La modificación en la vinculación de los

diversos segmentos de la industria automotriz ha introducido mecanismos para

proveer partes como el caso de los productos electrónicos en el que prevalece el

sistema “build to order”, que busca funcionar en tiempo real con los proveedores,

clientes y empresas para reducir inventarios generales164. Los medios de

comunicación electrónicos han facilitado la relación entre proveedores y clientes,

disminuyendo costos y tiempos, además de la estandarización de la calidad en los

procesos productivos. Este proceso conocido como producción esbelta se remite “a

la relación estrecha entre áreas de adquisición de insumos, producción y

distribución, así como la relación entre grupos altamente calificados en una

empresa, basada a su vez en un alto grado de confianza entre proveedores y

empresas manufactureras de bienes finales”165. La coordinación y cooperación intra

e interempresa se convierte en una forma exitosa de integración sistémica de y entre

empresas, es decir, de internalizar sistémicamente, a nivel Inter e intraempresa, los

procesos en espacio y tiempo deviniendo en cuasi tiempo real”166.

Una tendencia particular que hay que reseñar es que “el proceso productivo

puede generar la menor parte del valor agregado, mientras que el diseño de partes y

componentes, de maquinarias y servicios posteriores a la venta del producto pueden

generar un valor agregado muy superior”167. Este aspecto es importante ya que

implica diferentes efectos en el desarrollo de las empresas, regiones y países en

“cuestión de aprendizaje, integración o exclusión en redes, encadenamientos

mercantiles mundiales y organizaciones industriales específicas”168. La integración

propia a las cadenas de valor agregado como proveedor, productor o distribuidor

final de las empresas, regiones y naciones a redes interempresariales está 164 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53, no. 4. Pág. 331 165 Véase fuente: Clemente Ruiz Durán y Enrique Dussel Peters Coordinador, “Dinámica regional y

Competitividad Industrial”, UNAM 1999. Pág.62 166 Véase fuente: Clemente Ruiz Durán y Enrique Dussel Peters Coordinador, “Dinámica regional y

Competitividad Industrial”, UNAM 1999. Pág. 63 167 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53, no. 4. Pág. 331 168 Véase fuente: Ibid. Pág. 331

66

condicionado por diversos factores en diferentes niveles meta, macro, meso y micro,

por lo que no es suficiente “que sólo se busque la competitividad de las empresas y

su vinculación directa al mercado mundial por medio de las exportaciones… sino

que para obtenerse resultados positivos es necesario tener en cuenta los diferentes

niveles en materia de competitividad sistémica y condiciones endógenas

territoriales”169.

El concepto de glocalidad que algunos investigadores sitúan su origen desde

los años 60s y finales de los 70s en el s. XX, es un “proceso de globalización en

tiempo y espacio que tiene efectos territoriales-locales”, el cual se constituye por la

flexibilización productiva, encadenamientos mercantiles globales y un proceso de

rápida liberalización de comercio de bienes y servicios. Los territorios se incorporan

a las cadenas de valor mundiales en segmentos específicos: procesos de empaque

y ensamble de partes y componentes; actividades de investigación y desarrollo,

diseño de partes, componentes y programas de cómputo. Esta especialización tiene

un impacto diferente sobre el “valor agregado, empleo, desarrollo e innovación

tecnológica, salarios y control de la cadena”. Es decir, la nueva división del trabajo

ha desembocado en la especialización internacional de los productos integrados que

es posible “cuando las fases del proceso productivo pueden separarse físicamente,

se explica, como el momento en el que la manufactura del producto es susceptible

de fragmentarse”. El proceso productivo puede separarse espacialmente y realizarse

en diferentes lugares, donde los costos de cada fase sea la más baja. Los servicios

de enlace compuesto por actividades tales como transporte, seguros,

telecomunicaciones, control de calidad y coordinación han permitido que los

diferentes bloques de producción interactúen en forma sincronizada. La

liberalización comercial en servicios, la convergencia de sistemas de regulación y de

derecho jurídico o legal ha abaratado sus costos, contribuyendo a extender sus

aplicaciones. Desde los años 90s se ha percibido un proceso conocido como “llave

en mano o paquete completo”, que consiste en los lineamientos que algunas

empresas líderes exigen a los subcontratistas. Es decir, la tendencia de que los

subcontratistas, “se hagan directamente responsables de los costos, financiamiento,

169 Véase fuente: Ibid. Pág. 331

67

calidad, cantidad, insumos y del propio proceso de transformación, del empaque y el

envío al consumidor final”170.

La industria automotriz ha experimentado una espectacular transformación

que permitió en su reestructuración industrial y reorientación comercial, que México

se incorpore “al nuevo orden industrial internacional”. En la etapa de sustitución de

importaciones (1940-1982), la restricción de no importar automóviles, motivó que las

empresas transnacionales emprendieran inversiones localmente y a la consolidación

de un mercado oligopólico. Se estableció una relación más intensa entre productores

extranjeros de automóviles, productores nacionales de partes y la intervención

gubernamental en su carácter proteccionista. La producción adolecía de mala

calidad, altos precios y reducido volumen, efectuándose un impacto negativo en la

balanza de pagos debido a las importaciones masivas de componentes y la poca

vocación exportadora. La coacción de los decretos de contenido local en la

producción local no logro paliar el problema del déficit en la balanza de pagos. En

los años 80 las empresas “construyeron modernas plantas de motores

internacionalmente competitivas” que tuvo éxito coincidiendo con la inserción de

nuevas estrategias corporativas, motivada por la competencia japonesa. Las

empresas transnacionales americanas que operaban en México, General Motors,

Ford y Chrysler, decidieron utilizar al país como plataforma para la exportación de

automóviles pequeños con destino a Estados Unidos, aprovechando”el programa

mexicano que subsidiaba la conversión de deuda externa en inversión directa”171. La

estructura exportadora del sector automotriz, autopartes y electrónica (capítulos 85,

87 y 84 del Sistema Armonizado) representaba más del 60% de las exportaciones

totales para el 2001172. Con la irrupción del Tratado de Libre Comercio en 1994, es

importante destacar ciertos cambios coyunturales: se reduce de forma gradual el

porcentaje de valor agregado nacional en la industria terminal, es decir, se preserva

en 34% durante 1994- 1998 después de cuya fecha disminuiría paulatinamente 1%

170 Véase fuente: Dussel Peters Enrique, Coordinador “Perspectivas y Retos de la Competitividad en

México”, UNAM, 2003. Pág.25 171 Véase fuente: CEPAL“Desarrollo Productivo”, no. 50. Pág. 19 172 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión

extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM

2003. Pág. 55

68

anualmente hasta 2003, rigiendo en el 2004 el 62.5% del valor agregado regional de

los países miembros del TLCAN; se omite el requerimiento de equilibrio en la

balanza de divisas de la industria terminal o balanza comercial positiva y los

impuestos sobre autos importados descienden gradualmente en un tiempo límite

hasta llegar a cero, concretándose la importación de autos nuevos provenientes de

Estados Unidos o Canadá y la liberalización completa en el ámbito automotriz hasta

2018, cuando se incluya el comercio de autos usados173.

Se pone en marcha el programa de las importaciones temporales para

exportación, ancla fundamental del funcionamiento de las empresas maquiladoras

de exportación, que tiene como característica el ser procesos con poco valor

agregado salvo ciertas excepciones. Algunos estudios al respecto determinan en su

análisis, que para que exista la posibilidad de una mayor”endogeneidad territorial o

de integración nacional, requeriría la empresa maquiladora pagar un mayor arancel

(el arancel actual de importación puede variar de 0-20%), del IVA (en el presente

15%), o un mayor ISR (el cuál puede ser hasta de 35%). Sí se llevará cabo el

incremento de estos parámetros, “alguna empresa que realiza procesos de

importación temporal para exportación y quisiera aumentar el grado de integración

nacional bien pudiera encontrarse con desincentivos superiores a 50% del costo de

la producción”174. Hay empresas que se han beneficiado del régimen maquilador y

del Pitex (Programa de Importaciones Temporales para Producir Artículos de

Exportación), cometiendo evasión fiscal al manipular las cifras reales y aprovechar

los incentivos otorgados por el sector público (en aspectos arancelarios, de empleo,

salarios, ecológicos, etc). El conflicto derivado de esto, es que la racionalidad de las

empresas maquiladoras amparadas en este sistema es “no pagar arancel, IVA ni

ISR”, lo cuál desvirtúa la”fuente de ingreso del presupuesto público” que son los

impuestos175. La restricción que se impuso en un principio de que la producción total

generada por la industria maquiladora de exportación para ser totalmente exportada,

se libera y autorizada a vender el 100% de su producción en México a partir del

2001, perfilándose como competencia desleal para los productores nacionales. En la

industria maquiladora se ha registrado desde sus orígenes un crecimiento sostenido

173 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54, no. 4. Pág. 358 174 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53, no. 4. Pág. 335 175 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53 no. 4. Pág. 336

69

del nivel de ocupación y se ha observado que “el comportamiento del empleo de las

empresas maquiladoras de exportación están asociados más a la dinámica de la

economía norteamericana que a las políticas empresariales y a la acción del Estado

mexicano”176. Sin embargo no hay que descartar que la política cambiaria y la

fijación de salarios hayan sido incentivos promovidos por el Estado Mexicano que

benefician a la empresa maquiladora. La integración de insumos nacionales en la

producción de la industria maquiladora, se calcula en 2% en promedio y la pequeña

proporción de ventas en el mercado interno son motivos por los cuales no se acopla

con los ciclos económicos del país. La reestructuración industrial de Estados Unidos

en las manufacturas que ha implicado la racionalización de las operaciones de la

producción ha utilizado el régimen maquilador y la cercanía geográfica, como

estrategia para incrementar la competitividad de las empresas norteamericanas.

Existen estimaciones de que aproximadamente “1750 de las mayores

empresas de los Estados Unidos están asociados a la maquila, por lo que su

expansión esta estrechamente ligado a la evolución de la economía

norteamericana”177. Como dato revelador en el caso mexicano la importación de

capital fijo por las maquiladoras (maquinaria y equipo) en el período de 1994-2000

se registra en una oscilación de la tasa de crecimiento anual entre 13.5% y 22.2%.

En el subsiguiente año de 2001-2002 disminuye el ritmo de crecimiento a causa de

la desaceleración de la economía norteamericana178. La importancia de la

maquiladora como generadora de empleo se puede constatar en los siguientes

datos: en los años 80s los puestos de trabajo otorgados por las empresas

maquiladoras representaban 4.9% del sector industrial a nivel nacional y en los 90s

la ocupación creció a 18.4%179. En el período de 1982 a 1995 el personal ocupado

en el sector automotriz mexicano creció a una tasa anual promedio de 20%,

176 Véase fuente: Enrique Dussel, Michael Piore, Clemente Ruíz Durán, “Pensar Globalmente y Actuar

Regionalmente”, UNAM, 1997. Pág.189 177 Véase fuente: Enrique Dussel, Michael Piore, Clemente Ruíz Durán, “Pensar Globalmente y Actuar

Regionalmente”, UNAM, 1997. Pág.190 178 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión

extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM

2003. Pág. 66 179 Véase fuente: Enrique Dussel, Michael Piore, Clemente Ruíz Durán, “Pensar Globalmente y Actuar

Regionalmente”, UNAM, 1997. Pág.194

70

mientras que los establecimientos en este sector se incrementaron a una tasa de

10.3%, pese a la recesión norteamericana de 1990 a 1991. Desde el 2000, México

esta sumido en prácticamente una recesión económica, percibido desde el segundo

trimestre de 2000 con una disminución sin intermisión del PIB y particularmente del

sector manufacturero, constatando este fenómeno con la expulsión de 300 000

empleos del sector manufacturero180.

Después de la crisis de los años 80s a nivel mundial, América Latina acentúa

su dependencia financiera. La necesidad de financiamiento “está sometida al azar

del mercado internacional de capitales y a la entrada de las inversiones directas

extranjeras”. Los capitales fluyen en un primer momento en “búsqueda de tasas de

interés elevadas y en un segundo momento en la búsqueda de una valoración del

capital en mercados en proceso de integración económica (MERCOSUR y

TLCAN)181. La inversión extranjera directa financia a través de la cuenta de capitales

(entrada neta de moneda en un país como consecuencia de la adquisición de

activos interiores por parte de extranjeros) parte importante del déficit de cuenta

corriente de los países huéspedes (entrada neta de moneda en el país como

consecuencia de la venta de bienes y servicios interiores y de las transferencias

netas del extranjero), y distiende por esta vía la restricción externa al crecimiento

económico. La conciliación entre la necesidad y la capacidad de financiamiento es

difícil de conciliar con las medidas que emprende el Estado, ofreciendo tasas de

interés astronómicas (economía casino) para atraer capitales medrosos y evitar la

salida de los capitales nacionales, pues este mecanismo vulnera “el servicio de la

deuda interna de las entidades federativas y del Estado, ahonda el déficit

presupuestario con el recorte de los gastos públicos ocasionando a su vez aspectos

antisociales del desarrollo y precipita la recesión”. Según el investigador Pierre

Salama, con “la internacionalización del capital aparecen otras fuentes de déficit

masivo y creciente (en la balanza de cuenta corriente): pago de regalías por el uso

de patentes, salidas de capital por concepto de dividendos y ganancias repatriados,

180 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión

extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM

2003. Pág. 57 181 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 52, no. 9. Pág. 840

71

aumento en potencia del endeudamiento externo privado y su servicio “182. Es decir,

la dependencia financiera en base a la presencia crónica de un déficit de la balanza

de cuenta corriente, subordina y fragiliza el crecimiento nacional.

La industria automotriz siendo modelo en cuanto a la constante adaptación y

reestructuración de su sistema productivo al cambio dinámico global nos da una idea

de lo que potencialmente puede, sin dejar de lado las propias especificaciones, otras

ramas de la industria enfrentar como reto para integrarse en forma efectiva al

complejo sistema de reglas explícitas o implícitas en los diferentes niveles de

análisis mencionado en la teoría de la competencia sistémica. Sin caer en la

ingenuidad de lo utópicamente deseable, es importante evaluar de la forma más

parcial las ventajas y desventajas que nos presenta el mundo. Existen casos

exitosos como excepciones y no es referencia para implantar situaciones ajenas

para incrustarse sin más a la realidad mexicana, sino que es importante como punto

de partida para pensar en los cambios necesarios desde nuestra idiosincrasia a

donde queremos como nación dirigirnos y realmente discutir los problemas nodales

en un ambiente interdisciplinario. Sin dejar de tener efecto las circunstancias que

nos rodea en todos los niveles espaciales: local, regional, nacional, mundial y la

memoria temporal, ya que se debe tener en cuenta el análisis histórico; siempre

existe un margen susceptible de maniobra. Las propuestas o soluciones deben

pensarse, razonarse, planearse, discutirse en todos los ámbitos posibles: centros de

investigación, cámaras sectoriales, foros ciudadanos, etc. Es un trabajo monumental

y a largo plazo, buscando los mecanismos para su difusión, sometimiento de crítica,

en constante movimiento y transformación, pero será la única forma de no ser

victimas de la imposibilidad.

182 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 52, no. 9. Pág. 840

72

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

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2) Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México 1940- 1982”, 1986.

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Extranjera Directa y del Proceso de Integración Regional en México durante los

noventa”, 2003.

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Globalmente y Actuar Regionalmente”, 1997.

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las Pequeñas y Medianas Empresas en México”, Editorial Jus, 2001.

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53 No. 7, Vol. 54 No. 3, Vol. 54 No. 6Vol. 55 No. 7.

11) Revista El trimestre económico Vol. LXX1 No. 284, Vol. LXX No. 277.

12) Revista Problemas del Desarrollo Vol. 36 no. 143.

73

Cuadro del Valor Agregado Nacional en el Sector Automotriz, exceptuando el primer

valor que se refiere al valor agregado en bloque, es decir, a partir de 2003 el

porcentaje de valor agregado producido en conjunto por los países miembros del

TLCAN.

VALOR AGREGADO NACIONAL A PARTIR DEL TLC

34%34%

34%

34%

34%

33%

32%

30%

29%

62.50%

31%

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70%

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1997

1996

1995

74

INVERSION EXTRANJERA DIRECTA

1994-2002

Fuente: Dussel Peters, "Condiciones y Efectos de la Inversión Extranjera

Directa y del

Proceso de Integración Regional…",UNAM

2003.Cuadro 4

Inversión Extranjera Directa en México 1994-2002 (información hasta el 31

de marzo del 2002)

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002

Inversión Extranjera Directa Total en Millones de Dólares

15041 9552 9938 14044 11933 12534 14706 24731 2726

1994

19951996

1997

19981999

2000

2001

2002

0

5000

10000

15000

20000

25000

MILLONES DE DÓLARES

INVERSIÓNEXTRANJERA DIRECTA DE MÉXICO 1994-2002

1994 15041

1995 9552

1996 9938

1997 14044

1998 11933

1999 12534

2000 14706

2001 24731

1