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2009 triple celebración Vigésimo aniversario de la Convención Trigésimo aniversario de DNI-Internacional Décimo Quinto aniversario de DNI-Costa Rica Pensamiento y Acción boletín @ n•2-2009 Principio de Supervivencia y desarrollo CDN 20! 1989 DNI 30! 1979 2009 SECCIÓN COSTA RICA ni sa ver rio A www.dnicostarica.org / [email protected] Editorial Edición Especial en el marco de la celebración del Aniversario de la Convención Internacional de los Derechos del Niño 20 En el marco del XX aniversario de la Con- vención Internacional sobre los Derechos del Niño, CIDN, del XXX aniversario de DNI-In- ternacional y del XV aniversario de DNI-Cos- ta Rica, la organización en Costa Rica promue- ve el análisis y el debate del tema en ámbitos nacionales e internacionales. Por una parte ejecuta proyectos que llevan a la práctica la CIDN y por otra impulsa la reflexión median- te diferentes instrumentos. Uno de ellos es el boletín titulado “Pensa- miento y Acción” que con este ejemplar al- canza la edición número dos. La iniciativa tiene como objetivo promover los principios de la Convención sobre los Derechos del Niño y dio inicio con el primer boletín sobre el Prin- cipio del Interés Superior del Niño y esta vez, lo dedicamos al análisis del Principio de Supervivencia y Desarrollo. Este esfuerzo en formato de boletín electró- nico, busca contribuir con nuevos elementos que orienten adecuadamente la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño. Se quiere también que propicien el debate tanto en los sectores públicos como privados, así como en la cooperación internacional y nacional y en las instituciones académicas. Con ese objetivo hemos invitado a expertos nacionales e internacionales a que compartan sus reflexiones con el Principio de Super- vivencia y Desarrollo como eje central. Se trata de un análisis que tiene como marco el enfoque de los derechos humanos; marco necesario para la interpretación y la aplica- ción de cada uno de los principios y el reco- nocimiento de las niñas, niños y adolescentes como sujetos de derechos. Este enfoque su- pone también la obligación de los Estados, no solo de reconocer los derechos, sino también de garantizarlos y de responder si no lo ha- cen. En este sentido, facilita su protección y garantía: que sean exigibles en beneficio de las personas menores de edad. Ahora bien, el Principio de Supervivencia y desarrollo no solo implica el derecho a la alimentación, el cuido, el derecho a vivienda, agua y educación, entre otros, sino además al derecho de vivir sin violencia, al derecho a la recreación, el esparcimiento, así como acceso a oportunidades que faciliten el desarrollo y a un principio que será tema en el próximo boletín número 3: el de la no discriminación. Contamos en esta ocasión con el aporte va- lioso de una experta del Comité de Derechos del Niño de las Naciones Unidas, de un ex- perto regional y de tres expertas nacionales. Estas son las personas que participan en este número: Licda. Marta Mauras, Socióloga, Consultora Independiente en Asuntos de Política Social, Derechos humanos y Relaciones Internacionales. Miembro del Comité de Derechos del Niño, ONU, Ginebra, Suiza. Lic. Francisco Castellanos, Psicólogo, Director Fundación Reintegra, Miembro Asociado DNI, México Msc. Liliana Alonso, Psicóloga, Presidenta UNIPRIN, Costa Rica Dra. Ingrid Porras, Experta en Procesos Formativos, Coordinadora del Programa Educación, DNI Costa Rica Licda. Sandra López Mora, Psicóloga, Coordinadora Programas VIH/SIDA y Trabajo Doméstico en DNI Costa Rica. Virginia Murillo H. Presidenta Ejecutiva DNI Costa Rica Criterio de control: Elementos para orientar su ejecución Artículos para promover el análisis El necesario enfoque de los Derechos Humanos

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2009 triple celebración

• Vigésimo aniversario de la Convención

• Trigésimo aniversario de DNI-Internacional

• Décimo Quinto aniversario de DNI-Costa Rica

Pensamiento y Acción boletín @ n•2-2009

Principio de Supervivencia y desarrollo

CDN20!1989

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2009

SECCIÓN COSTA RICA

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www.dnicostarica.org / [email protected]

Editorial

Edición Especial en el marco de la celebración del Aniversario de la Convención Internacional de los Derechos del Niño 20

En el marco del XX aniversario de la Con-vención Internacional sobre los Derechos del Niño, CIDN, del XXX aniversario de DNI-In-ternacional y del XV aniversario de DNI-Cos-ta Rica, la organización en Costa Rica promue-ve el análisis y el debate del tema en ámbitos nacionales e internacionales. Por una parte ejecuta proyectos que llevan a la práctica la CIDN y por otra impulsa la reflexión median-te diferentes instrumentos.

Uno de ellos es el boletín titulado “Pensa-miento y Acción” que con este ejemplar al-canza la edición número dos. La iniciativa tiene como objetivo promover los principios de la Convención sobre los Derechos del Niño y dio inicio con el primer boletín sobre el Prin-cipio del Interés Superior del Niño y esta vez, lo dedicamos al análisis del Principio de Supervivencia y Desarrollo.

Este esfuerzo en formato de boletín electró-nico, busca contribuir con nuevos elementos que orienten adecuadamente la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño. Se quiere también que propicien el debate tanto en los sectores públicos como privados, así como en la cooperación internacional y nacional y en las instituciones académicas.

Con ese objetivo hemos invitado a expertos nacionales e internacionales a que compartan sus reflexiones con el Principio de Super-vivencia y Desarrollo como eje central.

Se trata de un análisis que tiene como marco el enfoque de los derechos humanos; marco necesario para la interpretación y la aplica-ción de cada uno de los principios y el reco-nocimiento de las niñas, niños y adolescentes como sujetos de derechos. Este enfoque su-pone también la obligación de los Estados, no solo de reconocer los derechos, sino también de garantizarlos y de responder si no lo ha-cen. En este sentido, facilita su protección y garantía: que sean exigibles en beneficio de las personas menores de edad.

Ahora bien, el Principio de Supervivencia y desarrollo no solo implica el derecho a la alimentación, el cuido, el derecho a vivienda, agua y educación, entre otros, sino además al derecho de vivir sin violencia, al derecho a la recreación, el esparcimiento, así como acceso a oportunidades que faciliten el desarrollo y a un principio que será tema en el próximo boletín número 3: el de la no discriminación.

Contamos en esta ocasión con el aporte va-lioso de una experta del Comité de Derechos del Niño de las Naciones Unidas, de un ex-perto regional y de tres expertas nacionales. Estas son las personas que participan en este número:

• Licda. Marta Mauras, Socióloga, Consultora Independiente en Asuntos de Política Social, Derechos humanos y Relaciones Internacionales. Miembro del Comité de Derechos del Niño, ONU, Ginebra, Suiza.

• Lic. Francisco Castellanos, Psicólogo, Director Fundación Reintegra, Miembro Asociado DNI, México

• Msc. Liliana Alonso, Psicóloga, Presidenta UNIPRIN, Costa Rica

• Dra. Ingrid Porras, Experta en Procesos Formativos, Coordinadora del Programa Educación, DNI Costa Rica

• Licda. Sandra López Mora, Psicóloga, Coordinadora Programas VIH/SIDA y Trabajo Doméstico en DNI Costa Rica.

Virginia Murillo H. Presidenta Ejecutiva

DNI Costa Rica

• Criterio de control: Elementos para orientar su ejecución

• Artículos para promover el análisis

• El necesario enfoque de los Derechos Humanos

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Principio de Supervivencia y desarrollo

Iniciamos la reflexión con una breve reseña de este principio, uno de los siete principios orientadores que hemos definido como bási-cos a la hora de hacer la lectura de la Conven-ción sobre los Derechos del Niño y recono-ciendo que los derechos de los niños, niñas y adolescentes son derechos humanos.

Significa que los niños, niñas y adolescentes tienen que contar con los recursos, las apti-tudes y las contribuciones necesarias para la supervivencia y su pleno desarrollo. Incluye derechos a recibir una alimentación adecuada, vivienda, agua potable, educación de calidad, acceso a la salud, tiempo libre y recreación,

actividades culturales e información sobre los derechos. Estos derechos exigen no solamen-te que existan los medios para lograr que se cumplan, sino también acceso a ellos.

Aunque en este principio se aplica la trans-versalidad de los derechos humanos, en el si-guiente cuadro rescatamos algunos derechos involucrados de manera específica y directa en la Convención sobre los Derechos del Niño:

Para su garantía, aplicación, goce y ejercicio, es nece-sario que los Esta-dos cumplan con sus obligaciones.

La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) es el instrumento internacional de derechos humanos más importante para la promoción, protección, defensa y garantía de los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes.

A diferencia de otros instrumentos interna-cionales de derechos humanos, la Convención combina los derechos y libertades civiles, de-rechos políticos con derechos económicos, sociales y culturales, considerándolos como componentes complementarios y necesarios para asegurar el goce y ejercicio pleno de los derechos humanos de los niños, niñas y ado-lescentes.

Es un hecho incuestionable que, a partir de la Convención sobre los Derechos del Niño se produce un cambio en la realidad jurídica de la población infantil y adolescente, lo que obli-ga a dar un salto cualitativo, que oriente hacia una nueva concepción y reconocimiento de la niñez y la adolescencia. Esta nueva concepción se desarrolla en la llamada Doctrina de Pro-tección Integral, la cual propone un enfoque basado en los derechos humanos.

(1) Observación General 5 del Comité de Derechos del Niño sobre Medidas Generales de Aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño (artículos 4 y 42 y párrafo 6 del Artículo 44), CRC/GC/2003/5

Este principio establece la obligatoriedad de los Estados de garantizar la supervivencia y el desarrollo de todas las personas menores de edad, en todos los aspectos que afectan y propician su desarrollo integral.

Principio de Supervivencia y Desarrollo

La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) y el enfoque basado en Derechos Humanos

Principio Derechos Involucrados - CDN -

SUPERVICENCIAY DESARROLLO

Derechos Civiles y Libertades: Vida (6.1)

Derechos Sociales: Supervivencia y desarrollo (6.2)

“Art.6 El derecho intrínseco del niño a la vida y la obligación de los Estados Partes de garantizar en la máxima medida posible la supervivencia y el desarrollo del niño.

El Comité de Derechos del Niño espera que los Estados interpreten el término “desarrollo” en su sentido más amplio, como holístico que abarca el desarrollo físico, mental, espiritual, moral, psicológico y social del niño. Las medidas de aplicación deben estar dirigidas a conseguir el desarrollo óptimo de todos los niños” 1

Derechos Involucrados - CDN -

ObLIgACIONES gENERALES DEL ESTADO

Aplicación de todos los derechos a todos los NNA (2).

Velar por las buenas condiciones de los establecimientos de institucionalización de NNA (3.3)

Invertir hasta el máximo de los recursos disponibles para garantizar estos derechos (4)

Dar a conocer los Derechos del Niño (42)

Informe comité (43, 44)Virginia Murillo H. Presidenta Ejecutiva

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Es importante señalar que antes de la Con-vención se venía trabajando bajo un modelo asistencialista o una doctrina conocida de Situación Irregular. Esta doctrina suponía una profunda división en el interior de la categoría de la Niñez y la Adolescencia: por un lado, los niños, niñas y adolescentes con sus necesida-des básicas satisfechas y por otro el grupo con sus necesidades parcial o totalmente insatisfe-chas (los llamados “MENORES”). 2

El enfoque basado en los derechos humanos implica los siguientes aspectos: 3

• Adoptar la propuesta política, antropoló-gica y social que propone la Convención, la cual se plasma en lo que se denomina la Doctrina de la Protección Integral (DPI) y contempla los contenidos del conjunto de los instrumentos jurídicos internacio-nales, que expresan un salto cualitati-vo fundamental en la concepción de los niños, niñas y adolescentes como sujetos plenos de derechos. Se habla de protección integral, porque se trata de contenidos que van más allá de lo jurídi-co, a lo económico, social y cultural”4 y porque se refiere a personas menores de edad en condición de desarrollo.

• Reconocer que los derechos de los niños y las niñas son derechos humanos.

• Interiorizar y dimensionar que al hablar de derechos humanos estamos hablando de derechos civiles y políticos y derechos económicos, sociales y culturales. 5

• Tener claridad en cuanto a sobre quienes recaen las responsabilidades y las obliga-ciones:

Principio de Supervivencia y Desarrollo

- Los Estados son los garantes de los derechos humanos de las todas las personas. La CDN establece res-ponsabilidades y obligaciones a los Estados que deben cumplirse y és-tos deben crear las condiciones para el goce y ejercicio de estos derechos humanos.

- Los actores de la sociedad civil (dife-rentes sectores) tienen responsabili-dades especiales y deben participar y contribuir para que los derechos humanos sean una realidad. En cuan-to a las personas menores de edad, la CDN y los Códigos de la Niñez y Adolescencia (o del Menor6) de-finen roles y responsabilidades para los diferentes actores.

- Los niños, niñas y adolescentes son reconocidas como personas con ca-pacidades, cuyo desarrollo y autono-mía es progresiva. Se les reconoce su protagonismo como actores sociales importantes.

- Se les reconoce como sujetos de derechos iguales a los de las per-sonas adultas pero tienen otros adi-cionales y reciben de una protección integral por su condición de persona en desarrollo.7

- La familia: si bien es la responsable de la crianza de sus hijos e hijas, los ESTADOS debe garantizarles condi-ciones y promocionar modelos de crianza no violentos, para que ésta pueda desarrollar su rol adecuada-mente.

- Los Derechos Humanos son exigi-bles. Por tanto al ser reconocidos los niños, niñas y adolescentes como SUJETOS con DERECHOS éstos pueden hacer valer sus derechos y exigir al Estado y a los demás acto-res que se respeten y se cumplan. A esto se refiere el ejercicio de la Ciu-dadanía activa (o social). Las organi-zaciones que trabajan con población menor de edad, debe propiciar pro-cesos y fortalecer capacidades para que estos sea posible.

- Comprender adecuadamente los Principios rectores de los Derechos Humanos tanto establecidos en la Declaración Universal de los Dere-chos Humanos8 como en la Con-vención Internacional sobre los De-rechos del Niño9. Estos principios representan la propuesta filosófica orientadora que se plasman en los derechos humanos.

Pasamos al detalle de las reflexiones en torno al Principio de Supervivencia y Desarrollo, después del necesario preámbulo del enfoque basado en Derechos Humanos. Insistimos en que este en-foque marca un cambio cualitativo en la protección integral de niñas, niños y adolescentes, como sujetos plenos de derechos humanos.

(2) Y antes de esta prevalecía la Doctrina de la Indiferencia donde no se reconoció al niño ni a la niña como actor social, sino mas bien se le invisibilizó, vulneró, discriminó, maltrató y abandonó.(3) Tomado de Murillo Virginia en Programación basada en el enfoque de derechos humanos para Proyecto Solidario, 2009.(4) Pág. 22 del Diagnóstico Regional sobre la Condición de Detención de las Personas Adolescentes en las Cárceles de Centroamérica. DNI-Costa Rica 2004.(5) Como referencia a esto ver Pacto Internacional Derechos Civiles y Políticos (PCP), Pacto Internacional Derechos, Económicos, Sociales y Culturales (PESC) y la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CDN). En nuestro boletín 5 sobre el Principio de la Exigibilidad profundizaremos al respecto.(6) Como se denomina en España.(7) Algunas corrientes lo definen como Titulares de derechos, sin embargo desde DNI Costa Rica proponemos referirse a SUJETOS DE DERECHOS.(8) Los principios son: Universalidad, inalienabilidad; indivisibilidad; interdependencia, interrelación; Progresividad, Exigibilidad, intransferibles, irrenunciables.(9) Interés Superior del Niño, Supervivencia y Desarrollo, Participación, No discriminación, Exigibilidad, Interés Público y Protección Integral (propuesta ampliada tomada de DNI Costa Rica).

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En materia de derechos de niños y niñas, mu-cho hemos avanzado pero mucho queda por aprender y hacer en América Latina y en el mundo. Trabajar por la infancia hoy es trabajar por sus derechos.

La Convención de los Derechos de la Infan-cia significa un cambio fundamental en la ma-nera de concebir al niño y la niña, es decir

como sujetos de derechos y no meros beneficiarios de servicios. Esto a su vez obliga a pensar las políticas públi-cas de una manera diferente

donde la protección integral del niño significa dejar atrás formas tutelares discriminatorias, segmentadas y autoritarias de atención y de-sarrollar una visión integral en la lógica de derechos. Ésta se forma por la aplicación de ciertos principios, como el de universalidad e integralidad, es decir que todas las áreas de derecho sean efectivamente cubiertas para todos los niños y las niñas a lo largo de su ciclo vital; el del interés superior del niño y la niña que implica una mirada transversal de las políticas y una distribución de recursos acor-de con ese interés; y el de la eficacia, es decir que la oferta de servicios no refiera sólo a la letra de los derechos sino a su propósito sustantivo y su resultado.

Ahora bien, las políticas públicas en cualquier parte del mundo representan el esfuerzo y la intencionalidad con la que una sociedad se procura los medios para alcanzar las metas que socialmente se han definido como de-seables de alcanzar. Como son múltiples los actores involucrados y múltiples también las visiones teóricas, metodológicas y políticas no es de extrañar que finalmente la coherencia de la visión y los instrumentos de política de-jen mucho que desear. De ahí la importancia de revisar constantemente no sólo la cantidad de los servicios sino su calidad y pertinencia con un enfoque de derechos, y no sólo los instrumentos de política sino sus resultados y su coherencia.

Veamos un ejemplo: si una sociedad ve el con-sumo de drogas como un asunto de seguridad ciudadana sus políticas para hacerle frente estarán orientadas a la prevención y sanción

del delito, institucionalmente más cercanas a la policía y el sistema judicial y socialmente radicadas en ciertos grupos más “vulnerables”, entre ellos los adolescentes y jóvenes pobres. Pero si el consumo de drogas se ve como un asunto de salud pública, las políticas estarán más cerca de la prevención, la educación, la participación e involucramiento de la familia y la comunidad en general. Este ejemplo deja en claro el enorme desafío de aplicación de la Convención de los Derechos del Niño y el he-cho que en cualquier sociedad subsistirán en mayor o menor grado contradicciones e in-coherencias que es preciso ir desmadejando.

Es por ello que postulamos que más allá de un primer esfuerzo luego de la ratificación de la Convención por adecuar el marco normativo y legislativo e incluso el institucional de un de-terminado país es preciso dar un salto cualita-tivo hacia el examen y diseño de políticas pú-blicas integrales, mediante un debate público y con la participación de la sociedad civil.

Esto puesto que la Convención, a diferencia de otros instrumentos internacionales, com-bina en un solo cuerpo legal derechos civiles y políticos con derechos económicos, sociales y culturales, considerándolos como compo-nentes complementarios y necesarios para asegurar la protección integral del niño y su participación en la sociedad en calidad de su-jeto de derecho. La CDN no es sólo un marco ético orientado por una moral de justicia so-cial –por nuevo y poderoso que sea-, sino que además es un instrumento regulador (aunque no vinculante) basado en la protección inte-gral de los derechos humanos de sujetos acti-

vos en su cumplimiento. Interesante es el caso del Código de la Niñez y la Adolescencia de Colombia que no sólo estipula normas sino también exige de las autoridades de gobier-no una programación acorde, provista de re-cursos, y sanciones específicas en caso de no cumplimiento.

Requerimos entonces, en primer lugar, un nue-vo impulso para el diseño de políticas públicas orientadas al desarrollo integral de la infancia como prioridad estratégica y como forma de garantizar sus derechos humanos. Para ello:

• Interesa asegurar políticas universa-les de salud y educación básicas para TODOS los niños y niñas sin distin-ción alguna, diseñando sistemas de atención garantistas y financiamiento solidario. Esto lleva consigo asegurar igualdad de oportunidades a los niños y niñas de familias de más bajos ingre-sos, a los indígenas y afroamericanos, a los niños y niñas afectados por el VIH/SIDA y a los discapacitados, entre otros grupos vulnerables. En tiempos de crisis económica es aún más im-portante asegurar el gasto social en la infancia mediante una política fis-cal contracíclica, de tal manera de no retroceder en el cumplimiento de las metas de desarrollo y de no compro-meter el capital humano del país.

• Se requiere fomentar un balance ade-cuado entre las obligaciones laborales y familiares para mujeres y hombres,

Derechos de la infancia, supervivencia y desarrollo,

y políticas públicas

Marta Maurás miembro del Comité de Naciones Unidas sobre Derechos de la Niñez,

2009-2013.

• Trabajar por la infancia es trabajar por sus derechos

• Se requieren políticas públicas para el desarrollo integral de la infancia y la adolescencia

Luego de la ratificación de la Convención y más allá de un esfuerzo por adecuar el marco normativo y legislativo e incluso el institucional de un determinado país, es preciso dar un salto cualitativo hacia el examen y diseño de políticas públicas integrales, mediante un debate público y con la participación de la sociedad civil.

(10) Sistema Integral de Protección a la Primera Infancia “Chile Crece Contigo” 2007.(11) El Impacto de las Armas Pequeñas en los Niños y Adoles-centes en Centroamérica y Caribe. UNICEF 2007.

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sin dejar de asegurar el acceso igualitario de las mujeres a un empleo decente y a servicios de calidad para sí mismas y sus familias, un área donde la CDN no es ex-plícita pero que surge como imperativo en la aplicación de la Convención. Cabe destacar el esfuerzo en el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet de Chile por asegurar una atención integral a los niños y niñas menores de 4 años de los grupos de menores ingresos, con el fin de ampliar el cumplimiento de sus derechos y al mismo tiempo apoyar a la mujer que trabaja o desea trabajar (por ejemplo, sala cuna gratuita para los hijos del 40% de trabajadoras de menores ingresos, cober-tura de jardín infantil para todos los niños y niñas de 2 y 3 años). 10

• Es imperativo combatir las diversas formas de violencia contra la niñez en el ámbito fa-miliar, escolar o comunitario. Preocupan la persistente práctica de la judicialización de adolescentes en situación de vulnerabilidad y exclusión social, tal llamada “situación irregular” y la exacerbada atención del pú-blico por la seguridad ciudadana llevando a prácticas límite, no exitosas como la “tole-rancia cero” o “la mano dura”. El estudio de UNICEF en cuatro países de Centro-américa y Caribe es claro al demostrar el fracaso de estas políticas. 11

• En esos espacios cotidianos donde niñas y niños se socializan es donde también de-ben ejercer su derecho a la participación y la opinión, creando la práctica sistemática de consultarlos y escuchar sus opiniones al tomar decisiones que les afectan.

En segundo lugar y sin abandonar el principio bá-sico de la universalidad, la política pública inspi-rada en la protección integral de la infancia debe reconocer las nuevas situaciones de vulnerabili-dad y exclusión social, que se están generalizan-do en el mundo globalizado. Destacamos aquí:

• El incremento de los flujos migratorios que plantea singulares desafíos para la infancia en términos de integración en el entorno social de acogida -especialmente en el escolar-, combinado con la preserva-ción de sus orígenes e identidad cultural. Importa en particular en estos momentos de crisis económica mundial el efecto que pueda tener la pérdida de empleo y se-guridad de los migrantes y la caída de las remesas en países como México y Gua-temala en las posibilidades de las familias migrantes de proteger a sus niños.

• Dada su gravedad acuciante, se debe dar seguimiento específico a la evolución del estado de ratificación y el cumplimiento de los Protocolos Facultativos a la CDN (vigentes desde 2002) en que se estable-cen compromisos de los Estados en la lucha contra la explotación sexual infantil y la participación de niños en conflictos armados.

• La prevalencia del trabajo infantil como un recurso económico cortoplacista que vulnera esencialmente el derecho del niño y la niña a la educación y a su desarrollo pleno. Debemos estar alertas a la pérdida de oportunidades de empleo por la situa-ción de crisis económica internacional la que puede impulsar prácticas de trabajo infantil que deberían ser sancionadas in-mediatamente.

Visto desde Latinoamérica, a casi dos décadas de la vigencia de la CDN no cabe duda que existen progresos significativos en las condiciones de vida y oportunidades de desarrollo de niños, niñas y adolescentes como la disminución de la pobreza, una cobertura prácticamente universal en educa-ción básica, disminución de la mortalidad infantil y nuevas oportunidades de protección integral.

Sin embargo, existen importantes asimetrías en el cumplimiento de los derechos de la infancia expresadas en una alta desigualdad de ingreso, origen étnico, discapacidad, nacionalidad, emba-razo adolescente, etc.; en la prevalencia de 47% (o 77 millones) de niños, niñas y adolescentes de menores de 18 años de edad bajo la línea de po-breza (en 16 países, circa 2007, CEPAL), con una concentración territorial asociada a la ruralidad y la etnia y con rezagos en el desarrollo infantil; con un sistema escolar fuertemente segmentado y con aprendizajes de mala calidad; y con alta incidencia de maltrato infantil y violencia intrafamiliar.

Este es un tema recurrente en las recomenda-ciones que el Comité de Naciones Unidas sobre Derechos de la Niñez ha hecho a los países de la región latinoamericana. Es evidente que las ac-ciones legales y de políticas, presupuestos y pro-gramas que se requieren para combatir la des-igualdad serán diferentes dependiendo del país de qué se trate. Pero es claro que una tarea urgente y permanente es el análisis de la oferta pública de políticas para la infancia. Encontraremos visio-nes diversas sobre la infancia, probablemente con una excesiva judialización que discrimina inevita-blemente a los niños y adolescentes más pobres, con especializaciones fragmentadas a la hora de abordar vulnerabilidades y con un diseño orga-nizado desde la lógica institucional y no desde la

integralidad de derechos. El gran desafío de las políticas públicas es asegurar una oferta integral y coordinada que tenga además el mérito de per-durar más allá de los gobiernos del momento.

Por ello, en términos operativos para la puesta en marcha de políticas y programas integrales para la infancia y adolescencia se requiere:

• Asegurar el funcionamiento eficaz de las instituciones, perfeccionando mecanismos específicos de garantía de los derechos humanos de la infancia, incluyendo la co-herencia de propósitos y resultados de las políticas, la coordinación interinstitucional entre las diferentes agencias y niveles terri-toriales del Estado, y la generación y análi-sis de datos específicos por edad. En ese ámbito, la creación de Defensorías de la Niñez (o Adjuntía al Defensor del Pueblo, como en el caso de Perú) es una recomen-dación recurrente del Comité de Naciones Unidas sobre Derechos de la Niñez.

• Efectuar el monitoreo permanente de las condiciones de vida y de las políticas de infancia desde la perspectiva del cumpli-miento de sus derechos, mediante Ob-servatorios de la infancia y adolescencia como instancias independientes con ca-pacidad de analizar críticamente los avan-ces y brechas entre la CDN y la situación real de los países. Una fórmula digna de explorarse es la exitosa operación del Observatorio de Políticas Públicas de In-fancia, como son los de Italia y España.

• Estrechar la colaboración con organizacio-nes de la sociedad civil para crear una cul-tura de respeto y garantía de los derechos de todas las niñas, niños y adolescentes.

Derechos de la infancia, supervivencia y desarrollo,

y políticas públicas

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Principio de Supervivencia y desarrollo

La Declaración Mundial sobre la Super-vivencia, la Protección y el Desarrollo del Niño, aprobada en 1990 en la cum-bre mundial a favor de la infancia, inspiró políticas de atención a la infancia en el mundo durante la última década del siglo pasado. A partir de ella, se desarrolló un Plan de Acción para favorecer su aplica-ción con planteamientos que están vi-gentes. Entre las medidas principales que esta declaración se encuentran el dere-cho a la salud, la alimentación y nutrición, así como los cuidados maternos.

También menciona los compromisos para la atención a los niños en circuns-tancias especialmente difíciles, entre los cuales se encuentran aquellos que están en conflictos con la justicia. En-fatiza que deben recibir atención, pro-tección y asistencia especial por parte de sus familias y comunidades dentro de los planes nacionales y de las políticas y acciones internacionales. Considera otros aspectos como el trabajo infantil, el creciente consumo de drogas y los conflictos armados, como amenazas a la protección y adecuado desarrollo de niños y familias. Si el principio que señala que todos formamos parte de una fami-lia es cierto, entonces también existen familias que viven en circunstancias es-pecialmente difíciles.

Otra característica de este sector es que en muchos casos no existe una es-tructura familiar formada por los padres y los hijos bajo un modelo nuclear. Para muchos adolescentes su grupo familiar tiene una composición diversa: viven con sólo uno de los padres o con otros familiares que les dan cuidado, inclusive algunos cuentan con escasos miembros o con ninguno. Frente a esta realidad, lo importante es potenciar la red de rela-ciones de familiaridad que satisfaga sus necesidades y ayude en su desarrollo. El principio de reintegrar a la vida familiar cobra en cada caso diferentes matices.

Un elemento que debe acompañar la in-tervención con los adolescentes que in-fringen la ley es el fortalecimiento de la red familiar y comunitaria, tejer relacio-nes de apoyo hasta alcanzar condiciones de autonomía relativa. Para ello la fami-lia extensa, la comunidad, e institucio-nes juegan un papel fundamental en su articulación. Frente a una organización cambiante, compleja y diversa como la familia, los que trabajan en el sistema de justicia requieren una revisión profunda de sus marcos de referencia, conoci-mientos, prejuicios y actitudes hacia la familia de los adolescentes, de lo con-trario su aporte será limitado.

Un elemento que debe acompañar la intervención con los adolescentes que infringen la ley es el fortalecimiento de la red familiar y comunitaria, tejer relaciones de apoyo hasta alcanzar condiciones de autonomía relativa. Para ello la familia extensa, la comunidad, e instituciones juegan un papel fundamental en su articulación.

La familia de los adolescentes en conflicto con la ley: protección y desarrollo

Francisco Castellanos García - México

De manera acertada esta declaración reconoce a la familia como un actor fundamental en la mejora de las condiciones de vida y la promoción y defensa de los derechos de los niños, pero, ¿cómo lo podrá hacer si ella misma vive la marginación y la pobreza? ¿cómo favorecer el desarrollo si la familia misma lo requiere? La familia de los adolescentes que come-ten delitos son fundamentalmente de clase traba-jadora y situación económica precaria, víctimas de la exclusión y la desigualdad de oportunidades que confirman la relación entre pobreza y delito.

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Principio de Supervivencia y desarrollo

El texto de la declaración considera que la condición para el desarrollo armóni-co de niños y adolescentes es crecer en un ambiente familiar de alegría, amor y comprensión dando por hecho que toda familia lo proporciona. Los que trabaja-mos con este sector sabemos que las historias familiares no se caracterizan por estos aspectos, hablamos de histo-rias de violencia, tristeza y falta de con-tención y afecto, lo que lleva a cuestionar hasta dónde la familia de los adolescen-tes que infringen las leyes son un recurso para su desarrollo ó un obstáculo. Quizá sea por ello que los expertos interna-cionales no dudan en mencionar que es preferible no separar al niño u adoles-cente de su núcleo familiar más que en casos excepcionales, recomendando que los menores de edad estén rodeados de ambientes familiares acogedores. Las instituciones encargadas de ello tienen

un reto enorme: sustituir lo que prácticamente es insustituible, es decir la vida familiar. Esto nos lleva a preguntar cuál es el me-jor modelo de trabajo en la justicia de adolescentes, ¿un modelo familiar ó escolar? ¿prisiones

para adolescentes o comunidades de vida?

En el punto 18 recuerda que la familia es la principal responsable del cuidado y protección de los niños, desde la in-fancia hasta la adolescencia, así como la encargada del proceso de socialización mediante la inducción a la cultura, los valores y las normas de la sociedad. Lo mismo considera las Directrices de RIAD sobre la prevención de la delin-cuencia juvenil. Por tanto, debemos pre-guntarnos la relación existente entre la pobreza y la falta de competencias y condiciones de las familias para socia-lizar a los adolescentes según se espera.

La presencia y participación activa de la familia en la prevención del delito y la reintegración social cobra sentido nuevamente desde una política social y no desde una política criminal tradicio-nal. La primera política mira a la familia como la principal aliada en los proce-sos socializadores y la considera como su mejor recurso, aunque tenga que in-vertir en ella, la segunda política la mira amenazante y debilitada.

Por tanto, consideramos como un acier-to cuando las nuevas leyes y sistemas

de justicia de adolescentes dan un lu-gar especial a la familia en las diferentes etapas del proceso, especialmente en la ejecución de las medidas de carácter sancionador y socioeducativo. Conside-rar al adolescente con su familia, es un elemento que denota la especialidad del sistema de justicia. No tomar en cuenta a la familia hace referencia a un modelo de justicia de adultos, donde la familia es un actor secundario. El adolescente, al estar en desarrollo, requiere de la familia pues le proporciona pertenencia, identi-dad y la satisfacción de sus necesidades, es decir sobrevivencia y desarrollo.

Por los planteamientos señalados, las instituciones del sistema de justicia de-ben considerar las recomendaciones de esta declaración: “respetar y apoyar los esfuerzos de los padres y otras personas en la atención y cuidado propicio”. La familia es parte de los procesos de resocialización. Reintegra-ción familiar y social son las dos caras de una misma moneda. ¿Acaso existe una sin la otra?

La propuesta es un cambio de visión y de actitud ante la familia. La familia y la red de relaciones familiares como recur-so. La familia como el mejor lugar donde

cada uno recibió la vida, primer derecho a proteger. La familia de los adolescen-tes, compleja y diversa, no exenta de limitaciones y debilidades. Historias de sufrimiento pero con germen de resi-liencia. Adolescentes con derecho a la familia y familias con derecho a sus ado-lescentes.

Entre las medidas señaladas se encuen-tra la importante aplicación de recursos, tanto en épocas buenas como malas, que incluyan a la familia, a fin de reducir la pobreza e incrementar el desarrollo económico con una perspectiva huma-nizante. Lanza una invitación a los go-biernos para hacer un esfuerzo en la re-visión de sus planes y a la asignación de recursos, ya que de otra forma la tarea sería difícilmente alcanzable.

La última recomendación es velar por que la sociedad no considere como una paria a los niños. Esto nos remite a que el sistema de justicia evite criminalizar al adolescente, pero también a su fami-lia. Muchas interpretaciones, decisiones y medidas tomadas por los actores del sistema son producto de una visión que genera estigmas sociales al acusar y cul-par. La familia y el adolescente no son el problema sino parte de la solución.

La familia de los adolescentes en conflicto con la ley: protección y desarrollo

Francisco Castellanos García - México

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Principio de Supervivencia y desarrollo

La Convención Internacional de los Derechos del Niño y de la Niña adoptada por Naciones Unidas en 1989, es el instrumento jurídico-político que cambia radicalmente el concepto de infancia y adolescencia.

Este instrumento jurídico que ubica las ne-cesidades de la infancia en el terreno de los

derechos, que reconoce a los niños su condición de sujetos de derecho es una perspectiva ética que posibilita la identificación, operacionalización y afron-tamiento de soluciones a los problemas que afectan al conjunto de los niños, ni-ñas y adolescentes. Repre-senta la culminación de casi medio siglo de esfuerzos y luchas internacionales en la construcción de un con-

junto de estándares universales en el campo de los Derechos Humanos.

Implicaciones de la ConvenciónLa Convención por su carácter vinculante compromete a los Estados Partes a examinar sus legislaciones nacionales para armonizar las leyes domésticas con los 11 preceptos de la Convención.

Desde la perspectiva específica de las políti-cas públicas, los países ratificantes asumen la obligación de observar las disposiciones con-tenidas en la CDN y son responsables ante la comunidad internacional en caso de incumpli-miento.

Como mecanismo de control de las obliga-ciones de los Estados, la Convención crea el Comité de los Derechos del Niño, encarga-do de examinar los progresos realizados por los Estados Partes en el cumplimiento de sus compromisos.

Principios rectores o fundamentalesLos principios, en el marco de un sistema jurí-dico basado en el reconocimiento de derechos, puede decirse que son derechos que permiten ejercer otros derechos y resolver conflictos entre derechos igualmente reconocidos.

La Convención sobre los Derechos del Niño incorpora toda la gama de derechos humanos, derechos civiles y políticos, así como econó-micos, sociales y culturales de todos los ni-

ños y las niñas. Estos valores fundamentales o “principios rectores” de la Convención sirven para orientar la forma en que se cum-plen y se respetan cada uno de los derechos y sirven de punto de referencia constante para la aplicación y verificación de los derechos de los niños. Los cuatro principios de rectores de la Convención son los siguientes:

Entendiendo de esta manera los “princi-pios”, ellos se imponen a las autoridades, esto es, son obligatorios especialmente para las autoridades públicas y van dirigidos preci-samente hacia ellos.

En razón de este Artículo me referiré al Prin-cipio Supervivencia y Desarrollo.

El artículo 6 de la Convención sobre los De-rechos del Niño es uno de los artículos con-siderados por el Comité de los Derechos del Niño como “principio general”.

El Principio “supervivencia y desarrollo” es esencial para la aplicación de la Convención

en su totalidad. Para el Comité de los Dere-chos del Niño, el desarrollo es un concepto holístico, al que hacen referencia numerosas disposiciones de la Convención.

Para Venkatraman funcionario de OMS.....” Uno de los derechos del niño de carácter evidentemente Fundamental es el derecho a la supervivencia. De sobra es sabido que, si no se cumple con él, ningún otro derecho tiene sentido...”

El artículo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos reconoce el derecho a la vida como un principio universal:

“Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”.

El artículo 6 del Pacto Internacional de De-rechos Civiles y Políticos proclama el mismo principio (párrafo 1):

“El derecho a la vida es inherente a la per-sona humana. Este derecho estará protegi-do por la ley. Nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente.” Es por lo tanto obligación del Estado garantizar la Super-vivencia y Desarrollo de los niños y niñas.

Articulo 6: CDN1. Los Estados Partes reconocen que todo

niño tiene el derecho intrínseco a la vida.

2. Los Estados Partes garantizarán en la máxima medida posible la supervivencia y el desarrollo del niño.

La convención sobre los Derechos derechos del Niños representa la culminación de casi medio siglo de esfuerzos y luchas internacionales en la construcción de un conjunto de estándares universales en el campo de los Derechos Humanos.

Derecho a la Vida, Supervivencia y Desarrollo

Msc. Liliana Alonso, Psicóloga, Presidenta UNIPRIN,

Costa Rica

a) No discriminación (artículo 2)

b) El interés superior del niño (artículo 3)

c) La supervivencia y el desarrollo (artículo 6)

d) La participación (artículo 12)

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Principio de Supervivencia y desarrollo

En el segundo párrafo, el artículo 6 de la Conven-ción va más allá del derecho fundamental a la vida, promoviendo la supervivencia y el desarrollo “en la máxima medida posible”. Asegurar el “de-sarrollo” del niño no consiste únicamente en pre-pararlo para la vida adulta, sino también en propor-cionarle las condiciones óptimas para su infancia.

Para el Comité de los Derechos del Niño, el desa-rrollo del niño y la niña es un concepto global que abarca la totalidad de la Convención.

A la vida: No sólo entendido como derecho a la vida intrínsecamente considerada, es decir, a la vida física, sino en un sentido amplio que com-prende tanto la vida física como el derecho a las condiciones para una vida digna, en donde se ubi-can específicos derechos a la supervivencia y al desarrollo, tales como el desarrollo integral del niño y de la niña, en lo moral, cultural y social. Este carácter amplio del derecho a la vida, nos permi-te entender la característica de interdependencia entre diversas categorías de derechos.

A la salud: que entre otras prerrogativas com-prende la atención a la salud, el establecimiento de un sistema preventivo de salud, la garantía de asistencia médica y sanitaria, y el combate a las en-fermedades y a la desnutrición.

A la seguridad social: que incluye los be-neficios de la seguridad social en general, y del seguro social, en particular, para todos los niños y niñas.

A no participar en conflictos arma-dos que además comprende el respeto de las normas de derechos internacional humanitario que le sean aplicables al niño/niña en estos casos.

A la Educación: que debe garantizarse en condiciones de igualdad de oportunidades, de manera obligatoria y gratuita, tanto en el nivel es-colar primario, como el fomento de la enseñanza secundaria también de forma gratuita y con asis-tencia financiera cuando se haga necesario. Entre los objetivos de la educación, el artículo 29 cita “... desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño hasta el máximo de sus posibilidades...” y la pre-paración del niño para “una vida responsable en una sociedad libre”. El artículo 5 pide que se tenga en cuenta “la evolución de las facultades del niño”, un concepto clave para el desarrollo global.

A la Cultura y Recreación teniendo ac-ceso a ellas, con participación efectiva y libre en la vida cultural y en las artes, en condiciones de igual-dad, y en especial al derecho cultural, religiosos y lingüístico de las minorías étnicas,

Al Nombre y a la Nacionalidad: de forma inmediata después de su nacimiento, lo cual comprende además el derecho a que se le preserve su identidad, incluyendo las relaciones familiares, es decir, tanto el nombre o identidad legal como el familiar y social.

A la libertad de pensamiento, con-ciencia y religión: en especial el de formar-se un pensamiento libre, tener culto y conciencia autónoma.

Algunos artículos concretos amplían el concep-to de “desarrollo”. Por ejemplo, conforme al artículo 27, los Estados Partes reconocen “el derecho de todo niño a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social”.

Entre ellos se encuentran:

Derecho a crecer en el seno de una familia:El Preámbulo de la Convención afirma que la familia es el “medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, y en particular de los niños” y reconoce que el niño, “para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, tiene derecho a crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión”.. El artículo 18 reconoce que los padres o los representantes legales tienen la “responsabilidad primordial” de la crianza y el desarrollo del niño, y que el Estado debe proporcionarles la asistencia apropiada. El artículo 20 afirma que el niño privado de su medio familiar tiene derecho a la protección y asistencia especiales del Estado. El artículo 25 establece que el niño internado por las autoridades competentes en un establecimiento para recibir atención, protección o tratamiento tiene derecho a un examen periódico de su situación, lo cual representa una garantía importante para el desarrollo del niño en la máxima medida posible.

Dividiremos el Principio en tres grupos de Derechos a saber:

Derecho a la Vida, Supervivencia y Desarrollo

grupo de Supervivencia: Comprendido por los derechos: (Artículos: 6, 18, 24, 25,26 y 27). grupo de Desarrollo:

comprende, los derechos: (Artículos 7,9, 15,10, 17, 18, 28, 29, 30 y 31)

grupo de Protección especial: (Artículos 8, 11, 16, 19, 20, 21, 22, 23, 32, 33, 34, 35, 37, 38, 39, 40 y 41 ) Comprende los derechos a estar protegido contra situaciones específicas de cualquier índole que le son adversas y vulneran derechos a los niños y niñas.

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Principio de Supervivencia y desarrollo

Para el Comité, la aplicación de todos los demás artículos debe realizarse con vistas a asegurar la supervivencia y el desarrollo del niño en la máxi-ma medida posible – un principio que, sin duda, es parte integral del interés superior del niño.

Las medidas que tomen los Estados Parte para preservar la vida y la calidad de vida de los ni-ños deben garantizar un desarrollo armónico en el aspecto físico, espiritual, psicológico, moral y social de los niños, considerando sus aptitudes y talentos.

Las políticas públicas deben estar concebidas con la integración de todos y cada uno de los derechos comprendidos a su vez en cada uno de estos grupos, como única forma de garanti-zar una política de protección integral, ya desde la óptica de la prevención, ya desde la ejecución programática de atención universal como forma de protección.

Visto así, las políticas de Protección Integral a la niñez y adolescencia deben estar tendidas sobre la creación y activación de los mecanismos que sean necesarios, tales como los de carácter legis-lativo, educativos, culturales, sociales e institucio-nales que permitan subrayar el carácter universal de la protección para el vencimiento de cada uno de los obstáculos de carácter especialmente es-tructurales que han creado marcadas relaciones de inequidad para la infancia.

De los cuatro grupos de derechos contenidos en la Doctrina de Protección Integral, los de-rechos a la supervivencia, a la protección y a la participación forman un conjunto que convoca a la prioridad absoluta para todos los niños y niñas, para que se formulen y ejecuten políticas de Estado destinadas a la totalidad de la niñez y la adolescencia en materia de derechos y ga-rantías a la vida, a la salud, a la educación, a la alimentación, al esparcimiento, a la asociación juvenil a la cultura, a la libertad, a la justicia y, en fin, al conjunto de derechos relacionados con el desarrollo personal y social, con la integridad y con la igualdad.

Entonces, ¿cuáles son algunas otras implicaciones y responsabilidades del Estado para garantizar este Principio? Revisemos algunas:

Son Muchos los retos pero estos no son solo res-ponsabilidad de los Estados, los derechos de los Niños, niñas y Adolescentes deben ser garantiza-dos en primera instancia por El Estado que como se mencionó en el principio tiene una responsabi-lidad legal y ética así como todas sus dependencias políticas administrativas. Le corresponde hacer cumplir o crear/ generar las condiciones para el ejercicio pleno de derechos de todos los ciuda-danos, incluyendo a todas las personas menores de 18 años.

Tenemos también otros Garantes Co-Responsa-bles : Sociedad Civil, Medios de Comunicación y Empresa Privada. Su responsabilidad es Política, Cultural y Legislativa, orientada a respetar, de-fender, promover y proteger los derechos. Y por último pero no menos importante tenemos el Garante Ínter-relacional: Persona-Familia y Co-munidad. A nivel de la persona, en tanto garante ínter- relacional y así mismo, titular de derechos, tienen la responsabilidad de respetar y concebir a los otros como iguales en dignidad y derechos, pero también, de exigir y reclamar el respeto a sus propios derechos.

Termino con las palabras de Yuri Emilio Buaiz. Es-pecialista en Derechos del Niño. “Pasar de “nin-gún derecho para muchos niños” (formulación de la injusticia en que se basa la Doctrina de la Situa-ción Irregular), a “todos los derechos para todos los niños”(dimensión humana de la formulación de la Doctrina de la Protección Integral) no es tarea fácil, y mucho menos inmediata, pues requiere de una transformación integral de la sociedad; especialmente en el orden cultural, jurídico, so-cial, económico e institucional.”

Derecho a la Vida, Supervivencia y

Desarrollo

• Protección contra toda forma de ex-plotación, perjuicio, abuso físico o men-tal, maltrato o descuido.

• A los refugiados, asistencia humanitaria adecuada en caso de refugio, sea sólo o con sus padres.

• A un proceso justo en caso de ser pro-cesado por un órgano judicial, lo cual comprende asistencia jurídica adecuada, derecho de defensa, a no ser tortura-do ni sometido a otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes, a que no se le imponga pena capital ni prisión perpetua, a no ser detenido o privado de libertad ilegal o arbitrariamente, y en fin, a ser tratado acorde con la dignidad humana.

• Contra la venta, el secuestro o trata eje-cutados con cualquier fin o en cualquier forma.

• Contra el uso ilícito de estupefacientes.

1 Reflejar este principio en la legislación.

2 Asignar recursos adecuados y asegurar que los presupuestos estén centrados en los niños y niñas.

3 Adoptar medidas positivas para prote-ger el derecho inherente del niño a la vida. Estas medidas deberán dirigirse a: Aumentar la esperanza de vida, dismi-nuir la mortalidad infantil y la mortalidad materno-infantil,proteger la salud de la madre,combatir las enfermedades y res-tablecer la salud. Grupo de derechos de supervivencia.

4 Asegurarse que los y las niñas mas desfa-vorecidos sean beneficiados

5 Asegurar que todos los niñas y niñas ten-gan acceso a servicios y asistencia.

6 Evitar cualquier medida que pueda pro-vocar la muerte intencionalmente, prohi-biendo e impidiendo la pena de muerte, las ejecuciones sumarias o arbitrarias ex-trajudiciales o la desaparición forzada.

7 Brindar soluciones para atender a los pro-blemas relacionados con el embarazo en adolescentes.

8 Proteger al niño y la niña contra conflictos armados,contra homicidios, malos tratos, penas crueles, inhumanas o degradantes y otras formas de violencia como el infanti-cidio y el suicidio.

9 Registrar e investigar las causas de falleci-mientos de los y las niñas

10 Crear un entorno propicio para garantizar en la máxima medida posible la supervi-vencia y el desarrollo del niño y la niña incluidos: el desarrollo físico, mental, espi-ritual, moral, psicológico y social en forma compatible con la dignidad humana.

11 Dar un sentido de prioridad a los niños, niñas y adolescentes en las políticas públi-cas.

12 Lograr que los niños y niñas entren a for-mar parte de la Agenda nacional antes de ingresar a la Escuela.

13 Lograr que todos los servicios converjan en el plano de los niños y niñas y no de los ministerios(esto es tener una visión de apoyo reciproco por su labor , en lugar de competir por el control de los recursos y de los que se hace por los niños y niñas.)

14 Que se establezcan marcos globales de de-sarrollo que permitan integrar los puntos de vista de los diseñadores de políticas, y que permitan coordinar las acciones en el terreno, y no mediante una organización, vertical y sectorial.

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Principio de Supervivencia y desarrollo

El deseo de que el mundo entero supiera que los niños, niñas y adolescentes son personas y como tales tienen derechos y que esos de-rechos son derechos humanos, fue el motivo que impulso a un grupo de personas a cons-truir un instrumento internacional que jurí-

dicamente fuera vinculante y que además incorporara to-dos los derechos humanos, a saber, los civiles, culturales, los políticos y los sociales.

Este instrumento es conocido como la Con-vención de los Derechos del Niño y se com-pone de 54 artículos en donde se señalan los derechos humanos que deben poseer todas las personas menores de edad. Además la Convención contiene cuatro principios fun-damentales: Participación; Interés superior del niño; Supervivencia y desarrollo y No discri-minación.

Es precisamente el principio de supervi-vencia y desarrollo el que nos convoca a la reflexión en esta ocasión. En el artículo 6 de la Convención, encontramos que los Es-tados Partes reconocen que todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida y que además, ellos, los Estados Partes, tienen la obligación de garantizar la supervivencia y el desarrollo del niño.

¿Qué significa que todo niño tenga el derecho a la vida, a la supervi-vencia y al desarrollo?El derecho a la vida está contemplado desde la Declaración de los Derechos Humanos de 1948, en el artículo 3 y dice claramente que “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su per-sona”. La vida es el mejor regalo que alguien pueda recibir. Vida es oportunidad, es esperan-za, vida es comienzo, es realidad, es presencia y existencia. Vida es una amalgama de expe-riencias, de aprendizajes e inteligencia.

El derecho a la vida es la capacidad que nos da la vida misma de sabernos ser en cuerpo,

alma y espíritu; es la conciencia ontológica que nos hace ser sustancia y esencia. Es por ello que todo niño y niña tiene derecho a la vida y los gobiernos tienen la obligación de prote-gerles y garantizarles una vida plena, tanto en su vida física, psíquica y espiritual. Derecho a la vida es gozar de una vida digna en el ámbito personal, familiar, educativo, social, económico y cultural.

Si supervivencia es el arte que enseña al ser humano a sobrevivir en situaciones extre-mas o ante cualquier necesidad especial. Quie-re decir entonces que los niños y las niñas tienen el derecho a sobrevivir en situaciones extremas y especiales y que corresponde a los Estados garantizar esta protección especial.

Si entendemos por desarrollo un proceso continuo, permanente y global, que inicia en la fecundación y culmina con la muerte; en donde el niño y la niña transitan en un ir y devenir entre ciclos y etapas; entre enseñan-zas y aprendizajes. Entonces el principio de desarrollo contempla el derecho que tienen los niños y las niñas de evolucionar, progre-sar, de desarrollarse en el área física, cognitiva y psicosocial. Es decir, que los Estados están obligados a proveer las condiciones que pro-muevan el bienestar integral de todas las per-sonas menores de edad, es decir, garantizar el desarrollo pleno y la salud psicosocial de niños, niñas y adolescentes.

El desarrollo físico tiene que ver con garan-tizar el derecho a la salud, a la educación y al juego, entre otros. A tener una nutrición sana,

un desarrollo equilibrado. Desarrollo cogniti-vo es la evolución de los procesos mentales y capacidades. Es el derecho a recibir una edu-cación de calidad que potencie las habilidades y destrezas de los niños, niñas y adolescentes y desarrollo psicosocial contempla el derecho a disfrutar de seguridad social, de poseer un nivel adecuado de vida, de estar rodeados de entornos saludables y seguros.

Desde la concepción, la persona intrauterina se desarrolla en un ambiente de calidez y se-guridad13; convirtiéndose este en el primer escenario de vida. Al cumplir su tiempo de gestación y al acercarse el momento del na-cimiento, el o la neonata necesita adaptarse al nuevo ambiente, que le es totalmente desco-nocido. En el periodo del amamantamiento, el o la recién nacida establece ese contacto físi-co y emocional que le mantendrá en relación estrecha con la madre y es precisamente en ese binomio madre-hijo(a) que debe inserirse la figura paterna14, para configurar el ambien-te familiar del nuevo miembro; es decir, el se-gundo escenario de vida.

La vida del niño y la niña trascurren en pro-cesos de maduración, desarrollo, aprendizajes y obviamente socialización con los diversos actores: integrantes del núcleo familiar; familia extensa; amigos (as); vecinos (as), entre otros. Al llegar el tercer escenario de vida: el ingreso a la escuela, se rompe este equilibrio prece-dente, dado que aparecen en escena otros actores que se configurarán como figuras re-presentativas para el niño y la niña, es decir, compañeros, compañeras y educadores (as).

¿Qué significa que todo niño tenga el derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo?

Vida es oportunidad, es esperanza, vida es comienzo, es realidad, es presencia y existencia. Vida es una amalgama de experiencias, de aprendizajes e inteligencia.

Supervivencia y Desarrollo

(13) Entiéndase vida intrauterina sana, es decir que no intervienen situaciones de riesgo para el feto como consumo de drogas, o aborto.

(14) Entiéndase este proceso en el marco de las relaciones y funciones de maternidad y paternidad responsables.

Dra. Ingrid Porras Jiménez, Experta en procesos Formativos

Coordinadora Programa de Educación DNI-Costa Rica

Miembro Asociado DNI

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Principio de Supervivencia y desarrollo

Luigi Secco, pedagogo italiano sostiene que:

“si el niño no es tratado con la debida cautela y si no es ayudado en la cons-trucción de los nuevos equilibrios, su camino maduracional puede obsta-culizarse y presentar situaciones en su vida futura, asociados a descom-pensación personal y a inadaptación social. Por ello, la educación tiene la tarea de prevenir estas situaciones brindando contención y ayuda a los niños, niñas y adolescentes en su de-sarrollo ”. 15

Entonces abordar el tema de Superviven-cia y Desarrollo, significa incluir también las condiciones necesarias para que niños, niñas y adolescentes desarrollen su persona-lidad, sus talentos, sus capacidades y sus habi-lidades. Es que cada niño, niña o adolescente sin distinción de sexo, credo, raza o edad pue-da tener una alimentación sana, pueda recibir

educación de calidad, pueda ir al doctor cuantas veces lo ne-cesite y aún visitar a médicos especializados.

Este principio tiene que ver con tener una vida digna, una

vivienda digna, limpia, aseada, ordenada. Es ga-rantizar un hogar, una vida en familia segura, saludable, donde las personas menores de edad sean libres de malos tratos, en donde la indiferencia sea sustituida por la estima, el afecto y el respeto.

Si todo niño, niña o adolescente tiene el de-recho a disfrutar de todas las cosas anterior-mente supracitadas, y los Estados tienen la obligación de garantizar esos derechos, enton-ces: ¿Qué está pasando en nuestros países?; Porqué los Estados no están cumpliendo con su responsabilidad?; Dónde se ha quedado la exigibilidad de derechos y el cumplimiento del principio de supervivencia y desarrollo?

En aras de la conmemoración del XX aniver-sario de la Convención de los Derechos del Niño, debemos desde cada organización, cada país y posteriormente de manera conjunta re-flexionar entorno al quehacer de los Estados, en su continua y permanente violación a los derechos del niño, dado que, si se garantizara el completo e integral bienestar de las perso-nas menores de edad, no se estaría luchando en algunos países para que madres y lactantes reciban una atención perinatal de calidad. No habría necesidad de combatir la mortalidad in-fantil; no existirán niños y niñas con desnutri-ción; para mencionar algunos de los derechos violentados, no garantizados.

No permitamos que la destreza lingüística, la fluidez en la oratoria y la anestesia de la de-magogia, adormezcan la criticidad y la agudeza visual de quienes desde sus trincheras grandes o pequeñas han durante estos años luchado

por promover, defender y reivindicar los dere-chos de los niños, niñas y adolescentes.

Ha llegado el momento que los Estados hagan uso de la palabra y respondan a todas aquellas interrogantes de quienes yacen silentes en las aceras de las calles cubiertos por cartones; de quienes han tenido que cambiar un cuaderno por una escoba, una pizarra por un machete, un salón de juego por un horario laboral.

A la calle los derechos!!! Grita un niño que deambula sin hogar ni familia. A la calle los de-rechos de aquel que está enfermo y no tiene quien le atiendan. Dónde están los derechos de aquella niña migrante que temblorosa ex-tiende su mano al país que le recibe mientras lucha con sus fuerzas para no sentir el des-arraigo…

No me hablen de derechos, porque mientras los tiempos y los eventos cambian, el sistema educativo parece arraigado en la inmutabili-dad de diseños curriculares arcaicos; que no ofrecen opciones viables a cientos y miles de niños, niñas y adolescentes que abandonan diariamente los salones de clase, porque el sistema educativo se torna cada vez más ex-pulsor de quienes, paradójicamente, necesitan más atención.

Quiero señor Estado que me hablen de de-rechos cuando reconozcan que soy persona y que también tengo derechos. Que aunque no pueda ejercer el sufragio, ni devengue un salario, que aunque no pueda contribuir con impuestos… te estoy mirando y aprendiendo tu ejemplo…

¿Dónde ha quedado señor Es-tado el cumplimiento de los acuerdos y compromisos inter-nacionales?, ¿dónde han quedado los planes y programas?, ¿Dónde está el presupuesto para pasar de las palabras a la acción?... Si-guen siendo palabras, promesas sin cumplir, y lo diré hasta can-sarme, que aún los Objetivos del Milenio, siguen sin alcanzarse…

No me hablen de derechos… hoy quiero una explicación para entender este rollo de Supervi-vencia y desarrollo.

Supervivencia y Desarrollo

Dra. Ingrid Porras Jiménez, Experta en procesos Formativos

Coordinadora Programa de Educación DNI-Costa Rica

Miembro Asociado DNI

(15) Butturini ed Altri. Disadattamento giovanile e prevenzione familiare. Aggiornamenti Pedagogici. Morelli Editore, Verona, Italia. 1996

¿Dónde has estado señor Estado? grita una niña al observar como la pobreza invadió su casa, sacando a su madre desde muy temprano y regresando tarde con pan en su mano. Mientras en el día cuida a sus herma-nos, en la noche sueña que camina… con cuaderno en mano.

…No me hablen de derechos escribe una niña en la redacción de español. Ya me en-señaron que son innatos, inviolables, irrenun-ciables, intransferibles y de cumplimiento obligatorio por parte de los Estados.

No me hablen de derechos frente a la rea-lidad social en la cual viven y se desarrollan, mis hermanos: niños, niñas y adolescentes latinoamericanos.

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Principio de Supervivencia y desarrollo

A lo largo de toda la historia se han desarrolla-do movimientos para reconocer los derechos de las niñas, niños y adolescentes, como suje-tos que requerían un abordaje y un marco ju-

rídico especializado. Estas luchas y movilizaciones sociales se fueron cristalizando para con-cretar lo que hoy representa unos de los instrumentos más relevantes y, el cual convoca a organizaciones y sociedades comprometidas en los movi-mientos relacionados con la celebración de los 20 años desde su vigencia.

Es así, que la Convención de los derechos de los niños y ni-

ñas, establece principios básicos que contribu-yen al entendimiento y a la puesta en práctica de los derechos humanos. Esto nos permite identificar los actores involucrados respon-sables para que se garantice su cumplimiento y así asegurar al máximo la supervivencia y desarrollo de las personas menores de edad, principio primordial para todo ser humano a lo largo de la vida.

La Supervivencia y Desarrollo, como uno de los principios fundamentales, hace referencia a las medidas que toman los Estados Parte para preservar la vida y la calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes para garantizar su desarrollo, equilibrando aspectos físico, espiri-tual, psicológico y social, además de considerar sus aptitudes y talentos; tal cual lo estipula el artículo 6 de la convención: “Los Estados par-te reconocen que todo niño/a tiene derecho intrínseco a la vida, y los estados garantizarán en la máxima medida posible la supervivencia y el desarrollo del niño”.

Cuando hablamos de calidad de vida se habla de salud, recreación, deporte, acceso a com-partir en familia, con el fin último de que se respeten todos sus derechos.

Todos los derechos que se definen en la Con-vención son inherentes a la dignidad humana y al desarrollo armonioso de todos los niños y niñas. La Convención protege los derechos de la niñez al estipular pautas en materia de aten-ción de la salud, la educación y la prestación de servicios jurídicos, civiles y sociales.

La experiencia de todo ser humano más im-portante, es durante su niñez y adolescencia. El resultado de un adulto /a depende enorme-mente del cuidado y la protección que reci-be o no por parte de los adultos. En especial durante los primeros años, la cual viene por parte de su familia y por las condiciones que brinda el Estado.

Cuando se deja a los niños/as sin protección y expuestos a la explotación y los malos tratos, se impacta en sus etapas más importantes, un entorno protector es fundamental. Para ello debe estar presente y en marcha el compro-miso de los gobiernos y los sectores involu-crados en la sociedad, para asegurar que no se prive a ningún niño, niña y adolescente tanto de los recursos materiales como los recursos emocionales que requiere todo ser humano para alcanzar su potencial al máximo y parti-cipar en la sociedad reconocido como sujeto de derechos.

El papel de los padres y ma-dres en la crianza de los niños y niñas es de suma importancia. El promover ambien-tes de respeto y de una comunicación asertiva desde los primeros años de

vida y conlleva a que los niños y niñas se desa-rrollen más seguros y cuenten con herramien-tas para ir enfrentando las diferentes etapas a lo largo del ciclo de la vida.

Así mismo, las acciones que los Gobiernos deben de desarrollar tienen que estar enca-minadas a brindar a los progenitores o res-ponsables a cargo de las personas menores de edad, conocimientos actualizados y científicos sobre como promover e incidir positivamente en el desarrollo del pleno potencial, como es-timular el aprendizaje desde la cotidianeidad, incluso, desde que se da la concepción de una nueva vida.

Es sabido, que también el bagaje cultural que madres y padres desean transmitir a un niño/a depende de sus propias vivencias y del con-texto en que este o esta adulta se desarrolla. Sin embargo, aquellas acciones dirigidas por padres, madres o responsables hacia los ni-ños, niñas y adolescentes encaminadas para preservar costumbres o creencias autóctonas de una cultura, si estás están en detrimento de su sano desarrollo deben ser eliminadas y sustituidas con miras a intercambiar las prác-ticas riesgosas por acciones que incluyan es-

pacios armoniosos y la culturalidad, sin caer en maltratos ni con-ductas que dejan cica-trices profundas más allá de lo físico.

Los niños y niñas tie-nen derecho a crecer

La experiencia de todo ser humano más importante, es durante su niñez y adolescencia. El resultado de un adulto /a depende enormemente del cuidado y la protección que recibe o no por parte de los adultos. En especial durante los primeros años, la cual viene por parte de su familia y por las condiciones que brinda el Estado.

Desarrollo de niños y niñas en condiciones de desigualdad social:

UN GRAN RETo EN LoS TIEMPoS ACTUALES

Licda. Sandra López Mora, Psicóloga, Coordinadora

Programas VIH/SIDA y Trabajo Doméstico en DNI Costa Rica.

“Los Estados parte reconocen que todo niño/a tiene derecho intrínseco a la vida, y los Estados garantizarán en la máxima me-dida posible la supervivencia y el desarrollo del niño”.

Desarrollo de un entorno protector

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Pensamiento y Acción boletín @ n•2-2009

CDN20!1989

DNI30!1979

2009

SECCIÓN COSTA RICA

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www.dnicostarica.org/ [email protected] Edición Especial en el marco de la celebración del Aniversario de la Convención Internacional de los Derechos del Niño 20

Principio de Supervivencia y desarrollo

en un entorno que les ofrezca protección. Una protección efectiva aumenta las posibi-lidades de los niños y niñas de crecer física y mentalmente sanos, seguros y con una mejor autopercepción, y disminuye la posibilidad de reproducir patrones basados en la violencia y el irrespeto de los derechos humanos.

La supervivencia y desarrollo está estrecha-mente relacionada con otros aspectos, que son considerados protectores para preservar la vida bajo una mejor calidad. Un niño/a se desarrollará y enfrentará las vicisitudes de una mejor manera si accede a servicios de salud oportunos, eficaces y actualizados, a una edu-cación inclusiva, es decir no excluyente de las diferencias, ambientes familiares estables y li-bres de violencia promoviendo valores para la convivencia armoniosa, a contar con espacios de recreación, y promover la participación de ellos/ellas mismas en los espacios relaciona-dos tanto con la toma de decisiones para ser escuchados como incorporar sus visiones y necesidades expresadas en la elaboración y ejecución de programas.

Inclusión en tiempos de la modernidadDebemos superar los mitos y dejar de lado las herencias arcaicas que se han arrastrado por preservar estados o poderes que no favore-cen la niñez y adolescencia.

Permitir un adecuado desarrollo para todos los niños y niñas, implica que se tomen en cuenta y se incorpore en las políticas públicas la diversidad, el enfoque de género y la pluri-culturalidad.

Crear espacios y programas que permitan el ingreso de las poblaciones que se han consi-derado por muchos años como los “grupos minoritarios”, es un reto para las sociedades modernas, ya que por muchas décadas re-sultaba más cómodo incorporar a todos los niños y niñas en un mismo sistema de funcio-namiento, y por un sistema automatizado se retiraba aquello que no lograba armonizarse con la dinámica de su función, expulsando y desprotegiendo a niños y niñas que represen-tan a las personas menores de edad con dis-capacidad, indígenas, migrantes y niños /niñas o adolescentes que viven con el VIH o SIDA, entre otras condiciones de vida limitada.

El reconocimiento de los derechos de super-vivencia y desarrollo en las personas menores de edad, esta relacionado con el mejoramien-to de la calidad de vida. Las acciones que se plantean como parte de los objetivos de de-sarrollo social, económico y cultural, pasa por la búsqueda necesaria de un equilibrio entre la cantidad de seres humanos y los recursos disponibles.

El ser humano se concibe como un ser global, integrado por componentes biológicos, psi-cológicos y sociales en interacción constante con el entorno en el cual está inmerso. Desde esta percepción se reconoce que hay una re-lación de dependencia e influencia entre los distintos componentes de la persona.

El concepto calidad de vida ha entrado a for-mar parte de muchos aspectos de la vida de los individuos y sociedades. Es un valor que ha pasado a ser prioritario en el discurso de muchos sectores de la sociedad tanto a nivel político, social, económico, sanitario y hasta comercial.

La OMS ha identificado seis extensas áreas que describen aspectos fundamentales de la calidad de vida en todas las culturas: a) El área de salud física; b) El área psicológica, por ejemplo mantener sentimientos positivos; c) El área relacionada con la independencia por ejemplo la movilidad o traslado de las perso-nas; d) El área de las relaciones sociales, por ejemplo contar con apoyo social; e) El área que tiene que ver con el entorno como es el acceso a servicios de salud; y f) El área perso-nal, las creencias personales/espirituales como por ejemplo el significado personal que se construye acerca de “la vida”.

Los ámbitos de la salud y la calidad de vida son complementarios y se superponen.

Así es que la calidad de vida refleja la percep-ción que tiene todo ser humano de que sus necesidades están siendo satisfechas, o bien que se le está negando oportunidades para alcanzar la felicidad y la autorrealización, inde-pendientemente de su estado de salud físico, o de las condiciones sociales y económicas.

Uno de los planteamientos para todo Estado dentro del marco de la promoción de la salud, es alcanzar la meta de mejorar la calidad de

vida para todas las personas des-de los primeros años de desarro-llo, poniendo especial atención a los que se encuentran en condi-ciones especiales de salud como los pacientes crónicos, los pacien-tes terminales y las personas con discapacidad.

Desarrollo de niños y niñas en condiciones de desigualdad social:

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(16) Referencia: Evaluación de la Calidad de Vida, Grupo WHOQOL, 1994. ¿Por qué Calidad de vida?, Grupo WHOQOL. En : Foro Mundial de la Salud, OMS, Ginebra, 1996.

Mejoramiento de la calidad de vida

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la calidad de vida es “la percep-ción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas, sus inquietudes. Se trata de un concepto muy amplio que está influido de modo complejo por la sa-lud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de independencia, sus relaciones sociales, así como su relación con los elementos esenciales de su entorno”. 16

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La Convención también exige la creación de mecanismos para proteger a las personas me-nores de edad contra el abandono, la explo-tación y los malos tratos, para ello se deben elaborar políticas y programas nacionales de desarrollo del niño desde la primera infancia para promover el desarrollo integral, es decir, físico, social, emocional, cognitivo de todos los niños y niñas.

Por otro lado los Objetivos de Desarrollo, plantean metas ante los gobiernos. El Objeti-vo 4 hace referencia a “Reducir la mortalidad Infantil”. En América Latina y el Caribe, los índices de mortalidad infantil, son aproxima-damente cuatro veces superiores a los de las regiones desarrolladas. Sigue existiendo brechas en todas las regiones: los índices de mortalidad son superiores en niños de fami-lias rurales y pobres, cuyas madres carecen de educación básica. 17

Si bien se ha reducido la mortalidad infantil, a través del aumento de la cobertura de vacu-nación, en especial de sarampión, es necesario

realizar esfuerzos adicionales para garantizar que todo niño o niña acceda ampliamente a este derecho, se encuentre inmunizado con miras a alcanzar la meta de reducción de este mal.

De igual manera, los objetivos del Desarro-llo del Milenio relacionados con combatir el VIH y otras enfermedades o el de garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, son metas que preocupan y deben ser incorporadas en los programas y políticas de niñez y adoles-cencia desde una perspectiva integral.

Los problemas derivados de la salud, en su amplio concepto, deben ser visualizados como un asunto de salud pública. De tal manera que se crean observatorios para monitorear cons-tantemente los resultados de instrumentos de política, no sólo la cantidad de los servicios sino su calidad y pertinencia con un enfoque de derechos y de género, con la participación de la sociedad en general.

Diseño de políticas públicas orientadas al desarrollo integral de la infancia como prio-ridad estratégica y como forma de garantizar sus derechos humanos. Estas políticas deben contemplar aspectos fundamentales desde la prevención (en sus diferentes niveles) hasta, la educación, así como brindar herramientas para la participación e involucramiento de la familia y la comunidad en general.

Asegurar el acceso a los servicios de salud, educación, recreación a las familias en pobreza o pobreza extrema, tomando en cuenta a las

necesidades de los grupos conocidos como “minoritarios”, como son los/as indígenas y afrodescendientes, los niños y niñas que viven o se encuentran afectados por el VIH y SIDA y a las personas con discapacidad, entre otros.

Combatir las diversas formas de violencia contra la niñez en el ámbito familiar, escolar o comunitario. Abordajes especializados de jus-ticia para adolescentes en situación de vulne-rabilidad y exclusión social, que se encuentran en conflicto con la ley, tomando en cuenta que son sujetos en desarrollo y requieren un tra-to especial incluso por los mismos medios de comunicación.

En tiempos de crisis mundial económica, importa particularmente los efectos que tiene en el desarrollo pleno de la niñez y adolescencia, derivados del desempleo, baja calidad en el acceso a servicios pú-blicos de salud, limitaciones en mejo-ramiento de la calidad en la educación, adecuada alimentación, entre otros, los cuales impactan fuertemente a todos y todas, en especial a las poblaciones en exclusión social como son las personas migrantes

Se requiere una política social que res-ponda a los múltiples factores del trabajo infantil o la explotación sexual comercial en personas menores de edad (pobreza, amplias brechas en desigualdad social, ex-clusión social, discriminación de género, débiles sistemas de protección integral, etc), medios utilizados de subsistencia en

las familias pobres, que vulneran esencialmen-te el derecho del niño y la niña a la educación y a su desarrollo pleno.

Promover que los niños, como personas y su-jetos de derecho, puedan expresar sus opinio-nes en los temas que les afecten. Sus opiniones deben ser escuchadas y tomadas en cuenta para la agenda política, económica o educativa de un país. De esta manera se crea un nuevo tipo de relación entre los niños, niñas y ado-lescentes y quienes toman las decisiones por parte del Estado y la Sociedad Civil.

Desarrollo de niños y niñas en condiciones de desigualdad social:

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(17) Objetivos de Desarrollo del Milenio. Informe 2008 .Naciones Unidas

Por último y no menos importante, se deben unificar los esfuerzos entre las organizaciones de la sociedad civil con la participación real de niñas, niños y adolescentes, en formulación, ejecución y evaluación de propuestas orientadas en la creación de una cultura de respeto y garantía de los derechos de todas las niñas, niños y adolescentes.

Retos dirigidos para una mejor aplicación