Doc 4 Pepv Ponencia Rulecoop Brasil 2013
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LA ECONOMIA SOLIDARIA UNA ALTERNATIVA EN COLOMBIA PARA EL DESARROLLO
ECONOMICO Y SOCIAL
GT: 5.- Las dimensiones y las evaluaciones de ECS: tipologías, indicadores y Estadísticas
AutoríaM. Sc PASTOR EMILIO PÉREZ VILLA
[email protected]; [email protected] Cooperativa de Colombia, sede Medellín www.ucc.edu.co
Colombia Sur AméricaProfesor Investigador - Tiempo Completo
M. Sc Pastor Emilio Pérez [email protected]; [email protected] Cooperativa de Colombia, sede Medellín www.ucc.edu.coColombia Sur AméricaGT: 5.- Las dimensiones y las evaluaciones de ECS: tipologías, indicadores y Estadísticas
LA ECONOMIA SOLIDARIA UNA ALTERNATIVA EN COLOMBIA PARA EL DESARROLLO ECONOMICO Y SOCIAL
Resumen
El modelo capitalista no ha logrado generar las condiciones socioeconómicas necesarias para
ascender hacia un modelo de desarrollo más justo y equitativo, por consiguiente se hace necesario
madurar nuevas formas de actuar y de relacionamiento en la sociedad colombiana fundadas en la
humanización de la economía. Acá aparece la Economía Solidaria como una alternativa a la crisis
del capitalismo.
El sector solidario hoy en día, se ha constituido en un elemento importante en el esfuerzo para el
desarrollo económico, social y democrático de la sociedad, - al considerarse como una alternativa
real a muchos de los problemas socioeconómicos de la misma.
En Colombia, a través de la información, tomada principalmente de la Confederación Colombiana
de Cooperativas –CONFECOOP, se puede comprender el aporte del cooperativismo al desarrollo
del país.
Este sector, en Colombia, está integrado por más de 8.473 entidades, con un total de 6.681.877
personas asociadas y 522.614 empleados. Por domicilio las Empresas de Economía Solidaria (EES)
están presentes en 32 departamentos y 606 municipios.
Palabras Claves: Economía Solidaria, Desarrollo Económico y Social, Colombia, Legislación.
Justificación
Desde el inicio del sistema cooperativo, los pioneros concibieron la institución Cooperativa como
una empresa dual. Una asociación de personas que, basados en los principios de la cooperación,
crean una empresa para utilizarla como instrumento de progreso y superación. Es así que siempre se
habló de una empresa, con fines económicos y una asociación con fines sociales. El manejo de estos
conceptos ha sido fácil, pero ha constituido la diferencia conceptual entre una empresa comercial
con finalidad económica, esto es rentabilidad, sustentabilidad, consolidación patrimonial y una
Cooperativa con propósitos y naturaleza social, que no pierde su perspectiva de generar resultados
económicos (Vasquez).
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Hoy en día, la economía solidaria se ha convertido en un concepto inherente a la vida humana, que
surge como respuesta a la insuficiencia del hombre para solucionar aisladamente sus necesidades.
Desde un punto de vista histórico y académico, diversos autores coinciden en señalar el nacimiento
del concepto de economía social en la Francia del siglo XIX (Defourny, 1992; Guerra, 1997;
Defourny & Develtere, 1999, Barea, 2008; etc.). Ya en 1830 aparecen las primeras publicaciones al
respecto como el “Tratado de Economía Social” de Charles Dunoyer o “Economía Social” de
Constantin Pecquer en 1839. Además, la economía social tuvo cabida en distintas escuelas de
pensamiento de gran influencia en los siglos XIX y XX como el socialismo, las ideas social-
cristianas o la doctrina liberal (Desroche, 1987, Defourny, 1992) (CEPES)
El modelo empresarial cooperativo ha evolucionado y se ha consolidado a nivel mundial, porque se
estructura sobre unos valores que son de su esencia, tales como la ayuda mutua, la colaboración, la
solidaridad y la responsabilidad, debido a lo cual constituye una herramienta efectiva para la
satisfacción de las necesidades de sus asociados, sus familias y la comunidad en general;
adicionalmente, por las posibilidades que ofrece para realizar cualquier tipo de actividad económica
(Confecoop, 2011).
Los avances del cooperativismo en el mundo, y sus invaluables aportes al desarrollo de las
comunidades, han sido reconocidos por la ONU: Resoluciones 47/90 de 16 de diciembre de 1992;
49/155 de 23 de diciembre de 1994; 51/58 del 12 de diciembre de 1996; 54/123 del 17 de diciembre
de 1999; 58/131 de 22 de diciembre de 2003, y 62/128 del 18 de diciembre de 2007, entre otras. Así
mismo, la Organización Internacional del Trabajo, OIT, específicamente en su Resolución 193 de
2002, sobre promoción de las cooperativas, sugiere a los gobiernos de los países miembros
establecer una política y un marco jurídico favorables a las cooperativas, compatibles con su
naturaleza y función, e inspirados en los valores y principios cooperativos, buscando, entre otros
aspectos, adoptar medidas de supervisión acordes con su naturaleza y funciones, respetando su
autonomía, y alentando su desarrollo como empresas autónomas y autogestionadas.
La Proclamación de 2012 como el Año Internacional de las Cooperativas, hecha por la ONU, a
través de la Resolución A64/136, reconoce el impacto que tienen las cooperativas y la gestión que
adelantan para promover la máxima participación posible de todas las personas en el desarrollo
económico y social, así como su aporte a la erradicación de la pobreza.
En Colombia la Corte Constitucional en la Sentencia C-37 de 2004, expresa: “…, el Constituyente
de 1991 elevó a canon constitucional estas formas de participación democrática, y lo ha hecho
abiertamente para entronizar nuevos esquemas de organización social, con lo cual el país se
incorpora dentro de las corrientes de la vanguardia democrática del mundo...”.
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Como forma alternativa de relación social y de práctica económica, la economía solidaria participa
en la lucha contra las causas de la exclusión y la pobreza y no únicamente sobre sus consecuencias.
En el difícil contexto histórico en que nos encontramos, percibido por muchos como una verdadera
crisis de civilización, la economía solidaria representa un modo de proyectar procesos
transformadores eficaces y profundos, y de concitar la conciencia y la voluntad de muchos sectores
que anhelan una vida mejor y una sociedad más humana. (Gazaga, Maite Orellana, 2007)
La economía solidaria, orientada hacia la persona y su desarrollo, es una alternativa frente a la crisis
económica internacional. (Entrevista Presidente OIT, 2013)
República de Colombia.- Distribución Geográfica
Colombia es una República Unitaria según la Constitución Nacional de 1991. Sin embargo posee
una descentralización administrativa como parte de las políticas de desarrollo llevadas a cabo por el
gobierno nacional, por medio de la cual gran parte de la administración del Estado se reparte entre
las entidades administrativo-territoriales de menor nivel. Dichas entidades, de mayor a menor
importancia, son los departamentos, municipios y territorios indígenas, que conforman así los
diferentes niveles de organización territorial de la república. Posee un único Distrito Capital
(Bogotá).
En Colombia existen 32 departamentos como unidades territoriales de primer nivel. Los municipios
corresponden al segundo nivel de división administrativa que mediante agrupación conforman los
departamentos. El país posee 1.123 municipios. Los territorios indígenas son el tercer nivel de
división administrativa en Colombia. Son áreas de régimen especial creados de común acuerdo
entre el gobierno y las comunidades indígenas. (Departamento Administrativo Nacional de
Estadísticas- DANE. División Político Administrativa. Conceptos básicos.2011).
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Entorno Económico
En 2012, la economía colombiana se desaceleró, pasando de crecer 6,6%, en 2011, a 4,0%, en 2012.
Por actividad económica, los sectores que más crecieron fueron el de minas y canteras y
establecimientos financieros. Para 2013, se espera una pequeña aceleración de la economía
colombiana, en línea con la evolución de la economía mundial. Puntualmente, los diferentes
analistas esperan un crecimiento entre 4,0% y 4,5%.
Tabla N° 1.- Evolución y proyecciones del PIB real en Colombia, 2007-2012 (variación anual, %)
País 2007 2008 2009 2010 2011 2012Colombia 6.9 3.5 1.5 4.3 5.9 4.5
Fuente: Pérez Villa P.E., a partir de datos de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) y del DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas).
En relación al sector de economía solidaria, en 2012, hubo aproximadamente 8.473 entidades, de las
cuales 6.421 correspondieron a cooperativas (75,8% del total), 1.821 a fondos de empleados (21,5%
del total) y 231 a asociaciones mutuales (2,7% del total)1
De acuerdo con Miguel Fajardo, (Fajardo Rojas, 2003) el cooperativismo, como cualquier proyecto
social se ve afectado por factores externos e internos de los cuales se derivan sus problemas: El
modelo económico imperante; la violencia; la corrupción en la administración; la legislación
tributaria; la recesión económica; la identidad cooperativa; la educación; la eficiencia empresarial;
la integración cooperativa.
El capitalismo, con su crisis global, ha profundizado aún más las causas del deterioro de la calidad
de vida y de trabajo de la especie humana, lo cual ha dinamizado las confrontaciones filosóficas,
ideológicas, económicas, políticas y estratégicas entre el humanismo y el materialismo mercantilista
neoliberal.
Esta crisis se puede solucionar a través del modelo de la economía solidaria; pero, a su vez, la
economía solidaria enfrenta desafíos importantes si quiere representar un proyecto real de
transformación de la economía. Por una parte, no debe limitarse a ser una economía local
encargada de reparar los efectos de la globalización neoliberal: debe permanecer crítica, por el
intermedio de prácticas socioeconómicas concretas, frente a los modos de gestión y de producción
del capitalismo. Por otra parte, debe evitar verse instrumentalizada por las instituciones
internacionales que, muy a menudo, se adueñan de las nociones emanadas de los movimientos
populares, las vacían de su contenido y les otorgan un nuevo significado más congruente con una
visión neoliberal del desarrollo y la democracia.
Marco Legal
1 CONFECOOP. Desempeño Sector Cooperativo Colombiano 2012. Bogotá.Colombia.2012.
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Miguel Fajardo plantea que el cooperativismo colombiano hunde sus raíces en la cultura
comunitaria de los pueblos precolombinos y en las experiencias del cooperativismo europeo
iniciado a mediados del siglo XIX. Esta doble genética le imprime rasgos especiales al desarrollo
cooperativo colombiano. Formalmente las cooperativas hicieron su aparición sólo a partir de 1931,
año en el cual el gobierno nacional presidido por Enrique Olaya Herrera expidió la Ley 134 que fue
el primer marco jurídico del cooperativismo colombiano. Los líderes sociales, la Iglesia católica, los
sindicatos han sido los principales impulsores del cooperativismo en Colombia. Los gobiernos
nacionales ocasionalmente han comprendido que el cooperativismo es una estrategia importante de
desarrollo socioeconómico del país, sin embargo, sus políticas no han sido suficientemente
consistentes a lo largo de la historia.
La Ley 454 de 1998 deseaba conformar un sistema de economía solidaria que recogiera a muchas
organizaciones, asociaciones y grupos que realizaban actividades sociales y sin ánimo de lucro,
hasta la fecha, la estadística disponible y más usada, identifica el sistema de economía solidaria con
tres tipos principales de organizaciones: las cooperativas, los fondos de empleados y las mutuales
que, antes de esta ley, conformaban el denominado sector cooperativo colombiano basado en la Ley
79 de 1988 (Dávila Ladrón de Guevara, 2004).
La solidaridad, las organizaciones solidarias y las formas asociativas y solidarias de propiedad,
encuentran pleno respaldo constitucional como se desprende de lo dispuesto en el Preámbulo y los
artículos 1, 38, 51, 57, 58, 60, 64, 103, 189-24, 333, de la Constitución Nacional: Ver Tabla N° 2.
Tabla N°2. Aspectos Constitución Política y Asociatividad
Artículos Constitución Política de
1991
Comentario
Artículo 38 Se garantiza el derecho de libre asociación para el desarrollo de las distintas actividades que las personas realizan en la sociedad.
Artículo 58 Sobre el derecho de la propiedad privada, se eleva por primera vez a canon constitucional la protección a las formas asociativas y solidarias de propiedad. Al respecto, se establece: Derecho de propiedad privada.- Se garantizan la propiedad privada y los demás derechos adquiridos con arreglo a las leyes civiles, los cuales no pueden ser desconocidos ni vulnerados por leyes posteriores. Cuando de la aplicación de una ley expedida por motivo de utilidad pública o interés social, resultaren en conflicto los derechos de los particulares con la necesidad por ella reconocida, el interés privado deberá ceder al interés público o social. La propiedad es una función social que implica obligaciones. Como tal, le es inherente una función ecológica.El Estado protegerá y promoverá las Formas Asociativas y Solidarias de Propiedad. Protección que es reiterada en el Título dedicado al Régimen Económico y de la Hacienda Pública, al consagrar como un deber del Estado el fortalecimiento de las Organizaciones Solidarias
Articulo 68 “…El Estado contribuirá a la organización, promoción y capacitación de las asociaciones profesionales, cívicas, sindicales, comunitarias, juveniles, benéficas o de utilidad común no gubernamentales, sin detrimento de su autonomía con el objeto de que constituyan mecanismos democráticos de representación en las diferentes instancias de participación, concertación, control y vigilancia de la gestión pública que se establezcan.
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Artículo 333 Iniciativa privada y empresa.- La actividad económica y la iniciativa privada son libres, dentro de los límites del bien común. Para su ejercicio, nadie podrá exigir permisos previos ni requisitos, sin autorización de la ley. La libre competencia económica es un derecho de todos que supone responsabilidades. La empresa, como base del desarrollo, tiene una función social que implica obligaciones. El Estado fortalecerá las Organizaciones Solidarias y estimulará el desarrollo empresarial.
Artículo 51 En el Capítulo dedicado a los Derechos Sociales, Económicos y Culturales, el Constituyente hizo referencia en varias oportunidades a las Formas Asociativas: Derecho a vivienda digna. Utilización del suelo. Todos los colombianos tienen derecho a vivienda digna. El Estado fijará las condiciones necesarias para hacer efectivo este derecho y promoverá planes de vivienda de interés social, sistemas adecuados de financiación a largo plazo y Formas Asociativas de ejecución de estos programas de vivienda.
Artículo 64 Propósito proteger a los trabajadores agrarios: Es deber del Estado promover el acceso progresivo a la propiedad de la tierra de los trabajadores agrarios, en forma individual o asociativa, y a los servicios de educación, salud, vivienda, seguridad social, recreación, crédito, comunicaciones, comercialización de productos, asistencia técnica y empresarial con el fin de mejorar el ingreso y calidad de vida de los campesinos
Fuente: Adaptado por Pérez Villa P.E., de la Constitución Política de Colombia (1991).
Como consecuencia de la Constitución en Colombia, en los últimos años se ha venido discutiendo
entre los estudiosos del derecho la necesidad de consolidar como una rama especial del derecho, el
Derecho Solidario, junto al Derecho Público y al Derecho Privado, en razón de que las
características y fines de las personas de que se ocupa el primero, a saber las personas jurídicas sin
ánimo de lucro, no parecen responder ni a las características y fines de las personas jurídicas del
sector público ni a las características y fines de las personas jurídicas del sector privado con ánimo
de lucro (Reyes, 2005)
Régimen jurídico general.- La Constitución de 1991, reconoció el importante papel social y
económico que cumplen las “organizaciones solidarias”, las cuales contribuyen a una distribución
más equitativa de la riqueza y la propiedad, a la generación de ingresos, facilitan la inclusión y al
acceso a derechos, bienes y servicios de sectores excluidos, fortalecen la democracia participativa y
promueven la cohesión social alrededor de valores éticos humanistas y solidarios.
En general, el régimen jurídico aplicable a las entidades de la Economía Solidaria es el previsto en
la Ley 454 de 1998 y sus decretos reglamentarios, y en lo no previsto en ésta se aplicará lo
establecido en la Ley 79 de 1988 y en sus decretos reglamentarios para las cooperativas.
Aspectos Generales de la Empresa Asociativa y Solidaria en Colombia.- La legislación
colombiana acoge el concepto de economía solidaria y lo define en el artículo 2o de la Ley 454 de
1998 así: “Para efectos de la presente Ley denominase Economía Solidaria al sistema
socioeconómico, cultural y ambiental conformado por el conjunto de fuerzas sociales organizadas
en formas asociativas identificadas por prácticas autogestionarias solidarias, democráticas y
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humanistas, sin ánimo de lucro para el desarrollo integral del ser humano como sujeto, actor y fin
de la economía”.
Sin embargo, este concepto debe ser debatido, de acuerdo con el significado que le otorgan las
corrientes latina y anglosajona, en el mundo. En nuestro país debemos preocuparnos en el esfuerzo
propio y la autoayuda mediante la educación. Esta es una de las vías de formación para que los
asociados de las entidades de la forma asociativa solidaria se empoderen de estos conceptos y
permitan ayudarse a sí mismos, pero no solos, sino con los demás (Congreso de la, 1998).
En el Artículo 3º de la mencionada Ley se declara de “interés común la protección, promoción y
fortalecimiento de las cooperativas y demás formas asociativas y solidarias de propiedad como un
sistema eficaz para contribuir al desarrollo económico, al fortalecimiento de la democracia, a la
equitativa distribución de la propiedad y del ingreso y a la racionalización de todas las actividades
económicas, en favor de la comunidad y en especial de las clases populares”.
En el Artículo 4º se determinan como principios de la Economía Solidaria los siguientes: El ser
humano, su trabajo y mecanismos de cooperación; el espíritu de solidaridad, cooperación,
participación y ayuda mutua; la administración democrática, participativa, autogestionaria y
emprendedora; la adhesión voluntaria, responsable y abierta; la propiedad asociativa y solidaria
sobre los medios de producción; la participación económica de los asociados, en justicia y equidad;
la formación e información para sus miembros, de manera permanente, oportuna y progresiva; la
autonomía, autodeterminación y autogobierno; el servicio a la comunidad; la integración con otras
organizaciones del mismo sector; y, la promoción de la cultura ecológica.
En el Artículo 5º se puntualizan como fines de la Economía Solidaria los siguientes: Promover el
desarrollo integral del ser humano; generar prácticas que consoliden una corriente vivencial de
pensamiento solidario, crítico, creativo y emprendedor como medio para alcanzar el desarrollo y la
paz de los pueblos; contribuir al ejercicio y perfeccionamiento de la democracia participativa;
participar en el diseño y ejecución de planes, programas y proyectos de desarrollo económico y
social; y, garantizar a sus miembros la participación y el acceso a la formación, el trabajo, la
propiedad, la información, la gestión y distribución equitativa de beneficios sin discriminación
alguna.
En el Artículo 6º se definen las organizaciones de Economía Solidaria como “personas jurídicas
organizadas para realizar actividades sin ánimo de lucro, en las cuales los trabajadores o los
usuarios según el caso, son simultáneamente sus aportantes y gestores, creadas con el objeto de
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producir, distribuir y consumir conjunta y eficientemente, bienes y servicios para satisfacer las
necesidades de sus miembros y al desarrollo de obras de servicio a la comunidad en general”, que
tienen las siguientes características:
a) Estar organizada como empresa que contemple en su objeto social el ejercicio de una
actividad socioeconómica, tendiente a satisfacer necesidades de sus asociados y el desarrollo
de obras de servicio comunitario.
b) Tener vínculo asociativo.
c) Incluir en sus estatutos o reglas básicas la ausencia de ánimo de lucro y el móvil de
solidaridad, el servicio social o comunitario.
d) Garantizar la igualdad de derechos y obligaciones de sus miembros sin consideración a sus
aportes.
e) Establecer en sus estatutos un monto mínimo de aportes sociales no reducibles, debidamente
pagados, durante su existencia.
f) Integrarse social y económicamente.
El carácter de actividad no lucrativa, está definido por las dos siguientes condiciones económicas:
a) Que establezca la irrepartibilidad de las reservas sociales y, en caso de liquidación, la del
remanente patrimonial.
b) Que destine sus excedentes a la prestación de servicios de carácter social, al crecimiento de
sus reservas y fondos, y a reintegrar a sus asociados parte de los mismos en proporción al
uso de los servicios o a la participación en el trabajo de la empresa, sin perjuicio de
amortizar los aportes y conservarlos en su valor real.
En forma expresa, en el Artículo 13, se relacionan las siguientes prohibiciones a las organizaciones
solidarias: Establecer restricciones o prácticas discriminatorias; establecer con las sociedades o
personas mercantiles acuerdos u otro tipo de convenios que hagan partícipe a éstas de los beneficios
otorgados por Ley a las cooperativas o demás formas asociativas; conceder ventajas o privilegios a
los promotores, empleados, fundadores o preferencias a una porción cualquiera de los aportes
sociales; conceder a los administradores, porcentajes, comisiones, prebendas, ventajas, privilegios o
similares que perjudiquen el cumplimiento del objeto social o afecten la entidad; desarrollar
actividades distintas a las estipuladas en sus estatutos; y, transformarse en sociedad mercantil.
De las relaciones de las Organizaciones de Economía Solidaria con el Desarrollo Territorial.-
Las organizaciones solidarias pueden participar en el diseño, debate, ejecución y evaluación de los
planes territoriales de desarrollo, en especial para introducir en ellos programas que beneficien e
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impulsen de manera directa la participación y desarrollo de su comunidad coherente y armónico con
el desarrollo y crecimiento territorial. Así mismo, las entidades regionales las tendrán en cuenta en
el caso de que los planes afecten directamente las actividades de estas organizaciones.
Adicionalmente, los entes territoriales pueden apoyar los programas de desarrollo de la Economía
Solidaria, en procura de establecer programas comunes de desarrollo, contribuir con los programas
autónomos de desarrollo del sector o introducir estos en los planes, programas y proyectos de
desarrollo territorial. También pueden apoyar los programas de educación solidaria y propiciar la
labor que en esta materia realicen las universidades o instituciones de educación superior.
La Ley 454 de 1998 generó el marco institucional para el sector al transformar el Departamento
Nacional de Cooperativas - DANCOOP en el Departamento Administrativo Nacional de la
Economía Solidaria – DANSOCIAL (Hoy Organizaciones Solidarias Unidad Administrativa
Especial de Organizaciones Solidarias adscrita al Ministerio del Trabajo)2, creo, además, la
Superintendencia de la Economía Solidaria (SES), el Fondo de Garantías de Entidades Cooperativas
- FOGACOOP3 y el Fondo de Fomento de la Economía Solidaria - FONES, reestructuro el Consejo
Nacional de la Economía Solidaria - CONES y genero competencias a los entes territoriales.
Conceptualización de la Economía Solidaria (ES)
Desde hace un buen tiempo se habla de la existencia en la sociedad de un “sector solidario”, de un
“tercer sector”, de “organizaciones sin ánimo de lucro”, de “economía social”, o “economía
solidaria”, es decir, distintos conceptos para hacer referencia a un conjunto de organizaciones que
comportan ciertos valores, principios y características.
Una (…) reacción frente al individualismo moderno, un individualismo insolidario y consumista,
que ha convertido a la sociedad moderna en gigantesco agregado de personas aisladas y alienadas,
por una cultura de masas. (…), propuesta que promueve una forma de igualdad colaborativa cuya
finalidad es compartir la abundancia colectiva acorde con las necesidades y deseos, en vez de la
apropiación privada y la escasez crónica; reciprocidad equitativa que puede transformar tanto a
hombres como a mujeres de todas las edades y ocupaciones en colaboradores de igualdad y
convivencia, lo que constituye la vida social como un (…) “modelo de sociedad solidaria,
autogestionario” (…) (Cortina A. y., 2001).
2 Decreto 4122 del 2 de noviembre de 2011 que creó la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias.3 El artículo 51 de la Ley 454 de 1998 facultó al Gobierno para establecer un fondo de garantías destinado especialmente a regular el seguro de depósitos y fijar reservas separadas para la atención de riesgos del sector cooperativo que presta servicios financieros. Es así que mediante el Decreto 2206 de 1998 se creó el FOGACOOP para realizar funciones de apoyo al sector ante eventos de dificultad financiera y con el objetivo de prevenir insolvencias de manera similar a como lo hace el Fondo de Garantías de Instituciones Financieras - FOGAFIN: fortalecimiento patrimonial de las organizaciones inscritas, compra de cartera, adquisición de bienes improductivos, etc., que representan oportunidades de fomento para el sector. Sobre las funciones de FOGACOOP enunciadas, véanse los numerales 1, 3 y 5 del Artículo 8 del Decreto 2206 de 1998; sobre el FOGAFIN véase el Artículo 316 de la Ley 117 de 1985.
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Opción que (…) posibilite reorientar la economía reducida, en la necesidad de acumular riquezas
materiales a partir de otras visiones y modelos, tales como centralidad de trabajo, conocimiento y
creatividad en lugar de capital; cooperación como modelo privilegiado de relaciones
socioeconómicas, en vez de la competitividad; la solidaridad consciente como valor central, en
cambio del egoísmo utilitario (…) (Arruda, 2005).
Para Coraggio (Coraggio, 2002) la economía solidaria (…) es una forma de organización
económica debe representar la moral de las clases trabajadoras en un amplio espectro, donde
sociedad, política y cultura se revitalicen, encarnándose en formas económicas centradas en el
trabajo y en la lógica de la reproducción en condiciones siempre mejores de la vida humana de
todas las personas, comunidades y sociedades, cada una en sus propios términos.
Economía Solidaria en Colombia
En Colombia, el uso de este término se afianzó hacia finales de los años setenta y principio de los
ochenta, dentro del proceso de formulación del Plan de Desarrollo Cooperativo impulsado por el
gobierno. Desde el documento “Guía Metodológica para el Plan Nacional de Desarrollo
Cooperativo”, producido por el Proyecto OIT Col. 76/016, “se inició la transferencia terminológica
al lenguaje oficial de las distintas dependencias del Estado (Mansilla, 1983)
Gonzalo Pérez afirma que el término “economía solidaria” incursionó en el lenguaje “sin beneficio
de un inventario en profundidad, en los campos teórico, jurídico, doctrinario, político y cultural, que
hubiera abierto la posibilidad de otorgarle al concepto y al término de economía solidaria, una
perspectiva más coherente, que impidiera su utilización diletante. (Pérez Valencia, 1995)
Las normas preliminares que introduce la Ley 454 “buscan establecer la correlación entre las
disposiciones constitucionales, la presencia de un sector con dinámica en la vida económica y social
y la necesaria estructuración de disposiciones de reconocimiento por parte del Estado. La
Constitución Nacional de la República apenas había esbozado el reconocimiento del fenómeno, en
sus expresos conceptos de los artículos 58º y 333º, por lo que se exigía construir unos mejores
mecanismos de relación entre el Estado y la inmensa cantidad de formas de organización de los
ciudadanos colombianos incluidos en lo que se ha denominado “Economía Solidaria” (Ruiz, 1998)
(…) la solidaridad es una acepción utilizada por diversas escuelas filosóficas y movimientos
sociales que la han hecho popular desde la primera mitad del siglo XIX. Desde muy distintas
vertientes se utiliza generalmente para explicar la moral que les guía. En las concepciones religiosas
designa la caridad y la misericordia divina; el amor entre hermanos del mismo credo. Desde las
justificaciones positivistas, se ubica como un mecanismo para alcanzar la plena condición para la
conciliación de los intereses sociales y el fenómeno explicativo de la división del trabajo social, así
como la obligación del compartir con los débiles (…) (Zabala Salazar, 1998).
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(…) la palabra con la cual se quiere denotar, en el medio latinoamericano contemporáneo, una
forma de hacer economía que se contrapone a las prácticas de acumulación y lucro individuales y de
explotación de los factores productivos en beneficio del capital, presenta serias dificultades para
identificarse plenamente con el más profundo sentido teórico de esa economía y sus racionalidades
prácticas (Orrego, 2004).
(…) si bien el término economía solidaria, propiamente, pudiera ser calificado como categoría
conceptual, con poco tiempo de existencia en el discurso de las ciencias sociales y en el imaginario
de la sociedad, la solidaridad como valor siempre ha estado presente, junto con otros, como la
ayuda mutua, en infinitas actividades humanas y, con mayor razón, en las organizaciones
emprendidas por colectivos para enfrentar problemas comunes (Delgado, 2004).
En la legislación colombiana vigente se define la economía solidaria como: “…al sistema
socioeconómico, cultural y ambiental conformado por el conjunto de fuerzas sociales organizadas
en formas asociativas identificadas por prácticas autogestionarias solidarias, democráticas y
humanistas, sin ánimo de lucro para el desarrollo integral del ser humano como sujeto, actor y fin
de la economía” (Republica, 1998).
(…) cuando estamos hablamos de Sistema de Economía Solidaria, al menos deberíamos rescatar
dos visiones o dos dimensiones de esta Economía Solidaria: Una dimensión económica pensada
como actividades que superan la lógica del mercado más que un contrapeso a las desigualdades,
pero que nos permiten entrar en un sistema de Economía Solidaria incluyente, un sistema de
Economía Solidaria que reconstituye un tejido social. Pero igualmente un sistema de Economía
Solidaria que tiene que dar campo a una dimensión de carácter político, que da la posibilidad de
crear espacios asociativos o voluntarios de iniciativa popular. La experiencia, nos marca la
importancia de dar desarrollo a esta dimensión política (Dávila Ladrón de Guevara, 2006).
En Colombia podemos hablar de dos grandes sistemas que funcionan dentro del sector conformado
por las organizaciones solidarias, primero, el de economía solidaria, en el cual se relacionan las
organizaciones definidas por la ley 454 de 1998 (Cooperativas, Asociaciones Mutuales y Fondos de
Empleados); segundo, un sistema conformado por las Fundaciones, Corporaciones y Asociaciones,
las Juntas de Acción Comunal y los Grupos de Voluntariado, en el que el marco legal está
totalmente disperso.
El sector solidario se rige a nivel mundial en principios y valores que no se aplican en los sectores
privados tradicionales; la economía solidaria permite a los ciudadanos adquirir la calidad de
asociados para la conformación de diferentes empresas que busquen mejorar la calidad de vida de la
sociedad, puesto que se fundamentan en una orientación al desarrollo integral en lo social, cultural,
ambiental, entre otras (Calderon, 2008)
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Tabla N°3. Valores y Principios: Guía para la AcciónValores de Primer Orden
(Fines en sí mismo)Valores de Segundo
OrdenPrincipios
Valores Políticos: Democracia Ingreso voluntario y abierto
Libertad Equidad Control democráticoIgualdad Autoayuda
Esfuerzo propioParticipación
Solidaridad Confianza AutonomíaIndependencia
Valores Éticos: CooperaciónHonestidad Preocupación por la
ComunidadAperturaResponsabilidad Social (RS)Cuidado de los otros
+ Educación, Capacitación, Información + Sociedad Civil EstablecidaFuente: Pérez Villa P.E (Pérez Villa, 2011), basado en (Johnston, 2005)
Pudiendo concluir que la teoría económica de la solidaridad se basa en una nueva racionalidad
económica y en una diferente manera de estructurar las relaciones productivas, pues se fundamenta
en formas de propiedad comunitaria y en la cooperación y solidaridad recíproca.
Anàlisis Sectorial4
En la sociedad operan tres sectores que interactúan entre sí: i) el sector estatal en el cual operan las
ramas del poder público, ii) el sector empresarial conformado por la estructura productiva, y iii) el
sector sin ánimo de lucro o tercer sector, en el cual se agrupa una amplia heterogeneidad de formas
asociativas que comparten, entre otras, las siguientes características: son instituciones privadas no
gubernamentales, tienen formas propias de autogobierno y se crean voluntariamente (CONPES,
2010).
En el 2012, hubo aproximadamente 8.473 entidades registradas, de las cuales 6.421
correspondieron a cooperativas (75,8% del total), 1.821 a fondos de empleados (21,5% del total) y
231 a asociaciones mutuales (2,7% del total).
El número de asociados a la economía solidaria se estima que ascendió a 6.681.877 personas, en
2012; 5.541.080 estuvieron vinculadas a cooperativas (82,9% del total), 965.784 a fondos de
empleados (14,5% del total) y 175.013 a asociaciones mutuales (2,6% del total).
4 Las fuentes de información para la presentación de este informe fueron las siguientes: 1) la base de datos entregada por la Confederación de Cooperativas de Colombia, CONFECOOP, quien procesó los datos obtenidos directamente de las entidades vigiladas por la Superintendencia de la Economía Solidaria y Superintendencia de Puertos y Transporte y realizó las estimaciones que consideró necesarias, en los casos en que no se dio el reporte oportuno por parte de dichas entidades. 2) La información publicada en Internet por la Superintendencia Financiera de Colombia y el Sistema Único de información de Servicios Públicos. Una vez conformada la base de datos de CONFECOOP, se procedió con la identificación de las tendencias y participaciones mostradas en este informe, las cuales fueron cotejadas con información pertinente del subsector estudiado.
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Fuente: Sistema de información CONFECOOP SIGCOOP, Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada, Sistema Único de Información de Servicios Públicos, Superintendencia Financiera de Colombia, Gestarsalud y Superintendencia Nacional de Salud.
Dadas las características del modelo cooperativo, el aporte al empleo tiene un gran impacto en el
país, no solo por las cifras que representa en el total nacional, sino porque promueve la
formalización y el emprendimiento de personas que individualmente no tendrían la posibilidad de
crear una unidad empresarial.
En materia de empleo, la economía solidaria contó, en 2012, con 522.614 puestos de trabajo, tanto
bajo el régimen laboral tradicional como por medio de las cooperativas de trabajo asociado. Es así
como las cooperativas agruparon 512.834 empleados (98,1% del total), los fondos de empleados,
5.650 empleados (1,1% del total) y las mutuales, 4.130 empleados (0,8% del total).
Fuente: Sistema de información CONFECOOP SIGCOOP, Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada, Sistema Único de Información de Servicios Públicos, Superintendencia Financiera de Colombia, Gestarsalud y Superintendencia Nacional de Salud.Los puestos de trabajo del cooperativismo representaron 2,2% del promedio de la población
económicamente activa del país, en 2012, y 2,5% del promedio de la población ocupada. Existen
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empresas dentro del cooperativismo que se destacaron por su aporte al empleo, como las empresas
cooperativas de salud, Otros sectores que contribuyeron de manera significativa fueron transporte,
aporte y crédito, agropecuario y financiero.
En el 2012, 80,4% de las cooperativas correspondieron a microempresas, 16,1%a pequeñas
empresas, 2,8% a medianas empresas y 0,7% a grandes empresas. Respecto a las principales
variables, en 2012, las grandes empresas cooperativas representaron 46,1% de los activos del sector,
53,4% de los pasivos, 35,2% del patrimonio, 42,9% de los ingresos, 36,6% de los excedentes,
34,4% del número de asociados y 17,0% del número de empleados. El segmento MIPYME
cooperativo, por su parte, representó 53,9% de los activos del sector, 46,6% de los pasivos, 64,8%
del patrimonio, 57,1% de los ingresos, 63,4% de los excedentes, 65,6% de los asociados y 83,0% de
los empleos.
Particularmente, el cooperativismo, en 2012, estuvo presente, por domicilio principal, en 32
departamentos y 606 municipios. Los departamentos en los que más tuvo presencia fueron Bogotá,
D.C., Valle del Cauca, Antioquia y Santander. Estos departamentos concentraron 53,5% de las
entidades, 77,3% de los activos del sector cooperativo nacional, 79,8% de los pasivos, 73,4% del
patrimonio, 64,3% de los ingresos, 67,0% de los excedentes, 75,9% de los asociados y 72,1% de los
empleados.
Fuente: Sistema de información CONFECOOP SIGCOOP, Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada, Sistema Único de Información de Servicios Públicos, Superintendencia Financiera de Colombia, Gestarsalud y Superintendencia Nacional de Salud.
Resultados Financieros.- En materia de resultados financieros, las estimaciones muestran que las
cooperativas continuaron liderando el sector solidario colombiano, en 2012, con participaciones
mayores al 77% en activos, pasivos, patrimonio, ingresos y excedentes. Al igual que en años
anteriores, le siguen en participación los fondos de empleados y las mutuales.
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En 2012, los activos del sector cooperativo sumaron $26,3 billones, 8,6% más que en 2011. En
cuanto a la composición de los activos del sector cooperativo, en 2012, se encuentra que la mayor
participación la tuvo la cartera de créditos, al acumular $11,4 billones y representar 43,6% del total
del activo. En los últimos 5 años, los activos aumentaron $6,9 billones, es decir, un 35,6%. La tasa
de crecimiento promedio anual, en el período 2008-2012, fue de 7,9%.
Los pasivos del sector cooperativo sumaron, en 2012, $15,8 billones, 10,1% más que en 2011. En
los últimos 5 años, los activos aumentaron $4,1 billones, es decir, un 34,6%, con una tasa de
crecimiento promedio anual de 7,7%.
Por su parte, el patrimonio del sector cooperativo ascendió a $10,5 billones, en 2012, 6,3% más que
en 2011, crecimiento similar al del año anterior.
Los ingresos del sector cooperativo totalizaron, en 2012, $26,9 billones, 3,7% menos que en 2011,
debido a la reducción de las cooperativas de trabajo asociado. En los últimos 5 años, los ingresos de
las cooperativas aumentaron $4,4 billones, es decir, un 19,3%, con una tasa de crecimiento
promedio anual de 4,5%.
Por su parte, los excedentes del sector cooperativo sumaron, en 2012, $385.589 millones, 4,0% más
que en 2011. En los últimos 5 años, los excedentes de las cooperativas se redujeron $7.628
millones, es decir, un -1,9%, con una tasa de reducción promedio anual de -0,5%.
Ingresos / Producto Interno Bruto –PIB.- Los ingresos de las cooperativas, al finalizar 2012,
equivalen a 4,1% del PIB nacional a precios corrientes para el mismo período. Dicha participación
descendió respecto a 2011, cuando fue de 4,7%, debido al impacto que tuvo en los ingresos la salida
de algunas cooperativas de trabajo asociado. En 2010, los ingresos de las cooperativas
representaron 5,2% del PIB y, en 2009, 5,0%.
Importancia de las Organizaciones Solidarias en el Desarrollo Económico y Social.- Los
estudiosos del tema del desarrollo en los últimos años, especialmente a partir de los planteamientos
de Amartya Sen, conciben al desarrollo como multidimensional, es decir, que debe superar los
conceptos de utilidad e ingreso e involucrar la equidad como medio y fin, de tal manera que el
desarrollo se conciba como un proceso de expansión de las libertades fundamentales (Sarmiento
Gómez, 2002).
El desarrollo implica acumulación colectiva cuya expresión se ha denominado capital social. “Este
concepto reconoce el enorme potencial que tienen las estructuras sociales y los valores,
representados en la asociatividad, la confianza y las interrelaciones entre los individuos para generar
procesos colectivos que impactan en forma positiva o negativa el desarrollo económico de un país.
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Las formas asociativas, además de su importancia en la acumulación de capital social, permiten
superar los problemas de eficiencia, sobre todo en las economías caracterizadas por el predominio
de población informal y de bajos ingresos, tanto rural como urbano, y con una población rural
significativa. Ello, como resultado de las principales características de estas formas asociativas, a
saber, la base social que las conforman, su cercanía y las relaciones de confianza que manejan con
sus asociados y con las comunidades en donde se localizan, las cuales terminan por sustituir
requisitos como las garantías, tan importantes en el mercado financiero formal.
Es reconocido cómo las formas asociativas financieras permiten superar las barreras de acceso al
crédito para sus asociados, la población informal y de bajos ingresos, recursos que de otra manera
escasamente se dispondrían en el mercado financiero formal, el cual se encuentra limitado, entre
otras razones, por los altos costos de transacción que conlleva, por las regulaciones que le impone el
ordenamiento jurídico en la salvaguarda del ahorro público y por la resistencia de estas poblaciones
a acercarse al sector financiero formal, entre otras razones, por los altos costos, el desconocimiento,
la falta de información, y la existencia de portafolios de productos y servicios financieros
inadecuados a sus necesidades (Econometría S.A, 2003)
La solidaridad ha adquirido reconocimiento en el Derecho y en nuestra Constitución Nacional,
permite definir políticas públicas, tanto en el cumplimiento de las funciones del Estado como para
su fomento en la sociedad. En el campo económico, la solidaridad ha demostrado la posibilidad de
constituir empresas que generan productividad, ingresos, empleos, propiedad colectiva, hacer
economía con valores éticos superando el individualismo salvaje, causante en gran medida de la
crisis a la que hemos llegado. Esto es lo que denominamos “economía solidaria”: producir,
distribuir, consumir y acumular bajo el ejercicio de la solidaridad.
Durante el Siglo XX la confrontación ideológica, política y económica por el dominio del mundo se
dio entre el Capitalismo y Comunismo; en el Siglo XXI la confrontación se está dando entre el
capitalismo la Economía Solidaria como alternativa para la vida, la dignificación humana, el
desarrollo integral, la convivencia y la paz (Paez, 2011)
La institucionalización de la Propiedad de las Empresas Asociativas y Solidarias como base de
una nueva estructura social para Colombia.- El Gobierno de Colombia en los Planes de
Desarrollo 2002 – 2006 y 2006 – 2010 ha considerado al sector de la economía solidaria como
modelo alternativo empresarial eficiente y rentable con capacidad para generar crecimiento
económico y bienestar social. Este modelo potencia el aprovechamiento de economías de escala, los
procesos de integración empresarial, la solidaridad, el fortalecimiento del capital social y la
posibilidad de que la población vulnerable acceda a bienes y/o servicios.
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El sector solidario en Colombia está conformado por las organizaciones solidarias de desarrollo y
las organizaciones de economía solidaria:
A. Organizaciones Solidarias de Desarrollo, conformado por las Fundaciones,
Corporaciones, Asociaciones, Juntas de Acción Comunal y las Organizaciones de
Voluntariado.
B. Economía Solidaria, constituido por las organizaciones definidas por la Ley 454 de 1998,
las cuales son: Pre-cooperativas, Cooperativas (Integrales, Multiactivas y Especializadas),
Instituciones Auxiliares de la Economía Solidaria, Fondos de Empleados, Asociaciones
Mutualistas, Empresas Solidarias de Salud, Empresas Comunitarias sin ánimo de lucro,
Organismos de Segundo y Tercer grado, Empresas de servicios en las formas de
administraciones Públicas Cooperativas y Cooperativas de Trabajo Asociados.
Para nuestro análisis se tomaran, únicamente, las Cooperativas, los Fondos de Empleados y las
Asociaciones Mutuales.
Balance Social 2012: Algunos Indicadores de Incidencia en el Desarrollo del País
En cuanto a la labor social de las cooperativas, una muestra de 373 entidades, que representaron, en
2012, 50,8% de los activos y 59,8% de los asociados, arrojó que en ese año giraron recursos por
$172.666 millones destinados a programas sociales, que beneficiaron de manera directa a 5.780.801
personas. 64% de los recursos se dirigieron a programas en beneficio de los asociados, 4% en
beneficio de empleados y 32% en beneficio de la comunidad en general.
Los recursos se dirigieron en buena proporción a educación (49,6% del total), mediante aportes a
los programas de educación formal, por medio, de las Secretarías de Educación y el ICETEX, pero
también directamente a través de becas, subsidios, capacitación técnica, conferencias, seminarios y
educación cooperativa, entre otros. Otras actividades sociales destacadas en el sector cooperativo,
en beneficio de sus grupos de interés, fueron las actividades deportivas (17,1% del total de recursos
girados), aseguramiento (7,2% del total), programas culturales (5,9% del total) y programas de
salud (5,4% del total).
En materia de aseguramiento, son representativos los aportes que ha hecho el modelo a través de
auxilios y subsidios para pólizas de diversos tipos, destacándose el seguro funerario y el de vida.
En Colombia las cooperativas mueven casi el 5,1 % del Producto Interno Bruto-PIB, lo que
equivale a $29 billones, mientras que los bancos lo hacen con alrededor del 90 % del PIB
(República, 2013) . Los estratos que más recurren a estas empresas son el 1, 2 y 3.
El sector logro que dentro de las seis (6) estrategias para acabar los males que estancan el campo en
Colombia, que figuran en el Acuerdo entre Gobierno y FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias
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de Colombia), denominado “Hacia un Nuevo Campo Colombiano, Reforma Rural Integral”, la
quinta se refiera a: Estimulo a la producción agropecuaria y a la economía solidaria y cooperativa,
como política de desarrollo agrario integral.
Las empresas de economía solidaria prestan y participan en: servicios de banca virtual
transaccional; instalación de cajeros electrónicos; desarrollo de programas de educación financiera;
creación de Red de Corresponsales Bancarios, promoviendo bancarización e inclusión financiera;
creación de Red de Negocios para el intercambio virtual de bienes y servicios entre los asociados;
creación de Red Juvenil con los asociados, empleados y su núcleo familiar menores de 25 años,
buscando renovar la base social y cambio generacional; participación en programas de desarrollo
con enfoque territorial; racionalización de costos y tarifas bajas a través del microcrédito; inversión
en Educación, apoyo a colegios y a estudiantes universitarios; participación en la formulación de
políticas públicas para el sector; desarrollo de procesos de creación y fortalecimiento empresarial;
participación en Red de Consumidores Ecológicos por regiones buscando un consumo responsable,
ético, ecológico y solidario; prácticas de comercio justo (FT: Fair Trade).
Las empresas de Economía Solidaria, sobre todo las rurales, están incidiendo en los commodities 5
del país; por ejemplo en los grupos básicos como: minería (oro, plata, cobre), alimentos e insumos
(café, algodón), granos y ganado.
Aunque las cifras presentadas hasta el momento resultan importantes para hacer una medición del
impacto social de las cooperativas, la contribución al desarrollo del país hecha por el sector va más
allá y tiene que ver con la creación de oportunidades para obtener una mejor calidad de vida. Lo
anterior evidencia el compromiso de las cooperativas con el desarrollo del capital humano y del
país.
Conclusiones
Las organizaciones solidarias, en Colombia, constituyen un modelo alternativo de desarrollo que
privilegia la inclusión social y económica, trabajando desde su condición de entidades sin ánimo de
lucro para la construcción de tejido social en torno a los principios de asociatividad y solidaridad y
conformando un sector complementario de la organización social del país.
El sector solidario en su conjunto actúa como complemento y se articula con el sector privado
tradicional y las instituciones públicas, generando las condiciones para el desarrollo social y
económico en un Estado fortalecido.
De otra parte, la filosofía de las organizaciones solidarias les confiere el fundamento axiológico
para convertirse en un actor determinante que contribuye al crecimiento económico y al desarrollo
5 Entendemos por commodities materias primas brutas que han sufrido procesos de transformación muy pequeños o insignificantes.
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social de las regiones y sus comunidades, bajo principios de solidaridad y asociatividad, asegurando
la superación de la pobreza y fortaleciendo los sistemas locales por medio de modelos incluyentes.
El sector solidario potencia el aprovechamiento de economías de escala, el emprendimiento y la
empresarialidad, los procesos de integración, el capital social e institucional y la posibilidad de que
la población vulnerable acceda a bienes y/o servicios. Estas ventajas le permiten consolidarse, no
solo como un modelo alternativo, sino complementario del sistema económico tradicional.
Las empresas de economía Solidaria pierden menos empleos, ya que poseen flexibilidad salarial y
autogestión y se rigen por principios democráticos y con base a la solidaridad.
Igualmente, las organizaciones solidarias que ejercen sus actividades en cumplimiento estricto de
sus principios, constituyen un importante aporte a la formalización empresarial y laboral y así
mismo a la generación de trabajo, empleo decente y autoempleo, mediante emprendimientos
sostenibles con mayor capacidad de generar impactos sociales positivos.
Las organizaciones solidarias son también una alternativa viable para la atención de poblaciones
prioritarias como las atendidas bajo los beneficios de la Ley de víctimas y restitución de tierras y de
la misma forma, una propuesta atractiva para la población afectada por la ola invernal que requiere
de restablecimiento de derechos.
Las empresas de economía solidaria aparecen, generalmente, como respuesta a situaciones de crisis
y se van adaptando a la economía del país.
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